Originalidad de La Innovación Social (Ponencia, 2010)
Originalidad de La Innovación Social (Ponencia, 2010)
Originalidad de La Innovación Social (Ponencia, 2010)
En este trabajo proponemos algunas claves que nos pueden ayudar a comprender
mejor el alcance de este concepto emergente. En primer lugar, analizamos los
factores del entorno que han propiciado su popularidad creciente. Seguidamente
destacaremos -a partir de ciertos denominadores comunes de experiencias
innovadoras como del análisis que hemos realizado desde diversas aproximaciones
teóricas- algunos de sus rasgos más significativos. En un tercer momento,
señalaremos algunas pautas que pueden propiciar la innovación social. Por último
abordaremos algunas estrategias que pueden ayudar a la generación de un marco
propicio para el desarrollo de este fenómeno.
2
2. ¿POR QUÉ EMERGE EL CONCEPTO DE INNOVACIÓN SOCIAL?
Puede ser interesante para comprender por qué la innovación social tiene cada vez
mayor interés establecer algunas tendencias que impulsan la concreción y el
desarrollo del fenómeno de la innovación social, tal y como lo hemos definido. Estas
tendencias se perciben en agentes clave tales como el Estado, la empresa, el Tercer
Sector y la sociedad en general.
Los cimientos del Estado del Bienestar en la Unión Europea durante las últimas
décadas han sido sacudidos por profundas transformaciones. Esta situación ha
generado una crisis de confianza en las instituciones tradicionales del sistema que
fueron capaces de dar respuesta adecuada a muchos desafíos económicos y
sociales. Las opciones neoliberales –que enfatizan el protagonismo del mercado en
detrimento del Estado- o las opciones más sociales –que enfatizan la función
protectora del sector público- siguen formulando sus propuestas en un difícil
equilibrio en donde están en juego tanto su eficacia –buenos servicios- como su
eficiencia –cuál es el tamaño ideal del Estado y cuánto se necesita para soportarlo-.
Los próximos años son clave: la Estrategia de Lisboa fue en fracaso y se precisa un
Modelo Social Europeo todavía implícito en la Estrategia 2020.
Ya sea por necesidades de legitimación (el daño de los intereses privados que tanto
daño han hecho a la sociedad), demanda social o moda (imitar lo que hacen otras),
las empresas -de toda índole- comienzan a plantearse dentro de su acción no sólo
el impacto económico de sus actuaciones sino la responsabilidad de las mismas de
cara a la sociedad que las acoge. Cuando este planteamiento lo ponen en acción
surge la necesidad no sólo de hacer algo social, sino también de hacer algo eficaz y
diferente. En palabras de Pérez Bueno (2009) “La empresa deja de ser un ámbito
de decisiones único, ligado a la propiedad o a la dirección, para pasar a ser un
centro multifocal, en el que los grupos de interés se revelan como contrapartes y se
erigen en copartícipes. La llamada Responsabilidad Social Empresarial será un
ámbito propicio para la expansión de las organizaciones sociales, que estimulará
nuevas formas de relación e intervención, cuyo alcance real dependerá del enfoque
que se dé a este emergente espacio”.
3
2002) y cuanto valor capturan en el proceso de servirlos, basados en la co-creación
–generación colaborativa- y las redes estratégicas. La colaboración y el
funcionamiento en red resultan fundamentales para diseñar e implantar iniciativas
empresariales que puedan aumentar la presencia de negocios rentables en la BDP,
cooperen significativamente en la reducción de pobreza, sean
medioambientalmente responsables, e incluso incrementen su competitividad. De
hecho el mensaje del recientemente fallecido gurú de la estrategia -Prahalad – es
una llamada a la cooperación y la desaparición de los límites organizativos: Ninguna
empresa, por muy grande que sea, debe entender la innovación sólo por razones
de coste, sino, y lo que es mucho más importante, por razones de acceso. Hay que
trabajar con las ONG locales. Hay que trabajar con los microempresarios, las
pequeñas y medianas empresas, y en muchos casos con el sector público. Así que
los límites de las empresas, que son fundamentalmente grandes multinacionales -[y
la actitud de] 'Voy a hacerlo yo mismo'- son cada vez menos posibles. Hay que
tener socios. Estar continuamente formando parte de un ecosistema y, en muchos
casos, de la construcción del ecosistema.
