Ley de Los Grandes Números

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11111

3
Imponer la ley
Por qué los casinos ganan siempre

Ya sea en la opulencia de Las Vegas, o en los miles de es-


tablecimientos más modestos de todo el mundo, o aunque
n
sólo sea en las películas, todos hemos visto cómo funciona
los casinos. Esos establecimientos están atestados de jugado-
en
res inquietos y de turistas fisgones que hacen sus apuestas
máquinas tragaperras, ruletas, a los dados, en el keno, en me-
-
sas de póquer o de blackjack. En cualquier apuesta dada, pue
de pasar cualquier cosa: algunos jugadores pierden, otros ga-
se
nan. Algunos se enriquecen, otros se arruinan. Algunos
s
quedan y apuestan todo el día, otros se van al cabo de uno
minutos.
Pero en medio de toda esa aleatoriedad, hay una certeza
absoluta: a largo plazo, el propio casino siempre gana dinero.
n-
Los casinos son verdaderas máquinas de hacer dinero. Cua
do se debaten los aspectos éticos del juego de azar respaldado
por el Estado, suelen expresarse preocupaciones por el im-
pacto social de las casas de juego, el problema de la adicción
a la ludopatía y el mensaje que se transmite a los niños. Pero
nadie se preocupa jamás porque el casino pierda dinero; sen-
cillamente, eso nunca sucede.
¿Cómo es posible? ¿Cómo tanta incertidumbre puede sus-
citar tanta certeza? Con lo azarosa e imprevisible que es
la
suerte de los jugadores individuales, ¿cómo es que el propio
casino se beneficia a un ritmo tan regular, tan previsible?
. La respuesta a esta pregunta implica dos hechos clave. El
Pnmer~ es que los resultados totales del casino son conse-
-
cuenc1.a de la combinación de. muchísimas apuestas indiv•d
. .
1es. eada hora puede haber cientos; o 1nc1uso fil.ie s de apu1 ua..
a la ruleta, y otras tantas a las 1:1 . esta
1aqwna~ tr~~aperras _Y los de~
mas; . egos Mientras que todo Juga
JU . dor 1ndiv1dual quizás h
unas cuantas apuestas aqw; y alla, ;
el casino en su totalidad Paag a
f

cipa en un número enorme de ~p rti


uestas s~paradas. -
Cuando los sucesos aleatonos se
repiten una y otra vez
proporción de éxitos se acerca cad ; ' 1a
a vez mas a su va lor me ct¡
(denominado también «valor esperado»). Así, por ejemp
lanzas reiteradamente al arr . da . lo ~
e una mone; sm true~,. a largo pla , SI
zo cerca de la mitad de las veces -
saldrá cara. O s1 tiras muchas
veces un dado de seis caras sin truca
r, a la larga cerca de una sex-
ta parte de las veces te saldrá un
cinco.; No se trata de una conje-
tura, es la ley: la «ley de los gr
andes numeras». Esa ley dice que
si repites cualquier suceso aleatorio
con la frecuencia suficiente
a largo plazo la buena suerte·,com
que.quedará será aproximadamente
pensará a la mala suerte, y
la media «correcta»; esto es,
¡¿
una media que imita las probabilida
des auténticas.
En la obra Rosencrantz y Guild
enstern han muerto, de
Tom Stoppard, se lanza .una •mon
eda al aire repetidamente,
cientos de veces, a lo largo de va
rios días. Todas y cada una
de las veces ,sale cara. Es un o de
los numerosos aconteci-
mientos que perturban el sentido
de la realidad de los perso-
najes principales. ¿Tienen razón
al preocuparse? ¡Desde lue-
go! La ley de los grandes númer
os asegura que, a la larga, la
buena y la mala .suerte tienden -a
compensarse, y las medias
tienden a ajustarse a sus probabili
dades verdaderas. Por tanto,
cuando ·lanzas al aire una moned
a muchas, muchas veces, la
mitad de ellas aproximadamente
saldrá cara y la otra mitad,
cruz. El que salga cara cientos de
ocasiones seguidas, senci-
llamente, no sucede nunca.
La moneda, claro está, no sabe
que las veces que sale
cruz compensarán a las que sale
cara. De hecho, aunque haya
salido cara cuatro veces seguidas
, es igual de probable que
salga cara o cruz en el próximo lan
zamiento. Lo que la ley de
los grandes números dice es que,
aunque cada lanzamiento de
p

la moneda tiene las mismas posibilidades de dar cara O cruz


como resultado, su~ediese antes lo que sucediese, aun así, a
largo plazo, la cantidad de veces que sale cara se aproximará
gradualmente a la mitad.
La ley de los grandes números establece que si en un jue-
go de azar tie~es, como promedio: ventaja -aunque sólo sea
pequeña-, y Juegas durante un tiempo lo bastante largo, es
seguro que acabarás por delante. Por otro lado, si en un juego
tienes desventaja, aunque sea muy pequeña, como promedio,
y juegas durante un tiempo lo bastante largo, sin duda te que-
darás atrás. Aunque cada partida singular es independiente de
lo que haya sucedido antes, a la larga lo único que importa es
la cantidad media de triunfos y fracasos en el juego.
El segundo hecho clave es que en todo casino profesional
cada uno de los juegos de apuestas favorece, si bien levemente,
a la casa. Las reglas de los premios de todos los juegos están
diseñadas específicamente a fin de que, aunque en cualquier
apuesta dada pueda pasar cualquier cosa, a largo plazo, como
promedio, la casa salga ligeramente beneficiada.
Si un casino tiene únicamente unos cuantos clientes, y
cada uno de ellos sólo hace unas cuantas apuestas --quizás
incluso apuestas grandes- no hay manera de saber lo que
ocurrirá. Puede que los clientes pierdan sus apuestas o que las
ganen. El casino puede perder dinero o ganarlo. El resultado
es aleatorio, sin garantías.
Por otra parte, si un casino tiene muchos clientes que hacen
numerosas apuestas distintas, el azar desaparece prácticamente.
La ley de los grandes números dice que, como toda apuesta in-
dividual fav9rece levemente a la casa, tenemos la certeza de que
la casa ganará dinero a largo plazo.
En resumen, para ser rentable, el casino no tiene que te-
ner suerte, sino paciencia. Mientras que los jugadores pueden
basar sus esperanzas en la ilusión de tener una «mano estu-
penda» o un «número de la suerte», o en la alineación de los
planetas, el casino puede permitirse fundar sus esperanzas en
algo más seguro: la ley de los grandes números.

