Libro Del Contador

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En materia nacional (la Nación como tal), el ejecutivo es unipersonal ejercido por un

ciudadano con el cargo de Presidente de la Nación. El legislativo es colegiado


conformado por dos Cámaras, una de ellas con representantes de los Estados
Provinciales (Senadores) y la otra por representantes del pueblo todo (Diputados).
Como estamento cimero del denominado Poder Judicial, se encuentra la Corte
Suprema de Justicia, también colegiado, y una serie de tribunales subordinados a la
misma.
A su vez, cada uno de los Estados Federales (o Provincias), tiene una organización
similar, pero conservan el modo en que se organizan.
La jurisdicción, esto es, el poder de administrar justicia, consiste en la potestad pública
de juzgar y hacer ejecutar lo juzgado en una materia determinada, potestad que
corresponde a los jueces establecidos por las leyes.

Conforme a lo antedicho, es indiscutible que el único órgano que tiene capacidad


para ejercer la jurisdicción es el judicial. Si bien esto queda palmariamente claro, el
uso vulgar del vocablo permite aplicarlo en forma inadecuada para otras situaciones
como, por ejemplo, para indicar los límites de una comisaría, el ámbito territorial de un
impuesto, etc.
Esta función del Estado, la de ejercer la jurisdicción, lo hace a través del Poder
Judicial, integrado por jueces. En suma, la jurisdicción es la capacidad de "decir el
derecho" o de "declarar el derecho"; obviamente, como fue señalado en otros párrafos
al mencionar los intereses contrapuestos, sólo se justifica cuando dos o más personas
invoquen o bien idéntico derecho o parte del mismo.
El sistema de justicia argentino es mucho más abarcador, ya que está compuesto
por el Poder Judicial de la Nación, los Poderes judiciales provinciales y el de la Ciudad
Autónoma de Buenos Aires, el Ministerio Público Fiscal y el Ministerio Público de la
Defensa. Todos ellos en conjunto y en forma coordinada configuran los operadores del
servicio de justicia.
2.1.1. Atributos. Los cinco latinizados
Ahora bien, en sentido práctico, ello significa que el Estado en el ejercicio de
la función jurisdiccional tiene las atribuciones de "notio", "vocatio", "coertio",
"juditio" y "executio". Estos cinco vocablos latinizados, constituyen los
elementos de dicha función, y resultan muy útiles al momento de explicitar cada
una de las secuencias en que se puede dividir el Procedimiento (fuente del
Derecho Procesal).
Conforme a ello, la notio responde al concepto de conocer, es decir, la
facultad que tiene el Estado para resolver conflictos entre personas (cf. art. 116
y concordantes de la Constitución Nacional). En sentido práctico, quien tiene
que ejercer una acción que dimana de un derecho que cree asistirle, accede a
la jurisdicción cuyo servicio presta el Estado a través de la administración de
justicia y demanda el derecho conculcado o turbado, es decir, se constituye en
actor, demandante o accionante, y ejecutante o querellante según la materia de
su pretensión, aspectos estos que serán objeto de análisis al turno de tratar los
temas de derecho procesal.
Tal facultad lleva ínsita su consecuencia inmediata, es decir, la potestad de
convocar (vocatio ) a las partes a que se sometan a la jurisdicción del juez.
En el mismo sentido práctico, el juez convocará a aquella otra persona
involucrada y a quien se dirige la pretensión del actor que pasa a denominarse
contraparte, demandado o accionado, ejecutado, imputado o denunciado
respectivamente.
Esa potestad de convocatoria se encuentra ligada o enmarcada con la
de coercio, que es la potestad que tiene el juez de constreñir el cumplimiento
de las resoluciones que adopte mientras se sustancia el diferendo, así como
para hacerlo cumplir una vez que el juez arriba a una sentencia, es decir, tiene
el uso de la violencia en forma exclusiva y excluyente. Es el anillo de saturno
que rodea al resto de las potestades.
La resistencia a la convocatoria tendrá diversos y variados efectos según el
tipo de proceso o acto procesal en el cual se ejerce. En algunos casos derivará
en la pérdida de la facultad de ejercer determinadas acciones, por ejemplo si el
accionado no contesta la demanda y es declarado rebelde. En otros, puede
darse el caso de hacer comparecer a un testigo remiso por la fuerza pública.
También el juez puede ordenar el comparendo forzado en el caso de procesos
en los cuales se investigan delitos penales.
La juditio , también denominada udicium es la facultad del juez para arribar a
una resolución decisoria o sentencia (en definitiva lo que él siente). Es llegar al
resultado final o solución del conflicto, lo que lleva al uso de la facultad
de executio , es decir, hacer cumplir la sentencia; por ejemplo ordenando
embargos, secuestros y subastas de bienes o disponer de la libertad de
personas.
Pretendiendo formular una síntesis que interrelacione lo expuesto en
referencia a los cinco elementos que caracterizan el concepto de jurisdicción,
se puede ensayar el siguiente esquema:
Elementos:
1º) NOTIO (conoce)
2º) VOCATIO (convoca) - COERCIO (coacción)
3º) JUDITIO (sentencia)
4º) EXECUTIO (ejecución) - COERCIO (coacción)
Conforme a lo antes expuesto, el derrotero de los elementos antes descriptos
resultan secuenciales en los procesos judiciales y paralelos a aquellos
aplicados a las otras potestades. En efecto, como podrá observarse la coacción
se encuentra íntimamente ligada a las facultades de convocatoria y de
ejecución de la sentencia, resultando estéril para el ejercicio de las otras
potestades.

2.2. Competencia
Es la medida dentro de la cual la referida potestad jurisdiccional del Estado
está distribuida entre los diversos tribunales y juzgados por variadas razones
que en los párrafos siguientes serán objeto de exposición.
Se suele decir que la medida o límite de la jurisdicción la otorga la
competencia. Significa ello que la organización de la función judicial está
integrada por el conjunto de Tribunales creados sobre la base de los distintos
grados de especialidades, jerarquías y ubicación territorial para atender los
conflictos entablados entre las personas.
En resumen, la relación entre jurisdicción y competencia es de género y
especie.
Criterios para establecer la competencia(2)
Para iniciar el pleito, la persona que ejerce la acción que considera adecuada
para defender el derecho conculcado adopta el criterio de competencia que
estima apropiado; posteriormente la causa recae en un juzgado o tribunal del
fuero por él seleccionado.
Ahora bien, el propio juez o la contraparte pueden, según el caso, hacer
planteos y cuestionar la competencia seleccionada, situación esta que deberá
originar un primer decisorio de carácter previo pudiendo arrojar como resultado
final que la causa quede definitivamente radicada en dicho juzgado o, por el
contrario, se resuelva que dicho tribunal es incompetente para seguir con la
tramitación.
Cabe señalar que abundan los temas de competencia en el servicio de
justicia, ya que en variadas ocasiones, más allá de las distinciones que en
párrafos posteriores se desarrollarán, existe una frontera lábil entre los criterios
vertidos.

2.2.1. Materia
También es denominada competencia objetiva, ya que se utiliza como
elemento dirimente la naturaleza de la pretensión invocada en el objeto
procesal del que acciona. El sustento radica en el conocimiento del derecho
sustantivo específico del juez que va a conocer en el litigio.
Conforme a ello, un tribunal puede resultar competente en razón de la
materia (el tema) en virtud de leyes nacionales o locales que organizan los
fueros judiciales como nichos de conocimiento en especialidades concretas.
Estos agrupamientos se denominan fueros y son establecidos por normas
legales que los crean y/o los modifican. Así, es habitual que existan los Fueros
Civiles, los Comerciales, los Laborales, los Penales, los Contenciosos
Administrativos, etc.
La creación de los mismos resultará de una multiplicidad de factores entre
los cuales no puede faltar la cantidad de habitantes existentes en el ámbito
geográfico sometidos a su jurisdicción. Es muy común que en distritos muy
pequeños exista un juzgado con casi todas las competencias: civiles,
comerciales, laborales, de minería, etc., y hasta penales. Al contrario, en
poblaciones numerosas cada una de estas especialidades se encuentran
comprendidas en Fueros específicos.
De todas maneras, la organización judicial es un tema netamente coyuntural
que no se mantiene inalterado en el tiempo.
Un ejemplo de ello se puede observar en el cuadro Nº 2 de organización de
la justicia, donde hay una Cámara ad hoc (específica) para tratar la
investigación del caso AMIA, (acrónimo de la Asociación Mutual Israelita
Argentina) que si bien es de competencia federal, la misma se encuentra
ubicada en el organigrama como perteneciente a la justicia ordinaria del
crimen. En efecto, como resultado de que la totalidad de los integrantes del
Fuero Federal fueron objeto de sucesivas excusaciones y recusaciones, debido
a la escandalosa instrucción que se sustanció en el ámbito de su competencia,
el Consejo de la Magistratura tuvo que sortear Jueces ad hoc (específicamente
para ese caso) del Fuero Ordinario en lo Criminal y Correccional perteneciente
a la justicia ordinaria.
Otro ejemplo se puede apreciar en la división de la Justicia Federal, donde
en algunas zonas del país un mismo juez federal tiene todas las competencias,
las que ejerce a través de una secretaría para cada uno de los temas.

2.2.2. Territorio
Otro aspecto de la competencia es el territorio, que, como su nombre lo
indica, atiende a los aspectos geográficos del conflicto en el cual se pretende
ejercer las acciones. Significa que el conocimiento de una causa o proceso le
es asignado a un juez que ejerce su jurisdicción en el ámbito de un distrito
judicial delimitado por una norma legal. Cabe señalar al respecto que los
distritos judiciales no se corresponden necesariamente con la división
geopolítica departamental dentro de cada Estado. Por ejemplo, el
Departamento Judicial de Mar del Plata abarca Balcarce, Gral. Alvarado, Gral.
Pueyrredón y Mar Chiquita, que son partidos políticos independientes.
Los diversos códigos procesales, tanto nacionales como provinciales, así
como los de fondo establecen pautas objetivas y a veces opcionales. Por
ejemplo, el lugar donde se encuentra situada la cosa litigiosa, donde se
sucedieron los hechos, o donde se celebró el acto jurídico, el domicilio de
alguna de las partes intervinientes en el proceso y en ocasiones, permite la
prórroga de la competencia, estipulación ésta muy usada en materia
contractual.
Sirvan estos dos ejemplos: en el primero de ellos las partes que celebran un
contrato, pueden convenir que cualquier divergencia en cuanto al cumplimiento
del acuerdo será sometido a determinados tribunales, desplazando a la
competencia originaria que le hubiera correspondido. Esa prórroga alcanza
incluso a tribunales ubicados en el extranjero.
Otro ejemplo se puede situar en las demandas laborales, donde el
procedimiento Nacional vigente en la Capital Federal deja a criterio del
demandante, que generalmente es el trabajador, entablar la acción ante el juez
del lugar de trabajo, el del lugar de la celebración del contrato de trabajo, o el
del domicilio del demandado, generalmente la empresa. De manera tal que un
trabajador que desarrolla su prestación laboral en la sucursal ubicada en la
ciudad de Avellaneda, pero el domicilio social de la empresa es en la Capital
Federal, puede entablar la demanda en esta última ciudad.
2.2.3. Grado
Existe también una competencia en razón del grado, que apunta al orden
jerárquico de los tribunales que deben intervenir. Lo habitual es que el pleito se
sustancie en un juzgado de primera instancia para que luego, por razones de la
interposición de recursos, pase a tramitar en su alzada, es decir, una segunda
instancia o tribunal de mayor jerarquía (Cámaras).
Sin embargo, existen algunas contiendas en las que el acceso a la función
jurisdiccional (propia del Poder Judicial), se hace en forma directa en los
tribunales de alzada.
Ejemplo: el recurso administrativo ante la Administración Federal de Ingresos
Públicos (AFIP), una vez que es agotado en dicha sede, puede ser objeto de
recurso en sede judicial, siendo competente en forma directa la Cámara
Nacional de Apelaciones en lo Contencioso Administrativo Federal, que es un
segundo grado en la jerarquía del fuero.
Como se ha expresado anteriormente, cada uno de los Estados Federales
(Provincias), se reservan la facultad de organizar el Poder Judicial con
jurisdicción dentro de su ámbito territorial.
En este sentido y retomando el ejemplo del trabajador que desarrolla su
actividad laboral en la sucursal que la empresa tiene en la ciudad de
Avellaneda (Provincia de Buenos Aires), que pertenece territorialmente al
Departamento Judicial de Lomas de Zamora, puede optar por iniciar la
demanda en la Capital Federal (Nación), para el hipotético caso que el
empleador tenga domicilio legal en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
Si la demanda la entabla en la Provincia de Buenos Aires, será competente
el que resulte sorteado de entre alguno de los tres tribunales de trabajo de
Avellaneda. Estos tribunales están integrados por tres jueces cada uno, son de
instancia única y su alzada para recurrir (apelar) es la Suprema Corte de
Justicia Provincial.
En cambio, si la demanda la deduce en el ámbito de la Nación, o sea en la
Capital Federal, será competente el que resulte sorteado de entre alguno de los
ochenta juzgados de trabajo que existen en la Ciudad de Buenos Aires. Estos
juzgados están integrados por un solo miembro y su alzada para recurrir
(apelar), será la que resulte sorteada entre las diez salas que integran la
Cámara Nacional del Trabajo. Una vez sustanciado el recurso en dicha sala,
con carácter muy excepcional podrá recurrir ante la Corte Suprema de Justicia
de la Nación.
Como podrá apreciarse, las cuestiones del grado, así como las territoriales,
se encuentran en función directa de la organización que cada Estado haga en
relación a la prestación del servicio de justicia.
Sin perjuicio de ello, cabe señalar que el derecho de fondo o sustantivo que
invocará el trabajador, en el ejemplo indicado, será la misma Ley de Contrato
de Trabajo; en cambio los códigos o leyes de procedimientos, de carácter
adjetivo o de forma, están reservados a cada uno de los Estados Provinciales y
sus respectivas organizaciones.

2.2.4. Turno
Por último, existe una competencia en razón del turno. Apunta al orden
(generalmente sorteo) en que los tribunales deben intervenir. Por ejemplo en el
Fuero Penal Nacional, los turnos se organizan por tiempos calendario, es decir,
se establecen de antemano los lapsos en los cuales las causas serán
asignadas a cada juzgado.
En todos los casos prevalece la regla procesal que establece que en caso de
duda siempre es competente el tribunal que primero intervino.
De más está decir a esta altura de los tiempos que ya no existe más el
antaño bolillero, siendo reemplazado por los sistemas modernos cibernéticos.

2.2.5. Conclusiones
Todas las razones de competencia antes señaladas resultan
complementarias entre sí; es decir, una cuestión de naturaleza penal deberá
ser resuelta ante un juez del crimen de primera instancia cuyo turno fue
asignado de acuerdo a las reglas de sorteos de dicho fuero de la provincia en
cuyo ámbito territorial se ha cometido el supuesto delito. Sólo existe un caso de
excepción que se encuentra demarcado en la Constitución y en leyes
específicas dictadas por el Congreso de la Nación para determinadas
relaciones litigiosas en las que, en general, interviene el Estado, sus
funcionarios o determinado tipo de delitos. Es la Justicia Federal que
reemplaza a la justicia local y ordinaria en todo el territorio de la Nación.
A esta altura, es conveniente hacer una distinción entre lo que es ordinario o
extraordinario en materia de organización judicial. Sobre el particular se
enfocará el análisis en el orden nacional.
En efecto, en la justicia ordinaria recaen los hechos que acontecen
habitualmente, en cambio, con carácter excepcional y porque lo establecen
determinadas normas del derecho positivo, existen otros que tienen un
tratamiento extraordinario.

3. ORGANIZACIÓN Y ADMINISTRACIÓN DEL PODER JUDICIAL

3.1. Ordinario y extraordinario


3.1.1. Con relación a la materia(3)
La primera distinción es aquella referida a la competencia en razón de la
materia.
En el orden Nacional existe un Fuero Federal el cual tiene competencia
sobre determinados y específicos hechos o delitos como ser terrorismo,
narcotráfico, secuestros extorsivos, etc., o cuando el Estado Nacional, u
organismos descentralizados, o sus funcionarios son partes en el proceso
jurisdiccional.
Este fuero rige en todo el territorio Nacional con la particularidad de que el
Procedimiento de las leyes de forma es el Nacional y no el local como acontece
con la justicia ordinaria.
En otras palabras, un delito que se comete en la Provincia de Chubut y el
mismo se encuentra tipificado por alguna ley Nacional como de competencia de
la justicia Federal, se investigará conforme el Código Penal (de fondo) y el
Código de Procedimientos Nacional (de forma). Por el contrario, si el delito
cometido en Chubut no es de competencia Federal se investigará conforme el
Código Penal (de fondo) y el Código de Procedimientos propio de la Provincia
de Chubut (de forma).
Conforme a las distinciones antes apuntadas existe, entonces, la Justicia
Ordinaria y la Justicia Federal por un lado y el recurso ordinario y el
extraordinario por el otro que será objeto de análisis en el acápite siguiente.
Como acontece con la justicia ordinaria (cuadro Nº 2), la federal también se
encuentra organizada por fueros, ya que no es lo mismo la Justicia Federal
Criminal (delitos) que la Justicia Federal Contenciosa Administrativa (temas
fiscales, etc.) (cuadro Nº 1).

3.1.2. En relación con el grado


La otra distinción que conviene formular es aquella referida a la competencia
en razón del grado.
En el orden nacional existen dos y sólo dos instancias ordinarias posibles. La
primera y la segunda a la cual se arriba, a esta última, mediante la vía recursiva
(recurso de apelación, por ejemplo).
Solamente con carácter extraordinario se puede arribar a un tercer grado, la
Corte Suprema de Justicia de la Nación. Lo que fija la excepcionalidad es una
serie de circunstancias que se encuentran plasmadas en la ley 48 (del siglo
XIX) y toda la jurisprudencia concordante de la propia Corte.
Sin embargo, conviene destacar que a dicho alto tribunal, de modo
excepcional, se puede arribar por otros mecanismos: uno es aquel en el cual
tiene la competencia originaria establecida por la Constitución Nacional. Es el
caso de aquellos asuntos concernientes a embajadores, ministros y cónsules
extranjeros, y en los que alguna Provincia fuese parte.
El otro es aquel por el cual por vía ordinaria se puede apelar cuando es parte
el Estado Nacional, salvo algunas excepciones en materia de indemnización de
daños.
Un ejemplo puede aportar mejor comprensión del tema.
La voladura de la Embajada de Israel ha sido investigada en instancia
originaria por la Corte Suprema de Justicia de la Nación por estar involucrados
asuntos diplomáticos; en cambio la de la AMIA, que no es un cuerpo
diplomático sino una entidad civil, ha sido investigada por un tribunal de
primera instancia en lo Federal del Crimen. La investigación es federal por el
tipo de delito (terrorismo) y quienes podrían estar sospechados (funcionarios).
Tratando de encontrar algunos ejemplos que permitan coordinar la relación
entre las competencias en razón de la materia y el grado, se puede traer en cita
la siguiente comparación.
Hace ya algunos años, en el Municipio de la Costa, más precisamente en la
ciudad de Pinamar hubo dos hechos que tuvieron mucha repercusión
mediática.
Uno de ellos, se lo conocía como la causa Coppola (manager de Maradona)
al que se le imputaba la tenencia de estupefacientes con fines de distribución.
El otro se lo conocía como el caso Cabezas, ya que este periodista había sido
asesinado en circunstancias muy especiales.
Ambas investigaciones se efectuaban en el Departamento Judicial de
Dolores (Provincia de Buenos Aires).
En la primera se investigaba un tipo de delito que por una ley específica era
competencia de la justicia Federal, entonces el juez que intervino (Dr.
Bernasconi, luego condenado) era un Juez Federal Criminal y Correccional.
Materia : Establecido por el tipo de delito (narcotráfico). Justicia Federal del
Crimen.
Territorio : Provincia de Buenos Aires. Juez Federal con asiento en el
Departamento Judicial de Dolores.
Grado : Primera Instancia. Luego siguen los tribunales de Alzada.
Turno : Como en dicha localidad hay un solo juez federal todos los casos
recaerán en dicho juzgado.
En cambio, en el segundo caso, como el delito era común y propio de la
justicia ordinaria, el juez que intervino era un Juez Provincial en lo Criminal y
Correccional (Dr. Macchi).
Materia : Delito Común. Justicia Ordinaria en lo Criminal.
Territorio : Provincia de Buenos Aires. Juez Penal con asiento en el
Departamento Judicial de Dolores.
Grado : Primera Instancia. Luego siguen los tribunales de Alzada.
Turno : Por sorteo entre los diversos juzgados del Departamento.
Repitiendo, aunque de una forma más esquemática, en el ejemplo del
trabajador que se desempeñaba en una sucursal de la empresa se puede
observar que:
Competencia en razón de la materia:
El tema es de la Justicia Ordinaria y naturalmente laboral por lo tanto en
Avellaneda o en Capital Federal, el fuero que interviene es el de Trabajo.
Competencia en razón del territorio:
En este caso, la legislación le da la facultad al trabajador de elegir demandar
en el lugar del trabajo o en el domicilio de la empleadora.
Competencia en razón del grado:
La demanda en los Tribunales de la Provincia de Buenos Aires se hará por
un juzgado colegiado laboral integrado por tres miembros de instancia única, es
decir, no hay Cámara de Apelación, sólo ante la Suprema Corte de Justicia de
la Provincia. En cambio, en la Capital Federal se hará por un juzgado de
primera instancia en lo laboral, donde sí hay Cámara de Apelación.
Competencia en razón del turno:
En ambos casos se procede al sorteo de la causa.
Habida cuenta de lo señalado en párrafos anteriores, en la Capital Federal
(jurisdicción nacional), en caso de pretender apelar a la Corte Suprema de
Justicia de la Nación, sólo podrá hacerse con carácter extraordinario, e
invocando parámetros muy específicos que se encuentran establecidos en
la ley 48 y en la jurisprudencia de la propia Corte.
3.2. Los fueros
JUSTICIA FEDERAL (DE EXCEPCIÓN)
JUSTICIA PENAL JUSTICIA PATRIMONIAL
Inquisitiva/mixta Dispositiva
CORTE SUPREMA DE JUSTICIA
7 (SIETE) MINISTROS
CÁMARA DE
CASACIÓN PENAL
 
4 salas de 3 jueces c/u  
Criminal y Correccional Civil y Comercial
Cámara Cap. Fed. dividida en 2 salas de 3 jueces c/u Cámara dividida en 3 salas de 3 jueces c/u
12 Juzgados 1º Instancia en Capital Federal con 2
11 Juzgados 1º Instancia con 2 secretarías c/u
secretarías c/u
Juzgados en las ciudades importantes del Interior del
6 Tribunales Orales de 3 jueces c/u
país con secretarías Civiles
Juzgados en las ciudades importantes del Interior del
país con secretarías penales, Cámaras y Tribunales  
Orales
Penal Económico Contencioso Administrativo
Cámara dividida en 2 salas de 3 jueces c/u Cámara Capital dividida en 5 salas de 3 jueces c/u
8 Juzgados Penal Económico con 2 secretarías c/u 12 juzgados 1º Instancia con 2 secretarías c/u
3 Juzgados Penal Tributario con 1 secretaría c/u 6 Juzgados de Ejecuciones Fiscales
Juzgados en las ciudades importantes del interior del
país con Cámaras y secretarías civiles y de ejecución
fiscal
Seguridad Social
4 Tribunales Orales Penal Económico y Tributario Cámara dividida en 3 salas de 3 jueces c/u
10 Juzgados de 1º Instancia con 2 secretarías c/u
Ejecución Fiscal y Tributaria
En 6 Juzgados de 1º Instancia con 1 secretaría c/u
Cuadro Nº 1:
La justicia Federal tiene competencia en todo el territorio Nacional, el que incluye a la
Capital Federal.Fuente:Página Web Poder Judicial de la Nación; adecuada al texto
didáctico por el autor.

JUSTICIA NACIONAL ORDINARIA


JUSTICIA PENAL JUSTICIA PATRIMONIAL
Inquisitiva/mixta Dispositiva
CORTE SUPREMA DE JUSTICIA
7 (SIETE) MINISTROS
CÁMARA DE
CASACIÓN PENAL  
Criminal/Correccional Comercial
Cámara dividida en 5 salas de 3 jueces c/u. Sala Ad hoc
Cámara dividida en 6 salas de 3 jueces c/u
AMIA
49 Juzgados de 1º Instancia de Instrucción en general. Con 1 26 Juzgados de 1º Instancia con 2
secretaría c/u secretarías c/uno
14 Juzgados 1º Instancia Correccional con 2 secretarías c/u Civil
Cámara dividida en 13 salas de 3 jueces
7 Juzgados de menores con 3 secretarías c/u
c/u
110 Juzgados 1º Instancia con 1 secretaría
3 Tribunales Orales de menores de 3 jueces c/u
c/uno
30 Tribunales Orales Criminales Trabajo
Cámara dividida en 10 salas de 3 jueces
5 Juzgados de Ejecución Penal
c/u
80 Juzgados 1º Instancia con 1 secretaría
  c/uno
Cuadro Nº 2:
La justicia Nacional Ordinaria tiene competencia en la Capital Federal (y en los que eran
territorios Nacionales antes de convertirse en Provincias).
En la Capital Federal, tiene competencia en los Fueros que no han sido todavía
transferidos a la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.Fuente:Página Web Poder Judicial de
la Nación, adecuada al texto didáctico por el autor.

JUSTICIA DE LA
CIUDAD AUTÓNOMA DE BUENOS AIRES
JUSTICIA PENAL JUSTICIA PATRIMONIAL
Inquisitiva/mixta Dispositiva
TRIBUNAL SUPERIOR DE JUSTICIA
5 (CINCO) MINISTROS
Administrativo Contencioso y
Tributario
Algunos delitos del Código Penal que antes eran de competencia Cámara dividida en 2 salas de 3
Correccional, más los propios contravencionales
jueces c/u
15 Juzgados de 1º Instancia
Penal, Contravencional y de Faltas  
Cámara de Apelaciones dividida en 3 salas de 3 jueces c/u  
31 Juzgados de 1º Instancia  
Cuadro Nº 3
La justicia de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, tiene la competencia que le fue
transferida por la Justicia Nacional con motivo de la creación como Estado Autónomo. En
ese sentido le han sido transferidos algunos delitos que antes eran competencia de la
Nación y en los temas concernientes al cobro compulsivo de tributos locales que antes
entraban en la competencia de la Justicia Civil Nacional. Sin perjuicio de ello, también
tiene la competencia originaria en lo que hace a las contravenciones
locales.Fuente:construcción elaborada por el autor sobre la base de los reglamentos
vigentes.

La primera gran división que se puede observar en los cuadros es aquella


que distingue entre los procesos en los que se encuentra instalado el aspecto
inquisitivo, de aquellos en los que el factor determinante es el dispositivo.
En efecto, el primero de ellos encabeza todos aquellos fueros de naturaleza
penal tanto en el ámbito Nacional, en su versión de la justicia ordinaria como la
federal, y en el ámbito local de la ciudad.
El segundo, en cambio, encabeza la justicia de tipo patrimonial que habita
también en la Nación, con sus dos versiones, como en la Ciudad
respectivamente. La expresión "tipo patrimonial", es una licencia autoral con
fines estrictamente didácticos, ya que no participa de las clasificaciones
convencionales.
En occidente, la tradición jurídica ha establecido dos sistemas en los cuales
se desenvuelve el derecho. Uno, que es propio de los países de cultura
anglosajona es denominado el "common law", cuyo basamento conceptual es
el "stare decisis vertical" instituto este que consiste en estar a lo decidido por
precedentes anteriores que se convierten en obligatorios. El otro sistema que
proviene del denominado derecho "continental europeo", cuya fuente principal
es el derecho romano, es el que se aplica en la República Argentina y se
desenvuelve teniendo como eje principal el culto a la ley, resultando fértil para
la aplicación del método deductivo en contraposición al otro sistema de
contenido mucho más empírico.

3.2.1. Cortes
En el gráfico expuesto (cuadro Nº 1), como estamento cimero se sitúa la
Corte Suprema de Justicia de la Nación (CSJN) cuyos fallos no resultan
vinculantes. Esto quiere decir que sus sentencias solamente son de ejecución
obligatoria para el caso concreto en el que fue dictada.
En efecto, el artículo 116 de la actual redacción de la Constitución Nacional
limita la competencia de la Corte a las causas en que intervengan. Pero
también surge de innumerables fallos del máximo tribunal que en el mismo
sentido se pronuncia. Por citar uno, la Corte en la causa "Cerámica San
Lorenzo S.A." (4) , se ha expresado del siguiente modo: "...porque no obstante
que la Corte Suprema sólo decide en los procesos concretos que le son
sometidos, y su fallo no resulta obligatorio para casos análogos, los jueces
inferiores tienen el deber de conformar sus decisiones a aquéllas...".
En el caso "Miguel Barretta" (5) dijo que "es conveniente que los
pronunciamientos de esta Corte sean debidamente considerados y
consecuentemente seguidos en los casos ulteriores, a fin de preservar la
seguridad jurídica que resulta de dar una guía clara para la conducta de los
individuos".
Lo expresado anteriormente encuentra excepciones en los casos en que la
legislación determina que los fallos de la CSJN resultan obligatorios para todas
las causas, como por ejemplo durante la vigencia de la ley 24.463, luego
derogada por la ley 26.025, que disponía la obligatoriedad de la jurisprudencia
de la Corte en materia previsional para los tribunales inferiores (fuero de la
Seguridad Social).
Del conjunto de fallos dictados por el máximo tribunal se establece que el
valor de los precedentes tiene para los jueces inferiores el valor de
ejemplaridad. (6)
Los magistrados inferiores puedan alinearse dentro de los contenidos de
dichos fallos, así como que también podrían apartarse cuando una decisión
aporte nuevos fundamentos no contemplados en aquéllos.
Similares consideraciones se pueden aplicar para las sentencias dictadas por
el Tribunal Supremo de Justicia de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (TSJ).
Aunque cabe destacar que la Constitución de la Ciudad Autónoma de Buenos
Aires establece un mecanismo muy singular para el caso en que el Tribunal se
pronunciase sobre la inconstitucionalidad en relación al contenido de alguna
norma dictada por la ciudad.
En cambio, la Suprema Corte de Justicia de la Provincia de Buenos Aires
(SCBA), difiere en forma sustancial con la de la Nación, ya que el legislador
bonaerense facultó al máximo tribunal a formular "doctrinas legales" (7) y con
ello imponer la obligatoriedad de sus decisiones a los jueces inferiores y en
este sentido, más allá del avance de la legislación sobre la Constitución
Provincial, la Corte nunca se expidió sobre dicha extralimitación.
Estas doctrinas legales se encuentran recepcionadas en los artículos 278,
279 y siguientes del Código Procesal Civil y Comercial de la Provincia. En
suma, por medio de este mecanismo se establece un control casatorio (casser
del francés); cuyo significado responde a la idea de obligatoriedad de sus fallos
para casos análogos por parte de los tribunales inferiores.

3.2.2. Cámaras. Plenarios


Siguiendo el desarrollo del cuadro Nº 1, en un nivel inferior a la Corte
Suprema, se ubica la Cámara de Casación Penal.
Como su nombre lo indica, sólo abarca el área que responde al concepto del
servicio de justicia penal, no existiendo una similar en la organización judicial
de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires; sí en cambio en aquella que
responde a la Provincia de Buenos Aires.
Esta instancia fue pergeñada por el legislador con la clara intención de
obtener una cierta uniformidad en la aplicación de la jurisprudencia. Perseguía
la unificación de la aplicación de las leyes penales y procesales. Consecuente
con ello, estableció que dicha Cámara sólo puede revisar la manera en que se
interpretaron y aplicaron las leyes penales y procesales. Esto significa lisa y
llanamente que no podía abocarse al estudio de las pruebas por los hechos
ventilados en el proceso.(8)
A esta altura del análisis, es oportuno señalar que el proceso judicial en
general, como tal, se abastece de dos elementos básicos: los hechos y los
derechos.
El sistema de justicia está organizado partiendo de la base de que el
juzgador, como fue ajeno a los sucesos que dieron origen al conflicto,
desconoce los hechos que son precisamente, por el lado de las partes, el
núcleo de la controversia. Acto seguido, una vez que el juez tiene certeza sobre
los hechos probados aplica el derecho que considera adecuado a la resolución
del conflicto. De ahí que es conocida la expresión: "El juez conoce los derechos
pero no los hechos".
Por otro lado, es útil señalar que bajo los extremos del artículo 15 del Código
Civil, los jueces no pueden dejar de juzgar bajo el pretexto de silencio,
oscuridad o insuficiencia de las leyes.
En síntesis, en acontecimientos como los señalados, el caso deberá ser
resuelto bajo el entendimiento de leyes análogas o por los principios generales
del derecho (cfr. art. 16, Cód. Civil). Sin embargo, cabe destacar que esta
manda que surge del Código Civil y regula todos los procesos de contenido
patrimonial típico del derecho privado, resulta nulo si se aplica en el derecho
penal, ya que esta rama del derecho se gobierna con otros principios de
aplicación restrictiva, ya que si un delito no está previamente tipificado no
puede ser resuelto en forma analógica por la acción típica penal de otro similar.
Precisamente, en la búsqueda de hallar la certeza sobre los hechos
expuestos, es que recurre al auxilio de los peritos, de testigos y otros medios
de prueba.
El artículo 456 del Código de Procedimientos Penal Nacional, estableció el
recurso de Casación, situación esta que originó la creación e incorporación al
organigrama judicial nacional de la Cámara respectiva.
A pesar de los argumentos expuestos en párrafos anteriores, la Corte
Nacional dejó sentado en el denominado fallo "CASAL" (9) , que deben ser
objeto del recurso también aquellos que hacen a la prueba del hecho, con el
único límite de aquellos que se encuentran ligados con la inmediación. Para
ello se basó en que todo condenado tiene derecho a recurrir la sentencia para
que un tribunal superior revise los fundamentos del fallo.
Como se puede ver en los cuadros Nº 1 y Nº 2, de no ser así, el Tribunal Oral
que dicta sentencia no tendría alzada ordinaria como tienen los demás fueros.
El fallo "Casal" fue obtenido gracias el recurso extraordinario ante la Corte
Suprema de Justicia de la Nación. Cabe destacar que las cámaras indicadas
en los cuadros, son alzadas exclusivas de los Juzgados de Instrucción.
En este fallo, la Corte puntualizó que el artículo 456 no limita el alcance del
recurso al análisis solamente de los derechos, expresando que la norma había
sido interpretada restrictivamente, vulnerando expresas indicaciones del Pacto
de San José de Costa Rica y el Pacto de Derechos Civiles y Políticos. A estos
efectos, es útil mencionar que los pactos internacionales tienen jerarquía
constitucional.
En síntesis, lo que dichos pactos postulan es lo que doctrinariamente se
denomina "doble conforme", garantía que no podía verificarse nunca, pues los
órganos casatorios se limitaban en su intervención a examinar los derechos,
dejando de lado los hechos, lo que impedía una revisión integral.(10)
Por ello, la Corte no declaró la inconstitucionalidad de la norma sino que
estableció cuál es el criterio con que debe ser interpretada y aplicada, es decir
incluyendo el tema de las pruebas de los hechos, lo que constituye una revisión
integral de la sentencia dictada.
En párrafos anteriores se hizo mención al límite de las pruebas ligadas con la
inmediación(11). Se refiere puntualmente a las pruebas testimoniales recogidas
durante el debate oral, y por lo tanto adquiridas por el tribunal, ya que en este
tipo de procesos, si bien el secretario colecta los dichos más importantes de los
testigos y los vuelca en actas (no en forma taquigráfica), ésta no puede suplir la
percepción de los jueces en cuanto a la exposición del dicente, ya que las
expresiones verbales, según estudios neurolingüísticos, siempre van
acompañadas de otras modalidades de comunicación, lo que permite analizar
el sentido de los dichos fuera del universo de las palabras, permitiendo bajo los
estándares de la lógica y de la experiencia una mejor valoración.
A manera de síntesis, a partir del mencionado fallo "Casal", las Cámaras de
Casación resuelven los recursos que le son sometidos de manera integral, es
decir, sobre los hechos y los derechos que han sido objeto del procedimiento
oral en la instancia previa.
El remedio casatorio en la Provincia de Buenos Aires tuvo parecidas
vicisitudes desde su creación a través del artículo 448 del Código Procesal
Penal de la Provincia(12), y tal como se legisló en la Nación, se establece que
éste procede fundamentalmente en casos de inobservancia o errónea
aplicación de la ley sustantiva, o defectos graves de procedimiento, es decir, se
constituye en una vía recursiva solamente jurídica, y ajena a los hechos(13)
(14).
Sin embargo, ya existen algunos fallos que han comenzado a abordar el
tema de los hechos, reconociéndose la amplitud en el examen del recurso
modificándose por este cauce el criterio primigenio.(15)
Plenarios
Los plenarios son dictados por las Cámaras de los distintos fueros, y tienen
como objeto unificar la jurisprudencia y evitar sentencias contradictorias.
La fuente legal de la existencia de este tipo de sentencias se encuentra en
las diversas leyes orgánicas o códigos de procedimientos. Así el código de
Procedimientos Civil y Comercial de la Nación lo establece en el artículo 303 y
concordantes; el Código de Procedimientos Penal de la Nación en el artículo
4º, la Provincia de Buenos Aires en el artículo 37 de la Ley Orgánica del Poder
Judicial (ley 5827) y en el ámbito de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, en
el artículo 252 del Código Contencioso Administrativo y Tributario.
Mientras no se acuerde un nuevo fallo plenario, sus disposiciones son
obligatorias para los juzgados inferiores que pertenecen al fuero. En el caso de
la Provincia de Buenos Aires, lo son para el mismo fuero del departamento
judicial en el que fue dictado. En este sentido es útil mencionar, una vez más,
que la Provincia a causa de su amplio territorio está dividida en Departamentos
Judiciales.
Cabe señalar que cuando se dicta un fallo plenario no se legisla, se
interpreta, o se establecen los alcances que corresponde otorgarle a una
determinada norma ya dictada. Cuando se dicta una sentencia con efectos
generales, y que la erige en norma obligatoria para los demás jueces o para
particulares, no ejerce función legislativa, porque no elabora un derecho
original e incondicionado del orden jurídico (16) .
No obstante lo señalado, es de práctica que los tribunales inferiores apliquen
los lineamientos del fallo plenario, pero dejen a salvo en los fundamentos de la
sentencia su discrepancia para el caso que lo crean necesario.

3.2.3. Consejos de la Magistratura


En el cuadro que sintetiza la organización Nacional y de la Ciudad Autónoma
de Buenos Aires, se ha omitido incluir dos organismos judiciales denominados
Consejo de la Magistratura, uno de carácter Nacional y otro similar pero de
carácter local, es decir, de la Ciudad de Buenos Aires.
La omisión obedece a que no tienen funciones jurisdiccionales con destino
directo a los justiciables, ya que estos organismos multisectoriales integrados
por jueces, abogados y legisladores sólo tienen como función seleccionar
jueces, administrar los recursos que el presupuesto que la ley le asigne, ejercer
facultades disciplinarias sobre los magistrados, decidir sobre la apertura del
procedimiento de remoción de los mismos y dictar los reglamentos
relacionados con la organización judicial.

3.2.4. Otros operadores judiciales. Ministerio Público


El Ministerio Público, antes de la reforma constitucional de 1994, se
caracterizaba por su dispersión funcional plasmada en distintas normas, y por
el desacuerdo que suscitaba su ubicación institucional en torno a quienes lo
ubicaban dentro del Poder Ejecutivo y los que lo consideraban un apéndice del
Poder Judicial (17) .
Como consecuencia de la reforma constitucional del año 1994, el Ministerio
Público adquirió un rol protagónico dentro de los operadores del sistema de
justicia, ya que la Carta Magna le otorgó una verdadera independencia,
autonomía funcional y autarquía financiera (18) .
El Ministerio Público está constituido por un órgano bicéfalo, integrado por el
Ministerio Público Fiscal, que nuclea y coordina la acción de los fiscales, y por
el otro el Ministerio Público de la Defensa, que cumple idéntica función con los
Defensores Públicos Oficiales.
Sus integrantes carecen de poderes ordenatorios, instructorios y decisorios,
atributos propios de los jueces. Tienen funciones requirentes, la cual se
manifiesta a través de la interposición de cierta clase de pretensiones y de
control que ejercen con respecto a la observancia de determinadas normas que
interesan al orden público.
El Ministerio Público Fiscal, se encuentra a cargo de un funcionario con el
cargo de Procurador General y el Ministerio Público de la Defensa a cargo del
Defensor General. Como consecuencia de ello ambos funcionarios son los
jefes de todos los fiscales o los defensores, respectivamente de las jerarquías
inferiores. Cabe destacar que el Procurador es el fiscal ante la Corte Suprema
de Justicia de la Nación.

4. EL JUEZ Y AUXILIARES DE LA ADMINISTRACIÓN DE JUSTICIA. FACTOR


HUMANO
El servicio de justicia es prestado por una diversidad de órganos integrados
por funcionarios y auxiliares con roles específicos.
Los tribunales colegiados así como los unipersonales, cuentan con una serie
de funcionarios y/o empleados con diferentes jerarquías, funciones y
responsabilidades, que van desde las más elementales desplegadas por los
denominados "meritorios" hasta la máxima jerarquía que es el "Juez" en el
caso de un tribunal unipersonal o el presidente del mismo para el caso que sea
colegiado.
A continuación se sintetizan los más importantes.

4.1. Juez
Es el magistrado y director del proceso, en definitiva es el que adopta las
decisiones sobre las cuestiones que le han sido sometidas a su juicio, ya que
se encuentra investido de la potestad jurisdiccional conforme se ha expuesto
en párrafos anteriores.
En aquellos casos en que el tribunal es colegiado, siempre en número impar,
en general es integrado por tres jueces, uno de ellos reviste el carácter de
presidente y los dos restantes de vocales. Las decisiones se adoptan por
mayoría; es de práctica observar sentencias con votos en disidencia por la
minoría. El presidente del tribunal tiene las facultades ordenatorias de los
debates, además de ejercer los actos instructorios necesarios para el desarrollo
y cumplimiento de cada una de las etapas en que se divide el proceso.
El cargo de juez es ejercido en cualquier estadio de la pirámide de la
organización del sistema de justicia, aunque para distinguirlos se denominan:
Camarista para aquellos que cumplen la función de jueces en cada una de las
salas en que se dividen las Cámaras de Apelaciones, y Ministro de la Corte a
cada uno de los siete jueces que la integran.
Los usos protocolares en el ámbito forense que habitualmente se utilizan en
referencia al juez son los siguientes: Sr. Juez, al formularse una petición, S.S.,
que significa "su señoría" o su similar V.S., "vuestra señoría". Todas estas
expresiones son de utilización en los juzgados de primer grado y de integración
unipersonal. En cambio, V.E., por "vuestra excelencia" cuando la petición se
formula a un órgano plural de mayor jerarquía que la de primer grado, por
ejemplo a la excelentísima cámara de tal fuero.
Cuando el desarrollo de la petición se formula en un tribunal superior, al
referirse al juez de la instancia inferior es de estilo utilizar las siguientes
expresiones: "juez de primera instancia", "magistrado de grado", "el inferior", o
"el a quo". Cuando por el contrario, si la petición se formula en un tribunal
inferior, al referirse al tribunal superior, se usan las siguientes expresiones: "la
Excelentísima Cámara, o Corte (en su caso)", "el Superior", "la alzada", o el "ad
quem".
A manera de prieta síntesis, cabe destacar que el Juez en todo el proceso
judicial es el que adopta resoluciones, constituyéndose en el único decididor.
Designación y remoción
El artículo 99 de la Constitución Nacional, al fijar las atribuciones del
Presidente de la Nación, establece en su inciso 4º que "nombra los
magistrados de la Corte Suprema con acuerdo del Senado por dos tercios de
sus miembros presentes, en sesión pública, convocada al efecto. Nombra los
demás jueces de los tribunales federales inferiores en base a una propuesta
vinculante en terna del Consejo de la Magistratura, con acuerdo del Senado,
en sesión pública, en la que se tendrá en cuenta la idoneidad de los
candidatos".
Sobre esa base, el Consejo de la Magistratura (19) , organiza los concursos
públicos para seleccionar los candidatos a jueces. Sobre el particular este
organismo ha dictado un reglamento de concursos públicos de oposición y
antecedentes; lo que significa que los postulantes deben ser sometidos a
exámenes y acompañar los antecedentes curriculares del caso.
El Consejo, a partir de los candidatos seleccionados en los concursos
públicos, elabora ternas de candidatos, de las cuales el Poder Ejecutivo y el
Senado de común acuerdo deberán designar al juez. Cabe destacar que los
ministros de la Corte, así como el Procurador General y el Defensor Oficial, son
propuestos en forma directa por el Poder Ejecutivo y los somete al acuerdo del
Senado.
El Consejo de la Magistratura también supervisa la tarea de los jueces, y
eventualmente le impone sanciones. En caso de que existan causas graves
que pudieran justificar la remoción de un juez, el Consejo es el organismo
encargado de dar inicio al juicio político, disponiendo la apertura del mismo y
convocando al Jurado de Enjuiciamiento  que decidirá la situación del juez. En
el juicio político, el Consejo actúa como parte acusadora.
Garantías
El principio de inamovilidad de los jueces surge del artículo 110 de la
Constitución Nacional que expresa: "Los jueces de la Corte Suprema y de los
tribunales inferiores de la Nación conservarán sus empleos mientras dure su
buena conducta, y recibirán por sus servicios una compensación que
determinará la ley, y que no podrá ser disminuida en manera alguna, mientras
permaneciesen en sus funciones ".
Éste es el pilar en que se sustenta la independencia del Poder Judicial y que
hace viable el equilibrio de las funciones del poder del Estado conforme se ha
señalado en acápites anteriores. En realidad, no hay que verlo como un
privilegio para el juez, sino una garantía para el ejercicio de la función y para
beneficio de los justiciables, ya que lo libera de las presiones que afecten su
criterio.
Sin perjuicio de ello, existe un límite, ya que el buen desempeño, buena
conducta e idoneidad actúan como condicionantes de la inamovilidad, por lo
tanto deja de ser una garantía absoluta. Esta garantía de inamovilidad se hace
extensiva para el grado y la sede.
Se trae en cita dos planteos en los que la Corte hubo de dejar en claro la
garantía de inamovilidad.
El primero de ellos es el caso de Carlos Fayt (actual ministro de la CSJN). En
virtud de una acción declarativa promovida, el Alto Tribunal declaró la nulidad
absoluta del art. 99, inc. 4º, párrafo 3º de la CN, que expresa "...Un nuevo
nombramiento, precedido de igual acuerdo, será necesario para mantener en
el cargo a cualquiera de esos magistrados, una vez que cumplan la edad de
setenta y cinco años. Todos los nombramientos de magistrados cuya edad sea
la indicada o mayor se harán por cinco años, y podrán ser repetidos
indefinidamente, por el mismo trámite".
Esta disposición suprimía la garantía de inamovilidad contenida en el Art.
110, CN.
El segundo de ellos fue el dictado por la Corte Suprema de Justicia de la
Nación, mediante la Acordada Nº 20 del 11/4/1996, en relación a la
irreductibilidad de los salarios de los jueces, ya que contra el dictado de la  ley
24.631 que derogaba la exención del pago del Impuesto a las Ganancias a los
magistrados, declaró la inaplicabilidad del artículo 1º de dicha ley en cuanto
deroga las exenciones contempladas en la Ley del Impuesto a las Ganancias
para los magistrados y funcionarios del Poder Judicial de la Nación.
Los argumentos vertidos para su tratamiento se basan en que la Corte debe
adoptar como órgano supremo uno de los departamentos del Gobierno
Federal, las medidas necesarias y adecuadas para preservar la independencia
del Poder Judicial y la supremacía de la Constitución Nacional, uno de cuyos
propósitos inspiradores enunciado en el Preámbulo es el de afianzar la justicia.
Asimismo consideró que ha sido afectado por una ley cuya aplicación
representa una disminución de las retribuciones de los magistrados y
funcionarios siendo una injerencia legislativa que, exorbitando las facultades
delegadas por la Ley Superior, afecta institucionalmente la independencia del
Poder Judicial de la Nación cuya defensa es irrenunciable para la Corte.
Deberes y Facultades
El juez tiene un cúmulo de deberes y de facultades disciplinarias,
ordenatorias e instructorias, así como conminatorias.
A tales efectos existen una serie de normas que operan como marco
regulatorio. En este sentido se expondrán sólo aquellas de carácter nacional,
aunque es oportuno aclarar que como sus disposiciones son esenciales,
generales y básicas, sirven de predicado para su réplica aproximada en otras
jurisdicciones.
Para todos los fueros, que en la clasificación de este trabajo se han
denominado patrimoniales, el tema bajo análisis se encuentra legislado en el
Código de Procedimientos Civil y Comercial de la Nación (CPCCN).
El elemento diferenciador con el ordenamiento penal consiste en la técnica
legislativa. En efecto, en estos fueros, los civiles, los deberes y las facultades
en general se encuentran reunidos en un capítulo específico del código, en
cambio, en materia penal los mismos se encuentran dispersos a lo largo de la
normativa, como se expondrá al momento de ser tratado el tema en párrafos
posteriores. En lo sucesivo se utilizará la locución civil para abarcar a todos los
fueros que no son penales. Además, es el término de uso vulgar que se utiliza
en el ámbito forense en el sentido extendido para denotar que la acción no es
del tipo penal. El uso en un sentido estricto reenvía al específico fuero civil.
Sin embargo, como se expondrá en los párrafos siguientes, dentro del
proceso civil también hay disposiciones instructorias que se encuentran
dispersas a lo largo del código.
Ejemplo: el querellante (particular damnificado en la Provincia de Buenos
Aires), se denomina en materia penal a la persona que fue víctima de la
comisión de un delito. En el mismo proceso penal puede además constituirse
en actor civil. Este doble rol, opcional para él, persigue la reparación
indemnizatoria que deriva del delito y que tramita en el mismo expediente del
proceso penal. Como se puede observar, son dos acciones típicas diferentes.
En lo que hace a la política procesal, en lo concerniente a las atribuciones
del juez civil, existen en doctrina tres sistemas. En el primero de ellos el juez
era un convidado de piedra, ya que ésta es una concepción extremadamente
privatista donde se aplica el principio dispositivo en su estado más puro. Una
posición que se ubica en el extremo opuesto considera al juez como el
comandante del proceso, basado en una concepción hiperpublicista que
convierte al juez en un dictador del proceso. Una posición ecléctica, que es la
que abastece a las normas actuales, es aquella que considera al juez como el
director del proceso, donde existe un equilibrio entre las atribuciones que él
dispone y facultades de las partes, todo ello basado en la garantía
constitucional de la defensa en juicio (20) .
En efecto, el artículo 34 establece una serie de deberes que difieren de los
de carácter administrativo, ya que estos últimos apuntan más que nada al
funcionamiento y organización interna de los diversos órganos y que se
encuentran establecidos en los diversos reglamentos tanto de la Justicia
Nacional en general, como aquellos que disponen normas especiales para
cada uno de los fueros.
Deberes
"Art. 34. - Deberes. Son deberes de los jueces: 1. Asistir a la audiencia preliminar y
realizar personalmente las demás diligencias que este Código u otras leyes ponen a
su cargo, con excepción de aquellas en las que la delegación estuviere autorizada. En
el acto de la audiencia, o cuando lo considere pertinente, si las circunstancias lo
justifican, podrá derivar a las partes a mediación. Los términos del expediente judicial
quedarán suspendidos por treinta (30) días contados a partir de la notificación del
mediador a impulso de cualquiera de las partes y se reanudará una vez vencido. Este
plazo podrá prorrogarse por acuerdo expreso de las partes. En los juicios de divorcio,
separación personal y nulidad de matrimonio, en la providencia que ordena el traslado
de la demanda, se fijará una audiencia en la que deberán comparecer personalmente
las partes y el representante del Ministerio Público, en su caso. En ella el juez tratará
de reconciliar a las partes y de avenirlas sobre cuestiones relacionadas con la tenencia
de hijos, régimen de visitas y atribución del hogar conyugal. 2. Decidir las causas, en
lo posible, de acuerdo con el orden en que hayan quedado en estado, salvo las
preferencias establecidas en el Reglamento para la Justicia Nacional. 3. Dictar las
resoluciones con sujeción a los siguientes plazos :a) Las providencias simples, dentro
de los tres (3) días de presentadas las peticiones por las partes o del vencimiento del
plazo conforme a lo prescripto en el artículo 36, inciso 1) e inmediatamente, si
debieran ser dictadas en una audiencia o revistieran carácter urgente; b) Las
sentencias interlocutorias y las sentencias homologatorias, salvo disposición en
contrario, dentro de los diez (10) o quince (15) días de quedar el expediente a
despacho, según se trate de juez unipersonal o de tribunal colegiado; c) Las
sentencias definitivas en juicio ordinario salvo disposición en contrario, dentro de los
cuarenta (40) o sesenta (60) días, según se trate de juez unipersonal o de tribunal
colegiado. El plazo se computará, en el primer caso, desde que el llamamiento de
autos para sentencia, dictado en el plazo de las providencias simples, quede firme; en
el segundo, desde la fecha de sorteo del expediente, que se debe realizar dentro del
plazo de quince (15) días de quedar en estado; d) Las sentencias definitivas en el
juicio sumarísimo, dentro de los veinte (20) o treinta (30) días de quedar el expediente
a despacho, según se trate de juez unipersonal o tribunal colegiado. Cuando se tratare
de procesos de amparo el plazo será de diez (10) y quince (15) días, respectivamente.
En todos los supuestos, si se ordenase prueba de oficio, no se computarán los días
que requiera su cumplimiento. 4. Fundar toda sentencia definitiva o interlocutoria, bajo
pena de nulidad, respetando la jerarquía de las normas vigentes y el principio de
congruencia. 5. Dirigir el procedimiento, debiendo, dentro de los límites expresamente
establecidos en este Código: I. Concentrar en lo posible, en un mismo acto o
audiencia, todas las diligencias que sea menester realizar. II. Señalar, antes de dar
trámite a cualquier petición, los defectos u omisiones de que adolezca, ordenando que
se subsanen dentro del plazo que fije, y disponer de oficio toda diligencia que fuere
necesaria para evitar o sanear nulidades. III. Mantener la igualdad de las partes en el
proceso. IV. Prevenir y sancionar todo acto contrario al deber de lealtad, probidad y
buena fe. V. Vigilar para que en la tramitación de la causa se procure la mayor
economía procesal. VI. Declarar, en oportunidad de dictar las sentencias definitivas, la
temeridad o malicia en que hubieran incurrido los litigantes o profesionales
intervinientes".
De la lectura del artículo citado surge de forma clara que se trata de deberes
procesales, ya que existen otros deberes de rango superior, por resultar
inmanentes a la función del juez que se pueden agrupar genéricamente en:
independencia, imparcialidad, ciencia y diligencia (21) .
De la enumeración de los deberes, se resaltan aquellas que tienen la mayor
trascendencia procesal, y se señalan las que resultan meramente nominales
por la impotencia que tienen los jueces de superar una marcada cultura de
delegación de funciones cuyos efectos se proyectan en que las prácticas
forenses impregnadas de dichos hábitos operan como factores derogadores de
facto de la norma. Ejemplos de estas últimas son las referidas a la presencia
del juez en las audiencias de prueba y la laxitud con la que se manejan los
plazos procesales impuestos al magistrado.
En cambio, dentro de aquellas que tienen la mayor trascendencia procesal
están, el deber de dirigir el procedimiento, resolver y el de fundar esta última
bajo el principio de congruencia. Resolver es fundamental, caso contrario se
produciría un flagrante retardo de justicia, lo mismo que fundar sus
resoluciones en forma congruente, ya que si no se estaría ante un manifiesto
caso de arbitrariedad. La congruencia se basa en la motivación, y ésta es la
enunciación de la premisa del silogismo que concluye en los puntos resolutivos,
es decir, el itinerario lógico que el juez ha recorrido para llegar a la sentencia
Un tópico que merece resaltarse es lo relativo a la mediación. En efecto, a
nivel nacional, y ahora también en la provincia de Buenos Aires, sin perjuicio de
su extensión progresiva en todo el país, existe un instituto denominado
"mediación". Éste es un método mediante el cual se busca que las partes antes
de iniciar en sede judicial un proceso contradictorio, mediante concesiones
mutuas logren un acuerdo sin necesidad de recurrir al método adversarial
clásico. En sede Nacional esta instancia es de carácter obligatorio y sólo en
caso de no obtenerse un acuerdo pasa a la instancia judicial. Sin embargo,
recientemente mediante la ley 26.589, se ha incorporado en el inciso 1° de los
deberes del juez (transcripto en párrafos anteriores), la posibilidad de que,
estando en sede judicial, el juez ordene la derivación a mediación. Como puede
apreciarse, más que un deber es una facultad.
Potestades disciplinarias
"Art. 35. - Para mantener el buen orden y decoro en los juicios, los jueces y
tribunales deberán: 1) Mandar que se teste toda frase injuriosa o redactada en
términos indecorosos u ofensivos, salvo que alguna de las partes o tercero interesado
solicite que no se lo haga. 2) Excluir de las audiencias a quienes perturben
indebidamente su curso. 3) Aplicar las correcciones disciplinarias autorizadas por este
Código, la ley orgánica, el Reglamento para la Justicia Nacional, o las normas que
dicte el Consejo de la Magistratura. El importe de las multas que no tuviesen destino
especial establecido en este Código, se aplicará al que le fije la Corte Suprema de
Justicia de la Nación. Hasta tanto dicho tribunal determine quiénes serán los
funcionarios que deberán promover la ejecución de multas, esa atribución corresponde
a los representantes del Ministerio Público Fiscal ante las respectivas jurisdicciones.
La falta de ejecución dentro de los treinta días de quedar firme la resolución que las
impuso, el retardo en el trámite o el abandono injustificado de éste, será considerada
falta grave".
En cuanto a las facultades disciplinarias y la posibilidad de aplicar sanciones,
así como las ordenatorias e instructorias tienen como base sustentatoria el
principio de "coercio" que fue conceptuada en los acápites anteriores.
"Art. 36. - Aun sin requerimiento de parte, los jueces y tribunales deberán:
1) Tomar medidas tendientes a evitar la paralización del proceso. A tal efecto,
vencido un plazo, se haya ejercido o no la facultad que corresponda, se pasará a la
etapa siguiente en el desarrollo procesal, disponiendo de oficio las medidas
necesarias.
2) Intentar una conciliación total o parcial del conflicto o incidente procesal, pudiendo
proponer y promover que las partes deriven el litigio a otros medios alternativos de
resolución de conflictos.
En cualquier momento podrá disponer la comparecencia personal de las partes para
intentar una conciliación.
3) Proponer a las partes fórmulas para simplificar y disminuir las cuestiones
litigiosas surgidas en el proceso o respecto de la actividad probatoria. En todos los
casos la mera proposición de fórmulas conciliatorias no importará prejuzgamiento.
4) Ordenar las diligencias necesarias para esclarecer la verdad de los hechos
controvertidos, respetando el derecho de defensa de las partes. A ese efecto, podrán:
a) Disponer, en cualquier momento, la comparecencia personal de las partes para
requerir las explicaciones que estimen necesarias al objeto del pleito;
b) Decidir en cualquier estado de la causa la comparecencia de testigos con arreglo
a lo que dispone el artículo 452, peritos y consultores técnicos, para interrogarlos
acerca de lo que creyeren necesario;
c) Mandar, con las formalidades prescriptas en este Código, que se agreguen
documentos existentes en poder de las partes o de terceros, en los términos de los
artículos 387 a 389.
5) Impulsar de oficio el trámite, cuando existan fondos inactivos de menores o
incapaces, a fin de que los representantes legales de éstos o, en su caso, el Asesor de
Menores, efectúen las propuestas que estimen más convenientes en interés del menor
o incapaz, sin perjuicio de los deberes propios de dicho funcionario con igual objeto.
6) Corregir, en la oportunidad establecida en el artículo 166, inciso 1) y 2), errores
materiales, aclarar conceptos oscuros, o suplir cualquier omisión de la sentencia
acerca de las pretensiones discutidas en el litigio, siempre que la enmienda, aclaración
o agregado no altere lo sustancial de la decisión".
Sanciones conminatorias
"Art. 37. - Los jueces y tribunales podrán imponer sanciones pecuniarias
compulsivas y progresivas tendientes a que las partes cumplan sus mandatos, cuyo
importe será a favor del litigante perjudicado por el incumplimiento.
Podrán aplicarse sanciones conminatorias a terceros, en los casos en que la ley lo
establece.
Las condenas se graduarán en proporción al caudal económico de quien deba
satisfacerlas y podrán ser dejadas sin efecto, o ser objeto de reajuste, si aquél desiste
de su resistencia y justifica total o parcialmente su proceder".
Los incisos precedentes resultan suficientemente literales permitiendo su
comprensión con la simple lectura de cada uno de ellos. Sin embargo, conviene
otorgarle cierta explicación al concepto de "medidas para mejor proveer", bajo
cuya denominación es habitual encontrarla en variadas resoluciones
interlocutorias que el juez dicta bajo el amparo de las facultades que emergen
de este articulado.
En efecto, dentro del campo del principio dispositivo, las partes cuentan con
la posibilidad de ofrecer y producir las pruebas que consideran adecuadas para
darle sustento a sus acciones. Sin embargo, el director del proceso, en la
búsqueda de la verdad objetiva en cuanto a los hechos ventilados en el
proceso, puede requerir la producción de pruebas que él considera que las
partes han omitido ofrecer en forma total o parcial. Por ejemplo una vez
presentado el informe pericial de un contador respondiendo al interrogatorio
formulado por las partes, no debería sorprender que el juez antes de dictar
sentencia ordene como medida para mejor proveer que el perito responda
alguna pregunta que no fue incluida oportunamente en aquél.
Como se adelantó en los primeros párrafos de este acápite, también se
encuentran facultades instructoras en el art. 415, interrogar a las partes en la
confesional, en el art. 438, pedir a las partes en la audiencia testimonial las
explicaciones que fueren necesarias, art. 448, ordenar el careo entre testigos o
entre éstos y las partes, art. 460 agregar nuevos puntos en las pericias a lo
propuesto por las partes; reconstrucción de hechos y ordenar las explicaciones
a los peritos.
Hasta aquí se ha desarrollado el tema concerniente a los deberes y
facultades que rigen en la órbita del campo civil, pero como se ha anticipado,
en el campo penal tales cuestiones se encuentran disgregadas a lo largo del
Código Procesal Penal de la Nación.
A efectos de una adecuada comprensión del tema, es conveniente hacer una
brevísima síntesis del procedimiento penal nacional.
Se encuentra dividido en dos etapas: La primera de ellas se denomina
Instrucción y se encuentra a cargo de un juez con dicha denominación. En el
desarrollo de esta secuencia del procedimiento es donde encuentra campo
fértil el sistema inquisitivo, en cuyo ámbito el imputado encuentra varias
limitaciones (aunque no en forma absoluta) para participar en la producción de
las pruebas en relación a los hechos que se le reprochan. La segunda, para el
caso de que el imputado resulte procesado, es el juicio o debate oral a cargo
de un tribunal colegiado de tres miembros. Es en esta etapa donde se plasma
el sistema acusatorio, ya que la disposición de la prueba se erige a favor de las
partes y donde se da acabado cumplimiento al derecho de defensa y debido
proceso establecidos como garantías constitucionales. Por eso, se ha señalado
oportunamente que el sistema penal nacional argentino es mixto
(inquisitivo/acusatorio).
Este epítome ensayado en el párrafo anterior, permite advertir que en la
etapa de instrucción dicha facultad se encuentra ínsita en propia denominación
del juez y concretamente se ve plasmada en el Título Nº 3 del Código, las
cuales se identifican con el número de artículo antepuesto:
216. Inspección judicial
218. Inspección corporal y mental
219. Facultades coercitivas
220. Identificación de cadáveres
221. Reconstrucción del hecho
225. Allanamientos  
230. Requisa personal
234. Interceptación de correspondencia
235. Apertura y examen de correspondencia. Secuestro 
239. Deber de interrogar a los testigos
247. Compulsión
248. Arresto inmediato
253. Facultad de ordenar las pericias y careos
276. Ordenar careos
En la siguiente etapa, es decir en el Juicio, el artículo 370 es lo
suficientemente explicativo dada la literalidad simple de la redacción.
"El presidente ejercerá el poder de policía y disciplina de la audiencia, y podrá
corregir en el acto, con llamados de atención, apercibimiento, multas de acuerdo con
el artículo 159, segunda parte, o arresto hasta de ocho (8) días, las infracciones a lo
dispuesto en el artículo anterior, sin perjuicio de expulsar al infractor de la sala de
audiencias. La medida será dictada por el tribunal cuando afecte al fiscal, a las otras
partes o a los defensores. Si se expulsare al imputado, su defensor lo representará
para todos los efectos".
Incompatibilidades
Las disposiciones que establecen las incompatibilidades son propias del
ámbito de la administración de la justicia en el sentido estricto del concepto, es
decir, son previas al dictado y las vicisitudes temporales que pueden contener
las leyes o códigos de procedimiento. En este sentido, se expondrán aquellas
que rigen para el ámbito nacional, pero que dada la naturaleza de sus
disposiciones en general se replican en el resto de las legislaciones
provinciales.
En el ámbito nacional resulta aplicable al tema la Acordada del 17/12/1952
dictada por la CSJN, como Reglamento de la Justicia Nacional, la que fue
incorporando modificaciones a través de los años. En ella se establece que los
magistrados no pueden: tener actividad política, ejercer profesiones liberales,
ejercer el comercio ni otra actividad lucrativa, salvo el ejercicio de la docencia
en los niveles superiores de enseñanza.
En resumen, lo que busca la normativa es mantener el criterio independiente
del juez a fin de preservar su objetividad en la toma de decisiones.
Recusación y excusación
Tanto las normativas legales como los parámetros éticos de uso universal y
el sentido común orientan sus postulaciones a alcanzar el objetivo de
imparcialidad como garantía operativa vinculante en cualquier actuación donde
un tercero está facultado para dirimir controversias.
La Corte Suprema de Justicia ha sostenido que la imparcialidad del juzgador
puede ser definida como la ausencia de prejuicios o intereses de éste frente al
caso que debe decidir, tanto en relación a las partes como a la materia. Es
decir, es necesaria la ajenidad total sobre las partes.
A continuación se expondrá el tema sobre la base de las disposiciones en
materia nacional, aunque resultan similares en todas las legislaciones
provinciales y aun extranjeras por constituir el vértice central de la cuestión.
En efecto, en materia penal el código de procedimientos específico
establece:
"Art. 55. Motivos de inhibición.  El juez deberá inhibirse de conocer en la causa
cuando exista uno de los siguientes motivos:
1.  (Según ley 24.121)  Si hubiera intervenido en el mismo proceso como funcionario
del ministerio público, defensor, denunciante, querellante o actor civil, o hubiera
actuado como perito o conocido el hecho como testigo, o si en otras actuaciones
judiciales o administrativas hubiera actuado profesionalmente en favor o en contra de
alguna de las partes involucradas.
2.  Si como juez hubiere intervenido o interviniere en la causa algún pariente suyo
dentro del cuarto grado de consanguinidad o segundo de afinidad.
3.  Si fuere pariente, en los grados preindicados , con algún interesado.
4.  Si él o alguno de dichos parientes tuvieren interés en el proceso.
5.  Si fuere o hubiere sido tutor o curador, o hubiere estado bajo tutela o curatela de
alguno de los interesados.
6.  Si él o sus parientes, dentro de los grados preindicados , tuvieren juicio
pendiente iniciado con anterioridad, o sociedad o comunidad con alguno de los
interesados, salvo la sociedad anónima.
7.  Si él, su cónyuge, padres o hijos, u otras personas que vivan a su cargo, fueren
acreedores, deudores o fiadores de alguno de los interesados, salvo que se tratare de
bancos oficiales o constituidos, bajo la forma de sociedades anónimas.
8.  Si antes de comenzar el proceso hubiere sido acusador o denunciante de alguno
de los interesados, o acusado o denunciado por ellos.
9.  Si antes de comenzar el proceso alguno de los interesados le hubiere promovido
juicio político.
10.  Si hubiere dado consejos o manifestado extrajudicialmente su opinión sobre el
proceso a alguno de los interesados.
11.  Si tuviere amistad íntima, o enemistad manifiesta con alguno de los interesados.
12.  Si él, su cónyuge, padres o hijos, u otras personas que vivan a su cargo,
hubieren recibido o recibieren beneficios de importancia de alguno de los interesados;
o si después de iniciado el proceso, él hubiere recibido presentes o dádivas, aunque
sean de poco valor".
"Art. 56. Interesados.  A los fines del artículo anterior, se considerarán interesados el
imputado, el ofendido o damnificado y el civilmente demandado, aunque esos últimos
no se constituyan en parte".
A su vez el que rige en materia Civil y Comercial, establece:
"Art. 17. - Serán causas legales de recusación:
1) El parentesco por consanguinidad dentro del cuarto grado y segundo de afinidad
con alguna de las partes, sus mandatarios o letrados.
2) Tener el juez o sus consanguíneos o afines dentro del grado expresado en el
inciso anterior, interés en el pleito o en otro semejante, o sociedad o comunidad con
alguno de los litigantes, procuradores o abogados, salvo que la sociedad fuese
anónima.
3) Tener el juez pleito pendiente con el recusante.
4) Ser el juez acreedor, deudor o fiador de alguna de las partes, con excepción de
los bancos oficiales.
5) Ser o haber sido el juez autor de denuncia o querella contra el recusante, o
denunciado o querellado por éste con anterioridad a la iniciación del pleito.
6) Ser o haber sido el juez denunciado por el recusante en los términos de la ley de
enjuiciamiento de magistrados, siempre que la Corte Suprema hubiere dispuesto dar
curso a la denuncia.
7) Haber sido el juez defensor de alguno de los litigantes o emitido opinión o
dictamen o dado recomendaciones acerca del pleito, antes o después de comenzado.
8) Haber recibido el juez beneficios de importancia de alguna de las partes.
9) Tener el juez con alguno de los litigantes amistad que se manifieste por gran
familiaridad o frecuencia en el trato.
10) Tener contra el recusante enemistad, odio o resentimiento que se manifieste por
hechos conocidos. En ningún caso procederá la recusación por ataques u ofensa
inferidas al juez después que hubiere comenzado a conocer el asunto".
Como se puede observar en los textos antes citados, la técnica legislativa
adoptada para el tratamiento del tema bajo análisis difiere en su abordaje, ya
que el procedimiento penal lo hace a través del concepto de inhibitoria
(excusación) y el civil lo hace a través de la recusación, pero en ambos casos
los puntos esenciales sirven tanto para que el juez se excuse como para que
un tercero lo recuse. Es útil destacar que el común denominador en cuanto a
las situaciones causales es similar en los dos ordenamientos.
A manera de explicación sintética, se puede decir que en ambos entornos el
procedimiento consiste en que, cuando es el propio magistrado que advierte
algún factor condicionante, introduzca el planteo a través de su excusación, es
decir, se inhiba de actuar, en cambio, cuando es señalado por alguna de las
partes, sean éstos los que hagan el planteo a través de la recusación.
En ambas situaciones, si es consentido por su recíproca respectiva, el
proceso cambia de magistrado, caso contrario es resuelto por la Alzada
inmediata correspondiente. Si el planteo es con algún ministro de la Corte, lo
resuelven los restantes.
A manera de encontrar un esquema didáctico en relación a los supuestos
señalados, se pueden contener en dos grandes enfoques:
a) El objetivo: ampara al justiciable cuando éste pueda temer la parcialidad
del juez por hechos objetivos del procedimiento, sin cuestionar la
personalidad, la honorabilidad, ni la labor particular del magistrado.
La pérdida de objetividad por parte del juez se puede configurar cuando hay
una relación de deudor o acreedor entre el magistrado y alguna de las
partes; cuando existe un interés económico directo o indirecto con alguna
de las partes, o por haber recibido beneficios de alguna de ellas.
b) El subjetivo: involucra directamente actitudes o intereses particulares del
juzgador con el resultado del pleito.
Tener amistad o enemistad manifiesta con alguna de las partes; haber
actuado en defensa anterior con alguna de ellas, o haber dado consejos u
opinión; haber sido denunciado o querellado o haber sido objeto de la
promoción de juicio político de alguna de las partes. Tener parentesco
hasta el cuarto grado de consanguinidad o segundo de afinidad.
La forma de establecer los grados para ubicar la relación entre parientes
excede ampliamente el cometido de esta exposición, pero cabe señalar que el
cuarto grado de consanguinidad alcanza hasta el tataranieto en línea recta y al
tío/abuelo en línea colateral; y el segundo grado de afinidad a los cuñados.
De la comparación de las causales entre el ordenamiento penal y civil, se
advierte que en el primero de ellos se menciona como impedimento que el
magistrado haya intervenido en alguna de las etapas previas del proceso penal.
Por ejemplo, que el magistrado que actúa en la etapa del juicio o debate oral
haya sido el que instruyó la causa en la etapa previa y que por razones de
ascensos deba intervenir con su nueva función. Sin embargo, cabe puntualizar
que la misma inhibitoria es de utilización práctica en sede civil, a pesar de que
no se encuentra explicitado específicamente en la normativa procesal. Ejemplo
de esta última situación se puede observar cuando un magistrado dictó una
sentencia, luego fue ascendido a juez de la Cámara de Alzada, y la apelación
recae en la sala de la que él es miembro. Otro aspecto en el cual se advierten
algunas diferencias es en cuanto al parentesco, ya que la normativa civil
propala dicha causal a los mandatarios y letrados de las partes, aunque es
oportuno señalar que en la práctica penal también, de hecho, se hace uso de la
extensión. En cuanto a la situación de deudor/acreedor en materia penal se
hace extensiva a los cónyuges, padres, hijos u otros que vivan a cargo del
magistrado, lo mismo que en cuanto a la existencia de beneficios recibidos.

4.2. Secretario
Su rol básico consiste en autenticar los actos más importantes de los jueces;
es una función muy similar a la que habitualmente realizan los escribanos o
notarios fuera del ámbito judicial. En ese sentido extienden certificados,
testimonios y copias de actas. También pueden firmar providencias de mero
trámite, y aquellos actos que se encuentran indicados en los códigos de
procedimientos locales.
También asisten al juez en las diligencias propias del tribunal, ya que es el
segundo en jerarquía dentro del mismo.
Existen Juzgados o Tribunales que tienen secretarías únicas, otras dos y
hasta tres; pero siendo las más comunes las de dos. Todo ello se encuentra en
función directa a los volúmenes y complejidades de las causas del fuero. En
ocasiones, existen secretarías únicamente para una causa determinada, ya
que la complejidad del tema lo amerita. Se la suele denominar "Ad hoc", es
decir creadas específicamente al caso que se considera. Hasta se han creado
salas "Ad hoc" dentro de ciertas Cámaras, como por ejemplo el denominado
segundo proceso "AMIA", que tramita en la Justicia Ordinaria del Crimen en
lugar de su ubicación natural en la Justicia Federal del Crimen.
Son fedatarios, esto es, que reposa en ellos la fe pública, acreditando
fehacientemente que los documentos que autorizan en debida forma son
auténticos, salvo prueba en contrario, unas veces en cuanto a la veracidad del
contenido de esos documentos y otras respecto de las manifestaciones que se
realizan en su presencia.

4.3. Fiscal
Es un funcionario que actúa entre los jueces durante todo el procedimiento
judicial, planteando las acciones y los recursos pertinentes. Su actividad la
despliega en todos los fueros, y en todas las instancias de grado (fiscal de
primera instancia, fiscal de Cámara). El fiscal ante la Corte Suprema de Justicia
es el Procurador General de la Nación como jefe de todos los fiscales.
Intervienen en todas aquellas cuestiones en que se encuentra comprometido el
interés público.
Además, en materia penal, le corresponde instar la acción pública (22) , así
como de ejercer el rol acusatorio.
Es importante destacar que sus decisiones se vuelcan en dictámenes que,
como tales, si bien resultan insoslayables para los jueces, no son vinculantes
para éstos.
En materia penal formulan requerimientos.
Ejemplos de actuaciones ante fueros Civiles, Comerciales o del Trabajo, hay
varios:
En aquellos planteos de competencia, el juez debe pedir opinión al fiscal.
Supóngase que el actor considera que su acción la puede ejercer en el fuero
civil, pero la contraparte le opone una excepción de competencia porque
considera que el objeto procesal es propio del fuero comercial.
Un heredero abre una sucesión universal y para acreditar su condición del
tal, respecto del causante, acompaña partidas filiatorias; el juez deberá
requerirle al fiscal que dictamine sobre la validez y legitimidad de las mismas.
La Corte Suprema de Justicia de la Nación, antes de dictar sentencia, ordena
el pase al Procurador General a efectos de que este funcionario emita su
dictamen pertinente.
Los ejemplos son numerosos.

4.4. Defensor Oficial


Este funcionario se encarga de la representación y defensa de pobres y
ausentes proveyendo defensa pública y cualquier tipo de asistencia legal que le
sea requerida.
La institución de la defensa oficial tiene raigambre constitucional, porque
asegura al ausente la defensa en juicio de sus derechos.
Habida cuenta de ello, dentro de la organización del Ministerio Público, que
como se expresó en párrafos anteriores es bicéfalo porque comprende el
Ministerio Público Fiscal (los fiscales), y el Ministerio Público de la Defensa (el
defensor), se encuentra instalado en esta última el Defensor Público de
Menores e Incapaces (vulgarmente llamado asesor de menores), que tiene
como objeto principal dar cumplimiento a la manda establecida en el artículo
59 del Código Civil: "A más de los representantes necesarios, los incapaces
son promiscuamente representados por el Ministerio de Menores, que será
parte legítima y esencial en todo asunto judicial o extrajudicial, de jurisdicción
voluntaria o contenciosa, en que los incapaces demanden o sean
demandados, o en que se trate de las personas o bienes de ellos, so pena de
nulidad de todo acto de todo juicio que hubiere lugar sin su participación".
Un ejemplo típico de la representación promiscua se da en el caso de una
sucesión y hay menores (incapaces). En este trance, además del progenitor,
quien tiene la representación legal, al momento de pretender disponer de un
bien que le corresponde en parte al menor, debe obtener el dictamen favorable
del Defensor pupilar.
El ejemplo típico en materia penal se da en la oportunidad en que una
persona sospechada de algún delito es llamada a prestar declaración
indagatoria ante un juez de instrucción. Siendo que es causal de nulidad
absoluta la concurrencia a dicha audiencia sin asistencia letrada, el juzgado
debe en forma inmediata derivar al imputado al defensor oficial.
En el resto de los fueros, suele ocurrir que resulte imposible la localización
del demandado. En estos casos, una vez que se adviertan agotados todos los
medios posibles de notificación con resultados negativos, el juez ordenará el
pase al defensor de pobres y ausentes, quien ejercerá la representación del
demandado, debiendo contestar la demanda y hasta reconvenir
(contrademandar) si fuera necesario.

4.5. Peritos
Teniendo en cuenta que la prestación del servicio de justicia siempre es
pretérito y, como se ha señalado en los apartados anteriores en los casos en
que los sucesos acaecidos resulten expuestos en forma controvertida por las
partes, el juez debe adquirir el conocimiento de los mismos a través del plexo
probatorio.
Para ello se abastece, entre otros, de los peritos que cumplen el papel de
auxiliares de la justicia. (23)
Estos expertos son seleccionados en función de sus diversas incumbencias
profesionales y cumplen sus funciones dando respuesta a las preguntas que se
le formulan en relación a los acontecimientos narrados en el expediente. Sus
opiniones son vertidas a través de informes o dictámenes los que debidamente
fundados son sometidos a la valoración del juzgador, ya que los mismos no son
vinculantes.
Existe una variedad de peritos que adoptan diversas denominaciones:
Por un lado son denominados "Peritos de Oficio", aquellos que resultan
desinsaculados (sorteados) de una lista en la cual se han inscripto
previamente. Su remuneración es a través de los honorarios que regula el juez.
El ámbito de actuación es en todos los fueros, en general, excepto los penales.
Por otro lado, están los que se denominan "Consultores Técnicos", quienes
son expertos propuestos por las partes y perciben los honorarios que hayan
convenido. Estos participan de las diligencias en coordinación con el perito de
oficio, pudiendo producir dictámenes total o parcialmente distintos a los de
aquél. El ámbito de actuación es dentro de los fueros Civiles y Comerciales.
En los procesos penales son convocados los expertos que integran el cuerpo
de peritos del Poder Judicial, los cuales son remunerados por los sueldos
fijados en los diversos escalafones de remuneración de la justicia. En este
ámbito también las partes, es decir, la querella como la defensa, pueden
proponer los denominados "Peritos de parte" que actúan de modo similar a los
consultores técnicos antes mencionados.
También existen los denominados "Peritos partidores", que resultan
convocados en general en los procesos civiles en materia de sucesiones,
cuando los herederos no logran acuerdo en cuanto al modo en el que se
dividen los bienes del acervo hereditario. La remuneración es a través de los
honorarios que regula el juez.
Rigen las mismas disposiciones en cuanto a recusaciones y excusaciones
señaladas para los jueces.

4.6. Interventores
Son aquellos auxiliares designados por el tribunal, en general como
consecuencia del dictado de medidas cautelares o preventivas, es decir,
aquellas que se adoptan mientras se sustancia el proceso.
Las variantes que se dan dentro de este género van desde el cargo de
veedor, coadministrador, y hasta administrador con desplazamiento de los
órganos naturales de administración. Cada una de estas funciones tiene
propósitos distintos, ya que el veedor es aquel que se constituye en los ojos y
oídos del juez dentro de la organización, en cambio, las de coadministración o
administración contienen otro tipo de potestades, ya que se encuentran
facultados para adoptar decisiones dentro de la unidad económica en la que
intervienen. Hay una variante que es el interventor recaudador, cuya función es
involucrase en los negocios sociales con potestades para recaudar las sumas
de dinero que le fueron previamente determinadas. En todos los casos, los
interventores en cualquiera de sus especies, son remunerados a través de los
honorarios que regula el juez.
Rigen las mismas disposiciones en cuanto a recusaciones y excusaciones
señaladas para los jueces.

4.7. Síndico
Dentro de la órbita del derecho concursal, el síndico tiene una relación un
tanto promiscua, ya que por un lado es un funcionario del concurso que es un
proceso privado y colectivo, situación esta que lo distingue de funcionario
público del estado, pero también es parte en el proceso plural y además, un
órgano que integra el procedimiento concursal. Se puede arriesgar
caracterizándolo como un profesional de actuación difusa dentro del complejo
marco de la ley específica que es en simultáneo de fondo y de forma.
Como se ha explicitado, para otros auxiliares, en los acápites precedentes,
su actuación se limita a producir informes o dictámenes los que no son
vinculantes para el juez, cuyo único deber es pedir opinión fundada de aquél.
La función más relevante que despliega tanto en el proceso concursal
propiamente dicho, como en el falimentario (quiebra), consiste en participar en
el proceso de selección de los acreedores que integran el universo de
pretendientes.
En los procesos de concursos preventivos, desempeña un rol "in vigilando",
es decir, controla sin desplazar a las autoridades naturales de la concursada,
en cambio, en la quiebra, siguiendo con las tareas promiscuas antes señaladas
además actúa "in conmitendo", es decir, desapodera al órgano natural de
administración de la unidad económica fallida y se constituye en el
representante legal hacia terceros siempre, claro está, recibiendo instrucciones
del director del proceso que es el juez.
Rigen las mismas disposiciones en cuanto a recusaciones y excusaciones
señaladas para los jueces.
Es remunerado a través de los honorarios que regula el juez.

4.8. Oficiales de justicia y ujieres


Todas las organizaciones judiciales del país disponen de una oficina de
Mandamientos y Notificaciones del Poder Judicial en cuyo ámbito se
desenvuelven funcionalmente los oficiales de justicia como los oficiales
notificadores (ujieres).
Sin perjuicio de ello, y más precisamente en sede penal, existen los ujieres
de Cámara, cuya labor de notificación en temas muy importantes y urgentes, es
ejercida en forma directa, no necesariamente a través de la oficina de
Mandamientos y Notificaciones.
Existe un acto procesal que se denomina notificación, que consiste en una
comunicación procesal ordenada por el juez, por el cual se pone en
conocimiento de las partes y demás interesados, las providencias judiciales.
Existen variadas formas de notificación, siendo la más común el libramiento de
cédulas.
El oficial notificador es el funcionario judicial encargado de la notificación a
domicilio por "cédula".
La cédula de notificación es un instrumento público suscripto por el letrado
(apoderado o patrocinante), por el Síndico, tutor o curador ad litem o aquellas
expedidas por el Secretario. Éstas pueden estar destinadas al domicilio legal o
procesal identificado por las partes donde son válidas las notificaciones; en
este caso se califica al domicilio bajo la expresión "constituido", o bien pueden
estar dirigidas a otro domicilio que no es el fijado expresamente por las partes,
en ese caso se califica al mismo con el aditamento de "denunciado".
En el segundo de los casos el notificador debe realizar una diligencia
tendiente a constatar que en ese domicilio, previamente denunciado en el
expediente, efectivamente vive la persona destinataria de la comunicación, en
cambio en el primero de los casos es suficiente con que la deje en el domicilio
constituido.
El oficial de justicia ejecuta los mandamientos de embargo, secuestro,
desalojo, actas de constatación y toda otra diligencia ordenada por el Tribunal.
Como puede verse, se le transmite a través de un oficio una decisión ya
asumida por el juez, lo que en ocasiones lo determina a interpretar cuál ha sido
el sentido que el oficiante ha querido dar a su decisión. Administra esa
decisión, sin modificarla ni alterarla.
Para cumplir con este último requisito, ejerce actividades necesarias que son
las que surgen claramente indicadas en la pieza judicial recibida (mandamiento
u oficio). Pero también acontecen contingencias que surgen en el momento de
practicar la diligencia, para lo cual tendrá que resolver en un marco de
discrecionalidad técnica, eligiendo la alternativa más adecuada para cumplir
con el fin último de la manda judicial.
En su condición de funcionarios públicos, el Oficial de Justicia y el Oficial
Notificador, son fedatarios, esto es que reposa en ellos la fe pública,
acreditando fehacientemente que los documentos que autorizan en debida
forma son auténticos, salvo prueba en contrario, unas veces en cuanto a la
veracidad del contenido de esos documentos y otras respecto de las
manifestaciones que se realizan en su presencia.

4.9. Abogados y procuradores


En realidad, estos profesionales son auxiliares de las partes.
La función técnica del abogado es asistir jurídicamente a la parte que
contrata sus servicios durante la tramitación del proceso, en cambio la del
procurador, también contratado, actúa en lugar de la parte a quien representa
procesalmente. La función del primero es patrocinar y la del segundo es
representar.
Ahora bien, nada impide que dichas funciones puedan ser ejercidas, y en la
práctica así sucede, por el abogado en su doble carácter. Es muy común que el
abogado actúe como letrado apoderado de la parte que representa
procesalmente. Es decir es apoderado (mandato con representación) y en
simultáneo es patrocinante, reuniendo ambas funciones.
Las diversas normas procesales en todo el ámbito de la Argentina requieren
la obligatoriedad de al menos el patrocinio letrado para los escritos presentados
en los tribunales; o sea, la función técnica de asistencia es obligatoria. Por
ejemplo un escrito es encabezado por "XXXX por su propio derecho, con el
patrocinio del Dr. YYY"; en ese caso el tiempo verbal en que se formula la
exposición es en primera persona y al pie del escrito obran las firmas de
ambos. En cambio, un ejemplo de actuación del abogado en su doble función
aplica si el encabezado del escrito expresa "Dr. YYYY, en el carácter de letrado
apoderado de XXXX", en cuyo caso al pie del mismo obrará sólo la firma del
abogado y el tiempo verbal que utilizará será la tercera persona.
Son remunerados conforme al pacto de honorarios que hayan celebrado con
su cliente o bien a través de los que regula el juez.

5. ORGANISMOS AUXILIARES DE LA ADMINISTRACIÓN DE JUSTICIA


Estos organismos se encuentran fuera de la órbita del Poder Judicial, y
entran en la competencia de quien ejerce el Poder Ejecutivo (Presidencia, o
gobernadores), es decir, la administración.
Sin embargo, sus respectivas existencias se justifican fundamentalmente por
el grado de interacción que tienen con la organización judicial.
En efecto, estos organismos procesan datos que les permite elaborar
información que es útil para abastecer al sistema de justicia de manera tal que
cualquier tribunal puede solicitarles requerimientos u ordenar medidas para que
tomen razón en los respectivos registros.
Por ejemplo, pueden solicitar información general o específica sobre sus
asientos u ordenar la anotación de medidas precautorias a efectos de otorgar la
publicidad que determinadas normas sobre cada materia en particular exigen;
típico caso de requerir primero la identificación del propietario de un inmueble o
de un automotor y en segundo lugar ordenar que se asiente un embargo sobre
los mismos.
A continuación se exponen algunos de los Registros de mayor utilización.

5.1. Registro Público de Comercio


La obligatoriedad de este Registro surge del artículo 34 del Código de
Comercio de la edición de 1889, cuyo texto establece que en cada Tribunal de
Comercio ordinario habrá un Registro Público de Comercio, a cargo del
respectivo secretario. Es decir, la norma establece que se ubicará dentro de la
órbita del Poder Judicial.
Con posterioridad la ley nacional 21.768 (24) , estableció que el registro de
los contratos constitutivos de las sociedades comerciales, sus modificaciones y
el de los demás actos y documentos cuya inscripción se imponen a aquéllas, a
sus órganos, a sus socios o a sus mandatarios, y toda otra función atribuida por
la legislación comercial al Registro Público de Comercio, a los registros, jueces,
jueces de registro, tribunal de comercio o autoridad registral quedan
indistintamente a cargo de los organismos judiciales o administrativos que, en
cada jurisdicción, determinen las leyes locales.
Así fue como las diversas normativas locales fueron traspasando de la órbita
judicial a la administrativa la organización y funcionamiento del Registro. En la
Capital Federal, fue creada la Inspección General de Justicia quien tiene a su
cargo las funciones atribuidas por la legislación al Registro Público de
Comercio, y la fiscalización de las sociedades por acciones excepto de las
sometidas a la Comisión Nacional de Valores, de las constituidas en el
extranjero que hagan ejercicio habitual en el país de actos comprendidos en su
objeto social, de las sociedades que realizan operaciones de capitalización y
ahorro, de las asociaciones civiles y de las fundaciones.
Dicho organismo tiene funciones registrales como ser: inscribe en la
matrícula a los comerciantes y auxiliares de comercio y toma razón de los actos
y documentos que corresponda según la legislación comercial. Inscribe los
contratos de sociedad comercial y sus modificaciones, y la disolución o
liquidación de ésta. Lleva el Registro Nacional de las Sociedades por Acciones.
Lleva el Registro Nacional de Sociedades Extranjeras. Lleva los Registros
Nacionales de asociaciones y de fundaciones.
También tiene funciones de fiscalización con una serie de facultades entre
otras: Requerir información y todo documento que estime necesario.
Realizar investigaciones e inspecciones, a cuyo efecto podrá examinar los
libros y documentos de las sociedades, pedir informes a sus autoridades
responsables, personal y a terceros.
La Inspección General de Justicia (IGJ), que funciona en la Ciudad
Autónoma de Buenos Aires, todavía se encuentra en la órbita de la Nación,
hasta tanto no se efectúe el traspaso al gobierno local.
En el ámbito de la Provincia de Buenos Aires, similares funciones cumple la
Dirección Provincial de Personas Jurídicas; y en el resto de las provincias
actúan con denominaciones administrativas similares.

5.2. Registro de la Propiedad Inmueble


El Registro es local. Tanto en la Capital Federal (hasta que no se concrete el
traspaso al gobierno local), como en las provincias, funciona este ente de
carácter público y oficial donde se van inscribiendo todos los actos y contratos
relacionados con la propiedad así como las cargas, gravámenes y derechos
sobre los inmuebles.
Cada inmueble (terrenos, construcciones, etc.), es una finca registrada con
un número determinado, y cada movimiento sobre el mismo tiene que estar
reflejado de forma correlativa, permitiendo tomar conocimiento de quién es el
titular en cada momento; así también, conocer si la finca se encuentra gravada
con cargas o con algún otro derecho como ser: anotaciones de embargo,
condiciones resolutorias, derechos de usufructo, testamentarias,
arrendamientos, opciones de compra, derechos reales en cosa ajena.
La correlatividad temporal es fundamental para cumplir con el precepto del
derecho común que expresa: primero en el tiempo, primero en el derecho.
El fundamento básico de estos registros es darle publicidad a ciertos actos
jurídicos a efectos de que los terceros puedan ejercer las acciones que crean
conveniente a sus intereses.
En efecto, este registro es declarativo de derechos, lo que significa que la
anotación hace cognoscible a los terceros una situación jurídica modificativa
que ya operó en el mundo real, esto es, la publicidad es declarativa cuando
sólo sirve para hacer eficaz un derecho que ya existía antes.
Un ejemplo: "A" le transmite a "B" el derecho real de dominio que tiene sobre
un inmueble determinado. Esta compraventa cumplió con dos de los requisitos
esenciales para que surta efectos entre las partes: la posesión y el contrato
respectivo elevado a escritura pública; pero, por alguna cuestión, éste no se ha
inscripto en el Registro de la Propiedad Inmueble, es decir, han omitido
publicitar dicha transmisión, lo que deriva en que dicho acto jurídico no se le
puede oponer a un tercero quien, supóngase como acreedor de "A", podrá
obtener un embargo sobre el inmueble.

5.3. Registro de la Propiedad Automotor y Créditos Prendarios


A diferencia de los Registros de la Propiedad Inmueble, éste es Nacional y
constitutivo de derechos; lo que significa que el derecho real de dominio sobre
el automotor sólo se adquiere con la inscripción de la transferencia siendo éste
el único requisito tanto para que tenga efecto entre las partes y los terceros
interesados.
O sea, tiene una función probatoria que consiste en la presunción simple de
titularidad dominial de quien aparece como propietario (Decreto-ley
6582/58artículo 26).
En cuanto a la operatoria de los asientos, resulta ser similar al que se utiliza
en los registros inmuebles, ya que cada automotor tiene asignado un número
alfanumérico de dominio (chapa), en el cual se registran los asientos
concernientes a las transferencias, gravámenes, etc.
Ejemplo: "A" le transmite a "B" el dominio sobre determinado vehículo
automotor, postergándose la transferencia de mutuo acuerdo. Interregno se ha
producido un siniestro protagonizado por "B"; sin embargo, existe una
atribución objetiva de responsabilidad civil y el tercero, como víctima, se
encuentra habilitado para demandar también a "A" por resultar el responsable
registral genérico.
En términos jurídicos, lo que se ha transferido es la guarda del vehículo, pero
"A" continúa siendo propietario. Se acostumbra hacer un escrito en el cual se
estipula que el adquirente será responsable de todos los daños que ocasione
con el vehículo. Sin embargo, al enajenante "A" no lo exonera de la
responsabilidad mientras permanezca inscripto como titular. Este contrato sólo
le podrá ser útil para demandarle a "B" el reembolso de la indemnización que
hubo pagado.

5.4. Boletín Oficial


Cada uno de los Estados Federales, tiene su propio Boletín Oficial, aunque
en el presente desarrollo la referencia gira en torno al de orden nacional, la
organización y los objetivos son de naturaleza análoga en todos ellos.
Dentro de la órbita de la Presidencia de la Nación se ubica la Dirección
Nacional del Registro Oficial, en cuyo ámbito se imprime y organiza el
funcionamiento del Boletín Oficial de la República Argentina, siendo el órgano
de difusión a través del cual se publican las leyes sancionadas por el Congreso
de la Nación y los actos emanados del Poder Ejecutivo.
En principio, las normas dictadas determinan la vigencia temporal de sus
disposiciones y son obligatorias a partir de su publicación; en caso de silencio,
lo serán después de los ocho días siguientes al de su publicación
oficial. (25) De ahí la importancia, ya que se constituye en un paso necesario y
obligatorio para que las normas entren en vigencia. Cabe recordar que las
leyes son sancionadas por el Poder Legislativo y son promulgadas por el Poder
Ejecutivo.
El decreto 659/47 establece en su art. 3° que  "La Dirección General del
Registro Oficial Nacional, tendrá por misión:
a) Registrar las leyes nacionales de carácter público y darles a publicidad,
editando periódicamente el Registro Nacional;
b) Registrar y publicar en el Boletín Oficial, diariamente, los actos del Poder
Ejecutivo Nacional que tengan carácter público;
c) Clasificar y publicar aparte de los volúmenes del Registro Nacional, toda la
jurisprudencia administrativa que sea conveniente para mayor ilustración
del público y que sirva como elemento de consulta a los funcionarios de la
Administración Nacional".

5.5. Archivo de las Actuaciones Judiciales y Notariales


Caben aquí los mismos comentarios efectuados en párrafos anteriores en
relación al resto de los organismos auxiliares de la justicia, es decir, pertenecen
a la órbita de cada estado federal.
En materia nacional, por ley 17.779 del año 1968, el Archivo de Actuaciones
Judiciales y Notariales, luego de diversas vicisitudes en cuanto a la
dependencia funcional, se instaló en forma definitiva en el Poder Judicial como
Archivo General del Poder Judicial de la Nación.
Los objetivos básicos de este organismo son: recibir, ordenar, custodiar, y,
en su caso, destruir la producción documental que constituye su acervo, de
acuerdo a lo que dispone el Reglamento. Pero además ejecuta lo dispuesto por
el decreto-ley 3003/56 sobre registro de iniciación e informes de Juicios
Universales, así como de generar estadísticas de los distintos procesos.
Cabe señalar que en los denominados procesos universales, es decir,
aquellos en que la litis comprende la totalidad del patrimonio de una persona,
como es el caso de una sucesión a título universal o en materia concursal, el
cumplimiento de las disposiciones del citado decreto-ley, constituye el paso
previo que es necesario transitar para lograr la unicidad del proceso en un solo
tribunal, ya que éste es fuero de atracción de cualquier otro de contenido
patrimonial que tenga el causante o el concursado respectivamente, y así evitar
la tramitación simultánea.

1. BREVÍSIMA CONCEPTUALIZACIÓN DEL DERECHO PROCESAL


El Derecho Procesal suele ser conceptualizado como una rama del derecho
público que estudia el desarrollo del proceso judicial y los deberes, los
derechos y las facultades, tanto de los funcionarios judiciales, como de las
partes, de los terceros y de los auxiliares de la justicia en el marco de los
derechos y de las garantías constitucionales.
La función principal del Derecho Procesal es coadyuvar al ejercicio de los
derechos fundamentales y los sustantivos consagrados en el ordenamiento de
rango superior. Así existe el Derecho Procesal Constitucional (1) ; el Derecho
Procesal Civil; el Derecho Procesal Administrativo; el Derecho Procesal del
Trabajo (2) ; el Derecho Procesal Comercial (3) ; etc.
En este último caso, a su vez, existe una división, la del Derecho Procesal
Falimentario, incluido en la Ley de Concursos 24.522 y sus modificaciones (en
adelante, LCQ), en el Capítulo III denominado "Reglas Procesales" (arts. 273 a
287), aplicándose subsidiariamente los códigos de procedimiento comerciales
locales.
"Por lo tanto, esta disciplina debe entenderse y comportarse como un
sistema de garantías, pues de la Constitución Nacional surgen los postulados
que delimitan el debido proceso"(4) .
El Derecho Constitucional nacional ha sido ampliado con la reforma de
nuestra Ley Máxima en el año 1994 por la incorporación de los tratados
internacionales de derechos humanos en el inc. 22 del art. 75 de la misma.
El norte del Derecho Procesal es el logro del debido proceso, lo cual puede
ser una realidad si en el derecho interno y en su aplicación se cumplen tanto la
Constitución Nacional como dichos tratados. Por incumplimiento de esos
tratados (5) , nuestra Nación puede ser condenada por cortes internacionales.
En sus inicios no era una rama autónoma del derecho. Se dice que su fecha
de nacimiento es el 3 de febrero de 1903, día en el cual Giuseppe Chiovenda
inició su curso de derecho procesal civil en Bolonia"(6) .
A pesar de todo lo anterior, su verdadera importancia suele ser relegada
incluso en algunos claustros universitarios (no de derecho), o derechamente su
estudio es obviado. Quizás por ello, varios profesionales ni se dan cuenta de la
inconstitucionalidad de la prueba de confesión en cuanto el absolvente debe
prestar juramento o promesa de decir verdad según el art. 404 del Código
Procesal Civil y Comercial de la Nación (en adelante, CPCCN); contrapuesto
con el art. 18 de la Constitución Nacional por la presunción de inocencia hasta
que se demuestre lo contrario, principio también receptado en el art. XXVI de la
Declaración Americana de los Derechos y Deberes del Hombre, en el art. 11 de
la Declaración Universal de Derechos Humanos, en el inc. 2 del art. 8º de la
Convención Americana sobre Derechos Humanos (más comúnmente conocida
por Pacto de San José de Costa Rica), especialmente si "de las respuestas a
las posiciones pudieran surgir pruebas que determinarán la iniciación de un
proceso criminal contra el declarante, o agravaran su situación en un proceso
penal ya existente"(7).
A la generalizada desconsideración se le agrega el escollo de la
incompatibilidad de nuestro modelo constitucional de 1853-1860, inspirado en
la Constitución de los Estados Unidos (8) y en la Declaración de Derechos del
Hombre y el Ciudadano, de neto corte liberal, en tanto que el resto de la
legislación, incluido el derecho procesal, en el derecho hispánico y colonial (9) .
La reforma constitucional del año 1994 redujo en parte el carácter liberal de la
Ley Máxima pero la estructura del CPCCN continúa prácticamente inalterable
hace décadas.
Los códigos procesales suelen ser denominados códigos de forma, de rito, o
de derecho adjetivo, mientras que los códigos enumerados en el art. 75, inc. 12
de nuestra Constitución Nacional, de fondo o sustantivos.
Cada jurisdicción (las provincias y la Ciudad de Buenos Aires) aplica su
código procesal según la materia. Nos apresuramos en mencionar que no
existe un código procesal para cada uno de los derechos sustantivos. Por
ejemplo, en el ámbito nacional no existe un código procesal administrativo (ni
un código de fondo de esa materia) ni tampoco uno procesal electoral y por ello
en la Capital Federal se aplica el CPCCN, en forma directa o supletoria.
La Ley de Financiamiento de los Partidos Políticos (10)"26.215 (art. 71)
...establece la aplicación supletoria del procedimiento dispuesto por la ley
23.298 (11) , el Código de Procedimiento en lo Civil y Comercial de la Nación o
el Código Procesal Penal de la Nación para la sanción de aquellas conductas
penadas por la primera (...) si bien los fallos dictados por la Cámara Nacional
Electoral arrojan un manto de luz sobre el régimen procesal en estos casos,
sería ideal de lege ferenda un Código Procesal propio de la disciplina que
contemple las particularidades propias de la materia" (12) .
La razón de que cada jurisdicción puede dictar su código procesal por
intermedio de su poder legislativo es una expresión del sistema federal de
gobierno (arts. 1, 5, 121, 122 y 123 de la Constitución Nacional). Las provincias
han delegado algunas competencias al gobierno nacional (13) y se le
reconocieron algunas a la Ciudad Autónoma de Buenos a partir de la
Constitución Nacional de 1994(14) . Entre las competencias no delegadas, se
encuentra la potestad de dictar sus códigos de procedimientos.
En este capítulo nos referiremos fundamentalmente a algunos conceptos
básicos del Derecho Procesal con relación al CPCCN y algunas referencias al
Código Procesal Penal de la Nación (en adelante CPPN) y a la LCQ.

2. PRINCIPIOS PROCESALES DEL DERECHO PROCESAL


Los principios procesales constituyen "las grandes directrices que expresa o
implícitamente brinda el legislador para que el método de enjuiciamiento pueda
operar eficazmente de acuerdo con la orientación filosófica-política de quien
ejerce el poder en un tiempo y lugar determinado"(15) .
Es decir, esos principios o garantías procesales pueden mutar en el tiempo,
ya sea en forma paulatina o abrupta, en este caso, por una razón política (16) .
"Según explica Coviello, cada institución jurídica tiene sus principios
generales; a su vez hay otros principios más generales que inspiran un
conjunto de instituciones afines; por sobre éstos imperan otros más generales
correspondientes a una rama determinada del derecho privado (civil, comercial,
etc.) o del derecho público (constitucional, administrativo, etc.); y, por fin, es
posible descubrir principios aún más generales que informan toda la legislación
positiva. Agotados los demás medios establecidos por la ley para resolver el
caso concreto, debe recurrirse primeramente a los principios fundamentales
que gobiernan la institución jurídica respecto de la cual se ha planteado la
controversia; luego, si no se hallara la solución, acudir gradualmente a los
principios más generales, hasta llegar a los generalísimos de toda la legislación
positiva nacional"(17).
Los principios generales del derecho son empleados para la resolución de
conflictos judiciales que no tengan recepción legal —colmando lagunas— o
ante la irrupción de un fenómeno ventilado en tribunales que aún no ha sido
legislado.
Los principios generales del derecho según los positivistas "están en el
derecho positivo" y los iusnaturalistas sostienen que"en ellos tiene su origen el
ordenamiento jurídico " (18) .
La aplicación de los principios generales del derecho en cuestiones civiles se
encuentra establecida fundamentalmente en los arts. 16 y 17 del Código Civil.
En materia mercantil, "En los casos que no estén especialmente regidos por
este Código, se aplicarán las disposiciones del Código Civil" , según principia el
Título Preliminar del Código de Comercio, concordante con el art. 207 del
mismo ordenamiento.
Para algunos estudiosos, el más importante principio procesal es el de la
imparcialidad del juzgador, pero a nuestro criterio, esa característica está
íntimamente ligada al concepto de jurisdicción que desarrollamos más adelante
en este mismo capítulo.
A continuación nos referiremos a los más importantes principios del Derecho
Procesal.

2.1. Igualdad de las partes


El principio procesal de la igualdad de las partes es un deber del juez incluido
en el art. 34, inc. 5, apartado "III" del CPCCN. Es una derivación del derecho de
igualdad ante la ley, de raigambre constitucional (art. 16 de la Constitución
Nacional) y convencional (19) . A diferencia del juez, las partes son parciales.
Si el juez no es imparcial, difícilmente las partes serán tratadas con igualdad ya
que, no necesariamente son iguales (20) . A este principio también se lo
conoce como igualdad de armas.
"El principio de igualdad en materia procesal no requiere una igualdad
aritmética, sino que lo que exige es que se brinde a las partes una razonable
igualdad de posibilidades en el ejercicio de su derecho de acción y de
defensa"(21).
El proceso judicial, si no es un simple simulacro, debe ser
contradictorio (22) , para asegurar la característica de bilateralidad del mismo.
Es decir, ninguna parte debe tener más oportunidades que la otra, y no es lo
mismo que una haya desaprovechado un estadio procesal (23) .
Incluso en la resolución judicial dictada eninaudita parte, por ejemplo, en
medidas cautelares por peligro en la demora o para evitar desbaratamiento de
derechos de la actora, el demandado tiene su oportunidad procesal; en su
caso, impugnar dicha resolución sólo que en tiempo diferido.
El método contradictorio es empleado para poder descubrir la verdad (24) de
los hechos sometidos a decisión judicial, lo cual ha sido objeto de reiterada
jurisprudencia. Nuestra Corte Suprema ha fijado que
"...La condición necesaria de que las circunstancias de hecho sean objeto de
comprobación ante los jueces, no excusa la indiferencia de éstos respecto de
su objetiva verdad. Si bien es cierto que para juzgar sobre un hecho no cabe
prescindir de la comprobación de su existencia, que en materia civil incumbe a
los interesados, y que esa prueba está sujeta a limitaciones, en cuanto a su
forma y tiempo, también lo es que el proceso civil no puede ser conducido en
términos estrictamente formales. A tal efecto, la ley acuerda a los jueces la
facultad de disponer las medidas necesarias para esclarecer los hechos
debatidos y tal facultad no puede ser renunciada cuando su eficacia para
determinar la verdad sea indudable... Es propio de los jueces de la causa
determinar cuándo existe negligencia procesal sancionable de las partes, así
como disponer lo conducente para el respeto de la igualdad en la defensa de
sus derechos. Pero estas consideraciones no bastan para excluir de la solución
a dar a los juicios su visible fundamento de hecho porque la renuncia
consciente a la verdad es incompatible con el servicio de la justicia..."(25) .
La bilateralidad es una consecuencia de la inviolabilidad de la defensa en
juicio que se materializa con la comunicación (26) a una de las partes de una
petición de la otra, mediante traslados o vistas, para que pueda ejercer su
derecho de defensa.
Y en el supuesto de vicios en la notificación de esos traslados o vistas, la
parte afectada puede invocar la nulidad procesal y así el equilibrio de la
bilateralidad puede ser restaurado.
En el recurso de reposición contra providencias dictadas de oficio o a pedido
de la misma parte recurrente, ese traslado no existe, ya que la incidencia se
resuelve sin sustanciación (art. 240 del CPCCN) aunque para garantizar la
mencionada bilateralidad, algunos magistrados disponen un traslado a la otra
parte.
Por otra parte, el derecho constitucional de que el imputado sea juzgado por
los jueces naturales, de acuerdo al art. 18 de la Constitución Nacional y el art.
8º del Pacto de San José de Costa Rica, integra el conjunto de garantías que
hacen al principio de igualdad de las partes.
Para una parte de la doctrina, "las medidas para mejor proveer", dictadas por
los magistrados en el marco de sus facultades ordenatorias e
instructorias (27) y a las cuales nos referimos más adelante, pueden mover el
fiel de la balanza de la justicia y quebrantar el principio procesal de igualdad de
las partes. A su favor, podemos agregar que a priori se desconoce el resultado
de esas medidas pretorianas.
Otros caracterizan dichas medidas como una muestra del activismo procesal
encarado por los jueces (28) para lograr la verdad objetiva, y así oficiosamente
se supliría una negligencia del letrado de una parte (29) , mancillándose el
principio de congruencia al cual nos referimos inmediatamente a continuación.
2.2. Congruencia
Tradicionalmente, en los juicios de carácter patrimonial, civiles y comerciales,
el principio de congruencia se lo ha definido como la correspondencia que debe
existir entre la sentencia, la pretensión de la actora y la defensa de la
demandada, tanto en lo que hace a los sujetos, al objeto y la causa de la litis,
en virtud de lo dispuesto en el art. 34, inc. 4 y en el art. 163, inc. 6 del
CPCCN(30) .
Como todo principio, el de congruencia no es absoluto, ya que la sentencia
puede incluir hechos sobrevinientes "aunque no hubiesen sido invocados
oportunamente" según el citado inc. 6 del art. 163, ahora in fine .
En el fuero penal, el principio de congruencia es "entendido como la estricta
correspondencia entre la acusación, la intimación precisa de los cargos que
contiene y la sentencia"(31) .
Algunos otros ejemplos de la flexibilización del principio de congruencia: el
juez puede determinar una medida cautelar distinta a la peticionada; el juez
puede fallar ultra petita según el art. 56 de la Ley de Procedimiento del Trabajo
18.345; la inclusión de terceros en la sentencia por el art. 96 del CPCCN;
monto de indemnización superior al reclamado que se condicionó a "lo que en
más o en menos resulte de la prueba"; los amparos que intentan proteger
derechos esenciales; procesos para proteger en forma inmediata el medio
ambiente según art. 32 in fine de la Ley General del Ambiente 25.675;
etc. (32) .
En el ámbito penal, los países que firmaron la Convención Americana sobre
Derechos Humanos deben privilegiar el principio procesal de congruencia. Para
ejemplificar lo anterior, mencionamos la resolución del 20/06/2005 dada por la
Corte Interamericana de Derechos Humanos, en el caso "Fermín Ramírez c.
Guatemala". Sólo haremos referencia al análisis efectuado por dicha Corte en
torno al principio de congruencia que lo definió como identidad entre la
acusación y la sentencia (33) .
El fallo condenatorio sometido al análisis de esa Corte se fundó en hechos
no comprendidos en la acusación (y en la peligrosidad del imputado, la cual no
fue demostrada) desconociendo el principio de congruencia e impidiendo el
ejercicio del derecho de defensa del imputado a pesar de que el art. 332 bis del
Código Procesal Penal guatemalteco establece "que incluye como requisito
sustantivo de la acusación la relación clara, precisa y circunstanciada del
hecho punible... y su calificación jurídica " (34) .
La indefensión del acusado por la falta del cumplimiento de formalidades
ante la ampliación de la acusación y el cambio de calificación del delito que se
le imputaba, es una muestra de la violación de los incs. "b" y "c" del art. 8.2 de
la Convención Americana sobre Derechos Humanos(35) .
El párrafo 67 de la sentencia de la Corte dice que "...Al determinar el alcance
de las garantías contenidas en el artículo 8.2 de la Convención, la Corte debe
considerar el papel de la "acusación" en el debido proceso penal vis-à-vis el
derecho de defensa. La descripción material de la conducta imputada contiene
los datos fácticos recogidos en la acusación, que constituyen la referencia
indispensable para el ejercicio de la defensa del imputado y la consecuente
consideración del juzgador en la sentencia. De ahí que el imputado tenga
derecho a conocer, a través de una descripción clara, detallada y precisa, los
hechos que se le imputan. La calificación jurídica de éstos puede ser
modificada durante el proceso por el órgano acusador o por el juzgador, sin
que ello atente contra el derecho de defensa, cuando se mantengan sin
variación los hechos mismos y se observen las garantías procesales previstas
en la ley para llevar a cabo la nueva calificación. El llamado "principio de
coherencia o de correlación entre acusación y sentencia" implica que la
sentencia puede versar únicamente sobre hechos o circunstancias
contemplados en la acusación".
En el párrafo 68: "Por constituir el principio de coherencia o correlación un
corolario indispensable del derecho de defensa, la Corte considera que aquél
constituye una garantía fundamental del debido proceso en materia penal, que
los Estados deben observar en cumplimiento de las obligaciones previstas en
los incisos b) y c) del artículo 8.2 de la Convención".
En el párrafo siguiente que "En el caso 'Pélissier y Sassi c. Francia', la Corte
Europea de Derechos Humanos determinó que los peticionarios no tuvieron
oportunidad para preparar su defensa respecto del nuevo cargo que se les
imputaba, ya que sólo a través de la sentencia del tribunal de apelaciones se
enteraron de la recalificación de los hechos..." (36) .
Al principio procesal de congruencia se lo suele oponer con la facultad
judicial denominada iura novit curiae(37) , pero el juez no está habilitado a
considerar hechos principales no alegados(38) , solución dudosa de aplicarse
los principios del activismo judicial.

2.3. Preclusión
Este principio procesal permite que el proceso avance de estadio procesal, y
el anterior, en principio, queda firme. Por ejemplo: la comparecencia de la parte
declarada rebelde sin que el proceso pueda retrogradar (art. 64 del CPCCN);
"El consultor técnico podrá ser reemplazado por la parte que lo designó y el
reemplazante no podrá pretender una intervención que importe retrogradar la
práctica de la pericia" (primer párrafo del art. 461 del CPCCN).
En general, vencido un plazo habiéndose o no ejercido la facultad que
corresponda, continúa el desarrollo del proceso judicial (art. 36, inc. 1 del
CPCCN).

2.4. Economía procesal


El objetivo de este principio procesal es la simplificación de la tramitación del
proceso al reunir diligencias a efectuarse en un mismo lugar, o a la reducción
del tiempo del trámite. Puede ser encontrado en la legislación, en las
resoluciones judiciales o en las peticiones de las partes.
Es una función del juez velar por el cumplimiento de este principio procesal
(art. 34, inc. 5 apartado V del CPCCN).
En forma similar, dentro de las "Reglas Procesales" de la LCQ se ha
dispuesto en el art. 278 que "En cuanto no esté expresamente dispuesto por
esta ley, se aplican las normas procesales de la ley del lugar del juicio que
sean compatibles con la rapidez y economía del trámite concursal".
Presenta distintas manifestaciones: concentración, máximo rendimiento,
eventualidad, celeridad y oportunidad cuyos lineamientos esbozamos
seguidamente.

2.4.1. Concentración
La reunión en un solo acto de todas las diligencias que se deben realizar (art.
34, inc. 5, apartado I del CPCCN); en incidentes concursales, la fijación de una
audiencia para que se produzca toda la prueba (art. 282LCQ); todas las
cuestiones incidentales cuyas causas existieran simultáneamente y sean
conocidas por quien las promueve, deben ser planteadas conjuntamente (art.
286LCQ); etc.
Continuando con ejemplos provenientes del Derecho Concursal, la orden
judicial de constatar y clausurar el domicilio comercial del fallido denunciado
(en la medida en que no sea el domicilio particular del mismo), diligencia a
cargo de la sindicatura juntamente con el escribano inventariador y el martillero.
En su contra, si se trata de un inmueble que no explota la fallida ni es de su
propiedad, la quiebra en principio (39) deberá solventar los honorarios de los
dos últimos auxiliares de justicia sin que haya un aporte efectivo de los mismos.
La primacía del principio de concentración por sobre la competencia del juez
en razón del lugar surge en determinados procesos, como son los que están en
juego por el interés superior del niño (40) . "El principio de concentración es
saludable, ya que resulta muy positivo que el judicante que tuvo el caso en sus
manos, y que tramitó ante su juzgado los distintos litigios planteados entre las
partes, pueda seguir conociendo en los nuevos conflictos que se susciten; con
el beneficio de permitir la continuidad de criterio del tribunal en la valoración de
los hechos y el derecho. Asimismo, es harto positivo para el adecuado
desenvolvimiento del trámite, que puedan seguir trabajando en la causa los
auxiliares de la justicia que intervinieron en el problema familiar; y, en fin, que
se mantenga la labor que podrían estar desempeñando en la causa las
respectivas defensorías zonales. Vale decir que no cambió de residencia el
niño, a pesar de que por el juego de otros principios pueda caber formalmente
la intervención de otro juez, ha de comportar el pase a éste de las actuaciones
respectivas, provocando desdoblamientos perniciosos y efectos severamente
negativos en perjuicio de los niños afectados en el caso"(41) .
Por otra parte, el método de enjuiciamiento oral favorece la concentración de
actos en la audiencia (ampliamos sobre la oralidad infra ).

2.4.2. Máximo rendimiento


Principio procesal civil a veces llamado "economía de esfuerzo" que "tiende
a establecer lo conducente —a veces con respaldo legal, otras únicamente
gracias a la faena doctrinal y jurisprudencial— a aprovechar todas las
potencialidades correspondientes que pudiera tener una actuación o acto
procesal cumplido o una etapa procesal"(42) .
Ejemplo de ello es la "prueba trasladada", es decir, la prueba producida en
un proceso civil o penal se utiliza en otro juicio, o la prueba producida en un
juicio cuya perención se decretó se utiliza en otro; etc.

2.4.3. Eventualidad
Se produce un acto en forma eventual junto a otro para que en caso de que
este último no produzca los efectos esperables, el eventual lo supla. Por
ejemplo, la interposición del recurso de reposición (art. 238 del CPCCN) y en
subsidio, el de apelación (art. 242 del mismo código).

2.4.4. Celeridad
La notificación por ministerio de ley abrevia el plazo y es la regla general
en los concursos y las quiebras (art. 273, inc. 5 in fine LCQ); todos los términos
son perentorios (art. 273, inc. 1LCQ); las resoluciones son inapelables (art.
273, inc. 3LCQ) (43) ; el juez debe tomar medidas tendientes a evitar la
paralización del proceso (art. 36, inc. 1 del CPCCN); etc.

2.4.5. Oportunidad
En los casos en que no esté previsto un plazo especial, los distintos tipos
de resoluciones judiciales deben ser dictadas en los plazos establecidos en
el art. 34, inc. 3 del CPCCN.

2.5. Inmediación
Este principio procesal está dirigido al juez a fin de que se pueda lograr en
forma anticipada la solución de la contienda judicial mediante la conciliación de
las partes sin que ello implique prejuzgamiento (arts. 36, incs. 2 y 3 y 360 del
CPCCN).
También el sistema de juzgamiento oral favorece la inmediación (44) , pero
no necesariamente la solución justa del caso, sobre todo si se trata de una
cuestión de puro derecho, de hechos complejos, sujetos múltiples, tribunales
colegiados y/o colapsados por la excesiva carga de expedientes e insuficiencia
estructural, todo lo que ocasiona demora en la fijación de la/s fecha/s de la/s
audiencia/s, etc. (45) .
Posiciona a la oralidad lo dispuesto por plenario nº 109 del 28/11/2008 de la
Cámara Nacional en lo Penal Económico cuyo sumario reza así: "Cuando por
el segundo párrafo del artículo 175 del Código Procesal Penal de la Nación —
texto según ley 26.395— se expresa que en el caso en que la denuncia sea
presentada ante un juez, la misma deberá ser escrita, no se veda la posibilidad
de que los magistrados reciban denuncias verbales"(46) .

2.6. Publicidad
El art. 1º de nuestra Constitución Nacional establece que el gobierno adopta
la forma representativa, republicana y federal. En la forma republicana de
gobierno, entre varias de sus características, se encuentra la publicidad de los
actos de gobierno y el Poder Judicial, como autoridad del Gobierno Federal, no
escapa al requisito de la publicidad de sus actos.
El Pacto de San José de Costa Rica en su art. 8º, inc. 5º establece la
publicidad en el proceso penal salvo excepciones. Desde antaño se tiene dicho
que los jueces hablan por sus sentencias y entonces la publicidad de las
mismas cumpliría con dicha característica republicana (47) .
Las audiencias que se celebran en el marco de un proceso judicial también
constituyen actos de gobierno y a su respecto el art. 125, inc. 1 del CPCCN
dispone que "Serán públicas, bajo pena de nulidad, pero el tribunal podrá
resolver, aun de oficio, que total o parcialmente, se realicen a puertas cerradas
cuando la publicidad, afecte la moral, el orden público, la seguridad o el
derecho a la intimidad. La resolución, que será fundada, se hará constar en el
acta. Desaparecida la causa de la clausura, se deberá permitir el acceso al
público".
La gran mayoría de las causas judiciales no interesan al público ni al
periodismo. En tanto que las causas que concitan el interés suelen serlo desde
su inicio, pudiéndose generar una tensión en el equilibrio que debe reinar entre
la imparcialidad del juez, la objetividad del fiscal y la presunción de inocencia
del imputado y, agravando los males, la falta de idoneidad profesional en temas
jurídicos y la falta de conocimiento del expediente por parte de los
comunicadores y periodistas pueden generar una inclinación de la población —
quizás equivocada— en las resultas del caso.
En cumplimiento del principio republicano de gobierno, la Corte Suprema de
Justicia de la Nación por Acordada 29/2008 del 28/10/2008, consideró que con
el objeto de "promover la difusión de los juicios orales, (...) garantizar el
derecho a la información en los casos judiciales de trascendencia pública que
generan gran interés en la ciudadanía ... (y) las salas de los tribunales sólo
pueden albergar a un limitado número de personas, su transmisión por los
medios audiovisuales evitaría la exclusión de aquellos que no pueden ingresar
en el recinto" , resolvió por dicho acuerdo que: "I) En los juicios orales el
tribunal a cargo de las actuaciones permitirá la difusión radial y televisiva de los
siguientes actos: a) Actos iniciales del juicio (artículos 374 y 378 del Código
Procesal Penal de la Nación; b) Discusión final: los alegatos (artículo 393...); c)
Lectura de la sentencia, en su parte dispositiva y fundamentos (artículo 400...).
II) El Tribunal podrá establecer las limitaciones que estime necesarias en
ejercicio de las facultades ordenatorias del proceso y atendiendo a las
particularidades del caso. III) La cobertura periodística se ajustará a las
siguientes reglas...".
Entre las posibles ventajas de la oralidad podemos mencionar (48) :
reducción de los actos judiciales con relación al proceso escrito; la
espontaneidad; posibilidad de observación de la actitud gestual; posibilidad de
aclaración en el acto; posibilidad concreta de la inmediación del juez; reducción
de la cantidad de mentiras de las partes (49) ; mayor publicidad; etc.
Algunos de los inconvenientes de la oralidad son: la falta de tiempo de otra
parte para preparar su réplica; la eventual falta de aptitudes de las partes y de
los profesionales en lo que se refiere a la exposición oral; lo innecesario del
sistema oral en casos simples o en cuestiones que se las declara de puro
derecho; las transcripciones en el acta no suelen ser totales como tampoco
textuales; etc.
Con relación a nuestra manifestación anterior sobre la eventual falta de
aptitudes de los profesionalesen lo que se refiere a la exposición oral ,
acotamos que fue efectuada en el conocimiento de que los provenientes de
ciencias no jurídicas, no suelen ser entrenados académicamente en la oralidad,
a estar fundamentalmente a la masividad de los cursos universitarios y a la
limitación en la carga horaria ante continuas necesidades de aumentos de
contenidos curriculares en virtud de los continuos cambios en las profesiones.
En el supuesto de implantación total del sistema oral en los juicios, podrá
importar una frustración inicial de esos profesionales que podrá ser remediada
con el tiempo y la asistencia a cursos especializados de oratoria (50) .
Así las cosas, a nuestro entender, no es conveniente adoptar radicalmente
un sistema totalmente oral o escrito como tampoco a todos los distintos tipos
de procesos, sin un estudio detenido de las ventajas y desventajas del sistema.

2.7. Colaboración o cooperación


Este principio se refiere a la carga de las partes de coadyuvar al
esclarecimiento de los hechos controvertidos en la etapa probatoria.
Este principio procesal suele ser confundido con la "teoría de la carga
dinámica de la prueba" o "prueba compartida" que impone la carga de producir
una prueba, a la parte que está en mejores condiciones de probar
determinados hechos. La crítica que se le efectúa es la inversión de la carga de
la prueba por decisión pretoriana con lo cual se otorga una protección
diferenciada a una parte, en general, la débil, vulnerándose el principio
procesal de igualdad de las partes (que en una gran cantidad de casos es sólo
teórico, justamente por la desigualdad real entre las partes de la contienda).
En general se trata de prueba documental que suele estar en poder de la
demandada: registros de diversa índole, historias clínicas (51) , etc., que por
imperio de la buena fe procesal en el proceso, dicha documental debió ser
aportada por la accionada en su escrito de contestación o reconvención.
Ante la omisión de la presentación de documental citada por las partes ha
sido dispuesta su agregación como "medida para mejor proveer" (a la cual
antes ya nos referimos) (52) .

3. SISTEMAS DE IMPULSIÓN DEL PROCESO JUDICIAL

3.1. Sistema legal


El proceso judicial avanza en forma establecida por la ley de
procedimientos o reglamento por actos que deben realizar los funcionarios
judiciales o las partes sin previa orden judicial ni petición. Reducido es el
número de oportunidades que este sistema se aplica en el CPCCN.

3.2. Sistema dispositivo


Una parte de la doctrina sostiene, a nuestro criterio, equivocadamente que el
sistema dispositivo es un principio procesal y en vez de llamarlo "sistema", lo
denominan "principio". Igual suerte corre su opuesto, el sistema inquisitivo, que
es llamado principio inquisitivo. Un principio no debe presentar una
característica de ocurrencia dicotómica y por esta razón, ni al sistema
dispositivo ni al inquisitivo los hemos incluido en el apartado de principios
procesales.
Este sistema ha sido el más empleado en los códigos de rito hasta la sanción
de nuevos que contemplan la corriente del activismo judicial.
El predominio de las ideas liberales de nuestra Constitución de 1853 con el
transcurso del siglo XX fue menguando. En esos tiempos, la igualdad, la
libertad y la autonomía de la voluntad inspiraron el derecho de fondo y el de
forma, y por ello las decisiones en derechos disponibles de los individuos con
plena capacidad podían reputarse válidas: acudir al remedio judicial, el planteo
de los hechos, la forma de su petición, el ofrecimiento de las pruebas y la de su
conclusión, incluso sin esperar una sentencia definitiva en la contienda (modo
normal de terminación del proceso), mediante el allanamiento total o parcial,
transacción, conciliación, desistimiento y caducidad de instancia (modos
anormales). En cuanto a la función judicial, se limitaba a velar por el
cumplimiento de las garantías procesales, el proveimiento de las pruebas, la
apreciación de sus resultados y la solución conforme a derecho del caso
sometido a su jurisdicción.
En los tribunales no partidarios del activismo judicial, el límite lo imponen las
partes, la carga procesal pesa sobre las mismas y por el aforismo iura novit
curiae , la actividad judicial no puede modificar el principio de congruencia
siempre y cuando no se afecte el orden público.
3.3. Sistema inquisitivo
Suscitado el conflicto que afecta el orden público, el Estado toma
intervención activa, ya sea por denuncia de un tercero, del damnificado o por
su anoticiamiento en ejercicio del poder de policía estatal, sin perjuicio de que
el denunciante no se transforme en querellante, estando igualmente obligado a
aportar la prueba. El Estado acusa, instruye y condena. Este sistema fue usado
en la esfera penal y del trabajo y actualmente se puede decir que es mixto.

