Habitar La Calle, Pasos Hacia Una Ciudadanía

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Revista Latinoamericana de Ciencias Sociales,

Niñez y Juventud
ISSN: 1692-715X
[email protected]
Centro de Estudios Avanzados en Niñez y
Juventud
Colombia

Saucedo, Iván Alejandro; Elvia Taracena, Bertha


Habitar la calle: pasos hacia una ciudadanía a partir de este espacio
Revista Latinoamericana de Ciencias Sociales, Niñez y Juventud, vol. 9, núm. 1, enero-junio, 2011,
pp. 269-285
Centro de Estudios Avanzados en Niñez y Juventud
Manizales, Colombia

Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=77320072014

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Habitar la calle: pasos hacia una ciudadanía a partir de este espacio

Referencia para citar este artículo: Saucedo, I. A. & Taracena, B. E. (2011). Habitar la calle: pasos hacia
una ciudadanía a partir de este espacio. Revista Latinoamericana de Ciencias Sociales, Niñez y Juventud, 1
(9), pp. 269 - 285.

Habitar la calle: pasos hacia una


ciudadanía a partir de este espacio*
Iván Alejandro Saucedo**
Universidad Nacional Autónoma de México. FES Campus Iztacala

Bertha Elvia Taracena***


Universidad Nacional Autónoma de México. FES Campus Iztacala

Artículo recibido febrero 1 de 2011; artículo aceptado marzo 18 de 2011 (Eds.)

• Resumen: En este artículo exploramos la noción de arraigo vinculada al hecho de emplear la calle como
principal espacio de residencia, abordando las implicaciones del uso de este término como categoría de análisis
e intervención, partiendo de su carácter dinámico y del uso particular que se hace de los espacios callejeros desde
esta condición. A través de un trabajo de campo generado bajo un enfoque etnográfico, exploramos cómo es
que se habita la calle y se constituye un arraigo a este espacio por parte de un grupo de jóvenes que ahí residen.
Proponemos procesos que además de reducir el daño derivado de ciertas prácticas comunes en la calle, favorezcan
la autonomía y la posibilidad de participación ciudadana.
Palabras clave: Calle, Arraigo, Habitar, Callejeros y Callejeras, Enfoque Etnográfico, Ciudadanía.

Habitar a rua: passos para uma cidadania a partir deste espaço

• Resumo: Neste artigo exploramos a noção de arraigo vinculada ao fato de empregar a rua como principal
espaço de residência, abordando os envolvimentos do uso deste termo como categoria de análise e intervenção,
partindo de seu caráter dinâmico e do uso particular que se faz dos espaços de rua desde esta condição. Através
de um trabalho de campo gerado baixo um enfoque etnográfico, exploramos como é que se habita a rua e se
constitui um arraigo a este espaço por parte de um grupo de jovens que aí residem. Propomos processos que
além de reduzir o dano derivado de certas práticas comuns na rua, favoreçam a autonomia e a possibilidade de
participação cidadã.
Palavras chave: Rua, Arraigo, Habitar, Meninos, meninas e jovens de rua, Enfoque Etnográfico,
Cidadania.

Living on the streets: steps directed to a citizenship from this space

• Abstract: This article explores the notion of rooting linked to the fact of using the street as a main
residence space, addressing the implications of the use of this term as a category of analysis and intervention on
the basis of their dynamic nature and the particular use made of the street space from this condition. On a field

*
Este artículo de reflexión presenta resultados del proyecto denominado “El arraigo callejero en niñas y mujeres que viven en las calles de la Ciudad de
México. Aportes para una intervención educativa”, desarrollado para obtener el grado de Doctor en Psicología en el área de educación y desarrollo, y con
el apoyo de CONACyT, desde agosto de 2007 hasta febrero de 2011.
**
Candidato a Doctor en psicología por la Universidad Nacional Autónoma de México. Diplomado en Intervención educativa en poblaciones callejeras por
Unam/CNDH/El Caracol A.C., y Diplomado en análisis de la Cultura por el Inah. Correo electrónico: [email protected]
***
Doctora en Ciencias de la educación por la Universidad de París-VIII. Profesora-Investigadora Titular “C” del Área de Desarrollo y Educación. Unam,
FES Iztacala. Coordinadora del Proyecto “Subjetividad y Sociedad” de dicha Universidad, miembro del SNI. Correo Electrónico: etaracenar@yahoo.
com

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work generated under an ethnographic approach, this work explores how it inhabits the street and it becomes a
rooting to this space by a group of young people residing there. Processes apart from reducing the damage derived
from certain common practices in the street, favoring the autonomy and the possibility of citizen participation
are proposed.
Keywords: Street, Rooting, Inhabit, Street Children/Young People, Ethnographic Approach,
Citizenship.

-1. Introducción. -2. Recolección de datos. -3. Descripción general de la zona. -4. La construcción
de una identidad “callejera”: El niño/joven como actor -5. “Habitar” la calle: el espacio jugado entre
la violencia y la apropiación. -6. Tomar, ocupar, habitar… -7. Conclusiones. –Lista de referencias.

1. Introducción compiladas diversas propuestas a favor de la infancia


callejera, presentadas al Gobierno de la Ciudad de
Existe un gran interés por parte de diversas México por parte de un grupo de organizaciones
instituciones y actores sociales enfocados en la de la sociedad civil, emparentadas con el estudio
intervención con grupos que viven en las calles, y abordaje de este fenómeno. Algunos atributos
por identificar los conceptos que más se adecúen que se da a la noción de arraigo, dentro de estos
a los procesos educativos que están desarrollando. documentos, son las siguientes:
Dentro de esa búsqueda conceptual, en el presente • El arraigo es algo que se fortalece a partir
texto pretendemos abrir la discusión en torno de acciones educativas poco estructuradas
a la idea de arraigo, estableciendo el alcance y/o o coercitivas, sin un trasfondo educativo
pertinencia de éste como categoría de análisis adecuado, por parte de diversas
enfocada a este tipo de poblaciones, vinculando instituciones.
los referentes teóricos con la evidencia empírica • Es algo que debe ser modificado como una
surgida a partir del trabajo de campo. Esto, con medida preventiva a largo plazo, ya que si
miras a establecer pautas que permitan generar permanece, perpetúa la permanencia en
procesos participativos de intervención educativa la calle, sin modificar las condiciones de
sustentados en una comprensión más amplia del “callejero”.
fenómeno callejero. • Es algo que, si se incrementa, trae
De acuerdo con el Diccionario de la Lengua consecuencias negativas para estos niños y
Española (Real academia Española, 2001), el niñas.
término arraigo hace alusión al acto de “echar o • Si bien dentro de estos documentos no
criar raíces”. Otras acepciones al término, son se encuentra una definición específica del
“establecerse de manera permanente en un lugar, arraigo, queda por entendido que consiste
vinculándose a personas y cosas”, y una concepción en un fenómeno que dificulta la salida de
más alude a la mirada de otro: implica “Fijar y estos niños y niñas que viven en las calles, es
afirmar a alguien en una virtud, vicio, costumbre, decir que, en estos casos, el arraigo tiene una
posesión, etc.”. connotación negativa.
El arraigo a la calle es una concepción • Erradicar el arraigo en estos documentos
frecuentemente empleada por instituciones se entiende como uno de los objetivos que
enfocadas a la intervención educativa con se deben seguir al momento de efectuar
poblaciones callejeras, y principalmente ha hecho una intervención educativa con estas
alusión a una dificultad para poder alejar a los poblaciones, lo cual requiere de un “proceso
niños y niñas de los espacios callejeros, la cual se de desintegración gradual de la calle”
incrementa mientras más tiempo se permanezca (Indesol, 2001c, p. 8).
en ellos. Un ejemplo claro de lo antes mencionado Sin embargo, existen otras concepciones del
está presente en tres libros editados en el 2001 (a, arraigo que lo contemplan como un proceso natural,
b, c) por Indesol (“De la calle a la Vida”, “La calle: propio de lo humano, en tanto que la ocupación
un esfuerzo compartido” y “La ciudad, sus niños de un lugar siempre se encuentra atravesada por los
y la calle”, respectivamente), donde se encuentran vínculos sociales. En otras palabras, el ser humano