Pero no sólo las grandes empresas se alinean con “lo social” por intereses de
mercado también van emergiendo otro tipo de emprendedores sociales (Dees et al,
2002; Dees y Anderson, 2006; Elkington y Hartigan, 2008). Como indica Bernstein
(2008) para el caso de los microcréditos: El más famoso emprendedor social puede
que sea Muhammad Yunnus, el fundador del Banco Grameen. Como Jobs, Yunnus
tomó un producto "el crédito" -que fue en principio algo exclusivo (como los
primeros PCs) y lo llevó a una audiencia de masas. De este modo, su banco ayudó
a democratizar el acceso al capital de forma similar a como Apple Computer
democratizó el acceso a la información.El efecto es similar: más posibilidades de
elección y la libre determinación en manos de más personas en todo el mundo.
Otros casos conocidos son Michael Young (Open University), el Abate Pierre
(Traperos de Emaús), Vicente Ferrer (Fundación Vicente Ferrer) o Anita Roddick
(The Body Shop) (Morales Gutiérrez, 2007). La filantropía empresarial, la
cooperación al desarrollo, los organismos estatales y multilaterales, entre otros,
ven en las y los emprendedores sociales un referente, actualmente en pleno auge
ya que a través de estas iniciativas son resueltos o paliados muchos problemas a la
vez.
4
prevé que ésta aumentará significativamente en los próximos años conforme las
personas tengan un mayor acceso a las nuevas tecnologías de comunicación e
información.
Además los donantes tienen cada vez más opciones para desarrollar sus
inquietudes sociales y solidarias y los fondos privados –grandes donantes- son muy
selectivos a la hora de decantarse en colaborar con las instituciones del tercer
sector. Como señala Bruel (2009): “Las entidades tendremos que optar por un
formato más y más asociativo donde el factor diferenciador será la capacidad de
movilización de voluntariado, y la creación de redes sociales que aporten valor
añadido y proximidad a lo que realicemos o crear respuestas muy especializadas
5
que nos hagan atractivos a los intereses de las administraciones públicas”.
Siguiendo el famoso paralelismo del citado Alvin Toffler, si hoy asistimos
posiblemente a que la transparencia es la segunda ola de regeneración de las
instituciones sociales (Compasión y cálculo, 1998), la tercera ola sería seguramente
la innovación. En efecto, la innovación como eje de funcionamiento estratégico de
las organizaciones sociales puede ser un revulsivo y regenerador (en la medida que
cree valor para los principales stakeholders) no sólo a nivel externo -por los nuevos
servicios- sino también a nivel interno -por las nuevas capacidades que genera (que
denominaremos componente ad-intra).
Pero el Tercer sector no sólo tiene una función de servicio: existe un papel
reivindicativo. No obstante esta denuncia tendría que realizarla, a veces, ante uno
de sus principales “financiadores” (el Estado). Pérez Bueno (2009) señala que este
dilema se traslada a nivel interno ya que “por una parte, está la inclinación, visible
hoy día, hacia la profesionalización de la gestión, pareja a un debilitamiento del
carácter voluntario de estas organizaciones. Al tiempo, la vocación reivindicativa,
de denuncia de situaciones ingratas y de demanda de transformación social,
originaria en muchas de las organizaciones del tercer sector, cederá ante la
vocación gestora, de gestión y prestación de servicios, que se impondrá paulatina
pero firmemente. Esto creará –las está creando ya- tensiones en el seno de las
propia entidades sociales, que se debatirán, a veces estérilmente, entre una u otra
vocación”. ¿Tendrá esta dinámica algún efecto o relación con la innovación social?
Posiblemente sí. Una entidad del Tercer Sector que se enfoque hacia la innovación
social puede ser el aglutinante que oriente los esfuerzos hacia la razón de ser de la
organización –sus destinatarios- en lugar de situar el debate en cuestiones internas
y estériles.
Las innovaciones sociales reconocidas como tales son muy diversas (Cuadro 1) pero
¿en qué nos fundamos para denominar a un fenómeno como innovador a nivel
social? A continuación proponemos algunas condiciones necesarias –aunque
aisladamente insuficientes- para identificar un fenómeno como innovación social.