39
LA HONORABLE MULTA DE AUTOBÚS

Estás en un autobús europeo en el que el pago se ges-


tiona mediante una suerte de sistema de honor. Cuando
los usuarios suben nadie les cobra, pero aun así se supone
que han de comprar sus billetes. Ocasionalmente suben
inspectores que comprueban los billetes y multan a aque-
llos que no los tienen.
Como eres honrado, has adquirido tu billete. Sin em-
bargo, ~entras esperas el autobús, ves a Charlie el Agarra-
do merodear cerca de la máquina expendedora de billetes,
tan cerca de ti que lo oyes rezongar:
-A ver, un billete cuesta un euro. Si no tengo billete
y me pillan, me pondrán una multa de diez euros. Sin em-
bargo, sólo hay una posibilidad entre veinte de que me pi-
llen. A la larga, entonces, sólo tendré que pagar los diez
euros una vez de cada veinte. Así cada viaje me cuesta
medio euro. Por lo tanto, según la ley de los grandes nú-
meros, a largo plazo me sale más barato no comprar bille-
te nunca.
Ufano y petulante, Charlie monta en el autobús sin bi-
llete. No quieres discutir, así que no dices nada. No obs-
tante, esa noche escribes una ,carta a los responsables del
tráfico en tu localidad sugiriendo que aumenten la multa a
veinte euros como mínimo inmediatamente.

Calcular el promedio: la ruleta y el keno

Para que un casino saque.provecho de la ley de los gran-


des números, debe asegurarse de que todos y cada uno de los
juegos de azar lo favorece ligeramente. Un descuido, un j~e-
go con una inclinación leve a favor del jugador, y el casmo
podría perder millones de dólares a largo plazo.
>

¿_Cómo se asegura el casino de que los juegos lo favorez-


abili-
can ligeramente? Emplea a_expertos en teoría de la prob
s, de
dad ~ara calcular los prelllios netos medios, 0 esperado
cada Juego.
Para ver cómo funciona, consideremos el ejemplo más
sencillo: la ruleta./ Una ruleta estándar (estilo americano) t;uene
. l y el
38 casillas: os numeros 1 a 36 (en los que alternan el rojo
dis-
negro) más las celdas especiales Oy 00 (de color verde). El
mis-
co se diseña de manera que cuando gire, la bola tenga las
mas posibilidades de caer en cualquiera de las 38 celdas.
Los jugadores apuestan dónde caerá la bola en el giro si-
cua-
guiente. Hay varias opciones de apuestas, cada una de las
star
les tiene un premio distinto. Por ejemplo, se pueden apo
res si
10 dólares al rojo, lo que significa que se ganarán 10 dóla
esa
la bola cae en una de las 18 casillas rojas, pero se perderá
cantidad si la bola cae en una de las negras o verdes.
-
¿Qué ocurre como término medio? Bueno, hay 18 casi
s el
llas rojas de un total de 38, por lo cual 18 de cada 38 vece
ras
jugador ganará 1Odólares. Sin embargo, hay 20 celdas neg
veces
o verdes de un total de 38, de modo que 20 de cada 38
ias
el jugador perderá 1Odólares. En consecuencia, las gananc
/ 38
medias del jugador en esta apuesta equivalen a 10$ x 18
como
menos 10$ x 20 / 38. El resultado es -0,526$; es decir,
ndo
promedio, el jugador perderá algo más de 52 centavos cua
haga esta apuesta.
-
Por supuesto, el jugador nunca perderá 52 centavos exac
tan-
tos. En cada apuesta, perderá o ganará 10 dólares. No obs
a la
te, si hace muchas apuestas de este tipo, una y otra vez,
esta.
larga, de media, perderá unos 52 centavos en cada apu
Estas
La ley de los grandes números se cobra otra víctima.
del
mismas probabilidades se aplican a los miles de clientes
casino, lo cual asegura grandes beneficios para la casa.
-
Cabe pensar también acerca del juego a largo plazo recu
. Su-
rriendo a la conocida cuestión de la ruina del jugador
ti-
pongamos que empiezas con 1000 dólares y apuestas repe
que
damente 10 dólares al rojo. ¿Cuál es la probabilidad de
41
dobles tu capital -es to es,_ de que ganes otros
res - antes de perder la cana.dad con la que empezas 1000 d,0
te? 1a,
que la probabilidad de ganar cada apuesta a la rulet · Dado
casi 50% podrías esperar tener casi. una probabilidad da es de
' ,
de ganar I000 dola res antes de perderlos. Pero en realide 50'¼0
Probabilidad de ganar 1000 dóla.res antes de perder esa ad, la
cuando se hacen apuestas repetidas de 1Odola , suma
res a la rul '
es tan sólo una entre 37.650 -un a probabilidad minúscula~'
Por lo tanto, si sigues apostando a la ruleta, es prácticame t ·
imposible que ganes 1000 dólares antes de perder tu cap~a~
inicial de 1000 dólares.
¿Qué sucede en el caso de las otras apuestas de ruleta po-
sibles? Algunas de -ellas -tal es como apostar al negro, a
0
los números impares, o a los números pares, o a los números
1 a 18, o a los números 19 a 36 - se comportan exactamente
igual que las apuestas al rojo. En todos esos casos, hay 18 ca-
sillas en las que se gana y 20 en las que se pierde, de modo
que, como promedio, perderemos algo más de 52 centavos
por cada 20 dólares que nos juguemos.
Desde luego, hay muchas otras clases de apuestas en la
ruleta. Están, por ejemplo, las apuestas a las «docenas», en
las que se apuesta a un conjunto de doce números. Si apues-
tas 10 dólares a la «segunda docena» (números del 13 al 24)
y la bola cae en una de las casillas de esos números, ganas 20
dólares. Si la bola cae en una de las otras celdas, pierdes tu
apuesta.
-¡Hombre -qu izá pienses-, estupendo! Si a veces
gano 20 dólares y a veces pierdo sólo 10, sin duda la probabi-
lidad está de mi parte.
Lamentablemente, no es así. Como sólo hay 12 casillas
en el rango de 13 a 24, sólo 12 de cada 38 veces ganarás 20
dólares. Las otras 26 de 38, perderás tu dinero. Así, tus ga-
nancias medias con esta apuesta equivalen a 20$ x 12 / 38
menos 10$ x 26 / 38. De nuevo el resultado es -0,526$, igual
que antes. La probabilidad, pues, sigue estando en tu contra
en esta apuesta. Y, a la larga, otra vez perderás unos 52 centa-