4. CONCEPTOS BÁSICOS

4.1. Jurisdicción
La jurisdicción es la potestad de los jueces de dictar justicia en un caso
concreto y para ello debe contar con las facultades de independencia e
imparcialidad no sólo con respecto a las partes del caso sino con relación a
cualquier poder imperante que pueda tener relación con el tema sometido a su
decisión.
Para garantizar esa imparcialidad, además, el juez no debe producir la
prueba, tarea cuyo urgimiento se encuentra a cargo de las partes en el sistema
dispositivo. Por ejemplo, en el caso de la prueba pericial contable, aunque el
juez cuente con el título de contador público, por el deber de imparcialidad no
debe emitir el dictamen pericial. Y en el proceso penal, a este principio se lo
suele denominar de "objetividad".
Según Duce y Riego "este principio se refiere a la obligación que tienen los
fiscales de investigar tanto aquello que permite acreditar el delito y la
participación del imputado en él, como los hechos que sirvan para probar su
inocencia (en realidad que extingan, eximan o atenúen su responsabilidad
penal)"(53) .
Asimismo, la mayor apertura de la cosmovisión y la objetividad del
magistrado coadyuvan a la imparcialidad que debe mantener durante la
secuela del juicio. La imparcialidad del juez es uno de los medios para asegurar
la igualdad de las partes conforme a derecho (54) , a lo cual ya nos referimos.
Por otra parte, equivocadamente se le suele dar a la palabra "jurisdicción"
otros significados (no jurídicos) (55) , a saber:
Jurisdicción como conjunto de atribuciones de cada uno de los poderes del
Estado.
Jurisdicción como una suerte de sinónimo de soberanía de un Estado
nacional.
4.2. Competencia
La competencia de un juez en un caso determinado es el límite de su
jurisdicción, impuesta en razón de la materia, el grado, el territorio, originaria,
derivada, etc.
Entonces, un juez del fuero civil debe declarase incompetente si la materia
es del comercial; igual en el caso de un juez penal de una localidad si el hecho
delictivo tuvo lugar en otra.
La Corte Suprema de Justicia de la Nación y los tribunales inferiores de la
Nación tienen competencia originaria en todas las causas que versen sobre
puntos regidos por la Constitución Nacional, las leyes de la Nación, con la
reserva hecha en el inc. 12 del art. 75 de dicha Ley Máxima y por los tratados
con las naciones extranjeras; de las causas concernientes a embajadores,
ministros públicos y cónsules extranjeros; de las causas de almirantazgo y
jurisdicción marítima; de los asuntos en que la Nación sea parte; de las causas
que se susciten entre las provincias y entre una provincia o sus vecinos, contra
un Estado o ciudadano extranjero (art. 116 de la Constitución Nacional).
Además, la misma Corte ejerce su jurisdicción por apelación en esos casos,
pero en los de embajadores, ministros y cónsules extranjeros y en los que
alguna provincia sea parte, la ejerce originaria y exclusivamente (art. 117 de la
Constitución Nacional).
La competencia de la Corte Suprema de Justicia de la Nación en razón de la
materia (arts. 116 y 117 de la Constitución Nacional) fue más precisada en
el art. 1º de la ley 48 de 1863. El art. 4º de la misma ley determina la
competencia de la misma Corte Suprema en grado de apelación. También
dicha ley establece la competencia de los jueces nacionales en razón de la
materia, con sucesivas modificaciones.
El art. 4º del CPCCN establece sobre la competencia que "Toda demanda
deberá interponerse ante juez competente, y siempre que la exposición de los
hechos resultare no ser de la competencia del juez ante quien se deduce,
deberá dicho juez inhibirse de oficio. Consentida o ejecu toriada la respectiva
resolución, se remitirá la causa al juez tenido por competente. En los asuntos
exclusivamente patrimoniales no procederá la declaración de incompetencia de
oficio, fundada en razón del territorio".
Los arts. 5º y 6º del mismo código de rito establecen una serie de reglas
generales para determinar la competencia en materia civil y comercial y el art.
21 de la LCQ, las excepciones del fuero de atracción concursal que por
exceder el marco de esta obra no analizaremos.
La competencia también está fijada por otras normas legales. Por ejemplo,
en el proceso sucesorio, en principio la competencia la determina el último
domicilio del causante por el art. 90, inc. 7º y art. 3284, primera parte, ambos
del Código Civil.
De la combinación de los conceptos de "jurisdicción" y de "competencia",
podemos decir que todo juez tiene jurisdicción pero no todo juez tiene
competencia en un caso determinado.
4.2.1. Recusación
Es el procedimiento con que cuentan las partes para tratar de impedir que
un juez que aparentemente esté incurso en una de las causas legales de
recusación establecidas en forma enunciativa en el art. 17 del CPCCN entienda
en el caso, a fin de garantizar la imparcialidad del juez.
El art. 17 del CPCCN dice: "Serán causas legales de recusación:
1) El parentesco por consanguinidad dentro del cuarto grado y segundo de
afinidad con alguna de las partes, sus mandatarios o letrados.
2) Tener el juez o sus consanguíneos o afines dentro del grado expresado
en el inciso anterior, interés en el pleito o en otro semejante, o sociedad o
comunidad con alguno de los litigantes, procuradores o abogados, salvo
que la sociedad fuese anónima.
3) Tener el juez pleito pendiente con el recusante.
4) Ser el juez acreedor, deudor o fiador de alguna de las partes, con
excepción de los bancos oficiales.
5) Ser o haber sido el juez autor de denuncia o querella contra el recusante,
o denunciado o querellado por éste con anterioridad a la iniciación del
pleito.
6) Ser o haber sido el juez denunciado por el recusante en los términos de la
ley de enjuiciamiento de magistrados, siempre que la Corte Suprema
hubiere dispuesto dar curso a la denuncia.
7) Haber sido el juez defensor de alguno de los litigantes o emitido opinión o
dictamen o dado recomendaciones acerca del pleito, antes o después de
comenzado.
8) Haber recibido el juez beneficios de importancia de alguna de las partes.
9) Tener el juez con alguno de los litigantes amistad que se manifieste por
gran familiaridad o frecuencia en el trato.
10) Tener contra el recusante enemistad, odio o resentimiento que se
manifieste por hechos conocidos. En ningún caso procederá la recusación por
ataques u ofensa inferidas al juez después de que hubiere comenzado a
conocer del asunto" .
La posibilidad de abuso procesal en la recusación se ve aumentada por el
hecho de que la lista de causas legales de recusación es meramente
enunciativa, como no podía ser de otra manera "...si una parte recusa repetidas
veces o de manera maliciosa, palmario es que no lo hace para obtener un
tribunal imparcial sino para alongar el trámite"(56) .
Un caso de recusación impropia por una causa no especificada en el texto
legal ha sido objeto de decisión por parte de la Corte Suprema de Justicia de la
Nación por cuanto "la opinión abstracta expresada en un trabajo de índole
teórica no constituye prejuzgamiento, a los efectos de la recusación
formulada"(57) .
4.2.2. Excusación
Es el procedimiento con que cuenta el juez para declararse incompetente si
se encuentra incurso en alguna de las causas legales de recusación del
mencionado art. 17CPCCN.
Adelantamos que dichas causas legales, en su caso, son aplicables al perito
de acuerdo al art. 466CPCCN(58) .
En el art. 55 del CPPN se establecen causales de inhibición:
"Art. 55. - El juez deberá inhibirse de conocer en la causa cuando exista uno
de los siguientes motivos:
1°) Si hubiera intervenido en el mismo proceso como funcionario del
Ministerio Público, defensor, denunciante, querellante o actor civil, o
hubiera actuado como perito o conocido el hecho como testigo, o si en
otras actuaciones judiciales o administrativas hubiera actuado
profesionalmente en favor o en contra de alguna de las partes
involucradas.
2°) Si como juez hubiere intervenido o interviniere en la causa algún pariente
suyo dentro del cuarto grado de consanguinidad o segundo de afinidad.
3°) Si fuere pariente, en los grados preindicados, con algún interesado.
4°) Si él o alguno de dichos parientes tuvieren interés en el proceso.
5°) Si fuere o hubiere sido tutor o curador, o hubiere estado bajo tutela o
curatela de alguno de los interesados.
6°) Si él o sus parientes, dentro de los grados preindicados, tuvieren juicio
pendiente iniciado con anterioridad, o sociedad o comunidad con alguno
de los interesados, salvo la sociedad anónima.
7°) Si él, su cónyuge, padres o hijos, u otras personas que vivan a su cargo,
fueren acreedores, deudores o fiadores de alguno de los interesados,
salvo que se tratare de bancos oficiales o constituidos, bajo la forma de
sociedades anónimas.
8°) Si antes de comenzar el proceso hubiere sido acusador o denunciante de
alguno de los interesados, o acusado o denunciado por ellos.
9°) Si antes de comenzar el proceso alguno de los interesados le hubiere
promovido juicio político.
10) Si hubiere dado consejos o manifestado extrajudicialmente su opinión
sobre el proceso a alguno de los interesados.
11) Si tuviere amistad íntima, o enemistad manifiesta con alguno de los
interesados.
12) Si él, su cónyuge, padres o hijos, u otras personas que vivan a su cargo,
hubieren recibido o recibieren beneficios de importancia de alguno de los
interesados; o si después de iniciado el proceso, él hubiere recibido
presentes o dádivas, aunque sean de poco valor".
El art. 56 delimita el concepto de "interesados": "A los fines del artículo
anterior, se considerarán interesados el imputado, el ofendido o damnificado y
el civilmente demandado, aunque estos últimos no se constituyan en parte" .
Continuando con el abuso procesal, la recusación y la excusación, junto con
las medidas cautelares y los recursos son las "tres áreas donde resulta más
habitual la aparición del abuso procesal... y de ordinario, el abuso procesal no
presupone la violación de texto legal alguno, sino de algún principio procesal
(el de moralidad, el de economía, etc.)"(59) .

4.3. Domicilios
Este tema está íntimamente relacionado con los medios de notificación y su
importancia es tal que un error en la notificación de un acto procesal en cuanto
al domicilio puede acarrear la nulidad del mismo (60) , y entre otras cuestiones
de máxima importancia jurídica determina la competencia de las autoridades
públicas.
En el Código Civil, los distintos domicilios de las personas (real, legal y
especial) se encuentran legislados en los arts. 89 a 102. En el CPCCN la
distinción de los domicilios (constituido y real) se encuentra fundamentalmente
en los arts. 40 a 42 que transcribimos a continuación:
"Art. 40. - Toda persona que litigue por su propio derecho o en repres
entación de tercero deberá constituir domicilio legal dentro del perímetro de la
ciudad que sea asiento del respectivo juzgado o tribunal.
Ese requisito se cumplirá en el primer escrito que presente, o audiencia a
que concurra, si es ésta la primera diligencia en que interviene. En las mismas
oportunidades deberá denunciarse el domicilio real de la persona
representada.
Se diligenciarán en el domicilio legal todas las notificaciones por cédula, que
no deban serlo en el real.
El domicilio contractual constituido en el de la parte contraria no es eficaz
para las notificaciones que deben ser realizadas en el domicilio del
constituyente"
"Art. 41. - Si no se cumpliere con lo establecido en la primera parte del
artículo anterior, las sucesivas resoluciones se tendrán por notificadas en la
forma y oportunidad fijadas por el artículo 133, salvo la notificación de la
audiencia para absolver posiciones y la sentencia.
Si la parte no denunciare su domicilio real, o su cambio, las resoluciones que
deban notificarse en dicho domicilio se cumplirán en el lugar en que se hubiere
constituido, y en defecto también de éste, se observará lo dispuesto en el
primer párrafo".
"Art. 42. - Los domicilios a que se refieren los artículos anteriores subsistirán
para los efectos legales hasta la terminación del juicio o su archivo, mientras
no se constituyan o denuncien otros.
Cuando no existieren los edificios, quedaren deshabitados o desaparecieren,
o se alterare o suprimiere su numeración, y no se hubiese constituido o
denunciado un nuevo domicilio, con el informe del notificador se observará lo
dispuesto en la primera o segunda parte del artículo anterior, según se trate,
respectivamente, del domicilio legal o del real.
Todo cambio de domicilio deberá notificarse por cédula a la otra parte.
Mientras esta diligencia no se hubiese cumplido, se tendrá por subsistente el
anterior".
Por Acordada 22/91 de la Corte Suprema de Justicia de la Nación se dispuso
que en las cédulas de notificación sólo pueden consignarse como "tipo de
domicilio" tan sólo dos opciones: denunciado o constituido.
En virtud de dicha acordada, para poder efectuar notificaciones por cédulas
se resolvió "...admitir de manera excepcional, y a los efectos de los arts. 140 y
141 CPCC, tal calificación de ´constituido´ al domicilio social inscripto, ello a fin
de otorgar eficacia a la directiva prevista por la ley 19.550: 11-2º..."(61) .
El art. 339 del CPCCN dispone que: "la citación del demandado se hará por
medio de cédula que se entregará al demandado en su domicilio real, si aquél
fuere habido..." y no puede reputarse como domicilio real el denunciado por la
demandada en el contrato que motivó el juicio sobre todo si se trata de un
documento privado sin firma certificada por escribano ni reconocimiento de la
accionada (62) .

5. MEDIOS DE NOTIFICACIÓN
Los actos procesales son notificados a las partes, a los terceros y auxiliares
de la justicia por distintos medios: cédula, oficio, exhortos, notificación personal,
retiro del expediente en préstamo, acta notarial, telegrama, carta documentada,
edictos y avisos por radiodifusión o televisión.
El sistema de las notificaciones (tanto las reales como las fictas) permite que
el proceso avance de estadio con el efecto del principio procesal de preclusión
al cual ya nos referimos.
El tema de notificaciones se encuentra establecido en el CPCCN en el Título
III denominado "Actos procesales", Capítulo VI, de las "Notificaciones".
No todos los medios de notificación tienen igual gradación de seguridad. El
orden descendente es el siguiente: personal; cédula, acta notarial, telegrama o
carta documento; automática, radiodifusión o televisión, y por último,
edictos (63) .

5.1. Clasificación de los modos de las notificaciones


Los modos de las notificaciones, de acuerdo al CPCCN, podemos
clasificarlos de la siguiente manera (64) :
5.1.1. Por ministerio de ley, automática o por nota
Es el principio general, salvo en los casos en que procede la notificación por
cédula. Las resoluciones judiciales quedarán notificadas en todas las instancias
los días martes y viernes, y si uno fuere feriado, la notificación tendrá lugar el
siguiente día de nota, salvo si el expediente no se encontrare en el tribunal y en
caso contrario, no es exhibido a quien lo solicita (la parte, apoderado, letrado,
autorizado en el expediente, éste con algunas limitaciones) y hace constar tal
circunstancia en el libro de asistencia (arts. 133 y 134 del CPCCN).
Si el expediente tramita ante la Corte Suprema de Justicia de la Nación, por
Acordada 8/2012 del 17/05/2012 (65) , a partir del 01/06/2012, el Libro de
Asistencia de Letrados (Libro de Notas) en soporte papel será incluido en el
programa informático de causas de la misma Corte.

5.1.2. Personal
La parte, su letrado o autorizado (con limitaciones) se traslada al tribunal y se
notifica en el expediente al revisarlo, ya sea en forma voluntaria, o a instancia
del prosecretario administrativo o jefe de despacho (arts. 142 y 143). Es otra
excepción al modo anterior. Los funcionarios judiciales quedan notificados el
día de la recepción del expediente en su despacho, y personalmente, el
Procurador General de la Nación, el Defensor General de la Nación, los
Procuradores Fiscales de la Corte Suprema, los Procuradores Fiscales de
Cámara y los Defensores Generales de Cámara (art. 135 in fine ).

5.1.3. Escrita
Por medio de cédula, acta notarial, telegrama o carta documento. Los oficios
y exhortos son denominados por la doctrina como medios de comunicación,
pero también podrían ser medios de notificación escritos (arts. 131 y 132 del
Capítulo V). Este modo implica la existencia de un domicilio, constituido o
denunciado, bajo responsabilidad de la parte.

5.1.4. Tácita
El retiro del expediente en préstamo por parte de los abogados, apoderados
y auxiliares importará la notificación de todas las resoluciones contenidas en el
mismo. También el retiro de copias (arts. 134 y 127); peticiones que
demuestran que la resolución pendiente de notificación es de conocimiento por
el peticionante (art. 149); presentación ante la Secretaría del Tribunal de la
cédula lo cual importará la notificación de la resolución que contenga la misma.
5.1.5. En los estrados del juzgado
Se dispone este modo de notificación ante el incumplimiento de constitución
de domicilio en el radio del juzgado (arts. 40 y 41), o por incomparecencia.

5.1.6. Externa al expediente


Ante el desconocimiento del domicilio y/o del nombre y apellido del requerido
se ordena la publicación de edictos y avisos en radio y televisión (arts. 145 y
148).

5.2. Forma de las notificaciones


El sistema empleado por el CPCCN es el de la notificación de las
resoluciones. En otras legislaciones pueden ser notificados los escritos. Lo
anterior no es enervado por la circunstancia de que la resolución a notificar
disponga además la remisión de la copia del escrito en despacho (sin la cual,
en principio, la notificación no sería válida).
La notificación que debe hacerse con entrega de copias se debe efectuar por
cédula o acta notarial, sin perjuicio de la facultad reglamentaria concedida a la
Corte Suprema de Justicia de la Nación. Si se hace por carta documento o
telegrama, las copias se deben transcribir en esos medios de notificación. Si
fracasa la diligencia de notificación, no es necesaria petición de una nueva
notificación, y puede ser intentada por otra vía (art. 136 del CPCCN).
Por Resolución nº 189/2007 del 26/04/2007 del Consejo de la Magistratura
del Poder Judicial de la Nación se resolvió que al acompañar una cédula con
una copia de más de cincuenta hojas, la misma sea archivada por el tribunal,
durante el mismo plazo que rija para el resto de las copias. El notificado debe ir
a retirar la copia archivada en secretaría. Es conveniente que en el texto de
dicha cédula se advierta que las copias se encuentran a disposición de la parte,
tercero o auxiliar a notificar para evitar una impugnación en los términos del art.
120 del CPCCN.
Las resoluciones que deben ser notificadas por cédula, salvo notificación
personal o tácita, están establecidas en el art. 135CPCCN que dice
así:"Sóloserán notificadas personalmente o por cédula las siguientes
resoluciones:
1) La que dispone el traslado de la demanda, de la reconvención y de los
documentos que se acompañen con sus contestaciones.
2) La que dispone correr traslado de las excepciones y la que las resuelva.
3) La que ordena la apertura a prueba y designa audiencia preliminar
conforme al artículo 360.
4) La que declare la cuestión de puro derecho, salvo que ello ocurra en la
audiencia preliminar.
5) Las que se dicten entre el llamamiento para la sentencia y ésta.
6) Las que ordenan intimaciones, o apercibimientos no establecidos
directamente por la ley, hacen saber medidas cautelares o su modificación
o levantamiento, o disponen la reanudación de plazos suspendidos por
tiempo indeterminado, o aplican correcciones disciplinarias.
7) La providencia que hace saber la devolución del expediente, cuando no
haya habido notificación de la resolución de alzada o cuando tenga por
objeto reanudar plazos suspendidos por tiempo indeterminado.
8) La primera providencia que se dicte después de que un expediente haya
vuelto del archivo de los tribunales, o haya estado paralizado o fuera de
secretaría más de tres meses.
9) Las que disponen vista de liquidaciones.
10) La que ordena el traslado del pedido de levantamiento de embargo sin
tercería.
11) La que dispone la citación de personas extrañas al proceso.
12) Las que se dicten como consecuencia de un acto procesal realizado
antes de la oportunidad que la ley señala para su cumplimiento.
13) Las sentencias definitivas y las interlocutorias con fuerza de tales y sus
aclaratorias con excepción de las que resuelvan caducidad de la prueba
por negligencia.
14) La providencia que deniega los recursos extraordinarios.
15) La providencia que hace saber el juez o tribunal que va a conocer en
caso de recusación, excusación o admisión de la excepción de
incompetencia.
16) La que dispone el traslado del pedido de caducidad de la instancia.
17) La que dispone el traslado de la prescripción en los supuestos del
artículo 346, párrafos segundo y tercero.
18) Las demás resoluciones de que se haga mención expresa en la ley o
determine el Tribunal excepcionalmente, por resolución fundada.
No se notificarán mediante cédula las decisiones dictadas en la audiencia
preliminar a quienes se hallaren presentes o debieron encontrarse en ella.
Los funcionarios judiciales quedarán notificados el día de la recepción del
expediente en su despacho. Deberán devolverlo dentro del tercer día, bajo
apercibimiento de las medidas disciplinarias a que hubiere lugar.
No son aplicables las disposiciones contenidas en el párrafo precedente al
Procurador General de la Nación, al Defensor General de la Nación, a los
Procuradores Fiscales de la Corte Suprema, a los Procuradores Fiscales de
Cámara, y a los Defensores Generales de Cámara, quienes serán notificados
personalmente en su despacho" .
El contenido de los medios de notificación se encuentra estipulado en el art.
137 del mismo código de rito. El documento de notificación será suscripto por el
letrado patrocinante de la parte que tenga interés en la notificación o por el
síndico (66) , tutor o curador ad litem , notario, secretario o prosecretario en su
caso, quienes deberán aclarar su firma con el sello correspondiente. La
presentación de los documentos de notificación en la Secretaría del Tribunal,
oficina de Correos o el requerimiento al notario, importará la notificación de la
parte patrocinada o representada. Deberán estar firmados por el secretario o
prosecretario los instrumentos que notifiquen medidas cautelares o entrega de
bienes y aquellos en que no intervenga letrado, síndico, tutor o curador ad
litem , salvo notificación notarial.
El mismo Consejo de la Magistratura por la Resolución nº 188/2007 del
26/04/2007 modificó al Reglamento aprobado por Acordada 19/1980 de la
Corte Suprema de Justicia de la Nación (67) , sobre el régimen de
notificaciones y el funcionamiento de la Oficina de Notificaciones para la
Justicia Nacional y Federal.
Algunas providencias contienen disposiciones que deben notificar por
ministerio de ley y otras por cédula y a su respecto "Se ha decidido que cuando
una providencia contiene una parte que debe notificarse por nota y otra que
debe efectuarse personalmente o por cédula, no se produce la primera de las
notificaciones en tanto se diligencia la cédula"(68) .

5.3. Las notificaciones e Internet

5.3.1. Conocimiento del estado procesal del expediente por Internet


Desde hace años, el estado procesal de los expedientes de varios fueros
capitalinos puede ser consultado por la web si bien sólo las resoluciones y en
algunos casos las cédulas libradas en los mismos. Las páginas que albergan
dicha información alertan a los usuarios en cuanto a que la misma no produce
efectos procesales, no asegura el contenido de las decisiones a los interesados
y que no sustituye en materia de notificaciones las normas procesales y
reglamentarias vigentes.
No obstante esas advertencias, en algunos casos se hizo prevalecer la
información virtual por sobre la brindada por las medios de notificación
establecidos en el código adjetivo (69) .

5.3.2. El sistema de notificación electrónica de la Corte Suprema de Justicia


de la Nación
Este sistema se dispuso por la Acordada 31/2011 del 13/12/2011, publicada
en el Boletín Oficial el 04/04/2012. Dicha acordada constituye una
reglamentación parcial de la ley 26.685 (70) debido al uso gradual del domicilio
electrónico constituido y el de la notificación electrónica para las causas con
trámite ante el Máximo Tribunal.
Deben constituir domicilio procesal electrónico todas las personas que
litiguen por derecho propio o en ejercicio de una representación legal o
convencional si la causa tramita ante la Corte Suprema de Justicia de la
Nación.
En caso de no constituir ese domicilio electrónico, las sucesivas resoluciones
se tendrán por notificadas por ministerio de ley (párrafo 1º del art. 41 del
CPCCN), salvo la notificación de la audiencia para absolver posiciones y de la
sentencia.
Por Acordada 3/2012 del 27/03/2012, la Acordada 31/2011"será de
aplicación obligatoria —en una primera fase— para las causas en que se
tramiten los escritos de interposición de recurso de queja por denegación de
recurso extraordinario, resuelta por tribunales del Poder Judicial de la Nación
con asiento en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, que se presentaren a
partir del 7 de mayo de 2012".

6. EL TIEMPO DE LOS ACTOS PROCESALES


Las fuentes de los plazos son tres: legales (art. 155), judiciales (art. 155) o
convencionales (art. 157) según sean fijados por la ley, el juez de la causa o a
petición de las partes y de los auxiliares de la justicia, respectivamente.
La primera de las fuentes mencionadas tiene la ventaja de la certeza y
uniformidad de tratamiento y en general el juez, en su rol de director del
proceso, cuenta con la facultad de reducir, ampliar o prorrogar en función de
las especiales particularidades de ciertos actos procesales.
No necesariamente el pedido de prórroga efectuado por las partes y los
auxiliares debe ser receptado por el tribunal y también su concesión puede
estar sujeta a condiciones.
"El plazo previsto en el art. 11(71)in fine de la LCQ, para completar los
recaudos faltantes, sólo funciona a pedido de parte ante el juez del concurso,
por lo que si no existe éste no puede decidir la prórroga de oficio (258). La
concesión del plazo no se otorga para "salvar omisiones u olvidos", sino para
completar los recaudos que fundadamente no se han podido cumplir en
oportunidad de la presentación inicial (259). La petición de prórroga debe
basarse en razones objetivas y debidamente fundadas (260). El plazo es de
gracia, siendo facultativo del juez concederlo o no (261)... La autorización para
complementar requisitos faltantes procede en la medida en que no se advierta
un intento de llenar la mayor parte de los requisitos, o una porción sustancial
de ellos... porque en tal caso corresponde la desestimación (262)"(72) .
Es conocida la queja generalizada de la extensión de los procesos judiciales
pero "no se acelera un proceso sobre la base de economía de algunas horas o
algunos días a costa de la actividad de los profesionales. Tampoco deben
fijarse plazos de tal manera breves que comprometan el ejercicio de las
facultades reconocidas a las partes.La dilación de los litigios se produce por las
demoras que podríamos llamar "invisibles", en el sentido de que no figuran en
el texto de la ley, pero la práctica ha obligado a padecer; remisión del
expediente..." (73) .
"El tiempo de los actos procesales" se encuentra legislado en los arts. 152 a
159 de las Secciones Primera y Segunda, Capítulo VIII, Título III del Libro I del
CPCCN y en varios artículos del Reglamento para la Justicia Nacional (74) ,
entre estos últimos:
"Días hábiles e inhábiles. Art. 2º: Los tribunales nacionales no funcionarán
durante el mes de enero, la Semana Santa, los días domingos, los que por
disposición del Congreso o del Poder Ejecutivo no sean laborables y los que la
corte Suprema declare feriados judiciales. Los tribunales nacionales del interior
del país tampoco funcionarán los días señalados no laborables por los
respectivos gobiernos. Todos los demás días del año son hábiles".
"Asueto(75). Art. 3º. El asueto no inhabilita el día ni alcanza a los
magistrados, funcionarios y empleados indispensables a fin de cubrir las
guardias necesarias para la atención del público y el cumplimiento de las
diligencias dispuestas para esa fecha".
"Feria judicial. Art. 4º. En enero y en la feria de julio los tribunales nacionales
de feria despacharán los asuntos que no admitan demora".
Complementa el concepto de asueto del art. 3º del Reglamento para la
Justicia Nacional, la Acordada sin número del 28/12/1962 que en su parte
pertinente dice así:
"...Art. 2º) Establecer:
Que con arreglo a las normas vigentes (arts. 2º y 8º del Reglamento para la
Justicia Nacional) la declaración de asueto por el Poder Ejecutivo no alcanza a
los tribunales nacionales.
Que el asueto para dichos tribunales debe ser formalmente acordado por
la Corte Suprema, o en su caso, por las cámaras federales de apelaciones con
asiento en el interior.
Que la sola declaración de asueto no inhabilita el día".
En los juicios ordinarios, los plazos fijados por el código adjetivo al cual nos
venimos refiriendo son en principio de cinco días hábiles salvo que indique
expresamente otro. En los sumarísimos, todos los plazos son de tres días, con
excepción del de contestación de demanda, y el otorgado para fundar la
apelación y contestar el traslado del memorial, los cuales son de cinco días
según el art. 498 del CPCCN.
Transcribimos seguidamente los arts. 152 a 154 del CPCCN:
"Art. 152: Las actuaciones y diligencias judiciales se practicarán en días y
horas hábiles, bajo pena de nulidad. Son días hábiles todos los del año, con
excepción de los que determine el Reglamento para la Justicia Nacional. Son
horas hábiles las comprendidas dentro del horario establecido por la Corte
Suprema para el funcionamiento de los tribunales; pero respecto de las
diligencias que los jueces, funcionarios o empleados deben practicar fuera de
la oficina, son horas hábiles las que median entre las SIETE (7) y las VEINTE
(20). Para la celebración de audiencias de prueba, las cámaras de apelaciones
podrán declarar horas hábiles, con respecto a juzgados bajo su dependencia y
cuando las circunstancias lo exigieren, las que median entre las SIETE (7) y las
DIECISIETE (17) o entre las NUEVE (9) y las DIECINUEVE (19), según rija el
horario matutino o vespertino.
Art. 153: A petición de parte o de oficio, los jueces y tribunales deberán
habilitar días y horas, cuando no fuere posible señalar las audiencias dentrodel
plazo establecido por este Código, o se tratase de diligencias urgentes cuya
demora pudiera tornarlas ineficaces u originar perjuicios evidentes a las partes.
De la resolución sólo podrá recurrirse por reposición, siempre que aquélla fuera
denegatoria.
Incurrirá en falta grave el juez que, reiteradamente, no adoptara las medidas
necesarias para señalar las audiencias dentro del plazo legal.
Art. 154: La diligencia iniciada en día y hora hábil, podrá llevarse hasta su fin
en tiempo inhábil sin necesidad de que se decrete la habilitación. Si no pudiere
terminarse en el día, continuará en el siguiente hábil, a la hora que en el mismo
acto establezca el juez o tribunal".
La finalidad de la institución de la habilitación de la feria judicial puede ser
sintetizada de la siguiente manera: "La habilitación del feriado judicial es un
remedio procesal que tiende en principio a asegurar únicamente el futuro
ejercicio de un derecho, o el cumplimiento de medidas ya decretadas, motivo
por el cual para que proceda su aplicación deben concurrir los supuestos
contemplados por el art. 153 del Cód. Procesal, que son de excepción,
quedando fuera de su ámbito todos los trámites que pudieron o debieron
efectuarse en tiempo útil... Dado quelahabilitación de la feria es materia de
orden público, la suspensión de las funciones judiciales durante ella es de
carácter obligatorio para los jueces y justiciables. Por tanto, su habilitación es
una medida de excepción que debe acordarse con criterio restrictivo"(76) .
Además del análisis de los plazos según su fuente (legal, judicial y
convencional), los mismos pueden ser estudiados desde el punto de vista de la
perentoriedad y a su respecto, los arts. 155 y 156 del CPCCN que
transcribimos a continuación.
"Art. 155: Los plazos legales o judiciales son perentorios; podrán ser
prorrogados por acuerdo de partes manifestado con relación a actos
procesales determinados. Cuando este Código no fijare expresamente el plazo
que corresponda para la realización de un acto, lo señalará el juez de
conformidad con la naturaleza del proceso y la importancia de la diligencia.
Art. 156: Los plazos empezarán a correr desde la notificación y si fuesen
comunes, desde la última. No se contará el día en que se practique esa
diligencia, ni los días inhábiles".
Para saber a ciencia cierta si un plazo es perentorio o no hay que recurrir al
resto del articulado del código de rito, la doctrina y la jurisprudencia.
Con respecto al análisis del resto del articulado, por ejemplo, el plazo de
producción de la prueba no es perentorio como surge del art. 367 del
CPCCN; "El plazo de producción de prueba será fijado por el juez, y no
excederá de cuarenta días. Dicho plazo es común y comenzará a correr a
partir de la fecha de celebración de la audiencia prevista en el artículo 360 del
presente Código" mientras que el art. 384 del mismo código establece que "Las
medidas de prueba deberán ser pedidas, ordenadas y practicadas dentro del
plazo. A los interesados incumbe urgir para que sean diligenciadas
oportunamente.Si no lo fueren por omisión de las autoridades encargadas de
recibirlas, podrán los interesados pedir que se practiquen antes de los alegatos
siempre que, en tiempo, la parte que ofreció la prueba hubiese informado al
juzgado de las dificultades y requerido las medidas necesarias para activar la
producción" .
Desde la doctrina, un plazo es perentorio si al vencimiento del plazo se
imposibilita fatalmente la futura producción del acto procesal, y no es perentorio
si luego del vencimiento el acto puede ser ejecutado y no exista declaración de
perentoriedad.
La LCQ fija la regla general de la perentoriedad de los plazos en el art. 273,
inc. 1 (77) . La jurisprudencia ha establecido que las fechas de presentación de
los informes individuales y generales en los concursos y quiebras constituyen
plazos perentorios, "que tienen fecha cierta de presentación y a partir de ella se
computan los demás plazos. Por ende, los informes no pueden ser
presentados en plazo de gracia"(78).
Los plazos pueden ser suspendidos o acortados por petición expresa de las
partes, y los jueces declaran la interrupción o suspensión de los plazos por
fuerza mayor o causas graves que hagan imposible la realización del acto
pendiente (art. 157 del mismo código adjetivo).
La prórroga del plazo ocurre si se extiende un plazo ya fijado en tanto que la
ampliación, si el juez concede un plazo mayor al legal según el art. 158 del
CPCCN.
Dicho art. 158 del CPCCN dispone "Para toda diligencia que deba
practicarse dentro de la República y fuera del lugar del asiento del juzgado o
tribunal, quedarán ampliados los plazos fijados por este Código a razón de UN
(1) día por cada DOSCIENTOS (200) kilómetros o fracción que no baje de
CIEN (100)".
Para fijar el plazo de la interposición de queja ante la Corte Suprema de
Justicia de la Nación, la Corte Suprema de Justicia de la Nación dictó la
Acordada 50/1986 que luego fue modificada por la Acordada 5/2010 del
22/03/2010.
La ampliación del plazo en función de la distancia ha sido empleada para
otros recursos, por ejemplo: "Es temporáneo el recurso de revocatoria
considerando la ampliación del plazo dispuesta por el art. 158 del Cód.
Procesal Civil y Comercial de la Nación, la que encuentra aplicación por tener
la demanda domicilio fuera del asiento del tribunal, por lo cual a los tres días a
los que se refiere el art. 238 debe adicionarse el plazo en razón de la distancia
de acuerdo a la tabla establecida en la acordada 50/86(79)(...) Que una
interpretación finalista de la previsión en examen, y armónica con los
supuestos contemplados en los arts. 342, 526 y 596 del Código citado, exige
concluir que debe considerar la ampliación de que se trata para todas las
diligencias judiciales en las que el domicilio de quien las realiza se encuentra
fuera del asiento del juzgado o tribunal. Ello sobre la base de las dificultades
que la distancia por sí misma impone, extremo que requiere una interpretación
teleológica del art. 158 en resguardo del derecho de defensa en juicio (art.
18, CN)"(80).
El principio general de los plazos es el de la continuidad establecida en los
arts. 27 a 29 del Código Civil, pero dicho ordenamiento no arroja luz sobre los
plazos fijados en horas, por ejemplo, en los arts. 138; 538; entre otros, del
CPCCN.
Existen varias normas que fijan el plazo en horas, por ejemplo, el art. 15 de
la Ley de Amparo 16.986 por el cual el recurso de apelación deberá
interponerse dentro de las cuarenta y ocho horas de notificada la resolución
impugnada, con lo cual el plazo comienza a correr desde la hora en que se
practicó la notificación (81) en la medida en que la misma se haya efectuado en
horas hábiles de funcionamiento del tribunal. Caso contrario, se puede emplear
el plazo de gracia del art. 124 del CPCCN.
La regla general es que el plazo en horas se traduce a días completos, a ser
contados a partir del día inmediato siguiente del de la notificación, siempre que
sea hábil.

7. RESOLUCIONES JUDICIALES
Con el sustantivo "resolución" se suelen designar los actos procesales de los
integrantes del órgano judicial (82) en uso de la función jurisdiccional. A esos
actos procesales se los puede clasificar en orden progresivo ascendente según
la índole de la cuestión que resuelven y así dicha resolución puede ser simple,
interlocutoria, definitiva (ya sea de primera o ulterior instancia) u homologatoria.
Las tres últimas mencionadas también son llamadas sentencias,
providencias, proveimientos o autos.
La caracterización de las resoluciones judiciales, de los medios de
notificación y la de los plazos procesales son relevantes al tiempo de evaluar la
pertinencia y oportunidad de interponer un recurso.
A continuación exponemos una clasificación de las resoluciones que
entendemos útil a los fines prácticos. El estudio de dicha clasificación se verá
completado con el apartado denominado "Recursos procesales" que
desarrollamos más adelante en este mismo capítulo.

7.1. Resoluciones simples


Las resoluciones simples no deciden cuestión controvertida alguna suscitada
en la litis, sino la ejecución de medidas para lograr la puesta en acción de una
decisión de mayor envergadura; proveen una petición o incidencia que no
requiere sustanciación o son dictadas de oficio dentro de la órbita de las
facultades acordadas por el código ritual a cada uno de los integrantes del
órgano jurisdiccional.
Repárese que indicamos "integrantes del órgano jurisdiccional" ya que, como
lo anticipamos, algunas resoluciones simples pueden ser suscriptas por el
secretario, el prosecretario administrativo o el jefe de despacho en los límites
de sus acotadas facultades jurisdiccionales (arts. 38 y 38 bis del CPCCN).

7.2. Sentencias interlocutorias


El juez decide una incidencia planteada por una de las partes, un tercero o
un auxiliar de la justicia con sustanciación y no el fondo del asunto debatido en
el proceso judicial. Por medio de dichas resoluciones se resuelven
articulaciones previas, antes del llamamiento de autos para sentencia (art.
484 del CPCCN).

7.3. Sentencias definitivas


El juez provee solución al fondo del asunto, pone fin a la cuestión, al menos
en esa instancia. Estas sentencias pueden ser clasificadas según la clase de
proceso de conocimiento en el cual deciden:

7.3.1. Meramente declarativas


El art. 322 del CPCCN dice que"Podrá deducirse la acción que tienda a
obtener una sentencia meramente declarativa, para hacer cesar un estado de
incertidumbre sobre la existencia, alcance o modalidades de una relación
jurídica, siempre que esa falta de certeza pudiera producir un perjuicio o lesión
actual al actor y éste no dispusiera de otro medio legal para ponerle término
inmediatamente. El Juez resolverá de oficio y como primera providencia, si
corresponde el trámite pretendido por el actor, teniendo en cuenta la naturaleza
de la cuestión y la prueba ofrecida".
La finalidad de este tipo de sentencia es preventiva, no es necesario que
exista un daño consumado. Otorga seguridad jurídica,ya que persigue la
declaración rápida de que existe un derecho a favor del actor (acción positiva)
o de que no existe un derecho del demandado (acción negativa).
El proceso de amparo y la acción meramente declarativa de certeza del art.
322 del CPCCN"poseen similitudes en cuanto a sus fines preventivos y en
algunos aspectos procesales (conf. CNApel. Contencioso Administrativo
Federal, sala V (5/3/1997, LL, 1997-D, 719); Gordillo, Agustín,"La acción
declarativa de certeza como proceso sumarísimo", LL, 1997-D, 719; Gil
Domínguez, Andrés, "La acción declarativa de certeza como proceso
constitucional", LL, 1996-A, 1445)...". Y sigue líneas más adelante así:
"...para la procedencia de la acción meramente declarativa es necesario que
concurran los siguientes aspectos... debe existir un "caso". La cuestión no
debe versar sobre hechos abstractos o teóricos, ni tener carácter simplemente
consultivo, o importar una indagación meramente especulativa (CSJN,
20/4/1999, Droguería Aires S.A. c. Provincia de Santa Fe y otros"). A partir del
caso "Santiago del Estero, Provincia de c. Estado Nacional y/o Yacimientos
Petrolíferos Fiscales" (fallo del 20/8/1985) la Corte Suprema reconoció la
aptitud de esta vía para impugnar la validez constitucional de leyes, decretos y
toda otra norma jurídica que se oponga a los fines y preceptos de la
Constitución, aunque exceptuó los casos en que se procura la declaración
general y directa de inconstitucionalidad de las normas o actos de los otros
poderes (conf. "Edesur c. Provincia de Buenos Aires", fallo del 17/3/1998)(83) .
En cuanto a que "no dispusiera de otro medio legal" del mismo art. 322 del
código adjetivo, en el mismo fallo glosado se expuso que "... no cabe sostener
dogmáticamente la tesis de la exclusión de la acción declarativa por la
existencia de otras vías, pues su derivación provoca una derogación del texto
legal que no es admisible como resultado de la interpretación judicial de las
normas... La aplicación irrestricta de la exigencia procesal del reclamo
administrativo previo y el agotamiento de la vía administrativa, podría implicar
poner trabas y dificultades al acceso a la justicia, lo que no se condice con la
preservación de la garantía de la defensa en juicio y la tutela judicial efectiva,
principios apuntalados como derechos humanos en las Convenciones
Internacionales que tienen jerarquía constitucional (conf. "Acción declarativa,
agotamiento de la vía administrativa y no retroactividad del acto administrativo",
Nota de Redacción, LL, 2002-A, 809; en similar sentido, CNCiv., sala H,
16/8/2001, "Gilardone, Leonor y otro c. G.C.B.A.")".
De lo anterior se puede decir que la resolución del art. 36 de la LCQ participa
de los elementos de las sentencias meramente declarativas, ya que el juez
concursal reconoce un derecho patrimonial al pretenso acreedor contra el
deudor en breve lapso, pero no garantiza el cobro de esa acreencia. Esa
resolución es susceptible de ser revisada mediante la promoción de un
incidente de revisión o por dolo, según los arts. 37 y 38 del mismo
ordenamiento falimentario.

7.3.2. Sentencias constitutivas


Por medio de dichas sentencias se declara un derecho, se cambia un estado
jurídico preexistente y constituyen uno nuevo, en principio, sin efectos
retroactivos. Por ejemplo, "la sentencia de divorcio o la de adopción son
constitutivas del estado de divorciado o adoptado, respectivamente"(84) .
También, división de la cosa común, disolución de la sociedad, etc.

7.3.3. Sentencias declarativas


Son dictadas en acciones declarativas en las que se declara la existencia o
inexistencia de los presupuestos que son el fundamento de la sedicente
relación jurídica con efectos retroactivos. Por ejemplo: el triunfo en una
contienda de impugnación de la filiación contenido en una sentencia declara
que no existía una relación jurídica, en el caso de parentesco desde la
concepción y la declaratoria de herederos, "ya que tiene por objeto declarar la
existencia de los presupuestos que son el fundamento del derecho a heredar
por parte de quienes se incluyen en ella, y en esa declaración agota su
contenido"(85) .

7.3.4. Sentencias de condena


Hacen cierto un derecho e imponen al vencido una obligación que de ser
omitida, habilita la ejecución forzada mediante el proceso de ejecución de
sentencias (art. 499 del CPCCN). La mencionada obligación puede consistir en
el pago de una suma líquida (art. 502); de escriturar (art. 512); de hacer (art.
513); no hacer (art. 514); etc.
En el caso de ejecución de sentencias de tribunales extranjeros, se debe
cumplir previamente con los requisitos y garantías establecidos en los arts. 517
y 518 del mismo código ritual (cuyo tratamiento exigiría un capítulo adicional).

7.3.5. Sentencias homologatorias


El art. 162 del CPCCN se refiere a las sentencias homologatorias así: "Las
sentencias que recayesen en los supuestos de los artículos 305, 308, y 309, se
dictarán en la forma establecida en los artículos 160 ó 161, según que,
respectivamente, homologuen o no el desistimiento, la transacción o la
conciliación".
Entonces, ante una homologación, el acto judicial debe cumplir con los
requisitos del art. 160 del mismo ordenamiento que establece que: "Las
providencias simples sólo tienden, sin sustanciación, al desarrollo del proceso
u ordenan actos de mera ejecución. No requieren otras formalidades que su
expresión escrita, indicación de fecha y lugar, y la firma del juez o presidente
del tribunal, o del secretario, en su caso". La falta de sustanciación implica la
ausencia de bilateralidad, del principio procesal de contradicción, razón por la
cual el auto homologatorio sólo garantiza la autenticidad y legitimidad del acto a
homologar. La diligencia judicial de la citación de una parte para el
reconocimiento de firma del documento sometido a la jurisdicción que carece
de fecha cierta, no constituye una causal legítima de recusación.
En caso de no homologación, se establecerá un contradictorio que
desembocará en una resolución dictada en los términos del mencionado art.
161 que dispone: "Las sentencias interlocutorias resuelven cuestiones que
requieren sustanciación, planteadas durante el curso del proceso. Además de
los requisitos enunciados en el artículo anterior, deberán contener: 1) Los
fundamentos; 2) La decisión expresa, positiva y precisa de las cuestiones
planteadas; 3) El pronunciamiento sobre costas"
En el supuesto de falta de acuerdo entre las partes sobre una relación
jurídica preexistente, cualquiera de ellas o ambas pueden pedir el dictado de
una sentencia determinativa o especificativa. Por ejemplo, para la fijación del
monto de los alimentos en un juicio de divorcio, o para la fijación de un régimen
de visitas luego de haberse determinado la guarda de los hijos menores de
edad.
Si entre las partes existiera acuerdo, el juez homologará el convenio arribado
salvo manifiesto perjuicio para los menores.
Es de resaltar la diferencia de las características de las sentencias
homologatorias en sede civil y comercial (en juicios singulares) con las de la
resolución homologatoria de la propuesta concursal que debe cumplir extensos
requisitos establecidos en el art. 52 de la LCQ, justamente por tratarse el
concurso preventivo de un juicio universal (86) .

7.4. Otros tipos de sentencias judiciales


Además de la tradicional clasificación abordada en las líneas
anteriores "desde varias vertientes —el Derecho Procesal Constitucional entre
ellas— y con plurales finalidades, han aparecido —paulatina, pero
incesantemente— nuevos tipos de resoluciones judiciales que se apartan del
modelo clásico..." (87) . Son ellas fundamentalmente las resoluciones
anticipatorias y exhortativas.

7.4.1. Sentencias anticipatorias


Son dictadas ante el pedido de una cautelar innovativa que "genera una
suerte de declaración de derechos, provisoria y revocable, favorable a la
demandante"(88) . Se debe acreditar la verosimilitud del derecho y prestar
contracautela real.

7.4.2. Sentencias exhortativas


Pueden ser dictadas en casos en los que se demanda la aplicación,
fundamentalmente del Derecho Constitucional, en una suerte de control difuso
de constitucionalidad ante normas infralegales que no se ajustan al actual
estándar de constitucionalidad, reforzado por los acuerdos internacionales
sobre derechos humanos. Según el caso, pueden constituir una muestra del
activismo judicial (89) .

8. RECURSOS PROCESALES
El concepto de recurso debe ser genérico debido a la diversidad de objetivos
de cada uno de los recursos legislados en los diversos ordenamientos
procesales. En razón de ello, en este apartado nos limitaremos por razones de
espacio, al comentario de algunos de los incluidos en el CPCCN, por lo cual,
cada vez que un artículo sea citado sin aclaración, el mismo corresponde al
CPCCN.
"El recurso procesal es el medio por el cual la parte, cumpliendo los
requisitos pertinentes, puede obtener que el mismo juez u otro tribunal, según
los casos, modifique, cambie, revea, revoque o deje sin efecto la resolución
que impugna. También puede tener por objeto que se establezca la doctrina
legal aplicable (recurso de inaplicabilidad, art. 300), o que se otorgue un
recurso interpuesto y no concedido (que por recurso denegado, art. 282)(90) ".
Existen diversas clasificaciones doctrinales de los recursos que exceden los
propósitos de esta obra.
En este apartado se evidenciará, sin lugar a dudas, la importancia de los
conceptos esbozados en las líneas anteriores, entre ellos, tipo de resolución,
medios de notificación y plazos.

8.1. Recurso de reposición


La procedencia y la finalidad de este recurso las encontramos en el art. 238
que dice:"El recurso de reposición procederá únicamente contra las
providencias simples, causen o no gravamen irreparable, a fin de que el juez o
tribunal que las haya dictado las revoque por contrario imperio".Acotamos que
en principio sólo con relación a dichas resoluciones dictadas en la primera
instancia, ya que en la instancia siguiente se admiten los recursos de
aclaratoria para la subsanación de errores. Si los errores fueran de identidad,
podría prosperar el recurso de reposición deducido contra una resolución de
instancia superior.Lo anterior, salvo con relación al art. 260, inc. 5, entendemos
que por cumplir la alzada en ese supuesto funciones que en principio son
propias de la instancia inferior y también las resoluciones de trámite dictadas
por el presidente que son susceptibles del recurso de apelación.
Se discute si este remedio procesal es procedente en el caso de errores en
el procedimiento, ya que para una parte de la doctrina el recurso de reposición
implica la renuncia del de nulidad. A nuestro criterio, si el recurso de reposición
es interpuesto sin el de apelación (el cual comprende el de nulidad) subsidiaria
(art. 241 inc. 1) por el principio de preclusión y la perentoriedad de los plazos,
el recurrente ha renunciado al recurso de nulidad.
Sólo se puede acumular el recurso de apelación en el supuesto de que la
providencia simple cause un gravamen irreparable al recurrente (art. 242, inc.
3). Los dos recursos deben ser presentados en forma conjunta, fundando el de
reposición y en el de apelación se remite a los argumentos expuestos en el
mencionado en primer término. Si el recurso de reposición es desestimado, se
debe conceder la apelación subsidiaria, siempre que la resolución no sea
inapelable (ampliamos en el apartado destinado al recurso de apelación).
Los requisitos de plazo y de forma los delimita el art. 239: "El recurso se
interpondrá y fundará por escrito dentro de los TRES (3) días siguientes al de
la notificación de la resolución; pero cuando ésta se dictare en una audiencia,
deberá interponerse verbalmente en el mismo acto.Si el recurso fuese
manifiestamente inadmisible, el juez o tribunal podrá rechazarlo sin ningún otro
trámite".
En la hipótesis de que una resolución sea dictada a consecuencia de la
petición de una de las partes, la otra podrá interponer dicho recurso. Si se hace
lugar a la revocatoria, a la otra parte le asiste el derecho de apelar (art. 241,
inc. 2). Si la resolución fue dictada a pedido de una parte y no ataca los
derechos de la otra, no se dispondrá un traslado a esta última (art. 240).
El plazo para el dictado de la resolución establecido en el código adjetivo es
de tres días si el recurso fue interpuesto por escrito y en el acto, si lo fue en
una audiencia (art. 240), pudiéndose formar un incidente por separado para
sustanciar y resolver el recurso.
Como ya lo adelantamos, al plazo de tres días debe adicionársele el que
corresponda según la distancia fijado por Acordada 5/2010 con relación al art.
158 según lo resuelto por la Corte Suprema de Justicia de la Nación en autos
"Pescasur S.A. y otro c. Provincia de Santa Cruz".
El juez de oficio puede revocar una resolución simple no notificada por haber
incurrido en un error, pero no en el supuesto de una consentida.
Una resolución puede producir un gravamen irreparable para una de las
partes y no para las otras. Las resoluciones dictadas a partir de un pedido de
anticipo de gastos por parte del perito (91) (art. 463) son simples que pueden o
no producir un gravamen irreparable. Por ejemplo, en principio la denegatoria
del anticipo de gastos puede producir un gravamen irreparable al perito que
deberá adelantar de su propio peculio fondos con probabilidades, a veces
remotas, de recupero al tiempo de cobrar sus honorarios (en general, luego del
transcurso de varios años) y no produce ningún gravamen a las partes.
No es apelable la desestimación del recurso de reposición si no fue
acompañado oportunamente con el de apelación.

8.2. Recurso de apelación


El recurso de apelación es el remedio procesal por el cual la parte (en
sentido lato) pretende que el tribunal superior modifique o revoque la resolución
dictada por el inferior. Incluye la declaración de nulidad. El recurrente tiene que
cumplir con la carga procesal de fundar su petición, ya sea mediante memorial
si el recurso es concedido en relación, o expresión de agravios si es concedido
libremente.
Es un derecho de la parte, del tercero y del auxiliar y en cualquier caso
(incluso la providencia que regula honorarios) una obligación para los
abogados de la administración pública, ya sea centralizada o descentralizada y
del síndico judicial (92) .
Este recurso requiere la posibilidad de acceder a la doble instancia que en
nuestro país "no ha sido ni es considerada una garantía constitucional de los
procedimientos civiles" (93) , ni de otro tipo salvo en los penales, por una
equivocada interpretación literal del art. 8º, inc. 2º "h" de la Convención
Americana sobre Derechos Humanos que pudo ser legítima en los primeros
tiempos de esa convención pero no a partir de algunos de los antecedentes de
la Corte Interamericana de Derechos Humanos de varios años, entre ellos:
- la sentencia de "Panel Blanca (Paniagua Morales y otros) c. Guatemala",
08/03/1998, que en su párrafo 149 la Corte dejó aclarado que "[en] materias
que conciernen con la determinación de [los] derechos y obligaciones de orden
civil, laboral, fiscal o de cualquier otro carácter el artículo 8 no especifica
garantías mínimas, como lo hace en el numeral 2 al referirse a materias
penales. Sin embargo, el concepto de debidas garantías se aplica también a
esos órdenes y, por ende, en ese tipo de materias el individuo tiene derecho
también al debido proceso que se aplica en materia penal (Excepciones al
agotamiento de los recursos internos (art. 46.1, 46.2.a y 46.2.bConvención
Americana sobre Derechos Humanos). Opinión Consultiva OC-11/90 del 10 de
agosto de 1990. Serie A No. 11, párr. 28)".
-la sentencia de "Caso del Tribunal Constitucional c. Perú", 31/01/ 2001, en
sus párrafos 69 y 70: "Si bien el artículo 8 de la Convención Americana se titula
"Garantías Judiciales", su aplicación no se limita a los recursos judiciales en
sentido estricto, "sino el conjunto de requisitos que deben observarse en las
instancias procesales" a efecto de que las personas puedan defenderse
adecuadamente ante cualquier tipo de acto emanado del Estado que pueda
afectar sus derechos. Ya la Corte ha dejado establecido que a pesar de que
elcitadoartículo no especifica garantías mínimas en materias que conciernen a
la determinación de los derechos y obligaciones de orden civil, laboral, fiscal o
de cualquier otro carácter, el elenco de garantías mínimas establecido en el
numeral 2 del mismo precepto se aplica también a esos órdenes y, por ende,
en ese tipo de materias el individuo tiene también el derecho, en general, al
debido proceso que se aplica en materia penal" .
Y si aún quedaba alguna duda, la Opinión Consultiva 18/03 (94) la despejó
con la reiteración de que el debido proceso legal refiere al conjunto de
requisitos que deben observarse en las instancias procesales para que las
personas estén en condiciones de defender adecuadamente sus derechos ante
cualquier acto del Estado dentro de un proceso de cualquier naturaleza: civil,
laboral, fiscal o de cualquier otro carácter. "Esto revela que el debido proceso
incide sobre todos estos órdenes y no sólo sobre el penal", según los párrafos
123 y 124.
Así, los límites al acceso a la segunda instancia del art. 242 del CPCCN son
violatorios de la Convención Americana sobre Derechos Humanos, que al estar
incorporada a nuestra Constitución Nacional desde el año 1994, también son
inconstitucionales.
Por el art. 242 el recurso de apelación procede, salvo disposición en
contrario (ampliamos infra), solamente respecto de:
"1. Las sentencias definitivas.
2. Las sentencias interlocutorias.
3. Las providencias simples que causen gravamen que no pueda ser
reparado por la sentencia definitiva.
Serán inapelables las sentencias definitivas y las demás resoluciones
cualquiera fuere su naturaleza, que se dicten en procesos en los que el monto
cuestionado sea inferior a la suma de PESOS VEINTE MIL
($ 20.000).
Anualmente, la Corte Suprema de Justicia de la Nación adecuará, si
correspondiere, el monto establecido en el párrafo anterior.
A los efectos de determinar la inapelabilidad de una sentencia o resolución,
se estará al monto que rija en la fecha de presentación de la demanda o de la
reconvención. Si al momento de dictarse la sentencia se reconociera una suma
inferior en un VEINTE POR CIENTO (20%) a la reclamada por las partes, la
inapelabilidad se determinará de conformidad con el capital que en definitiva se
reconozca en la sentencia.
Esta disposición no será aplicable a los procesos de alimentos y en los que
se pretenda el desalojo de inmuebles o en aquellos donde se discuta la
aplicación de sanciones procesales.
La inapelabilidad por el monto establecida en el presente artículo no
comprende los recursos deducidos contra las regulaciones de honorarios".
La ampliación prometida: el CPCCN establece el elenco de resoluciones
inapelables o derechamente irrecurribles (95) que se encuentran dispersas en
su texto. Por ejemplo: la resolución por la cual el juez se declara competente en
la vía de la inhibitoria (art. 9º); la resolución que se dicte por la recusación del
secretario por las causales del art. 17 (art. 39); la resolución que tenga por no
presentado un escrito que debiendo ser suscripto por letrado, no lo fue (art. 57);
la resolución que admite la intervención de terceros (art. 96); la resolución que
mantiene el embargo sin tercería, restando sólo al interesado deducir la
tercería (art. 104); la resolución por la cual se dispone la reconstrucción de un
expediente perdido (art. 129); la resolución que suspende el proceso principal
por la existencia de un debate en un incidente (art. 176); resoluciones en la
acumulación de procesos (arts. 191 y 194); la resolución que dispone el
procedimiento a seguir en los casos de determinación del monto de los daños y
perjuicios por una cautelar abusiva (art. 208); la mencionada facultad de
imprimir el trámite incidental al recurso de reposición (art. 240); inapelabilidad
en función del monto (art. 242); desestimación de la caducidad de instancia
(art. 317); la providencia por la cual se determina la clase de proceso (arts. 319
y 521); la resolución que decide que la falta de legitimación para obrar no es
manifiesta (art. 353); la resolución que admite el hecho nuevo (art. 366);
resolución en materia probatoria, pudiéndose reeditar la cuestión ante la
cámara (art. 379); desestimación del acuse de negligencia respecto de la
prueba de posiciones, de testigos o pericial, antes de la fecha de la audiencia o
del vencimiento del plazo para su presentación, respectivamente (art. 385);
modificación de oficio de las posiciones en lo concerniente al orden y sus
términos, sin alterar su sentido o la eliminación de las manifiestamente inútiles
(art. 411); la resolución dictada en la recusación del perito pero que puede ser
considerada por la alzada al resolver lo principal (art. 467); todas las
resoluciones dictadas en los procesos sumarísimos salvo las resoluciones
sobre medidas precautorias y la definitiva (art. 498, inc. 6º); la resolución que
rechaza excepciones en la ejecución de sentencias por omisión de acompañar
los documentos que las acreditan (art. 507); la fijación de daños por el
incumplimiento de las condenas a hacer, a no hacer o a entregar cosas en los
procesos de ejecución (arts. 513 a 515); la fijación del plazo para que el deudor
pague en la preparación de la vía ejecutiva (art. 525, inc. 3º); etc.
El art. 243 dispone que "El recurso de apelación será concedido libremente o
en relación; y en uno u otro caso, en efecto suspensivo o devolutivo. El recurso
contra la sentencia definitiva en el juicio ordinario y en el sumario será
concedido libremente. En los demás casos, sólo en relación. Procederá
siempre en efecto suspensivo, a menos que la ley disponga que lo sea en el
devolutivo. Los recursos concedidos en relación lo serán, asimismo, en efecto
diferido, cuando la ley así lo disponga".
Ahora el art. 244: "No habiendo disposiciones en contrario, el plazo para
apelar será de CINCO (5) días. Toda regulación de honorarios será apelable.
El recurso de apelación deberá interponerse y podrá fundarse dentro de los
CINCO (5) días de la notificación".
En el supuesto de apelación de honorarios, no es obligatoria la presentación
del memorial.
Algunos profesionales incluyen el memorial al interponer el recurso de
apelación, lo cual es distinto a lo dispuesto en el segundo párrafo del art. 245 si
bien que para disminuir los formalismos innecesarios se suele no devolver ese
escrito a su presentante.
Art. 245: "El recurso de apelación se interpondrá por escrito o verbalmente.
En este último caso se hará constar por diligencia que el secretario o el oficial
primero asentará en el expediente.
El apelante deberá limitarse a la mera interposición del recurso y si esta regla
fuere infringida se mandará devolver el escrito, previa anotación que el
secretario o el oficial primero pondrá en el expediente, con indicación de la
fecha de interposición del recurso y del domicilio que se hubiese constituido, en
su caso".
Art. 246: "Cuando procediere la apelación en relación sin efecto diferido, el
apelante deberá fundar el recurso dentro de los CINCO (5) días de notificada la
providencia que lo acuerde. Del escrito que presente se dará traslado a la otra
parte por el mismo plazo. Si el apelante no presentare memorial, el juez de
primera instancia declarará desierto el recurso.
Si cualquiera de las partes pretendiese que el recurso ha debido otorgarse
libremente, podrá solicitar, dentro de TRES (3) días, que el juez rectifique el
error.
Igual pedido podrán las partes formular si pretendiesen que el recurso
concedido libremente ha debido otorgarse en relación.
Estas normas regirán sin perjuicio de lo dispuesto en el artículo 276".
Art. 247: "La apelación en efecto diferido se fundará, en los juicios ordinario y
sumario, en la oportunidad del artículo 260, y en los procesos de ejecución
juntamente con la interposición del recurso contra la sentencia.
En los procesos de ejecución de sentencia, si la resolución recurrida fuere
posterior a la mencionada en el artículo 508, el recurso se fundará en la forma
establecida en el párrafo primero del artículo 246.
En los procesos ordinario y sumario la Cámara resolverá con anterioridad a
la sentencia definitiva".
Con respecto al recurso de apelación interpuesto subsidiariamente con el de
reposición (art. 248) nos remitimos a lo expuesto para este último.
Art. 249: "Cuando el tribunal que haya de conocer el recurso tuviere su
asiento en distinta localidad, y aquél procediere libremente, en el escrito o
diligencia a que se refiere el artículo 245 el apelante, y el apelado dentro de
quinto día de concedido el recurso, deberán constituir domicilio en dicha
localidad.
Si el recurso procediere en relación, las partes deberán constituir domicilio en
los escritos mencionados en el artículo 246.
En ambos casos, la parte que no hubiese cumplido el requisito impuesto por
este artículo quedará notificada por ministerio de la ley".
Art. 250: "Si procediere el recurso en efecto devolutivo, se observarán las
siguientes reglas:
1) Si la sentencia fuere definitiva, se remitirá el expediente a la cámara y
quedará en el juzgado copia de lo pertinente, la que deberá ser presentada por
el apelante. La providencia que conceda el recurso señalará las piezas que
han de copiarse.
2) Si la sentencia fuere interlocutoria, el apelante presentará copia de lo que
señale del expediente y de lo que el juez estimare necesario. Igual derecho
asistirá al apelado. Dichas copias y los memoriales serán remitidos a la
cámara, salvo que el juez considerare más expeditivo retenerlos para la
prosecución del juicio y remitir el expediente original.
3) Se declarará desierto el recurso si dentro del quinto día de concedido, el
apelante no presentare las copias que se indican en este artículo, y que
estuvieren a su cargo. Si no lo hiciere el apelado, se prescindirá de ellas".
Entonces, el recurso de apelación es concedido libremente en los casos de
sentencia definitiva en el proceso ordinario y en relación si la sentencia no es
definitiva en juicio ordinario y en cualquier tipo de resolución en los procesos
sumarísimos, ejecutivos y especiales.
Si la concesión ha sido libremente, el apelante debe presentar la expresión
de agravios ante la cámara en el plazo de diez días desde su notificación (art.
259).
Si lo fue en relación, se presentan dos alternativas:
• Sin efecto diferido: en juicio ordinario, contra resolución apelable que no sea
una definitiva, salvo los casos especificados en el ordenamiento. El memorial
se presenta en la primera instancia dentro de los cinco días de notificada por
nota la resolución que concede el recurso (art. 246).
• Con efecto diferido: en juicio ordinario, por ejemplo, imposición de costas y
regulación de honorarios, y no se eleva inmediatamente a la cámara. En la
ejecución de sentencias es la forma típica de concesión de este recurso. En
los juicios ordinarios se funda en la segunda instancia dentro de los cinco
días de notificada por nota la providencia de la alzada (si el juicio tuvo
radicación previa en la sala) o por cédula por la que se notifica que la alzada
puso los autos en secretaría (si el juicio no tuvo previa radicación) y en los de
ejecución en igual plazo pero desde la notificación de la concesión del
recurso (arts. 246 y 247).
Si el memorial no se presenta en tiempo propio o derechamente no se
presenta, el juez de la primera instancia debe declarar desierto el recurso, ya
que de no hacerlo, la cámara declarará mal concedido el recurso, habiéndose
producido un inútil dispendio jurisdiccional. De dicha fundamentación se corre
traslado a la otra parte, quien puede contestar (art. 246).
El memorial o expresión de agravios debe contener la fundamentación en la
cual la apelante basa su crítica, que debe ser concreta y razonada sobre las
partes del fallo que entiende equivocadas. De no contar con dichas
características, el recurso puede ser declarado desierto y el fallo recurrido
queda firme (arts. 265 y 266).
La elevación a la cámara requiere que el expediente esté en condiciones
para tal fin, las cuales son revisadas por el prosecretario administrativo, entre
ellas, la indicación de la foliatura correspondiente a las resoluciones apeladas,
los recursos interpuestos; sus concesiones; notificaciones; los intervinientes
(partes, terceros, organismos públicos); si previno la cámara y en caso
afirmativo, la denominación de la sala y foja; existencia de otros expedientes
relacionados con la solución de la litis; etc.

8.3. Queja por recurso denegado


La queja debe plantearse directamente ante el tribunal superior que denegó
el recurso. Ante la cámara, si se trata de denegación de un recurso de
apelación y ante la Corte Suprema de Justicia de la Nación, en el supuesto de
rechazo de un recurso ordinario o extraordinario.
No constituye un recurso propiamente dicho, sino un remedio procesal que
preserva el derecho de defensa en juicio y del debido proceso. Carece de
efectos suspensivos, salvo que el superior decida lo contrario. En la práctica,
con la remisión del expediente, se suspende de hecho la tramitación del
expediente.
Su procedencia, requisitos y plazos se encuentran fijados en los arts.
282 a 287 del CPCCN que transcribimos a continuación para facilitar la lectura
de estas líneas.
"Art. 282: Si el juez denegare la apelación, la parte que se considere
agraviada podrá recurrir directamente en queja ante la cámara, pidiendo que se
le otorgue el recurso denegado y se ordene la remisión del expediente.
El plazo para interponer la queja será de CINCO (5) días, con la ampliación
que corresponda por razón de la distancia, de acuerdo con lo dispuesto en el
artículo 158.
Art. 283: Son requisitos de admisibilidad de la queja:
1) Acompañar copia simple suscripta por el letrado del recurrente:
a) del escrito que dio lugar a la resolución recurrida y de los
correspondientes a la sustanciación, si ésta hubiere tenido lugar;
b) de la resolución recurrida;
c) del escrito de interposición del recurso y, en su caso, de la del recurso
de revocatoria si la apelación hubiese sido interpuesta en forma
subsidiaria;
d) de la providencia que denegó la apelación.
2) Indicar la fecha en que:
a) quedó notificada la resolución recurrida;
b) se interpuso la apelación;
c) quedó notificada la denegatoria del recurso.
La cámara podrá requerir copia de otras piezas que considere necesarias y,
si fuere indispensable, la remisión del expediente.
Presentada la queja en forma, la cámara decidirá, sin sustanciación alguna,
si el recurso ha sido bien o mal denegado; en este último caso, dispondrá que
se tramite.
Mientras la cámara no conceda la apelación no se suspenderá el curso del
proceso.
Art. 284: Las mismas reglas se observarán cuando se cuestionase el efecto
con que se hubiese concedido el recurso de apelación.
Art. 285: Queja por denegación de recursos ante la Corte Suprema. Cuando
se dedujere queja por denegación de recursos ante la Corte Suprema, la
presentación, debidamente fundada, deberá efectuarse en el plazo que
establece el segundo párrafo del artículo 282.
La Corte podrá desestimar la queja sin más trámite, exigir la presentación de
copias o, si fuere necesaria, la remisión del expediente.
Si la queja fuere por denegación del recurso extraordinario, la Corte podrá
rechazar este recurso en los supuestos y forma previstos en el artículo 280,
párrafo segundo. Si la queja fuere declarada procedente y se revocare la
sentencia, será de aplicación el artículo 16 de la ley 48.
Mientras la Corte no haga lugar a la queja no se suspenderá el curso del
proceso.
Art. 286: Cuando se interponga recurso de queja ante la Corte Suprema de
Justicia, por denegación del recurso extraordinario, deberá depositarse a la
orden de dicho tribunal la suma de pesos cinco mil ($ 5.000)(96). El depósito
se hará en el Banco de depósitos judiciales.
No efectuarán este depósito los que estén exentos de pagar sellado o tasa
judicial, conforme a las disposiciones de las leyes nacionales respectivas.
Si se omitiere el depósito o se lo efectuare en forma insuficiente, se hará
saber al recurrente que deberá integrarlo en el término de CINCO (5) días. El
auto que así lo ordene se notificará personalmente o por cédula.
Art. 287: Si la queja fuese declarada admisible por la Corte, el depósito se
devolverá al interesado. Si fuere desestimada, o si se declarase la caducidad
de la instancia, el depósito se perderá.
La Corte dispondrá de las sumas que así se recauden para la dotación de
las bibliotecas de los tribunales nacionales de todo el país".
La denegación de la queja no es recurrible, como tampoco lo es la
declaración de deserción. Si el recurso es concedido, el a quo pierde facultad
jurisdiccional sobre las cuestiones en crisis, pero no con relación a otras.
Se dice que el escrito de queja debe bastarse a sí mismo y por ello los
requisitos o recaudos formales para su admisibilidad del art. 283, no siendo
válidas las remisiones a otras piezas efectuadas en el expediente, las que, en
su caso, deben integrar la presentación.
Se mantiene el principio de prevención de la sala. Si no hubo remisión
anterior al superior, la sala que entenderá deberá ser sorteada.
La resolución de la cámara que merezca la queja puede presentar tres
alternativas:
1) La concesión de la apelación y el requerimiento de los autos, en el
supuesto de que ello no haya sido solicitado previamente, para resolver
dicha apelación.
2) La declaración de mal denegación del recurso de apelación que a su vez
puede presentar las siguientes situaciones:
• Si el expediente ya se encuentra en la cámara por requerimiento de ésta, el
recurrente debe presentar el memorial en el caso de apelación en relación
o el expediente se pone en secretaría para la expresión de agravios en el
caso de recurso libre.
• Si el expediente aún no está en la cámara, y el efecto es en relación, remite
las actuaciones a la primera instancia para los fines del art. 246 y en el
supuesto de libre, debe pedir el expediente para poder cumplir con el
procedimiento del art. 259.
3) La declaración de bien denegado el recurso de apelación la cual sella la
suerte del recurso.

8.4. Recurso extraordinario


Su origen y reglamentación sustancial se encuentran en los arts. 14 a 16 de
la ley 48 del 14/09/1863. Su procedimiento, en los arts. 280 a 287 del CPCCN.
Procede en los supuestos de sentencias contrarias al derecho federal. No es
pertinente, en principio, en cuestiones de hecho, prueba y derecho procesal y
común que son ajenas, en principio, al remedio federal. No obstante lo anterior,
se ha dado lugar al recurso extraordinario por descalificación "como acto
jurisdiccional válido la sentencia que declara la inconstitucionalidad de los arts.
21 y 22 de la ley 24.557 sin una mayoría de votos concordantes con arreglo al
art. 109 del Reglamento para la Justicia Nacional, pues existe un grave
quebrantamiento de las normas legales que determinan el modo en que deben
emitirse las sentencias definitivas de las cámaras nacionales de apelaciones,
debiendo intervenir la Corte Suprema de Justicia de la Nación para
corregirla"(97) . En este caso se declaró la nulidad de la sentencia, ordenando
el dictado de una nueva.
Según Carrió, los recursos extraordinarios pueden ser clasificados en
comunes y excepcionales. Son comunes los de inaplicabilidad de la ley (que
por razones de limitación de espacio no comentamos) y el recurso
extraordinario federal propiamente dicho. Los recursos extraordinarios
excepcionales por sentencia arbitraria, por gravedad institucional o el per
saltum .
- El acceso a la Corte Suprema de Justicia de la Nación vía recurso
extraordinario por sentencia arbitraria (producto de la jurisprudencia) es
restringido, siendo algunas de las causales para lograr un pronunciamiento
favorable con dicho recurso, la comisión de un exceso de rigor formal que
lesiona garantías constitucionales; omisión en las instancias anteriores de
expedirse sobre la cuestión federal que fue planteada por el litigante en forma y
oportunidades correctas, etc.
- En cuanto al recurso extraordinario por gravedad institucional, nos
remitimos al texto del art. 280 que transcribimos:
"Art. 280: Llamamiento de autos. Rechazo del recurso extraordinario.
Memoriales en el recurso ordinario. Cuando la Corte Suprema conociere por
recurso extraordinario, la recepción de la causa implicará el llamamiento de
autos. La Corte, según su sana discreción, y con la sola invocación de esta
norma, podrá rechazar el recurso extraordinario, por falta de agravio federal
suficiente o cuando las cuestiones planteadas resultaren insustanciales o
carentes de trascendencia..."(98).
- Con referencia al per saltum , podemos decir que también nació
pretorianamente, luego fue incorporado en el art. 195 bis del CPCCN y más
tarde, por el art. 7º de la Ley 25.587 de Emergencia Pública y Reforma del
Régimen Cambiario (99) fue derogado, y reincorporado como art. 257 bis, por
la ley 26.790 publicado en el B.O. el 4/12/2012.
Retomando el recurso extraordinario propiamente dicho, el mismo puede ser
concedido parcialmente. No es procedente el recurso extraordinario contra la
denegación del ordinario (el cual por limitaciones de espacio no analizamos)
por no ser una sentencia definitiva. Su tramitación en principio no suspende la
tramitación del proceso.
La Corte puede:
• Desestimar in límine la queja por el instituto la primera parte del art. 280.
• Requerir la remisión del expediente.
• Admitir la queja sin expedirse sobre el fondo.
• Pronunciarse sobre el fondo pero no sobre la admisibilidad de la queja o
decidir sobre ambas cuestiones.
El depósito debe concretarse en su totalidad (salvo actuación con beneficio
de litigar sin gastos y demás exenciones de la ley 23.898) en el mismo plazo
que para interponer la queja, y el comprobante bancario debe ser agregado con
la queja.
Si la queja es admitida, el importe del depósito es devuelto lo cual no ocurre
en el supuesto de desestimación, desistimiento o caducidad de la instancia.
El recurso extraordinario y la queja por su denegación fueron reglamentados
por la Corte Suprema de Justicia de la Nación mediante Acordada 4/2007 del
16/03/2007 con una serie de reglas que transcribimos a continuación:
"Reglas para la interposición del recurso extraordinario federal:
1°. El recurso extraordinario federal deberá interponerse mediante un escrito
de extensión no mayor a cuarenta (40) páginas (100) de veintiséis (26)
renglones, y con letra de tamaño claramente legible (no menor de 12).
Igual restricción será de aplicación para el escrito de contestación del
traslado previsto en el art. 257 del Código Procesal Civil y Comercial de la
Nación.
2°. Contendrá una carátula en hoja aparte en la cual deberán consignarse
exclusivamente los siguientes datos:
a) el objeto de la presentación;
b) la enunciación precisa de la carátula del expediente;
c) el nombre de quien suscribe el escrito; si actúa en representación de
terceros, el de sus representados, y el del letrado patrocinante si lo
hubiera;
d) el domicilio constituido por el presentante en la Capital Federal;(101)
e) la indicación del carácter en que interviene en el pleito el presentante o su
representado (como actor, demandado, tercero citado, etc.);
f) la individualización de la decisión contra la cual se interpone el recurso;
g) la mención del organismo, juez o tribunal que dictó la decisión recurrida,
como así también de los que hayan intervenido con anterioridad en el
pleito;
h) la fecha de notificación de dicho pronunciamiento;
i) la mención clara y concisa de las cuestiones planteadas como de índole
federal, con simple cita de las normas involucradas en tales cuestiones y
de los precedentes de la Corte sobre el tema, si los hubiere; como así
también la sintética indicación de cuál es la declaración sobre el punto
debatido que el recurrente procura obtener del Tribunal; no se considerará
ninguna cuestión que no haya sido incluida aquí;
j) la cita de las normas legales que confieren jurisdicción a la Corte para
intervenir en el caso.
3°. En las páginas siguientes deberá exponerse, en capítulos sucesivos y sin
incurrir en reiteraciones innecesarias:
a) la demostración de que la decisión apelada proviene del superior tribunal
de la causa y de que es definitiva o equiparable a tal según la
jurisprudencia de la Corte;
b) el relato claro y preciso de todas las circunstancias relevantes del caso
que estén relacionadas con las cuestiones que se invocan como de índole
federal, con indicación del momento en el que se presentaron por primera
vez dichas cuestiones, de cuándo y cómo el recurrente introdujo el planteo
respectivo y, en su caso, de cómo lo mantuvo con posterioridad;
c) la demostración de que el pronunciamiento impugnado le ocasiona al
recurrente un gravamen personal, concreto, actual y no derivado de su
propia actuación;
d) la refutación de todos y cada uno de los fundamentos independientes que
den sustento a la decisión apelada en relación con las cuestiones
federales planteadas;
e) la demostración de que media una relación directa e inmediata entre las
normas federales invocadas y lo debatido y resuelto en el caso, y de que la
decisión impugnada es contraria al derecho invocado por el apelante con
fundamento en aquéllas.
Reglas para la interposición de la queja por denegación del recurso
extraordinario federal:
4°. El recurso de queja por denegación del recurso extraordinario federal
deberá interponerse mediante un escrito de extensión no mayor a diez (10)
páginas de veintiséis (26) renglones, y con letra de tamaño claramente legible
(no menor de 12).
5°. Contendrá una carátula en hoja aparte en la cual deberán consignarse
exclusivamente los datos previstos en el art. 2°, incisos a, b, c, d (102) y e; y,
además:
f) la mención del organismo, juez o tribunal que dictó la resolución
denegatoria del recurso extraordinario federal, como así también de los
que hayan intervenido con anterioridad en el pleito;
g) la fecha de notificación de dicho pronunciamiento;
h) la aclaración de si se ha hecho uso de la ampliación del plazo prevista en
el art. 158 del Código Procesal Civil y Comercial de la Nación;
i) en su caso, la demostración de que el recurrente está exento de efectuar el
depósito previsto en el art. 286 del Código Procesal Civil y Comercial de la
Nación.
6°. En las páginas siguientes el recurrente deberá refutar, en forma concreta
y razonada, todos y cada uno de los fundamentos independientes que den
sustento a la resolución denegatoria.
El escrito tendrá esa única finalidad y no podrán introducirse en él cuestiones
que no hayan sido planteadas en el recurso extraordinario.
7°. El escrito de interposición de la queja deberá estar acompañado por
copias simples, claramente legibles, de:
a) la decisión impugnada mediante el recurso extraordinario federal;
b) el escrito de interposición de este último recurso;
c) el escrito de contestación del traslado previsto en el art. 257 del Código
Procesal Civil y Comercial de la Nación;
d) la resolución denegatoria del recurso extraordinario federal.
Con el agregado de las copias a que refiere este artículo no podrán suplirse
los defectos de fundamentación en que hubiera incurrido el apelante al
interponer el recurso extraordinario.
Observaciones generales.
8°. El recurrente deberá efectuar una transcripción —dentro del texto del
escrito o como anexo separado— de todas las normas jurídicas citadas que no
estén publicadas en el Boletín Oficial de la República Argentina, indicando,
además, su período de vigencia.
9°. Las citas de fallos de la Corte deberán ir acompañadas de la mención del
tomo y la página de su publicación en la colección oficial, salvo que aún no
estuvieran publicados, en cuyo caso se indicará su fecha y la carátula del
expediente en el que fueron dictados.
10. La fundamentación del recurso extraordinario no podrá suplirse mediante
la simple remisión a lo expuesto en actuaciones anteriores, ni con una
enunciación genérica y esquemática que no permita la cabal comprensión del
caso que fue sometido a consideración de los jueces de la causa.
11. En el caso de que el apelante no haya satisfecho alguno o algunos de los
recaudos para la interposición del recurso extraordinario federal y/o de la
queja, o que lo haya hecho de modo deficiente, la Corte desestimará la
apelación mediante la sola mención de la norma reglamentaria pertinente,
salvo que, según su sana discreción, el incumplimiento no constituya un
obstáculo insalvable para la admisibilidad de la pretensión recursiva.
Cuando la Corte desestime esas pretensiones por tal causa, las actuaciones
respectivas se reputarán inoficiosas. Del mismo modo deberán proceder los
jueces o tribunales cuando denieguen la concesión de recursos extraordinarios
por no haber sido satisfechos los recaudos impuestos por esta reglamentación.
En caso de incumplimiento del recaudo de constituir domicilio en la Capital
Federal se aplicará lo dispuesto por el art. 257 del Código Procesal Civil y
Comercial de la Nación.
12. El régimen establecido en este reglamento no será de aplicación a los
recursos interpuestos in forma pauperis"(103) .
A continuación, exponemos el modelo de la carátula referida en el art. 2º del
citado reglamento.

RECURSO EXTRAORDINARIO FEDERAL


(Carátula artículo 2º del Reglamento)
Expediente
Nro. de causa: ......
Carátula: ........

Tribunales intervinientes
Tribunal de origen: Juzgado ...
Tribunal que dictó la resolución recurrida: Cámara Nacional de
Apelaciones ................, Sala ....
Consigne otros tribunales intervinientes: .....

Datos del presentante


Apellido y nombre: .............
Tomo: ...folio: ....
Domicilio constituido: .................

Carácter del presentante


Representación: ..............
Apellido y nombre de los representados: .........
Letrados patrocinantes:
Apellido y nombre: .............
Tomo: ... folio: ......
Apellido y nombre: .....................
Tomo: ... folio: ...
Domicilio constituido: ...........

Decisión recurrida
Descripción: ....................
Fecha: ......
Ubicación en el expediente: ...............
Fecha de notificación: ..................

Objeto de la presentación
Norma que confiere jurisdicción a la Corte:arts. 14 a 16 de la Ley 48 ............
Oportunidad y mantenimiento de la cuestión federal:......
Cuestiones planteadas:
......................

Exponga qué decisión pretende de la Corte Suprema de Justicia de la


Nación: ..................
Fecha: ........................
Firmas:......................................

Recuérdese que por Acordada 31/2011, quienes litiguen, por derecho propio
o en representación, deben constituir domicilio electrónico. Esta Acordada fue
complementada con la 3/2012 que en suma establece que el Sistema de
Notificaciones por Medios Electrónicos reglamentado por Acordada 31/2011
será de aplicación obligatoria para las causas en que se tramiten los escritos
de interposición de queja por denegación de recurso extraordinario resuelto por
los tribunales del Poder Judicial de la Nación con asiento en la Ciudad
Autónoma de Buenos Aires a partir del 07/05/2012. También ordenó que el
domicilio constituido a que se refiere el art. 5º de la Acordada 4/2007 debe ser
entendido como domicilio electrónico. Los recursos extraordinarios que se
presenten después de la feria de enero de 2013, también deben constituir
domicilio electrónico.
Por último, la Acordada 38/2011 del 29/12/2011 dispuso que todas las
presentaciones que se realicen ante la Corte Suprema de Justicia de la Nación
cumplan con el requisito de formato de hoja tamaño A4, incluso para las quejas
por denegación de recursos ante la misma Corte, complementando el texto de
la Acordada 4/2007.

1. EL DICTAMEN PERICIAL EN EL FUERO LABORAL

1.1. Introducción
Consideramos que el tema del capítulo puede contar entre sus lectores con
un importante porcentaje de noveles profesionales o de quienes, habiéndose
recibido anteriormente, se hayan dedicado a cualquiera de los otros campos de
su incumbencia profesional.
En ese convencimiento, la presentación de los temas ha sido encarada
siguiendo la cronología de inquietudes que se albergan al iniciar toda nueva
tarea.
Cada uno de los pasos que aquí se desarrollen tratará de ser expuesto
conceptualmente, con las referencias legales y bibliográficas que lo
fundamenten.
El tema de la pericial contable es abordado también en otros capítulos de
este libro, por lo que se estima conveniente poner énfasis, en el presente, en
aquellas particularidades de la problemática relativa a las cuestiones laborales
en la medida en que las mismas puedan tener incidencia en la realización de la
tarea; así será puesto de manifiesto cuando sea pertinente.
No se realizan definiciones expresas en cuanto al glosario
jurídico aplicable, puesto que el tema ya es tratado en otros capítulos de esta
obra.
Es de destacar que el perito debe conocer la relación de su tarea con la
materia específica que contribuye a dilucidar, en este caso, el campo de las
relaciones laborales.
Nunca mejor expresado el carácter de auxiliar de la justicia que genera
para el perito contador la obligación de utilizar los conocimientos de su
profesión para contribuir a la dilucidación de temas controvertidos en el área
judicial.
En materia laboral, deben correlacionarse las leyes, sus decretos
reglamentarios y la jurisprudencia. Corresponde esclarecer lo expuesto,
reiterando que la aplicación e interpretación de las leyes es materia reservada
para el juez; lo que se destaca es que en aquellos claroscuros que tengan las
leyes, en muchos casos deberá aplicarse la jurisprudencia para poder contestar
un punto de pericia.
Esto implica para el experto contable que se desempeña en el fuero la
necesidad de una permanente actualización, más allá de los conocimientos
inherentes a su título de grado.
El experto no puede aducir el desconocimiento de los fallos plenarios
aplicables a la cuestión en que interviene, y se verá obligado a efectuar
recálculos por vía de impugnaciones, en la medida en que no lo haya aplicado
al momento de presentar su informe.

1.2. Elementos particulares del fuero laboral que deben tenerse en


consideración
El perito contador es llamado por el juez para expedirse sobre puntos de
pericia que hacen a su materia. El marco de su tarea está dado por lo previsto
en el art. 91 de la ley 18.345 que dice:
"Prueba pericial. Art. 91, ley 18.345
Si la apreciación de los hechos controvertidos requiere conocimientos especiales en
alguna ciencia, arte, industria o actividad técnica especializada, se podrá proponer
prueba de peritos, indicando los puntos sobre los cuales habrán de expedirse. Los
peritos serán nombrados de oficio en todos los casos y su número podrá variar de uno
a tres, a criterio del juez y de acuerdo con la índole o monto del asunto, circunstancias
que también se tomarán en cuenta para fijar el plazo dentro del cual deberán
expedirse.
Únicamente en casos excepcionales los peritos podrán pedir y el juez ordenar que,
con carácter previo, la o las partes interesadas depositen la suma que se fije para
gastos de las diligencias. Los peritos podrán ser recusados con causa en el plazo de
tres días posteriores a su designación".
En relación con el perito contador , puede afirmarse que la compulsa de los
registros obligatorios y su respaldo documental serán el punto de partida de la
tarea a realizar.
Una vez superada esa etapa, revestirá importancia, para el profesional que
actúa como perito de oficio, el reconocimiento de la legislación aplicable al
objeto del litigio.
Ello es así en todos los fueros, pero en el caso particular del que nos ocupa
debe señalarse que la legislación ha variado significativamente en las última
décadas; y tal circunstancia no puede ser ignorada por el profesional en el
ejercicio de su cargo.
En la mayoría de los casos, los cuestionarios periciales incluyen un punto
que se enuncia más o menos con el siguiente tenor: "el experto deberá
practicar liquidación conforme a derecho" o, en su defecto, "el experto
comprobará la corrección de los cálculos incluidos en el escrito de
inicio".
Evidentemente, para lograr esos cometidos, deben conocerse los aspectos
esenciales de la legislación vigente en el período al que se refiere el litigio,
pues las mismas pueden haberse modificado desde la ocurrencia del hecho
objeto del mismo.
Estas circunstancias son sólo algunas de las que hacen que el experto deba
realizar un análisis especial del marco temporal aplicable a la tarea que se le
encomienda.
Aspectos particulares, como los citados, rodean la tarea del experto contable
e influyen directamente sobre la concreción de su cometido.
Escapa al objeto de este capítulo el análisis pormenorizado de las
variaciones operadas en el conjunto de leyes laborales; la situación ha sido
expuesta para marcar la magnitud del tema y aconsejar se le preste la debida
atención.

1.3. Aspectos formales


Entre los aspectos formales que caracterizan el informe contable en el
ámbito judicial deben señalarse:
a) Surge de las acordadas Nro. 35/11 y Nro. 38/11 de la Corte Suprema de
Justicia de la Nación que los escritos judiciales deberán ser presentados
en papel formato A4. La primera de ellas implanta un sistema de gestión
ambiental en el ámbito de la Corte y la segunda, estipula el nuevo tamaño
que se aceptará para las presentaciones judiciales.
Paulatinamente se está consumiendo el papel oficio acumulado, por lo que
pudiera preverse que el criterio ambiental que lo sustenta estará vigente en
un futuro muy próximo en todos los fueros.
El perito debe tomar en consideración que el texto del informe debe
encuadrarse dentro del marginado establecido para que los escritos
puedan ser adecuadamente agregados al expediente judicial.

La diagramación no es arbitraria, puesto que la amplitud del margen está


relacionada con la posibilidad de ir incorporando sucesivamente las fojas al
expediente, sujetándolas con ganchos, de forma tal de mantenerlas ordenadas
y foliadas. Cada cuerpo del expediente consta de 200 fojas.
b)Tinta indeleble
Los escritos judiciales deben presentarse en tinta negra indeleble que
permita su lectura.
Al respecto, es interesante señalar que la C.S.J.N. emitió una acordada
específica reiterando tal obligación puesto que, al generalizarse la utilización de
los procesadores de texto por computación para la confección de los escritos,
si se trabajaba con una baja resolución de impresión, en algunos casos la
lectura se tornaba dificultosa.
c) Estructura de los escritos
En el ámbito judicial, en general, debe seguirse una estructura de
presentación que sintetizamos a continuación. Todo escrito consta de las
siguientes partes:
— Título.
— Identificación del presentante.
— Cuerpo del escrito.
— Cierre del escrito.
— Firma del profesional.
Señala el objeto del escrito que se presenta. Permite agilizar el trámite del expediente
y orientar al funcionario interviniente acerca del objeto de la presentación. En el caso
de los peritos pueden citarse:
Título
"Perito contador solicita expediente"
"Perito contador solicita anticipo de gastos" "Perito contador manifiesta"
Nombre y apellido.
Título profesional.
Domicilio constituido.
Carácter en el que se presenta (en este casoperito contador de oficio).
Identificación de los autos. Nº de expediente.
Identificación
clara del Un ejemplo del párrafo quedaría así compuesto:
profesional
".....................................................................Señor Juez:
Ana MORA, Contadora Pública, con el domicilio constituido en Nazca 1050 - Capital
Federal, designada de oficio perito contadora en el expediente caratulado: "Romaniello,
Daniel c. El Puma S.A. s/despido", a VS. se presenta y respetuosamente expone:
....................................................................."
Debe contener las siguientes partes:
Cuerpo del Planteo
escrito Desarrollo
Petitorio expreso de lo que se solicite
Cierre del escrito Todos los escritos judiciales terminan con la fórmula"será justicia"o"por ser justicia".
Debe incluirse firma del profesional con identificación clara de su nombre y apellido,
Firma
título y universidad que expidió su título.

1.4. Aspectos de fondo


Están relacionados con la razón de ser de la pericial contable como medio de
prueba.
La prueba pericial está prevista en la ley de procedimiento laboral en el art.
91, en la medida en que los hechos controvertidos requieran conocimientos
especiales "en alguna ciencia, arte, industria o actividad técnica
especializada...".
Propuesta la prueba pericial por las partes, deberán indicarse los puntos
sobre los cuales deberá expedirse el contador.
Se encuentra previsto que los peritos serán designados de oficio en todos los
casos y que su número podrá variar de uno a tres, a criterio del juez y de
acuerdo con la índole o monto del asunto.
La designación de oficio recaerá sobre los integrantes del registro de peritos,
cuya existencia establece el art. 17 de la ley 18.345 de procedimiento laboral,
que prevé la existencia de ese registro. La Cámara de Apelaciones llevará el
mismo y tendrá la función de establecer las condiciones y requisitos que
deberán reunir quienes se inscriban en aquél, así como las normas para su
designación.
En síntesis, tendremos los siguientes elementos relacionados con la
actuación del perito contador en una causa laboral:
— Existencia de una cuestión específica de su materia sometida a debate
vinculado al objeto del expediente.
— Una incumbencia que le aporta un bagaje de fundamentos técnico-
profesionales, que le permitirán contribuir a la dilucidación de la causa, a
partir de la emisión de juicios técnicos.
En definitiva, basándose en las conclusiones que surgen de la pericial
contable, el juez dispondrá de elementos que lo ayudarán en la tarea de
esclarecer alguna cuestión controvertida en el expediente.
Por ello, resulta conveniente puntualizar que la claridad en la exposición de
los fundamentos que avalan las conclusiones a que arribe el profesional
aportarán mayor validez a su trabajo que un desarrollo demasiado amplio que
pueda llegar a dificultar la comprensión de quienes intervienen en las
actuaciones y no son especialistas en la materia contable.

1.5. Inscripción en el registro de peritos


Para poder actuar como perito contador en el fuero laboral en el ámbito de la
Ciudad Autónoma de Buenos Aires es menester inscribirse en el registro
respectivo habilitado por la cámara de la jurisdicción, de cuya existencia se
hiciera mención previamente.
En general, todos los años se abre el registro de peritos en un período
determinado, en el que se debe concurrir con la documentación establecida en
cada caso.
Desde hace aproximadamente dos décadas, en virtud de un acuerdo entre el
Consejo Profesional de Ciencias Económicas de la Ciudad Autónoma de
Buenos Aires (ex CPCECF) y la Cámara Nacional de Apelaciones del Trabajo
de la jurisdicción, las inscripciones vienen siendo realizadas por la Cámara en
la sede del organismo profesional. Con anterioridad, las inscripciones se
recibían en la oficina de peritos de la Cámara, a la que siguen concurriendo los
profesionales de otras especialidades que desean desempeñarse como peritos
y no están encuadrados en acuerdos de índole similar.
Los requisitos a satisfacer por los profesionales de ciencias económicas en el
ámbito de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires Federal son los siguientes:
— Debe acreditarse que se encuentra activa la matrícula, trámite que se
torna inmediato al disponer el Consejo de los respectivos registros.
— No encontrarse inhabilitado para el ejercicio de la profesión por sanción
vigente aplicada por el Honorable Tribunal de Ética.
— Constituir domicilio en la jurisdicción.
— Presentar la estampilla de $ 50.- correspondiente al arancel dispuesto por
la Acordada 29/95 de la Corte Suprema de Justicia de la Nación. El arancel
es único para un mismo año, independientemente de que el perito se
inscriba en más de un fuero como Perito en alguna de las profesiones en
Ciencias Económicas. Este trámite es personal y se realiza en la sede del
Consejo Profesional, según las estipulaciones publicadas en cada año.
Si el postulante poseyese más de una matrícula profesional, podrá inscribirse
en el registro correspondiente a cada una de ellas.
El acto de inscripción para integrar la lista de peritos implica, para el
profesional, la obligación de efectuar la tarea para la que sea designado. Sólo
puede dejar de hacerlo de ese modo con una causal debidamente justificada y
acreditada ante el juez.
Con las inscripciones recibidas se elabora un listado de peritos por
especialidad, distribuyéndolos entre todos los juzgados del fuero en forma
proporcional.
En febrero de cada año el perito es asignado a un juzgado, generalmente
distinto del que le correspondió el año anterior, según criterios variables de
asignación de las listas completas.

1.6. Designación y notificación


Con el inicio del año judicial en el mes de febrero, cada juzgado comienza a
trabajar con la lista de peritos que le fuera remitida para el período.
Sobre la base de la misma se realiza la asignación de cargos por sorteo.
Cada perito es retirado de la lista una vez que ha sido designado, hasta que el
resto de los profesionales haya obtenido un cargo.
La designación en un determinado expediente se pone en conocimiento del
experto mediantecédula judicial.Generalmente, se consignará el plazo dentro
del cual debe proceder a la aceptación del cargo.
El incumplimiento del término que el juez ha fijado puede traer aparejada a
remoción del perito. En tales supuestos, el Juzgado procederá a comunicarlo a
la Oficina de Peritos de la Cámara, la que en caso de reiteración puede
efectuar la denuncia respectiva ante el consejo profesional de la jurisdicción.

1.7. Recusaciones y excusaciones


Los peritos pueden ser recusados con causa en el plazo de tres días
posteriores a su designación. El art. 26 de la ley 18.345 establece que la
recusación no podrá hacerse sin causa.
Las causales de recusación de los peritos son las mismas que las que
alcanzan a los magistrados y se encuentran expresamente incluidas en el art.
17 del Código Procesal Civil y Comercial:
1. El parentesco por consanguinidad dentro del cuarto grado y segundo de
afinidad con alguna de las partes, sus mandatarios o letrados.
2. Tener él o sus consanguíneos o afines, dentro del grado expresado
anteriormente, interés en el pleito o en otro semejante, o sociedad o
comunidad con alguno de los litigantes, procuradores o abogados, salvo
que la sociedad fuese anónima.
3. Tener un pleito pendiente con el recusante.
4. Ser el perito acreedor, deudor o fiador de alguna de las partes, con
excepción de los bancos oficiales.
5. Haber recibido beneficios de importancia de alguna de las partes.
6. Tener amistad con alguno de los litigantes, que se manifieste por gran
familiaridad o frecuencia en el trato.
7. Tener contra el recusante enemistad, odio o resentimiento que se
manifieste por hechos conocidos.
Asimismo, si el perito se encontrase incurso en alguna de las situaciones
reseñadas deberá excusarse. El código estipula expresamente que no será
nunca motivo de excusación el parentesco con otros funcionarios que
intervengan en cumplimiento de sus deberes.
Resulta conveniente recordar lo establecido en el Código Civil respecto del
parentesco y su forma de cómputo, por lo que se transcriben a continuación los
artículos aplicables:
"Título VI.Artículos pertinentes alparentescoysus grados
Art. 345— El parentesco es el vínculo subsistente entre todos los individuos de los
dos sexos, que descienden de un mismo tronco.
Art. 346— La proximidad de parentesco se establece por líneas y grados.
Art. 347— Se llama grado el vínculo entre dos individuos, formado por la
generación; se llama línea la serie no interrumpida de grados.
Art. 348— Se llama tronco el grado de donde parten dos o más líneas, las cuales
por relación a su origen se llaman ramas.
Art. 349— Hay tres líneas: la línea descendente, la línea ascendente y la línea
colateral.
Art. 350— Se llama línea descendente a la serie de grados o generaciones que
unen el tronco común con sus hijos, nietos y demás descendientes.
Art. 351— Se llama línea ascendente a la serie de grados o generaciones que ligan
al tronco con su padre, abuelo y otros ascendientes.
Capítulo I.Del parentesco por consanguinidad
Art.352— En la línea ascendente y descendente hay tantos grados como
generaciones. Así, en la línea descendente el hijo está en el primer grado, el nieto, en
el segundo, el bisnieto en el tercero, y así los demás. En la línea ascendente, el padre
está en el primer grado, el abuelo, en el segundo, el bisabuelo, en el tercero, etc.
(cuantas son las personas quitada una, tantos son los grados entre ellas).
Art. 353— En la línea colateral los grados se cuentan igualmente por generaciones,
remontando desde la persona cuyo parentesco se quiere comprobar hasta el autor
común; y desde éste hasta el otro pariente.
Así, dos hermanos están en el segundo grado, el tío y elsobrino en el tercero, los
primos hermanos en el cuarto, los hijos de primos hermanos en el sexto, y los nietos
de primos hermanos en el octavo, y así en adelante.
Art. 354— La primera línea colateral parte de los ascendientes en el primer grado,
es decir, del padre y madre de la persona de que se trate, y comprende a sus
hermanos y hermanas, y a su posteridad.
Art. 355— La segunda parte de los ascendientes en segundo grado, es decir de los
abuelos y abuelas de la persona de que se trate, y comprende al tío, al primo
hermano, y así a los demás.
Art. 356— La tercera línea colateral parte de los ascendientes en tercer grado, es
decir, de los bisabuelos y bisabuelas, y comprende sus descendientes. De la misma
manera se procede para establecer las otras líneas colaterales, partiendo de los
ascendientes más remotos.
Capítulo II.Del parentesco por afinidad
Art. 363— La proximidad del parentesco por afinidad se cuenta por el número de
grados en que cada uno de los cónyuges estuviese con sus parientes por
consanguinidad. En la línea recta, sea descendente o ascendente, el yerno o nuera
están recíprocamente con el suegro o suegra, en el mismo grado que el hijo o hija,
respecto del padre o madre, y así en adelante.
En la línea colateral, los cuñados o cuñadas entre sí están en el mismo grado que
entre sí están los hermanos o hermanas. Si hubo un precedente matrimonio, el
padrastro o madrastra en relación a los entenados o entenadas, están recíprocamente
en el mismo grado en que el suegro o suegra en relación al yerno o nuera. (En el
parentesco por afinidad, no hay grados porque no hay generaciones. La computación
se hace por analogía suponiéndose que los dos cónyuges forman una sola persona.)
Art. 364— El parentesco por afinidad no induce parentesco alguno para los
parientes consanguíneos de uno de los cónyuges en relación a los parientes
consanguíneos del otro cónyuge".
En el Manual de auditoría(1) se incluye el esquema siguiente que permite
identificar los grados en el árbol genealógico tal como fueran enunciados:

2. LA PLANIFICACIÓN Y ADMINISTRACIÓN DE LA TAREA DEL PERITAJE EN EL


FUERO LABORAL

2.1. Aceptación del cargo y observancia de los plazos procesales


Una vez notificado de su designación, el profesional deberá concurrir a la
mesa de entradas del juzgado o tribunal con el fin de aceptar el cargo para el
que fuera nombrado.
En dicho lugar le será solicitada la exhibición de la respectiva credencial, a
efectos de verificar su condición profesional y completar los datos necesarios
requeridos por los juzgados.
Un proveído típico de aceptación de cargo contiene los siguientes datos:
"En la ciudad de Buenos Aires a los .............. días del mes de ............. de
201.., se constituyó don/ña ............., quien acreditó su identidad con el
documento número .......... y procedió a aceptar el cargo de .............
Conste."
Una vez completa la fórmula precedente, deberán firmar al pie el profesional
y el funcionario designado al efecto por el juzgado.
Si al presentarse a aceptar el cargo, el expediente no se encontrase en el
casillero para su consulta, el experto debería dejar constancia en el libro de
notas del juzgado. En algunos tribunales no permiten que el perito deje tal
constancia, con el argumento de que no se procederá a su remoción por
vencimiento del plazo acordado para la aceptación sin que sea previamente
intimado. Esta aseveración no tiene fundamento en términos procesales, por lo
que sería conveniente que el experto, ante la imposibilidad de dejar la nota en
el libro de asistencia del juzgado, presente un escrito poniendo de manifiesto
que el expediente no se encuentra en letra y le ha sido imposible acceder a él.
El derecho a la constancia no le puede ser negado al experto, pero no debe
ignorarse que pueden darse situaciones como la descripta en el párrafo
anterior.

2.2. Recopilación de datos y estudio del expediente


El experto deberá recopilar todos los datos necesarios para llevar a cabo su
tarea.
Al aceptar el cargo, el profesional necesita extraer la siguiente información
como mínimo:
•Fecha del objeto de autos
El objeto del juicio puede encontrarse dentro de un rango tan variado en el
marco de las relaciones laborales que hace que resulte fundamental la
fecha, porque en función de ella será distinta la legislación aplicable.
•Domicilio real de la empresa
Debe marcarse la diferencia entre el domicilio real y el constituido por las
partes. En general, las empresas constituirán domicilio en el de su letrado
patrocinante, en cuyo caso no debe obviarse este dato, puesto que si el
experto contable se dirige erróneamente al segundo no podrá acceder a la
documentación a compulsar, que es el objeto mismo de la tarea que debe
realizar.
•Existencia de documentación agregada al expediente
Debe tenerse en cuenta la documentación relacionada con la pericial
contable que se encuentre agregada al expediente.
Merece un párrafo aparte el hecho de que en las causas judiciales se hayan
aportado elementos que se encuentren reservados en la caja fuerte del juzgado
y que debería utilizar el experto para cumplimentar su tarea.
Nos estamos refiriendo a la documentación que las partes aportan para otro
tipo de prueba, distinto del de la pericial contable, para sustentar la posición
defendida en las actuaciones; en lugar de conservarla en su domicilio, la
depositan en el juzgado y solicitan su reserva.
Alternativamente, puede ser que la envergadura de las cuestiones incluidas
en los cuestionarios periciales justifiquen solicitar en préstamo el expediente.
En algunos juzgados esto es factible, puesto que en el mismo proveído de
designación se le manifiesta al experto la posibilidad de retirar las actuaciones.
Si así no fuera, deberá presentarse una nota especificando las razones de la
requisitoria, así como el tiempo que se estima que demandará el estudio del
expediente. El experto deberá concurrir a la mesa de entradas del tribunal para
notificarse de lo resuelto por el juez en relación con su petición.
Hay casos en que los juzgados no tienen previsto el retiro de expedientes por
los peritos intervinientes, fijando horarios y condiciones para la extracción de
fotocopias de las piezas que revisten interés para el profesional.
Toda esta tarea de extracción de datos hará posible cumplir
satisfactoriamente la labor encomendada por vía de los cuestionarios
periciales.
Es una actividad previa fundamental, puesto que, entre otras cosas, el objeto
del expediente puede estar referido a fechas distintas de aquellas en que se ha
aceptado el cargo; se reitera la importancia que tiene la determinación de la
fecha de la relación laboral a efectos del ejercicio de la tarea del perito
contador.
Cubiertas estas etapas de análisis de datos necesarios y del objeto de los
autos , el perito deberá constituirse en el domicilio de la demandada,
entrevistando al representante de aquélla, al que requerirá la documentación y
registraciones necesarias que deberán someterse a compulsa conforme surge
del cargo que le ha sido conferido al experto y el contenido de los cuestionarios
periciales.
En general, el departamento de personal es el que guiará al experto para
indicarle dónde podrá acceder a la documentación que le es necesaria.
Ello no necesariamente será así, puesto que puede ocurrir que la
demandada haya cambiado su domicilio real, en cuyo caso habría que
trasladarse hasta el domicilio constituido para tomar contacto con el
representante letrado de la demandada.
Sería conveniente, en una u otra alternativa, dejar una notificación escrita de
la documentación requerida, para que, en caso de que la misma no fuera
suministrada, pueda acreditarse ante el juzgado que ha sido solicitada y no
exhibida por la parte.
Esto reviste importancia porque la función del perito contador es aportar,
desde su especialidad, los elementos que faciliten al conductor de la causa, el
juez, tomar las decisiones con el mayor número de elementos posible. Si las
acciones tendientes a ello no fueran cumplidas eficientemente podría pensarse
en una negligencia en el ejercicio del cargo.
En conclusión, el experto contador debe revisar el expediente, poniendo
especial atención en el escrito de demanda, el de contestación de demanda,
los escritos que incluyen los ofrecimientos de prueba y la eventual existencia
de documentación reservada relacionada con su tarea.
El análisis del expediente debe ser lo más completo posible, porque esto
evitará tener que concurrir en sucesivas oportunidades para clarificar aspectos
que podrían haber sido tomados en el primer contacto con el expediente, ya
sea que se lo haya pedido en préstamo o mediante la captación de los datos
necesarios.
Como en cualquier otra área profesional, la planificación de los pasos a
seguir y su celoso cumplimiento harán más eficiente la tarea.

2.3. Elaboración del informe


El perito contador se encontrará con que la respuesta de los cuestionarios
periciales lo pondrá muchas veces en situación de estar aportando elementos
que deberían haber sido incluidos en el proceso a través de la prueba
informativa o de la prueba documental.
Lo cierto es que, llegada esta instancia del proceso, en que se produce la
designación del perito contador, los cuestionarios periciales han dejado de ser
un patrimonio de las partes para convertirse en cuestiones que Su Señoría
(S.S.) ha hecho suyas y ha encomendado al experto su dilucidación, por lo que
debe cumplimentarse con lo solicitado en los mismos.
Como consecuencia de ello, puede ocurrir que el profesional se encuentre
con situaciones en las que se le solicite una mera transcripción de datos, sin
que vea comprometido ningún fundamento de su especialidad para su
cumplimiento.
A partir de las consideraciones vertidas en relación con los cuestionarios
periciales, agrupar las preguntas que generalmente se incluyen permitirá
señalar aspectos particulares relacionados con cada una de aquéllas.
"a) Si los registros comerciales y laborales son llevados en legal
forma".
El primer punto sobre el que generalmente deberá expedirse el perito
contador estará relacionado con los registros contables y laborales, y la forma
en que los misinos son llevados.
En relación con la manera en que deben ser llevados los registros contables
legales, el tema es tratado en detalle por diversos autores, por lo que, para una
mayor profundización, se remite a aquellas obras que abordan el tema desde
los aspectos que revisten interés particular para el contador público (2) .
El aspecto de las registraciones en el ámbito laboral, por su parte, constituye
el pivote de la tarea del perito en el fuero que aquí se estudia, por lo que a
continuación se analizan las principales normas al respecto.
El régimen de rúbrica ante el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social prevé
que el empleador cumpla con los requisitos incluidos en la Ley de Contrato de
Trabajo. Los arts. 52, 53 y 54 en ella contenidos establecen los siguientes
requisitos respecto de los registros laborales:
1. Los empleadores están obligados a llevar un libro especial, registrado y
rubricado, que debe ser confeccionado de acuerdo con las exigencias
previstas para los libros principales de comercio.
2. En el citado registro deben consignarse los datos que permitan
individualizar al empleador y al trabajador. En relación con este último se
prevé que figuren, además de su nombre y apellido, su estado civil, fecha
de ingreso y egreso, remuneraciones asignadas y percibidas,
individualización de personas que generen derecho a la percepción de
asignaciones familiares,demás datos que permitan una exacta evaluación
de las obligaciones a su cargo y otros que adicionalmente establezca la
reglamentación.
El registro a que se hace referencia puede ser llevado en sistemas
digitalizados que deben ser aprobados previamente por la autoridad de
aplicación. En cada jurisdicción es ejercida por el ministerio de trabajo local. En
el ámbito de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, depende de la
Subsecretaría de Trabajo. En las Jurisdicciones provinciales ejercen este
control los ministerios de trabajo locales.
Cabe mencionar que puede solicitarse la rúbrica de los registros laborales en
formato manual, hojas móviles, microfilmación y que los requisitos para cada
una de dichas alternativas están expresamente consignadas en la normativa
vigente. Es conveniente que el perito las revise antes de concurrir a la
compulsa para verificar que todos los aspectos formales hayan sido
debidamente cumplidos.
Cuando el ente haya ejercido la opción de llevar el registro en Hojas
móviles , la rúbrica de las mismas debe ser realizada con anterioridad a su uso
mediante la perforación de las mismas, debiendo hacerse la presentación ante
el departamento de rúbrica. La empresa deberá encuadernar las mismas para
su conservación y guarda, en un período que no exceda el de tres meses o 500
hojas, debiendo pegar en la última un informe del contador público
independiente, dando cuenta de que lo listados autorizados se corresponden
con los habilitados por el ente de contralor.
Cuando el perito se constituye en el domicilio del empleador puede
encontrarse con que el mismo haya ejercido la opción de proceder a la
Centralización de Rúbrica de Documentación Laboral, en los términos de la
Resolución Nº 168 de la Secretaría de Trabajo de la Nación - Buenos Aires, 26
de agosto de 2002. De conformidad con la misma, aquellos empleadores que
desarrollasen actividades en más de una jurisdicción, pueden hacerlo si se
trata de sociedades, asociaciones o entidades regularmente constituidas: en el
domicilio legal de la empresa o donde ésta tenga el asiento principal de sus
negocios o la sede de su administración, siempre que en dicha jurisdicción
preste efectivo servicio al menos el 20% del personal de la empresa al
momento de solicitarse la centralización de la rúbrica. Cuando se trata de
sociedades irregulares o personas físicas podrán centralizar la rúbrica de la
documentación laboral en el asiento principal de sus negocios.
En el lugar de trabajo debe mantenerse una copia autenticada del trámite
que autoriza la centralización de los registros laborales.
Al unificarse el control de las obligaciones relacionadas con el empleo, se
dictó una disposición específica que establece la obligatoriedad de integrar en
el registro del art. 52,LCT (Ley de Contrato de Trabajo), los datos relacionados
con las cargas familiares que generan el derecho a la percepción de las
asignaciones.
Si bien se remite en forma genérica a la obligación de cumplimiento de las
normas en lo que hace a la manera en que deben ser llevados los registros
laborales, se establece una serie de prohibiciones expresas en el caso
particular. Se encuentran entre ellas:
1. Alterar los registros correspondientes a cada persona empleada.
2. Dejar blancos o espacios.
3. Hacer interlineaciones, raspaduras o enmiendas, que deberán ser
salvadas en el cuadro o espacio respectivo, con firma del trabajador a que
se refiere el asiento y control de la autoridad administrativa.
4. Tachar anotaciones, suprimir fojas o alterar su foliatura o registro.
Tratándose de registro de hojas móviles, su habilitación se hará por la
autoridad administrativa; cada conjunto de hojas debe estar precedido, por
una constancia extendida por dicha autoridad, de la que resulte su número
y fecha de habilitación.
Asimismo, el perito deberá expedirse sobre la correlación de los registros con
la documentación que la respalde: recibos de sueldos, tarjetas-reloj o medios
alternativos de control de ausentismo.
Estos requisitos deben ser, al menos, enunciados en el presente trabajo en
la medida en que el apartamiento de lo normado implicaría un incumplimiento
que quedará expuesto sólo cuando el perito lo ponga de manifiesto al detallar
el resultado la compulsa.
El juez no "ve" los libros, ésa es una función para la que solicita la
participación expresa del especialista en el tema: el perito contador .
La validez probatoria de los registros laborales en juicio estará sujeta al
mérito que a los jueces intervinientes les merezcan las omisiones de
cumplimiento de los requisitos formales incluidos en el art. 52 de la LCT, en
concordancia con las particularidades de la causa.
Según el art. 55 de la Ley de Contrato de Trabajo, será tenida como
presunción a favor de las afirmaciones del trabajador la falta de exhibición a
requerimiento judicial o administrativo del libro, registro, planilla u otros
elementos de contralor, previstos por los arts. 52 y 54 de la referida norma.
Al analizar pormenorizadamente estos aspectos, puede aseverarse que
constituyen materia específica de su profesión, obligando al experto contable a
poner énfasis en el control del cumplimiento de las formalidades expresamente
incluidas en el texto legal, puesto que su apartamiento debe ser evaluado por el
juzgador al momento de dictar sentencia.
"b) Se solicita el análisis de los aportes previsionales y cargas sociales
del período en que se desempeñó el trabajador".
Hay relativo consenso entre quienes se desempeñan como auxiliares de la
justicia en que el análisis integral de los aportes previsionales y cargas sociales
de la demandada excede el marco de una pericial contable para obtener
conclusiones en relación con un único actor. Sin embargo, el punto es incluido
reiteradamente entre los requerimientos de la prueba pericial contable.
De acuerdo con lo normado en el art. 80LCT, esta petición apunta a poder
aducir la existencia de injuria laboral ante la falta de pago de obligaciones
previsionales y sindicales.
Coincido en la apreciación de quienes sostienen que su estricto cumplimiento
implicaría realizar una auditoría integral del ítem. Por lo tanto, debe ponerse
en conocimiento del juez de la causa el número de horas de auxiliares que se
harían necesarias para efectivizar aquel objetivo, solicitando la autorización
expresa del gasto en forma independiente de la regulación de honorarios que
posteriormente le correspondan al experto.
"c) Practique liquidación en el caso de prosperar íntegramente la
demanda".
En ocasiones, aun sin haber detectado e informado anormalidades en la
documentación y registros compulsados, el perito puede encontrar conveniente
presentar dos liquidaciones alternativas.
— Una que contemple los supuestos en caso de prosperar íntegramente la
demanda, aplicando aquellos considerados en forma expresa por el
accionante en el escrito de demanda.
— Otra que surja de la aplicación taxativa de la legislación vinculada al
objeto del juicio, contemplando los elementos que surgen de las compulsas
de registros y documentación efectuadas al concretar la tarea.
Es fundamental recordar en todo momento que el perito contador ha sido
llamado para aplicar sus conocimientos contables de forma tal que enriquezcan
los elementos de juicio que debe tener a su alcance el juez del proceso para
poder emitir su veredicto.
La discordancia entre la liquidación practicada en el escrito de demanda y la
realizada por el experto puede deberse a errores numéricos o conceptuales,
que tienen que ser correctamente reformulados por aquél en el ejercicio de su
tarea.
"d) Toda otra cuestión".
Muchos cuestionarios periciales incluyen un último punto que dice "informe el
perito sobre toda otra cuestión relacionada...".
El experto no debe incurrir en abuso de dictamen incorporando cuestiones
que no le han sido sometidas, ni tiene dentro de sus facultades la interpretación
de las leyes, que la Constitución Nacional reserva al juzgador, por lo que
debería ser muy prudente al evaluar lo solicitado por esta vía.
La prudencia aludida no implica olvidar su carácter de profesional auxiliar de
la justicia, que le confiere la atribución de relacionar datos incluidos en su
informe, que en su conjunto configuren una situación que debe ser
particularmente analizada al momento de arribar a la conclusión del proceso;
ése es el tipo de respuesta que podría satisfacer un punto de este estilo.

2.4. Presentación del informe. Notificación a las partes


El informe pericial debe ser presentado en la mesa de entradas del juzgado
con tantas copias como partes sean las intervinientes.
Las partes en un juicio laboral son generalmente la actora y la demandada.
Aunque los actores sean varios, como en el caso de los juicios laborales por
diferencias salariales contra empresas del Estado, en la medida en que hayan
unificado su representación, debe entregarse una sola copia para todos ellos.
La parte demandada puede ser más de una si es que se ha litigado contra
dos empleadores solidariamente responsables, conforme lo previsto en algunos
artículos de la Ley de Contrato de Trabajo.
Son ejemplos de estas circunstancias:
a) Las transferencias del fondo de comercio con asunción de las
responsabilidades laborales por el adquirente del mismo. Si éste no
cumple con la obligación, el trabajador puede accionar contra el vendedor
del fondo de comercio que fue su empleador original por el plazo en que se
desempeñó en relación de dependencia con aquél.
b) La contratación de personal a través de una empresa de servicios
eventuales, que transforma en solidaria a la empresa beneficiaria del
servicio prestado en caso de incumplimiento por parte de la agencia de
contrataciones eventuales.
Asimismo, puede darse la existencia de una tercera citada en
garantía, como es el caso de las compañías de seguros en las demandas por
infortunios laborales sujetos a cobertura de las leyes de accidentes, lo que
hace necesario acompañar una copia del informe para las mismas.
El informe pericial debe ser notificado por el juzgado a las partes por un
término de tres días. El citado plazo puede ser extendido por el juez si es que
considera que la complejidad o extensión del dictamen así lo justifican.
Dicha vista es conferida para que los interesados tomen conocimiento de las
conclusiones vertidas por el experto y soliciten las aclaraciones que consideren
necesarias.

2.5. Impugnaciones, aclaraciones y observaciones a la pericia contable, e


inclusión de nuevos puntos de pericia
Presentado el dictamen, y en la medida en que el informe pericial contable
constituirá un elemento que deberá jugar un papel quizá preponderante en la
etapa de alegar, las partes pueden solicitar las aclaraciones, tal como se
manifestó al concluir el punto anterior.
Las aclaraciones pueden referirse a cuestiones relacionadas con
fundamentos no expuestos de las conclusiones a que se ha arribado en el
informe.
También puede darse que, por vía del pedido de aclaraciones, se esté
requiriendo un mayor detalle sobre las características de la documentación y
registros que se han compulsado.
Las impugnaciones son interpuestas por las partes porque no comparten
las conclusiones a que arriba el experto y solicitan un replanteo, o bien porque
cuestionan la fuente documental sobre la base de la cual se arribó a aquéllas.
Las observaciones son muchas veces interpuestas por las partes en esta
etapa del proceso con el propósito de poner de manifiesto los elementos que la
prueba pericial ha aportado en favor de su postura en la causa, lo que
constituye en la práctica un adelanto del alegato.
El experto se encontrará con que recibe una cédula corriéndole traslado de
una presentación de este tipo titulada impugna pericia contable, que contiene
manifestaciones de un tenor como el siguiente:
"Impugno el registro contable identificado por el Perito Contador en el punto
c) de su informe...'
En realidad, las manifestaciones del tipo de las citadas en este apartado
relacionado con "observaciones" sobre los elementos sometidos a compulsa
deberían haber sido interpuestas en la etapa de alegar y no al corrérsele vista
de las conclusiones de las pruebas periciales.
En razón de lo expuesto, puede ocurrir que el perito no tenga que clarificar o
explicar ninguna cuestión, puesto que no han sido "observados" los
fundamentos técnico-científicos que avalan las respuestas dadas a los
cuestionarios periciales.
Un último aspecto que debe considerarse es el de la inclusión de nuevos
puntos de pericia. No debería permitirse que por vía de un escrito titulado
impugnación se intenten incluir nuevos puntos de pericia no contenidos en los
cuestionarios periciales originalmente encomendados al perito contador.
Tal circunstancia debe ser expresamente puesta en conocimiento del juez al
contestar el traslado respectivo, señalando claramente cuál es la cuestión que
se considera nueva.
Si el juez estima procedente la inclusión de la cuestión en esta etapa,
notificará al experto la respectiva resolución, requiriéndole satisfaga el punto.
En caso contrario, desestimará la pretensión de la parte o diferirá la resolución
sobre el particular para una instancia posterior.

2.6. Seguimiento del trámite


Se dedica un apartado especial a esta cuestión, puesto que el seguimiento
correcto del expediente permitirá que quien se dedique a la tarea de perito
contador pueda ver satisfecho el ciclo de prestación de un servicio profesional y
recepción de la retribución correspondiente.
Lo señalado tiene relación con una cuestión ampliamente repetida en el
ejercicio de esta especialidad, puesto que al extenderse los procesos por
largos períodos, muchos peritos contadores abandonan el expediente
una vez presentado su informe y, por ende, pierden la consiguiente
contraprestación pecuniaria por la labor realizada.
Una vez concluida la etapa de prueba en que el perito contador se incorpora
al trámite, se suceden las siguientes etapas procesales:
Etapas procesales Intervención de los peritos
No hay intervención de los peritos.
Alegato Las partes ilustran al juzgador sobre los elementos que las pruebas ofrecidas han
acercado para avalar su posición en el litigio.
Una vez concluida la etapa de alegar, se está en condiciones para que se dicte
Autos para sentencia
sentencia y el expediente pasa a una etapa de estudio.
El perito es notificado del pronunciamiento por cuanto en el fuero laboral la
Se dicta sentencia
regulación de honorarios se incluye en el texto de la sentencia.
En término de En los seis días siguientes a la notificación de la sentencia, las partes o peritos
sentencia pueden interponer los recursos previstos en el C.P.C.C.N.
Si se hubiesen interpuesto recursos de apelación en el término de sentencia y éstos
Pase de autos a cámara fueran concedidos por el juez de primera instancia, el expediente se remite a la
Cámara de Apelaciones.
Cuando el expediente llega a la mesa de entradas de la cámara, se sortea la sala
Para dictar sentencia
que va a intervenir y el expediente pasa a estudio para sentencia de segunda
de segunda instancia
instancia.
El perito es notificado de la misma. Si alguna de las partes o peritos se hubiera
Se dicta sentencia en
reservado el derecho a interponer recurso extraordinario, podrá hacerlo efectivo a
segunda instancia
partir de este pronunciamiento.
Baja del expediente a Habiendo quedado firme la sentencia de segunda instancia, el expediente vuelve
primera instancia al juzgado para que se practique liquidación y se inicie el proceso de ejecución.
Liquidación art. 132 Las normas relativas a la liquidación se tratan en el pto. 2.10 de este capítulo. En
L.O. (18.345) primera instancia se habilita un casillero específico para los expedientes que han
Ejecución llegado a este estado del trámite.

El perito se incorpora en el proceso a partir de la etapa denominada de


prueba, período en el cual se llevan a cabo todas las diligencias solicitadas por
las partes, entre ellas, la pericial contable.
Una vez cumplida la tarea encomendada con la entrega del informe
respectivo y la contestación de los traslados que eventualmente le fueran
conferidos por presentaciones de las partes según las posibilidades detalladas
en el pto. 2.5, el experto no vuelve a participar del proceso hasta que se dicte la
respectiva sentencia.
Dado que el tiempo que transcurre entre la finalización de la etapa de prueba
y el dictado de la sentencia es materialmente muy extenso, es ésta la época en
que se produce el mayor desaliento del profesional, que opta, en la mayoría de
los casos, por archivar la cuestión.

