TP Final Administrativo
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FACULTAD DE ABOGACÍA
DERECHO ADMINISTRATIVO I
2019
DESARROLLO DE FALLOS
Se dispuso a través del jefe de inteligencia que tal bonificación cesara a medida que se
fuera aumentando el sueldo, esto hizo que se demande a la caja de jubilaciones
aduciendo que la administración no puede revocar sus actos una vez que se encuentran
firmes y consentidos, si han hecho nacer derechos subjetivos en cabeza de particulares y
que si la conducta a que se obligo es ilegítima debe peticionar judicialmente, también que
la caja no dicto un acto administrativo en tal sentido, sino que procedió a realizar
materialmente el descuento.
Se declaró nula la quita del suplemento por haber excedido su competencia y ordenaron
que dicha bonificación sea abonada a los actores hasta tanto se declare judicialmente la
nulidad.
El Procurador General aduce que el caso guarda una marcada analogía con lo resuelto
por la corte en el caso “Baliarda” por lo tanto considera que hay que revocar la resolución
apelada.
Afirma el apelante que el fallo es arbitrario y que la citada resolución es nula y no anulable
como dispuso la Cámara.
El Tribunal no comparte la solución del caso dada por la Cámara, pues, aceptado que el
régimen jurídico imponía el cumplimiento de una intimación a los efectos de constituir en
mora al agente, se advierte que la demora en que hubiera incurrido en asumir el cargo
correspondiente, carecía de relevancia jurídica y no podría válidamente sustentar la
legitimidad ni atenuar los defectos de un acto que presuponía el cumplimiento de aquella
exigencia.
Que la caducidad decretada reconoce como fundamento una conducta reprochable del
actor, o sea que se sustenta en una apreciación de las circunstancias que, por virtud de la
propia ley de procedimiento administrativo (art. 21), requería de una interpelación para
que el empleado incurriera en mora y pudiesen jugar los efectos propios del retardo
imputable en la esfera de la relación de empleo público.
En tales condiciones, corresponde declarar la nulidad del acto con el alcance indicado, sin
perjuicio de que sus efectos deban ser examinados en función de las particularidades del
caso.
Cabe señalar que se afectó elementos y/o requisitos esenciales del acto administrativo en
el expediente. Como así también, se tornó importante en cuanto a la legalidad, legitimidad
del acto impugnado, aquellos errores de derecho que hicieron perjudicar la finalidad de la
causa y/o institutos tales como la caducidad del acto administrativo.
CABANAS, RAMON (CS, 1988/02/23; PUBLICADO EN FALLOS:
311: 160)
En el fallo de la CSJN citado At supra, es evidentemente sustancial para su resolución la
Causa del acto administrativo, esta, es definida por Gordillo como “cuando no hay una
situación objetiva de hecho que se encuentre en la base del acto.”
Debido a esto, la corte sostiene en última ratio que la resolución que concedió el haber de
retiro es nula, no anulable, porque se dictó sin encontrarse reunido uno de los requisitos
exigidos por la ley para hacer posible la concesión del beneficio (desempeño de 5 años en
un cargo de la justicia nacional).
Cabe señalar que se afectó elementos esenciales del acto administrativo, tales como el
objeto, el procedimiento anterior al dictado del acto administrativo, la motivación y la
forma de las pretensiones esbozadas por los litigantes en el expediente.
Cabe señalar que se afectó elementos esenciales del acto administrativo, tales como la
Competencia con respecto a la materia (jurisdiccional - administración) y el
procedimiento reglamentario anterior al dictado del acto administrativo, ello por no
haberse cumplido los procedimientos sustanciales previstos en el ordenamiento jurídico
de las leyes que atañan al derecho administrativo, en función administrativa y disponerse
a los poderes discrecionales propios de la administración.
