Cenaculo Peregrino
Cenaculo Peregrino
Cenaculo Peregrino
Por la señ al de la Santa Cruz, de nuestros enemigos líbranos Señ or Dios nuestro, en
el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Oremos. ¡Oh Dios, que iluminaste los corazones de tus hijos con la luz del Espíritu
Santo!, haznos dó ciles a sus inspiraciones para gustar siempre el bien y gozar de su
consuelo. Por Jesucristo nuestro Señ or.
R/. Amén.
DIVINO ESPIRITU SANTO, esposo de maría, mi DIOS y SEÑ OR, enciende en cada
alma el fuego de un nuevo pentecostés para que nos consagremos como apó stoles
del inmaculado corazó n de maría y apó stoles de los ú ltimos tiempos, protege con
tu sombra a la iglesia, salva a las almas del mundo y realiza el reino inflamado de
amor de los corazones unidos de Jesú s y maría. Amén.
Acto de contrición:
Querida y santa madre que las gracias que traes para tus hijos se derramen en cada
uno de nuestros corazones y así cumplamos la misió n que el eterno padre nos ha
encomendado, te pedimos madre por las almas que aun no han escuchado tus
llamados para que también ellas sean redimidas, aceptamos tu amor maternal en
nuestras vidas. Te amamos madre, en tu doloroso e inmaculado corazó n confiamos
y nos refugiamos. Amén.
Se lee el evangelio del día, seguido se lee un mensaje del corazón doloroso e
inmaculado de María y/o sagrado corazón de Jesús.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, amén. Yo adoro las llagas de
tu sagrada cabeza, con dolor profundo y verdadero, permite que todos los
pensamientos en este día, sean actos de adoració n a Ti
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, amén. Yo adoro la llaga de tu
sagrado hombro, con dolor profundo y verdadero, permite que todos los trabajos,
penas y enfermedades en este día, sean actos de amor por Ti
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, amén. Yo adoro las llagas de
tus sagradas manos, con dolor profundo y verdadero, permite que todo trabajo de
mis manos en este día, sea un acto de amor por Ti
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, amén. Yo adoro las llagas de
tus sagrados pies, con dolor profundo y verdadero, permite que cada paso que dé
en este día, sea un acto de amor por Ti
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, amén. Yo adoro la llaga de tu
sagrado costado, con dolor profundo y verdadero, permite que cada latido de mi
corazó n en este día, sea un acto de amor por Ti
Me uno a todos los santos que está n en el Cielo, a todos los justos que está n en la
tierra, a todas las almas fieles que se encuentran en este lugar. Me uno a ti, Jesú s
mío, para alabar dignamente a tu Santísima Madre, y alabarte a ti en Ella y por Ella.
Renuncio a todas las distracciones que me sobrevengan durante este Rosario:
quiero rezarlo con modestia, atenció n y devoció n, como si fuera el ú ltimo de mi
vida. Te pedimos fe viva, firme esperanza y ardiente caridad. Amén.
El Credo Apostólico
Las aves Marías del santo rosario se pueden hacer con la jaculatoria de la
siguiente manera:
Dios te salve María llena eres de gracia el Señ or está contigo; bendita tú eres entre
todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre, Jesú s.
Corazó n doloroso e inmaculado de maría, ruega por nosotros que nos refugiamos
en ti.
Oh Jesú s mío, perdona nuestros pecados, líbranos del fuego del infierno, lleva al
cielo a todas las almas, especialmente a las má s necesitadas de tu misericordia.
Oh Jesú s mi ú nico señ or, mi ú nico DIOS, te pido por las almas del mundo, que tu
preciosa sangre se derrame sobre el mundo, oh sagrado corazó n de Jesú s
perdó nanos y ten misericordia. Amén. (2014-08-26)
Eterno corazó n del padre yahve ten misericordia, te amamos y reparamos nuestros
pecados. Amén.
Jesú s, José y María, les amo, salven a las almas, salven a los consagrados, salven a
nuestra familia, salven al mundo entero.
Con este santo rosario, cadena de salvació n que atara al dragó n (Apoc 20, 1-3) nos
unimos mi familia y yo, protejo a la santa iglesia cató lica, al papa, obispos y
sacerdotes, con esta poderosa arma, ato a Sataná s y sus secuaces, destierro todos
los pecados de la humanidad, y pido la paz y la conversió n para toda la humanidad,
por el doloroso e inmaculado corazó n de maría alabado sea Jesucristo con María
nuestra santa madre sea por siempre alabado. Amén.
