Corvalan Resumen Congreso

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CORVALÁN

La construcción de nuevos espacios: el caso de los comedores comunitarios

La construcción de la identidad, según Marc Augé, está entendida como el rasgo del lugar
antropológico, que data de sentido, donde los individuos se definen en virtud de ese lugar.

La población urbana ha adoptado diferentes estrategias y formas de vivir la ciudad de acuerdo con
sus condiciones económicas y socio-culturales.

Palabras clave: espacio público, comedores comunitarios, nuevos espacios.

En este trabajo se intentará indagar sobre el uso y la apropiación del espacio público.

En la década del 90 se consolidó un modelo de Estado en muchos países de América Latina,


cuestionando su capacidad de gestión para atender necesidades cada vez más extensas y
complejas. Como consecuencia, han surgido nuevas formas de organización comunitaria.
Particularmente, y por producto de la aceleración de la recesión económica argentina en el año
1998, el inicio de la desocupación masiva, fue aumentando la presencia de comedores
comunitarios en los barrios, siendo esto un indicador de la crisis social emergente en ellos.

Así es posible apreciar cómo la población urbana ha adoptado diferentes estrategias y formas de
vivir de acuerdo con sus condiciones económicas y socio-culturales.

Definición y uso del espacio público:

Los primeros usos del concepto de lo público, en el siglo XIX se refería al bien común de la
sociedad, años después se entendió a lo público como aquello vinculado al manifiesto y a la
observación general.

El espacio público, según Segovia y Dascal, supone el dominio público, el uso social colectivo y
diversidad de actividad. Y aquí es donde se puede evaluar el espacio por la intensidad y la calidad
de las relaciones sociales que facilitan y estimulan la identificación simbólica, la expresión y la
integración cultural.

El concepto de lugar antropológico según Marc Augé, tiene tres rasgos comunes. Se lo considera
identificatorio porque los individios se reconocen en él y definirse en virtud de él, relacionales
porque los individuos pueden entender en él la relación que los une y la que los diferencia a otros,
e histórico porque se definen por una estabilidad mínima. También se tiene en cuenta los
recorridos en él, los discursos y el lenguaje que lo caracteriza.

Como plantea Di Piero, lo público es un proceso de creación y participación de la construcción


social. A partir de este planteo, se consideran tres formas de construir la participación en el
espacio público:
1. Participación relacionada con la noción de solidaridad, entendida como ayuda directa a quienes
lo necesitan. Donde se plantea la ineficacia del Estado y la necesidad de la construcción de
soluciones a partir de una solidaridad individual y puntual.

2. Participación a partir del reforzamiento y autonomía de las instituciones políticas.

3. Participación a partir de la necesidad. Las protestas, los reclamos, los foros de discusión, las
asambleas, los emprendimientos productivos, la economía social, que buscan articular alguna
noción de desarrollo, de participación y de lucha contra la exclusión. Estas nuevas formas luchan
por "abrir" el espacio público y algunas veces politizarlo.

Se han construido espacios de encuentro, que han surgido desde la necesidad y de compartir
sentimientos comunes.

Como plantea Richard Sennett, navegar por la geografía de la sociedad actual exige poco esfuerzo
físico y participación. La muchedumbre de hoy en día se ha dispersado. En la multitud moderna la
presencia física es sentida como algo amenazante. Sin embargo, poco se ha indagado en la
construcción de nuevos espacios como consecuencia de la participación y de la colaboración de los
habitantes de barrios marginales que han trabajado desde una organización civil por el bien
común.

Barrios tipificados como "pobres", "peligrosos", "aislados en su propio mundo".

Tal como expone Giglia, las megaciudades se convierten cada vez más en conjuntos desarticulados
de espacios separados, lo que marca diferencias sociales, donde el uso de ciertos espacios
permiten distinguirse del otro, en un proceso de construcción y fijación de la propia identidad.

Se fueron conformando asentamientos de "iguales", comunidades que compartían características


particulares que los "acercaba" en una ciudad que los expulsaba por no pertenecer.