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Cuadro nº 1
Algunas innovaciones sociales
3.2. Originalidad
7
3.2. Intangibilidad
Cuadro nº 2
Innovación económico-tecnológica e innovación social
8
3.3. Replicabilidad
9
Pero estos logros son el resultado de otro logro especialmente relevante en la
innovación social: la generación de capital social. El capital social, en su acepción
socioeconómica, se considera hoy día como una de las herramientas conceptuales
más importantes para explicar las dinámicas de desarrollo. Como señala Moyano
(2001) fueron los economistas neoclásicos los que pusieron de manifiesto la
importancia del capital humano considerando que sin dicho elemento, los demás
factores -trabajo, tierra y capital- tendrían poca utilidad para el desarrollo
económico. Pero fueron los que trabajan en la nueva sociología económica
(Swedberg, 1991, Swedberg y Smelser, 1994) en su intento de explicar el
comportamiento económico de los individuos, los que dieron contenido a dicho
concepto englobando, no sólo las personas, sino también las normas y las redes
sociales que contribuyen a la generación de acciones colectivas en beneficio de la
propia comunidad.
Woolcock (1998) incorpora a los recursos que ayudan a los grupos sociales a
superar los dilemas estáticos de la acción colectiva -los problemas de cooperación-,
los que surgen cuando el éxito de una determinada acción colectiva en pro del
desarrollo influye de tal modo en las relaciones de comunidad, que resulta
necesario que éstas se coordinen para garantizar que el desarrollo siga teniendo
éxito en el futuro (dilemas dinámicos) (Moyano, 2001).
La innovación social requiere, por tanto, unos niveles adecuados de capital social
tanto de cooperación a nivel micro, es decir, de acción colectiva implicada en la
iniciativa -nivel elevado de relaciones intracomunitarias- como de cooperación entre
instituciones públicas (con credibilidad y eficiencia) y una ciudadanía articulada y
organizada a nivel macro. Pero estos requisitos iniciales van desarrollándose y
generando nuevas formas de organización de la acción colectiva por medio de la
institucionalización formal e informal -modelos de gobernanza (Anshell y Gash,
2008) afectando a las relaciones sociales y a la satisfacción de las necesidades
básicas que aquellas dejan al descubierto. La innovación social se convierte así en
una innovacion en los procesos de manifestación de necesidades, en las formas de
cooperación, en la comunicación y en una gobernanza adecuada facilitadora de
dichos procesos (Zurbano, 2008). Esta primacía de la gobernanza (Cuadro nº 3)
descansa también en su dimensión territorial ya que la generación de redes de
cooperación entre agentes participantes en los procesos de innovación requiere de
vínculos de proximidad para una mayor fluidez y confianza entre ellos (Morgan,
2005). Este enfoque territorial ha recibido una especial atención desde instituciones
comunitarias. De hecho el primer proyecto a gran escala que aborda la innovación a
nivel territorial y un tratamiento amplio y profundo de modelos alternativos de
innovación local (ALMOLIN) ha sido SINGOCOM (European Commission Framework
5 project (2002-2004). Social Innovation, Governance, and Community Building.
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Cuadro nº 3
Rasgos diferenciales de la “nueva” innovación social
PROCESOS PROCESOS DE
TRADICIONALES INNOVACION SOCIAL
DE CAMBIO
SOCIAL
SUJETO COMUNIDAD RED SOCIAL
MODELO DE
GOBERNANZA Centralizada Multinivel
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Mantener esta política de precios y mantenerse en los lineales de la gran
distribución con un constante crecimiento sólo es posible ofreciendo un producto de
gran calidad y con unas características propias que le desmarquen de la
competencia: se utiliza la leche de la granja (premio a la mejor calidad de leche de
la provincia de Girona 2005), un proceso de fabricación está absolutamente
controlado para tratar de forma "suave" al producto, no añaden ni colorantes ni
conservantes... y como consecuencia de todo ello la elaboración de un producto
absolutamente natural y de una calidad excepcional que ha permitido, sin gastar
nunca un euro en publicidad, contar con una muy buena imagen de marca y estar
presente en la mayor parte de distribuidores minoristas de Cataluña y en una
buena parte de Hospitales.
