Novenario

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ORACIÓN

Por la señal de la santa Cruz de nuestros enemigos líbranos señor, Dios nuestro.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amen

Oración propia de la novena


“Oh padre mío, único consuelo en los momentos eternos del dolor.

Lloramos tu ausencia, madre querida, en este momento de tristeza,

Tanto dolor, tanto sufrimiento, dejas un gran vacío en nuestro corazón,

Concédele Señor, el perdón de sus pecados, pasar por la puerta de la muerte,

Gozar de tu luz y la paz eterna.

Dios todopoderoso, ponemos en tus manos amorosas. A nuestra madre, que fue llamada en
esta vida para hacerte compañía. Concédele el descanso eterno del alma en el paraíso.
Madre mía, quiero decir que fuiste la guía y norte de mi fuerza,

Gracias a ti estamos en este mundo, gracias a ti que nos diste el ser,

Gracias a ti que nos educaste, gracias a ti somos lo que somos,

Y gracias a ti seré siempre una buena persona te fuiste, partiste al cielo,

Cumpliste tu misión en la tierra, ayudaste al prójimo y al necesitado,

Siempre atenta y pendiente de todo, como ignorar tantas cosas bellas, tu voz, tu sonrisa…

Hoy Padre mío, te pido con mucha humildad, escucha mi oración

Y esté atento a la voz de mis ruegos, enséñale el camino a mi madre,


Para que esté a tu lado Señor, llévala a descansar al reino de los cielos.

OFRECIMIENTO PARA TODOS LOS


DÍAS

¡Padre celestial! ¡Padre amorosísimo! que para salvar las almas


quisisteis que vuestro Hijo unigénito, haciéndose hombre, se
sujetase a la vida más pobre y mortificada y derramase su
sangre en la cruz por nuestro amor! ¿Cómo dejarías sufrir
largo tiempo en el purgatorio a unas almas que tanto costaron a
Jesucristo y que son vuestras hijas amadísimas? ¿Cómo
permitirías que fuese malograda sangre de tan gran valor?
Compadeceos, pues, de estas pobrecitas almas y libradlas de sus
penas y tormentos. Compadeceos también de la mía y libradla
de la esclavitud del vicio. Y si vuestra justicia pide satisfacción
por las culpas cometidas yo os ofrezco por las obras buenas que
haga en este novenario. ¡A!, de ningún valor, son en verdad;
pero las uno con los méritos infinitos de vuestro Hijo divino, con
los dolores de su Madre Santísima y con las virtudes heroicas de
cuantos han existido en la tierra. Miradnos a todos, vivos y
difuntos, con ojos de compasión y haced que celebremos un día
vuestras misericordias en el eterno descanso de la gloria.- Amén.
ONSIDERACIÓN (Reemplazar aquí las
consideraciones para los siguientes días,
Segundo día, Tercer día, etc.)

CONSIDERACIÓN
Otra de las grandes penas que afligen a
aquellas benditas almas es el sufrir aquel
fuego sin saber cuándo tendrán fin sus
tormentos. Es verdad que tienen la
certidumbre de verse un día libres de ellos;
pero la incertidumbre del tiempo en que se
habrán de acabar, les causa un gravísimo
tormento.
¡Oh, Señor, qué desgracia tan grande sería la
mía si me hubieseis enviado al infierno, a esa
cárcel de tormentos, teniendo la seguridad de
no salir de ella jamás! Gracias os doy
conmigo; perdonadme, que quisiera antes
morir que volver a ofenderos. Tened piedad de
mí y de las benditas almas que en la tierra no
han temido bastante las penas del Purgatorio.
Y Vos, oh Madre de Dios y Madre mía,
socorredlas con vuestro poder y abreviad el
tiempo que las espera de la eterna posesión de
Dios.
Padrenuestro, Avemaría y Gloria
Aquí esforzando cada cual su devoción, pedirá
interiormente a Cristo crucificado lo que
desea conseguir por medio de esta novena
para sufragio de las almas del Purgatorio.
 
 Lamentaciones

Se rezan después de la Meditación del Día*

Oíd, mortales piadosos,


y ayudadnos a alcanzar:

R/ Que Dios nos saque de penas


y nos lleve a descansar.

¡Oh vosotros, caminantes,


suspended, oíd, parad,
bastará sólo el oírnos
a mover vuestra piedad!
Hoy pide nuestra aflicción
que queráis cooperar:

R/ Que Dios nos saque de penas


y nos lleve a descansar.

No hay dolor, tormento, pena,


martirio, cruz ni aflicción,
que lleguen a ser pintura
de nuestra menor pasión;
solo alivia nuestros males
de vuestro amor esperar:

R/ Que Dios nos saque de penas


y nos lleve a descansar.

Aquí estoy en purgatorio


de fuego en cama tendido,
siendo mi mayor tormento
la ausencia de un Dios querido,
padezco sin merecer,
por mí no basta alcanzar:
R/Que Dios nos saque de penas
y nos lleve a descansar.

¡Ay de mí, ay, Dios severo,


la llama voraz, activa,
y bien merecido fuego,
ay conciencia, siempre viva,
ay justicia, que no cesa,
ay cuándo se ha de acabar!

R/ Que Dios nos saque de penas


y nos lleve a descansar.