42

vos en cada apuesta .que hagas, exactamente Jo mi·smo que


¡
cuando apuestas al roJo.
¿Qué sucede si apostamos a un solo número? Si apuestas
por ejemplo, 1Odólares al 22, ganarás 350 si la bola cae en es~
celda. En caso contrario, pierdes tu dinero. Así es, saca tú las
cuentas. Si apuestas durante un rato, finalmente ganarás 350
dólares, momento en el cual seguro que obtendrás ganancias.
O quizá no. Sólo hay una posibilidad entre 38 de que la
bola caiga en el 22, frente a 37 posibilidades de que caiga en
cualquier otra casilla. Por tanto, si apuestas 1Odólares al 22,
tus ganancias medias son 350$ x 1 / 38 menos 10$ x 37 / 38.
El resultado (como habrás adivinado) es -0,526$. Una vez
más, si realizas esta apuesta repetidamente, a largo plazo,
perderás unos 52 centavos por apuesta.

Apuesta Probabilidad Premio Pérdida esperada

Rojo/Negro/Par/Impar 18/38 10$ 0,526$


Docena 12/38 20$ 0,526$
Pleno 1/38 350$ 0,526$

Tabla 3.1. Probabilidades y premios de la ruleta para apuestas de 10$.

Caramba, esos diseñadores de ruletas son bastante astutos.


Han planeado cada juego de manera que, en términos generales,
las probabilidades estén a favor del casino. No lo están dema-
siado, si así fuera, nadie se molestaría nunca en apostar. Pero sí
lo suficiente para garantizar a la larga un margen de beneficios
que suele estar entre el 1% y el 3% de la cantidad total de di-
nero jugado. Y todo su éxito se debe a la ley de los grandes
números. Con las enormes cantidades que se apuestan a lo
largo de un año, este pequeño margen de beneficios realmen-
te da de sí: los ingresos anuales del juego en todo el mundo
ascienden a miles de millones de dólares.
Es verdad que puedes tener suerte. La bola puede caer en
el 22 en el primer giro. O tal vez en el segundo o tercero. Si

43

es así, ¡corre a cambiar tus fichas por dinero Yvete! Pero no
cuentes con que eso ocurra. A largo plazo, los jugadores de
casino pierden más dinero del que ganan. A algunos jugado-
res les sale bien, pero de media el casino gana dinero. Tiene
que ser así. Es la ley.
Otro juego de casino es el keno. En la modalidad de 80
bolas, el jugador puede escoger diez números entre 1 y 80.
Después, una máquina extractora escoge aleatoriamente vein-
te bolas numeradas entre el 1 y el 80, Yel premio del jugador
depende de cuántos de esos números haya elegido, o sea, del
total de coincidencias. En una de las versiones del juego si se
apuestan 10 dólares no se gana nada por tres o menos coinci-
dencias, pero se ganan 1Opor cuatro aciertos, 20 por cinco,
200 por seis, 1050 por siete, 5000 por ocho, 50.000 por nue-
ve, y la friolera de 120.000 dólares si los diez números
esco-
gidos coinciden.
Un premio en potencia de 120.000 dólares por una apues-
ta de sólo IOresulta muy tentador y ayuda a atraer a clientes.
Lamentablemente, el número de posibles combinaciones dis-
.tintas de 20 bolas de un total de 80 que la máquina extractora
puede hacer se acerca mucho a 4 seguido de 18 ceros, una
suma elevadísima. Y cada una de las combinaciones tiene las
mismas posibilidades de salir. La cantidad de combinaciones
que incluyen las 1Oque tú hás escogido es de casi 4 seguido
de 11 ceros, también una suma elevada, pero mucho menor.
La probabilidad de que los diez números coincidan en el
keno es la segunda cifra dividida por la primera, lo que equi-
vale a cerca de una posibilidad entre 9 millones: prácticamen-
te nula. Lamento decirlo, pero no vas a acertar los diez núme-
ros en el futuro cercano.
Ahora bien, acertar cuatro números es más probable. El
número de combinaciones que coinciden con sólo cuatro de
las cifras que has escogido es de 521.000 billones, y dividien
-
do esa cantidad por el número total de combinaciones, da una
proba~ilidad de casi el 15 %. Por otra parte, con cuatro coin
-
cidencias sólo se te devuelven tus IOdólares, nada más. La
¿LENTO PERO SEGURO?

En la fábula de Esopo «La liebre y la tortuga», esos


dos animales disputan una carrera. Aunque la liebre es
mucho más rápida, también es descuidada: en medio de la
carrera, decide (dado que ha cobrado una ventaja impor-
tante) echar una cabezadita. Mientras duerme, la tortuga
pasa a su lado, lenta y constante, y alcanza resoplando la
línea de meta.
Es habitual, al contar esta historia, tildar a la liebre de
demasiado inconsistente, demasiado impredecible, dema-
siado aleatoria. Por el contrario, la lenta-pero-constante
tortuga se presenta como modelo de trabajo duro y disci-
plina, prueba de que todos podemos tener éxito en la vida
si nos concentramos de manera perseverante y seria en
nuestra tarea.
La perspectiva de la probabilidad nos permite una
comprensión más precisa. La ley de los grandes números
nos dice que la verdadera cuestión aquí no es si la tortuga o
la liebre es la más fiable, o consistente, o un mejor modelo
de conducta. La clave es cuál de ellas va más rápido como
término medio. Quien sea más rápido como promedio es
con seguridad quien a largo plazo ganará las carreras.
Supongamos que la tortuga avanza a un ritmo cons-
tante de un kilómetro por hora. La liebre, por su parte,
puede correr cuatro kilómetros por hora cuando no está
sesteando. ¿Quién ganará la carrera?
Si la liebre es muy haragana y duerme cuatro de cada
cinco horas (de media), está en apuros. En ese caso, en
cada periodo de cinco horas la liebre sólo correrá durante
una y, por tanto, sólo avanzará cuatro kilómetros. Por el
contrario, la lenta-y-constante tortuga cubrirá cinco kiló-
metros cada cinco horas. ¡Victoria de la tortuga!
Por otro lado, si la liebre sestea sólo la mitad ~el
tiempo disponible (de media), en cada periodo de dos ho-