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“habita” lugares, no solamente “vive” en ellos: “El un discurso religioso a uno jurídico y científico
habitar humano tiene, claro está, un referente físico donde el sujeto niño o niña pasa a ser protegido
espacial, pero lo supera, enlazándose con lo social, por Estado, cuya obligación se convierte en hacerse
con un marco cultural y con una vida espiritual cargo de éste, a través de instituciones creadas con
propiamente humana” (Del Acebo, 1984, p. 13). tal fin.
Mihura, Vallega, y Orfali (2003), a su vez, refieren El espacio urbano en la ciudad de México ha
el arraigo como el modo en que se vincula el ser atravesado por cambios sustanciales durante todo
humano a su espacio y tiempo vital, a su semejante el siglo XX y hasta la fecha, lo cual ha incidido
próximo y a los principios o valores vigentes en en las formas de ocupar y significar la calle, así
la comunidad en la que habita. Estos autores, como también en las lógicas de intervención
desde una mirada geopolítica -dirigida a atraer destinadas a aquellos grupos que han ocupado
pobladores y pobladoras de las metrópolis hacia las calles como principal lugar de residencia. De
las zonas menos pobladas, en su caso particular acuerdo con Gutiérrez, Vega y Medina-Mora
a la Patagonia-, consideran el arraigo como un (2007), durante el siglo XX y hasta los años 70 el
factor que se debe favorecer, ya que consiste en enfoque bajo el cual se generaron los dispositivos
una condición exigida por la propia naturaleza de atención destinados a la infancia “callejera” fue
humana para que la persona pueda alcanzar su el de “situación irregular”, donde estos niños, niñas
perfeccionamiento, y que actualmente se encuentra y jóvenes son considerados más como objetos de
en riesgo debido a las prácticas “globalizantes” tutela, que como sujetos poseedores de derechos,
actuales, las cuales favorecen un desarraigo y, por ya que se creía que lo mejor era apartarlos de las
tanto, un “desentrañamiento” del ser humano en calles a través de su captación e institucionalización
relación con sus espacios. total.
Pareciera contradictorio entonces que, si al A partir de los años ochenta, principalmente, y
parecer el afán por arraigarse es inherente a la hasta la actualidad, surgieron diversas modalidades
naturaleza humana, los intentos de las instituciones de abordaje dirigidas a niños, niñas y jóvenes que
al efectuar una intervención con niñas, niños y viven en las calles. Muchas de estas propuestas
jóvenes callejeros, vayan dirigidos en gran parte han tenido continuidad por parte de algunas
a suprimir aquellas pertenencias simbólicas que organizaciones y han obtenido resultados
han adquirido hasta esos momentos de sus vidas. prometedores en algunos niveles, si bien aún
La explicación a esto tiene que ver, más que con predomina una mirada de la calle como negativa.
el hecho de arraigarse, con el espacio al que se Con el presente texto pretendemos favorecer una
están vinculando: para principios del siglo XX mayor comprensión en torno a las formas en que
la calle comenzó a ser considerada un espacio se habita la calle, explorando la noción de arraigo
con características particulares, y adquirió una vinculada al hecho de emplear dicho espacio como
connotación negativa. Aparecía como corruptora principal sitio de residencia, y fijando la mirada
de menores, convirtiéndolos en delincuentes, y en torno a las posibles derivaciones educativas
también fuertemente asociada al consumo de del estudio, con miras a incidir en el desarrollo
drogas: de alternativas que mejoren las condiciones de
(…) las calles […] son focos de corrupción, vida para estas poblaciones a partir de espacios
escuelas colectivas de inmoralidad, pues allí dialógicos, no intrusivos.
se adquieren amistades peligrosas, se planean
los mayores desatinos, y pordioseros, vagos, 2. Recolección de datos
viciosos, niños papeleros, boleros, billeteros,
etc., sientan cátedra dirigidos por los Este trabajo se deriva de una investigación
mayores que se encargan, a su manera, de la efectuada en el marco del Programa de Doctorado
educación de los más jóvenes (Lima, 1929; en Psicología de la Universidad Nacional Autónoma
cit. en Azaola, 1990). de México, dirigida a caracterizar el proceso de
También hacia fines del siglo XIX es que arraigo callejero en niñas y mujeres jóvenes que
comienza a surgir una transformación respecto viven en las calles de la ciudad de México, aun
a la forma de ver a los niños y niñas, pasando de cuando los datos del presente artículo corresponden

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tanto a varones como a mujeres. de trabajo1.


Efectuamos el trabajo de campo durante diez
meses, aunque previamente estuvimos realizando Tomamos la decisión de elegir la zona observada
visitas intermitentes a la zona durante un año. debido a que, dadas las características del grupo ahí
Además, habíamos establecido contacto previo presente en la actualidad, sería posible observar la
con algunos de los informantes y las informantes interacción entre hombres y mujeres. Además, la
de dicho espacio desde hace aproximadamente zona como espacio callejero habitado tiene más de
unos siete años, derivado esto del trabajo de uno diez años de antigüedad, y se encuentra ubicada
de los autores de este artículo como educador de frente a una construcción legitimada como
calle de una Organización no Gubernamental monumento histórico desde los años 30. Este
enfocada en la labor educativa con este tipo de punto de encuentro también se encuentra ubicado
poblaciones, antes de su ingreso al Programa de en uno de los cruces con mayor afluencia en la
Doctorado. A partir de dicho trabajo previo es ciudad, y se encuentra circundado por una gran
que surgió nuestro interés por esta investigación cantidad de establecimientos que venden alcohol,
dirigida hacia poblaciones que habitan los espacios como bares y cantinas.
públicos, generando la necesidad de involucrarnos
en el proceso de construcción de una preocupación A continuación haremos una descripción general
teórica, la cual deviene de inquietudes dirigidas de la zona observada, incorporando reflexiones que
hacia la intervención educativa, surgidas desde la han surgido a partir del trabajo de campo.
praxis.
Para la obtención de los datos empleamos la 3. Descripción general de la zona
observación de tipo etnográfico. La etnografía
pretende captar significados y reglas de acción social Como eje o centro de la plaza, se encuentra
dentro de un contexto particular. Implica métodos la estatua de un héroe nacional. A partir de ahí,
de entrevista y observación, en un proceso flexible el parque se encuentra distribuido en cuatro
dentro del cual se someten a prueba de manera jardineras principales (las cuales son llamadas
repetida las definiciones y re-definiciones de cuadros por quienes ahí permanecen, denominación
dichos significados en el campo de la experiencia, que emplearemos en lo sucesivo), tres de las
hasta poder identificar explicaciones holísticas, cuales son ocupadas por “callejeros y callejeras”.
coherentes y consistentes del funcionamiento del Constantemente hay un sonido de agua, producido
grupo estudiado (Yang & Miller, 2008). por las fuentes que bordean cada jardinera, a lo
La etnografía no sigue una lógica lineal. largo de un corredor principal que atraviesa todo
Involucra un ir y venir entre el trabajo de campo, el parque. Estas fuentes son utilizadas por quienes
el trabajo con los datos que se van obteniendo, y ahí habitan para bañarse y lavar su ropa. Los baños
la literatura revisada, considerando que muchos suelen ser los espacios con árboles que definen los
de los movimientos de la investigación se derivan cuadros, aunque también en ocasiones hacen uso
de exigencias de los mismos datos, de lo que éstos de baños de establecimientos cercanos.
van ofreciendo a la temática abordada. El trabajo La zona, que en adelante denominaremos el
etnográfico se adscribe dentro del paradigma Parque, se puede comprender mejor a partir de
comprensivo, donde lo que principalmente se considerar las interacciones entre distintos grupos
pretende es entender los significados de prácticas, que ahí se hacen presentes. En esta plaza confluye
objetos, situaciones y relaciones. gran cantidad de personas: muchas familias van a
Como zona de observación elegimos un parque pasear ahí, es una zona de prostitución de mujeres
ubicado en la Delegación Cuauhtémoc de la (algunas de ellas, con más de 50 años de edad),
Ciudad de México, la cual, en los censos que se y también es un punto de encuentro para adultos
han efectuado acerca de niños y niñas y jóvenes mayores, quienes ahí se reúnen para platicar y
que habitan la calle, ha mostrado ser aquella donde
se ubica la mayor parte de los puntos de reunión y
1
Por cuestiones de confidencialidad, y con el fin de preservar y respetar
la integridad de los informantes y de las informantes, no se proporciona
la ubicación exacta de la zona. Asimismo, los nombres de las personas
referidas han sido cambiados con este mismo fin.

