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2 Revista del Notariado 923
Consejo
Directivo Presidente Carlos Ignacio Allende
Ejercicio 2015-2017
Vicepresidente Esteban Enrique Ángel Urresti
Rita Josefina Menéndez
Secretaria
Tribunal de Ética
Presidente: Jorge Enrique Viacava. Vicepresidente: Carlos Alberto Guyot. Secretario: Alfre-
do Daniel López Zanelli. Miembros titulares: Carlos Alberto Ortega, Jorge Alberto Ricciar-
di. Miembros suplentes: Ricardo Antonio Armando, Daniel Augusto Ferro, Adriana Patricia
Freire, Marta Esther Goldfarb.
Editorial | 6
Doctrina
Inhibición general de bienes y otras registraciones de carácter personal. Cesión de
derechos hereditarios, por Adriana N. Abella | 10
Inhibición general de bienes como medida cautelar, por María T. Acquarone | 25
La inhibición general de bienes y los conceptos de capacidad, legitimación,
disponibilidad e ineficacia, por José C. Carminio Castagno | 30
Inhibiciones, por Ángel F. Cerávolo | 43
Inhibición general de bienes, por José M. Orelle | 54
Medidas cautelares. Inhibición de bienes registrables, por Néstor O. Pérez Lozano | 71
Inhibiciones, por Osvaldo N. Solari Costa | 113
Editorial
Desde hace años la cuestión de las inhibiciones ha suscitado debate entre los estudio-
sos del derecho notarial, en virtud del estrecho vínculo que esta figura presenta con
el ejercicio cotidiano de la función. Esta circunstancia no resultó inadvertida por la
Academia Nacional del Notariado, quien receptó estas discusiones, desarrollándolas
en sus reuniones.
Como fruto de estos encuentros y los diversos enfoques que mereció la figura de
la inhibición general de bienes, la Academia elaboró una serie de conclusiones mayo-
ritarias que pueden ser consultadas en la Revista del Notariado nº 919.
Dada la riqueza del tema y la existencia de posiciones divergentes, se conside-
ró necesario difundir aquellas opiniones que sustentaron el debate en el seno de la
Academia. Con el fin de presentar la pluralidad de voces, incluso las minoritarias, se
decidió dedicar las páginas de este número monográfico a los textos que sirvieron de
base a las exposiciones realizadas por los miembros de número durante el desarrollo
de estos debates.
Debe advertirse al lector que estos textos fueron elaborados antes de la sanción
del Código Civil y Comercial Ley 26994 y algunos de ellos no han sido modificados
para su publicación en la Revista del Notariado.
También queremos traer al presente un dato que quizás solo recuerden los que
tienen muchos años de ejercicio profesional: la posibilidad que hubo hace años de
inscribir en el Registro de la Propiedad de la Capital Federal –y también otros regis-
tros de nuestro país– inhibiciones voluntarias. En este proceso, el notariado tomó
Editorial 7
que provenía de una resolución judicial, es decir, la limitación del poder dispositivo
del deudor.
Mientras esto se discutía hubo una resolución judicial que dispuso se inscribie-
ra en el Registro de la Propiedad de la Capital Federal una escritura por la cual un
deudor se obligaba a no enajenar sus bienes raíces hasta el momento en que pudiera
hipotecarlos. Este precedente fue visto por algunos autores como una institucionali-
zación. La Sala A de la Cámara Nacional en lo Comercial de la Capital Federal, el 19
de agosto de 1968, determinó:
La inhibición voluntaria no tiene prioridad sobre los embargos, ya que la ley sólo con-
cede privilegio al acreedor embargante, no ocurriendo lo propio con el inhibiente vo-
luntario, quien al carecer de amparo legal, es postergado en su derecho por aquel. El
inhibiente debe, cuando posee título ejecutivo, solicitar embargo de bienes concretos y
lograr de tal manera la preferencia que corresponda según la fecha o inscripción de los
respectivos embargos, y ello resulta de los artículos 2368, 3875 y 3876 del Cód. Civil. 1
Con respecto a este fallo, se opinó que solo producía efectos con respecto al caso
concreto y no obligaba al Registro de la Propiedad a adoptar el criterio con carácter
general.
En el año 1976, el Registro dictó la Disposición 18, que estableció que a partir
del 1º de enero de 1977 se rechazaran sin más trámite los documentos que se pre-
tendiese registrar con carácter de inhibición voluntaria, cualquiera fuera la fórmula
1. CNCom., Sala A, 19/8/1968, “Freschi, Ilda I. en Casa Ruybal SRL c/ Sali, Ana C. y otros” (La Ley, t. 134,
p. 233).
2. CNCiv., Sala A, 1974, “Torterola, Juan, Esc. Recurso de apelación” (Revista del Notariado, nº 738, p. 2323).
Editorial 9
El Director
Doctrina
Adriana N. Abella
resumen
La inhibición es una medida de seguridad ordenada por el juez, que crea un obs-
táculo a la disposición de los bienes registrables, pero no afecta la capacidad de la
persona inhibida. Es una medida cautelar con proyección registral en el ámbito de
las registraciones personales. La Ley Nacional del Registro de la Propiedad Inmue-
ble contempla otras registraciones de carácter personal que dispongan las leyes
nacionales o provinciales; según la normativa de algunos registros, se anotan las ce-
siones de derechos hereditarios a nombre del causante. A partir de la entrada en vi-
gor del Código Civil y Comercial, la publicidad de la cesión de herencia respecto de
terceros (otros herederos, legatarios y acreedores del cedente) se obtiene mediante
la incorporación de la escritura de cesión al expediente sucesorio. Esa agregación
genera los efectos propios de la oponibilidad.
1. Concepto
La inhibición es una simple medida de seguridad, ordenada por el juez, que crea un
obstáculo a la disposición de los bienes, pero no afecta la capacidad del individuo.
Es un instituto prácticamente desconocido en el derecho comparado. En su acep-
ción propia no es una medida contra la persona, como generalmente se entiende,
sino una medida contra sus bienes. Por ello, no es una prohibición o interdicción
personal. 1
1. Idénticas son las disposiciones de los Códigos de Procedimiento de Capital Federal y las demás provincias.
Adriana N. Abella Doctrina 11
En todos los casos en que habiendo lugar a embargo este no pudiere hacerse efectivo
por no conocerse bienes del deudor, o por no cubrir éstos el importe reclamado, podrá
solicitarse contra aquél la inhibición general de vender o gravar sus bienes, la que debe-
rá dejar sin efecto siempre que presentase a embargo bienes suficientes o diere caución
bastante.
Se evidencia que el instituto nace por la inoperancia de los Registros de informar bie-
nes de los deudores. 2
La jurisprudencia ha resuelto que
La inhibición es una medida de seguridad autorizada por las leyes procesales (artículo
472, Código de Procedimientos), pero no crea la incapacidad de las personas desde que
es materia de derecho civil todo cuanto a capacidad se refiere, ni en el caso de que la ley
provincial dispusiera la incapacidad podrá ser aplicada por los jueces obligados a dar
preferencia a las leyes que el Congreso dicta (artículo 31 de la Constitución Nacional). 3
Alsina Atienza 4 dice que, en realidad, la única diferencia que hay entre el embargo y
la inhibición consiste en que aquel recae sobre bienes determinados y esta se refiere a
cualquier bien inmueble que el deudor pueda tener:
… como tal, no tiene un fin en sí mismo si no sirve a un proceso principal, que es la eje-
cución forzada, por tanto su existencia es provisoria, pues depende de las contingencias
de aquélla.
2. Abella, Adriana N., Derecho inmobiliario registral, Buenos Aires, Zavalía, 2008.
3. SC Buenos Aires, 8/6/1918 (Jurisprudencia Argentina, t. I, p. 936).
4. Alsina, Hugo, Tratado teórico práctico de derecho procesal civil, t. 2, Buenos Aires, 1962, p. 289.
5. Berizonce, R. M., Morello, A. M. y Sosa, G. L., Códigos procesales en lo Civil y Comercial de la provin-
cia de Buenos Aires y de la Nación. Comentados y anotados, t. II-C, La Plata, Librería Editora Platense, 2ª ed.,
p. 918.
12 Revista del Notariado 923 Inhibición general
Inhibición dede
general bienes…
bienes
bienes del deudor, y en tanto sea posible individualizarlos a través de las inscripciones
en los registros de publicidad, no se ve porque han de limitarse sus alcances.
Sin embargo, si bien impide gravar o vender bienes registrables, en manera alguna
entorpece la adquisición o la cancelación de gravámenes por el inhibido.
Para Palacio, a diferencia del embargo, que recae sobre uno o más bienes del
deudor, sean muebles o inmuebles, la inhibición constituye una medida cautelar que
se traduce en la interdicción de vender o gravar cualquier inmueble del que el deu-
dor pueda ser propietario en el momento de anotarse la medida o que adquiera en lo
sucesivo, pues los escribanos no pueden, sin orden judicial, otorgar escrituras tras-
lativas de dominio o de constitución de derechos reales cuando surge del certificado
expedido por el Registro de la Propiedad que existe anotada una inhibición respecto
del titular del dominio. 6
… en la mayoría de los ordenamientos procesales del país, la inhibición, a diferencia del
embargo, impide los actos de disposición sobre bienes registrables; en otros términos,
produce una prohibición de transferir, modificar o gravar dichos bienes… 7
La inhibición general de vender y gravar bienes es una medida cautelar de carácter sub-
sidiario, pues el mismo artículo 228 del Código Procesal determina que debe dejarse sin
efecto cuando se presentan a embargo bienes suficientes o se otorga caución bastante. 8
6. Palacio, Lino E., Manual de derecho procesal civil, Buenos Aires, Abeledo-Perrot, 6ª ed., p. 319.
7. SC Mendoza, Sala III, 26/10/1992, “Portabella, Oscar s/ Denuncia” (Doctrina Judicial, t. 1993-1, p. 817).
[N. del E.: se puede acceder al fallo aquí].
8. CNCiv., Sala C, 18/7/1995, “Pérez Botta, José‚ A. c/ Coello, María” (Doctrina Judicial, t. 1995-1, p. 928).
Adriana N. Abella Doctrina 13
(arts. 14, inc. 7, y 88, inc. 2, Ley 24522), de los ausentes declarados (arts. 79-83
CCCN).
2) La inhibición general de bienes dispuesta por los jueces de conformidad con los
respectivos Códigos Procesales.
Las inhibiciones ordenadas por los agentes fiscales en el marco de la Ley 11683
(texto actualizado) vulneran el principio constitucional de división de poderes, al
arrogarse el Poder Ejecutivo funciones jurisdiccionales que corresponden al Poder
Judicial y que lesionan las garantías constitucionales de defensa en juicio y de la pro-
piedad (arts. 14, 17 y 18 CN). La Corte Suprema resolvió:
11) Que […] en su actual redacción, el art. 92 de la ley 11683 contiene una inadmisi-
ble delegación, en cabeza del Fisco Nacional, de atribuciones que hacen a la esencia de
la función judicial […] el esquema diseñado en el precepto, al permitir que el agente
fiscal pueda, por sí y sin necesidad de esperar siquiera la conformidad del juez, dispo-
ner embargos, inhibiciones o cualquier otra medida sobre bienes y cuentas del deudor,
ha introducido una sustancial modificación del rol del magistrado en el proceso, quien
pasa a ser un mero espectador que simplemente es “informado” de las medidas que una
de las partes adopta sobre el patrimonio de su contraria. Tan subsidiario es el papel que
la norma asigna al juez en el proceso que prevé que, para el supuesto de que el deudor
no oponga excepciones, solo debe limitarse a otorgar una mera constancia de tal cir-
cunstancia para que la vía de ejecución del crédito quede expedita (art. 92, párrafo 16).
12) Que esta participación menor e irrelevante que se reserva a los jueces en los proce-
sos de ejecución no solo violenta el principio constitucional de la división de poderes,
sino que además desconoce los más elementales fundamentos del principio de la tutela
judicial efectiva y de la defensa en juicio consagrados tanto en el art. 18 de la Constitu-
ción Nacional como en los Pactos internacionales incorporados con tal jerarquía en el
inc. 22 de su art. 75 (confr. el art. 8º del Pacto de San José de Costa Rica, el art. XVIII de
la Declaración Americana de Derechos y Deberes del Hombre; art. 11 de la Declaración
Universal de Derechos Humanos; art. 14.1 del Pacto Internacional de Derechos Civiles
y Políticos) […] 15) Que no resulta admisible que a la hora de establecer procedimien-
tos destinados a garantizar la normal y expedita percepción de la renta pública se recu-
rra a instrumentos que quebrantan el orden constitucional. Es que la mera convenien-
cia de un mecanismo para conseguir un objetivo de gobierno –por más loable que este
sea– en forma alguna justifica la violación de las garantías y derechos consagrados en
el texto constitucional. 16) Que […] el régimen establecido en el art. 92 de la ley 11683
–en cuanto otorga a los funcionarios del organismo recaudador la potestad de disponer
y trabar unilateralmente medidas cautelares–, en la medida en que no se adecua a los
principios y garantías constitucionales de la división de poderes, la defensa en juicio y la
propiedad, es inconstitucional. 9
9. CSJN, 15/6/2010, “Administración Federal de Ingresos Públicos c/ Intercorp SRL s/ Ejecución fiscal” (La
Ley, 23/6/2010, p. 4). [N. del E.: se puede acceder al fallo aquí].
14 Revista del Notariado 923 Inhibición general
Inhibición dede
general bienes…
bienes
Cuando los Registros Inmobiliarios no pueden informar cuáles son los bienes de una
persona o estos son insuficientes, el acreedor traba una inhibición general de bienes.
Al respecto, la jurisprudencia ha resuelto que
Con lo dicho, la inhibición no es una medida contra la persona sino una limitación
de la facultad de enajenar o gravar ciertos bienes y, en ese sentido, ningún escribano
puede autorizar actos de disposición de bienes del inhibido sin orden judicial de le-
vantamiento total o parcial.
Si se formalizan actos de disposición de bienes de un inhibido, los efectos son
distintos según los casos:
a) Si la medida cautelar fue trabada por un acreedor inhibiente a quien le interesa
asegurar el cobro de su crédito, solo persigue los bienes y no la persona del deu-
dor. En este caso, la cautelar no implica una interdicción de carácter personal.
Llambías trae aquí la teoría de la inoponibilidad y declara que el acto realizado
por el inhibido o el fallido es válido entre quienes lo realizan y frente a terceros,
pero no es oponible al acreedor, quien queda habilitado para plantear la acción
revocatoria. Alguna doctrina ha sostenido que no es necesaria la revocación de
la venta cuando el comprador fue notificado de la inhibición. Siendo la inhibi-
ción, como ha quedado justificado, un embargo o una variante de este, corres-
ponde aplicar la disposición del artículo 1174 del Código Civil. 11 El bien que
dispuso el inhibido quedará ligado al proceso en el que fue trabada la inhibición
y deberá proveerse a la seguridad del acreedor, tratando de que este sea infor-
mado del acto de disposición, con lo cual tendrá localizado el bien y podrá lle-
var adelante su ejecución a pesar de la transferencia.
b) En el supuesto de la traba de la inhibición ordenada por el juez en el proceso de
incapacidad o capacidad restringida, o inhabilidad, tiene la función de anunciar
la declaración judicial de una incapacidad o capacidad restringida de la perso-
10. CNCont.Adm.Fed., Sala IV, 16/11/1989, “Instituto Forestal Nacional c/ Escobar, Gustavo” (Doctrina Judi-
cial, t. 1991-1, p. 744).
11. Nuta, Ana R., Prósperi, Fernando F. y Rotondaro, Domingo N., Medidas cautelares y bloqueo registral,
Buenos Aires, La Rocca, 1989.
Adriana N. Abella Doctrina 15
… no cabe decretar la inhibición general de bienes contra una persona fallecida desde
que si la existencia de las personas físicas termina con la muerte, tal como dicta el ar
tículo 103 del Código Civil, no cabe la interdicción contra una persona inexistente, todo
ello sin perjuicio de que sea viable el embargo de los bienes que integran el patrimonio
dejado por el difunto. 15
12. Los actos ejecutados en contra de la sentencia, posteriores a su inscripción, son nulos, de nulidad relativa,
subsanables por confirmación.
13. Abella, Adriana N., ob. cit. (cfr. nota 2).
14. Cfr. Zannoni, Eduardo A., Tratado de las sucesiones, t. I, Buenos Aires, Astrea, 4ª ed., pp. 539, 565; citado
también por C.Civ.yCom. San Isidro, Sala I, 8/9/1998, “S. H. s/ Suc.” (La Ley Buenos Aires, 1999, p. 972).
15. Berizonce, R. M., Morello, A. M. y Sosa, G. L., ob. cit. (cfr. nota 5), p. 924; De Lazzari, Eduardo N.,
ob. cit., p. 515. La Ley, t. 142, p. 122.
16 Revista del Notariado 923 Inhibición general
Inhibición dede
general bienes…
bienes
del albacea. Del artículo 3767 del Código Civil resulta: “El legatario no puede tomar el
legado sin pedirla al heredero o albacea, encargado de cumplir los legados. Los gastos
de entrega de los legados son a cargo de la sucesión”. En este caso se debe pedir al juez el
levantamiento de la inhibición al solo efecto de escriturar por no corresponder al inhi-
bido ni el inmueble ni su precio de venta para cumplir el legado y formalizar la venta del
inmueble.
De acuerdo al artículo 32, inciso b), de la Ley 17801, el registro de anotaciones perso-
nales anotará, además, la declaración de la inhibición de las personas para disponer
libremente de sus bienes y toda otra registración de carácter personal. Deberá reunir
dos requisitos: 1) estar dispuestas por leyes nacionales o locales y 2) incidir al mismo
tiempo sobre el estado o la disponibilidad jurídica de los inmuebles.
En virtud de ello, alguna doctrina requiere la inscripción de la cesión de dere-
chos hereditarios en los respectivos registros, según fuere el derecho transmitido, y
así, si hubiere inmuebles incluidos en la cesión de herencia, la inscripción debe efec-
tuarse en el Registro de la Propiedad Inmueble. 20 Para otra corriente de opinión, lo
primordial para la publicidad y oponibilidad de la cesión de herencia es la presenta-
ción del testimonio de escritura pública en el juicio sucesorio, de carácter universal.
Esta última es la opinión de los autores del anteproyecto y así lo dice el artículo 2302
del Código Civil y Comercial.
En el XI Congreso Nacional de Derecho Registral (Bariloche, 1999), el despacho
de la mayoría dijo:
20. Ver punto 6.2. de este artículo, especialmente la recomendación aprobada en las XI Jornadas Nacionales
de Derecho Civil (Buenos Aires, 1987).
21. Despacho de minoría: “El contrato de cesión de acciones y derechos hereditarios constituye una situa-
ción jurídica registrable (art. 30 inc. b de la Ley 17801). Se trata de una registración de carácter personal en el
sentido de que el eje de la registración es una persona (causante). Se justifica su inclusión dentro del inciso b)
del artículo 30 de la Ley 17801 pues se trata de un contrato que directa o indirectamente puede ‘incidir en el
estado o la disponibilidad jurídica de los inmuebles’. Idénticas consideraciones son aplicables a aquellas cesio-
nes de derechos y acciones hereditarias celebradas entre coherederos que involucren inmuebles determinados.
En la cesión de derechos y acciones hereditarias el cesionario es un sucesor particular (arts. 2160, 3263, 3322 y
ccds. CC)”.
18 Revista del Notariado 923 Inhibición general
Inhibición dede
general bienes…
bienes
El contrato de cesión de herencia se regula en el Título III del Libro V del Código Ci-
vil y Comercial de la Nación (arts. 2302-2309). Es un contrato aleatorio. Según el ar
tículo 2308 CCCN, las disposiciones del Título III se aplican a la cesión de derechos
que corresponde a un cónyuge en la indivisión poscomunitaria que acaece por la
muerte del otro cónyuge. La forma exigida es la escritura pública (arts. 1618, inc. a, y
2302, inc. b, CCCN), y el momento a partir del cual produce sus efectos se legisla en
el artículo 2302.
La cesión de bienes determinados que forma parte de una herencia no se rige
por las reglas del Título III del Libro V; se aplican las normas del contrato que corres-
ponda –compraventa, permuta o donación, etc.– . Su eficacia está sujeta a que el bien
sea atribuido al cedente en la partición (art. 2309).
En cuanto a la garantía de evicción, el contrato se rige por lo previsto en el ar
tículo 2305, salvo cuando la cesión es entre coherederos. La acción de complemento
queda neutralizada si el álea es expresada y aceptada (art. 2409).