2.7. Las formas de conclusión del proceso y su incidencia en la base


regulatoria de los honorarios
El objetivo de este libro no es dictar un curso completo de procedimiento
judicial por lo que se ha excluido expresamente el tratamiento puntual de cada
uno de los ítems contenidos en los códigos respectivos que no tuvieran directa
relación con la tarea pericial.
Aclarado ello, sin embargo, resulta conveniente esquematizar los distintos
modos de conclusión del proceso que se encuentran previstos en materia
procesal. El siguiente cuadro resume las características que definen a cada
uno de ellos conforme surge del Código Procesal Civil y Comercial de la
Nación:
Sentencia Resulta el modo normal de conclusión del proceso.
Eldesistimiento del procesose configura cuando en cualquier estado de la causa, previo
a que se dicte sentencia, los litigantes acuerdan desistir del mismo y lo manifiestan por
escrito al juez.
Desistimiento Eldesistimiento del derechoimplica que el actor renuncia al derecho que sirvió de
fundamento a la interposición de la demanda; no se requiere la conformidad expresa del
demandado para que el mismo prospere.
Ambos se encuentran previstos en los arts. 304, 305 y 306 del C.P.C.C.N.
Es un derecho que puede ser ejercido por la parte demandada en el litigio en cualquier
estado de la causa anterior a la sentencia. Implica reconocer el derecho reclamado por el
actor.
Allanamiento
Está previsto en el articulado que el juez dictará sentencia conforme a derecho, pero si
estuviere comprometido el orden público, el allanamiento carecerá de efectos y
continuará el proceso según su estado.
La transacción del derecho en litigio podrá hacerse valer mediante la presentación del
convenio al que se ha arribado o por suscripción de un acta específica ante el juzgador.
Transacción En relación con los términos de la misma, el juez sólo se limitará al examen del
cumplimiento de los requisitos que emanan de la ley aplicable en la materia para que la
transacción sea válida y en función del resultado de su análisis decidirá sobre la
homologación del acuerdo.
El art. 309 prevé que los acuerdos conciliatorios celebrados por las partes ante el juez, y
Conciliación
homologados por el mismo, tienen autoridad de cosa juzgada.
Caducidad de la El Código de Procedimientos prevé causales específicas para que opere la caducidad de
instancia la instancia. Ellas surgen del art. 310.
Resulta conveniente relacionar los modos de conclusión expuestos con lo
atingente a las distintas alternativas que generan los mismos en su vinculación
con la determinación de la base regulatoria de los honorarios profesionales.
El régimen arancelario para los profesionales en ciencias económicas
previsto en el decreto 16.638/57 conserva, a pesar de ello, un carácter
ejemplificador sobre las relaciones a establecer para los honorarios según cuál
fuera el modo de conclusión del proceso. Ellas son:
1. Si se dicta sentencia o existe transacción
El monto del juicio estará dado por el que surja de la sentencia recaída en las
actuaciones o la transacción a que se haya arribado. Asimismo, se establece
que cuando no se alcance al setenta y cinco por ciento del valor reclamado en
la demanda o reconvención, o una u otra fueran rechazadas, el juez puede
llegar a fijar honorarios en un porcentaje mayor que el que correspondería
según la cantidad establecida por la sentencia.
2. Si el honorario debe fijarse sin que deba dictarse sentencia o haya
sobrevenido transacción
Se considerará a tal efecto como monto del juicio la mitad de la suma
reclamada. Si después se dicta sentencia corresponderá reajustar la regulación
conforme a ese supuesto.
3. Si no hay monto
Bajo este supuesto habrá que tener en cuenta los siguientes elementos:
a) el monto e importancia de los trabajos presentados;
b) la complejidad y carácter de la cuestión planteada;
c) la trascendencia moral o económica que para las partes reviste la cuestión
en debate.
Hasta el 30/9/1992 tenía plena aplicación en el fuero laboral la escala
arancelaria que surgía del decreto 16.638/57, que fijaba para los informes
periciales los siguientes guarismos:
Hasta m$n 1.000 Del 13 al 18%
Hasta m$n 5.000
Más de m$n 1.000 Del 11 al 16%
Hasta m$n 10.000
Más de m$n 5.000 Del 9 al 14%
Hasta m$n 50.000
Más de m$n 10.000 Del 7 al 12%
Hasta m$n 500.000
Más de m$n 50.000 Del 5 al 10%
En adelante
Más de m$n 500.000 Del 4 al 10%
Dado que la norma en cuestión no preveía ningún mecanismo de indexación
en su articulado, los procesos inflacionarios sucesivos hicieron que debieran
aplicarse los parámetros del escalón más alto, ello implicaba que los honorarios
debieran ser fijados entre los límites del 4% como mínimo y del 10% como
máximo. Esos valores se aplicaban sobre importes actualizados de los montos
determinados en cada caso.
Dicha posición halló fundamento en numerosa jurisprudencia generada
específicamente por la Cámara Nacional de Apelaciones del Trabajo.
En principio, frente a la aparición de nuevas normativas, pareció existir
consenso entre los magistrados del fuero en no innovar en la materia en
relación con las causas en trámite, y continuaron aplicando los lineamientos del
decreto 16.638/57 que establecía el mecanismo de relación porcentual
descripto entre el monto del juicio y el honorario del profesional en ciencias
económicas que se desempeña como auxiliar de la justicia en carácter de
perito.
En mayo de 1993 un fallo de la C.S.J.N. se expidió a favor de la aplicación
del referido decreto 16.638/57 como respuesta a la presentación individual de
un perito contador, señalando la inconstitucionalidad del criterio de fijación de
honorarios incluido en el decreto 1813/92, principalmente en relación con las
causas preexistentes al dictado del mismo.

2.7.1. Vigencia de la ley 24.432


Con fecha 15 de diciembre de 1994 se sancionó la ley 24.432, que incluyó
reformas importantes respecto de los honorarios profesionales.
La siguiente reseña incluye algunas particularidades que surgen de dicho
texto legal y afectan los honorarios de los auxiliares de justicia:
a) Modifica el art. 505 del Código Civil, poniendo un límite del 25% sobre el
monto de la sentencia, laudo, transacción o instrumento que ponga fin al
diferendo para el total de los honorarios profesionales a regular. Si, como
resultado de las regulaciones individualmente practicadas, el límite
establecido fuera excedido, el juez deberá prorratear dicho porcentaje
máximo entre todos los beneficiarios.
b) Incorpora como último párrafo del art. 77 del C.P.C.C.N. que los peritos
intervinientes podrán reclamar de la parte no condenada en costas hasta el
50% de los honorarios que le fueran regulados, sin perjuicio de lo
dispuesto en el art. 478. Con anterioridad, el profesional podía reclamar el
100% de dicho emolumento por la responsabilidad solidaria que alcanzaba
a la parte vencedora.
c) En el art. 478 del C.P.C.C.N. citado en el ítem anterior, se agregó un
párrafo inicial que especifica:
"Los jueces deberán regular los honorarios de los peritos y demás auxiliares
de la justicia, conforme a los respectivos aranceles, debiendo adecuarlos, por
debajo de sus topes mínimos inclusive, a las regulaciones que se practicaren
en favor de los restantes profesionales intervinientes, ponderando la
naturaleza, complejidad, calidad y extensión en el tiempo de los respectivos
trabajos".
En el mismo cuerpo legal se establece la aplicación del criterio expuesto en
el ámbito de la justicia laboral.
La ley 24.432 sustituye el art. 20 de la ley 21.839; el mismo queda redactado
de manera tal que establece que cuando el honorario debiere regularse sin que
se hubiera dictado sentencia ni sobrevenido transacción, se considerará monto
del proceso la suma que, razonablemente, y por resolución fundada, hubiera
correspondido a criterio del Tribunal, en caso de haber prosperado el reclamo
del pretensor.
Agrega, asimismo:
"...dicho monto no podrá ser en ningún caso superior a la mitad de la suma
reclamada en la demanda y reconvención cuando ésta se hubiere deducido".

2.8. Recursos de apelación contra regulaciones de honorarios. Importancia


de la jurisprudencia
Podrán interponerse los recursos previstos en el Código de Procedimientos
contra las sentencias y resoluciones adoptadas en el curso del proceso.
El recurso de aclaratoria puede ser solicitado dentro de los tres días
posteriores a la notificación de la sentencia. El pedido de aclaratoria no
suspende el plazo para interponer recurso de apelación, por lo que éste debe
ser interpuesto en subsidio.
El recurso de apelación contra las sentencias definitivas tendrá efecto
suspensivo. Puede ser interpuesto en el plazo de seis días posteriores a la
notificación de aquéllas, según surge del Código de Procedimiento Laboral en
su art. 116.
Conforme el texto del art. 120 de la ley 18.345, cuando se apelen honorarios
no será necesaria la expresión de agravios. Sin perjuicio de ello, es
conveniente acompañar la apelación con una fundamentación adecuada de los
términos de la sentencia que se atacan y se solicita sean revisados.
Debe hacerse reserva del caso federal en el mismo escrito para dejar abierta
la posibilidad de interponer eventualmente recurso extraordinario ante la Corte
Suprema.
Si el recurso de apelación es concedido, el expediente es remitido a la
cámara del fuero, donde se le asignará sala por sorteo.
En segunda instancia puede ser modificada o anulada la decisión incluida en
la sentencia apelada. Si así ocurriese, fijará valores distintos para los
honorarios de letrados y peritos, conforme al nuevo pronunciamiento.
Contra las sentencias definitivas de segunda instancia podrán interponerse
los pedidos de aclaratoria y el recurso extraordinario, del que debe haberse
hecho la correspondiente reserva, como se dijera oportunamente.
La interposición del recurso extraordinario por parte del perito contador debe
estar fundada en la inconstitucionalidad de una norma o en la arbitrariedad de
la sentencia objeto del mismo.
En la ley 18.345 y en los arts. 282 y 283 del C.P.C.C.N. se contempla la
posibilidad de recurrir directamente en queja por haberse denegado un recurso.
Para la interposición del pedido de queja se requiere patrocinio letrado.
Recalquemos que no se necesita firma de letrado para interponer los
recursos detallados precedentemente, a excepción de los que se presenten
ante la Corte Suprema de Justicia de la Nación. En esto se debe poner
especial atención, puesto que si se decide la contratación de un letrado los
honorarios deberán ser soportados por el perito contador.
En ese sentido, hay un fallo que específicamente rechaza la pretensión de
cargar a la obligada al pago del monto de condena los honorarios del
representante letrado del perito. Se basa en que su participación no reviste el
carácter de necesaria para que el experto haga un pleno ejercicio de sus
derechos.
Resulta interesante el conocimiento de los fundamentos del fallo, por lo que
se transcriben resumidamente a continuación: fallo "Oms, Jaime Alberto c.
Flota Fluvial del Estado Argentino", CNTrab., sala VII, 30/5/1986 V.D. 2, DL
00750:
"Costas. Perito. Honorarios de su letrado: los trámites procesales cumplidos
en procura del depósito de los honorarios del perito, no requieren firma de
letrado (crf. art. 56, C.P.C.C.); por ello, recurrir a los servicios de un abogado,
por parte de un auxiliar de la justicia, que cabe suponer conocedor de los
cánones básicos de la actuación judicial responde únicamente al soberano
arbitrio de quien los contrató, lo que revela injusto, mandar a otros enfrentar su
costo" (3) .

2.9. Liquidación (art. 132). Criterios de actualización y devengamiento de


intereses. Notificaciones a practicar
Al quedar firme la sentencia, procede la liquidación de acuerdo con las
pautas de la resolución que definió el proceso.
El trámite de liquidación de oficio implica que la misma será practicada por la
secretaría del juzgado, una vez que el expediente ha sido remitido de la
cámara o ha quedado consentida o ejecutoriada la sentencia.
De la liquidación se corre traslado a las partes y peritos. En ese mismo
momento, se intimará al deudor para que pague el importe que surja de
aquélla, de acuerdo con el plazo que fijó el juez en los términos de sentencia.
En el caso en que en la confección de la liquidación no se hubieren
considerado la totalidad de los elementos involucrados o se hubieran aplicado
erróneamente, la misma podrá ser impugnada y reformulada de acuerdo con
las pautas que se estimen son las que corresponden.
De esta nueva liquidación se le corre traslado a los interesados y, en el caso
de subsistir las discrepancias, el juez deberá expedirse determinando cuál de
todas las liquidaciones responde a los términos de la sentencia definitiva.
En el supuesto de liquidaciones que revisten complejidad es posible que el
tribunal vuelva a llamar al perito para que liquide los importes conforme con los
términos de la sentencia recaída en el expediente.

2.10. Ejecución de sentencias


Existen elementos básicos de la ejecución de sentencia que el profesional
que se desempeñe como perito contador deberá conocer en cualquiera de los
fueros en que actúe, puesto que los honorarios que deba pagar por esta
gestión de cobro no serán trasladables al obligado al pago, tal como se
señalara anteriormente.

2.10.1. Plazo de cumplimiento de la intimación de pago


El proveído que ordena la notificación de la liquidación practicada incluirá el
plazo en el que la misma puede ser impugnada y aquel en el que la obligación
de pago debe ser cumplida.
Un texto típico de la cédula que notifica la liquidación dice:
"De la liquidación practicada se les corre traslado a las partes y peritos por el
término de 3 días, debiéndose interponer dentro del mismo las impugnaciones y
reformulaciones que estimen corresponder. En este último caso la condenada al pago
deberá depositar el importe que reconoce adeudar o el que quede firme en caso de
silencio".
Si no median observaciones, la liquidación quedará firme, y podrán
producirse los supuestos que se tratan en los puntos siguientes.

2.10.2. Responsabilidad en el pago de honorarios


En la sentencia recaída en el expediente, o en el auto homologatorio de la
eventual conciliación a que se hubiere arribado, se determinará la proporción
en que las partes deberán hacerse cargo de los honorarios de los peritos.
La obligación de su pago puede quedar totalmente a cargo de una de las
partes o ser compartida en distintos porcentajes por los litigantes.
Si la parte que tiene a su cargo las costas del juicio no cumple con la
obligación del depósito a que fuere intimada, a partir de la sanción de la ley
24.432 ya comentada, el perito contador sólo podrá acusar la solidaridad de la
contraparte hasta el 50 % (cincuenta por ciento) de su crédito, tal como surge
en la parte pertinente de dicho ordenamiento legal.
La norma comentada viene a modificar el alcance del texto del art. 40 del
Código de Procedimiento Laboral que preveía lo siguiente:
"Art. 40— Los honorarios de los auxiliares de la justicia designados de oficio
serán exigibles a cualesquiera de las partes, sin perjuicio del derecho de
repetición que tendrá la que haya pagado contra la condenada en costas".
La consideración de la posibilidad de acusar la solidaridad de las partes
reviste aún mayor importancia en el caso en que el trabajador pierda el juicio y
queden a su cargo los honorarios. Dado que en la mayoría de los casos carece
de bienes que permitan hacer efectivo el crédito, el perito podrá requerir al juez
que se intime a la empleadora para que cancele su crédito sólo hasta un 50 %
del mismo, en virtud de lo normado en la vigente ley 24.432.

2.10.3. Habiendo quedado firme la liquidación, los responsables depositan


los honorarios del experto
En este punto y en el siguiente se analizarán los distintos supuestos que
pueden darse ante la intimación de pago de honorarios.
La primera alternativa se configura cuando la condenada al pago deposita en
el banco judicial correspondiente la suma adeudada. Éste es el modo normal
en que finaliza toda la labor pericial.
Cumplido el depósito, el cheque o giro judicial pueden ser librados de oficio
por el juzgado o a petición expresa del experto.
Si el cheque es librado de oficio, el perito debe solicitar se deje constancia en
el mismo de su situación fiscal frente a los gravámenes que recaen sobre su
ejercicio profesional. En la actualidad estos impuestos son los denominados
"impuesto a las ganancias" e "impuesto al valor agregado".
Si el perito reviste el carácter de monotributista, según la normativa vigente
no sufriría retenciones en concepto de "impuesto al valor agregado" ni de
"impuesto a las ganancias".
Todo ello reviste importancia, puesto que, en el caso de no constar en el
libramiento la situación frente al impuesto, la entidad bancaria se encuentra
obligada a retener el máximo previsto para los no inscriptos. Esta situación
representa actualmente un porcentaje considerable si se superan los mínimos
no sujetos a retención.
Algunos juzgados tienen la modalidad de librar los cheques sólo a petición
expresa del interesado. En esa circunstancia, el profesional deberá presentar
un escrito en el que informará todos los datos citados a los fines impositivos.
El siguiente texto ejemplifica el cuerpo del escrito que correspondería
presentar:
"[...]
Que viene a solicitar se libre el giro a su favor por el depósito de los
honorarios que le fueran oportunamente regulados. En cumplimiento de la
normativa vigente manifiesto ser inscripto en el impuesto a las ganancias y
revestir el carácter de responsable inscripto ante el impuesto al valor
agregado. Adjunto fotocopia de la constancia respectiva para conocimiento
del tribunal.
Por todo lo expuesto, a V.S. solicito:
Se sirva ordenar el libramiento del giro a favor del suscripto por la suma de
$xxxxx, dejando constancia en el mismo de las situaciones impositivas
acreditadas en esta presentación.
Provea V.S. de conformidad, QUE
SERÁ JUSTICIA...
Firma y Sello del Profesional"

2.10.4. Incumplimiento del depósito por parte de la obligada al pago


Frente al incumplimiento de la intimación a depositar, se generan varias
alternativas para efectivizar el cobro de los honorarios.
En general, la intimación de pago prevista por el tribunal lleva incluido el
apercibimiento de iniciar el proceso de ejecución en caso de incumplimiento.
Esto significa que deberán solicitarse las medidas necesarias sobre bienes
del deudor.
Podrá peticionarse en ese caso el embargo de fondos depositados en
entidades bancarias; el embargo de bienes muebles en el domicilio real del
deudor; o bien, el embargo sobre bienes registrables.
2.10.4.1. Embargo sobre fondos depositados en entidades bancarias
El perito contador puede solicitar al juez de la causa que ordene el embargo
de los fondos pertenecientes a la deudora hasta el importe que se le debe en
concepto de honorarios con más lo que el juez presupueste para cubrir los
adicionales que se generen hasta la efectiva percepción del crédito.
A tales fines debe indicarse claramente la entidad bancaria tenedora de los
fondos que se pretenden embargar, con identificación precisa de la sucursal en
que la deudora reviste el carácter de cliente.
En caso de considerar necesaria la intervención de otra persona en el retiro y
diligenciamiento del oficio deberá solicitarse la autorización expresa al juez y
que se deje constancia en el texto del oficio al momento de su libramiento.
Si el juez considera procedente la solicitud de embargo, dictará un proveído
del siguiente tenor:
'Buenos Aires, xx de marzo de 20xx. Conforme a lo peticionado, decrétase
embargo definitivo sobre los fondos que tuviere depositados en el Banco
de la Nación Argentina la empresa Salerno S.A. hasta cubrir la suma de $
34.000.- con más la de $ 3.400 que se presupuestan con carácter
provisorio para responder a intereses y costas de la ejecución del crédito
de la perito contadora...".
A partir de ese pronunciamiento debe confeccionarse el respectivo oficio a la
entidad bancaria, tarea que queda a cargo del interesado, en este caso, el
perito contador.
El oficio a confeccionar a partir del proveído precedente sería el siguiente:
OFICIO
Buenos Aires,xxde agosto de 20xx
Señor Gerente del
Banco de la Nación Argentina
Casa Central
S/D Tengo el agrado de dirigirme a Ud. en los autos caratulados: "Páez,
Ángel c. Salerno S.A. s/cobro de pesos"que tramitan por ante este
Juzgado Nacional de Primera Instancia en lo Laboral N° xx a mi cargo,
Secretaría Única, sito en Diagonal Pte. Roque Sáenz Peña 760, piso nn,
Capital, a fin de hacerle saber que se ha decretado embargo definitivo
sobre los fondos que tuviere depositados en el Banco de la Nación
Argentina la empresa Salerno S.A., hasta cubrir la suma de $ 34.000.- con
más la de $ 3.400, que se presupuestan con carácter provisorio para
responder a intereses y costas.
Asimismo, se le hace saber que las sumas retenidas deberán ser
transferidas al Banco xxxxxxxxxxxxxxxxxx a la orden del suscripto y como
pertenecientes a estas actuaciones en el término de cinco días.

Saludo a Ud. atentamente


Firma y Sello del Juez
2.10.4.2. Embargo sobre bienes denunciados en el domicilio del deudor
La medida, como en el caso anterior, debe ser solicitada por el perito
contador.
La petición debe incluir los datos identificatorios del inmueble en que se
denuncia la existencia de los bienes. Aprobada la medida, el juez dictará un
proveído semejante al que a continuación se expone:
"Buenos Aires, 29 de julio de 20xx. Incumplida por la demandada la
intimación de fs. 148, respecto de los honorarios de la perito contadora
decrétase embargo sobre sus bienes por la suma de
$358,42, con más la de$110, que se presupuestan provisoriamente para
responder a acrecidos, intereses y costas. Firmado: Dr. xxxxxxxxxxxx —
Juez—."
El perito deberá confeccionar el mandamiento de embargo correspondiente
consignando el alcance de la medida dictada.
En las librerías aledañas a los tribunales hay formularios que incluyen todos
los requisitos legales a considerar al confeccionar el mandamiento.
La existencia de tales formularios se señala sólo con el objetivo de facilitar la
tarea, puesto que tanto el mandamiento de embargo como las instrucciones
para el depositario de bienes embargados pueden ser elaborados por el
profesional sin sujetarse a formularios preimpresos. De hecho, con un simple
procesador de palabra en una computadora personal puede almacenarse el
texto respectivo y recuperarlo en tantas oportunidades como le sea necesario.
En relación con la autorización al diligenciamiento por terceros, son
aplicables idénticas consideraciones que las expuestas en el desarrollo del
oficio de embargo en cuentas bancarias.
E l mandamiento de embargo debe ser entregado con copias al juzgado,
acompañado de las respectivas instrucciones para el depositario de bienes
embargados. Estas últimas reseñan las responsabilidades que se adquieren
frente a la justicia en relación con los bienes de los que se los ha designado
responsable.
El profesional deberá dirigirse dentro de los cinco días siguientes a la oficina
de oficiales de justicia, en el horario que corresponda según el domicilio en que
deberá ejecutarse la medida, a fin de establecer, con el funcionario a cargo de
la zona el día y la hora en que aquélla se llevará a cabo.
Si el profesional no concurre dentro del término citado, el mandamiento se
devolverá al juzgado por no haberse presentado el interesado.
Si se llega a la situación descripta, se generará la necesidad de reiterar todos
los pasos citados a fin de lograr se libre un nuevo mandamiento en reemplazo
del que no se llevó a cabo.
Establecida la fecha con el oficial de justicia, el profesional o quien se
encuentre autorizado para ello, deberá constituirse en la fecha y hora
concertadas.
El oficial de justicia llevará a cabo la orden de embargo, identificando los
bienes sujetos del mismo y entregando a quien sea designado depositario de
los bienes las instrucciones respectivas.
Si el experto no se presenta en la fecha acordada, el trámite de embargo
correrá igual suerte que el analizado para el caso de la presentación fuera de
término en la oficina de mandamientos.
El oficial de justicia será el encargado de informar al juzgado el resultado de
la medida.
A partir de ese momento, en caso de mantenerse el incumplimiento del
depósito, podrá requerirse el remate de los bienes embargados.

2.10.4.3. Embargo sobre bienes registrables


Deberá peticionarse la medida con identificación clara y precisa del bien
sobre el que se solicita sea aplicada aquélla.
En el caso de bienes inmuebles, se requerirán los datos catastrales de la
propiedad denunciada.
En cualquiera de los casos, una vez acogido favorablemente el pedido por el
juez de la causa, se encuentra a cargo del profesional y/o de quien éste
autorice la confección del mandamiento y su diligenciamiento ante el registro
correspondiente.
En tanto persista el incumplimiento del pago deberá solicitarse el remate del
bien.

2.10.4.4. Modelos de escrito de solicitud de embargo, mandamiento e


instrucciones para el depositario
a) Solicitud de embargo
Perito contadora solicita se declare firme liquidación y se decrete embargo
Señor Juez:
ALICIA GÓMEZ, Contadora Pública, con el domicilio constituido en autos,
designada deoficioperito contadora en el expediente caratulado:expte. Nº
2.580/91, Varela, Sebastián c.Sendamar S.R.L. s/accidente,a V.S. se
presenta y respetuosamente expone:
I. Que de acuerdo con las constancias de autos permanecen impagos los
honorarios que le fueran regulados a la suscripta por su tarea en estas
actuaciones.
Que los mismos han quedado a cargo de la demandada Sendamar S.R.L.,
quien ha incumplido su obligación pese a haber sido oportunamente
notificada.
Que no habiendo merecido objeción corresponde se declare firme la
liquidación practicada por la suscripta en autos.
En razón de lo expuesto, esta profesional solicita se decrete embargo
sobre los bienes que oportunamente se denuncien en el domicilio de la
demandada Sendamar S.R.L., sito en Acevedo 2035 de esta Capital
Federal, por la suma de$35.842 con más la que V.S. presupueste para
cubrir los intereses devengados a partir del 01/04/20XX y las costas que se
generen por el presente trámite de ejecución.
Por lo expuesto a V.S. solicito:
1.Se declare firme la liquidación practicada al 01/04/20XX.
2.Se ordene el embargo detallado en el apart. I, requiriendo asimismo se
deje constancia en el mandamiento respectivo que se encuentran
autorizadas para su diligenciamiento la suscripta y/o la Dra. Beatriz
Fernández.
Quiera VS. proveer de conformidad que
SERÁ JUSTICIA
ALICIA GÓMEZ
Contadora Pública
(U.B.A.)
b) Mandamiento de embargo

Mandamiento de embargo
El oficial de justicia que corresponda se constituirá en el domicilio de la calle
Acevedo 2035 y procederá a trabar embargo definitivo sobre bienes existentes en
dicho lugar, que como de propiedad de Sendamar S.R.L. le serán denunciados
por la Dra. Alicia Gómez y/o la Dra. Beatriz Ana Fernández, indistintamente, hasta
cubrir la suma de pesos trescientos cincuenta y ocho con cuarenta y dos
centavos ($ 35.842), que le reclama ALICIA GÓMEZ en concepto de honorarios
en los autos:Varela, Sebastián c. Sendamar S.R.L. s/accidenteque tramitan ante
el Juzgado Nacional de Primera Instancia en lo Laboral Nº..., a cargo de la Dra.
XXXXXXXXXXXXXXXXXXX, con secretaría única, sito en Lavalle 1268, piso ....
de la Capital Federal, con más la suma de pesos ciento diez que se presupuestan
provisoriamente para responder a acrecidos, Intereses y costas.—
El proveído que ordena el presente dice: "Buenos Aires, 29 de abril de 20XX.
Incumplida por la demandada la intimación de fs. 148, respecto de los honorarios
de la perito contadora decrétase embargo sobre sus bienes por la suma
de$35.842, con más la de$3.600, que se presupuestan provisoriamente para
responder a acrecidos, intereses y costas. Firmado: Dra.
XXXXXXXXXXXXXXXXXXX — Juez". Buenos Aires, mayo de 20xx.

Firma y Sello del Secretario

c) Instrucciones para el depositario de bienes embargados


Instrucciones para el depositario de bienes embargados
Señor depositario:
En el juicio Varela, Sebastián c. Sendamar S.R.L. s/accidente que tramita ante
el Juzgado Nacional de Primera Instancia Nº... sito en la calle Lavalle 1268, ...
piso, ha sido designado depositario judicial de los bienes embargados. Se le hace
saber que las obligaciones a su cargo a partir de este momento, son las
siguientes:
1º. Los bienes embargados han sido puestos directamente bajo su custodia.
Por lo tanto, queda a su cargo la conservación de ellos hasta que el juzgado le
notifique que ha cesado en sus funciones. No debe permitir, por consiguiente, que
nadie, ni aun su propio dueño, los traslade, deteriore o ejercite sobre ellos acto
alguno de disposición, sin exhibir orden judicial. Todo hecho de tal naturaleza que
ocurriere debe usted notificarlo de Inmediato al señor juez de la causa.
2º. Al aceptar el cargo usted ha constituido un domicilio. A partir de ese
momento le han de ser cursadas al mismo todas las notificaciones y, aunque lo
haya cambiado, se presumirán recibidas cuantas allí sean dirigidas. En
consecuencia, deberá informar de inmediato al juzgado sobre todo cambio de
domicilio.
3º. Son aplicables a los depositarios judiciales las sanciones establecidas para
la malversación de caudales públicos por los arts. 260, 261 y 262 del Código
Penal, en razón de lo dispuesto por el art. 263 del mismo cuerpo legal, los que se
transcriben a continuación:
Art. 260 —Será reprimido con inhabilitación especial de un mes a tres años, el
funcionario público que diere a los caudales o efectos que administrare una
aplicación diferente de aquella a que estuvieren destinados. Si de ello resultare
daño o entorpecimiento del servicio a que estuvieren destinados, se impondrá
además al culpable, multa del veinte al cincuenta por ciento de la cantidad
distraída.
Art. 261 — Será reprimido con reclusión o prisión de dos a diez años e
inhabilitación absoluta perpetua, el funcionario público que sustrajere caudales o
efectos cuya administración, percepción o custodia le haya sido confiada por
razón de su cargo. La misma pena se aplicará al funcionario público que
empleare en provecho propio o de tercero, trabajos o servicios pagados por una
administración pública.
Art. 262 — Será reprimido con multa del veinte al sesenta por ciento del valor
sustraído el funcionario público que, por imprudencia o negligencia o por
inobservancia de los reglamentos o deberes de su cargo, diere ocasión a que se
efectuare por otra persona sustracción de caudales o efectos de que se trata en
el artículo anterior.
Art. 263 — Quedan sujetos a las disposiciones anteriores los que administraren
o custodiaren bienes pertenecientes a establecimientos de instrucción pública o
de beneficencia, así como los administradores y depositarios de caudales
embargados, secuestrados o depositados por autoridad competente, aunque
pertenezcan a particulares.
QUEDA UD. NOTIFICADO.
Firma y Sello del Secretario

2.10.5. Insolvencia del deudor


Ante insolvencia del obligado al pago de los honorarios, y frente la
imposibilidad de hacer efectivo el cobro por vía del acuse de solidaridad
previsto en el art. 40, LO, deberá iniciarse el trámite de verificación
correspondiente en el concurso del deudor. Este procedimiento es analizado en
el capítulo respectivo de este libro, al que se remite por tratar específicamente
esta problemática en los procesos concursales.
Sólo cabe mencionar al respecto lo previsto en el código de fondo en estos
casos:
"Art. 135 — La ejecución contra el deudor fallido o concursado se deberá
llevar al respectivo juicio universal(Ley 18.345.)".

2.10.6. Cómputos de la prescripción para el cobro de honorarios


Respecto de la prescripción de los honorarios del perito, el Dr.
BERMÚDEZ (4) hace una clara distinción entre la prescripción para la
regulación y la prescripción para el cobro. En tal sentido, señala que el Código
Civil, al considerar la prescripción liberatoria, separa dos acciones diferentes:
"a) La correspondiente al honorario devengado, o sea, donde el perito ha
presentado su informe en tiempo y forma, pero donde aún no se le ha
regulado el honorario, no se ha fijado el monto del mismo y quién debe
soportarlo, donde el plazo de prescripción es de 2 (dos) años, desde que el
juicio terminó por sentencia o bien por transacción u otra forma anormal de
finalización de los juicios, es decir, desde que correspondía procesalmente
regular honorarios y no se ha hecho, y han transcurrido dos años sin que el
perito lo hubiere peticionado.
b) El plazo de prescripción que corresponde a los honorarios regulados por
resolución judicial y que en este caso es el plazo general de diez años".

3. ACTIVIDAD DEL PERITO CONTADOR EN LAS CONTROVERSIAS LABORALES


EN LA PROVINCIA DE BUENOS AIRES

3.1. Introducción
En jurisdicción de la provincia de Buenos Aires el ordenamiento vigente para
la justicia laboral surge de lo previsto en la ley 11.653, que fuera publicada en
el Boletín Oficial el 16 de agosto de 1995.
Los aspectos distintivos fundamentales que emanan de su ordenamiento y
se relacionan con la actividad del perito contador se comentarán en el siguiente
punto, puesto que hacen al contexto en el que deberá desempeñar su actividad
profesional en cuestión.
Asimismo el perito deberá conocer que la ley 10.620 reglamenta el ejercicio
de las profesiones en ciencias económicas en la jurisdicción de la provincia de
Buenos Aires y que, en su parte pertinente, incluye dentro de su título IV, De
los aranceles de honorarios en materia judicial, definiciones precisas respecto
de los derechos y obligaciones que alcanzan a quienes optan por esta actividad
como especialización profesional. Por ello se incluye su texto como anexo del
presente capítulo.
Adicionalmente debe tenerse en cuenta la decisión de la Suprema Corte de
Justicia de la Provincia de Buenos Aires respecto de establecer como requisito
para el ejercicio de la actividad pericial la aprobación de un curso
especialmente dedicado al electo, cuyos lineamientos surgen del acuerdo 2728
(Reglamento para el Dictado y Evaluación de los Cursos de Capacitación en
Práctica Procesal) que se comentará brevemente más adelante.

3.2. Características distintivas del procedimiento laboral en la provincia de


Buenos Aires
Aquellos profesionales que opten por ejercer la actividad en la jurisdicción de
la provincia de Buenos Aires deben prestar atención a algunos elementos
distintivos respecto del ordenamiento nacional, en aspectos tales como la
organización del fuero. Sobre esta última debería conocerse que, dado su
extenso territorio, los juzgados se encuentran distribuidos en departamentos;
cada uno de ellos corresponde a una o más localidades.
En determinadas regiones por la cantidad de habitantes no se justifica la
existencia de un juzgado para cada materia, por lo que funcionan
unificadamente y se ocupan del tratamiento de cuestiones diversas
indistintamente, tales como las civiles y las comerciales, que pueden citarse a
título de ejemplo.
En el caso de la justicia laboral, que en particular aquí se trata, la función de
juzgar recae en tribunales conformados por tres jueces, cuyas sentencias sólo
son recurribles ante la Suprema Corte de Justicia de la Provincia de Buenos
Aires por las razones previstas en el ordenamiento.

3.3. Desempeño de la actividad pericial del contador


Las cuestiones relativas a la organización de la tarea del contador público ya
fueron tratadas en los primeros puntos de este capítulo y resultan aplicables al
desempeño del perito contador en el ámbito de la justicia laboral de la provincia
de Buenos Aires, puesto que hacen a la lógica de la preparación de los papeles
de trabajo que debe sustentar todo dictamen o informe profesional emitido.
En lo que hace a la normativa específicamente referida a la actividad pericial
relacionada con controversias laborales, en esta jurisdicción debe ceñirse a lo
previsto en el cap. IV, "Pruebas", de la ley provincial Nro. 11.653 que rige el
procedimiento laboral en la misma. En los arts. 37 a 42 que integran el capítulo
se da tratamiento a las cuestiones siguientes:
a) peritos, y
b) libros y registros.
Al conocimiento del articulado citado debe añadírsele el de los
pronunciamientos de la Suprema Corte de la Provincia de Buenos Aires que
especifican algunas características de cuestiones meramente enunciadas en
aquél.
Asimismo, se reitera que la ley provincial 10.620, que reglamenta el ejercicio
de las profesiones en ciencias económicas en la misma jurisdicción, incluye
con sumo detalle definiciones de aspectos relativos a un adecuado
cumplimiento de las obligaciones propias del profesional que actúa como perito
contador, así como de los derechos que se generan para el profesional por el
ejercicio de dicha actividad. Algunas de ellas resultan reñidas con otras
legislaciones, lo que ocasiona que de hecho se encuentren transitoriamente
suspendidas en su aplicación.
Para el abordaje de cada tema de interés en el ejercicio de la labor pericial
se sigue el orden previsto en la ley 11.653 de procedimiento laboral en el
ámbito de la provincia de Buenos Aires.
Respecto de la designación de peritos, cualquiera fuera su especialidad,
surgen de la ley los siguientes requisitos y precisiones:
— Se hará de oficio, por sorteo entre los profesionales matriculados e
inscriptos en la lista habilitada al efecto.
— Pueden designarse de uno a tres peritos de una misma especialidad a
juicio del presidente del tribunal y según la naturaleza del asunto objeto de
la litis.
Nombramiento
— Se notificará al experto.
A lo expuesto debe agregarse la acordada 2728, que introduce variantes
para la inscripción de los profesionales que deseen actuar como peritos,
cuya importancia ha dado lugar a un desarrollo específico en este
mismo capítulo.
Debe agotarse el sorteo de la lista elaborada en cada jurisdicción de los
Procedencia de una nueva tribunales del trabajo para que el desinsaculado pueda ser sorteado
designación nuevamente.
El presidente del tribunal podrá, asimismo, disponer que las pericias se
realicen por técnicos forenses o de organismos públicos nacionales,
Consulta a organismos
provinciales o municipales. En estos casos se determinará la suma que
públicos
deba abonarse por esos servicios con arreglo a las disposiciones que al
efecto dicte la Suprema Corte de la Jurisdicción.
— Será fijado por el tribunal al proveer la prueba. No podrá exceder de
veinte (20) días.
Se deberá prestar especial atención a la fecha fijada para la audiencia
Plazo de presentación del de vista de la causa, si es que se ha establecido que en ese momento
informe deben haberse cumplimentado y evacuado los eventuales traslados del
informe pericial.
Aparece en este procedimiento la posibilidad de una presentación o
defensa oral de los juicios vertidos por el perito en su informe.
— Se dará traslado a las partes por cinco (5) días.
Traslado del informe Si la complejidad o extensión del informe lo amerita, el tribunal podrá
disponer un plazo mayor.
— Podrán interponerse dentro del término fijado por el tribunal.
— Se le deberá correr traslado al perito para que lo conteste en el plazo de
cinco (5) días o antes de la vista de la causa o en la misma audiencia si se
hubiese designado.
Interposición y traslado de — Si las partes dejan vencer al término fijado para interponer
impugnaciones y/o impugnaciones o aclaraciones perderán el derecho a las mismas hasta la
aclaraciones del informe instancia en que se concrete la vista de la causa.
previas a la vista de causa
Posibilidad de pedido de De los arts. 44, inc. b) y 45 surge que elperitopodrá ser interrogado
aclaraciones o expli-caciones libremente por el tribunal, sin perjuicio de las preguntas que puedan
en la vista de la causa proponer las partes.
— El art. 45 establece que las partes tendrán intervención en la audiencia
a los efectos del contralor de la prueba y podrán hacer, con permiso del
presidente del tribunal, todas las observaciones que consideren
pertinentes.
Posibilidad de pedido de No pierden este derecho por no haberlo interpuesto al momento de
corrérseles traslado del informe pericial en cuestión.
aclaraciones o expli-caciones — El presidente del tribunal tiene la facultad de limitar las interrupciones
en la vista de la causa cuando las mismas se puedan imputar de improcedentes o de mero
propósito obstruccionista o contrario a los fines del proceso.
—Cuando se lo estimare necesario, podrá disponerse que se practique otra
Nueva pericia pericia, se perfeccione o se amplíe la anterior, según el sistema de
designación que se considere pertinente.

Copias del informe — Deberán presentarse tantas copias como partes haya en el proceso.

— Cuando los peritos no se expidieren en término o citados para dar


explicaciones o evacuar impugnaciones no comparecieren sin justa causa,
de oficio se dejará sin efecto su designación, dándoles por perdido el
Recusación, excusación,
derecho a devengar honorarios si correspondiese y excluyéndolos de la
vacancia remoción
lista.
— Si se trata de peritos de la nómina oficial del Poder Judicial se
comunicará a la Suprema Corte de Justicia a sus efectos.
Tal como surge del detalle precedente, el profesional que ejerció la función
de perito puede ser llamado a dar explicaciones respecto de las conclusiones
técnicas contenidas en su informe. Este aspecto de la oralidad del informe nos
pone frente a una nueva estrategia y materialización de la tarea, que es tratada
en un capítulo específico de este mismo libro, y al que debe prestársele
especial atención.
Considerando las particularidades del proceso en el ámbito de la Provincia
de Buenos Aires que aquí se han presentado sucintamente, se aconseja la
consulta de las obras elaboradas por los profesores Nicolás Cap y Miguel
Telese (5) que permitirán una profundización de la temática para el ejercicio
profesional en la jurisdicción provincial.

3.3.1. Libros y registros


Como quedara expuesto en los puntos relativos a la organización de la tarea
para el profesional perito contador en el ámbito de la Ciudad Autónoma de
Buenos Aires, la cuestión relativa a los registros legales que deban ser llevados
hacen a la incumbencia específica de éste, por lo que, a los conocimientos
sobre el tema, debe añadírsele el tratamiento que a la cuestión se le da en el
art. 39 de la ley de procedimiento laboral de la Provincia de Buenos Aires, que
al respecto establece:
"Libros y registros
Art. 39 — Cuando en virtud de una norma legal aplicable exista obligación de
llevar libros, registros o planillas especiales de índole laboral, y a
requerimiento judicial no se los exhiba o resulte que no reúnen exigencias
legales y reglamentarias, incumbirá al empleador la prueba contraria si el
trabajador o sus derechohabientes prestaren declaración jurada sobre los
hechos que debieron consignarse en los mismos.
En los casos en que se controvierta el monto o el cobro de remuneraciones
en dinero o en especie, la prueba contraria a la reclamación corresponderá al
empleador".
Como parte de la organización de la tarea profesional a llevar a cabo,
debería considerarse la necesidad de establecer si hay puntos de pericia que
deban ser evacuados sobre la base de información incorporada en otros
expedientes o elementos aportados como prueba por las partes. Es
conveniente que el perito tome debida nota en el caso de existir tal
circunstancia, por cuanto dentro del procedimiento en análisis está previsto que
se reputará conocida la existencia de tales elementos si se dan las condiciones
previstas en el art. 40 del mismo cuerpo normativo, que establece:
"Expedientes, documentos y convenios colectivos
Art. 40 — Cuando se ofrezcan como prueba expedientes administrativos o
judiciales en trámite, deberán individualizarse las piezas o circunstancias que
interesen; en su caso, se requerirá testimonio o copia autenticada de dichos
elementos probatorios. Cuando se trate de expedientes administrativos o
judiciales terminados y agregados a otro juicio, podrá procederse de la
misma manera o requerirse la remisión de los mismos.
Si se ofreciera como prueba un documento agregado a un expediente en
trámite, se pedirá el envío de dicho expediente exclusivamente por el plazo
necesario para cumplimentar la prueba o copia autenticada del instrumento.
En el primer caso, antes de devolverse el expediente se dejará copia del
documento en la causa.
Cuando la actuación que se ofrezca como prueba se refiera a una cuestión
de carácter prejudicial se deberá aguardar su terminación.
Cuando los convenios colectivos de trabajo fueran debidamente
individualizados por las partes no será necesario diligenciar prueba alguna
para acreditarlos. A tal fin obrarán en poder de cada tribunal ejemplares de
los mismos cuyas copias autenticadas se agregarán a los autos. En caso de
no tenerlos, el tribunal deberá requerirlos a la autoridad que corresponda a
tales efectos".
El último párrafo guarda vinculación con la tarea que debe llevar a cabo el
perito contador, puesto que sobre la base de la lectura de los escritos de
demanda y contestación de demanda podrá determinar cuál es el convenio
aplicable al objeto de autos.
En consecuencia, para la determinación de los valores reclamados tendrá
que interiorizarse del contenido de aquéllos. Misión esta última que sólo podrá
llevar a cabo requiriendo al tribunal el acceso a la copia del estatuto o convenio
que obre en poder del mismo.

3.4. Requisitos para la inscripción como perito en la provincia de Buenos


Aires
Por acuerdo 2728, la Suprema Corte de la Provincia de Buenos Aires
estableció que a partir de 1997 los profesionales que deseen inscribirse como
peritos en su jurisdicción deberán aprobar cursos específicos.
Los contenidos incluyen normas de procedimiento y de organización de la
justicia, cuyo cotejo con los programas de los seminarios de práctica
profesional jurídico-contable vigentes en las universidades públicas y privadas
del país, para la obtención del título de grado, permite aseverar que los
contadores públicos ya han debido acreditar el conocimiento de aquéllos.
En lo que hace a las características del curso cuya aprobación deberá
acreditarse, cabe mencionar las siguientes:
a)Por acuerdos firmados entre la Suprema Corte de la Provincia de Buenos
Aires y los colegios o consejos respectivos, estos últimos tendrán a su
cargo la organización, dictado, y pruebas de evaluación.
b)Los cursos tendrán una duración de cuarenta y ocho (48) horas, y para
poder presentarse a las evaluaciones respectivas, los participantes
deberán cumplir con un 80% de asistencia.
c)La evaluación final deberá ser aprobada con una calificación igual o
superior a seis (6) puntos sobre una escala total de diez (10) puntos
posibles.
En caso de obtener una calificación mayor que cuatro (4) e inferior a seis (6),
el aspirante tendrá derecho a presentarse a una segunda evaluación, que
será citada en un plazo no menor a cuarenta (40) días de conocida la
calificación.
Para la aprobación de este examen bastará con la obtención de seis (6)
puntos.
d)Al aprobar la prueba final de evaluación, el consejo o colegio que
corresponda le extenderá al profesional un certificado, cuya validez
encuentra sustento en el art. 5°, inc. i) del anexo I del acuerdo 2728.

4. CONSIDERACIONES FINALES
Los temas abordados en el capítulo constituyen un acercamiento al ejercicio
de la actividad pericial en el caso de controversias laborales. Los temas
generales relacionados con el procedimiento deben ser consultados
correlacionándolos con los demás capítulos de este libro que se ocupan de la
labor pericial.
Las cuestiones laborales específicamente legisladas deberán ser
profundizadas recurriendo a las fuentes normativas particulares que
correspondan en cada caso en el que al perito le toque desempeñarse.
La diversidad de las normas laborales, fruto de múltiples vertientes, como las
leyes, sus reglamentaciones, decretos de emergencia, etc., obliga a una
especialización para un efectivo desempeño de la tarea.
Estas características la tornan a la vez compleja y rica en todo lo relativo al
manejo de variables íntimamente relacionadas con la profesión contable. Entre
ellas, la correlación entre los registros y la documentación respaldatoria, y el
amplio espectro de las relaciones laborales son sólo algunas de las que
pueden citarse.
Ver gráfico en pag. siguiente
Ver cuadro pág. siguiente
LA ACTUACIÓN COMO PERITO CONTADOR EN LOS FUEROS CIVIL Y
COMERCIAL

Marisa Gacio

1. INTRODUCCIÓN
Tanto el fuero civil como el comercial tienen características de procesos
dispositivos. Se entiende como dispositivo al método bilateral en el cual dos
sujetos en esencia desiguales discuten pacíficamente ante la autoridad de un
tercero imparcial —el Juez—, quien propicia el marco de igualdad jurídica,
dirigiendo y regulando el debate, para llegado el caso, emitir su sentencia
acerca de la pretensión discutida.
De tal modo, el Juez en el sistema dispositivo no protagoniza el impulso del
proceso, siendo su función primordial la de velar para que el debate entre las
partes se lleve a cabo en un pie de igualdad.
Sin embargo, en cuanto a la etapa de la prueba, el CódigoProcesal Civil y
Comercial contiene rasgos inquisitivos autorizándole al magistrado a introducir
prueba de oficio al proceso.
Teniendo como premisa que la actuación del profesional en Ciencias
Económicas se desarrolla fundamentalmente en la etapa de la prueba
estudiaremos cómo se deberá desenvolver para cumplir con su cometido
dentro del proceso civil o comercial.
Es importante resaltar que la gran mayoría de los litigios de orden patrimonial
requieren la participación de expertos en Ciencias Económicas. Ello obedece a
que se deben comprobar hechos controvertidos que requieren conocimientos
técnicos que exceden el saber específico del Juez en materia económico-
financiera.
Tanto el Código de Comercio como el Código Procesal Civil y Comercial le
reconocen a la contabilidad gran valor probatorio, no sólo en los litigios
originados por diferencias con otros comerciantes, sino también en sus
relaciones con civiles.
Para cualquiera que se aboque a la lectura y análisis del Proyecto de Código
Civil y Comercial que se nos propone desde el Poder Ejecutivo Nacional, no
podrá pasar desapercibido el desafío que importa pasar de un Código de
Comercio de 404 artículos vigentes (al que se le suman leyes
complementarias) y de uno Civil de otros tantos 4.051, a un nuevo código
unificado de tan sólo 2.671 artículos. Desafío que se dará no sólo por la
adecuación terminológica y sintáctica que esta notable reducción de normas
implica, sino porque a poco de avanzar en la lectura de su índice se advertirá
que hay institutos que directamente se omiten en su tratamiento (vgr. el
estatuto del comerciante).
2. MARCO LEGAL
En cuanto al derecho sustancial o de fondo, elCódigo Civil yel Código de
Comercio serán las piedras angulares sobre los que se asientan las cuestiones
litigiosas generalmente patrimoniales en las que se suscitan hechos
controvertidos que se resolverán con las pruebas ofrecidas, y en cuanto a la
forma en que se deberá regir la prueba pericial contable en materia civil y
comercial está regulada por elCódigoProcesal Civil y Comercial de la Nación.

3. DIFERENTES FUNCIONES: CONSULTOR TÉCNICO Y PERITO DE OFICIO


Si bien el consultor técnico debe ser una persona especializada en alguna
ciencia o técnica, arte o industria se diferencia del perito, en forma sustancial,
ya que éste reviste la calidad de auxiliar del Juez, objetivo, imparcial e
independiente, mientras que el consultor se asemeja a la figura del abogado en
cuestiones ajenas a la técnica jurídica. Es la parte quien lo propone, tampoco
es esencial que acepte formalmente el cargo ante el Juez, y puede ser
reemplazado en cualquier etapa del proceso.

4. OFRECIMIENTO DE LA PRUEBA

4.1. Régimen legal. Especialización del perito. Puntos de pericia


La normativa respecto al ofrecimiento de la prueba está definida en el art.
459 del CPCC y dispone que al ofrecer la prueba pericial se indicará la
especialización que ha de tener el perito y se propondrán los puntos de pericia;
si la parte ejerciera la facultad de designar consultor técnico , deberá indicar, en
el mismo escrito, su nombre, profesión y domicilio.

4.2. Traslado. Acuerdo de partes. Desinterés


La otra parte, al contestar la vista que se le conferirá conforme al artículo
367, podrá formular la manifestación a que se refiere el artículo 478 o, en su
caso, proponer otros puntos que a su juicio deban constituir también objeto de
la prueba, y observar la procedencia de los mencionados por quien la ofreció, si
ejerciese la facultad de designar consultor técnico deberá indicar en el mismo
escrito su nombre, profesión y domicilio.
Si se hubiesen presentado otros puntos de pericia u observado la
procedencia de los propuestos por la parte que ofreció la prueba, se otorgará
traslado a ésta.

4.3. Designación de Consultor Técnico


Cada parte tiene la facultad de designar un consultor técnico. Deberá
actuar en su condición de profesional con objetividad y veracidad, lo que no se
le puede pedir es imparcialidad.

5. PRODUCCIÓN DE LA PRUEBA

5.1. Puntos de pericia. Formulación y procedencia


Cada parte puede proponer puntos de pericia, pudiendo también observar la
procedencia de los ofrecidos por la otra (art. 458, CPCCPBA). Su formulación
sigue el trámite previsto para el ofrecimiento de la prueba pericial.
En los escritos pertinentes, cuando las partes ofrecen la prueba pericial,
deben proponer sus puntos de pericia. La otra parte, al contestar la vista o el
traslado de estos escritos, podrá a su vez: a) proponer otros puntos de pericia
que deban constituir también objeto de la prueba y b) observar la procedencia
de los mencionados por quien la ofreció.
En consecuencia, en esta instancia puede adherirse u oponerse parcial o
totalmente a los puntos de pericia ofrecidos por la contraparte, en este último
caso, sosteniendo su improcedencia. También puede solicitar su ampliación y
proponer otros puntos de pericia, en tal caso corresponde dar nuevo traslado
de los mismos a la contraria en virtud del principio de bilateralidad.
En la audiencia prevista en el código procesal para el nombramiento del
perito, las partes pueden formular manifestaciones acerca de las observaciones
presentadas sobre los puntos de pericia. Oídas las partes, y teniendo en cuenta
todas las observaciones formuladas, el juez procederá a fijar los puntos de
pericia, pudiendo agregar otros, o eliminar los que considere improcedentes o
superfluos (art. 460, CPCC).
El juez debe determinar concretamente los puntos sobre los cuales ha de
versar el dictamen si es de oficio, y si procede a propuesta de parte podrá
remitirse a los que éstas indiquen. A su vez, el magistrado señalará el plazo
dentro del cual el perito deberá cumplir su cometido.
Determinados los puntos sobre los cuales se deberá presentar el dictamen,
se procede a la designación del perito.
Por lo general, las partes no asisten a la audiencia y no ejercen la facultad de
realizar nuevas observaciones. Tampoco los jueces ejercen su facultad de
agregar o quitar puntos de pericia, salvo casos excepcionales. Sólo se tienen
en cuenta los cuestionarios periciales presentados por las partes en los escritos
iniciales.
Por esta razón, muchas veces los peritos se encuentran con que en los
pliegos periciales ofrecidos por las partes, constan puntos de pericia
improcedentes (por ejemplo, de otra incumbencia profesional) o superfluos
(inútiles o inconducentes para el esclarecimiento de los hechos investigados).

5.2. Inscripción
La inscripción se realiza durante el mes de octubre de cada año en vistas a
actuar el año judicial siguiente que comienza el primer día hábil de febrero y
finaliza el último día hábil de diciembre. Se deberá estar matriculado en el
Consejo Profesional de Ciencias Económicas de la Ciudad Autónoma de
Buenos Aires para el caso de que nos interese actuar como peritos en los
fueros Nacionales y Federales de esta ciudad. El trámite es de carácter
personal y de hacerlo un tercero deberá acompañar un poder ante escribano y
fotocopia del mismo. Actualmente, el Consejo de la Ciudad Autónoma de
Buenos Aires ofrece su estructura edilicia y soporte electrónico para facilitar a
los matriculados la inscripción, previo pago de un arancel de $50, que fue
dispuesto por Acordada 29/95 de la Corte Suprema de Justicia de la Nación.

5.3. Pedido de licencia o renuncia


Los peritos deberán aceptar todos los cargos para los que son designados
salvo que se deban excusar o sean recusados. De necesitar pedir una licencia
por viaje o por enfermedad deberán presentar un escrito ante el presidente de
la Cámara de Apelaciones en lo Civil o en lo Comercial explicando los motivos
que originan el pedido de licencia o de renuncia y también deberá hacerlo
saber en todos los expedientes judiciales en los que el perito hubiera sido
designado.

5.4. Designación
La designación de perito contador nos llegará por medio de una cédula a
nuestro domicilio constituido, el que deberá estar actualizado.

5.4.1. Notificación
La notificación de la designación se hará por cédula, cuyo contenido es el
siguiente:
1)Nombre apellido y domicilio del perito designado
2)Juzgado o Secretaría donde tramita el juicio y su dirección
3)Transcripción de la resolución judicial donde se lo designa con firma
4)Fecha y hora en la que fue notificada la cédula dato que es colocado por el
oficial notificador en forma escrita y dicha fecha es la relevante a los
efectos del cómputo del plazo para aceptar el cargo

5.4.2. Idoneidad
El art. 464 del CPCC dispone que en caso de profesiones reglamentadas,
como es el caso de la de los profesionales en Ciencias Económicas, el perito
debe estar matriculado en la ciencia a la que pertenezcan las cuestiones sobre
las cuales deba expedirse.

5.4.3. Aceptación del cargo


Conforme lo normado por el art. 469 del CPCC el plazo para aceptar el cargo
es dentro del tercer día de notificada la designación. El cargo se acepta ante el
secretario del juzgado. Deberá exhibir cedula, documento de identidad y
licencia que lo acredite como profesional.
El plazo de 3 días se computa a partir del día siguiente de aquel en que
efectivamente recibió la cédula.
El plazo para la presentación del informe lo fija el Juez conforme el art. 460
CPCC. De no indicarlo el Juez en su resolución se entiende que es de 15 días
y comienza a partir de la aceptación del cargo.

5.4.4. Excusación
De estar comprendido en alguna causal del art. 17 CPCC, nos deberíamos
excusar de aceptar el cargo, por medio de un escrito dentro del plazo que
tenemos para aceptar nuestro cometido.

5.4.5. Recusación
El perito designado por el juez podrá ser recusado por justa causa, dentro del
quinto día de notificado el nombramiento por ministerio de la ley conforme el
art. 465. Son causales de recusación del perito las previstas respecto de los
jueces; también la falta de título o la incompetencia en la materia de que se
trate. El perito tiene dos opciones frente al pedido de recusación: una es la de
reconocer la causal y ello implicará que el Juez designe a otro reemplazante, o
la otra es la negación de la causal y tramitará el planteo por la vía incidental.

5.4.6. Consecuencias de la no aceptación


Si el perito no concurriere dentro del plazo fijado para aceptar el cargo, el
Juez designa a otro perito sin más trámite y lo comunica a la Excma. Cámara
Nacional de Apelaciones en lo Civil y en lo Comercial quienes lo excluirán de la
lista de Peritos y a su vez los tribunales de alzada lo comunican al Consejo
Profesional de Ciencias Económicas.

5.4.7. Remoción. Sanciones


La remoción es una sanción que puede imponer el juez a los auxiliares de
justicia, en ejercicio de sus facultades disciplinarias, cuando existan causales
que justifiquen la misma. Procederá luego de que el perito aceptare el cargo y
las situaciones que pueden originar la misma son:
a)La renuncia sin motivo atendible
b)El rehusarse a presentar el informe encomendado
c)No presentar la pericia en el tiempo oportuno
La remoción trae diversas consecuencias para el perito:
-El Juez nombrará a otro en su lugar.
-Se lo responsabilizará civilmente, cargándole los daños y perjuicios que
ocasionare a las partes, siempre y cuando ellas lo reclamaren.
-Perderá el derecho al cobro de honorarios.
-Estará incurso en responsabilidad penal.
-Será sancionado por el Tribunal de Ética del Consejo Profesional de
Ciencias Económicas, el cual se anoticiará de dicha remoción por un oficio
de la Cámara de Apelaciones pertinente.

5.5. Facultades del perito

5.5.1. Anticipo de gastos


Dentro de sus facultades, se encuentra la de solicitar un anticipo de gastos, a
los fines de solventar tareas muy complejas y en algunos casos el traslado a
otras jurisdicciones. Este anticipo deberá ser solicitado por el perito, ya que no
procede de oficio y en el pedido se deberá incluir el monto. Conforme lo
dispuesto por el art. 463CPCCN el perito tiene tres días desde que acepta el
cargo para peticionarlo. Ante este pedido, el Juez tiene facultades de
concederlo o no siendo dicha resolución inapelable.
En opinión de Morello (1) este anticipo no tiene que transformarse en un
adelanto a cuenta de honorarios ni limitarse a los gastos que efectivamente
demanda el peritaje y que el perito no tiene por qué soportar. Agrega que el
juez debe rechazar la petición del perito, sin traslado a las partes, cuando
considere que el peritaje no demanda erogación alguna. En otro orden de ideas
señala que presentado el pedido en forma fundada, el juez debe resolver
fijando, cuando correspondiere, el monto del adelanto, con cargo de rendición
de cuentas; la ley no prevé ningún trámite ni traslado a las partes, evitando así
que se planteen incidencias que desnaturalizarían la prueba originando
demoras innecesarias.
En caso de concederlo, el Juez intima al obligado a depositarlo en un plazo
de cinco días, y de no depositar dicho anticipo lo tendrá por desistido de la
prueba ofrecida.

5.5.2. Pedido del expediente en préstamo


Otra de las facultades del perito es el poder retirar el expediente en préstamo
para el estudio de las actuaciones, de los cuestionarios periciales ofrecidos por
las partes y del auto de apertura a prueba donde finalmente se fijan los puntos
de pericia sometidos a examen del perito.
Hay juzgados que en el auto de designación del perito ya le autorizan el
préstamo del expediente. De no ser así, el perito deberá presentar un escrito
argumentando los motivos de dicho pedido y se lo concederá siempre y cuando
el expediente no esté en el juzgado ante la inminente audiencia a celebrarse en
ese momento.
El juez, al autorizar el préstamo, fija el plazo. Finalizado el mismo, el perito
deberá devolverlo, y de retenerlo, el profesional será pasible de una multa de
acuerdo al art. 128 CPCC. En caso de extraviar el expediente, no sólo deberá
pagar una multa sino tendrá responsabilidades civiles y penales art. 130 CPCC.

5.5.3. Solicitud de intimación


En muchas ocasiones el perito se constituye en el domicilio de la parte actora
o demandada a realizar su cometido pericial y hay reticencia por parte de la
empresa a exhibir los libros y documentación requerida por el experto. De tal
modo, el perito deberá poner en conocimiento del juez esta situación, y para
evitar dilaciones puede solicitar que se intime a las partes a fijar fecha, hora y
lugar para poner los libros a su disposición.

5.5.4. Ampliación de plazo


Si el tiempo que nos demanda el trabajo es más del que contamos para
hacerlo, tenemos la posibilidad de solicitar prórroga.
No obstante, no es recomendable pedirla salvo que realmente la
envergadura del trabajo requerido nos imposibilite cumplir con el plazo. Y
cuando hablamos de la envergadura nos podemos referir a la extensión del
cuestionario, la tardanza en reunir la información requerida por el Perito, la
realización del mismo Informe Pericial, etc.
Es importante tener en cuenta que los días de prórroga se contarán a partir
del día siguiente al del vencimiento del plazo original para la presentación del
informe. No obstante, siempre hay que estar atento al proveído del Juez a fin
de verificar si efectivamente ha concedido el término solicitado.

6. MODELOS DE ESCRITOS

6.1. Perito Contador solicita Ampliación de Plazo


Señor Juez:
.... Contador Público, Perito Contador en los autos caratulados
".... c/.... s/.... " con domicilio constituido en.... se presenta a V.S. y dice:
1- Que viene en tiempo y forma a solicitar la ampliación del plazo en diez días para
la presentación del informe pericial, atento a la extensión y complejidad de los temas a
evacuar para la realización del mismo.
2- Que por lo expuesto, se solicita a V. S. conceda la prórroga solicitada.
Proveer de conformidad,
Será justicia.

6.2. Perito Contador solicita Préstamo de Expediente


Señor Juez:
N.N. Contador Público, Perito Contador designado de oficio en los autos caratulados
" .............c/................ s/............. " con domicilio constituido en ............. se presenta a
V.S. y dice:
1- Que atento a la complejidad y extensión del informe solicitado el suscripto
requiere en préstamo el expediente de autos a los efectos de su estudio por el término
de 3 (tres) días para su estudio.
2- Que por lo expuesto, solicita a V.S. ordene la entrega en préstamo del
expediente.
Proveer de conformidad,
Será justicia.
6.3. Perito Contador solicita Intimación
Señor Juez:
N.N. Contador Público, Perito Contador designado de oficio en los autos caratulados
" .............c/................ s/............. " con domicilio constituido en .......se presenta a V.S. y
dice:
1- Que en reiteradas oportunidades se apersonó en el domicilio de la parte a los
efectos de llevar a cabo su labor profesional.
2- Que en el domicilio indicado no se hallaba la documentación objeto de la
compulsa por lo cual el suscripto procedió a solicitar a la parte, que procurara los
elementos para una próxima visita a los efectos de realizar la compulsa.
3- Que no obstante lo solicitado, la parte no ha dado cumplimiento a la solicitud, por
lo cual el suscripto se ve imposibilitado de llevar a cabo su cometido.
4- Que por lo expuesto, solicita a V.S.
a) Ordene a la parte, para que en el término que considere conveniente, ponga a
disposición del Perito la documentación requerida para evacuar el cuestionario de la
pericia.
b) Suspenda los plazos para la presentación del informe, a tenor de la circunstancia
expuesta.
Proveer de conformidad,
Será justicia.

7. TAREAS PRELIMINARES

7.1. Asistencia de consultores técnicos, partes y letrados


El perito designado por el Juez será quien esté a cargo de la pericia. En la
práctica pericial podrán estar presentes los consultores técnicos, las partes y
sus letrados. Ellos podrán presenciar las operaciones técnicas que se realicen
y formular las observaciones que consideraren pertinentes.

7.2. Evaluación del pliego pericial


Es necesario para ello compulsar las piezas procesales de: la demanda, la
contestación de demanda y sobre todo el auto de apertura a prueba (art. 360
CPCC) para ver si el juez aprobó los cuestionarios o rechazó algún punto; y
otra opción es que haya incorporado un punto pericial.
De la lectura del expediente surge si las partes informaron lugar de la
realización de la pericia. Si no lo hacen puede el perito pedirlo por escrito
juntamente con una suspensión de plazos. También las partes tienen derecho
a proponer un consultor técnico (art. 471 CPCC). El consultor técnico tiene
derecho a estar presente en la pericia y formular observaciones.
Es importante y a veces indispensable informar por escrito la fecha y hora de
la realización de la pericia bajo pena de que si no lo hace se le pueda plantear
al perito la nulidad del dictamen.

7.3. Puntos periciales. Incumbencia


Hay muchas situaciones en que dentro de los puntos periciales aprobados
por V.S. se nos encomienda adjuntar copias de pólizas de seguros, formularios
de denuncia de siniestros, cuando este tipo de información podría haber sido
objeto de la prueba informativa. Resulta inapropiado requerir la actuación de un
profesional universitario para simplemente adjuntar una copia.
El eje que le sirve al perito contador para estar posicionado en dirimir si un
punto de pericia es o no de su incumbencia es recurrir a lo normado en el inc.
b) del art. 13 de la ley 20.488
b) En materia judicial para la producción y firma de dictámenes
relacionados con las siguientes cuestiones:
1. En los concursos de la ley 19.551 para las funciones de síndico.
2. En las liquidaciones de averías y siniestros y en las cuestiones
relacionadas con los transportes en general para realizar los cálculos y
distribución correspondientes.
3. Para los estados de cuenta en las disoluciones, liquidaciones y todas las
cuestiones patrimoniales de sociedades civiles y comerciales y las rendiciones
de cuenta de administración de bienes.
4. En las compulsas o peritajes sobre libros, documentos y demás elementos
concurrentes a la dilucidación de cuestiones de contabilidad y relacionadas con
el comercio en general, sus prácticas, usos y costumbres.
5. Para dictámenes e informes contables en las administraciones e
intervenciones judiciales.
6. En los juicios sucesorios para realizar y suscribir las cuentas particionarias
juntamente con el letrado que intervenga.
7. Como perito en su materia en todos los fueros. En la emisión de
dictámenes, se deberá aplicar las normas de auditoría aprobadas por los
organismos profesionales cuando ello sea pertinente.

8. DICTAMEN PERICIAL
8.1. Concepto
Es la opinión de un profesional luego de haber verificado los hechos, sus
causas y consecuencias que requiere de conocimientos técnicos o científicos
específicos ajenos al conocimiento del Juez y necesarios para dirimir sobre la
contienda.

8.2. Presentación del dictamen


Conforme lo normado por el art. 472 del CPCC, el perito presentará su
dictamen por escrito, con copias para las partes.
Los consultores técnicos de las partes, dentro del plazo fijado al perito,
podrán presentar por separado sus respectivos informes, cumpliendo los
mismos requisitos.

8.3. Plazos
El plazo para presentar la pericia es fijado por el Juez, y de no haberlo
determinado se entiende que es de quince días y su cómputo comienza a partir
de la aceptación del cargo del perito.

8.4. Forma
La presentación del dictamen es por escrito.

8.5. Copias
Se deberá adicionar a la presentación del dictamen, copias para cada una de
las partes integrantes del litigio para poder dar traslado del dictamen a las
mismas y puedan plantear pedido de explicaciones, impugnaciones u
observaciones.

8.6. Contenido
La pericia tiene que tener el desarrollo con fundamento (explicación detallada
de las operaciones técnicas realizadas y de los principios técnicos en los que
se funda la opinión). El dictamen deberá comprender los siguientes tópicos:
-Título (PERITO CONTADOR PRESENTA DICTAMEN)
-Destinatario (Señor Juez)
-Exordio (Nombre y apellido, carácter -perito contador designado de oficio-,
domicilio constituido, carátula de las actuaciones y n° del expediente)
-Breve referencia a las diligencias realizadas
-Transcripción del cuestionario o pliego pericial, punto por punto, seguido del
responde
-Petitorio: solicitar la agregación en autos con copias para las partes y el
pedido de regulación de honorarios conforme las escalas arancelarias
locales

8.7. Libros de Comercio


Para expedirse sobre la legalidad de la forma de llevar los libros de comercio,
el perito deberá someter la contabilidad del ente examinado al cumplimiento de
los requisitos previstos en los arts. 43 y siguientes del Código de Comercio y
será el juzgador quien dictaminará acerca de la fe que merezcan los libros en
arreglo a lo normado por el art. 63 CC.
El Anteproyecto del Código Civil y Comercial unificado que se encuentra en
estado de debate parlamentario, en su sección séptima del libro Primero -
Título IV, está dedicado a la contabilidad y estados contables. Los contenidos
básicos son los siguientes: (transcripción textual).
a) Se extiende la obligación del llevado de contabilidad a todas las personas,
sean humanas o jurídicas, que desarrollen una actividad económica o sean
titulares de empresas.
Se exceptúa de tal obligación a las personas físicas a las que el llevado de
libros pudiera resultar gravoso, tales como agricultores y profesionales no
organizados en forma de empresa. Asimismo, se faculta a las jurisdicciones
locales a exceptuar también a aquellas actividades cuyo volumen de giro no
justifiquen el llevado de libros.
Se introduce, en favor de todas las personas, la posibilidad de llevar
contabilidad legal en forma voluntaria —si así lo deciden— en un pie de
igualdad respecto de los sujetos obligados.
b) En cuanto al llevado de la contabilidad, se hace hincapié en la
verosimilitud de las registraciones, las que deben reflejar los hechos,
instrumentos y documentos que les dan origen, sobre bases y criterios
uniformes —a fin de evitar distorsiones originadas en las variaciones de los
mismos— y con carácter eminentemente inclusivo de todos los actos que
pudieren tener efecto sobre el patrimonio del obligado y el resultado de sus
operaciones.
c) Se imponen como libros obligatorios mínimos el "Diario", a fin de la
anotación de las operaciones en orden cronológico, y el de "Inventarios y
Balances", para la anotación en forma detallada de los activos, pasivos y
patrimonio neto, al comienzo de las actividades y al cierre de cada ejercicio, así
como para la trascripción de los estados contables anuales. Se agrega,
también con carácter de obligatorio, todo otro libro o registro que resulte
necesario en función de la dimensión y características de la actividad del
obligado o los que en forma especial impongan el Código u otras leyes.
d) Se prevé la posibilidad, previa autorización, del llevado de libros, registros
y del archivo de la documentación de respaldo por medios alternativos hoy
existentes (electrónicos, magnéticos, ópticos, etc.) u otros que puedan crearse
en el futuro. Se exceptúa de tal posibilidad al de libro de Inventarios y
Balances, donde deben quedar registradas las características de los medios
alternativos solicitados, así como las autorizaciones que se confieran, debiendo
los referidos medios garantizar la inalterabilidad, inviolabilidad, verosimilitud y
completitud de los registros.
e) Se ha dejado a cargo de los Registros Públicos de cada jurisdicción la
identificación de los libros obligatorios, así como el otorgamiento de
autorizaciones para su llevado por medios alternativos.
f) En cuanto a la forma del llevado de los libros, se mantienen las normas de
seguridad que hacen a la fe de sus registraciones. Se imponen en forma
expresa para los libros y registros, el idioma y la moneda nacional, lo que
excluye otras lenguas o unidades de medida técnicas o foráneas.
g) Se fija expresamente el lugar en que han de permanecer los libros y
registros contables, lo que aventará controversias al respecto. A la vez, ese
mismo lugar se constituye en aquel en que se deben llevar a cabo —en su
caso— las diligencias probatorias sobre los libros y registros del obligado,
aunque se encuentren en jurisdicción distinta a la del Juez que lo ordene.
h) Se dispone que los registros han de permitir determinar al cierre de cada
ejercicio, la determinación del patrimonio, de su evolución y de sus resultados,
estableciéndose el contenido mínimo de los estados contables anuales.
i) En cuanto a la conservación de los libros y registros se establece el plazo
de diez años, el que se computará: desde el último asiento en el caso de los
libros; desde la última anotación efectuada en el caso de los demás registros y
desde la fecha de su emisión, en el caso de los instrumentos ó documentos
respaldatorios.
k) Se sostiene el criterio general de confidencialidad, prohibiéndose las
pesquisas genéricas a fin de determinar si las personas llevan o no contabilidad
legal.
Se establece concretamente el lugar en que ha de ser llevada a cabo la
prueba sobre los libros, registros y documentación respaldatoria, aun cuando
se encuentre en diversa jurisdicción a la del Juez que la ordene, lo que evitará
controversias al respecto.
En resguardo de la confidencialidad, se limita el examen probatorio a las
cuestiones estrictamente en debate, sin perjuicio del examen genérico del
sistema contable a fin de establecer si éste es llevado de acuerdo a las
prescripciones legales.

8.7.1. Documentación respaldatoria


La documentación sustentatoria no sólo está integrada por facturas,
remitos, cheques, recibos, contratos, sino también con la existencia de minutas
claras sobre los asientos originados en cálculos numéricos o asientos de
ajustes como la previsión por deudores incobrables, las amortizaciones de
Bienes de Uso, y que estas registraciones estén respaldadas por los papeles
de trabajo.
Opina Satanowsky, M. (2) que no siempre bastan los libros de comercio para
probar el crédito del comerciante, aunque su contrario también sea comerciante
y no lleve sus libros en forma y se trate de actos relativos al comercio de quien
los presenta. La ley determina que los libros deben ser llevados "en forma" y
el art. 43 del Cód. de Comercio exige que las constancias contables deben
complementarse con la documentación respectiva; si no existe documentación
que complemente los asientos, no puede afirmarse que los libros son llevados
en forma, porque no resulta verosímil que el comerciante carezca de toda la
documentación relativa al negocio que se encuentra asentado en ellos. Dicho
de otra manera, las constancias deben concordar con los comprobantes; cada
asiento debe ser documentado.
Hay un sector de la doctrina comercial que se enrola en la postura del valor
probatorio autónomo de los libros y entre ellos se encuentra el Dr.
Dieuzeide (3) quien opinó acerca del valor probatorio autónomo de los libros de
comercio respecto de la documentación respaldatoria. Argumentó que la
registración contable no es una mera duplicación documental del preexistente
documento que se registra, sino que tiene un valor propio que no surge de la
documentación con que debe complementarse, y que este complemento sólo
requiere un nexo.
La exigencia de respaldo documental de cada asiento desnaturaliza el
régimen de prueba de libros, reemplazándolo por la prueba documental o
instrumental. Sólo debe requerirse un nexo general entre asientos contables y
documentos, opinión ésta que parece encontrar respaldo en la letra del Código
de Comercio 63 cuando hace referencia a los asientos sin otra mención
específica (4) .
Una constancia contable desprovista de toda documentación hace dudar de
su veracidad. La prueba de libros no tiene un valor automático que imponga al
juez el deber de aceptarla sin apreciarla conforme a las circunstancias del
caso; en tal sentido se ha resuelto que los asientos de la actora carecían de
eficacia probatoria pues no correspondía juzgar como apropiado respaldo
documental los remitos y facturas cuya autenticidad, negada por la contraria,
no fue convalidada por ningún otro elemento de juicio. (5)

8.7.2. Fundamentos técnicos Conclusiones fundadas


En la materia contable o económica es menester conocer los principios
técnicos que los rigen, estando integrados por:
1)La legislación sobre registros contables,
2)Las formas de llevar la contabilidad,
3)Las disposiciones legales y profesionales en cuanto a la valuación y
exposición. Y,
4)Un conocimiento acabado de los procedimientos fácticos-enunciativos.
El perito deberá contestar solamente lo solicitado en el Cuestionario Pericial
aprobado por el Tribunal; no debe excederse o expedirse sobre cuestiones no
solicitadas, y de contestar el punto clásico de pericia, "cualquier otro dato de
interés para la litis" deberá interpretarlo con carácter restrictivo.
Que las conclusiones del dictamen sean claras, firmes y consecuencia lógica
de sus fundamentos, permitirá que el dictamen tenga fuerza probatoria. Deberá
contestar dando opinión fundada.
En consecuencia y por ello, la necesidad de fundamentar el dictamen lo
asemeja en aspectos formales al decisorio judicial, pero en rigor el dictamen
pericial o experticia, "es un instrumento de hecho" , por lo que el juzgador
puede considerarlo "in totum" o parcialmente. (6)

8.8. Traslado
Del art. 473 del CPCC surge que el dictamen pericial será objeto de traslado
a las partes para que éstas, o de oficio puedan plantear la solicitud de
aclaraciones, observaciones o impugnaciones.

8.9. Explicaciones. Impugnaciones. Nulidad


Ésta es la oportunidad para que el perito rectifique o ratifique su dictamen
pericial, luego de un análisis a las cuestiones planteadas por las partes. El juez
tiene facultades para citar al experto a dar sus explicaciones en forma oral.
El perito que no concurriere a la audiencia o no presentare el informe
ampliatorio o complementario dentro del plazo, perderá su derecho a cobrar
honorarios, total o parcialmente.
Las explicaciones tienen por objeto ampliar los fundamentos de las opiniones
dictaminadas oportunamente y suplir alguna omisión en que hubiere incurrido
el perito o poder subsanar algún error de tipo material.
Las observaciones son apreciaciones que hacen las partes de las opiniones
del experto no son una objeción sustancial.
Las impugnaciones tienen un sentido en la dirección de remarcar un error
sustancial del contenido del dictamen.
Las partes pueden plantear la nulidad del dictamen en el caso de que éste se
basara en vicios como puede ser el incorporar por parte del perito
documentación al expediente, la incorrecta individualización de libros
verificados, el extralimitarse el perito al contestar los puntos propuestos.
8.10. Fuerza probatoria del dictamen
En cuanto a la eficacia probatoria del Dictamen Pericial nos debemos remitir
a lo normado en el art. 477 del CPCC que dispone: "la fuerza probatoria del
dictamen pericial será estimada por el juez teniendo en cuenta la competencia
del perito, los principios científicos o técnicos en que se funda, la concordancia
de su aplicación con las reglas de la sana crítica, las observaciones formuladas
por los consultores técnicos o los letrados, conforme a los artículos 473 y 474 y
los demás elementos de convicción que la causa ofrezca".
En la doctrina hay opiniones diversas relacionadas con la eficacia o valor
probatorio del dictamen pericial siendo opinión generalizada que éste no es
vinculante, ya que no obliga al juzgador a considerarlo en forma parcial o en su
totalidad.
En cambio, el prestigioso procesalista Roland Arazi (7) señala que lo
consideran un instrumento "vinculante" cuando no existan objeciones o
existiendo éstas, las respuestas del perito sean tan firmes y contundentes, que
no permitan dudas y aseveren confianza al sentenciante.
En el Anteproyecto unificado del Código de Civil y de Comercio se
establecen reglas concretas acerca de la eficacia probatoria de la contabilidad,
incluyéndose todas las posibilidades, tanto entre obligados a llevar contabilidad
y quienes decidan hacerlo en forma voluntaria, como entre éstos y los no
obligados.

9. MODELOS DE PERICIAS CONTABLES

9.1. Modelo de pericia en el Fuero Civil

Perito contadora presenta dictamen pericial


SEÑOR JUEZ:
MARISOL RODRÍGUEZ, Contadora Pública, Perito Contadora designada de
oficio en los autos "VITALE, GUSTAVO GABRIEL c/ HUERTA, CARLOS
ALBERTO Y OTROS S/ Ds. Y Ps.con domicilio constituido en la Avenida
Cabildo 780 Primer Piso a V.S. respetuosamente digo:

Puntos de pericia parte actora


Se designe perito contador para que luego de revisar los libros de la citada
en garantía, proceda a informar lo siguiente:
1)Quién conducía el vehículo mencionado en el capítulo "hechos" de esta
demanda, al momento de producirse en sus circunstancias el evento dañoso.
RESPUESTA:La citada en garantía no tiene denuncia del siniestro que
originó este litigio y tampoco cubre a la unidad vehículo MERCEDES BENZ —
DOMINIO TQS891 como surge del listado de vehículos asegurados a la
empresa de Transportes de Pasajeros DOTA S.A. al momento del siniestro.
2)Quién era propietario del vehículo MERCEDES BENZ — DOMINIO
TQS891 - al momepto de producirse el accidente.
RESPUESTA:Como se desprende de la respuesta al punto de pericia
anterior de la contabilidad de la citada no surge el propietario del vehículo,
pues el mismo no estaba dentro del plantel de unidades aseguradas.
3)Si consta que algunos de los codemandados denunciaron la existencia del
accidente de autos ante su aseguradora, y en su caso la versión de los hechos.
RESPUESTA:Me remito a lo informado en el punto anterior.
4) Verificar si consta extensión de póliza, realizada por la citada en garantía
a favor de los codemandados, y en su caso, términos, alcances, condiciones y
demás circunstancias de la misma. En el caso de existir denuncias de
siniestros por parte de la demandada, en sede de la citada en garantía
respectiva, el experto deberá acompañar copias fieles de las mismas.
RESPUESTA:Lo único que existe entre la citada y DOTA S.A. es una póliza
bajo el Nº 400248/4 vigente entre las 12 hs del día 31/12/07 y las 12 hs del día
31/01/08 con una flota de 301 vehículos.
5)Si la citada en garantía, en caso de haber existido la denuncia, realizó
alguna previsión presupuestaria relacionada con el evento de autos y si ha
soportado algún gasto de los que debía erogar la actora por su tratamiento.
RESPUESTA:Evidentemente no hay denuncia en los libros de la citada
respecto al accidente de autos.
6)Cualquier otro dato y punto de interés que el perito pueda informar, según
sus conocimientos científicos y su leal saber y entender.RESPUESTA:Es todo
cuanto creo mi deber informar respecto a la misión encomendada.

Puntos de pericia parte citada en garantía


Se designe perito contador único de oficio a fin de que examinando los libros
de nuestra representada informe:
a)Si los mismos son llevados en legal tiempo y forma;
RESPUESTA:Sí, la citada ARGOS MUTUAL DE SEGUROS DE
TRANSPORTE PÚBLICO DE PASAJEROS lleva sus libros en legal forma
conforme al detalle que se ofrece a continuación:
a.1) Libro Inventario y Balances Nº 5 perteneciente aARGOS MUTUAL DE
SEGUROS DE TRANSPORTE PUBLICO DE PASAJEROS,con Matrícula
como mutual nº 2040 inscripta en el Registro de Entidades de Seguros con
fecha 3/02/98, con domicilio en la calle Esmeralda 288 Piso 6°de la Ciudad
Autónoma de Buenos Aires. Fue rubricado por el Instituto Nacional de
Asociativismo y Economía Social, bajo Nº de inscripción A 18542 con fecha
30/09/2009. La funcionaria rubricante del órgano de contralor ha sido Mirta
Haydee Llamas.
El presente registro consta de 1.000 folios.
La primera página usada es la nº 2 conteniendo la transcripción del Detalle
de Siniestros Pendientes correspondientes a la fecha 30/06/09 y la última
registración se encuentra en el folio 255 y corresponde al Informe de Otros
Resultados de la Estructura Técnica del Balance cerrado al 31/12/09.
a.2) Libro Copiador Diario General Nº 1 perteneciente a ARGOS MUTUAL
DE SEGUROS DE TRANSPORTE PUBLICO DE PASAJEROS, con Matr ícula
como mutual nº 2040 inscripta en el Registro de Entidades de Seguros con
fecha 3/02/98, con domicilio en la calle Esmeralda 288 Piso 6 ° de la Ciudad
Autónoma de Buenos Aires. Fue rubricado por el Instituto Nacional de
Asociativismo y Economía Social, bajo Nº de inscripción A 18542 con fecha
30/09/2009. La funcionaria rubricante del órgano de contralor ha sido María del
Carmen Dominico en su carácter de Coordinadora del Registro Nacional de
Mutualidades.
El presente registro consta de 1.000 folios.
La primera página usada es la nº 2 conteniendo la transcripción del asiento
inicial de fecha 31/03/98 contabilizando la cesión recibida de Argos S.A. el día
28 de febrero de 1998.
La última registración se encuentra en el folio 992 y corresponde al asiento
de operaciones de fecha 28/02/2010.
b)Si el rodado marca Mercedes Benz dominio TQS891 se encontraba
asegurado al 24/01/08 en Argos Mutual de Seguros del Transporte Público de
Pasajeros.
RESPUESTA:Del Registro de Pólizas emitidas Nº 1 rubricado por la
Secretaría de Desarrollo Social dependiente del Instituto Nacional de Acción
Cooperativa y Mutual perteneciente a ARGOS MUTUAL DE SEGUROS DE
TRANSPORTE PUBLICO DE PASAJEROS, La funcionaria rubricante del
órgano de contralor ha sido María del Carmen Dominico en su carácter de
Coordinadora del Registro Nacional de Mutualidades.
El presente registro consta de 1.000 folios.
La primera página usada es la nº 2 conteniendo la transcripción del asiento
inicial de emisión de Pólizas de fecha marzo de 1998 y la última registración se
encuentra en el folio 462.
En el folio 363 se encuentra registrada la Póliza nº 400248/4 emitida a favor
de DOTA S.A. emitida el 10/01/08 y abarca la cobertura de una flota con 301
vehículos pertenecientes a las Líneas 28-44-101. Figura asentada con un valor
de Premio de $52719,93 integrado por Prima $43142,33; Impuestos $517,71 e
IVA por $9059,89.- Habiendo revisado todo el listado de vehículos no se
encuentra el veh ículo MERCEDES BENZ — DOMINIO TQS891, que ha
estado denunciado como involucrado en este litigio.
c)Cualquier otro dato de interés para la causa.
RESPUESTA:Es todo cuanto creo mi deber informar respecto a la misión
encomendada.
Por todo lo precedentemente expuesto solicito a V.S.:
1º) La agregación en autos del presente DICTAMEN PERICIAL con
CUATRO COPIAS conforme lo dispuesto por el art. 120 del CPCC y de la
Póliza s ólo en original por las razones anteriormente esbozadas.
2º) Oportunamente se regulen los honorarios correspondientes a mi labor
profesional en autos en mi carácter de Auxiliar en la Justicia, PeritoContadora
de Oficio, a un único y mejor ilustrar del Juzgador, tomando en cuenta que los
mismos constituyan una parte porcentual del monto final del litigio,
comprensivo de capital e intereses que pudieran corresponder.
Provea V.S. de conformidad que
Será justicia

9.2. Modelo de Pericia en el Fuero Comercial

Perito contador presenta pericia


Sr. Juez
A. M. P., Contador Público, con domicilio constituido en la calle Monroe 2345,
piso 3º, departamento "A" de Capital Federal, C.P. 1428, designado Perito
Contador en autos caratulados "D. C. S.A.C. y de T. C/ B. N. A. s/ Sumario ",
expte. Nº 60.181, a V.S. digo:
Que vengo a presentar la pericia contable encomendada por V.S. para lo
cual me he constituido en el domicilio de la actora.

Puntos periciales solicitados por la parte actora


1) Si la actora lleva los libros en legal forma
La actora exhibió los libros contables que se detallan a continuación:
Diario General fue autorizado por la Inspección General de Justicia bajo el Nº
55 de fecha 24/5/88 (Expte. 03.732/12.952), siendo el per íodo verificado: Junio
de 1993. El presente registro cuenta con 1.000 folios y ha sido utilizado hasta
el 643.
Inventario y Balances Nº 33, fue rubricado por el Registro Público de
Comercio (Inspección General de Justicia) con fecha 11/5/90 bajo el Nº A
5831, contando con 1.000 folios, siendo el último utilizado el 500 y con la
transcripción del Balance cerrado al 31/12/92.
Subdiario de Deudores con autorización conferida por la Inspección General
de Justicia por Resolución Nº 00566 de fecha 2/9/83 (Expte. 1048/a Nº
283.527), la cual autoriza el empleo de ejemplares de hojas sueltas
correspondientes a registros obtenidos por sistema de computación. El período
verificado es el mes de setiembre de 1993 y la fecha de facturación la del
13/8/93.
Los libros examinados cumplimentan los requisitos exigidos por la ley de
Sociedades Comerciales y el Código de Comercio.
2) Si de los libros mencionados y documentación que los respaldan surge la
existencia de la deuda que la actora atribuye a la suscripta.
Conforme a las verificaciones efectuadas, en el libro "Subdiario de
Deudores" correspondiente al per íodo septiembre de 1993, fecha de
facturación 31/8/93, en la página 6843 bajo el número de resumen 839.773, el
cliente Nº 3633-587345-4058, B. N. A., registra una deuda de $ 3.410,18,
imputados en cuenta Cartera Morosos/ Incobrables local/Internacional. Dicho
registro es concordante con la deuda reclamada y con la documentación del
crédito agregada en autos.

Puntos periciales solicitados por la parte demandada


1) Si la actora lleva los libros en legal forma.
La respuesta a este punto se expone al contestar el punto Nº 1 de la pericia
solicitada por la parte actora.
2) Si de los libros mencionados y documentación que los respaldan
—incluso la agregada en esta demanda— surge la existencia del crédito que
D. C. A. S.A. C. y de T. registrada a su favor contra la demandada, y a cu ánto
asciende la misma a la fecha de la pericia.
Me remito a lo informado al contestar el punto Nº 2 de la pericia solicitada
por la parte actora.
Por lo expuesto solicito a V.S. tenga por presentada la pericia contable en
tiempo y forma.
Provea V.S. de conformidad que
Será justicia

10. HONORARIOS

10.1. Honorarios. Regulación


10.1.1. Base regulatoria
Las escalas arancelarias para las actuaciones de los peritos de oficio, son las
previstas en el art. 3° del Régimen Arancelario para los profesionales de
Ciencias Económicas del decreto-ley 16.638/57. Cuando se trate de informes
periciales en juicios ordinarios, especiales, sumarios y universales, regirá la
escala del 4 al 10%, aplicable sobre el monto del juicio, interviniendo un solo
profesional.
En su origen, las escalas previstas por el decreto-ley 16.638/57 eran de
"orden público". Ello implicaba que los jueces tenían vedada la fijación de
honorarios por montos inferiores a los montos o porcentuales mínimos
establecidos. En cambio a partir del dictado de la ley 24.432, por medio del art.
13 se les permitió a los jueces fijar los honorarios sin atender a los montos o
porcentuales mínimos establecidos.
El arancel previsto en el art. 3°del decreto-ley 16.638 que iba del 4 al 10%
también tenía en cuenta un mínimo garantizado conforme a lo normado por el
art. 3°,inc. g). Pero por la aplicación del art. 13, ley 24.432 se viabilizó el
apartamiento de dicho piso.

10.1.2. Orden público


A partir de la ley 24.432 el orden público de los honorarios cesó y se
incorporaron al régimen legal una serie de disposiciones, todas destinadas a la
reducción de los honorarios profesionales. Así y por sólo destacar una norma,
reproducimos la del art. 10 de la ley 24.432 que establece:
"Los jueces deberán regular los honorarios de los peritos y demás auxiliares de la
Justicia, conforme los respectivos aranceles, debiendo adecuarlos, por debajo de
sus topes mínimos inclusive, a las regulaciones que se practicaren a favor de los
restantes profesionales intervinientes, ponderando la naturaleza, complejidad,
calidad y extensión en el tiempo de los respectivos trabajos".

10.2. Oportunidad en que procede la regulación

10.2.1. Principio general


Tanto la ley de aranceles de Profesionales en Ciencias Económicas como
la de los abogados toman como base el monto del juicio. Dicho monto surge
de la cantidad fijada en lasentencia o en la transacción. Ello surge en el
caso de los profesionales en Ciencias Económicas del art. 3°, inc. f).
"Al pronunciarse sentencia definitiva de primera instancia, en causa
contradictoria, los jueces procederán a regular en todos los casos los honorarios
correspondientes a la actuación de los profesionales comprendidos en el presente
régimen arancelario si con anterioridad no lo hubieren hecho durante el curso del
proceso".
Conforme a lo normado por el art. 163 pto. 8) del Código Procesal Civil y
Comercial de la Nación, el Juez al dictar sentencia de Primera Instancia
deberá regular los honorarios profesionales.
Sin embargo, salvo en los tribunales de trabajo, la regulación de
honorarios se pospone hasta que haya resolución firme sobre el fondo del
asunto generando una pérdida de tiempo para los profesionales pues suben
dos veces a la Cámara.

10.2.2. Modos anormales de terminación de los procesos


Se entiende por modo anormal de terminación de un proceso a todo acto
procesal unilateral o bilateral, voluntario o forzoso que interrumpe el desarrollo
de un proceso. Estos modos se encuentran normados entre los arts. 304 y 318
del CPCC.

a. El desistimiento
Están previstas dos clases de desistimiento:
- Desistimiento del procesopuede ser solicitado por las partes por escrito,
que dará por extinguido el proceso. En el caso de que no esté notificada la
demanda sólo el actor puede peticionarlo, y en el caso opuesto requiere la
conformidad de los demandados. Pero permite iniciar un nuevo proceso
posteriormente.
- Desistimiento del derechoimplica que el actor renuncia a su derecho y en
caso de ser el planteo aceptado por el Tribunal no podrá promoverse en el
futuro otro proceso por el mismo objeto y causa. Para su planteo sólo es
necesaria la solicitud del actor.
En estos dos tipos de desistimiento se aplica en el fuero Civil el Plenario
Multiflex (8) para la regulación de honorarios.

b. La transacción
La transacción de derechos litigiosos es un acto jurídico bilateral de derecho
civil, es también acto procesal, título ejecutorio equiparado a la sentencia (arts.
850 del Código Civil y 500, inc. 1°del Código Procesal). Y como tal, ofrece
suficiente seguridad como para que el legislador la seleccione a fin de
determinar el monto de la regulación de honorarios por actuación judicial, que
no puede ser distinto para quienes no intervinieron en ella. Pues de admitirse
que la transacción no les es oponible a los terceros, tampoco podrían invocarla
como culminación del proceso (art. 1199 del Código Civil), con lo cual se
llegaría a una solución absurda.
En materia de transacción y regulación de honorarios es aplicable el plenario
Civil "Murguía, Elena Josefina c. Green, Ernesto Bernardo s/ Cumplimiento de
contrato" de fecha 2/10/2001 donde se resuelve que "La transacción o
conciliación que pone fin al pleito es oponible a los fines arancelarios a los
profesionales que intervinieron en el proceso y no participaron en el acuerdo
respectivo".

c. La conciliación
Es muy similar a la transacción pero el acuerdo en este caso es alcanzado
ante la presencia del magistrado.

d. La caducidad de instancia
Dado que en materia procesal civil rige el principio dispositivo donde
corresponde a las partes en general y a la actora en particular el impulsar el
proceso y la prueba, de no cumplirla en tiempo será pasible a que se le ordene
la caducidad de instancia la cual no perjudica la acción que podrá iniciarse
nuevamente un nuevo juicio.
Generalmente en estas situaciones anormales el perito, salvo que vaya a
examinar la causa, no advierte esta situación y deberá peticionar al Juzgado
que le regulen sus honorarios. A manera ejemplificadora se agrega la actuación
de una perito contadora que impulsó la causa y luego de que se decretara la
caducidad de instancia se le regularon sus honorarios. En estas actuaciones
"Hydro Agri Argentina S.A. c Drovet S.A. S/ ordinario" Expediente N° 84040,
que se tramitó por ante el Juzgado Nacional de 1ra. Instancia en lo Comercial
N° 10 Secretaría N° 20, se tomó como base regulatoria el monto reclamado en
la demanda más los intereses calculados por la perito contadora en su Informe
Pericial (9) .

10.2.3. Incidentes concursales


El contador público puede ser designado en un incidente de revisión o de
verificación tardía en la etapa de la prueba pericial contable. Los incidentes de
revisión se tramitan en el Juzgado del Concurso o Quiebra. Una vez firme la
regulación de honorarios no es necesario el procedimiento de verificación de
crédito. Es una deuda posterior al concurso con la preferencia del art. 240
L.C.Q. Por ello una vez firme se debe abonar por quien sea responsable de las
costas o por solidaridad. Únicamente se debe esperar la distribución de fondos
si debe pagar una Quiebra.
Régimen arancelario
En materia de incidentes en procesos de revisión de créditos y de
verificación tardía en primer término recurrimos a lo dispuesto en el art. 287 de
la ley 24.522 que determina que se regularán honorarios de acuerdo a lo
previsto en las leyes arancelarias locales, tomándose como monto del proceso
principal el del propio crédito insinuado y verificado. La ley arancelaria local
para los profesionales que se desempeñan en la jurisdicción de la Ciudad
Autónoma de Buenos Aires es el decreto-ley 16.638/57, el cual no contempla la
regulación de honorarios en incidentes. En consecuencia, por aplicación del art.
12 de dicho cuerpo normativo, en todo aquello que no se encuentre legislado
resulta de aplicación la ley aplicable a los abogados, reenviando dicha norma a
la ley 21.839, actualmente vigente. Esta última norma dispone en el art. 33: "En
los incidentes, el honorario se regulará entre el dos por ciento (2%) y el veinte
por ciento (20%) de lo que correspondiere al proceso principal".

10.3. Imposición de costas


El tema de la imposición de costas en un incidente de revisión se rige "prima
facie" por los principios generales propios de la materia (art. 68 CPCC). No
obstante ello, en el marco de un incidente de revisión admitido, lo dirimente
para fijar el régimen de costas consiste en la determinación de quién ha sido el
responsable de la sustanciación de la causa; cuál fue el litigante que por
desidia u otro motivo, dio lugar o tornó necesario el trámite. Desde esta
perspectiva, será preciso analizar quién es el causante del desgaste
jurisdiccional, porque en esta materia el principio del vencimiento debe
integrarse e interpretarse armónicamente con la economía de gastos que
caracteriza al proceso concursal.
En el incidente de verificación tardía las costas deben ser soportadas por el
acreedor tardío, aun en el supuesto de que resultare vencedor en su
pretensión, pues amén de provocar un dispendio jurisdiccional fútil, la
verificación tardía impide que en un determinado momento se pueda conocer la
real constitución de la masa pasiva, y además elude el control de los restantes
acreedores, sustrayéndose a la "concursalidad" ínsita en el trámite de la
verificación tempestiva, por ello el apartamiento en este tipo de incidentes del
principio objetivo de la derrota.

10.3.1. Régimen de imposición de costas


Hay distintas alternativas para la imposición de costas:
* El principio general (art. 68 del CPCC) es imponerle la carga de las costas
a la vencida.
* Otra forma de imposición de costas es por su orden o en el orden causado
(art. 77 del CPCC) que es el régimen en el cual cada parte debe abonar las
propias y además la mitad de las comunes. Este régimen (10) se aplica
generalmente cuando el vencido actuó en base a una razón probable o
fundada para litigar o en aquellas situaciones en que haya jurisprudencia
contradictoria o se apliquen leyes nuevas.
* En caso de desinterés en la pericia o abstención (art. 478 del CPCC), los
honorarios del perito y los gastos serán siempre a cargo del que solicito la
pericia.
* Se le imponen las costas al vencedor cuando en conformidad con las
constancias del proceso se demuestre la inutilidad de la pretensión o su
planteamiento fuera en términos notoriamente exagerados.

10.3.2. Condena en costas: solidaridad


El art. 9°de la ley 24.432 vino a modificar la regla hasta entonces vigente en
el art. 77 del Código Procesal Civil y Comercial de la Nación que permitía a los
peritos reclamar el total del honorario a cualquiera de las partes fueran o no las
condenadas en costas.
Esta regla tenía una inspiración en la condición de imparcialidad que debe
tener una pericia contable, permitiendo de alguna manera que el perito
estuviera alejado de interés sobre el resultado del juicio. Un plenario de la
Cámara Nacional de Apelaciones en lo Comercial del 2 de febrero de
1950 (11) había señalado que: "Si bien en alguna oportunidad se ha sostenido
que entre aquéllos (las partes y el perito) existe una relación de mandato, debe
desecharse esa doctrina, pues faltan en la especie los requisitos que
configuran ese contrato... Existe, en cambio, una prestación de servicios que
debe ser retribuida, aun cuando tampoco debe sostenerse válidamente que
medie un contrato de tal naturaleza" (art. 1137 Cód. Civ.). En tales
circunstancias, tratándose de una locación de servicios, prestado por un tercero
ajeno a las partes cuya misión específica consiste en asesorar al juez sobre
cuestiones de orden técnico, que desempeña entonces una misión como
auxiliar de la justicia; que la actuación cumplida se ha realizado en interés de
ambos litigantes, pues se trata de un trámite necesario e independiente dentro
del procedimiento judicial para llegar al pronunciamiento de los órganos
jurisdiccionales, corresponde concluir que por todas estas razones, y porque
debe desvincularse al perito de cualquier interés relativo al resultado del juicio,
existen motivos suficientes de equidad y justicia para reconocerle el derecho de
accionar contra cualquiera de las partes indistintamente por el monto total de
honorarios, sin perjuicio del derecho que asiste a estas últimas de repetirse
entre sí, en la proporción que corresponda de acuerdo con la liquidación del
pleito.
No obstante este plenario tan bien argumentado, la ley 24.432 cambió los
ejes incorporando un último párrafo al art. 77 del Código Procesal haciendo que
los peritos actuantes sólo puedan reclamar a la parte no condenada en costas
hasta el 50% de los honorarios que le fueran regulados.

10.3.3. Limitación en la responsabilidad en el pago de las costas


La ley 24.432 vino a poner topes en cuanto a la responsabilidad en el pago
de las costas para lo cual debió reformar el Código Civil y la ley de Contrato de
Trabajo. A continuación transcribo las normas legales modificadas.
Art. 1°. Incorpórase al artículo 505 del Código Civil el siguiente párrafo:
"Si el incumplimiento de la obligación, cualquiera sea su fuente, derivase en litigio
judicial o arbitral, la responsabilidad por el pago de las costas, incluidos los
honorarios profesionales de todo tipo allí devengados y correspondientes a la
primera o única instancia, no excederá del veinticinco por ciento (25%) del monto
de la sentencia, laudo, transacción o instrumento que ponga fin al diferendo. Si
las regulaciones de honorarios practicadas conforme a las leyes arancelarias o
usos locales, correspondientes a todas las profesiones y especialidades superan
dicho porcentaje, el juez procederá a prorratear los montos entre los beneficiarios.
Para el cómputo del porcentaje indicado, no se tendrá en cuenta el monto de los
honorarios de los profesionales que hubieren representado, patrocinado o asistido
a la parte condenada en costas".
Art.8°.Incorpórase al artículo 277 de la ley 20.744 (t. o. 1976), el siguiente
párrafo:
"La responsabilidad por el pago de las costas procesales, incluidos los honorarios
profesionales de todo tipo allí devengados y correspondientes a la primera o
única instancia, no excederán del veinticinco por ciento (25%) del monto de la
sentencia, laudo, transacción o instrumento que ponga fin al diferendo. Si las
regulaciones de honorarios practicadas conforme a las leyes arancelarias o usos
locales, correspondientes a todas las profesiones y especialidades, superaran
dicho porcentaje, el juez procederá a prorratear los montos entre los beneficiarios.
Para el cómputo del porcentaje indicado no se tendrá en cuenta el monto de los
honorarios de los profesionales que hubieren representado, patrocinado o asistido
a la parte condenada en costas".
Esta aplicación del tope implica que los honorarios regulados son ficticios, ya
que generalmente son reducidos por aplicación de los mismos generando una
confiscación de los derechos de propiedad del titular del honorario.

10.4. Apelación
El plazo para apelar los honorarios es de 5 días desde la notificación (art.
244 del CPCC).
Prescripción Liberatoria: art. 4023 del Cód. Civil.
La prescripción, como modo de extinción de acciones posee plazos para que
se opere. Existe en el Derecho argentino un plazo general establecido por
el art. 4023 del Código Civil que es el de 10 años,el art. 4023 del Código
Civil dispone que "Todaacción personalpordeuda exigiblese prescribe por
diez años, salvo disposición especial". En materia de honorarios regulados a
peritos, se aplica esta prescripción decenal (12).

10.5. Percepción
Plazo para el pago: Debemos recurrir en forma complementaria a nuestra ley
de aranceles al art. 49 de la ley 21.839, cuyo texto dispone que: "Todo
honorario regulado judicialmente deberá pagarse por la parte condenada en
costas, dentro de los treinta (30) días de notificado el auto regulatorio firme, si
no se fijare un plazo menor".

10.6. Ejecución
El proceso de ejecución de honorarios es asimilable al de ejecución de
sentencia.
Para la procedencia de la ejecución de los honorarios es requisito ineludible
que éstos hayan sido regulados en concepto de costas. Este elemento, que
imprime a la pretensión ejecutiva certeza suficiente para abrir el proceso de
ejecución configurando el título ejecutivo y requiere que el pronunciamiento que
los fijó se encuentreconsentidooejecutoriado.
No encontrándose previsto por nuestra ley de aranceles de honorarios lo
relativo al cobro de honorarios regulados en juicio de tal modo la acción para el
cobro se tramitará por la vía de ejecución de sentencia.
En cuanto a la ejecución de la sentencia, para conocer las reglas de
competencia debemos situarnos en lo normado por el artículo 501 del Código
Procesal Civil y Comercial de la Nación.
El juez competente será:
1)El que pronunció la sentencia.
2)El de otra competencia territorial si así lo impusiere el objeto de la
ejecución, total o parcialmente.
3)El que haya intervenido en el proceso principal si mediare conexión directa
entre causas sucesivas.
En cuanto al plazo para el pago la jurisprudencia está dividida, pues unos
entienden que la mora es de pleno derecho y otros que es necesario la previa
intimación de pago. A continuación se citan ambas posturas jurisprudenciales:
"El régimen de la ley arancelaria para abogados que fija un plazo de 30 días
para el pago de honorarios regulados, término que puede ser reducido por el
juez y cuyo vencimiento ocasiona la mora de pleno derecho, es igualmente
aplicable a los profesionales en ciencias económicas, en virtud de la remisión
que contiene el art. 12 del decreto-ley 16.638/57 (CNCiv., sala F, 30/7/1984.
"Excurra Héctor A. L.", ED 111-681".
"La constitución en mora de la obligación de pagar honorarios regulados en
juicio, cuando no se ha establecido un plazo con ese fin, precisa de un
requerimiento, puesto que no se trata del caso previsto en el art. 509, párrafo
primero del Código Civil, sino de obligaciones de exigibilidad inmediata
(CNEspecial Civil y Com., sala III, 12/2/1982) ED, 98-513".
10.6.1. Distintas vías de ejecución de honorarios
El perito puede utilizar de acuerdo a la información patrimonial que haya
obtenido del sujeto obligado al pago de sus honorarios diferentes tipos de
embargos que se detallan a continuación:

10.6.1.1. Embargo sobre Cuentas Corrientes


El embargo implica un débito que, por orden judicial, debe hacerse sobre la
cuenta corriente. Se trata de un débito porque es menester que los fondos
aplicados a él se extraigan de la cuenta y se transfieran a la cuenta del juicio.
Para realizar este débito es menester que exista saldo acreedor y el embargo
se hará efectivo en la medida de ese saldo. El embargo no puede recaer sobre
fondos transferidos al banco contra un saldo deudor de la cuenta corriente. La
autorización para girar en descubierto se limita a mantener una disponibilidad
crediticia pero no transfiere fondos al cliente.Las entidades financieras y
terceros deberán transferir los importes totales líquidos embargados a una
cuenta a nombre de autos y a la orden del juzgado que deberá abrirse en el
banco de depósitos judiciales, hasta la concurrencia del monto total del título
ejecutivo.

10.6.1.2. Embargo de Créditos


También se podrá solicitar la traba de embargos sobre créditos del deudor
como cobranzas que éste tenga a realizar a algún cliente, juicios en los que
tenga montos a cobrar o cualquier otro crédito a favor de éste.

10.6.1.3. Embargo sobre bienes muebles


•Muebles registrables:Son las cosas que deben anotarse en registros a
efectos de ser oponibles a terceros (registro de aeronaves, buques, etc.).
•Muebles no registrables:Son aquellos cuya posesión implica dominio
(muebles de la casa, ropa, etc.).
En este caso el embargo se limitará a los bienes necesarios para cubrir el
crédito que se reclama y las costas.
Mientras no se dispusiere el secuestro o la administración judicial de lo
embargado, el deudor podrá continuar en el uso normal de la cosa.
Si los bienes embargados fuesen muebles, serán depositados a la orden
judicial; pero si se tratase de los de la casa en que vive el embargado, y fuesen
susceptibles de embargo, aquél será constituido en depositario de ellos, salvo
que, por circunstancias especiales, no fuese posible.
Bienes inembargables.
De conformidad con lo normado en el artículo 219 CPCC, no se trabará
nunca embargo:
1°) En el lecho cotidiano del deudor, de su mujer e hijos, en las ropas y
muebles de su indispensable uso, ni en los instrumentos necesarios para
la profesión, arte u oficio que ejerza.
2°) Sobre los sepulcros, salvo que el crédito corresponda a su precio de
venta, construcción o suministro de materiales.
3°) En los demás bienes exceptuados de embargo por la ley. Ningún otro
bien quedará exceptuado.
Secuestro
Procede el secuestro de los bienes muebles o semovientes objeto del juicio,
cuando el embargo no asegurare por sí solo el derecho invocado por el
solicitante, siempre que se presenten instrumentos que hagan verosímil el
derecho cuya efectividad se quiere garantizar. Procederá, asimismo, con igual
condición, toda vez que sea indispensable proveer a la guarda o conservación
de cosas para asegurar el resultado de la sentencia definitiva.
El juez designará como depositario a la institución oficial o persona que
mejor convenga; fijará su remuneración y ordenará el inventario, si fuese
indispensable (art. 221 CPCC).

10.6.1.4. Embargo sobre bienes inmuebles


De acuerdo a lo normado por el art. 538 del CPCC, si el embargo hubiese de
hacerse efectivo en bienes inmuebles o en muebles registrables, bastará su
anotación en el registro, en la forma y con los efectos que resultaren de la ley.
Los oficios o exhortos serán librados dentro de las cuarenta y ocho horas de la
providencia que ordenare el embargo.
Excepciones: bien de familia
El bien de familia tiene por finalidad proteger patrimonialmente al núcleo
familiar y poner a la propiedad a salvo de una posible ejecución por remate.
Esto significa que una propiedad inscripta como bien de familia, puede ser
embargada pero no puede ser ejecutada por deudas posteriores a su
inscripción como tal, salvo por deudas propias del inmueble (expensas
comunes, ABL, etc.)
La ley 14.394 entiende como familia a la formada por el propietario y su
esposa, hijos (incluyendo los adoptivos), nietos, padres, abuelos y sus
parientes hasta el tercer grado de consanguinidad (sobrino, nieto o bisnieto).
Solamente en caso de no existir esposo, esposa, ascendientes ni
descendientes, se admite como familia para este trámite a los hermanos, tíos y
sobrinos que convivan con el titular del inmueble.Remate
Una vez vencido el plazo pertinente y siempre que el deudor no hubiere
opuesto excepciones ni hubiere abonado la deuda, el perito se encuentra en
condiciones de solicitar la designación de un martillero a los efectos de ordenar
la venta a través de remate de los bienes cumpliendo con lo normado por arts.
573 y sgtes. del CPCC.

10.6.1.5. Interventor recaudador (art. 223 CPCC de la Nación)


A pedido del acreedor y a falta de otra medida cautelar eficaz o como
complemento de la dispuesta, podrá designarse a UN (1) interventor
recaudador, si aquélla debiere recaer sobre bienes productores de rentas o
frutos. Su función se limitará exclusivamente a la recaudación de la parte
embargada, sin injerencia alguna en la administración.
El juez determinará el monto de la recaudación, que no podrá exceder del
CINCUENTA POR CIENTO (50%) de las entradas brutas; su importe deberá
ser depositado a la orden del juzgado dentro del plazo que éste determine.

10.6.1.6. Inhibición general de bienes


Dispone el art. 228 CPCC que en todos los casos en que habiendo lugar a
embargo éste no pudiere hacerse efectivo por no conocerse bienes del deudor,
o por no cubrir éstos el importe del crédito reclamado, podrá solicitarse contra
aquél la inhibición general de vender o gravar sus bienes, la que se deberá
dejar sin efecto siempre que presentase a embargo bienes suficientes o diere
caución bastante.
El que solicitare la inhibición deberá expresar el nombre, apellido y domicilio
del deudor, así como todo otro dato que pueda individualizar al inhibido, sin
perjuicio de los demás requisitos que impongan las leyes.
La inhibición sólo surtirá efecto desde la fecha de su anotación salvo para los
casos en que el dominio se hubiere transmitido con anterioridad, de acuerdo
con lo dispuesto en la legislación general.
No concederá preferencia sobre las anotadas con posterioridad.

10.6.1.7. Pedido de quiebra


Conforme el estado de la ley de Concursos, el acreedor deberá probar la
existencia de algún hecho revelador conforme el art. 79, sin necesidad de
promover una acción individual de cobro.
El distinguido jurista y ex Juez en lo Comercial, Eduardo Favier Dubois
señala que: "es notoria la proliferación de pedidos de quiebra como medio
compulsivo para obtener el cobro individual de créditos por una vía más
expeditiva y menos onerosa que la del juicio ejecutivo, finalidad radicalmente
opuesta a la pretendida por el legislador".
11. LA ACTUACIÓN DEL CONTADOR PÚBLICO EN LA PROVINCIA DE BUENOS
AIRES
En la Provincia de Buenos Aires, la Suprema Corte de Justicia reglamentó la
inscripción de los peritos auxiliares mediante el acuerdo 2728 del 1° de octubre
de 1996. Este acuerdo designa los órganos que a nivel departamental y
descentralizado, actuarán como organismo de contralor; cada profesional
puede inscribirse en un único departamento y aprobar un curso de capacitación
procesal para peritos.

12. RESPONSABILIDADES DEL PERITO CONTADOR

12.1. Responsabilidad penal


Penalmente, el perito es responsable cuando dolosamente: afirma o niega
falsamente hechos, circunstancias o calidades; oculta hechos o circunstancias
que harían modificar sus conclusiones; dice haber realizado verificaciones sin
que esto sea cierto; afirma una conclusión sin tener certeza de ella; da un
concepto contrario a la realidad por interés económico o personal.
También se puede castigar penalmente al perito que alegue falsa capacidad
para ejercer la función, o que viole el secreto profesional, o cuando perjudique
la investigación. Tales actos constituyen delitos siempre que estén tipificados y
tienen mayor gravedad cuando se cometen en el marco de un proceso penal.
Con respecto al falso dictamen, el Código Penal establece que será
reprimido con prisión de 1 mes a 4 años, el perito que afirmare una falsedad o
negare o callare la verdad, en todo o en parte, en su informe, hecha ante la
autoridad competente. Además, se impondrá al perito inhabilitación absoluta
por el doble tiempo del de la condena (art. 275, CP).
Agravantes. Si el falso dictamen se cometiere en una causa criminal, la pena
será de uno a diez años de reclusión o prisión. Asimismo, la pena del perito
falso, cuya declaración fuere prestada mediante cohecho, se agravará con una
multa igual al duplo de la cantidad ofrecida o recibida (art. 275 y 276, CP).
Secreto profesional. El Código Penal establece que será reprimido con multa
e inhabilitación especial, en su caso, por seis meses a tres años, el que
teniendo noticia, por razón de su profesión, de un secreto cuya divulgación
pueda causar daño, lo revelare sin justa causa (art. 156, CP).

12.2. Responsabilidad civil


El profesional responde por los daños y perjuicios ocasionados derivados de
su mal desempeño, por negligencia o culpa. La obligación de reparar el daño
y/o perjuicio se halla legislado en el art. 1109 del Código Civil, sea ésta por
acción u omisión.
Civilmente es responsable el perito, por los daños y perjuicios que dolosa o
culpablemente ocasione a las partes en desempeño del cargo, además de las
multas que se le impongan. En todos los casos se deben establecer los
elementos generales de la responsabilidad civil: la culpa o el dolo, el perjuicio y
la relación de causalidad entre aquel hecho y este daño.
La responsabilidad civil puede ser de tipo contractual (si es designado por
una de las partes y respecto de ésta) o extracontractual (si es designado por el
juez o respecto a la parte distinta de quien lo nombró).
Según el Código Procesal, si el juez remueve al perito por renunciar sin
motivo atendible, o por rehusarse a dar su dictamen o por no presentarlo
oportunamente, después de haber aceptado el cargo: de oficio nombrará otro
en su lugar y lo condenará a pagar los gastos de las diligencias frustradas y los
daños y perjuicios ocasionados a las partes, si éstas lo reclamasen (art. 468,
CPCCPBA).
Podrían aplicarse las normas civiles sobre responsabilidad en los siguientes
casos: destrucción de cosas o documentos, deterioro de bienes, violación del
secreto profesional, demora en hacer la investigación o en presentar el
dictamen y emisión de un falso dictamen. En la culpa se incluye el retardo
injustificado y el error inexcusable.
En los casos citados se le podrá imponer al perito la obligación de
indemnizar los perjuicios ocasionados, más allá de las sanciones disciplinarias
que prevé la ley. Por ello, si el perito no tiene el conocimiento técnico requerido
o la experiencia necesaria, debe abstenerse de aceptar el cargo.

12.3. Responsabilidad administrativa


Esta surge de normas previstas en los códigos de procedimiento y en las
reglamentaciones de orden administrativo que dictan los organismos
jurisdiccionales. El perito, como auxiliar de la justicia, debe desempeñar su
cargo fielmente; con lealtad, diligencia, capacidad y buena fe. En caso de que
cometa una inconducta procesal, tendrá que responder ante la autoridad
jurisdiccional por ella.
Se impone que el perito conozca las normas de procedimiento del ámbito en
el que va a cumplir funciones, ya que el error de derecho no es excusable.
Se incluyen dentro de la responsabilidad administrativa, todas las medidas
correctivas que los organismos jurisdiccionales pueden imponer a los peritos en
uso de sus facultades disciplinarias; tales como: remoción del cargo, multa,
apercibimiento, reducción de honorarios y exclusión de las listas para
designaciones de oficio.
Éstas se determinan más allá de las sanciones penales, civiles o
profesionales que los órganos correspondientes les puedan aplicar o no a los
auxiliares de justicia. Asimismo, no es necesario que sean solicitadas por las
partes; el órgano jurisdiccional puede aplicarlas de oficio.
1. Remoción. Será removido el perito que después de haber aceptado el
cargo: 1) renunciare sin motivo atendible; 2) rehusarse dar su dictamen o
no lo presentare oportunamente. El juez de oficio: nombrará otro en su
lugar (art. 468, CPCCPBA). Esta sanción importa la revocación del cargo y
el apartamiento del perito del proceso.
2. Pérdida de honorarios devengados. El perito reemplazado por haber sido
removido perderá el derecho a cobrar honorarios (art. 468, CPCCPBA).
Esta sanción económica es accesoria a la de remoción y es independiente
del derecho que tienen las partes a exigir el resarcimiento de daños y
perjuicios.
3. Exclusión de la lista. Los Órganos Judiciales de contralor pueden disponer
la exclusión de un perito de la lista respectiva, por las siguientes causales:
a) No presentarse a aceptar el cargo dentro de los tres días de la
notificación, sin motivo debidamente justificado (art. 467, CPCCPBA).
b) Renunciar sin motivo atendible (art. 468, CPCCPBA).
c) Rehusarse a dar dictamen o no presentarlo en término (art. 468,
CPCCPBA).
d) No concurrir a la audiencia o no presentar, cuando se le requiera,
informe ampliatorio o complementario dentro del plazo fijado.
e) Negarse a dar explicaciones.
f) Cualquier otra circunstancia que por resolución fundada de lugar a la
exclusión del perito.

12.4. Responsabilidad disciplinaria ante el Consejo Profesional


En cuanto a la responsabilidad profesional es necesario destacar la ley
466 de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y el Código de Ética.
La responsabilidad ética se vincula con las conductas y principios que
establece el Código de Ética profesional vigente.
Ésta resulta aplicable cuando la profesión del perito se encuentra
reglamentada y el organismo encargado de controlar la matrícula cuenta con
facultades para: 1) juzgar la conducta de los profesionales a través de
Tribunales de Ética, y 2) sancionarlos en caso de inconducta profesional,
conforme a lo establecido en los códigos de ética respectivos.
Los códigos de ética prevén normas generales y especiales sobre: principios
técnicos, clientela, publicidad, secreto profesional, honorarios y solidaridad. No
obstante, estos códigos contienen normas enunciativas; por su propia
naturaleza no significan la negación de otras.
En el caso de que un perito sea sancionado por un organismo jurisdiccional,
debe comunicarse dicha circunstancia a la entidad que ejerce el poder
disciplinario sobre la profesión del perito. Si su conducta constituye una falta
relativa a la ética profesional, éste será pasible de las siguientes sanciones:
advertencia, amonestación, censura pública, suspensión en el ejercicio
profesional o cancelación de la matrícula (art. 46, LEP).
ACTUACIÓN PERICIAL EN EL FUERO PENAL

Héctor Chyrikins - Oscar Fernández

1. GLOSARIO DE TÉRMINOS

1.1. Expresiones jurídicas


A continuación veremos definiciones usuales de algunos términos de
frecuente utilización, referidos a la actuación del Contador Público en
actividades profesionales relacionadas con el proceso de causas que se
desarrollan dentro del fuero penal. Se omiten aquellas que se verán con detalle
a lo largo del capítulo.
Actuaciones: Autos o diligencias de un proceso judicial que forman parte de
un expediente o causa.
Astreintes: Sanciones valuadas en dinero contra el deudor o funcionario que
demora el cumplimiento de una orden judicial.
Causa criminal: Proceso penal.
Cédula de Notificación: Escrito utilizado para comunicar las novedades del
proceso a cada una de las partes.
Citación: Acto que consiste en la comunicación, a una persona involucrada
en el proceso judicial, que debe presentarse a una diligencia ordenada en
autos.
Competencia: Consiste en la atribución jurídica que la ley otorga a cada
juzgado o tribunal en razón de la cuantía, el territorio, el grado o la materia
relativos a la causa.
Condena: Resolución judicial por la cual se da fin a una causa penal.
Cuestionario pericial: Conjunto de temas definidos por el magistrado sobre
los cuales debe realizarse el peritaje contable.
Culpa: Negligencia en la debida diligencia para prever y evitar el daño.
Daño: Es el quebranto, perjuicio o menoscabo causado sobre un patrimonio
o persona.
Declaración indagatoria: Interrogatorio que se lleva a cabo cuando hubiere
motivo suficiente para sospechar que una persona ha participado en la
comisión de un delito.
Declaración informativa: Interrogatorio que el juez realiza a personas que
pueden tener conocimiento relacionado con la causa y de interés para el
conocimiento de los hechos.
Declaración testimonial: Interrogatorio que deben prestar los testigos.
Defraudación: Conjunto de delitos que se basan en el ataque a un
patrimonio ajeno en base al fraude.
Delito: Acto típico, antijurídico y culpable, que resulta imputable a una
persona y está sometido a sanción penal.
Dolo: Voluntad deliberada y maliciosa de engañar a alguien o de incumplir
una obligación contraída.
Día hábil: Todos los días que no son festivos o feriados. Días que se
encuentran habilitados para la realización de diligencias judiciales.
Dictamen pericial: Respuesta del perito a cada uno de los interrogantes
incluidos en el cuestionario pericial. Informe técnico producido por un personal
o persona idónea, en función de los elementos de juicio obrantes en la causa y
con una parcial utilización del método científico.
Diligencias para mejor proveer : Pruebas acordadas por el tribunal antes
de dictar sentencia, con el fin de recolectar elementos adicionales o con el fin
de aclarar dudas.
Evasión (fiscal) : Acción de presentar declaraciones engañosas, realizar
ocultaciones maliciosas o cualquier otro ardid o engaño, sea por acción o por
omisión, para soslayar total o parcialmente el pago de tributos al fisco.
Examen: Observación atenta y cuidadosa de un elemento que se hace para
conocer sus características o cualidades, o para determinar su estado durante
el peritaje.
Exhorto: Solicitud de un juez, a otro de distinta jurisdicción, para que este
último ordene la realización de diligencias judiciales correspondientes a una
causa del primero.
Expediente: Legajo que contiene las actuaciones judiciales de una causa y
que se divide en cuerpos de 200 fojas cada uno.
Fallo: Veredicto, sentencia.
Fecha cierta: Fecha de un documento que puede comprobarse por haber
intervenido un funcionario público, un escribano o por fallecimiento del firmante,
según los casos.
Fraude : Engaño que se hace con el propósito de procurarse una ventaja en
detrimento de otro.
Fuero:Estamento del poder judicial que se ocupa de temas específicos en
razón de la naturaleza de los mismos. En nuestro caso, el fuero penal.
Generales de la ley: Preguntas que se realizan al testigo antes de comenzar
el interrogatorio, sobre su relación de amistad o dependencia con las partes, a
fin de poder juzgar sobre su parcialidad.
Hecho: Desde el punto de vista jurídico, acontecimiento que tiene
trascendencia en el ámbito del Derecho y que es susceptible de producir
alguna adquisición, modificación, transferencia o extinción de derechos,
obligaciones u otras consecuencias, por ejemplo penales.
Imputado: Persona a quien se le adjudica un hecho, tipificado como delito,
en una causa penal.
Incidente: Cuestión que difiere del asunto principal de un juicio pero que
guarda relación con él. Litigio accesorio al procedimiento judicial principal, que
el juez o el tribunal debe resolver a través de un trámite por separado.
Informe pericial: Escrito donde el perito formula las respuestas al
cuestionario pericial.
Instancia: Etapa del proceso judicial.
Instrucción: Etapa durante la cual se lleva a cabo la investigación acerca de
la índole de los sucesos, y sus responsables, en el desarrollo de una causa
penal.
Juicio criminal: Actuación judicial donde se investigan hechos relacionados
con delitos previstos en el Código Penal.
Jurisdicción: Habitualmente se entiende por el ámbito geográfico donde
tiene poder de actuación un tribunal.
Mandamiento judicial: Comunicación librada por el Juzgado para la práctica
de alguna diligencia, embargo, prisión, desahucio.
Notificación: Acto de comunicación de una resolución por parte de un
juzgado o tribunal.
Oficio judicial: Comunicación escrita en la que un juez o tribunal se dirige a
autoridades o funcionarios de otro orden, y requiere ciertos datos o informes.
Perjuicio: Daño. Menoscabo.
Proveído: Disposición o resolución judicial.
Providencia: Resolución (documento) del Juez, que contiene una
manifestación no motivada.
Procesado: Persona acusada de un delito en base a una serie de pruebas
que constan en el documento que se denomina Auto de Procesamiento.
Prueba: Demostración o justificación de la existencia real de los hechos
alegados.
Querella: Denuncia que se presenta en un Juzgado de carácter penal,
poniendo en conocimiento de éste un delito y solicitando la averiguación de los
hechos que se estimen oportunos, así como ser parte activa durante el
procedimiento.
Sentencia: Decisión judicial que pone fin al juicio en una instancia del
proceso.
Sobreseimiento: Decisión del juez por la que se determina que no existen
razones, actuales o definitivas, para formar causa criminal contra una persona.
Testigo:Persona que conoce sobre el hecho que se discute judicialmente, en
virtud de haber caído el mismo bajo la percepción de sus sentidos.
1.2. Voces latinas habitualmente utilizadas
•Ad efectum videndi : A los efectos de tenerlo a la vista. Se utiliza para
solicitar un expediente o ciertos documentos con el propósito de ser
tomado en consideración en el proceso judicial.
•In dubio pro reo : Si existen dudas debe estarse a favor del imputado.
•Ipso facto : Por el hecho mismo. Es decir, que no resulta necesaria una
declaración judicial que lo confirme.
•Ipso jure : Por el mismo derecho. Que no requiere una declaración judicial,
ya que se encuentra previsto en la propia ley.
•Iter Criminis : Diferenciación de las etapas del proceso, o secuencia de
acontecimientos, que se producen desde el momento en que el individuo
se propone llevar a cabo un delito, hasta que efectivamente lo ejecuta.
•Lato sensu : En sentido amplio. Contrario a la consideración de los textos
en forma literal.
•Juris et de Jure : De pleno y absoluto derecho. Presunciones que no
admiten prueba en contrario.
•Juris tantum : Presunciones que admiten prueba en contrario.
•Litis contestatio : La demanda ha sido contestada.
•Sine die : Sin fecha determinada.
•Sine jure : Sin derecho.