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alimentar a las aves. Otros hombres van ahí también de los cuadros es efectuada periódicamente por los
a leer el periódico, y otras personas también van a mismos miembros del grupo, por lo que éstos se
abastecerse de activo2 o marihuana, principalmente mantuvieron relativamente limpios el tiempo que
activo. También es común la presencia de policías duró nuestro trabajo de campo.
rondando la zona, quienes rara vez se involucran Otro aspecto importante es que, durante
con quienes habitan los cuadros mencionados. el tiempo de observación, existió un relativo
Como lo mencionamos anteriormente, el ablandamiento en cuanto a actividades de acoso a
Parque tiene antecedentes de más de diez años los grupos y limpieza social3 en la zona observada,
con gente viviendo en sus jardineras. Jorge, uno lo cual permitió al grupo acumular pertenencias
de los chavos que frecuentan la zona debido a que tales como sillones, televisores y reproductores
su novia vive allí, nos platicó al respecto. Comenta de música, e ir transformando paulatinamente
que fue de los primeros en llegar a ese espacio: el espacio ocupado respecto a su organización y
“En (otra zona de calle, cercana) nos chingaban funcionalidad.
mucho los policías, a cada rato, y entonces mejor A grosso modo, el grupo está conformado por
nos vinimos para acá”. A partir de entonces han unas 60 personas que cotidianamente interactúan
estado viviendo ahí diversos grupos; hay quienes y tienen un “libre acceso” a los cuadros, pudiendo
presumen de haber podido permanecer allí todo ese platicar allí, comprar droga, mirar televisión,
tiempo, alternando su permanencia en ese espacio escuchar música, drogarse, dormir, entre otras
con la vida en vecindades o cuartos de hotel, o actividades diversas. Respecto al grupo del cual
instituciones de diversos tipos. hablamos, es importante remarcar que éste, más
Ahora pasamos a hacer una descripción general que un grupo consolidado y cerrado donde se sabe
de las características de los cuadros observados, exactamente quiénes son los miembros, es algo
a los cuales, para establecer una diferencia, más parecido al funcionamiento de los grupos
mencionaremos como cuadros 1, 2 y 3: domésticos, a los cuales Vega y Gutiérrez (1998)
En cada uno de ellos hay una entrada, y a partir identifican como agrupaciones caracterizadas por
de esa entrada se reparten cinco bancas de metal residir en el mismo espacio, compartir recursos
para cada lado, nueve de las cuales se ocupan y procurar convivir amistosamente entre ellos.
como “pared” (en el caso del cuadro 2) para, en En el espacio observado existe apoyo y contacto
su parte trasera, colocar pequeñas “casas” (así las constante con los “vecinos y vecinas”, a la vez
denominaré desde ahora, para dar agilidad a las que se puede mantener cierta privacidad, ya que
descripciones) conformadas a partir de colchones y como se mencionó anteriormente varios tienen sus
cobijas, de tal forma que una persona puede quedar casas o la posibilidad de crear una, a partir de la
totalmente cubierta entrando ahí, y hay espacio organización de los espacios en las jardineras.
para aproximadamente dos personas. Esto también Por otra parte, contrariamente a lo que muchas
brinda privacidad para quienes habitan el espacio. veces se refleja en documentales, o a lo que se tiene
Ahí también se guarda ropa, algunos artículos vislumbrado en un imaginario común para esa
de aseo personal como jabón, rastrillos, etc., y población, ellos y ellas rara vez se encuentran sucios.
otras pertenencias personales, y con frecuencia Existe una disponibilidad de agua constante a partir
se utiliza la parte de abajo de los colchones, o de la fuente, y entonces una o dos veces a la semana
los huecos en algunos muebles, para guardar se bañan quienes ahí permanecen la mayor parte
documentos importantes. En los cuadros que se del tiempo, o al menos se lavan la cara. También
han podido observar siempre se ubica un altar, ya la ropa se la cambian con frecuencia, muchas veces
sea a la Santa Muerte o a San Judas Tadeo, que desechando la que traían puesta. Diversos grupos,
procuran mantener limpio y adornado con flores, principalmente de índole religiosa, les abastecen
y al que agregan diversos elementos. La limpieza constantemente de vestido, y también algunos días
de la semana les llevan comida, ropa u otros enseres,
2
“Activo” es una de las denominaciones más comunes empleadas en
México para las drogas inhalables. Estas son sustancias químicas tóxicas
3
De acuerdo con El Caracol, A.C., la Limpieza Social representa una
volátiles utilizadas a través de la inhalación por la nariz o aspiración expresión de la discriminación y violencia institucional contra las
por la boca, que producen depresión del sistema nervioso central. Su poblaciones excluidas. Pueden ser acciones que impliquen desde la
consumo es muy frecuente en los espacios callejeros. muerte hasta las más comunes formas de "retiro de espacios públicos".

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a cambio de prestar atención a algún pequeño funcionamiento social, que en mayor o menor
discurso o sermón, o de recitar una oración. Esto proporción (dependiendo de cada vivencia
permite una administración particular del tiempo, particular) sustituyen los modelos propios de
donde el simple hecho de estar ahí, en sí mismo ámbitos “familiares”. Al respecto, Pérez (2008, p.
genera recursos por “permanencia”. 3) plantea: “La identidad callejera en un contexto
El espacio callejero descrito, como se puede de exclusión, se convierte en una posibilidad de
observar, favorece muchos aspectos que usualmente ‘incluirse en un grupo social’ sustentado en la
se consideran propios de un espacio “doméstico” autonomía personal, la participación grupal, el
como lo son la privacidad, la comodidad y la consumo de sustancias y la búsqueda de actividades
posibilidad de acumular pertenencias, y que que resulten gratificantes”.
vuelven menos atractiva la posibilidad de dejar la De acuerdo con Gutiérrez, Vega y Medina-
calle. Mora (2007), existe suficiente evidencia científica
para sustentar que más que arraigarse a la calle en
4. La construcción de una identidad “callejera”: sí, como espacio físico, el vínculo fuerte que se
El niño, niña o joven como actor establece está dirigido hacia la banda y el barrio.
Estos autores hacen una distinción entre estos dos
Tal como los “no lugares” descritos por conceptos: la banda hace alusión a los chavos y
Marc Augé (1992), no se esperaría que la calle chavas con quienes se juntan para vivir, convivir
se constituya en un espacio generador de una y subsistir en los espacios callejeros, expresando
identidad particular, sino en un espacio anónimo sentimientos muy profundos de camaradería y
de tránsito, tal como es usado por millones de solidaridad; y por otra parte, la expresión barrio
personas cotidianamente. Sin embargo, la calle es utilizada por la banda haciendo alusión a otros
adquiere una connotación más amplia para el caso niños y niñas, adolescentes y sujetos adultos
de personas que viven en ella. Se convierte en un con quienes conviven y subsisten en los mismos
contexto de socialización donde se establecen y espacios públicos, pero que no son considerados
negocian significados constantemente, derivados como parte de la banda. Y es a través de los
de las interacciones cotidianas que ahí se efectúan: intercambios y vínculos con la banda y el barrio
afectivas, lúdicas, económicas, conflictivas, etc. que los callejeros y callejeras aprenden a desarrollar
Para una comprensión más amplia de la calle diferentes estrategias de subsistencia, haciendo uso
y de los niños, niñas y jóvenes que ahí habitan, es de la infraestructura y recursos asequibles a partir
necesario considerar a los “callejeros y callejeras” de la red social disponible.
como actores participantes de un contexto En la zona de calle observada, estos dos términos
específico, donde se negocian diversos significados. son comunes, aunque con mayor frecuencia se
De acuerdo con Dubet (1989), frente a la imagen escucha, por ejemplo, “este carnal es la banda”, “este
de un actor social definido de manera puramente señor es la bandita, nos llevó de comer”, aludiendo a
objetiva, y encerrado en el determinismo de gente que es externa al grupo del Parque. Entonces,
situaciones y estructuras sociales, los estudios sobre la palabra “banda” en ese contexto particular se
identidad han tenido el mérito de renovar el interés puede referir tanto a la gente que integra el grupo
por indagar en la subjetividad de los actores. Este callejero como a las personas afines al grupo, pero
autor destaca el carácter dinámico de la identidad, que no pertenecen a él. Así, hay gente, por ejemplo,
definiéndola en tanto lógica de acción social. A que “baja” a saludar a la banda. O lleva cosas para
partir de esto, es posible contemplar el carácter la banda, por ejemplo.
dinámico de una identidad sustentada a partir Aquí, más que un grupo consolidado y
de la calle, respecto a la forma en que los modos cerrado donde se sabe con claridad quiénes
de definición de sí se articulan y se juegan en los son los miembros, existe algo más parecido al
distintos contextos de interacción que la calle funcionamiento de una vecindad, donde sí hay
ofrece. apoyo entre los vecinos y vecinas, pero cada quien
Desde esta lógica, la calle se convierte en un mantiene cierta privacidad, y no existe algún rito
espacio de recepción abierto del cual se puede particular o signo que brinde legitimidad a la
formar parte, adquiriendo nuevas pautas de pertenencia o permanencia en este espacio, más