Conviene distinguir los efectos de la cesión de derechos hereditarios respecto
de los acreedores del causante y respecto de los acreedores personales del heredero.
Advertimos que para el pago de las deudas del causante, los acreedores que no son
titulares de garantías reales deben presentarse a la sucesión y denunciar sus créditos
a fin de ser pagados, lo que determinará su declaración de legítimo abono. Los here-
deros pueden reconocer a los acreedores del causante o el juez emitirá la resolución
(arts. 2356 y 2357). El acreedor reconocido debe ser pagado según el orden estableci-
do en el artículo 2358. En caso de insuficiencia patrimonial para el pago a los acree-
dores, el Código remite en el artículo 2360 a la Ley Concursal. Los acreedores de la
sucesión conservan sus acciones contra el heredero cedente. Como en toda cesión de
deudas, el contrato no surte efecto respecto de ellos. Pero la doctrina es unánime en
aceptar que el acreedor pueda dirigirse contra el cesionario, aunque este no acepte la
asunción de las deudas que tuviera el cedente. La mejor justificación es el ejercicio
de la acción subrogatoria en la que el acreedor, obrando a nombre del cedente, le re-
clama al cesionario las sumas correspondientes para pagar (art. 739 CCCN). 22 Todo
acreedor del causante tiene a su disposición, por lo tanto, dos acciones: una contra el
heredero cedente y otra contra el cesionario. 23 Elegirá para demandar a aquel de los
dos que mayor seguridad de cobro le ofrezca. Si elige al heredero y no puede cobrar
por insolvencia, siempre le queda la posibilidad de demandar luego al cesionario. La
responsabilidad del cesionario será siempre intra vires.
Los acreedores personales del heredero solo tienen acción contra el cedente y
una vez consumada la cesión verán disminuida su garantía al salir bienes del patri-
22. Pérez Lasala, José L., Tratado de sucesiones. Código Civil y Comercial de la Nación. Ley 26994, t. 1, Santa
Fe, Rubinzal-Culzoni, p. 915.
23. Fornieles, Salvador, Tratado de las sucesiones, t. 2, Buenos Aires, Ediar, 1960, §456 y §457.
Adriana N. Abella Doctrina 19
… el efecto de la cesión de herencia es que el cesionario pasa a ocupar el lugar del herede-
ro cedente en el aspecto patrimonial, por lo tanto responde de las deudas del causante… 24
… los herederos a quienes se extienden los efectos de los contratos están legitimados
para pagar las deudas del causante… 25
Respecto de terceros, el cesionario asume las deudas hereditarias y el acreedor tiene dos
acciones: una contra el heredero cedente y otra contra el cesionario. 26
… la cesión de herencia no perjudica ni favorece a los acreedores del causante… 27.
Toda vez que la cesión es un acto entre vivos, se debe fijar y conocer el momento en
que dicha transmisión opera. Se ha suscitado una polémica que tiene su origen en el
derecho francés y que, por extensión, se dio en el nuestro.
Para una corriente, predomina el sistema propuesto por Huc, según el cual,
como por medio de la cesión se trasmite una universalidad jurídica distinta de las co-
sas que la componen, al no haber establecido la ley ningún requisito de oponibilidad,
basta el contrato, sin ser necesario ningún acto de notificación ni de publicidad. Por
lo tanto, en defensa de aquellos intereses bastaría la agregación del instrumento de la
cesión en el expediente sucesorio por ser ese trámite suficiente publicidad. 28
Colmet de Santerre considera que la cesión es una venta de cada uno de los ob-
jetos particulares comprendidos en la sucesión o de una cuota parte de cada uno de
esos objetos, según la cesión comprenda toda la herencia o una cuota parte de ella.
Así, la cesión es una venta de inmuebles si estos están incluidos en la sucesión, de
muebles o de créditos cuando los hay. Será todo esto a la vez si el activo estuviera
formado de inmuebles, muebles y créditos y, a fin de ser oponible a terceros, deben
cumplirse las formalidades establecidas para la venta de cosas de tal naturaleza. Tra-
dición e inscripción para los inmuebles, inscripción para los automotores, tradición
para los muebles, notificación para los créditos. 29
En opinión de Salvat: 30
En consecuencia, deben llenarse con respecto a cada uno de ellos las formalidades
que las leyes generales exigen para que los actos de enajenación o transmisión pue-
dan ser opuestos a terceros: así, si se trata de inmuebles, será precisa la inscripción de
la cesión en el Registro de la Propiedad.
Aunque con fundamentos no siempre coincidentes, concuerdan con este último
criterio, en cuanto a la publicidad, Méndez Costa, Falbo, Pelosi, Cifuentes. 31
Concluimos que la cesión produce efectos entre las partes desde el momento de
su celebración, puesto que se trata de un contrato consensual. Respecto de los ter-
ceros, antes de la entrada en vigor del Código Civil y Comercial, la falta de normas
legales originó distintas opiniones doctrinarias y corrientes jurisprudenciales, entre
las cuales se destacan:
a) No habiéndose establecido por la ley ningún requisito de oponibilidad, no es
necesario acto alguno de publicidad. La cesión producirá sus efectos desde
el momento en que se celebra el contrato. Este criterio, seguido en su tiempo
por los tribunales de la provincia de Buenos Aires, 32 se considera hoy día aban-
donado.
29. Criterio que Saignat y Baudry Lacantinerie juzgan se debe seguir y que fuera compartido por
F. Laurent (Principes de droit civil français, t. 24, París, 1878, §478), L. Guillouard (Traités de la vente et
de l’échange, t. 2, París, 1889, §761), y Capitant y Colin (Cours élémentaire de droit civil français, t. 4, París,
1930, p. 195).
30. R. Salvat (Tratado de derecho civil argentino. Fuentes de las obligaciones, t. 1, Buenos Aires, TEA, 1957,
pp. 475 y ss., ed. act. por Acuña Anzorena), antes de las últimas leyes de registro y de la reforma de 1968, se
enrola en este segundo sistema.
31. Ver: CNCiv., Sala C, 22/11/1976 (El Derecho, t. 72 p. 675; Repertorio La Ley, t. XXXVII, A-I, p. 122, suma-
rio nº 30); en esta oportunidad, Alterini y Belluscio entendieron innecesario pronunciarse sobre el tema dado
que se trataba de acreedores de la causante; CNCiv., Sala D, 5/5/1970 (Jurisprudencia Argentina, t. 1971-11,
p. 396; La Ley, t. 146, p. 670), voto de Cichero; CNCiv., Sala D, 7/8/1973 (El Derecho, t. 52, p. 138).
32. La Ley, t. 11, p. 205; t. 21, p. 792; t. 17, p. 667; t. 10, p. 1011; citados por Borda, Guillermo A., ob. cit. (cfr.
nota 28), §763.
Adriana N. Abella Doctrina 21
33. Ver Lafaille, Héctor, Tratado de derecho civil, Buenos Aires, 1945, §380; Fornieles, Salvador, ob. cit.
(cfr. nota 23), §466, Borda, Guillermo A., Tratado de derecho civil. Sucesiones, Buenos Aires, 1994, 7ª ed.,
§763.
34. CNCiv., en pleno, 24/12/1979, “Díscoli, Alberto T. s/ Sucesión” (La Ley, t. 1980-A, p. 327).
35. Berizonce, R. M., Morello, A. M. y Sosa, G. L., ob. cit. (cfr. nota 5), p. 918.
22 Revista del Notariado 923 Inhibición general
Inhibición dede
general bienes…
bienes
Asimismo, se ha resuelto:
Los embargos trabados sobre bienes de una cesión de derechos hereditarios no pueden
ser opuestos al cesionario si fueron posteriores a la presentación en el sucesorio del ins-
trumento de la cesión. 39
36. SC Buenos Aires (Jurisprudencia Argentina, t. 53), citado por Berizonce, R. M., Morello, A. M. y Sosa,
G. L., ob. cit. (cfr. nota 5), p. 926.
37. Ver SC Mendoza, Sala I, 1/12/1998, “Dolce, María C. y otro c/ Martínez Croizer, Silvia” (La Ley, t. 2000-A,
p. 577, 42.363-S; La Ley Gran Cuyo, t. 1999, p. 79; El Derecho, t. 184, p. 110). En igual sentido: C.Civ.yCom.
San Isidro, Sala I, 29/12/1998, “Desvard, Gabriel c/ Sucesión ab intestato” (El Derecho, t. 183, p. 278). La ce-
sión de derechos hereditarios es oponible a terceros a partir del momento en que se adjunta al expediente la
copia de la escritura de cesión y, por lo tanto, es este el momento que debe tenerse en cuenta para determinar
la preferencia de los derechos del acreedor embargante. Ver Guastavino, Elías P., “Oponibilidad de la cesión
de herencia anterior a la declaratoria de herederos”, en La Ley, Buenos Aires, La Ley, t. 1988-B, pp. 340 y ss.
38. CNCiv., Sala G, 2/5/2008, “Caracciolo, Juan Carlos” (La Ley, 12/8/2008, p. 7, sumarios 1 y 2).
39. CNCiv., Sala A, 4/4/1967 (El Derecho, t. 18, p. 738).
Adriana N. Abella Doctrina 23
go, así como también fue anterior a esa fecha la presentación de ese instrumento en el
sucesorio. 40
En las XI Jornadas Nacionales de Derecho Civil (Buenos Aires, 1987) se aprobó una
recomendación mayoritaria de lege lata en la comisión nº 6 “Cesión de derechos he-
reditarios”, en el sentido de que
I) […] el contrato de cesión de derechos hereditarios es aquel por el cual el cedente
transmite al cesionario la universalidad jurídica –herencia– o una cuota de ella, sin con-
sideración especial de los elementos singulares que la componen. 43
40. CNCom., Sala C, 24/4/2009, “Aveiro, Hugo Daniel c/ Italcorrugado SA” (La Ley, 14/7/2009, sumario nº 1)
[N. del E.: ver texto completo aquí].
41. C.Civ.yCom. 1ª San Nicolás, 22/11/2007, “Herrero, Ángel y Gattelet, Lilia Josefina” (La Ley Buenos Aires,
2008, p. 114, sumario nº 1) [N. del E.: ver texto completo aquí].
42. C.Civ.Com. y Garantías en lo Penal de Necochea, 10/9/2002, “Montenegro, Elvira N. c/ Aggio, Héctor E.”
(La Ley Buenos Aires, 2003, p. 94, sumario nº 2).
43. [N. del E.: se puede acceder al texto completo de las conclusiones aquí].
44. [N. del E.: se puede acceder al texto completo de los despachos aquí].
24 Revista del Notariado 923 Inhibición general
Inhibición dede
general bienes…
bienes
resumen
La inhibición general de bienes es una medida cautelar que produce una interdic-
ción de vender o gravar genéricamente cualquier cosa mueble o inmueble registra-
ble de la que el deudor pueda ser propietario en el momento de anotarse la medida
o que adquiera con posterioridad, en una determinada jurisdicción y donde la me-
dida se ha publicitado registralmente. Afecta exclusivamente el patrimonio de las
personas inhibidas y con los alcances que le otorga el ordenamiento procesal. La
inhibición no es una medida contra la persona, por lo que no afecta su capacidad.
Es una limitación de la facultad de disponer de ciertos bienes.
1. Cám. Civ. Com. de Concordia, 3/6/1997, “Banco Río de la Plata c/ Modernell de Etchart, Teresita” (Zeus,
t. 75, p. J-408), citado por Eguren, María C., “Reseñas de jurisprudencia”, en Peyrano, J. W. (dir.) y Eguren,
M. C. (coord.), Medidas cautelares, t. II, Santa Fe, Rubinzal-Culzoni, 2010, p. 220. [N. del E.: se puede acceder
al fallo aquí].
2. Cám. Civ. Com. de Santa Fe, Sala III, 28/5/1993, “Hug, Aldo A. y otro c/ Gorla, Carlos S. y otro s/ Juicio
ordinario. Incidente impugnación de liquidación promovido por el demandado” (Zeus, t. 63, R.9), en Eguren,
María C., ob. cit. (cfr. nota 1).
26 Revista del Notariado 923 Inhibición general
Inhibición dede
general bienes…
bienes
Por su parte, la definición del artículo 228 del Código de Procedimientos Nacional
dice:
En todos los casos en que habiendo lugar a embargo éste no pudiere hacerse efectivo
por no conocerse bienes del deudor o por no cubrir estos el importe del crédito recla-
mado, podrá solicitarse contra aquel la inhibición general de vender o gravar sus bienes,
la que deberá dejar sin efecto siempre que presentase a embargo bienes suficientes o die-
re caución bastante.
De allí, se podría ajustar el concepto a la medida cautelar que produce una interdic-
ción de vender o gravar genéricamente cualquier cosa mueble o inmueble, registra-
ble, de la que el deudor pueda ser propietario en el momento de anotarse la medida o
que adquiera con posterioridad, en una determinada jurisdicción y donde la medida
se ha publicitado registralmente.
Es una medida cautelar subsidiaria del embargo, que solamente procede cuando
no se le conocen bienes al deudor o estos resultan insuficientes para cubrir el crédito
reclamado. Se trata de una medida precautoria de carácter general. En este concep-
to coinciden todos los autores. 3 Sin embargo, volvemos al panorama confuso cuan-
do vemos que la medida puede trabarse no solo cuando no se le conocen bienes al
deudor, sino también cuando, conociéndolos, no constituyen suficiente garantía y
en otros supuestos, como puede ser el de la que se ordena en el juicio por insania
(arts. 629, 631 y 637 CPCCN) o como consecuencia de la apertura del acuerdo pre-
ventivo (art. 14 inc. 7 Ley 24522 de Concursos y Quiebras):
… el juez debe dictar resolución que disponga: […] 7) La inhibición general para dispo-
ner y gravar bienes registrables del deudor y, en su caso, los de los socios ilimitadamente
responsables, debiendo ser anotadas en los registros pertinentes.
En estos últimos supuestos podríamos decir que, si bien afecta los bienes registrables
en la jurisdicción y en el Registro donde se hubiera registrado la medida, en realidad
se va a referir a la disposición de todos los bienes y derechos, ya que estamos refi-
riéndonos a la imposibilidad de disponer de un insano. No obstante, la incapacidad
de obrar surge de la insania, no de haber trabado la medida y, consecuentemente, la
disposición que hagan los insanos será nula por falta de capacidad y no por tener re-
gistrada una inhibición general de bienes. Lo mismo ocurre con la interdicción que
proviene de la apertura del concurso: es la disposición que origina la medida que el
juez adopta la que impide la disposición de todo tipo de bien o derecho.
Los jueces han hecho uso de esta medida en el ámbito del proceso de divorcio,
en el que se ha dicho que
3. Ver Díaz Solimine, Omar L., Manual de derecho procesal civil, Buenos Aires, La Ley, 2008.
María T. Acquarone Doctrina 27
tarse en los procesos concursales que a la común, ya que tiende a garantizar los dere-
chos del cónyuge que la solicitó hasta que la liquidación se produzca… 4
4. CNCiv., Sala H, 11/3/2002 (elDial.com, AEI8BC), citado por Ponce, Carlos R. [comentario al art. 228], en
Highton, Elena I. y Areán, Beatriz A. (dirs.), Código Procesal Civil y Comercial de la Nación. Concordado con
los códigos provinciales. Análisis doctrinal y jurisprudencial, t. 4, Buenos Aires, Hammurabi, 2005, p. 549.
5. Ver Orelle, José M., “Inhibición general de bienes”, en Revista del Notariado, nº 923, 2016. [N. del E.: ver
este mismo número, pp. XX].
28 Revista del Notariado 923 Inhibición general
Inhibición dede
general bienes…
bienes
2. Efectos
Afecta exclusivamente el patrimonio de las personas inhibidas y con los alcances que
le otorga el ordenamiento procesal. La inhibición no es una medida contra la perso-
na, por lo que no afecta su capacidad. Es una limitación de la facultad de disponer de
ciertos bienes. En razón de ello, se ha dicho que el sujeto inhibido tendría una falta
de legitimación para actuar, ya que no va en desmedro de su capacidad de actuar
sino de la concreta realización de un determinado acto. Sin duda, la persona inhi-
bida tiene una restricción para la realización de los actos de disposición o gravamen
sobre bienes registrables. En determinados casos, esta situación se tratará de falta de
legitimación, ya que, siguiendo las enseñanzas de Betti, 6 el orden jurídico puede exi-
gir que los elementos constitutivos del negocio (forma, contenido, causa) sean confi-
gurados de determinada manera o, de otro modo, disponer que el negocio
… no despliegue eficacia si no le acompañan ciertas circunstancias que, si bien son ex-
trínsecas al negocio en sí considerado, se integran en el seno de una compleja situación
de hecho (inicial) de la que forman parte y en la que el negocio se inserta.
Sin embargo, en relación con los efectos que produciría el acto realizado en infrac-
ción de la medida cautelar trabada, nos atenemos a la causa que originó la medida
que la ordenó, ya que, según se trate de una protección para el acreedor que no co-
noce bienes del deudor o un juicio de insania o restricción a la capacidad de obrar, o
de un concurso o quiebra, o cualquier cuestión que a criterio del juez que la ordenó,
resultará o ineficaz o nulo según se trate de su origen. Por lo tanto, no se puede con-
cluir que el sujeto tendrá siempre falta de legitimación, sino en determinadas opor-
tunidades en las que se den los demás requisitos que la doctrina de la eficacia de los
actos jurídicos desarrolla.
No siempre faltará eficacia en el acto y en este sentido compartimos la opinión
vertida por Abella 7 en el sentido de que si se formalizaran actos de disposición de
bienes de un inhibido, los efectos son distintos según los casos:
a) Si la medida cautelar fue trabada por un acreedor inhibiente a quien le interesa ase-
gurar el cobro de su crédito, solo persigue los bienes y no la persona del deudor. En este
caso, la cautelar no implica una interdicción de carácter personal. 8
6. Betti, Emilio, Teoría general del negocio jurídico, Madrid, Editorial Revista de Derecho Privado, 1959,
2ª ed., §27b, p. 177, citado por Cerávolo, Ángel F., “Inhibiciones”, en Revista del Notariado, nº 923, 2016.
[N. del E.: ver este mismo número, pp. XX].
7. Abella, Adriana N., “Inhibición general de bienes y otras registraciones de carácter personal. Cesión de
derechos hereditarios”, en Revista del Notariado, nº 923, 2016. [N. del E.: ver este mismo número, pp. XX].
8. Ibídem.
María T. Acquarone Doctrina 29
fallido sería válido entre quienes lo realizaron y frente a terceros, pero no es oponible
al acreedor, quien queda habilitado para plantear la acción revocatoria. 9 Abella des-
taca que “alguna doctrina ha sostenido que no es necesaria la revocación de la venta
cuando el comprador fue notificado de la inhibición”, pero creemos que se impone en
todos los casos la inoponibilidad al acreedor que trabó la medida. Como hemos sos-
tenido, el efecto final de la medida procesal debidamente publicitada dependerá de la
causa por la cual se ha realizado.
… el bien que dispuso el inhibido quedará ligado al proceso en el que fue trabada la
inhibición y deberá proveerse a la seguridad del acreedor, tratando de que este sea in-
formado del acto de disposición, con lo cual tendrá localizado el bien y podrá llevar
adelante su ejecución a pesar de la transferencia.
b) En el supuesto de la traba de la inhibición ordenada por el juez en el proceso de in-
capacidad o capacidad restringida, o inhabilidad, tiene la función de anunciar la decla-
ración judicial de una incapacidad o capacidad restringida de la persona para disponer
de sus bienes según lo dispuesto en la sentencia. Esta puede determinar la necesaria au-
torización judicial y la intervención del curador, o de apoyos designados al efecto.
c) En el concurso o la quiebra, la inhibición publicita la existencia de una enajenación
forzosa en trámite y ordenada e inscripta la desposesión de hecho de los bienes del con-
cursado o quebrado. El acto celebrado por el inhibido es inoponible a la masa de acree-
dores. En razón de ello, es diferente el tratamiento a seguir en los distintos supuestos. 10
3. Conclusiones
9. Ibídem.
10. Ibídem.
Doctrina
resumen
-I-
- II -
Entrando en materia, destaco que existen tres diversos significados jurídicos especí-
ficos del vocablo “legitimación” que han sido frecuente y correctamente empleados
* Texto de la exposición efectuada en la Academia Nacional del Notariado el 23/6/2014. Se han agregado
hipervínculos y referencias bibliográficas.