Además que todo acto administrativo que se dicta debe cumplir obligatoriamente con
todos los elementos esenciales, y que los procedimientos están dados por la normativa
para ser respetados para que en cierta medida no se disponga del poder discrecional y/o
arbitrario de la administración, es decir, que el proceso deberá resolverse con ajuste a las
normas en vigor y a los hechos de la causa esbozados por las partes en el presente litigio
de tal magnitud e importancia.
Denotamos como elemento esencial del fallo la Forma del acto administrativo, ya que la
podemos definir como los pasos posteriores al dictado del acto y su fin es darle a los
administrados una garantía de sus derechos y de la legalidad del acto
Que, de este modo, resulta inadmisible desconocer la validez del decreto 265/91 en tanto
constituye un acto del poder administrador a quien la Constitución se lo ha atribuido en
forma exclusiva y excluyente; un temperamento diverso equivaldría a la consecuente
lesión del principio de la división de poderes.
La primera, por cuanto el decreto tuvo como única causa el procesamiento penal del
Fiscal General, y, con arreglo al principio de inocencia, dicho procesamiento no configura
una inobservancia de la "buena conducta".
La segunda, en tanto se omitió el debido sumario si se entendió que aquél había incurrido
en faltas administrativas.
Por tanto, en el ámbito administrativo la indicada presunción sólo puede ser desvirtuada
mediante el correspondiente sumario que respete las reglas del debido proceso adjetivo,
pues no resulta razonable que el funcionario pueda ser removido sin causa, o sin debida
justificación de ella, por el jefe de la propia administración cuya fiscalización la ley le
encomienda.
Al acto administrativo le falta una causa cuando los hechos y el derecho invocado no
existen o son falsos o cuando se viola la ley aplicable. Husmeando un poco los motivos de
la Corte Suprema de la Nación, encontramos que, en el allanamiento a el sindicato de
músicos, se halló "abundante material de ideología comunista", el cual nunca fue puesto
en conocimiento al juez.
En efecto: el DEC. 5211/60, sólo expresa que él se funda en los informes producidos por
los organismos de seguridad y en lo dispuesto por el DEC. 4965/59, que prohíbe en todo
el territorio de la República las actividades comunistas.
El decreto 4965/59 de Frondizi deja en claro que el comunismo responde a los intereses
de la U.R.S.S. y que su acción resulta “disolvente del ser nacional”, lo cual equivale a
decir que es una negación de la forma de vida propia del pueblo argentino, amenazado
por el enemigo exterior.
El Dr. Orgaz en el fallo ya mencionado, determina que cada caso si concretamente " no
importa querer sustituir el juicio de la autoridad encargada de la paz pública, en materia
que le concierne, con el juicio de los tribunales, sino establecer simplemente, de una
manera objetiva, si aquella autoridad ha excedido o no los límites de la propia ley que
invoca y aplica”.
La CSJN resuelve: Se revoca la sentencia apelada y se rechaza la demanda interpuesta.-
Aristóbulo D. Aráoz de Lamadrid.- Julio Oyhanarte.- Pedro Aberasturi.- Ricardo
Colombres.- Esteban Imaz.
Los decretos, por ser actos administrativos, tienen a su favor la presunción de constituir el
ejercicio legítimo de la actividad administrativa y por consiguiente, toda invocación de
nulidad contra ellos debe necesariamente ser alegada y probada en juicio; así sucede
cuando se han desconocido o vulnerado principios de derecho público o garantías
individuales.
Es absoluta la nulidad solicitada del decreto sobre enajenación de tierra pública dictado
por el P. E. desconociendo la disposición del art. 95 de la Constitución Nacional que veda
al presidente de la Nación el ejercicio de funciones judiciales. Por ende, podemos deducir
a nuestra conciencia que el elemento esencial y fundamental en este fallo es la
Competencia.
Cabe recalcar que el Objeto no es una cuestión de incumbencia nuestra en este caso,
porque es cierto, y jurídicamente posible, decidiendo todas las peticiones formuladas
(aunque como vimos anteriormente, deniega algunos derechos subjetivos).