45
ras correrá durante una y avanzará cuatro kilómetros. E _
tretanto, la tortuga sólo avanzará dos kilómetros. ¡Vict:-
ria de la liebre!
Así pues, desde la perspectiva de la probabilidad, la
fábula de la liebre y la tortuga trata sobre cómo equili-
brar las velocidades altas Y los periodos de siesta me-
diante un cuidadoso cálculo de los valores medios para
determinar quién ganará la carrera. No versa sobre una
ética del trabajo constante ni sobre los perjuicios de un
estilo de vida poco fiable. Tal interpretación constituye
una flagrante, dañina e injusta discriminación del azar
rmsmo.

probabilidad de conseguir cinco aciertos, y ganar 1Odólares,


es de 5%; y para seis coincidencias la probabilidad tan sólo
supera ligeramente el 1%.
La tabla 3.2 muestra el beneficio esperado (el premio
multiplicado por la probabilidad de ganarlo) de los diferentes
números de aciertos. Si los sumamos tendremos el total de
los premios esperados al apostar 1Odólares al keno, es decir,
7,49 dólares. Esto significa que, como media, por cada 1Odó-
lares que apuestas al keno, te reembolsarás unos 7,49. O, ex-
presado de otro modo, como media perderás 2,51 dólares.
Una vez más, la probabilidad no .está de tu lado.
Se apuesta más dinero en las máquinas tragaperras que en
ningún otro juego de casino: aproximadamente el 60% de las
ganancias de los casinos procede de las máquinas. Lo en-
cuentro sorprendente, pues las tragaperras operan según me-
canismos ocultos. No hay discos giratorios, bolas saltarinas
ni lanzamientos de dados, y no hay modo de verificar directa-
mente las probabilidades. El juego en una máquina tragaperras,
ya se trate de una tradicional de engranajes y palancas o de
un moderno terminal de vídeo lotería controlado por ordena-
dor, exige cierto nivel de confianza en que el operador del ca-
sino no haga trampa.
1
N. º de aciertos Probabilidad Premio Beneficio esperado

o 4,58 % 0$ 0$
1 17,96% 0$ 0$
2 29,53 % 0$ 0$
3 26,74% 0$ 0$
4 14,73 % 10$ 1,47$
5 5,14% 20$ 1,03$
6 1,15% 200$ 2,30$
7 0,16% 1.050$ 1,69$
8 0,014% 5.000$ 0,68$
9 0,00061 % 50.000$ 0,31$
10 0,000011% 120.000$ 0.01$

Total: 100% 7,49$

Tabla 3.2. Probabilidades y prenúos para apuestas de keno de 10$.

Los fabricantes de máquinas tragaperras infonnan sobre las


probabilidades de los premios. Aseguran que el cliente recupera
como promedio entre el 88% y el 95% de lo que apuesta, aun-
que las probabilidades varían según el tipo de máquina. O, en
otras palabras, por cada 1Odólares que apostamos en máquinas
recreativas, cabe esperar recuperar entre 8,80 y 9,50, y perder
entre 0,50 y 1,20.

Tirar los dados

Muchos juegos suponen el uso de dados. Aunque nadie


puede asegurar qué es lo que saldrá en los dados, podemos
aumentar nuestra suerte si tenemos en cuenta la probabilidad.
Si tiras un dado corriente de seis caras es igual de probable
que salga cualquiera de los números 1, 2, 3, 4, 5, 6. Pero en
muchos juegos se lanzan dos dados y las dos cifras se suman.
El resultado puede ser cualquiera, desde un 2 (si salen dos 1)
hasta un 12 (si salen dos 6). Pero ¿todas las posibilidades son
igual de probables?
47
No, no lo son. Cuando se tiran dos dados, hay
36 posibili-
dades en total para las dos cifras resultantes, la
del dado n.º 1 y
la del dado n.º 2 respectivamente, como muestra
la tabla 3.3.

(1,1) (1,2) (1,3) (1,4) (1,5) (1,6)


(2,1) (2,2) (2,3) (2,4) (2,5) (2,6)
(3,1) (3,2) (3,3) (3,4) (3,5) (3,6)
(4,1) (4,2) (4,3) (4,4) (4,5) (4,6)
(5,1) (5,2) (5,3) (5,4) (5,5) (5,6)
(6,1) (6,2) (6,3) (6,4) (6,5) (6,6) .

Tabla 3.3. Pares posibles de cifras con dos dad


os.

Estos 36 pares son igual de probables. Un rec


uento rápido
muestra que sólo uno de ellos, (1,1 ), arroja com
o resultado de
la suma un 2. Esto significa que la probabilidad
~e obtener una
suma de 2 es sólo una entre 36. Por otro lado,
seis de ellos su-
man 7: (1,6), (2,5), (3,4), (4,3), (5,2) y (6,1). Po
r tanto, la pro-
babilidad de sacar 7 es 6/36. La tabla 3.4 muest
ra las probabili-
1

dades de cada suma que puede conseguirse tira


ndo ·dos dados.