Después del Padre Nuestro de cada uno de los Misterios del Rosario se dice:
¡Oh María!, como el Arcá ngel San Gabriel, también nosotros queremos saludarte en
el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, en el nombre de todos los
Á ngeles y todos los hombres, y queremos pedirte que seas nuestra Madre como
eres Madre de Jesú s en el Espíritu Santo.
“Al oír Isabel su saludo, el niñ o dio saltos en su vientre. Isabel se llenó del Espíritu
Santo y exclamó en alta voz: “¡Bendita eres entre todas las mujeres!” (Lc 1, 41-42).
Gracias del misterio del Nacimiento de Jesú s, desciendan a nuestras almas. Amén.
Gracias del misterio del Hallazgo de Jesú s, desciendan a nuestras almas. R. Amén.
Te ofrecemos, Señ or Jesú s, esta primera decena, en honor del Bautismo que
recibiste en el río Jordá n, y te pedimos por este misterio y por intercesió n de tu
Santísima Madre, la fuerza de cumplir con nuestros compromisos bautismales.
Amén.
Gracias del misterio del Bautismo de Jesú s, desciendan a nuestras almas. Amén.
“La Madre de Jesú s dice a los sirvientes: ‘Hagan lo que É l les ordene” (Jn 2,5).
Gracias del misterio de las Bodas de Caná , desciendan a nuestras almas. Amén.
Te ofrecemos, Señ or Jesú s, esta tercera decena, en honor de tu Anuncio del Reino
de Dios con la invitació n a la conversió n, y te pedimos por este misterio y por
intercesió n de tu Santísima Madre una actitud de constante conversió n. Amén.
Gracias del misterio del anuncio del Reino de Dios, desciendan a nuestras almas.
Amén.
“Los lleva a una alta montañ a y se transfiguró a vista de ellos” (Mc 9,2).
“Le quitaron sus vestidos, le pusieron una capa roja, y le colocaron en la cabeza una
corona que habían trenzado con espinas” (Mt 27, 28-29).
“Jesú s gritó muy fuerte: “Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu” (Jn 23,46).
“El Señ or Jesú s después de hablar con ellos, fue llevado al Cielo y se sentó a la
derecha de Dios” (Mc 16,19).
“Apareció en el cielo una señ al grandiosa: una Mujer, vestida del sol, con la luna
bajo los pies” (Ap 12,1).
“En su cabeza tenía una corona de doce estrellas: estaba embarazada” (Ap 12,1-2.)
1. Dios te salve maría, hija de DIOS PADRE virgen purísima y castísima antes
del parto, por tu doloroso e inmaculado corazó n alcá nzanos señ ora la virtud
de la fe, llena eres de gracia, el señ or está contigo bendita tu eres entre
todas la mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre Jesú s.
Santa María, Madre de Dios y madre nuestra, corredentora de las
almas, ruega por nosotros, pecadores y derrama el efecto de gracia de tu
llama de amor de tu doloroso e inmaculado corazón sobre toda la
humanidad ahora y en la ahora de nuestra muerte. Amén.
¡Qué La Llama de Amor de su Corazó n Materno también ilumine las almas de los
niñ os! *
¡Qué Su Llama de Amor fortifique nuestro esfuerzo en la prá ctica del bien! *
¡Qué La Llama de Amor de nuestra Madre Santísima torne fervientes a las almas
tibias! *
¡Que La Llama de Amor de nuestra Madre haga arder nuestra alma en el amor a
Dios! *
¡Qué La Llama de Amor de nuestra Virgen Madre ilumine la mente de los que
gobiernan en todos los Pueblos! *
¡Qué conservemos La Llama de Amor, recibida del Corazó n Inmaculado, hasta el fin
de nuestra vida! *
¡Qué la suave luz de La Llama de Amor nos haga avanzar rumbo al Cielo! *
¡Qué La Llama de Amor que brota sin cesar del Corazó n Inmaculado resplandezca
sobre nosotros! *
¡Que La Llama de Amor del Corazó n Inmaculado brille cuanto antes sobre todo el
Mundo! *
¡Que la Llama de Amor del Corazó n Inmaculado termine con el aborto donde
mueren tantos niñ os! *
¡Qué la Llama de Amor del Corazó n Inmaculado encienda los corazones de los
sacerdotes para anunciar la Llama de Amor a todo el mundo *
¡Qué la Llama de Amor del Corazó n Inmaculado ilumine al Papa para la buena
conducció n del mundo! *
Jaculatorias:
Final:
¡San José! Así como procuraste abrigo para la Virgen, ayú danos en nuestra vida.
Corazó n de María, ayú danos a encontrar un refugio en tu Llama de Amor de tu
Corazó n Inmaculado, en este mundo tan distanciado de Dios y de la salvació n.