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Inditex va integrando sus niveles de responsabilidad social "descubriendo", por un
lado, que los locales de productos de temporadas anteriores a precios asequibles
(outlet) permiten un tráfico comercial acorde con la integración social, y por otro,
que los empleados que se insertan en estas experiencias mejoran su salud, reducen
el nivel de medicación y de ingresos hospitalarios. Hay que reconocer a los
"pioneros" y su nivel de innovación: la capacidad de arriesgarse con activides que
forman parte del núcleo del negocio.
Un caso especial de innovación social que emerge desde la utilización de las TIC en
el ámbito del Tercer sector serían las plataformas de solidaridad (Morales, 2009b).
En ellas se establecen un lugar común para oferta y demanda (donantes,
prestatarios, emprendedores locales,…etc- que entran en juego en el momento
oportuno, la información necesaria y los cauces de comunicación pertinentes. se
han encontrado dos tipos de mercados sociales “on-line” con estrategias diferentes.
En primer lugar, tenemos una especie de ONG virtuales o plataformas de donantes
(peer to peer charities), surgidas a partir del 2000 y especializadas en brindar
causas y proyectos a microdonantes consiguiendo, por tanto, recursos a fondo
perdido para organizaciones y particulares (como sería el caso de Globalgiving o de
Donorchoose). En segundo lugar tendríamos una especide de entidades de crédito
en la red con fines sociales que denominamos plataformas de microcréditos
(person to person lending o e-social banking) que constituirían una manera de
utilizar las ventajas de la web 2.0 para canalizar los microcréditos a escala global.
En este caso ofrecen proyectos de ONGD y entidades que desarrollan su actividad
en países empobrecidos a posibles microprestamistas, es decir, con el compromiso
de devolución o de reutilización en nuevos microcréditos por parte del prestamista.
El caso más conocido de este tipo de instituciones es el de Kiva (www.kiva.org)
fundada por Matt y Jessica Flanery que facilita créditos a 60,000 emprendedores
de 45 países en desarrollo con una tasa de devolución de más del 95% durante los
3 primeros años.
Aunque este tipo de iniciativas se encuentra todavía en una fase de desarrollo muy
incipiente y las peer to peer más famosas sean globales, observamos cierta
tendencia a los enfoques más especializados y diferenciados que requieren mayores
conocimientos idiosincrásicos. Este tipo de modelos organizativos necesitan de un
crecimiento equilibrado: no basta con obtener muchos recursos, hay que disponer
de proyectos atractivos y fiables donde emplearlos.
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Existe cierta necesidad de compartir e interrelacionar experiencias. Una de las vías
para invertir en capital relacional es propiciar lugares de encuentro. Los lugares de
encuentro para las instituciones implicadas en la innovación social pueden ser
múltiples y compatibles: FOROS (centrados en el encuentro); FERIAS (centrados en
la exposición) de convocatoria periódica, con énfasis en las organizaciones y con
inversión baja; PLATAFORMAS (de convocatoria permanente, con énfasis en las
personas a nivel individual, sin necesidad de implantación territorial y con inversión
baja); PARQUES, CENTROS o HUBS (con vocación de permanencia, implantación
territorial y con un nivel de desarrollo organizativo y un nivel de inversión en
recursos elevado). En aquellos donde los niveles de encuentro fuesen más
permanentes habría que articular los mecanismos para que, por ejemplo, los
centros no funcionaran como “torres de marfil” sino como dispositivos con enlaces
en la realidad social y con las organizaciones que actúan en el terreno.
1
En este sentido puede verse nuestro blog sobre Innovación Social “Cerillas en la Oscuridad”:
http://cerillasenlaoscuridad.blogspot.com/
2
Una de las experiencias premiadas en el penúltimo certamen del CEPAL en torno a la innovación social celebrado en
Medellín (Colombia) y que ha asumido un papel protagonista en la reconstrucción del país después del terremoto ha
sido la iniciativa Un Techo Para Chile (UTPC). Esta institución nació en 1997, promovida por un grupo de estudiantes
universitarios impactados por la dura realidad de quienes viven en extrema pobreza en Chile. Los fundadores
convocaron a universitarios de distintas carreras a participar de la construcción de 350 viviendas de emergencia,
conocidas en Chile como "mediaguas", en Curanilahue, región del Bio Bio.
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