Inversión Pública y Privada
Inversión Pública y Privada
Inversión Pública y Privada
En los últimos años, las economías con mejores proyecciones a nivel mundial vienen
atravesando un proceso de desarrollo sostenible, impulsado por diversas políticas
sectoriales y de carácter geográfico. Es así como el Perú, dentro de sus prioridades, ha
incorporado mejorar la calidad educativa, alimentaria, de salud, transportes y
comunicaciones, entre otras, apuntando a generar mayor competitividad y promoviendo
la inclusión social. Estas prioridades están siendo acompañadas por grandes esfuerzos
para la industrialización y la mejora de infraestructura pública del país, garantizando un
crecimiento sostenido a lo largo del tiempo. De esta forma, como una de las
consecuencias de estos esfuerzos, aparece el mecanismo denominada Obras por
Impuestos.
La estructura, el diseño, el procedimiento y la ejecución de proyectos como son los de
inversión pública a cargo del sector privado, involucra a este último directamente con las
actividades que cumplía anteriormente el Estado bajo el sistema de contrataciones
públicas, las cuales han estado en su mayoría rodeadas de innumerables críticas, por lo
que el sector privado se convierte en una herramienta eficiente para que el Estado cumpla
su rol social a través de la aplicación de políticas de responsabilidad social corporativa.
INVERSIÓN PÚBLICA Y PRIVADA
1. LA INVERSIÓN PÚBLICA
La inversión pública es un instrumento fundamental por medio del cual el Estado
utiliza recursos públicos con la finalidad mejorar la calidad de vida de la población.
Se puede decir que el correcto manejo y ejecución de la inversión pública es uno
de los factores determinantes para el crecimiento de un país, siempre y cuando los
recursos públicos sean utilizados de una manera eficiente, se ejecute en un tiempo
adecuado y finalmente logren reducir las limitaciones y brechas de desigualdad
entre la población.
No debemos entender la inversión pública únicamente como el gasto que ejecuta
el Estado orientado a formar, cubrir y atender las necesidades básicas de la
población, como son los servicios de salud y educación, por ejemplo, sino que
también debemos considerar a las obras de infraestructura, ya que no solo pueden
generar una cantidad importante de empleo, sino que, además, ayudan a activar el
desarrollo económico entre las grandes, medianas y pequeñas empresas.
2. INVERSIÓN PRIVADA
La inversión privada y el desempeño óptimo del sector empresarial privado han
demostrado ser fuerzas poderosas para lograr el desarrollo socioeconómico de
cualquier territorio o país que apueste decididamente por ellos. Los casos a nivel
internacional abundan, partiendo de la actual primera potencia del mundo,
Estados Unidos; los líderes europeos como Reino Unido, Alemania, Francia, Italia y,
más recientemente, España y otros; Japón o incluso ahora China, India y Rusia;
pero también países más pequeños como Irlanda, Nueva Zelanda o, en
Latinoamérica,
México, Brasil, Chile y Colombia, entre otros. En todos ellos se reconoce el rol
dinamizador que juega la inversión privada y la libertad económica, si bien con
diferentes grados.
El caso peruano no es diferente y, por ello, la Constitución Política del Perú señala
que la iniciativa privada es libre y se ejerce en una economía social de mercado,
donde el Estado orienta el desarrollo del país, estimula la creación de riqueza y
garantiza la libertad de trabajo, empresa, comercio e industria. El Estado se
redefine como un proveedor y guardián de las condiciones óptimas para que la
iniciativa privada se desenvuelva libremente y para que sean la creatividad y el
esfuerzo de los ciudadanos los que motiven y generen el proceso y bienestar de
toda la población.
Uno de los elementos esenciales de la inversión privada es el derecho a la libre
iniciativa, definido como el derecho que tiene un promotor a dedicarse a la
actividad económica de su preferencia y, por tanto, asume los riesgos del negocio
que él mismo ha seleccionado o diseñado.
Para el 2018, el Área de Estudios Económicos del BCP espera que la inversión
privada crezca de 6 % durante el primer semestre del 2018, si se asume que esta
variable se mantiene en el mismo nivel desestacionalizado que alcanzó a fines del
2017: “Si el precio del cobre se estabiliza en sus niveles actuales, la mejora en los
términos de intercambio podría impulsar la inversión privada a un crecimiento
cercano al 6 % en todo el 2018. A pesar de esto, el próximo año la inversión
privada como porcentaje del PBI llegaría a 18 %, aún por debajo de su pico en 2013
(22.7 %)”.