PRESAS
PRESAS
PRESAS
ESCENA I
ESCENA II
ESCENA III
1
Despacho del director: Madre Concepción y Don Mauro.
Las presas duermen: una tose, otra gime, otra grita en voz alta
llamando a su madre, otra se levanta a consolarla…
¡Madre! ¡Madre! No te vayas.
Sssssh…calla….
¿Se quiere callar ésa? ¡No se puede dormir!
¡Cállate tú, cacho puta!
Ya verás mañana cuando te coja en el patio.
¿Qué me vas a hacer, eh, qué me vas a hacer?
Callaos todas, por favor….¿Callaos todas!
Tengo frío…
Ven conmigo…
A ti lo que te hace falta es el sudor de un hombre…
Una grita con desesperación: se arroja contra la reja.
Quiero irme…quiero irme…
Calla…calla…]
ESCENA IV
Sopla el viento.
DON MÁXIMO.- Está muy débil, lleva cuatro días sin probar
bocado.
DON MAURO.- Si, si, todo eso ya lo sé; yo hago lo que puedo,
envío informes al Ministerio, ¿qué más quiere que haga?
ESCENA V
—¡Cállate, guarra!]
MACARENA.- (A Magdalena) No seas rácana, que toas sabemos
que la hermana te ha traído jabón, del que huele bien... saca una
pizca pa las demás.
ESCENA VI
DON LEANDRO.- ¿Por qué entró usted a esa joyería con don
Armando Pérez?
DON LEANDRO.- Sí, sí, eso es lo que usted declaró ante el juez,
pero yo quiero la verdad. Usted sabía que su novio pensaba
atracar la joyería. Entraron juntos porque nadie sospecharía de
una joven pareja...
VIOLETTE.- iNo!
DON LEANDRO.- Vamos, Violette, soy su abogado, estoy aquí
para defenderla, pero tengo que saber la verdad. Si no me ayuda
no podremos hacer nada.
ESTEBAN.- El día que salgas por esa puerta tan grande que hay
en el patio, te llevaré a la ciudad y te compraré un vestido de
flores y unos zapatos negros y... medias de seda...
ESTEBAN.- Charito. ..
Esteban sonríe.
VIOLETTE.- No lo sé...
VIOLETTE.- Yo le pagaré..
ESCENA VII
LAS CARTAS
Aparece Macarena.
MACARENA.- Ea, que aquí hay una monja que es una bendición
del cielo y me está escribiendo esta carta por si se pasa el
primo Francisco para que os la lea... Bien, no estoy muy bien,
porque me duelen todos los huesos, pero contenta, estoy una
jartá porque viene el obispo pa dar un indulto y yo le he pedido a
mi Macarena que me lo den a mí y me lo darán porque aquí la
que más o la que menos ha matao a alguien y yo lo único que he
matao en mi vida han sido dos gallinas pa la navidad... pa cuatro
alhajas que robé, las noches de frío que me estoy echando a las
espaldas... ea, Antonio, que te echo de menos y que tengo
ganas de volver contigo y de meterme en la cama contigo y de
que digas esas cosas que me dices cuando... está bien, está
bien, hermana, perdone usted... eso no lo ponga.
Aparece Magdalena.
MARI CRUZ ... les mando los cuatro reales que gané el mes
pasado lavando la ropa del hospital. No es mucho, pero sé que
les vendrá muy bien y yo aquí no los necesito.
ESCENA VIII
ESCENA VIII
DON MARTÍN.- Ah, no, no... que pienso consentir que nadie
perturbe al señor Obispo durante su visita. De ninguna manera.
Si tiene algo quiere pedirle, pídale audiencia. (Gesto de dolor)
Maldito frío...
ESCENA IX
TEODOSIA.- Madre...
ESCENA X
ESCENA XI
DON MÁXIMO.- Sí, pero déjeme que le reconozca, por lo que veo
tiene usted una crisis...
ESCENA XII
VIOLETTE.- Tía, está usted muy guapa con ese traje y ese
abrigo.
salir, que quiero verle aunque sea muerto, que quiero verle.
ESCENA XIII
LEANDRO.- iiCállese!!
VIOLETTE.- iNo quiero salir!! iYo soy tan culpable como él! iYo
le ayudé a atracar aquella joyería! iYo lo planeé todo! ¿Me han
oído? iiSoy culpable!!