C. Carminio Castagno
José Doctrina 31
1. Publicado en Revista del Notariado, nº 727, 1973, pp. 17-102. [N. del E.: puede verse online aquí].
32 Revista del Notariado 923 LaLa
inhibición general
inhibición dede
general bienes…
bienes
Cinco años después, agregué acerca del mismo concepto –como sintética conclusión
en la “Introducción” a la ponencia de la delegación argentina al XIV Congreso Inter-
nacional (Guatemala, 1977), Tema II 2–:
La legitimación es así la aptitud de un ente determinado para asumir cierto rol en una
situación jurídica específica con sujetos y sobre objetos precisamente individualizados.
Su carácter concreto marca, en síntesis, su diferencia con la capacidad, que implica un
ámbito abstracto, como lo demuestra el hecho de que personas plenamente capaces di-
fieran, en situaciones determinadas, en punto a legitimación.
Debo advertir que ese concepto de legitimación como presupuesto de validez del ne-
gocio jurídico es el que se halla en entredicho en este debate.
Considero que no se trata de que me esté refiriendo a otra legitimación, enten-
dida en el ámbito del derecho de familia, procesal o cambiario –como ya he expre-
sado–, sino que las diferencias versan sobre el concepto de legitimación como pre-
supuesto negocial, divergencia que obviamente se proyecta, asimismo, a su reverso
negativo (la ilegitimación), según trataré de demostrar.
- III -
2. “La validez de los actos y contratos otorgados por las sociedades mercantiles antes de su inscripción en el
Registro Mercantil”
C. Carminio Castagno
José Doctrina 33
- IV -
Aquí conviene dar una definición más precisa de ella –la legitimación–. Problema de
la legitimación es el de considerar quién y frente a quién puede correctamente concluir
el negocio para que éste pueda desplegar los efectos jurídicos conformes a su función y
congruentes con la intención práctica normal de las partes.
En la página 181:
Bajo este perfil de la legitimación se explican las normas que prohíben a determinadas
categorías de personas el hacerse adquirentes de ciertos bienes, recibir u obtener venta-
jas en relación a otras personas, también de determinadas categorías.
3. Betti, Emilio, Teoría general del negocio jurídico, Madrid, Edit. Revista de Derecho Privado, 1959.
34 Revista del Notariado 923 LaLa
inhibición general
inhibición dede
general bienes…
bienes
En la página 182: “También se explican así las incapacidades establecidas por los ar
tículos 596 a 598 acerca del tutor y del notario”.
Señalo que el artículo 597 es el equivalente a nuestro 3664 (“El escribano y tes-
tigos en un testamento por acto público, sus esposas y parientes o afines dentro del
cuarto grado, no podrán aprovecharse de lo que en él se disponga a su favor”). Agre-
go que lo mismo ocurre con las prohibiciones del artículo 985 –que casi toda la doc-
trina insiste en denominar “incompetencia por razón de las personas”– que concep-
túo, desde siempre, como supuestos de “ilegitimación del agente”.
En síntesis, remarco: la nota distintiva entre ambas figuras radica en el carácter
de la previsión normativa; la capacidad es genérica, por categorías de actos –adqui-
rir, enajenar, donar, comprar– sin interesar qué, a quién, ni de quién; la legitimación
versa sobre concretas relaciones funcionales entre sujetos determinados o de ellos
con un preciso objeto negocial (no poder vender tal cosa o no poder venderla a tal
persona).
-V-
Disiento asimismo respecto del caso aprehendido por el artículo 3430 –acerca del
cual se ha afirmado que en el heredero aparente no habría estrictamente titularidad
ni legitimación–, dado que considero que el poseedor de la herencia tiene título (de-
claratoria de heredero o aprobación judicial del testamento). Y, además, también sos-
tengo que, en virtud de ese título, se halla legitimado, razón por la cual la norma le
concede al tercer adquirente la misma tutela que le dispensa el artículo 1051 in fine.
(Prescindo, por razones de brevedad, de abordar las clasificaciones de la legitima-
ción, en las que me extiendo en mi Doctrina del negocio jurídico, cuya primera parte
“El concepto del negocio jurídico” confío que habrá de publicarse próximamente).
Tampoco concuerdo con equiparar la legitimación a “poder de disposición”, enfoque
asimilativo que se estructura a partir de que “inoponibilidad” significa “carencia de
poder de disposición” (y que la ilegitimación también implica dicha restricción).
Por mi parte, ratifico ahora que considero que entre ambos conceptos existe
una relación de género a especie, por lo que la recíproca no es exacta: no toda caren-
cia del poder de disposición implica ilegitimación (v. g.: suponiendo que se trata de
“vender”: la de la persona por nacer [art. 61 CCIV, a contrario] es una incapacidad
de derecho; la de un menor de siete años es una incapacidad de hecho; la de un cón-
yuge siendo el otro el vendedor es ilegitimación [art. 1358]). Además, la legitimación
no es solo poder de disposición; es algo más amplio: es potestad negocial. Por ejem-
plo: los cónyuges no pueden celebrar dichos negocios ni como disponentes (poder de
disposición) ni tampoco como adquirentes –aunque el acto sea a título gratuito, en
los que no hay, de parte del donatario, acto dispositivo alguno–.
Difiero, asimismo, con el uso de la expresión “venta a non domino”. Y lo hago
porque desde hace mucho tiempo intento desterrarla. Como expresé –en nota fe-
C. Carminio Castagno
José Doctrina 35
- VI -
Paso ahora a la llamada inhibición general de bienes. El artículo 228 del Código Pro-
cesal Civil y Comercial de la Nación –copiado, con olvido del federalismo, por la ma-
yoría de las provincias– dispone:
4. Publicado en Revista del Colegio de Escribanos de Entre Ríos, Paraná, Colegio de Escribanos de Entre Ríos,
nº 161, 1988, pp. 36-38; reproducido en Revista del Notariado, nº 854, 1998, pp. 51-54. [N. del E.: puede verse
online aquí].
5. Publicado en Revista del Notariado, nº 854, 1998, pp. 51-56. [N. del E.: puede verse online aquí].
6. Publicado en Revista del Notariado, nº 872, 2003, pp. 23-25. [N. del E.: puede verse online aquí].
36 Revista del Notariado 923 LaLa
inhibición general
inhibición dede
general bienes…
bienes
En todos los casos en que habiendo lugar a embargo éste no pudiere hacerse efectivo
por no conocerse bienes del deudor, o por no cubrir éstos el importe del crédito recla-
mado, podrá solicitarse contra aquél la inhibición general de vender o gravar sus bienes,
la que se deberá dejar sin efecto siempre que presentase a embargo bienes suficientes o
diere caución bastante.
El que solicitare la inhibición deberá expresar el nombre, apellido y domicilio del deu-
dor, así como todo otro dato que pueda individualizar al inhibido, sin perjuicio de los
demás requisitos que impongan las leyes.
La inhibición sólo surtirá efecto desde la fecha de su anotación salvo para los casos en
que el dominio se hubiere transmitido con anterioridad, de acuerdo con lo dispuesto en
la legislación general.
No concederá preferencia sobre las anotadas con posterioridad.
También conozco que el notariado adhiere a la tesis de que dicha cautelar impli-
ca la prohibición de disponer, salvo expresa autorización judicial. Sin embargo, sos-
tengo que esta medida procesal produce consecuencias muy diferentes a las que en
forma casi unánime se proclaman, y que –en cuanto a lo dispuesto en la última parte
del artículo– lo que el juez hará es solo lo que puede hacer: levantar la inhibición
para determinado acto, sin que ello implique volver a concederle al inhibido una ca-
pacidad o legitimación de la que antes carecía, ni –menos aún– entender que su reso-
lución integra el consentimiento negocial.
Existe también una lamentable y reiterada jurisprudencia comercial, en la que
algunos jueces –fundados en lo que la Ley de Concursos 19551 disponía en su ar
C. Carminio Castagno
José Doctrina 37
tículo 110, como hoy lo hace el artículo 106 de la Ley 24522– han resuelto que la
sentencia de quiebra importa la aplicación inmediata del desapoderamiento y –según
el artículo siguiente– la ineficacia de los actos del fallido, expresando cierta vez –ha-
ciendo uso de una expresión más apropiada para esquelas de condolencia– que de-
ploran que no se haya anotado la inhibición, pero que, a pesar de ello, se produjo el
desapoderamiento, y que en consecuencia todo es ineficaz para el concurso, y –algo
peor aún– no obstante “la buena fe del tercer adquirente” (v. g.: fallo del 5/2/1996 de
la CNCom., Sala A, en “Viuda de José Pons e Hijos SCA y otros s/ Quiebra”, basado
en el dictamen del fiscal de Cámara).
Al respecto, pienso que –ante todo– ello constituye una tremenda e injusta irra-
cionalidad, al dar con absoluta indiferencia una respuesta similar a situaciones dia-
metralmente opuestas: que el tercero sea de buena o mala fe (siendo la primera, se-
gún Demolombe, “el alma de las relaciones sociales”). Además, yendo brevemente
al plano jurídico, nuestro Código Civil establece algunas pautas legales a las que por
lógica debe recurrirse cada vez que es necesario calificar una conducta (arts. 2356,
4006 y 4008) (remito a mi trabajo “La teoría de la invalidez y la interpretación de la
reforma del artículo 1051 del Código Civil”). 7
Finalmente, teniendo en cuenta que tanto el artículo 2305 –interpretado en
consonancia con los principios establecidos en la Ley 17801 y lo que esta dispone
en sus artículos 2 (cuyo inc. b refiere a embargos, inhibiciones y demás providencias
cautelares) y 23 (normas todas que integran el núcleo de la llamada supralegalidad
que consagra el art. 31 de la Constitución Nacional)–, puedo concluir repitiendo ante
tales pretensiones lo que expresé en la sesión pública de 2002: “Creo que en materia
del Registro de la Propiedad Inmueble, la Ley 17801, complementaria del Código Ci-
vil, constituye un vallado infranqueable”.
En cuanto a qué bienes comprende la inhibición, opino que se circunscribe a
los registrables, entendiendo por tales solo aquellos a los que refiere la siguiente frase
del artículo 1277 del Código Civil: “… cuyo registro han impuesto las leyes en forma
obligatoria”.
En cuanto a la eficacia de la medida cautelar, se limita únicamente a los bienes
que corresponden a los registros donde ella ha sido anotada.
- VII -
7. Publicado en el tomo I de la obra Homenaje los Congresos de Derecho Civil, de la Academia Nacional de
Derecho y Ciencias Sociales de Córdoba, editorial Advocatus, 2009, pp. 615 a 648. [N. del E.: puede verse
online aquí].
38 Revista del Notariado 923 LaLa
inhibición general
inhibición dede
general bienes…
bienes
mente a esta última, dando por supuesto que es una tarea propia de toda corporación
científica, que debe acometerse en base a principios sistemáticos.
Es que lo que parece igual para el profano o el lego puede no serlo para el espe-
cialista. Vocablos sinónimos en el lenguaje corriente no lo son en el jurídico. (Ver-
bigracia: coloquialmente es lo mismo decir de alguien que es “incapaz” o “incompe-
tente”, pero en el plano jurídico lo primero se predica de la “persona” y lo segundo
del “órgano”; o, como he propuesto: que el ciego –que no es “incapaz” en nuestro
derecho– es “inhábil” para ser “agente” del órgano notarial). Por ello –y aunque así
se haya sostenido en la antigua jurisprudencia– el estar inhibido como impedimen-
to para ejercer determinados cargos o actividades tampoco constituye una quita de
su capacidad. No hay duda de que la incapacidad, la incompetencia, la ilegitimación
y las incompatibilidades –citando solo algunos ejemplos– generan “prohibiciones”, a
pesar de lo cual se trata de conceptos diversos y no equivalentes, que se distinguen a
veces por diferencias mínimas.
De los muchos juristas que se han pronunciado al respecto de este imperativo
de la labor científica, extraigo solo dos pensamientos:
Los que quieren poner en orden lo que saben y hacer progresar su propio saber y co-
municarlo al prójimo deben disponer de categorías ordenadas y de una lengua que las
exprese. [Rodolfo Sacco]
Se puede convenir en que su utilidad es al menos predominantemente expositiva y sis-
temática, pero la distinción, aun si su cometido sea únicamente aportar orden y claridad
al estudio de los varios y complejos fenómenos, es siempre igualmente indispensable.
[Emilio Betti]
- VIII -
De ello se deduce –mediante una simple interpretación a contrario– que los actos
del inhibido en infracción a disposiciones de los códigos rituales no son inválidos
(excepto, como es obvio, que se trate de actos procesales regidos por dichos códigos).
Considero que esta distinción que acabo de señalar no puede ser desatendida, por-
que de ella depende la magnitud del avance que pueda lograrse en la indagación que
nos convoca. Pienso que es fundamental advertir que preceptos de diferente rango
en las relaciones de subordinación que se dan en la estructura del derecho vigente
deben generar también distintas consecuencias (máxime cuando una norma, como
el mencionado art. 1037, así lo dispone expresamente).
Corresponde ahora indagar qué ocurre con dichos actos del inhibido, estable-
ciendo sus consecuencias respecto de la otra parte negocial y del acreedor inhibiente.
Acorde al anterior desarrollo –y descartada su invalidez–, se impone concluir en que
ellos son inoponibles al inhibiente, entendida dicha inoponibilidad como una inefi-
cacia restringida a determinados terceros, la que se produce –ya que la anotación,
como ya expresé, tiene efectos constitutivos de la inoponibilidad– a partir de su em-
plazamiento registral (excepto comprobada mala fe). En consecuencia, para el inhi-
biente, la cosa enajenada no ha salido del patrimonio de su deudor, por lo que puede
embargarla, ejecutarla y cobrarse. En caso de existir un remanente del precio obte-
nido, debe ser entregado a la otra parte del negocio declarado inoponible (dado que
se trata del verdadero dueño del bien, en virtud de un acto válido). Así caracterizado
el instituto sub examine, debe asignársele necesariamente –apuntando a la precisión
conceptual y a la univocidad terminológica– una especial denominación, que ahora
propongo sea de “inoponibilidad procesal”, juzgándola indicativa de su naturaleza y
origen.
Cuando hablé de “indisponibilidad procesal”, lo que quería señalar especial-
mente era su origen de derecho “adjetivo”, aspecto que resulta de la mayor impor-
tancia acentuar a fin de poner en evidencia que una norma local no puede generar
ningún efecto nulificante, incapacitante o ilegitimante. Sugerí entonces “indisponibi-
lidad procesal”, anticipando que iba a tratar de buscar una denominación más acorde
a lo que pienso, que es la que acabo de proponer.
- IX -
-X-
Para concluir, destaco que he efectuado el análisis que precede exclusivamente so-
bre la base de lo que hemos expuesto y argumentado en el debate, ya que no tengo
por qué ir a buscar otros trabajos –que no conozco ni se invocaron (por razones que
ignoro)– del mismo modo que no pretendo que se busquen trabajos míos (que no
conocen ni mencioné).
Todo lo que escribí –en lo atinente– lo he volcado en mis intervenciones, de las
que se concluye que no he incurrido en ningún equívoco al considerar que el artículo
1358 –por referir a una situación entre los sujetos negociales– consagra un supuesto
de ilegitimación.
En el debate que mantuve en las Jornadas de Derecho Societario (Buenos Aires,
9 a 11 de noviembre de 1978), critiqué el epígrafe del artículo 30 de la Ley de So-
ciedades Comerciales (en cuanto a la presunta “incapacidad” que allí se menciona),
agregando que tal postura
8. [N. del E.: el lector podrá confrontar el Anteproyecto de la Comisión Redactora, el Proyecto enviado por el
PEN al Congreso Nacional y el Código sancionado {Ley 26994}].
42 Revista del Notariado 923 LaLa
inhibición general
inhibición dede
general bienes…
bienes
… llevaría al absurdo de creer que los casados somos jurídicamente menos capaces que
los solteros, ya que –mientras nosotros no podemos celebrar compraventas o donacio-
nes con nuestros cónyuges– ellos pueden hacerlo con cualquier persona.
Doctrina
Inhibiciones*
Ángel F. Cerávolo
resumen
La inhibición general de bienes es una medida cautelar procesal, subsidiaria del em-
bargo, que provoca, únicamente respecto de los bienes inscriptos en el Registro don-
de la medida se anota, la restricción del poder de disposición de los mismos, afectan-
do de tal manera la legitimación de su titular respecto de tales bienes. Hay consenso
en la doctrina en que la medida importa la “prohibición o interdicción de transferir,
modificar o gravar bienes raíces o derechos reales sobre ellos”. 1
* Recopilación de los aportes del autor en el marco de las sesiones públicas y privadas de la Academia Na-
cional del Notariado en las que se trató el tema. Se han agregado hipervínculos a textos normativos y juris-
prudenciales.
1. Podetti, Ramiro, Tratado de las ejecuciones, Buenos Aires, Ediar, 1997 (ed. act. y ampl. por Guerrero Le-
conte), p. 204.
44 Revista del Notariado 923 Inhibiciones
Nos permitimos disentir con tal afirmación. Entendemos, por el contrario, que
sus efectos exorbitan el proceso, no son solo “procesales” en tanto en cuanto una vez
anotada la medida en determinado registro, importa la prohibición de disposición
de los bienes allí inscriptos a nombre de la persona inhibida. Su efecto típico es pro-
vocar el cercenamiento del poder de disposición del inhibido respecto de los bienes
inscriptos a su nombre en determinado registro; respecto de ellos, se restringe su le-
gitimación, usada esta locución en sentido estricto (no comprensiva de la capacidad
de derecho), sustancial (poder de disposición; relación sustancial sujeto-objeto), y no
procesal (legitimación procesal activa o pasiva –actor, demandado–).
La medida tiene efectos desde su anotación, esto es, a partir de su toma de razón
por parte del Registro, a partir de la cual toma estado público y es oponible a terce-
ros (cfr. arts. 30 inc. a y 32 Ley 17801). Existe discrepancia en la jurisprudencia en el
sentido de si solo se aplica a inmuebles, muebles registrables y a los derechos reales
sobre ellos, 2 o si, como creemos, se puede aplicar a todo bien registrable. En el últi-
mo sentido se ha expresado:
En los supuestos de las personas con capacidad restringida o inhabilitados y los con-
denados a más de tres años de prisión o reclusión, la medida es estrictamente una in-
terdicción y no una inhibición. En este supuesto, su alcance es sustancialmente dis-
tinto, en la medida en que la medida procesal anoticia la existencia de un proceso o
de una resolución del juez que restringe la capacidad de la persona.
A diferencia de lo expresado en el apartado anterior, en el supuesto del fallido
importa también –como en general– una restricción a la legitimación, y no a su ca-
pacidad. De hecho, el fallido conserva su poder de disposición respecto de los bienes
adquiridos con posterioridad al decreto de quiebra. Con respecto a la traba de inhi-
biciones que impone la Ley Concursal y sus efectos, en razón de la complejidad de la
cuestión y lo limitado del temario determinado para esta exposición, nos remitimos
a lo que expresáramos en 2008. 4
4. “El adquirente de buena fe frente a la ineficacia concursal”, en La Ley, Buenos Aires, La Ley, 22/12/2008
(t. 2009-A, p. 847).
5. Carnelutti, Francesco, “Legittimazione a comprare”, en Rivista del Diritto Commerciale e del Diritto Ge-
nerale delle Obbligazioni, 1935, v. xxxiii, p. 503; Carnelutti, Francesco, Teoria generale del diritto, pp. 318 y
46 Revista del Notariado 923 Inhibiciones
… la legitimación consiste en el deber ser o no ser el agente, o también el paciente, su-
jeto de una relación jurídica respecto del bien sobre el cual se desarrolla el hecho, para
que éste produzca determinadas consecuencias de derecho. Por eso, la legitimación
pone término al ciclo de los requisitos estáticos del hecho y realiza la unión entre éste y
la situación jurídica inicial, en el sentido de que a determinados hechos, o mejor, actos
jurídicos, es decir, a la eficacia jurídica de determinados hechos o actos materiales, la
ley ofrece como premisa necesaria no ya que el agente y el paciente puedan ser, sino que
sean verdaderamente los sujetos de la situación jurídica inicial y, por tanto, la efectiva
coincidencia entre los sujetos activo y pasivo del acto y los sujetos de la situación, sobre
la cual, determinado el cambio, el acto se destina a producir sus efectos… 6
… no despliegue eficacia si no le acompañan ciertas circunstancias que, si bien son ex-
trínsecas al negocio en sí considerado, se integran en el seno de una compleja situación
de hecho (inicial) de la que forman parte y en la que el negocio se inserta.