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allá de compartir lo que se lleve a la zona (hablando alimentos y recursos. Implica gestos de cortesía,
de alimentos, por ejemplo), o de convivir con como “mojar la mona” (dar un poco de activo
ellos y con ellas, sin necesidad de que esto sea a quien así lo solicite), compartir la comida o
de manera constante. Incluso varios tienen sus el agua que se tenga. Jorge en una ocasión llevó
espacios privados -derivado esto de la distribución un lavadero y lo ubicó en el centro del cuadro 2,
de los espacios en las jardineras-, y pueden convivir poniéndolo a disposición de todos los habitantes
mínimamente con el grupo durante el día, ya que del espacio. Este tipo de situaciones, a la par de la
sólo llegan a dormir y a guardar sus pertenencias, venta de droga entre pares -que también se da de
sin que esto merme los poderosos lazos afectivos manera regular-, también involucran una posición
que se pueden llegar a establecer. de poder en relación con los demás, al evidenciar
En relación con las reglas al interior de los grupos, quién es más capaz de ofrecer recursos al grupo.
la vida en la calle involucra una forma particular Estos gestos de cortesía no son forzosos, se dan a
de socialización. De acuerdo con Pérez (2007), la alguien con quien se mantiene una buena relación,
conformación de grupos en la calle cumple una o de quien potencialmente se pueden obtener
función principalmente utilitaria, aunque también beneficios a posteriori.
como referente de identidad y pertenencia. Vega, Otra regla importante dentro de la dinámica
Gutiérrez, Rodríguez y Galván (2002), por su de la zona, es la de comunicación. Uno de los
parte, mencionan que el vínculo establecido entre requisitos importantes para permanecer por
los miembros del grupo tiende a ser más duradero tiempos prolongados en la calle es la capacidad
que el de sus relaciones de noviazgo e incluso que para percibir el movimiento en la zona: quiénes
el de las conyugales, llegando a convertirse en un están, quiénes parece que están vigilando, o quiénes
vínculo tan fuerte como para llegar a considerar podrían generar problemas. Para esto, además de
a “la banda” como “la familia”4. A su vez, estos una habilidad para “estar en todo” que muchos
autores refieren distintas funciones que cumple jóvenes manifiestan6, también hay toda una red no
un grupo en la calle: la posibilidad de hacerse de formal de transmisión de información, donde los
recursos humanos (la compañía, el apoyo social acontecimientos circulan rápidamente de boca en
y emocional, las habilidades personales, etc.) o boca. Al mismo tiempo, esta red de comunicación
compartir drogas, ropa y comida, así como lo que también sirve para proveer de recursos. Cuando
hayan robado y/o mendigado. También se agrupan alguien externo al grupo lleva algún tipo de
para residir en un mismo espacio, ya que el grupo provisión, aquél que se entera primero se acerca a
puede ofrecer cierta seguridad contra personas los cuadros a avisar, o grita, o chifla, de forma que
extrañas. En el Parque se pueden encontrar estas los demás sepan que se les va a regalar algo.
“reglas”5 principalmente, las cuales regulan gran El hecho de que la información circule
parte de las formas de convivencia en este espacio: ampliamente no se relaciona con el ventilar asuntos
privados de alguien, o delatarlo de un crimen o de
Regla de provisión. El hecho de permanecer una travesura, ya sea frente al grupo o con alguien
periodos prolongados en la calle involucra ciertas externo, lo cual de hecho es algo muy condenado
lógicas de intercambio que permiten asegurar en este espacio. Esto lleva a otra regla importante,
de una forma más frecuente la disponibilidad de a la que llamaremos regla de discreción.
Cuando alguien delata a otro, o revela
4
Cabe mencionar que en la zona existen los lazos fraternos consanguíneos información que se supone confidencial, se “poncha
(hermanos y hermanas, primos y primas, mujeres con sus hijos e hijas
cohabitando o permaneciendo en la misma zona durante periodos
con la banda”; esto es, pierde la confianza del grupo
prolongados de tiempo), y las lógicas de movilidad familiar para estos e incluso se le puede llegar a expulsar, dependiendo
casos coinciden con las lógicas de movilidad callejera, siendo que la zona de la gravedad del asunto. El saber guardar silencio
la contemplan como un punto de encuentro entre familiares, lo cual
brinda más permisividad respecto al hecho de estar en la calle. Así, los habla de fidelidad hacia la banda, además de que
cuadros, más que un espacio de exclusión, en ocasiones aparecen como
un espacio de encuentro entre diversas personas con prácticas comunes
y fuertes vínculos afectivos. Hay personas que van a presentar a sus
bebés, a sus nuevas parejas, o a llevar cosas, en una lógica muy semejante
6
En diversas ocasiones nos ocurrió, por ejemplo, que platicaba con
a la de una visita familiar. alguien de quien parecía tener toda la atención, y de repente me decía:
“espérate, es que esa chava nos está tomando fotos”, o ‘mira, ¿ya viste
5
Estas reglas generalmente no se aprenden de forma explícita o inducida, quién está ahí?’ (señalando a alguien que está hasta el otro extremo del
sino más bien a partir del contacto cotidiano. parque, al menos a 50 metros de distancia).

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permite una mayor integración dentro de ésta, Paradójicamente, esa misma violencia también
al compartir secretos y vicisitudes. Esto último, los fija a ciertos espacios, al brindarles protección
debido a que también acontecimientos violentos e identificación. El que ellos y ellas estén juntos
vinculados a la calle se quedan sin contar, dando les brinda un resguardo de peligros mayores, pero
la idea de que la violencia forma parte también de al mismo tiempo reitera constantemente la calle
las “reglas” de permanencia dentro de un espacio peligrosa, la calle agresiva.
callejero, al existir ahí un deber no dicho de asumir Anteriormente hablábamos en este texto acerca
la violencia como “normal”. Es frecuente que chavos de reglas dentro del grupo. Ahora bien, el no
presenten diversas heridas, y al preguntarles qué les cumplimiento de una regla involucra una sanción
pasó, digan: “me caí”, siendo esto improbable al generalmente, también simulada, como cuando
observar la gravedad de las heridas. varios golpean con fuerza el hombro de alguien que
Pero la violencia en la calle se refleja en muchas cometió alguna falta menor, como alguna pequeña
de las prácticas y actitudes situadas en los espacios indiscreción, o tirar comida. Faltas mayores, como
descritos. En la calle, ésta se vuelve juego, ritual, el hecho de ser “chiva” (delator), pueden implicar
prueba y cotidianidad; se normaliza. La vida la expulsión definitiva del grupo.
allí involucra experiencias cargadas de una gran Pero si alguien externo al grupo intentara
intensidad emocional, una sensación de que todo violentar a alguien del grupo, los demás intervienen,
ocurriera muy rápido, donde algo que pareciera ya que las agresiones externas pondrían en riesgo la
muy sólido una semana, a la siguiente se puede relativa estabilidad de su comunidad. Han ocurrido
resquebrajar completamente (como por ejemplo algunos incidentes con autoridades, donde todos
las relaciones de pareja, o de amistad). y todas abogan por un mismo punto, y al mismo
En lo cotidiano, las interacciones están tiempo, dando una idea de comunión grupal.
cargadas de violencia o simulacros de violencia: Las noches aparecen como un momento
más frecuente entre los varones, es la constante especialmente violento dentro de la vida en la
confrontación a manera de juego. La simulación calle. Es en estos momentos en que hay una mayor
de peleas (donde se empujan, se miran fijamente, afluencia de gente a la zona que es ajena al grupo,
incluso se lanzan fuertes golpes, pero en cualquier y muchas de esas personas llegan buscando droga,
momento la riña se detiene, y cada quien continúa favores sexuales, o agredir a quienes ahí residen;
lo que estaba haciendo, como si nada hubiera de manera general la oscuridad los vuelve más
ocurrido), pegarle a alguien mientras éste duerme, vulnerables de agresiones externas, incluso por parte
el celebrar un cumpleaños pateando al festejado el de autoridades. En algunas ocasiones miembros del
número de veces equivalente a los años cumplidos, grupo han aparecido golpeados, debido a este tipo
etc. Los varones tienen formas de relacionarse muy de circunstancias.
específicas, que involucran golpearse, ofenderse o Además de la violencia generada por parte de
humillar al otro, con constantes alusiones sexuales. personas externas al Parque, también es importante
En mujeres esto no es tan común, y cuando hay remarcar que la violencia al interior de la zona
confrontaciones, en éstas no hay simulación y son igualmente se incrementa. Durante la noche el
verdaderos conflictos. consumo de sustancias psicoactivas se eleva en
El hecho de que la violencia sea una constante, el grupo, y drogas como la ‘piedra’ vuelven más
y sea en sí misma una práctica normalizada para irritable e inestable a quien las consume, siendo
la vida en la calle, la vuelve también motivo de también frecuente que entre ellos mismos se hagan
exaltación, siendo que la violencia constante más daño durante ese momento.
fortalece también una ilusión de invulnerabilidad, Otro aspecto que vuelve a la calle violenta es
donde se vuelven “trofeos” las situaciones violentas la constante posibilidad de despojo de lo propio,
de las cuales generalmente salen avante. Esto, no sin el hecho de que en cualquier momento se pueden
antes ir recibiendo huellas de esas confrontaciones, llevar sus pertenencias. Existe ya la amplia
que poco a poco van deteriorando el cuerpo y experiencia de ser privados de sus pertenencias
dejando vestigios: cicatrices, infecciones, dientes en cualquier momento por las autoridades, sin
rotos, etc. Así, la vida en la calle involucra en
ocasiones transformaciones físicas muy drásticas.