Suma N.º de pares Probabilidad Porcentaje


2 1 1/36 2,78%
3 2 2/36 5,56%
4 3 3/36 · 8,33%
5 4 4/36 11,1%
6 5 5/36
7 13,9%
6 6/36 16,7%
8 5 5/36 13,9%
9 4 4/36 11,1%
10 3 3/36 8,33%
11 2 2/36 5,56%
· 12 1 1/36 2,78%
Total: 36 36/36 100%
Tabla 3.4. Probabilidades al lanzar dos dado
s.
As í pues, si tiramos dos dados, el valor m,. probable de la
, asdas
7, que apa rec era una de cad a seis tira
suma es • . ntes más probables , o cerca de
I 7% de las veces. L os s1gu1e 6 y 8 los
--'-" cmco de cada 36 lanzamientos O son d '
.
Cuales salwan , cerca e 14%
ondrán en tom o al 11 % d 1os an-
de las veces. El 5 y el ,9 sup , e 1
l d una pro bab ilid ad m E
zamientos, y os emas numero,.s enoL n
los extremos, el 2 y el 12 se daran sólo una de cada 36 veces, o
01. d . da
menos de 3 -¡o e 1as ara s.
nder por qué el
Veamos ,un mo do má s intuitivo de compre
el número del pri-
resultado mas pro bab le ~s 7. Sea cual fuere
una posibilidad de
mer dado, el seg un~ o szempre ofr ece alg
r dado es 1 el del
que la suma sea 7. S1 el resultado del prime
e 2, en el s~gundo
segundo pue de ser 6. Si en el primero sal
nera que, sea cual
puede salir 5. Y así sucesivamente. De ma
hay una posibilidad
fuere la cif ra del pri me r dado, siempre
demás son menos
entre seis de que la sum a sea 7. Todas las
o sale 1, es impo-
probables. Po r eje mp lo, si en el pri me r dad
r dado sale 6, es im-
sible que la sum a sea 8. O si en el pri me
es el resultado más
posible que la sum a sea 6. Po r eso el 7
probable.
7 es el resultado
Una for ma aún me jor de ver por qué el
ley de los grandes
más probable es servirse, de nuevo, de la
un dado es la media
números. El val or me dio cua ndo se tira
ivale a la cifra que
. de todos los núm ero s del 1 al 6. Est o equ
el 1 y el 6, que es
está exactamente en el pun to me dio entre
la media cuando
3,5 (no tres, com o cre en algunos). Po r tanto,
se lanzan dos dad os es dos veces 3,5, o 7.
LaJe~de lo~ oan-
~ sultado
w w n~.o-~e&aiee-t1tte~ltrm á&..JH-m:>abl~
.11.dado_s. Si tira-
esté.oooca dU J.b :me diar-:P 7. elkclt&a&O..Ji~das
el resultado esté
mos más dados, ser á aún má s pro bab le que
resultado puede ser
cerca de su media. Si.se tira n 1Odados, el
cualquier cifra ent re 1Oy 60; no obstante,
la más probable es
s probables que
35, y las sumas cer can as a ese núm ero son má
las que son mu cho má s altas o bajas. .
de ayudarnos a
Esta com pre nsi ón bás ica de los dad os pue
de aza r Y aum ent ar
tomar mejores dec isio nes en los jue gos
49
nuestras posibilidades de ganar. Su~ongamos, por eje
que estás jugando al Monopoly y decides que ahora es e~Plo,
mento de construir hoteles en una de tus propiedad lllo,
cuando tus rivales caigan en esa propiedad, tendrán es. Así,
garte mucho dinero. que Pa-
Pongamos que tienes dos monopolios, uno ama .
. . n1lo
otro naranja, cada uno de ellos con tres propiedades. El Y
nopolio amarillo está dentro del rango de tiro de un rival rno.
caerá en él si le sale 2, 3 o 5 en el turno siguiente. Otro ~ q~e
1
cipante se está acercando al .monopolio naranja y caeráan ~
con un 6, 8 o 9. ¿En que~ monopo1·10 debes construir? ª111
Los números 6, 8 y 9 están cerca del 7, que es el resultad
más probable. Por el contrario, el 2, 3 Y5 están de media mu~
cho más lejos y, en consecuencia, son mucho menos proba-
bles. El monopolio naranja tiene muchas más posibilidades
de ser visitado en el turno siguienteJ-así que lo inteligente es
construir ahí. Esta probabilidad no te asegura el éxito cada
vez, pero te ayudará a ganar más partidas a largo plazo.
Un .razonamiento similar, se aplica a casi todos los juegos
en los que se emplean dados. En Colonos de Catán, última-
mente muy popular, el área.de.juego consiste en varias regio-

r nes numeradas. Los recursos·se.distribuyen arrojando dos da-


dos y dando cartas de materias·primas a los que estén en las
casillas contiguas al número correspondiente. Los buenos ju-
gadores de Catán siempre se concentran en torno a las casillas
con números•como 6 y 8. Saben que esas cifras son las más
probables al tirar los dados y, por lo tanto, ésas son las regio-
nes que,con mayor .probabilidad proporcionarán más recursos
a largo plazo. , ,•¡ •

Supongamos ahora que tiras los dados repetidamente Y


quieres que cierto número salga por lo menos una vez. ¿Qué
probabilidad hay?· Por ejemplo, si lanzas un dado una vez,
la probabilidad de que salga 3 (o cualquier otra cifra entre 1 Y
6) es de 1:1no entre seis. Pero digamos que tiras el dado cuatro
veces. ¿Cuál es la probabilidad de sacar al menos un 3 en los
cuatro lanzamientos?