De tal forma, según este autor, los presupuestos de validez del negocio se agrupan en
tres categorías, según afecten: 1) al sujeto del negocio, 2) al objeto del negocio, en sí
considerado, 3) a la situación del sujeto respecto del objeto. En la primera hipótesis,
se trata de la capacidad; en la segunda, de la idoneidad del objeto; en la tercera, de la
legitimación para el negocio. Por ello, mientras capacidad es la aptitud intrínseca de
la parte para dar vida a negocios jurídicos, legitimación es la idoneidad para hacer
surgir negocios jurídicos que tengan un determinado objeto, en virtud de una rela-
ción en que la parte se encuentra, o se pone, con el objeto del acto. 8
Betti define la legitimación de la parte
ss. (ver al respecto Cariota Ferrara, Luigi, El negocio jurídico, Madrid, Aguilar, 1956 [trad. Manuel Albala-
dejo], §132, p. 528).
6. Carnelutti, Francesco, Teoría general del derecho, Madrid, Ed. Revista de Derecho Privado, 1941 (trad.
Carlos G. Posada), p. 259.
7. Betti, Emilio, Teoría general del negocio jurídico, Madrid, Ed. Revista de Derecho Privado, 1959 (traduc-
ción y concordancias con el derecho español por A. Martín Pérez), §27-b, p. 177.
8. Ibídem.
Ángel F. Cerávolo Doctrina 47
9. Ibídem.
10. Ladaria Caldentey, J., Legitimación y apariencia jurídica, Barcelona, Bosch, 1952.
11. Se entronca con la teoría de la representación, entendida como sustitución de la voluntad ajena en la dis-
posición de la propia esfera de intereses, brillantemente desarrollada en Cariota Ferrara, Luigi, ob. cit. (cfr.
nota 5); y Cariota Ferrara, Luigi, I negozi sul patrimonio altrui (citada por el propio autor en la primera
obra).
48 Revista del Notariado 923 Inhibiciones
Cariota Ferrara, 14 luego de reseñar las posturas de Santoro Passarelli y Messineo, las
refuta con contundencia:
12. Santoro Passarelli, Lineamenti di diritto civile. Persone fisiche, Padova, 1940, pp. 21 y ss.
13. Messineo, Francesco, Doctrina general del contrato, Buenos Aires, Ediciones Jurídicas Europa-América,
1952 (trad. Fontanarrosa, Sentís Melendo y Volterra), p. 90.
14. Cariota Ferrara, Luigi, ob. cit. (cfr. nota 5), p. 534.
Ángel F. Cerávolo Doctrina 49
Von Tuhr 16 identifica poder de disposición con lo que otros autores (como Betti) de-
nominan legitimación:
Expresa que los actos dispositivos que violan una prohibición relativa de enajenación
o una predotación son ineficaces frente al acreedor protegido por la prohibición o
predotación.
15. Barbero, Domenico, Sistema del derecho privado, t. I, Buenos Aires, EJEA, 1967 (trad. Santiago Sentís
Melendo), §81, p. 208.
16. Tuhr, Andreas von, Derecho civil. Teoría general del derecho civil alemán, t. II, Buenos Aires, Depalma,
1947, p. 39.
17. Salvat, Raymundo M., Tratado de derecho civil argentino. Parte general, t. 1, Buenos Aires, TEA, 1964
(actualización de José M. López Olaciregui), p. 597.
50 Revista del Notariado 923 Inhibiciones
… la falta de idoneidad para llegar a ser sujeto activo o pasivo de una determinada rela-
ción jurídica, esa llamada ausencia de legitimación en definitiva pone en juego la inexis-
tencia de capacidad jurídica o de derecho…
… posición en que se halla una persona con relación a un patrimonio ajeno, en cuya
virtud la declaración de voluntad de aquel sujeto va a tener consecuencias jurídicas res-
pecto del titular de dicho patrimonio.
… la legitimación es una categoría bajo la cual se engloba una serie de situaciones don-
de lo que se considera no es la aptitud in abstracto del sujeto o del objeto, sino la aptitud
concreta, para juzgar la cual es necesario poner en relación al sujeto con el objeto o con
otra persona.
18. Trigo Represas, Félix A., “Capacidad y legitimación en el otorgamiento de actos jurídicos”, en Revista
Notarial, La Plata, Colegio de Escribanos de la Provincia de Buenos Aires, nº 918, 1994, p. 426.
19. López de Zavalía, Fernando J., Teoría de los contratos, t. 1, Buenos Aires, Zavalía, p. 246.
Ángel F. Cerávolo Doctrina 51
… razonando con otro miraje, sería dable sostener todas las incapacidades tendrían
como agente al legislador, que todas serían de derecho. Ambas incapacidades resulta-
rían de prohibiciones de aquél, quien no se limitaría en algunos casos –las incapacida-
des de hecho– a modelar materia prima entregada en la totalidad por el mundo de la
naturaleza. El art. 31 del Cód. Civ. dispone que la capacidad o incapacidad “nace de esa
facultad que en los casos dados les conceden o niegan las leyes”… 21
… es la aptitud atribuida o integrada por la ley o por la voluntad para adquirir derechos,
contraer obligaciones, o para disponer de objetos concretos, por sí, por medio de otro o
por otro.
Agrega que a la capacidad la persona debe sumar, para actuar sobre los objetos ju-
rídicos, la legitimación en sentido estricto o poder de disposición. Advierte que no
debe confundirse legitimación con titularidad, puesto que
En principio, para estar legitimado con relación a un objeto, hay que ser titular en el
momento en que la actuación se realiza de los derechos de fondo que se pretenden ejer-
citar; pero esa titularidad puede advenir posteriormente y bonificarla […] En otro or-
den de ideas, si bien la titularidad suele coexistir con el poder de disposición y recípro-
camente; son conceptos distintos. Hay casos de titularidad sin poder de disposición
y de poder de disposición sin titularidad. Se habla también de supuestos en que se
verificaría la “legitimación” no mediando ni titularidad ni poder de disposición en
quien realizó el acto “traslativo”…
20. Alterini, Jorge H., “Capacidad y legitimación”, en Revista Jurídica de Buenos Aires, 1966, t. III, pp. 251
y ss.
21. Así, genéricamente, una persona de 19 años hoy es capaz de hecho, mientras que hace un año, en nuestro
país, cualquier persona no lo era a esa edad; en definitiva, es el legislador quien califica el sustrato de hecho y
determina los casos de incapacidad de hecho o de derecho.
22. Alterini, Jorge H., ob. cit. (cfr. nota 20), p. 258.
52 Revista del Notariado 923 Inhibiciones
Si bien, como hemos puesto de resalto más arriba, la legitimación se halla, en gene-
ral, acompañada de la titularidad del derecho de que se trate, no debe confundirse
una con la otra: existen tanto casos de titularidad sin poder de disposición como de
poder de disposición sin titularidad. La inhibición general de bienes no afecta ni la
capacidad del individuo ni la titularidad de los bienes de los que se trate, pero sí afec-
ta el poder de disposición de la persona respecto de tales bienes, afecta la relación
sujeto-objeto, afecta, en fin, la legitimación de la persona respecto de los mismos.
Así, por lo demás, lo entienden autores tales como López Olaciregui 25, Alteri-
ni 26 y Highton de Nolasco 27, que se han pronunciado al respecto en forma expresa.
También Von Tuhr 28, aunque refiriéndose a otras figuras, tales como la prohibición
relativa de enajenación o una predotación, que son ineficaces frente al acreedor pro-
tegido por la prohibición o predotación.
23. CNCiv., Sala B, 12/10/1976 (Jurisprudencia Argentina, tomo repertorio, 1977, p. 350).
24. Ver Podetti, Ramiro, Derecho procesal, civil, comercial y laboral, t. VII-A “Tratado de las ejecuciones”,
Buenos Aires, Ediar, 1968, p. 216; Fassi, Santiago, Código Procesal Civil y Comercial de la Nación y demás
normas procesales. Comentado, anotado y concordado, t. I, Buenos Aires, Astrea, 1971, p. 388 (citados en SC
Mendoza, Sala III, 26/10/1992, “Portabella, Oscar s/ Denuncia” (La Ley, t. 1993-B, p. 172, y Doctrina Judicial,
t. 1993-1, p. 817). [N. del E.: se puede acceder al fallo aquí].
25. Salvat, Raymundo M., ob. cit. (cfr. nota 17).
26. Alterini, Jorge H., ob. cit. (cfr. nota 20).
27. Ver CNCiv., en pleno, 23/8/2001, “Czertok, Oscar y otro c/ Asistencia Médica Personalizada SA y otro s/
Ejecución de Alquileres - Ejecutivo” (Doctrina Judicial, t. 2001-3, p. 506); en su ampliación de fundamentos
dice: “En principio, si bien toda persona capaz puede disponer de sus bienes, hay supuestos en que existe ca-
pacidad y titularidad sin poder de disposición, ejemplo al respecto es el de haberse trabado un embargo o una
inhibición”. [N. del E.: puede accederse al fallo aquí].
28. Tuhr, Andreas von, ob. cit. (cfr. nota 16).
Ángel F. Cerávolo Doctrina 53
La doctrina ha destacado que una de las más importantes diferencias entre las inca-
pacidades de hecho y/o de derecho y la falta de legitimación, en cuanto a sus efectos,
es que
29. Ibídem.
30. Lafaille, Héctor, Tratado de los derechos reales, t. 1, Buenos Aires, La Ley - Ediar, 2010 (ed. actualizada y
ampliada por Jorge H. Alterini), §38 bis, p 73.
31. Aplicación de tal principio es lo dispuesto por el art. 2504 CCIV, con las excepciones de los arts. 3126 y
3752, hoy art. 1885 (desaparece la excepción antes contenida en el 3126).
Doctrina
1. Naturaleza
Con la finalidad de precisar el significado de los vocablos propios del tema y, además,
disminuir los riesgos de la ambigüedad y vaguedad de los términos, paso a describir
los elementos de la inhibición general:
1. El sujeto titular de un derecho subjetivo respecto de quien se inhibe.
2. El derecho subjetivo objeto de la tutela o protección.
3. El proceso en el cual se dicta la medida cautelar y su grado de avance en la de-
terminación del crédito (ya sea para obtener su pago o la indemnización).
4. La sentencia del magistrado que dispone la inhibición general.
5. El sujeto destinatario de la medida cautelar.
6. La inscripción de la inhibición a los efectos de conferirle publicidad.
7. Las circunstancias relevantes para la evaluación de los efectos particulares en
cada caso específico: grado de determinación o indeterminación del crédito, pa-
trimonio del inhibido, naturaleza del crédito protegido, colisión con otros crédi-
tos del inhibido y su naturaleza y escalas de prelación o subordinación, situacio-
nes de urgencia o extrema necesidad o riesgo, etc.
En base a esta estructura, en el presente estudio emplearé el vocablo inhibición
exclusivamente para referirme a la sentencia que la impone, ya que la inscripción se
realiza al solo efecto de conferirle publicidad.
M. R. Orelle
José Doctrina 55
1.2. Definición
2. Efectos
1. Arazi, Roland y Fenochietto, Carlos E., Código Procesal Civil y Comercial de la Nación, comentado y
concordado con el Código Procesal Civil y Comercial de la Provincia de Buenos Aires, t. I, Buenos Aires, Astrea,
1987, p. 785.
2. Berizonce, R. M., Morello, A. M. y Sosa, G. L., Códigos procesales en lo Civil y Comercial de la provin-
cia de Buenos Aires y de la Nación. Comentados y anotados, t. II-C, La Plata, Librería Editora Platense, 2ª ed.,
p. 918.
56 Revista del Notariado 923 Inhibición general de bienes
que se refiere a la ciudadanía, a los estados de familia, etc., sin aplicación directa a
casos y circunstancias particulares. La capacidad de ejercicio también es un recono-
cimiento genérico y abstracto del sistema jurídico, reglamentada con normas especí-
ficas referidas a los menores de edad, incapaces o disminuidos, etc.
La doctrina es coincidente sobre el punto:
■ Messineo expresa que el contenido propio del derecho subjetivo es ante todo,
un poder jurídico de la voluntad, concedido por el ordenamiento jurídico al su-
jeto. 3 La capacidad de disponer es una subespecie de la capacidad general para
obrar. La capacidad para disponer es siempre general, estos es, no está limitada
a actos singulares o a bienes singulares.
■ Compagnucci de Caso explica que debe distinguirse entre capacidad de hecho o
incapacidad natural o falta de aptitud del sujeto para ejercer el derecho y la inca-
pacidad de derecho o incapacidad legal, que es la restricción impuesta por la ley
a determinados sujetos para ser titulares de derechos. 4
■ Betti 5 afirma que los presupuestos del negocio se agrupan en tres categorías, se-
gún afecten: a) al sujeto del negocio (capacidad), b) al objeto del negocio, c) a la
situación del sujeto con respecto al objeto (legitimación para el negocio).
3. Messineo, Francesco, Manual de derecho civil y comercial, t. II, Madrid, Ediciones Jurídicas Europa Améri-
ca, 1954, pp. 110 y ss.
4. Compagnucci de Caso, Rubén H., El negocio jurídico, Buenos Aires, Astrea, 1992, p. 160.
5. Betti, Emilio, Teoría general del negocio jurídico, Granada, Comeres, 2000 (trad. Martín Perez).
58 Revista del Notariado 923 Inhibición general de bienes
6. Barbero, Domenico, Sistema del derecho privado, t. I, Buenos Aires, EJEA, 1967 (trad. Santiago Sentís Me-
lendo), p. 208.
7. Cariota Ferrara, Luigi, El negocio jurídico, Madrid, Aguilar, 1956 (trad. Manuel Albaladejo), pp. 528 y ss.
8. Betti, Emilio, ob. cit. (cfr. nota 5), p. 203.
9. Ladaria Caldentey, J., Legitimación y apariencia jurídica, Barcelona, Bosch, 1952, pp. 14, 33.
10. Uno de los autores que más ha fustigado los esfuerzos destinados a descubrir la “naturaleza jurídica” de
las instituciones es Carrió. Expresa que lo que buscamos es una clave que nos brinde el acceso a todos los
M. R. Orelle
José Doctrina 59
En el plano específico de cada caso, el efecto está subordinado a una gran variedad de
circunstancias, entre las que pueden destacarse:
1) El interés protegido, su naturaleza, el monto económico (determinado o inde-
terminado).
2) El grado de avance de las actuaciones judiciales promovidas para la defensa del
interés.
3) La colisión de la inhibición general con otros intereses (comprador de alguno de
los bienes afectados por la inhibición), otros acreedores del afectado, cónyuge,
legitimarios, etc.
4) El grado de urgencia propio de dicha colisión de intereses (p. ej.: inhibición por
un monto determinado y mínimo que impide la transmisión de dominio de un
inmueble muy valioso).
5) Circunstancias de tiempo y lugar (feria judicial, huelgas).
6) Patrimonio del afectado, o sea, su aptitud para responder con varios bienes al
interés protegido.
7) Posibilidad o imposibilidad de poder acreditar objetivamente el valor de bienes
que integran el patrimonio del afectado, y el monto de la obligación a la que res-
ponde la inhibición.
8) Existencia de riesgos que exceden el factor económico: actos ilícitos, irregulares,
situaciones muy complejas, etc.
hechos relevantes respecto de un objeto, “una especie de llave única para un gran edificio” –citando a Robin-
son–. Las afanosas pesquisas para descubrir “la verdadera naturaleza” de tal o cual institución o relación están
irremisiblemente destinadas al fracaso. Lo imposible es buscar una “justificación única para la solución de
todos los casos que, ya en forma clara, ya en forma imprecisa, caen bajo un determinado conjunto de reglas.
[…] Por supuesto que no hay tal cosa”. (Carrió, Genaro R., Notas sobre derecho y lenguaje, Buenos Aires,
Abeledo-Perrot, 1994 (4ª ed.), pp. 100-102.
60 Revista del Notariado 923 Inhibición general de bienes
… la inhibición general de bienes es una medida cautelar que impide genéricamente
gravar o enajenar bienes registrables, y que no se produce una afectación a la persona,
sino solamente a los bienes […] no obstante ello, en los hechos la inhibición determina
la imposibilidad de desenvolver cierto tipo de actividades como, por ejemplo, inscribir-
se en los Registros Públicos como comerciante, u obtener habilitación para desempeñar
profesiones de martillero o corredor. Esto se traduce en una ampliación de las tradicio-
nales fronteras del instituto, que nos llevan a sostener que el descrédito o desconfianza
que implica para quien padece una interdicción termina por configurar una incapaci-
dad temporaria para el ejercicio de determinados actos. 11
11. C.Civ.yCom. Concordia, 3/6/1997, “Banco Río de la Plata c/ Modernell de Etchart, Teresita” (Zeus, t. 75,
p. 408), citado por Eguren, María C., “Reseñas de jurisprudencia”, en Peyrano, J. W. (dir.) y Eguren, M. C.
(coord.), Medidas cautelares, t. II, Santa Fe, Rubinzal-Culzoni, 2010, p. 220. [N. del E.: se puede acceder al
fallo aquí].
M. R. Orelle
José Doctrina 61
A partir de la naturaleza de esta clase de medidas cautelares, solo los bienes registra-
bles están alcanzados. 12 Con una especial precisión, Pagnacco 13 expresa
… los efectos de la inhibición general son intraregistrales, es decir que impide la dispo-
sición de aquellos bienes inscriptos en el Registro respectivo. En consecuencia solo im-
pide la disposición de los bienes registrables (los que no pueden transmitirse, cederse o
gravarse sin que el Registro expida previamente la certificación del estado de dominio o
afectación de ellos) Esta última expresión, entre paréntesis, es muy precisa, porque deja
fuera de los efectos el caso de aquellos registros de bienes en los cuales no se ha previsto
un régimen obligatorio de pedido de certificados…
12. Reitero que es la misma apreciación que se hace en Berizonce, R. M., Morello, A. M. y Sosa, G. L.,
ob. cit. (cfr. nota 2). Coincide con Arazi, Roland y Fenochietto, Carlos E., ob. cit. (cfr. nota 1).
13. Pagnacco, Eduardo J. A., “Las medidas cautelares en particular. Inhibición general”, en Peyrano, J. W.
(dir.) y Eguren, M. C. (coord.), Medidas cautelares, t. I, Santa Fe, Rubinzal-Culzoni, 2010, p. 462.
14. Podetti expresa esta idea: “… si se pretendiera extender esta medida de excepción a toda clase de bienes,
se estaría creando una verdadera incapacidad de derecho que, en tal caso, podría tacharse de inconstitucional”
(citado por Pagnacco, Eduardo J. A., ob. cit. [cfr. nota 13], p. 463).
62 Revista del Notariado 923 Inhibición general de bienes
tegrarse y armonizarse con los elementos esenciales de dicho sistema, o sea, título y
modo, y respetando el peso relativo de cada uno de estos elementos.
Básicamente, el título alude a la causa de la adquisición; el modo, a la manera en
la cual efectivamente el adquirente accede a la disposición física o material del bien.
Tanto el título como el modo tienen su particular y limitada esfera de publicidad:
aquellos han presenciado o han sido informados de la existencia de uno u otro. El
conocimiento del título o del modo genera oponibilidad, ya que quien ha quedado
enterado de la existencia de alguno de estos elementos no puede pretender ignorar su
existencia y debe respetar dicha existencia.
Debe acotarse –aun dentro de la brevedad de estas notas esenciales– que los ter-
ceros interesados, aunque exista la registración, no quedan eximidos de realizar ave-
riguaciones pragmáticas (estudio de títulos, verificar las relaciones posesorias de los
bienes, etc.). Por ello, los registros de bienes facilitan pero no garantizan la existen-
cia, validez o eficacia de los derechos reales sobre los bienes. Expanden la publicidad;
en la gran mayoría, con carácter declarativo; en algunos, constitutivo (p. ej.: el regis-
tro de automotores).
Por regla general, los registros de bienes son locales. Si en dichos registros exis-
ten secciones de anotaciones personales, dichas anotaciones son complementarias de
la publicidad, pero en la medida que refieren a los bienes objeto de la registración.
Nuevamente: si se aspira a la publicidad de medidas referidas a los ciudadanos y per-
sonas jurídicas, debe crearse un registro nacional con específica regulación de los
efectos de dicha inscripción o anotación.
En este cuadro de situación, resulta claro que los registros de bienes han sido
creados para facilitar, a través de los datos que surgen de sus asientos, la cognosci-
bilidad del estado jurídico de ciertos bienes por parte de los terceros interesados de
buena fe, que de esta manera no quedan exclusivamente obligados a averiguarlo con
diligencias pragmáticas.
