Sincronia y Diacronia
Sincronia y Diacronia
Sincronia y Diacronia
expresión griega (δια – Χρόνος – khrónos) que se traduce como ‘dia a traves
del tiempo’. Muchas veces se vincula la diacronía al análisis de los fenómenos
sociales a lo largo de diversas fases históricas atendiendo a su desarrollo
histórico y la sucesión cronológica de los hechos relevantes a lo largo del
tiempo.
La lengua, tal como existe en un momento dado –como existe, por ejemplo, en
nuestro presente o durante la época de los Reyes Católicos-, es el resultado de
una evolución secular y, a la vez, una etapa de esa evolución, que proseguirá a
lo largo del tiempo. Ya vimos cómo la lingüística del siglo XIX pretendió que
sólo ese aspecto evolutivo, o histórico, era digno de estudio.
En evidente oposición a aquella manera de ver las cosas, sabemos
que Saussure hizo notar que los hablantes no tenemos conciencia de que
nuestra propia lengua, tal como la empleamos, experimente o haya
experimentado variaciones que alteren su fisonomía. Por el contrario, creemos
que utilizamos el mismo idioma que emplean nuestros abuelos y que emplean
–o emplearán- nuestros hijos y nuestros nietos. Así, la lengua, tal como la
sienten los hablantes de una época cualquiera, es una realidad sincrónica –es
decir, es un sistema de signos coexistentes en un momento dado-, y resulta
legítimo estudiarla con las mismas pretensiones científicas que su anterior
evolución.
Y es que, llegados a este punto, corresponde enunciar la segunda dicotomía
importante que estableció el suizo Ferdinand de Saussure. La primera, cómo
no, es su distinción entre lengua y habla. La segunda nos dice que el estudio
lingüístico puede realizarse bien en el eje de las simultaneidades –lingüística
sincrónica-, bien en el eje de las sucesiones –lingüística diacrónica-. Además,
los métodos de ambas serán completamente distintos.
La nueva dicotomía pues, más que oponerse a los estudios diacrónicos –en
realidad, los afirma-, se opone a los gramáticos tradicionales que afirmaban la
exclusividad del estudio histórico. Porque, como veníamos diciendo, la
lingüística sincrónica se opone conceptualmente a la diacrónica, lingüística que
aussure no derriba, sino que complementa y resitúa