DEPRECIACION

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DEPRECIACION

La depreciación es el mecanismo mediante el cual se reconoce contable y financieramente el


desgaste y pérdida de valor que sufre un bien o un activo por el uso que se haga de el con el paso
del tiempo.

Finalidad de la depreciación

Un activo al ser utilizado en las operaciones de la empresa para generar ingresos sufre un desgaste
natural, desgaste que va disminuyendo la vida operativa del activo, hasta que finalmente queda
obsoleto o inservible, y la depreciación busca reconocer ese desgaste del activo.

Por el constante uso el activo va perdiendo valor o capacidad de generar ingresos y la depreciación
busca reconocer ese efecto financiero en la medida en que transcurre el tiempo distribuyendo ese
gasto en el tiempo de vida útil esperada del activo.

Cada activo sufre un desgaste según sus particularidades y del uso que se haga de él, por lo que
unos activos se desgastarán más rápido que otros y la depreciación debe reconocer ese efecto.
Con la depreciación, en la medida que se va un gasto el valor que el activo se va disminuyendo
paulatinamente hasta que se amortice completamente, y su valor sea cero o igual al valor residual
determinado.

El efecto financiero de la depreciación

La depreciación de los activos fijos es más que un mero procedimiento contable y matemático. La
depreciación tiene un gran efecto financiero, que quizás sea lo más importante.
Al existir la depreciación se puede llevar al gasto o al estado de resultados el desgaste sufrido por
los activos, en consecuencia, al existir un gasto la utilidad se ve disminuida toda vez que la utilidad
es resultado de restar a los ingresos los gastos y costos.
Así las cosas, la depreciación tiene un efecto directo en la utilidad de la empresa, de lo cual
podemos concluir que entre más se utilicen los activos, estos más generan ingresos, pero al
tiempo se desgastan más, lo que implica un mayor gasto por depreciación, que a la vez disminuye
la utilidad.

La depreciación, además de tener un efecto directo en la utilidad también tiene un efecto en la


estructura financiera de la empresa, en el balance general, puesto que al desgastar un activo este
disminuye su valor dentro de la empresa, de suerte que contablemente cada vez que un activo se
deprecia, su valor en libros se ve disminuido hasta desaparecer.
Aquí llegamos a la verdadera razón de la depreciación. Es un hecho que al utilizar un activo éste se
desgasta hasta quedar inutilizable o inservible, siendo necesaria su reposición para que la empresa
pueda seguir operando y generando ingresos.
Cuando se requiere reponer los activos desgastados o depreciados, la empresa debe disponer de
los recursos suficientes para su reposición, y estos recursos no estarían disponibles si la
depreciación no existiera, pues se habría distribuido como utilidad.

De no haberse depreciado el activo este valor no se hubiera llevado al gasto, lo cual implicaría un
gasto menor, y al haber un gasto menor la utilidad resultante sería mayor, y a mayor utilidad
mayores recursos se transfieren a los socios mediante la distribución de utilidades, o al estado
mediante impuestos.
Al distribuir mayor utilidad a los socios se están distribuyendo los recursos de la depreciación, es
decir, los recursos con que se repondrían los activos una vez depreciados.

Vida útil de los activos fijos para efectos de la depreciación

Para determinar la depreciación que se debe reconocer en un periodo determinado es necesario


conocer la vida útil del activo, pues la vida útil es el divisor que divide el valor del activo para
determinar la cuota de depreciación.
A manera de ejemplo, si un activo vale 120.000.000 y tiene una vida útil de 10 años, la
depreciación anual sería:
120.000.000/10 = 12.000.000

Vida útil de los activos según la técnica contable

En el caso de las NIIF (sección 17) no se fija una vida útil para cada activo o grupo de activos, sino
que se limita a señalar que será el tiempo por el cual la empresa espera obtener beneficios
económicos del activo.
En consecuencia, cada empresa en su manual de políticas contables determinará para cada activo
la vida útil según el tipo de activo y según el uso que se le deba dar.

Ni las NIIF ni las NIC se establecen una vida útil arbitraria de x años para determinado activo como
sucede con la depreciación fiscal, haciendo necesario que cada empresa según su realidad
económica y operativa decida la vida útil de cada activo, para que la depreciación se ajuste a esa
realidad.