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un motivo aparente7. Si bien los espacios tienen marginales y/o poco remuneradas. No obstante, las
un aspecto “doméstico”, en cuanto a la presencia personas observadas o entrevistadas se encuentran en
de “dormitorios”, “sala”, “baños”, al mismo la posibilidad de percibir una cantidad importante
tiempo están hechos para partir en cualquier de dinero, si así se lo proponen. Sin embargo, la
momento, considerando que no hay objetos lógica de permanencia en la calle posibilita que no
con demasiado valor económico, ni una especial se tenga que trabajar por periodos prolongados, ya
procuración en cuanto a la decoración del espacio, que principalmente se procura obtener recursos
y es aparentemente sencillo cargar con casi todo al para satisfacer necesidades inmediatas, o del día.
momento de una emergencia. Más allá de las condiciones económicas, son
En otro orden de ideas, el aspecto religioso (en el otros aspectos los que circunscriben la permanencia
sentido amplio del término), ya sea como creencia en la calle. Una de las actividades en las que más
o como práctica ritual, es algo muy presente en el se gasta dinero es en el consumo de drogas, lo cual
Parque, en los grupos que ahí viven. En cada uno es una constante en la zona. Quienes ocupan los
de los cuadros observados, durante todo nuestro cuadros del Parque establecen diferencias entre
periodo de observación, estuvieron presentes altares, los grupos, principalmente a partir del tipo de
los cuales los “callejeros y callejeras” procuraron consumo practicado: “los de allá (el cuadro 3)
mantener limpios y arreglados, adornados con consumen piedra, acá nosotros puro activo”. Si
flores y diversos elementos. Más allá del beneficio bien esta división no es totalmente verdadera, ya
económico que les brinda el hecho de participar en que el consumo es diversificado para la mayoría de
los cultos religiosos generales, de los cuales pueden los que viven en este espacio, sí habla de la principal
obtener diversos recursos al apelar a la piedad de sustancia consumida para cada cuadro. Además,
los fieles, aquí también aparece otro aspecto que dicha zona, más allá de la legislación vigente,
resulta interesante: la posibilidad de participar aparece como un lugar donde se pueden consumir
como fieles de un culto masivo con el resto de la sustancias ilegales con una relativa permisividad.
sociedad, de sus mismos ritos y espacios, donde no Muchos policías circulan con regularidad por este
hay una diferencia entre el hecho de que sean o espacio, y en muy raras ocasiones abordan a los
no “callejeros y callejeras”. Ellos tienen el mismo consumidores de sustancias, aún cuando saben que
acceso a los elementos que permiten “pedir favores”, ésta es una práctica común allí. Esto vuelve a la
agradecer milagros o hacer “mandas”, que el resto zona un espacio donde el consumo se encuentra
de la gente que se acerca a esos espacios, y esto les normalizado, y que brinda la oportunidad de
brinda acercamiento a otras formas de significación. participar de esta actividad, la cual involucra
Así, este tipo de prácticas brindan indicios de una diversos significados dentro de la lógica de vida en
capacidad de organización y participación, más allá la calle: como práctica de integración social, para
de la lógica de supervivencia constante al interior reducir el estrés, para disminuir las sensaciones
del grupo. de frío y hambre, para evadir situaciones vitales
Respecto a las actividades realizadas en la dolorosas, o simplemente por experimentar el
calle enfocadas a la obtención de recursos, éstas aspecto placentero que las sustancias en sí mismas
se encuentran constantemente marcadas por generan. El consumo de sustancias es una práctica
tres características, no siempre ligadas entre sí: ampliamente difundida en los espacios callejeros,
la inmediatez de la ganancia obtenida, el riesgo que incide tanto en la permanencia en la calle como
implícito de muchas de las actividades realizadas, y en el deterioro progresivo que pueden sufrir allí.
la diversidad de empleos llevados a cabo (Saucedo La droga también aparece como una fuente de
et al., 2006). recursos importante para la zona, aunque más bien
Muchas veces las actividades a las que se dedican los vendedores y vendedoras del Parque se dedican a
los “callejeros y callejeras” son consideradas como la distribución local. Los “callejeros y callejeras” de
la misma zona, así como aquellos que trabajan en
las zonas cercanas, son quienes más van a comprar
7
Si bien hay ciertas reglamentaciones en el Distrito Federal que penan
el hecho de permanecer en la calle en la forma en que los “callejeros y al punto de venta, el cual se ubica generalmente en
callejeras” lo hacen (como es el caso de la Ley de Cultura Cívica, por el cuadro 1. En ocasiones también hay vendedor en
ejemplo), estas normas rara vez son aplicadas con estas poblaciones, y
cuando esto ocurre, muchas veces es en forma arbitraria.
el cuadro 2, pero principalmente esta actividad se

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desarrolla en el otro cuadro. de sus grupos que frecuentemente suele ubicarlos


También, en cuanto a las actividades productivas, a partir de dos condiciones extremas: como
la diversidad y posibilidad de las actividades víctimas (por lo cual, habría que rescatarlos), o
efectuadas de igual manera se vinculan a la edad como peligrosos (por lo cual se les debería castigar,
que se tenga, y a la habilidad para movilizarse o encerrar). Goffman (2006) define el estigma
dentro de la zona de calle. Mientras más y más como la condición de aquella persona que hace
estrechamente se pueda establecer vínculos con evidente la posesión de un atributo profundamente
personas vinculadas a la zona, será más posible desacreditador y de un estereotipo que la hace
obtener recursos, y a mayor velocidad. diferente a los otros con los que interactúa,
Algunas otras actividades productivas practicadas y la devalúa ante los ojos de los demás. Esta
en El Parque han sido: el apoyo a puestos (cargando característica está presente en los jóvenes callejeros
o acomodando), la venta de dulces o estampas, el ir y callejeras en forma constante, ya que la infancia
de “gritón” y cobrador en autobuses, vender latas, callejera contrapone todos los ideales y expectativas
el “fakirear”, “paletear”8, limpiar parabrisas. Uno de de una sociedad respecto al lugar que la infancia
los que habitan la zona diariamente va a la Central debe ocupar.
de Abastos, y allí es donde trabaja. En ocasiones, Es a partir de esta mirada polarizada (víctima/
vuelve con costales llenos de fruta, o algunas otras delincuente) que se define la mayoría de las formas
cosas para compartir con “la banda”. de interacción dirigidas hacia ellos y ellas por
El trabajo aparece como algo importante, parte de los distintos actores sociales. El rasgo
respetado. Además, es lo que permite mantener la estigmatizador se impone, borrando los demás
permanencia en los espacios callejeros. Por mucho tributos de la persona: “la persona que tiene
que uno de ellos pase por un periodo duro de un estigma no es totalmente humana”, plantea
consumo, en algún momento del día debe realizar Goffman; entonces es que el niño o niña de la
alguna actividad para obtener dinero, y así poder calle adquiere un carácter de objeto: de castigo, de
tanto sustentarse como retribuir al resto del grupo. protección de control, etc., lo cual da pie a distintos
Si bien varios de ellos han participado de actividades tipos de discriminación.
delictivas, en su discurso se pretende establecer A pesar de esta situación, los niños, niñas y
una diferencia, al menos frente a la gente ajena jóvenes utilizan en la mayoría de las ocasiones su
al grupo. Y si bien dentro de las reglas implícitas estigma para obtener “beneficios secundarios”.
para el grupo la lealtad y confidencialidad son muy Es entonces cuando ellos y ellas muestran un
importantes, al momento de realizar actividades hábil manejo de su discurso en los medios de
delictivas, si alguno es atrapado, o culpado por comunicación o frente a diversos actores sociales,
algo que no cometió (a quien se le conoce como vendiendo su imagen como víctima.
“pagador”), esto no es motivo de condena para Esta forma de emplear su “callejerismo”
quien queda libre. como recurso para la subsistencia, se encuentra
También la prostitución es una constante en la estrechamente ligado a diversas situaciones: mientras
zona, pero en este caso particular casi siempre es más tiempo lleve en la calle, mientras más recursos
por personas que por lo regular se mantienen al personales y sociales posea, se irá posibilitando un
margen de las actividades habituales del grupo, y aprendizaje progresivo, no lineal, de lo que significa
sólo en ocasiones se acercan para comprar activo, ser “de la calle” (lo cual aparece en Goffman (2006)
o para convivir. como carrera moral, y en Lucchini (1996) como
En relación con el uso de la identidad callejera carrera del niño de la calle), y de los usos posibles
como un recurso, muchas de las experiencias vividas como recurso de esta condición, determinada a su
en la calle por estos niños, niñas y jóvenes, están vez por la edad, pertenencia de género, condición
permeadas por una mirada ajena a los miembros física, etc.
Muchos de los profesionales dedicados a la

