De Romedi y Palma (2016) Intervención en Crisis.
De Romedi y Palma (2016) Intervención en Crisis.
De Romedi y Palma (2016) Intervención en Crisis.
Antecedentes
Teniendo en cuenta a Rossi (s.f), se considera que los aportes de Lindemann son un
antecedente específico de intervención en crisis. A partir de la observación de los sobrevivientes
del incendio de Coconut Grove in Boston, es que comenzó a describir los síntomas psicológicos
que suscitaban. Esto permitió generar las primeras teorizaciones sobre el proceso de duelo. A su
vez, uno de sus principales aportes aludió a desarrollar estrategias de intervención preventiva
debido a que creía posible prevenir consecuencias negativas por una mala resolución del proceso
de duelo.
De la misma manera, Caplan (1984) sostiene que las crisis pueden identificarse
precozmente y prevenirse mediante la intervención de diferentes agentes tales como profesionales
de la salud, maestros, religiosos, etc. Destaca además, que los recursos personales y sociales son
de gran importancia en el manejo de las crisis.
Concepto de Crisis
Slaikeu (1988) define al concepto de crisis como “Un estado temporal de trastorno y
desorganización, caracterizado principalmente, por la incapacidad del individuo para abordar
situaciones particulares utilizando métodos acostumbrados para la solución de problemas, y por
el potencial para obtener un resultado radicalmente positivo o negativo”. (s.p)
“Todos los humanos pueden estar expuestos en ciertas ocasiones de sus vidas a
experimentar crisis caracterizadas por una gran desorganización emocional, perturbación y un
colapso en las estrategias previas de enfrentamiento. El estado de crisis está limitado en tiempo,
casi siempre se manifiesta por un suceso que lo precipita, puede esperarse que siga patrones
sucesivos de niveles de funcionamiento más altos o más bajos. la resolución final de la crisis
depende de numerosos factores, que incluyen la gravedad del suceso precipitante, recursos
personales del individuo (fuerza del yo, experiencia con crisis anteriores) y los recursos sociales
del individuo (asistencia disponible de “otros significantes”. (s.p)
Según OPS (2006) “Desde el punto de vista de la salud mental, las emergencias y los
desastres implican una perturbación psicosocial que sobrepasa la capacidad de manejo o
afrontamiento de la población afectada” (p.1)
En relación a los desastres, éstos tienen la característica de ser inesperados, por lo que el
potencial de crisis psicológica surge en los días y semanas posteriores al evento. En la misma
línea, Slaikeu (1988) propone una serie de hipótesis principales sobre la teoría de la crisis, de las
que describiremos sólo algunas.
En cuanto a los sucesos precipitantes, las crisis tienen comienzos identificables y toda crisis
es el resultado de un desborde producido por algún suceso específico. Hay sucesos reconocidos
universalmente como conductores de crisis tales como la muerte o la violación. Hay otros sucesos
que no tienen el peso suficiente para desatar una crisis, y sin embargo lo hacen. Esto permite
rescatar la importancia que implicaría tener en cuenta el entorno en el desarrollo total de un
individuo.
Nowak (1978), citado por Rossi (s.f), sostiene que el impacto de un suceso particular
depende de su oportunidad, duración, continuación y el grado de interferencia con otros
acontecimientos en el desarrollo. El mismo también va a depender del tipo de crisis que se suscite:
En este marco, la intervención en crisis es definida por Slaikeu (1999),citado por Rossi
(s.f), como un proceso de ayuda destinado a auxiliar a una persona o familiar para que los efectos
debilitantes producidos por el suceso traumático disminuyan, y la posibilidad de crecimiento junto
con la adquisición de nuevas habilidades le permitan al afectado sobrevivir a la crisis.
La particularidad de esta primera instancia, es que propone brindar una ayuda psicológica
inmediata, al igual que asistencia física. Son procedimientos que no necesariamente requieren de
una segunda sesión y pueden ser proporcionados por asistentes comunitarios entrenados para tal
fin. Estos primeros auxilios responden a tres sub-metas ordenadoras:
Brindar enlace con fuentes de asistencia: Los primeros auxilios psicológicos deberán
proporcionar un enlace adecuado para que la persona pueda comenzar a dar los pasos necesarios
para su translaboración de crisis. Estos enlaces pueden ser derivaciones a terapias breves,
asistencia legal o servicio social entre otras posibilidades.
Los primeros auxilios también son presentados por el autor como un modelo amplio de
intervención en el que se consideran los siguientes principios clínicos:
Oportunidad: Mientras más próxima al evento de crisis llegue la ayuda, más probabilidad de
sobrevivir y en cuanto a lo psicológico, “los hábitos disfuncionales y los patrones de pensamiento
pueden impregnarse de un modo tan fuerte en la vida de un paciente que se vuelva muy difícil
cambiarlos después”. La oportunidad indica que habrá mayor posibilidad de “capitalizar la
motivación del paciente para hallar algún nuevo planteamiento para enfrentarse con las
circunstancias de la vida” (Slaikeu 1999, p.104).