50
has pe rs on as pi en sa n que la respuesta ti· ene que ser
~Kuc
1n
a, un 67 %. Deduc en que la probabilidad de que sa1ga
se .
416, 0 spués de cuatro tiradas. ha de ser cuatro veces 1a pro-
de es posibl e. S.1-
un 3 1 1 za m 1e nt o. P er o no
dad de ,un. so o. an ces, la probabi-
babili 1 an za un da do se is ve
uiendo esa log1ca, s1 se r 6/ ?, o se a, un 100% - y
3 de be ~e
[idad de que salga un er to (i ncluso después de seis
e es o no es ci
dos sabemos qu . d 1 un 3 )- . El problema
to adas, no esta' gar~ntzza o que sa g a
tir
o su po ne un a so br ee st imación; si sale
ue este razonam.1ent d' . sumando
esen cuatro lanzam1entos 1st1ntos, realmente estás
q
3 1/ 6 pa ra ca da un o de los cuatro 3 que sa-
una probabilidad de as co ntarla sólo una vez.
ve rd ad , de be rí
lieron, aunque, en de ca lc ul ar la probabilidad de
rr ec ta
Veamos la fonna co cuatro veces.
que salga al ~enos un 3
cu '" !~ º se tir a un da do
la pr ob ab 1b da d de qu e no salga un 3 equi-
Cada Ianzam1ento, ro tir adas, la probabilidad de
lo ta nt o, en cu at
vale a 5/6. Por ce s eq ui va le 5/6 multiplicado
de la s ve
que no salga 3 ninguna e eq ui va le a 48,2%. Así que
ve ce s, lo qu
por sí mismo cuatro m en os un 3 es de 100% me-
ob te ne r po r lo
la probabilidad de su pe ra el 50 % y es mucho
o ap en as
nos 48,2%, o 51,8%. Est cr een correcto.
el 67 % qu e m uc ho s
menos que is m o pr ob lema es el que dio
en te , es te m
Sorprendentem na de la pr ob abilidad. En
át ic a m od er
origen a la teoría matem to ju ga do r llamado Antoine
n, un as tu
la Francia del siglo xv te ní a pingües beneficios
ro de M ér é, ob
Gombaud, Caballe os un 6 si se tiraba un dado
sa ld ría al m en
apostando a que e su pr ob ab ilidad de ganar
be m os qu
cuatro veces. (Ahora sa 50 % , as í qu e sus ganancias a
su pe ra el
era de 51,8%, lo cual po r la le y de los grandes nú-
as eg ur ad as
largo plazo estaban la ap uesta para decir que un
elan te m od ific ó
meros.) Más ad m en os un a ve z si se tiraban
po r lo
par de seises aparecería ed uj o qu e como un par de sei-
tr o ve ce s. D
dos dados veinticua 36 , y co m o 24 /3 6 equivale a
d de 1/
ses tiene una probabilida s ap ue st as serían las mismas
416, las probabilidade s de la s do
m en na rí an . Si n em bargo, la verdadera
Ysus ganancias no nd a ap ue st a es de 100% me-
ta se gu
probabilidad de ganar es
51
nos 35/36 multiplicado por sí mismo veinticuatro vece
cual da como resultado 49,l %. Un poco por debajo del 8' 10
50
así que el pobre caballero comenzo' a perder d'mero. Se Vol %
.}
,
una víctima de la misma ley de 1os grandes numeras de la V10
.d que
antes se había beneficia o.
Perplejo, De Méré se comunicó con el matemático y filó-
sofo francés Bias Pascal. Pascal, por su parte, mantuvo corres-
pondencia sobre esta y otras cuestiones relacionadas con el
brillante matemático Pierre de Fermat, abogado Yfuncionar¡
de alto rango en Toulouse, que más tarde propondría el últi-0
mo teorema de Fennat, de infausta memoria. Hoy en día sus
cartas se consideran el primer esfuerzo serio por estudiar la
probabilidad y la incertidumbre en términos matemáticos.

El curioso caso de los dados

Hay otro juego de casino que resulta curioso tanto por


sus complejas reglas como por sus interesantes probabilida-
des: los craps, o dados. Se juega lanzando repetidamente dos
dados comunes de seis caras y sumando en cada tirada las
cantidades resultantes. Si la suma es igual a 2, 3 o 12, el ju-
gador pierde inmediatamente. Si la suma equivale a 7 u 11,
el jugador gana de inmediato. Si el resultado es cualquier
otro valor (por ejemplo, 4) éste se convierte en el «punto»
del jugador. Entonces el jugador tira los dados hasta que la
cifra sea igual que el punto, caso en que gana, o hasta que
sea 7, caso en que pierde.
Para resumir, en la primera tirada 2, 3 y 12 son malos,
mientras que 7 y 11 son buenos. Cualquier otra cantidad da
comienzo a una carrera para repetir esa cifra antes de que salga
un 7. Si, por ejemplo, el jugador ha apostado 1Odólares y gana,
obtiene otros 10 dólares; si pierde, se queda sin su apuesta.
La reacción de la mayoría de la gente después de oír estas
reglas por primera vez es que se trata de un juego extraño Y
complejo. ¿De dónde proceden estas normas? Los craps se

52
originaron en una variante francesa de un juego de dados in-
7
glés, y fueron refinados gr~dualment~ hasta alcanzar su for-
ma actual en las embarcaciones fluviales estadounidenses
en las casas de j~e~~- (Se cree que el nombre «craps» es u~
la
error de pronunciac1on que cometían los franceses al decir
palabra inglesa «crabs>:, que en jerga se refería a sacar un par
de unos.) Pero ¿por que estas reglas concretas?
Para responder a esta pregunta hemos de tener en cuenta
-lo has adivinado-- la probabilidad. Gracias a la ley de los
grandes número~ conoc~mos ya el principio básico de los ca-
sinos: tudos lo.§.J!le_gos tienen que favorecer a la casa para ga-
rantizar que haya ganancias a largo plazo. Pero no deben fa-
~ ecerla demasiado, pues, en ese caso, nadie jugará.
Entonces , ¿cómo se las arregla el juego de los dados?
Por la tabla 3.4 sabemos que la probabilidad de que salga
e-
7 u 11 en el primer lanzamiento (y, por tanto, de ganar inm
la
diatamente) es 8 entre 36, o cerca de 22,2%. Por otro lado,
probabilidad de que salga 2, 3 o 12 en la primera tirada (y,
por tanto, de perder enseguida) es de cuatro entre 36, o en
tomo a 11, 1%. Así, en la primera tirada, las posibilidades de
ganar son el doble que las de perder.
Hasta aquí todo va bien. Pero ¿qué sucede con el restante
66, 7% de las veces, cuando sale otra cantidad en la primera
tirada? Aquí las cosas se complican porque ese valor se con-
vierte en el «punto», y la probabilidad de ganar depende de
-
esa cifra. Calcular la probabilidad de ganar exige ahora reali
zar una compleja suma de las diferentes probabilidades de
obtener los diversos valores del punto, multiplicadas por las
probabilidades de ganar una vez que conocemos el punto.
Tras multiplicar todas las fracciones y calcular todas las
s
sumas, resulta que la probabilidad total de ganar a los dado
la
equivale a 244 entre 495, o 49,2929%. En otras palabras,
-
probabilidad de ganar a este juego es sólo ligeramente infe
rior a una apuesta justa de 50-50.
Esto significa que si apuestas diez dólares a los dados, el
49,2929% de ]as veces ganarás diez dólares, mientras que
53
el otro 50, 7071 % del tiempo los perderás. Tus beneficios Il1e-
dios equivalen a 10$ x 49,2929% menos 10$ x 5?,_707¡ %.
Esto arroja un resultado de -0,141$. Por. lo ~to, si Juegas a
los dados una y otra vez, a largo plazo perderas unos catorce
centavos por cada apuesta de diez dólares que hagas. La pro-
babilidad apenas está en tu contra, pero la ley .de los grandes
números dice que es lo bastante como p~a que a la larga el
1 casino gane -y todos sus jugadores, considerados en su con-
11
junto, pierdan- mucho dinero.
1/
1
Ahora veamos cómo se desarrollaron las reglas de los da-
1
dos. Si la probabilidad se inclinase a favor del jugador, los ca-
¡:
sinos perderían dinero y acabarían por tener que cambiar las
reglas. Pero si la probabilidad favoreciese demasiado a la
1 casa, los jugadores se frustrarían y dejarían de jugar, y el ca-
11