1.3. Abreviaturas, acrónimos habituales en la República Argentina


AFIP : Administración Federal de Ingresos Públicos
BCRA : Banco Central de la República Argentina
CSJN : Corte Suprema de Justicia de la Nación
CPP : Código Procesal Penal. Ley 23.984 y sus modificaciones al 31/12/2012
RT: Resoluciones Técnicas de la Federación Argentina de Consejos
Profesionales en Ciencias Económicas
UIF: Unidad de Información Financiera

2. RESPONSABILIDAD DE LOS PERITOS CONTADORES QUE ACTÚAN EN EL


FUERO PENAL
2.1. Aspectos generales
Si bien mucho se ha hablado sobre el concepto de responsabilidad,
entendemos que resulta necesario puntualizar, en primer lugar, que cuando
nos referimos a "responsabilidad", lo hacemos en dos sentidos
complementarios.
Por un lado, la responsabilidad entendida como la vocación por realizar las
actividades, en este caso profesionales, atendiendo a principios éticos, valores
personales, libertad de discernimiento personal, capacidad técnica y en general
todas aquellas condiciones y circunstancias que permiten que la tarea
encomendada se desarrolle de la forma que la sociedad y los interesados
esperan del Contador Público como profesional graduado universitario, y con
reglamentos que rigen sus incumbencias y actuación.
Por otra parte, la responsabilidad puede abordarse desde el conjunto de
sanciones que derivan del incumplimiento de normas establecidas para el buen
desempeño de la profesión contable. Cuando nos referimos a asumir las
responsabilidades, estamos haciendo referencia a hacerse cargo de las
consecuencias que acarrea no haber contemplado adecuadamente el primero
de los conceptos de responsabilidad descriptos.
Podría decirse entonces que existe una cara de la responsabilidad que se
manifiesta antes de emprender el trabajo profesional, que es de tipo personal e
íntimo, y que debe ser evaluada por el Contador Público al abordar un
compromiso laboral, mientras que una segunda cara se pone de manifiesto a
partir de regulaciones públicas, profesionales, civiles, o penales, que aparecen
una vez concluida la actividad del profesional y cuya evaluación no es realizada
por éste sino por terceras personas, ya sean organismos profesionales o
estrados judiciales.
Si nos referimos al tema en términos contables, podemos asimilarlo al
concepto de contingencias, donde no tener en cuenta adecuadamente la
situación y el contexto con respecto al primero de los sentidos de la
responsabilidad enunciados, deriva en el crecimiento de las posibilidades de
concluir en problemas de responsabilidad en el segundo de los sentidos.
Tal circunstancia no puede expresarse en sentido inverso, ya que la
responsabilidad profesional, civil o penal puede presentarse aun cuando se
guarden todos los recaudos con respecto a las condiciones personales y
profesionales en que se ha desarrollado el trabajo cuestionado. Sin embargo,
en este caso, seguramente las posibilidades de que tal hecho ocurra son
significativamente menores, y la capacidad del profesional para probar a su
favor, mucho mayor.
También podemos referirnos a dos formas de apreciar el concepto de
responsabilidad. Por un lado, la "responsabilidad aparente". Se trata de lo que
los terceros pueden apreciar objetivamente como condiciones de
responsabilidad del profesional contable, vinculadas a su aptitud. En este
aspecto, la calificación profesional, la experiencia en los temas involucrados,
las condiciones en que es seleccionado para el trabajo, y los antecedentes de
actividades previas agregan confiabilidad a la labor del perito contador y
generan en los destinatarios la posibilidad de juzgar su presunta
responsabilidad.
Por otra parte, la "responsabilidad real". Ésta se encuentra dentro del propio
profesional y corresponde a la actitud con que el mismo realiza el trabajo
encomendado. Este tipo de responsabilidad sólo se puede apreciar una vez
culminado el trabajo, y a veces, mucho tiempo después. Dependerá de los
efectos, positivos o adversos, que el producto del trabajo del perito contador
genere en la causa. Recién en el momento en que se detecte que un informe
contable ha sido mal confeccionado, ya sea por incompleto, erróneo o cualquier
otra circunstancia, estaremos en condiciones de plantear que se ha vulnerado
la responsabilidad real.
Puede apreciarse que no se trata de una simple cuestión ética, sino que la
responsabilidad es un concepto mucho más abarcativo, aun cuando la ética se
encuentra en el centro de su génesis.
De la labor del Contador Público en general, y en el campo judicial en
particular, se espera que a través de su intervención se pueda conocer la
verdad. No es motivo del presente trabajo desarrollar las múltiples discusiones
acerca de la existencia de la verdad, de sus matices, de su posible relatividad,
de sus condicionamientos, de la evolución del pensamiento filosófico en tal
sentido, sólo nos referimos a una verdad en los términos de opinión
profesional. Dice Gustavo Montanini en su obra (1) "La ética siempre está
relacionada con la verdad, que es, precisamente, el sentido de las
profesiones".

2.2. Normas referidas al ejercicio profesional


La actuación del Contador Público, en cuanto a su responsabilidad
profesional, vista desde los dos sentidos enunciados, se puede resumir en tres
normativas.
La primera de ellas es la ley 20.488, que regula el ejercicio profesional de las
profesiones de Ciencias Económicas y define, a través de su artículo 13, el
límite de la actuación profesional del Contador Público.
En segundo lugar, el Código de Ética que corresponda a la jurisdicción
donde lleva a cabo su labor el profesional. En nuestro caso nos referiremos al
del Consejo Profesional de Ciencias Económicas de la Ciudad Autónoma de
Buenos Aires.
Por último, debemos considerar el Reglamento de Procedimiento a los fines
de aplicación de las sanciones disciplinarias derivadas del incumplimiento del
Código de Ética.

2.3. Ley 20.488, normas referentes al ejercicio de las profesiones


relacionadas con las ciencias económicas
Artículo 13:
"ARTÍCULO 13 - Se requerirá título de Contador Público o equivalente:
a) En materia económica y contable cuando los dictámenes sirvan a fines judiciales,
administrativos o estén destinados a hacer fe pública en relación con las cuestiones
siguientes: (no se detallan en este trabajo por que se refiere a actuaciones
profesionales fuera de la justicia).
b) En materia judicial para la producción y firma de dictámenes relacionados con las
siguientes cuestiones:
1.-En los concursos de la ley 19.551 para las funciones de síndico.
2.-En las liquidaciones de averías y siniestros y en las cuestiones relacionadas con
los transportes en general para realizar los cálculos y distribución correspondientes.
3.-Para los estados de cuenta en las disoluciones, liquidaciones y todas las
cuestiones patrimoniales de sociedades civiles y comerciales y las rendiciones de
cuenta de administración de bienes.
4.-En las compulsas o peritajes sobre libros, documentos y demás elementos
concurrentes a la dilucidación de cuestiones de contabilidad y relacionadas con el
comercio en general, sus prácticas, usos y costumbres.
5.-Para dictámenes e informes contables en las administraciones e intervenciones
judiciales.
6.-En los juicios sucesorios para realizar y suscribir las cuentas particionarias
juntamente con el letrado que intervenga.
7.-Como perito en su materia en todos los fueros. En la emisión de dictámenes, se
deberán aplicar las normas de auditoría aprobadas por los organismos profesionales
cuando ello sea pertinente".

2.4. Código de Ética del Consejo Profesional de Ciencias Económicas de la


Ciudad Autónoma de Buenos Aires
El Código de Ética en el caso del Consejo Profesional de Ciencias
Económicas de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires fue sancionado mediante
la Resolución 355/80 y modificado por las Resoluciones C 201/95, CD 137/08 y
CD 67/09.
Detallamos a continuación los artículos que, según nuestra opinión, se
encuentran más relacionados con la función del perito contador, ya que otras
manifestaciones se refieren exclusivamente a conductas en el ámbito del
desarrollo de la profesión en otras áreas de actuación.
"Art. 2°— Los profesionales deben respetar las disposiciones legales y las
resoluciones del Consejo, cumpliéndolas lealmente".
"Art. 3°— Los profesionales deben actuar siempre con integridad, veracidad,
independencia de criterio y objetividad. Tienen la obligación de mantener su nivel de
competencia profesional a lo largo de toda su carrera".
"Art. 4°— Los profesionales deben atender los asuntos que les sean
encomendados con diligencia, competencia y genuina preocupación por los legítimos
intereses, ya sea de las entidades o personas que se los confían, como de terceros en
general. Constituyen falta ética la aceptación o acumulación de cargos, funciones,
tareas o asuntos que les resulten materialmente imposible atender.
En la actuación como auxiliar de la Justicia se considera falta ética causar demoras
en la administración de la justicia, salvo circunstancias debidamente justificadas ante
el respectivo tribunal".
"Art. 5°— Toda opinión, certificación, informe, dictamen, y en general cualquier
documento que emitan los profesionales, debe expresarse en forma clara, precisa,
objetiva, completa y de acuerdo con las normas establecidas por el Consejo.
La responsabilidad por la documentación que firmen los profesionales es personal e
indelegable.
En los asuntos que requieran la actuación de colaboradores debe asegurarse la
intervención y supervisión personal de los profesionales, mediante la aplicación de
normas y procedimientos técnicos adecuados a cada caso".
"Art. 8°— Los profesionales deben abstenerse de aconsejar o intervenir cuando su
actuación profesional permita, ampare o facilite los actos incorrectos pueda usarse
para confundir o sorprender la buena fe de los terceros, o emplearse en forma
contraria al interés general o a los intereses de la profesión, o violar la ley.
La utilización de la técnica para deformar o encubrir la realidad es agravante de la
falta ética".
"Art. 9°— Los profesionales no deben interrumpir sus servicios profesionales sin
comunicarlo a quienes corresponda con antelación razonable, salvo que
circunstancias especiales lo justifiquen".
"Art. 23— Cuando los profesionales en el ejercicio de actividades públicas o
privadas hubiesen intervenido decidiendo o informando sobre un determinado asunto,
no deben prestar sus servicios a la otra parte hasta que hayan transcurrido dos años
de finalizada su actuación, salvo que mediare notificación y la parte interesada no
manifestase oposición en un plazo de 30 días corridos".
"Art. 25— Los profesionales deben abstenerse de emitir dictámenes o
certificaciones que estén destinados a terceros o a hacer fe pública en los siguientes
casos:
a) Cuando sean propietarios, socios, directores o administradores de la sociedad o
del ente o de entidades económicamente vinculadas sobre las cuales verse el
trabajo.
b) Cuando tengan relación de dependencia con el ente o respecto de personas,
entidades o grupos de entidades económicamente vinculadas.
c) Cuando el cónyuge, los parientes por consanguinidad en línea recta, los
colaterales hasta el cuarto grado, inclusive, y los afines dentro del segundo grado
estén comprendidos entre las personas mencionadas en el inc. a) del presente
artículo.
d) Cuando tengan intereses económicos comunes con el cliente o sean accionistas,
deudores, acreedores o garantes del mismo o de entidades económicamente
vinculadas, por montos significativos con relación al patrimonio del cliente o del
suyo propio.
e) Cuando su remuneración fuera contingente o dependiente de las conclusiones o
resultados de la tarea.
f) Cuando su remuneración fuera pactada en función del resultado de las
operaciones del cliente.
En los casos de sociedades de profesionales las restricciones se harán
extensivas a todos los socios del profesional".
El Código de Ética profesional rige para todos los contadores que actúan
como peritos en el fuero penal, indistintamente de que lo hagan como peritos
contadores oficiales, peritos de parte, o cualquier otra forma de desempeño
profesional.

2.5. Ley 466, capítulo V. De la potestad disciplinaria


"Art. 27.-Serán objeto de sanción disciplinaria:
a)Los actos u omisiones en que incurran los graduados inscriptos en la matrícula,
que configuren violación de los deberes inherentes al estado o ejercicio profesional de
conformidad con las disposiciones del Código de Ética.
b)La remoción del cargo ocupado en cualquiera de los organismos citados en el
artículo 4° de la presente ley."
"Art. 28.-La sanciones disciplinarias, que se graduarán según la gravedad de la
falta y los antecedentes del imputado, serán las siguientes:
a)Advertencia.
b)Amonestación privada.
c)Apercibimiento público.
d)Suspensión en el ejercicio de la profesión de UN (1) mes a UN (1) año.
e)Cancelación de la matrícula".
"Art. 29.-Sin perjuicio de la medida disciplinaria, el matriculado podrá ser
inhabilitado accesoriamente para formar parte de los órganos del Consejo Profesional
por hasta:
a)Tres (3) años con posterioridad al cumplimiento de la suspensión, en el caso de
matriculados alcanzados con la sanción que establece el inc. d) del artículo 28.
b)Cinco (5) años a partir de la reinscripción en la matrícula, en el caso de
matriculados alcanzados con la sanción que establece el inc. e) del artículo 28".
"Art. 30.-El Tribunal de Ética Profesional actuará:
a)Por denuncia escrita y fundada;
b)Por resolución motivada del Consejo Directivo;
c)Por comunicación de magistrados judiciales;
d)De oficio, dando razones para ello".

2.6. Responsabilidad penal del contador público


El Derecho Penal tiene su concepción en la definición de conductas que el
Estado considera perjudiciales para la sociedad en su conjunto o para alguna
parte de ella, y sobre las cuales dicho Estado debe llevar a cabo una función
tutelar.
Un principio fundamental del Derecho Penal es el de "legalidad". En nuestro
ordenamiento jurídico no existe delito sin una ley previa. La ley debe prever los
elementos del delito que pretende prevenir, perseguir o sancionar.
Los elementos del delito pueden observarse como los siguientes:
1.Conducta(acciones y omisiones). Es decir, actividades que un individuo
lleva a cabo cuando no es apropiado, o una que deja de hacer cuando se
considera necesario.
2.Tipicidad.La actividad desarrollada se encuentra perfectamente definida
en las normas penales positivas.
3.Antijuridicidad. Dicha actividad es considerada contraria a los objetivos,
necesidades y valores de la sociedad.
4.Culpabilidad. Quien realiza, o deja de realizar la actividad, lo hace en
forma dolosa. Sabe lo que está haciendo y tiene conciencia de ello.
5.Punibilidad.La consecuencia de los cuatro puntos precedentes deriva en
una sanción para el que ha llevado a cabo la acción, dependiendo del
carácter en que lo haya realizado.
Con respecto al iter criminis o grado de desarrollo en que se encuentra un
delito a una fecha determinada se pueden encontrar las situaciones:
1)Previas al inicio del acto delictivo: se trata de los actos preparatorios para
la comisión de un delito, y por lo tanto se desarrollan sin necesidad de que
se hayan ejecutado las acciones tipificadas penalmente.
a) Proposición: este caso se presenta cuando la persona que ha resuelto
cometer un delito invita a otra a participar del mismo.
b) Conspiración : en este supuesto estamos frente a la situación en que
dos o más personas se ponen de acuerdo para cometer un delito.
2)Durante el desarrollo del acto delictivo
a) Tentativa : cuando el delito se empieza a ejecutar, pero el agente no
realiza todos los actos necesarios para configurar una hipótesis de
consumación o frustración.
b) Frustración : cuando el delito ha empezado a ejecutarse y no se
consuma por hechos que son ajenos a la voluntad de los realizadores
del ilícito.
c) Consumación : cuando el delito se ha realizado y producido sus
efectos, queridos o no por el agente. La consumación puede ser parcial
o total si se han dado todos o algunos de los objetivos delictivos.
En el caso de los peritos contadores que actúan dentro del fuero penal, el
principal delito por el cual pueden ser imputados es el incluido en los art. 275 y
276 del Código Penal, el que forma parte del Capítulo XII "Falso testimonio",
dentro del Título XI, "Delitos contra la Administración Pública", el que expresa;
"ARTÍCULO 275. - Será reprimido con prisión de un mes a cuatro años, el
testigo, perito o intérprete que afirmare una falsedad o negare o callare la
verdad, en todo o en parte, en su deposición, informe, traducción o
interpretación, hecha ante la autoridad competente.
Si el falso testimonio se cometiere en una causa criminal, en perjuicio del
inculpado, la pena será de uno a diez años de reclusión o prisión.
En todos los casos se impondrá al reo, además, inhabilitación absoluta por
doble tiempo del de la condena".
"ARTÍCULO 276. - La pena del testigo, perito o intérprete falso, cuya
declaración fuere prestada mediante cohecho, se agravará con una multa igual
al duplo de la cantidad ofrecida o recibida.
El sobornante sufrirá la pena del simple testigo falso".
El Código Penal discrimina entre el falso testimonio general o el que se
realiza en contra de una persona inculpada en una causa criminal. En este
segundo caso, la pena es sustancialmente superior.
También discrimina el simple hecho del falso testimonio general del que se
realiza como consecuencia de un cohecho. En el segundo supuesto se agrega
una pena de multa.
Además de la pena propiamente dicha y de la multa cuando corresponda, se
agrega una tercera sanción, que consiste en la inhabilitación absoluta por el
doble del tiempo de la condena.
Los peritos contadores pueden ser imputados de este delito debido al
contenido de sus informes o a las declaraciones realizadas cuando son
convocados por los magistrados o tribunales orales.
Se debe entender que el delito resulta como consecuencia de haber incluido
en su declaración escrita u oral elementos que tiendan a engañar a las
autoridades judiciales que deben decidir en la causa, tanto sea afirmando una
falsedad como callando la verdad, y sea esto realizado en un todo o con
respecto a alguna parte.
En este caso, deben distinguirse por lo menos tres acontecimientos de
diferente orden:
a) la existencia de falsedades en las respuestas vertidas,
b) la inclusión de datos que puedan resultar confusos, y
c) la incorporación de opiniones que surjan de experticia técnica del perito.
En cuanto al item a) el hecho resulta configurado con mayor claridad, ya que
se puede advertir la presencia de la falsedad denunciada. Por ejemplo, ello
sucede cuando en un informe pericial el perito afirma que ha compulsado
ciertos registros contables y se comprueba que tales registros nunca existieron.
O cuando afirma que algo se encuentra contabilizado en un libro y de la
visualización del mismo se aprecia que tal registración no está presente.
Constituyen también acciones que derivan en la imputación de falso testimonio,
entre otras, aquellas en que el perito responde evasivamente, cuando no da
respuesta a la totalidad de los puntos solicitados o responde alguno o todos
ellos sin considerar todos los elementos disponibles.
En cuanto al item b) la existencia de datos confusos puede deberse en
cambio a cuestiones relacionadas con la forma de redacción, si el informe es
escrito, o la forma de expresión oral de ser así la presentación. El uso de
términos técnicos de difícil comprensión por parte de los legos, el
encadenamiento de varios temas complejos, la organización de los elementos
presentados y otras causas similares pueden ser ejemplos en este sentido.
Tales hechos no constituyen un evidente falso testimonio, sino que ello
solamente sucederá si se comprueba que la acción fue realizada con el
propósito de ocultamiento o engaño de alguna información sustancial, o bien
con el propósito de lograr un clima de confusión que impida determinar los
hechos que se investigan. En este caso puede resultar bastante complejo
establecer el límite entre los laberintos técnicos que se manifiestan en los
procesos profesionales, y las acciones deliberadas realizadas con el propósito
de producir un engaño.
En último término nos referimos al ítem c). Para este tipo de situaciones,
resulta también muy difícil de probar la existencia de un falso testimonio por
parte del Perito Contador. Cuando se trata de opiniones profesionales, las
mismas pueden ser discutidas e incluso no compartidas, pero ello no implica
que no sean verdaderas ni que pretendan presentar una situación engañosa, y
menos aún que tal acción se lleve a cabo dolosamente. Muchos temas son
objeto de controversias y posiciones doctrinarias indefinidas, y por otra parte
cada profesional posee conocimientos y experiencias diferentes, por lo que
puede apreciar los hechos con miradas profesionales no coincidentes. Salvo
que se pueda probar que la opinión fue vertida en forma deliberadamente
engañosa, sin respaldo ni sustancia que la avale, la misma no debería ser
reputada de falsa. Por ejemplo, cuando se pide que se establezca si una
factura resulta ser apócrifa. Existen múltiples circunstancias que permiten
apreciar las condiciones de un comprobante, y de estar presente solamente
alguno de ellos puede ser suficiente para un organismo de control o para un
profesional para establecer que es apócrifo, mientras que para otros se
requieren elementos que no están presentes en la ocasión. Es muy probable
que ambos lleguen a su opinión sobre la base de un estudio razonable de los
hechos, y, sin embargo, presentarán diferentes resultados sin que ninguno
pueda ser considerado falso.
Se presenta una segunda causa de imputación a los Peritos Contadores. Es
como consecuencia de la obligación surgida del art. 266 del CPP el cual
establece la obligatoriedad de guardar reserva de todo cuanto conociese con
motivo de su actuación. Se trata aquí del concepto de secreto profesional, que
también se encuentra previsto en las normas de comportamiento ético
profesional antes analizadas.
El mencionado art. 266 expresa que el juez podrá corregir con medidas
disciplinarias, la negligencia, inconducta o mal desempeño de los peritos, y aun
sustituirlos, sin perjuicio de las responsabilidades penales que les puedan
corresponder. Entre tales responsabilidades pueden encontrarse justamente
las derivadas del falso testimonio.

3. ORGANIZACIÓN DE LA JUSTICIA PENAL. MINISTERIO PÚBLICO


3.1. Justicia penal de la Nación
Ya se ha visto en capítulos anteriores la organización general del Poder
Judicial en la República Argentina.
Recordaremos aquí, brevemente, la composición de la parte de dicho Poder
que se encuentra abocada a la resolución de los temas de orden penal.
De acuerdo con el enunciado del artículo 2° de la ley 24.050 modificado por
el art. 4° de la ley 26.371, la integración del Poder Judicial de la Nación en
materia penal es la siguiente:
1.El órgano superior de Justicia es la Corte Suprema de Justicia de la
Nación.
2.En materia Penal, encontramos luego la Cámara Federal de Casación
Penal.
3.La Cámara Nacional de Casación en lo Criminal y Correccional de la
Capital Federal.
4.Los Tribunales Orales, en lo Criminal, en lo Penal Económico, en lo
Criminal Federal de la Capital Federal y Federales que actúan en las
provincias.
5.Las Cámaras Nacionales de Apelaciones en lo Criminal y Correccional, en
lo Penal Económico, en lo Criminal y Correccional Federal de la Capital
Federal y las que tienen su sede en la Provincias.
6.Los Juzgados Nacionales en lo Criminal de Instrucción, Correccionales, en
lo Penal Económico, en lo Penal Tributario, en lo Criminal y Correccional
Federal de la Capital Federal y Juzgados Federales con sede en las
provincias.
7.El Juzgado Nacional de Ejecución Penal.
8.El Juzgado Nacional en lo Penal de Rogatorias.
A su vez, el art. 32 de la ley 26.371 establece la composición de los
Tribunales Nacionales de la Capital Federal, del siguiente modo:
"Artículo 32: Los tribunales nacionales de la Capital Federal estarán integrados por:
1. Cámara Federal de Casación Penal.
2. Cámara Nacional de Casación en lo Criminal y Correccional de la Capital Federal.
3. Cámaras Nacionales de Apelaciones de la Capital Federal:
a) En lo Civil y Comercial Federal;
b) En lo Contencioso Administrativo Federal;
c) En lo Criminal y Correccional Federal;
d) En lo Civil;
e) En lo Comercial;
f) Del Trabajo;
g) En lo Criminal y Correccional;
h) Federal de la Seguridad Social;
i) Electoral;
j) En lo Penal Económico.
4. Tribunales Orales:
a) En lo Criminal;
b) En lo Penal Económico;
c) De Menores;
d) En lo Criminal Federal.
5. Jueces Nacionales de Primera Instancia:
a) En lo Civil y Comercial Federal;
b) En lo Contencioso Administrativo Federal;
c) En lo Criminal y Correccional Federal;
d) En lo Civil;
e) En lo Comercial;
f) En lo Criminal de Instrucción;
g) En lo Correccional;
h) De Menores;
i) En lo Penal Económico;
j) Del Trabajo;
k) De Ejecución Penal;
l) En lo Penal de Rogatoria;
m) Juzgados Federales de Primera Instancia de la Seguridad Social;
n) Juzgados Federales de Primera Instancia de Ejecuciones Fiscales Tributarios;
o) En lo Penal Tributario".
El territorio del país se encuentra dividido en 17 jurisdicciones federales, que
intervienen en los asuntos sobre materia federal que ocurran dentro del ámbito
de su jurisdicción.
•Justicia Federal de Bahía Blanca
oCon jurisdicción sobre el sur de la Provincia de Buenos Aires y la totalidad
de la Provincia de la La Pampa
•Justicia Federal de la Capital Federal, dividida en:
oJusticia Nacional en lo Penal Económico
oJusticia Nacional en lo Penal Tributario
oJusticia Nacional en lo Criminal y Correccional Federal
Con jurisdicción sobre la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y los territorios
nacionales
•Justicia Federal de Comodoro Rivadavia
oCon jurisdicción sobre la totalidad de las provincias de Chubut, Santa
Cruz y Tierra del Fuego
•Justicia Federal de Corrientes
oCon jurisdicción sobre la totalidad de la provincia de Corrientes
•Justicia Federal de Córdoba
oCon jurisdicción sobre la totalidad de las provincias de Córdoba y La Rioja
•Justicia Federal de General Roca
oCon jurisdicción sobre la totalidad las provincias de Río Negro y del
Neuquén
•Justicia Federal de La Plata
oCon jurisdicción sobre el centro-este de la provincia de Buenos Aires y
zona sur del Gran Buenos Aires
•Justicia Federal de Mar del Plata
oCon jurisdicción sobre el centro de la provincia de Buenos Aires
•Justicia Federal de Mendoza
oCon jurisdicción sobre la totalidad de las provincias de Mendoza, San
Juan y San Luis
•Justicia Federal de Paraná
oCon jurisdicción sobre costa del Río Paraná y la Provincia de Entre Ríos.
•Justicia Federal de Resistencia
oCon jurisdicción sobre la totalidad de las provincias del Chaco y de
Formosa
•Justicia Federal de Posadas - Misiones
oCon jurisdicción sobre la totalidad de la provincia de Misiones
•Justicia Federal de Salta
oCon jurisdicción sobre la totalidad de las provincias de Salta y Jujuy
•Justicia Federal de Santa Fe
oCon jurisdicción sobre la totalidad de la provincia de Santa Fe y zona
norte de la provincia de Buenos Aires
•Justicia Federal de San Martín
oCon jurisdicción sobre las zonas norte y oeste del Gran Buenos Aires
•Justicia Federal de Tucumán
oCon jurisdicción sobre la totalidad de las provincias de Tucumán,
Catamarca y Santiago del Estero
En el gráfico siguiente se expone la composición del Fuero Penal en su
conjunto:
Corte Suprema de Justicia de la Nación
Cámara Federal Cámara Nacional de Casación en lo Criminal y
de Casación Penal (1) Correccional de la Capital Federal (2)
   
Tribunales Orales Federales con asiento en Capital
Tribunales Orales en lo Criminal
Federal
Corte Suprema de Justicia de la Nación
Tribunales Orales Federales con asiento en las Cámara Nacional de Apelaciones en lo Criminal y
provincias Correccional
Cámara Nacional de Apelaciones en lo Criminal y
Juzgados Nacionales Correccionales
Correccional de la Capital Federal
Tribunales Orales en lo Penal Económico Juzgados Nacionales de Ejecución Penal
Cámaras Nacionales de Apelaciones en lo Criminal y
Correccional con asientos en las provincias  
Cámara Nacional de Apelaciones en lo Penal
Económico  
Juzgados Nacionales en lo Criminal y Correccional de
la Capital Federal  
Juzgados Federales de 1ra. Instancia con asiento en las
provincias  

(1)Se trata de la antigua Cámara Nacional de Casación Penal, cuyo nombre fue
modificado por la ley 26.371.
(2)Esta Cámara fue creada por la ley 26.371 para absorber parte de las funciones
de la Cámara Nacional de Casación Penal, pero hasta el momento no se
encuentra habilitada. Por lo tanto, la única Cámara que se encuentra vigente es la
Cámara Federal de Casación Penal, la que resuelve todos los planteos del fuero
penal.

3.2. Ministerio Público de la Nación


Además de los organismos dependientes del Poder Judicial de la Nación, es
preciso hacer mención aquí de uno de los actores principales del proceso
judicial penal. Nos referimos al Ministerio Público.
Aunque ha existido desde la constitución de la Nación, su actual estructura
data de la última reforma a la Constitución Nacional llevada a cabo en el año
1994. A partir de ese momento figura como un organismo independiente y con
autonomía funcional y autarquía financiera junto con los Poderes Ejecutivo,
Legislativo y Judicial.
La cláusula constitucional, a su vez, fue reglamentada por el Congreso de la
Nación a través del dictado de la Ley Orgánica del Ministerio Público que lleva
el número 24.946.
De acuerdo con el art. 120 de la Constitución Nacional, corresponde al
Ministerio Público promover la actuación de la justicia en defensa de la
legalidad y de los intereses generales de la sociedad. Desde el punto de vista
orgánico, tiene una estructura bicéfala: está compuesto por el Ministerio
Público Fiscal y el Ministerio Público de la Defensa.
Ministerio Público
Ministerio Público
Fiscal
Ministerio Público
de la Defensa
ElMinisterio Público Fiscalestá integrado por el Procurador General de la
Nación, que es su autoridad máxima, y por los fiscales
—nacionales y federales— que establece la ley. Sin perjuicio de algunas
funciones de control de legalidad que realizan los fiscales en materia civil,
comercial, laboral, previsional y contencioso-administrativa, su actividad
primordial tiene lugar en el proceso penal. Básicamente, su participación
procesal consiste en actuar como órgano requirente a lo largo de la instrucción
y como órgano de acusación durante el juicio oral.
Pese a que la regla en el orden federal y nacional es que la investigación de
los delitos es patrimonio exclusivo del juez de instrucción
—excepto en los casos de delegación judicial facultativa— la evolución
paulatina hacia el sistema acusatorio ha determinado la inclusión de los
siguientes supuestos, en los cuales tal investigación es otorgada a los fiscales:
flagrancia sin prisión preventiva (ley 24.826), delitos de autor desconocido (ley
25.409) y secuestros extorsivos (ley 25.760). Tanto el Poder Judicial de la
Nación como el Ministerio Público Fiscal de la Nación intervienen en la
investigación y juzgamiento de los delitos de competencia federal (por ejemplo
tráfico de estupefacientes, contrabando, etc.). Frente a delitos comunes, sólo
tienen competencia si se cometieron en el ámbito de la Capital Federal de la
República.
La Ley Orgánica 24.946 precisa el diseño institucional que la Constitución
Nacional adjudica al Ministerio Público. En lo que concierne al Ministerio
Público Fiscal, la ley reglamentaria:
• 1. Consagra los principios de objetividad, jerarquía, unidad y coherencia de
actuación.
• 2. Establece el número de fiscales que habrán de actuar, respectivamente,
bajo la dependencia del Procurador General de la Nación.
• 3. Regula las funciones de cada uno de los magistrados, así como otros
aspectos referidos a la organización y funcionamiento.
El Ministerio Público Fiscal se conforma de fiscalías que actúan, cada una
de ellas, ante distintos estamentos judiciales. Es así que existen fiscalías ante
la Cámara Nacional de Casación Penal, ante las Cámaras de Apelaciones de
cada jurisdicción, ante los Tribunales Orales y ante los diversos Juzgados.
Asimismo, y con el propósito de especializar el seguimiento de determinados
temas de interés procesal, se han creado fiscalías especiales como la de
Investigaciones de Delitos Tributarios y Contrabando, la de delitos cometidos
en el ámbito de la Seguridad Social, la de delitos cometidos en el ámbito del
PAMI, la de Investigaciones de Lavado de Dinero y Financiamiento del
Terrorismo, entre otras.
El Ministerio Público de la Defensa se encarga de la representación y
defensa de pobres y ausentes. Facilita defensa pública y cualquier tipo de
asistencia legal requerida, no sólo para los sectores económicamente más
vulnerables, sino también para quienes se niegan a tener un abogado
particular, dado que el Gobierno Federal debe garantizar el derecho de defensa
en juicio.
El organismo se encuentra a cargo de un Defensor General.
El servicio es brindado por los defensores públicos, tutores y curadores
públicos, que integran el organismo, a nivel nacional, en el ámbito de la Capital
Federal, y a nivel federal, en todo el país.

3.3. Poder Judicial de la Ciudad de Buenos Aires


En cuanto a la organización del Poder Judicial de la Ciudad Autónoma de
Buenos Aires su organización se encuentra definida en la Constitución de la
Ciudad.
La cabeza de dicho poder es el Tribunal Superior de Justicia. El mismo se
encuentra integrado por cinco jueces. Tiene a su cargo las competencias
atribuidas por el art. 113 de la Constitución de la Ciudad, las que se enuncian a
continuación:
1.Originaria y exclusivamente en los conflictos entre los Poderes de la C
iudad y en las demandas que promueva la Auditoría General de la Ciudad
de acuerdo a lo que autoriza esta Constitución.
2.Originaria y exclusivamente en las acciones declarativas contra la validez
de leyes, decretos y cualquier otra norma de carácter general emanada de
las autoridades de la Ciudad, contrarias a la Constitución Nacional o a esta
Constitución. La declaración de inconstitucionalidad hace perder vigencia a
la norma salvo que se trate de una ley y la Legislatura la ratifique dentro de
los tres meses de la sentencia declarativa por mayoría de los dos tercios
de los miembros presentes. La ratificación de la Legislatura no altera sus
efectos en el caso concreto ni impide el posterior control difuso de
constitucionalidad ejercido por todos los jueces y por el Tribunal Superior.
3.Por vía de recursos de inconstitucionalidad, en todos los casos que versen
sobre la interpretación o aplicación de normas contenidas en
la Constitución Nacional o en esta Constitución.
4.En los casos de privación, denegación o retardo injustificado de justicia y
en los recursos de queja por denegación de recurso.
5.En instancia ordinaria de apelación en las causas en que la Ciudad sea
parte, cuando el monto reclamado sea superior al que establezca la ley.
6.Originariamente en materia electoral y de partidos políticos. Una ley podrá
crear un tribunal electoral en cuyo caso el Tribunal Superior actuará por vía
de apelación.
Los tribunales de la Ciudad se agrupan en dos fueros. El Contencioso,
Administrativo y Tributario, compuesto por 15 juzgados y una Cámara de
Apelaciones integrada por dos salas, formadas por 3 jueces cada una de ellas.
Por otra parte se encuentra el fuero Penal, Contravencional y de Faltas,
compuesto por 31 juzgados y una Cámara de Apelaciones que cuenta con 3
salas conformadas por 3 jueces cada una. Dadas las causas que son tratadas
en este fuero, el mismo se completa con 16 fiscalías y 12 defensorías.
El fuero Contencioso, Administrativo y Tributario actúa en aquellos casos en
que la Ciudad es parte de la causa, ya sea como actor o como demandado, y
en las que se discuten cuestiones relacionados con los tributos locales.
El fuero Penal, Contravencional y de Faltas actúa en el resto de los litigios
locales. Los mismos pueden ser consecuencias de las definiciones del Código
Penal, del Código Contravencional, de las leyes que regulan las faltas dentro
de la Ciudad y de cualquier otra legislación pertinente.
Se completa el Poder Judicial de la Ciudad con el Ministerio Público Fiscal, el
Ministerio Público de la Defensa y el Ministerio Público Tutelar, este último
descrito en el art. 124 de la Constitución de la Ciudad como Asesoría de
Incapaces.

4. DERECHO PENAL

4.1. Principales delitos con causas o consecuencias económicas


La actuación del Contador Público como perito dentro del fuero penal se
desarrolla evaluando hechos relacionados con un conjunto de temas, cuya
génesis se encuentra en el Código Penal de la Nación.
En efecto, el Libro Segundo de dicho Código detalla los diferentes delitos que
son considerados como causa de sanciones penales. Algunos de dichos delitos
no implican normalmente la necesidad de contar con tareas periciales
contables. Se trata en este caso de delitos que involucran, por ejemplo,
simplemente conductas personales. Tal es el caso de los delitos contra la vida,
contra el honor o contra la integridad sexual.
Sin embargo, muchos otros delitos tienen su raíz en la existencia de alguna
forma de maniobra con contenido económico. Es en tales oportunidades
cuando la presencia del Contador Público se vuelve muy importante la mayoría
de las veces.
Estos delitos son principalmente los que el Código Penal enuncia en los
siguientes numerales:
TÍTULO VI DELITOS CONTRA LA PROPIEDAD
Capítulo IV "Estafas y otras defraudaciones"
Capítulo IV bis "Usura"
Capítulo V "Quebrados y otros deudores punibles"
TÍTULO XI DELITOS CONTRA LA ADMINISTRACIÓN PÚBLICA
Capítulo IV "Abuso de autoridad y violación de los deberes de los
funcionarios públicos"
Capítulo VI "Cohecho y tráfico de influencias"
Capítulo VII "Malversación de caudales públicos"
Capítulo VIII "Negociaciones incompatibles con el ejercicio de funciones
públicas"
Capítulo IX "Exacciones ilegales"
Capítulo IX bis "Enriquecimiento ilícito de funcionarios y empleados"
TÍTULO XII DELITOS CONTRA LA FE PÚBLICA
Capítulo V "De los fraudes al comercio y a la industria"
Capítulo VI "Del pago de cheques sin provisión de fondos"
TÍTULO XIII DELITOS CONTRA EL ORDEN ECONÓMICO Y FINANCIERO
En este caso se incluye el delito de Lavado de Dinero y Financiación del
Terrorismo, incorporado al Código Penal a través de la reforma instrumentada
mediante la ley 26.683.
Los Títulos y Capítulos son descripciones genéricas que pretenden tipificar
delitos, pero dentro de cada enumeración podemos encontrar hechos
individuales que responden a situaciones concretas. Es así que se presentan,
por ejemplo, múltiples formas de estafas y de defraudaciones y diversos tipos
de abuso de autoridad y violación de los deberes de los funcionarios públicos.
Sin perjuicio de los delitos que surgen del Código Penal, existen otros que
aparecen como consecuencia de la sanción de leyes especiales . Una de
ellas, posiblemente la que mayor incidencia posee dentro del conjunto de
causas que se tratan en el fuero penal, es la denominada Ley Penal Tributaria
y de la Seguridad Social (24.769). La misma, luego de varias reformas,
contiene el detalle de los delitos acaecidos como consecuencia del
incumplimiento de leyes penales impositivas o relacionadas con los aportes a la
seguridad social.
De igual modo, la Ley Penal Cambiaria (19.359) sanciona los delitos
relacionados con las transacciones de moneda extranjera y su liquidación en el
mercado local.
El Código Aduanero, ley 25.986, y Ley 22.415 de Delitos Aduaneros, en
cuanto a los ilícitos registrados como consecuencia de las operaciones de
comercio exterior.

4.2. Principales organismos públicos relacionados con los temas penales de


orden económico
Si bien muchas áreas del Estado Nacional pueden verse involucradas en la
persecución de los delitos previstos en el Código Penal, y especialmente en
aquellos donde se tratan cuestiones de orden económico, algunos organismos
tienen principal relevancia por el grado de intervención que normalmente
adquieren.
Uno de ellos es la Administración Federal de Ingresos Públicos. En este
caso, el organismo de control fiscal participa activamente de las causas en las
que se investigan presuntos delitos relacionados con el incumplimiento de las
leyes tributarias, subsidios, beneficios fiscales, y apropiación indebida de
recursos de la seguridad social.
En gran parte de los casos es la propia AFIP la que efectúa las denuncias
que dan origen a las causas judiciales. En algunas ocasiones, el organismo
fiscal también se presenta como querellante en tales causas, de modo tal de
darle impulso a las tareas judiciales sobre la misma. También la AFIP, cuando
lo considera necesario, propone peritos contadores de parte para participar de
las tareas periciales contables. A tal efecto, dispone de personal en relación de
dependencia de la repartición que cumple tales tareas.
El Banco Central de la República Argentina actúa en aquellos casos en los
que se encuentran involucradas entidades financieras, y también cuando se
trata de posibles delitos relacionados con la Ley Penal Cambiaria. Su actuación
como entidad de control le permite llevar a cabo investigaciones que
eventualmente derivan en denuncias judiciales y en causas que tramitan en el
fuero penal. También el Banco Central puede actuar como querellante y
proponer sus propios peritos contadores de parte.
La Unidad de Información Financiera, dependiente del Ministerio de Justicia y
Derechos Humanos, es un organismo administrativo con competencia sobre los
casos que implican posibles acciones de lavado de dinero o financiamiento del
terrorismo, en el marco de la Ley 24.246, Encubrimiento y Lavado de Activos
de Origen Delictivo y de la Ley 26.268, Asociaciones Ilícitas Terroristas y
Financiación del Terrorismo. Siendo un ente con una importante capacidad
legal de centralización de información, como fruto de su análisis, y cuando lo
considera viable, deberían producirse las denuncias penales correspondientes.
La UIF detenta también capacidad de proponer peritos contadores de parte
cuando participa de la causa.

5. EL PROCESO PENAL

5.1. Características y elementos del proceso penal

5.1.1. Conceptos generales


El proceso penal comprende un conjunto de acontecimientos que tienen
como objetivo resolver, mediante un juicio a cargo de la autoridad competente,
la controversia sometida a su decisión.
Tales actos se encuentran definidos en la pertinente ley. Los mismos
comienzan una vez producido un hecho considerado a priori delictivo, se llevan
a cabo recolectando las pruebas atinentes y culminan cuando se produce la
resolución del magistrado que corresponda.
La existencia de un posible delito, y la apertura de una causa judicial que lo
investigue, depende del tipo de delito de que se trate. En nuestro ordenamiento
legal existen tres posibilidades:
a)Si el delito es de acción pública, la titularidad de la acción corresponde al
Ministerio Público Fiscal o al querellante, o sea el particular que ha sido
ofendido por el delito.
b)Si el delito es dependiente de instancia privada, para iniciar la acción se
requiere que la víctima inste el proceso, mediante denuncia o querella. Una
vez realizado este paso, la causa continúa de oficio.
c)Si el delito es de acción privada la acción está subordinada a la decisión
del querellante. Si éste deja de impulsar la causa, o desiste de la misma, el
juez puede proceder al archivo de las actuaciones.

5.1.2. La instrucción penal


Dentro de la instrucción de un proceso penal podemos encontrar
básicamente tres partes que constituyen el mismo, y actúan a lo largo de todo
el desarrollo hasta su conclusión:
a)el Juez
b)el denunciante y/o querellante
c)el demandado o querellado
Además de los actores principales, pueden estar presentes, y participar del
desarrollo de la causa, de acuerdo con cada situación:
a)Testigos
b)Peritos
c)Intérpretes
Además de los que actúan o pueden actuar en la causa, se puede presentar
también la figura de los informantes. Se trata de todos aquellos a quienes el
magistrado decide consultar porque pueden contar con elementos de utilidad
para el conocimiento o la probanza de los hechos.
En el capítulo siguiente veremos quiénes participan cuando se trata de un
juicio oral.
Un proceso penal es una investigación tendiente a establecer si ha sucedido
un hecho que configura un delito, y en tal caso, quién ha sido el autor o los
autores.
Por lo tanto, su desarrollo se basa en la acumulación de pruebas que
permitan al juez llegar a una sentencia. Como los temas que se tratan en las
causas judiciales son de diverso cariz técnico, y muchas veces requieren de
conocimientos especiales sobre las materias involucradas, resulta necesario a
lo largo de la instrucción contar con el auxilio de especialistas que analicen e
informen en función de sus respectivos conocimientos.
5.1.3. Las pruebas en el proceso penal
Los tipos de actividades probatorias que se pueden realizar, se encuentran
previstos en el Título III del CPP, y son los siguientes:
a)Inspección judicial y reconstrucción del hecho
b)Registro domiciliario y requisa personal
c)Secuestro
d)Testigos
e)Peritos
f)Intérpretes
g)Reconocimientos
h)Careos
Como puede apreciarse, la prueba pericial es una más entre un conjunto de
indicios que deben ser recolectados a lo largo del proceso penal. Algunos de
los tipos de prueba guardan relación directa con las pruebas periciales
contables, y otros en cambio, no parecen tener contacto alguno.
Podría decirse que las inspecciones judiciales y reconstrucciones del hecho,
los reconocimientos y los careos, carecen de relación con las pruebas
periciales contables.
Sin embargo, los registros domiciliarios donde pueden localizarse elementos
relacionados con las tareas periciales, los secuestros de documentación y
registros, y los intérpretes que traduzcan documentación emitida en idioma
extranjero, aportan en muchas ocasiones el material imprescindible para
acometer el trabajo pericial contable.
El caso de los testigos puede incluirse dentro del primer grupo cuando se
trata de simples declaraciones, y dentro del segundo cuando corresponde al
aporte de documentación de utilidad para la tarea pericial.
Otra forma de apreciar las pruebas puede realizarse en función de la
naturaleza de las mismas, en este sentido podríamos agruparlas en pruebas:
a)Testimoniales. Se obtienen a partir de las declaraciones de los testigos.
b)Documentales. Constituidas por los registros y los elementos
documentales obtenidos como consecuencia tanto de aportes voluntarios a
la causa como de secuestros ordenados por el magistrado.
c)Informativas. Datos obtenidos a partir de solicitudes de información a
personas u organismos diversos.
d)Periciales. Constituidas por los informes periciales y las declaraciones
realizadas por los peritos.
e)Confesionales. Obtenidas como consecuencia de las declaraciones de los
imputados.
Es importante reconocer los diferentes tipos de pruebas a los efectos, entre
otros, de establecer si lo que se pretende en un momento determinado
corresponde a una prueba pericial o no. Por ejemplo, cuando el magistrado
quiere conocer si ha sido presentada una declaración jurada impositiva, en
lugar de una prueba pericial debería recurrir a una informativa, solicitando a la
AFIP los datos pertinentes.
Una incorrecta determinación de las características de la prueba puede llevar
a confundir las funciones de testigo, perito e informante, cada una de las cuales
tiene sus propias regulaciones.

5.2. Código Procesal Penal. Parte pertinente a los peritos. Descripción de


los principales temas de su articulado
La labor de los Peritos Contadores Oficiales se desarrolla en el marco de
diversas normas generales y particulares. En especial, es de destacar el
Código Procesal Penal, ya que la mayoría de las causas tienen origen en dicho
fuero.
Dentro del mencionado Código, se despliega el texto del Capítulo V,
denominado "Peritos". Debe tenerse en cuenta que cuando se hace referencia
a "peritos", el término comprende no solamente a los contadores, tema de
interés del presente libro, sino también, entre otros, a médicos y calígrafos.
Esta circunstancia lleva a considerar en algunos casos que el contenido de la
norma no parece totalmente aplicable a la disciplina contable.
Por otra parte, el mencionado CPP establece condiciones únicas de trabajo
para todo tipo de causas, sin distinguir las mismas en función de sus
particularidades y complejidades. Por lo tanto, esa impronta es a la que el
perito contador deberá adaptarse. Ello, aun cuando en los hechos, las causas
poseen características diferenciales significativas, por diversos motivos, desde
las más simples hasta las detalladas con mayor precisión en el punto 8.2 donde
se describen las denominadas megacausas.
Haremos a continuación un recorrido por el articulado del capítulo en
cuestión del CPP.

5.2.1. Facultad de ordenar las pericias


"Art. 253. - El juez podrá ordenar pericias siempre que para conocer o apreciar
algún hecho o circunstancia pertinente a la causa, sean necesarios o convenientes
conocimientos especiales en alguna ciencia, arte o técnica".
Sin perjuicio de que el término "pericias" no parece ser el más adecuado, tal
como ya se describió en el glosario, lo que puede apreciarse es que no siempre
resulta necesario, por parte de la autoridad que tiene a su cargo la
investigación, recurrir a un especialista para interpretar un hecho relacionado
con el expediente donde actúa.
Sólo en aquellos casos donde el conocimiento del magistrado sobre el tema
involucrado en la causa, no resulta suficiente para comprender las
circunstancias inherentes al mismo. Es decir, cuando se presentan situaciones
que, para su análisis, requieren de una persona capacitada especialmente en
virtud de conocimientos o experiencia demostrable.
Como veremos luego, al tratar las condiciones en que se presentan los
cuestionarios periciales, existen casos donde esta premisa no se cumple. No
siempre las solicitudes de tareas periciales requieren contar con aptitudes y/o
conocimientos especiales, y podrían ser resueltas sin mayores dificultades por
el propio magistrado.

5.2.2. Calidad habilitante


"Art. 254. - Los peritos deberán tener título de tales en la materia a que pertenezca
el punto sobre el que han de expedirse y estar inscriptos en las listas formadas por el
órgano judicial competente. Si no estuviere reglamentada la profesión, o no hubiere
peritos diplomados o inscriptos, deberá designarse a persona de conocimiento o
práctica reconocidos".
Se reafirma en este caso la necesidad de designar a un perito que cuente
con habilitación profesional para su ejercicio, o bien que posea reconocida
experiencia en el campo de la práctica.
Solamente puede ser perito una persona humana. Sin perjuicio de ello, y de
acuerdo con el artículo 476 del Código Procesal Civil y Comercial, cuya
aplicación resulta supletoria en materia penal, el magistrado tiene la potestad
de requerir opiniones a universidades, academias, corporaciones, institutos y
entidades públicas o privadas de carácter científico o técnico, cuando el
dictamen pericial requiriese operaciones o conocimientos de alta
especialización.
A diferencia de la prueba de informes, en el caso del art. 476 mencionado, se
trata de solicitar una opinión calificada a partir de un conocimiento
especializado. Tal puede ser el caso de los análisis realizados por organismos
técnicos en el caso de accidentes, terrestres en general, ferroviarios, aéreos o
navales.
Cuando se trata de causas con contenido económico suele requerirse el
auxilio de la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad de Buenos
Aires. Podría también incluirse en este apartado la posibilidad de recurrir a los
denominados Amicus Curae (o amigos del tribunal), circunstancia que se
encuentra específicamente establecida por la Acordada 28/2004 de la CSJN.
Los peritos, para su actuación en la mayoría de los fueros, deben inscribirse
en respectivas listas que organiza cada una de las Cámaras. No interesa
desarrollar aquí el procedimiento que se lleva a cabo en el resto de los fueros,
y nos referiremos solamente al fuero Criminal y Correccional.
En este último caso las inscripciones requieren, adicionalmente a los
requisitos previstos para el resto de los fueros, que los profesionales
contadores públicos que pretenden actuar presenten un certificado de
antecedentes emitido por la Dirección Nacional de Reincidencia y Estadística
Criminal, elemento que permite comprobar que no se encuentran alcanzados
por antecedentes penales.
En base a los inscriptos en tales condiciones, se elabora una lista de peritos
contadores que estarán disponibles para ser elegidos por imputados o
querellantes a los efectos de actuar como "peritos de parte". Los interesados
en contar con los servicios del perito contador deben solicitar al magistrado a
cargo de la causa la designación correspondiente. Los peritos de esta lista no
son nombrados por los magistrados a partir de sorteos ni otros procedimientos
de asignación semejantes, ya que no llevan a cabo su labor por iniciativa del
magistrado, sino a partir de la libre elección de los involucrados en la causa.
Independientemente de los peritos propuestos por las partes, y designados
por los magistrados, quien tiene a su cargo la responsabilidad por la
conducción de la tarea pericial, más allá de la facultad primaria de los
magistrados, es el perito contador oficial . La función de tales peritos será
descripta, amplia y específicamente, más adelante.
Si bien los peritos de parte deben surgir de la lista de inscriptos mencionada,
resulta común que alguna de las partes, especialmente los denunciados,
propongan profesionales que no figuran en dichas listas.
A pesar de las previsiones y normativas vigentes al respecto, en la mayoría
de los casos los magistrados, o los tribunales de alzada, admiten la
designación como peritos de parte de contadores no inscriptos en la lista del
fuero Criminal y Correccional. El principal argumento se basa en considerar
que debe garantizarse el derecho de defensa, y la libre elección del profesional
que representará a la parte, contribuye a ese fin (2) .
Si bien tal premisa puede considerarse razonable, lo cierto es que de esa
forma se produce una situación discrecional, donde mientras que algunos al
inscribirse deben demostrar incluso no estar alcanzados por sanciones que los
inhabiliten para el ejercicio de la función pericial, otros profesionales pueden
ser designados sin realizar ningún tipo de comprobación al respecto, ni
demostrar su independencia de criterio y antecedentes de dominio de la
especificidad del fuero penal.

5.2.3. Incapacidad e incompatibilidad


"Art. 255. - No podrán ser peritos: los incapaces; los que deban o puedan
abstenerse de declarar como testigos o que hayan sido citados como tales en la
causa; los que hubieren sido eliminados del registro respectivo por sanción; los
condenados o inhabilitados".
En el caso del artículo 255 se introducen condiciones restrictivas de la
posibilidad de actuación del perito. Por un lado, se encuentran aquellos que
tienen limitaciones derivadas de su capacidad personal, establecidas en
el artículo 54 del Código Civil, o bien de ciertas sanciones legales. Por otro
lado, la limitación alcanza a quienes se puedan asimilar a la posición de
testigos, o que hayan sido efectivamente citados como tales en la causa, ya
que en este caso deben cumplir con esta función y perderían objetividad en la
tarea pericial.
Con respecto a los testigos hay que recurrir a los términos del artículo 244
del CPP que dice:
"Deberán abstenerse de declarar sobre los hechos secretos que hubieren llegado a
su conocimiento en razón del propio estado, oficio o profesión, bajo pena de nulidad:
los ministros de un culto admitido; los abogados, procuradores y escribanos; los
médicos, farmacéuticos, parteras y demás auxiliares del arte de curar; los militares y
funcionarios públicos sobre secretos de Estado.
Sin embargo, estas personas no podrán negar su testimonio cuando sean liberadas
del deber de guardar secreto por el interesado, salvo las mencionadas en primer
término.
Si el testigo invocare erróneamente ese deber con respecto a un hecho que no
puede estar comprendido en él, el juez procederá, sin más, a interrogarlo".
Es decir que no deben actuar como peritos aquellos que se encuentren en
situaciones como las descriptas en el art. 244 enunciado, ya que los mismos
pueden ser eventualmente considerados como testigos.

5.2.4. Excusación y recusación


"Art. 256. - Sin perjuicio de lo dispuesto en el artículo anterior, son causas legales
de excusación y recusación de los peritos las establecidas para los jueces.
El incidente será resuelto por el juez, oído el interesado y previa averiguación
sumaria, sin recurso alguno".
Según el art. 256 debemos remitirnos a las causales previstas para los
jueces, las cuales se encuentran incluidas en el art. 55 del CPP, el que reza:
"Art. 55. - El juez deberá inhibirse de conocer en la causa cuando exista uno de los
siguientes motivos:
1°) Si hubiera intervenido en el mismo proceso como funcionario del Ministerio
Público, defensor, denunciante, querellante o actor civil, o hubiera actuado como
perito o conocido el hecho como testigo, o si en otras actuaciones judiciales o
administrativas hubiera actuado profesionalmente en favor o en contra de alguna
de las partes involucradas. (Inciso sustituido por art. 88 de laley 24.121B.O.
8/9/1992).
2°) Si como juez hubiere intervenido o interviniere en la causa algún pariente suyo
dentro del cuarto grado de consanguinidad o segundo de afinidad.
3°) Si fuere pariente, en los grados preindicados, con algún interesado.
4°) Si él o alguno de dichos parientes tuvieren interés en el proceso.
5°) Si fuere o hubiere sido tutor o curador, o hubiere estado bajo tutela o curatela de
alguno de los interesados.
6°) Si él o sus parientes, dentro de los grados preindicados, tuvieren juicio pendiente
iniciado con anterioridad, o sociedad o comunidad con alguno de los interesados,
salvo la sociedad anónima.
7°) Si él, su cónyuge, padres o hijos, u otras personas que vivan a su cargo, fueren
acreedores, deudores o fiadores de alguno de los interesados, salvo que se
tratare de bancos oficiales o constituidos, bajo la forma de sociedades anónimas.
8°) Si antes de comenzar el proceso hubiere sido acusador o denunciante de alguno
de los interesados, o acusado o denunciado por ellos.
9°) Si antes de comenzar el proceso alguno de los interesados le hubiere promovido
juicio político.
10) Si hubiere dado consejos o manifestado extrajudicialmente su opinión sobre el
proceso a alguno de los interesados.
11) Si tuviere amistad íntima, o enemistad manifiesta con alguno de los interesados.
12) Si él, su cónyuge, padres o hijos, u otras personas que vivan a su cargo,
hubieren recibido o recibieren beneficios de importancia de alguno de los
interesados; o si después de iniciado el proceso, él hubiere recibido presentes o
dádivas, aunque sean de poco valor".
A los efectos de definir el alcance del concepto de "interesados", el art. 56
expresa lo siguiente:
"A los fines del artículo anterior, se considerarán interesados el imputado, el
ofendido o damnificado y el civilmente demandado, aunque estos últimos no se
constituyan en parte".
No puede actuar como perito aquel profesional que se encuentre incluido en
alguna de las causales descriptas. Tanto defensores o mandatarios, podrán
recusar al juez, y por lo tanto al perito, cuando se presente alguna de las
circunstancias previstas en el art. 55 del CPP.

5.2.5. Obligatoriedad del cargo


"Art. 257. - El designado como perito tendrá el deber de aceptar y desempeñar
fielmente el cargo, salvo que tuviere un grave impedimento. En este caso, deberá
ponerlo en conocimiento del juez, al ser notificado de la designación.
Si no acudiere a la citación o no presentare el informe a debido tiempo, sin causa
justificada, incurrirá en las responsabilidades señaladas para los testigos por los
artículos 154 y 247.
Los peritos no oficiales aceptarán el cargo bajo juramento".
Si el perito designado, sea un perito oficial o un perito de parte, considera
que pesa sobre él alguna de las causales de excusación, deberá ponerlo de
manifiesto para que el magistrado decida sobre su continuidad en la causa, ya
que en principio la producción del peritaje resulta obligatoria.
Los artículos 154 y 247 del CPP están referidos a las sanciones que les
corresponden a los testigos en caso de no presentarse, o no prestar
declaración en los plazos establecidos. Las mismas llegan hasta los 2 días de
arresto y el inicio de causas criminales.

5.2.6. Nombramiento y notificación


"Art. 258. - El juez designará de oficio a un perito, salvo que considere indispensable
que sean más. Lo hará entre los que tengan el carácter de peritos oficiales; si no los
hubiere, entre los funcionarios públicos que, en razón de su título profesional o de su
competencia, se encuentren habilitados para emitir dictamen acerca del hecho o
circunstancia que se quiere establecer.
Notificará esta resolución al ministerio fiscal, a la parte querellante y a los
defensores antes que se inicien las operaciones periciales, bajo pena de nulidad, a
menos que haya suma urgencia o que la indagación sea extremadamente simple.
En estos casos, bajo la misma sanción, se les notificará que se realizó la pericia,
que puedan hacer examinar sus resultados por medio de otro perito y pedir, si fuere
posible, su reproducción".
Si bien en general un único perito está en condiciones de hacerse cargo de
un estudio pericial, existen casos en que la magnitud de la causa, su
complejidad, o bien la necesidad de incrementar el perfil de objetividad
aparente, requieren la designación de más de un perito contador.
En los últimos años, tal como se verá en el punto 8.2, la aparición de causas
relacionadas con delitos económicos complejos, muchas veces imbricadas en
el marco de delitos de corrupción en ámbitos públicos, han derivado en la
designación de varios peritos contadores oficiales. Ello sin perjuicio de que
cada uno de los involucrados en la causas designen además sus propios
peritos de parte.
Por otra parte, resulta importante también que tanto el nombramiento de los
peritos, como los informes producidos por éstos, sean comunicados a todas las
partes de la causa para que puedan realizar las acciones necesarias en pos de
su interés en el expediente. Si bien los peritos actúan por delegación del
magistrado, y a éste reportan, el fruto de su labor es un contenido de
importancia para la causa en general y debe estar abierto al conocimiento de
todos los interesados.

5.2.7. Facultad de proponer


"Art. 259. - En el término de tres (3) días, a contar de las respectivas notificaciones
previstas en el artículo anterior, cada parte podrá proponer, a su costa, otro perito
legalmente habilitado, conforme a lo dispuesto en el artículo 254".
Este artículo es de interés para las partes proponentes y no para los peritos,
ya que se trata de la facultad de aquellos de reemplazar al profesional que,
habiendo sido propuesto, no reúna los requisitos para desempeñar el cargo.

5.2.8. Directivas
"Art. 260. - El juez dirigirá la pericia, formulará concretamente las cuestiones a
elucidar, fijará el plazo en que ha de expedirse el perito y, si lo juzgare conveniente,
asistirá a las operaciones.
Podrá igualmente autorizar al perito para examinar las actuaciones o para asistir a
determinados actos procesales".
El artículo 260 resulta de fundamental importancia por cuanto define
plenamente la absoluta conducción de la tarea pericial por parte del magistrado
a cargo de la causa.
El perito contador actúa dentro del marco de las instrucciones emanadas del
juez o fiscal, y no debe excederse tomando por su cuenta decisiones con
respecto a los actos a desarrollar con relación al proceso.
Cuando el profesional contable considera que debe llevar a cabo alguna
actuación no prevista en los términos de su designación, debe comunicarlo al
magistrado con el propósito de que sea éste quien evalúe la pertinencia de la
medida y eventualmente apruebe su producción.

5.2.9. Conservación de objetos


"Art. 261. - Tanto el juez como los peritos procurarán que las cosas a examinar sean
en lo posible conservadas, de modo que la pericia pueda repetirse.
Si fuere necesario destruir o alterar los objetos analizados o hubiere discrepancias
sobre el modo de conducir las operaciones, los peritos deberán informar al juez antes
de proceder".
Éste es un artículo de muy rara aplicación en el caso de los peritajes sobre
información y documentación contable.
Resulta poco probable que la realización de las pruebas contables conduzca
a la destrucción de los materiales, constituidos fundamentalmente por
documentación y registros contables.

5.2.10. Ejecución. Peritos nuevos


"Art. 262. - Los peritos practicarán unidos el examen, deliberarán en sesión secreta,
a la que sólo podrá asistir el juez, y si estuvieren de acuerdo redactarán su informe en
común. En caso contrario, harán por separado sus respectivos dictámenes.
Si los informes discreparen fundamentalmente, el juez podrá nombrar más peritos,
según la importancia del caso, para que los examinen e informen sobre su mérito o, si
fuere factible y necesario, realicen otra vez la pericia".
En este artículo se asienta la parte sustancial de la actuación del perito
contador. Se establecen tres premisas que determinan la forma en que se
llevarán a cabo las actividades periciales:
a)Trabajarán en forma mancomunada, es decir, que las actuaciones
relacionadas con la tarea pericial y la colección de las evidencias, se
realizarán con la presencia de todos los peritos designados. Cada uno de
los peritos deberá abstenerse de efectuar actuaciones periciales por su
propia cuenta, en relación con los elementos puestos a disposición para la
realización del peritaje.
b)Las sesiones en las cuales se desarrollen las tareas periciales deberán ser
secretas, es decir, que a las mismas no puede asistir ninguna persona que
no se encuentre específicamente autorizada por el magistrado. Es así que
el colegio pericial se compondrá básicamente del magistrado y los peritos
designados. Cualquier otra persona que pretenda participar de las tareas,
deberá solicitarlo expresamente al juez o fiscal de la causa.
En cuanto a este ítem, y ampliando el concepto expuesto en el mismo es
importante considerar el enunciado de los artículos del CPP que brindan la
posibilidad de participación, con algunas limitaciones para su autorización
y para su intervención, al Ministerio Público, a los defensores de las partes,
a las partes, y en particular al imputado, los que se exponen en el Punto
5.2.11.
c)El informe puede ser redactado en una única versión, común para todos los
peritos, cuando obviamente todos estén de acuerdo con las conclusiones
que se exponen en el mismo. No es obligatorio que ello ocurra, y cuando
alguno de los peritos contadores considere que su opinión no se encuentra
representada en el texto del informe común, tiene derecho a presentar un
informe propio por separado. No se encuentra previsto, y a nuestro
entender resultaría contradictorio, que un perito participe sin discrepancias
del informe común y al mismo tiempo presente un informe por separado.
Las discrepancias pueden estar fundadas en:
a. la forma en que se realizaron los procedimientos, o bien
b. en las conclusiones obtenidas.

5.2.11. Partícipes del proceso probatorio pericial

5.2.11.1. Participación del Ministerio Público


"Art. 198. - El Ministerio Fiscal podrá intervenir en todos los actos de la instrucción y
examinar en cualquier momento las actuaciones".
Si el agente fiscal hubiere expresado el propósito de asistir a un acto, será
avisado con suficiente tiempo y bajo constancia, pero aquél no se suspenderá
ni retardará por su ausencia. Cuando asista, tendrá los deberes y las facultades
que prescribe el artículo 203.

5.2.11.2. Derecho de asistencia y facultad judicial


"Art. 200. - Los defensores de las partes tendrán derecho a asistir a los registros
domiciliarios, reconocimientos, reconstrucciones, pericias e inspecciones, salvo lo
dispuesto en el artículo 218, siempre que por su naturaleza y características se deban
considerar definitivos e irreproducibles, lo mismo que a las declaraciones de los
testigos que por su enfermedad u otro impedimento sea presumible que no podrán
concurrir al debate".
El juez podrá permitir la asistencia del imputado o del ofendido, cuando sea
útil para esclarecer los hechos o necesaria por la naturaleza del acto.
Las partes tendrán derecho a asistir a los registros domiciliarios.

5.2.11.3. Notificación: casos urgentísimos


"Art. 201. - Antes de proceder a realizar alguno de los actos que menciona el
artículo anterior, excepto el registro domiciliario, el juez dispondrá, bajo pena de
nulidad, que sean notificados el ministerio fiscal, la parte querellante y los defensores;
mas la diligencia se practicará en la oportunidad establecida, aunque no asistan".
Sólo en casos de suma urgencia se podrá proceder sin notificación o antes del
término fijado, dejándose constancia de los motivos, bajo pena de nulidad."

5.2.11.4. Posibilidad de asistencia


"Art. 202. - El juez permitirá que los defensores asistan a los demás actos de la
instrucción, siempre que ello no ponga en peligro la consecución de los fines del
proceso o impida una pronta y regular actuación. La resolución será irrecurrible.
Admitida la asistencia, se avisará verbalmente a los defensores antes de practicar
los actos, si fuere posible, dejándose constancia."

5.2.11.5. Deberes y facultades de los asistentes


"Art. 203. - Los defensores que asistan a los actos de instrucción no podrán hacer
signos de aprobación o desaprobación, y en ningún caso tomarán la palabra sin
expresa autorización del juez, a quien deberán dirigirse cuando el permiso les fuere
concedido. En este caso podrán proponer medidas, formular preguntas, hacer las
observaciones que estimen pertinentes o pedir que se haga constar cualquier
irregularidad. La resolución que recaiga al respecto será siempre irrecurrible".

5.2.12. Dictamen y apreciación


"Art. 263. - El dictamen pericial podrá expedirse por informe escrito o hacerse
constar en acta y comprenderá, en cuanto fuere posible:
1°) La descripción de las personas, lugares, cosas o hechos examinados en las
condiciones en que hubieren sido hallados.
2°) Una relación detallada de todas las operaciones practicadas y sus resultados.
3°) Las conclusiones que formulen los peritos conforme a los principios de su ciencia,
arte o técnica.
4°) Lugar y fecha en que se practicaron las operaciones. El juez valorará la pericia de
acuerdo con las reglas de la sana crítica".
Sobre el contenido de este artículo nos referiremos más adelante, en el
punto 8.
Debe mencionarse en este caso que las conclusiones del informe
obviamente no obligan al magistrado a actuar en base a ellas, sin embargo,
negarlas implica la necesidad de incorporar otros elementos que posean al
menos similar trascendencia para la formación de la opinión. (3)

5.2.13. Otros conceptos relevantes

5.2.13.1. Autopsia necesaria


"Art. 264. - En todo caso de muerte violenta o sospechosa de criminalidad se
ordenará la autopsia, salvo que por la inspección exterior resultare evidente la causa
de la muerte".
Este artículo corresponde a la actuación de los peritos médicos, no siendo de
aplicación para los peritos contadores.

5.2.13.2. Cotejo de documentos


"Art. 265. - Cuando se trate de examinar o cotejar algún documento, el juez
ordenará la presentación de las escrituras de comparación, pudiendo utilizarse escritos
privados si no hubiere dudas sobre su autenticidad. Para la obtención de estos
escritos podrá disponer el secuestro, salvo que su tenedor sea una persona que deba
o pueda abstenerse de declarar como testigo.
El juez podrá disponer también que alguna de las partes forme cuerpo de la
escritura. De la negativa se dejará constancia".
Este artículo se refiere a la función de los peritos calígrafos, por lo que no
resulta de aplicación para los peritajes contables.

5.2.13.3. Reserva y sanciones


"Art. 266. - El perito deberá guardar reserva de todo cuanto conociere con motivo de
su actuación.
El juez podrá corregir con medidas disciplinarias la negligencia, inconducta o mal
desempeño de los peritos y aun sustituirlos sin perjuicio de las responsabilidades
penales que puedan corresponder".
Más allá de la responsabilidad intrínseca del profesional contable, el presente
artículo prescribe responsabilidades propias de la tarea pericial. En este
sentido, una condición esencial es la de mantener en reserva el conocimiento
adquirido como consecuencia de su participación como perito contador, en las
causas que le sean asignadas.
Debemos recordar que es el magistrado quien tiene a su cargo la conducción
de las tareas periciales de acuerdo con el art. 260. En tal sentido, es dicho
magistrado quien tiene la potestad de tomar las acciones necesarias para
corregir los actos que perturben la realización de las actividades periciales.
Cuando el magistrado entienda que la actividad pericial resulta inadecuada
debido a la actuación del perito, en nuestro caso, el contador, podrá disponer la
aplicación de sanciones disciplinarias.

5.2.13.4. Honorarios
"Art. 267. - Los peritos nombrados de oficio o a pedido del ministerio público tendrán
derecho a cobrar honorarios, a menos que tengan sueldo por cargos oficiales
desempeñados en virtud de conocimientos específicos en la ciencia, arte o técnica que
la pericia requiera.
El perito nombrado a petición de parte podrá cobrarlos siempre, directamente a ésta
o al condenado en costas".
Los honorarios quedan circunscriptos a quienes no reciben salarios por
cargos oficiales de las reparticiones u organismos oficiales a quienes
representan.
En el caso de los peritos de parte sus honorarios se pactan en forma
personal con las partes que los proponen.

6. LA FUNCIÓN PERICIAL
La labor del Contador Público en el marco de las causas penales se lleva a
cabo fundamentalmente en su condición de perito. Sin embargo, tal actividad
no es exclusiva, ya que existe también la posibilidad de desempeñarse como
personal estable de juzgados, tribunales o del Ministerio Público Fiscal. En
estos últimos casos, los contadores actúan como asesores de los magistrados,
en temas de su especialidad.
Cuando el Contador Público desarrolla actividades periciales propiamente
dichas, su actuación puede basarse en diferentes normativas.

6.1. El Cuerpo de Peritos Contadores Oficiales


En primer lugar debemos tener en cuenta la existencia del Cuerpo de Peritos
Contadores Oficiales, dependiente de la Corte Suprema de Justicia de la
Nación. Dicho cuerpo cuenta con una dotación prevista de 22 cargos de Peritos
Contadores Oficiales.
La existencia de los cuerpos periciales oficiales se encuentra prevista en el
artículo 52 del decreto-ley 1285/58 que establece que como auxiliares de la
justicia nacional y bajo la superintendencia de la autoridad que establezcan los
reglamentos de la Corte Suprema, funcionarán Cuerpos técnicos periciales; de
médicos forenses, de contadores y de calígrafos.
La Corte Suprema de Justicia de la Nación ha sostenido la importancia de los
informes producidos por los Peritos Contadores Oficiales, ya que los mismos
surgen de profesionales que cuentan con especiales condiciones de idoneidad
y de corrección (4) . En tal sentido, y como veremos más adelante, los
miembros del Cuerpo de Peritos son designados luego de un concurso que
pone a prueba sus conocimientos y capacidad de resolución de temas técnicos
y donde debe también demostrar la calidad de sus antecedentes. Por otra
parte, dichos peritos están sujetos a las excusaciones y recusaciones con los
mismos alcances de los jueces. También debe destacarse que los peritos
contadores oficiales son funcionarios de la Justicia Nacional, y en tal sentido se
encuentran sometidos a los sistemas de control del Poder Judicial de la Nación.
Todo ello permite concluir que tales profesionales garantizan criterios de
imparcialidad que han sido reconocidos a lo largo del tiempo.
La designación de los Peritos Contadores Oficiales es realizada por la Corte
Suprema de Justicia de la Nación, luego de la realización de un concurso de
antecedentes y conocimientos que consta de dos exámenes teórico prácticos,
uno escrito y otro oral, y una entrevista personal.
Los requisitos para ser designado Perito Contador Oficial se encuentran
detallados en el art. 8° del Anexo II de la Acordada 16/2011 de la CSJN, por la
cual se aprueba el "Reglamento de Concurso para ocupar cargos periciales en
el Cuerpo de Peritos Contadores Oficiales de la Justicia Nacional" y son los
siguientes:
a)Poseer título de contador público expedido por universidad nacional,
privada debidamente reconocida o extranjera. En este último caso el título
deberá ser acompañado de las constancias de reválida o convalidación
que correspondan.
b)Contar con una antigüedad mínima de 8 años en el ejercicio profesional.
c)Acreditar experiencia como perito de oficio, de parte, consultor técnico,
síndico concursal, otros cargos como auxiliar de la justicia y/u otros
antecedentes en ciencias económicas.
d)No registrar, en los cinco años anteriores a la fecha de la inscripción,
sanciones disciplinarias ante los Consejos Profesionales en Ciencias
Económicas y Colegios de Graduados en Ciencias Económicas de las
jurisdicciones del país donde el postulante estuviera inscripto, como así
tampoco ante los Tribunales donde se hubiera inscripto como perito de
oficio, de parte, consultor técnico, síndico concursal y otros desempeños
como auxiliar de la justicia, debiendo acreditarlo mediante certificaciones
expedidas por las autoridades correspondientes.
En cuanto al funcionamiento del Cuerpo de Peritos Contadores Oficiales,
debemos remitirnos al Anexo I de la Acordada 16/2011, por la que fue
aprobado el Reglamento General del Cuerpo de Peritos Contadores Oficiales.
Entre otros resulta de interés revisar el contenido de algunos de los artículos
de dicho reglamento.
"Artículo 1
El Cuerpo de Peritos Contadores Oficiales constituye una dependencia técnica de
naturaleza y finalidad exclusivamente pericial, que funciona bajo la superintendencia
de la Corte Suprema de Justicia de la Nación.
Tiene como misión dictaminar sobre las cuestiones de su especialidad que los
órganos de la justicia nacional y federal someten a su consideración".
De acuerdo con el texto del reglamento, el organismo no lleva a cabo otro
tipo de actividades profesionales contables. Ello se basa fundamentalmente en
la necesidad de mantener la más estricta concentración en la tareas periciales,
como así también en evitar la existencia de posibles confrontaciones entre las
labores periciales y otras que pudiera emprender.
"Artículo 2
El Cuerpo dará cumplimiento a los requerimientos periciales dispuestos por
magistrados judiciales nacionales y federales con competencia en materia penal, así
como a aquellos del Ministerio Publico Fiscal en los supuestos previstos por
los artículos 196 y 196 bis del Código Procesal Penal de la Nación.
Excepcionalmente, los jueces de los restantes fueros podrán requerir su
Intervención cuando medien notorias razones de urgencia, pobreza o interés público
debidamente acreditadas o cuando las circunstancias particulares del caso hicieran
necesario su asesoramiento (art. 63, inciso c), del decreto-Iey 1285/58 Organización
de la Justicia Nacional).
Intervendrá, además, cuando así lo establezca la Corte Suprema de Justicia de la
Nación en virtud de otras disposiciones específicas".
Salvo circunstancias que deben ser perfectamente justificadas por los
magistrados respectivos, los peritos contadores oficiales opinan
exclusivamente en causas que se desarrollan en el fuero penal, tanto de la
justicia nacional como federal, o bien cuando la propia Corte Suprema de
Justicia de la Nación lo requiere.
Si bien el texto del artículo citado hace referencia al cumplimiento por parte
del "cuerpo", debe tenerse en cuenta que los requerimientos periciales
efectuados por los magistrados son respondidos por cada uno de los Peritos
Contadores Oficiales en forma individual y personal. El cuerpo como ente no
participa de las actividades periciales específicas de cada causa. La
responsabilidad por las opiniones vertidas en el informe recae en el perito que
confeccionó el mismo.
"Artículo 3
Las tareas periciales se cumplirán en la sede que para el funcionamiento del Cuerpo
fije la Corte Suprema de Justicia de la Nación, sin perjuicio de las que
excepcionalmente deban realizarse fuera de ella en los casos en que circunstancias
especiales así lo exijan.
El ámbito geográfico de actuación del Cuerpo es el territorio de la Ciudad Autónoma
de Buenos Aires; quedan exceptuadas de esta limitación las diligencias periciales
dispuestas por magistrados nacionales y federales con asiento en dicha jurisdicción.
Los jueces federales con asiento en otras jurisdicciones podrán encomendar la
realización de peritajes fuera del ámbito geográfico de actuación del Cuerpo,
exclusivamente cuando se justifique la necesidad de su intervención mediante
resolución fundada".
Aunque existe la posibilidad de llevar a cabo actividades periciales fuera del
ámbito de la Ciudad de Buenos Aires, ello debe ser motivo de justificación
suficiente por parte del magistrado que lo solicite.
Tal situación surge de la necesidad de contar en la sede del Cuerpo de
Peritos Contadores Oficiales con los profesionales que lo componen, ya que es
en dicho lugar donde se dirigen los magistrados para realizar los
requerimientos o preguntas sobre cada causa. Por otra parte, debido a que
cada perito tiene a su cargo simultáneamente varios expedientes judiciales en
estudio, necesita permanecer en la sede del cuerpo a los efectos de poder
trabajar con varios de ellos a lo largo de la jornada. Ausentarse del cuerpo para
la realización de un peritaje en particular implica la necesidad de suspender
todos los demás trámites en curso, y por lo tanto ello solamente debería ocurrir
cuando no existe otra posibilidad de llevar a cabo las tareas periciales de otro
modo.
Adicionalmente, debería contemplarse también la necesidad de preservación
de la cadena de custodia de los elementos utilizados como base para la
realización de las pruebas periciales. Tal circunstancia pierde efectividad
cuando la documentación compulsada permanece en poder de terceros.
"Artículo 5
La dirección del Cuerpo estará a cargo de un decano y de un vicedecano.
El decano será designado por la Corte Suprema de Justicia de la Nación entre la
terna de peritos que hayan obtenido la mayor cantidad de votos. La votación se
realizará entre los peritos titulares del Cuerpo y en forma secreta.
Para ser designado decano se deberán reunir los siguientes requisitos:
a) Tener una antigüedad mayor a cinco años en la titularidad del cargo de perito.
b) No registrar sanciones disciplinarias durante los últimos cinco años.
El decano durará tres años en su cargo y podrá ser designado, conforme al
procedimiento establecido en el presente artículo, por otro período consecutivo".
A diferencia de lo que ha sucedido hasta la actualidad, a partir del
reglamento del cuerpo establecido por la Acordada 16/2011 de la CSJN, el
Decano del cuerpo será designado por la Corte Suprema de Justicia de la
Nación, a partir de una terna que surgirá de un proceso de votación interno.
Con anterioridad no se llevaban a cabo votaciones entre los peritos contadores.
"Artículo 15
Los peritos dictaminarán sobre las cuestiones sometidas a su estudio por el órgano
requirente.
Participarán en las actuaciones que se les asignen hasta su conclusión. De mediar
algún impedimento, se sorteará a otro perito, quien será responsable a partir de ese
momento de cumplimentar todos los pasos procesales pendientes.
Los peritos actuarán con independencia de criterio. En su calidad de auxiliares de
los órganos requirentes, deberán darles cuenta, bajo su responsabilidad".
Como fue descripto anteriormente, los peritos actúan en forma personal y en
tal carácter está bajo su responsabilidad responder a los requerimientos de los
magistrados, como dar cuenta de su trabajo cuando les sea solicitado.
"Artículo 16
Los profesionales del Cuerpo de Peritos Contadores Oficiales no podrán ser
designados como peritos a propuesta de parte en ningún fuero durante los tres años
posteriores al cese en sus funciones, para intervenir en peritaciones que se hayan
encomendado a aquel Cuerpo".
Desde la publicación de la Acordada 16/2011 de la CSJN, se limita la posible
función de los contadores una vez que éstos cesan sus funciones en el cuerpo
de peritos. En la actualidad, deben aguardar un período de tres años a partir
del mencionado cese para volver a actuar como peritos contadores, en este
caso a propuesta de parte, en causas que tengan su trámite en el cuerpo de
peritos.
Esta limitación no alcanza a la posible actuación profesional en trabajos
periciales que se desarrollen en otros ámbitos judiciales.

6.2. Actuación como perito de parte


Por otra parte, los contadores públicos pueden actuar como peritos de parte,
a propuesta de alguno de los involucrados en una causa. Ello está previsto en
el Código Procesal Penal en su artículo 254. Como ya se expuso
anteriormente, dicha función requiere de la previa inscripción del profesional en
un registro habilitado por la justicia, pero en algunas ocasiones los magistrados
han designado peritos sin que se cumpliera con tal requisito. La actividad de los
peritos de parte consiste en participar del colegio pericial, junto con el perito
oficial y las personas que el magistrado disponga.
Una corriente mayoritaria sostiene que los peritos contadores de parte deben
desempeñar su tarea siguiendo los lineamientos generales para cualquier
actuación profesional pública, es decir, deben respetar el principio de
independencia de criterio. En este caso, se toma en consideración que los
peritos de parte son propuestos por cada parte, pero luego son designados por
el magistrado, y a partir de ese momento, su tarea se encuentra bajo la
supervisión del mismo y tiene como propósito facilitar su tarea y contribuir a
través de la aplicación del método científico al descubrimiento de la "verdad
procesal".
Tal criterio no goza de total consenso, ya que en otros casos la opinión, que
no compartimos, se inclina por pensar que el perito de parte debe representar a
quien lo contrató y por lo tanto, esmerarse en hacer valer el criterio más
favorable para el mismo.
Es posible que ninguna de las dos opciones resulte cierta en forma absoluta.
La actuación dentro de un proceso de peritaje contable implica resolver un
cierto número de variables, cada una de las cuales puede ser motivo de
distintas interpretaciones y forma de exposición. En muchos casos no existe
una única posibilidad para encarar un trabajo pericial, y en esas situaciones, el
perito de parte puede ejercer su derecho de orientar su actividad hacia la
opción que menos perjudique a la parte que lo propuso.
Una tercera forma de actuación de los contadores públicos, como peritos en
el campo penal, consiste en representar a organismos que llevan a cabo la
investigación o participan de ella, tal como sucede con el Ministerio Público
Fiscal.
También pueden hacerlo a propuesta de organismos públicos, normalmente
cuando éstos actúan como querellantes, aunque también pueden hacerlo en el
caso de ser imputados en las causas. Ya fueron detallados anteriormente los
organismos que suelen estar en estas condiciones. En realidad, tal intervención
se configura bajo la forma de "perito de parte".

6.3. Actuación como perito "ad hoc"


Esta situación se presenta cuando el magistrado convoca a un experto de
alguna organización de relevancia profesional, ya sea del ámbito académico,
de la investigación u otras similares, a los efectos de que participe de la tarea
pericial.
A diferencia de lo que sucede en el caso de la participación de "Amicus
Curae", donde quien se presenta es el organismo propiamente dicho, el perito
Ad hoc es seleccionado por el organismo calificado y actúa en la causa en
forma personal como cualquier otro perito contador.

7. EL PROCESO PERICIAL CONTABLE

7.1. Actividades preparatorias del perito contador


Al desarrollar los artículos del CPP ya hemos mencionado que el mismo se
refiere a los peritajes en forma genérica y presentamos referencias específicas
a los puntos que resultan más o menos aplicables al desarrollo de los procesos
periciales contables en particular.
El ámbito de desarrollo de un peritaje contable comienza mucho antes de
que las actuaciones lleguen al Cuerpo de Peritos Contadores Oficiales, y puede
diferenciarse de la ejecución técnica de las tareas periciales propiamente
dichas. Su inicio data del momento en que el demandado o el querellante
proponen su realización, y eventualmente sugieren un conjunto de cuestiones a
resolver a través del mismo. Un segundo paso acontece cuando el magistrado
a cargo, juez o fiscal, deciden aceptar en forma total o parcial, o no aceptar, las
sugerencias recibidas en el expediente, y agregar, si lo consideran otros
interrogantes a dilucidar técnicamente.
En el caso de los peritos de parte, su actuación comienza oficialmente
cuando aceptan el cargo para el cual fueron propuestos por la parte y
designados por el magistrado. Sin embargo, su participación en las tareas
propias de la realización del peritaje se iniciarán cuando el perito contador
oficial lo convoque al colegio pericial.
a) Recepción de la causa
Desde el punto de vista operativo, el circuito del peritaje se inaugura cuando
la causa y la documentación relacionada ingresan al Cuerpo de Peritos
Contadores Oficiales a través de su Mesa de Entradas, y es asignada mediante
un sorteo informático al perito contador que deberá realizar la tarea. Es de
destacar que el sorteo es realizado a través de un sistema de computación
elaborado por los especialistas informáticos de la CSJN, y monitoreado por el
mismo sector. Por lo tanto, dicho sistema garantiza que las causas resulten
asignadas estrictamente al azar, impidiendo cualquier maniobra de orientación
personal de los expedientes hacia algún perito contador en particular.
En algunas ocasiones la causa puede ser enviada al Cuerpo de Peritos sin la
documentación recolectada, la que es remitida a posteriori. En otras
oportunidades el magistrado solicita al perito que la documentación necesaria
para la realización del peritaje sea consultada en otro lugar donde se encuentra
depositada.
En el caso de los expedientes que provienen de los Juzgados Penales
Económicos y Penales Tributarios, en los hechos se recibe inicialmente en el
CPCO la solicitud de nombramiento del perito contador, y recién luego de ser
informado el tribunal, y comunicadas por éste a las partes el nombre del perito
contador, el magistrado procede a remitir el expediente y la documentación.
b) Archivo y custodia de la documentación
De acuerdo con los arts. 13 y 14 del reglamento del Cuerpo de Peritos
Contadores, Acordada 16/2011 CSJN, una vez que los elementos han sido
revisados por la Mesa de Entradas, pasan a poder del perito contador, quien se
convierte en el responsable de la custodia de los mismos. Ello continúa hasta
su devolución al sector de Mesa de Entradas, ya sea por haber culminado con
el peritaje o por haber resuelto devolver la causa al magistrado por algún otro
motivo.
"Artículo 13
EI funcionario a cargo de Ia Mesa de Entradas y Salidas será responsable de la
custodia de las actuaciones ingresadas y del resto del material pericial acompañado,
hasta su entrega al perito designado, quien debe retirarlos en un plazo máximo de 24
horas".
"Artículo 14
Al retirar las causas, los peritos deberán verificar el detalle de los expedientes y Ia
documentación acompañada conforme a la individualización efectuada por el sector de
Mesa de Entradas y Salidas.
Durante el desarrollo de sus tareas, los peritos serán responsables de la custodia de
los elementos sujetos a peritación, ya sea que actúen en forma individual o con la
participación de peritos de parte, consultores técnicos y/o toda persona autorizada por
el órgano requirente.
En todos los supuestos, el perito entregará en el Sector de Mesa de Entradas y
Salidas el dictamen y, en su caso, sus anexos, en original y duplicado".
c)Actividad pericial preliminar
Si bien pueden no desarrollarse en estricto orden, es preciso considerar que
uno de los primeros pasos por parte del perito contador oficial consiste en
establecer si hansido designados peritos contadores de parte, y si éstos han
aceptado el cargo. Aunque no se encuentra previsto que el perito contador
oficial analice las condiciones de los peritos de parte, debería evaluar si existen
elementos que constituyan limitaciones a la participación de los mismos que
puedan poner en riesgo la tarea pericialconjunta. Por ejemplo, cuando se
advierte que el perito de parte no se encuentra incluido en las listas respectivas
o cuando se considera que puede estar incurso en las causales de excusación
o recusación. El perito contador oficial podrá poner en conocimiento del
magistrado tales circunstancias y esperar las providencias de la judicatura para
continuar con el peritaje.
Un segundo paso consiste en citar de manera fehaciente a los peritos de
parte a constituir el colegio pericial. La citación suele realizarse mediante
teletipograma, aun cuando en la actualidad resulta posible llevarla a cabo a
través de correos electrónicos. Las citaciones telefónicas también pueden ser
utilizadas pero carecen del principal elemento de control que es la posibilidad
de confirmación de su existencia en el caso de controversias entre los peritos.

7.2. Tareas periciales propiamente dichas

7.2.1. Examen del cuestionario pericial


Reunido el colegio pericial, en caso de existir peritos de parte, o el perito
contador oficial en forma exclusiva, en su caso, comenzará la actividad
evaluando el contenido del denominado cuestionario pericial. Si bien se
denomina cuestionario, no es estrictamente tal, ya que su principal contenido
suele estar expuesto como órdenes de realización de tareas específicas y no
como interrogantes a responder. Es así que puede verse que los cuestionarios
contienen expresiones como la siguiente: "para que el perito diga si ha
sucedido tal hecho".
El principal problema de los cuestionarios es que se supone que los mismos
deben ser útiles para favorecer la producción de la prueba, es decir, para
contribuir a aclarar o conocer los hechos que son motivo de investigación en la
causa, para coadyuvar con el tribunal en la percepción del hecho y de sus
consecuencias. En ese sentido, deben ser precisos, tanto en su contenido
como en su terminología, ya que en caso contrario pueden dar lugar a
respuestas ambiguas o a informaciones poco relevantes.
Como los cuestionarios no suelen ser redactados por contadores públicos, es
habitual que carezcan de rigurosidad técnica, en su contenido y en su
terminología y lógica contable, lo que lleva a la necesidad de tener que
interpretar el texto de la consulta. Algunos cuestionarios presentan un lenguaje
confuso, falta de relación con el tema que analiza, objetivos no enfocados en el
punto preciso, o bien suponen la realización de una mera acumulación de
datos. Por otra parte, como en la mayoría de los casos no se menciona
explícitamente qué se pretende probar técnicamente con cada punto del
cuestionario pericial, el perito contador carece de elementos para poner en
contexto el tenor que analiza. A modo de ejemplo podemos citar el caso en que
se pregunta por el total de los egresos de un negocio, sin hacer referencia a si
se trata de los egresos económicos o resultados, o a los egresos financieros.
También cuando, tratándose de una persona física que no lleva registros
contables, se pide que se informe si los registros son llevados en legal forma.
Algo similar sucede cuando se solicita que se sume un listado de
comprobantes, o que se confeccione una planilla con los datos que contiene un
grupo de documentos. En otras ocasiones se piden todos los movimientos de
un negocio por un período extenso, cuando lo que se discute corresponde a un
período mucho menor y a un universo mucho más acotado.
Otro de los problemas de los cuestionarios suele ser que en lugar de dirigirse
a los aspectos sustanciales y complejos, pretenden abarcar todo tipo de temas
más o menos dispersos o poco concentrados, lo que lleva a que presenten
enorme extensión y, en algunos casos, muy bajo nivel de aporte desde el punto
de vista profesional.
Entre otras cosas, debe considerarse si los puntos se refieren a cuestiones
que se encuentran dentro del ámbito de actuación del contador público o no, ya
que suelen incluirse solicitudes que corresponden a temas jurídicos, o temas
cuyas incumbencias corresponden a otras profesiones como por ejemplo
tasadores, arquitectos o ingenieros, químicos, farmacéuticos o escribanos. Esto
sucede, por ejemplo cuando se consulta sobre el valor de mercado de un
inmueble, la cantidad de desechos generados por un proceso productivo, o la
calidad de los materiales de construcción incluidos en una obra.
Resumiendo lo dicho, los cuestionarios pueden poseer un importante número
de problemas, lo que limita, o incluso llega a impedir, una actuación del perito
contador adecuada y ajustada a derecho. A modo de ejemplo los resumimos en
tres grupos: el primero es el que corresponde a los casos donde no
corresponde la realización del peritaje encargado por no tratarse de temas
relacionados con las incumbencias ni el conocimiento de los contadores
públicos:
a)Contiene temas de otras profesiones
b)Contiene temas societarios de orden estrictamente legal
c)Contiene temas impositivos de carácter meramente legal
d)Contiene temas penales desde el punto de vista legal
e)Pretende la realización de una auditoría
f)Se trata de una investigación global
g)No hay pautas para su realización cuando resultan necesarias e
imprescindibles
h)Trata sobre cuestiones comerciales, de gestión, técnicas o informáticas
i)Se refiere a tasaciones a valor presente o "de mercado"
j)No se adjuntan ni se precisa cómo obtener los elementos que solicita
revisar
k)Resulta de cumplimiento imposible
En el segundo de los casos resulta muy simple realizar el peritaje. Sin
embargo podría decirse que en estas situaciones ni siquiera debería haberse
solicitado un estudio pericial, ya que los resultados pueden ser obtenidos por el
propio magistrado y su equipo sin ninguna dificultad por los medios de
información de acceso público:
a)Solicita exclusivamente cálculos matemáticos simples
b)Se trata de obviedades
En el último caso encontramos situaciones donde el trabajo pericial se puede
dificultar, pero sin llegar a invalidar la posibilidad de efectuarlo. Sin perjuicio de
ello, el perito puede dirigirse al magistrado con el propósito de ver la posibilidad
de mejorar o corregir el contenido del cuestionario:
a)Posee un lenguaje poco claro, o terminología no entendible
b)El alcance es inadecuado para las necesidades de la causa
c)Los temas no se encuentran correctamente determinados
d)Las preguntas resultan ilógicas técnicamente
e)La extensión resulta muy difícil de abordaren tiempos razonables
f)Pide opiniones generales y no relacionadas a temas específicos de la
documentación
g)Contiene temas que no son pertinentes para la causa
En algunas ocasiones el cuestionario pericial se fue conformando a lo largo
del expediente con sucesivos agregados y enmiendas, a través de múltiples
presentaciones del imputado, del querellante, del Ministerio Público y del propio
Juez. Se presentan sugerencias que luego son tomadas sólo en parte y a las
cuales se les agregan otras. Todo ello sucede a lo largo de diversas fojas del
expediente. Es preciso entonces realizar un ordenamiento de todos los
contenidos a los efectos de establecer cuáles son, en definitiva, las solicitudes
realizadas y establecer el alcance preciso del cuestionario a través de un texto
ordenado completo.

7.2.2. Organización de la actividad pericial


Una vez determinado el alcance del peritaje a realizar, es necesario
establecer las pautas de trabajo o planificación de la actividad; tanto se trate de
un peritaje realizado en forma individual, como de la existencia de un colegio
pericial.
En tal sentido deben considerarse los elementos que pueden resultar de
utilidad, tanto registros como documentación, la forma en que se abordará su
evaluación, el lugar en que se compulsarán, la secuencia probable en que se
desarrollará la tarea, y todos aquellos aspectos que resulten relevantes a los
fines de la organización del trabajo.
7.2.3. Relevamiento y evaluación
El siguiente paso consiste en la lectura, la interpretación, el análisis, y si
corresponde, la transcripción de cada uno de los registros y documentos que
forman parte de la causa y que se ha estimado que tienen relación con los
puntos que deben ser informados según el cuestionario pericial.
Considerando siempre como elemento principal el cuestionario pericial, se
desarrolla en esta etapa una actividad profesional basada en procedimientos
con base en el conocimiento científico de la profesión contable, y que implican
poner de manifiesto tanto las condiciones propias del profesional contador
público como su pericia específica en el campo de la actuación judicial.
Aquí podemos encontrar causas de sencilla resolución en virtud de la baja
complejidad de la solicitud realizada, otras que tienden a ser de mediana
dificultad, ya sea debido al tipo de respuestas a elaborar o a la diversidad de
los elementos a considerar, y un tercer grupo que podemos denominar
"megacausas". En el punto 8.2. nos referiremos en particular a estas últimas
por la importancia que revisten.
Las tareas de recolección de evidencias se llevarán a cabo con la presencia
de todos los peritos que conforman el colegio pericial. Durante esta etapa se
dejará constancia del avance de las actividades, en actas que rubricarán los
peritos que participen de las respectivas reuniones. En las mismas actas se
dejará asentada la falta de concurrencia de algún perito, y, de resultar esto
reiterativo, se informará al magistrado para que tome las medidas que
correspondan para evitar mayores dilaciones en la evolución del peritaje.

7.3. Alcance del trabajo pericial


Sobre esta cuestión se presentan múltiples posiciones, y vamos a mencionar
algunas de ellas para intentar comprender cómo debe situarse el perito
contador frente a la necesidad de emitir un informe a partir de un cuestionario
pericial.
Una corriente de opinión sostiene que deben ser respondidos los
requerimientos del cuestionario pericial ateniéndose estrictamente al texto de
los mismos. Vale decir que no debe escatimarse conocimiento alguno que
permita dar una respuesta completa, pero no debería agregarse ningún
comentario adicional. Por ejemplo, en el caso de que se solicite detallar las
ventas de un mes, debería atenerse a confeccionar un listado con los datos de
dichas operaciones a partir de un registro confiable. Bajo esta primera posición,
no debería mencionarse si las ventas son desproporcionadas con respecto a
todos los demás períodos, si las facturas parecen apócrifas o si los clientes
nunca han abonado las ventas que se le realizaron. Si bien todos los datos
adicionales pueden resultar interesantes para el perito contador, agregarlos
implicaría modificar el alcance previsto en el cuestionario elaborado o aprobado
por el magistrado. La inserción de elementos que no fueron específicamente
solicitados podría conducir a una impugnación del informe presentado.
Una segunda corriente doctrinaria participa de la idea de que, si bien las
preguntas se dirigen a un punto en particular, el perito debería agregar todos
los comentarios que, teniendo alguna relación con lo que está observando,
puede aportar un conocimiento adicional al magistrado. Se trataría pues de una
postura opuesta a la detallada en el párrafo anterior.
Una tercera posibilidad, de la que participan algunos expertos, es la de
considerar que ante cualquier requerimiento pericial debe actuarse como si se
tratara de una investigación en sí misma. Debe verse no solamente lo que
surge a simple vista como texto del cuestionario, sino inquirir en cada caso
tratando de descubrir algo más, intentando averiguar qué se esconde detrás de
lo que aparece originalmente. En un ejemplo sencillo, si el cuestionario solicita
conocer si determinado registro es llevado en forma legal, no efectuar un mero
control formal de las condiciones que se aprecian del mismo; sino tratar de
averiguar si las identificaciones legales parecen legítimas, si las firmas de las
autoridades se corresponden con otras que aparecen en el expediente, si en
las actas sociales se hace referencia a algún tema relacionado con dicho
registro, etc. Si la pregunta se refiere a constatar si un documento se encuentra
registrado, indagar también sobre la calidad del documento, de los emisores
del mismo, de su contenido, de los registros contables donde se ubica y
cualquier otro aspecto semejante que pueda conocerse.
En este último supuesto, aumentan las posibilidades de que el informe
pericial resulte cuestionado por alguna de las partes. Es posible que en algunos
casos suponga un aporte interesante a la causa, mientras que en otros casos,
cuando se produzcan cuestionamientos a la labor realizada, por haberse
apartado de lo solicitado, pueda generar conflictos que compliquen el resultado
de la prueba pericial.
No existen en la actualidad normas taxativas que resuelvan el tema, razón
por la cual, las características con que se aborda la respuesta al cuestionario
pericial dependen de la óptica del perito interviniente, pero entendemos que
debería preservarse la utilización de criterios técnicos con base en los
conocimientos profesionales del perito contador, que permitan acercarse a la
verdad de los hechos investigados a través de la prueba pericial.

7.4. Deliberación del colegio pericial


Una vez concluido el trabajo de relevamiento de la documentación y los
registros, es decir, cuando se hayan concluido las tareas que fueron
originalmente planificadas o las que se hayan agregado como consecuencia
del avance del examen, es preciso pasar a la etapa de definición de las
opiniones y respuestas a cada uno de los puntos del cuestionario pericial.
En esta fase debe distinguirse dos tipos de actuaciones del perito contador:
cuando desarrolla su trabajo como perito único, es decir cuando toda la labor
se encuentra a cargo del perito contador oficial, y cuando debe actuar en
conjunto con peritos de parte.
En el primero de los casos, el trabajo consiste en un proceso de reducción
conceptual de los elementos reunidos a lo largo del relevamiento, con el
propósito de generar una conclusión en forma de opinión, cuando así le fue
solicitado, o bien una respuesta precisa cuando se trata de cálculos,
observaciones y compulsas. El perito, bajo su única y exclusiva
responsabilidad, subjetividad, y criterio, forma las respuestas y las funda
técnicamente del modo que considera adecuado.
En el caso de realizar el trabajo en forma de colegio pericial, se agrega un
elemento adicional. Deben realizarse sucesivas aproximaciones a partir de la
labor técnica de los peritos contadores con el propósito de tratar de llegar a una
conclusión en común, tal como lo prevé el CPP en su art. 262.
En algunas ocasiones no resulta posible concordar técnicamente un texto
único de respuesta, y en tal caso se pueden presentar, entre otras, las
siguientes opciones.
a)En un colegio pericial formado por varios peritos contadores, uno de los
integrantes no acuerda el texto de ninguna de las respuestas.
b)En un colegio pericial formado por varios peritos contadores, uno de los
integrantes no acuerda el texto de alguna de las respuestas.
c)En un colegio pericial formado por varios peritos contadores, varios, o
todos los peritos de parte no acuerdan ninguna de las respuestas con el
perito contador oficial.
d)En un colegio pericial formado por varios peritos contadores, varios o todos
los peritos de parte no acuerdan alguna de las respuestas con el perito
contador oficial.
e)En un colegio pericial formado por el perito contador oficial y un perito de
parte, este último no acuerda con la redacción del perito oficial.
f)En un colegio pericial formado por el perito contador oficial y un perito de
parte, este último no acuerda con la redacción de la respuesta a un punto,
con el perito oficial.
A su vez básicamente las discrepancias, con respecto a cada una de las
respuestas, se pueden deber a:
a)No estar de acuerdo con el alcance que se dio al relevamiento.
b)No estar de acuerdo con la forma en que se encaró la revisión de la
documentación y los registros.
c)No estar de acuerdo con la conclusión a que se llegó.
d)No estar de acuerdo con la forma en que se redactó la conclusión.
e)Considerar incompleta la respuesta por no estar de acuerdo en términos
generales.
También puede suceder que uno o varios peritos estén de acuerdo con el
texto de la respuesta a cada uno de los puntos, pero no con las
aclaraciones previas que sirven de introducción, en caso de constar éstas
en el informe pericial.
Las alternativas de solución que se presentan cuando existen discrepancias
entre las opiniones de los peritos contadores son las siguientes:
a)El perito contador oficial confecciona el informe y los peritos de parte que
no acuerdan con el mismo agregan sus disidencias en un párrafo
especialmente identificado. Este párrafo podría ubicarse a continuación de
la respuesta objetada o bien al final del informe.
b)El perito contador oficial confecciona el informe y los peritos de parte que
no acuerdan en alguna respuesta participan del informe en los casos en
que están de acuerdo y dejan constancia de que presentarán un informe
por separado en el caso de las respuestas en disidencia.
c)El perito contador oficial confecciona el informe y los peritos de parte que
no acuerdan dejan constancia de que presentan un informe por separado.
Esa constancia se incluirá en el propio informe de ser posible, o se hará
constar en un acta por separado, según las circunstancias.
En el caso a), es de considerar cuál es el grado de la divergencia entre la
opinión del perito contador oficial y la del o de los peritos de parte. En este
último sentido puede suceder:
a)El perito de parte está de acuerdo en general, pero considera que se
puede agregar algún elemento explicativo adicional.
b)El perito de parte está de acuerdo en general, pero pretende agregar otra
respuesta casi completa con otro enfoque.
c)El perito de parte dice no tener problema con el texto de la respuesta pero
quiere agregar un complemento que difiere notablemente o contradice el
mismo.
d)El perito de parte no está de acuerdo con el texto de la respuesta.
Sin perjuicio de la existencia de opiniones particulares sobre el tema,
entendemos que, cuando se presenta la situación a), estaríamos frente a la
posibilidad de incluir un agregado del perito de parte. Como se dijo
anteriormente, a continuación de la respuesta o al final del informe.
En el resto de los puntos, se entiende que lo razonable es que el perito de
parte presente su informe, total o parcial, por separado, ya que las
discrepancias son manifiestamente importantes, e incluirlas en el mismo
informe del perito oficial dificultaría la comprensión del mismo al magistrado
que lo recibe.

8. EL INFORME PERICIAL

8.1. Características. Confección. Antecedentes


No se conocen hasta el momento modelos de informes periciales
sistematizados que puedan ser reproducidos. Sin embargo, la práctica
cotidiana ha llevado a que dichos informe adquieran cierta gama de
homogeneidad, tanto en lo que se refiere a su contenido como a su forma.
Debemos citar aquí uno de los primeros trabajos sobre el tema. Se trata de
Informe Nº 1 "Área de Trabajos Especiales" de la Federación Argentina de
Consejos Profesionales en Ciencias Económicas, denominado "Pautas Básicas
de Actuación Judicial" (5) . Si bien este trabajo no está enfocado
exclusivamente a los informes en el fuero penal, resulta de importancia, ya que
tiene muy similar composición.
En el mismo se presenta una secuencia conformada por:
•Título
•Párrafo introductorio (con los datos de la causa y de los peritos
intervinientes)
•Detalle de las diligencias realizadas
•Contenido específico (respuesta a cada uno de los requerimientos
efectuados en el cuestionario pericial)
•Párrafo final (indicación de las copias y anexos que se adjunta y peticiones
que se realizan)
•Párrafo adicional (podría ser aplicado a la incorporación de aclaraciones de
los peritos de parte)
•Firma del perito contador
Un esquema de presentación que tiene un uso generalizado en la actualidad
incluye:
•Sector de los datos generales.Datos del requirente, identificación de la
causa, peritos a cargo y título del informe (final, parcial, etc.).
•Cuestionario pericial.Se reproduce en forma completa el texto de lo
solicitado por el magistrado. Esto suele resultar de mayor interés aun
cuando se genera un hecho que ya fue comentado con anterioridad. Es el
caso de los cuestionarios que se van conformando a lo largo de la causa a
partir de múltiples agregados y modificaciones, sin que exista un texto final
ordenado.
•Aclaraciones previas al dictamen.Se incluyen en este apartado las
limitaciones surgidas en el transcurso de la tarea, la apreciación sobre la
calidad general de los elementos disponibles, las dificultades afrontadas, la
causa de demoras incurridas y todo otro tema que se considere de interés
para comprender el contenido del informe que se presenta.
Estas informaciones también pueden ser incluidas al dar respuesta a cada
uno de los puntos del cuestionario pericial en lugar de ubicarlas en el
párrafo de las aclaraciones previas al dictamen. Sin embargo, cuando las
mismas son aplicables a todos los puntos incluidos en dicho cuestionario,
parece más razonable presentarlas una sola vez, dentro de este párrafo,
evitando una reiterada repetición a lo largo del informe.
•Respuestas al cuestionario pericial.En este caso se incluyen, una por una,
las respuestas, los datos o las opiniones solicitadas en el cuestionario.
•Fecha del informe.
•Firma ológrafa del perito contador.Identificando la misma.
8.2. Megacausas o causas con mega actividad

8.2.1. Aspectos generales


Una denominación que se ha utilizado en los últimos años con el propósito
de identificar cierto tipo de investigaciones judiciales son las "megacausas". No
son un tipo nuevo de actuaciones judiciales, pero son en la actualidad más
frecuentes que en el pasado.
No existe una definición precisa que permita identificar claramente las
megacausas. Sin embargo, no cabe duda que existen algunos términos
característicos, los cuales al presentarse a veces en forma individual y muchas
otras en forma conjunta, son indicadores de la presencia de una megacausa.
Entre estos términos pueden incluirse, por ejemplo, cantidad de peritos de
parte designados, cantidad de preguntas que incluye el cuestionario pericial,
volumen de la documentación que acompaña la causa, posible plazo de
extensión del peritaje, cantidad de cuerpos de la causa, complejidad técnica de
la temática, valores monetarios implicados, cantidad de personas involucradas
en los hechos investigados, entre otras.
Las denominadas megacausas se presentan habitualmente relacionadas con
delitos cometidos en el transcurso de la construcción de obras públicas, del
desarrollo de actividades financieras por partes de entidades de ese ramo o
bien en casos donde se encuentran involucrados funcionarios públicos
relevantes, lo que les imprime una significativa difusión social.
Si bien en todos los casos es preciso que la actividad pericial se encuentre
precedida por una adecuada investigación judicial, cuando se trata de
megacausas ello es imprescindible si se pretende obtener un informe pericial
de calidad.

8.2.2. Participación de peritos


En algunos casos los magistrados estiman apropiada la designación de más
de un perito contador oficial a los efectos de ocuparse del peritaje de las
megacausas, normalmente, debido a la complejidad que las mismas presentan.
No existiendo normas procesales de carácter general, ni especificaciones
dentro del Reglamento del Cuerpo de Peritos Contadores Oficiales para el
trabajo conjunto de varios peritos oficiales, cada uno debe realizar su tarea
como si se tratara de una actuación pericial individual, y debe asumir las
responsabilidades profesionales y personales en ese mismo sentido.
La presencia de más de un perito a cargo de una misma causa puede dar
lugar a una mayor cuota de objetividad, o al menos, a reducir el riesgo de
subjetividad o de sesgos individuales en la elaboración del informe pericial.
Independientemente del trabajo de los peritos designados, tanto oficiales
como de parte, estos últimos suelen recurrir al auxilio de terceros en calidad de
ayudantes. Es así debido a que la carga de trabajo que requiere la actuación
profesional en el caso de las megacausas excede habitualmente la posibilidad
de encararla con el criterio tradicional del trabajo individual, con la debida
autorización del magistrado a cargo.

8.2.3. Plazos. Recursos. Riesgos


En cuanto al tiempo de desarrollo del trabajo pericial, esta técnica no
produce una disminución en el mismo, sino, en general, todo lo contrario. La
actuación de varios peritos contadores en forma simultánea implica que todos
deban revisar la misma documentación, repitiendo el mismo trabajo tantas
veces como peritos participan. Deben tenerse en cuenta también las tareas de
coordinación que deben establecerse entre los peritos oficiales, el intercambio
de criterios técnicos y las discusiones tendientes a la confección del informe
pericial. Todas ellas son razones importantes que contribuyen a la extensión
del plazo de actuación de los peritos y la consecuente dilación en la conclusión
de las tareas con respecto al resto de las causas.
Las megacausas no solamente demandan una mayor cantidad de tiempo
dedicado a la función pericial, sino que además suelen estar conformadas por
una gran cantidad de documentación. El volumen de la causa requiere, por lo
tanto, un mayor espacio de almacenamiento, un mayor costo de traslado de
documentación, una mejor organización para el control de la misma, y una
mayor carga, en términos generales, de administración del trabajo.
Estas causas pueden producir también otros inconvenientes durante el
desarrollo de la actividad pericial. Uno de ellos es el relacionado con la
elaboración del informe pericial. La extensión que en algunos casos adquiere
dicho informe requiere emplear procedimientos especiales, y en ciertos casos
segmentando en informes periciales parciales y su posterior consolidación, de
ser necesario. Por ejemplo, lograr consenso en sucesivas etapas, ya que la
lectura completa del informe, su discusión final y posterior firma, sería
imposible de lograrse en una única sesión del colegio pericial.

9. DIFERENCIAS CON AUDITORÍA Y OTROS TRABAJOS PROFESIONALES


Si bien se presentan elementos y herramientas que resultan comunes a las
actividades de auditoría contable y periciales de competencia de los contadores
públicos, existen ciertos puntos donde la comparación entre la auditoría
contable y el trabajo pericial contable encuentran sus principales diferencias.

9.1. Diferencias en cuanto a las normas aplicables


El trabajo del auditor se encuentra parametrizado y/o protocolizado cuando
se trata del tipo más común y difundido de auditoría, o sea, la que se realiza
sobre los Estados Contables de una compañía u organización. Para ello se
cuenta en Argentina actualmente con la Resolución Técnica N° 7 emitida por la
Federación Argentina de Consejos Profesionales en Ciencias Económicas. La
misma prevé los pasos fundamentales que debe considerar un auditor durante
el curso de su tarea profesional para que pueda formar la opinión que luego
quedará plasmada en el informe final.
El trabajo del perito contador no se encuentra regulado por norma contable
alguna que identifique las tareas mínimas a realizar en cada caso, ni la forma
en que debe evaluar las acciones a tomar para cada situación que se le
presenta. Los casos en que se hace referencia a la labor del perito tienen por
objeto enunciar cuestiones de orden general. Ello sucede en el art. 261 del
CPP que expresa que "Tanto el juez como los peritos procurarán que las cosas
a examinar sean en lo posible conservadas, de modo que la pericia pueda
repetirse".
Algo similar sucede cuando en el art. 262 del CPP menciona que "Los peritos
practicarán juntos el examen...", o en la última parte del art. 263 del CPPN
cuando enumera los elementos que comprenderá el dictamen pericial.
Si bien cierta doctrina ha vertido opiniones acerca de que los peritajes
podrían considerarse como informes especiales y ser asimilados a lo que se
incluye en el texto de la RT N° 7, a nuestro entender tal deducción no resulta
acertada, en especial por todo lo que se demuestra a continuación.

9.2. Diferencias en cuanto al objetivo perseguido


Las auditorías de estados contables persiguen el objetivo de probar con un
cierto grado de probabilidad que lo que la empresa incluyó en un estado
contable está de acuerdo con lo que prevén las normas contables vigentes
para la medición y exposición en tales informes en dichas jurisdicciones
territoriales y de acuerdo a la génesis de la actividad principal del ente.
Otras auditorías, como las orientadas a probar el control interno, las de
gestión, las que pretenden localizar posibles fraudes o las conocidas como Due
Dilligence, poseen a su vez sus propios objetivos, relacionados con cada
elemento sustancial de cada tema.
En cambio, los peritajes contables, tienen por objetivo responder a las
preguntas efectuadas en un cuestionario preparado especialmente para la
oportunidad de cada caso en particular, a los efectos de ayudar a la
dilucidación de la verdad procesal de los hechos bajo análisis.
Como puede apreciarse, en las auditorías la cuestión a resolver está implícita
en el tipo de auditoría, y se desarrolla siempre sobre la misma temática
aplicada a diferentes entes o circunstancias. Existen procedimientos comunes
que a lo sumo se adaptan al tamaño del ente, la complejidad de su estructura
y/o a los riesgos asociados.
En cambio en los peritajes contables las preguntas se formulan para cada
situación individual. De tal modo, aun peritajes derivados de causas donde lo
que se pretende probar son delitos semejantes, pueden comprender
cuestionarios periciales absolutamente diferentes, lo que a su vez implicará una
labor también diferente por parte del perito contador.
En síntesis, mientras que en las auditorías se conoce lo que se deberá
hacer, y tan sólo debe adaptarse a cada circunstancia, en los trabajos
periciales se presenta una situación nueva y diferente en cada causa judicial
que requiere de un informe pericial.

9.3. Diferencia en cuanto al sensor de comparación


En el caso de la auditoría nos encontramos frente a un único elemento de
comparación que resulta motivo del contraste a realizar. Hablamos de las
Normas Contables; las de origen profesional y las que complementariamente
exija el Código de Comercio, el Estado y/o los Organismos de Control.
En el caso de los peritajes contables no hay un sensor para todos los casos,
sino múltiples sensores posibles según el hecho a analizar (leyes, decretos,
resoluciones de organismos públicos y privados, prácticas habituales en el
mercado, antecedentes jurídicos, diferentes parámetros posiblemente
aplicables, y otras fuentes de confrontación y comparación).

9.4. Diferencias en cuanto al contenido del documento que se emite


La auditoría emite un informe que contiene una serie de datos que facilitan la
comprensión del mismo por parte de terceros interesados en la situación
financiera del ente, y además un informe de auditoría que contiene la opinión
del auditor, la que se denomina según ya manifestamos "dictamen".
La pericia, por el contrario, culmina con la emisión del llamado "informe
pericial", el que se nutre de respuestas específicas a preguntas concretas
efectuadas por el magistrado a cargo, bien se trate del Juez o Fiscal.
En muchos casos, los informes periciales abarcan la presentación lisa y llana
de los datos que surgen de la revisión efectuada, ordenados, organizados,
comparados y presentados en forma tal que den respuesta a la inquietud del
magistrado que solicita la pericia y lo guíe en su camino hacia la definición
jurídica del tema.
Es decir, que mientras que los informes de auditoría contable siempre
contienen una opinión, (limpia, con salvedades, o aun con abstención), los
informes periciales pueden contener datos esenciales para formar la opinión
del tribunal, que no implican una opinión profesional en los términos de un
juicio técnico.
9.5. Diferencias en cuanto a la posibilidad de planificación
En el caso de las auditorías contables, la planificación de la tarea a realizar
es una condición obligatoria para el profesional, de acuerdo con las normas
que rigen su actividad en nuestro país (Resolución Técnica N° 7 de la
FACPCE). Dicha planificación requiere el conocimiento exhaustivo del ente,
aun cuando pueden emplearse, en términos generales, procedimientos
estandarizados para entes que poseen características comunes, adecuando los
elementos específicos para tal fin.
En el proceso pericial en cambio, cada uno de los casos presenta, en
general, una problemática diferente, parte de cuestionarios disímiles y adjunta
material para examinar también dispar, y se limita a los elementos que forman
parte de lo que la instrucción debe reunir. Por lo tanto, no existen posibilidades
de una planificación previa, sino concomitante, una vez que se ha llegado a un
conocimiento suficiente de la integridad de la causa, de hermeneútica, del
cuestionario pericial y de la documentación aportada o susceptible de solicitar.
En términos prácticos, no son requeridos por la normativa procesos de
planificación explícitos. Aparece habitualmente una organización general del
trabajo, que tiene por objetivo ordenar al perito en su actividad y que depende
del sistema que el profesional utilice al momento de acometer la actividad
pericial, y de las particulares características de la causa, por ejemplo, que se
trate de una megacausa. Además la misma puede o no explicitarse o
formalizarse, a diferencia del caso de la auditoría donde debe quedar expuesto
el desarrollo de la planificación en los papeles de trabajo del profesional.

9.6. Diferencias en cuanto al secreto profesional


La auditoría contable, puede compartirse con otros profesionales, pueden
realizarse consultas técnicas a otros profesionales mencionando la situación y
pueden derivarse tareas generales a otros profesionales, sin que ello implique
delegación, manteniendo las responsabilidades "in vigilando" y de la selección
"in eligiendo".
En el caso de la auditoría la norma legal a cumplir es la que consagra el
secreto profesional. Sin embargo, esta regla no se vulnera por el simple hecho
de compartir el trabajo del auditor, o ampliar el grupo de colaboradores que
participan de las múltiples tareas de auditoría, que deriva en un trabajo en
equipo, de resultar necesario.
El peritaje forense requiere el trabajo dentro del marco de absoluta reserva
impuesto por la legislación procesal, y la naturaleza del fuero penal, previo
juramento de ley. Es preciso recordar aquí que los peritos contadores oficiales
prestan juramento al hacerse cargo de sus respectivos cargos como
funcionarios del Poder Judicial de la Nación. El conocimiento de las cuestiones
referidas a la prueba pericial queda reservado al propio perito/a y a los
peritos/as de parte en el caso de la participación de estos últimos. Fuera de
ellos y salvo la autorización que la judicatura puede establecer para la
presencia de letrados o imputados, el perito/a está obligado a realizar su tarea
en forma personal e indelegable.
Si bien hay casos donde por la magnitud del trabajo o por la obligación
impuesta por la autoridad solicitante, el peritaje requiere de más de un perito
para un mismo caso, los que intervienen son siempre peritos designados por el
juez, y deben respetar y cumplir las mismas limitaciones que si lo hicieran en
forma individual.

9.7. Diferencias en cuanto al equipo profesional


La auditoría se lleva a cabo en forma individual y personal, o, según el caso,
mediante el trabajo de múltiples profesionales que interactúan y comparten el
conocimiento mutuo sobre el ente. Los auditores pertenecen a un estudio
contable. En ambos casos existirá un único informe de auditoría.
La pericia se desarrolla, sobre la base del trabajo de un único profesional.
Resultan excepcionales las situaciones donde un magistrado requiere la
presencia de más de un perito oficial para una misma actividad pericial.
La presencia de peritos de parte, si bien genera una actividad grupal (art.
262CPP), no invalida la individualidad de cada uno de los participantes,
quienes pueden incluso presentar informes periciales por separado según el
mismo artículo recién citado y tal como fuera descripto en párrafos
precedentes.

9.8. Diferencia en cuanto a la independencia de criterio


Las auditorías requieren explícitamente que se cumpla con el requisito
básico de la independencia de criterio de parte del profesional contable. Ello se
encuentra explícitamente establecido en la Resolución Técnica N° 7 antes
mencionada.
En los peritajes contables también se podría desprender la misma condición
a partir del texto del art. 256 del CPP, donde se hace referencia a las
circunstancias en que correspondería la excusación o la recusación del perito.
Sin embargo, es habitual que se visualicen situaciones donde actúan como
peritos de parte, integrados al colegio pericial, profesionales que tienen lazos
con los involucrados en la causa, como ya fue expuesto con anterioridad, aun
cuando no necesariamente compartamos dichos criterios doctrinarios.
Con relación al tema de la independencia de criterio, también existen
diferencias en cuanto a lo que sucede en caso de no cumplir con tal requisito.
Mientras que, cuando se trata de una auditoría, el profesional asume el
riesgo de ser sancionado por el tribunal de ética de la profesión, sin que ello
derive en forma directa en la invalidez de la información que fue auditada o del
informe profesional emitido, en el caso de los peritajes el profesional tiene la
obligación de excusarse y las partes la posibilidad de recusarlo, haciendo que
de tal modo deba abandonar el trabajo pericial, o eventualmente pueda
impugnarse el informe presentado.
9.9. Diferencia en cuanto a la intervención judicial
En el caso de una auditoría contable, el trabajo queda a cargo del profesional
o del estudio de profesionales que fue contratado para tal fin. Ello se
instrumenta a través de un contrato de servicios profesionales que delimita
específicamente el alance de la labor profesional encomendada.
En el caso de los peritajes contables, el art. 260 del CPP determina que la
pericia será dirigida por el Juez, pudiendo incluso el magistrado asistir a las
operaciones de instrucción que coordina y dirige.

9.10. Diferencia en cuanto a la asignación de la tarea


En el caso de las auditorías, el profesional es contratado por una persona
física o jurídica, privada o pública, la cual le encarga un trabajo que le permita
contar al ente con la información que necesita.
El profesional puede aceptar o no el trabajo ofrecido, y puede también poner
condiciones para su realización y determinar el costo del mismo.
En el caso de los peritajes judiciales, el art. 258 del CPP establece que "El
juez designará de oficio a un perito...".
El perito recibe una causa mediante un sistema de asignaciones,
normalmente por algún método de sorteo, y tiene obligación de aceptarla y
desempeñar fielmente su tarea (art. 257CPP). La única forma de excluirse de la
labor es a través de un proceso de excusación como el contemplado en el art.
256 del CPP, pero para ello deben darse las circunstancias fácticas previstas
para el caso de la excusación de los jueces.

9.11. Diferencia en cuanto a los temas involucrados


En el trabajo de auditoría de estados contables, la temática es de
características similares para todos los casos. Siempre están presentes los
estados contables del ente que será objeto de análisis, y siempre la labor
consistirá en verificar el cumplimiento razonable de las normas contables, que
son básicamente similares para la mayoría de las organizaciones y de difusión
pública, especialmente a través de las RT de la FACPCE, de las normas de los
Consejos Profesionales jurisdiccionales, y los requisitos establecidos por la
legislación comercial y societaria.
Las cuestiones específicas previstas en las normas contables para ser
utilizadas en cierto tipo de empresas o entidades no implican un cambio
temático sino adaptaciones a las peculiaridades propias de las características
de cada ente.
Por el contrario, los peritajes contables abordan múltiples temas relacionados
con normas contables, impositivas, societarias, laborales, cambiarias,
financieras y de cualquier otro orden que se encuentren relacionadas con la
determinación de hechos económicos o financieros susceptibles de constituir
pruebas según la opinión de jueces y fiscales.

9.12. Diferencia en cuanto a las técnicas utilizadas


En el caso de la auditoría contable, se encuentra específicamente previstas
en las normas profesionales, y son de uso práctico en forma habitual y
generalizada, las pruebas llevadas a cabo sobre la base de técnicas
muestrales.
En tanto, en los procesos periciales contables, resulta muy poco probable
que sean realizados mediante el análisis de muestras, y en la generalidad de
los casos deben tomarse en consideración la totalidad de los elementos
aportados para su compulsa.
ACTUACIÓN PERICIAL EN EL JUICIO ORAL

Héctor Chyrikins - Oscar Fernández

1. TIPOS DE SISTEMAS PROCESALES

1.1. La investigación de los hechos


Las acciones de los seres humanos, actuando en forma individual o
colectiva, pueden causar la afectación de intereses individuales de particulares,
generales de cierto grupo de la comunidad o del propio Estado.
Este último reconoce un conjunto de bienes, materiales o no, a quienes
decide proteger jurídicamente.
Cuando se afectan bienes jurídicamente protegidos por normas penales de
acción pública, se requiere la presencia del Estado que, detentando el poder a
través de procedimientos previamente establecidos, resuelva la controversia.
Resulta plenamente conocido que la persecución penal se encuentra
monopolizada por el Estado. El mismo ejerce este poder aplicando formas
disuasivas de determinadas conductas, entre las que se incluye la prescripción
de castigos.
En un Estado como el que rige en nuestro país, que ha adoptado la forma
republicana de gobierno, el poder está dividido, y la porción de su poder a la
que se refiere lo que estamos detallando, se ejerce a través de los jueces que
son los funcionarios del Estado a cargo de interpretar judicialmente, y en última
instancia, las normas que el derecho prescribe.
Los sistemas procesales penales establecen las reglas que deben
considerarse para que los jueces puedan llegar a dictar una sentencia justa.
Para que los jueces estén en condiciones de hacerlo, existen diversas formas
de organizar el sistema procesal penal.

1.2. Sistemas procesales penales. Clasificación


Se clasifican en:
a) Sistema inquisitivo
b) Sistema mixto
c) Sistema acusatorio

1.2.1. Sistema inquisitivo


Se trata de un sistema basado en una forma concentrada de ejercer el poder
penal y la persecución pública, organizando los procedimientos en torno del
Juez de Instrucción, quien puede llevar a cabo su tarea con apenas algunos
controles por parte de los interesados, y por lo tanto con amplia capacidad de
acción personal.
Las facultades del Juez de Instrucción en el modelo inquisitivo, incluyen las
de comenzar con las investigaciones y darles el alcance que estime necesario,
detener e interrogar personas, requerir todas las pruebas de su interés y por
último sentenciar, condenando si así lo decide. No importa en este caso si se
trata de modelos escritos u orales, ya que ambos podrían adquirir el perfil
inquisitivo de acuerdo con su organización.
El Juez de Instrucción acapara por lo tanto funciones que tienen que ver con
la persecución del delito, o del presunto delincuente, a lo largo de la cual puede
disipar parte de su imparcialidad al estar íntimamente involucrado en el proceso
de investigación.
En el sistema inquisitivo, el Ministerio Público Fiscal tiene bajo o nulo nivel de
intervención, en cuanto a la posibilidad de influir sobre la actuación del Juez.

1.2.2. Sistema mixto


En la búsqueda por morigerar los sistemas inquisitivos, surgieron las
versiones mixtas o sistemas inquisitivos reformados, ejemplo de los cuales era
el Código de Procedimientos en Materia Penal que rigió el procedimiento
federal argentino hasta 1992, en el que se preveía una etapa de instrucción o
sumario a cargo de un Juez de Instrucción, netamente inquisitiva y un plenario
o juicio a cargo de un Juez de sentencia, con algunos rasgos acusatorios.
El actual Código Procesal Penal, sancionado por la ley 23.984 del 21/8/1991,
marca una tendencia en pos del sistema acusatorio. Se puede apreciar que en
este caso el Fiscal posee mayor influencia que en las normas anteriores,
aunque sin contar con la titularidad exclusiva de la acción penal pública. Los
jueces mantienen parte de las atribuciones.
La característica de mixto no la da que cada etapa sea de una categoría
distinta, sino que dentro de cada una de ellas puede haber ingredientes de uno
y otro como ocurre en la actualidad con el Código Procesal Penal establecido
por ley 23.584.
Se dice que el sistema actual es mixto, entre otras cosas, porque si bien se
establecen en los artículos 5°, 65, 188, 195 del CPP que el titular de la acción
es el Fiscal, durante el sumario el Juez de Instrucción mantiene gran poder, ya
que puede realizar la investigación sin intervención del Fiscal, aun ante un
pedido desestimatorio del Fiscal, como delegársela a éste, reasumirla y
eventualmente volver a delegarla, puede convocar al imputado, interrogarlo,
procesarlo e incluso en algunos casos, elevar a juicio sin que esa sea la
opinión del Ministerio Público Fiscal, además de que durante el sumario
también la defensa tiene limitada intervención.
En síntesis, el procedimiento establecido por el Código Procesal Penal,
permite dar al proceso penal un sentido acusatorio, pero aún limitado, dada la
amplitud del margen de decisiones que permanecen a cargo del Juez de
Instrucción. Su principal valor está dado por el avance que ha producido con
respecto al anterior sistema plenamente inquisitivo, y la posibilidad que genera
de continuar avanzando en la senda que permita llegar a un sistema acusatorio
pleno.

1.2.3. Sistema acusatorio


Por último nos referimos a los sistemas acusatorios, donde la función
persecutoria está claramente diferenciada de la toma de decisiones. El objetivo
fundamental de un sistema acusatorio es el de lograr la mayor imparcialidad
posible como característica del proceso penal.
En este sistema, cada parte, tiene una función específica y se encuentra bajo
el control de las otras. Aparece el Ministerio Público Fiscal como el organismo
encargado de la persecución de las conductas que dañan los bienes jurídicos.
Ese Ministerio Público Fiscal está especializado en la realización de una tarea
bien definida legalmente y se organiza en pos de cumplirla.
En este sistema se ha comparado el juicio penal con el juicio civil. Quien va a
fallar permanece ajeno a la investigación y son las partes quienes deben
presentar al Juez todas las pruebas que lo convenzan y le permitan llegar a
una conclusión.
En tal caso, es el Ministerio Público Fiscal quien se presenta como la
principal figura, ya que resulta ser el titular de la acción. Tiene a su cargo
determinar cuáles son los casos que va a llevar a los tribunales, realizar las
investigaciones pertinentes y acusar en consecuencia.
Esa distribución de roles torna al Juez en autoridad de control de
cumplimiento de las garantías, de tal manera, el Fiscal reúne la prueba de
cargo y el Juez la valora al elevar a juicio la causa, escuchando antes al
defensor. Luego, ese esquema se repite en la etapa del juicio , en la que
ambas partes —acusación y defensa— en igualdad de condiciones ofrecen
pruebas y alegan sobre éstas, para que el Tribunal pueda dictar sentencia.