Estas breves notas apuntan a perfilar el rol de los registros de bienes: la facilidad
de acceso al conocimiento –no excluyente de otras diligencias– del estado jurídico de
ciertos bienes seleccionados por el legislador. También permiten deducir la especiali-
dad de cada registro y que la información que proporciona está limitada en sus efec-
tos jurídicos a la clase de bienes de que se trate. Por ello, no procede técnicamente
(con alcance constitucional) pretender expandir los efectos en cuanto a oponibilidad
a otros bienes y menos aún a los sujetos. Si se pretende obtener oponibilidad de to-
das aquellas medidas que alcancen a los sujetos, debe crearse un registro nacional, en
el cual deberá delimitarse con extrema precisión el efecto de las inscripciones o ano-
taciones, ya que la naturaleza de los registros y sus alcances inciden de modo directo
en la estructura normativa de la transmisión de bienes.
M. R. Orelle
José Doctrina 63
El concepto de especialidad de los registros de bienes se integra con otros dos con-
ceptos: a) la especialidad de la función; b) la especialidad de la competencia atribuida
al órgano registral específico.
15. Orelle, José M. R., Actos e instrumentos notariales, Buenos Aires, La Ley, 2008, p. 47. Cfr. Barra, Rodol-
fo C., Tratado de derecho administrativo, t. I, Buenos Aires, Ábaco, 2002, p. 245.
64 Revista del Notariado 923 Inhibición general de bienes
Las funciones públicas, como una de las muchas medidas garantistas de los ciudada-
nos, se confieren a órganos, no a personas. La función pública registral se adjudica
los registros (depositarios de la función). El ejercicio de la función atribuida al órga-
no es efectuado por los agentes.
La competencia es la extensión de la potencialidad del órgano. 16 Solo puede
dictar un acto el órgano que tiene atribuida la competencia. En este sentido, las notas
que la doctrina 17 atribuye a la competencia son:
a) Debe surgir de una norma expresa.
b) La competencia es excepción, la incompetencia es la regla.
c) La observancia de la competencia es esencial para la validez del acto.
d) Es improrrogable e indelegable.
e) Es irrenunciable.
f) Se encuentra afectada al principio de especialidad, ya que los órganos solo pue-
den actuar para el cumplimiento de los fines que motivaron su creación.
En virtud de estas pautas, la competencia propia de los registros de bienes no
puede extenderse válidamente a otros fines (p. ej.: la publicidad de todas aquellas in-
terdicciones que pueden ser aplicadas a los sujetos, ya que este efecto solo puede sur-
gir de un órgano creado para tales fines).
Complementariamente, si se aspira a un registro de situaciones jurídicas refe-
ridas a las personas, este no solo debe ser nacional para su eficacia, sino que los al-
cances de sus inscripciones, sus efectos, deben estar determinados por la norma de
creación con extrema precisión y detalle, por el impacto de dicha publicidad en el ré-
gimen de transmisión de bienes. La garantía constitucional debida a los ciudadanos
exige normas claras, precisas, para poder ejercer sus derechos con certeza. Por todo
ello, sostengo que las inscripciones personales de los registros de bienes solo tienen
efecto para los bienes que constituyen el objeto de cada registro.
16. Fernández, Tomás R. y García de Enterría, Eduardo, Curso de derecho administrativo, Buenos Aires,
Thomson Civitas - La Ley, 2006, p. 555.
17. Dromi, José R., Derecho administrativo, Buenos Aires, Ediciones Ciudad Argentina, 5ª ed., p. 209.
M. R. Orelle
José Doctrina 65
lidad a terceros y demás previsiones”. Las normas citadas remiten al régimen de ac-
tos sobre bienes inmuebles. Finalmente, rubrica la especialidad el inciso artículo b):
“… los que dispongan […] inhibiciones”, ya que dichas anotaciones son subsidiarias
con respecto a los bienes inmuebles.
En el Capítulo VI, “Registro de anotaciones personales”, artículo 31, la ley esta-
blece que “cuando fuere procedente, las anotaciones mencionadas en el artículo an-
terior deberán ser relacionadas con el folio del inmueble a que corresponda”. Nueva-
mente se reitera dicha especialidad en la segunda parte del artículo 31: “En cuanto
sea compatible, les serán aplicables las disposiciones establecidas en esta ley para la
matriculación de inmuebles e inscripción del documento que a ello se refiera”.
Ventura 18 expresó:
Además de los textos comentados, cabe agregar un argumento conceptual. Si los re-
gistros de bienes hubieran creado en sus secciones de anotaciones personales un sis-
tema de publicidad de situación jurídica de los sujetos, siendo locales: ¿cómo cum-
plirían esa función?; ¿qué operación jurídica debería desarrollar quien desea obtener
certeza sobre la situación jurídica de un sujeto: pedir un certificado en cada provin-
cia?; ¿cómo obtener la vigencia de dichos certificados con diferentes regulaciones lo-
cales, plazos de vigencia, plazos de expedición?; ¿es racional esta estructura?; ¿otorga
protección jurídica?; ¿es resultado lógico de los avances doctrinarios sobre los temas
registrales?
18. Ventura, Gabriel B., Ley 17801. Registro de la Propiedad Inmueble. Comentada, anotada, Buenos Aires,
Hammurabi, 2009, p. 409.
66 Revista del Notariado 923 Inhibición general de bienes
Como principio general, basado en la competencia exclusiva de los jueces para dictar
medidas cautelares y resolver adicionalmente el modo y los recaudos específicos en
cada causa para disponer su extinción o levantamiento, no pueden efectuarse actos
de disposición.
… debe recordarse una vez más que constituye una falsa quimera pensar que los casos
de derecho tienen una única, necesaria, verdadera y válida solución. […] Así, la hipó-
tesis de derecho que pudo parecer mejor en determinado momento puede en definitiva
llegar a no serlo por infinitas razones: imperfecta apreciación de los hechos, incompleto
conocimiento de ellos, dificultades o fracasos en la obtención de la prueba conducente
a acreditarlos, la propia mutación de la situación fáctica, de los intereses en juego, de los
valores sociales aplicables, incluso de las normas legales o supranacionales, de la juris-
prudencia, etc.
19. Gordillo, Agustín, Tratado de derecho administrativo, t. 1, Buenos Aires, Fundación de Derecho Admi-
nistrativo, 2003, 8ª ed., p. I-36.
M. R. Orelle
José Doctrina 67
Cita a Cardozo:
… las reglas o principios no son soluciones finales, sino hipótesis de trabajo: cada nuevo
caso es un experimento y si la regla que parece aplicable da un resultado injusto, el re-
sultado debe ser repensado. 20
20. Ibídem.
68 Revista del Notariado 923 Inhibición general de bienes
9.2. Penados
En el caso de los penados con sentencia firme, es la causa jurídica en la que se en-
cuentran. En este caso, la limitación se basa en la situación jurídica del condenado.
El Código Penal expresa que la reclusión y la prisión por más de tres años llevan
como inherente la inhabilitación absoluta.
Este texto sugiere los siguientes comentarios:
a) El ámbito del derecho penal es de derecho público; por tal motivo, la termino-
logía y los conceptos de derecho privado solo son aplicables en la medida de
coincidir con elementos de la teoría general del derecho, abarcadores de temas
generales del derecho, sin distinción entre derecho público o privado.
M. R. Orelle
José Doctrina 69
9.3. Fallidos
Los fallidos quedan desapoderados de pleno derecho de los bienes existentes a la fe-
cha de la declaración de quiebra y de los que adquieran hasta su rehabilitación, no
pudiendo ejercer respecto de ellos los derechos de administración y disposición
(arts. 106-114 Ley 24522). El desapoderamiento:
a) No implica perder la propiedad de los bienes. 24 Existe además en los autores
citados coincidencia en cuanto a la pérdida de legitimación por parte del fallido
sobre sus bienes, resaltando que esta conclusión surge del hecho de que el falli-
do no es un incapaz, sino que la pérdida se debe al modo de comportamiento
negocial patrimonial.
b) El régimen de la Ley de Quiebras es de derecho público; por tal motivo, nueva-
mente, como en el caso del penado, nos encontramos con un ámbito específico
con perfiles propios, ajeno al derecho privado.
21. Rubianes, Carlos J., Código Penal y su interpretación jurisprudencial, t. 1, Buenos Aires, Depalma, 1967,
p. 24. D’Alessio, Andrés J. (dir.), Código Penal. Comentado y anotado, Buenos Aires, La Ley, p. 59.
22. Breglia Arias, Omar y Gauna, Omar R., Código Penal y leyes complementarias. Comentado, anotado y
concordado, t. I, Buenos Aires, Astrea, 2007, p.106
23. D’Alessio, Andrés J. (dir.), ob. cit. (cfr. nota 21) [comentario al art. 12].
24. Vítolo, Daniel R., Comentarios a la Ley de Concursos y Quiebras 24522. Doctrina y jurisprudencia, Bue-
nos Aires, Ad-Hoc, 1996, p. 257. En la misma posición doctrinaria, ver Barbieri, Pablo C., Concursos y quie-
bras. Ley 24522 comentada y anotada, Buenos Aires, Editorial Universidad, 2006, p. 277; y Rouillon, Adolfo
A. N., Régimen de concursos y quiebras. Ley 24522, complementaria del Código Civil y Comercial, Buenos Aires,
Astrea, 2015, p. 213.
70 Revista del Notariado 923 Inhibición general de bienes
Medidas cautelares.
Inhibición de bienes registrables*
Néstor O. Pérez Lozano
resumen
Este trabajo tiene como finalidad revisar la jurisprudencia, la doctrina y las institu-
ciones del derecho procesal en cuanto al cumplimiento de los presupuestos que
habilitan la procedencia de las medidas cautelares y los estándares de control del
debido proceso que garanticen el cumplimiento de los principios de bilateralidad e
igualdad sobre los que debe descansar. Pone de manifiesto la incidencia del nuevo
Código Civil y Comercial en el derecho procesal, en materia de medidas cautelares.
Revisa la jurisprudencia en cuanto a los efectos del crédito, la credibilidad, el buen
nombre, el prestigio, la norma legal, la interdicción y la incapacidad. Integran el re-
pertorio el abuso del derecho y la conducta procesal maliciosa. Analiza el instituto
de la contracautela y la consecuente responsabilidad por daños.
* Edición actualizada y ampliada del artículo “La inhibición general de bienes y las medidas precautorias”, en
Revista Notarial, La Plata, Colegio de Escribanos de la Provincia de Buenos Aires, nº 977, 2014, pp. 405-438.
72 Revista del Notariado 923 Medidas
Medidascautelares…
cautelares
a los bienes. 11.5. Certificados registrales. 11.6. Fuga registral. 11.7. Extensión
al sistema financiero. 11.8. Extralimitación de su naturaleza. 11.9. Derecho
deportivo. 12. Cesión de derechos hereditarios. 13. Contracautela.
1. Introducción
1.1. Efectos
No recae sobre la universalidad de los bienes del deudor, sino sobre los de naturaleza
registrable que se encuentren inscriptos a su nombre en los registros públicos crea-
dos por ley, donde deben publicitarse para hacerlos oponible a terceros. La medida
afecta la disponibilidad de los derechos sobre bienes registrables presentes y futuros
que componen el patrimonio del deudor, es decir, su transformación, modificación o
transferencia; pero no impide la adquisición, cancelación o liberación de los graváme-
nes que les afectaren, dado que –reiteramos– no afecta la capacidad de las personas.
1.2. Caducidad
Su caducidad opera por el solo transcurso del tiempo, de pleno derecho y sin necesi-
dad de solicitud alguna. El artículo 37, inciso b, de la Ley 17801 establece un plazo de
cinco años a computar desde la fecha de su toma de razón, salvo que leyes especiales
Solo tendrá efectos en la medida en que tome efectiva publicidad registral mediante
su anotación en el registro respectivo; por ser territorial, solo afectará a los bienes
registrados en su jurisdicción. A partir de ese momento, no puede disponer de los
bienes afectados por la medida. La inhibición anotada será inoponible a los actos de
transmisión o afectación celebrados ante notario público conforme a las leyes que re-
gulan su otorgamiento y rogada su inscripción dentro del plazo legal. 3
1.4. Preferencia
3. Cabe recordar que: i) las escrituras públicas que se presenten dentro del plazo de 45 días contados desde su
otorgamiento se consideran registradas a la fecha de su instrumentación (otorgamiento); ii) no obstante, dicha
inscripción es declarativa y no convalida el título nulo ni subsana los efectos de que adolecen según sus leyes
(arts. 4-5 Ley 17801).
4. Excepción: en el caso de cesión de herencia, en cuanto a los efectos de la publicidad, se le da preferencia a
la inhibición trabada con anterioridad a la presentación en el juicio sucesorio del testimonio de la escritura
respectiva (ver CNCom., Sala F, 6/5/2014, “Finning Argentina SA c/ J. A. G. R. y otro s/ Ejecutivo” [La Ley,
t. 2014-E, p. 291; Doctrina Judicial, 19/11/2014, p. 82; La Ley Online, AR/JUR/18068/2014 {N. del E.: ver en es
te mismo trabajo el apartado dedicado a la cesión de derechos hereditarios. El fallo puede consultarse comple-
to aquí}]; CNCiv., Sala E, 2/5/1989, “Mazzarella s/ Sucesión”, entre otros. [N. del E.: ver sumario oficial aquí]).
5. CNCom., Sala A, 29/6/2000, “Pirosanto Zavalla, Miguel A. c/ Resnik, Silvia B.” (sumarios en La Ley,
t. 2000-F, p. 978, y La Ley Online AR/JUR/3395/2000).
74 Revista del Notariado 923 Medidas
Medidascautelares…
cautelares
2. La inhibición general de bienes trabada a instancia del síndico en el marco de la ac-
ción de responsabilidad conferida por el art. 173 de la ley de concursos no posee prefe-
rencia alguna sobre los derechos del acreedor embargante. (Del dictamen del fiscal de
Cámara).
1.5. Requisitos
Los presupuestos de la medida son similares a los establecidos para disponer el em-
bargo preventivo (arts. 209-212 CPCCN), con la previa frustración por inexistencia,
ignorancia o insuficiencia de bienes embargables. 7 No obsta la medida inhibitoria
la existencia de un embargo inscripto y vigente que prima facie no cubre el crédito
del acreedor requirente, criterio que se extiende a la hipoteca o a la prenda en caso
de que dichas garantías reales fueren insuficientes (situaciones que deberán probarse
sumariamente).
6. Juzg. Civ. Com. y Minería nº 1 de General Roca, 28/10/2010, “Kozachenko Sofía en autos: Banco de la Na-
ción Argentina c/ Rampellotto, Alberto Giordano y otro s/ Ejecución hipotecaria s/ Tercería de mejor dere-
cho”. [N. del E.: acceda al fallo online aquí].
7. Berizonce, Roberto M., Morello, Augusto M. y Sosa, Gualberto L., Códigos Procesales en lo Civil y
Comercial de la Provincia de Buenos Aires y de la Nación. Comentados y anotados, t. II-C, La Plata, Librería
Editora Platense, 1986.
8. Cám.Civ.Com. de Concepción del Uruguay, 21/5/1999, “Banco de Galicia y Bs. As. SA c/ Transportes De-
marlengue e Hijos SRL y otros s/ Levantamiento medidas cautelares” (Jurisprudencia Argentina, t. 2002-II).
9. CNTrab., Sala 2ª, 31/8/1998, “Ortegoza, Samuel y otros c/ Miguel Á. Soprano SA s/ Despido” (El Derecho,
t. 179, p. 620).
Néstor O. Pérez Lozano Doctrina 75
bienes del deudor, siempre que concurran las circunstancias que autorizan el embargo
preventivo.
10. La norma citada requiere para las persona humana los nombres, apellidos, documento de identidad,
domicilio, fecha de nacimiento y estado de familia; si se trata de persona casada, el nombre de su cónyuge y si
lo es en primeras o posteriores nupcias. Para la persona jurídica, su denominación completa, domicilio social
y datos de la inscripción de su constitución. Los acreedores y, especialmente, los organismos de recaudación
solo aportan documento de identidad, dando lugar a tortuosos y costosos procedimientos de homonimia a
personas que nada tienen que ver con el inhibido.
11. Art. 2 Ley 3734 de la PBA: “Para el levantamiento de inhibición existente, el homónimo se presentará
al juicio dando su filiación completa. Con ello se requerirá al acreedor, que será notificado por cédula, con
copia de la petición, para que manifieste, dentro del tercer día, si el peticionante es o no la persona inhibida
a su pedido, bajo apercibimiento de que si guarda silencio, manifiesta ignorancia o contesta evasivamente, se
declarará que no se trata de la misma persona. Se dará a la gestión el trámite que corresponda a los incidentes
en general. Cuando una persona se encuentra inhibida por distintos jueces, podrá presentarse ante el juez de
su domicilio, pidiendo que, previa citación de los acreedores inhibentes, por medio de exhorto dirigido a los
jueces que decretaron las inhibiciones, se proceda en la forma establecida”.
12. CSJN, 21/7/2006, “Provincia de Tucumán c/ Timen SA”. [N. del E.: ver fallo online aquí].
76 Revista del Notariado 923 Medidas
Medidascautelares…
cautelares
No ocurre así cuando el Estado o sus entes descentralizados son parte en un proceso.
La Ley 26854 regula la procedencia y sustanciación de las medidas cautelares soli-
citadas por estos o contra su actuación u omisión (art. 1). Se adopta como estándar
jurídico para su procedencia en contra el interés público comprometido por la soli-
citud. Por no ser el objeto de este trabajo avanzar en su análisis, dejamos constancia
de que aquí el proceso debe ser integrado y no corresponde la sustanciación inaudita
parte.
Solo cuando circunstancias graves y objetivamente impostergables lo justifica-
ren, los jueces o el tribunal podrán dictar una medida interina, cuya eficacia se ex-
tenderá hasta el momento de la presentación del informe o el vencimiento del plazo
13. Ibídem. Es también conocido como la verosimilitud del derecho invocado; el fumus bonis iuris y el pe-
riculum in mora (peligro en la demora) son las condiciones o presupuestos requeridos para la obtención
y amparo de una medida cautelar. El fumus bonis iuris constituye el primer requisito que debe verificar el
juez al enfrentarse con la obligación de dictar una providencia cautelar. En palabras sencillas, se traduce
en la existencia de un juicio o razonamiento donde el órgano jurisdiccional encargado de decretarla prevé
las probabilidades sólidas de que el solicitante de la medida será beneficiado por lo dispuesto en la resolución
judicial definitiva. No es más que una valoración subjetiva y, en gran parte, discrecional del juez sobre la apa-
riencia de que existen intereses, tutelados por el derecho, totalmente sumaria y superficial.
Néstor O. Pérez Lozano Doctrina 77
fijado para su producción. Plazos que son muy breves. No obstante, el juez podrá
ordenar una vista previa al Ministerio Público.
La unilateralidad debe cesar inaudita parte, una vez anotada la medida en los regis-
tros públicos, y el juez debe convocar al deudor inhibido a tomar intervención en un
plazo razonable, bajo el apercibimiento de dejar firme la medida cautelar decretada
en autos sin su intervención.
El deudor, en el efectivo ejercicio de la defensa de sus derechos, podrá solicitar
la sustitución de la inhibición, ofreciendo bienes suficientes a embargo o dando cau-
ción suficiente a juicio del juez. Además, para el caso que fuera procedente, ofrecer
una instancia procesal que dé lugar a la sustanciación para la reparación de daños y
perjuicios causados por quien hubiere abusado de la solicitud de la medida cautelar
o, en su caso, de la maliciosa conducta que importa el ocultamiento del conocimien-
to de bienes registrables del deudor, todo dentro del mismo proceso.
ción en los registros públicos, no habría motivo para limitar su alcance. 14 Un aparta-
do especial requieren los fondos de comercio e industriales, dado que su registración,
por ahora, solo alcanza a sus transferencias, conforme lo dispone la Ley 11867, cuya
ratio contiene un régimen de oponibilidad autónomo que ha llevado a la jurispru-
dencia a prescindir del de anotaciones personales (inhibiciones).
La inhibición no alcanza a los restantes bienes, como los depósitos bancarios,
sin perjuicio de otras medidas cautelares que sobre ellos puedan trabarse. No pue-
de ordenarse esta medida genéricamente, impidiéndose la realización de actos que
vinculen al afectado con el sistema financiero, pues tal amplitud de consecuencias ge-
nera prácticamente una incapacidad absoluta. Debe afectar los actos de disposición
pero no los de administración y gestión regular, debido a los perjuicios que causaría
en el normal desenvolvimiento de los negocios de la persona en contra de quien se
ordena, sea humana o jurídica.
14. CNCiv., Sala C, 9/9/1983, “OSN c/ Club Atlético Boca Juniors” (Jurisprudencia Argentina, t. 1983-IV).
15. De Lazzari, Eduardo N., Medidas cautelares, La Plata, Librería Editora Platense, 1995, pp. 348 y 355
(“vocabulario jurídico”).