sino también acabaría por tener.que cambiar las reglas. Final-


mente, tras los suficientes ajustes, las reglas quedaron fijadas
de forma que la probabilidad de que el jugador ganase fuese
algo menor de 50%, garantizando asf,diversión para el juga-
dor y beneficios constantes para el casino. . ,
Los dados tienen otro aspecto interesante: los espectado-
res también pueden implicarse. ·Otros.jugadores, mientras mi-
ran tirar los dados al jugador principal, ·pueden jugar a diver-
sos tipos de «suertes asociadas» al juego. Los resultados de
tales apuestas dependen de lo,·que saque quien lanza los da-
dos. (Esta es la razón de que en los casinos; a- menudo se oi-
gan vítores en una mesa de dados. ·No es que .los •espectadores
expresen un gran afecto por el jugador; más bien celebran
que sus apuestas asociadas han ganado..)
. Hay un tipo de suerte asociada que resulta particularmente
1nteres~te (al menos para los probabilistas). Se puede apostar a
que el Jugador que lanza los dados·pierde. La denominación ofi-
cial de esta apuesta es «Línea de no pase». La regla dice que si
se apuestan diez dólares a la Línea de no pase, y el jugador pier-
de, se ganan otros diez. Si el jugador gana, se pierden.
Es posible que apostar a que un jugador pierde resulte
descortés o incluso hostil, pero parece brindar a los clientes la
>

oportunidad de sacar tajada d~ los benefic~os garantizados del


casino. Si apuestas contra un Jugador, estas adoptando de he-
cho la posición del casino en el juego. Y, dado que el casino
ganará sin duda dinero a la larga, ¿no se beneficiará uno de
esa misma garantía?
Aguarda un momento antes de tirar este libro y correr al
casino más cercano. Como habrás sospechado, hay una tram-
pa. Hay una pequ~ña ~ sutil regla adicional para apostar a la
línea de no pase. S1 al Jugador le sale un 12 en la primera tira-
da, pierde (por supuesto). Sin embargo, en ese caso especial,
uno no gana su apuesta a la línea de no pase. Por el contrario,
tu apuesta se considera un empate: se te devuelven los diez
dólares pero no ganas otros tantos.
No es gran cosa, pensarás. Después de todo, sólo hay una
posibilidad entre 36 de que un jugador saque 12 en la primera
apuesta. Además, aunque lo haga, uno en realidad no pierde,
le devuelven su dinero y puede apostar de nuevo. ¿Qué hay
de malo en eso?
Por desgracia, esta regla especial basta para cambiar la
apuesta «línea de no pase»: de inclinarse a tu favor pasa a be-
neficiar al casino. Esta modificación del reglamento significa
que una de cada 36 veces perderás diez dólares que en caso
contrario habrías ganado. Lo cual reduce tus ganancias me-
dias en 10$ x 1 / 36, o 0,278$.
Bueno, 27 ,8 centavos no es mucho. Pero recuerda que a
los dados, como promedio el jugador pierde 14, 1 centavos y
el casino gana 14, 1. Por tanto, con una apuesta de diez dóla-
res a la línea de no pase, como media ganarás 14, 1 centavos
menos los 27 ,8 por el cambio de reglas. En total, perderás
una media de 13,7 centavos.
Así pues, incluso la apuesta a la línea de no pase está en
tu contra. Ese pequeño cambio de las normas bastó para ase-
gurar que, tanto si apuestas a ganar como si lo haces a la línea
de no pase, como término medio perderás dinero. Sea cual
fuere el juego, la probabilidad nunca está de tu parte.

55
j
Juego Pérdida media

Ruleta 0,526$
Keno* 2,51
Máquinas tragaperras 0,50 a 1,20$1
Dados 0,141$,
Línea de no pase 0,137$

*Específicamente, la modalidad de keno descrita


arriba; otras pueden variar.

Tabla 3.5. Pérdida media con apuestas de 10$ en varios juegos de casino.

Por descontado, en los dados se penniten otras apuestas


asociadas. Tienen nombres exóticos como non:t Come, Pro-
position y Hardways. Algunas son complicadas y no siempre
resulta fácil calcular sus probabilidades. · .
Pero incluso sin calcular probapilidad ·alguna, puedes es-
tar seguro de que con cada una de esas apuestas el jugador,
como término medio, perderá dinero. Después de todo, los
casinos no son estúpidos: contratan a consultores,para asegu-
rarse de que cada una de las apuestas inclina ligeramente la
balanza a su favor. Eso es lo que les garantiza beneficios
constantes a largo plazo.