¡Ay culpa, lo que me cuestas,


no imaginé tu fiereza,
pues con tal tormento pago
lo que juzgué ligereza!
¡Cielos, piedad, baste, cielos!
¿Cuándo el día ha de llegar?

R/ Que Dios nos saque de penas


y nos lleve a descansar.

Padres, hermanos, amigos:


¿dónde está la caridad?
¿Favorecéis a un extraño.
y para mí no hay piedad?
¡Ea, venga una limosna,
siquiera sea el rogar!

R/ Que Dios nos saque de penas


y nos lleve a descansar.

Hijo ingrato que paseas


tan ricamente vestido,
y a costa de mis sudores
descansas en tanto olvido:
¡mira a tu padre quemando,
y lo puedes remediar!

R/ Que Dios nos saque de penas


y nos lleve a descansar.
Quizá en ti sería arbitrario,
no obligación de justicia;
pues no cumples testamento,
aquí estoy por tu malicia;
abre los ojos, despierta,
paga, haciendo acelerar:

R/ Que Dios nos saque de penas


y nos lleve a descansar.

Hermanos en Jesucristo,
los que oís estos suspiros,
si queréis, podéis sacarnos
de estos lóbregos retiros,
a la Virgen y a los santos
pedidles quieran mediar:

R/ Que Dios nos saque de penas


y nos lleve a descansar.

De Getsemaní en el Huerto
sangre sudó el Redentor,
contemplando de estas penas
el gran tormento y rigor:
al Padre Eterno se ofrece,
no cesando allí de orar:

R/ Que Dios nos saque de penas


y nos lleve a descansar.

En vista de tal piedad,


no te olvides, oh mortal,
de este pío camposanto,
cementerio de hospital;
sigue, pues, la cofradía
que tierna te insta a clamar:

R/ Que Dios nos saque de penas


y nos lleve a descansar.

Atiende y mira, cristiano,


que en aqueste cementerio
tal vez tus padres y deudos
esperan de ti el remedio;
sufragios y sacrificios
te suplican sin cesar:

R/ Que Dios nos saque de penas


y nos lleve a descansar.

Fieles cristianos, amigos,


dad crédito a estos lamentos,
obrad bien, fuera culpas,
para huír de estos tormentos.

¡Socorro, piedad, alivio!


concluimos con gritar.
Oíd mortales piadosos
y ayudadnos a alcanzar:

R/ Que Dios nos saque de penas


y nos lleve a descansar. 

dios te salve 
 
ORACIÓN FINAL PARA CADA DÍA
 
 
 ORACIÓN

Recibe, Señor Dios mío, cuantos sacrificios te


ha ofrecido y ofrece hoy por todo el mundo
tu santa esposa, la santa Iglesia, y te suplico
los apliqués al alivio y descanso de las
afligidas almas por quienes hacemos esta
novena. Por los acerbos dolores de tu Madre
Santísima en el día de tu dolorosa Pasión,
dales, Señor, refrigerio. Convierte a los
pecadores, salva a los agonizantes y a mí
concedeme la santificación en mi estado y la
gracia particular que te pido, si es de tu
beneplácito. Amén.
 

ORACIÓN

¡Abrevia, oh Padre bondadoso! las angustias


que sufren las almas queridas en el
Purgatorio. No dilates, Señor, el término de
sus penas, la sangre del Calvario satisfaga tu
Justicia y dígnate admitirla en tu Santa
Gloria, en donde nos veamos todos y
podamos ensalzar tus misericordias
eternamente. Amen.
 
 “Señor Jesucristo, Hijo de Dios, que quisiste tener una madre en la tierra,
la Virgen María; mira con ojos de compasión a tu sierva N…, a quien has
llamado del seno de nuestra familia.

Y por intercesión de Santa María de Guadalupe, bendice el amor que


siempre nos tuvo en la tierra, y haz, que desde el cielo, pueda seguir
ayudándonos. Toma bajo tu protección misericordiosa a nosotros a quienes
ella ha tenido que abandonar en la tierra. Tú que vives y reinas por los
siglos de los siglos. 

Amén.”

 
 
Día 9
Continuamente te rezamos, Señor, por nuestra madre.
La recordamos con paz y con amor ante Ti,
Seguro de que ella vive, como estoy seguro de que vives Tú
Y de que tu amor dura para siempre. La recordamos cuando estaba entre
nosotros…
A veces, nos parece sentir el calor y el sosiego de su presencia protectora
Como cuando vivía aquí, mucho más para nosotros que para sí misma.
La recordamos como nos cuidaba,
Como siempre estaba entre nosotros protegiéndonos
Dale tu amor, dale tu vida. Dale tu armonía. Tenla muy cerca de Ti.
Que sea feliz y ruegue ante Ti por nosotros. Ayúdanos a vivir lo que ella nos
enseñó,
A rezarte como ella, a quererte como ella, a hacer de Ti y de los demás, igual
que ella,
El sentido de nuestra vida. Y si por descuido o por debilidad en algo te faltó,
Perdónala, Tú qué sabes lo que es ser Madre y conoces como nadie el amor y el
perdón
Sin medida ni límites… Perdónale sus faltas por lo mucho que amó a todos.
Gracias, Señor, por esta oración que nos llena de calma
En el recuerdo de nuestra madre.
Amén

 
 

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