1.3. Noción de juicio oral en el proceso penal


El sistema basado en la oralidad posee algunas características que se
consideran en la actualidad muy beneficiosas para su implementación, entre
ellas se pueden citar:
a) Publicidad
b) Inmediación
c) Continuidad

1.3.1. Publicidad
Hablar de publicidad hace referencia a circunstancias en las que participa el
pueblo. El libre acceso del pueblo para participar o intervenir en el devenir de
los sucesos, implica la necesidad de que los juicios se desarrollen en lugares
públicos. Los ciudadanos tendrán la posibilidad, dentro de los límites de
razonabilidad, que se encuentren previstos en la legislación, de observar en
forma directa el debate oral.
Las audiencias se llevan a cabo en presencia del público y ello permite
incrementar el nivel de confiabilidad en las posibilidades de concluir conociendo
la verdad de los hechos y definiendo las causas de una manera justa.
El art.363 del CPP establece pena de nulidad cuando no se cumpla con realizar
un debate oral y público, salvo en el caso en que el tribunal entienda que la
publicidad puede afectar total o parcialmente la moral, el orden público o la
seguridad. Asimismo, el art. 364 del CPP determina que no tendrán acceso a la
sala los menores de 18 años, los condenados y procesados por delitos
reprimidos con pena corporal, los dementes y los ebrios.
La publicidad del juicio permite contar con un control muy importante sobre la
forma en que se desenvuelve el proceso, ya que el mismo se encuentra bajo el
escrutinio del público, evitando los riesgos de trámites que quedan ocultos en
procedimientos donde intervienen muy pocos actores. En algunos casos se
decide incluso la televisación de las audiencias.
La sentencia debe conocerse en la misma audiencia. Se basa en la libre
convicción del Juez, quien, como en todos los casos, actúa con toda la libertad
de criterio para apreciar el valor de las pruebas presentadas. La ventaja del
juicio oral es que en éste el Juez debe respaldar el criterio adoptado, con
arreglo a parámetros razonables que resulten expuestos en su sentencia.
1.3.2. Principio de inmediación
En los juicios orales los Jueces se encuentran presentes mientras que se
exponen las diligencias que contribuirán al desenlace del mismo.
En las audiencias el Juez recibe directamente de los involucrados,
imputados, testigos, peritos, lo que cada uno tiene para aportar al conocimiento
del hecho. No existen en este caso intermediarios que escriban los dichos que
corresponden a cada acto.
Todas las pruebas se exponen de cara a los jueces y éstos las pueden ver y
escuchar sin limitaciones. El Juez puede advertir los gestos, las entonaciones y
los comportamientos. Podrá intervenir inquiriendo explicaciones y argumentos
que despejen las dudas que le surjan en el mismo momento en que se
presentan.
El Juez se involucra con todos sus sentidos en el proceso, y ello le debería
facilitar la percepción de las pruebas presentadas y la posibilidad de adquirir la
convicción suficiente sobre la verdad de los hechos sometidos a juicio.

1.3.3. Continuidad
Esta condición se refiere a que el juicio oral debería desarrollarse en una
única audiencia. Un acto continuo donde se produce el debate de todas las
pruebas sin cortes ni postergaciones contribuye a que el Juez tenga presente la
totalidad de los hechos discutidos, de las pruebas desarrolladas y de los
elementos de convicción que utilizará para llegar a su sentencia.
El transcurso del tiempo es un factor de deterioro de la percepción de los
sucesos, produce distorsiones y olvidos que pueden desvalorizar el posible
aporte de las pruebas. El art. 395 del CPP dispone que se podrá ordenar la
grabación o la versión taquigráfica, total o parcial, del debate.
En la práctica no significa que el juicio oral se concluya en una única
audiencia, ya que el volumen de las pruebas a presentar o las complejidades
de la causa pueden requerir la realización de múltiples audiencias, aunque por
ello no debería perder la continuidad de las mismas. Solamente causas de
fuerza mayor que puedan ser suficientemente justificadas deberían permitir la
suspensión de las audiencias.
El art. 365 del CPP determina que el debate debe continuar durante todas las
audiencias consecutivas hasta su terminación, aunque podrán suspenderse por
un máximo de 10 días cuando se presenten ciertas circunstancias, tales como
que se deba resolver alguna situación incidental, que resulte preciso realizar un
acto fuera del lugar de la audiencia y del tiempo de receso, por la falta de
comparecencia de testigos, peritos o intérpretes, cuya participación sea
imprescindible, o por incapacidad física del imputado, entre otras razones.

1.4. Antecedentes de juicio oral en la Argentina


En la República Argentina, a partir de la reforma constitucional del año 1994,
se han desarrollado sistemas de debate oral y público dentro del fuero penal.
Como hemos visto en el capítulo anterior al describir el sistema penal
argentino, existen tribunales orales que se ocupan del juzgamiento de
diferentes delitos según su competencia.
Es así que se presentan:
• Tribunales Orales en lo Criminal Federal con asiento en la Capital Federal
(TOF)
• Tribunales Orales en lo Criminal Federal con asiento en las jurisdicciones
provinciales
• Tribunales Orales en lo Penal Económico (TOPE)
• Tribunales Orales en lo Criminal de la Capital Federal (TOC)
Tales tribunales son generalmente identificados mediante acrónimos, del
modo en que se denominaron entre paréntesis en la enumeración anterior.

1.5. El proceso en el juicio oral


Una vez concluida la etapa de instrucción, de corresponder, se eleva la
causa para ser presentada, discutida y sentenciada a través de un juicio, oral y
público.
La reunión o reuniones que se llevan a cabo como parte del juicio oral y
público se denominan "audiencias", y, como ya se dijo anteriormente, a ellas
deben concurrir todas las partes del juicio. En dichas audiencias se presentan
las pruebas que existen con respecto a los hechos que se juzgan.
Para dar inicio al debate, que precisamente se lleva a cabo en las
audiencias, es necesario que previamente se constituya el tribunal en la sala de
audiencias, de acuerdo con lo especificado en el art. 374 del CPP y que se
encuentren presentes las partes, defensores y testigos, peritos e intérpretes
que deban intervenir. Una vez que haya dado lectura al requerimiento fiscal, y
en su caso al auto de remisión a juicio, el tribunal declarará abierto el debate.
El debate es dirigido por el presidente del tribunal, tal como prescribe el art.
375 del CPP.
Al iniciar el debate se plantearán y resolverán todas las materias
relacionadas con planteos realizados por las partes en razón de competencia,
nulidades, unión y separación de juicios, entre otros asuntos que forman parte
de los arts. 376 y 377, que tratan sobre cuestiones preliminares.
A continuación se presentarán las declaraciones del imputado o de los
imputados si son varios, para lo cual el presidente puede disponer alejar de la
sala a quienes no declaren, retornando todos nuevamente a la sala una vez
concluidas las declaraciones, de acuerdo con las condiciones establecidas en
el art. 379 del CPP. Sin perjuicio de esta primera declaración, el o los
imputados podrán realizar todas las declaraciones que consideren oportunas,
siempre que se refieran a su defensa según el art. 380 del CPP.
El siguiente paso es el previsto desde el art. 382 hasta el art. 392 del CPP y
consiste en la recepción de las pruebas que fueron recolectadas, como así
también la lectura de declaraciones testificales, los interrogatorios, el aporte de
nuevas pruebas y la lectura de documentos y actas entre otras actividades.
Una vez concluida la etapa de la recepción de las pruebas se pasa a la
discusión final prevista en el art. 393 del CPP. Esta fase corresponde a la
presentación de los alegatos por cada una de las partes, de acuerdo con los
tiempos y las condiciones que imponga el presidente del tribunal. Culmina con
la solicitud a los imputados acerca de si tienen algo más para declarar, tras lo
cual se cierra el debate.
De acuerdo con el art. 394, el secretario deberá levantar un acta del debate
bajo pena de nulidad. Según el art. 395 del CPP también podrá ordenarse la
grabación o la versión taquigráfica, total o parcial, del debate.
Por último, y como consecuencia de todo lo actuado, deberá pronunciarse
dictando una sentencia, o bien podrá reabrir el debate si considera que existe
la necesidad de incorporar nuevas pruebas, lo que podemos observar en los
arts. 396 y 397 del CPP.
A continuación se puede observar un croquis de lo que podría ser una sala
de audiencias tipo, donde se aprecia la ubicación de cada uno de los
asistentes.

Al frente, el tribunal integrado por tres jueces. Frente al tribunal, una silla
disponible donde se ubicarán sucesivamente quienes deban declarar en el
debate. A un lado, mesas para el imputado y sus defensores. Del otro lado en
forma más o menos similar el lugar de la querella y la fiscalía. Por último,
detrás de una pequeña valla, el público. En este caso se aprecia también
dentro de la sala, personal de fuerzas de seguridad.
No todas las salas de audiencias son iguales, ya que ello depende, entre
otras cosas, del espacio útil. Cuando se trata de ambientes reducidos, queda
habitualmente poco espacio para el público, mientras que las partes deben
acomodarse en el lugar disponible. Sin embargo, en todos los casos se tiende
a conservar un diseño muy parecido al expuesto en el croquis precedente.

1.6. Participación del perito contador en el juicio oral


El perito contador actúa en el fuero penal, en general, utilizando su experticia
en el tema contable para, a través de su conocimiento técnico y su formación
profesional, y mediante procedimientos científicos forenses, cumplir con un
proceso probatorio previsto en la legislación procesal. Estamos hablando de la
prueba pericial, en este caso, contable.
Si bien la actuación de los peritos contadores, oficiales como de parte, se
produce sucesivamente tanto en la etapa de instrucción como dentro del
debate del juicio oral, en este apartado nos referiremos a esta última actividad.
1.6.1. Ambiente en el juicio oral
A lo largo del juicio oral todos los que participan deben seguir las reglas
impuestas para el debate, tal como ya hemos visto en el punto 1.5., por lo tanto
el perito contador no es ajeno a tal circunstancia y debe conocerlas y
cumplirlas.
Esta parte del juicio se basa en la oralidad, por lo tanto, los procedimientos
que habitualmente al contador lo llevan a emitir informes por escrito, deben
permitir en este caso que se llegue a conclusiones en forma oral. Como por lo
general no se escribe de la misma forma en que se habla, el contador debe
aquí acostumbrarse a una modalidad que no ha sido típica del quehacer
profesional contable. Por ejemplo, en la oralidad, la entonación, el volumen de
la voz, la pronunciación, los gestos y otras características semejantes
adquieren una importancia que no tienen cuando se trata de dictámenes e
informes escritos.
Al mismo tiempo, el tribunal y el resto de los concurrentes al debate pueden
apreciar mejor la solidez técnica del perito, a través de la forma en que el
profesional presenta cada situación y responde las preguntas que se le
efectúan si bien los niveles de capacitación personal, de actualización en los
temas, como así también los aspectos que derivan de su conducta personal, no
son parte del trabajo pericial, algunos de ellos pueden ser indagados por el
tribunal a efectos de un mejor conocimiento de las aptitudes técnicas del perito.
La presencia del perito contador en el juicio oral se puede producir en primer
lugar a partir de las solicitudes de ofrecimiento de pruebas presentadas por la
fiscalía y el resto de las partes de acuerdo con el art. 355 y deducidas por el
tribunal según el art. 356 del CPP.
También puede provenir de las instrucciones suplementarias ordenadas por
el presidente del tribunal en orden al art. 357 del CPP.
A tal efecto, el perito será citado a concurrir en una fecha y hora determinada
para participar de la audiencia. Como la extensión de cada una de las
declaraciones, como así también las intervenciones por diversos motivos de
cada una de las partes no puede planificarse por el Tribunal con total rigidez,
es probable que el perito deba prever esperar, algunas veces un tiempo
considerable, para presentarse ante el tribunal.

1.6.2. Actuación del perito contador en el debate


El art. 383 del CPP dispone que el presidente hará leer la parte sustancial del
dictamen y/o informe presentado por los peritos y éstos, cuando hubieran sido
citados, responderán bajo juramento a las preguntas que les sean formuladas,
compareciendo según el orden en que sean llamados y por el tiempo que sea
necesaria su presencia. Estipula el mismo artículo que podrá disponer que los
peritos presencien determinados actos del debate y que también se los podrá
citar nuevamente, siempre que sus dictámenes resultaran poco claros o
insuficientes y, si fuere posible,hará efectuar las operaciones periciales en la
misma audiencia.
Vale decir, que el contador debe estar preparado para reproducir, de
corresponder y ser posible, algunas o todas las tareas periciales que hubiera
llevado a cabo para elaborar y presentar su dictamen en la etapa de
instrucción. Es importante considerar en este caso que suele pasar un tiempo
considerable entre la presentación del informe escrito durante la instrucción y el
momento en que es convocado a participar del debate oral. Por tal motivo,
siempre es oportuno contar con los elementos de respaldo que sirvieron para
llegar a la conclusión presentada en su oportunidad, para evitar olvidos que
pongan en riesgo la comprensión de algún aspecto de las respuestas
periciales.
En este segmento de la actividad pericial se advierte la fuerza y la
importancia de los papeles de trabajo confeccionados por el perito contador,
así como su concatenación lógica y metodológica con las conclusiones
técnicas que se incluyen en los respectivos dictámenes y/o informes periciales.
De acuerdo con el art. 389 del CPP, tanto los jueces del tribunal, como el
fiscal, las otras partes y los defensores, estos últimos con la venia del
presidente, podrán formular preguntas a los peritos. Pero hay que tener en
consideración que el Presidente rechazará toda pregunta que considere
inadmisible.
Las respuestas del perito contadordeben dirigirse al presidenteevitando
dialogar con quien haya efectuado las preguntas. Es interesante considerar
aquí que cada una de las partes intentará seguramente lograr que la
presentación del perito contador lo favorezca o por lo menos lo perjudique lo
menos posible. En tal orden, pueden presentarse condiciones de suma rispidez
hacia el perito contador. En estos casos, el mismo debe quejarse ante el
presidente por tales actos, y solicitar que cesen inmediatamente. Las
atribuciones para realizar preguntas de ninguna manera implican la posibilidad
de maltratar al perito, o tratar de inducirlo o coaccionarlo para lograr una
respuesta favorable.
Las preguntas que se le efectúan generalmente al perito pueden referirse a:
a) El informe pericial oportunamente presentado en la etapa de instrucción;
b) Otros temas no incluidos en el cuestionario pericial que fuera respondido
en su momento pero que corresponden a incumbencias del contador
público, y que se puedan responder sin realizar indispensables
procedimientos específicos;
c) El mismo caso que b), pero sobre un tema de mayor complejidad que
requiere la realización de procedimientos técnicos para poder ser
evacuados;
d) Temas que no corresponden a las incumbencias del contador público.
En el caso a) deberían responderse los interrogantes, y/o realizar las
aclaraciones, basándose en el contenido del informe pericial presentado.
En el caso b) no suele haber inconveniente en que el perito contador
responda lo que se le pregunta, ya que puede hacerlo en base a sus
conocimientos profesionales. Por ejemplo, si se le consulta si una sociedad
comercial debe llevar registros contables.
En el caso c) en cambio, debería abstenerse de responder considerando que
el caso implica la realización de un nuevo estudio pericial. Por ejemplo, ello
sucede si se lo consulta por la forma en que la empresa llevaba determinados
libros que no fueron analizados durante el peritaje anterior, o si se le pregunta
cuánto debería haber abonado el imputado en concepto de un determinado
impuesto cuyo cálculo no fue realizado anteriormente. En este caso el tribunal
debería establecer un nuevo cuestionario para que el perito contador lo
responda luego de realizar el peritaje correspondiente.
En el caso d) no debe responderse bajo ninguna circunstancia. Es de hacer
notar que la única razón para que el perito se encuentre declarando ante el
tribunal consiste en que tiene el conocimiento específico sobre una materia en
particular, en nuestro caso, la contable. Por lo tanto, responder sobre cualquier
otro tipo de problemática, ajena a las incumbencias del contador público
carecería de sentido. Sin embargo, debe contemplarse el caso en que resulta
dudoso, especialmente para el tribunal, si se trata de una incumbencia
profesional del contador o no. Por ejemplo, cuando se solicita alguna aclaración
sobre temas que están incluidos en la ley de Sociedades Comerciales con
respecto al tratamiento de un incremento de capital; mientras que el profesional
podría decir que se trata de un tema legal, el tribunal podría sostener que es
una materia de implicancias contables y debe ser de conocimiento del
contador. El problema en este caso, podría ser que de no responder, el tribunal
considere que existe reticencia de parte del perito contador y ello derive en una
imputación de falso testimonio. Cuando se presentan estas controversias, y en
tanto el perito se encuentre en condiciones de aportar una opinión, y considere
que ello destrabará la situación, puede hacerlo, dejando en claro las
limitaciones atribuibles al hecho de tratarse de un tema basado en
conocimientos de otra disciplina científica.
Debe recordarse que el CPP establece en su art. 299, segundo párrafo, que
las preguntas deben expresarse en forma clara y precisa, nunca capciosa o
sugestiva.
En todos los casos no debe dejarse de tener en cuenta que el art. 370 del
CPP faculta al presidente a tomar las medidas disciplinarias en función de su
poder de policía y con el propósito de mantener la disciplina en la audiencia.
Si bien el perito debería ajustarse a emitir dictámenes exclusivamente de
acuerdo con los elementos que fueron oportunamente analizados y en base a
las conclusiones a las que arribó oportunamente, o tomando en consideración
sus conocimientos técnicos sobre la materia podría suceder que sus dichos no
resulten sustentables e incurra en falso testimonio previsto en el art. 275 del
Código Penal. En tal sentido, el art. 390 del CPP determina que se debe
proceder de acuerdo a lo dispuesto por el art. 371 de dicho Código. Ello implica
que se levantará un acta y se procederá a la inmediata detención del presunto
culpable, el que será puesto a disposición del Juez competente a quien se le
remitirá aquélla y las copias o los antecedentes necesarios para la
investigación.
1.7. Cámara de Casación y Corte Suprema de Justicia de la Nación
Las posibles etapas subsiguientes de apelación a la sentencia producida en
un juicio oral, sean en las Cámaras de Casación Penal, o bien ante la Corte
Suprema de Justicia de la Nación, discuten cuestiones relacionadas con las
condiciones jurídicas en que se llevaron a cabo las instancias previas.
Por lo tanto, en general, no cabría en tales circunstancias la ampliación de
las pruebas aportadas con anterioridad ni la presentación de nuevos
testimonios.
Es así, que una vez concluido el juicio oral y público, la función del perito
contador se puede considerar como definitivamente finalizada desde el punto
de vista procesal, aunque podrían disponerse informes suplementarios y/o
aclaraciones, o determinaciones del "quantum" monetario preciso de los
hechos que surgen de la sentencia.
EL CONTADOR PÚBLICO COMO ASESOR DE EMPRESAS EN CRISIS

Enrique H. Kiperman

1. INTRODUCCIÓN
Entre las incumbencias prof esionales del Contador Público, se encuentra la
de asesorar profesionalmente a las organizaciones (1) .
Las empresas en situación de crisis son una realidad cotidiana en nuestro
país como en el resto del mundo.
Las causas de dichas crisis son diversas, pudiendo clasificarlas básicamente
en dos: a) exógenas o externas: es decir, las que provienen del entorno de la
empresa, y sobre las cuales se puede hacer poco para evitar que acontezcan y
b) endógenas o internas: que por el contrario son aquellas que se vinculan con
las variables de la empresa que pueden (y deben) modificarse según
corresponda.
En general, todas estas causas tienen consecuencias en la organización que
pueden generar efectos en el ámbito judicial, tales como:
•Pedido de medidas cautelares de intervención de la sociedad, por ejemplo,
como consecuencia del reclamo de algún integrante de la empresa familiar
•Pedidos de embargos
•Ejecuciones comerciales y fiscales
•Reclamos judiciales de los trabajadores
•Pedidos de quiebra
•Presentaciones en concurso preventivo, etc.
En todos estos casos, más allá del asesoramiento legal proveniente de un
profesional del derecho, el profesional en Ciencias Económicas: Contador
Público, debe contar con el conocimiento y las herramientas para poder
asesorar y, en su caso, de acuerdo a las circunstancias, asumir roles más
protagónicos liderando situaciones de crisis juntamente con los directivos de la
organización.
En el presente capítulo se incluirá en forma esquemática el conocimiento
relacionado con las herramientas a disposición, que le permitan al Contador
Público detectar, evaluar y proponer alternativas de solución a las crisis de las
empresas y, básicamente, conocer los pasos y procedimientos que
necesariamente vinculan esa realidad con el ámbito judicial, así como permitirle
comprender la inescindible interrelación existente entre el ámbito empresario y
el jurídico.

2. PROBLEMÁTICA DE LA EMPRESA EN CRISIS


El término "crisis" es utilizado en múltiples disciplinas y con diferentes
significados. En administración también se da esta situación, por lo que cabe
hacer algunas reflexiones previas para describir conceptualmente el significado
de empresa en crisis que será luego utilizado en el presente capítulo.
Así podemos decir que la empresa en crisis es aquella que se encuentra
sometida a un proceso de cambio causado por cualquier circunstancia y que
compromete su permanencia o subsistencia.
En este sentido debemos diferenciarla de las distintas situaciones de crisis
que se pueden presentar en la empresa como oportunidad de cambio; por lo
dicho, no debemos confundir cualquier "situación de crisis en la empresa" con
la "empresa en crisis", ya que aquí lo que se debate es la supervivencia misma
de esta organización.
El concepto que se le contrapone es el de "empresa en equilibro" cuyo propio
dinamismo le permite evitar el estado de crisis con el significado señalado.

3. ANÁLISIS DE LAS CAUSAS GENERADORAS DE CRISIS EMPRESARIAS


En principio podemos clasificar las causas generadoras de crisis en: a)
causas exógenas o externas y b) causas endógenas o internas.
Las primeras son las que provienen del entorno de la empresa y sobre las
que poco puede hacer ésta para evitar que acontezcan.
Las causas endógenas son precisamente las que se vinculancon las
variables de la empresa que pueden (y deben) modificarse según convenga.
A título ejemplificativo podemos citar como causas externas, las siguientes:
a) Nuevas realidades de la economía mundial
b) Cambios tecnológicos en general
c) Revolución informática
d) Cambios culturales
e) Cambios en paradigmas
f) Fenómenos imprevisibles o fortuitos
g) Política económica Nacional
h) Acción de la competencia
Por su parte, entre las causas endógenas se pueden mencionar a:
a) Problemas de dirección de la empresa
b) Inadecuado management
c) Deficiente financiación de activos (estructura financiera)
d) Atraso tecnológico
e) Procesos desajustados en producción y comercialización
f) Política de recursos humanos
En la realidad las situaciones de crisis surgen como consecuencia de la
combinación de varias de las causas señaladas en los acápites precedentes,
por lo que resulta imposible adjudicar alguna correspondencia biunívoca entre
alguna de ellas y la empresa en crisis. Para comprender la realidad de la
empresa es necesario estudiarla atendiendo su natural complejidad.
Por último, corresponde señalar que en nuestro medio se han dado ciertas
condiciones macroeconómicas nacionales que aceleran la profundización y
exteriorización de las crisis de supervivencia de muchas empresas; nos
estamos refiriendo a cambios estructurales tales como la inestabilidad
monetaria, la eliminación de barreras aduaneras, la mayor presión en la
recaudación fiscal y previsional, la privatización de las empresas prestadoras
de servicios públicos, etc., que, sin entrar a juzgar lo acertado o no de dichas
medidas, lo cierto es que sirvieron para colocar al empresariado argentino ante
un escenario desconocido para ellos.
Aquellos que no comprenden la radicalidad y extensión del cambio o que no
encuentran la manera de adecuarse rápidamente a sus consecuencias corren
el grave riesgo de quedarse sin posibilidades de recuperación.

4. PROCESO DE GESTACIÓN DE LA CRISIS


Ya hemos dicho que el estado natural y deseado para cualquier organización
es el de "equilibrio". La empresa en equilibrio presupone la existencia de
condiciones de competitividad que permiten obtener un rédito de su gestión a
través de la colocación de los bienes o servicios que produce a un precio de
cambio superior al del costo incurrido en su elaboración.
Al sobrevenir la pérdida de competitividad motivada por cualquier causa, que
se manifiesta en no poder mantener ese equilibrio económico, trae como
consecuencia inmediata la pérdida de rentabilidad.
La persistencia de tal situación a través del tiempo va profundizando el
déficit, y los quebrantos reducen el capital de trabajo disponible; estas
circunstancias llevan al empresario a tener que decidir entre las siguientes
alternativas: reducir el volumen de la actividad acorde con capital de trabajo
disponible o cubrir el déficit con financiación externa. Cualquiera de las
opciones que elija van a producir como consecuencia un aumento del déficit: la
primera en razón de la mayor incidencia de los costos fijos y la segunda por el
efecto del costo financiero.
Los sucesivos ciclos económicos que se van sucediendo en el tiempo
acentúan las pérdidas, con lo que necesariamente la empresa se va a enfrentar
con serias dificultades para financiar su operatoria. Sin embargo, es factible
encontrarse con dificultades financieras a pesar de tener una actividad
económicamente rentable: esto se presenta cuando lo que falla es la estructura
de financiación del activo de la empresa.
A la larga, este proceso desemboca en el estado de cesación de pagos, que
ocurre cuando la empresa se halla impotente de hacer frente en forma regular
a los compromisos corrientes, ya sea por no contar con los fondos suficientes o
por no poder obtener préstamos en condiciones normales. Por su parte la
insolvencia, como último estadio, la podemos caracterizar como la situación
patrimonial deficitaria en la que el pasivo de la empresa es superior a su activo.
Cabe advertir que en ciertos casos se accede a la insolvencia antes que al
estado de cesación de pagos, en razón de la existencia de pasivos que pueden
no ser exigibles en el corto plazo.

5. ETAPAS DE LA EMPRESA EN DIFICULTADES


La sucesión de los estados señalados se exponen esquemáticamente en el
cuadro I que se agrega, que ilustra gráficamente el devenir del proceso
descripto precedentemente.
CUADRO IGESTACIÓN DE LA CRISIS
Factores generadores potenciales
Factores Internos
CambiosqProducto y Procesos Cambios
qEstructura Financiera
qOrganización Humana
EntornosqGestión de Dirección Competidores

Pérdida de competitividad
Pérdida de rentabilidad

Dificultades Financieras

Cesación de pagos

Insolvencia

El tiempo que transcurre desde que la empresa se halla "in bonis" hasta el
estado de cesación de pagos o de insolvencia es muy variado, conforme el tipo
de negocio de que se trata y de las innumerables circunstancias particulares
que son propias de cada empresa. No obstante, se advierte que, en los últimos
años, estos procesos van adquiriendo mayor velocidad, por lo que la acción
preventiva o de saneamiento no debe hacerse esperar.
El tiempo sin solución va deteriorando todos los factores productivos de la
empresa, como así también la relación de ésta con sus proveedores, clientes y
comunidad; el límite de esta situación es la liquidación de la empresa, ya sea
con o sin quiebra.
Así, la dimensión "tiempo" es una variable preponderante y decisiva en este
tipo de situaciones, a punto tal que podemos arriesgar la siguiente
afirmación: cuanto más tiempo transcurre entre el inicio de la pérdida de la
competitividad y la decisión y acción de saneamiento y/o recuperación, menor
es la probabilidad de que la empresa en crisis pueda ser "salvada" en beneficio
de sus propietarios .
Es interesante el análisis correlativo entre las distintas etapas por las que
puede atravesar una empresa y las acciones a emprender en cada uno de esos
estadios. Sobre este particular Herve Chapand introduce en su obra (2) el
estudio de las funciones de "Evolución de la Situación de la Empresa" y va
mostrando cómo, a partir del momento en que se hace notoria públicamente la
pérdida de competitividad, comienza a desarrollarse y a incentivarse la presión
del entorno, definida ésta como las actitudes defensivas que van asumiendo los
distintos actores económicos vinculados con la empresa, hasta llegar a un
punto, que podríamos conceptualizar como "de ruptura", a partir del cual se
torna virtualmente imposible salvar la empresa en beneficio de sus propietarios.

6. METODOLOGÍA DE LA RECUPERACIÓN
Ante la empresa en crisis se impone la definición de una metodología para la
acción de recuperación. En tal sentido se debe comenzar por el diagnóstico de
la empresa, para conocer su estado actual, la profundidad de la crisis y las
causas que la generan; esta visión debe ser integral y abarcadora de todos los
aspectos que la componen.
Asimismo habrá que implementar un plan de urgencias tendiente a sortear la
coyuntura financiera y la amenaza de paralización de las actividades, y mejorar
la gobernabilidad de la empresa.
Por último, corresponde diseñar un plan estratégico de recuperación que
permita reorganizar las variables de la empresa de modo que pueda superar la
crisis y proyectar su permanencia en el futuro.
Las dos primeras de las acciones precitadas se desarrollan en forma
contemporánea y pueden incluir medidas que luego sean conducentes y útiles
para la etapa de recuperación (3) .

6.1. Diagnóstico de la empresa


Lo primero que debemos encarar ante la situación de crisis es informarnos
acerca de las causas de la misma como de su intensidad y de los conflictos
que de ella emergen.
En este análisis que debe ser dinámico e interactivo, tenemos que detectar
cuáles son los puntos fuertes y débiles de la empresa y cuáles sus
oportunidades y amenazas para el desarrollo futuro.
Los temas más relevantes que deben ser objeto de relevamiento y análisis
crítico son:
•Evolución general de la empresa
•Estructura organizativa. Estilo de dirección
•Comercialización
•Producción y costos
•Situación económico-financiera
•Sistemas de comunicación
•Recursos humanos. Cultura organizacional
•Situación del entorno. Competidores
La clave del éxito de esta fase se identifica con una acertada selección de los
aspectos a relevar del abordaje participativo con que se encare, y de la
correcta interpretación que el profesional realice de los datos que obtenga.

6.2. Diseño de un plan de emergencia


En una situación de crisis es necesario implementar un conjunto de medidas
de emergencia que permitan superar la coyuntura, que generalmente se
manifiesta en la escasez de medios financieros para mantener la operatoria y
en la agresión que los acreedores ejercen sobre el patrimonio de la empresa,
para efectivizar sus acreencias.
En esta etapa se debe crear un plan de acción a corto plazo pero suficiente
para permitir la conclusión del diagnóstico y la preparación del plan estratégico
de recuperación.
El contenido del plan de emergencia puede ser el siguiente:
•Nombramiento de un comité de emergencia
•Refinanciación extrajudicial de pasivos exigibles
•Presentación judicial solicitando el concurso preventivo
•Negociación de condiciones especiales de trabajo con el personal
•Generación de liquidez con medios propios y/o ajenos
•Plan de gestión a corto plazo que viabilice la permanencia
Las medidas implementadas en esta etapa deben ser tales que puedan ser
integradas al plan de recuperación.

6.3. El plan estratégico de recuperación


Es el plan que describe los cambios necesarios para que la empresa en
crisis pueda reorganizar sus variables y factores de actividad, convirtiéndola en
viable y competitiva con el entorno en que se desenvuelve, para de este modo
asegurar su permanencia en el futuro.
El plan debe referirse a acciones a emprender en cada una de las áreas de
actividad de la empresa, y requiere la intervención de un equipo
multidisciplinario que lo impulse con fuerza, para vencer la resistencia al
cambio que inevitablemente se presenta en estas situaciones.
Al respecto, consideramos que este plan debe ser diseñado teniendo en
consideración las características propias de la actividad de la compañía, las
particularidades de la misma y las causas generadoras de su crisis.
Cuando nos encontramos con una empresa en crisis, lo más importante es
tratar de estabilizar la situación y efectuar un rápido diagnóstico el que incluirá
todas las áreas involucradas; con fundamento en ello se desarrollará el plan a
seguir.
El nivel de gravedad y extensión de las dificultades determinará cuáles
herramientas se deben aplicar en cada caso. La ciencia de la administración y
sus estudiosos nos brindan un abanico bastante amplio de posibilidades, desde
modelos de aplicación parcial, o dirigidos a determinados aspectos de la
compañía, hasta modelos más abarcadores e integradores que se aplican con
criterio global. En el mismo sentido el derecho concursal se ocupa, por su
parte, de prever los distintos institutos aplicables a la empresa en dificultades
y/o en estado de cesación de pagos.
Las acciones a emprender, en cada una de las etapas descriptas son:
6.3.1. Acción preventiva
Se corresponde con la etapa de empresa en equilibrio hasta el inicio de la
pérdida de competitividad. El objetivo de esta acción es evitar situaciones de
crisis mediante sistemas de diagnóstico y detección de factores generadores y
desencadenantes.

6.3.2. Acción de saneamiento


Cabe su aplicación a partir de la acción preventiva y mientras que la pérdida
de rentabilidad no haya provocado dificultades financieras. Esta acción se
orienta a resolver las situaciones de crisis que se pueden presentar en la
empresa tomando las medidas conducentes para ello, con el fin de recuperar la
competitividad y rentabilidad pérdidas.

6.3.3. Acción recuperadora


Corresponde a la etapa en que la empresa comienza a tener comprometida
su subsistencia y es aplicable hasta el punto de ruptura. Es la acción que
tiende a producir los cambios necesarios para reorganizar las variables y
factores de actividad, con intervención en todas las áreas de la empresa, para
tornarla nuevamente viable y así asegurar su subsistencia.

6.3.4. Acción liquidatoria


Se aplica cuando no resulta posible el salvataje de la empresa en manos del
empresario o sus propietarios. Esta acción tiende a eliminar a la empresa
tratando de reinsertar los elementos de la misma a la actividad económica con
el menor daño posible.
El plan estratégico de recuperación debe comprender un conjunto de
acciones que, combinadas en su aplicación permitan lograr los objetivos
fijados. Para ello, se debe escoger entre las posibles acciones disponibles,
aquellas que sean conducentes al fin buscado, e implementarlas en forma
combinada con decisión en el momento oportuno.

7. HERRAMIENTAS PARA DISEÑAR UN PLAN ESTRATÉGICO DE


RECUPERACIÓN
Existe una gran cantidad de acciones posibles cuya descripción demandaría
un espacio para su presentación y una atención de los lectores que excede el
objetivo del presente trabajo, sin embargo, consideramos conveniente enunciar
algunas de ellas exponiéndolas en forma esquemática en el cuadro II y
señalando ciertas características que resultan de las clasificaciones siguientes.
Así, podemos distinguir las acciones en modelos de aplicación parcial o
integral, según se dirijan a determinados aspectos de la compañía, o que
atañen globalmente a la misma.
Por su parte, pueden existir acciones judiciales o extrajudiciales, según
intervenga o no jurisdiccionalmente el Poder Judicial.
También podemos clasificar las acciones en externas e internas, según que
su aplicación requiera o no la participación de medios o factores externos a la
organización en crisis.
Por último queremos advertir que para el éxito no es suficiente el
conocimiento y aplicación sistemática de las herramientas disponibles, por
cuanto no existen recetas mágicas infalibles que podamos recomendar. Por
ello, es fundamental recordar que es menester emprender la recuperación a
partir de un diagnóstico que describa lo más fielmente posible la realidad; y
conducir el proceso de recuperación con el liderazgo de un profesional externo
a la empresa en crisis que, además del conocimiento específico, cuente con
una personalidad firme, creativa y negociadora para que, con el apoyo de un
equipo multidisciplinario, diseñe y lleve adelante la acción de cambio.

8. ELECCIÓN ESTRATÉGICA DEL REMEDIO CONCURSAL

8.1. Introducción
El presente acápite tiene como objetivo efectuar un análisis en relación con
la forma en que se puede elegir estratégicamente el remedio concursal para los
distintos casos, tomando como punto de partida el marco legal ofrecido por
la ley 24.522 (Ley de Concursos y Quiebras) vigente.
En principio, haremos una rápida reseña de los institutos concursales
contenidos en el régimen falencial argentino y un repaso de las características
más sobresalientes de cada uno de aquéllos, para luego estudiar cuáles son
las variables y elementos que se consideran relevantes a la hora de decidir el
remedio concursal aplicable en cada caso en particular.
Si bien la Ley falencial extiende sus efectos sobre sujetos individuales y
personas jurídicas, nuestro trabajo está más bien orientado al segundo grupo,
y, en particular, a empresas, cualquiera sea su magnitud, que se encuentren en
crisis y para las que un encuadre jurídico de esta situación puede constituir una
apreciable orientación para su futuro.
Desde ya advertimos que, aunque la valoración de las variables aludidas
anteriormente y que analizaremos a continuación es de carácter subjetivo, es
de esperar que las conclusiones a las que arriben distintos analistas no tengan
ese carácter.

8.2. Los institutos concursales en la ley argentina


La ley falencial argentina ofrece una variedad de institutos, con sus matices,
para ser aplicados como remedio concursal. Éstos son procedimientos
alternativos y/o consecutivos que, según el caso, se utilizan por decisión y
elección del deudor, o como consecuencia de ciertas situaciones especiales
que se presentan antes y/o durante la tramitación de algunos de los procesos.
Los institutos a que nos referimos son los siguientes:
a) Acuerdo Preventivo Extrajudicial sin homologación judicial
b) Acuerdo Preventivo Extrajudicial con homologación judicial
c) Concurso Preventivo por pedido directo del deudor
d) Concurso Preventivo por conversión de la quiebra
e) Salvataje (cramdown) como consecuencia del fracaso del concurso
preventivo en cabeza del deudor
f) Concurso Preventivo de los garantes
g) Concurso Preventivo del agrupamiento
h) Fideicomiso de Administración con control judicial
i) Quiebra a pedido del deudor
j) Quiebra a pedido del acreedor
k) Conversión de la quiebra en concurso preventivo
l) Continuación de la explotación en la quiebra — Cooperativa de Trabajo
m) Transferencia patrimonial a cooperativa de trabajadores
n) Avenimiento en la quiebra
ñ) Conclusión de la quiebra por pago total
La función más importante del asesor en materia de crisis es diagnosticar
adecuadamente la situación particular de la empresa y elegir, de corresponder,
algunas de las herramientas concursales detalladas precedentemente,
atendiendo la naturaleza de las mismas y la adecuación al caso específico de
que se trata.
Para ello es necesario conocer acabadamente las características más
sobresalientes de cada uno de los institutos en análisis, como así también las
eventuales consecuencias que acarrea su aplicación. En este sentido hay que
considerar las condiciones fácticas y legales que enmarcan el caso, como así
también los posibles efectos: los deseados, buscándolos, y los no deseados,
tratando de evitarlos o de acotar al máximo su incidencia.
8.3. Características sobresalientes
Los institutos concursales señalados en el punto precedente tienen ciertas
características que van conformando su naturaleza. Algunas son comunes
mientras que otras se presentan exclusivamente en algunos procedimientos,
por ello aclararemos cómo esto se va diseñando en cada instituto en particular.
Las características más sobresalientes de los institutos concursales
descriptos son las siguientes:

8.3.1. Sujetos alcanzados


En principio la ley admite, conforme lo dispone en el art. 2°, el
concursamiento de todas "las personas de existencia visible, las de existencia
ideal de carácter privado y aquellas sociedades en la que el Estado Nacional,
Provincial y Municipal sea parte, cualquiera sea el porcentaje de participación".
Sin embargo, existen exclusiones emanadas de la propia ley concursal como
de otros regímenes especiales. Es el caso de las Entidades Financieras y las
Aseguradoras que no son sujetos de concurso preventivo, resolviendo su
estado de insolvencia por medio del procedimiento de quiebra (4) .
Igualmente la misma ley concursal en su art. 48, excluye del salvataje (art.
48) a las personas de existencia visible como a las sociedades en las que los
socios tienen responsabilidad personal ilimitada; y además quedan asimismo
excluidos del procedimiento señalado, los pequeños concursos.
Como consecuencia de lo dicho, cada vez que se analiza el curso de acción
de un sujeto insolvente y/o en cesación de pagos, cabe tener en cuenta el tipo
de sujeto de que se trata y, por lo tanto, las vías concursales a las que el
mismo puede acceder.

8.3.2. Estado de cesación de pagos versus dificultades económico-


financieras de carácter general
El presupuesto básico para la apertura de los concursos regulados por la Ley
falencial es, precisamente, el estado de cesación de pagos. Sin embargo,
existen excepciones a este requisito: así, en caso de agrupamiento (5) , es
suficiente que sólo uno de los componentes de aquél se halle en cesación de
pagos. Para el acuerdo preventivo extrajudicial, en cambio, se admite la
celebración del concurso aunque los deudores sólo se encontraren en
dificultades económicas o financieras de carácter general.

8.3.3. Continuación de la actividad


La particularidad más destacada del concurso preventivo es la continuación
de la actividad del deudor, el que puede mantener la administración del
patrimonio bajo la vigilancia del síndico.
En la quiebra lo corriente es la paralización de toda actividad y el
desapoderamiento del deudor; solamente en forma excepcional cabe autorizar
la continuación de la explotación, pero bajo la administración judicial del síndico
y/o coadministrador nombrado por el juez del concurso. Con las últimas
reformas, también la continuación de la actividad en cabeza de cooperativas de
trabajadores.

8.3.4. Acciones Judiciales contra el deudor


La apertura del concurso preventivo produce la radicación ante el juez del
concurso de todos los juicios de contenido patrimonial contra el concursado
pero también la prohibición de deducir nuevas acciones. La ley prevé además
la suspensión de las ejecuciones, hasta tanto no se haya deducido la demanda
de verificación.
En la quiebra también se producen el fuero de atracción y la suspensión del
trámite, a partir del momento en que queda firme la declaración de la quiebra.
La suspensión referida se produce asimismo en el caso del acuerdo
preventivo extrajudicial, a partir de la presentación del acuerdo para su
homologación, por lo que tal efecto sólo se puede lograr una vez que se
hubiere obtenido las mayorías legales para la aprobación del acuerdo.

8.3.5. Curso de intereses


La presentación del concurso preventivo y la declaración de quiebra,
producen la suspensión del curso de intereses de todas las obligaciones del
deudor con causa o título anterior a ellas, salvo los provenientes de créditos
garantizados con prenda o hipoteca, los que sólo pueden ser reclamados sobre
las cantidades provenientes de los bienes afectados en garantía real y de las
obligaciones de origen laboral. La jurisprudencia ha interpretado
oportunamente que también cabe considerar suspendido el curso de las
actualizaciones monetarias, en caso de que éstas correspondan.
Para las obligaciones en moneda extranjera, la ley estipula la conversión a
moneda nacional a la fecha de la declaración de quiebra.
Muy diferente es el caso del acuerdo preventivo extrajudicial, en el que tanto
los intereses como las obligaciones en moneda extranjera se mantienen
incólumes, salvo que exista un acuerdo expreso entre deudor y acreedores que
innoven tales aspectos.
8.3.6. Contratos de trabajo
Es importante mencionar las diferencias de los distintos institutos respecto a
los contratos de trabajo, ya que este plano, por sus consecuencias, tiene gran
incidencia a nivel social. Así por ejemplo, la tramitación y/o eventual
homologación del acuerdo preventivo extrajudicial no produce ningún efecto en
los contratos de trabajo vigentes entre el deudor y sus dependientes. Lo mismo
corresponde afirmar con respecto al concurso preventivo.
Por su parte, la quiebra liquidatoria disuelve definitivamente el contrato
laboral, quedando como consecuencia también extinguido, en forma definitiva,
el convenio colectivo de trabajadores, respecto del eventual adquirente del
establecimiento en quiebra.

8.3.7. Verificación de créditos


En todos los procedimientos concursales, salvo en el acuerdo preventivo
extrajudicial, se requiere la verificación del crédito para ser considerado
acreedor concurrente y poder participar en el mismo con tal carácter.
El proceso verificatorio, a nuestro entender, tiene una importancia capital, en
tanto consiste en un procedimiento que bloquea el acceso al concurso de
pasivos ilegítimos, ya sea en cuanto a su cuantía como a sus privilegios,
permitiendo de este modo cuantificar con certeza el pasivo del deudor y definir
el carácter del mismo.

8.3.8. Cómputo de mayorías


Las mayorías requeridas difieren según el proceso de que se trate. Para la
aprobación de un acuerdo preventivo judicial o extrajudicial, según el art. 45 de
la LCQ, se requiere "la mayoría absoluta de acreedores, dentro de todas y
cada una de las categorías sometidas al acuerdo, que representen las dos
terceras partes del capital computable dentro de cada categoría", y la
unanimidad de acreedores privilegiados con privilegio especial a los que
alcance la propuesta.
Cabe señalar que la no obtención de las mayorías importa diversas
consecuencias según el trámite que se realice. Para el caso del acuerdo
preventivo extrajudicial la falta de aprobación obsta a la homologación del
acuerdo y, por lo tanto, tiene efecto únicamente entre las partes que lo han
celebrado con la participación directa. Por su parte, la no obtención de las
mayorías en el concurso preventivo, deriva este procedimiento a una
declaración de quiebra, salvo para el caso de los sujetos comprendidos en el
art. 48, en los que se abre la instancia del salvataje (cramdown).
Para el avenimiento en la quiebra, se requiere el consentimiento de todos los
acreedores verificados.
Por último, es importante señalar que en la quiebra, para ejercer las acciones
de ineficacia concursal por conocimiento de cesación de pagos y las acciones
de responsabilidad de terceros, el síndico debe requerir autorización previa a la
mayoría simple de capital quirografario y declarado admisible.

8.3.9. Duración de los procedimientos


Es importante considerar el tiempo que insume la tramitación de los
procedimientos por cuanto esto se relaciona tanto con la oportunidad en que se
tornan exigibles las obligaciones concursales, como con las etapas de la
negociación que corresponde entablar con los acreedores para obtener la
conformidad de las propuestas.
Así tenemos que en el caso del acuerdo preventivo extrajudicial la
conformidad de los acreedores es requisito previo a la presentación judicial,
mientras que en el concurso preventivo dicha conformidad se requiere a la
época del vencimiento del período de exclusividad, que se opera
aproximadamente a los diez meses posteriores a la fecha en que el deudor se
presentó a peticionar la formación de su concurso.

8.3.10. Efectos del acuerdo homologado


La ley concursal establece un conjunto de efectos que produce la
homologación judicial de un acuerdo en el caso del concurso preventivo:
•Novación: en todos los casos el acuerdo homologado importa la novación de
todas las obligaciones con origen o causa anterior al concurso.
Esta novación no causa la extinción de las obligaciones del fiador ni de los
codeudores solidarios.
•Aplicación a todos los acreedores: el acuerdo homologado produce efectos
respecto de todos los acreedores comprendidos en el acuerdo, cuyos
créditos se hayan originado por causa anterior a la presentación, estén o
no verificados al momento de la homologación.
•Socios solidarios: el acuerdo se extiende a los socios ilimitadamente
responsables.
•Prescripción: las acciones de los acreedores prescriben a los dos años de la
presentación del deudor en concurso, o en el plazo natural de prescripción,
si éste fuera menor.
El art. 76 de la actual redacción de la LCQ efectúa una confusa remisión de
los efectos del acuerdo preventivo extrajudicial con homologación judicial a los
del concurso preventivo (6) .

8.3.11. Costo del proceso


Las costas de los procesos concursales están compuestas por la tasa de
justicia y los honorarios de los profesionales intervinientes. A tales efectos cabe
considerar para el ámbito de la Justicia Nacional, la tasa establecida por la  ley
23.898, y para los honorarios, las escalas arancelarias que surgen de la propia
Ley Concursal, a saber:
a) Concurso preventivo: 1) Tasa de justicia: 0,75% del importe de todos los
créditos verificados comprendidos en el acuerdo preventivo, para pasivos
hasta $100.000.000.-; cuando se supere el importe señalado, la tasa
aplicable será del 0,25% sobre el excedente, y 2) Honorarios: se regulan
sobre la base del activo, aplicando la escala del 1% al 4%. En casos de
activos superiores a $100.000.000.- el máximo de la escala se reduce al
1%.
b) Acuerdo preventivo extrajudicial con homologación judicial: 1) Tasa de
justicia: a nuestro entender es la misma que la aplicable en el concurso
preventivo, y 2) Honorarios: para el acuerdo preventivo extrajudicial no
existe una pauta concreta para la regulación de honorarios, sino que
simplemente la ley hace una referencia para el supuesto de impugnaciones
al acuerdo, en cuyo caso los emolumentos serán determinados por el Juez
teniendo en cuenta exclusivamente la magnitud y entidad de los trabajos
realizados por los profesionales en el expediente.
c) Quiebra: 1) Tasa de Justicia: el 1,50% calculado sobre el monto que arroje
la liquidación de bienes, y 2) Honorarios: se regulan sobre la base del
activo realizado, entre el 4% del mismo como mínimo y el 12% como
máximo.

8.3.12. Viajes al exterior


Diferentes son las condiciones en relación con los viajes al exterior si se trata
del concurso preventivo o si estamos frente a un caso de quiebra. El art. 25
estipula que en el concurso preventivo el deudor y, en su caso, los
administradores y socios con responsabilidad ilimitada de la sociedad
concursada, no pueden viajar al exterior si no lo comunican previamente al juez
del concurso, haciéndole saber el plazo de la ausencia, el que no podrá ser
superior a los cuarenta días corridos. También aclara que "En caso de
ausencia por períodos mayores, se deberá requerir autorización judicial".
En el caso de quiebra, el fallido y sus administradores no pueden ausentarse
del país durante el período informativo, sin autorización previa del juez del
concurso.

8.3.13. Acciones de recomposición patrimonial en la quiebra


El ordenamiento concursal establece la posibilidad de entablar acciones
contra terceros en procura de recomponer el patrimonio del fallido, basado en
ciertos supuestos fácticos y legales que concretamente establece la ley.
La condición sustancial básica para que se proceda a este tipo de acciones
es la existencia de una quiebra, por lo que en el acuerdo extrajudicial y en el
concurso preventivo no cabe instarlas, como tampoco proseguirlas en caso de
que la quiebra concluya por cualquier causa originaria.
Las acciones a que nos estamos refiriendo son las siguientes:
a) Ineficacia concursal de pleno derecho
b) Ineficacia concursal por conocimiento de la cesación de pagos
c) Ineficacia ordinaria de actos revocables (arts. 961 a 972, Cód. Civil)
d) Extensión de la quiebra:
d.1) Socios con responsabilidad ilimitada
d.2) Personas con actuación en interés personal
d.3) Controlantes con desvío indebido del interés social
d.4.) Persona respecto de la cual exista confusión patrimonial inescindible
con el fallido
e) Responsabilidad de terceros
e.1. De representantes, administradores, mandatarios o gestores de
negocios del fallido
e.2. Otros terceros que hubieren participado dolosamente en actos
tendientes a la disminución del activo o la exageración del pasivo
e.3. Socios limitadamente responsables, síndicos y liquidadores
Como resulta casi obvio, las acciones precedentemente enunciadas pueden
acarrear consecuencias diversas para los terceros involucrados, para el fallido
y eventualmente para los acreedores, por lo que su oportuna consideración y
análisis puede contribuir a la elección de un adecuado curso de acción
estratégica para la superación de la crisis. En este aspecto, es necesario
merituar las consecuencias finales de cualquier acción de recomposición
patrimonial, como también las de aquellas que se puedan ir produciendo
durante la tramitación de los respectivos incidentes, tales como medidas
precautorias y otras.

8.4. Variables a considerar


Corresponde ahora detenernos en el análisis de las distintas variables que
tienen incidencia en la decisión que debemos tomar, respecto del instituto
concursal a seleccionar.
Este análisis nos permitirá ir despejando, entre todas las opciones existentes,
aquellas que son posibles de utilizar en el caso particular que nos ocupa, para
luego escoger entre estas últimas las que resultan más convenientes. De este
modo se concluirá con el diseño de la estrategia concursal, que utilizaremos
como una herramienta más para superar la situación de crisis.
8.4.1. ¿Quién se halla en crisis?
Ésta es la primera pregunta que debemos formularnos, pues de su respuesta
se deducen cuáles son los institutos concursales que le son aplicables y cuáles
le están vedados. Así por ejemplo, si estamos analizando la situación de una
entidad financiera, corresponde descartar la aplicación del remedio preventivo,
pues específicamente la ley así lo dispone.
Igualmente corresponde tener en cuenta este aspecto si consideramos que
la superación de la crisis pasa por el cramdown, ya que este procedimiento es
aplicable exclusivamente a las sociedades constituidas con tipo social de
responsabilidad limitada.
Otro tanto cabe analizar con respecto a la integración del deudor en crisis
con otras personas, ya sean físicas o jurídicas, para determinar si conforman
un conjunto económico y la eventualidad de concursar al agrupamiento
completo. Similar análisis corresponde efectuar en relación con los garantes de
un deudor concursado.
En síntesis: este primer abordaje nos permitirá focalizar la atención en
aquellos procesos concursales que resulten aplicables al sujeto en crisis, pero
debe quedar en claro que este primer aspecto no es suficiente para ser
concluyente con el instituto que debemos aplicar.

8.4.2. Objetivos buscados


Es conveniente tener en claro cuál es nuestro norte. En general, las
situaciones de crisis en las empresas provocan una turbulencia que confunde y
paraliza. En estas circunstancias es necesario hacer un alto y, a partir de un
análisis introspectivo, definir cuál es el rumbo que queremos tomar. En este
sentido habrá que distinguir cuestiones y caminos tan distantes como por
ejemplo:
•Mantener o vender la empresa
•Hacer nuevos aportes de capital
•Reorganizar la empresa
•Reestructurar el pasivo
•Incorporar nuevos socios
•Mantener o cambiar la actividad
•Vender el paquete accionario
•Liquidar la empresa
Cualquiera fuere el objetivo determinado será necesario contar con medios y
tiempo, recursos que bien pueden obtenerse con un procedimiento concursal.
Recordemos que la tramitación de un concurso preventivo insume
aproximadamente un año y que durante dicho lapso no son exigibles las
obligaciones preconcursales, y también quedan inhibidas las agresiones al
patrimonio como consecuencia de la suspensión (7) de todos los juicios de
contenido patrimonial contra el concursado. Este tiempo de tranquilidad puede
ser aprovechado para reconducir la organización y convertirla nuevamente en
viable.
En muchos casos, en donde el objetivo a mediano plazo es vender la
empresa, también cabe elegir el concurso preventivo como el procedimiento
idóneo que permitiría reorganizar la compañía y ordenar el pasivo a través del
procedimiento de verificación de créditos; esto, junto con la prescripción
bianual, le da certidumbre y transparencia al patrimonio social, tranquilizando y
tentando, de este modo, a los potenciales compradores.
Como conclusión debemos acotar que, en la elección de la estrategia
concursal de una empresa en crisis, hay que tener presente el objetivo
estratégico de los titulares de la organización.

8.4.3. La viabilidad
Otro de los aspectos a considerar a la hora de elegir el curso de acción es la
viabilidad del emprendimiento. No tendría ningún sentido hablar de una
solución preventiva si no estamos en condiciones de mantener mínimamente la
actividad de la empresa o de la organización, ya que si esto no fuera posible,
resultaría aconsejable decidirse por el pedido de propia quiebra.
A estos efectos, la viabilidad adquiere diversas dimensiones. Así tenemos la
viabilidad legal, que implica la inexistencia de impedimentos legales que
inhiban la continuación de la actividad y/o de la empresa. También importa la
viabilidad técnica, que se manifiesta con la potencialidad de seguir produciendo
los bienes y servicios que vende la empresa, así como de administrar sus
recursos.
La viabilidad financiera se expresa mediante la suficiencia de medios
financieros para sostener la actividad correspondiente; debemos tener presente
que, a estos efectos, hay que considerar como necesidad solamente los fondos
que se requieren para cancelar obligaciones exigibles. Así por ejemplo, en un
concurso preventivo no deberán computarse como necesidad inmediata los
fondos para cancelar los pasivos preconcursales, salvo laborales y otros
privilegiados especiales, ya que los mismos no se tornarían exigibles hasta la
homologación del acuerdo.
La viabilidad fáctica se refiere a la existencia de condiciones de hecho que
permitan cumplir con los requerimientos de ciertos procedimientos, v.g.: si
pensamos en la conversión de la quiebra en concurso preventivo, es menester
saber si estamos en condiciones de cumplir con los requisitos formales
establecidos por el art. 11 de la ley falencial (8) .
Por último, también importa la viabilidad económica, que consiste en que se
den las mínimas condiciones como para que la actividad sea autosustentable
en el tiempo. Es oportuno recordar que para el cálculo de los egresos, a
efectos de determinar la viabilidad económica, se puede prescindir del cómputo
a aquellos intereses que podrían quedar suspendidos por la presentación en
concurso preventivo, como así también del cargo de amortizaciones sobre los
bienes de uso en la medida en que no fuere necesaria su reposición.
8.4.4. Estructura del Pasivo
Otra de las variables que adquiere fundamental importancia es la
conformación del pasivo. En este sentido importa distinguir: el pasivo con
garantía real de aquel que no está garantizado; el pasivo laboral que,
generalmente, tiene privilegio, ya sea especial y/o general, etc. Recordemos
que, a priori, la solución preventiva está orientada fundamentalmente a los
créditos quirografarios, por lo tanto, no tendría ningún sentido pensar en el
concurso preventivo de una empresa con un pasivo que mayoritariamente se
encuentre garantizado o que ostentare algún privilegio.
A su vez, también importa la estructura del pasivo para proyectar el
escenario de las políticas de acuerdo al momento de obtener las
conformidades. Así se da el caso de que, si gran parte del pasivo está
concentrado en manos de un solo acreedor, de modo que éste tuviera la llave
de las mayorías legales, no tiene sentido tramitar todo un concurso preventivo,
sino que seguramente bastaría con negociar con ese acreedor la
reestructuración de la deuda o alguna otra solución.
Sobre el particular, corresponde señalar que el proceso verificatorio permite
la exteriorización y el ordenamiento del pasivo, tanto en términos cuantitativos
como cualitativos, morigerando, de este modo, excesos en las retribuciones
financieras, que sin duda coadyuvan a la solución de la crisis.

8.4.5. Análisis costo-beneficio


Como hemos visto, los procesos concursales tienen, por una parte, su costo,
y por la otra, una variedad de beneficios, que pueden ser cuantificados; así
tenemos la suspensión del curso de intereses, la eventual actualización, la
posible quita explícita y/o implícita contenida en la propuesta de acuerdo, etc.
Un primer análisis costo-beneficio consistiría en la determinación del
resultado económico que cada uno de los procedimientos podría arrojar, como
para sumar un factor más a la hora de la decisión.
Sin embargo, cabe señalar que no es siempre factible mensurar estos
costos-beneficios, ya que existen algunos de difícil valoración pecuniaria, pero
que de cualquier modo pesan en la toma de decisiones. A título ejemplificativo
podemos mencionar como costo, la pérdida de imagen positiva de la empresa,
como consecuencia de la exteriorización de su crisis en el ámbito judicial; por
su parte, como beneficio podemos citar la mejor predisposición que pueden
tener los acreedores concurrentes a negociar un acuerdo de pago en el
concurso preventivo, al saber que su adhesión no resulta indispensable, en
razón de la aplicación de las mayorías legales.
8.4.6. Tipos de efectos
Es claro que para diseñar la estrategia concursal y seleccionar, en su
consecuencia, el procedimiento concursal más idóneo para el caso bajo
estudio, es necesario considerar todos los efectos que los diversos
procedimientos producen. Estos efectos, en función del beneficio/perjuicio que
provocan, pueden clasificarse en: a) efectos buscados y b) efectos no
buscados. Los primeros son aquellos que reportan beneficios y, por lo tanto,
son deseados por el estratega, v.g.: la suspensión del curso de intereses, un
efecto del concurso preventivo que resulta beneficioso, y por consiguiente,
buscado por el deudor al optar por dicho instituto.
En cambio, los efectos no buscados son aquellos que, a pesar de no ser
deseados, aparecen como resultado de la tramitación de algún proceso
concursal. Éstos, a su vez, se pueden clasificar en dos subconjuntos, a saber:
b1) efectos no buscados tolerables, y b2) efectos no buscados intolerables. Los
primeros son aquellos que sin haberlo deseado aparecen igualmente, pero que
su presencia es tolerada. Como ejemplo podemos citar la difusión que se da
generalmente en medios gráficos, de la presentación en concurso del deudor;
nadie se presenta al juez para aparecer en los diarios, sin embargo, es una
consecuencia que, en definitiva, se tolera. Distinto es el caso de los efectos no
buscados intolerables, que son aquellos cuya sola presencia puede bloquear
un curso de acción determinado. Veamos un ejemplo: la quiebra de una
sociedad colectiva implica la quiebra automática de todos sus socios, por ser
socios con responsabilidad ilimitada. Esta circunstancia, frente a la posibilidad
de que los socios tengan acceso a otro tipo de solución (como por ejemplo:
aportes adicionales de capital), sería un factor bloqueante de la estrategia
mencionada.
Este análisis de efectos no buscados e intolerables debe practicarse en
relación a los efectos del proceso que se elige y de aquellos que podrían llegar
a aparecer como consecuencia del fracaso del curso elegido. Por ejemplo,
cuando hablamos de un Concurso Preventivo no hay que descartar el posible
Cramdown ni la eventual quiebra, que serían los procedimientos sobrevinientes
si no se consiguen las mayorías necesarias para aprobar los acuerdos
propuestos.
Por lo tanto y atento a lo expuesto, el análisis de tolerancia debe practicarse
extensivo para todas las instancias.
Por último, cabe señalar que este análisis de tolerancia puede practicarse
desde distintas perspectivas de interés, a saber: a) desde la empresa; b) desde
los administradores; c) desde los terceros vinculados con la empresa; d) desde
los acreedores; y e) desde la comunidad toda. Obviamente, es posible, lo que
realmente ocurre con frecuencia, que el resultado sea diverso según las
diferentes perspectivas.
En base a los elementos desarrollados en este punto es factible construir una
suerte de matriz de análisis de efectos deseables y no deseables de las
soluciones, en sus distintas clasificaciones y desde las distintas perspectivas
señaladas, en función de los intereses de los protagonistas involucrados.
8.5. Costo social
Decir que las empresas y las organizaciones están integradas por personas,
parece una obviedad.
Sin embargo, este hecho tan obvio muchas veces no es considerado
adecuadamente por los responsables de estas entidades al momento de tomar
decisiones sobre los cursos de acción en situaciones de crisis, y por lo tanto,
no existe una adecuada dimensión respecto de los efectos que sobre el
personal y la comunidad tienen esas decisiones.
Tomemos, por ejemplo, el caso de una empresa o establecimiento industrial
en el cual trabaja gran parte de los habitantes de un pueblo del interior del país.
Necesariamente la crisis de la organización va a repercutir sobre toda la
comunidad, tanto por la pérdida de la fuente de trabajo para los involucrados
directos y un número importante de familias —con todo el desencadenante
social que ello implica—, como para la comunidad en que ella está inserta.
Por lo tanto, al tomarse una decisión de concursamiento o al analizarse
algunas de las alternativas precedentes tratadas en este capítulo, deben
considerarse forzosamente estos efectos y, en caso de ser posible, prever la
forma en que van a ser abordados, conducidos y/o morigerados.
Otro de los aspectos relacionados con el capital humano de las empresas, es
lo que podríamos denominar "activos intangibles autogenerados" y que, en
situaciones de crisis extremas de las organizaciones (v.g.: quiebra), se corre el
riesgo de que se pierdan por completo.
Nos referimos puntualmente a todos aquellos desarrollos intelectuales que se
van generando en las organizaciones: diseños de procedimientos, know how y
desarrollos informáticos ad hoc, etc.; generados por los integrantes de los
distintos niveles de la organización y sólo aplicables a la actividad que en ella
se desarrolla.
Estos aspectos, otrora no considerados, hoy en día son de capital
importancia al tener en cuenta, por ejemplo, la valuación de una empresa con
miras a su venta. Esta realidad surge como consecuencia de la transmutación
que se ha operado en los últimos cuarenta años en las sociedades con
actividad económica, cualquiera sea su rubro, pasando de un trabajo
netamente manual a un trabajo donde el componente intelectual es
fundamental.
Estos desarrollos particulares de las organizaciones han surgido a partir de la
inversión de tiempo, capital intelectual y recursos materiales que, de disiparse,
implicarían una pérdida definitiva para toda la comunidad.

9. PREPARACIÓN DE LOS REQUISITOS FORMALES PARA LA PRESENTACIÓN


JUDICIAL
9.1. Previsión legal
Una vez que se hubiera decidido acerca de cuál habrá de ser el camino a
seguir conforme las distintas opciones que brinda la ley concursal, es necesario
hacer la presentación judicial, cumpliendo con los requisitos establecidos por la
ley concursal (9) .
La norma mencionada dispone como requisitos formales de la petición del
concurso preventivo a los siguientes:
"1°) para los deudores matriculados y las personas de existencia ideal regularmente
constituidas, acreditar la inscripción en los registros respectivos. Las últimas
acompañarán, además, el instrumento constitutivo y sus modificaciones y constancia
de las inscripciones pertinentes. Para las demás personas de existencia ideal,
acompañar, en su caso, los instrumentos constitutivos y sus modificaciones, aun
cuando no estuvieran inscriptos".
Este inciso requiere del presentante que informe su inscripción ante el
Registro Público de Comercio, acompañando en su caso los instrumentos que
acrediten la constitución de las respectivas sociedades.
Tengamos presente que en el ámbito de la Ciudad Autónoma de Buenos
Aires, el Registro Público de Comercio funciona bajo la órbita de la Inspección
General de Justicia.
En el supuesto de presentación de un agrupamiento empresario, deberá
cumplirse con este requisito para cada una de las personas físicas o jurídicas
que componen el agrupamiento.
"2°) explicar las causas concretas de su situación patrimonial con expresión de la
época en que se produjo la cesación de pagos y de los hechos por los cuales ésta se
hubiera manifestado".
Para cumplir con este inciso, se deberá indicar las causas que llevaron a la
situación de crisis a la empresa, clasificándolas entre las internas o endógenas
y las externas o exógenas. Asimismo deberá mencionar la época en que a
criterio del deudor se produjo la cesación de pagos indicando los hechos
concretos, como por ejemplo: a) cierre de cuenta corriente; b) suspensión de
actividades por falta de materiales; corte de luz por falta de pago; etc.
"3°) acompañar un estado detallado y valorado del activo y pasivo actualizado a la
fecha de presentación, con indicación precisa de su composición, las normas seguidas
para su valuación, la ubicación, estado y gravámenes de los bienes y demás datos
necesarios para conocer debidamente el patrimonio. Este estado de situación
patrimonial debe ser acompañado de dictamen suscripto por contador público
nacional".
El objetivo de este inciso es que el Juez y todos los interesados puedan
conocer la situación patrimonial del deudor al momento de la presentación en
concurso y que el síndico tenga elementos básicos para la confección del
informe general previsto por el art. 39 de la LCQ.
"4°) acompañar copia de los balances u otros estados contables exigidos al deudor
por las disposiciones legales que rijan su actividad, o bien los previstos en sus
estatutos o realizados voluntariamente por el concursado, correspondientes a los 3
(tres) últimos ejercicios. En su caso, se deben agregar las memorias y los informes del
órgano fiscalizador".
En caso de poseer dictamen profesional, deberá también acompañarse el
mismo, certificada la firma del profesional por el Consejo Profesional en
Ciencias Económicas de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires o de la
jurisdicción que corresponda.
"5°) acompañar nómina de acreedores, con indicación de sus domicilios, montos de
los créditos, causas, vencimientos, codeudores, fiadores o terceros obligados o
responsables y privilegios. Asimismo, debe acompañar un legajo por cada acreedor,
en el cual conste copia de la documentación sustentatoria de la deuda denunciada,
con dictamen de contador público sobre la correspondencia existente entre la
denuncia del deudor y sus registros contables o documentación existente y la
inexistencia de otros acreedores en sus registros o documentación existente. Debe
agregar el detalle de los procesos judiciales o administrativos de carácter patrimonial
en trámite o con condena no cumplida, precisando su radicación".
Es importante en este inciso cumplir con toda la especificidad requerida; para
esta información y documentación servirá de base que el sindico envíe la
correspondencia a los acreedores y luego pueda analizar cada uno de los
pedidos de verificación de créditos que se le presenten y elaborar los informes
individuales de créditos previsto por el art. 35 de la ley falencial.
"6°) enumerar precisamente los libros de comercio y los de otra naturaleza que lleve
el deudor, con expresión del último folio utilizado en cada caso, y ponerlos a
disposición del juez, junto con la documentación respectiva".
Los libros contables presentados y puestos a disposición del tribunal, serán
intervenidos por el secretario y devueltos al deudor para que continúe con la
registración de los hechos posteriores a la presentación en concurso.
"7°) denunciar la existencia de un concurso anterior y justificar, en su caso, que no
se encuentra dentro del período de inhibición que establece el artículo 59, o el
desistimiento del concurso si lo hubiere habido".
Recordemos que con respecto a este punto el artículo 59 establece que el
deudor no podía presentar una nueva petición de concurso preventivo hasta
después de transcurrido el plazo de un año contado a partir de la fecha de la
declaración judicial de cumplimiento del acuerdo preventivo, ni podrá convertir,
durante ese lapso, la declaración de quiebra en concurso preventivo.
"8°) acompañar nómina de empleados, con detalle de domicilio, categoría,
antigüedad y última remuneración recibida. Deberá acompañarse también declaración
sobre la existencia de deuda laboral y de deuda con los organismos de la seguridad
social certificada por contador público".
Este inciso fue incorporado recientemente con la última modificación de la
LCQ(10) y está dirigido fundamentalmente al síndico, quien debe producir el
informe sobre pasivos laborales previsto por la ley (11) .

9.2. Oportunidad para su presentación


El escrito de presentación en concurso preventivo y la documentación que se
agrega debe presentarse con dos copias firmadas, cumpliendo con los
requisitos formales del artículo 11.
Cuando se invoque causal debida y válidamente fundada, el juez debe
conceder un plazo improrrogable de diez días, a partir de la fecha de
presentación, para que el interesado dé cumplimiento total a los requisitos
formales previstos por el mencionado artículo.
Téngase muy en cuenta que el plazo de 10 días comenzará a correr a partir
del día de la "presentación" del pedido de concurso preventivo y no del día en
que el juez resuelva la concesión del plazo.
En virtud de lo dicho es necesario estar atento a los plazos, ya que es
factible que al momento de quedar notificado de la resolución que accede al
plazo, el mismo se encuentre agotado.
Por último cabe señalar que los mismos requisitos formales
precedentemente enumerados deben cumplirse también en caso de conversión
de la quiebra en concurso preventivo y en el pedido de quiebra efectuado por el
propio deudor (12) .

10. OTROS ASPECTOS CONTABLES


La reestructuración del pasivo que se produce en los procesos concursales,
debe tener su fiel reflejo en la contabilidad del ente concursado.
En este sentido es necesario efectuar un seguimiento permanente de cada
uno de los pasos procesales que se vayan sucediendo, para registrar
correctamente los diversos efectos.
A modo de ejemplo y sin pretender agotar el tema en esta instancia,
podemos mencionar los siguientes:
a) Apertura del concurso preventivo:
• Suspensión del curso de intereses de los créditos con privilegio general y
con carácter quirografario
• Transformación de deudas corrientes en no corrientes como
consecuencia de la suspensión de su exigibilidad
b) Resolución verificatoria de créditos:
• Ajuste de las deudas y sus privilegios a lo reconocido judicialmente
c) Vencimiento fecha para revisar créditos:
• Eliminación del pasivo de los créditos declarados inadmisibles y que no
hubieren deducido incidente de revisión
• Constitución de previsiones para aquellos créditos en revisión
d) Homologación de la propuesta de pago:
• Registración de la propuesta
• Registración de la quita explícita e implícita
• Registración de los honorarios devengados en favor de los profesionales
actuantes
• Registración de la tasa de justicia devengada
e) A los dos años de la presentación en concurso:
• Registración de la baja de todos aquellos créditos que por imperio del
artículo 56, párrafo octavo, de la LCQ, resultaren prescriptos

11. CONCLUSIÓN
En el presente capítulo hemos pretendido hacer una rápida presentación de
aquellos aspectos relacionados con las crisis de las empresas, en los que el
contador puede tener una participación activa como asesor de la empresa.
Así hemos repasado las herramientas a disposición, que le permiten al pro
fesional detectar, evaluar y proponer alternativas de solución a las crisis de las
empresas y, básicamente, conocer los pasos y procedimientos que
necesariamente vinculan esa realidad con el ámbito judicial. También le
permiten comprender la inescindible interrelación existente entre el ámbito
empresario y el jurídico, siendo que la actuación en este último no es una
temática exclusiva de los profesionales del derecho, tal como ha quedado
plasmado por la ley 20.488 de incumbencias profesionales.
También se han expuesto herramientas para la superación de crisis
organizacionales con base en la normativa concursal. En este sentido se han
analizado tanto las condiciones que dan lugar a su aplicación, como los sujetos
susceptibles de ser alcanzados por estos supuestos, sus limitaciones,
beneficios y costos, y todas las variables que se deben considerar para
detectar los efectos positivos y negativos de cada instituto concursal.
Es importante destacar que, existiendo tantas variables y realidades
diferentes, el asesor deberá encontrar creativamente la combinación
estratégica más adecuada al caso puntual en que intente su aplicación,
tratando de maximizar el beneficio empresario y de la organización, pero sin
descuidar el interés y costo social que necesariamente se halla involucrado en
el proceso.
Para finalizar, se han repasado los requisitos formales que la ley de
concursos y quiebras establece para las diversas presentaciones aludiendo el
remedio concursal y aquellos aspectos contables que interesa destacar
particularmente como consecuencia del devenir del procedimiento concursal.
EL CONTADOR PÚBLICO COMO SÍNDICO CONCURSAL

Juan Ulnik

1. INTRODUCCIÓN Y ALCANCES DEL CAPÍTULO


Dice el art. 13, inc. B, acápite a), apartado 1º del decreto-ley 5103/45,
ratificado posteriormente en el año 1946 por ley 12.921, que se requerirá el
título de "contador público nacional", en las "quiebras y convocatorias de
acreedores para las funciones de síndico previstas por la ley de quiebras y para
la conformidad de los estados patrimoniales de distribución de fondos y
cálculos de dividendos, presentados por los liquidadores".
Obviamente estamos hablando de un texto que hoy podría considerarse
histórico, dado los años transcurridos desde su sanción, pero aun a pesar de
los acelerados cambios de todo tipo que han acontecido en el mundo en más
de medio siglo, máxime en materia económica legal, un texto promulgado hace
tantos años, se mantiene en vigor, siendo de destacar que pocas legislaciones
hoy día vigentes en el mundo introducen en la incumbencia del contador
público un concepto tan amplio dentro de la especialidad judicial.
Y si nos remontamos a los primeros antecedentes en nuestro país al
respecto, debemos recordar que nuestras raíces en materia legal provienen en
buena parte de la legislación española (no olvidemos que fuimos colonia de
España). Ya las Ordenanzas de Bilbao, que datan nada menos que del año
1737, en materia de bancarrotas hablaban de los "síndicos comisarios", lo cual
es recogido posteriormente, ya en nuestra Independencia en el Código de 1862
que contemplaba tanto una "sindicatura provisional" como una "sindicatura
definitiva", si bien debe aclararse que en tan remota época, aún no existían
estudios universitarios que otorgaran el título de Contador.
Recién con la vigencia de la ley 4156, y ya existiendo la carrera universitaria
de Contador Público, se declara que la sindicatura concursal debe ser ejercida
por un Contador Público, lo cual posteriormente es ratificado y ampliado por la
ley 11.719, pero subsistiendo aún la figura del "liquidador", funcionario éste que
desaparece a partir de la promulgación de la ley 19.551 que lo reemplaza por la
figura del "síndico liquidador".
Promulgada la ley 19.551 el 4 de abril de 1972, con el correr de los años
experimenta cambios muy importantes en su articulado, como consecuencia de
las sucesivas reformas emanadas de las leyes 20.312, 20.315, 20.595, 21.488,
22.917, ya llegamos a la ley 24.522 vigente en la actualidad, si bien con las
modificaciones parciales emanadas de las leyes 24.760, 25.113, 25.374,
25.563, 25.589, 26.086 y la más reciente con profundos cambios en materia
laboral: me refiero a la ley 26.684, pero, al presente, el artículo 253 mantiene
toda su vigencia en lo que refiere a que la sindicatura podrá ser ejercida en
forma exclusiva por Contadores Públicos. También se mantiene vigente el
sistema de categoría de síndicos, tema éste de cierta complejidad al cual nos
referiremos líneas más adelante.
Con lo hasta aquí expuesto, queda ampliamente demostrado el importante
papel que el legislador le ha reservado al Contador Público en los procesos
falenciales, con lo cual, sin lugar a dudas, quedan justificadas estas líneas, en
una obra que se destina para ilustración general de estudiantes y graduados.
No pretende ser un tratado profundo sobre tan espinosa materia, sino
simplemente una guía para la actuación dentro de tan importante incumbencia
del Contador Público, ilustrando así sobre aspectos básicos que hacen a su
desempeño en el ámbito forense, y con la modesta pretensión de que resulte
útil a estudiosos del tema, y de ilustración para Contadores Públicos tanto
cuando se desempeñan en el área judicial, como así también cuando actúen
como asesores de comerciantes con problemas de crisis empresarias a fin de
ilustrarlos sobre la posibilidad de acudir al remedio concursal.
Es así como a través de los capítulos que siguen, estimamos prudente antes
de entrar de lleno a las responsabilidades, derechos y obligaciones de un
síndico concursal, comentar todo lo atinente a los requisitos esenciales en
primer lugar, para su inscripción y su posterior designación, pues dado que nos
guía un espíritu práctico y a la vez docente, hemos entendido que previo a
explayarnos sobre las tareas a llevar a cabo, deben tenerse precisas nociones
acerca de cómo acceder a tales desempeños.

2. REQUISITOS Y NORMAS LEGALES APLICABLES PARA LA INSCRIPCIÓN Y


DESIGNACIÓN DEL CONTADOR PÚBLICO COMO SÍNDICO CONCURSAL

2.1. Requisitos
Entramos a uno de los temas más controvertidos y que han agitado las
opiniones, tanto de contadores, como de abogados y magistrados; y son
muchas y muy respetables las campanas a escuchar al respecto.
Por supuesto que sería una solución facilista transcribir el art. 253 de la ley
24.522 (antes art. 277 de la ley 19.551) sin otros mayores comentarios, pues el
texto de la norma legal es bien claro, pero la importancia y trascendencia del
tema bien merece comentarios adicionales.
Las antiguas legislaciones sobre bancarrotas, que creaban la figura del
síndico, y que exigían que el mismo tuviera como título habilitante el de
contador público, disponían que las respectivas listas se renovaran
anualmente, para luego pasar al sistema bianual y llegar finalmente al sistema
actualmente vigente que consiste en la renovación cada cuatro años.
A esta altura es fundamental aclarar que, de acuerdo al texto del art. 253,
inc. 1°, de la ley 24.522 y que no experimentó cambios al sancionarse las
posteriores modificaciones a tales normas legales, tal desempeño se halla
reservado exclusivamente a contadores públicos con más de 5 años de
ejercicio profesional y sigue luego la aludida norma legal diciendo que se
designa preferentemente a quienes hubieran cursado carreras universitarias de
especialización de postgrado. Esto último a su vez tiene su antecedente en el
párrafo 35, inciso b) de la Exposición de Motivos de la aludida ley
24.522, cuando se aclara que se refería la preferencia a "carreras específicas y
de profundización profesional con el sentido y alcance que universitariamente
es propio de ese nombre, y no simples cursos".
Una de las primeras controversias surge a partir del requisito de antigüedad,
y se continúa con el requisito de la especialización. En opinión de muchos
graduados, el título habilitante es único y sin limitaciones de ninguna especie,
motivo por el cual consideran injusto vedar el acceso a una fuente de trabajo
con requisito previo alguno, ya que se aduce que la experiencia que
únicamente otorga el ejercicio activo de la profesión es necesaria en cualquier
especialidad, y no por ello existe exigencia previa alguna para cualquiera de las
otras incumbencias del contador público. Ello es cierto, pero la tarea de la
sindicatura concursal es tan vasta y tan disímil, pues abarca tantas áreas de la
profesión, que difícilmente sin años de experiencia y sin aprendizaje
especializado previo, se pueda cumplir cabalmente con la función de síndico
concursal.
Puede acudir al remedio concursal tanto un establecimiento agropecuario
como una fundición de metales; puede hallarse en situación de impotencia
financiera tanto un director de empresa como un director cinematográfico;
puede tratarse tanto de un establecimiento único con un solo empleado como
un establecimiento con cincuenta sucursales y mil dependientes. Y, en
cumplimiento del mandato legal en plazos relativamente breves, el síndico
concursal debe producir, entre otros, informes tanto de auditoría como de
factibilidad, investigar el pasado y proyectar el accionar futuro, expedir
certificados diversos, vigilar bienes, y así podríamos continuar con muchas
funciones más. Su accionar es indelegable (art. 252), y se pueden detallar
muchas más exigencias, todo lo cual (si bien debemos admitir no representa
una garantía total) nos hace concordar con el régimen legal actualmente
vigente que exige antigüedad y especialización, pues por lo menos se trata de
la alternativa más seria y coherente al respecto.
La República Argentina tiene un sistema federal de gobierno, es decir,
coexisten leyes de aplicación nacional y leyes de aplicación provincial. La ley
19.551 y sus posteriores reformas son leyes nacionales uniformes para todo el
país, pero los Códigos de Procedimientos, vigentes en cada Provincia, sólo
tienen aplicación en aquel territorio provincial que lo ha promulgado. Lo mismo
ocurre con la organización de la justicia, pues cada una de las divisiones
políticas de la república tiene su propia organización tribunalicia, e incluso las
provincias más importantes (por ejemplo: Buenos Aires, Santa Fe, etc.) tienen
departamentos judiciales en sus territorios, con distintos Tribunales de primera
instancia y de alzada y una Corte Suprema por provincia. A su vez, tienen
jurisdicción y competencia en la Capital Federal en materia concursal, los
Juzgado Nacionales de 1ra. Instancia en lo Comercial, la Cámara Nacional de
Apelaciones en lo Comercial y en determinados casos la última palabra la tiene
la Corte Suprema de Justicia de la Nación.
La ley 24.522 actualmente vigente, aun con sus posteriores modificaciones
que en ningún momento han modificado el tema incumbencia y especialización,
innova en dos sentidos, pues el texto sancionado por el Congreso de la Nación,
se aparta del anteproyecto elevado por el Poder Ejecutivo, que originariamente
permitía que la sindicatura fuera ejercida en forma indistinta por contadores
públicos o por abogados, y en el texto promulgado finalmente por el Poder
Ejecutivo, en su artículo 253, inc. 1°, claramente se reserva la función de
síndico concursal al contador público.
Pero lo novedoso en el país, pues no existen antecedentes anteriores al
respecto, es la división de los síndicos en dos categorías: categoría A,
integrada por estudios de contadores públicos, y categoría B, integrada por
contadores públicos en forma individual.
Todo ello se encuentra explicitado en los incisos 1° y 2° del art. 253, y líneas
más adelante nos referiremos al respecto.

2.2. Inscripción
En materia nacional, la ley 24.522 en su art. 253, inc. 2° dispone que cada
cuatro años la Cámara de Apelaciones correspondiente forme listas en
cantidad no inferior a quince síndicos por juzgado, con 10 suplentes también
por juzgado, todos los cuales pueden reinscribirse indefinidamente (debe
señalarse que antiguamente, cuando la inscripción era anual, según el art. 88
de la ley 11.719, una vez que el contador pasaba a integrar una lista anual, no
podía volver a figurar sino con un intervalo de uno a tres años, según lo
establecía el respectivo Tribunal, sin interesar para dicha exclusión forzosa, si
había sido sorteado en causa alguna); es decir, actualmente se privilegia le
experiencia que se presume se adquiere en un ejercicio continuado en la
función de Síndico.
Continúa diciendo la actual norma legal que deberá haber dos listas; una de
ellas correspondiente a la categoría A, integrada por estudios, y la segunda
denominada categoría B, integrada exclusivamente por profesionales en forma
individual.
Donde interviene el arbitrio de cada Tribunal de Alzada es en el
procedimiento a ser adoptado para formar las listas de titulares y suplentes,
salvo la obligatoriedad de la preferencia a los que cuenten con antecedentes y
experiencia; y dentro de ello, a los que acrediten haber cursado carreras
universitarias de especialización en posgrado. En la Ciudad Autónoma de
Buenos Aires, ello se rige por acordadas dictadas por la Cámara Nacional de
Apelaciones en lo Comercial, que al presente dispone que cada Juzgado
cuente con una lista de quince síndicos titulares, de los cuales tres serán de
categoría A y doce de categoría B. De esos tres síndicos categoría A, dos son
designados por la Cámara en base a antecedentes y estudios de posgrado, y
uno de ellos por sorteo; y con respecto a la categoría B, un número de síndicos
es designado en base a antecedentes y estudios de posgrados, y el resto es
designado por sorteo.
Confeccionadas las listas globales arriba detalladas, y siempre por sorteo
público, se procede a la distribución por Juzgado, tocándole a cada Tribunal las
mismas proporciones de síndicos categoría A y B, y dentro de cada categoría,
las mismas proporciones de profesionales con antecedentes y/o estudios
especializados y de contadores simplemente sorteados.
Con el remanente de aspirantes no desinsaculados se sortean los síndicos
que han de actuar, siempre durante cuatro años en carácter de suplentes,
designándose uno por la categoría A y nueve por la categoría B, por Juzgado, y
en lo que hace a sus designaciones para su actuación en las causas, nos
referiremos líneas más adelante.
Con pequeñas diferencias lógicamente adaptadas a la importancia territorial
y número de habitantes, al número de Tribunales y a la cantidad de aspirantes
a síndicos inscriptos, cada Cámara de Apelaciones Provinciales con
competencia en quiebras ha dictado sus respectivas acordadas.
Es importantes destacar que en la Ciudad Autónoma, se le otorga
importancia al hecho que el aspirante a síndico tenga a su disposición oficinas
con suficientes comodidades (en el caso de los estudios de síndicos, la
reglamentación dispone que se deben acompañar planos del estudio
profesional) para atender al público, como así también que no tenga sanciones
del Tribunal que lo inscribe, habiéndose resuelto actualmente en la Ciudad
Autónoma que obligatoriamente debe atenderse al público en las oficinas del
síndico como mínimo en el horario de 12 a 18 horas.
No existe impedimento alguno en la medida en que se posea domicilios para
constituirlos, que el aspirante a síndico se inscriba en cuantas jurisdicciones
judiciales quiera hacerlo, si bien en los últimos años han surgido restricciones
al respecto. Como ejemplo podemos mencionar que en CABA se exige que el
domicilio real no se encuentre a más de 250 Km de la sede del Tribunal; y
algunos Tribunales Provinciales, han dictado normas a fin de evitar la
inscripción del llamémoslo "síndico golondrina" que constituye domicilio
únicamente por razones de conveniencia. Por ejemplo, en la Provincia de
Córdoba tienen preferencia quienes declaren bajo juramento que poseen el
domicilio real y profesional en la circunscripción judicial en la cual se inscriben.
Aun así, y aun cuando las reglamentaciones de los respectivos Tribunales no
lo hayan exigido al momento de la inscripción, es llamativo un fallo dictado en
la Provincia de Jujuy, en autos "CAFA SRL" s/concurso por agrupamiento, por
el cual al haber llegado a conocimiento del Tribunal que la residencia real del
profesional que se desempeñaba como síndico en una causa era en CABA (es
decir, a 1600 Km de Jujuy) se lo removía del cargo. (1)

2.3. Designación
Siguiendo los lineamientos del art. 253, en su inciso segundo, dicta normas
que ya se convierten en obligatorias para los Tribunales de todo el país, como
ser que deben existir bolilleros separados para quiebras y para concursos y
que para el supuesto teórico en que un concurso devengue en quiebra,
continuarán las tramitaciones con el mismo síndico. La antigua ley 11.719
disponía taxativamente en su art. 89 que a los efectos del sorteo, el síndico
sorteado era eliminado del bolillero, hasta tanto hubieran sido sorteados la
totalidad de los integrantes de la lista. La ley 19.551 nada decía al respecto,
pero, ya sea por acordadas en distintas jurisdicciones, ya sea por los usos y
costumbres, en la actualidad a este respecto el procedimiento no ha variado.
En cambio, la ley 24.522 taxativamente en su art. 253, inc. 6° dice que el
designado sale de la lista hasta tanto hayan actuado todos los candidatos.
Los incisos octavo y noveno del art. 253, tienen un vacío legal en lo que
respecta al orden de preferencia para las designaciones de síndicos suplentes.
Si bien disponen que a medida que cesan los síndicos titulares (por cualquier
causa, como ser remoción, renuncia o muerte), se incorporan los suplentes,
como así también que los suplentes deben actuar por licencias de los titulares,
no legislan, si debe respetar el orden de sorteo con que se reciben las listas
elaboradas por las Cámaras, o bien si se debe practicar un nuevo sorteo entre
la totalidad de los síndicos suplentes del Juzgado y al respecto no existe una
norma mayoritaria de los Tribunales en cuanto a la interpretación de dichos
incisos, siendo las soluciones disimiles aun dentro de una misma jurisdicción
judicial.
Otro vacío legal, es el que se refiere a la forma de designar los llamados
síndicos "ad hoc" (que intervienen puntualmente en los estudios de créditos o
de situaciones, donde pueda existir un interés personal del síndico regular),
pues ningún artículo de la ley 24.522 lo menciona, quedando a criterio de cada
Tribunal el desinsacularlo de las listas de titulares o de suplentes, su reposición
en bolillero y las pautas para la regulación de sus honorarios; siendo deseable
a tal respecto que en el futuro la legislación contemple tal figura y la incluya en
el articulado de la Ley.
Queda librado al criterio del Juez hacer valer la última parte del art. 253 que
se refiere a la sindicatura plural. Es de hacer notar que la Ley impone
solamente tres condiciones al respecto:
1°) Que se trate de un proceso cuyo volumen y complejidad lo justifiquen;
2°) Que tal decisión sea fundada; y
3°) Que disponga el régimen de coordinación del cuerpo de síndicos que se
crea, es decir, que paute las funciones de cada uno de los síndicos.
Es tan compleja la función de la sindicatura, máxime si se trata de procesos
de gran envergadura económica, son tantos y tan variados los precedentes a
ser aplicados y pueden ser tan difíciles los criterios a ser conciliados, máxime si
el azar elige profesionales con distintas formaciones académicas, y disímiles
metodologías de labor, que no compartimos esta idea del legislador, pues a
pesar de tener muy poca receptividad en los Tribunales, pensamos que puede
complicar el proceso, en lugar de aliviar la carga procesal, máxime si tenemos
presente la posibilidad del Juez de designar como síndico a un estudio
categoría A.
El art. 255 dispone acerca de la irrenunciabilidad a las designaciones, salvo
causa grave que impida su desempeño, e inteligentemente a fin de evitar que
un síndico renuncie en las causas "pobres" y se siga desempeñando en las
causas "ricas", también dispone que la renuncia comprenda la totalidad de las
sindicaturas; es decir, no hay lugar a elección caprichosa. De no existir causa
grave que justifique la renuncia, tampoco se puede obligar a un profesional a
continuar con sindicaturas que no desea, pero debe saberse que en tales
casos, su renuncia puede ser rechazada y se podría decretar su remoción lisa
y llana, que trae aparejada las sanciones del art. 255, tercera y cuarta parte.
El art. 256 consagra el derecho del síndico a excusarse en determinada
causa, remitiéndose para ello a las causales de recusación con causa a los
magistrados. También debe excusarse si se encuentra en la misma situación
frente a un acreedor y para ese caso particular deberá designarse un síndico
suplente. Es llamativo que la nueva Ley, al igual que la anterior, nada diga
respecto a las excusaciones del síndico frente al concursado. No obstante tal
silencio legal, por analogía y por una elemental lógica, estimamos que las
disposiciones del art. 256 son válidas tanto para quiebras (lo cual está
perfectamente determinado en la Ley), como para concursos.

2.4. Licencias
Obviamente, el síndico es un ser humano, quien puede quedar afectado a un
sinfín de circunstancias que le impidan temporariamente ejercer en plenitud sus
funciones, máxime si se considera que las designaciones tienen cuatro años de
duración. El art. 255 "in fine" de la ley 24.522 trata el tema de las licencias, y al
respecto dispone en forma taxativa que se conceden por motivos que impidan
temporariamente el ejercicio del cargo, no pudiendo superar los dos meses por
año corrido. También dispone la misma norma legal que las otorga el Juez,
siendo apelables en caso de denegación. Si bien la Ley no dispone la
obligación de agregar prueba alguna que justifique el pedido de licencia,
tratándose de una facultad que ejerce el magistrado actuante, es más que
obvio que el pedido debe ser fundado en forma razonable, y de ser posible
agregando las pruebas que avalen el pedido, como ser certificados médicos,
certificaciones sobre cursos en extrañas jurisdicciones, documentaciones que
hagan a derechos de familia, etc.
A esta altura nos permitimos criticar la aparente inflexibilidad de la Ley
cuando limita taxativamente a dos mesesen el año (ante el silencio de la Ley,
se supone que se refiere al año calendario) el período máximo de la licencia, si
bien entendemos que ante un pedido debidamente fundado con sólidas
pruebas, dicho período podría ser extendido por el Juez interviniente.
Para el supuesto de una denegación del Juez de primera instancia, es
posible recurrir a la Cámara de Apelaciones, pero ello muchas veces si se trata
de causas que no admiten espera, se torna en un remedio ilusorio.

3. ATRIBUCIONES, RESPONSABILIDADES Y RETRIBUCIÓN DEL SÍNDICO


CONCURSAL

3.1. Atribuciones
Ya hemos efectuado anteriormente comentarios acerca de la diversidad de
tareas que debe encarar un síndico concursal en el desempeño de su función,
todas ellas tan disímiles entre sí, y debe entenderse que para concretar tal
improbo como amplio trabajo, es imprescindible que la Ley le entregue las
herramientas necesarias. Tales herramientas de orden legal surgen del
articulado de la ley 24.522 y sus posteriores modificaciones, en especial del art.
275.
Es importante destacar en lo que respecta al uso de la firma profesional que
no deben confundirse las atribuciones que tiene un Contador Público cuando
actúa en carácter de perito, arbitro o interventor, que cuando actúa como
síndico concursal, dado que solamente en esta última circunstancia puede
firmar documentación que hace al procedimiento judicial con las mismas
atribuciones que el Código de Procedimientos atribuye a los
letrados.Solamentecuando el Contador Público se dirige en ejercicio de la
función de síndico concursal, se halla facultado para suscribir cédulas, oficios y
pedidos de informes diversos. Al respecto el art. 137 del Código de
Procedimientos en lo Civil y Comercial y el art. 275, inc. 1°, ley 24.522, lo
facultan a firmar cédulas y a su vez las demás facultades que le confiere el ya
aludido art. 275 son tan importantes, amplias y extensas que merecen ser
repetidas textualmente. Dice tal articulado:
Art. 275. Deberes y facultades del síndico - Compete al síndico efectuar las
peticiones necesarias para la rápida tramitación de la causa, la averiguación de la
situación patrimonial del concursado, los hechos que puedan haber incidido en ella y la
determinación de sus responsables.
A tal fin tiene, entre otras, las siguientes facultades:
1) librar toda cédula y oficios ordenados, excepto los que se dirijan al presidente de
la Nación, gobernadores, ministros y secretarios de Estado, funcionarios de análoga
jerarquía y magistrados judiciales;
2) Solicitar directamente informes a entidades públicas y privadas. En caso de que
el requerido entienda improcedente la solicitud, debe pedir al juez se la deje sin efecto,
dentro del quinto día de recibida;
3) requerir del concursado o terceros las explicaciones que estime pertinentes. En
caso de negativa o resistencia de los interpelados, puede solicitar al juez la aplicación
de los arts. 17, 103 y 274, inc. 1;
4) examinar, sin necesidad de autorización judicial alguna, los expedientes judiciales
o extrajudiciales donde se ventile una cuestión patrimonial del concursado o vinculada
directamente con ella;
5) expedir certificados de prestación de servicios de los dependientes, destinados a
la presentación ante los organismos de seguridad social, según constancias de la
contabilidad;
6) en general, solicitar todas las medidas dispuesta por esta ley y otras que sean
procedentes a los fines indicados.
7) Durante el período de verificación de créditos y hasta la presentación del informe
individual, debe tener oficina abierta al público en los horarios que determine la
reglamentación que al efecto dictará la Cámara de Apelaciones respectiva.
8) El síndico debe dar recibo con fecha y hora bajo su firma o de la persona
autorizada expresamente en el expediente, de todo escrito que le sea presentado en
su oficina durante el período de verificación de créditos y hasta la presentación del
informe individual, el que se extenderá en una copia del mismo escrito.
El síndico es parte en el proceso principal, en todos sus incidentes y en los
demás juicios de carácter patrimonial en los que sea parte el concursado, salvo
los que deriven de relaciones de familia en la medida dispuesta por esta ley.
Excepto en las cédulas que tienen una redacción ya fijada, en las demás
documentaciones que se suscriba como síndico concursal es aconsejable
incluir en el texto, la frase de que se firma en uso de las atribuciones que
confiere el artículo e incisos arriba citados. La disposición antes comentada
hace al ahorro de los tiempos procesales y del trabajo del Tribunal, a la vez que
equipara las facultades del Contador Público, síndico concursal a las del
abogado.
Los deberes de la Sindicatura especificados en los incisos 7° y 8° son
novedosos y sin antecedentes en el pasado, y sobre los cuales nos referiremos
más en detalle, líneas más adelante, al hablar del proceso de verificación de
créditos.
Siempre en el tema de las facultades del síndico es importante mencionar los
derechos que le acuerda el art. 33, herramienta fundamental a efectos de poder
esclarecer y llegar a la verdad en la determinación de pasivos, que se extiende
incluso al derecho de acceso a libros y documentación de terceros.
Preferentemente todos los pedidos que lleve a cabo el Síndico, deben tener
un respaldo escrito, si bien puede optar por solicitar tales informaciones a
través del expediente judicial en el cual se encuentra actuando.
Concluyendo el tema, no puede haber secretos para el síndico concursal, en
lo que hace a los negocios del deudor, ni en lo que se relacione a los negocios
de terceros con dicho deudor, lo cual no significa que el síndico no deba tener
presente lo dispuesto acerca del "secreto profesional" en el Código de Ética
que rige en la profesión, pues aun en el supuesto que deba poner en
conocimiento del Juzgado algún tema que por diversas razones el deudor o
acreedor involucrado deban mantener en secreto, siempre existe la solución de
solicitar al Tribunal interviniente la formación de un "expediente reservado" el
cual obviamente es exhibido solamente a aquellas partes autorizadas por el
Juzgado.

3.2. Responsabilidades
Es elemental que si las atribuciones son mayores, la responsabilidad se
acrecienta. Cuando líneas más arriba se transcribe el claro texto del art. 275
que ilustra acerca de las facultades del síndico, es necesario remarcar que en
su inicio utiliza el término "...compete al síndico...", es decir, es imperativo; y
ello así por cuanto el síndico es el profesional idóneo para el desempeño de las
tareas que en los distintos incisos se explicitan.
El contador público que incursiona en el ejercicio de la sindicatura concursal,
debe tener bien presente, de ejercer el mandato que la Ley le confiere, en la
forma más ajustada a Derecho que le sea posible, sin descuidar o infringir, ni
normas legales, ni normas técnicas que hagan al ejercicio de la profesión, pues
puede llegar a sufrir penalidades de diversa índole, tanto en el expediente en el
cual se halla actuando, ante los Tribunales de Ética de la profesión e incluso
cuando la gravedad del hecho así lo amerite, aquellas contempladas por el
Código Penal.
No es el caso considerar aquí las conductas delictuosas llevadas a cabo a
conciencia y en forma voluntaria, conductas éstas reprochables que
afortunadamente para el prestigio de la profesión, son casi desconocidas, pero
sí corresponde destacar que una mala praxis, ya sea por defectuoso
conocimiento de leyes de fondo o de forma, imprudencia, impericia e incluso
por deficiente patrocinio legal, puede hacer caer al síndico concursal en las
figuras de la "estafa procesal" o del "falso testimonio", ambas incluidas en el
Código Penal.
Si bien los arts. 239, 245 y 279 de la ya caduca ley 19.551, no se repiten en
la nueva ley 24.522, sin perjuicio de que el texto del fenecido art. 279, es
parcialmente repetido ahora en el art. 255, ya no se reproduce el párrafo
"daños que deba reparar el funcionario" (y el síndico concursal lo es), y en
cambio en el tercer párrafo del art. 255 se introduce la posibilidad de una
reducción (ello como castigo) de los honorarios del síndico, y en el párrafo
siguiente contempla la aplicación de multas al síndico hasta el equivalente de la
remuneración mensual del Juez de Primera Instancia.
A pesar del nuevo texto legal, entendemos que por aplicación de las leyes
corrientes, el posible "daño" por el que pueda ser inculpado un síndico por mal
desempeño en su función, puede tener distintas penalidades. En síntesis, un
incorrecto accionar puede eventualmente acarrear castigos tanto pecuniarios
como de orden personal.
Por tratarse de hechos más comunes, prescindimos la transcripción de fallos
que hayan contemplado la remoción del síndico, pero se ha considerado
conveniente traer alguna jurisprudencia que sanciona pecuniariamente al
síndico concursal, todas ellas emanadas de la Cámara Nacional de
Apelaciones en lo Comercial y que corresponden a los autos que en cada caso
se explicita Dictaminó el Fiscal de Cámara a lo cual adhirió el Tribunal: la
demora de casi tres meses incurrida en la publicación de los edictos inherentes
a un proyecto de distribución de fondos justifica la imposición al síndico de una
multa de quinientos australes, aun cuando los fondos se hayan mantenido en
cuenta redituable (2) . Se dijo también: "Si el informe no cumple las exigencias
formales y sustanciales previstas por el art. 35 y Resolución Técnica N° 7 de la
Federación Argentina de Profesionales en Ciencias Económicas —aplicable
según lo dispuesto por la ley 20.488; 21-F y ley 20.476; 8-F—, habida cuenta
de que en la mayoría de los casos el síndico se limita a formular una escueta
reseña de la petición del acreedor —que no resulta suficiente para dar cuenta
de los elementos que tuvo a la vista para emitir su opinión— y no fundamenta
su dictamen, corresponde la imposición de una multa." (3) A su vez se
sentenció: "El régimen de sanciones al síndico supone apreciar globalmente su
actuación, considerándose la totalidad de su desempeño. La circunstancia de
tener que instar el Tribunal a la reinscripción de inhibiciones vencidas, en razón
de la paralización durante largos períodos del expediente principal, demuestra
la falta de un obrar diligente por parte del síndico en el cumplimiento de sus
funciones —que en forma alguna pueden quedar supeditadas a las
conminaciones que el Juez deba dirigirle al efecto— y justifica la imposición de
una multa como sanción" (4) .
Si bien hasta el presente no existe receptividad de los Tribunales, se nota
cierta corriente intimidatoria hacia el síndico concursal, cuando se pide costas
en forma personal contra su persona. Dado que nunca existe la seguridad
absoluta de resultar vencedor en un pleito, iniciar o defender acciones como
representante de la masa de acreedores en una quiebra, o bien tomar
determinada posición en un concurso preventivo, con el riesgo de tener que
afrontar los gastos causídicos con patrimonios personales, podría llegar a obrar
como freno disuasivo, lo cual es inadmisible, pues atentaría contra el
desempeño imparcial de la sindicatura.
Es importante consignar que la Cámara Nacional de Apelaciones en lo
Comercial opinó que "El rechazo del pedido de extensión de la quiebra,
formulado por el síndico, en virtud de que el mismo no ha logrado la
acreditación suficiente de los hechos invocados, la negligencia probatoria
demostrada y la falta de impulso conveniente de las actuaciones, puede
justificar una sanción, o, en definitiva, un conveniente análisis al momento de la
regulación de sus honorarios profesionales, pero no la imposición de las costas
del proceso cuando actúa en representación de la quiebra" (5) .
Un fallo más reciente del mismo Tribunal concuerda con la doctrina arriba
vertida, por cuanto dice "En cuanto a las costas, por no hallarse mérito para
una imposición personal al síndico, extremo éste eventualmente reservado
para hipótesis de comportamiento procesal que perjudique directamente al
concurso, ausentes en autos. Ha de repararse en que fue el síndico de la
quiebra quien promovió el incidente contra la fallida como necesario
contradictor principal, sin que resulte así justificado que sean los acreedores,
que no obtuvieron beneficio alguno con el pleito, quienes deban —por vía de la
afectación al activo que supone una imposición de costas y la consecuente
regulación con la graduación del LC 264— sufragar los gastos y honorarios
ocasionados en autos" (6) .
Siempre dentro de las obligaciones de la Sindicatura, al menos para aquellos
que actúan en jurisdicción de CABA, antes de postularse para integrar las listas
de síndicos se debe tener presente lo dispuesto por el art. 16 de la Acordada
dictada por la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Comercial el 12 de
octubre de 2007, en el sentido de que las oficinas del síndico deben estar
abiertas para la atención al público cuando menos los días hábiles judiciales de
12 a 18 horas.
Para finalizar el aspecto de la responsabilidad del síndico concursal, cabe
mencionar la que emana de la Ley de Procedimientos impositivos en
concordancia con la Ley penal tributaria (y no menos importante son las
resoluciones dictadas en los últimos años, tanto por AFIP, como de Direcciones
de Rentas de distintas provincias, por las cuales una vez aceptado el cargo de
síndico tanto en concursos como en quiebras debe completar y entregar una
serie de formularios a los efectos de hacer saber en especial, las
identificaciones del deudor, su domicilio y las fechas fijadas para las
presentaciones de los pedidos de verificación, etc.), pues el síndico concursal
podría eventualmente llegar a aparecer como "responsable por deuda ajena", y
debe también considerarse la responsabilidad que surge por aplicación del
Código de Ética de la profesión, en cuyo caso el Juez natural es el Tribunal de
Ética Profesional del Consejo Profesional de Ciencias Económicas.

3.3. Retribución
En la exposición de motivos de la antigua Ley de Quiebras, ley 11.719, su
autor, el Dr. Ramón S. Castillo, dijo que las funciones del síndico debían ser
remuneradas, porque nadie sacrifica su propio tiempo para dedicarlo
gratuitamente al de otros. Esto, que es de una claridad meridiana, en lo que se
refiere a que es de estricta justicia remunerar al síndico, por obra y milagro de
leyes, sentencias y plenarios, asociado en el pasado a violentos períodos de
depreciación del signo monetario, hacen que en la mayor parte de los casos la
remuneración a percibir no compense el tiempo y esfuerzos invertidos, y en
muchísimos casos es totalmente inexistente.
Antes de entrar a fondo en este tema, debe aclararse que tanto para
contadores como para abogados que intervengan en el proceso concursal, no
son de aplicación las disposiciones de los respectivos aranceles de honorarios
que rigen para ambas profesiones. Ello surge para los contadores del art. 5° del
decreto-ley 16.638/57 (Arancel para profesionales en Ciencias Económicas),
que se refiere a la ya desaparecida Ley de Quiebras, ley 11.719, la cual
dispone que el honorario de dichos profesionales debe establecerse dentro de
los porcentajes de los arts. 101 y 102 de la ya inexistente norma legal antes
citada.
Una disposición parecida está contenida en el art. 31 de la ley
21.839 (Arancel para abogados), que en su primera parte se remite a la
legislación específica en materia concursal.
Todo lo anterior es receptado por la ley 24.522, que en su art. 271 dispone
que para el cálculo de las regulaciones,no se aplican las disposiciones de leyes
locales. Cabe pues efectuar las consideraciones de rigor acerca de la
"oportunidad" y la "base" de las regulaciones en materia concursal, todo lo cual
se halla contenido en los arts. 265 al 272 de la ley 24.522.
También es importante tener presente que en muy raras ocasiones será el
síndico el único profesional interviniente en el proceso. Por regla general,
también intervendrán uno o más letrados que patrocinen al síndico (art. 257),
uno o más letrados que patrocinen al deudor, como así también otros
funcionarios detallados en el art. 266, todos ellos con derecho a percibir
honorarios.
La actividad judicial del Contador Público se halla regida por el vetusto
decreto-ley 16.638/57, el cual en su art. 5° dice que "En los juicios de quiebras
y convocatorias de acreedores, los honorarios del síndico serán fijados
tomando en consideración la importancia de la labor desarrollada y dentro de
los porcentajes establecidos en los arts. 101 y 102 de la ley 11.719".
La antes mencionada ley 11.719, desde el año 1972 fue reemplazada por la
ley 19.551 que en sus arts. 288 al 295 legislaba sobre regulación de
honorarios, debiendo destacarse que el art. 289 fue reformado en el año 1983
por la ley 22.917. En la actualidad tal tema es tratado por los arts.
265 al 272 de la Ley 24.522.
Es diferente la regulación según se trate de un concurso preventivo o de una
quiebra, y son varios los factores que deben ser considerados por el Juez a la
hora de su decisión al respecto. Esto último en cuanto al monto, porque
asimismo existen distintos momentos para tales regulaciones.
En los concursos preventivos, el Juez debe practicar la regulación al
homologar el acuerdo preventivo (art. 265, inc. 1°), y si el concurso concluyera
por cualquier otra causa, a ese momento deberá practicarse la regulación (art.
265, incs. 2° al 5°)
El art. 266 dispone que los honorarios totales en caso de acuerdo preventivo,
es decir, el monto a repartir entre todos los funcionarios actuantes, letrados y
apoderados, no debe ser inferior al 1% del monto del activo prudencialmente
estimado por el Juez, ni superior al 4%. Para ello, el Juez debe tener en cuenta
los trabajos llevados a cabo por los profesionales beneficiarios y el tiempo de
su desempeño. Para el caso en que el monto del activo supere la suma de
$100.000.000, los honorarios previstos en este artículo no podrán exceder el
1% del activo estimado. La ley 24.522 agregó una limitación al respecto,
consistente en que las regulaciones no pueden exceder el 4% del pasivo
verificado, pero tampoco serán inferiores a dos sueldos del secretario de
primera instancia de la jurisdicción donde tramita el concurso.
Tal limitación ha levantado numerosas críticas a las cuales adherimos, pues
se trata de una disminución caprichosa que no se compadece con el principio
de una justa retribución compensatoria de la envergadura del trabajo, a lo cual
debe agregarse, que a la época de la regulación, pueden encontrarse
incidentes de revisión aún no concluidos, en los cuales puede recaer resolución
que aumente significativamente el pasivo concursal, modificando en forma
sustancial los porcentuales, pero ya para esa oportunidad la regulación a los
profesionales intervinientes practicada con la limitación del art. 266 será cosa
juzgada, que no admite rectificación. Todo ello sin perjuicio de la regulación
que pueda practicarse a la conclusión del incidente de revisión, en especial
cuando las costas de dicho incidente sean cargadas al incidentista.
En el tema "incidentes" es novedoso y merece ser resaltado que las últimas
jurisprudencias emanadas de la Cámara Nacional de Apelaciones, han
introducido una variante en sus fallos, al reconocer lo que ha dado en llamarse
"ultraactividad del síndico"; o sea, sus trabajos surgidos con posterioridad a la
regulación, y que obviamente no pudieron ser merituados en tal circunstancia,
como así también al considerar que cuando se declaran costas por su orden en
determinados incidentes de verificación o de revisión, es la concursada y/o la
fallida que con su conducta originó la necesidad de insinuar los créditos en
sede concursal, y en consecuencia se impone que los honorarios de la
Sindicatura sean soportados íntegramente por la deudora (7) .
Para agravar los males introducidos en la materia por la actual Ley de
Concursos, que modificó sustancialmente la Ley anterior, el art. 257 expresa
que "el síndico puede requerir asesoramiento profesional cuando la materia
exceda de su competencia, y patrocinio letrado. En todos los casos los
honorarios de los profesionales que contrate son a su exclusivo cargo" . Este
artículo en su actual redacción es altamente injusto para el síndico a poco que
comparemos el mismo con el art. 260, del cual surge que los profesionales que
contrate el comité de acreedores, lo son con honorarios a cargo del concurso.
Sobran las palabras para demostrar tamaña disparidad de criterios.
Según el art. 267 en las quiebras, los topes de regulación son como mínimo
el 4% del activo realizado, no debiendo superar el 12% del mismo activo
realizado. Como escala mínima introduce la novedad de que, cuando no se
pudiera alcanzar el mínimo del 4%, la regulación no deberá ser inferior a tres
sueldos del secretario de primera instancia de la jurisdicción en la que tramita
el concurso. Al igual que en los concursos, la regulación abarca a todos los
funcionarios intervinientes, letrados y apoderados. Finaliza esta norma
disponiendo que la misma proporción se aplique en los supuestos del art. 265.
También determina la Ley de Quiebras, las regulaciones en los demás casos
a saber:
a) En las conclusiones de quiebra por pago total (art. 268) se aplican las
escalas del art. 267, y cuando se clausure el procedimiento por falta de
activo o se concluya la quiebra por inexistencia de acreedores verificados,
la regulación de honorarios se efectúa teniendo en consideración los
trabajos realizados, pudiendo consumirse hasta la totalidad de los fondos
existentes en autos, previa reserva de fondos para atender a los
acreedores privilegiados especiales, y en su caso, demás gastos del
concurso. No es ocioso comentar a esta altura que si el procedimiento se
clausura por falta de activo, la regulación de honorarios a los profesionales
intervinientes no pasará de ser simbólica, por falta de fondos.
b) En los supuestos de continuación de la empresa, además de los
honorarios que puedan corresponder al síndico por su desempeño como
tal, el juez podrá regular para síndico y coadministrador hasta el diez por
ciento del resultado neto obtenido en la explotación, no pudiendo
computarse al efecto el precio de venta de los bienes del inventario.
Siempre en los casos de continuación de la empresa, por auto
debidamente fundado el tribunal puede disponer la retribución del síndico
por períodos.
c) Dentro de las críticas que hemos formulado a la nueva Ley en la
actualidad vigente, debemos agregar la que surge a la segunda parte del
art. 271 que permite a los Jueces apartarse de los mínimos, ya de por sí
magros, cuando la naturaleza, alcance, calidad o resultado de la labor
profesional, o el valor de los bienes que se consideren, indicaren una
desproporción entre la importancia del trabajo y la retribución resultante.
El art. 70 de la derogada Ley de concursos, fijaba un honorario para el
síndico por la vigilancia del acuerdo, pero la norma legal actualmente vigente
en su art. 59 determina que una vez declarada la finalización del concurso, se
da por concluida la intervención del síndico. Ello en la práctica produce efectos
diversos, pues si bien el síndico ha cesado en su función, es una práctica muy
común de los magistrados correr vista al profesional contable, sobre un sinfín
de situaciones que se producen durante el período de cumplimiento del
acuerdo, y ello a pesar de la existencia en la mayoría de los casos de un
comité de acreedores, nombre éste de la vieja redacción que en la actualidad
de acuerdo al art. 260 de la ley 26.684 ha pasado a denominarse "comité de
control". Éste es en consecuencia un claro ejemplo de la "ultraactividad" del
síndico a la cual nos hemos referido con anterioridad.
Como consecuencia de que la actual Ley vigente, en su art. 59, da por
concluido el concurso una vez homologado el acuerdo, concluyendo con ello la
intervención del síndico, deja de tener vigor lo dispuesto en el art. 70 de la
derogada Ley, cuando fijaba un honorario para el síndico por la vigilancia del
acuerdo, si bien en la actualidad se le reconocen honorarios adicionales al
síndico en retribución de las tareas llevadas a cabo por expreso pedido del
Tribunal, pues la jurisprudencia ha interpretado que no puede presumirse el
desempeño del profesional en forma totalmente gratuita.
Mientras que en la ley 19.551 los honorarios al síndico actuante en un
concurso eran exigibles según el art. 64 a los seis meses contados a partir de
la homologación o simultáneamente con la primera cuota del acuerdo que
venciera antes de ese plazo, la ley 24.522 en el art. 54 anticipa dicho plazo a
noventa días, siempre a partir de la homologación.
Todas las regulaciones son apelables por los titulares de cada una de ellas y
por el síndico (art. 272), debiendo ponerse de relieve, que el síndico
está obligado siempre a apelar por altas todas las regulaciones, incluso la suya
propia, y de no hacerlo así, igualmente el Juez debe elevar las actuaciones a la
alzada para el segundo examen que los Tribunales de apelación siempre llevan
a cabo. Aunque parezca una redundancia cabe aclarar que el síndico no está
obligado a apelar por bajos sus propios honorarios, en el supuesto que los
considere justos.
Tal como lo dispone el art. 244 del Código de Procedimientos en lo Civil y
Comercial, el recurso de apelación debe interponerse dentro del quinto día de
la notificación y podrá fundarse dentro del mismo plazo, es decir, que no rige
en estos supuestos la norma de que el plazo para fundar, comienza recién a
correr a partir de la concesión del recurso. Es pues muy habitual constatar que
en el mismo escrito en el cual se apelan las regulaciones, se funde la
procedencia de dicha apelación.

4. PRIMERAS ACTUACIONES DEL SÍNDICO EN LOS PROCESOS CONCURSALES

4.1. En los concursos preventivos


Dispone el art. 14 de la ley 24.522 en su inciso 2° que la resolución judicial
que abra un concurso preventivo, debe consignar "la designación de audiencia
para el sorteo del síndico". En la Capital Federal, el Tribunal de Alzada, dispuso
por acordada que data del año 1982, que el Juez interviniente en el concurso,
deberá fijar el día y hora en que se llevará a cabo tal sorteo, por lo menos con
24 horas de anticipación, debiéndose en forma expresa oficiar a la Cámara de
Apelaciones en lo Comercial para hacerle conocer tal disposición, como
asimismo debe fijarse en la tablilla que existe en la entrada de cada Juzgado, el
aviso pertinente; todo ello con miras al estricto contralor del acto del sorteo,
tanto por los Jueces de Cámara, como para los síndicos integrantes de la lista
o de cualquier otro interesado.
Cabe comentar que el inc. 5° del art. 253, en consonancia con el resto de los
incisos, dispone que previo al sorteo y de acuerdo a la complejidad y magnitud
del concurso, el Juez en forma inapelableclasificará el proceso como A o B.
Llevada a cabo la desinsaculación, y sin perjuicio de las comunicaciones
oficiosas que llevan a cabo diversos periódicos, procesalmente el único medio
idóneo por el cual el síndico toma conocimiento de su designación, es la cédula
judicial que le debe ser enviada al domicilio que al momento de su inscripción
ante la Cámara dicho profesional haya constituido, la cual también contiene el
plazo otorgado por el Juzgado para la aceptación del cargo, plazo éste que
suele fluctuar entre las 24 y 72 horas.
El profesional designado debe concurrir en forma personal a aceptar el cargo
y a partir del cumplimiento de dicho requisito, comienza a correr para el
concursado el plazo para llevar a cabo las publicaciones de Ley (Boletín Oficial
y un diario por sede del establecimiento a criterio del Juzgado), y para el
síndico sus distintas y variadas funciones, que muy bien definiera el Dr. José
Escandell (8) en funciones: informativas, procesales, de control, de
administración y gestión y liquidatorias, siendo estas dos últimas exclusivas de
la quiebra, a las que nos referiremos líneas más adelante.
De ser sorteada una sindicatura clase A de acuerdo al art. 258, el estudio
desinsaculado deberá indicar en cada concurso en que actúen cuál o cuáles de
sus profesionales integrantes asume el deber de actuar personalmente.
Consideramos de suma importancia en el caso de estudios la elección del o de
los profesionales con intervención directa, pues la responsabilidad por mal
desempeño de la sindicatura será solidaria para todos los integrantes del
estudio.
La primera carga a cumplimentar por el síndico, que podríamos denominar
de orden burocrática, consiste en retirar del Juzgado las copias que
obligatoriamente en su oportunidad debe haber entregado el concursado, con
todos los antecedentes y requisitos exigidos por el art. 11 de la ley 24.522, y
que pasan a constituir el encabezamiento de la carpeta de papeles de trabajo
que es aconsejable llevar en el desempeño de la sindicatura. También, debe
retirarse del Tribunal el cheque pertinente, de los fondos que el concursado
debe haber depositado en cumplimiento de lo normado por el art. 14, inc. 9° de
la Ley de Concursos.
Cumplimentando los primeros pasos, el siguiente deberá ser el de la
confección de las cartas aviso certificadas (art. 29) y su remisión dentro del
décimo día de haber comenzado la publicación de edictos. En razón de probar
la diligencia y honestidad de la Sindicatura en el manejo de los fondos retirados
para el envió de la correspondencia es aconsejable que a la brevedad de haber
completado dicha tarea, se rinda cuenta detallada en autos adjuntando los
recibos de los envíos, y en el caso de existir sobrante de fondos, depositarlos
en el expediente a la orden del Juzgado.
Es importante resaltar, a efectos de alejar dudas, que de la norma legal no
puede inferirse cuál es el horario y días de atención mínimos que debe fijar el
síndico para atender a los acreedores que quieran insinuarse, motivo por el
cual, cabe aplicar la lógica y la razonabilidad de los usos y costumbres en lo
que hace a atención de tareas administrativas. O sea, no debe considerarse
obligatorio atender a los acreedores los cinco días hábiles de la semana con
horarios diarios de ocho horas, pero tampoco es razonable fijar un único día
por semana para dicha atención, o bien un horario restringido de una o dos
horas diarias. No menos importancia tiene para fijar el horario de atención, la
presunta cantidad de acreedores a ser atendidos. Todo ello sin perjuicio de
considerar que en la Capital Federal por acordada la Excelentísima Cámara ha
resuelto que como mínimo el horario de atención al público en las oficinas del
síndico deberá ser de 12 a 18 hs.
Un desempeño serio de la función del síndico impone que a la brevedad
posible se tome contacto personal con los principales ejecutivos de la
concursada, y se visiten sus principales sedes, sean éstas fabriles, comerciales
o administrativas, poniendo especial énfasis en tomar conocimiento de los
sistemas administrativos, tanto de control como de contabilización, como así
también llevar a cabo un control de las existencias de la concursada en relación
a lo que la deudora deba haber denunciado al cumplimentar el art. 11, inc. 3°.
Dada la clara redacción del art. 15 y el contenido de los arts. 16 y 17 de la
Ley de Concursos, el síndico está facultado para implementar todos los
controles que considere necesarios para el mejor y cabal desempeño de sus
tareas, siempre cuidando los límites que la razonabilidad imponga, y no
perdiendo de vista la importancia y magnitud de la empresa deudora, pues se
debe tratar de no cargar con nuevos gastos a un comerciante que ya de por sí
se halla en serios aprietos económicos financieros.
A fin de formular los distintos pedidos que hacen al contralor de la
Sindicatura, y no mediando oposición del deudor, los mismos se pueden
efectivizar en forma directa en cabeza de los representantes legales o
administradores del concursado (utilizando preferentemente el medio escrito) y
en caso de negativa a la recepción de los requerimientos o de incumplimientos
injustificados a través del respectivo expediente judicial.
Es de primordial importancia atender a la nueva obligación impuesta por
el art. 3º de la ley 26.684 que modifica a su vez el inciso 11 del artículo 14 de
la Ley 24.522 al imponer al síndico, que en el más que perentorio plazo de diez
días que se computan a partir de la aceptación del cargo, se pronuncie: 1º)
sobre los pasivos laborales denunciados por el deudor y 2º) se pronuncie
previa auditoría en la documentación legal y contable, sobre la existencia de
otros créditos laborales comprendidos en el pronto pago. Es evidente y surge
de la lectura de la reciente reforma, que el legislador no ha diferenciado el
pequeño del gran concurso, pues no de otra forma puede entenderse el
acordar el mismo plazo para informar acerca de 200 ó 300 trabajadores a
informar solamente sobre cinco o diez de ellos.
Siempre dentro de la nueva temática introducida por la ley 26.684, casi en
simultaneo con el nombramiento del síndico concursal, nace también el "comité
de control" y que según la nueva redacción del inc. 13, del art. 14 de la ley
24.522 deberá quedar integrado por los tres acreedores quirografarios de
mayor monto y he aquí lo más novedoso, por "un representante de los
trabajadores de la concursada, elegido por los trabajadores" siendo el Juez el
encargado de determinar el sistema por el cual los asalariados elegirán a su
representante.
El Código de Procedimientos en lo Civil y Comercial en su art. 463 consagra
el derecho del perito a solicitar un anticipo de dinero para gastos de las
diligencias. Tal principio no se halla contenido en la Ley 24.522, salvo la
mención del art. 263 donde en su primer párrafo autoriza el desempeño de
empleados. No obstante tal silencio legal, consideramos que cuando el síndico
deba trasladarse fuera de la jurisdicción legal en la cual se inscribió en su
oportunidad, tiene facultades para solicitar judicialmente se obligue al deudor a
que solvente los gastos de tales traslados. En cambio, entendemos que el
síndico deberá absorber la totalidad de sus gastos de oficina sin poder
pretender un resarcimiento aunque sea parcial de los mismos, fundado en el
hecho de que ha debido ampliar su organización a fin de poder atender
debidamente la sindicatura (excepción hecha de los empleados a que se refiere
el art. 263 y de la afectación directa prevista por los arts. 32 y 200, cuando
hablan del "arancel").
La organización interna de la oficina del síndico concursal debe ser lo más
funcional posible, máxime con las posibilidades que la cibernética ha puesto en
estos últimos años a nuestro alcance. Dado que todo el procedimiento es
escrito, y que en muchos casos los pedidos de verificación que se reciben son
harto voluminosos, debe comenzarse por organizar un eficiente archivo, que
permita en cualquier momento el rápido acceso a las insinuaciones recibidas,
como así también conservar los papeles de trabajo (no olvidar que además del
conocimiento judicial, el síndico concursal debe poseer sólidos conocimientos
de auditoría) en forma ordenada.
La experiencia ha demostrado que los acreedores en su casi totalidad (y con
mayor razón aquellos que insinúan los principales créditos) recién se presentan
ante la Sindicatura cuando faltan pocos días para el cierre de las recepciones
de pedidos, y dado que por el juego de fechas previsto por los incisos 3° y 9°
del art. 14 de la Ley de Concursos, solamente suele mediar no más de un mes
para presentar los informes previstos por el art. 35, y que poco tiempo después
se deberá presentar el informe determinado por el art. 39, es de primordial
importancia, a fin de no caer en ahogos de tiempos, comenzar con las tareas
informativas y de control apenas se haya aceptado el cargo y se haya dado
cumplimiento a las pautas procesales arriba indicadas. Las tareas de la
Sindicatura deben ser debidamente estudiadas y fundadas en hechos ciertos y
de respaldo legal. Toda urgencia laboral, por atrasos en los tiempos conspiran
inevitablemente contra tales principios, y ello debe siempre ser tenido en
cuenta por el profesional a cargo de la Sindicatura.
Otro ejemplo de la tiranía en los tiempos, surge del más que exiguo plazo de
días a partir de la aceptación del cargo dispuesto por la nueva redacción del
inciso 11 del art. 14 de la ley 24.522 a lo cual nos hemos referido con
anterioridad.
La organización de la oficina del síndico también debe satisfacer las nuevas
exigencias que nacen de los arts. 34 y 200, en cuanto hace a la atención al
público, pues podría decirse que tal oficina se convierte en una especie de
"sucursal" del Tribunal, dada la obligación impuesta de atender a acreedores y
de exhibir documentación.