Vida útil de los activos para efectos fiscales

En Colombia las normas fiscales se entrometen en la contabilidad, y por regla general la norma
fiscal se impone a la técnica contable, como en efecto sucede con la depreciación.
El artículo 137 del estatuto tributario regula la tasa anual máxima de depreciación lo limita la vida
útil de los activos.
La norma dice que la tasa de depreciación a deducir anualmente será la que se determine según la
técnica contable (NIIF, NIC), pero siempre que no supere las tasas fijadas fiscalmente.
La empresa, si desea cumplir los estándares de contabilidad tendrá que depreciar los activos de
acuerdo a la técnica contable, y cuando esa técnica contable genere una tasa de depreciación
superior a la fiscal, se presentará una diferencia, lo que reconoce el parágrafo 4 artículo 137 del
estatuto tributario de la siguiente forma:

«Las deducciones por depreciación no deducibles porque exceden los límites establecidos en este
artículo o en el reglamento, en el año o periodo gravable, generarán una diferencia que será
deducible en los periodos siguientes al término de la vida útil del activo. En todo caso, la
recuperación de la diferencia, anualmente, no podrá exceder el límite establecido en este artículo
o el reglamento calculado sobre el costo fiscal menos el valor residual del activo.»
Esto obliga a llevar un control del exceso de la depreciación contable sobre la fiscal para en el
siguiente periodo deducirla según las normas fiscales.

Activos fijos no depreciables

Por regla general todos los activos fijos se deprecian, pero existe algunas excepciones en que
algunos no se deprecian.
Recordemos que el objetivo de la depreciación es reconocer en el estado de resultados el desgaste
que sufre todo activo como consecuencia de su utilización.

Como la depreciación es el reconocimiento de un gasto producto de la utilización de un activo,


cuando este no está en condiciones de ser utilizado y en razón a ello no se utiliza, naturalmente
que no será depreciado.
En este grupo tenemos los edificios en construcción o la maquinaria y equipo en montaje.
Mientras estos activos se estén construyendo o montando, no podrán ser utilizados y por tanto no
serán objeto de depreciación. Se depreciarán una vez estén en capacidad de ser utilizados y de
generar ingreso, por consiguiente, se debe asociar a ese ingreso el gasto que ha contribuido a
generarlo.
Otro activo fijo que no se deprecia son los terrenos. Estos, por disposición legal fiscal no son
objeto de depreciación, aunque contablemente algunas veces podría ser procedente.
La razón por la que no se deprecian los terrenos, se debe que la depreciación no es otra cosa que
el reconocimiento del desgate que sufre todo activo por su uso, y la norma ha supuesto que los
terrenos no se desgastan por el hecho de ser utilizados.
Se supone que un área de terreno será siempre la misma sin importar cuánto se utilice, lo que
generalmente es correcto, aunque pueden existir algunas excepciones.
Por ejemplo, el suelo donde está construido un centro comercial será el mismo suelo, aunque
pasen muchos años, incluso siglos, de suerte que no tiene objeto depreciarlo.
Los terrenos pueden sufrir desgaste o pérdida de área por otras circunstancias diferentes al uso
que se haga de ellos, como cuando se destruye por una tragedia natural, pero el reconocimiento
de esa pérdida no se reconocerá como depreciación, pues obedece a una contingencia debido a
fuerza mayor o caso fortuito, conceptos que no proceden en la depreciación.

Tratamiento de los activos completamente depreciados

Suele suceder que un activo se deprecia totalmente y llegado ese momento aún sigue en
funcionamiento y sigue generando ingresos. ¿Cómo se debe proceder en ese caso?
La primera consecuencia es que no se puede seguir depreciando pues contable y financieramente
ya se amortizó la totalidad del activo, y no se puede llevar al gasto más del 100% del valor del
activo.
Es por ello que existe la figura del valor residual, lo que antiguamente se conocía como cuota de
salvamento.

Con esta figura se reconoce un valor residual en libros, que puede reflejar el valor que aún
conserva un activo ya amortizado pero que sigue en siendo útil para la empresa.