16. Couture, Eduardo J., Fundamentos del derecho procesal civil, 4ª ed.; Caracteres de las medidas cautelares,
Montevideo, Faira, 1960, §203. Para este autor, la finalidad de las medidas cautelares es la de restablecer la
Néstor O. Pérez Lozano Doctrina 79
bición absoluta o relativa, decretada judicialmente en los casos previstos por la ley de
realizar ciertos actos o de asumir determinada conducta”.
En la provincia de Córdoba, la Ley 8802 del Consejo de la Magistratura exige
la ausencia de inhibición como uno de los requisitos para los candidatos a ocupar
cargos judiciales (art. 18, inc. 13). Por ello, los registros de anotaciones personales
que registren “incapacidades” o determinadas situaciones jurídicas excepcionales
que provoquen ese estado relacionado con las personas deben ser de competencia
nacional.
significación económica del litigio, con el objeto de asegurar la eficacia de la sentencia y cumplir con un orden
preventivo: evitar la especulación con la malicia.
80 Revista del Notariado 923 Medidas
Medidascautelares…
cautelares
La unificación del derecho privado a expensas del CCCN pone en evidencia su inva-
sión regulatoria a los institutos procesales relacionados con la materia de las medi-
das cautelares. Este avance instala nuevamente sobre la mesa federal los conflictos de
competencia “reservada” a las provincias por la Constitución Nacional. Además del
régimen cautelar que el Código dispuso respecto de las restricciones a la capacidad
de las personas –abordado en el numeral anterior–, señalemos lo dispuesto por el ar
tículo 745 CCCN, que regula el derecho de preferencia del embargante que obtuvo el
embargo de bienes de su deudor respecto de otros acreedores quirografarios en pro-
cesos individuales, determinando el rango entre los demás embargantes por la fecha
(y hora) de la traba de la medida en los registros públicos.
En materia de títulos valores, el codificador ha desplegado la teoría general
reclamada por la doctrina, tomando como fuente el anteproyecto de unificación de
1998. Los ubica metodológicamente dentro de la declaración unilateral de voluntad
como fuente de las obligaciones. Su articulado recepta las reglas jurídicas básicas y
más aceptadas por la doctrina y el derecho comparado, con la finalidad de “promo-
ver la circulación amplia de estos títulos y la seguridad jurídica”. 17
También, llenando un vacío procesal en lo que respecta a medidas cautelares
aplicables a los títulos valores (art. 1822 CCCN), regula la competencia y los proce-
dimientos en los casos de deterioro, sustracción, pérdida y destrucción de títulos va-
lores o de sus registros (art. 1863). Asimismo, regla un prolijo procedimiento para la
oposición del rescate (art. 1875), como así también los procedimientos y costas en los
casos de títulos valores nominativos o no cartulares (art. 1878).
A instancias del reclamo de la doctrina, establece una metódica regulación en
materia de defensas oponibles (art. 1821). 18
Por otra parte, regula las medidas cautelares en el régimen de separación de bie-
nes (art. 473) y las medidas protectorias en la indivisión poscomunitaria (art. 483), y
las medidas provisionales y cautelares en la jurisdicción internacional (art. 2603), la
litispendencia (art. 2604) y la prórroga de jurisdicción (arts. 2605 y ss.).
La Corte Suprema de Justicia de la Nación tiene dicho sobre esta cuestión que el Con-
greso Nacional está habilitado para dictar normas de procedimiento, en relación con el
derecho común, aplicables por los tribunales locales –sin perjuicio de ser una atribución
reservada a las provincias, según el artículo 121 de la Constitución Nacional–, cuando
17. [N. del E.: se puede consultar el texto completo de los fundamentos del anteproyecto de Código Civil y
Comercial aquí].
18. Esta materia fue tratada con mayor amplitud en los comentarios a los arts. 1815 a 1881, en Clusellas, E. G.
(coord.), Código Civil y Comercial. Comentado, anotado y concordado. Modelos de redacción sugeridos, t. 6,
Buenos Aires, Astrea, 2015, pp. 456-639.
Néstor O. Pérez Lozano Doctrina 81
19. Descalzi, José P., “El derecho procesal en el Código Civil y Comercial unificado”, en Doctrina Judicial,
Buenos Aires, La Ley, 10/12/2014 (cita online AR/DOC/4217/2014), quien referencia a Sagüés.
20. Calamandrei, Piero, Estudios sobre el proceso civil (trad. Santiago Sentís Melendo), citado por De Laz-
zari, Eduardo N., ob. cit. (cfr. nota 15).
21. Podetti, Ramiro, Tratado de las medidas cautelares, p. 422. Ver también Borda, Familia, 4ª ed., p. 318;
Salas, Código anotado, t. 1, 1968, p. 768, §4; Cám.Civ.Com. 1ª de La Plata, Sala 3, causas 178.856 Reg. 392/80
y 1862.650 Reg. 406/81 (La Ley, 1983, p. 251, fallo 82.229); CNCom., Sala C, 11/7/1983 (Jurisprudencia Argen-
tina, t. 1983-IV).
22. Cám. 2ª Civ.Com. de La Plata, Sala III, 22/9/2005, “Bonilla Roque, Beatriz Elizabeth c/ Paredes Ávila, El-
mer Guillermo s/ Cobro ejecutivo”. [N del E.: ver texto completo aquí].
82 Revista del Notariado 923 Medidas
Medidascautelares…
cautelares
Sala, causas B-41.576, sent. del 14/IX/76 y B-42.455, sent. del 22/III/77, e.o.). […] Hay
aquí un uso arbitrario de las facultades procesales al haberse actuado en contraposi-
ción con los fines del proceso, violándose los deberes de lealtad, probidad y buena fe
(esta Sala, causa citada en Morello - Sosa - Berizonce, Códigos Procesales…, tº II-A,
p. 818, parág. 6).
Nuestro derecho no ampara el abuso del derecho. 23 No obstante que su abordaje ex-
cede la finalidad de este trabajo, resulta insoslayable al momento de resolver los múl-
tiples conflictos que la inhibición general de bienes, como medida cautelar, genera
sobre todo en punto a las responsabilidades de quien solicitó la medida, afectando
derechos personales y patrimoniales. Así, cabe distinguir y aplicar la tesis de la res-
ponsabilidad subjetiva, culpa del acreedor (arts. 1724 y cc., y 1737-1739 CCCN), y
la tesis de la responsabilidad objetiva, que se funda y aplica a quien obtuvo la medi-
da frente a su contrario por haberla trabado sin derecho, tanto en sus aspectos sus-
tanciales como instrumentales, sin analizar si existió de su parte abuso, dolo, culpa
o negligencia. La legislación procesal, tanto en la de la provincia de Buenos Aires
(art. 208 CPCCPBA) como en la nacional (arts. 209, inc. 1, y 212 CPCCN), adoptó el
criterio subjetivo.
La responsabilidad emerge cuando se demuestra que el requirente abusó o se
excedió en el derecho que la ley le otorga para obtener la medida cautelar. He ahí
que deben acudir a los artículos 9 y 10 citados, indispensables para determinar la res-
ponsabilidad. La jurisprudencia confirma esa posición y, por lo tanto, la pretensión
resarcitoria prosperará si se acreditan los extremos de la responsabilidad civil ex-
tracontractual. 24 Las resoluciones judiciales que recaen para determinar la respon-
sabilidad acuden a los siguientes estándares: a) intención de daño; b) que no haya
interés; c) si entre las opciones para ejercer el derecho se ha elegido las más dañosas
para otros; d) si el perjuicio es anormal o excesivo; e) si la conducta es contraria a las
23. Art. 1071 CCIV: “El ejercicio regular de un derecho propio o el cumplimiento de una obligación legal no
puede constituir como ilícito ningún acto. La ley no ampara el ejercicio abusivo de los derechos. Se conside-
rará tal al que contraríe los fines que aquélla tuvo en mira al reconocerlos o al que exceda los límites impuestos
por la buena fe, la moral y las buenas costumbres”. Art. 9 CCCN: “Principio de buena fe. Los derechos deben
ser ejercidos de buena fe”. Art. 10 CCCN: “Abuso del derecho. El ejercicio regular de un derecho propio o el
cumplimiento de una obligación legal no puede constituir como ilícito ningún acto. La ley no ampara el ejer-
cicio abusivo de los derechos. Se considera tal el que contraría los fines del ordenamiento jurídico o el que ex-
cede los límites impuestos por la buena fe, la moral y las buenas costumbres. El juez debe ordenar lo necesario
para evitar los efectos del ejercicio abusivo o de la situación jurídica abusiva y, si correspondiere, procurar la
reposición al estado de hecho anterior y fijar una indemnización”.
24. Ver Cám.Civ.Com. 1ª de Bahía Blanca, Sala 1ª, 10/6/1980, expte. 65.933 (DJBA, t. 119, p. 768); CN-
Com., Sala C, 24/3/1988, “Marra c/ Construcciones Echeverría”; CNCom., Sala D, 15/9/1977, “Berardi c/
Frig. Gral. Rodríguez”; CNCiv., Sala A, 11/4/1989 (Jurisprudencia Argentina, t. 1990-I, p. 124); CNCom., Sala
D, 27/10/1995 (Jurisprudencia Argentina, t. 1996-II, p. 484); CNCom., Sala A, 6/8/1974 (El Derecho, t. 57,
p. 410).
Néstor O. Pérez Lozano Doctrina 83
Dice De Lázzari: 25
las normas superiores que garantizan los derechos y garantías del debido proceso. La
unilateralidad es excepcional y transitoria. 28
Acreditar la verosimilitud del derecho, el peligro en la demora y ofrecer con-
tracautela adecuada son presupuestos previos y necesarios para obtener una medida
cautelar. Es decir, las circunstancias de hecho deben ser subsumibles en una norma
de derecho que reconozca tal situación y habilite la instancia fumus bonis iuris. La
contracautela debe ser de tal magnitud y especie que pueda receptársela. 29
Además, para la viabilidad de la inhibición, son requisitos específicos: a) des-
conocimiento de la existencia de otros bienes pasibles de embargo y b) insuficiencia
económica de dichos bienes. Así lo dispone la tesis del artículo 228 CPCCN, que de-
termina que procede solo ante la imposibilidad de decretar embargo suficiente sobre
el patrimonio del deudor demandado. Ello determina la relación de subsidiaridad de
la inhibición con el embargo. Por ello, nada impide que a posteriori conocido que sea
un bien o bienes de valor suficiente quede sin efecto la primera, dado que la inhibi-
ción además es supletoria. 30 Además de dichos caracteres, la inhibición general de
bienes tiene contenido residual, genérico y temporario. Ello es así porque su cesa-
ción y levantamiento proceden cuando se presenten bienes a embargo o se otorguen
cauciones suficientes. 31
28. Arazi, Roland y Morello, Augusto M., “Procesos urgentes”, en Jurisprudencia Argentina, Buenos Aires,
LexisNexis, t. 2005-I, pp. 1348-1352.
29. CNCom., Sala D, 14/8/2000, “Bank Boston National Association c/ Tejeduría Salomón Zogbi SA y otros”
(La Ley, t. 2000-F, p. 981, AR/JUR/3399/2000). CNCont.Adm.Fed., Sala IV, 10/2/1999, “Defensor del Pueblo
de la Ciudad de Buenos Aires y otro c/ Instituto Nac. de Servicios Sociales para Jubilados y Pensionados” (La
Ley, t. 1999-D, p. 377; La Ley Online, AR/JUR/500/1999).
30. Cám. 1ª Civ.Com. de Mar del Plata, Sala II, 18/7/1996, “Vargas, Rubén Abel c/ Lucero, Sergio Fernando
y otros s/ Daños y perjuicios (art. 250 del CPC)” (JUBA, sumario B1401712). Cám. 1ª Civ.Com. de La Pla-
ta, Sala II, 7/11/1991, “Danilovich, Carlos c/ Guaraglia, José s/ Daños y Perjuicios” (JUBA, sumario B200184
[N. del E.: ver otros sumarios aquí].
31. CNCiv., Sala I, 4/12/1990, “Yazji c/ Elliot s/ sumario” (LexisNexis, nº 10/4143).
32. Berizonce, R. M., Morello, A. M. y Sosa, G. L., ob. cit. (cfr. nota 7), t. III, p. 250.
33. De Lazzari, Eduardo N., ob. cit. (cfr. nota 15).
Néstor O. Pérez Lozano Doctrina 85
34. Es de esperar que este registro se convierta en una herramienta eficaz y útil para todos los efectos y conse-
cuencias para la publicidad y consulta.
86 Revista del Notariado 923 Medidas
Medidascautelares…
cautelares
35. Cám.Civ.Com. 1ª de Mar del Plata, Sala I, 17/8/1999, “HSBC Bco. Roberts SA c/ Edecin SA s/ Ejecución”,
B1351927 (sumario oficial); también: Cám.Civ.Com. 1ª de Mar del Plata, Sala I, 11/3/2003, “Banco Río de La
Plata SA c/ Sebalj, Alejandro y Ot. s/ Ejecución. Expedientillo art. 250 CPC”, B1351927.
36. Cám.Civ.Com. 1ª de Mar del Plata, Sala I, 21/10/1999, “Viñoles, Juan Carlos c/ Banco Crédito Provincia
s/ Cobro de pesos” (sumario oficial); también: Cám.Civ.Com. 1ª de Mar del Plata, Sala I, 5/2/2002, “Cebrián,
Raúl O. c/ Grieco, Antonio Juan s/ Incidente de apelación art. 250 CPC en Cebrián, Raúl c/ Grieco, Antonio
s/ Ejecución” (JUBA, sumario B1351977).
37. Mi sentido homenaje a la Escuela Procesal de La Plata, a los maestros Augusto Mario Morello y Roberto
Berizonce, nuestro respetuoso reconocimiento. Distintos e importantes tratadistas basaron la esencia y exis-
tencia independiente del derecho notarial en fundamentos similares a los que notables juristas desarrollaron
para asentar las simientes de un derecho procesal diferenciado e independiente del derecho civil. En otro tra-
Néstor O. Pérez Lozano Doctrina 87
ser actualizado con nuevas instituciones que introduzcan con eficacia el valor del
principio de la buena fe procesal.
El derecho anglosajón carece de un sistema jurídico documental expresivo de
la realidad social con efectos probatorios y ejecutivos, como ocurre en cambio en el
ámbito del derecho greco-romano germánico. Ese déficit estructural provoca un ex-
cesivo costo, ocasionado por la alta litigiosidad, que afecta negativamente sobre to-
dos los estándares económicos que se traducen en la medición del PBI, como ocurre
en los Estados Unidos de Norte América. De ahí su necesidad visceral y existencial
de haber incorporado al proceso el sistema de inmediación denominado discovery, 38
con el fin de institucionalizar los principios de la inmediación y de la buena fe en la
búsqueda de la verdad procesal.
El discovery está integrado por un conjunto de actos procesales que tiene por
objeto la obtención de información que las partes deben aportar; principalmente de
carácter fáctico, para la mejor determinación de las posiciones de las partes en un de-
terminado procedimiento judicial. Desde una perspectiva concreta en la materia de
las cautelares, aun cuando estén dictadas y anotadas en el registro, la comparecencia
obligatoria de las partes cumple una función equivalente a una declaración jurada; de
faltar a la verdad y a la plena información o la ocultación maliciosa de pruebas o bie-
nes, se configura un delito penal susceptible de condena. Esta última función resulta
tan esencial como claramente ajena a nuestros básicos principios procesales. ¿No ha-
brá llegado la hora de adoptarlo?
bajo, afirmé que “la función notarial produce la convergencia del orden, la seguridad y la paz hacia el ideal
de la justicia preventiva, para legitimar las relaciones humanas –en los hechos y en los actos–, otorgándole
firmeza a dicha relación jurídica, documental y autenticada. El notario es el autor del documento, no un mero
intermediario entre la voluntad y el papel”. (“La función notarial creadora de derecho”, en AA. VV., XXIII
Congreso Internacional del Notariado Latino [trabajos presentados por la delegación argentina], La Plata, Con-
sejo Federal del Notariado Argentino, 2011, pp. 163-200; publicado en Revista Notarial, La Plata, Colegio de
Escribanos de la Provincia de Buenos Aires, nº 942, 2002, pp. 437-479).
38. El discovery es una de las instituciones paradigmáticas del derecho procesal de los países del common law
y, más en particular, del derecho procesal de los Estados Unidos de América. Aunque no es exclusivo de este
último país, es allí donde se encuentra indiscutiblemente arraigado hasta el punto de constituir, sin riesgo a
exagerar, un elemento básico de su cultura jurídica. También fuera del ámbito anglosajón resulta, a estas al-
turas, poco probable encontrar a un procesalista que no lo reconozca. El discovery o descubrimiento tiene que
ver con la aportación de los hechos al proceso, con la realidad que se representa ante el juez a fin de que tome
una decisión sobre un determinado litigio y, por tanto, en última instancia, con la fascinante búsqueda de la
verdad procesal.
88 Revista del Notariado 923 Medidas
Medidascautelares…
cautelares
Poder Judicial y/o a otros profesionales del derecho a cargo de una función públi-
ca. Constituye un deber republicano y una obligación del Estado acudir anticipada
y preventivamente a la buena administración de justicia por parte del Poder Judicial,
mediante la regulación de lo contencioso y la debida atención de la conflictividad y
la criminalidad, al amparo de otros derechos contenidos en tratados internacionales
(plenamente vigentes e incorporados por la Constitución como derecho supranacio-
nal): los derechos del niño, el menor de edad y el adolescente, la incapacidad, la dis-
capacidad y la protección de la vida, la libertad, la seguridad pública y el derecho de
propiedad, la lucha contra la corrupción y el delito. Todo ello en el marco de la juri-
dicidad, mediante el control de constitucionalidad de las leyes que nos rigen. Pero, a
su vez, el Estado debe proveer a la delegación funcional para lograr la inmediatez y la
seguridad jurídica en la resolución de los servicios jurídicos en el campo contencio-
so, informativo y registral.
El notariado no rehúye a que se instalen por ley sistemas alternativos que les po-
sibiliten a los ciudadanos la libre elección entre diferentes regímenes procedimenta-
les. Ellos optarán por los que mejor abastezcan sus requerimientos, pudiendo valorar
en cada caso la calidad y economía de los servicios y la preservación documental que
dé estabilidad a sus derechos.
Vivimos momentos trascendentales: los jueces no pueden abastecer ni aten-
der todos los conflictos y dramas que padece nuestra sociedad, que está reclamando
justicia. El Poder Judicial está desbordado. La descentralización del Estado se logra
en un sistema de gobierno representativo, republicano y federal, cumpliendo con la
Constitución Nacional. Habrá ley que ponga a disposición del ciudadano la tutela
de sus derechos estableciendo un procedimiento alternativo para la mejor atención y
resolución de los servicios jurídicos no contenciosos, con la consiguiente desconges-
tión de juzgados y tribunales. 39
39. La Ley española 15/2015 de Jurisdicción Voluntaria les confiere a los notarios las siguiente competen-
cias: 1) celebración del matrimonio civil; 2) elaboración de acta de notoriedad para la constancia del régimen
económico matrimonial en el Registro Civil; 3) de convenio de separación y divorcio cuando no haya hijos
menores no emancipados o con la capacidad modificada judicialmente; 4) de acta de declaración de herederos
ab intestato a favor de los ascendientes y descendientes, cónyuge, pareja o parientes colaterales; 5) adveración,
apertura y protocolización de testamentos ológrafos, cerrados y otorgados en forma oral; 6) aprobación del
pago en metálico de la legítima (salvo confirmación expresa de todos los hijos o descendientes); 7) renun-
cia, prórroga del plazo del albacea y del contador partidor dativo, nombramiento de este y aprobación de la
partición cuando no exista confirmación expresa de todos los herederos y legatarios; 8) comunicación al he-
redero del plazo de treinta días para que acepte o repudie la herencia; 9) repudiación de la herencia, acepta-
ción a beneficio de inventario, derecho a deliberar, formalización del inventario; 10) ofrecimiento de pago y
consignación; 11) reclamación de deudas dinerarias no contradichas; 12) subastas notariales; 13) robo, hurto,
extravío o destrucción de título valor; 14) depósitos en materia mercantil y venta de los bienes depositados;
15) nombramiento de peritos en los contratos de seguro; 16) conciliación; 17) procedimiento extrajudicial de
ejecución de hipoteca mobiliaria y prenda sin desplazamiento de la posesión.
Néstor O. Pérez Lozano Doctrina 89
40. CSJN, 15/6/2010, “Administración Federal de Ingresos Públicos c/ Intercorp SRL s/ Ejecución fiscal” (Fa-
llos, t. 333, p. 935). [N. del E.: ver fallo completo aquí].