Una vida de números grandes

Una vez que comprendemos la ley de los grandes núme-


ros -el principio de que a la larga el aiar se equilibra- nos
percatamos de que esta ley aparece en muchos ámbitos dis-
tintos de nuestra vida.
Por ejemplo, a casi todos nos gusta pedir una segunda opi-
nión (ya sea de doctores o de amigos), leer más de un periódico
y que nos aconseje más de un corredor de Bolsa. ¿Por qué? La
respuesta es sencilla: cualquier doctor (o amigo, periódico
o corredor de Bolsa) puede equivocarse, ser parcial, estúpido o

56
----- >
1 media

!6$
APUESTAS TENTADORAS
t1
1,20$
1$ -¡Prospere! -grita el voceador-. Haga fortuna
7$ con las maravillas _del juego. ¿Le apetece jugar un rato a
la ruleta, caballero? ¡La semana pasada un apostante ganó
descrita J0.000 dólares a la ruleta!
Amablemente declinas la oferta, explicando que en la
ruleta 1a probabilidad está en contra del cliente, a la larga.
sjuegos de casino. - ¿Por qué no el keno, entonces?¿ O los dados?
Aclaras que sabes que también en esos juegos la pro-
en otras apuestas babilidad está en contra del cliente.
~on't Come, Pro- -Está bien --continúa el voceador-. Ya veo que es
das y no siempre usted demasiado listo para juegos simples como ésos. ¿Por
qué no prueba nuestro nuevo juego, el gira-lanza-tira-ex-
rrae? Combina una rueda de ruleta, dados, monedas y una
guna, puedes es-
máquina extractora de un modo tan complicado que nunca
estas el jugador, podría calcular las probabilidades. ¿Qué le parece?
ués de todo, los Miras a tu alrededor y ves las brillantes molduras dora-
ores para asegu- das del casino, la suntuosa moqueta, las bebidas gratis y los
i ligeramente la cientos de trabajadores bien remunerados. Sabes que
1tiza beneficios los dueños tienen unos ingresos constantes. Eso debe de
significar que las probabilidades en todos sus juegos están
en contra del cliente, un poco al menos.
-Que no va a poder ser -replicas mientras sales del
casino para ir a bailar swing.

excéntrico o, simplemente, tener un mal día. Cuantas más ideas,


sucesos o resultados tengamos para calcular su promedio, más
tiende ese azar a equilibrarse, y más seguros podemos estar so-
bre las conclusiones que saquemos. Así, cada vez que buscas
una segunda opinión, estás siguiendo.una versión de la ley de
los grandes números.
La ley de los grandes números explica asimismo por qué,
si juegas a Scrabble una vez, cualquiera puede ganar, pero si

57

bz
juegas una y otra vez el mejor jugado~ se pondrá Por dela
Si lanzas unas pocas monedas cualquier resultado es Pos. llte.
1
• u·ras muchas monedas tanto cara como
. . cruz t
e saicthle, ,
pero si ·
·madamente la mitad de las veces. Si inviertes en acc·tan
apro Xl
nes de una compañía puedes ganar o perder cantidades Io,
tu suerte seguirá la t enor,
mes , pero si inviertes en muchas,
Q • , enden
cia general del mercado. mzas en. un cruce dado te pare u-
semáforo rojo, pero a lo 1argo de1tiempo los semáforos t n
. 1 s· h ratan
a todos los conductores por igua . i .ec as. .sólo un grano de
sal en tu pasta puede caer en cua1quier sitio, pero si s·
igues
., t . ., b'
echando granos. al .azar es os se repartrran ien por el plato.y
d
cada vez que mspITas, pue es estar seguro de que, del e
de un billón de billones de moléculas de oxígeno que c:rca
parten cm1tigo la habitación~ muchas de ellas están lo bast::
te cerca como para que resprres, y no todas están agazapada
bajo la cama. En todos e_stos .casos, el carácter aleatorio d;
cada juego, lanzamiento de moneda o fluctuación bursátil in-
dividuales tiende a compensarse a medida que calculamos la
media con más elementos.
Cuesta escapar de la ley de los grandes números, aun in-
tentándolo. No hace mucho mi esposa y yo nos fuimos de va-
caciones en invierno, y yo traté de desconectar de mi vida
como probabilista. Mientras me relajaba en un humeante ja-
cuzzi exterior rodeado de nieve, me fijé en un recipiente que
flotaba con desidia en la bañera, dispensando desinfectante y
quién sabe qué otra cosa. En un momento cualquiera, el reci-
piente podía estar en cualquier lugar. Pero con el tiempo, con
los suficientes empujones, vaivenes y alteraciones, el reci-
.piente recorrería todo el jacuzzi,: y la ley de los grandes nú-
meros garantizaría que la bañera estuviese desinfectada por
igual en todas partes. Hasta de vacaciones encontré la teoría
de la probabilidad flotando a mi alrededor.
El principio del promedio a largo plazo también se aplica
en muchos otros ámbitos. Veremos que aclara por qué ciertas
pequeñas diferencias en la estrategia de póquer pueden tener
un efecto grande sobre una larga noche de juego. Explica por

58
,
é los estudios médicos pueden demostrar en ocasiones la
· .
qu erioridad de un trataffilento sobre otro. 'T'1amb'"
1en arroja luz
1 d .. ,,
suP el modo como as encuestas e op1n1on pueden con-
bre
. en una hor-
ciuir que «estos resu1tados se cons1'deran precisos
so
quilla de cuatro puntos porcentuales, 19 de cada 20 veces».
Entonces, ¿resuelve la ley de los grandes números todos
los problemas de la probabilidad? En absoluto. De hecho, el
celebrado economista Jobo Maynard Keynes opinaba lo si-
guiente acerca de la excesiva confianza en los cálculos a lar-
go plazo: «Este largo plazo es una guía engañosa para los
acontecimientos actuales. A largo plazo todos estamos muer-
tos. Los economistas se imponen una tarea demasiado fácil,
demasiado inútil si en las épocas tempestuosas sólo nos pue-
den decir que cuando la tonnenta haya pasado el océano esta-
rá de nuevo en calma».
Keynes tiene parte de razón. Igual que no es suficiente
que los atletas «usualmente» respondan bien -tienen que
responder bien específicamente en la final de la Super Bowl o
en las olimpiadas, donde es más importante-, tampoco basta
con saber que la economía mejorará «a largo plazo»; lo que
pase a corto plazo también es importante. Pero a pesar de esta
limitación, los cálculos de probabilidad a largo plazo siguen
reportando unos beneficios y un poder enormes. Desde los
casinos a la evolución, desde las encuestas al póquer, la ley
de los grandes números ofrece una comprensión profunda de
los efectos a largo plazo del azar.

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