8
Se le denomina “fakirear” a la actividad que consiste en poner fragmentos atención de “callejeros y callejeras” hacen uso de la
de vidrio sobre el piso, y acostarse con la espalda desnuda sobre ellos.
En ocasiones piden a personas que se paren encima de ellos, para hacer
lógica llamada del “buen ajuste”, la cual pretende
el acto más impresionante. Por otra parte, “paletear” consiste en vender que el estigmatizado logre adaptarse a la sociedad
paletas en la vía pública o en el servicio de transportes, para obtener y reconocerse como “igual a los demás, en tanto
dinero.

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ser humano”. Y al hacer esto, los educadores y se va transformando dentro de este vaivén que
educadoras, o las instituciones, van “orientando” tal vez pudiera parecer caótico: “(la experiencia
a los estigmatizados respecto a lo que deben sentir, urbana) incluye numerosas referencias cruzadas
hacer y pensar acerca de su realidad, lo cual dificulta entre fenómenos desconcertantes”, plantea Sennett
la posibilidad de vislumbrar otras dimensiones de (2001, p. 252).
la identidad más allá de la relación estigmatizado- Así, la ciudad está presente como un incesante
estigmatizador. espacio de producción simbólica, el cual es revelado
Es entonces cuando los grupos desviados del de las más disímiles formas por quienes habitan en
modelo de “normalidad” construyen su identidad ella. Aparece distinta para cada persona que mora
con base en un discurso que les es ajeno y que en este espacio, y es entonces que no podemos
intenta explicarlos desde otro lugar que no es el hablar sólo de una, sino de muchas ciudades,
suyo; desde la enfermedad, el atraso, la ineficacia, donde la interpretación de la ciudad se da a partir
la desviación, el error o el fracaso (Sutton, 2006). de sus actores, ciudadanos y ciudadanas, según se
Y considerando que el hecho de salir a la calle apropien del espacio.
para estos niños y niñas implicó una ruptura con Para poder permanecer en espacios callejeros
las estructuras propias del vínculo familiar para por tiempos prolongados, existe una gran
adquirir nuevas significaciones propias de los movilidad por parte de los “callejeros y callejeras”
espacios callejeros, el tener que “negar” la calle y a lo largo de la ciudad y de diversas instituciones,
sus aprendizajes para poder ingresar a un ámbito trazando recorridos principalmente con base en
institucional se torna muy complicado para los sus necesidades primordiales en la calle; y también
niños, niñas y jóvenes callejeros, por lo que optan poseen una gran capacidad para aprovechar los
por hacer un uso instrumental de las instituciones, espacios y recursos que la calle ofrece. Se puede
acudiendo únicamente cuando requieren de un considerar que la calle, a la par de ser violenta,
servicio o atención inmediatos, sin apropiarse peligrosa y un lugar de deterioro para quienes la
realmente de esos espacios. habitan, también brinda experiencias positivas
Lo cierto es que en gran medida dependen a quienes viven en ella en tanto ésta se presenta
de las instituciones y de la gente ajena al grupo como un espacio en el cual ellos y ellas mantienen
para poder sustentar su permanencia en la zona. el dominio de la situación durante muchas de las
Entonces hay un cierto respeto o tolerancia hacia interacciones que ahí llevan a cabo, ya que es un
aquellas personas que asisten a verlos a la zona. territorio del cual cada vez más irán adquiriendo
Existe todo un discurso que sustentan al dominio, en tanto éste vaya siendo practicado:
momento de interactuar con gente ajena al La calle condensa todos los paisajes de la
grupo. Es un discurso que habla de sufrimiento, pérdida. La calle es abandono, desprotección,
carencia, ausencias. Conforme uno se aproxima muerte, olvido, evaporación del tiempo y
y familiariza más con el grupo, dentro de los del sentido. La intemperie social es sórdida
discursos se comienzan a hacer evidentes también y árida, al igual que la propia intemperie
los aspectos lúdicos y placenteros que la calle biográfica de cada uno de los chavos de la
involucra. A su vez, se comienza a entrever un calle. Pero a contraluz de esa densidad,
cierto reconocimiento para quien “vive la calle”, la calle representa un juego de existencia;
con todos sus riesgos y excesos. irradia autonomía, libertad, y atracción vital
(Makowski, 2004, p. 4).
5. “Habitar” la calle: el espacio jugado Michel de Certeau (2000) explora las diversas
entre la violencia y la apropiación formas de consumo que operan los sujetos, refiriendo
el consumo como aquel acto de apropiarse, usar y
Existen múltiples registros para poder definir practicar todo objeto producido por una sociedad
lo urbano. La ciudad se puede experimentar determinada. Este autor describe la forma en que se
como todo un entramado de percepciones y usan los productos culturales, legitimados por un
prácticas socio-históricamente situadas, donde al sistema de poder, en una forma creativa, donde a la
mismo tiempo que se están generando acciones, vez que se les da el uso para el que fueron creados,
significados, narraciones, vínculos, el sujeto mismo también adquieren significaciones distintas al

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momento de ser “practicados”. de “habitar” la calle. A partir de esto es que se puede


Las nociones de estrategia y táctica son indagar qué referentes están considerando para
fundamentales para la comprensión de las ocupar las calles, cómo es que se interrogan esos
diversas formas en que un espacio es practicado. recorridos callejeros y cuáles son las condiciones
De Certeau define como estrategia aquel cálculo bajo las que se establecen en un espacio urbano
(o manipulación) de relaciones de poder que se específico. La presente experiencia de campo ha
vuelve posible tan pronto como un sujeto con mostrado que, cuando existen las condiciones,
voluntad y jerarquía (un negocio, un ejército, los miembros de los grupos callejeros reproducen
una ciudad, una institución científica) puede ser espacios domésticos, estableciendo algún lugar
considerado aisladamente; implica que quien como “sala”, distribuyendo recámaras, etc., lo
desarrolla estrategias posee una supremacía en ese cual permite preguntarnos si el arraigo remite a
contexto específico, donde los resultados a partir estructuras pre-callejeras, o a qué de la calle es que
de éstas adquieren un carácter de legitimidad. Por el niño, niña o joven se “arraiga”. Respecto a esto,
otro lado, las tácticas son “el arte del débil”; operan Magazine (2007) propone que las organizaciones
a partir de acciones aisladas, toman ventaja de de los grupos callejeros son una recreación de los
oportunidades y dependen de ellas, existiendo sin elementos sociales de los grupos sociales de origen,
ninguna base donde puedan acumular sus logros, pero en sí mismos los patrones socioculturales
construir su propia posición y planear incursiones. de origen no explican toda la complejidad de
Son operaciones al margen del discurso de poder, las operaciones, muchas de ellas muy creativas,
desarrolladas a manera de transgresión, pero a la vez efectuadas por estos niños, niñas y jóvenes para
buscando una posición de dominio. Las tácticas, constituir las calles en espacios habitables.
para De Certeau, son formas para que la gente Pareciera que dentro de la dinámica de vida
desarrolle significados, a partir de una situación callejera se hace uso con mayor frecuencia de tácticas
dada. tal como las plantea De Certeau, en el sentido de
Respecto a los niños y niñas y jóvenes que son usos marginales de espacios y recursos con
“callejeros”, si bien estos grupos constantemente fines particulares, al margen del poder hegemónico.
viven al límite de aquello que es legal o permitido Sin embargo, no se puede negar que al interior de
dentro de las sociedades urbanas, también es los grupos también existe una lógica y un uso de
cierto que han desarrollado tácticas y formas de poder determinado por la edad, el tiempo de vida
convivencia que son tolerables dentro de ciertos en calle, las habilidades especialmente privilegiadas
espacios. La calle, cuando se vive en ella, involucra en espacios callejeros, incluso la misma pertenencia
glorietas, andadores, calles en el sentido geográfico de género, contemplando la calle como un espacio
del término, pero también incluye casas vacías, donde para permanecer se requiere de muchos
coladeras, vehículos de transporte (al momento atributos usualmente considerados “masculinos”.
de trasladarse o trabajar en ellos), y muchos otros Especialmente, aunque no es la finalidad esencial
espacios que estrictamente no pertenecen a los de este documento, sería importante considerar la
espacios abiertos llamados comúnmente “calles”. forma en que estas relaciones de poder representadas
De Certeau (2000) define espacio como “lugar en las prácticas se ejercen dentro de los grupos
practicado”, en el sentido de que un lugar (en este callejeros en tanto uno sea varón o mujer, indagando
caso, un lugar público) cambia sus significaciones cómo se juega lo femenino dentro de los mismos
a partir de las operaciones que se efectúen sobre grupos.
éste.
Es importante estudiar las “acciones narrativas” 6. Tomar, ocupar, habitar…
de estos niños, niñas y jóvenes, en el sentido de
que los relatos del andar dan cuenta de su forma Como lo hemos mencionado con anterioridad,
de existir en el mundo y permiten precisar algunas el ser humano “habita” lugares, no solamente “vive”
formas elementales de las prácticas organizadoras en ellos. Los espacios que ocupa son depositarios de
de espacios que les permiten “narrar” y “narrarse” una fuerte carga afectiva, emotiva, simbólica, etc.,
la calle, a partir de su experiencia en ésta, y de las a partir de las vivencias ahí experimentadas: “El
acciones cotidianas que delinean su forma particular habitar humano tiene, claro está, un referente físico