41. [N. del E.: ver puede texto actualizado de la Disposición AFIP 276/2008, modificada por la 250/2010].
90 Revista del Notariado 923 Medidas
Medidascautelares…
cautelares
ces director ejecutivo de ARBA, apoyó la facultad de la AFIP de aplicar este tipo de
medidas cautelares. El funcionario argumentó que esta práctica extrajudicial otorga
“mayor dinamismo” a los reclamos por tributos y “evita el colapso” de los tribunales,
indicando que trescientas noventa y tres mil causas al año se sustancian fuera de los
tribunales con resultado exitoso.
En un comunicado oficial, el director ejecutivo que sucedió a Montoya, Rafael
Perelmiter, dijo que
… es importante remarcar que ARBA mantiene sus facultades para trabar embargos so-
bre cuentas y activos bancarios extraños a su jurisdicción siguiendo el trámite estableci-
do por la Ley Nacional 22172. […] somos respetuosos de la Justicia, pero debe tenerse
en cuenta que el Máximo Tribunal no se expidió sobre la cuestión de fondo debatida,
que son los alcances del artículo 13 bis del Código Fiscal…
Por su contenido violatorio del régimen jurídico patrio, es menester transcribir los
dos artículos del Código Fiscal 42 que invisten al organismo administrativo con facul-
tades judiciales:
registrables o sobre cuentas bancarias del deudor, la anotación de las mismas se prac-
ticará por oficio expedido por la Agencia de Recaudación de la Provincia de Buenos
Aires, el cual tendrá el mismo valor que una requisitoria y orden judicial. La respon-
sabilidad por la procedencia, razonabilidad y alcance de las medidas adoptadas por la
Agencia de Recaudación de la Provincia de Buenos Aires, quedarán sometidas a las dis-
posiciones del artículo 1112 del Código Civil. 43
AUTOS Y VISTOS:
1. El representante de la firma “Reciclar SA” promueve una acción solicitando que se
declare la inconstitucionalidad de los artículos 25 y 27 de la ley 14200 45 por entender
que lesionan de forma manifiestamente ilegal y arbitraria los artículos 14, 17, 18, 28, 31,
75 inc. 22, 116 y 121 de la Constitución.
Al exponer los fundamentos de su petición entiende que “la legislación impugnada ava-
salla las autonomías provinciales al disponer normas de naturaleza procesal, siendo que
estas facultades no han sido delegadas al gobierno federal” (sic, fs. 21) y que viola los
principios de debido proceso y defensa en juicio, así como el de razonabilidad y el de
legalidad.
Entiende vulnerado por la legislación atacada su derecho a usar y disponer de su propie-
dad. Solicita se dicte una medida cautelar innovativa por la cual se suspenda la aplica-
ción de las normas atacadas hasta tanto se dicte sentencia.
2. El titular del Juzgado de Primera instancia en lo Contencioso Administrativo Nº 1
del Departamento Judicial de La Plata resolvió declararse incompetente para entender
en los presentes y remitió los autos a esta Suprema Corte (fs. 28).
3. La pretensión planteada tiene por objeto un pronunciamiento de invalidez consti-
tucional de normas locales que disponen suspender, bajo determinadas condiciones,
los artículos 39 de la Ley Nº 11490, 46 1º, 2º, 3º y 4º de la Ley Nº 11518 y modificato-
rias y complementarias, y la Ley 12747 47 (art. 25, ley 14200) y “establecer en cero por
ciento (0 %) la alícuota del impuesto sobre los Ingresos Brutos para las actividades
43. Art. 1112 CCIV: “Los hechos y las omisiones de los funcionarios públicos en el ejercicio de sus funciones,
por no cumplir sino de una manera irregular las obligaciones legales que les están impuestas, son comprendi-
dos en las disposiciones de este título”.
44. [N. del E.: ver fallo completo aquí].
45. Ley Impositiva de la Provincia de Buenos Aires para el año 2011.
46. Ley Impositiva de la Provincia de Buenos Aires para el año 1994.
47. Ley de Exención del Impuesto sobre los Ingresos Brutos.
94 Revista del Notariado 923 Medidas
Medidascautelares…
cautelares
48. CNFed. de Tucumán, 6/6/2014, “Fisco Nacional c/ Lase Group SRL s/ Inhibición general de bienes” (La
Ley Online, AR/JUR/29901/2014). [N. del E.: ver fallo completo aquí].
49. CNCont.Adm.Fed., Sala I, 14/4/2015, “AFIP-DGI c/ Frigorífico Regional General Las Heras SA s/ Medida
cautelar AFIP” (La Ley Online, AR/JUR/6534/2015). [N. del E.: ver fallo completo aquí].
96 Revista del Notariado 923 Medidas
Medidascautelares…
cautelares
Voces: AFIP, inhibición general de bienes, prensa, prensa escrita, rechazo del re-
curso, recurso ordinario de apelación ante la Corte Suprema, sentencia definitiva.
Hechos: La AFIP-DGI había requerido el dictado de una medida cautelar de
conformidad con lo establecido en el artículo 111 de la Ley 11683, por la deuda pre-
sunta de un medio de prensa correspondiente al impuesto al valor agregado, con
fundamento en la circunstancia de haberse verificado la inexistencia de bienes re-
gistrables suficientes para cubrir el monto al que se hizo referencia. La Cámara
revocó la resolución de primera instancia y, en consecuencia, ordenó levantar la inhi-
bición general de bienes dispuesta. La Corte Suprema de Justicia de la Nación decla-
ró inadmisible el recurso ordinario de apelación interpuesto.
Sumario:
50. CSJN, 19/5/2015, “AFIP-DGI 30002/11 (AG 20) c/ La Nación SA s/ Medida cautelar AFIP” (La Ley Onli-
ne, AR/JUR/27517/2015). [N. del E.: ver fallo completo aquí].
51. Cám. 2ª Civ.Com.Min.Paz y Trib. de Mendoza, 11/8/2015, “R., N. E. s/ Declaración de insania” (Doctrina
Judicial, 9/3/2016, p. 78; La Ley Online, AR/JUR/44810/2015).
Néstor O. Pérez Lozano Doctrina 97
AUTOS Y VISTOS:
Vienen estos autos a la Alzada a fin de resolver el recurso de apelación deducido por la
accionante contra el pronunciamiento dictado a fs. 187 y vta., recurso que fuera inter-
puesto a fs. 189 y concedido por el Sr. Juez a quo a fs. 190.
Y CONSIDERANDO:
1º) Que, mediante presentación de fs. 174/186, compareció la accionante solicitando el
dictado de una medida cautelar urgente por la que se disponga la suspensión preventi-
va de la decisión adoptada en la reunión de integrantes de la Comisión Directiva de la
Federación de Empresarios de Combustibles de la República Argentina en fecha 9 de
abril de 2015, consistente en la sanción de expulsión de socio y remoción del cargo de
presidente de la entidad, hasta tanto se resuelva el proceso principal de nulidad que ha-
52. Cám.Civ.Com. de Lomas de Zamora, Sala I, 28/5/2015, “Sica, Elena Rosario c/ Federación de Empresarios
de Combustibles de la Rep. Argentina y otro/a s/ Medidas cautelares (traba/levantamiento)” (La Ley Online,
AR/JUR/24296/2015). [N. del E.: ver fallo completo aquí].
98 Revista del Notariado 923 Medidas
Medidascautelares…
cautelares
brá de promover. […] hasta que se originaron los hechos que desencadenaron en la de-
nuncia articulada por ante la Dirección Provincial de Personas Jurídicas y en la presente
demanda. Sostuvo, en sustancia, que el conflicto en el seno de la Comisión Directiva
comenzó durante los meses […] Aduce que […] dado que las reuniones se tornaron
cada vez más violentas debió acudir a un escribano, quien realizó diversas actas de cons-
tatación […] Agrega que, irregularmente, se habría celebrado una reunión de comisión
directiva el día 12 de marzo de 2015 en la cual se la habría sancionado violando el esta-
tuto de la entidad. Considera nula dicha reunión, por los fundamentos que detalla. […]
Añade que, seguidamente y conforme surge del acta notarial que indica […] el Sr. […]
mocionó por su expulsión de la asociación, circunstancia que habría sido aprobada por
unanimidad de los allí presentes. […]
2º) Que […] el Sr. Juez a quo desestimó la medida cautelar solicitada, argumentando
que a su criterio no se hallaban configurados ni la verosimilitud del derecho ni el peligro
en la demora, agregando que tampoco se había denunciado en forma clara y concreta la
acción que habría de iniciarse.
3º) Contra dicha decisión se alza la recurrente, quien se agravia por el rechazo de la
medida cautelar peticionada […]
4º) Que reiteradamente tiene dicho nuestro superior tribunal de justicia que la finali-
dad del instituto cautelar no es otra que atender a aquello que no excede el marco de lo
hipotético, motivo por el cual la procedencia de toda medida precautoria no exige de los
jueces un examen de certeza sobre la existencia del derecho pretendido, sino verificar la
verosimilitud del derecho y la existencia de peligro de que si se mantuviera o alterara,
en su caso, la situación de hecho o derecho, la modificación pudiera influir en la sen-
tencia o convirtiera su ejecución en ineficaz o imposible (cfr. CSJN, Fallos: 306:2060;
313:521; 318:2375; 314:711; íd. SCBA, LP I 73232 2 RSI-472-14 I 08/10/2014). Que las
decisiones adoptadas sobre medidas cautelares tienen carácter eminentemente mutable,
de manera que la resolución que recae sobre ellas de acuerdo con las particularidades
de cada caso es siempre provisional, por cuyo motivo la parte interesada está legitimada
para solicitar nuevamente su traba, modificación, sustitución o, incluso, su levantamien-
to; dependiendo de los cambios que se produzcan en las circunstancias de hecho o de
derecho por las cuales fueron anteriormente decretadas o denegadas (cfr. art. 203, 230
y 232 del C.P.C.C.; Fassi - Yáñez, “Código Procesal Civil y Comercial”, t. 2, pág. 64 y
sus citas). A su vez, y con relación a las medidas cautelares genéricas previstas por el
art. 232 del Cód. Procesal ha de decirse que quien tuviere fundado motivo para temer
que durante el tiempo anterior al reconocimiento judicial de su derecho, éste pudiere
sufrir un perjuicio inminente o irreparable podrá solicitar medidas urgentes que, según
las circunstancias, fueren más aptas para asegurar provisoriamente el cumplimiento de
la sentencia. Las medidas cautelares deben acordarse siempre que al titular de un de-
recho subjetivo le asista un interés serio y legítimo, menoscabado por la conducta de
la contraparte, aunque el caso no se encuadre específicamente dentro de los supuestos
previstos por la ley adjetiva, pues así lo admite el progreso de la ciencia procesal. […] Se
encuentran acreditadas también las diversas controversias materializadas por los miem-
bros del consejo directivo de la institución –y de las cuales dan cuenta las actas nota-
riales adjuntadas–, pujas éstas que, a la postre, culminaran con la sanción de expulsión
de la actora y su remoción como presidenta de la entidad, aún mientras se hallaba en
Néstor O. Pérez Lozano Doctrina 99
diccional realiza su tarea, la situación de hecho se altere de un modo tal que, a la postre,
resulte ineficaz o tardío su mandato, expuesto a llegar cuando el daño sea irremediable”
(conf. Morello, Passi Lanza, Sosa y Berizonce, “Códigos Procesales comentados y
anotados”, Ed. Platense, 1971, t. III, p.60), debe ser juzgado de acuerdo a un juicio ob-
jetivo o derivar de hechos que puedan ser apreciados incluso por terceros (CSJN, Fa-
llos: 314:711; 317:978; 319:1325; 321:695, 2278; 323:337, 1849; 326: 1999, 3658). Sobre
esta base, es claro que el tiempo que previsiblemente insumiría arribar a una sentencia
definitiva en la futura acción de nulidad, o en su caso, esperar a una decisión de la ins-
tancia revisora de la propia entidad, sin duda ocasionaría a la actora un gravamen de
muy difícil reparación ulterior, en tanto llegaría a esa instancia no sólo desplazada de su
condición de socia, sino también del cargo para el cual ha sido electa por los miembros
de la entidad.
6º) Que, como también fuera adelantado en los puntos que anteceden y según las más
tradicionales caracterizaciones doctrinarias, la esencia de las medidas cautelares es su
provisionalidad. Esto significa que siempre la medida se extingue ante la decisión cog-
nitiva de fondo de la decisión final administrativa. Se trata en todos los casos de re-
soluciones jurisdiccionales precarias, nunca definitivas. Que, a fin de asegurar la pro-
visionalidad de la medida e impedir una eventual prolongación de los trámites que
necesariamente conlleve la sustanciación del proceso principal –o en su caso los inter-
nos que podrían llevar a cabo los órganos de la propia institución– es que entiende ne-
cesario el tribunal fijar un plazo razonable de duración de la misma; el que se estima en
esta instancia liminar en seis (6) meses, contados a partir de la concreta efectivización
de la medida. Dicho plazo, podrá ser dejado sin efecto o prorrogado por la jurisdicción,
según el desarrollo de los acontecimientos y las particularidades concretas de los proce-
sos que tramiten las partes (cfr. CSJN, “Grupo Clarín S.A. y otros s/ Medidas cautelares.
Recurso de hecho”).
Por ello, por los fundamento hasta aquí vertidos, el tribunal RESUELVE:
i) Revocar la resolución apelada, admitiéndose consecuentemente la medida cautelar
solicitada por la recurrente, por el término de seis (6) meses, contados a partir de la
concreta efectivización de la medida (arts. 230 y 232 del C.P.C.C.). ii) Previa caución
juratoria que deberá prestarse en la instancia de grado, disponer el libramiento de los
instrumentos pertinentes (en su caso, en los términos de la ley 22.172) a fin de reponer
a la recurrente en posesión del cargo del que fuera desplazada y restituir su condición
de socia de la entidad (arts. 198 y 199 del C.P.C.C.) […]. Javier Alejandro Rodiño. Carlos
Ricardo Igoldi. Presidente. Vocal. Nicolás Raggio. Secretario.
53. CNCiv., Sala A, 10/11/2014, “R., A. c/ V., N. M. s/ Medidas precautorias” (La Ley Online, AR/JUR/59293/
2014). [N. del E.: ver fallo completo aquí].
Néstor O. Pérez Lozano Doctrina 101
1. El embargo requerido sobre las acciones que el demandado posee en determinadas
sociedades debe admitirse, pues los convenios acompañados por el accionante, cuyo
cumplimiento pretende garantizar, confieren suficiente verosimilitud a dicha preten-
sión, mientras que el peligro en la demora surge de la restante documental acompañada.
2. La inhibición general de bienes no resulta pertinente, atento su carácter subsi-
diario, si previamente fue decretado un embargo cuya insuficiencia no se encuentra
acreditada.
3. Las medidas cautelares solicitadas respecto de sociedades de las que el demandado
es accionista es improcedente, toda vez que dichas entidades serían terceros en lo que se
refiere a la vinculación entre las partes.
54. CNCom., Sala B, 23/10/2014, “Monsanto Argentina SAIC c/ Plate, Ricardo Daniel s/ Ejecutivo” (La Ley,
t. 2015-C, p. 400; La Ley Online, AR/JUR/67558/2014). [N. del E.: ver fallo completo aquí].
55. CNCiv., Sala D, 10/3/2015, “Monsanto Argentina SAIC c/ Colombi, Saúl Alfredo s/ Ejecutivo” (La Ley,
t. 2015-C, p. 398; Doctrina Judicial, 26/8/2015, p. 83, y 2/9/2015, p. 74; La Ley Online, AR/JUR/1718/2015).
[N. del E.: ver fallo completo aquí].
102 Revista del Notariado 923 Medidas
Medidascautelares…
cautelares
56. CNCiv.Com. Federal, Sala I, 9/4/2014, “Patrimonio en Liquidación Banade c/ D., D. y otro s/ Proceso de
ejecución” (La Ley Online, AR/JUR/23551/2014). [N. del E.: ver fallo completo aquí].
57. CNCom., Sala E, 10/7/2014, “Orizon SA s/ Quiebra (incidente de extensión de quiebra)” (La Ley Online,
AR/JUR/49584/2014). [N. del E.: ver fallo completo aquí].
Néstor O. Pérez Lozano Doctrina 103
Civil, pues no es trámite esencial de la acción, sino que constituye solo una garantía es-
tablecida por la ley a favor del acreedor, de la que este puede prescindir para hacerla
efectiva con posterioridad en orden al cumplimiento de la sentencia.
Debe anotarse en cada una de las reparticiones estatales que cumplan las funciones
de registro con relación a ciertos bienes para que tenga efecto sobre ellos: “… para su
efectividad es menester inscribirla en cada uno de los registros correspondientes”. 59
58. Cám. Civ. y Com. de Mar del Plata, Sala II, 31/10/2013, “Banco Francés SA c/ Ullua, María Cecilia s/ Eje-
cución” (La Ley Buenos Aires, 2014 [abril], p. 335; La Ley Online, AR/JUR/71974/2013). [N. del E.: ver fallo
completo aquí]. Al respecto, cfr. Gasparini, Juan A., “Ejecución de la vivienda única. Régimen legal de la pro-
vincia de Buenos Aires”, en La Ley Buenos Aires, Buenos Aires, La Ley, 2015 (febrero), p. 1; y en Derecho de Fa-
milia y de las Personas, Buenos Aires, La Ley, 2015 (mayo), p. 164: “La ley provincial 14432 resulta constitucio-
nal a la luz de los parámetros internacionales, dado que, asumida la responsabilidad internacional del Estado
argentino, éste debe garantizar el progresivo ejercicio de los derechos humanos, evitando eludir la aplicación
de una ley por cuestiones de competencia legislativa, máxime cuando la provincia de Buenos Aires también
ha reconocido en su máximo nivel normativo el derecho de acceso a una vivienda digna, encontrándose, en
consecuencia, obligada a adoptar las medidas necesarias para que tal declaración no se torne ilusoria y siendo
de fundamental importancia para la solución que se propicia que el sistema de tutela automática local es el que
mejor se adecua a dicho cometido, porque deviene connatural a la nueva estructura familiar, haciendo primar
el interés del grupo por sobre la iniciativa del titular del dominio”. [N. del E.: cfr. también Taiana de Brandi,
Nelly A., “Inconstitucionalidad de la Ley 14432 de la provincia de Buenos Aires, reglamentada por Decreto
547/2013”, en Revista del Notariado, nº 917, 2015].
59. Vénica, Oscar H., Código Procesal Civil y Comercial de la provincia de Córdoba. Concordado, comentado y
anotado, t. IV, Córdoba, Marcos Lerner Editora, 2001, p. 441.
104 Revista del Notariado 923 Medidas
Medidascautelares…
cautelares
Se ordena en defecto de bienes o ante la insuficiencia de los mismos para cubrir las
acreencias (art. 481 CPCC Córdoba). En el proceso concursal, la inhibición es la
medida cautelar por excelencia. La ley establece que uno de los requisitos que debe
contener la sentencia de apertura del concurso o quiebra es la orden de anotar la in-
hibición en los registros pertinentes (arts. 14, inc. 7, y 88, inc. 2, Ley de Concursos y
Quiebras [LCQ]), abarcando la totalidad de los bienes del deudor. 62
Favier Dubois y Spagnolo 63 determinan como fin del concurso preventivo
60. Camps, Carlos E., Código Procesal Civil y Comercial de la Provincia de Buenos Aires. Anotado, comentado,
concordado, Buenos Aires, LexisNexis - Depalma, 2004.
61. CNCiv., Sala F, 14/12/2001, “Raimondi SAF y De Riv. Lavalle 714 SA. y otros”.
62. Junyent Bas, Francisco y Musso, Carolina, Las medidas cautelares en los procesos concursales, Buenos
Aires, LexisNexis, 2005, p. 18. Resolución general 32/1999 del Registro General de la Provincia de Córdoba,
“Inhibiciones e inhibiciones de fallidos”: Texto sugerido: “Resuelvo: Art. 1: Disponer que la anotación de la
inhibición general de bienes del deudor ordenada en procesos concursales e inhabilitación del fallido, no es-
tán sujetas a término alguno de caducidad automática y sólo podrán ser removidas o canceladas por orden
judicial expresa”.
63. Favier Dubois, Eduardo M. (h) y Spagnolo, Lucía, “Las medidas cautelares en el concurso preventivo
para asegurar la continuidad de la empresa” [online], [en web de los autores], Buenos Aires, 2014.
Néstor O. Pérez Lozano Doctrina 105
La inhibición no constituye óbice para que una persona pueda constituir sociedad.