4.2. En las quiebras


Todo lo explicado anteriormente en lo que respecta a la desinsaculación del
síndico en concursos, es igualmente válido para las quiebras, con la prevención
de que deben existir dos bolilleros separados, uno para concursos y otro para
quiebras, lo cual explica por qué a veces el azar determina que un mismo
profesional sea designado en un mismo acto de sorteo, tanto para
desempeñarse en un concurso como en una quiebra. También es válido lo
explicado acerca de las categorías de síndicos y de la aceptación del cargo, y
en lo demás comienzan a visualizarse las diferencias en el desempeño de una
sindicatura en un concurso a la de una quiebra.
Una comparación entre los textos del art. 14 (para el concurso preventivo) y
el art. 88 (para la quiebra) nos señalan importantes analogías y diferencias. En
orden a la designación del síndico, cabe hacer notar que de no tratarse de una
quiebra directa, el síndico que está interviniendo en lo que ya es ex-concurso
(art. 64) seguirá desempeñándose en la quiebra, y en cambio, si estamos ante
una quiebra directa, regirán los mismos plazos de aviso previo y sistema de
sorteo que en los concursos y lo explicado anteriormente en materia de
aceptación de cargo es también válido en los casos de quiebra. Debe
señalarse la confusión que acarrea la redacción del art. 253 inc. 7° cuando
ordena la designación de nuevo síndico en la quiebra por incumplimiento del
acuerdo preventivo.
Tanto al declararse abierto un concurso, como al decretarse una quiebra se
ordena el libramiento de diversos oficios; pero es usual que en los concursos,
la presentación de dichos oficios y posterior diligenciamiento sea
responsabilidad de la deudora, limitándose la Sindicatura al contralor pertinente
posterior. En cambio, en la quiebra, es usual que dicha carga deba ser
cumplimentada íntegramente por la Sindicatura y obviamente deberá rendirse
cuentas al Juzgado del cumplimiento de dicha carga, mediante la entrega de
las constancias de recepción pertinentes.
A la totalidad de las comunicaciones establecidas por el art. 14, debe
agregarse la orden de intercepción de la correspondencia y su entrega al
síndico, (art. 88, inc. 6°) si bien en la actualidad con la proliferación de servicios
privados de distribución de la correspondencia tal medida dista mucho de tener
la efectividad que la caracterizaba en el pasado, cuando solamente existía el
Correo Argentino, y a lo cual debe sumarse la actual posibilidad de la
comunicación por vías electrónicas.
Tanto en la quiebra directa como en la indirecta, la publicidad de la
declaración de falencia, se efectiviza a través de edictos sin cargo (el hecho de
que no deban abonarse de inmediato no significa que son totalmente gratuitos,
pues oportunamente los Boletines Oficiales de las jurisdicciones en los cuales
se haya efectuado la publicación, se presentarán en el expediente a fin de
percibir los montos correspondientes) a ser publicados en los diarios de
publicaciones legales de cada una de las jurisdicciones donde tenga
establecimientos la fallida (art. 89), que pasa a ser el único medio de aviso a
los acreedores y terceros en general , siendo una de las tareas del síndico el
control de cumplimiento de tal publicidad, no siendo obligatorio, pues la Ley no
lo pide, el envió de las cartas certificadas a que se refiere el art. 29 en los
concursos, máxime considerando que en la mayor parte de los casos no se
conoce a ciencia cierta a esa altura del proceso quiénes son los acreedores.
La redacción de los arts. 107, 109 y 179 implica una carga muy delicada para
el Síndico, pues entre las primeras tareas a ejecutar se encuentra la de
constatar el grado de seguridad que ofrecen los locales en los cuales se
desenvolvían los negocios de la fallida, pues la custodia y buena conservación
de tales bienes, a efectos de preservar su valor, pasan a ser responsabilidad
del funcionario concursal, sin perjuicio asimismo de tener muy presente que la
suerte de los honorarios del síndico y demás profesionales intervinientes se
halla ligada al valor que se obtenga en la posterior liquidación de tales activos.
En cualquiera de los casos de quiebra, una vez clausurado el
establecimiento, se debe proceder a inventariar los bienes hallados, ya sea por
intermedio del síndico o de notario designado al efecto (art. 177), y es
una importante obligación de la Sindicatura adoptar y realizar las medidas
necesarias para la conservación y administración de los bienes a su cargo (art.
179).
En orden a lo que debe hacerse con los libros de contabilidad que pudieran
hallarse, al contrario de lo que marca el art. 14, inc. 5° en lo que hace a
concursos, en cuyo caso es el Secretario del Juzgado quien interviene tales
libros, anulando los espacios en blanco que pudieran hallarse, de acuerdo al
texto del art. 180, en las quiebras es el síndico el encargado de tal obligación.
Puede existir la posibilidad de que entre los bienes incautados se hallen
mercaderías perecederas (por ejemplo, verduras, frutas, carnes, etc.), o bien
mercaderías cuya guarda sea más costosa, que el precio a ser obtenido por los
mismos, supuestos éstos previstos en el art. 184, que autoriza al síndico en
cualquier estado de la causa a pedir la venta directa, en el precio y forma que
se considere más conveniente para el concurso.
A diferencia de lo que sucede en el concurso, obviamente el síndico ve
aligerada su responsabilidad de control de operaciones comerciales, pues la
quiebra conduce a la clausura, a excepción de los casos de continuación
inmediata a que hacen referencia los arts. 189 y subsiguientes, referidos a la
continuación de la explotación de la empresa en quiebra.
Como contrapartida del alivio de tareas expuesto anteriormente, su labor se
ve seriamente recargada con la custodia y realización de los bienes, a lo cual
debe unirse el hecho insoslayable, de que en la mayoría de los supuestos de
quiebra, y con mayor frecuencia en las quiebras directas, el síndico no cuenta
con el auxilio del fallido o de sus representantes, a fin de recibir las
explicaciones mínimas necesarias, que posibiliten el avance de sus
investigaciones. Ello obliga al funcionario a dictaminar sobre la procedencia de
importantes créditos, basado exclusivamente en la documentación que arrime
el acreedor insinuante, o bien de opinar sobre causas de la presentación,
estados de activo y pasivo, también en base a documentaciones diversas
arrimadas por terceros.
Si bien el art. 102 impone al fallido, sus representantes y administradores de
la sociedad deudora, la carga de colaborar con todo aquello que el Juez y el
síndico puedan requerirles en aras de un esclarecimiento de las diversas
situaciones que se puedan plantear en una quiebra, e incluso de mediar
inasistencia injustificada se los pueda traer por la fuerza pública habiéndose
derogado la posibilidad de ordenar arrestos según rezaba el antiguo art. 107.
Son muy comunes en los últimos tiempos los casos en los cuales todo el
procedimiento de pedido de declaración de quiebra se sustancia con la
incomparecencia infundada del deudor, y al ser nombrado el síndico, éste se
encuentra sin sede social de la fallida ubicable y sin su presencia física. En tal
caso comienza para el síndico una verdadera actividad detectivesca a fin de
encontrar al deudor, en la mayor parte de las veces con resultado negativo, y
queda librado al criterio lógico del funcionario concursal, las medidas a solicitar
al Juzgado para llegar a un feliz término en su investigación, no solamente con
miras de ubicar a las personas físicas responsables, sino también de encontrar
bienes que aún queden en cabeza de la fallida o que, habiendo sido
transferidos a terceros, todavía puedan dar lugar a posibles acciones de
revocatoria concursal.
Obviamente en la actualidad, prácticamente toda la población se halla
registrada, ya sea bajo su número de documento nacional de identificación,
CUIT o CUIL, lo cual en cierta forma facilita la tarea detectivesca de búsqueda
de personas.
Tal como anticipáramos, la labor del síndico en los primeros meses de su
nombramiento en cualquier quiebra, es harto compleja y delicada y debe
insistirse, que más allá de las herramientas legales que la Ley pone a su
alcance, éstas deben ser utilizadas con criterio racional y lógico, con firmeza
pero con mesura, cuidando muy bien todas las formas legales, a fin de evitar la
acusación de haber obrado con excesos o con prejuzgamientos, pero así
también no se debe caer en acusaciones de haber favorecido por omisión o por
inactividad al deudor en perjuicio de sus acreedores.

5. DESEMPEÑO DEL SÍNDICO CONCURSAL DURANTE LA VERIFICACIÓN DE


LOS CRÉDITOS
Uno de los temas en los cuales no existen diferencias, según se trate de la
actuación del síndico en un concurso preventivo a cuando se desempeña en
una quiebra, es el referido a la confección de los informes previstos por el art.
35 de la Ley de Concursos, todo ello referido a la tarea de investigación del
crédito y posterior elaboración del informe, pero teniendo presente las
diferencias que marcan las normas legales, como sería por ejemplo el
tratamiento de los créditos en moneda extranjera, las actualizaciones e
intereses, etc.
Los créditos en moneda extranjera reciben distinto tratamiento en la quiebra
que en el concurso; así el art. 127 determina que las acreencias en moneda
extranjera se convierten a moneda de curso legal en la República, al tipo de
cambio vigente al día de la declaración de la quiebra o bien al día del
vencimiento de la obligación (si ésta se hubiera producido con antelación a la
quiebra), a opción del acreedor. En cambio, el art. 19 dispone que en el caso
de los concursos, la conversión de la moneda extranjera se produzca a la fecha
de la presentación del informe previsto por el art. 35, y lo es al solo efecto del
cómputo del pasivo y de las mayorías. Ello significa que mientras que en el
concurso la obligación de cancelar el crédito en moneda extranjera, subsiste la
obligación a la paridad que resulte al día de los pagos pertinentes, en la
quiebra en cambio, queda convertida a moneda nacional de curso legal, de
acuerdo al tipo de cambio vigente a la fecha de declaración de la quiebra.
En el tema "intereses", tanto en el concurso como en la quiebra, éstos
quedan interrumpidos; en el primer caso la interrupción se materializa al día de
la presentación (al respecto la Sindicatura debe prestar mucha atención al
respecto, pues uno de los errores más comunes de los acreedores en sus
pedidos de verificación es el de computar los intereses hasta el día de apertura
del concurso, que obviamente es distinto al día de presentación en concurso),
con excepción de los créditos que tengan garantía hipotecaria o prendaria. En
el supuesto de quiebras, todos los intereses se suspenden al día de
declaración de quiebra, pero los compensatorios devengados con posterioridad
a tal fecha que correspondan a créditos hipotecarios o prendarios, pueden ser
percibidos hasta el límite del producido en la liquidación del bien gravado, pero
ello ocurrirá una vez completado el pago del capital y demás accesorios
preferentes
En orden a la tarea investigativa del síndico, a fin de determinar el monto del
crédito y categoría del mismo, que deberá ser volcado en los informes
individuales para cumplimentar el art. 35, y habida cuenta de lo dispuesto en el
art. 200, son de plena aplicación los arts. 33 y 275, es decir que la Sindicatura
cuenta con el herramental más variado a fin de dilucidar la verdad de las
acreencias y el privilegio que eventualmente pudiera corresponder, y dada su
claridad nos remitimos directamente a lo expresado por los incs. 1° al 4° del art.
275.
En cuanto a los plazos para la presentación de los informes por el síndico y
los vencimientos para interponer impugnaciones y observaciones, y contestar
los mismos, son iguales tanto en el caso de concursos como en el de quiebras.
En la nueva redacción de la ley 24.522 y por aplicación de los arts. 34, 35 36
y 200, dentro de las fechas límite previstas en los arts. 14 y 88, el síndico
recibirá (siempre en dos juegos iguales) las insinuaciones de los acreedores, y
vencido el plazo para la recepción de los mismos, tal documentación por el
lapso de diez días deberá quedar a disposición en el domicilio del síndico, para
ser revisada por deudor y acreedores que así lo soliciten. Siempre dentro del
mismo plazo de diez días, las partes que se consideren afectadas pueden
presentar por escrito en original y dos copias efectuando las impugnaciones u
observaciones que hagan a sus derechos.
El síndico deberá entregar a los interesados que se hayan presentado,
constancia que acredite la recepción de la susodicha documentación en la cual
se hará figurar día y hora de la presentación. Evidentemente, se ha querido
asimilar la recepción de tales escritos en oficinas del síndico, a lo que ocurría
con anterioridad cuando se presentaban en la mesa de entradas del Tribunal.
Dentro de las cuarenta y ocho horas de vencido el plazo para la entrega de
impugnaciones u observaciones, el síndico deberá presentar ante el juzgado un
juego de copias de la documentación recibida, la cual tiene como destino el
legajo previsto en el art. 279.
El art. 200 en los supuestos de quiebra y el art. 35 en los concursos
preventivos establecen que en el plazo de veinte días posteriores al
vencimiento de la formulación de observaciones o impugnaciones, el síndico
deberá redactar "informes individuales" por cada pedido de verificación
recibido, en cada uno de los cuales consignará:
a - nombre completo de cada acreedor;
b - domicilio real y constituido;
c - monto y causa del crédito;
d - privilegio y garantías invocadas;
e - reseña de la información obtenida;
f - observaciones que hubiera recibido; y
g - opinión fundada acerca de la procedencia de la verificación del crédito y
del privilegio en caso de haberse invocado el mismo.
Todos los informes individuales deben acompañarse con una copia
destinada al legajo del art. 279, como así también de una copia íntegra de los
legajos formados por el síndico.
Dentro de los diez días de presentado el informe por parte de la Sindicatura,
el Juez debe decidir acerca de la procedencia y alcances de las solicitudes
formuladas por los acreedores, siendo definitivas tales resoluciones a los fines
del cómputo en la evaluación de mayorías y base del acuerdo.
Los acreedores declarados admisibles o inadmisibles y el deudor en su caso,
de acuerdo a los arts. 37 y 200, tienen un plazo de veinte días siguientes a la
fecha de la resolución prevista en el art. 36 para intentar promover el incidente
de revisión pertinente.
Cerramos este capítulo con una referencia al novedoso (en su momento)
"arancel" legislado en los arts. 32 y 200 de la ley 24.522. Según tales normas
legales, por cada solicitud de verificación de crédito el acreedor pagará al
síndico un arancel de $ 50, que se sumará a dicho crédito, estando afectado
dicho importe a los gastos que le demande al síndico el proceso de verificación
y confección de los informes y oportunamente la sindicatura deberá rendir
cuentas al Juzgado, y de existir remanente, el mismo queda como pago a
cuenta de los honorarios a regularse por su actuación.
Quedan expresamente excluidos del pago del arancel, los pedidos de
verificación por créditos menores a $ 1.000, y los que tengan causa laboral
cualquiera sea el importe.
Tal arancel al momento de escribirse las presentes líneas ya lleva más de 17
años de vigencia sin modificación legislativa alguna en cuanto a su monto, si
bien, al momento de escribir las presentes líneas ya existen dos precedentes
jurisprudenciales, que autorizan al síndico a percibir una suma mayor que la
establecida en la anciana ley 24.522, y que para conocimiento del lector se
referencian al pie (9) .

6. EL INFORME GENERAL PREVISTO POR EL ART. 39


Mucho se está escribiendo sobre el tema, y dado lo novedoso de algunos de
los incisos, durante mucho tiempo la literatura especializada ha de efectuar
aportes sobre el mismo, siendo destacable el interés que merecen los mismos
en cuanto evento lleva a cabo la profesión sobre tales temas.
Es tan amplio el espectro de información que abarca el art. 39, y es tan
completa la información que obligatoriamente debe aportar la Sindicatura, que
toda la doctrina coincide en que dicho informe es una pieza fundamental en el
proceso concursal, con un contenido de valiosa información para partes
involucradas y Juez.
Todas las facultades legales ya enumeradas en el capítulo anterior, quedan a
disposición del síndico para la concreción de tales tareas, las cuales
cumplimentando cada uno de los incisos del art. 39 de la ley 24.522, debe ser
entregado por triplicado en la fecha prevista por resolución judicial expresa.
Una de las copias con constancia judicial de su recepción debe quedar en
poder del síndico.
El informe general dentro de los diez días de presentado puede ser
observado por el deudor y por quienes hayan solicitado verificación. Tales
observaciones, según el art. 40, son agregadas sin sustanciación y quedan a
disposición de los interesados para su consulta, sin perjuicio de lo cual, y a
pesar del silencio del art. 52, el Juez deberá tenerlo muy en cuenta al momento
en que decida los merecimientos de una homologación.
La simple lectura de los diez incisos que componen este artículo demuestran
que el síndico debe tener una suma de conocimientos personales y una amplia
preparación técnica que le permitan opinar en forma fundada sobre una serie
de hechos y circunstancias que abarcan tanto el presente como el pasado del
deudor, deberá emitir opinión sobre proyecciones en el futuro y todo ello
sabiendo que sus conclusiones influirán sobre la decisión de voto de los
acreedores y la posterior decisión de homologación del Tribunal.
El primer inciso del art. 39 nos habla del análisis de las causas del
desequilibrio económico del deudor. Para tal respuesta es menester contar con
estados contables que abarquen los últimos años de actividad comercial del
deudor, a lo que debe sumarse todo otro dato que haga al desarrollo de sus
negocios. Con todo este material podremos determinar los factores endógenos
que lo han llevado a la crisis, pero también es dable considerar y tener muy
presente aquellos factores exógenos que puedan resultar causantes en forma
directa o en forma combinada con los factores anteriormente puntualizados, de
la impotencia económica financiera.
Es tarea imposible tratar de precisar en estas pocas líneas cuál puede llegar
a ser el método más apropiado para la determinación de las causas del
desequilibrio, pues no existen dos deudores exactamente iguales, y cada cual
presentará sus particularidades no existiendo fórmulas exactas para tal tarea,
no obstante lo cual es aconsejable, para cumplimentar este inciso, que la
Sindicatura estudie cuál ha sido la evolución histórica de la deudora y luego a
través de la aplicación de normas de auditoría (y sin olvidar la valiosa
información que puede obtenerse a través del estudio de las insinuaciones
verificatorias), y la comparación de cuadros estadísticos sobre ventas,
compras, aportes de capital, inmovilizaciones de capital, etc., arribar a las
conclusiones deseadas.
No siempre tenemos un material rico en información, e incluso en muchas
quiebras, tal información directamente no existe, motivo por el cual de darse
tales carencias y habiendo agotado la Sindicatura, todos los medios que la Ley
pone a su alcance para que requiera tales datos, ya sea del deudor o de
terceros, deberá así informarlo en autos, y, de corresponder, hacer mérito de
ello en los restantes incisos del art. 39.
La correcta cumplimentación del inciso 1° es base esencial para las
conclusiones a las cuales deberá arribar la Sindicatura al complementar
algunos de los restantes incisos, pues indudablemente si no se conocieran las
causas del desequilibrio económico, no se podría emitir una opinión fundada
acerca de la época de cesación de pagos o si se han llevado a cabo actos que
puedan configurar hechos incluidos como base para acusaciones de
fraudulencia o de culpabilidad, ni si existen actos susceptibles de ser
revocados.
No obstante que en los concursos preventivos el deudor por aplicación del
art. 11, inc. 2° ya habrá explicado las causas concretas de su actual situación
patrimonial, y que tales explicaciones bien pueden servir de guía para el trabajo
que lleva a cabo el síndico, éste debe ser muy cauto en sus apreciaciones y no
debe dejarse llevar por tales explicaciones en las cuales evidentemente el
deudor trata por todos los medios de mejorar su situación en el proceso. Tal
cautela de la sindicatura deberá quedar reflejada en su informe, pues sin
perjuicio de considerar los guarismos que surjan de contabilidad, se deberán
aplicar normas mínimas de auditoría a fin de tener certeza sobre la bondad de
los estados contables bajo estudio.
En los supuestos de quiebras, en los cuales no se cuenta con material
contable o administrativo alguno, a pesar de las búsquedas que se supone ha
efectuado el síndico con anterioridad, al informar sobre el inciso 1°, se deberá
precisar la actividad desarrollada en búsqueda de datos confiables y ante la
falta de los mismos, manifestar la imposibilidad material de completar el
susodicho inciso.
El segundo y tercer inciso del art. 39, hablan de la composición detallada del
activo y del pasivo y exige que la Sindicatura estime los probables valores de
realización de cada uno los rubros del activo.
En muchísimos casos ésta es una tarea sumamente compleja para el
síndico, pues su incumbencia como Contador Público no incluye la de perito
tasador de los más diversos bienes, y no siempre es útil considerar el valor
residual del bien según libros de contabilidad, como así tampoco tomar el valor
de catálogo del bien y aplicarle un porcentaje de amortización; tal como lo
dijimos en el inciso anterior, tampoco es posible enumerar los distintos
sistemas que puedan ser aplicables en cada caso y sólo nos cabe insistir en lo
siguiente:
a) El valor de realización es el valor venal que se podrá obtener del bien si se
vendiera en el estado en que se encuentra y a la época de elaboración del
informe.
b) Determinados equipos o máquinas, pueden tener valores variables según
sean vendidos en block (por ejemplo una línea completa de producción),
que si se vendiera máquina por máquina; de ser ése el caso debe
explicitarse tal situación e incluso se pueden consignar los dos tipos de
valores.
c) En el caso de establecimientos fabriles complejos o bienes raíces de
importancia, es lícito recurrir, previa autorización del Juzgado, a expertos
en cada una de estas materias, quienes tomarán la responsabilidad de la
tasación, y sus honorarios deberán ser fijados en la oportunidad del art.
288.
d) El síndico debe siempre antes de efectuar una valuación, visualizar el bien
a tasar, cualquiera sea la ubicación del mismo, y tal reconocimiento debe
llevarse a cabo con antelación suficiente al vencimiento del informe
general, a fin de tener tiempo de solicitar las medidas complementarias
que fueran menester.
Pero la tarea de valuación no se circunscribe solamente a los bienes de uso,
o a las inversiones inmobiliarias, ya que todo lo expuesto con anterioridad
también puede ser aplicado a los bienes de cambio.
En lo que hace a los créditos a cobrar, deben aplicarse las normas de
auditoría aconsejables a efectos de tener la certeza acerca de lo que se
informará, como así también del castigo a efectuar en previsión de incobrables
o morosos.
En orden a la opinión de valuación de la Sindicatura de valores intangibles o
cargos diferidos, como podría ser "llave del negocio" o "gastos de organización"
se deben aplicar criterios muy estrictos y restrictivos, pues todo pedido de
concurso es un pedido condicional de quiebra, y para el supuesto de falencia,
hay una serie de rubros del activo que mantendrán su valor mientras la
empresa funcione, pero una vez caída ésta en quiebra, son remotas las
posibilidades de que pueda recuperarse valor alguno.
Este estudio detallado de valores actualizados que realiza el funcionario
concursal, deberá servir:
1°) Al propio deudor, que tomará conocimiento de cuál resulta ser la
valuación de sus bienes, a los ojos de alguien que actuando con criterio de
profesional no tiene vinculación alguna con la empresa.
2°) A los acreedores, para que tomen conciencia de si existe capacidad de
recuperación y cuáles son sus probabilidades de recuperación de los
créditos otorgados.
3°) Al Juez interviniente, a la luz de lo dispuesto por el art. 52.
Con respecto al pasivo, el síndico deberá consignar las siguientes
conclusiones perfectamente diferenciadas:
a) Pasivo que ha aconsejado verificar en la oportunidad del art. 35, cuyo
detalle ya ha sido agregado a autos en dicha oportunidad, motivo por el
cual en este estadio se deberán consignar totales con la clasificación de
los privilegios aconsejados.
b) Pasivo denunciado por el deudor, no habiendo tales pseudoacreedores
ejercido el derecho que le acuerda el art. 33, pero que mantiene latente
sus derechos de concurrir a verificar por incidente, en tanto no prescriba su
crédito.
c) Pasivo que se ha exteriorizado en la oportunidad del art. 32, y que fuera
desaconsejado por la Sindicatura, pero cuya resolución final se halla
pendiente de resolución del Juzgado.
d) Pasivo no denunciado por el deudor, que no ha ejercido el derecho en
oportunidad del art. 32 y que fuera detectado por el Síndico y que conserva
sus derechos de concurrir a verificar por incidente.
e) Pasivo post concursal.
El cuarto inciso del art. 39, se refiere a la enumeración de los libros de
contabilidad, requiriéndose asimismo un dictamen del síndico acerca de la
regularidad o deficiencia que se hubiera observado y el cumplimiento de
determinados artículos del Código de Comercio.
Nadie más indicado que el síndico para opinar sobre este tema, pues su
incumbencia de Contador Público lo capacita para tal dictamen, y entendemos
que tal opinión incluso debe extenderse a informar acerca de la bondad del
plan de cuentas y sistema de contabilización que el deudor haya
implementado, pues ello hace a una correcta exposición del manejo del
negocio y se compadece perfectamente con lo dispuesto por el art. 43 del
Código de Comercio.
En los pedidos de apertura del concurso preventivo, ya el art. 11, inc. 6°
determina que el deudor debe enumerar sus libros de comercio, expresar el
último folio utilizado y ponerlos a disposición del Tribunal junto con la
documentación que lo respalde ya en oportunidad de tratar el art. 14, inc. 5°, o
sea cuando se habla de la apertura del concurso, se dispone que en un plazo
perentorio el deudor debe poner sus libros a disposición del Juzgado, para la
pertinente intervención y anulación de espacios en blanco. En la quiebra en
cambio, según el art. 88, inc. 4° se dispone que dentro de las 24 horas de
haber sido intimado el fallido deberá entregar sus libros de comercio al síndico
y a ello ya nos hemos referido líneas más arriba.
Como se podrá apreciar en ambos supuestos, tanto en el de concurso como
en el de quiebra, el legislador asigna muchísima importancia a la contabilidad, y
en rigor de verdad, no puede ser de otra forma, pues además de las
informaciones que la Sindicatura pueda obtener de archivos del deudor, o del
estudio de documentación que puedan aportar los acreedores, los registros
contables son una columna de sostén central para basar los estudios y llegar a
conclusiones para los pertinentes informes.
El art. 44 del Código de Comercio a que hace referencia el inciso 4° del art.
39 se refiere a los dos libros que en forma indispensable debe llevar todo
comerciante, o sea, el libro Diario y el libro de Inventarios y balances, sin
perjuicio de los demás libros optativos que fueran menester; pero lo que
merece remarcarse es que el Código de Comercio pide que de la contabilidad y
de la documentación respaldatoria "resulten con claridad los actos de su
gestión y su situación patrimonial".
En rigor de verdad sería necesario a esta altura del siglo XXI, donde la
cibernética juega un rol tan fundamental en materia de archivos e
informaciones, que el legislador modificara tales redacciones llevando las
mismas a un lenguaje acorde a lo que hoy día constituyen los "registros
contables", pues los viejos libros de lomo duro encuadernado van
desapareciendo y dejan su lugar a cintas, diskettes, discos compactos, pen
drives, etc., los cuales hasta el presente no reciben mención alguna en la ley
24.522, aun con sus actuales enmiendas.
El art. 51 del Código de Comercio nos habla de la necesidad de la veracidad
y exactitud de los balances que deben ser compatibles con la situación
financiera a su fecha.
Como se apreciará a través de esta breve síntesis, al cumplimentarse el inc.
4° del art. 39, el síndico tiene ocasión de poner en uso toda una serie de
conocimientos técnicos que habrá adquirido a lo largo de sus experiencias
laborales, a los cuales deben sumarse los estudios especializados llevados a
cabo, y ello quedará plasmado en el informe pertinente. Es decir que nos
encontramos ante una auditoría integral del ente deudor, tarea ésta nada fácil a
poco que consideremos que al contrario de lo que acontece, cuando el
contador certificante se encuentra con una empresa "in bonis", en la cual por
regla general la colaboración y apertura de los registros es amplia y completa,
en las quiebras por regla general, tal colaboración raramente es prestada y en
los concursos, si bien el síndico se encuentra ante interlocutores válidos, los
escasos tiempos con los que contará, habida cuenta de la rigidez de los plazos
procesales y la aleatoria colaboración que pueda llegar a recibir, son factores
de alto riesgo que el síndico siempre debe tener presentes.
A todo ello debe sumarse que no siempre se cuenta con la colaboración de
juzgados que puedan ser ágiles en los proveimientos a los pedidos que el
síndico pueda llegar a efectuar.
El quinto inciso del art. 39, se refiere a las inscripciones del deudor en los
registros correspondientes, e idéntico requerimiento para las sociedades con
indicación de los datos personales de los socios con responsabilidad ilimitada y
administradores. La cumplimentación de esta exigencia, si bien puede llegar a
ser larga y tediosa, es sencilla desde un punto de vista meramente formal, para
lo cual se debe tener a la vista la totalidad de los contratos o estatutos sociales,
a fin de la respectiva referenciación, como así también es imprescindible
revisar detalladamente los libros de actas, para determinar en forma indubitable
quiénes son los administradores, debiendo entenderse también como tales a
los apoderados con uso de firma, sean éstos o no, socios o accionistas de la
deudora (no olvidemos al respecto que la responsabilidad de un apoderado, en
lo que se refiere a su gestión empresaria, es similar a la del socio o director de
empresa).
Cabe aclarar que a esta altura del informe el síndico deberá también referirse
en cuanto hace a la oportunidad de la inscripción, como así también informar
en forma concisa y clara sobre el contenido de cada uno de los documentos
referenciados.
Consideramos de gran importancia informar acerca de los domicilios
actualizados de los responsables que lleguemos a identificar, por cuanto en la
eventualidad de actitudes negligentes o de falta de colaboración de tales
administradores, toda intimación y pedido de informes deberá serles notificada
al domicilio en este inciso denunciado, todo ello sin perjuicio de los nuevos
domicilios que el síndico pueda llegar a conocer.
El sexto inciso del art. 39, nos pide que expresemos la época en que se
produjo la cesación de pagos, con precisión de los hechos y circunstancias que
respalden tal dictamen.
Esta información es de vital importancia en muchos aspectos por cuanto
hace a la validez de determinados actos y al juzgamiento de la conducta de los
administradores en el supuesto de mala praxis de los mismos, y no es de fácil
determinación, muy por el contrario, pensamos que por tratarse de una
información tan vital que como lo mencionamos previamente, hace a la
ineficacia de derechos, debe ser una conclusión lo suficientemente meditada y
fundada y que cuente con un respaldo documental, que pueda servir de base
para defensas posteriores.
Dice el maestro Héctor Cámara que "la quiebra económica o de hecho,
jamás coincide con la quiebra de derecho" (10) , y ello es verdad, por cuanto el
comerciante, aun ante la impotencia económica y financiera, tiende a aferrarse
a cualquier tabla de salvación y por ello en la casi totalidad de los casos, la
cesación de pagos se produce con bastante antelación a la fecha del pedido de
apertura de concurso, o a la fecha de declaración de quiebra.
Una solución que no requiere un hondo análisis para la Sindicatura sería
constatar cuál es la fecha más antigua en la cual el deudor ha incumplido con
una obligación y fijar tal fecha a los efectos legales: ella sería la solución
facilista pero convengamos que no es la solución técnicamente correcta. Por
cuanto el legislador se expresa en términos de "época" y no de "fecha"; ello
implica que el síndico debe profundizar su estudio sobre la contabilidad y
archivos del deudor, a fin de poder con irrebatible fundamentación, precisar la
iniciación del fenómeno de la insolvencia.
La experiencia nos enseña que en la mayor parte de los conflictos de
insolvencia el comerciante al no poder atender normalmente sus obligaciones,
cae en el círculo vicioso de pedir préstamos "frescos" para así atender los
vencidos, convirtiendo su pasivo en una verdadera bola de nieve, que termina
siendo un alud. Tal procedimiento incorrecto a veces cuenta con la complicidad
del acreedor, quien busca mejorar su garantía, y a veces es con
desconocimiento del acreedor, quien es engañado con estados contables que
no se compadecen con la realidad, o simplemente cae en la seducción del
deudor que logra convencer a los terceros acerca de la solidez de su empresa.
Lo cierto es que entre la fecha de cesación de pagos que determine el
síndico y la fecha de presentación o quiebra, se crea el "período de sospecha"
(art. 116 "in fine"), y cualquiera de las transacciones llevadas a cabo entre
dichas fechas, en principio podrían caer en acciones de revocatoria o de
inoponibilidad.
Dada la inexistencia de reglas de técnica contable o parámetros
preestablecidos para la fijación de la época de cesación de pagos, tal
determinación queda librada al sano criterio del funcionario concursal siempre
dentro de las especificaciones marcadas por el art. 79 (este último artículo
admite otros hechos reveladores, que en su momento habrá que determinar), y
el límite de retroacción del art. 116, y puede ser observada, según el art. 117,
por los interesados (dada la falta de aclaración de la norma legal, debe
entenderse como deudor y acreedores). Una vez fijada por el Juzgado es
apelable.
El séptimo inciso del art. 39 se refiere exclusivamente al caso de sociedades,
donde el síndico deberá informar si los socios realizaron puntualmente sus
aportes y si existe responsabilidad patrimonial que se les pueda imputar por su
actuación en tal carácter.
Esta información cobra mucha importancia en aquellas sociedades donde los
socios tengan su responsabilidad limitada a sus aportes, a poco que leamos el
art. 150, el cual dispone que la quiebra de la sociedad hace exigibles los
aportes no realizados por los socios, como así también lo dispuesto por
los arts. 37 al 53 de la ley 19.550 (Ley de sociedades).
Salvo que existiera una sobrevaluación de los aportes en especie a la
sociedad fallida, prueba ésta que podría tener ciertas complicaciones, las
demás implicancias del presente inciso son de cierta facilidad para ser
detectadas por el síndico concursal.
El octavo inciso del art. 39 exige la enumeración concreta de los actos que
se consideren susceptibles de ser revocados, según lo disponen los arts. 118 y
119.
Debemos remitirnos a la prolija lectura del art. 118 que enumera en forma
taxativa los actos totalmente ineficaces frente a los acreedores, y a su vez el
art. 119 habla de aquellos actos que de cumplirse ciertas premisas, como ser el
de tener conocimiento del estado de cesación de pagos, que pueden llegar a
ser declarados ineficaces. Si bien el inciso que nos hallamos comentando no lo
menciona, entendemos que de tratarse de un concurso preventivo y haber
caído el deudor en lo previsto por los arts. 16 ó 17, también ello deberá ser
considerado por el síndico a esta altura del informe general.
El noveno inciso del art. 39 se refiere a la opinión fundada que el síndico
debe efectuar acerca del agrupamiento y clasificación que el deudor hubiere
efectuado respecto de los acreedores.
Para una más clara comprensión debemos remitirnos al texto del art. 41 que
ordena al deudor, que dentro de los diez días de haberse dictado el auto
verificatorio del art. 36 deberá presentar una propuesta de agrupamiento y
clasificación en categorías de aquellos acreedores declarados verificados y/o
admisibles. Convengamos que tal plazo no revela un capricho del legislador
sino por el contrario, es necesario que el deudor conozca la exacta
composición legal de su pasivo, para así en el caso de que lo considere
necesario (ya que la categorización no es obligatoria) pueda crear distintas
categorías, con miras a la futura propuesta de acuerdo.
Con ello el legislador rompe totalmente con la "par conditio creditorum" tal
como era conocida durante la vigencia de la ley 19.551, o sea, que existía una
única propuesta para todos los acreedores quirografarios, sin interesar para
ello, importancia cuantitativa o cualitativa del crédito. Con un criterio moderno y
sobre todo, realista, se admite que existen importantes diferencias, por calidad
y por números y de así considerarlo necesario para sus intereses, el deudor
puede ofrecer propuestas diferenciadas, efectuando para ello agrupamientos y
clasificación de acreedores, y el paso de los años desde la promulgación de
la ley 24.522, con tal novísimo sistema, ha incrementado el ingenio del
comerciante, existiendo al respecto numerosos ejemplos de agrupamientos,
que podríamos denominar de alto ingenio especulativo, pero es necesario
poner de relieve que como mínimo de acuerdo al art. 41 deben contemplar tres
categorías, a saber: quirografarios, quirografarios laborales (siempre que los
mismos existan) y privilegiados.
Es el síndico concursal el profesional llamado a opinar sobre la bondad
jurídica y económica, a la luz de todos los intereses en juego de las
categorizaciones propuestas por el deudor. Para que el síndico se expida en
forma fundada al respecto, deberá poner en juego tanto sus conocimientos
jurídicos como los económico-financieros, pues básicamente debe exigirse del
deudor respeto a los derechos de sus acreedores y una coherencia lógica y
acorde con los intereses que se hallen en juego.
Siempre dentro del análisis de la novedad jurídica introducida por la ley
24.522 acerca de la "categorización" el último párrafo del art. 41 legisla acerca
de los denominados "créditos subordinados", es decir, una nueva categoría
para aquellos créditos que sufren algún tipo de postergación en sus derechos
en relación a los otros créditos.
Por último, el inciso décimo del art. 39, exige del síndico que informe si el
deudor resulta pasible del trámite legal prevenido por el Capítulo III de la Ley
25.156 de Defensa de la Competencia, por encontrarse comprendido en el
artículo 8º de dicha norma.

7. LA PROPUESTA DE ACUERDO
Ya hemos analizado someramente la actividad del síndico desde el momento
en que acepta el cargo, hasta la etapa en la cual ya ha presentado los dos
informes, tanto de verificación como el llamado informe general y el extenso
texto del art. 43 que nos introduce a lo que ha dado en llamarse "período de
exclusividad" (que puede abarcar como mínimo, 90 días, extendibles
únicamente por resolución judicial a 30 días más, por supuesto siempre
hábiles), período éste que el deudor debe utilizar para formular las propuestas
de acuerdo y fundamentalmente para obtener de sus acreedores las
pertinentes conformidades.
Si bien este artículo tiene una estrecha relación con el art. 45, es de suma
importancia destacar que el art. 43 contiene un amplio surtido, podríamos decir,
acerca de las condiciones que deben contener las propuestas, existiendo una
frondosa jurisprudencia al respecto, cuya mención excedería en mucho la
finalidad del presente trabajo, pero ya no es el reducido surtido de opciones de
leyes ya derogadas, como ser la quita o la espera, sino que la simple lectura de
la actual redacción del susodicho art. 43 nos revela una más que amplia gama
de alternativas por las cuales el comerciante puede optar, si bien, siempre
dentro del absoluto respeto de la máxima igualdad dentro de cada categoría, lo
cual resaltamos, no significa igualdad entre todas las categorías.
La jurisprudencia acerca de la "bondad" de la propuesta, las limitaciones de
la misma, si la misma es o no incumplible, si se compadece con las razonables
posibilidades económicas financieras del deudor, todo ello es y sigue siendo de
difícil definición, habida cuenta de que no siempre el Juez solicita la opinión del
síndico (lamentable por cuanto se supone que nadie más experto que dicho
funcionario para aportar una opinión razonada y basada en una experiencia
profesional adquirida a través de largos estudios) y para lo cual inevitablemente
se debe recurrir a la jurisprudencia que acerca de dicho tema se dicta a diario.
Siempre hemos expresado que es lamentable la supresión que el legislador
llevó a cabo al sancionar la ley 24.522 y no reproducir en la misma los términos
del inc. 6º del art. 40 de la ley 19.551 que obligaba al síndico a emitir opinión
fundada sobre la posibilidad de cumplimiento de la propuesta de acuerdo y si
ella era susceptible de mejoras.

8. INTERVENCIÓN DEL SÍNDICO CONCURSAL EN INCIDENTES Y JUICIOS


CONEXOS AL CONCURSO
El síndico durante el desempeño de su gestión en innumerables
oportunidades debe intervenir como parte obligada en distintas clases de
actuaciones judiciales, con mayor frecuencia en las quiebras y en contadas
oportunidades en el concurso preventivo.
Antes de seguir adelante debe precisarse que el juicio es una demanda o
petición que se formula ante el Poder Judicial, representado por los jueces, en
los cuales se requiere una resolución judicial en orden a las peticiones que se
formulen; en lo atinente a los procesos ordinarios, y para una mejor
comprensión del lector debemos remitirnos a los artículos 330 del Código de
Procedimientos Civil y Comercial de la Nación, y subsiguientes y, en cambio,
los incidentes son definidos por el artículo 175 del Código señalado
previamente, como "toda cuestión que tuviere relación con el objeto principal
del pleito y no se hallare sometida a un procedimiento especial, tramitará en
pieza separada, en la forma prevista por las disposiciones de este capítulo".
Tanto al actuar en concursos como en quiebras, además de la actividad que
despliegue el síndico en los autos principales, de ser observados los informes
de verificación que eleve en la oportunidad del art. 35, con tales escritos de
revisión se formarán los incidentes previstos por el art. 37 de la Ley concursal;
en tal oportunidad, la Sindicatura, parte obligada, se limitará a contestar el
traslado que se le haya corrido, debiendo respetarse en lo demás
indefectiblemente el plazo fijado por la norma legal antedicha.
Durante el desarrollo del concurso preventivo o de la quiebra, no pueden
preverse todas las circunstancias que puedan dar lugar a la formación de
incidentes de la más distinta índole, y el art. 273 legisla en sus nueve incisos
acerca de la mecánica y plazos de tales tramitaciones que tienen también una
clara descripción en los arts. 280 al 284, que se completan con las claras
disposiciones de los arts. 285 al 288, y a cuyos textos por su claridad, y a fin de
no entrar en repeticiones, nos remitimos. Es muy importante para el funcionario
concursal tener presente que, a diferencia del procedimiento en demandas
ordinarias, en los incidentes, la prueba debe ofrecerse ya sea al iniciar el
incidente (en el supuesto de ser actor), o al contestar el traslado (en el
supuesto de ser demandado), como así también en ambos casos acompañar la
documentación que respalde los dichos. En aquellos aspectos no
contemplados por la ley 24.522 se debe estar a la letra de los arts. 175 al 187
del Código de Procedimientos en lo Civil y Comercial.
En el desarrollo del proceso de quiebra, se recurre con mayor frecuencia a la
formación de incidentes, pues en tal forma se evita que cuestiones conexas a
la falencia entorpezcan o demoren las medidas que se adoptan en el
expediente principal, no existiendo otra limitación para la formación de tales
incidentes que las que el Tribunal disponga. Un claro ejemplo de ello son los
incidentes que habitualmente se forman para el seguimiento de la liquidación
de los bienes; es decir, que para hacerse lugar a la formación de un incidente,
no necesariamente se debe tratar de hechos controvertidos en los que existen
dos o más partes en pugna.
En nuestra modesta opinión, es lamentable que la ley 24.522 haya suprimido
todo lo relacionado a la calificación de la conducta del fallido, sus
administradores, apoderados y cómplices.
En los incidentes que se ventilen durante el desarrollo del concurso
preventivo, el síndico concursal actuará en cumplimiento de los deberes que le
impone el art. 254 de la Ley de Concursos. En la quiebra se aplica al respecto
los arts. 107 y 109, los cuales legitiman procesalmente al síndico para actuar
en representación de la deudora, pues este último, por aplicación del art. 107
queda desapoderado, o sea, el síndico pasa a actuar como representante de la
quiebra. El hecho de que el art. 252 consagre que la función del síndico es
"indelegable", y el art. 258 enseña que el síndico "debe actuar personalmente"
no significa que deba actuar siempre en forma personal en todos los juicios en
que se halla involucrada la quiebra o el concurso, y si bien el ya mencionado
art. 258 "in fine" autoriza al juez para que dé su venia a fin de que el síndico
pueda nombrar apoderado, en tramitaciones fuera de la jurisdicción del
Tribunal, en casos debidamente fundados, ya sea por la extensión o el cúmulo
de las tareas que puedan pesar sobre la Sindicatura, resulta procedente
solicitar la misma venia a fin de nombrar apoderado judicial.
Uno de los ejemplos más comunes en ese sentido, se da en aquellas
quiebras con elevado número de asalariados, quienes en forma casi simultánea
inician juicios laborales contra la fallida, haciendo que el síndico reciba una
verdadera avalancha de citaciones a audiencias personales ante los Tribunales
de Trabajo y que no siempre tienen su sede en la misma ciudad donde se
asienta el Juzgado que interviene en la quiebra o concurso. Tal circunstancia
debe ponerse en conocimiento del Juez ante el cual se halla radicada la
quiebra, a fin de solicitar la autorización que permita conferir poder judicial a
uno o más abogados para la debida atención de los conflictos laborales.
No debe confundirse tal delegación a través de poder, con el patrocinio
letrado al cual se refiere el art. 257, siendo importante destacar que si bien en
el concurso y quiebra, el síndico no necesariamente debe contar con patrocinio
letrado, ello se convierte en algo más que necesario, cuando se debe salir a
litigar fuera de la jurisdicción del Tribunal donde se halla radicado el juicio
concursal.
Por aplicación del art. 132, la declaración de quiebra atrae al juzgado donde
se ventila la falencia, todas las acciones judiciales (sin interesar el fuero donde
se hallen tramitando originariamente) iniciadas contra el fallido, en los cuales se
reclamen derechos patrimoniales, pero se exceptúan los indicados en el art. 21
incisos 1 al 3 de la Ley concursal.
9. LA INCAUTACIÓN, CONSERVACIÓN Y ADMINISTRACIÓN DE LOS BIENES
El art. 177 de la ley 24.522 en sus diversos incisos determina la actividad que
debe desarrollar el síndico ante un decreto de quiebra, y obviamente, tal como
lo dice textualmente el título del Capítulo IV de la Ley, ante el vacío que se
produce por el desapoderamiento que sufre el deudor, que surja un
responsable, tanto para la incautación como para el cuidado de los distintos
valores sean éstos materiales o inmateriales. A ese respecto, y siempre
ateniéndonos a la letra del artículo arriba citado, la concreción de la "clausura"
puede llevarse a cabo bajo la responsabilidad de un Oficial de Justicia, o bien
el magistrado actuante en aras de la practicidad y de la celeridad puede investir
al síndico con los derechos y atribuciones del "Oficial de justicia" y para ello
podrá o no ser necesario contar con el auxilio de la fuerza pública.
Pero la tarea más significativa y de indudable responsabilidad para la
Sindicatura es el acabado cumplimiento de lo dispuesto claramente en los
incisos 1° a 3° del artículo bajo estudio. Es imposible poder expresar en una
publicación todos los imponderables que pueden llegar a presentarse en tan
delicada tarea de la Sindicatura, y para un mejor desempeño debe primar el
sentido común, siempre con miras a mantener el estado de conservación y la
guarda cuidadosa de los elementos a custodiar.
Uno de los problemas conexos que pueden llegar a presentarse al clausurar
un establecimiento es el de los bienes perecederos (por ejemplo: reses de
animales, frutas y hortalizas diversas, productos lácteos, etc.), en cuyo caso es
de estricta aplicación el art. 184, a cuya clara redacción nos remitimos. Es
importante agregar al respecto que para el supuesto de una imposibilidad
material de realizar productos perecederos, y siempre con la venia judicial
pertinente, tales bienes perecederos pueden ser donados a instituciones de
bien público.
En cuanto respecta a los "fondos del concurso", el acabado cumplimiento del
art. 183 no ofrece dudas, y de existir algún tipo de valor negociable con
vencimiento en fecha futura, con la pertinente comunicación al Juzgado, es
aconsejable recurrir a Instituciones bancarias para sus posteriores cobros
(confr. al respecto art. 183 "in fine).
Más allá de la novedad que ha introducido la ley 26.684 a la cual nos
referimos más en extenso, líneas más adelante y de acuerdo a lo consignado
en los arts. 189 al 195, el Síndico puede continuar con la explotación de la
totalidad de la empresa fallida o con negocios o establecimientos parciales,
todo ello indefectiblemente, tal como la ley 24.522 y sus modificaciones lo
señalan, con autorización y contralor judicial permanente, pero permanente con
la mira puesta en una liquidación final, pues por el contrario nos estaríamos
encontrando con el "negocio de la empresa quebrada", lo cual es desde todo
punto de vista no admisible.
10. SUPUESTOS ESPECIALES Y LIQUIDACIÓN DE LA EMPRESA
En primer lugar nos referiremos al "supuesto especial" reglado por el art. 48,
el cual es incorporado al articulado de la Ley, por reforma surgida con la Ley
25.598 y que ha recibido en la doctrina y la jurisprudencia el nombre de
"cramdown" inspirado en los precedentes de la legislación sajona. Hasta la
sanción de esta última Ley, no habiéndose obtenido el porcentual de
conformidad requerido por la Ley para aprobar el acuerdo, era automática la
declaración de quiebra y bajo la dirección de la Sindicatura y vigilancia del
Juzgado, comenzaba el procedimiento de liquidación en el plazo más
perentorio posible (obviamente siempre que no se hubiera decretado una
continuación provisoria, a lo cual nos hemos referido con anterioridad).
El tan mentado art. 48, acerca del cual tanto se ha escrito desde su
promulgación, básicamente dispone que para el caso de sociedades de
responsabilidad limitada, sociedades por acciones, sociedades cooperativas y
aquellas en las cuales el Estado Nacional, Provincial o Municipal sea parte y
con la expresa exclusión de las personas reguladas por leyes especiales que
son detallados en la susodicha norma legal; una vez vencido el plazo de
exclusividad y sin haberse obtenido las conformidades de los acreedores a la
propuesta de acuerdo, no se decreta la quiebra (tal como era de rigor hasta
dicha reforma) sino que por el contrario, se abre un "registro" de acreedores y
de terceros interesados en la adquisición de las acciones o cuotas
representativas del capital social a los efectos de formular propuestas de
acuerdo preventivo (obviamente, y no caben dudas al respecto, que si tal
"registro" no tiene interesados, la declaración de quiebra es automática).
Continúa diciendo la larga redacción del susodicho artículo, que de existir
inscriptos en el registro antes mencionado, el Juez deberá designar un
"evaluador" que dentro de los treinta días de haber aceptado el cargo deberá
presentar su informe de valuación. Debe ponerse de relieve que hasta la
sanción de la ley 25.589, la figura del evaluador no existía y dicha norma legal
modifica el art. 262 de la Ley ritual, legislando al respecto que la lista de
evaluadores será formada por la Cámara de Apelaciones, cada cuatro años (en
consonancia con las fechas en las cuales se confeccionan las listas de
síndicos), pero a diferencia de lo legislado acerca de los títulos universitarios y
antigüedad en el ejercicio de la profesión que obligatoriamente debe poseer un
síndico, en el caso de los evaluadores solamente se admiten "estudios de
auditoría" con más de diez años de antigüedad, y también se admiten bancos
de inversión y entidades financieras autorizadas por el Banco Central de la
República Argentina, siempre como mínimo con diez años de antigüedad.
Otra novedad al respecto es que el azar ya no juega un papel tan excluyente
como en el caso de los síndicos concursales, ya que el comité de control (nos
referimos al antes llamado comité de acreedores) propone las ternas de
evaluadores, de las cuales el Juez elige al "evaluador". Tales funciones son
remuneradas sobre la base de la regulación que fija el Juez a cargo del
concurso y a diferencia de lo que sucede con las remuneraciones al síndico, las
cuales se basan en los valores económicos en juego, en el caso de los
evaluadores lo es sobre la base del trabajo efectivamente realizado.
Sobre la base del susodicho informe de "valuación", el Juez fija en
formainapelable el valor de las cuotas o acciones representativas del capital
social de la deudora, sobre los cuales deberán basarse las ofertas de los
interesados previamente inscriptos en el "registro" arriba mencionado. Como se
desprende de lo antedicho, el sistema es harto complejo, y hasta el presente no
ha tenido un alto grado de aceptación de los posibles interesados en adquirir
una empresa en crisis terminal, si bien aún es prematuro opinar acerca del
resultado de las nuevas modificaciones introducidas al sistema por la ley
26.684 a la cual nos referiremos líneas más adelante.
Para el supuesto en que se decretare la liquidación de la empresa, nos
tenemos que remitir a lo legislado en los arts. 203 al 217 de la ley 24.522 y
posteriores reformas, y al respecto los tres incisos del art. 204 son
suficientemente claros y precisos e incluso el orden de los tres incisos de dicha
norma legal, no admite crítica alguna, pues respetan las expectativas de
resarcimiento para los acreedores. Así, el antedicho artículo legisla el siguiente
orden de preferencia para la realización de los bienes:
1º la enajenación de la empresa como unidad, lo cual obviamente no merece
crítica alguna, pues es de suponer que una empresa con todos sus activos,
como ser el o los inmuebles en los cuales funciona, su parque de
maquinarias y rodados, las materias primas o mercaderías elaboradas que
pudieran existir al momento de la falencia y demás bienes materiales,
obviamente de hallarse en buen estado de funcionamiento, pueden
resultar un bien de sumo interés para el inversor interesado en ello;
2º se trata del mismo conjunto de bienes del inciso antes consignado, pero
con la diferencia de que no está prevista la continuación de la explotación
de la empresa; y por último
3º la enajenación singular de todo o parte de los bienes, o sea lo que
comercialmente se denomina el "desguace" de la empresa.
Líneas más adelante el art. 205 en su larga redacción, ya que abarca diez
incisos, legisla detalladamente acerca del procedimiento a seguir en la
enajenación de la empresa fallida, y en el art. 208 el legislador instruye acerca
de las ventas singulares de bienes. Finalmente, en el art. 213 se legisla acerca
de la "venta directa", es decir que ya sea por fracaso de la aplicación de los
sistemas de venta implementados en los artículos antes citados, o por el
escaso valor de los bienes a realizar, los mismos pueden ser vendidos en
forma directa. Por último, el art. 214 dispone que los bienes invendibles pueden
ser entregados a instituciones de bien público.
Corolario de lo hasta aquí expuesto es que existe una obligada intervención
del síndico, quien en todos sus pasos debe contar con la pertinente venia
judicial y que el procedimiento siempre debe contar con la debida publicidad.

11. ACTUACIÓN DEL SÍNDICO CONCURSAL EN LA ETAPA DE LIQUIDACIÓN DE


BIENES
Uno de los objetivos buscados en la quiebra es el de lograr una liquidación
ordenada del activo del fallido, dentro de las mejores condiciones económicas y
financieras que el mercado permita, a efectos de proceder posteriormente a la
distribución del producido entre todos los acreedores verificados, dentro del
ordenamiento de privilegios que corresponda.
También es importante para el síndico aconsejar sobre el método que
ulteriormente pueda arrojar el mejor rédito, por cuanto a la hora de la
regulación de sus honorarios, los mismos serán un porcentaje del producido de
tales liquidaciones.
El tema de liquidación de bienes en la quiebra tiene dos aspectos: uno es el
que se refiere a la oportunidad en que tales bienes deben ser realizados, y el
segundo está referido a la forma en que los bienes del fallido deben ser
liquidados. Si bien una primera lectura aparentaría una sencilla aplicación del
articulado de la Ley, en una economía de características cambiantes tan
bruscas como la que imperaba en nuestro país hasta hace poco, sometida a
vaivenes políticos imprevisibles, configuran un panorama en el cual el síndico
está obligado a moverse, haciendo gala no solamente de sus conocimientos
jurídicos, sino también de sus aptitudes y capacidades de buen administrador.

11.1. Oportunidad de la liquidación


En lo que hace a la oportunidad de realización, mandan al respecto los arts.
203 y siguientes, siendo la primera condición dentro de un proceso de quiebra
tipo, que la realización de los bienes no podrá comenzarse en el caso que se
haya interpuesto recurso de reposición contra la sentencia de quiebra, haya
sido admitida por el Juez la conversión en los términos del art. 90, o se haya
resuelto la continuación de la explotación conforme lo normado por los artículos
189 a 191 inclusive.
Lo expuesto previamente ha tenido una importante modificación con la
sanción de la ley 26.684, que introduce sustanciales modificaciones a los textos
de los arts. 190 y 191 de la Ley ritual por cuanto introduce preferencias a favor
de las cooperativas de trabajo que puedan llegar a constituirse con motivo de la
quiebra de su empleador.
El art. 184 se refiere en primer lugar a los bienes perecederos, o en
condiciones similares, según lo explicaremos a continuación, y habida cuenta
en razón de lo dispuesto por el art. 177, que en forma inmediata, una vez
decretada la quiebra, debe procederse a la incautación de los bienes del fallido,
y que según el art. 179, es el síndico quien debe adoptar las medidas
necesarias para la conservación y administración de los bienes. Este último
debe evaluar según lo dispone el art. 184 si se dan las circunstancias de
existencia de bienes perecederos (por ejemplo un stock de verduras o de
carnes), o bien de bienes de conservación dispendiosa (por ejemplo elementos
depositados en lugares abiertos, cuyo costo de vigilancia puede resultar muy
alto frente al posible valor de realización) o por último de bienes expuestos a
graves disminuciones de precio (por ejemplo un producto estacional).
También el art. 184 contempla los casos en que, no existiendo fondos
líquidos, sí existen bienes, y que sea de extrema necesidad afrontar gastos
inmediatos que hacen a la marcha ordenada del proceso (por ejemplo,
necesidad de abonar gastos de traslados o de ordenamiento de mercaderías; o
bien la necesidad de contar con personal técnico especializado para ciertas
tareas). En tales circunstancias, el síndico una vez ponderada la urgencia y con
la anuencia del Juez de la quiebra, podrá proceder a realizar una venta directa
de algunos bienes, ya sea en forma directa o por cualquiera de los otros
sistemas expuestos en la Ley de Quiebras, y ello así hasta contar con los
fondos necesarios para afrontar los gastos imprescindibles.
El director natural del proceso, o sea, el Juez, generalmente no está en
condiciones de apreciar tales urgencias o necesidades y, en consecuencia,
solamente el Síndico, quien deberá tener la suficiente perspicacia para evaluar
y merituar la urgencia, es quien debe afrontar la responsabilidad de formular las
peticiones que correspondan.

11.2. Formas de la liquidación


La ley 24.522 y sus posteriores reformas hablan de la "forma preferente" de
la realización, y en primer lugar cabe analizar lo dispuesto por el art. 204, inc.
"a" que se refiere a la enajenación de la empresa como unidad .
Es útil tener presente que tal enajenación no constituye el caso típico por
excelencia en las quiebras, pues para que ello ocurra, previamente el Juez
deberá haber dispuesto la explotación provisoria de la empresa, a pesar del
estado de falencia. Con este procedimiento, la "fuente de trabajo", aun con
limitaciones, queda preservada, lográndose así un objetivo social de alto
contenido humano. También es importante señalar que en los establecimientos
fabriles se produce inevitablemente un deterioro del parque de maquinarias,
por falta de mantenimiento, o bien ocurren "desapariciones inexplicables", lo
cual en cierta medida se evita mediante el mantenimiento del funcionamiento
de la fábrica, a la vez que se mantiene la línea de proveedores y la cartera de
clientes.
Siempre dentro del análisis del art. 204, el inciso "b" habla de la enajenación
en conjunto de los bienes que integren el establecimiento del fallido . Aquí debe
explicarse la diferencia entre "empresa" y "establecimiento". La "empresa" es la
organización económica en forma global, y en cambio, el "establecimiento" es
una de las tantas unidades en las que puede estar dividida una empresa; valga
como ejemplo, una fallida que cuenta con un establecimiento fabril, y bocas de
expendio de sus productos en diversos lugares, y en tal caso, el
establecimiento fabril más la totalidad de sus bocas de expendio serían la
"empresa", y a su vez, la fábrica en forma individual o cada una de las bocas
de expendio serían los "establecimientos".
Siguiendo con el art. 204, en su inciso "c" se expresa acerca de
la enajenación singular de todos o partes de los bienes , que evidentemente
constituye lo más simple, pues consistiría en el desarme total de la unidad
económica y su venta en forma individual por elemento constitutivo.
Habiendo quedado clarificado el orden preferente de realización, nos
abocaremos a los dos sistemas principales expuestos en la Ley, a tal efecto,
que son la licitación y la subasta , previa tasación de los mismos.
11.3. Ventas por el sistema de licitación
El sistema de ventas por licitación, explicado en el art. 205, incisos 3° al 8°,
es considerado por muchos autores como el más idóneo en las ventas de
establecimientos, o de empresas, desde medianas a grandes, es a la vez el
sistema que más trabajo demanda al síndico, por cuanto al contrario de lo que
sucede al intervenir martilleros, es el síndico quien debe ocuparse de sugerir la
mejor publicidad, de contactar posibles adquirentes a fin de interesarlos en el
negocio que se ofrece, como así también de redactar el pliego a que se refiere
el inciso 3° del art. 205.
Tiene la evidente ventaja de que dificulta la formación de "ligas de
compradores" tan comunes en las públicas subastas.
Las particularidades de la venta por licitación se explicitan a partir del tercer
inciso del art. 205, partiéndose del supuesto de que ya se habrá
cumplimentado la tasación a la que se refiere el primer inciso del susodicho
artículo. Luego, es tarea asignada a la sindicatura la confección del pliego de
condiciones pertinente, que deberá contener las formalidades explicadas en el
inciso tercero del art. 205. En lo que hace al contenido de los incisos cuarto al
octavo, son de tal claridad, que en mérito a la brevedad, entendemos que no
hacen necesaria explicación adicional.
Es interesante consignar que los pliegos de condiciones suelen, con la previa
anuencia del Tribunal, ser vendidos a los interesados, con lo cual se logra una
doble finalidad: recuperar aunque sea en parte los gastos de confección de los
pliegos y la publicidad a que se refiere el inciso cuarto del art. 205, como así
también limitar el operativo a los realmente interesados en la operación
propuesta. Obviamente, los fondos así recaudados deben ser depositados en
la cuenta bancaria de la quiebra y a la orden del Juzgado pertinente.
Si bien la Ley de Quiebras no lo impone como condición, es costumbre
normal, que una vez abiertos los sobres y hechas públicas las ofertas, los
presentantes a la licitación puedan mejorar la oferta dentro del plazo que el
Tribunal haya dispuesto previamente, y en tal forma se da lugar a una puja
similar a la que se produce en los remates, pero con la importante diferencia de
que será el propio Juez en persona quien dirigirá el procedimiento.

11.4. Ventas por el sistema de subasta


El art. 208 de la ley 24.522 nos explica en forma muy clara que la "venta
singular" o sea, la clásica subasta, es llevada a cabo por un auxiliar de la
Justicia especialmente designado, o sea el "martillero". En la Capital Federal, la
Cámara Nacional de Apelaciones en lo Comercial por vía de acordadas, y tal
como sucede con los Contadores Públicos para acceder al cargo de síndicos,
ha reglamentado las condiciones que se deben llenar para ser designado
"enajenador" en dicho fuero, como así también los recaudos que deberán
adoptar los jueces en las pertinentes designaciones, y la oportunidad en que
tales funcionarios podrán percibir sus comisiones sobre las ventas.
El susodicho art. 208 nos habla también acerca de las publicaciones que se
deberán llevar a cabo, siendo de destacar que el síndico podrá hacer todo tipo
de propuestas al respecto, ya se trate de tiempos de publicidad, como de
formas y medios de comunicación a ser elegidos, y asimismo podrá opinar
acerca de las fijaciones de bases.
Del articulado de la Ley de Concursos, no surge disposición alguna acerca
de la obligación que pueda tener el síndico para asistir en forma personal al
acto de la subasta, pero un sentido mínimo de responsabilidad profesional
indica que dicho funcionario debe hacerse presente en el acto del remate,
habida cuenta de las distintas maniobras que, con o sin complicidad del
martillero, se perpetran a veces en el acto de la subasta.
Una vez que el martillero rinda cuenta documentada en autos de su gestión,
el síndico deberá expedirse sobre la bondad de tales cuentas, como así
también si se trata de importes de cierta relevancia, solicitar su inmediata
inversión a fin de obtener algún rendimiento de dichos fondos.

11.5. Ventas directas y bienes invendibles


Independientemente de las ventas inmediatas en forma directa de artículos
perecederos, o que sean necesarios para allegar fondos en forma rápida o los
de conservación dispendiosa, a los cuales ya nos hemos referido, debe
considerarse que el art. 213 de la ley 24.522, nos habla de las "ventas directas"
que se puedan realizar, ya sea en forma directa a través del síndico, de
intermediarios o de instituciones o mercados especializados (lo cual es muy
habitual cuando existen valores mobiliarios sujetos a oferta pública, tal como lo
dispone el art. 215).
Por último cabe referirse a los bienes de muy escaso valor o los declarados
invendibles. En tales supuestos es de aplicación el art. 214 que dispone, ante
la posible existencia de bienes de un valor tan ínfimo que presumiblemente ni
siquiera compensen los gastos de la publicidad obligatoria, que el Tribunal
podrá disponer, previa vista al síndico y fallida, que tales bienes podrán ser
donados sin cargo a instituciones de bien público.

12. INFORMES FINALES Y DISTRIBUCIÓN DE DIVIDENDOS


Una de las más importantes finalidades del instituto de la quiebra, es el de
conseguir una realización lo más rápido y ordenadamente posible de los bienes
del deudor, a fin de distribuir el producido de tal realización entre todos los
acreedores que previamente hayan obtenido la verificación de sus acreencias,
respetando las prioridades de cobro de los mismos, que surgen como
consecuencia de los privilegios que la Ley acuerda y satisfaciendo los gastos
que el proceso concursal haya producido.
Todo ello se halla legislado por los arts. 218 al 223 de la Ley de Concursos y
quiebras, si bien en lo que a inmediatez de pagos respecta, también debe
tenerse presente lo establecido en los arts. 240 y 241 de la Ley antes citada,
que se refieren a los créditos con garantía real, como así también las
jurisprudencias de la Corte Suprema en lo que hace al pronto pago en favor de
los acreedores laborales, ratificado actualmente en la nueva redacción que
la ley 26.684 imprime al art. 16, como así también debe tenerse presente las
reservas consignadas en el art. 244.
Del examen de los artículos arriba citados, se desprende que pueden existir
tres momentos de pago:
a) Para los acreedores prendarios e hipotecarios, a través del sistema de
"concurso especial" (ver art. 209) que exige la verificación previa tanto de
importe como del privilegio que detente el acreedor, la subasta del bien
gravado y la previa reserva de las sumas necesarias para atender a
aquellos acreedores que tengan un privilegio mejor al del acreedor
hipotecario o prendario, no pudiendo exceder tal pago preferente a lo
efectivamente obtenido por la venta del bien garantizado.
b) Para todos los acreedores, ya sean privilegiados u ordinarios, el pago final
del dividendo concursal, una vez aprobado el informe final del síndico.
A lo hasta aquí expuesto deben agregarse las "distribuciones
complementarias" a que se refiere el art. 222, o sea, como el mismo título
indica, se trata de aquellos fondos que fueran desafectados de reservas, o
importes que por cualquier concepto ingresen con posterioridad a la
presentación del informe final.
Como paso previo a la distribución final, el síndico debe cumplimentar las
exigencias del "informe final" con las especificaciones que determina el art.
218, y el paso procesal siguiente consiste en la regulación de honorarios de
conformidad con lo dispuesto por los arts. 265 al 272.
La forma de pago se halla explicada en el art. 221, siendo la más común a
través del cheque judicial suscripto por Juez y Secretario. De solicitarlo
expresamente el acreedor beneficiario, el Juzgado puede ordenar al Banco de
depósitos judiciales, la transferencia directa a la cuenta del acreedor que así lo
solicite, con gastos a cargo de dicho acreedor. Y por último, en los casos de
listas extensas de acreedores, el Juzgado podrá ordenar al síndico que
confeccione una planilla especial con los datos de los acreedores (que ha
pasado a denominarse "oficio prenumerado"), a fin de ser remitida al Banco de
depósitos judiciales, para que dicha Institución los abone en forma directa.
La situación de los acreedores que se presenten a reclamar sus acreencias o
privilegios con posterioridad a la presentación de los proyectos de distribución
provisoria o final, según el art. 223 solamente tienen derecho a participar de las
distribuciones futuras en la proporción que le pueda corresponder al crédito no
percibido, y por último el art. 224 dispone que al año contado desde la fecha de
aprobación del estado de distribución, caduca de pleno derecho (lo cual puede
ser declarado de oficio) el beneficio de poder percibir el dividendo concursal. Si
bien en la práctica (y ello no es tan común), la parte final del art. 224 dispone
que una vez producida la caducidad del derecho al cobro, que se declara de
oficio, los importes remanentes no cobrados serán pasados al Estado para el
fomento de la educación común.

13. ÚLTIMAS REFORMAS INTRODUCIDAS POR LA LEY 26.684


El 1 de junio de 2011, el Congreso Nacional, prácticamente con el voto
unánime de diputados y senadores, sanciona la ley 26.684, la cual es
promulgada por el Poder Ejecutivo el 30 de junio de 2011, cuyo articulado de
fuerte contenido laborista y social introduce importantes modificaciones a la
legislación vigente hasta ese entonces, a la vez que introduce un andamiaje
legal a las "cooperativas de trabajo", que sencillamente explicadas, son una
nueva forma jurídica. A través de ella, al momento de la quiebra de una
empresa, en vez de procederse a la clausura de la misma y posterior
liquidación judicial del ente con la debida intervención del síndico concursal
para el supuesto de conformarse una cooperativa de trabajo, formada por los
trabajadores que al momento de la falencia prestaban servicios para la
deudora, tal nuevo ente jurídico tiene prioridad para hacerse cargo de la
empresa deudora y continuar así con las actividades de la misma.
Lo explicado previamente parece un tema de sencilla aplicación, pero en
rigor de verdad, la nueva norma legal desde el día de su sanción ha despertado
en los especialistas en la materia muchas más críticas que apoyos y aplausos,
pero aclaremos que al escribir las presentes líneas, la susodicha norma legal
tiene escasamente algo más de un año de vigencia y sus formas de aplicación
y resultados aún son inciertos, pues si bien es evidente que el legislador ha
tratado de proteger al "eslabón más débil" de la cadena de falencia, la
apresurada redacción y sanción de la ley 26.684 ha despertado opiniones
contradictorias entre juristas y síndicos concursales (muchas más críticas que
aplausos), habiéndose puesto de evidencia una escasa prolijidad de los
redactores de la nueva norma legal (no corregidas en el Congreso), y que
obviamente, como ha sucedido con distintas leyes que despertaron en su
momento reacciones encontradas, con el correr de los meses los jueces han de
sentar doctrinas y criterios que faciliten la aplicación de la norma legal.
Es importante consignar que la ley 26.684 no se ha limitado únicamente a
bendecir la creación de un salvataje a través del auxilio de las "cooperativas de
trabajo", sino que también ha introducido notorias reformas en distintos
artículos de la ley 24.522, siendo importante citar al respecto la modificación
del inc. 8º del art. 11 que se refiere a los requisitos que se deben acompañar a
fin de obtener la apertura de un concurso, pues se dispone que deberá
presentarse la "nómina de empleados", con detalle de domicilio, categoría,
antigüedad y última remuneración recibida, como así también existencia de
deuda laboral y de deuda con organismos de la Seguridad Social, todo ello
certificado por Contador Público.
Con ello, el legislador busca claridad y transparencia en la apertura del
concurso, en el sentido de que se conozca no solamente la "plantilla de
trabajadores", sino que también se haga pública tanto la posible deuda con los
asalariados, como con los organismos previsionales.
Desde el punto de vista de los expertos contables, es lamentable la
confusión legislativa, ya criticada en sanciones de leyes anteriores, acerca del
uso de los vocablos "certificación" y "dictamen", pues parecería ignorarse la
clara diferenciación establecida al respecto por el Consejo Profesional de
Ciencias Económicas de CABA en la publicación "Informes y certificaciones"
editado en el año 1996 y que aún mantiene vigencia, y según la cual en la
"certificación" el profesional formula una manifestación personal de que la
información concuerda con las registraciones contables y/o documentación
respaldatoria y en cambio en el "dictamen" también denominado "informe
especial" el profesional expone que la información presenta adecuadamente en
sus aspectos significativos, los hechos denunciados a la vez que se debe
identificar los procedimientos de auditoría aplicados.
Siguiendo el orden del articulado de la reciente reforma, es de destacar que
para la audiencia informativa que debe llevarse a cabo previo al vencimiento
del plazo de exclusividad contemplado en el art. 43, tal audiencia debe ser
notificada a los trabajadores, lo cual es otra demostración de la importante
injerencia del asalariado en la tramitación del concurso.
Otro ejemplo de la ligereza de los legisladores en la sanción de la reforma lo
constituye el hecho que de acuerdo al inciso 11 del art. 14, a partir de la
aceptación del cargo comienza a correr para el Síndico un plazo de diez días
para que se pronuncie acerca de pasivos laborales y a la vez audite acerca de
la posible existencia de otros créditos laborales que se encuentren
comprendidos en el pronto pago. Al respecto, insistimos en que los plazos
acordados no se compadecen en absoluto con los tiempos procesales que se
le otorga al deudor para la presentación de sus libros, los cuales por aplicación
del art. 14, inc. 5º deben obligatoriamente ser intervenidos por el Secretario del
Tribunal a quien por otra parte tampoco le está corriendo plazo alguno para
llevar a cabo dicha tarea.
A medida que se avanza en el estudio del nuevo articulado, nos encontramos
con la versión modificada del art. 16 que establece un "pronto pago" a los
acreedores laborales en plazos brevísimos y se introduce el novedoso
procedimiento, para el supuesto de mora del empleador, de que se "debe"
afectar para dichos pagos el 3% mensual del ingreso bruto de la concursada.
Obviamente, no se nos puede escapar que el "ingreso bruto" de ninguna
manera significa utilidad alguna, ni tampoco puede el mismo considerarse
como un excedente, hasta tanto no se confronten dichos ingresos con los
egresos de necesidad imprescindible.
Se sanciona asimismo en la nueva redacción del art. 29 de la Ley de
Concursos, que el síndico también deberá enviar la carta que anteriormente se
reservaba únicamente a los acreedores, a los integrantes del "comité de
control", y se incorpora un nuevo inciso al art. 34 por el cual los trabajadores de
la concursada, sean éstos acreedores o no, tienen derecho a revisar los
legajos, y el síndico está obligado a informarles acerca de las insinuaciones
recibidas. En lenguaje claro, el contralor que puede ejercer el trabajador es
"total e ilimitado", tan así es que, por la nueva redacción impresa al art. 42, el
nuevo "comité de control" que debe constituirse una vez resuelta la
categorización, debe integrarse obligatoriamente con dos representantes de los
trabajadores, que ellos mismos deben elegir (los cuales quedan agregados al
trabajador ya electo de acuerdo al art. 14, inc. 13, sin perjuicio de la facultad del
Juez de reducir dicho número, cuando las circunstancias así lo aconsejen).
Hasta la sanción de la ley 26.684, mucho se ha escrito acerca de los
alcances e interpretación del art. 48, más conocido como el artículo del
"cramdown" y dicha norma legal soporta ahora una más que importante
modificación que se completa con la incorporación a la ley 24.522 del artículo
48 bis, el cual legisla acerca de la inscripción en el registro establecido en el
inc. 1º del art. 48, otorgando un lugar a la cooperativa de trabajo (aun cuando
se halle en formación) cuyo capital a su vez queda conformado con los créditos
que puedan existir a favor de los trabajadores, cálculos éstos que pasan a
constituir una importante y compleja carga laboral para el síndico.
Entre las importantes ventajas que el legislador obliga a otorgar a los
trabajadores, constituidos en cooperativa, corresponde mencionar que el Banco
de la Nación Argentina y la Administración Federal de Ingresos Públicos
"deberán" dice la Ley (o sea es imperativo) otorgar conformidades y facilidades
de refinanciación de deudas en las condiciones más favorables en sus
respectivas carteras, y que se encuentran exceptuadas de efectuar el depósito
del 25% del valor de la oferta, o del depósito del 5% del capital suscripto.
Asimismo, se debe destacar las consecuencias del art. 21 de la norma legal
que estamos analizando que sustituye el art. 195 de la Ley hasta ayer vigente,
la cual restringe en grado sumo los habituales derechos que poseían los
acreedores hipotecarios y prendarios.
En materia de realización de bienes, la flamante normativa legal al modificar
el art. 203 y crear el art. 203 bis, crea un inmenso beneficio a favor de los
trabajadores, al poder compensar créditos laborales con cuotas de capital, pero
opinamos que debe aguardarse el paso de los tiempos, a fin de poder apreciar
las ventajas de tan novedoso sistema.
Es de destacar que se mantiene la figura del "evaluador", siendo el novedoso
"comité de control" el que debe proponer la terna de evaluadores de la cual el
Juez designará a quien se desempeñará en dicho sentido.
Como corolario sobre el tema "cooperativas de trabajo" o "empresas
recuperadas", como también se las denomina, estimamos que deberá
transcurrir un plazo de tiempo prudencial, el cual a la postre demostrará si la
legislación, tan novedosa como revolucionaria, ha contribuido a mejorar en
términos reales al trabajador, o si por el contrario, lo ha desmejorado, en el tan
difícil trance de la quiebra empresaria.
CAPÍTULO X

LA LABOR PROFESIONAL DEL CONTADOR PÚBLICO EN LAS NUEVAS


ALTERNATIVAS DE RESOLUCIÓN DE CONFLICTOS: NEGOCIACIÓN,
MEDIACIÓN Y ARBITRAJE
Hugo Fernandes dos Santos

1. INTRODUCCIÓN
En el presente capítulo se abordará el estudio de los métodos alternativos de
resolución de conflictos, en los que, como veremos, el profesional en ciencias
económicas puede desempeñarse.
El desarrollo de procesos distintos al judicial es consecuencia de las crisis
del sistema estatal de administración de justicia. La sobrecarga de los
tribunales que impide la prestación de un servicio eficiente, la excesiva
duración y el elevado costo de los juicios son algunas de las causas que
coadyuvaron para que el Poder Judicial alcance un importante grado de
incapacidad operativa.
La negociación, la mediación y el arbitraje son algunos de los métodos
alternativos que permiten descomprimir los despachos judiciales y, a su vez,
brindar a las partes en conflicto la posibilidad de alcanzar soluciones que
satisfagan más ampliamente sus necesidades e intereses.
El profesional en ciencias económicas puede ser llamado a intervenir en el
conflicto, asumiendo en distintos ámbitos —privado, institucional, judicial— el
rol de mediador o árbitro.

2. EL CONFLICTO

2.1. Concepto
El conflicto puede definirse como el choque o enfrentamiento que se produce
e ntre dos o más personas en razón de la distinta forma en que perciben un
problema o una situación.
La inserción del hombre en la sociedad y la divergencia de ideas,
sentimientos, culturas e intereses hacen que el conflicto sea parte de la vida
diaria.
Cuando en una sociedad se aísla al socio minoritario, o se reestructura una
empresa y se producen despidos, o dos comerciantes no dan igual
interpretación a una cláusula contractual; las partes involucradas, "a través de
sus conductas construyen el contexto de la relación de conflicto. Normalmente,
construyen ese pedazo de realidad para dirimir quién paga los daños, ya sean
éstos materiales o morales"(1) .
De acuerdo a cómo se entiendan las distintas percepciones en esa realidad,
el conflicto puede apreciarse de manera negativa o positiva. Bajo una óptica
negativa, las diferencias entre las personas son entendidas como generadoras
de problemas; en tanto que, bajo una óptica positiva, esas diferencias son
entendidas como generadoras de oportunidades.

2.2. Visión positiva del conflicto


Tener una visión positiva del conflicto importa concebirlo "como un motor
para el cambio, generador de energía creativa que puede mejorar las
situaciones, una oportunidad para el crecimiento y el enriquecimiento
personal"(2) .
Ante la existencia de un conflicto, debe pensarse en el cambio que se puede
producir, advirtiendo:
ü quién tiene que cambiar;
ü qué tiene que cambiar;
ü a cargo de quién está el precio del cambio;
ü cuál debe ser ese precio; y
ü cuánto y cómo debe pagarse.
Entonces, como el cambio resulta necesario, también deviene necesaria la
existencia del conflicto.
"Un nivel moderado de conflicto interpersonal puede aumentar la motivación
y la energía; el conflicto puede alentar la innovación de los individuos y del
sistema, gracias a que propicia una mayor diversidad de puntos de vista" (3) .
Por ejemplo, si en una empresa cae en forma pronunciada la venta de uno de
sus productos, entonces los distintos sectores (producción, comercialización,
marketing, distribución) se achacan responsabilidades unos a otros, generando
una situación conflictiva. En cambio, si adoptan una visión positiva del conflicto,
buscarán opciones o alternativas (mejorar la política de bonificaciones y
descuentos mediante el logro de un incremento de la producción,
relanzamiento del producto con un sistema de distribución más eficiente, etc.)
que permitirán encontrar la solución a esa situación, maximizando los
resultados en forma cooperativa.
Consecuentemente, hace falta que los implicados en una situación de
conflicto sean capaces de aprovecharla, encontrando algún interés compartido
o común y alcanzando una resolución que satisfaga a todos.

2.3. Comportamientos frente al conflicto


Frente a la aparición de un conflicto, las partes que lo están atravesando
pueden adoptar distintos comportamientos (4) , los que no son totalmente
excluyentes:
§ competir o contender;
§ ceder o conceder;
§ convenir;
§ colaborar y resolver problemas; y
§ evitar, no hacer nada o retirarse.
Competir o contender. Este tipo de comportamiento importa priorizar la
satisfacción de las necesidades e intereses propios por sobre los del otro. El
que utiliza esta estrategia trata de resolver el conflicto imponiendo sus
términos, ya sea mediante amenazas, castigos, represalias, y será el otro quien
deberá ceder. Por ejemplo, el caso de un empleador que imponga a su
empleado el trabajo de horas extra sin el pago adicional correspondiente,
amenazándolo con el despido.
Ceder o conceder: En este caso, se satisfacen las necesidades e intereses
del otro en lugar de los propios. Por ejemplo: un empleado que decide seguir
trabajando bajo las órdenes de su empleador aunque no le otorgue el aumento
pretendido.
Convenir: Implica ponerse de acuerdo con el otro, satisfaciendo algunas
necesidades propias y algunas ajenas; es decir, ambos ceden algo de su
posición originaria.
Colaborar y resolver problemas: Lo que se persigue con este
comportamiento es conseguir la completa satisfacción de las necesidades e
intereses de ambas partes. Para ello, las partes deberán mejorar las posiciones
originarias. Se trata de una conducta cooperativa, mediante la cual los
involucrados se ubican de manera positiva frente al conflicto.
Evitar, no hacer nada o retirarse: Implica la inacción, no mostrar interés ni por
lo propio ni por lo ajeno.

3. MÉTODOS DE SOLUCIÓN DE CONFLICTOS

3.1. Métodos adversariales y no adversariales


Los métodos de resolución de conflictos pueden ser adversariales y no
adversariales.
En el cuadro que sigue se consignan las principales diferencias entre ellos:
  Adversariales o heterocompositivos No adversariales o autocompositivos
Posición de
Están enfrentadas y son contendientes Actúan juntas y cooperativamente
las partes
Las partes mantienen el control del
Control del
Un tercero suplanta la voluntad de las partes y
procedimiento y la decisión es producto de
proceso es él quien toma la decisión
un acuerdo entre ellas
Enfoque para Opción "ganar — perder": si una parte gana, Opción "ganar — ganar": todas las partes
la solución la otra, necesariamente pierde se benefician
Decisión Pone fin al litigio, pero no necesariamente Las partes arriban a ella teniendo en cuenta
resuelve el problema satisfaciendo el interés sus necesidades e intereses
de todas las partes

3.2. Métodos alternativos de solución de conflictos


Los medios alternativos de resolución de conflictos son aquellos procesos
distintos al judicial; en los cuales las partes, por sí o con la intervención de
terceros resuelven los problemas que las enfrentan.
Este tipo de procesos resulta de mayor flexibilidad, menor duración y menor
costo que el planteado en el ámbito tribunalicio, y posee como característica
sobresaliente la conducta cooperativa de los involucrados.
Entre los distintos métodos alternativos para resolver conflictos, pueden
mencionarse: la negociación, la mediación y el arbitraje.

3.2.1. Negociación
Es un método no adversarial mediante el cual las partes, sin la intervención
de terceros, logran alcanzar un acuerdo dando solución a sus diferencias en
forma conjunta.

3.2.2. Mediación
También consiste en un método no adversarial, pero a diferencia de la
negociación, intervienen uno o más terceros que colaboran con las partes para
que éstas puedan poner fin a sus disputas, arribando a un acuerdo por ellas
convenido.

3.2.3. Arbitraje
El arbitraje es un proceso adversarial, en el que las partes delegan, en un
tercero neutral, llamado árbitro, la decisión del conflicto suscitado entre ellas.

4. LA NEGOCIACIÓN

4.1. Concepto
La negociación es la "ciencia y arte de procurar un acuerdo entre dos o más
partes interdependientes, que desean maximizar sus propios resultados
comprendiendo que ganarán más si trabajan juntos que si se mantienen
enfrentados; buscando una salida mejor a través de una decidida acción
conjunta en lugar de recurrir a algún otro método" (5) .
Es un proceso voluntario, informal y no estructurado, en el que las partes
asumen buscar la solución a sus conflictos sin la intervención de terceros;
siendo la diferencia de intereses el punto de partida y una comunicación de ida
y vuelta el camino para lograrlo.
La circunstancia de que se trate de una solución lograda en forma
cooperativa hará que el acuerdo alcanzado sea genuino y sustentable en el
tiempo.

4.2. Modelos de negociación


Los modelos o estilos de negociación son las formas en que las partes
pueden encarar la negociación. Pueden distinguirse los competitivos y los
colaborativos.
En el modelo competitivo, "una parte "gana" y la otra "pierde". En esta
situación hay recursos fijos a ser divididos, por ello, mientras más obtiene una
parte, menos obtiene la otra. En este supuesto los intereses de las partes son
opuestos (...). Las estrategias dominantes en esta clase de acuerdos incluyen
la astucia, fuerza legítima y un manejo adecuado y exclusivo de la información
(...). A este tipo de negociación se la llama también "de valor exigido". En esta
situación, la meta es aumentar el bienestar propio a costa del oponente" (6) .
Consecuentemente, son características de este modelo de negociación las
siguientes:
§ "La negociación es entendida como un juego de suma cero.
§ Se intentan conseguir objetivos a expensas del adversario.
§ Posiciones iniciales extremas: se inician las negociaciones con pedidos
irracionales e intransigentes, se realizan ofertas ridículas con lo que se
afecta el nivel de expectativa del oponente.
§ Autoridad limitada: los negociadores carecen de autoridad —o ésta es muy
limitada— para hacer concesiones.
§ Tácticas emocionales: ejemplos de ellas son las actitudes exasperadas,
gritos, golpes en la mesa, actuación como "víctima" del poder o de la mala
intención —no real— de la contraparte.
§ Consideración de las concesiones del oponente como debilidades: ante
una concesión del oponente no se actúa en forma recíproca.
§ Mezquindad en las propias concesiones: se demoran las concesiones y
son mínimas.
§ Ignorancia de fechas límites: actuación como si el tiempo no existiera, y,
por lo tanto, no se agotara, sin que existan límites a este respecto" (7) .
En tanto, en el modelo de negociación corporativo o colaborativo, que es el
que se ajusta a la definición de negociación brindada, "... hay un monto variable
de recursos a ser divididos y las dos partes pueden "ganar". En estos procesos
de negociación la preocupación dominante es maximizar colectivamente los
resultados. (...) La colaboración involucra un esfuerzo conjunto dirigido a
encontrar una solución que sea percibida como beneficiosa para ambas partes.
Las estrategias dominantes en este tipo de trato incluyen la cooperación,
compartir información y la solución de problemas mutuos. Este tipo de
negociación es también llamado "valor creado", pues la meta es que ambas
partes concluyan la negociación sintiendo que obtuvieron un mayor beneficio
que antes de hacerlo"(8) .
Pueden mencionarse como características de este tipo de negociación: el
alcance de la confianza mutua, el logro del compromiso de la otra parte, y el
control del adversario.
Uno de los modelos con el enfoque "ganar — ganar" es el "Modelo de
Harvard o Modelo de los Siete Elementos" desarrollado por Roger Fisher y
Willian Ury, de la Universidad de Harvard. El mismo refiere a la "negociación
basada en principios", siendo los mismos los siguientes:
1. "Separe a las personas del problema".
2. "Céntrese en los intereses, no en las posiciones".
3. "Invente opciones en beneficio mutuo".
4. "Insista en utilizar criterios objetivos".
Por otra parte, los siete elementos(9) que definen el modelo son:
§ "La Relación. C on este elemento se subraya que un acuerdo nunca podrá
ser bueno si con él se deteriora la relación entre los negociadores.
§ Los Intereses. El corazón del modelo: todos los asuntos que preocupan
realmente a las partes en una negociación.
§ Las Opciones. Destacando aquí la importancia de la etapa creativa,
fundamental en cualquier proceso negociador.
§ La Legitimidad. Apostando por la argumentación y la persuasión en lugar
de la coerción y el engaño.
§ La Alternativa a la negociación. Lo que el negociador podría hacer en caso
de que no se llegara a un acuerdo con la otra parte.
§ La Comunicación. El punto de partida, ya que como suele decirse, no hay
negociación sin comunicación.
§ El compromiso. El punto final de la negociación, lo que las partes acuerdan
por escrito o verbalmente.
Asignarle un nombre a cada uno de los Siete Elementos (...) supone disponer
de un lenguaje común que podemos utilizar para entender, discutir y aplicar
dichos elementos"(10) .
5. LA MEDIACIÓN

5.1. Concepto
"Es el proceso mediante el cual los participantes, junto con la asistencia de una
persona o personas neutrales, aíslan sistemáticamente los problemas en disputa con
el objeto de encontrar opciones, considerar alternativas y llegar a un acuerdo mutuo
que se ajuste a sus necesidades. La mediación es un proceso que hace hincapié en la
propia responsabilidad de los participantes de tomar decisiones que influyan en sus
vidas. Por lo tanto constituye un proceso que confiere autoridad sobre sí misma a cada
una de las partes"(11) .
Por lo tanto, puede entenderse a la mediación como una negociación
asistida, en la cual el mediador interviene facilitando la comunicación y
discusión entre los contendientes, de manera tal que éstos puedan arribar a un
acuerdo que les resulte mutuamente aceptable.

5.2. Características y ventajas de la mediación


Pueden enumerarse las siguientes características y ventajas de la
mediación:
§Es informal:el mediador no está atado a un procedimiento reglado por las
normas procesales; pero posee una estructura en el sentido de que sus
etapas deben ser agotadas o, al menos, suficientemente desarrolladas,
antes de pasar a la siguiente, sin perjuicio de que pueda volverse sobre
una etapa anterior si resulta necesario.
§Es autocompositivo: son las partes —con la ayuda del mediador— las que
encuentran la solución al conflicto, mediante el logro de un acuerdo que
sea mutuamente aceptable. Importa que todos los contendientes ganen.
§Es confidencial: es una de las características fundamentales de la
mediación. Las audiencias siempre se efectuarán a puertas cerradas y
todo lo que ventilen las partes, allí quedará. Una de las obligaciones del
mediador es, precisamente, preservar el secreto de todo lo actuado. Para
los procesos judiciales rige el principio de publicidad, que establece que los
procesos son públicos y, salvo que se trate de expedientes reservados,
cualquier persona puede acceder a ellos.
§Es económica: los servicios de mediación tienen un costo mínimo, sobre
todo si se lo compara con el de las contiendas judiciales.
§Es justa y pone acento en el futuro: El acuerdo alcanzado es producto de
los intereses y necesidades de cada una de las partes. Atento a esa
circunstancia, ellas tendrán mejor predisposición para su cumplimiento, lo
que lo hará perdurable en el tiempo.
5.3. ¿Cuándo es la mediación recomendable y cuándo no?
De acuerdo a la experiencia, la mediación ha demostrado mayor éxito en
casos como los enunciados(12) a continuación:
§ Cuando hay dos o más partes que tienen una relación que se perpetúa en
el tiempo, por lo que quieren terminar con el problema pero no con la
relación.
§ Cuando las partes quieren conservar el control sobre el resultado del
conflicto.
§ Cuando las partes comparten algún grado de responsabilidad por el estado
del conflicto.
§ Cuando ambas partes tienen buenos argumentos y existe una variada
gama de posibilidades de solución del conflicto y de prevención de litigios
futuros.
§ Cuando la ley no provee la solución que desean las partes.
§ Cuando la disputa no conviene a nadie y ninguno realmente desea entablar
juicio.
§ Cuando se desea mantener una situación de anonimato, privacidad y
confidencialidad.
§ Cuando no existe gran desequilibrio de poder.
§ Cuando la causa del conflicto radica en una mala comunicación previa.
§ Cuando las partes necesitan, más que nada, una oportunidad para
desahogarse.
§ Cuando están en juego cuestiones técnicas muy complejas.
§ Cuando se quieren minimizar los costos.
§ Cuando se quiere resolver el conflicto rápidamente.
Por otra parte, existen casos en los cuales la mediación no es recomendable.
Entre ellos(13) , pueden mencionarse:
§ Cuando alguna de las partes quiere probar la verdad de hechos.
§ Cuando alguna de las partes tiene una cuestión fundamental de principios
innegociable de la que no puede salir por propia voluntad.
§ Cuando alguna de las partes tiene un interés punitivo o una noción de
justicia retributiva que desea ver reconocidos en una decisión emanada de
un juez.
§ Cuando lo que se desea es sentar un precedente legal.
§ Cuando una de las partes está ausente o incapacitada.
§ Cuando una de las partes no tiene interés en llegar a un acuerdo.
§ Cuando ninguna de las partes está en condiciones de considerar la
posibilidad de una avenencia.
§ Cuando la lentitud del procedimiento judicial favorecerá mucho por lo
menos a una de las partes.
§ Cuando el actor quiere obtener —como si se tratara de una lotería con
premio— sumas colosales.
§ Cuando la controversia involucra un delito de acción pública, violencia, o
malos tratos a menores.
§ Cuando está involucrado el orden público y la jurisdicción de un tribunal es
esencial.
En el caso de que el mediador considere que la mediación no es el
procedimiento adecuado para dar solución al conflicto planteado, debe hacerlo
saber a las partes y encomendarles la utilización de otro método (arbitraje,
radicación de la causa ante la justicia).

5.4. Procedimiento de la mediación


Delfina Linck(14) hace mención a un único procedimiento de mediación,
sobre el cual se pueden introducir variantes según las preferencias del
mediador y las necesidades del caso y, mediante el mismo, se atenderán las
dos cuestiones principales que están en juego en un conflicto: el contenido y la
relación. Señala que la mediación tiene dos grandes "movimientos" o
"momentos", los cuales, a su vez, comprenden dos etapas cada uno.
El primer momento tiene como objetivo MEJORAR LA COMUNICACIÓN y
comprende las etapas primera y segunda:
àPrimera etapa: ORGANIZACIÓN DE LA MEDIACIÓN
àSegunda etapa: COMPRENSIÓN DE POSICIONES Y
CLARIFICACIÓN DE INTERESES
El segundo momento persigue como finalidad ENRIQUECER EL
PENSAMIENTO, y abarca las etapas tercera y cuarta:
àTercera etapa: DESAFÍO DE REPLANTEAR Y GENERAR OPCIONES
àCuarta etapa: DESAFÍO DE LOGRAR UN BUEN ACUERDO
Como "la mediación sólo funciona a nivel voluntario, no se puede imponer. Si
yo no quiero que conozcan mi problema, no te voy a hablar, y no va a haber
mediación. Es decir, debe haber voluntad de buscar y permitir que un Tercero
entre en el problema"(15) .
Una vez que los involucrados en el conflicto acepten al mediador, hay que
comenzar a transitar las etapas mencionadas.

5.4.1. Primer objetivo: mejorar la comunicación


En este primer momento, el desafío del mediador consistirá en modificar las
disfunciones de la estructura de comunicación que hicieron que los
involucrados en el conflicto no puedan escucharse y, por consiguiente, no
puedan entenderse.
La primera etapa, denominada organización de la mediación , tiene que
ver con la creación de un contexto adecuado, que incluye:
§el manejo del espacio,
§la actitud del mediador y
§las presentaciones, explicaciones/normas, y modos establecidos.
El manejo del espacio:debe procurarse que el trabajo se facilite, por lo que
no deberán haber incomodidades ni disonancias. Por ejemplo, puede ser
favorable el uso de mesas redondas u ovaladas porque ello evitará
enfrentamientos o la existencia de lugares de privilegio.
La actitud del mediador: el tercero neutral — mediador deberá:
üser imparcial,
üescuchar atenta y activamente,
üser flexible,
üser receptivo,
üdesarrollar al máximo su imaginación,
ümanejarse con absoluto respeto al conducir el proceso.
Las presentaciones y explicaciones/normas y modos establecidos: en cuanto
a las presentaciones, el mediador referirá a quienes participan de la mediación
(además de las partes y el mediador, puede haber co-mediadores, asistentes
letrados y otros asesores, observadores) e indicará el rol que desempeñará
cada uno de ellos.
En tanto que las explicaciones consistirán en indicar:
§ ¿Qué es la mediación, y cuáles son sus características?,
§ ¿Cuáles son las reglas de comportamiento? y ¿cuáles las de
funcionamiento? En este caso, el mediador establece las reglas de juego,
exponiendo cómo se va a llevar a cabo el procedimiento.
Lo importante es que no queden dudas y que todos los implicados estén de
acuerdo con las reglas enunciadas.
Posteriormente, las partes y el mediador suscribirán elconvenio de
confidencialidad, ya que —como se ha mencionado— el procedimiento
de mediación tiene carácter estrictamente confidencial, por lo tanto se
garantiza el secreto de toda la información que se ventile en las audiencias
y la imposibilidad de utilizarla en un juicio posterior.
La segunda etapa —comprensión de las posiciones y clarificación de
intereses — puede resumirse en una palabra: "cuéntame". El tercero tiene que
entablar una relación con las partes en conflicto para ver "de qué trata" el
problema.
El mediador escuchará atenta y activamente cómo cada una de las partes
expone sus perspectivas, las cuales pueden ser muy poco claras y distintas.
Parte del trabajo del mediador, como facilitador, consiste en crear un ambiente
donde los mediados puedan profundizar sus historias.
Habitualmente, los participantes del conflicto enfocan el problema en
términos irreconciliables y no pueden percibir si tienen algo en común o que
puedan compartir.
En esa fase del "cuéntame", el mediador debe estar atento tanto al contenido
como a la relación.
"El contenido se refiere a los datos concretos que se manejan al describir el
problema. A menudo la gente piensa que el conflicto tiene que ver con el contenido, y,
sin embargo, la mayoría de los conflictos no tienen nada ver con el contenido sino con
la relación. El contenido se usa como forma de expresar lo que falta en la
relación" (16) .
Para conseguir que las partes hablen, el mediador debe conectarse con
ellas. Debe saber plantear preguntas abiertas y no reducidas; plantear
preguntas que amplíen, para entender lo que hay detrás, qué es lo que molesta
y por qué.
Después, el mediador efectuará un resumen, fraseo o parafraseo de lo dicho
por las partes para:
üdemostrar una asimilación imparcial;
üdepurar emociones negativas y acusaciones;
ücerciorarse sobre la información;
üobtener acuerdo de la parte sobre la versión en boca del mediador; y
üconseguir que la otra parte la escuche de boca de un tercero.
Luego indagará sobre el porqué funcional o el "para qué" de sus posiciones,
es decir, qué es lo que quieren lograr. En las respuestas deben quedar
expuestos los verdaderos intereses. Puede requerirse a cada parte que
exprese/frasee con sus propias palabras cuál es el interés de la otra.
Debe destacarse que los intereses, las necesidades y los deseos sostienen
las posiciones que se adoptan y descansan sobre las creencias y los valores
de los individuos.
Una vez que se ha logrado una mejoría en la comunicación y que se han
establecido, de manera recíproca, los intereses de las partes; el siguiente paso
es replantear la situación de forma tal que pueda pensarse en satisfacer
simultáneamente los intereses de todos los participantes.

5.4.2. Segundo objetivo: enriquecer el pensamiento


En la etapa deldesafío de replantear y generar opciones, el mediador tiene
que situarse, entender en qué consiste exactamente el conflicto y hacer que se
pase a una agenda común. Es pasar del "yo/tú" al "nosotros"; de "tú eres el
problema" a "compartimos un problema".
Se intenta llegar a un entendimiento común del conflicto para la búsqueda de
la satisfacción simultánea, cambiando el marco del problema de gana/pierde o
pierde/gana en gana/gana.
Lo que sigue es pensar en vías de salida, en generar opciones: una de las
actividades que lo permiten es la que se denomina "TORBELLINO DE IDEAS".
Las opciones o propuestas que se pongan sobre la mesa
—algunas seguramente inviables— deberán permitir que se satisfagan los
intereses o necesidades de todas las partes. Este trabajo permite ejercitar el
pensamiento en forma creativa y constructiva.
Consecuentemente, el objetivo buscado es arreglar el problema, alcanzando
el beneficio de todos. "La palabra arreglar ofrece una visión más amplia que la
palabra resolver. Resolver pone mucho más énfasis sobre los asuntos
concretos que tratar (tierras, salario, horario, etc.). Sin embargo arreglar tiene
que ver también con la relación: ¿Cómo vamos a quedar después?" (17) .
La consigna rectora de esta etapa es: la solución existe, sólo hay que
encontrarla.
En la última etapa, las partes y el mediador se enfrentan al desafío de lograr
un acuerdo. Para ello, se deberán seleccionar aquellas propuestas que se
sostengan ante pautas o filtros personales y, a su vez, ante pautas o filtros
objetivos (leyes, ciencia, técnica, peritajes, análisis, etc.). La suma de
propuestas será pasada por ese doble filtro y quedarán aquellas posibles o
viables, alguna de las cuales podrá ser la base del acuerdo entre las partes.
Si se llega al mismo, hay que redactarlo teniendo en cuenta:
§su implementación,
§los riesgos de incumplimiento, y
§la resolución de situaciones no previstas.
Asimismo, puede arribarse a un acuerdo contingente, parcial o escalonado;
es decir, que no se haya logrado dar una solución total al problema.
Por otra parte, el hecho de que no se alcance un acuerdo no significa que la
mediación ha fracasado, pues habrá que evaluar la transformación que opera
en el conflicto y cómo ha quedado la relación entre las partes.
Debe tenerse presente que el proceso de mediación no es lineal, pues en su
diseño está reconocida la circularidad. Una vez que el mediador ha escuchado,
va creando el marco y va buscando soluciones con la gente involucrada, se
vuelve otra vez a que cuenten más, a crear un marco mejor, a redefinir —si es
necesario— la situación y a ver más posibilidades para un arreglo serio.
Entonces, si todo funciona bien, al final algún tipo de acuerdo o solución puede
alcanzarse.
Para el desarrollo de la mediación pueden realizarse reuniones conjuntas o
—en caso de ser necesario— reuniones privadas. Para que el proceso sea
satisfactorio, tiene que ser claro, equilibrado, participativo, y sin
manipulaciones.

5.5. El mediador

5.5.1. La función del mediador(18)


El rol del mediador es el de un tercero imparcial que asiste una negociación.
Por lo tanto debe:
1) Saber cuáles son las condiciones para una negociación satisfactoria.
2) Saber porqué medios las partes pueden lograr esas condiciones.
3) Saber conducir un procedimiento que les permita a las partes lograr esas
condiciones.
Sabiendo qué barreras tienen que vencer las partes y qué desafíos tienen
que lograr asumir, el mediador debe ayudar a las partes a:
üNo reaccionar.
üEscuchar activamente.
üReconocer la perspectiva del otro.
üExpresar sus opiniones sin provocar.
üAumentar las emociones positivas.
üApreciar las coincidencias o puntos en común con el otro.
üDesarrollar un pensamiento de colaboración.
üAbandonar las rigideces que limitan el marco de las soluciones.
üAbrir la mente hacia propuestas creativas.
üValorar la preservación de la relación como instrumento para la mejor
defensa de los propios intereses.

5.5.2. Características del mediador


Un buen mediador debería poseer las siguientes cualidades (19) :
1)Neutralidad:la cualidad más importante de un mediador eficaz es su
capacidad de mantener un papel imparcial y neutral en medio de una
controversia.
2)Capacidad para abstenerse de proyectar su propio juicio:el rol del
mediador es ayudar a que las partes lleguen a un acuerdo cuyos términos
sean aceptables para ellas, aun cuando el mediador esté en desacuerdo
con la sabiduría o con la justicia de la solución.
3)Flexibilidad:debe estimular la fluidez en las comunicaciones.
4)Inteligencia:las partes buscan un mediador que les facilite el camino de la
resolución, con una mentalidad ágil y eficaz. Debe ser capaz de ver las
cuestiones en múltiples niveles, de tratar hechos complejos, y de analizar
los problemas.
5)Paciencia:es importante que el mediador pueda esperar los tiempos
necesarios según lo requieran las partes.
6)Empatía:el mediador debe ser capaz de valorar las percepciones, miedos e
historia que cada parte revele en la discusión. La confianza se instala a
partir de esta corriente personal.
7)Sensibilidad y respeto:el mediador debe ser respetuoso con las partes y
sensible a sus fuertes sentimientos valorativos, incluyendo sexo, raza y
diferencias culturales.
8)Oyente activo:las partes deben sentir que el mediador ha oído las
respectivas presentaciones y dichos.
9)Imaginativo y hábil en recursos:es importante que el mediador tenga
capacidad de aportar y generar ideas nuevas.
10)Enérgico y persuasivo:a través de la conducción del proceso, el mediador
debe intervenir eficazmente para lograr flexibilidad en las partes, dirigiendo
la dinámica y controlando la audiencia sin ser autoritario.
11)Capacidad para tomar distancia en los ataques:si alguna de las partes
hace un comentario despectivo o agresivo hacia el sistema de mediación o
hacia el mediador, es conveniente no actuar a la defensiva; de lo contrario
se establecería una nueva disputa.
12)Objetivo:el mediador será más efectivo si permanece desligado del
aspecto emocional de la disputa.
13)Honesto:no debe prometer a las partes algo que no pueda cumplir.
14)Digno de confianza para guardar confidencias:debe guardar
confidencialidad y las partes tienen que estar convencidas de que ello será
así.
15)Tener sentido del humor:es necesario para aflojar tensiones y crear un
clima favorable.
16)Perseverante:cuando las partes llegan lentamente al acuerdo, el
mediador debe soportar la espera y la ansiedad que esto provoca.

5.5.3. La necesidad de entrenamiento


Un mediador no se improvisa. Para poder conducir un proceso de mediación
debe capacitarse para ello.
Más allá de que posea condiciones personales adecuadas para el
desempeño de ese rol, debe realizar un programa de entrenamiento para
incorporar una variedad de técnicas, destrezas, habilidades e información
adquiridas y desarrolladas por quienes tienen experiencia debido a sus
vivencias anteriores.
El programa, entre otras cuestiones, le permitirá:
üidentificar cómo contribuir al proceso, adecuando sus aptitudes para
manejar positivamente el conflicto;
üadvertir las dificultades que se presentan para asumir un papel neutral e
imparcial en la solución de los conflictos;
üconocer y desarrollar estrategias deliberadas que conviene al mediador
adoptar al tratar de elaborar un acuerdo;
üconocer a fondo las reglas esenciales y específicas que hacen al
procedimiento de mediación así como las trampas que el mediador debe
evitar;
üestudiar técnicas de mediación bajo la forma de dramatización y role
playing;
üponer en práctica lo aprendido, primero desde la observación, luego
actuando como co-mediador y luego, como mediador conduciendo
audiencias bajo la observación de un mediador experimentado, quien
sólo intervendrá en caso de ser necesario.

5.6. La mediación civil y comercial: Ley 26.589

5.6.1. Antecedentes normativos(20)


La Ley 26.589 de Mediación y Conciliación (LMC) fue sancionada el 15 de abril de 2010
y promulgada el 3 de mayo de 2010.
A continuación, se mencionan los antecedentes normativos que permitieron arribar al
dictado de esta ley:
§Resolución 297/91del Ministerio de Justicia de la Nación (hoy Ministerio de Justicia,
Seguridad y Derechos Humanos): creó una Comisión de Mediación encargada de
elaborar un Programa o Plan Nacional de Mediación.
§Decreto 1480/92: declaró de interés nacional a este instrumento de
resolución alternativa de conflictos y dispuso la creación de un Cuerpo de
Mediadores, una Escuela de Mediación y la realización de una experiencia
piloto en el ámbito de la Ciudad de Buenos Aires. El plan estableció las
siguientes acciones y objetivos:
ü implementación de programas de mediación en distintos sectores de la
sociedad —comunidad, escuelas, colegios profesionales, Poder Judicial
— y su inclusión en los planes de estudios de las carreras universitarias;
ü creación de un Cuerpo de Mediadores cuyos miembros cumplieran con
los requisitos de capacitación;
ü creación de una Escuela Nacional de Mediación con el fin de entrenar y
capacitar mediadores, con especialización en mediación patrimonial y
familiar, sin perjuicio de la ampliación posterior hacia otras
especializaciones;
ü suscripción de convenios con organismos públicos y privados con el
objeto de divulgar esta técnica de resolución de disputas.
Cabe mencionar que por Resolución ministerial 504/2001, se dejaron sin
efecto las resoluciones 479/97 y 200/98, por medio de las cuales se creó la
mencionada Escuela y se aprobó el reglamento de su funcionamiento, el
plan académico y el programa de actividades de la misma,
respectivamente.
§Resolución 983/2003del Ministerio de Justicia: dispuso la ejecución de la
experiencia piloto de la mediación prevista en el decreto 1480/92 en el
fuero civil. La experiencia incluyó juzgados con competencia patrimonial
y juzgados con competencia en familia.
§Ley 24.573sancionada el 4 de octubre de 1995 y promulgada el 25 de
octubre de 1995: instituyó, con carácter obligatorio, la mediación previa a
todo juicio que se inicie en la justicia civil y comercial. Estableció el
procedimiento, creó el Registro de Mediadores, una Comisión de Selección
y Contralor y un Fondo de Financiamiento.
Esta norma fue reglamentada por los decretos 1021/1995, 91/1998 y
1465/2007.

5.6.2. Contenido
Mediación prejudicial obligatoria
Como su antecesora —la ley 24.573—, esta norma establece, con carácter
obligatorio, la mediación previa a todo proceso judicial. El procedimiento
previsto tiene como finalidad promover la comunicación directa entre las partes
para la solución extrajudicial de la controversia.
Excepciones
El art. 5º menciona los casos en que no resulta de aplicación la LMC:
a)acciones penales;
b)acciones de separación personal y divorcio, nulidad de matrimonio,
filiación, patria potestad y adopción, con excepción de las cuestiones
patrimoniales derivadas de éstas. El juez deberá dividir los procesos,
derivando la parte patrimonial al mediador;
c)causas en que el Estado nacional, las provincias, los municipios o la
Ciudad Autónoma de Buenos Aires o sus entidades centralizadas sea
parte, salvo en el caso que medie autorización expresa y no se trate de
ninguno de los supuestos a que se refiere el artículo 841 del Código Civil;
d)procesos de inhabilitación, de declaración de incapacidad y de
rehabilitación;
e)amparos, hábeas corpus, hábeas data e interdictos;
f)medidas cautelares;
g)diligencias preliminares y prueba anticipada;
h)juicios sucesorios;
i)concursos preventivos y quiebras;
j)convocatoria a asamblea de copropietarios prevista por el artículo 10 de
la ley 13.512;
k)conflictos de competencia de la justicia del trabajo; y
l)procesos voluntarios.
En tanto, el procedimiento de mediación prejudicial obligatoria es de
aplicación optativa en los casos de ejecución y desalojos, para el reclamante
sin que el requerido pueda cuestionar la vía.
Principios que rigen el procedimiento
El art. 7º hace referencia a los principios que rigen el procedimiento:
a)imparcialidad del mediador en relación a los intereses de las partes
intervinientes en el proceso de mediación prejudicial obligatoria;
b)libertad y voluntariedad de las partes en conflicto para participar en la
mediación;
c)igualdad de las partes en el procedimiento de mediación;
d)consideración especial de los intereses de los menores, personas con
discapacidad y personas mayores dependientes;
e)confidencialidad respecto de la información divulgada por las partes, sus
asesores o los terceros citados durante el procedimiento de mediación
prejudicial obligatoria;
f)promoción de la comunicación directa entre las partes con miras a la
búsqueda creativa y cooperativa de la solución del conflicto;
g)celeridad del procedimiento en función del avance de las negociaciones y
cumplimiento del término fijado, si se hubiere establecido; y
h)conformidad expresa de las partes para que personas ajenas presencien el
procedimiento de mediación prejudicial obligatoria.
En la primera audiencia, el mediador deberá informar a las partes sobre los
principios que rigen el procedimiento establecido en la norma.
La confidencialidad
Con respecto a la confidencialidad, se establece que no requiere acuerdo
expreso de las partes y que la misma cesa por dispensa expresa de todas las
partes que intervinieron, o bien para evitar la comisión de un delito o, si éste se
está cometiendo, impedir que continúe cometiéndose.
Requisitos para ser mediador
Para desempeñarse como mediador, deben satisfacerse los siguientes
requisitos: ser abogado, con tres años de experiencia; acreditar la capacitación
que exija la reglamentación; haber aprobado un examen de idoneidad; estar
inscripto en el Registro Nacional de Mediación, y cumplir con las demás
exigencias que se establezcan en el Reglamento.
Designación del mediador
La designación del mediador podrá efectuarse:
a)Por acuerdo de las partes, cuando éstas eligen al mediador por convenio
escrito.
b)Por sorteo, cuando el reclamante formalice el requerimiento ante la mesa
de entradas del fuero ante el cual correspondería promover la demanda y
con los requisitos que establezca la autoridad judicial. La mesa de
entradas sorteará al mediador que intervendrá en el reclamo y asignará el
juzgado que eventualmente entenderá en la causa.
c)Por propuesta de requirente al requerido, a los efectos de que éste
seleccione un mediador de un listado cuyo contenido y demás recaudos
deberán ser establecidos por vía reglamentaria.
d)Durante la tramitación del proceso, por única vez, el juez actuante podrá,
en un proceso judicial, derivar el expediente al procedimiento de
mediación. Esta mediación se cumplirá ante mediadores inscriptos en el
Registro Nacional de Mediación, y su designación se efectuará por sorteo,
salvo acuerdo de partes respecto a la persona del mediador.
Comparecencia personal y representación
Las partes deberán acudir a la mediación personalmente y no podrán hacerlo
por apoderado, exceptuándose a las personas jurídicas y a las domiciliadas a
más de ciento cincuenta kilómetros de la ciudad en la que se celebren las
audiencias. Se exime de la comparecencia personal a quienes se encuentren
autorizados a prestar declaración por oficio (art. 407 del CPCCN).
La asistencia letrada es obligatoria y se tendrá por no comparecida a aquella
parte que concurriere a las audiencias sin dicha asistencia.
Conclusión del acuerdo
La conclusión del acuerdo puede ser:
§Con acuerdo: se labrará acta en la que constarán sus términos y deberá ser
suscripta por el mediador, las partes, los terceros si los hubiere, los
letrados intervinientes, y los profesionales asistentes si hubieran
intervenido.
§Sin acuerdo: se labrará acta suscripta por todos los comparecientes donde
se hará constar el resultado del procedimiento. Para el requirente queda
expedita la vía judicial, acompañando su ejemplar del acta con los
recaudos establecidos en la ley. La falta de acuerdo, también, habilita la
vía judicial para la reconvención que pudiere interponer el requerido,
cuando hubiese expresado su pretensión durante el procedimiento de
mediación y se lo hiciere constar en el acta.
§Por incomparecencia de las partes: se labrará acta suscripta por todos los
comparecientes donde se hará constar el resultado del procedimiento. El
reclamante queda habilitado para iniciar el proceso judicial, a cuyo fin
acompañará su ejemplar del acta con los recaudos establecidos en la ley.
La parte incompareciente deberá abonar una multa.
Ejecutoriedad del acuerdo
El acuerdo instrumentado en acta suscripta por el mediador será ejecutable
por el procedimiento de ejecución de sentencia, de acuerdo a lo dispuesto por
el artículo 500 inciso 4°) del Código Procesal Civil y Comercial de la Nación.
La mediación familiar
Comprende las controversias patrimoniales o extrapatrimoniales originadas
en las relaciones de familia o que involucren intereses de sus miembros o se
relacionen con la subsistencia del vínculo matrimonial, a excepción de las
excluidas por el artículo 5° inciso b) de la ley. Menciona las siguientes
cuestiones:
a)alimentos entre cónyuges o derivados del parentesco, salvo los provisorios
que determina el artículo 375 del Código Civil;
b)tenencia de menores, salvo cuando su privación o modificación se funde
en motivos graves que sean evaluados por el juez o éste disponga las
medidas cautelares que estime pertinentes;
c)régimen de visitas de menores o incapaces, salvo que existan motivos
graves y urgentes que impongan sin dilación la intervención judicial;
d)administración y enajenación de bienes sin divorcio en caso de
controversia;
e)separación personal o separación de bienes sin divorcio, en el supuesto
del artículo 1294 del Código Civil;
f)cuestiones patrimoniales derivadas del divorcio, separación de bienes y
nulidad de matrimonio;
g)daños y perjuicios derivados de las relaciones de familia.
Profesionales asistentes
Los mediadores podrán actuar, previo consentimiento de la totalidad de las
partes(21) , en colaboración con profesionales formados en disciplinas afines
con el conflicto que sea materia de la mediación.
Los profesionales asistentes deberán reunir los siguientes requisitos:
acreditar la capacitación que exija la reglamentación; contar con inscripción
vigente en el Registro Nacional de Mediación, y cumplir con las demás
exigencias que establezca la reglamentación.
En lo que refiere a la inscripción en el Registro Nacional de Mediación, deben
hacerlo en el capítulo correspondiente al Registro de Profesionales Asistentes
organizado y administrado por el Ministerio de Justicia, Seguridad y Derechos
Humanos.
En el reglamento de la ley se establecen cuáles son los requisitos para ser
profesional asistente:
a)Poseer título universitario o terciario debidamente legalizado por autoridad
competente, en las condiciones y con las especialidades que establezca la
Autoridad de Aplicación.
b)Acreditar mediante certificado la capacitación básica en mediación
conforme sea fijada por la Autoridad de Aplicación.
c)Acreditar anualmente la realización de la capacitación continua conforme
sea fijada por la Autoridad de Aplicación.
d)No registrar inhabilitaciones comerciales, civiles o penales ni haber sido
condenado con pena de reclusión o prisión por delito doloso mientras dure
el tiempo de la condena.
e)No estar comprendido por las incompatibilidades o impedimentos que
establezca la normativa específica de su profesión o actividad.
f)Abonar la matrícula prevista en el artículo 42 de la ley 26.589.
g)Cumplir con las demás exigencias que establezca el Ministerio de Justicia,
que fijará los requisitos para el cumplimiento de los incisos a), b), c) y f)
referidos.
Registro Nacional de Mediación
El Registro Nacional de Mediación es responsabilidad del Ministerio de
Justicia, Seguridad y Derechos Humanos.
A continuación se señalan los capítulos que componen el Registro y las
tareas a su respectivo cargo:
Registro de Función
a) Mediadores (*) Autorización, habilitación y control sobre el desempeño de los mediadores.
b) Centros de Autorización, habilitación y control sobre el funcionamiento de los mismos.
Mediación Deberán estar dirigidos por mediadores registrados.
c) Profesionales Autorización, habilitación y control sobre el desempeño de los profesionales
Asistentes asistentes.
d) Entidades Autorización, habilitación y control sobre el funcionamiento de las entidades
Formadoras dedicadas a la formación y capacitación de los mediadores.
(*) Incluye en dos apartados a mediadores y mediadores familiares.

5.7. La mediación en materia penal(22)


En esta materia, el Código Penal de la Nación (CPN) establece un procedimiento que
involucra la posibilidad de aplicación del sistema y que importa la extinción de la acción
penal.
Se trata de la Suspensión del Juicio a Prueba (arts. 76 bis, ter, quater del CPN). Para la
aplicación de este instituto, es necesario convocar a la víctima del delito quien será
escuchada en lo relativo al resarcimiento del daño y, en caso de aceptar el ofrecimiento
que hiciera el imputado, esta aceptación le veda el ejercicio de la acción civil que nace del
delito.
Al respecto, el art. 293 del Código Procesal Penal de la Nación (CPPN)
establece que el órgano judicial competente podrá conceder el beneficio, en
audiencia única, donde las partes tendrán derecho a expresarse.
Por otra parte, en materia de acción privada, el código de rito dispone la
citación obligatoria a una audiencia (art. 424 del CPPN), de la que puede
resultar la conciliación entre las partes. La no citación a esta audiencia impide
la continuación del juicio.

5.8. La mediación en el Consejo Profesional de Ciencias Económicas de la


Ciudad Autónoma de Buenos Aires(23)

5.8.1. Formación en mediación


En el ámbito del Consejo Profesional de Ciencias Económicas de la Ciudad
Autónoma de Buenos Aires, funciona la Escuela de Mediación creada por Res.
44/96, homologada por el Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la
Nación por la Disposición 037/98, bajo habilitación Nº 34 y el Centro de
Mediación creado por Res. 23/97.
La formación en mediación de los profesionales en ciencias económicas
tiene como finalidad la adquisición de habilidades y competencias propias de la
Negociación y de la Mediación con un enfoque pedagógico.
El Plan de Estudios está integrado por tres ciclos con un total de 100 hs. de
cursada (ciclo introductorio: 30 hs., ciclo de entrenamiento: 50 hs. y ciclo de
pasantías: 20 hs.).
El profesional obtiene el título de Mediador luego de aprobar un trabajo
integrador y podrá:
§Solicitar su inscripción en el Centro de Mediación (CeMeCo) que de
acuerdo con los requisitos y el previo conocimiento de su reglamento
(curso de 10 hs.), considerará su petición para integrar el registro
respectivo.
§Aspirar a integrar el Registro de Profesionales Asistentes, de acuerdo al
artículo 12 de la Ley de Mediación 26.589.

5.8.2. El Centro de Mediación del CPCECABA


Por la misma disposición que se creó el Centro de Mediación del Consejo
Profesional de Ciencias Económicas de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires,
se aprobó el reglamento del mismo, que establece:
Objeto
El Centro de Mediación tiene como finalidad promover, fomentar, desarrollar
y prestar servicios de mediación en todo tipo de controversia.
Competencia
Es competente en toda cuestión, nacional o internacional, en la que se
discuta la validez, la interpretación o el cumplimiento de actos, contratos,
convenios, convenciones, pactos y cualquier otro asunto que tenga por objeto
derechos patrimoniales relativos a la producción, el comercio o los servicios,
susceptibles de ser resueltos a través de la mediación en los que las partes
requieran la intervención del Centro para mediar o resolver diferendos como
tercero imparcial, existiendo o no cláusula compromisoria. La enumeración
precedente es simplemente enunciativa, no taxativa, siendo la competencia de
carácter amplio. Se deja expresa constancia de que el procedimiento que se
lleve a cabo en el marco del presente Reglamento es absolutamente voluntario
para las partes y en modo alguno reemplaza a la mediación obligatoria previa a
todo juicio,establecida por la ley 26.589.
Integración
El Centro de Mediación está integrado por:
1)Un Director,
2)Un Secretario,
3)Los Mediadores que, siendo profesionales en ciencias económicas
matriculados en el Consejo Profesional de Ciencias Económicas de la
Ciudad Autónoma de Buenos Aires, integren el Registro.
4)Los Comediadores, que siendo profesionales de otras disciplinas distintas
de las ciencias económicas integren el registro respectivo.
5)Los Asistentes del Centro.
Asimismo, prevé, entre otros aspectos, el procedimiento de mediación, la
prestación de servicios comunitarios, el costo del proceso, los honorarios de los
mediadores y comediadores, y las normas éticas.

6. EL ARBITRAJE

6.1. Concepto
"El arbitraje es un sistema jurisdiccional privado que está expresamente
reconocido por la ley positiva dictada por el Estado. Forma parte de los
llamados "sistemas alternativos de resolución de conflictos" y consiste en un
procedimiento heterocompositivo y adversarial, según el cual las partes
prorrogan su derecho a la jurisdicción que zanja definitivamente la disputa
mediante el dictado de una sentencia obligatoria, denominada "laudo
arbitral"(24) .

6.2. Características y ventajas del arbitraje


A continuación se mencionan algunas características del arbitraje que
importan ventajas con respecto al proceso judicial:
§Celeridad:el arbitraje permite resolver los conflictos en plazos más cortos
que los empleados por la justicia del Estado, entre otras cuestiones,
porque son las partes las que fijan el procedimiento y los plazos en que los
actos deben cumplirse.
§Costos:los costos son inferiores en razón de la celeridad que se le imprime
al proceso arbitral y por la inexistencia de pasos procesales costosos e
innecesarios. Asimismo, en el arbitraje no existe la tasa de justicia.
Por otra parte, los gastos y honorarios se conocen por adelantado.
§Flexibilidad del proceso:el proceso es más flexible. Las partes pueden
diseñar el procedimiento que consideren adecuado para el caso concreto.
§Confidencialidad:el proceso judicial es un procedimiento esencialmente
público, el cual puede tener secreto sumarial o encontrarse restringido sólo
a la consulta de los interesados, según el caso y el fuero. En tanto, los
tribunales arbitrales deben guardar estricta reserva de los casos que le son
sometidos.
Tanto la existencia del procedimiento como la decisión dictada sólo son
conocidas por las partes y el árbitro, quienes se encuentran sujetos a una
obligación de confidencialidad.
§Inmediación:en el proceso arbitral —en el que una buena parte está sujeta
a la oralidad— la comunicación entre las partes y los árbitros es directa, lo
que permite un inmediato conocimiento de las pretensiones, de las
pruebas aportadas, etc. En cambio, en los procesos judiciales, las partes
muy raramente toman contacto con el juez, quien conoce el litigio a través
de los escritos presentados en el expediente.
§Competencia especializada de los árbitros:el arbitraje brinda a las partes la
oportunidad de elegir a las personas que se desempeñarán como árbitros,
con la condición de que sean independientes e imparciales. Tal
circunstancia permite que las disputas sean resueltas por quienes tengan
experiencia y conocimiento en el asunto sobre el que versa la controversia.
§Decisiones finales vinculantes:los laudos cuentan con la misma fuerza
vinculante que las sentencias judiciales y, en tanto puede acordarse la no
apelabilidad, es más probable que se trate de decisiones finales.
§Internacionalización de los procedimientos arbitrales:a través del arbitraje
pueden resolverse conflictos entre personas de distintos países, para lo
que podrán constituir su sede en el país que acuerden las partes, elegir el
idioma que se utilizará en el proceso y seleccionar los árbitros, cualquiera
sea su nacionalidad.

6.3. Clases de arbitraje


El arbitraje puede ser clasificado según:
§ Arbitraje institucional
1) El modo de elección de los árbitros
§ Arbitraje Ad hoc
§ Arbitraje de derecho
2) El modo de actuación de los árbitros y la naturaleza de la decisión
§ Amigables componedores
§ Arbitraje voluntario
3) La fuente de la que proviene el acuerdo de voluntades
§ Arbitraje forzoso
§ Arbitraje interno
4) Los elementos tengan relación con uno o más estados
§ Arbitraje internacional

6.3.1. Arbitraje institucional y arbitraje ad hoc


El arbitraje institucional es aquel en el que existe una entidad especializada
que administra y organiza el proceso. La institución actúa intermediando entre
los árbitros y las partes, y brinda servicios que permiten resolver la disputa en
forma más eficaz.
Por ejemplo, dentro de la estructura del Consejo Profesional de Ciencias
Económicas de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires funciona un Tribunal
Arbitral que tiene por objeto "la resolución de toda controversia de carácter
patrimonial de origen nacional o internacional que le sea sometida a su
consideración, la que será tratada y resuelta en base a equidad, según el leal
saber y entender de sus Árbitros y de acuerdo a sus reglamentos" (25) .
En el arbitraje libre o ad hoc , no interviene ninguna institución. Son las
partes las que designan al o a los árbitros que van a resolver la controversia y
establecen el procedimiento al que se ajustarán y el derecho aplicable.
En cuanto a las ventajas y desventajas de ambos sistemas, puede señalarse
que el arbitraje ad hoc brinda mayor libertad y flexibilidad para la elección de
los árbitros y para las reglas que regirán el procedimiento; resulta menos
costoso, pues no deben abonarse los derechos a las instituciones intervinientes
y puede ser más rápido que el arbitraje institucional.
Sin embargo, esa libertad y flexibilidad que otorga el arbitraje ad hoc puede
dar lugar a diferencias que hay que resolver antes de que se dirima la cuestión
de fondo.
Por su parte, en beneficio del arbitraje institucional puede señalarse que, al
existir una entidad que administra el sistema, se simplifica y agiliza la
celebración del acuerdo arbitral, al remitirse a los reglamentos ya elaborados —
por lo que no deviene necesaria la redacción de un acuerdo para el caso
específico— y se previenen contingencias que puedan plantearse durante el
procedimiento.
Teniendo en consideración cada caso, las partes determinarán cuál es el tipo
de arbitraje que puede resultar más adecuado para darle solución.