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Habitar la calle: pasos hacia una ciudadanía a partir de este espacio

espacial, pero lo supera, enlazándose con lo social, permanencia en el espacio público aún sobre
con un marco cultural y con una vida espiritual los riesgos asociados (p. 16).
propiamente humana” (Del Acebo, 1984, p. 13). Si bien al hablar de cultura callejera se pretende
Para el caso de personas que habitan la calle, dar cuenta del papel activo de los sujetos dentro de
a pesar de todos los referentes identitarios y una serie de prácticas, tácticas y saberes comunes
afectivos existentes anteriormente presentados, en los espacios callejeros, no parece haber mucha
las características de los espacios ocupados claridad respecto a la forma en que ésta se conforma,
generalmente expresan condiciones de marginalidad o en qué momento es que ésta se “construye”.
y exclusión, lo cual a su vez puede ser un reflejo Esta cultura callejera, más que ser algo que se
de la imposibilidad de acceder a otros espacios y adquiere a partir del contacto con la calle, pareciera
lugares en la sociedad. estar constituida también a partir de trazas de
La territorialidad, de acuerdo con Lindón aquello que se vivió antes de la calle, lo que
(2006), consiste en la relación del individuo con permite contemplar la presencia de estructuras pre-
aquel espacio que habita, la cual se encuentra callejeras. Así, la calle se vuelve una extensión del
permeada por las relaciones de poder prevalecientes. espacio doméstico vivido, o al menos se significa
Dentro de la ciudad se pueden encontrar las más a partir de reminiscencias de aquél, conformada a
diversas territorialidades, de las cuales la vida en la partir de lo que medianamente se recuerda de la
calle ocupa un caso particular. vida previa al arribo a la calle. Parte de ese “olvido
Guy Di Meo (2000; cit. en Lindón, 2006), a medias” que plantea Ricoeur, supone que “algo
al hablar respecto a la territorialidad, la propone del pasado emerge en el presente, aunque sea
como una estructura conformada por tres escalas: como un vacío, como un sustituto o un síntoma”
una primera consiste en el aquí y ahora, el espacio (2003, p. 51). Entonces, ocurre que cada vez más
presente dentro del cual se desarrollan las acciones el espacio callejero y el espacio “doméstico” se
inmediatas por parte del sujeto; la segunda involucra están convirtiendo en similares, para el caso de la
la red territorial que comprende los lugares vividos población estudiada9.
por el sujeto en diversos momentos de su vida; y la En relación con esto, en esta zona en particular,
tercera escala involucra el conjunto de referentes algo que se puede observar es un mayor acceso,
mentales a los cuales remiten tanto las prácticas tanto simbólico como material, a aquello que
como el imaginario del sujeto. los espacios domésticos brindan, en cuanto a las
En la territorialidad se entrecruzan diversos posibilidades de acceso a servicios, a “lujos” o a
momentos en la biografía de una persona, se aparatos destinados a su entretenimiento, como lo
conjuntan las experiencias pasadas con las actuales, son los televisores o las grabadoras. También en el
y se contrastan los lugares presentes con los ya Parque de repente se han hecho presentes espacios
vividos, o incluso imaginados (Lindón, 2006). de dormitorios, una sala o estancia, un lavadero,
Como lo menciona León (2004, p. 14): que dan cuenta de una resignificación del espacio
Recordar no sólo es, como reza el proverbio, público a la vez que brindan la posibilidad de un
‘un volver a vivir’ sino también un volver espacio privado, si bien esto ocurre a partir de la
a morir, diluirse, desaparecer. Recordar y ilegalidad de acuerdo con, por ejemplo, la Ley
recordarse es -de diversos modos- ejercer de Cultura Cívica, y siempre existe la posibilidad
una vigilancia sobre sí mismo, observarse a de que sean despojados de sus pertenencias, o
través del ojo del otro, un ‘desmenuzarse’ y expulsados de ese sitio.
no siempre el resultado de ello es positivo. Esta serie de circunstancias, las cuales brindan
Estas nociones permiten delinear un una posibilidad concreta de integración a un
acercamiento a la noción de “cultura callejera”, la espacio callejero, permiten entender por qué, más
cual Pérez (2003) define como allá de las condiciones económicas, se prefiere
el conjunto de modos de vida, costumbres,
conocimientos y el grado de elaboración de sus
estrategias de sobrevivencia (adaptabilidad), Al respecto, interesante será —aunque no está dentro de los intereses
9

y posibilidades del presente estudio—saber cómo es que se significa


que le permite a la población callejera el uso de los espacios “callejeros” para aquellos niños y niñas que han
construir un juicio de valor para decidir su pasado toda su vida en estos espacios, al ser hijos e hijas de “callejeros y
callejeras”.

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permanecer ahí. 7. Conclusiones


Por último, otro aspecto que es importante
considerar es el aspecto dinámico del arraigo a las Ryszard Kapuscinski solía decir que, en su
calles. En la actualidad las prácticas económicas, encuentro con el “Otro”, al hombre siempre se le
el tipo de drogas que se utilizan y los espacios han planteado una de tres opciones: ir a la guerra,
utilizados para dormir y/o convivir difiere mucho aislarse tras un muro o entablar un diálogo. No
de lo que ocurría en los años 80’s, cuando este tipo pretendemos hacer de este texto una apología de
de grupos comenzó a tener una mayor presencia la vida en la calle, sino que intentamos dar cuenta
por parte de los medios. Además, las fronteras de lo complejas que son las relaciones entre los
entre categorías para denominar a estos habitantes “callejeros y callejeras” y esa ciudad que están
de las calles son frágiles, siendo en ocasiones difícil habitando, la cual, en diversos registros, no les
delimitar la frontera entre niños y niñas “de la está brindando lo necesario para poder ejercer sus
calle”, en riesgo, trabajadores y trabajadoras, etc.; y derechos en forma plena, ni para poder asumir sus
el ser “de la calle” tiene como atributo importante obligaciones como ciudadanos y ciudadanas.
una movilidad constante entre el hogar de origen, La Carta de la Ciudad de México por Derecho
diversas instituciones, diversas zonas de calle, y a la Ciudad (2010), proyecto promovido por el
otros más recientemente ocupados por este tipo de gobierno del Distrito Federal, se encuentra basada
poblaciones, como son los hoteles y las vecindades. en seis ejes:
Al respecto de este dinamismo y aparente caos, 1- Ejercicio pleno de la ciudadanía.
Tarrius (2000) da cuenta del peso sociológico cada 2- Función social de la ciudad y de la propiedad
vez mayor que hoy día tienen las movilidades sobre urbana: equidad distributiva y usufructo
la estructuración de las relaciones sociales en las pleno por parte de todos los habitantes y las
sociedades occidentales. habitantes de los recursos, bienes y servicios
Tarrius define los territorios circulatorios como de la ciudad.
evidencia de la socialización de espacios conforme a 4- Producción democrática de la ciudad y sus
lógicas de movilidad. Más que una ruptura campo/ espacios habitables.
ciudad, se puede entender como un ir y venir entre 5- Manejo sustentable y responsable de los
dos espacios social y económicamente vinculados. recursos naturales y energéticos en la ciudad
Con el paso del tiempo, y con la consolidación de y su entorno.
este fenómeno, hay comunidades de migrantes 6- Disfrute democrático de la ciudad: la
que son tanto de aquí como de allá. Desde esta ciudad como espacio abierto al intercambio,
mirada, cobran gran importancia las experiencias el encuentro, el ocio, la recreación y la
que van cobrando los “circulantes” por el paso del creatividad colectiva.
tiempo. Implicaría considerar las experiencias de La gente que ocupa la calle como principal
vida en calle como un campo de práctica social con espacio de socialización también debe participar
sus propias reglas y donde se movilizan recursos de estos principios que les permitirían seguir
materiales y simbólicos dirigidos a fines precisos habitando la ciudad, pero bajo un marco de
y los agentes manifiestan una suerte de hábito derechos. Es evidente que la calle, como espacio
circulatorio, es decir, una suerte de disponibilidades a habitar, involucra muchos riesgos para la salud
objetivas e inclinaciones subjetivas para recorrer y la estabilidad de quienes ahí permanecen, pero
espacios determinados, estableciendo un doble también es cierto que las calles de la ciudad son
movimiento: mientras que recorro un espacio lo voy igualmente un espacio que brinda beneficios de
transformando, pero a la vez me voy transformando índole económica, social y afectiva a quienes la
en este proceso de recorrido. A partir de identificar ocupan para vivir.
esta movilidad como una característica medular El arraigo a la calle -marcando una distancia
del arraigo a la calle, es que se podría favorecer de aquellas concepciones planteadas al principio
una mayor comprensión de aquello que sostiene y que lo contemplan como algo negativo y que
la permanencia e identificación con las prácticas y se debe erradicar dentro de una intervención
espacios callejeros. educativa- involucra una forma particular de
vivir y habitar un espacio. Contempla formas de