No es una medida de repercusión personal, sino que afecta aquellos actos de dispo-
sición que se pretendan realizar sobre bienes registrables (art. 30, inc. a, Ley 17801,
se anota en el registro de anotaciones personales única técnica de hacer efectiva una
medida procesal de carácter general). Aunque no es objetivo del presente trabajo
tratar en profundidad el tema de la capacidad para constituir una sociedad, hay que
destacar que dicha habilidad se extiende a quienes, según las leyes comunes, tienen la
libre administración de su patrimonio (art. 9, CCOM). 64
Los interdictos por condena superior a tres años y los fallidos y los administra-
dores de una persona jurídica declarada en falencia se encuentran incapacitados para
formar sociedad. 65 Si bien respecto del concursado preventivamente se traba la inhi-
bición general de bienes, este podría concurrir a la formación de la sociedad a través
del aporte de bienes no registrables (en este sentido, ver el precedente “Los Álamos
SRL”, que revocó la denegación de inscripción de una sociedad formada por concur-
sados 66). Sin embargo, en esa situación entrarían en conflicto los artículos 15 y 16
LCQ, sin perjuicio de que en una eventual declaración de quiebra jueguen otros ar
tículos que tienden a la protección de la integridad patrimonial de quien se encuen-
tra en estado de cesación de pagos.
64. Ver Villegas, Carlos G., Derecho de las sociedades comerciales, Buenos Aires, Abeledo-Perrot, 2001,
p. 131.
65. Di Tullio, José, “Nuevo sistema sancionatorio de la quiebra”, en Revista de Derecho Privado y Comunita-
rio, Santa Fe, Rubinzal-Culzoni, nº 11, 1996, pp. 55-78.
66. Cám.Civ.Com. Familia y Cont.Adm. de Villa María, 22/11/2005, “Los Álamos SRL”.
106 Revista del Notariado 923 Medidas
Medidascautelares…
cautelares
No se concibe el contrato de sociedad sin aportes de los socios, los que pueden
consistir en bienes, trabajo o ambas cosas a la vez. Puede tratarse de una obligación
de dar o de hacer. Respecto de una persona inhibida, el acto de disposición de bienes
para la formación de la sociedad puede tratarse de obligaciones de dar cuya presta-
ción consista en bienes muebles no registrables o de obligaciones de hacer. Pero se
deben admitir los aportes de bienes registrables cuando en los respectivos registros
públicos no figure anotada la medida cautelar.
67. Cám.Civ.Com. de Junín, 13/8/1986, “Mirazzo, Lorenzo y otros c/ Lincoln Televisora Color, Canal 5” (El
Derecho, t. 121, p. 508).
68. CNCiv., Sala D, 4/5/1961, “Louit, Rodolfo E. c/ Favelevic, Alejandro” (La Ley, t. 103, p. 399).
69. Aconsejo analizar los valiosos aportes doctrinarios abastecidos sobre esta materia por los juristas Bense-
ñor y Carminio Castagno, dado que el tema excede el motivo de este trabajo. Ver la tesis completa y correcta
del art. 38 LSC y los efectos de su inscripción en Benseñor, Norberto R., “Aporte de bienes registrables a
sociedades. Negociación de los aportes. Cuestiones registrales”, en Revista del Notariado, nº 860, 2000, pp. 45-
73: “La aportación de un bien registrable a una sociedad en formación determina la realización de un negocio
Néstor O. Pérez Lozano Doctrina 107
Una persona inhibida no podrá aportar un bien registrable a una sociedad, pues
tal acto chocaría con el requisito que la ley impone. Al informar el registro compe-
tente la medida cautelar que pesa sobre el socio, el aporte a la sociedad devendría im-
posible, salvo que se sustituya la inhibición por embargo o caución suficiente.
El acto de disposición que una persona realiza hacia la sociedad con los aportes com-
prometidos, si bien implica disminución patrimonial directa y cambio de titularidad
de los bienes sobre los que recae, se transforma en participación en el negocio asocia-
tivo. Y sobre tal participación (cuotas o acciones) los acreedores pueden solicitar la
anotación de otras medidas cautelares o bien liquidarlas coactivamente para satisfa-
cer sus acreencias (arts. 57, 153 y 193 LGS).
Las facultades del registrador comercial para el control y/o calificación del cumpli-
miento de los requisitos legales en la constitución o modificación de las sociedades
no deben exceder los límites de la prudencia en el ejercicio de su poder de policía.
La inhibición no es una incapacidad, por lo que no podrá negar la toma de razón del
contrato constitutivo de sociedad en el que uno de sus socios se encuentre inhibido.
traslativo, completo, por parte del aportante a favor de dicha sociedad. La integración del capital de una socie-
dad en formación con bienes registrables implica una verdadera transmisión de dominio a título de aporte a
favor de esta entidad, que lo adquiere antes de operar su inscripción en el Registro Mercantil. En tal sentido,
la locución «ésta se hará preventivamente a nombre de la sociedad en formación», utilizada por el artículo 38
de la ley 19550, debe ser entendida como «ésta se hará originariamente a nombre de la sociedad en forma-
ción». La transmisión debe operarse utilizando el documento idóneo para ello, con cumplimiento de todos
los recaudos impuestos por las leyes de acuerdo con la naturaleza propia de los bienes. Tratándose de bienes
inmuebles, debe acudirse a la aportación por escritura pública, no pudiendo prescindirse de la tradición. Re-
gistralmente debe practicarse en todos los casos una inscripción definitiva a nombre de la sociedad en forma-
ción, sustituyendo la titularidad del aportante por la de la sociedad. Este asiento, por su propia naturaleza, no
está sujeto a duración ni condicionalidad de ninguna especie. Debe excluirse todo régimen basado en inscrip-
ciones provisionales, notas marginales o anotaciones preventivas. La rogación del asiento registral respectivo
puede ser solicitada por el notario interviniente, por el socio aportante, por el órgano de representación de
la sociedad en formación y por quien acredite interés legítimo en asegurar el derecho que se ha de registrar
(art. 6 de la ley 17801), sin ser necesarias la intervención judicial, registral o de la autoridad administrativa
de control. Operada la inscripción regular de la sociedad, sólo cabe anoticiar al registro dominial de esta cir-
cunstancia, siendo suficiente para ello reingresar el documento ya inscripto, de acuerdo con el artículo 38 de
la ley 19550, con una rogatoria o minuta con el único objeto de que se consigne en el asiento la inscripción de
la sociedad en sede mercantil y se deje constancia de ello en el título (art. 28 de la ley 17801)”. Ver la correcta
doctrina societaria y los efectos definitivos de la inscripción en Carminio Castagno, José C., “La anotación
prevista en el artículo 38 de la Ley 19550” [s. e.], 1979 (trabajo presentado en el III Congreso Nacional de De-
recho Registral [Mar del Plata, 1979]).
108 Revista del Notariado 923 Medidas
Medidascautelares…
cautelares
70. Cám.Civ.Com. Familia y Cont.Adm. de Villa María, 29/10/2003, “Don Santiago SRL” (La Ley Cuyo, 2004
[octubre], p. 887; La Ley Online AR/JUR/5925/2003).
71. SC Mendoza, Sala III, 26/10/1992, “Portabella, Oscar s/ Denuncia” (La Ley, t. 1993-B, p. 172, y Doctri-
na Judicial, t. 1993-1, p. 817; Jurisprudencia Argentina, t. 1993-II, p. 658). [N. del E.: se puede acceder al fallo
aquí].
72. CSJN, 5/10/1995, “Menkab SA. c/ Buenos Aires, Provincia de y otros s/ Daños y perjuicios” (Fallos, t. 318,
p. 1800, sumario oficial). [N. del E.: ver fallo completo aquí].
Néstor O. Pérez Lozano Doctrina 109
Por ello, opinamos que la inhibición general, jurídicamente, no sólo afecta a las cosas
inmuebles y muebles registrables, sino también a todo tipo de bienes cuya enajenación
por parte del deudor pueda ser evitada; el problema radica, entonces, en la forma prácti-
ca de hacer efectiva la medida…
73. Leguizamón, Héctor y Wetzler Malbrán, Alfredo R., “Inhibición general de bienes. Anotación de li-
tis”, en Palma, Jorge E. y Serantes Peña, Oscar E. (dirs.), Medidas cautelares, Buenos Aires, Depalma, 1986,
p. 78 (colección “Práctica procesal civil y comercial”, t. 1).
74. CNCom., Sala A, 16/2/1998, “Sant Anna, Joaquín c/ Inter Freight SRL” (La Ley, t. 2000-A, p. 571, y La Ley
Online, AR/JUR/1629/1998, sumario).
75. CNCom., Sala B, 18/4/2001, “La Argentina Caja de Crédito Coop. Ltda. c/ Agropecuaria El Trébol SA”
(elDial.com, AA80F).
76. CNCom., Sala B, 16/9/1998, “Meske, Hernán c/ Club Deportivo Español de Buenos Aires s/ Medida pre-
cautoria” (sumario oficial).
110 Revista del Notariado 923 Medidas
Medidascautelares…
cautelares
El Código Civil y Comercial de la Nación (Ley 26994) trata el tema en el Título III
del Libro V (arts. 2302-2309). El artículo 2302 CCCN determina los efectos en los
siguientes términos:
Momento a partir del cual produce efectos. La cesión del derecho a una herencia ya
deferida o a una parte indivisa de ella tiene efectos: a) entre los contratantes, desde su
celebración; b) respecto de otros herederos, legatarios y acreedores del cedente, desde
que la escritura pública se incorpora al expediente sucesorio; c) respecto al deudor de
un crédito de la herencia, desde que se le notifica la cesión.
77. CNCom., Sala F, 6/5/2014, “Finning Argentina SA c/ J. A. G. R. y otro s/ Ejecutivo” (La Ley, t. 2014-E,
p. 291; Doctrina Judicial, 19/11/2014, p. 82; La Ley Online, AR/JUR/18068/2014). [N. del E.: ver fallo comple-
to aquí].
Néstor O. Pérez Lozano Doctrina 111
c/ Trabado Rufina s/ Sucesión” del 21/05/2004 - Nro. Exp.: R.399876; CNCom, esta Sala,
4.10.2011, mutatis mutandi, “Sucesión de Giardini Hugo Aníbal s/ pedido de quiebra
por Compañía Argentina de Seguros Anta SA”).
3. Desde esta óptica entonces, el carácter consensual de la cesión de derechos here-
ditarios determina que la transmisión se opere, entre partes, con la sola escritura. En
cambio, frente a terceros, es necesario un mecanismo de publicidad que reemplace a lo
que en materia de cesión de créditos constituye la notificación al deudor cedido. Esta
publicidad se logra con la presentación del testimonio de escritura pública en el expe-
diente sucesorio. Es que, en materia de cesión de derechos hereditarios por no existir el
“deudor cedido” a quien notificar, la notificación se cumple con la presentación de la es-
critura en el juicio universal (cfr. CNCiv, “Gazzaniga Carlos Alberto s/suc. ab intestato y
Urbieta Josefina s/sucesión testamentaria”, del 27/09/1994; íd. sala M, 10/12/2002, “Kali-
man Raquel c/ Bromberg Jacobo s/sucesión”). En el sub lite, al haberse trabado la inhi-
bición general de bienes del mencionado codemandado en fecha 17/01/2012 (fs. 173),
esto es, con anterioridad a la presentación en el juicio sucesorio del testimonio de
la escritura de cesión de acciones y derechos hereditarios a favor de los recurrentes
(que data del 20.05.2012; v. fs. 154/156), el aquí actor tiene preferencia sobre los cesio-
narios, por más que su escritura sea de fecha anterior a la medida precautoria. Ello
así, en tanto –como se dijo– con la sola presentación en el expediente civil, dicho instru-
mento de cesión adquiere efectos contra terceros y les es oponible.
4. En razón de ello, se resuelve: desestimar el recurso de apelación interpuesto y confir-
mar el decisorio atacado…
78. Dodda, Zulma A., “Registro de la Propiedad Inmueble. Certificados e informes. Publicidad registral. Sus
fines”, en AA. VV., LXVII Seminario teórico práctico “Laureano Arturo Moreira”, Buenos Aires, Academia Na-
cional del Notariado, 2014, pp. 99-108.
112 Revista del Notariado 923 Medidas
Medidascautelares…
cautelares
13. Contracautela
“S. P. c/ M. A. N.” 79
79. CNCiv., Sala B, 30/8/2013, “S. P. c/ M. A. N. s/ Art. 250 CPC - Incidente familia” (SJA, 2013/12/04-19; Ju-
risprudencia Argentina, t. 2013-IV).
80. Cám.Civ.Com. 2ª de La Plata, Sala I, 13/10/1981, causa B-50.713, reg. int. 286/81; CNCom., Sala A
23/5/1996, “Orrico c/ Transportes”; CNCom., Sala C, 24/8/1993, “Sarqueis c/ Astilleros”; CNCom., Sala
C, 18/4/1994, “Cozzi c/ Vázquez”.
Doctrina
Inhibiciones*
Osvaldo Solari Costa
resumen
1. El primer aspecto que se puso en discusión fue la naturaleza de la inhibición ge-
neral de bienes. Considero que, principalmente y en base a lo establecido por el ar
tículo 75 inciso 12 de la Constitución Nacional, 1 se trata de una medida procesal de
jurisdicción local y que recae sobre bienes registrables. Se circunscribe a la juris-
dicción sobre la que tiene incumbencia el registro respectivo.
* Opinión en base al esquema de preguntas preparado por la Mesa Directiva de la Academia Nacional del
Notariado, tras las reuniones del Consejo Académico durante, especialmente, el año 2010.
1. Art. 75, inc. 12, CN: “Dictar los Códigos Civil, Comercial, Penal, de Minería, y del Trabajo y Seguridad
Social, en cuerpos unificados o separados, sin que tales códigos alteren las jurisdicciones locales, correspon-
diendo su aplicación a los tribunales federales o provinciales, según que las cosas o las personas cayeren bajo
sus respectivas jurisdicciones; y especialmente leyes generales para toda la Nación sobre naturalización y na-
cionalidad, con sujeción al principio de nacionalidad natural y por opción en beneficio de la argentina, así
como sobre bancarrotas, sobre falsificación de la moneda corriente y documentos públicos del Estado, y las
que requiera el establecimiento del juicio por jurados”.
2. “La inhibición no crea una incapacidad de la persona, lo que es cuestión de la ley de fondo…”, Alsina,
Hugo, Tratado teórico práctico de derecho procesal civil y comercial, Buenos Aires, Ediar, 1957, p. 507. Por su
parte, Podetti expresa que “en primer lugar, en su acepción propia, no es una medida contra la persona, como
generalmente se entiende, sino contra los bienes, no es una prohibición o interdicción personal, sino la prohi
bición o interdicción de transferir, modificar o gravar bienes raíces o derechos reales sobre ellos”, Podetti,
J. Ramiro, Derecho procesal civil, comercial y laboral, t. IV, “Tratado de las medidas cautelares”, Buenos Aires,
Ediar, 1968, p. 226.
3. Fenochietto, Carlos E., Código Procesal Civil y Comercial de la Provincia de Buenos Aires, Buenos Aires,
Astrea, p. 280.
114 Revista del Notariado 923 Inhibiciones
3. Un tema debatido, y que generó algunas discrepancias, fue el vinculado a la nor-
mativa del ejercicio de ciertas profesiones donde se exige que, para llevar a cabo la
inscripción en la matrícula, el candidato no esté inhibido. En nuestro parecer, ello no
es correcto, acorde con la esencia de la cautelar; pero dado que existe la costumbre
jurídica de trabar inhibiciones en forma genérica y en el registro inmobiliario, como
si fueran un registro general de inhibiciones, deberá aceptarse que las prescripciones
mencionadas procuran que el candidato a matricularse no tenga una inhibición ge-
neral patrimonial, que de ocurrir demostraría la falta de solvencia o aptitud patrimo-
nial para ejercer la profesión.
4. Con respecto al tipo de bienes sobre los cuales recae la cautelar, entendemos que
es una medida procesal que recae sobre bienes registrables, 5 pero no podemos de-
jar de remarcar que, como esta opinión no es compartida por un importante sector
de la doctrina y de la jurisprudencia, se deberá actuar con suma prudencia en el mo-
mento de la resolución de los casos concretos, es decir, ser precavidos al autorizar
una escritura que involucre otros bienes que no sean registrables, pues bien podría
ocurrir que ante un conflicto posterior se pueda responsabilizar al escribano por no
haber pedido informe de inhibición y luego resulte que, por estar inhibido el transfe-
rente, el notario fuere responsabilizado por ello.
5. Como se expresó, las inhibiciones constituyen una medida procesal que recae so-
bre bienes registrables. Derivación de ello es que genera un principio de especialidad
vinculado a la materia y al objeto de la registración, con, además, un alcance territo-
rial restringido. La inhibición queda, por tanto, limitada a afectar el tipo de bienes
4. “Dado que la inhibición general de bienes constituye una medida cautelar que se traduce en la interdicción
de vender o gravar genéricamente cualquier cosa, inmueble o mueble registrable de que el deudor pudiera
ser propietario en el momento de anotarse la medida o que se adquiera con posterioridad
” (CNCiv., Sala D,
7/10/2002, “B., M. G. c/ M., J. C.” [Doctrina Judicial, t. 2003-1, p. 241]).
5. “se traduce en la interdicción de vender o gravar cualquier cosa mueble o inmueble registrable de que el
deudor pueda ser propietario [
] ‘impide la disposición de derechos sobre los bienes cuyo dominio conste en
los registros públicos y por tanto, a pesar de la amplitud del concepto, solo se aplica a los bienes inmuebles,
muebles registrables y a los derechos reales sobre ellos’ ” Somer, Marcela P., “Medidas cautelares y principios
registrales”, en Jurisprudencia Argentina, Buenos Aires, LexisNexis, 22/1/2003, fascículo nº 4, p. 19., con cita
de Palacio, Lino, Medidas cautelares, pp. 305-306. Véase también Fassi, Santiago, Código Procesal Civil y Co-
mercial de la Nación y demás normas procesales. Comentado, anotado y concordado, t. 1, Buenos Aires, Astrea,
1975, p. 388; CNCom., Sala D, 13/2/2002, “Banco de la Provincia de Buenos Aires c/ Rodríguez, Elsa Edith”
(Jurisprudencia Argentina, 19/6/2002, fascículo 12): “el efecto de tal medida es impedir la libre disposición de
los bienes registrables de los que pueda ser titular la persona respecto de la cual se ordena ‘por desconocerse la
existencia de un bien específico’…”.
Osvaldo Solari Costa Doctrina 115
sobre los cuales el registro interviene, así como constreñida a la jurisdicción sobre la
que tiene incumbencia el registro respectivo –por el tipo de bien–.
6. Fenochietto, Carlos E., ob. cit. (cfr. nota 3), p. 279. Alsina, Hugo, ob. cit. (cfr. nota 2), pp. 503 y 508. Ex-
presa Podetti que “si se pretendiera extenderla a toda clase de bienes, se crearía una incapacidad de derecho de
una amplitud extraordinaria y como tal contraria a garantías constitucionales y legales. Equivaldría a la muer-
te civil, durante el lapso de su duración, sin remedio para el deudor sin bienes”, Podetti, J. Ramiro, ob. cit.
(cfr. nota 2), p. 230.
7. “La inhibición no constituye una restricción a la libertad personal […] afecta bienes registrables únicamen-
te…”, Falcón, Enrique M., Código Procesal Civil y Comercial de la Nación. Comentado, anotado y concordado,
t. I, Buenos Aires, Astrea, p. 595. En similares términos se expide Podetti, J. Ramiro, ob. cit. (cfr. nota 2).
116 Revista del Notariado 923 Inhibiciones
y no mediante normas procesales. En todo caso, la transferencia del bien por parte
del sujeto inhibido será inoponible al inhibiente, 8 pero no nula. Reiteramos, en es-
tos temas conflictivos, y aunque se coincida con esta postura, el notariado de todas
formas debe tomar precauciones en el ejercicio funcional, pues parte de la doctrina
procesalista, al igual que opiniones judiciales, considera que la inhibición genera una
incapacidad.
9. Se trataría de una incapacidad legal establecida por leyes de fondo, no procesales,
solo en los supuestos en que el impedimento a la disposición de bienes provenga de
situaciones previstas en los códigos nacionales o leyes complementarias, tales como
los dementes o inhabilitados (art. 141 y ss. CCIV), los condenados a más de tres años
de prisión o reclusión (art. 12 CP) y los fallidos (Ley 24522).
8. “dicha medida no puede ser dejada sin efecto sin previo traslado a la parte que la solicitó” (CNCiv., Sala D,
7/10/2002, “B., M. G. c/ M., J. C.” [Doctrina Judicial, t. 2003-1, p. 241]).