6.3.2. Arbitraje de derecho y de amigables componedores


En el arbitraje de derecho, los árbitros resuelven la controversia con arreglo a
la ley y al procedimiento establecido por disposiciones legales.
Consecuentemente, los árbitros de Derecho resuelven el caso de la misma
forma que lo haría un juez del Estado, aunque las partes pueden señalarle al
árbitro qué normas debe aplicar.
Losamigables componedoresestán dispensados de actuar de acuerdo a las
reglas del procedimiento y de aplicar las soluciones previstas en las normas de
fondo para dar solución al caso, "... se basan más en lo que en su opinión es
justo y razonable —su leal saber y entender—. Ello no quiere decir que los
árbitros ignoren las normas jurídicas, al contrario, hay una tendencia a aplicar
el Derecho, puesto que se ve al mismo como justo y equitativo, sin perjuicio de
que los árbitros puedan matizar las consecuencias de la aplicación de las
normas jurídicas, en particular cuando se trata de la cuantificación del daño o
de la imposición de una pena convencional. Esto se traduce generalmente en
que el tribunal decidirá con base en los hechos y en las disposiciones del
contrato, eliminando aquellas consecuencias que sean especialmente injustas
para alguna de las partes"(26).
Resulta menester señalar que la denominación de amigable componedor da
la idea más de un mediador o un conciliador que de un verdadero árbitro. En
las legislaciones modernas se ha optado por llamar a esta clase de árbitros
como árbitros de equidad o de conciencia.

6.3.3. Arbitraje voluntario y arbitraje forzoso


De acuerdo al origen del arbitraje, es decir, si es consecuencia de un
acuerdo de voluntades o de una disposición legal, existen el arbitraje voluntario
y el forzoso.
En el arbitraje voluntario, es, precisamente, la voluntad de las partes la que
da nacimiento a la jurisdicción de los árbitros para que entiendan en una
controversia —en la medida que ésta sea arbitrable—. Para ello, las partes
deben suscribir un acuerdo arbitral mediante el cual deciden someter el asunto
a arbitraje.
En elarbitraje forzoso, la legislación dispone que determinados litigios sean
sometidos a arbitraje con carácter excluyente. Es decir, deja de lado el principio
general del sometimiento a los jueces del Estado y legitima al árbitro,
atendiendo a la naturaleza y características de ciertos asuntos.
Si bien el arbitraje es voluntario por naturaleza, "se ha justificado la
existencia de este tipo de arbitraje en la necesidad de sustraer del ámbito
judicial y evitar a los jueces la resolución de determinados temas —
normalmente cuestiones de hecho— que exigirían procesos judiciales extensos
en función de su tecnicismo, complejidad o de las incidencias que pueden
producir"(27) .
A continuación, se mencionan algunos asuntos que deben ser sometidos a
arbitraje y pericia arbitral(28) contenidos en la legislación positiva de fondo y en
normas procesales:
Código Civil
§Art. 1627 —de la locación de servicios—   El que hiciere algún trabajo, o
prestare algún servicio a otro, puede demandar el precio, aunque ningún
precio se hubiese ajustado, siempre que tal servicio o trabajo sea de su
profesión o modo de vivir. En tal caso, entiéndase que ajustaron el precio
de costumbre para ser determinado por árbitros.
§Art. 1781 —de la liquidación de la sociedad, y de la partición de los bienes
sociales—Si la prestación de los socios capitalistas fuese de partes
desiguales, la parte de ganancias del socio industrial será fijada por
árbitros, si no conviniesen los socios en señalarla.
Código de Comercio
§Art. 128 —de los barraqueros y administradores de casa de depósito—En
todos los casos en que fuesen obligados a pagar a las partes faltas de
efectos u otros perjuicios, cualesquiera que sean, la tasación se hará por
peritos arbitradores.
§Art. 471 —de la compra-venta mercantil—El vendedor que, después de
perfeccionada la venta, enajenase, consumiese o deteriorase la cosa
vendida, será obligado a dar al comprador otra equivalente en especie,
calidad y cantidad, o, en su defecto, el valor que a juicio de árbitros se
atribuyese al objeto vendido, con relación al uso que el comprador
pretendía hacer de él, y al lucro que le podía proporcionar, rebajando el
precio de la venta, si el comprador no lo hubiese pagado todavía.
§Art. 476 —de la compra-venta mercantil—Los vicios o defectos que se
atribuyan a las cosas vendidas, así como la diferencia en las calidades,
serán siempre determinadas por peritos arbitradores, no mediando
estipulación contraria.
§Art. 491 —de las cartas de crédito—Las dificultades que se susciten sobre
la inteligencia de las cartas de crédito o de recomendación, y de las
obligaciones que ella comporte, serán siempre decididas por arbitradores.
§Ley 17.418 — Ley de Seguros que sustituye el Título VI del Libro Segundo
del Código de Comercio, art. 5º.Toda declaración falsa o toda reticencia de
circunstancias conocidas por el asegurado, aun hechas de buena fe, que a
juicio de peritos hubiese impedido el contrato o modificado sus condiciones
si el asegurador hubiese sido cerciorado del verdadero estado del riesgo,
hace nulo el contrato.
Decreto 677/2001 — Régimen de transparencia de la oferta pública: el
arbitraje societario
§Art. 38—Arbitraje. ...las entidades autorreguladas deberán crear en su
ámbito un Tribunal Arbitral permanente al cual quedarán sometidos en
forma obligatoria las entidades cuyas acciones, valores negociables,
contratos a término y de futuros y opciones coticen o se negocien dentro
de su ámbito, en sus relaciones con los accionistas e inversores. Quedan
comprendidas en la jurisdicción arbitral todas las acciones derivadas de
la Ley 19.550 y sus modificaciones, incluso las demandas de impugnación
de resoluciones de los órganos sociales y las acciones de responsabilidad
contra sus integrantes o contra otros accionistas, así como las acciones de
nulidad de cláusulas de los estatutos o reglamentos. Del mismo modo
deberán proceder las entidades autorreguladas respecto de los asuntos
que planteen los accionistas e inversores en relación a los agentes que
actúen en su ámbito, excepto en lo referido al poder disciplinario. En todos
los casos, los reglamentos deberán dejar a salvo el derecho de los
accionistas e inversores en conflicto con la entidad o con el agente, para
optar por acudir a los tribunales judiciales competentes. En los casos en
que la ley establezca la acumulación de acciones entabladas con idéntica
finalidad ante un solo tribunal, la acumulación se efectuará ante el Tribunal
Arbitral. También quedan sometidas a la jurisdicción arbitral establecida en
este artículo las personas que efectúen una oferta pública de adquisición
respecto de los destinatarios de tal adquisición.
Código Procesal Civil y Comercial de la Nación
§Art. 516 —liquidación en casos especiales—:Siempre que las liquidaciones
o cuentas fueren muy complicadas y de lenta y difícil justificación o
requirieren conocimientos especiales, serán sometidas a la decisión de
peritos árbitros o, si hubiere conformidad de partes, a la de amigables
componedores.
6.3.4. Arbitraje interno y arbitraje internacional
El arbitraje interno o doméstico es aquel en el que todos los elementos que lo
caracterizan están referidos a un solo Estado.
Con relación al arbitraje internacional, Roque Caivano (29) refiere que "no
existe una posición uniforme respecto de cuáles son —de entre todos los
posibles— aquellos factores que determinan en un caso concreto la
internacionalidad del arbitraje. Así, se hace prevalecer tanto el lugar donde el
laudo haya sido dictado, como el domicilio o la nacionalidad de las partes, el
domicilio de los árbitros, etcétera".
El autor cita, como ejemplo, la definición dada por el art. 1º de la Ley Modelo
de UNCITRAL(30) , la que seguidamente se reproduce:
3)Un arbitraje es internacional si:
a)las partes en un acuerdo de arbitraje tienen, al momento de la celebración de
ese acuerdo, sus establecimientos en Estados diferentes, o
b)uno de los lugares siguientes está situado fuera del Estado en el que las partes
tienen sus establecimientos:
i.el lugar del arbitraje, si éste se ha determinado en el acuerdo de arbitraje o
con arreglo al acuerdo de arbitraje;
ii.el lugar del cumplimiento de una parte sustancial de las obligaciones de la
relación comercial o el lugar con el cual el objeto del litigio tenga una relación
más estrecha; o
c)las partes han convenido expresamente en que la cuestión objeto del acuerdo
de arbitraje está relacionada con más de un Estado.
4)A los efectos del párrafo 3) de este artículo:
a)si alguna de las partes tiene más de un establecimiento, el establecimiento será
el que guarde una relación más estrecha con el acuerdo de arbitraje;
b)si una parte no tiene ningún establecimiento, se tomará en cuenta su residencia
habitual.

6.4. El acuerdo arbitral

6.4.1. Concepto
Como ya se ha mencionado, el arbitraje "nace a partir de la voluntad de las
partes que deciden excluir la jurisdicción judicial, remitiendo determinadas
cuestiones litigiosas a la decisión de particulares. Ese acuerdo de voluntades
—que genéricamente denominaremos "acuerdo arbitral" o "pacto de
arbitraje"— puede hallarse representado en un solo acto, o bien en dos actos
sucesivos"(31) .
En el último caso, tendremos una "cláusula compromisoria" y un posterior
"compromiso arbitral", los cuales si bien son conceptualmente diferentes, tienen
un mismo objetivo final, que es la efectiva remisión de las cuestiones litigiosas
a decisión de los árbitros.
La cláusula compromisoria es aquella disposición contenida en un contrato
por la que las partes acuerdan someter a arbitraje todas o algunas de las
diferencias que pueden surgir entre ellas en razón del cumplimiento o de la
interpretación del contrato; y el compromiso arbitral, posterior a aquélla, es el
acuerdo que se celebra cuando, efectivamente, se han presentado dichas
diferencias, complementando y haciendo operativa la cláusula compromisoria.
Las legislaciones más modernas propician que el acuerdo arbitral sea
celebrado en un solo acto.

6.4.2. Requisitos del acuerdo arbitral


Como el acuerdo arbitral consiste en un acuerdo de voluntades o
convención, debe satisfacer los requisitos de existencia y validez establecidos
para los contratos:
§Consentimiento:no debe encontrarse intrínsecamente viciado y tiene que
haberse expresado válidamente.
§Capacidad:el consentimiento tiene que ser prestado por personas que
tengan capacidad para obligarse.
§Objeto:lícito y posible tanto física como jurídicamente.
§Forma:aquella prescripta por las disposiciones legales.
6.4.3.La cláusula compromisoria

6.4.3.1. Concepto
La cláusula compromisoria es aquella disposición contenida en un contrato
por la que las partes acuerdan someter a arbitraje todas o algunas de las
diferencias que pueden surgir entre ellas, en razón del cumplimiento o de la
interpretación del contrato.
Las diferencias a que se alude, son, a la fecha de suscripción de la cláusula,
meramente eventuales y puede suceder que las mismas nunca lleguen a
producirse.
En el caso de que alguna de las partes se niegue a celebrar el compromiso
arbitral, la contraria podrá compelerlo judicialmente para determinar las
cuestiones sobre las que versará el arbitraje y todos los elementos necesarios
para poder desarrollar el procedimiento. Por otra parte si se interpone la
demanda en sede judicial, el accionado podrá oponer la excepción de
incompetencia, pues es un árbitro el que debe intervenir para resolver la
controversia.
6.4.3.2. Cuestiones arbitrables
Distintos ordenamientos procesales de nuestro país (nacional y provinciales)
establecen que el arbitraje sólo puede realizarse sobre cuestiones
transaccionales, por lo que no podrán comprometerse, bajo pena de nulidad,
aquellas cuestiones que no pueden ser objeto de transacción.

6.4.3.3. Cuestiones no arbitrables


A continuación, se transcriben los artículos del Código Civil que establecen
aquellas cuestiones que no son susceptibles de transacción y, por lo tanto, no
pueden ser sometidas a arbitraje:
§Art. 842.La acción civil sobre indemnización del daño causado por un delito
puede ser objeto de las transacciones; pero no la acción para acusar y
pedir el castigo de los delitos, sea por la parte ofendida, sea por el
ministerio público.
§Art. 843.No se puede transigir sobre cuestiones de validez o nulidad de
matrimonio, a no ser que la transacción sea a favor del matrimonio.
§Art. 844.Las cosas que están fuera del comercio, y los derechos que no son
susceptibles de ser materia de una convención, no pueden ser objeto de
las transacciones.
Art. 953. El objeto de los actos jurídicos deben ser cosas que estén en el
comercio, o que por un motivo especial no se hubiese prohibido que sean
objeto de algún acto jurídico, o hechos que no sean imposibles, ilícitos,
contrarios a las buenas costumbres o prohibidos por las leyes, o que se
opongan a la libertad de las acciones o de la conciencia, o que perjudiquen
los derechos de un tercero. Los actos jurídicos que no sean conformes a
esta disposición, son nulos como si no tuviesen objeto.
Art. 21. Las convenciones particulares no pueden dejar sin efecto las leyes
en cuya observancia estén interesados el orden público y las buenas
costumbres.
§Art. 845.No se puede transigir sobre contestaciones relativas a la patria
potestad, o a la autoridad del marido, ni sobre el propio estado de familia,
ni sobre el derecho a reclamar el estado que corresponda a las personas,
sea por filiación natural, sea por filiación legítima.
§Art. 846.La transacción es permitida sobre intereses puramente pecuniarios
subordinados al estado de una persona, aunque éste sea contestado, con
tal que al mismo tiempo la transacción no verse sobre el estado de ella.
§Art. 847.Si la transacción fuese simultánea sobre los intereses pecuniarios
y sobre el estado de la persona, será de ningún valor, háyase dado un solo
precio, o una sola cosa, o bien un precio y una cosa distinta por la
renuncia del estado, y por el abandono de los derechos pecuniarios.
§Art. 848.No puede haber transacción sobre los derechos eventuales a una
sucesión, ni sobre la sucesión de una persona viva.
Art. 1175. No puede ser objeto de un contrato la herencia futura, aunque se
celebre con el consentimiento de la persona de cuya sucesión se trate; ni
los derechos hereditarios eventuales sobre objetos particulares.

6.4.4. El compromiso arbitral

6.4.4.1. Concepto
El compromiso arbitral es —al igual que la cláusula compromisoria— un
acuerdo de voluntades. A través del compromiso, las partes, luego de
verificado el conflicto de intereses, convienen los aspectos concretos sobre
cómo ha de funcionar el arbitraje.
Su misión es complementar la disposición más genérica contenida en la
cláusula compromisoria de remitir a árbitros las eventuales disputas, al
concretarlas en determinados puntos específicos.
Asimismo y en razón de tratarse de un acto jurídico convencional, le resultan
aplicables los requisitos generales referidos para el acuerdo arbitral y la
cláusula compromisoria.
La celebración del acuerdo arbitral hace que adquiera plena vigencia la
exclusión de la jurisdicción judicial y el sometimiento de las diferencias a juicio
de árbitros.
Debe tenerse presente que la suscripción del acuerdo no importa el inicio del
proceso arbitral, el cual se iniciará —como todo juicio— con la interposición de
la demanda o reclamo.

6.4.4.2. Contenido
El contenido del compromiso arbitral será variable. Como generalmente
viene precedido por una cláusula compromisoria, este acuerdo contendrá todos
los aspectos que sean necesarios para el arbitraje que no hayan sido
convenidos en aquélla.
A diferencia de la cláusula compromisoria, el compromiso arbitral hace
referencia a controversias ciertas y su objetivo consiste en establecer cuáles
son las cuestiones que serán sometidas a arbitraje.

6.5. Los árbitros


6.5.1. Generalidades
"Un axioma frecuentemente citado dicta que un procedimiento arbitral es tan
bueno como la calidad de los árbitros que lo conducen. "Tanto vale el arbitraje
como el árbitro" advertía Frederic Eisenman, quien fuera Secretario General de
la Cámara de Comercio Internacional" (32) .
Roque Caivano(33) señala que en la integridad moral y en el buen criterio del
árbitro descansa la confiabilidad y la eficacia del arbitraje como método de
resolución de conflictos.
Dentro de las características que deben reunir los árbitros deben destacarse
la imparcialidad, la independencia de criterio y la neutralidad.

6.5.2. La jurisdicción que ejercen los árbitros y su diferencia con la judicial


Los jueces estatales obtienen sus atribuciones del conjunto de normas
jurídicas de las que se valen para el ejercicio de sus funciones, tienen
jurisdicción permanente y genérica y resuelven los casos aplicando las normas
que entienden pertinentes.
Por su parte, la jurisdicción de los árbitros puede tener origen legal o
contractual y se encuentra limitada al tiempo —el fijado por las partes— y a la
materia —aquellas cuestiones que le son sometidas—. Además, los
contendientes pueden imponer a los árbitros las normas en han de apoyar su
decisión.

6.5.3. Designación, sustitución y recusación


En el caso de producirse el conflicto y estando previsto su sometimiento al
proceso de arbitraje, las partes deberán designar a la persona o personas que
se desempeñarán como árbitros, en tanto las mismas no hayan sido incluidas
en la cláusula compromisoria.
Habitualmente, los árbitros son designados de común acuerdo en el
momento en que se suscribe el compromiso arbitral, es decir, con posterioridad
al surgimiento de las desavenencias entre las partes. En el caso de tratarse de
arbitrajes ad hoc, con la intervención de más de un árbitro, es usual que cada
parte elija un árbitro y éstos designen al tercero.
Otra posibilidad es que, al momento de presentarse el conflicto, no haya
acuerdo con relación al nombramiento de los árbitros, por lo que las partes
podrán iniciar una acción judicial dirigida a tal fin.
Debe tenerse presente que a aquellos que son llamados a dirigir el
procedimiento arbitral debe hacérseles conocer su designación y requerírseles
su aceptación.
Cuando sea necesario sustituir a un árbitro —por fallecimiento, incapacidad,
renuncia, recusación— deberá estarse a lo que pudieran haber previsto las
partes al respecto (arbitraje ad hoc), a lo establecido en el reglamento de la
entidad (arbitraje institucional) o, en caso de imprevisión, la designación del
reemplazante será efectuada judicialmente, tal lo legislado por los distintos
ordenamientos procesales.
"Para la designación de los árbitros —y también de los mediadores y/o
conciliadores— debe tenerse presente que el mismo puede ser excusado o
recusado, para ello podrían ser orientativas las causales que define el Código
de Procedimiento Civil y Comercial, en su artículo 17.
Serán causas de recusación:
1)El parentesco por consanguinidad dentro del cuarto grado y segundo de
afinidad con alguno de los participantes, sus mandatarios o letrados.
2)Tener el terciador o sus consanguíneos o afines dentro del grado
expresado en el inciso anterior, interés en el pleito o en otro semejante, o
sociedad o comunidad con alguno de los conflictuados, procuradores o
abogados, salvo que la sociedad fuese anónima.
3)Tener el terciador pleito pendiente con el recusante.
4)Ser el terciador acreedor, deudor o fiador de alguno de los participantes,
con excepción de los bancos oficiales.
5)Ser o haber sido el terciador autor de denuncia o querella contra el
recusante, o denunciado o querellado por éste con anterioridad a la
iniciación del pleito.
6)Ser o haber sido el terciador denunciado por el recusante en los términos
de la norma de enjuiciamiento.
7)Haber sido el terciador defensor de alguno de los disputantes o emitido
opinión o dictamen o dado recomendaciones acerca del caso, antes o
después de comenzado.
8)Haber recibido el terciador beneficios de importancia de alguno de los
participantes.
9)Tener el terciador con alguno de los conflictuados amistad que manifieste
por gran familiaridad o frecuencia en el trato.
10)Tener contra el recusante enemistad, odio o resentimiento que se
manifieste por hechos conocidos. En ningún caso procederá la recusación
por ataques u ofensas inferidas al terciador después de que hubiere
comenzado a conocer el asunto" (34) .
Además, si las partes someten su conflicto al arbitraje institucional deben
estar a lo establecido en el reglamento de la entidad y, en el caso de ajustarse
al arbitraje de amigables componedores, nada impide que prevean
contractualmente otras causales de recusación.

6.6. El laudo
6.6.1. Concepto
El laudo constituye la decisión final emanada de los árbitros resolviendo el
fondo del asunto y dando por finalizada la disputa. Es equivalente, en el orden
jurisdiccional, a la sentencia dictada por los jueces.
Por su parte, como la jurisdicción de los árbitros tiene origen convencional
que se encuentra limitada al caso, el laudo es el acto con el que concluyen su
intervención.

6.6.2. Forma y plazo para su dictado


El laudo deberá redactarse por escrito y contener ciertos requisitos mínimos
de forma que permitan asegurar su autenticidad, a saber:
üfirma de los árbitros;
ülugar y fecha de emisión;
üdatos que permitan identificar a las partes:
üuna relación de los hechos;
üla decisión concreta y fundamentos que la sostienen; y
üel plazo para su cumplimiento.
En el caso de los arbitrajes de derecho, debe contener, también, la mención
de las normas en las que se apoya la decisión.
Debe dictarse dentro del plazo que las partes han fijado en el compromiso o
en el establecido por las normas (árbitros de derecho). Tal circunstancia es
muy importante, ya que su incumplimiento produce graves consecuencias,
tanto respecto de la validez del decisorio, como de la responsabilidad de los
árbitros.
Por un lado, acarrea la nulidad del laudo y, por el otro, importa la pérdida del
derecho de los árbitros a percibir sus honorarios y la responsabilidad hacia las
partes por los daños y perjuicios ocasionados.

6.6.3. Contenido
El laudo debe versar sobre la totalidad de las cuestiones que las partes
sometieron a arbitraje, no pudiendo pronunciarse sobre otras. Esta prescripción
también rige en el caso de las sentencias, puesto que los jueces deben
limitarse a expedirse sólo sobre el objeto de la litis.
El pronunciamiento sobre asuntos no comprometidos importará la nulidad del
laudo.
Según sea el tipo de arbitraje —de derecho o de amigable composición— el
laudo deberá estar respaldado y fundamentado en el derecho positivo o en el
leal saber y entender del árbitro.
6.6.4. Ejecución del laudo
Los árbitros intervienen en el conflicto y deciden sobre el mismo pero no
pueden llevar adelante la ejecución del laudo, la cual debe ser realizada
judicialmente a pedido de parte.
Para la ejecución, será competente el juez del lugar donde debe cumplirse el
laudo o al que le hubiese correspondido intervenir de no haberse pactado el
sometimiento a arbitraje.

6.6.5. Revisión de los laudos


El laudo puede ser atacado por la vía de la apelación y por la vía de la
nulidad.
La apelación tiene como finalidad que un órgano jerárquicamente superior
revise la decisión de los árbitros, pudiendo confirmarla, modificarla o revocarla.
En tanto, con la nulidad, se busca invalidar el pronunciamiento arbitral por
incumplimiento de los requisitos impuestos por la legislación.
"Es consecuencia de ello que, mientras la impugnación por nulidad es
indisponible para las partes, la existencia de una instancia de apelación ulterior
del laudo depende de lo que ellas hayan convenido al someter sus disputas a
arbitraje, y ante su silencio, de lo que las normas establecen en forma
supletoria. La apelabilidad del laudo es una cuestión disponible por los
litigantes: éstos pueden instaurar un sistema arbitral con instancia única o
establecer un recurso de apelación, pudiendo en este último caso disponer
libremente ante quién se sustanciará el mismo, así como las condiciones bajo
las cuales procederá"(35) .

6.7. El arbitraje en la legislación argentina


En nuestro país, el arbitraje es abordado, básicamente, como una materia
procesal; y de allí se deriva como lógica consecuencia que cada Código
Procesal provincial contenga una regulación propia de la materia.
Asimismo y como ya se ha mencionado en este capítulo, el arbitraje como
modo de solución de conflictos, también, está normado en otros cuerpos de
derecho positivo.

6.8. El arbitraje en el Código Procesal Civil y Comercial de la Nación


El Código Procesal Civil y Comercial de la Nación rige el procedimiento que
se lleva a cabo ante los tribunales federales de todo el país y ante los
tribunales nacionales con sede en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
Este ordenamiento procesal contiene disposiciones sobre la posibilidad de
someter cuestiones a arbitraje, ejecución de laudos extranjeros. Dedica todo un
Libro a los distintos procedimientos arbitrales.
a.Posibilidad de sometimiento de cuestiones a arbitraje
El art. 1° del Código autoriza la prórroga de la competencia territorial a favor
de jueces extranjeros o de árbitros que actúen fuera de la República, salvo en
los casos en que los tribunales argentinos tienen jurisdicción exclusiva, o
cuando la prórroga estuviera prohibida por ley.
b.Ejecución de laudos arbitrales extranjeros
La ejecución de los laudos de tribunales arbitrales extranjeros está prevista
en el art. 519 bis, siempre que:
§se cumplieren los requisitos del art. 517 (36) ;
§las cuestiones que hayan constituido el objeto del compromiso no se
encuentren excluidas del arbitraje conforme a lo establecido por el artículo
737 (37) .
c.Los procedimientos arbitrales
El Código Procesal Civil y Comercial de la Nación dedica el Libro VI al
Proceso arbitral y legisla sobre:
§Título I:Juicio Arbitral
§Título II:Juicio de amigables componedores
§Título III:Pericia Arbitral

6.8.1. El juicio arbitral (arts. 736 a 765)


El reglamentado bajo la denominación de juicio arbitral es el arbitraje de
derecho.
La materia arbitrable
Conforme lo prescripto por la norma, toda cuestión entre partes podrá ser
sometida a la decisión de jueces árbitros, antes o después de deducida en
juicio y cualquiera fuere el estado de éste, con excepción de las cuestiones que
no pueden ser objeto de transacción.
En el ítem 6.3.2.3., se ha hecho mención de aquellos asuntos que no pueden
transigirse y, por lo tanto, que no son susceptibles de ser sometidos a arbitraje.
El compromiso arbitral
Se establece que el compromiso arbitral deberá formalizarse por escritura
pública o instrumento privado, o por acta extendida ante el juez de la causa, o
ante aquel a quien hubiese correspondido su conocimiento, indicando que, bajo
pena de nulidad, deberá contener:
1)Fecha, nombre y domicilio de los otorgantes.
2)Nombre y domicilio de los árbitros, excepto en el caso del artículo 743 (38).
3)Las cuestiones que se sometan al juicio arbitral, con expresión de sus
circunstancias.
4)La estipulación de una multa que deberá pagar, a la otra parte, la que
dejare de cumplir los actos indispensables para la realización del
compromiso.
Asimismo, podrán convenirse:
1)El procedimiento aplicable y el lugar en que los árbitros hayan de conocer y
fallar. Si no se indicare el lugar, será el de otorgamiento del compromiso.
2)El plazo en que los árbitros deben pronunciar el laudo.
3)La designación de un secretario, sin perjuicio de lo dispuesto en el artículo
749(39).
4)Una multa que deberá pagar la parte que recurra el laudo, a la que lo
consienta, para poder ser oído, si no mediase la renuncia que se menciona
en el inciso siguiente.
5)La renuncia del recurso de apelación y del de nulidad, salvo los casos
determinados en el artículo 760(40).
Dicho compromiso arbitral se extingue:
1)por decisión unánime de los que lo contrajeron;
2)por el transcurso del plazo señalado en el compromiso, o del legal en su
defecto ...
3)si durante tres meses las partes o los árbitros no hubiesen realizado ningún
acto tendiente a impulsar el procedimiento.
Los árbitros
Con relación a los árbitros, prevé: que serán nombrados por las partes,
pudiendo el tercero ser elegido por los árbitros designados por ellas si así
estuviera previsto y, en caso de no existir acuerdo, el nombramiento será
hecho por juez competente; y que la designación podrá recaer en personas
mayores de edad que estén en pleno ejercicio de sus derechos civiles.
Deberán aceptar el cargo ante el secretario del juzgado y podrán ser recusados
por las mismas causas que los jueces.
El procedimiento
De no haberse fijado el procedimiento, los árbitros observarán el del juicio
ordinario, teniendo en cuenta la naturaleza e importancia económica de la
causa.
El laudo
En lo que refiere al dictado del laudo, los árbitros se expedirán sobre todas
las pretensiones sometidas a su decisión y dentro del plazo establecido. En el
caso de no cumplirse con dicho plazo, los árbitros carecerán de derecho a
honorarios y serán responsables por los daños y perjuicios.
Los recursos
Contra el laudo, podrán interponerse los recursos admisibles respecto de las
sentencias judiciales, si no hubiesen sido renunciados en el compromiso.
La renuncia de los recursos no obstará la admisibilidad del de aclaratoria y
del de nulidad, cuando esté fundado en falta esencial del procedimiento, en
haber fallado los árbitros fuera del plazo, o sobre puntos no comprometidos. En
este último caso, la nulidad será parcial, en la medida en que el
pronunciamiento fuere divisible.
Entenderá de los recursos deducidos el tribunal jerárquicamente superior al
juez que habría sido competente si la cuestión no se hubiera sometido a
arbitraje, salvo que las partes hayan establecido la competencia de otros
árbitros para conocer respecto de los mismos.
Costas y honorarios
Los árbitros y los amigables componedores se pronunciarán acerca de la
imposición de las costas, en la forma que prescriben los arts. 68 y siguientes
del CPCCN. En cuanto a los honorarios de los árbitros, secretario del tribunal,
abogados y demás profesionales serán regulados por el juez (art. 772).

6.8.2. El Juicio de amigables componedores (arts. 766 a 771)


La norma procesal prescribe que podrán someterse a la decisión de
amigables componedores las cuestiones que pueden ser objeto de arbitraje. Si
en el compromiso no se ha estipulado el tipo de arbitraje —de derecho o de
amigables componedores—, se entenderá que es de amigables
componedores.
Los aspectos que difieren respecto del juicio arbitral son los siguientes:
Recusación
Los amigables componedores sólo podrán ser recusados por causas
posteriores al nombramiento. Son causales legales, las siguientes:
1)Interés directo o indirecto en el asunto.
2)Parentesco dentro del cuarto grado de consaguinidad, o segundo de
afinidad con alguna de las partes.
3)Enemistad manifiesta con aquéllas, por hechos determinados.
El procedimiento
Los amigables componedores o árbitros de equidad no estarán atados a
formas legales y deberán decidir según su leal saber y entender.
Plazo para el dictado del laudo
Si las partes no hubiesen fijado plazo para el dictado del laudo, los amigables
componedores deberán expedirse dentro de los tres meses de la última
aceptación.
Recurso de nulidad
El laudo dictado por amigables componedores no será recurrible, pero en el
caso de que se hubiese pronunciado fuera del plazo o sobre cuestiones no
comprometidas, las partes podrán demandar su nulidad.
6.8.3. Pericia arbitral
En el art. 773, el Código Procesal Civil y Comercial de la Nación legisla el
procedimiento denominado "pericia arbitral", el cual será aplicable en el caso
del artículo 516 (41) y cuando las leyes lo establezcan con el nombre de juicio
de árbitros, arbitradores, perito o peritos árbitros, para que resuelvan
cuestiones de hecho expresamente determinadas.
Establece que resultan de aplicación las reglas del juicio de amigables
componedores, debiendo los árbitros tener especialidad en la materia.
El compromiso deberá contener:
§fecha,
§nombre de los otorgantes y de los árbitros y
§hechos sobre los que debe laudarse.
Ello deviene innecesario cuando el pronunciamiento sobre la materia y la
individualización de las partes resultan determinados judicialmente al
disponerse la pericia arbitral.
En cuanto al plazo para pronunciarse, si el mismo no se ha establecido, es
de treinta días contados desde la última aceptación.
La decisión judicial sobre las cuestiones de hecho laudadas se ajustará a lo
establecido en la pericia arbitral.
"La pericia arbitral representa un modo —judicial o extrajudicial— de resolver
un conflicto, para lo cual se requiere de un especialista (perito) que no actúa en
condición de asesor, sino en condición de juzgador. Su resolución es vinculante
para las partes y para el juez que lo designare. Además, esta "pericia laudo" es
irrevisable por su misma condición técnica (no puede ser apelable con
fundamentos en el derecho aquello que no ha sido resuelto bajo dicha
condición, sino que lo fue bajo un conocimiento técnico o especializado). La
pericia arbitral resulta imprescindible para dar una opinión técnica sobre
diferentes apreciaciones de circunstancias de hecho" (42) .
En el punto 6.2.3., se mencionan cuestiones que, de acuerdo a disposiciones
del derecho positivo, deben resolverse aplicando el procedimiento en estudio.

6.9. Obsolescencia de la legislación argentina sobre arbitraje y la


consecuente necesidad de un cambio
Las actuales normas sobre arbitraje constituyen un obstáculo para la
aplicación y desarrollo de este método alternativo para la resolución de
conflictos, por lo que se propicia el dictado de una ley especial.
Al respecto, Sergio Villamayor Alemán señala que las principales cuestiones
que atentan contra este instituto son: "la exigencia procesal de celebrar un
"compromiso arbitral", posterior al conflicto, la no recepción legal de los
principios de autonomía del acuerdo arbitral y de la "competencia sobre la
competencia", la falta de regulación de los arbitrajes institucionales, la
necesidad de designación de un secretario, la previsión de un procedimiento
supletorio —juicio ordinario—, la falta de regulación del arbitraje internacional,
así como la indeterminación del juez competente para ejecutar el laudo" (43) .
El autor refiere que en casi todos los países del mundo han dictado, en estos
últimos años, leyes de arbitraje que permiten una mayor utilización de este
mecanismo de solución de conflictos. En la mayoría de los casos, estas leyes
fueron concebidas incorporando el texto de la Ley Modelo de UNCITRAL sobre
Arbitraje Comercial Internacional o bien siguiendo sus lineamientos; y, en
algunos países, han logrado incrementar exponencialmente la cantidad de
arbitrajes, generalizándose la inclusión de la cláusula arbitral en los contratos
de todo tipo.

6.10. El Arbitraje en el Consejo Profesional de Ciencias Económicas de la Ciudad


Autónoma de Buenos Aires(44)
El Consejo Profesional de Ciencias Económicas de la Ciudad Autónoma de Buenos
Aires tiene en funcionamiento, desde el 1° de junio de 1998, un Tribunal Arbitral que tiene
por objeto la resolución definitiva de toda controversia de carácter patrimonial que le sea
sometida a su consideración, la que será tratada y resuelta en base a equidad según el
leal saber y entender de sus Árbitros y de acuerdo a sus Reglamentos.
El Tribunal está compuesto por un Director, un Secretario Letrado y los Árbitros que
integran su Registro.
Cada caso es tratado por uno (árbitro único) o tres árbitros (Tribunal Arbitral), elegidos o
sorteados, a elección de las partes, entre los profesionales del mencionado Registro. En el
caso de que intervenga un Tribunal, por lo común, cada parte elige un árbitro y el tercero
es elegido entre ellos o, a falta de acuerdo, mediante sorteo.
Para poder integrar la nómina del Tribunal Arbitral, los profesionales matriculados deben
cumplir los siguientes requisitos:
ütener un mínimo demostrable de ejercicio continuado de la profesión de quince
años;
ühaber realizado un curso de capacitación que en el primer tramo contiene
elementos comunes a los mediadores y negociadores, y luego la
especialización en Arbitraje, que consta de 90 horas. Asimismo, haber
aprobado el trabajo final como requisito para obtener el título de Árbitro;
üen virtud de que su designación es sólo por dos años, para su renovación
necesita demostrar que ha cursado un mínimo de capacitación anual en
el momento de su reinscripción.
Dado el amplio espectro de incumbencias de los profesionales que se
matriculan en el Consejo (Contadores Públicos, Licenciados en Administración,
Licenciados en Economía, Actuarios) y las distintas disciplinas a las que se
dedican, los requirentes de los servicios de arbitraje pueden elegir a quienes
mejor entiendan los conflictos que les sean sometidos.
El Tribunal Arbitral ha sido llamado a intervenir, entre otros, en los siguientes
conflictos patrimoniales:
§Un arbitraje dirimente(45)para decidir acerca del incumplimiento de
contrato entre un franquiciante y un franquiciado, el que, una vez
resuelto dentro de los plazos reglamentarios, pudo ser ejecutado por el
primero en jurisdicción de la Provincia de Santa Fe.
§Las discrepancias entre un estudio contable y una empresa del Gobierno
de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires por el alcance y el pago de
tareas de auditoría no pactadas expresamente, pero consentidas por las
partes.
§La disputa existente entre la sociedad propietaria de un hotel en
construcción en la Costa Atlántica y su proveedor de aberturas (puertas
y ventanas), referida a la interpretación del contrato en sus aspectos
temporales, responsabilidad de las partes y procedencia de los ajustes
facturados.
§Establecer la responsabilidad de los vendedores de un paquete
accionario, con relación a pasivos contingentes no declarados en los
documentos complementarios ni en los balances anexos al respectivo
contrato de compraventa.
Los ejemplos expuestos (conflictos sobre franchising, trabajos profesionales,
ventas, sociedades, transferencias de acciones, etc.) son sólo algunos de los
casos que pueden ser resueltos definitivamente mediante la inclusión de
cláusulas compromisorias en los respectivos contratos, que establezcan la
competencia del Tribunal Arbitral de este Consejo.

6.11. El Arbitraje en el Proyecto de Unificación de los Códigos Civil y de


Comercio
El Proyecto de unificación de los Códigos Civil y Comercial contiene
importantes disposiciones relacionadas con el arbitraje.
Al respecto, Carlos I. Guaia (46) refiere que "en general, la reforma procura —
y lograría parcialmente— resolver la ausencia de la tan resistida y demorada
ley de arbitraje vernácula y aborda muchas de las cuestiones reclamadas por la
principal doctrina, presentes tanto en la Ley Modelo como en las legislaciones
arbitrales de los países más desarrollados y en varios de América Latina. (...)
La principal novedad es la regulación del "contrato de arbitraje" —que incluye
tanto el celebrado por las partes como el que resulta entre aquéllas y los
árbitros—. Otras modificaciones, como la admisión expresa del arbitraje
societario o la interrupción de la prescripción por la interposición de la demanda
arbitral consagran (...) situaciones aceptadas por la jurisprudencia, la doctrina y
la normativa de superintendencia".
En las conclusiones de su trabajo, el citado autor señala algunas cuestiones
que deberían atenderse para mejorar el tratamiento normativo del instituto en
análisis:
§"...la consagración de un contrato de arbitraje en el Código Civil y
Comercial, enhebrando normas sustanciales con disposiciones de
procedimiento determinará una inevitable colisión constitucional con los
rituales provinciales y procedimental con los reglamentos institucionales,
todo lo cual, en cualquier caso, habrá de infligir al instituto una dosis de
fragilidad y confusión de escaso beneficio".
§"...la regulación del arbitraje societario, en términos notablemente
divergentes con los del "contrato nominado".
§"El arbitraje no es solamente un contrato. Lo es en su génesis, pero su
objeto y consecuencia es una prórroga convencional a una jurisdicción
privada que la ley reconoce con virtualidad suficiente para resolver un caso
en forma definitiva, que obliga a los órganos del estado a reconocer su
existencia y a ejecutar sus disposiciones prodigando eventualmente
soluciones recursivas propias de las sentencias judiciales. Como estos
últimos efectos esenciales —la cosa juzgada y la jerarquía jurisdiccional de
los laudos—están ausentes en el Proyecto...".
Carlos I. Guaia considera que lo más aconsejable sería la sanción de una ley
federal de arbitraje, cuyo articulado bien podría reproducir el capítulo 29 del
Proyecto atendiendo a las necesarias observaciones.
A continuación se reproduce el articulado del Proyecto:
Contrato de arbitraje
Art. 1649.- Definición. Hay contrato de arbitraje cuando las partes deciden
someter a la decisión de uno o más árbitros todas o algunas de las
controversias que hayan surgido o puedan surgir entre ellas respecto de una
determinada relación jurídica, contractual o no contractual.
Art. 1650.- Forma. El acuerdo de arbitraje debe ser escrito y puede constar
en una cláusula compromisoria incluida en un contrato o en un acuerdo
independiente. La referencia hecha en un contrato a un documento que
contiene una cláusula compromisoria constituye contrato de arbitraje siempre
que el contrato conste por escrito y la referencia implique que esa cláusula
forma parte del contrato.
Art. 1651.- Controversias excluidas. No pueden ser sometidas a arbitraje las
controversias que recaen sobre el estado civil, las cuestiones no patrimoniales
de familia y la capacidad de las personas. Este Capítulo no es aplicable a las
relaciones de consumo y laborales.
Art. 1652.- Clases de arbitraje. Pueden someterse a la decisión de
arbitradores o amigables componedores, las cuestiones que pueden ser objeto
del juicio de árbitros. Si nada se estipula en el convenio arbitral acerca de si el
arbitraje es de derecho o de amigables componedores, o si no se autoriza
expresamente a los árbitros a decidir la controversia según equidad, se debe
entender que es de derecho.
Art. 1653.- Autonomía. El contrato de arbitraje es independiente del contrato
con el que se relaciona. La ineficacia de éste no obsta a la validez del contrato
de arbitraje, por lo que los árbitros conservan su competencia, aun en caso de
inexistencia o nulidad de aquél, para determinar los respectivos derechos de
las partes y pronunciarse sobre sus pretensiones y alegaciones.
Art. 1654.- Competencia. Excepto estipulación en contrario, el contrato de
arbitraje otorga a los árbitros la atribución para decidir sobre su propia
competencia, incluso sobre las excepciones relativas a la existencia o a la
validez del convenio arbitral o cualesquiera otras cuya estimación impida entrar
en el fondo de la controversia.
Art. 1655.- Dictado de medidas previas. Excepto estipulación en contrario, el
contrato de arbitraje atribuye a los árbitros la facultad de adoptar, a pedido de
cualquiera de las partes, las medidas cautelares que estimen necesarias
respecto del objeto del litigio. Los árbitros pueden exigir caución suficiente al
solicitante. La ejecución de las medidas cautelares y en su caso de las
diligencias preliminares se debe hacer por el tribunal judicial. Las partes
también pueden solicitar la adopción de estas medidas al juez, sin que ello se
considere un incumplimiento del contrato de arbitraje ni una renuncia a la
jurisdicción arbitral; tampoco excluye los poderes de los árbitros.
Art. 1656.- Efectos. El convenio arbitral obliga a las partes a cumplir lo
estipulado y excluye la competencia de los tribunales judiciales sobre las
controversias sometidas a arbitraje, excepto que el tribunal arbitral no esté aun
conociendo de la controversia, y el convenio parezca ser manifiestamente nulo
o inaplicable. En caso de duda ha de estarse a la mayor eficacia del contrato
de arbitraje.
Art. 1657.- Arbitraje institucional. Las partes pueden encomendar la
administración del arbitraje y la designación de árbitros a asociaciones civiles u
otras entidades nacionales o extranjeras cuyos estatutos así lo prevean. Los
reglamentos de arbitraje de las entidades administradoras rigen todo el
proceso arbitral e integran el contrato de arbitraje.
Art. 1658.- Cláusulas facultativas. Se puede convenir:
a) la sede del arbitraje;
b) el idioma en que se ha de desarrollar el procedimiento;
c) el procedimiento al que se han de ajustar los árbitros en sus actuaciones.
A falta de acuerdo, el tribunal arbitral puede dirigir el arbitraje del modo
que considere apropiado;
d) el plazo en que los árbitros deben pronunciar el laudo. Si no se ha
pactado el plazo, rige el que establezca el reglamento de la entidad
administradora del arbitraje, y en su defecto el que establezca el derecho
de la sede;
e) la confidencialidad del arbitraje;
f) el modo en que se deben distribuir o soportar los costos delarbitraje.
Art. 1659.- Designación de los árbitros. El tribunal arbitral debe estar
compuesto por uno o más árbitros en número impar. Si nada se estipula, los
árbitros deben ser TRES (3). Las partes pueden acordar libremente el
procedimiento para el nombramiento del árbitro o los árbitros.
A falta de tal acuerdo:
a) en el arbitraje con tres árbitros, cada parte nombra un árbitro y los dos
árbitros así designados nombran al tercero. Si una parte no nombra al
árbitro dentro de los TREINTA (30) días del recibo de un requerimiento de
la otra parte para que lo haga, o si los dos árbitros no consiguen ponerse
de acuerdo sobre el tercer árbitro dentro de los TREINTA (30) días
contados desde su nombramiento, la designación debe ser hecha, a
petición de una de las partes, por la entidad administradora de arbitraje o,
en su defecto, por el tribunal judicial;
b) en el arbitraje con árbitro único, si las partes no consiguen ponerse de
acuerdo sobre la designación del árbitro, éste debe ser nombrado, a
petición de cualquiera de las partes, por la entidad administradora del
arbitraje o, en su defecto, por el tribunal judicial.
Cuando la controversia implique más de DOS (2) partes y éstas no puedan
llegar a un acuerdo sobre la forma de constitución del tribunal arbitral, la
entidad administradora del arbitraje, o en su defecto, el tribunal judicial, debe
designar al árbitro o los árbitros.
Art. 1660.- Calidades de los árbitros. Puede actuar como árbitro cualquier
persona con plena capacidad civil. Las partes pueden estipular que los árbitros
reúnan determinadas condiciones de nacionalidad, profesión o experiencia.
Art. 1661.- Nulidad. Es nula la cláusula que confiere a una parte una
situación privilegiada en cuanto a la designación de los árbitros.
Art. 1662.- Obligaciones de los árbitros. El árbitro que acepta el cargo
celebra un contrato con cada una de las partes y se obliga a:
a) revelar cualquier circunstancia previa a la aceptación o que surja con
posterioridad que pueda afectar su independencia e imparcialidad;
b) permanecer en el tribunal arbitral hasta la terminación del arbitraje,
excepto que justifique la existencia de un impedimento o una causa
legítima de renuncia;
c) respetar la confidencialidad del procedimiento;
d) disponer de tiempo suficiente para atender diligentemente el arbitraje;
e) participar personalmente de las audiencias;
f) deliberar con los demás árbitros;
g) dictar el laudo motivado y en el plazo establecido.
En todos los casos los árbitros deben garantizar la igualdad de las partes y el
principio del debate contradictorio, así como que se dé a cada una de ellas
suficiente oportunidad de hacer valer sus derechos.
Art. 1663.- Recusación de los árbitros. Los árbitros pueden ser recusados
por las mismas razones que los jueces de acuerdo al derecho de la sede del
arbitraje. La recusación es resuelta por la entidad administradora del arbitraje
o, en su defecto, por el tribunal judicial. Las partes pueden convenir que la
recusación sea resuelta por los otros árbitros.
Art. 1664.- Retribución de los árbitros. Las partes y los árbitros pueden
pactar los honorarios de éstos o el modo de determinarlos. Si no lo hicieran, la
regulación se hace por el tribunal judicial de acuerdo a las reglas locales
aplicables a la actividad extrajudicial de los abogados.
Art. 1665.- Extinción de la competencia de los árbitros. La competencia
atribuida a los árbitros por el contrato de arbitraje se extingue con el dictado del
laudo definitivo, excepto para el dictado de resoluciones aclaratorias o
complementarias conforme a lo que las partes hayan estipulado o a las
previsiones del derecho de la sede.
7. CONCLUSIONES
En este capítulo se ha abordado el estudio de algunos métodos alternativos
de solución de conflictos, analizando sus características y las ventajas que
brindan con respecto a la justicia estatal, la cual se encuentra colapsada y lejos
de brindar un servicio acorde con las necesidades de la comunidad.
Tanto en la negociación como en la mediación e incluso en el arbitraje,
advertimos que las partes que están inmersas en un conflicto pueden, a través
de una conducta cooperativa, encontrar soluciones maximizando sus
resultados.
En estos procedimientos, el profesional en ciencias económicas puede ser
llamado a participar como mediador o árbitro y, para ello, debe capacitarse. El
Consejo Profesional de Ciencias Económicas de la Ciudad Autónoma de
Buenos Aires cuenta, desde hace más de una década, con una Escuela de
Mediación y Arbitraje y, además, en su seno, funcionan el CeMeCo (Centro de
Mediación del Consejo) y el Tribunal Arbitral, órganos especializados en la
resolución de controversias de carácter patrimonial, económico y financiero.
Asimismo, la ley 26.589 (LMC) ha introducido la figura de los "profesionales
asistentes", permitiendo a los profesionales en ciencias económicas —entre
otros— que puedan intervenir en la Mediación Prejudicial Obligatoria. Es de
destacar que, en los últimos dieciséis años, sólo un tercio de los casos civiles
en los que se inició esta mediación fueron a juicio.
Para finalizar, quedamos a la espera de la sanción de una ley de arbitraje o
del proyecto de unificación de los Códigos Civil y Comercial con las mejoras
que sean necesarias. Ello permitirá incrementar la cantidad de arbitrajes y
otorgará, seguramente, un campo más propicio para nuestro desempeño
profesional.

OTROS DESEMPEÑOS PROFESIONALES DEL CONTADOR PÚBLICO Y DEL


LICENCIADO EN ADMINISTRACIÓN EN EL ÁMBITO JUDICIAL, EN MEDIDAS DE
CARÁCTER CAUTELAR (ADMINISTRADOR, INTERVENTOR, LIQUIDADOR Y
VEEDOR)

Eduardo Oreña

1. INTRODUCCIÓN
Como paso previo a introducirnos en el desarrollo del presente capítulo, el
que tratará los otros desempeños profesionales del Contador Público y del
Licenciado en Administración en el ámbito judicial, en medidas de carácter
cautelar, creemos prudente hacer una breve reseña de los diferentes
ordenamientos de nuestro derecho positivo, en los cuales se prevén distintos
tipos de medidas cautelares.
Así nos referiremos a la Ley de Sociedades Comerciales, al Código Procesal
Civil y Comercial de la Nación, a la nueva Ley de Concursos y Quiebras
24.522, etcétera.
Dentro de la última normativa, abordaremos el tratamiento de la figura de la
coadministración, tanto en el concurso preventivo como en la quiebra con
continuación de la explotación; analizando la delimitación de funciones entre el
síndico concursal y el coadministrador, la extensión temporal de sus funciones,
tareas fundamentales de su gestión, para finalmente referirnos a la
armonización de normas relacionadas con la retribución y las funciones
desarrolladas.
Finalmente, trataremos la temática de la liquidación judicial, la cual, como
oportunamente se comentará, no existe como instituto autónomo en nuestro
derecho positivo, sino que es consecuencia de una medida cautelar previa
aplicada a la sociedad y en otros supuestos especiales.

2. LA INTERVENCIÓN EN LA LEY DE SOCIEDADES COMERCIALES

2.1. Consideraciones generales previas


En primer lugar, se habrá de tener en cuenta que existen presupuestos
básicos para la aplicación de este instituto, los cuales deberán ser valorados
por el tribunal como paso previo a la admisibilidad de la designación
propiamente dicha.
La figura de la intervención judicial a cualquier tipo de sociedad es
primordialmente una medida cautelar que resulta como accesorio, muchas
veces planteado como incidente, dentro del marco de una acción principal que
persigue la remoción del órgano de administración de la sociedad, la que
deberá sustanciarse dentro de un juicio sumario.
El hecho de encuadrarse dentro de este tipo de procedimiento no atenta
contra la seguridad jurídica del derecho ejercido, sino que apunta a la
búsqueda de algún tipo de solución al conflicto planteado en el lapso más
breve posible, tratando de beneficiar al sujeto pasivo de esta acción, el cual es
la sociedad misma.
Los presupuestos básicos para la procedencia de la medida cautelar en
análisis son los siguientes:
1)Calidad de socio del solicitante.
2)Acción de remoción del administrador.
3)Agotamiento de los recursos estatutarios.
4)Acreditación del peligro y del riesgo en la demora, perjuicio inminente y que
sea de naturaleza tal que afecte la integridad del patrimonio.
5)Prueba preferentemente documental; no sirve la meramente testimonial.
Asimismo, debe existir lo que se denomina "contracautela", es decir, la que a
modo de fianza pretende asegurar el resarcimiento de eventuales daños
irrogados al sujeto pasivo para el caso de que se rechazase (por la sentencia
definitiva) la acción de remoción, resultando por tanto infundada la pretensión;
o sea, en principio, debería tener concordancia con eventuales gastos,
honorarios del interventor, letrados intervinientes y demás costas del proceso.
Finalmente, y atento a que estamos ante una medida cautelar, ésta durará el
tiempo que persista el fundamento generativo de la misma, y deberá ser
establecida por el juez competente.

2.2. Clases de intervención


Con respecto a la tipología establecida por la Ley de Sociedades
Comerciales 19.550, el art. 115 dice:
"La intervención puede consistir en la designación de un mero veedor, de uno o
varios coadministradores, o de uno o varios administradores.
Misión. Atribuciones
El juez fijará la misión que deberán cumplir y las atribuciones que le asigne de
acuerdo con sus funciones, sin poder ser mayores que las otorgadas a los
administradores por esta ley o por el contrato social. Precisará el término de la
intervención, el que sólo puede ser prorrogado mediante información sumaria de su
necesidad".
Como podemos advertir de la lectura del artículo reproducido (art. 115), la ley
de sociedades clasifica la intervención en tres tipos, a saber:
a) veedor;
b) coadministrador;
c) administrador.
A continuación procederemos al análisis de cada una de las subespecies
establecidas.

2.2.1. Veedor
En primer lugar, cabe mencionar que no desplaza a la administración social
natural. Esta figura no limita su cometido a un reconocimiento de bienes o a la
comprobación de un estado de cosas, sino que abarca la realización de
controles permanentes en la administración social. Sus facultades se
circunscriben a la fiscalización y contralor de las operaciones comerciales.
Su función concreta es "ser los ojos del juez" en un reconocimiento
judicial (1) ; en orden a ello le asiste el derecho a participar en las reuniones del
órgano de administración, a pedir todas las informaciones que sean necesarias
para llevar a cabo su cometido, y la de inspeccionar cualquier tarea de la
empresa, realizando una labor no sólo empresarial sino una verdadera
auditoría.
Desde la jurisprudencia se ha justificado la designación de un veedor ante
las siguientes situaciones:
1)Para el caso de alteraciones en los libros de comercio de la sociedad y
extravío de otros.
2)En resguardo del socio excluido.
3)Retraso en la inscripción de la sociedad.
4)Por demora en la presentación y confección de los estados contables
cuando se convoca una asamblea previa.
5)Cuando se negociaron la totalidad de las acciones, afectando el propio
objeto de la sociedad.
6)Cuando el gerente, a la fecha de ser practicado el balance, no declara el
estado financiero de la sociedad ni manifiesta la imposibilidad de hacerlo,
omitiendo la citación a la asamblea correspondiente.
7)La falta de respaldo contable para adquisiciones de mercaderías que se
juzgan antecedentes necesarios para operaciones aisladas, o ausencia de
rigor técnico en la confección de un inventario circunstancial, etc., a fin de
asegurar la integridad del patrimonio societario y el acceso de los socios a
su conocimiento, supervisando la legalidad en el manejo de los fondos (2) .
Es decir, el veedor actúa solamente para el cuidado y custodia de los bienes,
intereses o derechos controvertidos, y sus atribuciones se limitan a la
vigilancia, control y fiscalización (3) .

2.2.2. Coadministrador
Como premisa básica cabe observar que el coadministrador no desplaza a la
administración sino que concurre con ésta.
Es una subespecie de la administración conjunta, donde la administración de
los negocios sociales y el coadministrador judicial actúan conjuntamente. Este
último viene, por tanto, asistiendo a las partes en el negocio intervenido, por lo
cual, sin su presencia nada puede hacerse. Debe procurar la coordinación de
los intereses en pugna, aunque sin facultades absolutas de dirección o de
gobierno, y sin posibilidad de que sustituya la voluntad de los administradores
ni hacerse cargo de los bienes del patrimonio social (4) .
Las tareas fundamentales de su gestión apuntaran básicamente a:
a)realizar aquellos actos que el contrato social autoriza a los gerentes u
órgano de administración,juntamente con uno cualquiera de ellos;
b)cuidar el cumplimiento estricto de las normas legales y cargas fiscales
referidas a la explotación del establecimiento, siendo solidariamente
responsable con los administradores naturales por cualquier omisión;
c)preservar los fondos sociales ingresándolos íntegramente en cuentas
bancarias;
d)cuidar que la contabilidad de la empresa sea debidamente llevada;
e)evitar disponer de bienes y fondos sociales excepto para erogaciones del
giro ordinario, quedando el eventual remanente a disposición de las
asambleas sociales que hubiere lugar (5) .

2.2.3. Administrador
En este supuesto se produce el desplazamiento del directorio o del órgano
de administración, según el caso de que se trate.
Corresponde la designación de uno o más administradores judiciales
provisionales, removiendo temporalmente el juez a los administradores
societarios. Se trata de una interdicción judicial a la marcha de la sociedad y al
funcionamiento de los órganos propios de su gobierno que son
provisionalmente suspendidos y reemplazados por un representante del
tribunal que actúa en interés de la sociedad y en beneficio de los socios (6) .
Ésta es la medida más grave que puede adoptar un tribunal en materia de
intervención de sociedades, por lo cual debe ser por demás cautelosa la
designación y se debe extremar el cuidado respecto del cumplimiento de los
requisitos establecidos por la norma precedentemente analizada; por ejemplo:
procedencia de la medida, requisitos y prueba para su promoción y criterio
restrictivo en su aplicación.

2.3. Naturaleza jurídica de la intervención


En primer término, en cuanto a la naturaleza jurídica de la intervención,
reiteramos el concepto esencial de medida cautelar que es en sí misma. Este
instituto será de aplicación en la medida en que se configuren en la especie los
presupuestos básicos que se explicitaron en el comienzo de este capitulo.
De la naturaleza del instituto de la intervención y de sus fines se desprenden
varios aspectos que es importante resaltar:
1)El objetivo básico es proteger los derechos del socio y la sociedad.
2)Las facultades y atribuciones del interventor son las señaladas por el juez
que decreta la medida.
3)El interventor debe rendir cuentas de su gestión.
4)Está obligado a producir informesperiódicos referentes a su cometido.
5)Debe requerir autorización para todo aquello que excede el curso normal
de su misión.

2.4. Condiciones para ser interventor


Con respecto a este punto cabe poner de manifiesto que la ley no establece
pautas específicas y que aquí cabe recoger las diferentes posiciones
doctrinarias.
En virtud de ello digamos que la doctrina, en general, discrepa respecto de la
persona en la cual puede recaer el carácter de interventor. Se han recogido
opiniones encontradas respecto de si el interventor debe ser uno de los socios
o una persona extraña a la sociedad. La prudencia en estos casos aconseja
optar —y por esa alternativa se inclina la mayoría— por un extraño no socio;
igual criterio adopta el Código de Procedimientos Civil y Comercial de la
Nación.
Con respecto a las aptitudes profesionales del sujeto (aquí la ley tampoco
dice nada) el nombramiento podría recaer en un graduado universitario con
título de abogado, o para aquellos casos en los cuales el control está
relacionado con aspectos contables y económicos, resulta adecuado el
nombramiento de un contador publico o un licenciado en administración.
Entrando en lo establecido en otros ordenamientos legales podemos
mencionar lo que establece la nueva Ley de Concursos y Quiebras en su  art.
259, cuando habla de que los coadministradores que habrán de actuar en la
continuación de la explotación de una empresa fallida tienen que ser personas
especializadas en el ramo respectivo o graduados universitarios en
administración de empresas.
Finalmente y ante el silencio observado por la Ley de Sociedades
Comerciales, cabe recurrir a lo que establece el Código de Procedimientos Civil
y Comercial de la Nación (modificado por la ley 22.434). En su art. 225, inc. 2°,
brinda una pauta amplia respecto de las aptitudes de la persona a designar
cuando dice: "La designación recaerá en persona que posea los conocimientos
necesarios para desempeñarse atendiendo a la naturaleza de los bienes o
actividades en que intervendrá; será, en su caso, persona ajena a la sociedad o
asociación intervenida".

2.5. Atribuciones, deberes y funciones


Como paso previo al desempeño de la tarea para la cual ha sido designado,
corresponde que el interventor tome posición del cargo, cuya diligencia,
normalmente, se realiza a través de un oficial de justicia que actúa por expreso
mandato judicial emanado del tribunal interviniente.
Cabe poner de manifiesto, en primer término, que la gestión de un interventor
judicial es independiente de las causas que motivaron su nombramiento,
debiéndose abocar al desarrollo de la tarea encomendada dentro del marco de
las atribuciones, facultades legales, disposiciones estatutarias y de acuerdo
con la clase de intervención con la que ha sido nombrado, y que ya han sido
desarrolladas en los puntos precedentes.
Asimismo, y si bien la tarea del interventor es indelegable, éste puede
solicitar el nombramiento de auxiliares (profesionales o no) y contratar
empleados, pero descansando sobre un principio básico cual es la autorización
previa del juzgado interviniente (CPCC, art. 225, in fine) a lo que podríamos
agregar: siempre que, objetivamente, las circunstancias, calidad y cantidad de
la tarea así prudencialmente lo aconsejaren.
Finalmente, en lo que hace a la duración en el cargo, deberá emanar de la
resolución de designación y sólo se podrá prorrogar por auto fundado.

2.6. Honorarios
La normativa bajo análisis, es decir, la ley 19.550, no prevé un régimen
retributivo específico a favor de los interventores judiciales, por lo cual, en la
especie, debemos remitirnos a la Ley de Aranceles Profesionales de Abogados
y Procuradores (21.839), a la jurisprudencia, doctrina y normas procesales y
profesionales existentes en la materia, que fijan los siguientes parámetros:
1)No gratuidad: como principio general se presume que toda tarea deberá
ser objeto de remuneración.
2)Regulación: como principio básico, los honorarios deben responder a una
regulación por parte del tribunal.
El art. 227, párrafo segundo, del CPCC, establece que la regulación tendrá
en consideración la naturaleza y modalidades de la intervención, el monto
de las utilidades realizadas, la importancia y eficacia de la gestión, la
responsabilidad en ella comprometida, el tiempo de la actuación y las
demás circunstancias del caso.
Cuando se trate de profesionales del derecho —abogados y procuradores—
en el ámbito de la Capital Federal será de aplicación la ley 21.839 de
aranceles de abogados y procuradores (arts. 15, 16, y 51), la que será
analizada más adelante en el presente capítulo.
3)Tiempo de percepción: en relación con el tiempo de percepción de los
honorarios, podemos mencionar varios supuestos:
a) uno de ellos apuntaría a que no es necesario que concluya su función
para percibir la retribución, pudiendo en ese caso fijársele una
remuneración periódica (podría ser mensual);
b) otro de los supuestos sería percibirlos una vez aprobado el informe final
de su gestión, esto se desprende de la normativa establecida por el art.
227 del CPCC;
f) por último, y para el caso de que su función se prolongara en el tiempo,
se puede contemplar el régimen de anticipos en proporción razonable de
la perspectiva de honorarios a percibir finalmente.
4)Obligados al pago: hay diferentes posturas jurisprudenciales al respecto:
a) en un caso extremo se establece que la sociedad está obligada al pago
sin importar cuál fue el condenado en costas (socio peticionante), y
aunque el mandato hubiese sido revocado, independientemente de la
resolución sobre las costas;
b) otra postura menciona que el interventor judicial tiene derecho a iniciar
la acción (por la totalidad del crédito), primero contra el condenado en
costas, después contra la sociedad (realizados los bienes sociales) y en
último término contra cualquiera de los litigantes;
c) en otro caso, se estableció que carga con los honorarios del interventor
el que solicitó la medida.

3. LA INTERVENCIÓN EN EL CÓDIGO PROCESAL CIVIL Y COMERCIAL DE LA


NACIÓN
En el presente acápite nos referiremos en forma sintética a la figura del
interventor judicial, ya no desde la normativa emanada de la Ley de
Sociedades Comerciales, sino que lo haremos desde un punto de vista más
amplio, es decir, nos referiremos al tratamiento que el Código de
Procedimientos Civil y Comercial de la Nación le da al instituto.
Tal como lo define Lino E. Palacio (7) podemos decir que:
"Desde el punto de vista general, denomínase intervención judicial a la medida
cautelar en cuya virtud una persona designada por el juez, en calidad de auxiliar
externo de éste, interfiere en la actividad económica de una persona física o jurídica,
sea para asegurar la ejecución forzada o para impedir que se produzcan alteraciones
perjudiciales en el estado de los bienes".
De la enunciación precedente podemos inferir varios aspectos esenciales de
la intervención judicial:
1)El carácter innegable de medida cautelar.
2)El interventor judicial es un auxiliar del juez.
3)La injerencia que —en mayor o menor medida—tendrá en la vida de una
persona física o jurídica.
6)Finalmente, que esta medida se dicta a fin de evitar daños mayores.
El tema se halla tratado en el Código de Procedimientos Civil y Comercial de
la Nación en los arts. 222 a 227.
El primero de los artículos citados se refiere a que más allá de las medidas
cautelares de intervención judicial contempladas por las leyes sustanciales
(entiéndense por tales el art. 1684 del Código Civil y los arts. 113 a 117 de la
ley de sociedades), se pueden dictar las medidas previstas en los artículos
subsiguientes.
Las figuras de intervención contenidas en el ordenamiento en análisis
corresponden al interventor recaudador (art. 223) e interventor informante (art.
224).
3.1. Interventor recaudador
La designación se halla contemplada por el art. 223, que dice:
"A pedido de acreedor y a falta de otra medida cautelar eficaz o como complemento
de la dispuesta, podrá designarse a un interventor recaudador, si aquélla debiere
recaer sobre bienes productores de rentas o frutos. Su función se limitará
exclusivamente a la recaudación de la parte embargada, sin injerencia alguna en la
administración. El juez determinará el monto de la recaudación, que no podrá exceder
del 50% de las entradas brutas; su importe deberá ser depositado a la orden del
juzgado dentro del plazo que éste determine".
La designación de un interventor recaudador es, en general, una medida
complementaria de un embargo, y que a su vez debió haber recaído sobre
ingresos que se perciben en forma sucesiva (tales como honorarios
profesionales, alquileres, etc.). Asimismo, constituye requisito para su
procedencia que el destinatario del embargo no haya cumplido con la
intimación respecto del depósito de las sumas embargadas.
Por su parte, y en lo que hace a la recaudación en sí misma, debiendo ella
cubrir el capital en reclamo más intereses y costas, y como el mismo no será
recaudado en una sola vez sino en sucesivas retenciones, el juez debe
establecer el porcentaje que no deberá ser excedido por el recaudador, a fin de
preservar el normal desenvolvimiento de la explotación.

3.2. Interventor informante


Esta figura está reglada por el art. 224 del CPCC, que dice así:
"De oficio o a petición de parte, el juez podrá designar un interventor informante
para que dé noticia acerca del estado de los bienes objeto del juicio o de las
operaciones o actividades, con la periodicidad que se establezca en la providencia que
lo designe".
Este tipo de intervención apunta a que el funcionario designado vigile e
informe al tribunal respecto de la gestión administrativa desarrollada por la
persona intervenida o respecto de aquellos bienes que son objeto de litigio.
Como se establece en el artículo bajo análisis, la medida puede ser
determinada de oficio o a petición de parte. Según la interpretación que existe
en varios códigos provinciales, sería una figura similar a la del "veedor" y
estaría en un estadio intermedio entre el interventor fiscalizador y el
administrador judicial.

3.3. Deberes del interventor


En el art. 226 de la normativa en estudio se delimitan los deberes del
interventor; en orden a ello podemos mencionar que:
1)En primer lugar, está obligado a desempeñar el cargo en forma personal y
en un todo de acuerdo con las directivas emanadas del tribunal.
2)Debe presentar informes con la periodicidad que establezca el juez, y un
informe final al concluir su cometido.
3)Debe evitar adoptar medidas que no sean las estrictamente necesarias
para el cumplimiento de su cometido, que comprometan su imparciabilidad
respecto de las partes involucradas o que puedan producir daño o
menoscabo.
4)Finalmente deja establecido que, de que no cumplir eficazmente con la
función que se le impuso, puede ser removido de oficio. Para el caso de
que haya sido a pedido de parte, se dará traslado a los demás interesados
y al propio interventor.

3.4. Honorarios
El último de los artículos que analizaremos es el art. 227, y se refiere al tema
de los honorarios.
Más allá del texto del mentado artículo que será transcripto a continuación,
podemos mencionar que existe un requisito previo inmediato a la regulación de
los honorarios al interventor judicial y es la aprobación de la rendición de
cuentas que efectúe él mismo. Pero cuando su cometido se extienda en el
tiempo, el juez podrá fijar sumas provisionales a ser percibidas como anticipos
y que deberán guardar proporción con el monto total final de los emolumentos.
Por su parte, creemos importante destacar también que le es prohibido al
interventor pactar honorarios, apuntando ello a la imparciabilidad y honestidad
que el profesional designado deberá observar en la prosecución de su
cometido.
El texto del artículo aludido es el siguiente:
"El interventor sólo percibirá los honorarios a que tuviere derecho, una vez aprobado
judicialmente el informe final de su gestión. Si su actuación debiera prolongarse
durante un plazo que a criterio del juez justificara el pago de anticipos, previo traslado
a las partes, se fijarán éstos en adecuada proporción al eventual importe total de sus
honorarios.
Para la regulación del honorario definitivo se atenderá a la naturaleza y modalidades
de la intervención, al monto de las utilidades realizadas, a la importancia y eficacia de
la gestión, a la responsabilidad en ella comprometida, al lapso de la actuación y a las
demás circunstancias del caso.
Carece de derecho a cobrar honorarios el interventor removido del cargo por
ejercicio abusivo; si la remoción se debiere a negligencia, aquel derecho a honorarios
o la proporción que corresponda será determinado por el juez.
El pacto de honorarios celebrado por el interventor será nulo e importará ejercicio
abusivo del cargo".
4. LA INTERVENCIÓN EN EL CONCURSO PREVENTIVO
En el presente acápite abordaremos el tema de la intervención, en el ámbito
específico de la nueva Ley de Concursos y Quiebras, pero en referencia
puntual a los casos en que se prevé algún tipo de injerencia en la sociedad que
ha solicitado y obtenido la apertura de su concurso preventivo.
Es decir, en primer término, analizaremos los supuestos contemplados por
los arts. 17 y 43 de la normativa citada.
El primer tipo de intervención a la que hacemos referencia, similar a la
analizada precedentemente al estudiar la Ley de Sociedades, difiere de la
coadministración —a la que haremos referencia en el acápite siguiente— para
el caso de quiebra con continuación de la explotación, fundamentalmente por
tratarse de una sanción impuesta al administrador natural de la empresa
concursada.

4.1. Como sanción por actos cometidos


Al respecto, cabe mencionar que la modificación habida en la normativa
concursal sigue manteniendo el texto del ordenamiento anterior, conforme lo
establecido por el art. 17 de la ley 24.522, por cuanto para el caso de que el
concursado efectuara actos en contravención a lo dispuesto por los arts. 16
(actos prohibidos) y/o 25 (viaje al exterior) u:
"...oculte bienes, omita las informaciones que el juez o el síndico le requieran,
incurra en falsedad en las que produzca o realice algún acto en perjuicio evidente para
los acreedores, el juez puede separarlo de la administración por auto fundado y
designar reemplazante...";
"...de acuerdo con las circunstancias del caso, el juez puede limitar la medida a la
designación de un coadministrador, un veedor o un interventor controlador...".
Como resulta claro de la normativa transcripta, y así opinan varios tratadistas
como Argeri y Zavala Rodríguez, a los que a su vez citan Quintana Ferreyra y
Alberti (8) , lo que se ha querido priorizar es la conservación de la empresa,
sancionando —con medidas de variada graduación según el caso— la
conducta reprochable del administrador.
Por su parte como lo aclaran expresamente Fassi y Gebhardt (9) la
designación de un administrador, coadministrador, veedor o interventor
controlador no modifica en modo alguno las facultades del comité de
acreedores, es decir, no son suplidas ni se superponen con ninguno de los
posibles grados de intervención que disponga el magistrado.
Sin perjuicio de todo lo manifestado, el juez —teniendo en cuenta el tipo de
conducta o acto cometido por él o los administradores— puede considerar la
declaración de la quiebra de la sociedad impidiendo la prosecución del proceso
concordatario.
Finalmente, sobre este punto entendemos —y así lo expresan Quintana
Ferreyra y Alberti (10) — que no sería justo que la eventual contumacia del
administrador al no suministrar informaciones, falseándolas, o ausentándose al
exterior sin autorización, deviniera en el decreto de quiebra del ente social.
En razón de ello, consideramos que resulta lógica entonces la medida
cautelar de intervención de la sociedad con el fin de evitar daños mayores a los
acreedores, pero permitiéndoles proseguir con el proceso ya iniciado.
A continuación haremos referencia a las distintas medidas cautelares
sancionatorias que la ley autoriza a tomar.

4.1.1. Designación de un reemplazante


Para el caso de la designación de un reemplazante del administrador del
concursado —es decir, ya superadas las disquisiciones previas respecto de la
procedencia y alcance de la medida— tendríamos que abocarnos a analizar
algunos aspectos esenciales de la misma.
En tal sentido, y como premisa básica, se entiende que el funcionario
designado contará con las mismas facultades y restricciones que la ley le
acuerda al propio deudor concursado; esto significa que deberá someterse a lo
dispuesto por los arts. 15 y 16, y por supuesto, sin verse modificadas en modo
alguno las atribuciones del síndico. Todo ello sin perjuicio del propio marco de
actuación que podrá fijar el juez al momento de la designación.

4.1.2. Otras medidas


Por su parte, y para el caso de tratarse de la designación de un
coadministrador, se entiende que el mismo deberá actuar juntamente con el
deudor, manteniendo éste su facultad de administración y continuando, por
tanto, plenamente legitimado para intervenir en la tramitación del juicio.
También, como el propio texto de la ley lo menciona, puede ser designado un
veedor o interventor controlador (medida más leve como se ha visto en los
acápites específicos) con las facultades que emanarán de la propia
designación judicial.
En lo que se refiere a las condiciones de idoneidad que debería reunir el
administrador reemplazante —genéricamente hablando—, los tratadistas
consultados coinciden en que ante el silencio de esta parte de la ley, debería
aplicarse lo establecido en el art. 259 del mismo cuerpo legal para el caso de
quiebra, es decir:
"...personas especializadas en el ramo respectivo o graduados universitarios en
administración de empresas...".

4.2. Administración de los bienes en interés de los acreedores


A continuación nos referiremos a uno de los supuestos contemplados dentro
de la normativa establecida por el art. 43 de la nueva Ley de Concursos y
Quiebras, es decir, el capítulo relativo al contenido de la propuesta de acuerdo.
Este artículo, que se refiere al "período de exclusividad" y "propuestas de
acuerdo", contiene entre otros el supuesto de "...administración de todos o
parte de los bienes en interés de los acreedores...", que fue recogido de la
legislación anterior. Al respecto, podemos mencionar que no existe una forma
única de administración de los bienes del deudor y que, a su vez, variará de
acuerdo con el tipo de propuesta a la que en la práctica nos estemos refiriendo,
ya que la misma puede consistir en la administración de una o todas las
empresas del deudor según el interés que esté en juego. Asimismo, esta
administración puede ser efectuada por uno o varios acreedores, designados
por ellos mismos a tal efecto, o recaer en un tercero extraño.
Lo determinante en este caso es el interés a tutelar que está dirigido al pago
de los créditos sin interferir o menguar la actividad productiva y siempre
teniendo en cuenta las quitas y formas de pago que eventualmente se
propongan. Por su parte, se establecerá puntualmente el plazo de duración,
que puede consistir en un plazo temporal específico o uno condicional —es
decir, sujeto a que se materialice un hecho—, cumplido lo cual dejaría de tener
sentido la intervención.
En cualquier caso (ya sea que la administración esté a cargo de un acreedor
o de un tercero ajeno a los intereses en juego), su actuación estará sujeta a la
eventual responsabilidad por mal desempeño que pudiera resultar de su
gestión, ello por aplicación analógica del art. 59 de la Ley de Sociedades
Comerciales.

4.3. Salvataje de empresas: art. 48 de la ley 24.522


Sin perjuicio de todo ello, cabe a esta altura dedicar algunos párrafos a las
modificaciones novedosas introducidas por la nueva Ley de Concursos y
Quiebras respecto de lo contemplado por la normativa anterior. Esto es la
introducción del denominado período de exclusividad y la posibilidad del
cramdown.
Este instituto determina para el caso en que el deudor no obtenga las
conformidades necesarias para que su propuesta sea aprobada, evitar la
quiebra, mediante el proceso reglado por el art. 48 de la ley 24.522 y la
modificación de su inciso 1 y la inclusión del art. 48 bis por la ley
26.684, también conocido como cramdown o salvataje empresario, tomado de
la legislación norteamericana, aunque con sus variantes.
Es decir que una vez vencido el período de exclusividad, sin que el
concursado haya obtenido las conformidades necesarias, se abre un registro
en el tribunal a efectos de que los acreedores o terceros interesados en la
adquisición de la empresa (con las exclusiones contenidas en la propia norma)
efectúen sus ofertas de adquisición de la empresa en marcha, a través de la
compra de acciones o cuotas representativas del capital social. O sea que aquí
se introduce un concepto hasta el momento inexistente en el derecho positivo;
la posibilidad de que la empresa continúe en marcha funcionando con
independencia del interés de sus titulares.
De ser presentadas las propuestas de adquisición, los terceros interesados
deberán cumplir con todos los pasos inherentes a la obtención de las
conformidades, conseguido lo cual el juez dictará la resolución adjudicando la
empresa a este nuevo titular.
Al respecto y considerando los distintos pasos procesales que se deben
respetar conforme toda la operatoria establecida por la norma concursal, se
extrae como consecuencia que el período que acabamos de describir
sucintamente, que arranca desde el vencimiento del período de exclusividad,
insume una duración temporal neta que equivale aproximadamente a seis
meses calendario. Por su parte, si computamos los plazos desde la
presentación en concurso, llegamos a la conclusión de que para homologar un
acuerdo presentado por un tercero bajo el régimen de salvataje empresario
instituido por el art. 48 de la ley de concursos y quiebras se demora
aproximadamente 15 meses.
La gran incógnita que salta a la vista es:
¿Quién administrará la empresa en crisis durante ese lapso?
Por un lado, tenemos al empresario, fracasado en su intento de lograr
acuerdo con sus acreedores.
Por otra parte, pueden coexistir distintos interesados registrados para el
salvataje, pero que no están legitimados para intervenir en la administración.
Por último, se cuenta con la presencia del comité de acreedores y del
síndico, pero a ninguno de ellos se le ha asignado la tarea de administrar la
empresa en este período.
Atento a que la ley nada ha previsto al respecto, sólo cabe que,
pretorianamente y a partir de precedentes concretos, tal interrogante sea
satisfactoriamente develado (11) .
A nuestro entender, en esta emergencia, cabe la designación de un
administrador judicial, que bien puede recaer en un profesional en Ciencias
Económicas.

5. LA CONTINUACIÓN DE LA EXPLOTACIÓN EN LA EMPRESA EN QUIEBRA


A continuación nos referiremos al tema de la empresa en quiebra y al
instituto de la continuación de la explotación de la hacienda fallida.
La incorporación de este instituto surge en la normativa concursal a partir de
la vigencia de la ley 19.551 y otros antecedentes legislativos tenidos en cuenta
en su sanción, y como necesidad frente a las secuelas que presenta el estado
de falencia de una empresa en el contexto económico y social del país.
Así lo expresa Foiguel López (12) , quien agrega que dentro de los
antecedentes extranjeros, se tuvo en cuenta el concepto de la empresa en
Francia, donde la supervivencia importa a la comunidad, porque se rescata el
concepto de que la quiebra de la empresa no implica la quiebra de la actividad,
sino la del sujeto que la explota (entiéndase "empresario").
En ese orden de ideas y con el fin de clarificar el concepto y la importancia
del instituto bajo análisis, cabe que se efectúe —tal como lo hace el autor
citado— una clasificación respecto de las dos subespecies de la quiebra con
continuación de actividades:
1)Quiebra directa: es cuando, por pedido del propio deudor o de algún
acreedor, se decreta la quiebra del ente en crisis.
2)Quiebra indirecta: cuando sobreviene luego de tramitarse en concurso
preventivo, es decir, se decreta la quiebra por fracaso del mismo.
En el primero de los casos, se puede aguardar la salida por el camino de la
"conversión" en concurso preventivo, mientras que en la quiebra liquidatoria, la
ley prioriza la posibilidad de la realización de la "empresa en marcha".
En todos los casos, el síndico debe, inmediatamente, abocarse a responder
en forma práctica a dos interrogantes:
1)Si se puede continuar con la explotación.
2)Cómo y con qué hacerlo.
Y aquí debemos tener presente que para que sea posible la continuación de
la explotación de una hacienda fallida se requiere:
1)Viabilidad jurídica.
2)Viabilidad económico-financiera.
3)Armonización de elementos jurídicos y económicos dentro de un espacio
cronológico previamente fijado y que no sea alterado.
4)Una ejecución continuada en la que intervienen un nivel decisorio
jurisdiccional (juez) y un operador económico con decisiones
"empresariales" (síndico y/o coadministrador), que también deben
armonizarse en cuanto al fondo de la cuestión en el manejo de los tiempos.
Este instituto no fue creado con el fin de que el tribunal, el síndico y/o el
coadministrador se conviertan en empresarios, tratando de remediar o revertir
la situación a la que llegó el ente por ineficacia, negligencia u otras
circunstancias que no vale la pena enumerar, sino que pretende, en primer
lugar, y así lo expresa el propio texto de la ley en su art. 189 (modificado
por ley 26.684):
"...si de la interrupción pudiera resultar con evidencia un daño grave al interés de los
acreedores y a la conservación del patrimonio...".
Asimismo, se busca, al proseguir con la actividad principal o una accesoria
económicamente rentable que desarrollaba la deudora, el incremento del activo
falencial por una parte; en segundo término el hecho de vender una empresa
en marcha presupone —prima facie— un mayor valor de realización al
momento de la venta y más si la misma se hace en bloque, lo que finalmente
redundará en un mayor beneficio para la masa de acreedores.
La normativa de fondo respecto de esta temática se halla establecida en la
nueva Ley de Concursos y Quiebras, en los arts. 189 y subsiguientes. En el
nuevo texto de la ley se incorpora el concepto de "excepcionalidad", que si bien
se encontraba subyacente en el texto anterior, en este caso se menciona en
forma explícita.
En razón de ello, la resolución de la continuación de la explotación de un
ente fallido debe contener el lapso temporal por el cual dicha prosecución será
mantenida y por otra parte debe determinar con qué actividad o actividades de
la explotación se va a continuar.
Otro de los aspectos relevantes a tener en cuenta en la decisión de
continuación es lo referente a la cantidad de personal a mantener, que
obviamente se podrá ver reducido en su plantel.
A esta altura entendemos que corresponde poner en claro algunos
conceptos que a nuestro criterio es necesario diferenciar, con el fin de
comprender la importancia del instituto de la continuación de la explotación.
a)Existe lo que podríamos llamar una falacia conceptual en la mayoría de la
literatura consultada, la que más o menos se expresa así:
"Si la empresa no funcionó en manos de un empresario, menos podrá funcionar
en manos de administradores judiciales".
Entendemos que es una falacia porque, en realidad, la situación que van a
encarar los administradores judiciales (entiéndase: síndico, juez y/o
coadministrador) es muy distinta de la realidad en la que se halla inmerso
el empresario.
Los administradores judiciales no tienen sobre sus hombros el peso del
pasivo concursal, el mantenimiento de todo el personal ni el de toda la
estructura empresaria. Es decir, los administradores judiciales no poseen
la carga de restablecer la aptitud económica a las empresas de los sujetos
fallidos. Se van a ocupar del management de la explotación que, prima
facie, resulte rentable o cuyo mantenimiento sea conveniente a los fines
del proceso y siempre teniendo en la mira la realización de los bienes en
forma más o menos inmediata y cuyo fin último es el acrecentamiento del
activo neto falencial.
Para mayor claridad sobre el tema, consideramos importante hacer una
adecuada conceptuación de los siguientes elementos:
1)Sujeto fallido: es la persona física o jurídica que ha sido declaradaen
estado de falencia. O sea, tal como lo definen Quintana Ferreyray
Alberti(13) :
"...un sujeto de derecho en estado de desapoderamiento...".
2)Empresa: por el contrario, es el ente o establecimiento que es el objeto de
la actividad dentro de la organización jurídica del fallido. Es decir utilizando
las palabras de los autores antes citados;
"...la actividad desempeñada mediante el patrimonio de ese sujeto, en cuanto
configura objeto de derecho...".
5)Órgano de administración: puede coincidir o no con el sujeto fallido. Es, en
definitiva, el coordinador de las actividades y donde confluyen los factores
que hacen al desarrollo de la explotación.
De resultas de la diferenciación precedente tenemos que no necesariamente
la declaración del estado de falencia de un sujeto implica la conclusión de
la actividad que desarrollaba el mismo; confusión en la que caen algunos
tratadistas, por la cual se está asimilando el sujeto con el objeto.
b)Finalmente, es importante destacar el interés social, que puede revestir la
continuación de una actividad reputada conveniente para la economía de
la comunidad en que se halla situada. A modo de ejemplo podemos citar
algunos de los beneficiarios de esta situación:
•Interés de los acreedores en seguir vendiendo
•Asalariados que conservaran la fuente de trabajo
•Eventualmente los clientes para poder continuar con el abastecimiento y
evitar posibles monopolios
•Sindicatos para seguir recaudando los aportes de los afiliados
•Las organizaciones públicas en general: importancia local o regional,
recaudación impositiva, etc.
Hechas estas aclaraciones abordaremos seguidamente la problemática
específica de la continuación de la explotación.

5.1. Continuación inmediata


Como se ha dicho, la normativa en vigencia comienza el tratamiento de este
instituto a partir del art. 189, donde establece los presupuestos generales para
su aplicación y taxativamente incluye el tratamiento de las empresas de
servicios públicos.

5.1.1. Presupuestos generales


Los presupuestos generales de la continuación inmediata resultan
expresamente de la normativa establecida por el art. 189 de la Ley de
Concursos y Quiebras (modificado por la ley 26.684) cuando en su texto
expresa que:
"...si de la interrupción pudiera resultar con evidencia, un daño grave e irreparable al
interés de los acreedores y la conservación del patrimonio...".
De la lectura del texto precedente tenemos que el legislador atiende,
manteniendo en este caso el mismo texto que en la legislación anterior, a dos
cuestiones fundamentales cuando habla de daño grave e irreparable,cuales
son el interés de los acreedores y la conservación del patrimonio.
Esta mención no es caprichosa, ya que en cualquiera de los casos lo que en
definitiva se está tratando de salvaguardar es la perspectiva futura de
acrecentamiento del activo a realizar a posteriori, dando de esta manera una
prevalencia al principio de la "protección adecuada del crédito" sobre el "interés
general".
El síndico está obligado a poner en conocimiento del juez la necesidad de
continuación inmediata dentro de las 24 horas de decretada la quiebra,
pudiendo también el tribunal decretarlo de oficio. Sin perjuicio de ello, el juez
mantiene siempre la posibilidad de resolver lo que estime pertinente respecto
de la continuación, incluyendo esto su cese, hecho que se explicita en el
artículo mencionado, cuando expone:
"...el juez puede adoptar las medidas que estime pertinentes, incluso la cesación de
la explotación...".
Es decir que aquí, como lo expresan Fassi y Gebhardt (14) , la ley le otorga
al juez la potestad de dictar tal decisión en forma fundada y puede originarse
en una nueva apreciación del interés general que hiciera él mismo o cuya
continuación resultara contraproducente a los intereses que se pretenden
tutelar.

5.1.2. Empresas prestadoras de servicios públicos


Aquí se introduce el supuesto de las empresas que prestan servicios
públicos, siguiendo en parte el ordenamiento del anterior art. 193 de la ley
19.551, que es la inmediata continuación en el caso de "servicios públicos
imprescindibles", estipulando las siguientes normas particulares:
1)Debe comunicarse la sentencia de quiebra a la autoridad que ha otorgado
la concesión o a la que sea pertinente.
2)Si el juez decide, en los términos del art. 191, que la continuación de la
empresa no es posible, debe comunicarlo a la autoridad pertinente.
3)La autoridad competente puede disponer lo que estime conveniente para
asegurar la prestación del servicio; las obligaciones que resulten de esa
prestación son ajenas a la quiebra.
4)La cesación efectiva de la explotación no puede producirse antes de
pasados treinta días de la comunicación a autoridad correspondiente.
En este caso no se debe esperar el informe del sindico, previsto por el art.
191, aunque éste sí debe ser luego formulado. Como ejemplos de actividades
que deben ser continuadas sin interrupción. Podemos citar:
•empresas prestadoras de servicios de electricidad,
•de gas,
•teléfonos.

5.2. Continuación diferida


Tal como emana de la normativa establecida por el art. 190 de la Ley de
Concursos y Quiebras (modificado por la ley 26.684), existe un trámite común
para todos los casos de quiebra, cual es que:
"...el sindico debe informar al juez dentro de los veinte días corridos contados a
partir de la aceptación del cargo, sobre la posibilidad de continuar con la explotación
de la empresa del fallido o de alguno de sus establecimientos y la conveniencia de
enajenarlos en marcha...".
En tal sentido entonces, podemos decir que, procesalmente, la decisión de la
continuación de la explotación parte del dictamen del síndico, el cual debe ser
presentado en todos los juicios de quiebra, sin importar para ello la forma en
que ha sido declarada la misma —esto es en forma directa o indirecta—.
Asimismo, y para el supuesto de haberse decidido la continuación inmediata
—ya sea por orden judicial o a pedido del propio funcionario sindical— deberá
presentarse también el dictamen aludido. Si hubiere sido como consecuencia
de un pedido del propio síndico, este dictamen sólo confirmaría (y en caso
contrario, rectificaría) lo solicitado oportunamente. Se entiende por tanto que
este requisito está dirigido a fundamentar apropiadamente y con todos los
elementos necesarios la decisión de continuación de la explotación.
Por su parte, la ley establece los aspectos específicos sobre los cuales debe
expedirse:
1)La posibilidad de mantener la explotación sin contraer nuevos pasivos,
salvo los mínimos necesarios para el giro de la explotación de la empresa
o establecimiento.
2)La ventaja que resultaría para los acreedores la enajenación de la empresa
en marcha.
3)La ventaja que pudiere resultar para terceros el mantenimiento de la
actividad.
4)El plan de explotación, acompañado de un presupuesto de recursos
debidamente fundado.
5)Los contratos en curso de ejecución que deben mantenerse.
6)En su caso, las reorganizaciones o modificaciones que deben realizarse en
la empresa para hacer económicamente viable su explotación.
7)Los colaboradores que necesitara para la administración de la explotación.
8)Explicar el modo en que se pretende cancelar el pasivo preexistente.
Sobre estos aspectos, la ley reafirma claramente el concepto de
excepcionalidad a la posibilidad de continuación. Tal como manifiestan Fassi y
Gebhardt (15) y parafraseándolos, el objetivo del legislador coherentemente
con el concepto expuesto es que a través de un estructurado y complejo
informe, quede ostensiblemente establecido y fundado el camino escogido. El
mismo debe constituirse en un elemento vital para el dictado o no de la
resolución pertinente, pudiendo el magistrado a través del mismo, valorar los
beneficios y perjuicios de la aplicación del instituto que nos ocupa.

5.3. Condiciones para continuar con la actividad


A continuación analizaremos las variables que se deberán considerar para
dictaminar sobre la viabilidad de la continuación de la explotación, las que se
relacionarán fundamentalmente con la "empresa" cuya actividad se desea
continuar, aislando del estudio aquellos otros factores que pudieron haber
provocado la crisis del fallido.

5.3.1. Viabilidad fáctica


Conceptualmente podemos esquematizarla en:
a)capacidad tecnológica para la producción de bienes y servicios, es decir,
contar con una capacidad instalada que permita la continuación de una
actividad productiva;
b)existencia de mercado para la colocación de los bienes a producir;
c)existencia de recursos humanos suficientes para afrontar la continuación.

5.3.2. Viabilidad financiera


Básicamente apunta a analizar la existencia de los medios financieros
indispensables para la evolución de los negocios.
De no existir suficiente capital de trabajo, es posible recurrir a:
•la venta de bienes superfluos, a fin de obtener fondos para ser aplicados a
la actividad que se continúa, con el objeto de recomponer y/o incrementar
el capital operativo;
•obtención de crédito: como en el caso de la quiebra de Jabón Federal
donde se obtuvo apoyo crediticio del Banco de la Ciudad de Buenos
Aires;
•posibilidad de combinación económica con terceros que puedan aportar el
capital de trabajo necesario: tal el caso de Cuareta S.A. Volcán, donde
terceros aportaron los recursos financieros necesarios para la
continuación.

5.3.3. Viabilidad económica


La viabilidad económica es:
"La posibilidad de que con la actividad se pueda autosostener y/u obtener una
ganancia o al menos algún beneficio mensurable para los acreedores o, en su caso,
para el deudor".
Este estudio consiste en un análisis que parte de una situación concreta
presente y proyectada al futuro. Dicho de otro modo, se debe estimar cuál
puede ser la evolución futura del ente partiendo de la realidad del presente.
Los factores a tener en cuenta para la proyección son los siguientes:
a)definición del o los establecimientos o líneas productivas con las que se
puede continuar;
b)recursos humanos a mantener;
c)proyección de ingresos por la venta de bienes y servicios;
d)determinación del margen de rentabilidad a obtener con la actividad.
Para su determinación no se tendrán en cuenta el costo financiero del pasivo
concursal ni el cargo por amortizaciones de los bienes de uso, por tratarse de
obligaciones que no recaen sobre la continuación, en el primer caso, y por ser
cargos no financieros, los segundos.
El resultado de la proyección indicada puede ser positivo o negativo. Si la
rentabilidad es positiva y no se tiene a la vista ningún otro impedimento, la
continuación de la explotación sería aconsejable.
Sin embargo, y para el supuesto de que la proyección hubiere arrojado una
rentabilidad negativa, se debería profundizar el análisis para arribar a una
conclusión definitiva, ya que aun con una rentabilidad negativa, puede resultar
conveniente, en términos económicos, la continuación de la actividad.

5.3.4. Conveniencia económica


Como mencionáramos, el hecho de no contar con una expectativa de
rentabilidad positiva no implica, necesariamente, desechar la posibilidad de
continuar con la actividad.
Y ello es así toda vez que para obtener una impresión definitiva, es menester
también evaluar las alternativas que se plantean cuando se mantiene el
establecimiento inactivo.
A título de ejemplo podemos citar las siguientes situaciones:
a)gastos de custodia y mantenimiento del establecimiento, en los que se
debe incurrir independientemente de su actividad;
b)deterioro de los bienes por el transcurso del tiempo, obsolescencia, etc.,
que pueden provocar una disminución del valor del activo a ser realizado;
c)mayor valor que puede resultar de la venta del establecimiento en marcha
y/o en bloque con respecto a la que se puede obtener mediante una
realización de los bienes que lo componen en forma singular;
d)por último, cabe mencionar el eventual ahorro que se podría obtener con la
venta del establecimiento en marcha, en razón de la posibilidad de
transferir las obligaciones emergentes de los contratos laborales del
personal en relación de dependencia, que pasaría a depender del nuevo
propietario.
Quede claro que, en este caso, lo que se obtiene es la reducción del
pasivo concursal en vez de un mayor monto por la venta del activo, lo que
igualmente redunda en beneficio de los acreedores.
5.4. Marco normativo de la continuación
Comenzando el análisis de los arts. 191 a 195 de la ley 24.522 de concursos
y quiebras con las modificaciones incluidas en los mismos por la ley
26.684, tenemos la temática referente a la autorización del tribunal que
permitirá la continuación, el régimen aplicable, la problemática de los contratos
de locación y la situación de los acreedores hipotecarios y prendarios frente a
la continuación de la explotación.

5.4.1. Autorización para la continuación


Sobre el particular, el art. 191 establece que la autorización debe ser dada
por el juez, sólo en el caso de que de su interrupción pudiera emanar una grave
disminución del valor de realización o que se interrumpiera un ciclo de
producción que pudiera provocar un grave daño al patrimonio.
Esta referencia apunta, específicamente, a todas aquellas explotaciones en
las que —tal caso de los altos hornos o empresas agrícola-ganaderas— la
interrupción del proceso empobrece a los activos a realizar a posteriori.
El artículo citado prosigue estableciendo los puntos sobre los cuales el juez
debe pronunciarse como mínimo —y dentro de los 10 días posteriores a la
presentación por parte del síndico del informe previsto por el art. 190— lo que
se refieren a:
1)El plan de la explotación, para lo cual podrá hacerse asesorar por expertos
o entidades especializadas.
2)El plazo por el que continuará la explotación; a estos fines se tomará en
cuenta el ciclo y el tiempo necesario para la enajenación de la empresa;
este lapso podrá ser prorrogado por una sola vez por resolución fundada.
3)La cantidad y calificación profesional del personal que continuará afectado
a la explotación.
4)Los bienes que pueden emplearse.
5)La designación o no de uno o más coadministradores y la autorización al
síndico para contratar colaboradores de la administración.
6)Los contratos en curso de ejecución que se mantendrán; los demás
quedarán resueltos.
A partir de las modificaciones introducidas por la ley 26.684, ahora:
a)La resolución que rechace la continuación de la explotación es apelable
por el síndico y la cooperativa.
b)Cuando se haya dispuesto la continuidad de la explotación de la empresa o
de alguno de sus establecimientos por parte de las dos terceras partes del
personal en actividad o de los acreedores laborales, organizados en
cooperativas, incluso en formación, el Estado deberá brindarle la asistencia
técnica necesaria para seguir adelante con el giro de los negocios.
5.4.2. Régimen aplicable
El art. 192 modificado por la ley 26.684, establece el marco legal dentro del
cual se podrán mover los funcionarios judiciales (síndico y/o coadministrador),
o la cooperativa de trabajo, según fuera el caso, a saber:
1)Se consideran autorizados para realizar todos los actos de administración
ordinaria que correspondan a la continuación de la explotación;
2)Para los actos que excedan dicha administración, necesitan autorización
judicial, la que sólo será otorgada en caso de necesidad y urgencia
evidentes;
3)En dicho caso el juez puede autorizar la constitución de garantías
especiales cuando resulte indispensable para asegurar la continuidad de la
explotación (no aplicable para el caso de cooperativas de trabajo).
4)Las obligaciones legalmente contraídas por el responsable de la
explotación gozan de la preferencia de los acreedores del concurso;
5)En caso de revocación o extinción de la quiebra, el deudor asume de pleno
derecho las obligaciones contraídas legalmente por el responsable de la
explotación;
6)Sólo podrá disponerse de los bienes afectados con privilegio especial
desinteresando al acreedor preferente o sustituyendo dichos bienes por
otros de valor equivalente.
Finalmente, la norma bajo estudio establece, en el último párrafo, que el juez
puede poner fin a la continuación antes del vencimiento establecido, por
resolución fundada, si la gestión resultara deficitaria o de cualquier otro modo
perjudicare los intereses de los acreedores.

5.4.3. Contratos de locación


Aquí entramos en el análisis de lo normado por el art. 193 de la Ley de
Concursos y Quiebras que versa sobre los contratos de locación. El mismo
expresa que para el caso de la continuación de la explotación inmediata o
diferida, y cuando en esta última se haya expuesto la conveniencia de la
realización en bloque de los bienes, se deben mantener los contratos de
locación preexistentes y el concurso responderá directamente por los
arrendamientos y demás consecuencias futuras. Finalmente establece que son
nulos los pactos que establezcan la resolución del contrato por la declaración
de la quiebra.
Por su parte, el art. 194 establece que aquellas cuestiones que promueva el
locador no impiden el curso de la explotación de la empresa fallida o la
enajenación de la empresa prevista por el art. 205 de la Ley de Concursos y
Quiebras debiéndose considerar esas circunstancias en las bases pertinentes.
5.4.4. Hipoteca y prenda en la continuación de la empresa
Por su parte, el art. 195 modificado por ley 26.684 hace mención de que
aquellos acreedores que tengan privilegio especial (hipotecario y/o prendario)
no podrán utilizar el derecho al que se refieren los art. 126, segunda parte, y
209, sobre los bienes necesarios para la explotación, en los siguientes casos:
1)Cuando los créditos no se hallen vencidos a la fecha de la declaración y el
síndico satisfaga las obligaciones posteriores en tiempo debido;
2)Cuando los créditos se hallen vencidos a la fecha de la declaración,
mientras no cuenten con resolución firme que acredite su calidad de
acreedor hipotecario o prendario;
3)Cuando exista conformidad del acreedor hipotecario o prendario para la
suspensión de la ejecución.
También, se establece que son nulos los pactos contrarios a las
disposiciones mencionadas en 1) y 2) y que por decisión fundada y a pedido de
la cooperativa de trabajadores, el juez de la quiebra podrá suspender las
ejecuciones hipotecarias y/o prendarias por un plazo de hasta dos (2) años.
Es decir, establece la imposibilidad por parte del acreedor de pedir la
formación del concurso especial y por otro lado, citando a Fassi y
Gebhardt (16) , al continuar la explotación siguen rigiendo los plazos y demás
estipulaciones contractuales; para ello cabe que la quiebra cumpla con
regularidad con las mismas; la mora produce el vencimiento anticipado, y por
tanto, la ejecutabilidad del crédito garantizado.

5.5. Plazo de la continuación


Volviendo al art. 191 de la ley concursal, nos referiremos al plazo de la
continuación que, como se ha dicho, debe ser establecido en forma taxativa por
el magistrado, es decir, que la continuación de la explotación deberá tener un
marco temporal limitado.
Tal como lo mencionaran los autores citados (17) , esta delimitación "...tiende
a prevenir que se genere una situación de perduración en el procedimiento
concursal..." a lo que agregan que el mismo debe ser "cierto".
En tal sentido existen dos aspectos a considerar:
1)La posibilidad del mantenimiento y su conveniencia, hechos que se
deberán analizar, como se ha mencionado en puntos anteriores.
2)Que la dilación en el tiempo tenga una justificación, específicamente en la
realización de la empresa en marcha.
En referencia a la ampliación de los plazos, contrariamente a lo indicado por
la normativa anterior, no se establece la posibilidad indefinida de ampliaciones
del plazo originalmente otorgado a la continuación.
Por tanto, podemos tomar como pauta genérica que mientras la explotación
sea viable económicamente, podrá durar hasta la realización de los bienes
incautados, o hasta la entrega de los bienes al deudor, en caso de avenimiento
donde el fallido recuperaría la administración de sus bienes. En el caso de
quiebra indirecta, se debe estar a la venta inmediata de los bienes.

5.6. El coadministrador en la quiebra con continuación de la explotación


En primer lugar, como es por todos sabido, el funcionario por excelencia del
proceso liquidatorio de la quiebra es el síndico.
Sin perjuicio de ello, el art. 191 de la Ley de Concursos y Quiebras establece
que en la resolución judicial que decrete la continuación se incluya la
posibilidad de nombramiento de uno o más coadministradores —con facultades
específicas— el que actuará como una especie de colaborador del síndico, es
decir, en estrecha conexión con éste.
Tal designación podrá hacerse de oficio, es decir, a instancias de que el
propio tribunal así lo considere procedente, o, en su caso, el propio síndico
puede sugerir el nombramiento y hasta proponer las facultades específicas a
atribuirle.
A esta altura cabe hacer una distinción conceptual con otras figuras de
coadministrador ya tratadas en el presente trabajo, ya que ésta es una figura
nueva y con características propias, que resulta de la Ley de Concursos y
Quiebras atendiendo específicamente a la continuación de la explotación.
En ese orden de ideas tenemos que:
1)No es estrictamente una medida cautelar, al estilo del coadministrador
del art. 115 de la Ley de Sociedades Comerciales, el que, sin desplazar a
las autoridades naturales, concurre con éstas. Es, como se ha dicho en el
acápite específico, una subespecie de la administración conjunta y donde,
además, sus funciones apuntan a realizar todos los actos permitidos a los
gerentes y órganos de administración y la vigilancia en la observancia de
las normas legales.
2)Tampoco es una medida de tipo sancionatorio como lo contemplado por
el art. 17 de la Ley de Concursos y Quiebras, donde a partir de actos
cometidos en contravención a lo dispuesto por los arts. 16 y 25 de la
misma ley, el juez puede ordenar un reemplazante o en su caso un
coadministrador, el que, en ese caso, en este último supuesto ejercerá
también una administración conjunta con el concursado.
3)Tampoco es igual a la figura del art. 43 de la Ley de Concursos y
Quiebras en cuanto esta normativa prevé la administración de todos o
parte de los bienes en manos de un tercero y en interés de los acreedores.
En tal sentido, reiteramos que el instituto viene a reforzar la actuación del
síndico concursal, en punto a auxiliarlo en una temática específica, cual es el
manejo de una empresa en funcionamiento.
Al respecto, entendemos que por experiencia en la actuación judicial, existen
tres o cuatro fundamentos básicos para los cuales el juez se inclina a nombrar
un coadministrador.
En primer lugar, porque generalmente para el período que tiene que
continuar la explotación, el síndico está abocado a su tarea específica; no
olvidemos que apenas decretada la quiebra, comienza la etapa informativa y
liquidatoria, por lo que el síndico se halla ocupado en la producción de los
informes de créditos y en general, y en la liquidación de los bienes.
Por otro lado, entendemos que se agrega un argumento adicional, cual es la
distinta óptica que puede tener el coadministrador con respecto a la
continuación, en relación con la que puede tener el propio síndico. O sea,
creemos que el síndico tiene que impregnarse de un interés de realización
inmediata de los bienes, sin perjuicio de las otras tareas específicas que recién
se mencionaron, mientras que el coadministrador estaría abocado más bien a
la continuación de la explotación, a la gestión empresaria de la continuación,
debiendo tener como objetivo central poder marchar adelante con la
explotación.
Por último, y la propia ley de alguna manera en el art. 259 lo menciona, está
la cuestión de la especialización, ya que es posible que un síndico pueda tener
una gran capacitación en el aspecto concursal, y no necesariamente en la
temática particular de la actividad de la empresa.
En relación con los requisitos que debe reunir el coadministrador a ser
designado, tenemos, en primer lugar, la normativa explicitada por el art. 259 de
la Ley de Concursos y Quiebras que dice así:
"...los coadministradores pueden actuar en los casos señalados por los artículos 192
a 199. Su designación debe recaer en personas especializadas en el ramo respectivo
o graduados universitarios en administración de empresas...".
Por su parte, a través del art. 181 del Reglamento de la Justicia en lo
Comercial de la Capital Federal se estableció la manera en que se
conformarían las listas de coadministradores para cada juzgado, a saber:
"...cada cuatro años, en oportunidad de confeccionarse la lista de síndicos para
actuar en concursos se procederá a formar una lista de graduados universitarios en
administración de empresas a los efectos previstos en el art. 283 de la ley 19.551
(hoy art. 259 de la ley 24.522), con un número de quince integrantes por cada juzgado
o cantidad menor que resulte de dividir el total de inscriptos por los juzgados del fuero,
que a criterio del tribunal acrediten reunir requisitos suficientes en base a sus
antecedentes...".
En este caso, la normativa ha dejado a criterio de los juzgadores la forma de
elección de los funcionarios coadministradores a ser designados en cada uno
de los concursos que requieran sus servicios.
Asimismo, la acordada de la Cámara Nacional en lo Comercial del 26 de
marzo de 1991 (18) , que establece un sistema de sorteo para martilleros y
peritos, nada agrega respecto del sistema de nombramiento de los
coadministradores para las empresas en quiebra.
En orden a todo ello, es que la experiencia nos dice que el juez en cada caso
meritúa, de acuerdo con sus facultades, la mejor forma para designar a estos
funcionarios, donde no se puede dejar de lado la consideración que estimamos
debe efectuar de los antecedentes profesionales de los licenciados en
administración, que quedaron incluidos en la lista de su tribunal.

5.7. Delimitación de funciones del síndico y del coadministrador en la


continuación de la explotación
En razón de todo lo expuesto hasta el momento, queda claro que ante
determinados supuestos procede el nombramiento por parte del magistrado de
un coadministrador, para actuar en forma conjunta con el síndico.
Lo que no queda tan claro es la actividad o tareas específicas para las que
se lo nombra. La letra de la normativa bajo análisis es muy amplia y por otra
parte expresa que es el juez quien le adjudicará facultades específicas.
En tal sentido Foiguel López (19) dice que:
"Habrá que recurrir (...) a una calificación más genérica, por vía de la inducción y
descarte que permita arribar a aquello que de manera autónoma le es permitido
realizar...".
Por su parte Rubín (20) clarifica un poco más el tema bajo análisis, ya que
establece una suerte de clasificación de las tareas, a saber:
1)Existen actos que le son encargados al síndico de modo excluyente como
el informe periódico o la contabilidad (art. 191 de la Ley de Concursos y
Quiebras).
2)Hay otros actos que pueden ser efectuados por el síndico o el
coadministradoren forma indistinta (art. 192 de la Ley de Concursos y
Quiebras).
3)En tercer término, existiría una "zona de confluencia", donde a partir del
análisis de lo que sucede en las intervenciones judiciales del derecho
común, el autor citado concluye que:
"...debe reservarse al coadministrador cuanto tenga que ver con los aspectos de
gestión empresarial de la administración concursal sin que ello signifique reconocerle
autonomía ni derecho a discutir la autoridad del síndico, quien seguirá siendo el
máximo responsable...".
Con respecto a las funciones asignadas al síndico tenemos que una vez
decretada la quiebra, este funcionario debe abocarse inmediatamente a las
tareas que le son inherentes tales como la confección del informe individual y
del informe general (previstos por los arts. 35 y 39 de la Ley de Concursos y
Quiebras), asimismo, hacerse cargo de la incautación de los bienes y los libros
contables como también el seguimiento de todos los pasos procesales
ulteriores, tomando también intervención en los juicios tanto laborales como de
contenido patrimonial en los que es parte.
Además, deberá continuar con la tarea de investigación respecto de la
eventual existencia de mayores bienes que los conocidos, en cabeza de la
quebrada.
Por su parte, deberá abocarse a la realización de los bienes de la fallida, en
primer lugar, aquellos que no estén afectados a la continuación de la
explotación y posteriormente y concomitantemente con la finalización del
término de la explotación, respecto de aquellos afectados a la misma.
Asimismo, y tal como resulta de la lectura del art. 191 de la ley 24.522, se le
impone la obligación de presentar un informe con la periodicidad que el
magistrado establezca respecto de la marcha de la administración.
En primer lugar, y como ya se ha dicho a lo largo del presente capítulo, el
tribunal al decidir la continuación de la explotación y designar a este nuevo
funcionario, el coadministrador, le deberá especificar las facultades y funciones
que deberá asumir.
Pero más allá de ello, entendemos que la función primordial para la que se lo
designa es para absorber la tarea relativa a la gestión administrativa y/o
empresaria de la explotación.
Dado que tal atribución de funciones es genérica y amplia cabe
—cuando menos y más allá, por supuesto, de las funciones específicas que le
atribuirá el juez— efectuar una mención de los actos para los que jurídicamente
está facultado.
Siempre a partir del principio básico de gestión se puede mencionar que está
facultado, en primer lugar, para contratar, toda vez que le es permitido recibir y
pagar. En lo que es el plano de lo estrictamente administrativo importa la toma
de decisiones en la materia que le es propia, efectuando una planificación o
curso de acción respecto de las tareas a desarrollar con los análisis de
factibilidad necesarios, y en definitiva, gerenciar toda la explotación, a partir de
la toma de decisiones, con la limitación en este caso que se le impondría a un
deudor en concurso preventivo cual es la normativa establecida por el art.
16 de la Ley de Concursos y Quiebras, es decir, actos susceptibles de
aprobación por parte del juez.
Asimismo, deberá poner especial énfasis en lo que se refiere al pago de los
tributos y cargas sociales así como también mantener al día el pago de
haberes al personal que ha quedado afectado a la explotación.
Como conclusión, cabe acotar que en definitiva, será el juez a cargo del
concurso quien en oportunidad de resolver la continuación de la explotación de
la empresa fallida y el nombramiento de un coadministrador, habrá de disponer
las tareas a su cargo y el alcance de las responsabilidades de cada uno de los
funcionarios concursales. Todo ello considerando el propio marco normativo
existente en la ley concursal para este instituto (arts. 189 y subsiguientes). Tan
así es, que hasta podrá asignarle al coadministrador funciones que van más
allá de la administración de la actividad continuativa, conforme lo habremos de
exponer en el punto 5.10.

5.8. Aspectos particulares de la continuación de la explotación


Las tareas a desarrollar durante la continuación de la explotación, en
principio, son similares a las de cualquier empresa in bonis, por lo cual no nos
detendremos en el análisis de los aspectos administrativos comunes.
Sin embargo, existen cuestiones particulares o específicas sobre las que sí
consideramos que vale la pena explayarnos, pues sólo aparecen en los casos
de explotación de entes que están en quiebras.

5.8.1. Contratación con el personal en relación de dependencia


Tal como lo instituye el art. 196 de la Ley de Concursos y Quiebras la quiebra
per se no produce la disolución del contrato de trabajo, sino que lo suspende
de pleno derecho por el término de 60 días corridos.
En este lapso intermedio debe decidirse la continuación de la explotación,
sucedido lo cual, el contrato laboral se reanuda de inmediato
Tal como lo expresa Rubín (21) , la suspensión comienza el mismo día que
se decreta la quiebra y no hace falta ninguna notificación expresa al trabajador.
Asimismo, se establece que, si no se resuelve en el plazo señalado lo
atinente a la continuación, el contrato queda disuelto y los créditos emergentes
de la relación laboral se pueden verificar conforme los arts. 241, inc. 2° y 246,
inc. 1°, de la Ley de Concursos y Quiebras.
Finalmente, el autor citado, coincidiendo con la mayoría de la doctrina, afirma
que la solución intermedia considerada por la ley, esto es la suspensión del
contrato y la no ruptura del vínculo, apunta a preservar el plantel de
trabajadores con miras a una probable continuación, lo que resulta de suma
importancia a los fines del proceso.
En cuanto a la elección del personal, el art. 191 se explaya sobre el
particular. Establece que el magistrado debe establecer la cantidad y la
calificación profesional del personal que continuará afectado a la explotación,
mientras que el síndico debe decidir (art. 197) dentro de un lapso de 10 días
corridos a partir de la resolución respectiva, sobre qué dependientes deben ser
mantenidos y cuáles deberán cesar su actividad, para el caso de que hubiere
reorganización de tareas.
Es importante destacar que el articulado en análisis hace mención de que se
deben respetar las normas comunes (entiéndase aquí reglas de derecho
laboral, como por ejemplo, estabilidad y otros beneficios de los empleados) y
que los cesantes tienen derecho a la verificación de su crédito en la quiebra y
que gozarán de los privilegios establecidos por los arts. 241 y 246 de la Ley de
Concursos y Quiebras. Finalmente, establece que, a todos los efectos legales,
la conclusión de la relación laboral se produce por la quiebra.
Cabe destacar, tal como lo expresa Rubín (22) , que la norma bajo estudio
establece que la decisión debe ser tomada en días corridos, apartándose de la
norma genérica del art. 273, inc. 2°, de la Ley de Concursos y Quiebras, y ello
obedece a la necesidad que existe de darle la mayor celeridad posible al
trámite, en orden al tipo de contrato al que nos estamos refiriendo (laboral), y
de la necesidad de armonizar los términos previstos por los arts. 190 y 191 de
la ley de rito.
Cabe mencionar que, si bien el síndico tiene las atribuciones que le da la ley
respecto de la posibilidad de seleccionar al personal, el contralor de la
regularidad y legalidad de las resoluciones está a cargo del juez. Esto tiende a
preservar el derecho del trabajador respecto de un despido ilegítimo, dándole
posibilidad de recurrir al tribunal, a fin de ser revisada tal decisión.
A continuación, el art. 198 nos habla de la responsabilidad por prestaciones
futuras: bajo esta denominación se engloban varios conceptos. El primero de
ellos se refiere a que las remuneraciones que se devenguen al personal, con
motivo de la continuación del contrato de trabajo, deben ser pagadas en
término por el concurso y gozarán del privilegio que le otorga el art. 240, o sea,
gastos de conservación y justicia.
Además, agrega que para el supuesto de cierre posterior o cesación del
dependiente por despido, por parte del síndico, siguen gozando de ese carácter
y privilegio, tanto el incremento de las indemnizaciones por preaviso y despido
durante la continuación de la empresa, ello sin que implique pérdida del
derecho a verificación de lo devengado con anterioridad a la quiebra.
Esta estabilidad posquiebra, como la denomina Rubín (23) , tiene un límite
en las necesidades de la explotación que encarará el síndico. Esto es así, ya
que si se previera de otra forma, no se podría hacer frente a continuaciones
parciales o redimensionamientos empresarios.
Siguiendo con el articulado en análisis, la ley concursal en el art. 198 aborda
la temática referida a las obligaciones laborales que asumiría el comprador de
la empresa. En este caso existe una diferencia sustancial con la normativa
anterior, en cuanto establece que:
"En los supuestos de (...) adquisición por un tercero de ella (empresa) o de la unidad
productiva en la cual el dependiente cumple su prestación, el contrato de trabajo se
resuelve definitivamente...", y agrega que:
"...los convenios colectivos de trabajo relativos al personal que se desempeñe en el
establecimiento o empresa del fallido, se extinguen de pleno derecho respecto del
adquirente, quedando las partes habilitadas para renegociarlos...".
En tal sentido, el art. 199 expresa que el adquirente de la empresa no es
considerado sucesor del fallido y del concurso respecto de los contratos
laborales vigentes al momento de la transferencia, estableciendo
específicamente que los importes adeudados a los dependientes (por el fallido
o por el concurso), serán objeto de verificación o pago en el concurso
quedando liberado el adquirente respecto de los mismos.

5.8.2. Contratos en curso de ejecución


Con respecto a esta problemática, la ley concursal contempla su tratamiento
en caso de quiebra, en los arts. 143 y subsiguientes.
Específicamente para el caso de continuación de la explotación del ente
fallido, es de aplicación lo instituido por el art. 144, incs. 2° y 3° que dice:
"...2. Al presentar el informe del art. 190 el síndico enuncia los contratos con
prestaciones recíprocas pendientes y su opinión sobre su continuación o resolución.
3. El juez decide, el resolver acerca de la continuación de la explotación sobre la
resolución o continuación de los contratos...".
En principio, queda fuera de esta normativa toda otra fuente de obligaciones
que no sean contratos.
La ley instituye un régimen procesal especial respecto de la forma de
encauzar los mismos, ya que otorga un plazo de 10 días corridos, pasado el
cual, sin resolución al respecto, el contrato queda resuelto. Este plazo
encontraría su justificación en que:
•Debe darse una respuesta más o menos rápida al tercero contratante, ya
que estamos en el ámbito empresarial, donde la rapidez en las decisiones
es fundamental.
•La acumulación de los plazos procesales respecto del decreto de quiebra,
sumados a los de la opinión sobre la continuación, más el plazo para la
decisión del juez y finalmente los 10 días del art. 191 bajo análisis, resultan
a todas luces gravosos para el contratante in bonis, que se halla afectado
por la falencia del deudor.
Finalmente, respecto de los inmuebles, cabe hacer las siguientes
consideraciones:
•Si el locador es el fallido, la locación continúa produciendo todos sus
efectos.
•Si el fallido era locatario, se regirá por el art. 147 o el 197.
•Si el contrato es de locación de vivienda ajeno al concurso, no puede ser
mantenido.
•Cuando la locación implique negocio y vivienda, el juez será el decididor
final, conforme el art. 147, inc. 4°, de la ley de de concursos y quiebras.
Teniendo en cuenta lo normado por el art. 193, y como lo expresa, para el
supuesto de que dentro de los 30 días el síndico exprese la conveniencia de
enajenación en bloque, se mantienen los contratos de locación en las
condiciones preexistentes.

5.8.3. Atención de impuestos y cargas sociales


Un punto que no se puede dejar de considerar es el relacionado con el
cumplimiento de las obligaciones en materia impositiva y previsional,
vinculadas con la continuación de la explotación.
Máxime con la vigencia de la ley penal tributaria, ya que les incumbe a los
administradores de un ente en quiebra con continuación de la explotación la
responsabilidad total como administrador natural de un ente in bonis. Es decir,
aquí los administradores judiciales (entiéndanse síndico y coadministrador) son
personalmente responsables por las omisiones en que pudieran incurrir en esta
materia.
Existe, pues, un principio general que hace que la continuación de la
explotación deba ser tratada desde el punto de vista impositivo y previsional,
como empresa in bonis.
Sobre el particular consideramos importante mencionar los siguientes
aspectos:
1)El ente fallido con continuación debe tener identificación tributaria
manteniendo, a los efectos del IVA, la misma categoría a que pertenecía el
deudor.
2)Deben establecerse los saldos a favor, anticipos pagados, y créditos
fiscales, así como también los quebrantos impositivos que tuviere el ente a
la fecha de decreto de quiebra, a efectos de su adecuada utilización.
3)Con respecto al cierre del ejercicio económico, el mismo será fijado, según
se interpreta, a partir del decreto de la continuación, debiéndose hacerse
desde entonces las presentaciones correspondientes al impuesto al valor
agregado (mensualmente) y las referidas al impuesto a las ganancias. El
cambio de la fecha de cierre deberá ser informado al órgano fiscalizador.
4)Por las operaciones de la continuación y el patrimonio afectado al mismo,
deben cumplirse el ingreso de anticipos, presentación de información sobre
retenciones, etc.
5)Finalmente, cabe hacer un comentario respecto del impuesto al valor
agregado y es el relacionado con el crédito fiscal facturado por los
acreedores que se presentan a verificar créditos en el concurso, con
comprobantes emitidos luego del decreto de quiebra; entendemos que
dicho crédito fiscal puede ser computado como tal y deducido de las
obligaciones surgidas por débito fiscal facturado por la quiebra, con fecha
posterior al decreto de falencia.

5.8.4. Informes de la continuación


En la continuación de la explotación de una hacienda fallida los funcionarios
judiciales tienen la obligación informativa primordial que les impone, en
principio el art. 191, inc. 7°.
Al respecto, entendemos que para el caso específico del coadministrador
designado, y sin perder de vista la normativa citada a la que nos referiremos
seguidamente, debe efectuarse un primer informe (que muchas veces lo
solicita el propio tribunal) en el que deberá manifestar el estado de situación en
que halló al ente.
Posteriormente, y ahora sí en lo atinente al artículo citado, se obliga a que se
informe con la periodicidad establecida por el tribunal.
Con respecto a la obligación de información periódica entendemos que
deberá estar referida a los siguientes aspectos:
1)Actividad empresarial en curso.
2)Gestiones comerciales.
3)Gestiones sobre realización y/o liquidación de bienes.
4)Contabilidad.
5)Otros temas que resulten de interés al proceso.
5.9. El coadministrador y otras funciones conexas
Como hemos visto a lo largo del presente capítulo, la tarea primordial del
coadministrador tiende a "gerenciar" la continuación de la explotación, en forma
similar a como lo haría con una empresa no fallida y con funciones específicas
emanadas del órgano jurisdiccional.
Sin embargo, existen situaciones del propio proceso liquidatorio
—que leson particulares— y que entendemos pueden ser asumidas por este
funcionario, a pesar de que no resulten específicamente asignadas por la ley
falencial. En ese orden de ideas, y a modo de ejemplo, podemos citar:
•Administrar los bienes incautados: aunque no estuviesen afectados a la
continuación de la explotación y por razones de eficiencia, cabe que el
propio administrador pueda también ocuparse de algunas cuestiones
estricta y directamente relacionadas con la continuación. Por ejemplo, con
otros bienes no afectados, si existen distintos establecimientos en los que
se encuentra personal de vigilancia en relación de dependencia, no tendría
sentido que la liquidación de los sueldos y cargas sociales del personal
afectado a la explotación se haga en forma separada de las liquidaciones
para el personal no afectado a la misma, es decir, en este caso sería
aconsejable liquidar los sueldos en su totalidad en forma unificada.
•Realización de la empresa en marcha: es conveniente la participación del
coadministrador en el proceso de realización de losbienes, ya que durante
el mismo se suscitan una cantidad de cuestiones, tales como: transferencia
de obligaciones contractuales con el personal, de los bienes de cambio,
coordinación de visitas con los posibles adquirentes, atención de
problemas impositivos por la venta, etc., que a su vez se hallan
relacionadas con la propia actividad de la continuación de la explotación.
•Actividad informativa: como ya se ha dicho, existe toda una tarea informativa
periódica, que la ley pone en cabeza de los funcionarios judiciales, en
primer lugar en el síndico pero por extensión también en el
coadministrador.
Algunas otras actividades menores, que se pueden mencionar —sin
pretender agotarlas— sobre la base de nuestra experiencia, son las siguientes:
•gestiones relacionadas con la rehabilitación de la planta, básicamente en lo
que hace a servicios, si hubiesen sido interrumpidos;
•movimientos de fondos y contabilidad general;
•firma de contratos de locación, explotación, etc.;
•definición del nivel de operatividad;
•contratación y vigencia de seguros;
•forma en que determinaron el valor de los bienes de cambio;
•contratación del personal y documentación laboral;
•cumplimiento de obligaciones impositivas y de cargas sociales;
•gestión de cobro de créditos;
•restitución de bienes.

5.10. Armonización de normas relacionadas con las funciones desarrolladas


y la retribución
Como hemos podido observar a través de los diversos temas abordados, el
coadministrador en la quiebra con continuación de la explotación posee
algunas tareas específicas que le son asignadas por la ley y otras que son
definidas por el juez al momento de su nombramiento, por aplicación del
principio de economía procesal, lo que, en definitiva, determina que su ámbito
de actuación abarque un amplio espectro de actividades en su desempeño.
Teniendo esto en consideración creemos necesario referirnos, por tanto, al
modo en que estas funciones y tareas serán remuneradas.
El art. 259 de la ley concursal prevé que "...los coadministradores pueden
actuar en los casos señalados en los arts. 192 a 199...". La expresión "pueden"
estaría implicando que no son ésas las únicas funciones que pueden
desempeñar.
En los arts. 269 y 270, se contempla el modo y oportunidad en que deben ser
regulados los honorarios del síndico y del coadministrador, con fundamento en
la continuación de la empresa.
Se fija, en tal caso, que la base regulatoria habrá de vincularse —en principio
— con el resultado neto obtenido de la explotación, o bien, a través de una
suma determinada, sin depender de ese resultado, pero sin participar de lo
producido por los bienes.
Es obvio que ambas disposiciones consultan adecuadamente los principios
generales del derecho, que reconocen la onerosidad de cualquier actividad
prestada útilmente y el resguardo constitucional del derecho de propiedad de
quien ha prestado un servicio a ser retribuido de manera justa y equitativa.

10. LIQUIDADOR JUDICIAL (LEY DE SOCIEDADES)


Previamente al desarrollo de este punto debemos clarificar los siguientes
conceptos:
1)Que la "liquidación judicial" no es un instituto autónomo en sí mismo, sino
que siempre deviene como consecuencia de un proceso previo de
intervención judicial y/o por las mismas causales que determinan la
disolución de una sociedad conforme al art. 94 de la Ley de Sociedades
Comerciales; siendo que por alguna causa han terminado en los estrados
judiciales, aplicándose por analogía lo legislado para el caso de liquidación
que se encuentra normado en los arts. 101 a 112 de la ley citada.
2)Que la medida en el ámbito judicial la puedan solicitar los mismos socios o
algún ente de contralor, como es el caso de la Inspección General de
Justicia.
Al respecto, y abonando lo dicho cabe referir los siguientes conceptos
mencionados oportunamente por la jurisprudencia:
I.En nuestro derecho no existe la liquidación judicial de las sociedades
anónimas, salvo en el caso de quiebra. El proceso liquidatorio por
liquidación de la sociedad es siempre privado, con excepción de los
supuestos de liquidación administrativa (bancos, entidades financieras,
seguros). La intervención judicial sólo procede en el caso de controversia
entre los socios o crisis de los órganos de gobierno y administración de la
sociedad.
II.La Inspección General de Justicia puede ejercer sus funciones de
fiscalización cuando lo considere necesario, según resolución fundada, en
resguardo del interés público. Asimismo, puede solicitar judicialmente la
disolución y liquidación de las sociedades fiscalizadas cuando éstas se
encuentren imposibilitadas de cumplir el objeto por el cual se formaron.
Hechas estas aclaraciones previas, entraremos en el análisis de la
liquidación, la persona del liquidador y sus funciones, con fundamento en lo
establecido por la Ley de Sociedades Comerciales en los arts. 101 a 112, a
saber:
a)Personalidad: en primer lugar, el art. 101 de la Ley de Sociedades
Comerciales expresa que la sociedad en liquidación sigue conservando su
personalidad, rigiéndose por el tipo societario al que corresponde, en
cuanto sea compatible.
b)Designación del liquidador: la normativa societaria establece que la
liquidación social está a cargo del órgano de administración, salvo casos
especiales o estipulación en contrario (art. 102). Aquí entendemos que se
inserta el caso judicial, en tanto y en cuanto el órgano de administración
haya sido desplazado.
c)Inscripción: la norma del mismo artículo establece que el nombramiento
debe inscribirse en el Registro Público de Comercio.