¿Cómo se calcula la depreciación?

Para calcular la depreciación se requieren de 4 variables a saber:

1. Valor del activo.

2. Vida útil del activo.

3. Método de depreciación a utilizar.

4. Valor residual.

El valor residual no siempre es obligatorio, y los métodos de depreciación son varios y cada
empresa elige el que más se adapte a sus necesidades.

Supongamos el siguiente ejemplo:

Valor del activo 100.000.000.

Vida útil 10 años.

Método de depreciación Línea recta.

Valor residual 20.000.000


El método de línea recta nos da una cuota de depreciación igual en todos los periodos, y se
determina de la siguiente forma:

(Valor del activo – Valor residual)/Vida útil

Entonces:

(100.000.000 – 20.000.000)/10 = 8.000.000

La amortización completa la podemos visualizar en la siguiente tabla:

Año  Cuota depreciación Depreciación acumulada Valor neto en libros del activo

1  8.000.000,00   8.000.000,00 92.000.000,00

2  8.000.000,00 16.000.000,00 84.000.000,00

3     8.000.000,00 24.000.000,00 76.000.000,00

4  8.000.000,00 32.000.000,00 68.000.000,00

5  8.000.000,00 40.000.000,00 60.000.000,000

6  8.000.000,00 48.000.000,00 52.000.000,000

7  8.000.000,00 56.000.000,00 44.000.000,000

8  8.000.000,00 64.000.000,00 36.000.000,000

9  8.000.000,00 72.000.000,00 28.000.000,000

10  8.000.000,00 80.000.000,00 20.000.000,000

En el último año el valor del activo es igual a su valor residual. Si no se fija un valor residual, el
valor en libros debería ser cero (0) al cabo del último año como se observa en la siguiente tabla:
Año  Cuota depreciación Depreciación acumulada Valor en libros del activo

1 10.000.000,00 10.000.000,00 90.000.000,00


2 10.000.000,00 20.000.000,00 80.000.000,00

3 10.000.000,00 30.000.000,00 70.000.000,00

4 10.000.000,00 40.000.000,00 60.000.000,00

5 10.000.000,00 50.000.000,00 50.000.000,000

6 10.000.000,00 60.000.000,00 40.000.000,000

7 10.000.000,00 70.000.000,00 30.000.000,000

8 10.000.000,00 80.000.000,00 20.000.000,000

9 10.000.000,00 90.000.000,00 10.000.000,000

10 10.000.000,00 100.000.000,00 -0-

Al cambiar de método cambia el valor o monto de la cuota de depreciación de cada año, pero el
resultado final será el mismo: 0 o valor residual si se ha utilizado.

Contabilización de la depreciación

La depreciación es el reconocimiento del desgaste de un activo y ello implica que ese activo pierde
valor, de modo que hay que restar el valor del desgaste al activo, pues se reconoce que cada vez
vale menos.
Luego, tenemos un valor que se debe contabilizar como un gasto, y otro valor exactamente igual,
que se debe restar al valor del activo.
En nuestra contabilidad la depreciación no se resta directamente del activo, sino que se crea una
subcuenta diferente a la subcuenta del activo, donde se va acumulando la depreciación que se va
reconociendo periodo tras periodo.
Por ejemplo, la subcuenta para registrar los edificios es la 151605, y la subcuenta donde se registra
la depreciación acumulada de las construcciones y edificaciones, es la 159205.
La cuenta 1592 es la que registra la depreciación acumulada de cada uno de los activos.
Supongamos un vehículo cuyo valor de compra es de $20.000.000. Si la vida útil de los vehículos es
de 5 años, para determinar la depreciación de un año tomaremos el valor del vehículo y lo
dividimos por 5, utilizando el método de la línea recta.

20.000.000/5 = 4.000.000

Luego la depreciación será de $4.000.000 por año, valor que se irá acumulando hasta depreciar
completamente el activo, si es que no tiene valor residual o cuota de salvamento.

La contabilización será:
Cuenta Rebito Crédito

516035 [Flota y equipo de transporte] 4.000.000

159245 [Flota y quipo de transporte] 4.000.000

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