Herencia Teológica de Santidad
Herencia Teológica de Santidad
Herencia Teológica de Santidad
Ante esta diversidad, una clave es estudiar, que tanto los teólogos de santificación se acercan o
alejan del pensamiento de J. Wesley, esto requiere estudiar las obras de Wesley para profundizar los
tres elementos de su soteriología: La gracia, previniente, la gracia justificadora y la gracia
santificadora. Otra es seguir los hilos de las explicaciones sobre la naturaleza pecaminosa y la obra
santificadora de Dios la supresionista (el pecado permanece naturalmente), la represionista (el
pecado no se manifiesta completamente), la perfeccionista (el ser humano puede libremente cumplir
todo) y la erradicacionista (se realiza una limpieza radical del pecado y una irrupción perfecta del
amor). Sin embargo esto es reducir la teología al problema humano del pecado y descuidar la
atención a la obra creadora y redentora de Dios.
Particularmente, me parece que hay otros temas delineadores como la interpretación de la historia
de la salvación y la escatología en la relación con la ética , que influyeron en el la concepción del
perfeccionismo. Estos temas, necesariamente, conducen a otro que nos es más pertinente, la idea de
estar viviendo “la era del Espíritu Santo”, y experimentando o la santifición o el bautizo con Espíritu
con carismas. La tendencia de la teología de santidad ha sido a quedarse con una santificación como
obra del Espíritu Santo, que produce frutos del Espíritu, pero esto ha creado siempre confusión debido
a la subjetividad en la interpretación de la experiencia que puede ser vista también como bautismo
del Espíritu Santo, evidenciada en los carismas. Esto sucedió en los inicios del pentecostalismo, salido
del Movimiento de Santidad, que enseñó la búsqueda de tres experiencias: Conversión - Santificación
– Bautismo con el Espíritu Santo.
(ii) Arminio-Wesleyana:
Teología wesleyana: La santificación es una segunda experiencia, tras la Justificación.
La santificación, es purificación del corazón, limpieza del pecado. Es obra del Espíritu Santo (Es
hacia adentro) y una “experiencia del altar.”
Escatología premilenarista histórica.
(iii) Santidad-Arminiana:
Teología post-wesleyana: La santificación es erradicación del pecado, que convence de la
exoneración de la pecaminosidad (es una emoción - pasión).
La santificación, es entera santificación, obra del Espíritu Santo, una “experiencia del altar”.
Escatología premilenarista dispensacional.
En 1870 Steele comenzó a impulsar el concepto de que el bautismo del Espíritu Santo es lo
que efectúa la entera santificación, esto es la erradicación del pecado, la plenitud del amor
derramado en el corazón, resume la perfección cristiana, en el amor perfecto que ha sido
derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo, en Love Entnthroned 1878 (Grider
pp. 73)
Defensa de Steele del compromiso ético, ante “El resurgimiento del antinomianismo” u
oposición a la obligación moral:
El creyente tiene una responsabilidad ética individual y social, que se sustenta en el antiguo y
nuevo testamento, está llamado a una “nueva obediencia”
Los méritos de Cristo, son suficientes para la justificación, pero su obra en nuestras vidas
reclama como consecuencia una vida santa.
Los cristianos tienen una obligación moral, en el marco de la ley, que tiene su actualización en
el evangelio del nuevo pacto.
La santidad ética es imprescindible para el Reino de Dios. El dispensacionalismo enseñaba
que el cumplimiento de la ley moral no es necesario porque estamos en la dispensación de la
gracia y no de la ley.
El dispensacionalismo en oposición al posmilenarismo era pesimista respecto al progreso en
la historia, lo que lo llevó a oponerse a la búsqueda del perfeccionamiento en el actuar
cristiano y al concepto de crecimiento del Reino de Dios. La iglesia no expresa exclusivamente
el reino, pero expresa lo signos del Reino con mayor fidelidad.
Para perfeccionar el carácter hay que seguir ciertos pasos. Después de la segunda
experiencia, realistamente es necesario ajustar: Las motivaciones, los sentimientos, las
actitudes, a las que hay que morir, porque son inconsistentes con el amor perfecto.
Hay una diferencia entre el pecado mismo y la naturaleza misma. Ante el pecado se precisa la
purificación y ante la naturaleza, madurez. La pureza y la madurez son básicas para actuar
éticamente.
Hay una distinción entre “crisis” y “proceso”. Hay un problema semántico: La crisis para
Wesley conduce a la necesidad de la erradicación, como ideal; el proceso, según Finney
conduce a la supresión, como una necesidad. Desde estas alternativas procuró clarificar la
teología wesleyana para el movimiento de santidad.