En los comedores comunitarios, es notable el crecimiento de las organizaciones de la sociedad


civil, la cual hace referencia a aquellas que se vuelcan a la búsqueda de fines sociales o no
lucrativos.

A partir del advenimiento de la democracia en nuestro país, surgen organizaciones sociales,


consideradas "tradicionales". Dentro de estas se ha seleccionado a los comedores comunitarios,
porque tienen un estrecho contacto e incidencia con el lugar en el cual se emplazan.

En la Argentina existen sectores de la población cuya pobreza les impide acceder a una
alimentación básica por lo cual, acuden a comedores comunitarios organizados por el Estado o por
autogestión de la comunidad. En estos se da de comer o se entregan alimentos en forma de
viandas, gratuitamente a los sectores carenciados. Estas organizaciones pueden definirse como
espacios que permiten la cooperación entre sus integrantes, donde no sólo se brindan alimentos,
sino contención, un encuentro entre las personas.
El Comedor inició sus actividades cuando un grupo de doce mujeres del barrio decidieron hacer
"algo" en beneficio de este. Cabe remarcar que ellas no estaban unidas por vínculos de amistad o
familiar, sino de cooperación y de afán de colaborar con el barrio.

Pirrone expone que los comedores convocan desde la necesidad no solo de conseguir la comida
diaria sino también de compartir con otros la crisis, de no atravesarla solos.

El comedor, ha trabajado las actividades que se exponen a continuación:

1. Resolver necesidades básicas de la población objetivo.

2. Organizar programas de autoconstrucción o mejoramiento barrial.

3. Generar trabajo e ingresos para los beneficiarios o miembros de la organización.

4. Brindar servicios vinculados a la educación.

5. Brindar servicios vinculados a la asistencia técnica.

6. Incidir en las políticas públicas.

7. Servir de intermediarios para la gestión de proyectos.

8. Representar y consolidar nuevas formas de acción colectiva, representación social o política.

9. Construir nuevas relaciones sociales.

¿EXISTE ALGUNA POSIBILIDAD DE QUE, CONTRA TODO LO QUE INDICA LA HISTORIA, EN LA


CIUDAD MULTICULTURAL, LAS DIFERENCIAS RACIALES, ÉTNICAS Y SEXUALES PUEDAN
CONVERTIRSE EN PUNTOS DE CONTACTO EN LUGAR EN MOTIVOS DE RECHAZO?

En primer lugar parecería que la expulsión de los habitantes del centro de las ciudades ha dado
lugar a asentamientos precarios de las zonas periféricas. Estos lugares están caracterizados por la
homogeneidad y el encuentro entre personas "diferentes" sería difícil o en algunos casos
improbable.

El comedor, con el paso de los años se fueron generando en él los grupos sociales , que formaban
parte del comedor ya no sólo eran sólo vecinos expulsados del sistema, desempleados o pobres,
sino que se fueron convocando o autoconvocando habitantes de otros lugares, persoas de otras
clases sociales, religiosas y etarias, por ejemplo funcionarios públicos estatales, voluntarios,
funcionarios de organismos de cooperación internacional, educadores, médicos, etc. En segundo
lugar, se observa que el comedor en su rol de detector y de solucionador de problemas
(educación, salud, desempleo, drogadicción, violencia familiar, etc) ha fomentado la interrelación
y colaboración entre los vecinos. La realidad los ha impulsado a trabajar en conjunto para el bien
del barrio, y en consecuencia, del suyo propio. A pesar de lo que indica la historia, las diferencias
pueden convertirse en puntos de contacto en la ciudad multicultural.

Desde el Comedor, se ha construido un nuevo espacio, a partir del uso que se hizo del espacio
público. Teniendo en cuenta tanto el trabajo que la institución realizó sobre el territorio en el cual
se haya instalada, así como la forma en la que se ha motivado y ha generado diferentes recorridos
dentro y fuera del barrio.

Todas las acciones desarrolladas en el comedor han movilizado la construcción de identidad. Se


han convertido en lugares que datan de sentido a aquellos que lo habitan. Es decir, la coexistencia
de sus integrantes no se refiere al simple hecho de estar en el mismo lugar, tiene que ver con darle
una identidad a ese espacio.

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