Virgen Santísima, sá lvanos y derrama el efecto de gracia de Tu Llama de Amor
sobre toda la humanidad, ahora y en la hora de nuestra muerte.
Amén.
Salmo 25
A ti, Señ or, levanto mi alma; en ti espero, Dios mío, no quede defraudado; que no
triunfen de mí mis enemigos. No queda defraudado el que en ti espera, que lo
quede el que traiciona sin motivo. Muéstrame tus caminos, Señ or, enséñ ame tus
sendas; guíame en tu verdad, enséñ ame; tú eres mi Dios y mi salvador, yo siempre
espero en ti. Acuérdate, Señ or, de tu misericordia y tu bondad, que son eternas;
olvídate de los pecados de mi juventud y de mis faltas; acuérdate de mí, Señ or, con
misericordia y con bondad. El Señ or es bueno y recto y enseñ a el camino a los
descarriados, conduce en la justicia a los humildes, enseñ a a los humildes su
camino; los caminos del Señ or son amor y lealtad para quien guarda su alianza y
sus preceptos. Por el honor de tu nombre, Señ or, perdona mis culpas, por muy
grandes que sean. ¿Quién hay que sea fiel al Señ or? É l le indica el camino que debe
seguir; tendrá una vida feliz y su posteridad heredará la tierra. El Señ or se confía a
sus leales y les explica su alianza. Tengo mis ojos fijos en el Señ or, él sacará mis
pies del cepo. Mírame, Señ or, y ten piedad de mí, pues soy un desgraciado y estoy
solo; quítame la angustia de mi corazó n, sá came de mis tribulaciones. Contempla
mi miseria y mi dolor, perdona todos mis pecados; mira a mis enemigos, que son
tantos, mira con qué violencia me persiguen. Guá rdame, Señ or, y sá lvame la vida,
me he refugiado en ti, no quede defraudado. La integridad y la rectitud me
guardará n, pues en ti, Señ or, he puesto mi esperanza. Oh Dios, rescata a Israel,
líbralo de todas sus desgracias.
Comunión Espiritual
Alma de Cristo……. Santifícame
Cuerpo de Cristo….Sá lvame
Sangre de Cristo….Embriá game
Agua del costado de Cristo…Lá vame
Pasió n de Cristo….Confó rtame
Oh buen Jesú s……....Ó yeme
Dentro de tus Llagas….Escó ndeme
No permitas…Que me aparte de ti
Del Maligno Enemigo…….Defiéndeme
En la hora de mi muerte……Llá mame, y má ndame ir a ti, para que con los Á ngeles y
los Santos te alabe y te bendiga por los siglos de los siglos. Amén.
CATENA LEGIONIS
Antífona: “¿Quién es É sta que surge cual la Aurora, Bella como la luna, Refulgente
como el sol, Imponente como batallones?” (Ct. 6, 10).
MAGNÍFICAT
(Lc. 1, 46-55)
se alegra Mi Espíritu en Dios, Mi Salvador; porque ha mirado la humillació n de Su
Esclava. Desde ahora Me felicitará n todas las generaciones, porque el Poderoso ha
hecho obras grandes por Mí: Su Nombre es Santo y Su Misericordia llega a Sus
fieles de generació n en generació n. É l hace proezas con Su Brazo: dispersa a los
soberbios de corazó n, derriba del trono a los poderosos y enaltece a los humildes, a
los hambrientos los colma de bienes y a los ricos los despide vacíos. Auxilia a
Israel, Su siervo, acordá ndose de Su Misericordia, como lo había prometido a
nuestros padres, en favor de Abraham y su descendencia por siempre.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo...
Antífona: “¿Quién es É sta que surge cual la Aurora, Bella como la luna, Refulgente
como el sol, Imponente como batallones?” (Ct. 6, 10).
Corazó n inmaculado de maría, que a cambio de tu amor para con nosotros recibes
tantas ofensas, yo te ofrezco y consagro perpetuamente todo mi ser, para
corresponder de la mejor manera a tu ternura maternal para reparar las injurias
de que eres objeto de parte de tantos hijos ingratos y para vivir por mi parte la
consagració n del mundo entero tan deseado por tu corazó n y llevada a cabo por el
sumo pontífice. Dígnate aceptar a este humilde pero sincero ofrecimiento, mi alma,
mi cuerpo, mi vida son tuyos y pues enteramente te pertenezco guá rdame y
defiéndeme como cosa enteramente tuya. Amén.