En su proyecto educativo, al fundar el Treveca Collage, hizo una propuesta teología educativa,
que entendió como “ecuménica”. En esta deberían dialogar las teologías de Calvino y
Arminio (Witefield y Wesley). En la práctica esta sería una teología educativa ecléctica. Esto
llevaría a un equilibrio en las tradiciones internas del movimiento de santidad.
Distinguió entre el pentecostalismo y el movimiento de santificación. Este último necesitaba
si predicar el evangelio completo: Cristo Salva, Sana, santifica, Viene otra vez.
Su teología de la experiencia cristiana, no es esencialmente relatada para reflejar la realidad
de la experiencia: “Un cristianismo elevado no vive nominalmente el cristianismo, sino que se
compromete con la enseñanza de una vida elevada en el mundo como su misión (p.89)
Congregacionalista, estudió en Oberlín con Ch. Finney. Fue profesor en los seminarios de Ausbury,
Peniel, Pasadera. Sus obras principales: “Santidad y Poder para la iglesia y el ministerio” 1897,
“Teología Cristiana Fundamental”1931:
Al igual que Steele y McClurkan emseña que el bautismo del Espíritu Santo santifica.
El Espíritu Santo es la fuerza unificadora del cristianismo.
Abogó por un gran avivamiento escritural de santidad.
La santificación por el bautismo del Espíritu Santo es la cura para la depravación: La
naturaleza moral es limpiada de injusticia, trasgresión y propensión pecaminosa. Somos
transformados en la misma imagen divina de gloria en gloria.
La consagración y la fe no es suficiente; corrige a Febe palmer, proponiendo 8 actitudes hacia
la experiencia santificadora:
(1) Las primeros cinco de consagración:
(i) Descubrir la necesidad de la relación profunda y amplia con Dios.
(ii) Insistir en recibir la bendición de la santificación
(iii) Reconocer la importancia para un cristiano de la santidad
(iv) Recibir la santificación es una posibilidad sobrenatural.
(v) Sentir el hambre y sed de justicia.
(2) Los tres últimos de la fe
Oswaldo Fernández Giles 5
Hillis era posmilenarista. La sector importante, del movimiento de santidad, había adoptado
el premilenarismo histórico, otro sector menor el premilenarismo dispensacionalista. El
posmilenarismo fue conservado por los que se inclinaron a la escatología de wesley. Esta
situación obligó a Hillis, en su Teología Cristiana Fundamental a presentar dos posiciones, la
suya y la premilenarista que se había instalado en el movimiento de santidad ya en la década
del treinta del siglo veinte.
3. Algunas pistas a seguir desde la teología de fin del diecinueve y principios del veinte la herencia
teológica wesleyana.
3.1. La herencia de la tradición wesleyana, nos viene mediada por la teología del movimiento de
santificación. Esta teología no representa una sola corriente. Además la herencia tiene tres
componentes fundamentales: El doctrinal, el misiológico y el de ética de santidad. Esta diversidad
siempre ha reflotado en nuestra vida eclesial. Asimismo, una ha procurado imponerse, aun en
medio de las discordancias evidentes en la relación entre ortodoxia y praxis.
3.2. La teología del movimiento de santidad fue cambiando de la preocupación por la realidad moral
del ser humano, pasando luego por la inquietud respecto al sentido y fin de la historia a una
teología más pneumo-eclesial. Los retornos constantes a los énfasis de estas fases son una
característica de nuestra teología. Pero es más que una nostalgia, es una búsqueda de respuesta a
las demandas actuales en nuestra herencia, que es parte de la historia de la teología a la que
tenemos que retornar, como nos lo viene sugiriendo Justo Gonzalez 1
3.3. La teología de wesley es teología práctica, experiencial, de ayuda para el laico. Sin embargo
Wesley insistió en el la exposición bíblica, en la continuidad de tradición cristiana universal y en el
búsqueda de nuevos saberes, pensando y dejando pensar. Nuestro lema adhiere así a este
paradigma: “En lo esencial unidad, en lo no esencial libertad y en todo amor.” El laico, desde una
base bíblica-teológica, tipo Compendio, necesita un marco suficiente amplio para su labor
pastoral. Sobre esta realidad, Wesley, se preocupó por equipar a los laicos, escribiendo sus
sermones y publicando ensayos teológicos contextuales, esclarecedores y apologéticos.
1
Justo González, Retorno a la historia del pensamiento cristiano. Tres tipos de teología. Buenos Aires: Kairos,
2004