Leandro la abofetea.
LEANDRO.- iNada!
VIOLETTE.- iVete!
ESTEBAN.- Cállate.
ESTEBAN.- ¡Cállate!
ESTEBAN.- ¡¡Cállate!!
Charito solloza.
Oscuro.
ESCENA XIV
ESCENA XV
—Es que tengo las manos entumecidas con este agua tan fría.
Fuensanta aplaude.
MACARENA.- (Cantando)
MARI CRUZ.- Le he oído hablar por teléfono, van a venir a por él.
ESCENA XVI
SOR PIEDAD.- Rezando por mí... Te crees mejor que yo, ¿verdad?
Crees que eres mejor que yo.
SOR PIEDAD.- iAy! iQue Dios te confunda! Aquí la única que está
atormentando a alguien eres tú.
SOR PIEDAD.- Espero que esa arpía pase una buena temporada
en la celda de castigo... al final salió el diablo que llevaba
dentro. Le ha costado, pero al
final ha tenido que dejarlo salir.
SOR PIEDAD.- Sí, claro que pueden ser de otra manera, siempre
pueden ser peores. Mire, debajo de mi cama hay chocolate y
galletas. Cójalas. ¿Se cree que no me he dado cuenta de que
toda su comida la reparte entre Fuensanta y Paquita?
MARI CRUZ.- ¿Por qué ese odio? No me haga hablar, madre, que
usted debía saberlo mejor que nadie. Me han dicho que usted
estaba en la cárcel de Ventas cuando acabó la guerra. Había allí
muchas mujeres y niños. Y muchos murieron sólo por ser
mujeres o hijos de comunistas... ¿Cuántos fueron,
Madre? ¿Cuántas mujeres? ¿Cuántos niños?
MARI CRUZ.- Tenía que ser aquí. Porque este agujero está fuera
del mundo. En el mundo, usted y yo somos enemigas. Aquí
somos dos mujeres solas en
medio de la oscuridad y el frío, Nadie nos va a oír, usted lo dijo
antes.
MARI CRUZ.- Ese hijo es hijo del amor. Claro, usted qué va a
saber de eso. ¿Alguna vez amó a un hombre, madre? ¿Alguna
vez la abrazaron hasta hacerle perder la respiración?
ESCENA XVIII
SOR PIEDAD.- Dicen que ha hecho mucho frío esta noche y que
la carretera se ha helado... La comitiva ha parado en Villanueva,
desde allí han llamado a
Don Martín. Van a pedir a nuestro Alcalde que esparza unos
cuantos sacos de sal, a ver si consiguen derretir el hielo.
CHARITO.- ¿Qué voy a hacer ahora, qué voy a hacer ahora? ...
Padre, llame al obispo, dígale que yo soy buena, que ya no soy
puta, que no. ...que me culpo de lo que pasó si quiere, pero que
me saque de aquí..
AURELIA.- Noooooooooooo...
AURELIA.- Fue una noche fría como ésta, volvió de trabajar, las
manos y la cara negra de la mina. No creo que hubiera bebido,
no le hacía falta. Mi madre cosía en su habitación con los pies
metidos en una palangana. Puse una silla en la puerta de mi
habitación, por si se acercaba y yo estaba dormida que el ruido
de la silla al abrir la puerta me despertara y me despertó. Se
echó sobre mí, con la fuerza de siempre y yo... yo saqué el
cuchillo debajo de la almohada y juro por Dios que lo único que
quería era matarle... pero sólo le acerté en el
vientre... Cuando me dijeron que ya era libre, que ya había
cumplido mi pena, sabía que me estaría esperando, sabía que
tendría las manos y la cara negra, sabía que mi madre seguiría
cosiendo en la habitación de al lado, sabía que mis gritos serían
mudos y los oídos de mi madre sordos...
nada.
DON MARTÍN.- Cómo has podido, hija... cómo has podido... qué
insensata...
Oscuro.
ESCENA XIX
ESCENA XX
enfermo....
MACARENA.- (La tira con pena) Que la tiro pa no ser menos que
las demás, que yo también me merecía ese indulto, pero que me
duele también lo digo, que a mi me han enseñao que la comida
es lo más sagrao..
ESCENA XXII