Consagración a los corazones de Jesús y maría: (10 de agosto del 2014)
Queridísimos corazones de Jesú s y maría que tanto sufren y tanto aman tomad mi
cuerpo y mi alma elevadme a la sacrosanta y trinitaria gloria yo (nombre) quiero
consagrarme a ustedes en cuerpo y alma entregar mis obras y mi vida para ser
apó stol de vuestros corazones gloriosos. Consagro mi país Nicaragua, mi familia,
mis actos y todo lo que tengo y lo que soy, lo que hago, cubro mi consagració n con
la preciosa sangre de Cristo en el nombre del padre y de la madre y del hijo y del
espíritu santo y la protejo con las lagrimas de la divina señ ora en el nombre del
padre y de la madre y del hijo y del espíritu santo, la resguardo con la espada de
san miguel para vivir en la divina voluntad haciendo, amando, sirviendo, viviendo,
entregá ndome desde hoy hasta el día de mi encuentro pleno con Cristo amen.
Madre une tu amor a mi pequeñ o amor y derrama la llama de tu amor llená ndonos
de esa fuerza invencible para luchar contra Sataná s y el mal. Corazó n doloroso e
inmaculado de maría, ruega por nosotros que nos refugiamos en ti. Madre de DIOS
y madre nuestra sá lvanos por la llama de amor de tu inmaculado y doloroso
corazó n. Gloria la padre y al hijo y al espíritu santo como era en un principio ahora
y siempre por los siglos de los siglos amen.
Jaculatorias:
Sagrado corazó n de Jesú s perdó nanos y salva al mundo. (30 de agosto del 2014)
Corazó n doloroso e inmaculado de María, ruega por nosotros que nos refugiamos
en ti.
Padre nuestro, ave María y gloria por la iglesia, el papa y las almas consagradas.
Conocemos que el ejemplo bello de Su hogar en Nazaret fue un modelo para cada
una de nuestras familias. Guíennos en el camino que Jesú s ha trazado, el camino
del amor, la bondad y la santidad, ayú danos a huir del pecado, del mal, del egoísmo,
a resistir las tentaciones de la violencia, de la impureza y los vicios, nosotros te
prometemos confesarnos siempre, y recibir a Jesú s eucaristía en nuestros
corazones, como alimento espiritual en nuestras vidas, observando los santos
mandamientos de la ley de DIOS, siguiendo un camino de amor y santidad
Esperamos obtener, con su ayuda, la unió n y el amor fuerte y perdurable que nos
dieron.
Que nuestro hogar sea lleno de gozo. Que el afecto sincero, la paciencia, la
tolerancia, el respeto mutuo y el perdó n de corazó n, sean dados libremente a
todos. Que nuestras oraciones incluyan las necesidades de los otros, no solamente
las nuestras. Que siempre estemos cerca de los sacramentos. Nosotros te amamos
madre nuestra dulcísima y te ofrecemos nuestra familia para que nos hagan
apó stoles e hijos de sus sagrados corazones, que lleve el triunfo de tu corazó n
doloroso e inmaculado y extendamos el reinado eucarístico del sagrado corazó n de
Jesú s en el mundo entero y en todas las familias, niñ os y jó venes, enfermos y
ancianos, Bendigan a todos los presentes y también a los ausentes, tanto los
difuntos como los vivientes; que la paz esté con nosotros, y cuando seamos
probados, concédannos la resignació n cristiana a la voluntad de Dios.
Con el santo rosario en nuestras manos, la santa cruz como nuestra bandera y la
palabra de DIOS en nuestras bocas, encendidos con el fuego de la llama de amor
santo y divino del espíritu santo en los sagrados corazones de Jesú s y María, en
santísima y divina voluntad, ahora y siempre.
Amén.
S.V.- "Yo pongo un Haz de Luz en tus manos, es la Llama de Amor de Mi Corazó n. A
la Llama de Amor de Mi Corazó n, añ ade tu amor y pá sala a otros, hijita mía. Un
nuevo instrumento quisiera poner en sus manos. Les pido encarecidamente que lo
acepten con gran comprensió n porque mi Corazó n mira a mi país con gran
aflicció n. Toma, hijita mía, esta Llama. Es la Llama de Amor de mi Corazó n.
¡Enciende con ella el tuyo y pá sala a otros! Con esta Llama llena de gracias que de
mi Corazó n les doy a ustedes, enciendan todos los corazones en todo el país
pasá ndola de corazó n a corazó n. Este será el milagro que, convirtiéndose en un
incendio, con su fulgor cegará a Sataná s".
Oremos:
Oh dios que con tu inefable providencia te has dignado a elegir a san José por
esposo de tu madre santísima; concede te rogamos que tengamos por intercesor en
el cielo, al que veneramos como protector en la tierra. Amén.