Comportamiento del asistente: Quien asiste a una persona en crisis debe poder determinar la
gravedad de la situación y resolver las necesidades inmediatas, movilizar recursos de ayuda, ser
directivo en caso de que la persona no pueda actuar por sí misma, o dar apoyo para que el paciente
pueda salir adelante.
Según Lanchini León (2009) son cinco los componentes de los primeros auxilios
psicológicos que se deben tener en cuenta:
Realización del contacto psicológico: Se define este primer contacto como empatía o
"sintonización" con los sentimientos de una persona que ha vivido la crisis. Este paso requiere de
la escucha atenta y de invitar a la persona a hablar. Existen varios objetivos para la realización del
primer contacto psicológico, el primero es que la persona sienta que la escuchan, aceptan,
entienden y apoyan, lo que a su vez conduce a una disminución en la intensidad de la ansiedad; el
contacto psicológico sirve para reducir el dolor de estar solo durante una crisis, pero en realidad se
dirige a algo más que esto.
Analizar las dimensiones del problema: La indagación se enfoca a tres áreas: pasado
inmediato, presente y futuro inmediato. El pasado inmediato se refiere a los acontecimientos que
condujeron a ese estado de crisis. La indagación acerca de la situación presente implica las
preguntas de "quién, qué, dónde, cuándo, cómo", etc. El futuro inmediato se enfoca hacia cuáles
son las eventuales dificultades para la persona y su familia.
La OPS (2006) en su Guía práctica de Salud Mental en situaciones de desastres enumera una
serie de 10 reglas o acciones que desaconseja para esta etapa de intervención en crisis: no
aconsejar, no ponerse de ejemplo (el auxiliador), no enfatizar excesivamente los aspectos
positivos (frases como “Podría haber sido peor” pueden ser contraproducentes), no minimizar el
hecho (la frase “No pasa nada” suele ser negativa), no bromear ya que la ironía puede ser
ofensiva o contraproducente, no dramatizar (si la persona llora, el auxiliador no tiene por qué
hacerlo), no engañar a la víctima ni fingir, no favorecer la actitud de culparse, no actuar
defensivamente, no favorecer dependencias directas del afectado con el auxiliador.
Intervención de segunda instancia: Terapia para crisis.
Terapia Multimodal para crisis. Esta segunda instancia está destinada a proporcionar al
paciente ayuda para resguardar su integridad física frente a la circunstancia crítica vivida, al
mismo tiempo que apunta a que el sujeto pueda reconocer y manifestar los sentimientos ligados a
la crisis. Esto posibilitará que la persona pueda conseguir un conocimiento efectivo sobre la
experiencia y así lograr adaptarse a lo que la crisis exija.
El siguiente cuadro comparativo resume las características y diferencias de las dos instancias
de la intervención en crisis:
A modo de conclusión
Para finalizar, resulta necesario destacar la importancia de la prevención para mejorar la
acción del estado y la sociedad con la finalidad de reducir riesgos y prevenir desastres. Según los
aportes de Rossi (s.f) la verdadera prevención (primaria) alude a evitar que sucedan algunos
acontecimientos en primer lugar. Las estrategias de mejoría de dirigen a capacitar a los individuos
para resolver problemas y manejar sus habilidades de manera tal que estén más preparados para
sobrevivir a los sucesos críticos que la vida impone.
Una vez que los sucesos han ocurrido, se da lugar a la prevención secundaria siendo el
principal objetivo reducir los efectos debilitantes que las crisis han ocasionado. Las víctimas de
experiencias de crisis y sus familiares son la principal población a la que se dirige este tipo de
prevención.
En cuanto a la prevención terciaria, tiene como principal foco reparar el daño ocasionado
por crisis no resueltas, que han generado deterioro y trastornos emocionales resultantes de una
resolución deficiente.
Bibliografía:
- OPS (2006). Guía Práctica de Salud Mental en situaciones de desastres. Washington DC. Disponible en:
www.paho.org/desastres. Recuperado el 05 de Abril de 2016.
-Slaikeu, K. (1999). Teoría de la Crisis. En: Slaikeu, Intervención en crisis: Manual para la práctica y la
investigación. Manual Moderno. Distrito Federal. México.
-Slaikeu, K. (1999). Un modelo amplio para la intervención en crisis. En: Slaikeu, Intervención en crisis:
Manual para la práctica y la investigación. Manual Moderno. Distrito Federal. México.