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socialización y prácticas que se sostienen por sí involucra una participación dinámica por parte
mismas, independientemente de las propuestas de quien permanece en dicho lugar. A la vez que
de intervención disponibles, e involucra el se ocupa y transforma un lugar, éste también
establecimiento de vínculos afectivos muy fuertes transforma a quien allí permanece. Haciendo
hacia la gente con la que se convive en lo cotidiano así uso de diversas tácticas, abordando de manera
como la adquisición de saberes y pertenencias tanto creativa los espacios callejeros y empleando su “ser
materiales como simbólicas que brindan a quienes callejero” como un recurso para la acción, es que se
ahí habitan un fuerte sentido de pertenencia y un puede sostener una permanencia prolongada en los
lugar en el mundo (rasgo esencial de lo humano, en espacios públicos.
los distintos contextos de interacción existentes). La investigación de corte cualitativo ofrece la
Ellos y ellas, como lo hemos planteado, disponen riqueza de poder obtener distintos registros de un
de diversos recursos que favorecen la permanencia fenómeno social (en este caso, habitar un espacio
en estos espacios, ya que constantemente juegan y público). Permite “recuperar las voces, las acciones y
negocian su “ser de la calle” en diversos contextos los significados inmediatos, desde el punto de vista
de interacción. Esas habilidades para permanecer de los actores, y profundizar tanto en el carácter
en la calle, para saber “practicarla” y hacer uso de interpretativo de la etnografía, como en su interés
ella, forman parte de sus pertenencias identitarias, por las tramas significativas” (Bertely, 2000, p. 29).
las cuales le brindan un sentido de integración a un Esta idea recupera la propuesta de contemplar a
espacio con reglas y tiempos propios. los sujetos y grupos como parte de un contexto
Otro aspecto fundamental del arraigo es que sociohistórico a la vez que como portadores de
involucra movilidad, en el sentido de que la calle, cambio, a partir de situarlos dentro de los procesos
como espacio habitable, involucra una constante históricos, sociales y estructurales que intervienen
circulación entre espacios que también abarca: en su generación.
distintas zonas callejeras, los diversos espacios en Para el grupo observado, en el momento
los cuales pueden trabajar y/u obtener recursos, las observado, se perciben diversos aspectos que
instituciones dedicadas a su atención, sus familias de hacen más atractiva la vida en la calle en relación
origen, etc. Se habla de una “cultura callejera” que con el hecho de pagar por un espacio cerrado: la
determina la permanencia en un espacio callejero, posibilidad de privacidad y un cierto grado de
como si fuera algo adquirido a partir de este sitio. confort, los vínculos afectivos establecidos a partir
Sin embargo, la llegada a la calle y la forma en que de la calle, la posibilidad de acumular pertenencias,
ésta se asume involucra muchos aspectos previos la permisividad en cuanto al consumo de sustancias,
a su arribo a este espacio. No se puede olvidar la posibilidad de integrarse a prácticas espirituales
que los grupos callejeros se conforman a partir de que integran a diversos estratos de la sociedad,
sujetos con trayectorias de vida particulares que etc. Es importante contemplar una mirada crítica
asumen un espacio público como propio, y mucho hacia las propuestas de intervención existentes que
de lo que se transluce en las prácticas efectuadas, se encuentran enmarcadas, de manera explícita
la forma de adoptar y configurar los espacios, se o velada, en relaciones de poder y exclusión que
deriva de una historia previa en comunión con las resultan desfavorables o poco interesantes para
exigencias propias de la vida en la calle. quienes habitan la calle.
Aquí es evidente que no se puede demarcar lo Entonces, si muchas de las intervenciones
que la cultura callejera ofrece de lo que se plantea educativas van dirigidas al desarraigo de estos niños,
como territorialidad, en el sentido de que, además niñas y jóvenes de la calle, esto implicaría negar
del aquí y ahora que la lógica de vida en la calle todos aquellos aprendizajes y recorridos realizados,
implica, existe un constante regreso a distintos así como los espacios construidos y los vínculos
espacios que también son concebidos como parte afectivos que le brindan seguridad. No se pueden
de la vida callejera, además de todos los referentes negar todos los factores de riesgo vinculados a la
y estructuras previos a su vida en la calle que dan vida en la calle y es de suma importancia trabajar
forma y sentido a esta última, ya sea de forma en las intervenciones estratégicas dirigidas a reducir
consciente o involuntaria. los daños derivados de las prácticas comunes en la
Aunado a todo esto, el arraigo a la calle también calle que atentan contra su salud e integridad; pero

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Iván Alejandro Saucedo y Bertha Elvia Taracena

también es innegable el hecho de que la calle, como De Certeau, M. (2000). La invención de lo cotidiano.
espacio habitable, igualmente brinda experiencias 1- Artes de hacer. México, D. F.: Universidad
gratificantes que justifican el hecho de que algunos Iberoamericana/Instituto Tecnológico de
niños, niñas y jóvenes busquen alternativas para Estudios Superiores de Occidente.
sustentar su permanencia en estos espacios, al no Del Acebo, E. (1984). La ciudad, su esencia, su
encontrar opciones reales y significativas para ellos historia, sus patologías. Buenos Aires: Fades.
y ellas en otros. Dubet, F. (1989). De la sociología de la identidad
Para poder mejorar las condiciones de vida de a la sociología del sujeto. Estudios Sociológicos, 7
estos grupos, se requiere de espacios de diálogo (21), pp. 519-545.
donde esté presente la comprensión de la alteridad, Gobierno de la Ciudad de México (2010). Carta
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han estado efectuando en los últimos años. Más Mexico%20por%20el%20Derecho%20a%20
allá del aspecto marginal de la ocupación de los la%20Ciudad.pdf.
espacios callejeros, se tendría que indagar acerca de Goffman, E. (2006) [1963]. Estigma. La identidad
las formas creativas en que se hace uso de éstos, y deteriorada. Buenos Aires: Amorrortu.
sería importante preguntarse si el camino a seguir Gutiérrez, R., Vega, L. & Medina-Mora, M.
no tiene que ser al menos en parte el fortalecer (2007). La infancia “callejera” en México. En
esas pertenencias adquiridas desde el contacto con C. Echeverría & S. Tavera (Coords.), Matlapa:
la calle y encontrar aquellas potencialidades que redes de Atención para la Infancia en Situación de
permitan reivindicar su capacidad como actores Calle, pp. 17-34. México, D. F.: Indesol.
de su entorno, capaces de generar alternativas Indesol (2001a). De la calle a la vida. México, D.
de resistencia y afirmación de una forma de vida F.: Indesol.
particular, itinerante, dentro de los espacios Indesol (2001b). La calle: un esfuerzo compartido.
urbanos, favoreciendo su autonomía, en el sentido México, D. F.: Indesol.
que Castoriadis plantea (2005): la aparición de un Indesol (2001c). La ciudad, sus niños y la calle.
ser que cuestiona su propia ley de existencia así como México, D. F.: Indesol.
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