Texto Creativo Pacha Mama El Graffiti Como Texto Semiótico

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La gráfica popular y el graffiti en Medellín como expresión de resistencia.

El artista urbano popular se mueve en el mundo del arte pero también en la urbe, en el
mundo del graffiti, el graffitero se mueve dentro de la expresión visual y artística, pero al
convivir con las múltiples construcciones sociales, este mismo se empieza a mover en el
arte popular.

La expresión visual ha estado presente desde las primeras formas de comunidad, como una
herramienta para exponer realidades (-y es que hablamos de realidades como la
interpretación propia del mundo mediante la experiencia- es así que cada uno es portador
de su propia realidad-) .El graffiti y la expresión artística popular como fenómeno social y
antisistémico, actúan como discurso portador de significaciones; una infinidad de mundos
semióticos posibles.

Las manifestaciones artísticas actúan como constructoras y edificadoras de realidades,


éstas conllevan una relación entre el cuerpo y la espacialidad. En el contexto de las
prácticas anti-sistémicas específicamente con la urbe (o por lo menos es allí dónde se
manifiesta en todo su esplendor); se genera una relación de reciprocidad que es de
conocimiento y reconocimiento, en la que se estructura una realidad a partir de vivencias
que se construyen en la misma y se transportan a sus muros, fachadas, etc. como parte de
las múltiples perspectivas y construcciones de significados de experiencias de ciudad. El
movimiento es sinónimo de ciudad, es así que tenemos que pensar a la ciudad como
actividad (encuentro). La expresión urbana del graffiti y la gráfica popular apelan a una
ruptura en la “normalidad” del espacio tanto público, como privado.

El mensaje gráfico, la intencionalidad en el uso de los colores, las modulaciones, el trazo y


hasta los lugares inciden en la manera en la que concebimos estás prácticas en la ciudad,
ya que cuando se antepone una práctica considerada desde la generalidad como una
ilegalidad, o acto vandálico; el hecho de intervenir la ciudad, de transgredir las demás
realidades y generar impactos se tiene en cuenta el valor estético que este genere para su
sociedad. Desde la teoría estética se habla de lo Bello y lo Sublime, lo feo no se categoriza
y está íntimamente condicionado por el criterio y la experiencia estética de quien contempla
una pieza de arte.

El arte urbano viene ampliamente ligado y condicionado por el proceso. En este proceso de
inscripción aparecen la marginalidad, el anonimato y la espontaneidad como elementos
claves de la construcción artística desde el graffiti y el arte popular. Dado que como en toda
expresión artística se busca el ingenio para poder expresar un mensaje de la manera más
acertada y creativa posible. Se habla de marginalidad como componente esencial del
movimiento urbano, más específicamente: el graffiti. Recordemos entonces que el graffiti
nace con la intencionalidad de mostrarse frente al mundo, es casi como un grito que replica
“yo estuve aquí”. Está replica funciona a su vez como una relación de poder. Ya que el
graffiti se desplaza por toda la urbe y a su vez aparecen lugares que generan una mayor
connotación del mensaje, mientras que hay otros que generan una mayor denotación. Esto
también influye en la transgresión que se genera al ver un Tag, o una pieza gráfica, ya que
es muy diferente e impacta de distintas maneras la ubicación: No es lo mismo ver un graffiti
en un corredor comercial, turístico/ artístico, que verlo pintado en un vagón del Metro. Se
trata de aquellos mensajes que no es posible someterlos al circuito oficial pues por allí no
pasan.

En el carácter de anonimato; los mensajes graffiti mantienen en reserva su autoría y son


enmascarados para proteger la identidad del artista. La espontaneidad se desprende del
carácter de anonimato; tal inscripción responde a una necesidad que aflora en un momento
previsto o imprevisto, pero conlleva el aprovechamiento del momento en el que se efectúa
la pieza, esto significa: un cuerpo en tensión que afectará su escritura. Recogemos
entonces el carácter del concepto de Fugacidad, que se desenvuelve dentro del contexto
del arte popular urbano y nos refiere al carácter que actúa desde afuera del sistema y
condiciona su efímera duración.

El graffiti se vincula directamente con la práctica antisistémica, y de igual manera el arte


popular; aunque el primero se caracteriza por tener un afán de reconocimiento, el segundo
genera una transgresión aún más intencional y dirigida hacia el concepto: resistencia
popular, al estar plenamente vinculado con el factor popular, que acerca el arte y la crítica a
una construcción no de un universo, sino de un choque de múltiples contextos y universos
de significación.

La gráfica popular representa una voz popular, una minoría o una expresión y como su
nombre lo indica, es popular; del pueblo, para el pueblo. Para reconocer los diversos
significados de estas manifestaciones artísticas, culturales, de resistencia y de transmisión
de realidades, es necesario reconocer las intencionalidades, contextos, elementos y
características de las mismas. El arte popular incluye elementos populares y se define
gracias a la identidad cultural del pueblo, se rescatan desde la resistencia elementos,
expresiones y costumbres.

El arte popular posmoderno tiene como propósito y objetivo la generación de discursos de


resistencia; en nuestro caso no se puede categorizar ni vincular con una razón comercial,
sino que por el contrario se vincula directamente a la expresión y manifestación social de
preservación y arraigo a la identidad popular. El arte popular apela también en cierta medida
al reconocimiento de lo que no se puede olvidar, pero su objetivo principal es generar
impacto.

Frente a la cultura urbana artística/gráfica popular que se ha desarrollado en la ciudad de


Medellín se han tejido varias problemáticas. Una de ellas es la transgresión que se genera
en el medio. El medio es el mensaje dice Mcluhan, es de esta manera que se percibe el
mensaje gráfico popular, como una expresión de protesta y resistencia, donde nace el lugar
como intencionalidad. Dónde no sólo el color, la forma y el mensaje representan la
intencionalidad, sino que aparece el lugar para reforzar dicho mensaje, con esto aludimos a
la espacialidad en la ciudad. La ciudad como hábitat social y de integración ciudadana y las
expresiones artísticas urbanas como herramienta de transgresión. Es así que podemos
hablar de estas transgresiones como herramientas y vehículos portadores de mensaje este
mensaje.
El artista popular mezcla elementos y técnicas de diversas disciplinas, y es que el arte no
depende de un material, pero este material sí que actúa como un potenciador de
significaciones; el sustrato, los colores, la base, las formas y la continuidad de los trazos
forman discursos complejos y es que es así que el artista popular urbano también puede
escabullirse como un grafitero más al adoptar muchos de sus elementos, se puede llegar a
una idea de reconocimiento, y es que el reconocimiento existe en el mundo del arte sin
importar si el artista lo busca o no. Es así que aparecen varios elementos que se replican en
la actividad creadora de significados, como por ejemplo el uso de los TAGS (firmas), el
esténcil como un elemento de transferencia rápida. El mensaje del Graffiti se vincula con la
identidad propia y la generación y construcción de una identidad propia bajo un
pseudónimo, el anonimato juega un papel importante al que el artista popular también se
apega. Es así que si seguimos buscando asociaciones encontraremos muchas. Como arte y
expresión social el graffiti y el arte popular como elementos de resistencia reconstruyen y
rescatan realidades sociales, en donde existen transgresiones tanto desde los materiales y
la técnica que se usan, hasta el propio lienzo que no es más que espacio (público y
privado).

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