10.1. Obligaciones del liquidador

10.1.1. Inventario y balance


Conforme lo establece el art. 103, los liquidadores están obligados a
confeccionar, dentro de los 30 días de asumido el cargo, un inventario y
balance del patrimonio social que pondrán a disposición de los socios; este
plazo es extendible por mayoría hasta 120 días.
Por su parte, cabe aclarar que el incumplimiento de la presente obligación
abre la posibilidad de la remoción, haciéndole perder al liquidador el derecho a
remuneración, así como lo hace pasible de la responsabilidad emergente por
daños y perjuicios que se pudieren generar.

10.1.2. Información periódica


Conforme lo preceptuado por el art. 104 de la normativa bajo análisis, el o los
liquidadores tienen la obligación de informar, al menos trimestralmente, sobre
el estado de la liquidación. Para el caso de que la liquidación se prorrogare en
el tiempo, deberán confeccionarse balances anuales.
En el caso de la liquidación judicial, será el propio magistrado el que
establecerá la periodicidad con que el funcionario designado deberá informar al
tribunal, así como que todas las presentaciones necesarias deberán ser
efectuadas directamente en el expediente judicial.

10.1.3. Facultades, obligaciones y responsabilidades


El art. 105 de la Ley de Sociedades establece que los liquidadores ejercen la
representación de la sociedad y están facultados para celebrar todos los actos
necesarios para la realización del activo y cancelación del pasivo, debiendo
actuar con el aditamento "en liquidación" al utilizar el nombre de la sociedad.
La normativa establece que se hallan sujetos a las instrucciones de los
socios, pero en el caso del liquidador judicial, éste debe ceñirse —como se ha
dicho— estrictamente a las facultades establecidas por el tribunal en el auto de
designación.
Finalmente, cabe advertir que las obligaciones y responsabilidades de los
liquidadores se rigen por las disposiciones establecidas para los
administradores (art. 108 de la Ley de Sociedades).

10.1.4. Balance final y distribución


El art. 109 establece que una vez extinguido el pasivo social, el liquidador
deberá confeccionar un balance final y proyecto de distribución,
reembolsándole las partes del capital y, salvo disposición contraria del contrato,
el excedente se distribuirá en proporción a la participación de cada socio en las
ganancias.
Asimismo, el art. 110 establece que una vez confeccionados el balance final
y el proyecto de distribución suscripto por los liquidadores, podrán ser
impugnados en el término de quince días.
Por su parte, el balance final y el proyecto de distribución aprobados se
agregarán al legajo de la sociedad en el Registro Público de Comercio,
procediéndose a continuación a su ejecución. Los beneficiarios tienen 90 días,
a partir de la presentación de tales documentos, para reclamar sus importes,
transcurridos los cuales se depositarán en un banco oficial a disposición de los
titulares. Si transcurrieran tres años sin que los mismos fueran reclamados, se
atribuirán a la autoridad escolar de la jurisdicción respectiva.
Una vez concluida la liquidación, y tal lo reglado por el art. 112, se cancelará
la inscripción del contrato social en el Registro Público de Comercio. En lo
referente a los papeles y libros sociales, en caso de no existir acuerdo entre los
socios, el juez decidirá quién los conservará. Entendemos que para el caso de
la liquidación judicial, dichos elementos deberían ser mantenidos en poder del
funcionario judicial, sin perjuicio de que la resolución final que dicta al respecto
el magistrado podrá disponer un destino diferente.
OTROS DESEMPEÑOS TRADICIONALES DEL CONTADOR PÚBLICO

A. LA LIQUIDACIÓN DE AVERÍAS Y SINIESTROS

Elmo A. Orellana

1. ANTECEDENTES HISTÓRICOS

1.1. De la antigüedad
Boccardo (1) en su libro " Historia del comercio" nos informa que hasta el
siglo XII (aproximadamente en el año 1100 d.C.) el único territorio conocido
para la navegación marítima lo constituía el mar Mediterráneo y fracciones del
Adriático y el Egeo. Esencial fue el descubrimiento de la brújula originalmente
utilizada en la China. En forma contemporánea, con el empleo de la brújula se
produjeron las Cruzadas, que originaron una gigantesca migración hacia el
Cercano Oriente. Además del avance de la fe religiosa, tal movimiento generó
el progreso del comercio. En tal sentido, el gran medio de transporte lo
constituyó la navegación marítima. Así se impusieron en la región "los usos,
costumbres, las leyes y hasta el peculiar lenguaje de los marinos y
mercaderes", creándose reglas e instituciones que habrían de perdurar en los
tiempos por venir. Citaremos a renglón seguido unos pocos ejemplos
vinculados con el tema. Uno de ellos era laencomienda, contrato mediante el
cual una persona entregaba una suma de dinero o mercancías a un mercader a
punto de iniciar un viaje o al capitán de la nave, a quienes se les
encomendabasu negociación o cambio. Al regreso se liquidaba la "comenda" y
se abonaba una comisión o participación en las ganancias al intermediario.
Durante las Cruzadas aparece un contrato similar, denominado depacotilla, de
menor entidad que la encomienda. Tales modalidades, según se decía a la
sazón, eran provocadas por la prohibición de la Iglesia del préstamo con
intereses.
Lo más importante de la época fue la aparición del crédito y el proceso de
sedentarización de los mercaderes, que operan desde una base y no viajan ya
con sus mercancías. De tal forma, tanto en las ferias como en las ciudades
comerciales aparecen los contratos por correspondencia y los contratos de
comisión entre mercaderes de distintas plazas. El instrumento usado fue
la letra de cambio . Todavía se discuten los orígenes de este documento,
aunque su mecánica es simple: una persona, con domicilio en el lugar, invita a
otra, residente en otro lugar, a pagar una suma de dinero a la persona que se
indica en el documento o a quien ésta indicare por vía de endoso (contrato de
cambio).
Un caso distinto era el del contrato a la gruesa también llamado préstamo a
riesgomarítimo por el cual una persona presta a otra cierta cantidad sobre
objetos sometidos a dicho riesgo. Existía una condición en el evento de pérdida
de dichos objetos en la empresa, en cuyo caso el acreedor perdía la suma
prestada. Llegando a buen puerto, por el contrario, debía abonar el deudor la
suma original con más un premio . Luego, la letra de cambio habría de
aumentar la seguridad tan necesaria en la época.
Sin embargo, de mayor antigüedad que la letra de cambio, es el contrato de
cambio marítimo o préstamo a la gruesa , efectuado sobre objetos sometidos a
los riesgos propios del mar. Se pactaba que si las mercancías llegaban a
destino sin averías el mutuante percibiría el capital más una suma de dinero
por el riesgo asumido. Por el contrario, si sufrían daño no se le podía reclamar
más que el valor residual de los bienes, valuados en el momento de "liquidarse
el daño y reconocerse ".
Durante el Medioevo se le llamó préstamo a la "grosse aventure". El contrato
a la gruesa decayó al introducirse poco más tarde otro de similar objeto pero
más ventajoso, tanto para los navegantes como para los mercaderes
cargadores. Se trata de los seguros marítimos, de los terrestres y los que
cubren riesgos sobre la vida de las personas.

1.2. Antecedentes virreinales: Las Ordenanzas de Bilbao


Las citadas Ordenanzas fueron dictadas a fines del siglo XIV para la villa
vizcaína de Bilbao, y habrían de sobrevivir hasta la formación de los gobiernos
patrios. Fueron dictadas, en su origen, por los Reyes Católicos, y actualizadas
en varias ocasiones. Las aplicadas en el Río de la Plata corresponden al
ordenamiento dispuesto por Felipe V en 1731.
Creado el Virreinato del Río de la Plata en 1776 y a poco andar, el Real
Consulado de Comercio de Buenos Aires en 1794, el gobierno español
— en su apuro— no procedió a dictar una ordenanza específica destinada al
funcionamiento del tribunal comercial de aquella jurisdicción. Dispuso en
subsidio que hasta tanto las mismas se dictaran, se apliquen en el Río de la
Plata aquellas que reglaban el funcionamiento mercantil de la portuaria Villa de
Bilbao. Legislaban con claridad, cuanto se relacionara con la actividad
mercantil, entre los que ocupaba sustancial lugar el tráfico marítimo.
Éstas, nuestro primer Código de Comercio, traía los "Capítulos XX: De las
averías ordinarias, gruesas y simples y sus diferencias " y el "Capítulo XXI - De
la forma de contar y reglar la avería gruesa ".
¿Quiénes eran los encargados de efectuar la cuantificación de los daños, por
ejemplo, en el caso de avería gruesa, y la asignación a cada interés sometido a
los riesgos del mar (buque, carga y flete)? Eran aquellos comerciantes "duchos
en cuentas y de caudal conocido ", ya que como Consiliarios integraban las
listas de peritos en el Real Consulado de Buenos Aires. Sin duda alguna eran
nuestros antecesores en el trabajo contable. Esta modalidad habría de
mantenerse hasta el dictado de nuestro primer Código de Comercio en 1862.

1.3. Antecedentes argentinos


Muchas de las incumbencias son de vieja data. Así, el Primer Congreso de
Contadores de 1905 trató el tema "5) Liquidación de seguros y averías..." . La
normativa vigente, la ley 20.488, establece: (art. 13, inc. a): "En materia
económica contable, cuando los dictámenessirvan a fines judiciales,
administrativos o están destinados a hacer fe pública: (actividad profesional
extrajudicial)" . En el apartado donde se definen las incumbencias como
auxiliares de la Justicia, encontramos: (art. 13, inc. b) "En materia judicial para
la producción y firmas de dictámenes relacionados con las siguientes
cuestiones [...].Liquidación de averías".

Otras normas aplicables


•La ley 20.094, Ley de Navegación, sancionada y promulgada el 15 de enero
de 1973, (BO 2/3/73) dicta importantes disposiciones sobre el tema. El
perito debe conocer adecuadamente sus normas para emitir su dictamen y
conclusiones.
•Las Reglas de York Amberes (1950): se aplican en la República conforme lo
dispuesto por la ley 20.094. Estas normas internacionalmente aplicadas,
están conformadas por siete reglas alfabéticas y veintidós reglas
numéricas. De entre ellas, las aplicables a las averías gruesas, las tipifican
diciendo que:
"Existe avería gruesa o común cuando intencional y razonablemente se efectúa
un sacrificio extraordinario como medio de seguridad común y con el fin de
preservar de un peligro a los bienes comprometidos en una aventura marítima
corriente...".
•Como vemos, se trata de un acto voluntario e intencional,decidido por
autoridad competente —el capitán del buque o persona que lo reemplace
— que importe sacrificio para el buque o la carga que transporta.
•El Reginave (Régimen para la Navegación), compuesto por disposiciones
administrativas, procesales, etc., derivadas de la Ley de Navegación.
Los gastos incurridos o daños causados deben realizarse en aras del interés
común y deben ser "extraordinarios y razonables" y, por supuesto, de utilidad
para toda la expedición. Además, el peligro que se pretende evitar debe ser
presumiblemente grave. La Ley de Navegación en sus artículos 403 y 407
dispone lo antedicho como normas obligatorias de aplicación.

2. AVERÍAS. SU CLASIFICACIÓN
Las averías se clasifican en dos grandes grupos: simples y gruesas.

2.1. Avería simple


Las averías simples incluyen los daños puramente accidentales y también los
gastos de ellos derivados. Todos se habrán realizado en virtud de hechos que
no se efectuaron en beneficio de los integrantes de la aventura marítima
(buque, carga y flete).

2.2. Avería gruesa


Contrariamente, se denominan averías gruesas a todos los daños o gastos
cuya naturaleza se relaciona con el interés común. Estos últimos tienen una
directa vinculación con los integrantes de la expedición y se trata de
erogaciones de orden extraordinario y voluntarias. Un claro ejemplo del tema lo
desarrolla Brown (2) cuando nos comenta:
"La avería común es la pérdida parcial, deliberada, a fin de salvar los intereses
que integran la aventura de una pérdida total. La avería común puede, desde
luego, ser una pérdida total de un interés, pero ello es sólo una pérdida parcial del
conjunto".
Seguidamente, nos entrega un sencillo ejemplo:
"(...) una pequeña barcaza valuada en 100 libras, transporta diez cajones
valuados en 10 libras cada uno, a través de una bahía de aguas tranquilas. Una
tormenta encrespa el agua amenazando hacer zozobrar la barcaza. Esto se evita
echando al agua uno de los cajones. Ello configura un acto de avería gruesa o
común y todos los intereses salvados deben contribuir a la pérdida de las 10
libras. De ahí que el valor total del buque, o sea 100 libras y los nueve cajones
restantes (en total 190 Libras) deben contribuir a dicha pérdida. Como el dueño
del cajón sacrificado recibe contribuciones de los demás interesados (que es lo
que se denomina bonificación), las 10 libras así bonificadas, también deben
contribuir. Por lo tanto el valor contribuyente total será de 200 libras".
En el caso de las simples, el importe de la avería es soportado por el dueño
de la cosa que ocasiona el gasto o recibe el daño. En cambio, las averías
gruesas son las pérdidas extraordinarias (daños o gastos) que afectan a la
totalidad de los integrantes en la navegación, los que como vimos son el
buque, la carga y el flete a los que implica en su conjunto y entre los cuales
deben repartirse proporcionalmente.

2.3. Averías daños


Son las pérdidas o deterioros extraordinarios del buque o de la carga,
producidos en las condiciones en que se comentaron como un hecho
intencional para la salvación de todos sus integrantes. Veamos algunos
ejemplos:
•Echazón: es el hecho de arrojar elementos o mercaderías al agua.
•Extinción de incendio: daños causados por el agua o cualquier otro
elemento con el fin de extinguir un incendio. No se considera avería gruesa
el daño que resulta del incendio mismo.
•Varadura de máquinas: la varadura o encalladura del buque se realiza en
forma intencional por razones de seguridad común.
•Forzamiento de máquinas: sólo es avería gruesa si se forzara la máquina
para zafar de una varadura, nunca si el buque se encuentra a flote.

2.4. Averías gastos


Conforme las Reglas de York Amberes, los gastos indirectos que demande la
expedición y que se originaren en la emergencia proveniente de una avería
gruesa, deben considerarse formando parte de la misma y en consecuencia
deberán incluirse como formando parte de su liquidación, siempre que se
realizaren para la seguridad común en un puerto distinto del de destino.
Seguidamente enumeraremos a título de ejemplo algunos gastos de esta
naturaleza:
•Gastos de Arribada Forzosa, como se designa a la necesidad de ingresar en
un puerto distinto al de su destino e incluye los gastos portuarios derivados
de ella.
•Gastos de desencallar el barco.
•Rescate de tripulantes, de la carga o del buque.
•Gastos de alijo o trasbordo.
•Gastos administrativos, fiscales y consulares necesarios o indispensables
en el puerto de arribo, honorarios de prácticos y peritos navales, lanchaje,
etc.

3. PROCEDIMIENTO PARA SU LIQUIDACIÓN


Si durante el viaje se genera un sacrificio o gasto que reúna o cumpla las
condiciones de avería gruesa, es menester proceder a los trabajos necesarios
para determinar la proporción que a cada integrante le compete. Para ello se
hace necesario determinar la cuant ía, negativa o positiva, que a cada uno le
corresponde.
Además, cabe suscribirse "el compromiso de avería" y las fianzas pertinentes
que garanticen el crédito posterior una vez cuantificado. A falta de compromiso
de avería gruesa, si éste no fuera suscripto por las partes, cualquier interesado
puede recurrir a las instancias judiciales competentes.
Establecido el carácter de avería gruesa, la liquidación deberá hacerse por
peritos liquidadores propuestos por las partes o designados de oficio por el
juez.

3.1. Proceso judicial


En este terreno podemos encontrarnos ante diversas situaciones, tales
como:
a)Impugnación de la liquidación: si alguna de las partes interesadas no ha
percibido dentro de los cuatro años posteriores a la fecha de la firma del
documento del reconocimiento de la liquidación o el cálculo de una nueva.
b)Cuando se firmó un compromiso de avería y no se practicó la liquidación
correspondiente: en tal caso, cualquier interesado puede en esta
eventualidad, siempre dentro del plazo de cuatro años, pedir la práctica de
la liquidación omitida.
d)Falta de liquidación: en el caso de que, habiéndose suscripto el
compromiso, no se haya practicado la liquidación, cualquiera de los
interesados podrá reclamar judicialmente, dentro del plazo de prescripción
de cuatro años que se proceda a practicarla.
e)La sentencia dictada en este caso tiene valor de cosa juzgada con relación
a todos los interesados en la emergencia.
f)Finalmente, para la eventual omisión de firma del compromiso de avería,
cualquiera de los interesados en la expedición, dentro del plazo de diez
días, podrá reclamar su parte si la carga aún permanece en depósito. Este
plazo se reduce a dos días si la mercadería ha sido retirada (art. 580 de la
Ley Nacional de Navegación).

3.2. Proceso extrajudicial


Llegado el buque al puerto de destino, el Capitán debe requerir a los
obligados a contribuir, la firma del "compromiso de avería", por el cual las
partes designan al liquidador, obligándose los cargadores o consignatarios a
pagar la cuota que resulte de la liquidación. La liquidación del perito entonces
designado tiene las mismas formalidades del designado judicialmente.
3.3. Lugar en que debe practicarse la liquidación
La fijación del lugar reviste importancia porque el régimen aplicable a las
averías gruesas será el contenido en la ley vigente en el Estado en cuyo puerto
se practique la liquidación y prorrateo.
La Ley de Navegación de nuestro país no impone un lugar en el que deba
practicarse la liquidación, de manera que las partes tienen plena libertad al
respecto. Sin embargo, deberá hacerse en Argentina, para el caso que la
avería gruesa se produzca, o el viaje finalice, en un puerto nacional.

3.4. La liquidación de las averías


El objeto de la liquidación de la avería gruesa consiste en determinar la
contribución de cada uno de los elementos integrantes de la aventura marítima.
Tal liquidación consta de varias etapas.
Comienza haciéndose una exposición resumida de los hechos que
provocaron la avería gruesa y su calificación. Se procede luego a formar
la masa acreedora , que consiste en la suma de los valores que deben
resarcirse a los afectados, o si se prefiere el conjunto de créditos que
representan los daños y gastos sufridos (Regla XVIII). Por su parte, la masa
deudora es la suma total de los valores contribuyentes.
A continuación, se obtiene un cociente porcentual al relacionar ambas
masas, que aplicado sobre cada uno de los valores de la masa deudora da por
resultado el monto de contribución del buque, del flete y de la carga
respectivamente.
El valor de la carga que se ha perdido o dañado será la pérdida sufrida por el
propietario de la mercadería, tomándose por base el precio del documento o la
factura comercial. La pérdida que se admitirá en avería gruesa será la
diferencia entre el producto neto de la venta y el valor neto de la mercancía en
estado sano (Regla XVI).
La masa deudora se constituye con los valores de los elementos que forman
la aventura marítima es decir, el buque, el flete y la carga. Dice el artículo 405
de la Ley de Navegación Argentina: "todos los contribuyentes están obligados
a remitir al liquidador de averías designado, la documentación que justifique el
valor de la mercadería respectiva. En caso de no hacerlo, responden por el
daño emergente ".
El buque contribuye según su valor de tasación, en el estado en que se
encuentre, al llegar al puerto de arribo. De este valor deben restarse el costo de
las reparaciones originadas en el acto de avería.
La carga participa, como hemos dicho precedentemente, pero ésta incluye el
costo del seguro y el flete, a menos que éste no se halle a riesgo del propietario
de la mercadería. Son deducidos los derechos de importación de las averías
que el propietario de la mercadería hubiera realizado, para alcanzar ese valor
contribuyente.
El flete concurre con el valor acordado entre el transportador y el cargador. El
flete contribuye a la avería gruesa solamente cuando está a riesgo del
transportador y es ganado efectivamente o bonificado como avería gruesa.
La determinación de la contribución, una vez determinada la cuantía de las
masas acreedora y deudora, surge de relacionarlas y obtener un porcentaje.
Conocido éste, será aplicado sobre cada uno de los integrantes de la masa
deudora. Así llegamos a las contribuciones imputables a cada uno de los
factores responsables.
Prescripción: las averías gruesas prescriben en un año, contado desde la
finalización de la descarga en el puerto en el que finalizara el viaje. En el
supuesto caso de haberse firmado el "compromiso de avería" la prescripción
será factible en el término de cuatro años.
La acción ejecutiva antes comentada prescribe al año, contado desde el
reconocimiento efectuado por las partes o por ausencia del compromiso.
De mediar compromiso de avería firmado: la prescripción opera en el término
de cuatro años, contados desde la fecha de firma del compromiso.

4. FUNCIONES DE LOS CONTADORES PÚBLICOS EN LAS AVERÍAS


Tal incumbencia está determinada con plena claridad en la ley nacional que
determina las incumbencias de los Contadores Públicos. Esto, en forma alguna
debe entenderse como exclusiva de los Contadores Públicos. Nos
encontramos frente a uno de los casos típicos donde se hace necesario y
aconsejable trabajar en forma interdisciplinaria, es decir, con profesionales de
otras especialidades sin cuya intervención previa se nos haría imposible lograr:
1.la cuantificación monetaria de los daños y
2.la correcta y adecuada distribución para el posterior dictamen.
Repetimos, en consecuencia, textualmente, la Ley Nacional 20.488 (B.O.
23/07/73) que en su artículo 13 determina las incumbencias de los contadores
públicos en la materia, al referirse a la valoración y dictámenes vinculados con
averías marítimas y siniestros.
En otros aspectos de las incumbencias profesionales, se señala sobre el
tema que comentamos, diciendo:"cuando los dictámenes sirvan a fines
judiciales, administrativos o estén destinados a hacer "fe pública" en relación
con los siguientes temas: Liquidación de averías, agregando b) en materia
judicial para la producción y firma de dictámenes relacionados con las
siguientes cuestiones: 2. En las Liquidaciones de averías y siniestros y en las
cuestiones relacionadas con los transportes en general para realizar los
cálculos y distribución correspondiente"(Ley 20.488, artículo 13).
Particularmente, en casos de índole judicial para los supuestos que
comentamos, la norma es de claridad meridiana, pues le exige al perito
contador la emisión de un "dictamen", es decir, una opinión técnica
debidamente fundada y cuantificada conforme las normas propias de la
profesión.
Registros obligatorios: fijados por la ley en sus normas administrativas (arts.
83/88, ley 20.964) a los registros y documentación que deben tener a bordo, los
buques dedicados al transporte de cargas o personas, son —como mínimo—
los que detallamos:
•Libro de Rol (art. 85): se trata de un Libro de personal, donde constarán las
contrataciones con ellos efectuadas, detallando: datos personales,
duración del contrato, remuneraciones, etc.
•Diario de navegación: deberá registrarse con todo detalle las novedades de
importancia que en forma cronológica acontezcan.
Estos dos registros serán encuadernados, foliados, rubricados y sellados
hoja por hoja, por la autoridad marítima. Se llevarán sin interlineaciones,
raspaduras ni enmiendas (art. 84, ley 20.694).
Parte obligatoria de la revisión que debe realizar el Perito Contador se detalla
en el capítulo de la ley que fija las Normas Procesales pertinentes (arts. 515 al
596).
Ley aplicable en la liquidación (art. 607 de la ley): salvo convención en
contrario, se aplicará la ley de la nacionalidad del buque para efectuar la
liquidación y prorrateo de la avería común. En cambio para las averías simples
o particulares se rige por la ley de su nacionalidad (art. 608 de la ley).

5. PERICIA SOBRE AVERÍA GRUESA

5.1. Papeles de trabajo del perito contador


Antecedentes: el buque "SANTA ELENA" de bandera argentina (fletado por
dos cargadores), zarpó del puerto de Río Gallegos con destino al de la Ciudad
Autónoma de Buenos Aires, el día 3 de junio de 2012 a las 9 hs.
Sobre el fin del viaje a las 21:30 hs. del 12 de junio a la altura de Puerto de
Ensenada (Buenos Aires), debido a las fuertes lluvias y a los vientos
huracanados, el capitán Don Pascual Cuomo, previa consulta con sus oficiales
y asentar constancias en el Diario de Navegación del buque, ordenó disminuir
la velocidad para luego detener las máquinas e intentar efectuar un anclaje.
El impulso que llevaba el buque provocó que al intentar hacerlo, ello resultara
imposible y las 21:30 hs. impactó el buque con un montículo rocoso no visible
desde a bordo. Dicho choque produjo la rotura del casco con entrada de agua
(avería simple). Ante semejante emergencia, el capitán consultó con sus
oficiales y decidió:
a. Encallar la nave (varadura intencional)
b. Echar al mar mercaderías de ambos cargadores (echazón).
c. Arribar a puerto remolcado por otra embarcación de Prefectura (arribada
forzosa), más gastos necesarios.
Dichas erogaciones deben considerarse como avería gruesa.
El 13 de junio el capitán Pascual Cuomo efectuó la correspondiente "Protesta
de Mar" ante las autoridades competentes del puerto antes indicado. Para
mejor proveer, se designó al perito naval Gustavo Pérez, quien dictaminó que
el accidente es propio de los riesgos de la navegación; dictamen aceptado por
las partes, suscribiéndose el pertinente compromiso de avería.
Al poco tiempo, la empresa armadora inició acción judicial a efectos que se
proceda a la liquidación de avería gruesa. El juez actuante designó para ello al
perito contador actuante, a efectos del cálculo, distribución y dictamen
correspondiente.
El Juzgado Federal competente, previo sorteo designa para la realización de
la pericia y emisión del dictamen de rigor al Contador Público N.N. para realizar
la pericia y liquidación de práctica. Plazo para presentación de la pericia:
quince días posteriores a la finalización de las pericias técnicas a realizar por
los peritos navales que intervienen.

5.2. Caso práctico de liquidación de avería gruesa


Cálculos del perito contador (papeles de trabajo)
Daños al buque
S/ documentos presentados por la empresa armadora $ 1.100.000
a. Avería simple por rotura accidental del casco $ 600.000
b. Avería gruesa por daños por varadura intencional + gastos $ 500.000
Daños de la mercadería — 1º cargador
S/ documentación: total de la mercadería $ 250.000
a. Avería gruesa por echazón de la mercadería $ 150.000
Daños de la mercadería — 2º cargador
S/ documentación, total de la mercadería $ 150.000
a. Avería gruesa: echazón de la mercadería $ 50.000
Flete
Retención del 50% flete: 50% Liquidar como avería gruesa $ 50.000

Datos necesarios para la liquidación


a)Formar un estado demostrativo de la Avería gruesa.
b)Determinar la masa acreedora. Daño total.
c)Formar un estado demostrativo de la cantidad de valores y bienes
afectados por la avería gruesa. Masa contribuyente que debe soportar el
costo del daño.
d)Regla de reparto proporcional. Porción de la avería gruesa que debe
soportar la masa contribuyente.
Capítulos del Informe(antecedentes)
a)Averías: se detallan.
b)El flete no corre a cargo del fletador, se considera avería gruesa a favor del
mismo (por convención internacional el 50% de fletes debe retenerse para
pagos de jornales y sueldos de la tripulación)
Cálculos previos
Para la cuenta nº 2
Cálculo del porcentaje de distribución:
Avería Común
% Distribución = x 100 =
Masa Contribuyente
(500.000 + 150.000 + 50.000)
= x 100 =
6.500.000 + 100.000 + 400.000
700.000
= x 100 = 10%
7.000.000
Aplicación (importes en pesos):
Buque 6.500.000 * 10% = 650.000
Flete 100.000 * 10% = 10.000
Carga 400.000 * 10% = 40.000
Total   700.000
Para la cuenta nº 3
Prorrateo de la carga
Número a prorratear: $ 40.000
(40.000 x 250.000)
Cargador Nº 1 = $ 25.000
400.000
(40.000 x 150.000)
Cargador Nº 2 = $ 15.000
400.000

PERITO CONTADOR PRESENTA INFORME


Sr. Juez Federal:
N.N., contador público, con domicilio constituido en la calle Sarandí 78 -
Planta Baja "B" de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, designado perito
contador en los autos del rubro, "Lapache S.A. c. Cía. de Seguros La Fueguina
S.A. Expte 17641, s/ liquidación avería gruesa" tramitado por el juzgado a
cargo de V.S. comparece y expone:
Que el trabajo encomendado por V.S. está constituido por el cálculo,
distribución y dictamen de la avería gruesa que V.S. me asignara, conforme a
los antecedentes obrantes en el expediente, cuyas conclusiones seguidamente
se exponen:
1)Con fecha 3 de junio 2012, zarpó de la Ciudad de Río Gallegos (Santa
Cruz) el Buque de bandera argentina "SANTA ELENA" con destino al
puerto de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
2)El día 12 del mismo mes que zarpó, a las 22 hs., a la altura del puerto de
Ensenada (Buenos Aires) se presentaron muy serios inconvenientes de
tipo meteorológico y provocaron que el capitán Pascual Cuomo, ordene
parar las máquinas para luego anclar.
3)Debido al accidente sufrido, el capitán ordenó, previa consulta con sus
oficiales encallar la nave, echar mercaderías de ambos cargadores al mar
y finalmente arribar al puerto con la ayuda de la Prefectura Naval
Argentina.
6)El capitán presentó la correspondiente "Protesta de Mar" ante las
autoridades portuarias competentes.
7)De común acuerdo de las partes se designó a los peritos navales Santiago
Pachao y Nicolás Moreno a efectos de realizar la pericia técnica.
8)Se informa que de acuerdo a la incumbencia que me otorga la ley Nacional
20.488, vengo a presentar el informe y dictamen a V.S. sobre la liquidación
de las averías referidas que acompañan al presente y que V.S., apreciará.
11)Que he compulsado el certificado de matrícula nacional, el libro de rol, los
certificados de arqueo, seguridad y francobordo, la documentación
sanitaria del personal embarcado, el Libro Diario de Navegación y el Diario
de Máquinas, que cumplen con las formalidades del la ley 20.094 que
regula los derechos de navegación, junto con toda la demás
documentación necesaria para emitir opinión.
12)A renglón seguido adjunto las Cuentas que cuantifican la Liquidación
dispuesta por V.S.
Cuenta nº 1 — Determinación de la masa acreedora;
Cuenta nº 2 - Cálculo de la masa contribuyente y contribución de la carga;
Cuenta nº 3 — Liquidación y balance final, las que se detallan en su
aplicación pertinente.
Como resumen final a V.S. informo que:
La avería gruesa que totaliza $ 700.000 deberá ser soportada por el buque: $
650.000 más la proporción que corresponde por el flete $ 10.000. Suma total
que asciende a $ 660.000; por la carga: la proporción que le corresponde al
Cargador nº 1 asciende a $ 25.000 y al cargador nº 2
$ 15.000; dicha suma cancela el crédito a favor del buque averiado de
$ 40.000.
Quien suscribe deja constancia de que se aplicaron para la presente
liquidación las normativas vigentes con el apoyo de las Reglas de York-
Amberes y la Ley Nacional de Navegación y disposiciones reglamentarias de la
misma.
Solicito a V.S. tenga a bien considerarme expedido en este caso y determine
los honorarios profesionales de rigor.
Proveer V.S. de conformidad Será justicia
N.N.
CONTADOR PÚBLICO
MATRÍCULA CPCECABA
TOMO 550 — FOLIO 4235
Cuenta nº 1 — Determinación de la masa acreedora. Autos SANTA ELENA
Detalle Averías Avería Avería
(todos los importes en pesos) Simple Gruesa
Buque      
Monto total 550.000 150.000 400.000
Más:      
Gastos reparación emergencia 40.000   40.000
Lanchaje contratado 13.500   13.500
Gastos portuarios 12.500   12.500
Gastos almacenaje 12.500   12.500
Honorarios perito naval 7.500   7.500
Gastos de escribanía puerto 4.000   4.000
Otros gastos varios (s/doc.) 10.000   10.000
Total buque 650.000 150.000 500.000

       
Mercaderías      
Cargador nº 1 150.000   150.000
Cargador nº 2 50.000   50.000
Total mercaderías 200.000   200.000

       
Total 850.000 150.000 700.000

Cuenta nº 2 — Cálculo de la Masa Contribuyente y Contribución de la carga


Detalle Masa
Cuota % Cuota
(todos los importes en pesos) Contrib.
Valor del buque s/tasación 6.000.000    
Más:      
Daño que se bonifica en avería gruesa 500.000    
Subtotal 6.500.000 650.000 92,86%

       
Fletes      
Importe fletes 200.000    
Deducción 50% (100.000)    
Subtotal 100.000 10.000 1,43%

       
Carga      
Cargador nº 1      
Valor total 100.000    
Más:      
Daño que se bonifica en avería gruesa 150.000    
       
Subtotal 250.000 25.000 3,57%
       
Cargador nº 2      
Valor total 100.000    
Más:      
Daño que se bonifica en avería gruesa 50.000    
Subtotal 150.000 15.000 2,14%
Total 7.000.000 700.000 100,00%

Cuenta nº 3 —Liquidación de la contribución de la carga a la avería Gruesa


Detalle
Débito Crédito A pagar A cobrar
(todos los importes en pesos)
1. Buque        
Cuenta contribución 650.000      
Fletes        
1.1. - Cobra 10.000      
Daños y gastos avería gruesa   700.000   40.000

         
2. Carga        
Paga Cargador nº 1 25.000   25.000  
Paga Cargador nº 2 15.000   15.000  
Total 700.000 700.000 40.000 40.000

Aplicación
REGLA DE REPARTO PROPORCIONAL
Masa
Partícipes Valores de origen Por ciento
Contribuyente
S/ buque 6.500.000,00 10% 650.000,00
S/ flete 100.000,00 10% 10.000,00
S/ carga 400.000,00 10% 40.000,00
Total 7.000.000,00   700.000,00

B. LAS SUCESIONES Y LA CUENTA PARTICIONARIA

Raquel E. Rodríguez

1. SUCESIONES
La etimología de la palabra sucesión proviene del latín "successio", o
"successionis", que significa: conjunto de bienes, derechos y obligaciones
transmisibles a uno o más herederos legatarios.
En términos jurídico contables diríamos, como el Código Civil, transmisión de
derechos activos y pasivos que componen la herencia de una persona muerta
a quien lo sucede.
Los procesos sucesorios tramitan por ante el Tribunal con jurisdicción y
competencia civil, correspondiente al último domicilio del causante o "de cujus".
Los mismos pueden ser caratulados cono "PÉREZ, Juan s/ sucesión" —
"testamentaria" o "ab intestato", es decir, sin testamento, pudiendo existir
procesos parcialmente testados sobre algunos bienes (3) .
Al fallecer una persona, sus sucesores son llamados a recibir el patrimonio
que ésta poseía, creándose entre ellos y en relación con el difunto, un estado
de indivisión, período durante el cual a cada uno de los herederos les
pertenece una porción ideal, teniendo en cuenta el porcentaje que por ley o por
voluntad del testador le pudiera corresponder.
Este estado de indivisión surge como consecuencia de que el patrimonio del
causante se transmite como una universalidad, sin que opere una división
automática de los bienes.
Vélez Sarsfield entendió que el estado de indivisión hereditaria tendría una
corta duración, y debido a su transitoriedad, no lo reguló en forma integral. Sí
se ocupó, de manera sumamente detallada, de legislar sobre la división de la
herencia.

2. ELEMENTOS DE LA SUCESIÓN
•El causante, que es la persona fallecida.
•El heredero, es la persona que recibe los bienes del difunto, ya sea por
disposición legal o por voluntad del difunto.
•El patrimonio, que está compuesto por el conjunto patrimonial del difunto, el
cual será el objeto patrimonial de la transmisión, denominado herencia (4).

3. INVENTARIO Y AVALÚO DE LOS BIENES HEREDITARIOS


Por medio del inventario se determinan los bienes que integran la masa
hereditaria y las deudas que la gravan, haciéndose una enumeración y
descripción de ellos.
Confeccionado el inventario de los bienes, debe procederse a su valuación,
esto es, dar un valor determinado en dinero a cada uno de los bienes
inventariados.
En principio, deben tomarse los valores reales de los bienes al momento de
practicarse la valuación.
Sin embargo, el artículo 723 del CPCCN permite que "Si hubiere
conformidad de partes, se podrá tomar para los inmuebles la valuación fiscal y
para los títulos y acciones, la cotización del mercado de valores" .
Si se tratare de los bienes de la casa habitación del causante, la valuación
por peritos podrá ser sustituida por declaración jurada de los interesados.
El CPN dispone en el artículo 726 que "una vez aprobadas las operaciones
de inventario y avalúo, si todos los herederos estuviesen de acuerdo, podrán
formular la partición y presentarla al juez para su aprobación"(5) .
El partidor debe presentar la partición en el plazo que el juez fije.

4. PARTICIÓN
El carácter indiviso de la masa hereditaria es, por su propia naturaleza,
inestable, al igual que el condominio. Por ese motivo debe resolverse en la
división la solución final de tal estado con la adjudicación a cada heredero de
su porción correspondiente.
Por otra parte, la ley facilita el camino de la partición de los bienes, con muy
contadas excepciones(6) .
Cuando existen varios herederos, ese estado de indivisión tiene por
naturaleza carácter transitorio.
Normalmente debe terminar con la adjudicación a cada heredero de una
parte de los bienes, pero no ya una parte alícuota ideal, que la tienen desde el
momento de la muerte del causante, sino una porción concreta.
La partición es pues, el acto mediante el cual los herederos materializan la
porción ideal que en herencia les toca, transformándola en bienes concretos
sobre los cuales tienen un derecho exclusivo.
Es un acto de asignación tendiente a localizar los derechos de cuota. Antes
de dicho acto, esos derechos se traducen en una función numérica (un tercio,
un cuarto), mientras que después de él se materializan en objetos
determinados(7) .
Esta división se concreta mediante la partición de los bienes hereditarios.
Por lo tanto, al decir de Vidal Taquini, la partición es la operación técnica,
jurídica y contable que pone fin al estado de indivisión hereditaria (8) .
La partición es el acto mediante el cual normalmente ha de concluir la
comunidad hereditaria.
Por obra de ella, la cuota aritmética y abstracta que cada uno de los
coherederos tiene sobre la comunidad, ha de traducirse materialmente en
bienes determinados, sobre los cuales adquirirá derechos exclusivos.
Al respecto, la jurisprudencia ha dicho: "La indivisión hereditaria, al igual que
el condominio y toda suerte de comunidad de derechos, bienes y cosas, no es
imponible en nuestro sistema jurídico, de modo que dicha indivisión es
precaria".
"El principio es el de la división forzosa de la herencia, que puede ser pedida
en cualquier tiempo por quienes se encuentren legitimados" (9) .
Esta comunidad sucesoria finaliza con la partición y distribución.
La partición es una operación consistente en singularizar, previa
determinación (inventario) y avalúo del total de los bienes a adjudicar a cada
heredero individual en orden al alcance de su vocación sucesoria,
encontrándose sujeta a un sistema regulado por el Código Civil y también
cuando ello se ha de producir dentro de un proceso judicial por normas
adjetivas que guardan correlación con él (10) .
Es el acto mediante el cual los herederos materializan la porción ideal que en
la herencia les toca, transformándolas en bienes concretos sobre los cuales
tienen un derecho exclusivo.
Es un acto de asignación tendiente a localizar los derechos de la cuota;
antes de él, esos derechos se traducen en una fracción numérica (un tercio, un
cuarto); después de él se materializan en objetos determinados (11) .
La partición tiene las siguientes características:
a) Es obligatoria
En principio, puede ser solicitada por los interesados en cualquier momento.
Sin embargo, existen supuestos de postergación temporaria.
b) Es declarativa y no atributiva de derechos.
Para la ley, los bienes que fueron asignados a cada uno de los herederos
fueron propiedad de éstos desde la muerte del causante.
La partición es un acto declarativo por el cual se reputa que los derechos
atribuidos a cada heredero han sido recibidos directamente del causante desde
el momento de su fallecimiento.
Por lo tanto, no corresponde la rendición sobre bienes que no fueron
adjudicados al coheredero(12) .
c) El derecho a solicitar partición es imprescriptible mientras dure el estado
de indivisión.
No obstante, podría prescribir cuando la indivisión ha cesado de hecho, en
virtud de que algún heredero hubiera comenzado a poseerla de manera
exclusiva.
La partición debe respetar la igualdad que corresponde a los herederos. Esta
igualdad debe, ser cualitativa y cuantitativa.
La igualdad cualitativa se concreta mediante el respeto del derecho de todos
los herederos, sin que ninguno de ellos pueda ejercer preferencia con relación
a los otros sobre los bienes hereditarios.
La igualdad cuantitativa se produce por la coincidencia que debe existir entre
la porción ideal de cada heredero y la cantidad de bienes que recibe, cuyo valor
debe guardar con relación al total, la misma proporción que tiene su cuota
ideal.
Esto no significa que todos los herederos deban recibir bienes por un mismo
valor, ya que las porciones de los herederos pueden no coincidir entre sí. Lo
que debe suceder es que el valor recibido por cada heredero en particular
guarde la misma proporción que tenía su porción ideal (13) .
Nuestro Código, fiel a su liberalismo y a su desconfianza por toda forma de
copropiedad, establece en el artículo 3452 que todos los interesados en la
partición podrán pedirla, no obstante la prohibición del testador o cualquier
convención en contrario(14) .
El principio de la división forzosa de la herencia, si bien es bueno como
norma general, es dañino cuando se lo aplica indiscriminadamente, como lo
quiere nuestro Código.
Los bienes que integran un fondo de comercio o una fábrica, no pueden
partirse sin una grave destrucción económica que perjudica, no sólo a los
herederos, sino también a la sociedad.
Sin embargo, basta con la voluntad de un heredero, díscolo o mal avenido,
para provocar el derrumbe de la empresa(15) .
Cabe preguntarse si el acuerdo de todos los herederos para pedir la división
basta para decretarla, no obstante la voluntad del causante de mantener la
comunidad.
Pensamos que basta con dicha conformidad porque, en definitiva, se trata de
intereses y derechos que pertenecen a los herederos, y cuando todos ellos
están de acuerdo en la conveniencia de una determinada solución, no es
posible oponerse a la voluntad unánime(16) .

4.1. Formas de partición


La partición puede ser privada, judicial o mixta.

4.1.1. Privada
Según lo establece el artículo 3462 del Código Civil, "Si todos los herederos
están presentes y son capaces, la partición puede hacerse en la forma y por el
acto que por unanimidad juzguen convenientes"(17) .
En este sentido la jurisprudencia ha sostenido que: "La partición privada sólo
procede si todos los herederos están concordes en proceder de este
modo"(18) .
En cuanto a la forma de acuerdo, el artículo 1184, inciso 2° del Código Civil
se debe instrumentar en escritura pública, salvo que exista instrumento privado
presentado ante el Juez del sucesorio.
Habiendo la unanimidad que exige la ley, la partición puede hacerse de
cualquier modo, sea en especie, vendiendo los bienes, o haciendo lotes en los
que se compensen con efectivo o con créditos contra los adjudicatarios de los
bienes in natura (19) .
Tampoco será necesario el inventario y avalúo (20) .
En el primer caso, los interesados mayores de edad y capaces convienen la
forma de dividir los bienes, sin intervención judicial. En el segundo se hace
judicialmente, siguiendo el procedimiento fijado por la ley. En el último, los
coherederos convienen la forma de partición, cuya validez está sometida al
contralor judicial(21) .

4.1.2. Judicial
El artículo 3465 prevé tres casos en que la partición debe ser
ineludiblemente de forma judicial, que son los siguientes (22) :
1. El inciso 1 la exige, cuando haya menores o incapaces.
2. Cuando haya oposición de terceros con interés jurídico a la forma privada;
se entiende que los terceros aludidos son los acreedores.
3. Cuando los herederos, aunque mayores y presentes, no estén de acuerdo
en la división privada; esto como medio de garantizar el cumplimiento de
los derechos de todos los herederos.
Este tipo de partición tiene un procedimiento que incluye:
1. El inventario por el cual se establecen los bienes que existen en el acervo.
2. Tasación por la cual se determina el valor de los mismos.
3. Aprobación de la cuenta particionaria, con la cual queda extinguida la
comunidad hereditaria, pasando a ser cada heredero propietario exclusivo
de los bienes que forman su hijuela.

4.1.3. Mixta
Es aquella efectuada en forma privada, pero que debe someterse a la
aprobación judicial, y es el supuesto previsto por el artículo 3515 del Código
Civil(23) .

4.2. Inventario
Por medio del inventario se determinan los bienes que integran la masa
hereditaria y las deudas que la gravan, haciéndose una enumeración y
descripción de ellos.
Éste constituye la base de las sucesivas operaciones de liquidación y
adjudicación de los bienes, ya que mal se puede partir si previamente no se
especifican detallada y cumplidamente todos los elementos que integran el
patrimonio del cujus.
El inventario comprende la relación individual (determinación, fuente de
adquisición y valor) y global de cada uno de los elementos patrimoniales que
componen el caudal relicto.
En él deben separarse la masa de la sociedad conyugal de la masa
hereditaria y deben describirse los bienes dados en colación (art. 3469) (24) y
los sometidos a acción de reducción (art. 1839) (25) .

4.2.1. Contenido
El inventario puede dividirse en activo y pasivo. Diferenciando contablemente
el "debe" del "haber", la diferencia será el saldo a partir.
Tanto el activo como el pasivo deben clasificarse según la naturaleza de los
bienes que los componen. Deben incluirse en consecuencia los créditos, ya
que éstos forman parte del activo hereditario.
•Activo
El Código Procesal Nacional no contiene una enumeración de los distintos
rubros que deben incluirse en el activo.
El tercer párrafo del artículo 721 del citado ordenamiento sólo dispone
que: "El acta de la diligencia notarial contendrá la especificación de los bienes,
con indicación de la persona que efectúe la denuncia. Si hubiese título de
propiedad, sólo se hará una relación sucinta de su contenido".
Ahora bien, en el inventario quedan comprendidos rubros tales como:
a)Bienes inmuebles: en este rubro se deberán incluir y describir los
inmuebles consignando todos los datos que consten en el título y que sean
útiles para su identificación. Habitualmente se dividen éstos en urbanos y
rurales, indicándoselas plantaciones y mejoras que posean y los servicios
con los que cuenten.
b)Bienes muebles registrables: en este rubro se deben hacer constar bienes
tales como automotores, buques, acciones registrables, etc. Se dejará
constancia de todos los datos que sean necesarios para la identificación
registral.
c)Bienes muebles: en este rubro se deben incluir todos los bienes muebles
no registrables que componen el patrimonio del causante. Si el acervo se
integra con una empresa que no lleva contabilidad en forma, deben
distinguirse los bienes de uso: aquellos que fueron adquiridos o
construidos con el ánimo de usarlos en la explotación y no para venderlos,
verbigracia: maquinarias, instalaciones, herramientas, útiles, de los bienes
de cambio. En este capítulo se identifican los bienes en los cuales se
realiza el tráfico comercial de la empresa, como por ejemplo mercaderías,
materias primas, productos elaborados y otros similares. Por el contrario, si
la empresa lleva la contabilidad en forma, se puede hacer remisión a sus
libros según un informe contable (Pares, Lasala, Borda, Fassi,
Medina) (26) .
d)Dinero: comprende los depósitos en cuenta corriente, cajas de ahorro,
plazos fijos, cajas de seguridad, ya sea en moneda nacional o extranjera.
e)Créditos: rubro en el cual se incluyen las cuentas a cobrar y sus garantías.
f)Títulos públicos: se debe indicar los títulos, la entidad emisora, cantidad y
todos los datos que sean necesarios para su individualización.
g)Derechos y acciones: en ese ítem se incluirán las acciones y cuotas de
participación societaria.
•Pasivo
Se incluyen en este rubro las deudas del causante y las cargas comunes.
a)Deudas del causante: se encuentran aquí las deudas u obligaciones del
causante que éste hubiera reconocido, o aquellas que el causante no
hubiera reconocido y estén debidamente documentadas.
b)Cargas comunes: son las deudas de la sucesión, tales como gastos
causídicos.

4.2.2. Tipos de inventario


•Inventario provisional e inventario definitivo
Si el inventario se realiza antes del dictado de la declaratoria de herederos o
de la aprobación del testamento, tendrá carácter provisorio, sin perjuicio de que
con la conformidad de todas las partes pueda asignársele carácter definitivo al
inventario provisional.
Si en cambio se realiza después de la declaratoria de herederos, el
inventario será definitivo.
•Inventario privado o extrajudicial e inventario judicial
El inventario privado es aquel que se realiza extrajudicialmente, y es
presentado por las partes en el proceso sucesorio como denuncia de bienes.
El inventario judicial es el que se realiza en los casos establecidos por
el artículo 716 del Código Procesal Civil y Comercial de la Nación, norma que
prevé la posibilidad de que fuera de los supuestos contemplados en ella, las
partes sustituyan el inventario por la denuncia de bienes.

4.2.3. Designación del inventariador


El inventario debe ser confeccionado por un escribano. Así lo dispone
el artículo 719 del Código Procesal Civil y Comercial de la Nación.
El inventariador será nombrado por mayoría de los herederos presentes o,
en su defecto, cuando sean parte en el proceso menores o incapaces, por el
juez de las listas de peritos inscriptos en el fuero (27) .
4.2.4. Formación del inventario
•Citación a los interesados
Las partes, los acreedores y legatarios serán citados para la formación del
inventario. Se los notificará por cédula, en la que se le hará saber el lugar, día y
hora de la realización de la diligencia.
En el caso de que la notificación no se realice, el acto puede ser declarado
nulo. La nulidad será declarada por el juez, a solicitud de cualquier perjudicado.
En principio, la nulidad del inventario no invalida la designación del
inventariador.
•Recaudos y trámites para la realización del inventario
La forma en que debe realizarse el inventario es regulada, muy someramente
en el artículo 721 del CPCCN.
El inventario se realizará con intervención de las partes que concurran,
agregando finalmente que: "El acta de la diligencia contendrá la especificación
de los bienes, con indicación de la persona que efectúe la denuncia. Si hubiese
título de propiedad, sólo se hará una relación sucinta de su cometido" .
Es necesario consignar las observaciones o impugnaciones formuladas por
los interesados.
Deben firmar el acta los comparecientes, en el supuesto de negarse a ello se
hará constar tal circunstancia.
Sin embargo, si existe negativa a firmar, se deberá hacer constar tal
circunstancia. La falta de firma no afectara la validez de la diligencia.
•Personas que pueden intimar la realización del inventario
No existen normas en nuestro Código Civil, en torno a las personas
facultadas para solicitar la realización del inventario.
Graciela Medina entiende que le son aplicables por analogía, los artículos
3366 y 3358 (28) .
De los artículos precedentes se desprende, que son parte interesada a tales
efectos: el acreedor hereditario, el legatario y todas aquellas personas a cuyo
favor se impongan cargas de la sucesión.

•Plazo para realizar el inventario


Quien justifique un interés legítimo, puede solicitar que se intime al heredero
a la confección del inventario con la finalidad de la partición.
Ni el Código Civil ni el Procesal tienen previsto un plazo para la realización
del inventario a los fines indicados, por lo que éste debería ser fijado por el
Juez.
Por aplicación analógica del artículo 728 del CPCCN, el perito inventariador
deberá cumplir su tarea en el término fijado, bajo apercibimiento de
remoción (29) .
4.3. Avalúo
Confeccionado el inventario de los bienes debe procederse a su valuación,
esto es, dar un valor determinado en dinero a cada uno de los bienes
inventariados.
Esta valuación reviste gran importancia, en virtud de que sobre tal base se
efectuará el cálculo para dividir la masa hereditaria (30) .
Sólo se valuarán los bienes que hubiesen sido inventariados según
el artículo 722 del Código Procesal Civil y Comercial de la Nación.

4.3.1. Criterios de valuación


El concepto de valor no es absoluto, sino relativo, pues una misma cosa
puede tener diferentes valores.
Estos valores podrían ser el de uso, de producción, de cambio etc., y aun así
esos valores son igualmente relativos, debido a que varían de acuerdo a
diferentes circunstancias tales como tiempo, lugar e intereses concretos que
tengan las partes compradora y vendedora.

4.3.2. Valuación de los créditos


En la valuación de los créditos, se tomará en consideración la insolvencia y
morosidad de las cuentas a cobrar.
Los pagarés y todos los documentos ejecutables ofrecen mayores
posibilidades de cobro que las cuentas sin documentar.
En general, los títulos con fuerza ejecutiva se valuarán tomando en
consideración el precio de su descuento bancario (31) .

4.3.3. Valuación de las marcas, patentes de invención y derechos de autor


En este rubro se incluyen los valores y derechos inmateriales que tienen un
plazo de existencia limitado por ley.
Para el caso de los derechos de autor se debe ponderar el promedio
percibido por ellos en los últimos años.

4.3.4. Valuación de acciones


Se debe distinguir si las acciones cotizan o no en bolsa.

4.3.5. Inmuebles
Según establece el artículo 723 del CPCCN"Si hubiere conformidad de
partes, se podrá tomar para los inmuebles la valuación fiscal....De no mediar
conformidad, los mismos serán valuados o al valor de compra con las
dificultades que derivan de ello o al valor de mercado"(32) .
Si la valuación la realiza un Contador, se utilizarán las normas de valuación
aprobadas por los organismos profesionales.

5. PERITO PARTIDOR
Por las características de las tareas a realizar, la designación de un perito
tasador puede recaer sobre un contador, ingeniero u otro profesional de
acuerdo a los bienes que hubiere que valuar.
El partidor debe ser nombrado en la forma dispuesta para el inventariador, es
decir, por las partes.
El Juez puede desechar la designación propuesta por la mayoría en el
supuesto de mediar circunstancias excepcionales.

6. CUESTIÓN DE COMPETENCIA PROFESIONAL


El partidor es recusable de la misma forma que los demás peritos.
En cuanto a éste, existen conflictos acerca de la profesión elegida para
realizar esta tarea, por un lado el Código Procesal ordena que el partidor debe
ser un abogado, y por otro lado la ley 20.488 en suart. 13, inc. b), punto 6
dispone que se mantiene vigente como función del Contador Público la de
realizar y suscribir las cuentas particionarias conjuntamente con el letrado que
intervenga (33) .
La intervención del contador público procede cuando la naturaleza de los
bienes que integran la herencia origine la necesidad de operaciones contables,
como ocurre entre otros muchos casos cuando se transmiten fondos de
comercio, cuotas de capital en sociedades, según los doctrinarios del
derecho (34) .
Se debe tener en cuenta que la Universidad Nacional de Entre Ríos ofrece la
carrera de perito partidor, cuyo plan de estudios según surge de la pagina web
de dicha Universidad, está organizado de tal manera que el alumno puede
adquirir los conocimientos y desarrollar las capacidades necesarias para actuar
con destreza profesional en: la preparación de la información administrativa y
contable; el análisis de datos contables y financieros; su interpretación, registro,
medición, clasificación, proyección y exposición; examen y evaluación de
pruebas y evidencias en ámbito judicial; la actuación como perito en su materia
y en procesos sucesorios y concursados.

7. CÓDIGO PROCESAL CIVIL Y COMERCIAL DE LA NACIÓN Y CÓDIGO


PROCESAL CIVIL Y COMERCIAL DE LA PROVINCIA DE BUENOS AIRES
El 2 de marzo de 1945 es sancionado con carácter nacional el augusto
decreto 5103, norma sustancial toda vez que es de orden público, ratificado
por ley 12.921 (de jure) el 31 de diciembre de 1946.
En su artículo 13, acápite B, punto 4 prescribe acerca del título de contador
público nacional"...en los juicios sucesorios para realizar y suscribir las cuentas
particionarias juntamente con el letrado que intervenga".
Con posterioridad es sancionada la ley 20.488 que regula las profesiones de
ciencias económicas y actualmente rige, en el orden federal. Dicha norma legal
en su art. 13, acápite b), inciso 6 establece: "6. En los juicios sucesorios para
realizar y suscribir las cuentas particionarias juntamente con el letrado que
intervenga".
Es decir, el legislador en el siglo XIX observó la necesidad de contar con un
perito, y en el siglo XX, dicho perito en una relación interdisciplinaria, toda vez
que menciona al letrado que interviene en el proceso universal sucesorio (35) .

8. FORMA DE LLEVAR A CABO LA PARTICIÓN


Con la finalidad de tratar de evitar las observaciones y de facilitar la
aprobación de la cuenta particionaria, establece el art. 729 del CPN que para
hacer las adjudicaciones el perito, si las circunstancias lo requieren, oirá a los
interesados a fin de obrar de conformidad con ellos en todo lo que acordaren, o
de conciliar en lo posible sus pretensiones.
Las omisiones en que incurrieren deben ser salvadas a su costa.
Con el objeto de practicar la partición de los bienes hereditarios el partidor
puede retirar el expediente de la secretaría bajo su responsabilidad, debiendo
devolverlo en el plazo que el juez fije.
Esta cuenta constituye la operación por la cual, luego del inventario y avalúo,
el perito partidor computa la masa contable a los fines de la partición de los
bienes (36) .

8.1. Partes de la cuenta particionaria


La cuenta particionaria consta de seis partes:
a)Los antecedentes o preanotados: en esta etapa el partidor realiza una
relación breve de las actuaciones del expediente sucesorio, en que dejará
constancia de la fecha del fallecimiento del causante, herederos
declarados, cuota de participación, etc.
b)El cuerpo general de los bienes:aquí se detallará, en partidas numeradas
los bienes que integran el acervo y su valor. Se deberá agregar en su caso
los valores colacionables, los que se imputarán en la hijuela del heredero
que estuviera obligado a hacerlo.
c)Las bajas comunes: éstas están constituidas por las deudas a cargo de la
sucesión, de los legados y las cargas comunes de la herencia.
d)El líquido repartible: del cuerpo general de los bienes se restarán las bajas
generales con el objeto de establecer el saldo repartible.
e)La división: en esta etapa se procede a determinar cuánto debe recibir en
valores cada heredero. Se debe hacer respetando la proporción que la ley
o disposición testamentaria le asigna a cada uno. Si hubiese cónyuge
supérstite se establecerá la cuota que le corresponde en su carácter de
socio en la sociedad conyugal. Luego, se realizará la división entre los
hijos si los hubiera, o con los descendientes, o con los beneficiarios del
testamento, y si no concurriese ninguno de los señalados, con los
colaterales, siguiendo las reglas del derecho de representación y las
indicadas en el artículo 3585 (37) . Constituye la formación de las hijuelas
o lotes de cada heredero a partir del monto que le corresponde en su
haber mediante la atribución en su hijuela de bienes suficientes para
cubrirlas.
f)Las adjudicaciones: es la última parte de la cuenta particionaria. En ella, el
partidor asigna a cada coheredero bienes o valores de la sucesión de
acuerdo al valor determinado en la división, individualizando nuevamente
los bienes con sus valores respectivos.

C. LA RENDICIÓN DE CUENTAS

José A. Rodríguez

1. ASPECTOS PRINCIPALES

1.1. Introducción
Las incumbencias de los profesionales en ciencias económicas se
encuentran regidas por la ley 20.488, en la cual se determinan en forma
específica cuáles son las tareas atinentes a cada una de las profesiones
comprendidas dentro del ámbito de las ciencias económicas (contador público,
licenciado en administración, licenciado en economía y actuario).
En dicha norma se define claramente cuáles son las tareas que cada
profesional puede llevar a cabo de acuerdo a sus conocimientos,
estableciéndose, en su artículo 13, que dentro de las incumbencias del
contador público se encuentra la de intervenir dentro del ámbito judicial en las
rendiciones de cuentas de administración de bienes.
Esta incumbencia halla su apoyo en que la rendición de cuentas se trata de
una tarea asimilable a la presentación de un informe de gestión, en el cual se
deben volcar los resultados financieros obtenidos, estando por lo tanto
involucrados conceptos contables que atañen específicamente al Contador
Público.
Si bien esta intervención no pareciera estar definida como exclusiva del
contador, en muchos casos, se requiere que el informe de rendición de cuentas
esté avalado por un dictamen emitido por contador público.
A continuación iremos clarificando un poco más este concepto y, a medida
que vayamos avanzando en el tema, podrá ver el lector cuán relacionada se
encuentra esta práctica con las incumbencias del contador público, ya que no
resulta posible llevarla adelante sin tener conocimientos técnicos y contables
específicos.

1.2. Concepto
La rendición de cuentas es un término que generalmente está asociado con
una supuesta obligación contraída por una persona de brindar explicaciones a
otra sobre un determinado comportamiento o gestión llevada a cabo. El hecho
de rendir cuentas es una situación que se presenta en múltiples tipos de
relaciones.
Se trata de una obligación que contrae quien ha administrado bienes o
gestionado negocios ajenos, consistente en presentarle al dueño de los bienes
o intereses administrados o gestionados una exposición detallada y
documentada del trabajo realizado(38) .
A través de la rendición de cuentas se trata de poner en conocimiento a las
personas interesadas de todos los antecedentes, hechos y resultados de una
operación de negocio.

1.3. Características
En general, podemos decir respecto a la obligación de rendir cuentas que la
misma, para ciertas circunstancias, surge de la propia ley, tal es el caso de los
tutores, los albaceas testamentarios, los administradores de bienes ajenos y los
mandatarios. Asimismo, resulta, casi siempre, que la rendición propiamente
dicha consiste en una especie de informe de gestión cuyo grado de detalle y
complejidad variará de acuerdo a las exigencias que para cada caso se den.
Este documento en muchos casos estará avalado por un profesional
dictaminante y respaldado por la documentación, la cual es en general
referenciada y mantenida en archivo, ya que constituye el origen probatorio de
los hechos informados en la rendición de cuentas (39) .
La rendición de cuentas puede tener carácter judicial o extrajudicial, todo ello
dependiendo de si la misma se desarrolla fuera de un juicio o de si la misma
constituye el objeto de una pretensión procesal. La rendición de cuentas
extrajudicial es un acto jurídico voluntario,(40) que puede ser impugnado por
error, dolo, violencia o simulación (41) . Sin embargo, y a diferencia de la
anterior, la rendición de cuentas aprobada por sentencia judicial sólo podrá ser
impugnada mediante la presentación del correspondiente recurso contra la
sentencia que la diera por buena.
Cuando la rendición se desarrolla dentro del ámbito judicial, podemos decir
que los pasos del proceso en cuestión están específicamente legislados por el
Código Procesal Civil y Comercial de la Nación (CPCCN).
En tal sentido cabe señalar que, si bien dentro del mencionado Código, la
"Rendición de Cuentas" es considerada como un proceso especial, igualmente
(salvo para el caso de las excepciones consideradas en el art. 653 del Código
Procesal Civil y Comercial de la Nación) tramitará por juicio ordinario.
Al respecto, cabe aclarar que, si bien originariamente este proceso tramitaba
por juicio ordinario, luego de la reforma establecida por la ley 25.488 del
22/11/2001 se dispuso que todas las contiendas judiciales que no tuvieren
señalada una tramitación especial, serán ventiladas en juicio ordinario, todo ello
conforme el art. 319 de dicha ley, resultando en consecuencia que "la rendición
de cuentas" a partir de la promulgación de dicha ley cambió en su forma de
tramitación resultándole aplicable a partir de allí la modalidad procesal del juicio
ordinario en lugar del sumario, lo cual implicó de alguna forma un alargamiento
de los tiempos necesarios para que se resuelva la controversia.

2. DISPOSICIONES LEGALES APLICABLES

2.1. Normativa establecida por el Código de Comercio de la Nación


El Código de Comercio regula específicamente la rendición de cuentas en el
inc. 4° del artículo 33 y en sus artículos 68 a 74. En ese orden, se establece
que aquellos que ejercen el comercio se encuentran obligados a rendir cuentas
en los términos de la ley.
Asimismo se determina que todo comerciante que contrata por cuenta ajena
está obligado a rendir cuenta instruida y documentada de su gestión.
También se señala que toda negociación es objeto de una cuenta y que toda
cuenta debe ser conforme a los asientos de los libros de quien la rinde,
debiendo adjuntarse los respectivos comprobantes. En virtud a esto podemos
deducir que no sólo existe la obligación de informar los resultados de la gestión
o negocio llevado a cabo, sino que también se debe crear un respaldo (que en
general será documental) so bre el cual se pueda controlar la veracidad de la
operación informada.
Por lo tanto, y conforme lo establece el Código en cuestión, resulta que al fin
de cada negociación por cuenta ajena, los comerciantes están obligados a la
rendición de la cuenta de la negociación concluida, o de la cuenta corriente
cerrada al fin de cada año. Es decir, la rendición podrá ser exigida antes de que
concluya toda la gestión, si es que esta gestión abarcare la realización de
muchas operaciones. Ello es así, ya que se podrán ir exigiendo rendiciones
parciales al final de cada operación.
En la rendición de cuentas cada sujeto responde por la parte que tuvo en la
administración y sólo se entiende rendida la cuenta después de terminadas
todas las cuestiones que le son relativas.
Al respecto, cabe señalar que la cuenta se encontrará rendida una vez que el
sujeto receptor de la misma la haya aceptado y no tenga objeci ones que
formular al respecto. Ahora bien, cabe preguntarse qué sucede si el receptor
guarda silencio y no emite opinión sobre su aceptación o rechazo de la
rendición que le fuera entregada. En tal caso se establece en el art. 73 del
Código de Comercio que "El que deja tr anscurrir un mes, contado desde la
recepción de una cuenta, sin hacer observaciones, se presume que reconoce
implícitamente la exactitud de la cuenta, salvo la prueba contraria, y salvo
igualmente la disposición especial a ciertos casos...".
En otro orden cabe agregar que en los artículos 221 y 222 del Código de
Comercio se definen las figuras del mandato comercial y de la comisión o
consignación. En tal sentido resulta que tanto el mandato comercial, como la
comisión o consignación, son un contrato por el cual una persona se obliga a
administrar uno o más negocios lícitos de comercio que otra le encomienda.
Ahora bien, la diferencia entre uno y otro resulta que en el mandato
comercial el que administra el negocio obra en nombre de la persona que se lo
ha encomendado mientras que en la comisión o consignación, la persona
desempeña por otros, negocios individualmente determinados, obra a nombre
propio o bajo la razón social que representa.
La figura del mandato comercial se encuentra específicamente reglada por
los artículos 223 a 231 del Código de Comercio, mientras que la de la comisión
o consignación lo está por los artículos 232 a 281.
Finalmente, es necesario señalar que tanto el mandatario como el
comisionista o consignatario están obligados a rendir cuentas de su actuación.

2.2. Normativa establecida por el Código Civil de la Nación


En el Código Civil se define expresamente a distintos sujetos que en función
de su rol estarán obligados a rendir cuentas de su gestión.
En tal sentido resulta que:
a)En los arts. 1869 y siguientes del Código Civil de la Nación se regula la
figura del mandato. En tal sentido, cabe señalar que el mandato es un tipo
de contrato mediante el cual una persona llamada "mandante" le
encomienda a otra llamada "mandatario" la realización de ciertos actos de
contenido patrimonial o no, otorgándole asimismo poder para que actúe en
su nombre.
Ahora bien, es necesario resaltar que entre las tantas obligaciones que
posee el mandatario surge como una de las más importantes la de rendir
cuentas de sus actos al mandante.
En este tipo de contratos, si bien la rendición de cuentas suele efectuarse al
finalizar la relación contractual entre ambas personas (más allá de que se
haya cumplido la tarea en forma total o parcial), igualmente podrá
realizarse durante el curso del mandato encomendado, con el objeto de
que el mandatario conozca el estado de la gestión encomendada.
Cabe señalar, finalmente, que la rendición de cuentas que se ofrezca deberá
informar no sólo el resultado de la gestión llevada a cabo sino la forma en
que fue realizada.
b)Albacea (3844 y cctes.): es la persona designada por el testador para que,
después de su muerte, ejecute las disposiciones de su última voluntad, es
decir, es la persona encargada por el testador o el juez de cumplir la última
voluntad del difunto, asumiendo asimismo la custodia de los bienes del
finado.
c)Gestor de negocios (2288 y cctes.): el gestor de negocios es, como su
nombre lo indica, el encargado de llevar adelante una gestión de negocios,
la cual presupone el cuidado o la atención de un negocio, en interés y
beneficio de un tercero.
El gestor de negocio tiene las mismas obligaciones que las de un mandatario
y se encuentra obligado asimismo a la continuación y terminación de un
negocio hasta que el dueño esté en condiciones de asumir.
Mientras el dueño no ratifique su gestión, el gestor de negocios queda
personalmente obligado frente a los terceros con los cuales hubiere contratado,
aunque lo hubiere efectuado a nombre del dueño.

2.3. Aspectos regulados por Código Procesal Civil y Comercial de la Nación


El Código Procesal Civil y Comercial de la Nación considera a la "rendición
de cuentas" como uno de los procesos especiales regulados dentro del libro IV,
refiriéndose específicamente a la misma en sus artículos 652 a 657.
En primer término, es necesario señalar que este tipo de demanda puede
estar referida a dos tipos de pretensiones:
a) La pretensión de que se cumpla con la obligación de rendir cuentas
b) La pretensión de que sea aceptada y validada la rendición de cuentas
efectuada
En principio, debemos señalar respecto a este tipo de proceso que conforme
se establece en el art. 5°, inc. 6°) del citado Código, el juez competente será el
del lugar donde deba presentarse la rendición de cuentas. Para el caso de que
ese lugar no hubiese sido específicamente determinado, resultará competente,
a elección del actor, el juez del lugar en que se encontrare el domicilio de la
administración o el del lugar en que se hubiere administrado el principal de los
bienes. Para el caso de que se trate de una demanda por aprobación de
cuentas, regirán las mismas reglas; con el agregado de que cuando no esté
especificado el lugar donde debe presentarse la rendición, a elección del actor,
podrá ser competente el juez del domicilio del acreedor de las cuentas.
Este tipo de proceso —luego de la reforma establecida por la ley 25.488—
puede tener dos vías en cuanto a su tramitación:
a)La demanda por obligación de rendir cuentas tramitará en principio por
juicio ordinario, teniendo este trámite por objeto que sea comprobada la
obligación y la eventual condena a rendir cuentas.
b)Trámite por incidente: esta vía se utilizará cuando:
o exista condena judicial a rendir cuentas; o
o la obligación de rendir cuentas haya sido reconocida por el obligado o
cuando surja de instrumento público o privado.
Obsérvese que en el caso a) no sólo está en discusión si se ha presentado o
no la "rendición de cuentas", sino que también es parte de la controversia
definir si el demandado tenía realmente la obligación de hacerlo. Sin embargo,
para el caso b) resulta que no hay dudas sobre si existía la obligación de rendir
cuentas y sólo se le requiere al obligado que las rinda.
En virtud de lo expuesto, podemos sacar como conclusión que en el ámbito
judicial la pretensión que dé origen a la demanda puede estar centrada en
demostrar que hay un sujeto obligado a rendir cuentas, o una vez probado lo
anterior, exigir que la rendición se efectúe y/o analizar su veracidad.
Ahora bien, cabe preguntarse qué sucede cuando, ya se ha determinado que
el demandado se encuentra obligado a rendir cuentas pero éste igualmente no
cumple con ello. Para este caso, el CPCCN establece como solución que el
actor podrá ofrecer una rendición de cuentas confeccionada por él, la cual de
no ser impugnada por el demandado, quedará aprobada.

3. LA RENDICIÓN DE CUENTAS

3.1. Documentación aceptada como respaldo de la rendición


A este tema se refiere específicamente el art. 655 del CPCCN, determinando
que la rendición de cuentas deberá ser acompañada por la documentación de
respaldo. Sin embargo, se aclara que el Juez podrá justificar aquellas partidas
sobre las cuales no se acostumbre a pedir recibos.
En virtud de lo expuesto resulta, en principio, que el juez posee facultades
para dispensar al sujeto que lleve a cabo la rendición de presentar cierta
documentación, pero sólo si no es usual exigirla. Al respecto, cabría suponer
que se trata de gastos menores (colectivo, taxis, fotocopias etc.) que no
influirán demasiado dentro del monto total a rendir.
Cabe agregar que, más allá de lo indicado en el párrafo precedente, toda
erogación deberá estar respaldada por su respectivo comprobante, el cual
debería satisfacer los requisitos establecidos en la normativa fiscal pertinente
que rigiera a dicho momento.

3.2. Rendición espontánea


Se trata del caso inverso, en el que el sujeto obligado a rendir cuentas
reclama al interesado su aprobación. En este supuesto, se podrá iniciar
demanda bajo las mismas reglas procesales ya mencionadas y será finalmente
el Juez el encargado de aprobar o no la rendición en cuestión, previo a haber
considerado las observaciones que pudieran haber efectuado las partes
intervinientes.

3.3. Efectos de la aprobación de la rendición


La aprobación definitiva de las cuentas transforma su saldo en un crédito
líquido, convirtiéndose en consecuencia en un documento válido para iniciar la
correspondiente acción ejecutiva, la cual se sustanciará por las normas sobre
ejecución de sentencias.
Asimismo, para el caso del gestor de negocio, la aprobación de la rendición
libera al mismo de su obligación contraída ante terceros.

3.4. Modelo de rendición de cuentas


Previo a comenzar con el desarrollo de este tema debemos aclarar que no
hay un modelo obligatorio general para llevar adelante la rendición de cuentas.
Sin embargo, debemos señalar que la rendición debe tener ciertos requisitos
básicos para ser considerada como tal. En consecuencia, resulta que toda
rendición de cuentas deberá contener como mínimo:
•Un detalle de todas las operaciones aritméticas relativas a ingresos, egresos
y saldos.
•Una narración que contenga todas las operaciones realizadas, el
procedimiento seguido y el resultado obtenido.
•Soporte físico donde se acompañe la documentación de respaldo.
Asimismo, cabe señalar que la forma que adopte la rendición de cuentas
dependerá mucho de las exigencias que imponga aquel que la requiera.
Para este caso y, a modo de ejemplo, expondremos el modelo de rendición
que impone el CONICET a aquellos proyectos de investigación que hayan sido
subsidiados, con el objetivo de que se rinda cuenta de cómo han sido utilizados
los fondos asignados.
En ese orden, se establece que la rendición de cuentas deberá estar
integrada por:
•Cuadro resumen ingresos y egresos.
•Detalle de ingresos.
•Detalle de egresos.
•Detalle de egresos por rubro.
•Declaración Jurada manifestando que las erogaciones rendidas fueron
destinadas al objeto del subsidio, refrendada por el Titular del Subsidio.
•Dictamen de Contador Público Independiente, sobre aplicación de los
fondos de acuerdo a lo establecido en el presente régimen.
El sujeto obligado a efectuar la rendición, para este caso es el administrador
de los fondos, y la falta de presentación de la misma dará lugar a la destitución
del mismo y a que se solicite el reintegro de los fondos asignados.
Veamos ahora los principales anexos que debe contener esta rendición.
1)Nota de Elevación: a través de esta nota se presenta la rendición

2)Nota de alta patrimonial: en este anexo se detalla el equipamiento u otros


bienes adquiridos, para cuya adquisición se debió previamente solicitar y
obtener la correspondiente autorización para realizar la compra al Organismo
otorgante del subsidio.

3)Planilla de Gastos: a continuación de estas planillas se deberán


incorporar los comprobantes originales firmados por el Director, numerados
siguiendo el orden cronológico citado en las planillas de gastos. Si los
comprobantes son pequeños, deberán ser pegados en hojas para evitar que se
desprendan o extravíen. Cada comprobante deberá estar numerado en
coincidencia con la planilla de gastos.

4)Liquidación de Viáticos: es una asignación fija diaria que se concede a


los integrantes del proyecto de investigación (con exclusión de los pasajes)
para atender atodos los gastos personales que le ocasione el cumplimiento de
las tareas propias del proyecto.Esto se aplica cuando realicen trabajos de
campo o, en el caso del rubro viajes y viáticos, cuando deban asistir a
Congresos, Simposios, Reuniones Científicas.

5)Planilla de Movilidad: sólo es necesaria si se presentan gastos de


transporte metropolitano sin comprobante.
6)Resumen de Rendición: se trata del cuadro final donde se informa por
rubro el total de las erogaciones efectuadas, agrupándoselas
fundamentalmente en dos grandes rubros: a) gastos relacionados con los
aspectos del proyecto y b) gastos de movilidad realizados por los integrantes
del proyecto.

4. CÓDIGO UNIFICADO 2012


Atento a las numerosas citas legales efectuadas durante el presente trabajo
a diversos artículos del Código de Comercio, Código Civil de la Nación y del
Código Procesal Civil y Comercial de la Nación es necesario advertir al lector
que al momento en que se está escribiendo el presente trabajo se encuentra
presentado un proyecto de reforma del Código Civil y Comercial.
En dicho proyecto básicamente se contempla la unificación del Código Civil y
del Código Comercial en un único Código, resultando éstas las principales
novedades que contemplará:
1.Matrimonio: no se realizarán distinciones de sexo a los efectos de definir
quiénes pueden unirse en matrimonio.
2.Divorcio: se simplifican los trámites para su solicitud.
3.Reproducción humana asistida: actualiza la legislación mediante la
incorporación de las técnicas de reproducción asistida, por ejemplo
mediante las técnicas de inseminación artificial o fecundación in vitro
haciendo prevalecer la voluntad procreacional.
4.Adopción: en este caso se simplifica el régimen jurídico y se prioriza el
interés del niño por sobre el de los adultos. Mantiene la adopción plena y
simple e incorpora la adopción por integración, en caso de familias
conformadas por parejas que tengan hijos de otras relaciones.
5.Propiedad comunitaria indígena: ésta será exclusiva, perpetua indivisible,
imprescriptible, insuceptible de gravámenes, y no se podrá embargar ni
ejecutar.
6.Gestación por sustitución: reconoce como central a la voluntad
procreacional expresada por consentimiento informado y libre de las
personas que intervienen. El juez deberá constatar que la gestante no
haya recibido retribución de ningún tipo y que al menos uno de los
comitentes aportó material genético.
7.Sociedades de un solo socio: nace la figura de Sociedad Unipersonal.
8.Derechos Personalísimos: se incorpora este concepto reconocido por el
derecho internacional. Estos reconocen los derechos a la dignidad,
intimidad, honor e imagen.
9.Formas modernas de contratación: incorpora formas de contratación como
las de arbitraje, agencia comercial, concesión comercial, entre otras.
En cuanto al tema que nos compete, es decir "la rendición de cuentas", en
este proyecto se hace referencia específica al tema en sus arts. 806 a 812. Allí
se define a la rendición de cuentas como la descripción de los antecedentes,
hechos y resultados pecuniarios de un negocio.
Asimismo, se establecen requisitos en cuanto a la rendición, indicándose que
debe: a) ser hecha de modo descriptivo y documentado, b) incluir las
referencias y explicaciones razonablemente necesarias para su comprensión,
c) acompañar los comprobantes de los ingresos y de los egresos, salvo que
sea de uso no extenderlos, d) estar de acuerdo con los libros que lleve quien
las rinda.
Se establece como sujetos obligados a rendir cuentas salvo renuncia
expresa del interesado a:
a) Quien actúa en interés ajeno, aunque sea en nombre propio.
b) Quienes son parte en relaciones de curso sucesivo, cuando la rendición es
apropiada a la naturaleza del negocio.
c) Quien debe hacerlo por disposición legal.
En cuanto al momento de la rendición, se indica que las cuentas deben ser
rendidas en la oportunidad en que estipulan las partes o la ley, o en su defecto:
a) Al concluir el negocio.
b) Si el negocio es de curso sucesivo, también al concluir cada uno de los
períodos, o al final de cada año calendario.
Respecto a la aprobación de la rendición efectuada, se señala que la misma
podrá ser tácita o expresa. Se determina que habrá aprobación tácita cuando
no haya sido observada en el plazo convenido o dispuesto por la ley o, en su
defecto, en el de diez días de presentada. Sin embargo, resulta que la
rendición podrá ser observada por errores de cálculo o de registración dentro
del plazo de un año de recibida.
Se determina también que una vez aprobadas las cuentas:
a) Su saldo debe ser pagado en el plazo convenido o dispuesto por la ley o,
en su defecto, en el de diez días.
b) El obligado a rendirlas debe entregar al interesado los títulos y
documentos que le hayan sido entregados, salvo las instrucciones de
carácter personal.
Cabe señalar por último respecto a este tema que, si bien a la fecha este
proyecto aún no ha sido totalmente aprobado y convertido en ley, considero
que esta aprobación es inminente y probablemente se concrete a lo largo de
este año 2012 o a comienzos del 2013.

5. CONCLUSIONES FINALES
Finalmente, cabe señalar que la rendición de cuentas, dadas las aptitudes
técnicas requeridas para llevarla adelante, es una tarea que necesariamente
debería ser llevada adelante bajo la supervisión o juntamente con un
Profesional en Ciencias Económicas. Si bien esta cuestión ha sido
debidamente considerada como una incumbencia propia del contador público
por la ley 20.488, la necesidad casi indispensable de que un profesional en
ciencias económicas intervenga en la confección de la misma no ha sido
reflejada específicamente en la normativa de fondo.
Como hemos podido observar a lo largo del presente capítulo, llevar adelante
una rendición de cuentas requiere exponer en forma clara los resultados
económicos de una gestión, siendo necesario para realizarla poseer los
conocimientos específicos de un profesional en ciencias económicas, situación
ésta que, por lo menos hasta el momento en que ha sido escrito el presente
trabajo, no ha sido debidamente contemplada por la legislación vigente; y que
debería ser subsanada, ya sea requiriendo que la rendición sea acompañada
obligatoriamente por dictamen de un profesional de ciencias económicas; o
requiriendo su intervención obligatoria.
En consecuencia, vemos que esta tarea es otra más de las incumbencias
que han sido consideradas por la ley 20.488 como propias del Contador
Público; pero sobre la cual, sin embargo, las normas de fondo (Códigos y leyes
específicas) no contemplan debidamente la necesidad de esta intervención.
Por ello, este vacío legal que perjudica la actuación de los profesionales en
ciencias económicas debe ser llenado a través de la introducción de las
correspondientes modificaciones. Para lograr este cambio, resulta necesario
que todos los profesionales del área de las ciencias económicas tengamos una
participación activa dentro de los consejos y colegios que nos nuclean, de
manera tal de hacer notar al Poder Legislativo de la imperiosa necesidad que
tenemos de que nuestras incumbencias sean debidamente contempladas en la
legislación de fondo vigente.

EL CONTADOR PÚBLICO EN SU ROL COMO CONSULTOR TÉCNICO EN EL


ÁMBITO FORENSE

Quintino Pierino Dell'Elce

1. INTRODUCCIÓN
El motivo del presente comentario es examinar y considerar los aspectos
más significativos concernientes a las funciones, las características, la
naturaleza, las facultades y los deberes que posee el contador público, en su
carácter de graduado en ciencias económicas, en su actuación profesional
como consultor técnico , de acuerdo con la normativa procesal vigente,
fundamentalmente referido al ámbito forense metropolitano (1) .
2. ANTECEDENTES
En primer término, a los fines de comprender mejor la ¿gura del consultor
técnico, surgida de la reforma legal establecida en el año 1981, se considera
oportuno destacar y recordar cuál era la situación procesal previa existente en
el ámbito forense de la Capital Federal. En efecto, a inicios de 1981, se
encontraban en vigencia en el área metropolitana los siguientes regímenes
normativos procesales:
Disposición Normativa Fuero Imperante
Civil, Comercial
Código Procesal Civil y Comercial de la Nación (ley 17.454). y Federal.
Trabajo.
Ley 18.345 de Organización y Procedimiento de la Justicia Nacional del Trabajo.
Penal.
Código Procesal en Materia Penal (ley 2372 y modi¿catorias).
Consecuentemente a esa circunstancia, hasta la sanción y la vigencia de la
ley 22.434, dictada el 16/3/81 y modi¿catoria del Código Procesal Civil y
Comercial de la Nación (ley 17.454), dentro del ámbito procesal en materia
pericial podían actuar los siguientes profesionales:
— Peritos designados de o¿cio.
— Peritos a propuesta de parte.
— Peritos o¿ciales.
Asimismo, es necesario y atinado consignar que dentro de la enunciación
anterior se excluyen expresamente los denominados "peritos de administración
pública" (art. 93 de la ley 18.345) y también a los llamados "peritos árbitros",
debido a su muy escasa aplicación práctica y a su limitada vigencia en los
fueros forenses capitalinos.
A partir de la sanción legal de la modi¿cación aludida en los fueros civil,
comercial y federal apareció una nueva figura procesal conocida como
"consultor técnico".

3. REFORMA PROCESAL DE 1981


En primer lugar, es importante destacar que la ¿gura del consultor técnico en
la legislación nacional de carácter procesal es —en cierto modo— de reciente
data. Consecuentemente a esa circunstancia, aún hoy no es de aplicación y
conocimiento muy generalizados, tanto para los profesionales vinculados con
las carreras de ciencias económicas, como para aquéllos graduados en otras
disciplinas.

3.1. Consideraciones
En efecto y tal como se recordará, mediante la sanción de la ley
22.434 (2) se dictó una importante reforma a la legislación procesal entonces
vigente.
A tales ¿nes, el Poder Ejecutivo Nacional convirtió en ley el proyecto de
reforma al Código Procesal Civil y Comercial de la Nación (CPCCN)
—representado en ese momento por la ley 17.454 establecida en 1967— que
fue elaborado por una comisión especial, constituida a esos propósitos en el
entonces existente Ministerio de Justicia de la Nación.

3.2. Características. Propósitos y alcance


Por las circunstancias mencionadas conviene tener presente que, en función
de lo expresamente consignado en el propio texto del mensaje que acompañó
al proyecto normativo elevado a la consideración del Poder Ejecutivo Nacional
—con facultades excepcionales de carácter legislativo—, la reforma normativa
procesal sancionada tenía los siguientes propósitos:
a) buscaba el aparente objetivo de lograr una mayor celeridad en los trámites
procesales, sin afectar la seguridad jurídica, la efectiva consagración del
principio de inmediación, la incorporación de nuevos criterios instituidos por
la jurisprudencia y por la doctrina, la simpli¿cación de algunos
procedimientos y la actualización de diversas disposiciones normativas; y
b) por su extensión, la modi¿cación procesal entonces introducida fue de
amplio alcance, dado que, aproximadamente, se reformó la mitad de los
artículos del código procesal vigente hasta entonces, se incluyeron nuevos
y se derogaron muchos otros. Desde el punto de vista eminentemente
formal, el resultado fue que la justicia nacional contó con un ¿amante
código procesal reformado y actualizado.
Por otra parte, y atento a su propia naturaleza y a su competencia, la
modificación procesal establecida en su momento solamente comprendía los
fueros comercial, civil y especial en Io civil y en lo comercial (ex juzgados de
Paz), pertenecientes a la justicia nacional —es decir, los tribunales de la
Capital Federal—, y aquellos de carácter federal con jurisdicción en las
distintas provincias de nuestro país.
No obstante ello y si bien la reforma procesal mencionada no comprendía
específicamente el ámbito del fuero laboral (3) , debe reconocerse, con
respecto a las características de su alcance y la naturaleza supletoria que
tenían sus disposiciones, que varias de estas últimas de tipo procesal,
oportunamente sancionadas, también tuvieron efectos y consecuencias —en
aquello que fuese compatible y aplicable— con esa importante reformulación
normativa.
Asimismo y en referencia a la efectiva aplicación de las nuevas disposiciones
procesales sancionadas, el art. 2º de la citada modificación legal dictaba el
ordenamiento siguiente:
a) como principio general, la disposición procesal introducida en esa
instancia regía a partir de los ciento veinte (120) días de su publicación (o
sea, desde el 24 de julio de 1981) y se aplicaría a las controversias
judiciales que formalmente se iniciaran luego de esa fecha; y
b) además, importa destacar: que el punto VI del artículo comentado,
perteneciente a la ley modificatoria sancionada en ese momento,
expresaba taxativamente que las normas y las disposiciones contenidas en
los arts. 458 a 476, y 478, en cuanto alteraban el régimen de designación
de los peritos judiciales y admitían la posibilidad de que las partes
nombraran a la nueva figura de los consultores técnicos y eran aplicables a
los procesos judiciales que a la fecha de entrada en vigor de la citada ley
no se hubieran aún abierto a prueba o no hubieran pasado la oportunidad
de ofrecerla, según la clase de proceso de la cual se tratare.

3.3. Principales innovaciones introducidas en materia pericial


A los ¿nes del presente comentario y tal como se manifestara en un artículo
anterior del autor (4) , como resultado de efectuar el cotejo y la consideración
crítica entre las oportunas normas dispositivas preexistentes, pertenecientes al
CPCCN sancionado en 1967 por medio de la ley 17.454, con el texto resultante
que efectivamente reformó a ese ordenamiento legal, pero referidas sólo a las
disposiciones agrupadas en la sección 6ª bajo el título "Pruebas de peritos",
parte de este último cap. V, denominado "Prueba", surgen las observaciones
que se indican seguidamente.
En efecto, del examen comparativo entre las nuevas normas procesales
sancionadas en la instancia mencionada y aquellas contenidas en el
ordenamiento legal reformado, referidas al fragmento dispositivo señalado —
que comprende veintidós artículos (del 457 al 478, inclusive)—, se desprenden
las principales consideraciones y comentarios que se puntualizan a
continuación:
a) Los únicos cambios sustanciales introducidos en el nuevo fragmento del
ordenamiento procesal sancionado pueden sintetizarse,
fundamentalmente, bajo los siguientes aspectos:
1. La designación de un perito único de o¿cio en reemplazo de los
tradicionales peritos propuestos de parte , vigentes en el régimen
procesal anterior;
2. La aparición optativa de una nueva y curiosa figura dentro del
ordenamiento normativo reformado, denominada "consultor técnico", con
la facultad de ser propuesta por cada parte litigante; y
3. La sensible reducción en el plazo formal y presuntivamente establecido
para la realización y la presentación del respectivo informe pericial.
b) El resto de las modificaciones sancionadas en el fragmento normativo
mencionado es de mera incidencia formal, dado que solamente tiende a
compatibilizar y armonizar de manera semántica la adecuada redacción del
texto de las anteriores disposiciones procesales vigentes con los cambios
mencionados establecidos.
Atento al propósito y al énfasis del presente capítulo, seguidamente se
analizará todo lo referido a la novedosa institución denominada "consultor
técnico".
4. LA FIGURA DEL CONSULTOR TÉCNICO
En relación con la reforma comentada y referida específicamente a la figura
del consultor técnico, se señalarán, a continuación, los aspectos más
significativos de la novedad normativa oportunamente introducida en materia
procesal.

4.1. Aspectos terminológicos y normativos


En primer lugar, desde el punto de vista eminentemente semántico, el
diccionario de la Real Academia Española (5) define los vocablos en cuestión
de la siguiente forma:
— "Consultor ": el que da su parecer, consultado sobre algún asunto
(primera acepción).
— "Técnico ": el que posee los conocimientos especiales de una ciencia o
arte (tercera acepción).
Por otra parte, las únicas disposiciones normativas específicas contenidas en
el CPCCN que denotan una expresa referencia a la nueva figura procesal
establecida, aparecen en once artículos, a saber: 458, 459, 461, 462, 471, 472,
473, 474, 475, 477 y 478.

4.2. Antecedentes doctrinarios


En primer lugar de la lectura del art. 458 del ordenamiento procesal
sancionado en su momento surge la curiosa novedad sobre la posible
designación de consultores técnicos, dado que en su último párrafo se
establece de manera expresa que "cada parte tiene la facultad de designar un
(1) consultor técnico".
Sorprende y a la vez llama mucho la atención la innovación introducida en su
oportunidad en el texto normativo comentado, dado que, prácticamente, se
desconocen los antecedentes doctrinarios y normativos similares en cuanto a la
novedosa figura jurídica mencionada dentro del ordenamiento procesal
existente.

4.2.1. Exposición de motivos


En efecto, de la lectura acerca de la extensa exposición de motivos,
justificatoria de las reformas procesales introducidas, surge, contenida en el
texto de la nota de elevación que precede al cuerpo legislativo sancionado,
bajo el punto 10 del título "Reforma de carácter técnico", la única mención
explicativa sobre el particular, cuando se manifiesta bajo el título de "otras
innovaciones" a la expresa "posibilidad, otorgada a las partes, de nombrar
directamente consultores técnicos para que expongan sus puntos de vista
respecto del dictamen pericial que en lo sucesivo estará a cargo, en principio,
de un solo perito nombrado de oficio".

4.2.2. Otros textos normativos en materia procesal


Por su parte y como señala el Dr. Duro (6) , el consultor técnico es una figura
que aparece por primera vez en el Código de Procedimientos Penal italiano de
1930, aunque el art. 22 del anteproyecto perteneciente al Dr. Carnelutti —de
1925— ya contemplaba esa posible innovación.
Asimismo, en nuestro país, la legislación procesal civil de la provincia de
Santa Fe, a través de la ley provincial 2924 de 1940, regulaba este instituto,
denominándolo "delegado pericial".
En efecto, dentro del derecho comparado, también se reconocen como
antecedentes doctrinarios el art. 201 del Código Civil italiano (en materia penal,
el art. 325), el art. 132 del Código Procesal Civil de Brasil y el art. 36 del Código
Civil del Vaticano.
En cambio, en nuestro país, se toma en cuenta el art. 272 del Código Penal
de la provincia de Córdoba, que menciona a los peritos contraloreadores. En
este último caso, la doctrina nacional se encuentra dividida respecto de
considerarlo un antecedente directo. No obstante ello, un fallo judicial
proveniente de la Cámara Segunda en lo Civil y Comercial de Córdoba (Nº
30.230 del 23/5/80) lo permitió y admitió como tal (7) .

4.2.3. Simpatizantes y detractores


Desde el punto de vista de la doctrina vinculada con el derecho y la práctica
procesal, la reforma de 1981 en este aspecto, dividió a los tratadistas entre
quienes encontraban al consultor técnico como una efectiva ayuda al proceso y
aquellos que le restaron cualquier utilidad práctica real.
Tal como manifiesta el Dr. Duro (8) , entre los primeros se incluyen los Dres.
Enrique Falcón, Carlos Fenochietto y Enrique Abatti, quienes, junto con otros
prestigiosos autores, reconocieron lo positivo de la reforma, debido a que —
entre otros aspectos— permitía un mejor control de la pericia a medida que
ésta se produce, una mayor claridad en los puntos periciales (al estar
redactados por técnicos en cada materia), así como también una gran
transparencia en la contestación del traslado de la pericia única de oficio, unido
a un mayor aporte de datos al juez y una posibilidad transaccional más amplia
entre las partes al ir conociendo mejor el desarrollo de la prueba pericial
ordenada.
En forma directamente opuesta a lo expuesto opina Miras y Alonso, ya que,
según él, la creación del consultor técnico resulta inútil, debido a que el informe
carece de la validez del peritaje. Por lo tanto, puede seguirse con la costumbre
de que el letrado patrocinante, por vía de la impugnación de la pericia, formule
las mismas observaciones que realiza el consultor técnico (9) .

4.3. Naturaleza, funciones y actuación procesal


Sobre este particular, merecen formularse las consideraciones y los
comentarios más relevantes que se destacan a continuación.

4.3.1. Reemplazo de los peritos propuestos de parte


Conforme con la reforma procesal sancionada, el consultor técnico tiende a
reemplazar a los peritos propuestos de parte, quienes anteriormente tenían la
obligación de practicar su diligencia procesal unidos al perito designado de
oficio (art. 471 del CPCCN sancionado por la ley 17.454). Según el Dr.
Duro (10) , la práctica procesal tergiversó el lugar del perito de oficio, sacándolo
de su rol como auxiliar del juez y colocándolo en el ámbito de las cuestiones
específicas planteadas por las partes a través de sus propios peritos.

4.3.2. Asesor directo para cada parte litigante


No obstante lo indicado precedentemente y si bien parecieran no estar
suficientemente claros el sentido y el propósito de la labor que deben cumplir
los consultores técnicos con posibilidad de ser propuestos por cada parte
litigante, surge de la lectura de todo el articulado correspondiente a la sección
6ª del texto procesal reformado, la firme presunción de que los mencionados
profesionales tienden a actuar, más bien, como asesores directos en la materia
específica de su competencia para cada una de las partes litigantes y en forma
complementaria e indirecta del propio magistrado interviniente.

4.3.3. Auxiliar indirecto del juez


En efecto, de acuerdo con la legislación procesal mencionada, el consultor
técnico constituye un auxiliar indirecto de la justicia, contrariamente a como lo
es el perito designado de oficio.
Tal como manifiesta el Dr. Gallo (11) con gran acierto, no puede haber
consultor técnico si no existe informe pericial, pero sí puede haber dictamen
pericial sin que necesariamente exista consultor técnico.
De todo ello es notorio y evidente especificar que la finalidad principal de
esta figura procesal consiste, fundamentalmente, en asesorar de manera
directa a la propia parte litigante que la propone y, de manera indirecta, al
magistrado actuante. Asimismo, le atañe controlar y supervisar la debida
realización de la tarea pericial específica —en todos sus aspectos— a cargo
del perito judicial interviniente y presentar oportunamente al citado perito sus
observaciones, pedidos de explicaciones y aclaraciones.
Por su parte, el Dr. Binda (12) entiende, al referirse a este tema, que no
pueden ni deben considerarse antecedentes de este nuevo instituto procesal a
los denominados "peritos contraloreadores", previstos en el Código de
Procedimientos en lo Civil y Comercial perteneciente a la provincia de Córdoba.
En efecto, según el citado autor, el art. 253 indica que los peritos
contraloreadores son aquellos propuestos por las propias partes litigantes, cuya
única misión será la de evaluar y criticar técnicamente el dictamen del perito
único de oficio designado por el juez.
El Dr. Binda manifiesta que la diferencia existente entre ambas figuras
procesales se basa en el hecho de que los peritos contraloreadores, a pesar de
la limitación que pareciera imponerles el propio texto procesal aludido,
simplemente son peritos. En cambio, el consultor técnico, si bien reemplaza a
las funciones cumplidas por los anteriores peritos propuestos de parte, actúa
con una tarea y una naturaleza jurídica distinta y específica a la oportunamente
indicada para aquéllos.

4.3.4. Defensor-consultor
Por otra parte, y tal como se indicó precedentemente, la figura del consultor
técnico se encuentra ya mencionada en la legislación procesal italiana. En este
aspecto es justo tener presente la opinión autorizada del Dr. Lino Enrique
Palacio, quien asimila al consultor técnico como "un verdadero defensor de la
parte que lo designa para que le asegure en los ámbitos de la técnica ajenos al
específico saber jurídico" (13) . El mismo autor, citando al Dr. Carnelutti,
destacado y conocido académico italiano en materia procesal, comprende al
consultor técnico en "el amplio concepto del defensor-consultor".
Asimismo, de acuerdo con lo manifestado por el Dr. Binda, resulta evidente
la diferencia entre el perito y el consultor técnico, ya que el primero actúa como
auxiliar en la administración de justicia, mientras que el segundo cumple,
fundamentalmente, con la parte litigante que lo designa, en la tarea de asesorar
y controlar de manera técnica el desenvolvimiento en la realización de la
prueba pericial y sus conclusiones.
Coincidentemente con el criterio inmediato precedente, la Dra. Rabinovich de
Landau (14) recuerda que la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Comercial
de la Capital Federal, en un pronunciamiento judicial referido a los autos "Oeste
Motors Car S.A. c. Blanco, Carlos A. y otro", en su sala "C", de fecha 10/2/84
oportunamente publicado en la revista La Ley, ha definido con claridad el
carácter del consultor técnico al decir que constituye el reemplazante de la
parte que lo ha designado para realizar por ella las observaciones pertinentes,
controlando de manera técnica el desarrollo de las diligencias periciales.
Incluso dicho consultor puede presentar su propio informe dentro del mismo
plazo establecido para el perito actuante.
Al respecto, la autora citada también manifiesta que, conforme al
pronunciamiento judicial aludido, el consultor técnico presenta una figura
estrictamente análoga a la del letrado patrocinante y opera en el proceso en
forma similar a este último, por lo cual, debe comprendérselo en el amplio
concepto del "defensor-consultor". Este criterio es plenamente coincidente con
aquella definición enunciada precedentemente por el Dr. Palacio (15) .
Por su parte, el Dr. Gallo (16) se pregunta y cuestiona si, eventualmente, el
consultor técnico no puede llegar a constituir el perito del propio perito
designado por el juez.
Es por ello que, sobre la base del análisis de las distintas opiniones y
posiciones citadas, puede definirse la naturaleza del consultor técnico de modo
similar a como lo hicieron los propios autores de la reforma en sus
consideraciones y fundamentos, al señalar que "de la misma manera que las
partes en el aspecto jurídico cuentan con el patrocinio letrado, no se admite por
qué no podrían tener el apoyo de un experto en cuestiones técnicas".

4.3.5. Patrocinio técnico vs. Patrocinio letrado


Es evidente que en nuestra legislación procesal nacional nace la figura del
patrocinio técnico, a través de los consultores técnicos que representan un
nuevo rol profesional, análogo al del abogado, asistiendo a las partes en
cuestiones ajenas al conocimiento y al saber jurídicos. En este orden de ideas,
el Dr. Duro (17) puntualiza que el accionar del consultor técnico constituye una
suerte de patrocinio técnico para quien propuso su designación.
Asimismo, el citado profesional considera que en mérito a las facultades y
obligaciones establecidas en la legislación procesal comentada, el consultor
técnico ejerce la representación de la parte que lo propuso, en cuanto a temas
ajenos a la disciplina jurídica, por lo que su accionar conformaría una suerte de
patrocinio técnico perfectamente diferenciado del patrocinio letrado, el cual es
ejercido por los abogados y es propio e inherente a ellos (18) .

4.3.6. Funciones facultativas


Por último, y tal como, con gran acierto, manifiesta la Dra. Rabinovich de
Landau (19) las funciones del consultor técnico en nuestra legislación procesal
son, de manera fundamental, de carácter facultativas de ser ejercidas por él.
En efecto, eso tiene origen expresamente en el verbo "podrá", empleado en el
citado texto normativo. Conforme a ello, surge que las funciones asignadas al
consultor técnico son de orden eminentemente operativo, tal como se indica a
continuación:
a) podrá presenciar las operaciones técnicas que se realicen y formular las
observaciones que considere pertinentes (art. 471 del CPCCN);
b) podrá presentar por separado su respectivo informe (arts. 472 y 474 del
CPCCN); y
c) podrá formular observaciones a los informes o explicaciones del perito (art.
473 del CPCCN).

5. ALGUNOS ASPECTOS ESPECÍFICOS DE INTERÉS


Seguidamente, se comentan algunos aspectos puntuales de carácter
opinable y controvertido referidos a la mencionada figura procesal establecida.

5.1. Propuesta de designación


En cuanto a la oportunidad y a la forma de proponer la designación del
consultor técnico, el art. 459 del CPCCN establece los siguientes aspectos:
a) si la parte litigante decidiera ejercer la facultad de proponer la designación
del consultor técnico, deberá indicar su nombre, su profesión y su domicilio
en la misma presentación donde ofrece su propio cuestionario de prueba
pericial; y
b) asimismo, en el caso de la existencia de pluralidad de partes litigantes, y si
éstas no concordaren en la propuesta de designación del consultor técnico
correspondiente a su parte, el juez lo designará por sorteo, sobre la base
de la nómina de los nombres oportunamente sugeridos por los propios litis-
consortes.
De la misma forma como la legislación procesal vigente (art. 462 del
CPCCN) dispone que, previo a la determinación de los puntos de pericia
propuestos, las partes litigantes podrán presentar, de común acuerdo, sólo al
perito que intervendrá en el proceso judicial, también podrán proponer la
dignación de un nuevo consultor técnico si concordaran con la persona
indicada para esa labor pericial.
Es curioso destacar que, para la designación de los mencionados
consultores técnicos, no es indispensable que éstos figuren matriculados ante
la respectiva entidad profesional correspondiente a la jurisdicción territorial de
que se trate ni a ninguna otra.
Los consultores técnicos pueden presenciar la realización de la diligencia
pericial que lleve a cabo el perito actuante y tiene la facultad de formular las
observaciones que consideren pertinentes (art. 471 del CPCCN).

5.2. Notificación y aceptación del cargo


Al respecto, también es oportuno tener en cuenta los adecuados y acertados
comentarios que el Dr. Binda (20) formula sobre el particular, cuando
manifiesta que, no obstante existir criterios y opiniones divergente en cuanto a
la forma de notificación y a la aceptación del cargo por parte del consultor
técnico, se considera deseable y conveniente que se lo notifique de su
designación de manera expresa, en forma simultánea con aquella que se
efectúe al perito designado de oficio, y, consiguientemente a ello, se le exija la
debida y expresa aceptación del cargo, de acuerdo con las formalidades
procesales establecidas.
Es indudable que la notificación y la aceptación del cargo deberán facilitar la
labor del perito de oficio y el buen ordenamiento del proceso judicial, lo que
redunda en una mayor celeridad de este último.
Un criterio similar es sustentado por la Dra. Rabinovich de Landau (21) . En
efecto, la autora citada efectúa una puntual referencia a la existencia de
opiniones divergentes sobre el tema relacionado con la formal aceptación del
cargo por parte del consultor técnico.
Asimismo y a pesar de no estar expresa y explícitamente enunciado en las
disposiciones normativas del orden procesal vigente, se considera que, al
constituir el consultor técnico una figura procesal específica, también debe
proceder a aceptar formalmente el cargo conferido, tal como deben hacerlo los
propios peritos (art. 469 del CPCCN).
No obstante esa circunstancia, el Dr. Duro (22) compartiendo lo sostenido
por el Dr. Carlos Eduardo Fenochietto, manifiesta que, teniendo en
consideración el sentido amplio y el espíritu de agilidad que la reforma procesal
pretendió darle a la ley, estima innecesario el requisito de aceptación del cargo.
Además, sostiene que el consultor técnico, al no ser un auxiliar directo del juez
y al no estar sujeto a causales de recusación, y, en consecuencia, al poder ser
reemplazado por la parte que lo propuso en cualquier momento, constituye una
suerte de defensor-consultor, con una participación en el proceso judicial
similar y análoga a la del abogado. En cambio, el profesor Gallo (23) afirma que
la expresa aceptación del cargo por parte del consultor técnico es
absolutamente necesaria, dado que del cumplimiento de ese requisito en el
ámbito forense se desprende la promesa de actuar con fidelidad. En merito a
ello, el consultor técnico interviniente asume el formal y debido compromiso por
los eventuales efectos y consecuencias que pueden sobrevenir de su actuación
profesional durante el respectivo proceso judicial.

5.3. Profesional con título habilitante


Si bien en nuestro ordenamiento procesal no surge de modo suficientemente
claro y explícito si es necesario que el consultor técnico tenga que ser
profesional con título habilitante en la misma disciplina que la del perito
propuesto y designado, debería ser así por motivos de razonabilidad,
coherencia y criterio, dado que no sería adecuado, consistente, ni tampoco
armónico, que un profesional de una determinada disciplina esté obligado a
rendir cuentas, emitir explicaciones, o responder con aclaraciones u
observaciones en el ámbito forense, ante un lego o un profesional de una
disciplina distinta de la consignada anteriormente.
Al respecto, la Dra. Rabinovich de Landau (24) indica con claridad que el art.
459 del CPCCN establece que, al proponer la parte interesada la designación
de un consultor técnico, deberá proporcionar datos como su nombre, su
profesión y su domicilio, con lo cual no deja lugar a dudas de que deberá tener
el mismo título habilitante que se le exige al perito propuesto y designado de
oficio. Se coincide plenamente con esa opinión, dado que, durante el período
de vigencia de esta nueva figura, no se tiene conocimiento de la existencia de
situaciones distintas de la recién indicada.
Sin embargo, la autora mencionada señala que en el trabajo del
Dr. F enochietto (25) , éste considera que el consultor técnico "puede tener o
no título habilitante, aun cuando la profesión estuviese reglamentada".
No obstante ello y en oposición al criterio expuesto, el Dr.
Duro (26) manifiesta que el tema planteado, es decir, si el consultor técnico
debe tener o no título habilitante, resulta de una profundidad tal que escapa del
marco de un simple comentario, ya que se entremezclan cuestiones de orden
práctico, jurídico-doctrinario y gremial.
Al respecto, el Dr. Duro sostiene que, teniendo en cuenta cuestiones de
índole especialmente jurídicas y procesales, éstas han llevado a fundamentar
que, en la medida en que el designado no suscriba informes, no es posible
impedir su formal designación, no obstante entender que otras cuestiones de
orden práctico harían aconsejable una expresa definición a este respecto.
Por otra parte, en referencia al mismo tema, el Dr. Binda (27) también
expresa que, a pesar de no encontrarse mención alguna en el propio articulado
del CPCCN acerca del título profesional que debe tener el consultor técnico, no
considera que puedan existir dudas mayores sobre la necesidad referida a que
el mismo tenga igual título profesional que aquel del perito actuante. En efecto,
el autor citado manifiesta que el art. 472 del CPCCN indica que el informe que
el consultor técnico podrá presentar deberá cumplir los mismos requisitos que
el dictamen pericial, y éste, de acuerdo con lo expresamente determinado por
el artículo mencionado, contendrá "la explicación detallada de las operaciones
técnicas realizadas y de los principios científicos en que se funda " (lo
destacado en negrita es nuestro).
En definitiva, se considera que mal podría un consultor técnico, sin el título
profesional respectivo, o con uno de menor o de distinta jerarquía, pronunciarse
sobre principios científicos y/o técnicos acerca de los cuales no pueda
acreditar su pleno conocimiento y su versación.

5.4. Reemplazo y sustitución


Es interesante destacar que, a diferencia de los peritos de parte, el art.
461 del CPCCN establece que el consultor técnico actuante podrá ser
sustituido en cualquier momento del proceso judicial por la parte litigante que
originalmente propuso su designación.
En mérito a ello, la propia legislación indica que el profesional reemplazante
no podrá pretender una intervención que signifique demorar o retrogradar la
realización de las tareas o de la contestación de la pericia oportunamente
encomendada.
5.5. Cumplimiento de la labor profesional
Los artículos 471 y 475 del CPCCN establecen que el consultor técnico
podrá estar presente cuando se realicen las tareas inherentes a dar
cumplimiento a la pericia encomendada por el magistrado al perito designado.
Asimismo, los consultores técnicos de las partes litigantes tienen la facultad
de presentar sus propios informes al magistrado, dentro del mismo plazo fijado
al perito judicial actuante (art. 472 del CPCCN), lo cual, indudablemente, puede
llegar a constituir una duplicación de tareas y esfuerzos que de ninguna forma
parecería justificarse.
Por otro lado, también es oportuno tener en cuenta que el art. 472 del
CPCCN establece que los consultores técnicos de las partes —dentro del
mismo plazo fijado que al perito designado de oficio— podrán presentar por
separado sus respectivos informes, cumpliendo con idénticos requisitos que los
que se indican para este último. Nuevamente, se aprecia en forma clara que es
facultativo del consultor elevar su informe. Aunque algunos autores manifiestan
que el mismo debe ser indefectiblemente presentado, se considera que es
perfectamente optativo elevarlo.

5.6. Regulación de honorarios


Entre el experto designado como consultor técnico y la parte litigante que
propuso su designación surge una relación que deriva de un contrato de
locación de servicios o de obra (arts. 1623 y 1629 del Código Civil). En
consecuencia, la parte proponente queda obligada al pago de un honorario (art.
1628), sin que exista impedimento alguno para que las partes establezcan un
formal convenio acerca de éste.
La labor de los consultores técnicos no es, de por sí, gratuita, sino que
resulta rentada de manera expresa (art. 461 in fine del CPCCN), lo cual,
naturalmente, tiende a agravar y recargar con mayores gastos el propio
proceso judicial.
En principio, debe quedar claro que la parte litigante que propone la
designación del consultor técnico tendrá que soportar los honorarios y los
gastos pertinentes, si la intervención de éste ha sido superflua o resulta
irrelevante.
En cambio, si se demostrara que el magistrado interviniente aprovechó el
dictamen elaborado por el consultor técnico y el mismo realmente sirvió y
contribuyó de modo adecuado para el dictado de la sentencia judicial
correspondiente, los honorarios y gastos consecuentes deberán ser asignados
a la parte litigante vencida.
Con respecto a quien perdió el pleito, éste deberá soportar los honorarios y
gastos del consultor técnico si no solicitó expresamente los puntos periciales o
los negó en su momento. Ello es así en esta última circunstancia, salvo que la
intervención de los consultores técnicos haya sido innecesaria de manera
absoluta para el dictado de la sentencia o la resolución judicial que pone punto
final a pleito en cuestión (art. 478 del CPCCN).

5.7. Limitaciones y ámbito de actuación


Conforme con las normas procesales vigentes, la ¿gura del consultor técnico
solamente está prevista en el CPCCN y como consecuencia de ello, no pueden
designarse en los fueros laboral y penal, dado que en esos ámbitos forenses
no se establece expresamente su participación. Asimismo, por la propia
naturaleza de su función, y considerando las actuales normas procesales
aplicables en la materia, los consultores técnicos tampoco podrán actuar en los
juicios de sucesiones, de particiones, arbitrales, de amigables componedores y
de peritos arbitradores, así como en el examen de libros, salvo la circunstancia
de solicitud expresa como diligencia preliminar.
Tal como se manifestó precedentemente, se recuerda que la figura del
consultor técnico tiene cierta semejanza y parecido con los delegados técnicos,
peritos contraloreadores, etc., aunque no se asimila enteramente a ellos en
cuanto a su cometido específico.

5.8. Ventajas e inconvenientes en la designación


Tal como acertadamente afirmara el Dr. Gallo (28) , existen criterios y
opiniones contrapuestos con respecto a la designación del consultor técnico.
Algunos dicen que es innecesaria, ya que incrementa los gastos del juicio, y, a
la vez, no aproxima mejores referencias que las que normalmente puede y
debe dar un perito designado de oficio.
En cambio, otros indican que, por el hecho de no conocerse al perito de
oficio designado y sorteado, se ignoran la real responsabilidad, honradez e
idoneidad del mismo, así como también la eficacia y la preocupación en el
cumplimiento de su labor y, por consiguiente, se necesita imponer cierta
vigilancia razonable a su cometido profesional.
Al respecto, el Dr. Gallo manifiesta que quien ofrece una prueba pericial debe
saber la forma y el modo para realizar su control, mediante la propuesta de los
cuestionarios específicos, concretos y necesarios, que no dejen lugar a dudas
o a diferentes interpretaciones. Si no fuera así, la ineficacia estaría del lado de
la parte proponente, más que del lado del propio perito judicial actuante.
Otro aspecto de interés se refiere a querer conseguir un dictamen favorable
del perito designado de oficio. En mérito a ello, se propone a alguien que pueda
ejercer "presión" y que actúe como vigilante para intentar desviar respuestas o
atacarlas.
En opinión, con respecto a la necesidad o no de proponer a estos
profesionales, se considera que no sólo pueden llegar a ser útiles cuando la
situación planteada es sumamente importante, en referencia a sus
consecuencias patrimoniales, sino también en los casos que presentan
circunstancias controvertidas de muy alta complejidad.
En general, en situaciones sencillas y no significativas no se justificaría su
propuesta, dado que, de lo contrario, se estaría restando mérito a los propios
peritos actuantes de oficio.
Al respecto, el Dr. Gallo agrega que el consultor técnico no debe "hostigar al
perito"; éste debe realizar su tarea específica y aquél debe observar, anotar y
reservar sus comentarios para el informe que, eventualmente, presentará al
juez en el momento oportuno. Allí tendrá todas las posibilidades y facultades de
impugnar, pedir ampliación y solicitar las aclaraciones pertinentes que pudieran
corresponder.
En síntesis, se considera que muchas pedidos de designación de consultores
técnicos se deben a que los letrados patrocinantes necesitan ese apoyo
profesional especifico, por cuanto no conocen la forma debida de requerir el
pliego pericial respectivo o no saben interpretar adecuadamente las respuestas
periciales y para no pedir asesoramiento extrajudicial, recurren a ese servicio
profesional en el ámbito procesal.

6. SITUACIÓN NORMATIVA ACTUAL EN MATERIA PERICIAL


A mero título informativo, en el ámbito forense de la Capital Federal y referido
específicamente a la actuación profesional en materia pericial, merecen
destacarse las siguientes figuras procesales posibles, a saber:
CPCCN Fuero Laboral CPPN
Actuación Profesional
Ley 22.434 Ley 18.345 Ley 23.984
Perito designado de oficio sí sí sí
Perito propuesto de parte no no sí
Perito oficial no no sí
Consultor técnico sí no no
Perito "ad-hoc" no no sí
Asimismo y tal como se manifestara precedentemente bajo el título 2 del
presente comentario, dentro de la breve enunciación anterior se han excluido
expresamente a los denominados "peritos de administración pública" (artículo
93 de la ley 18.345) y a los llamados "peritos árbitros" (previstos en los
artículos 736 a 773, inclusive, de la ley 22.434 del CPCCN) debido a su muy
escasa aplicación práctica y a su limitada vigencia en el ámbito forense de la
Capital Federal.
Sobre este particular, sólo cabe manifestar que en el ámbito de la Capital
Federal y en función a la ley 2303 del 29/3/2007 (B.O. 8/5/2007) se dictó el
Código Penal de la CABA —actualizado luego por la sanción de la ley 2452—
en el cual se establece que en materia pericial sólo cabe la posible
participación de los peritos designados de oficio y de los propuestos de parte
(artículo 130).
Por otra parte y teniendo en consideración lo expresado precedentemente en
cuanto a la calificación de los distintos peritos judiciales existentes conforme a
la forma de obtener la compensación y retribución por su labor profesional
realizada, puede manifestarse lo siguiente:

6.1. Peritos contratados


En primer lugar, se encuentran los profesionales que trabajan en forma
contratada (es decir, para los peritos propuestos de parte que actúan en el
fuero penal y también para los consultores técnicos que se desempeñan en
el fuero ordinario).
Debido a su propia naturaleza y a las características de su vinculación y
contratación las dificultades y problemas con relación a sus honorarios por su
labor pericial se limitan y reducen significativamente, dado que ellos pueden
pactar y acordar los mismos con sus clientes en forma anticipada y libre previa
a la realización efectiva de su labor profesional.
En mérito a esa especial circunstancia con relación a la efectiva percepción
de sus honorarios, ellos también pueden acordarse y efectivizarse por etapas
durante la realización de sus tareas y a la finalización de ella (mediante
anticipos parciales y un pago complementario final).
Atento a que las figuras procesales de "consultor técnico" y de "perito
propuesto de parte" tienen la común característica de poder ser contratados
por la parte litigante interesada en los resultados de la prueba pericial
considerada, es sumamente común que se confundan y malinterpreten sus
respectivas actuaciones procesales, por lo cual en el anexo informativo que se
incluye y acompaña al final del presente comentario se ilustra en forma
esquemática y comparativamente sobre las características específicas de
ambos roles profesionales.

6.2. Peritos oficiales


Con relación a los peritos oficiales tampoco existe problema alguno en este
aspecto. Ellos no perciben honorarios durante el cumplimiento de su labor
profesional debido a que gozan de una remuneración mensual en su carácter
de funcionarios que trabajan en relación de dependencia integrando y
perteneciendo al Poder Judicial o bien a los diversos organismos oficiales de
seguridad.

6.3. Peritos de oficio


En cambio y con relación a esta temática, el mayor y más serio problema lo
padecen los denominados "peritos designados de oficio" —también
llamados "peritos de lista"— que dentro del conjunto de los peritos judiciales
que actúan en el ámbito forense metropolitano constituyen la inmensa mayoría
(superior al 90%) y que —en general— son los más conocidos como tales en
ese contexto específico.
En efecto, para la regulación de sus honorarios profesionales los peritos
judiciales actuantes luego de realizar su tarea específica ordenada por la
autoridad judicial competente deben aguardar pacientemente su posterior
regulación de parte del magistrado, la cual normalmente se produce recién al
momento en que concluya el pleito judicial tramitado.
Por otra parte, cuando el honorario regulado procesalmente "queda firme", el
perito beneficiario debe tratar de poder efectivizar (o sea, cobrar o percibir) de
la parte litigante condenada en autos el respectivo importe por su actuación
profesional cumplida ya realizada con anterioridad, lo cual, en muchos casos,
no constituye una tarea rápida, fácil ni tampoco viable.
Asimismo, como es de público y general conocimiento debe tenerse presente
que la inmensa mayoría de las actuaciones judiciales de orden litigioso que se
tramitan en nuestro país no se caracterizan por ser expeditivas ni de duración
breve.
En consecuencia, constituye una situación común y corriente que exista una
sensible y significativa diferencia de tiempo entre el momento de la realización
del trabajo pericial y aquel instante en el cual el perito actuante puede llegar a
poder efectivizar la percepción (es decir, el cobro) de la retribución por la tarea
profesional oportunamente desarrollada, con lo que la situación ya mencionada
se agrava notoriamente máxime en un contexto económico inflacionario.
Curiosamente, esta circunstancia no se produce en la actuación de los
escribanos que intervienen en los trámites de sucesiones para el registro de las
propiedades que se trasmiten, ni tampoco con los martilleros que actúan en los
procesos de subastas de bienes muebles o inmuebles, dado que ellos perciben
sus honorarios en forma casi inmediata a su labor profesional cumplida.
En ciertas situaciones, por lo general el monto regulado tiende a encontrarse
en directa relación con el importe monetario vinculado con el litigio que se
tramita y al cual se refiere.
En síntesis, interesa destacar que esta situación lamentable la padecen y
sufren todos aquellos profesionales pertenecientes a las diversas disciplinas
(médicos, ingenieros, contadores, arquitectos, químicos, calígrafos, etc.) que
actúan como peritos judiciales designados de oficio en el ámbito forense
metropolitano.

6.4. Peritos "ad hoc"


Al respecto, cabe señalar que en el caso de las actuaciones profesionales
realizadas en el ámbito forense metropolitano que desarrollan y cumplen los
denominados "peritos ad hoc" su situación en materia de regulación y
percepción de sus honorarios profesionales es similar a la de los peritos
designados de oficio mencionados precedentemente.
7. CONCLUSIONES
Con el propósito de resumir y sintetizar aquellos conceptos y comentarios
más relevantes que surgen del presente capítulo, seguidamente se consignan
las conclusiones respectivas:
1. En nuestra legislación procesal, la figura del consultor técnico es
relativamente de reciente data. Consiguientemente a ello, su conocimiento,
aplicación, ejercicio y experiencia no son, aun hoy, de carácter amplio y
generalizado dentro del ámbito forense metropolitano.
2. Las únicas referencias normativas de tipo expreso en materia procesal,
correspondientes a la actuación del consultor técnico, están consignadas
en la sección 6ª bajo el título de "Pruebas de peritos", parte este último del
cap. V, denominado "Prueba", del CPCCN vigente.
3. Atento al momento en el cual se decidieron la formal creación y el
establecimiento de este nuevo rol o figura procesal, esto es, el consultor
técnico, las disposiciones normativas de sesgo profesional, vinculadas con
los graduados en ciencias económicas
—es decir, tanto la ley 20.488, sancionada en 1973, como el primer
estatuto profesional de carácter nacional instituido por medio del decreto-
ley 5103/45, posteriormente ratificado por ley— naturalmente no contenían
referencias expresas y específicas correspondientes a ese instituto
procesal.
4. En general, se desconocen los antecedentes doctrinarios y normativos
similares en nuestro país en cuanto a la novedosa figura jurídica
introducida en el ámbito procesal, y, también, los reales fundamentos y
consideraciones que oportunamente motivaron su aparición dentro del
ordenamiento legal aludido.
5. De la lectura armónica y del análisis cuidadoso del fragmento normativo
mencionado surge la evidente presunción de que los consultores técnicos
tienden a actuar preferente y prioritariamente como asesores directos en la
materia específica de su competencia para cada una de las partes
litigantes, y en forma indirecta y complementaria del propio magistrado
interviniente.
6.Un amplio espectro de nuestra doctrina asimila al consultor técnico como
un verdadero defensor de la parte que lo designa, para que la ilustre, la
asesore y la aconseje en los aspectos específicos de la ciencia, disciplina
o técnica, ajenos al propio conocimiento jurídico.
7. En consecuencia, el consultor técnico presenta una figura estrictamente
análoga a la del letrado patrocinante y opera en el proceso judicial de
manera similar a este último, por lo cual debe comprendérselo en el amplio
concepto del "defensor-consultor". En definitiva, se considera que en
nuestro medio existe un generalizado consenso en el sentido de que el
accionar del consultor técnico constituye una suerte de "patrocinio técnico"
para quien propuso su designación.
En mérito a ello, el consultor técnico ejerce la representación de la parte
litigante que lo propone de modo expreso, en temas ajenos a la disciplina
jurídica, motivo por el cual su labor implica una forma particular de
"patrocinio técnico" perfectamente diferenciado del letrado ejercido, propio
e inherente a los abogados.
8. Una característica específica de esta nueva ¿gura procesal es la
naturaleza curiosamente híbrida y ambivalente que puede adquirir en su
desenvolvimiento y accionar, dado que, si bien, en principio, parecería
adoptar un rol "pasivo", no debe descuidarse ni olvidarse que en cualquier
momento puede transformarse y encarar un papel plenamente "activo"
durante el ejercicio de sus funciones y tareas.
9. En materia de su designación, el CPCCN establece que ello deberá
acontecer cuando la parte litigante ofrezca su propio cuestionario requerido
de prueba pericial.
10. Nuestro ordenamiento normativo procesal vigente posee un evidente
vacío dado que no contiene expresas y claras referencias en cuanto a
notificación, aceptación del cargo y título habilitante relacionados con la
figura del consultor técnico.
11. El consultor técnico actuante, a diferencia de los peritos de parte, puede
ser reemplazado en cualquier momento del proceso judicial por la simple
voluntad de la parte litigante, que propuso su oportuna designación, sin
necesidad alguna de fundamentar los motivos que pueden impulsar esa
actitud.
12. En materia de honorarios debe manifestarse que la labor de los
consultores técnicos no es gratuita, sino que está expresamente
contemplada la compensación pecuniaria por su actuación durante el
proceso judicial.
13. En función del campo específico de su competencia, la posible actuación
del consultor técnico solamente estará limitada a los fueros civil, comercial
y federal, pertenecientes a la justicia nacional; es decir, los tribunales de la
Capital Federal y aquellos de carácter federal con jurisdicción en las
distintas provincias de nuestro país. Consiguientemente a ello, no se
considera viable ni tampoco procedente la actuación de los consultores
técnicos en los fueros laboral y penal.
14. En síntesis, en nuestro ordenamiento procesal, y atento a la experiencia
recogida, existen criterios y opiniones contrapuestos con respecto a la
conveniencia y a la oportunidad de recurrir a los servicios del consultor
técnico.
Se considera que dicho profesional puede llegar a ser útil cuando la situación
planteada es de suma importancia, en lo referido a sus consecuencias y
efectos patrimoniales, o en los casos en que se presenten circunstancias o
hechos muy controvertidos de muy alta complejidad.
No obstante ello, se advierte que muchos pedidos de designación de
consultores técnicos se deben a que los letrados patrocinantes necesitan
ese apoyo profesional directo y específico, dado que no conocen la forma
adecuada de requerir el pliego pericial respectivo o dudan acerca de cómo
interpretar adecuadamente las respuestas periciales y para evitar el pedir
asesoramiento extrajudicial recurren a ese específico servicio profesional
en el ámbito procesal.
Cuadro comparativo. Consultor técnico y perito propuesto de parte: principales
analogías y diferencias existentes.
Perito propuesto
Asunto considerado Consultor técnico
de parte
Prevista en el art. 254 del CPPN, en el fuero
1. Inscripción No posee.
penal.
Optativa. A propuesta de parte con
2. Designación Optativa. A propuesta de parte.
ratificación posterior del magistrado.
3. Notificación No aplicable. Por el juez que formalmente lo designa.
4. Aceptación de
Optativa. Obligatoria.
cargo
Por la parte que lo propuso (sin Solamente por el juez que lo designó y con
5. Reemplazo
causa). causa justificativa.
6. Idoneidad No posee. Debe especificarse.
7. Excusación No posee. A solicitud del perito y por justa causa.
8. Recusación No posee. Es la misma que para los jueces.
9. Independencia de Total, respecto de las partes litigantes
No se requiere necesariamente.
criterio intervinientes.
10. Funciones y
Facultativas. Obligatorias.
actuación
Asesorar y asistir a la parte que
Asesorar y auxiliar al juez en su labor
11. Finalidad principal propuso su designación e
profesional.
intervención.
En general, se pactan Comúnmente, se pactan previamente con la
12. Honorarios previamente con la parte que parte que propuso su designación. En su
propuso su designación. defecto, los debe regular el juez.
13. Reclamo en el
En principio, sólo a la parte que En primera instancia, a la parte que propuso
cobro de los
propuso su designación. su designación.
honorarios

EL PERITO ÁRBITRO DENTRO DEL JUICIO DE ÁRBITROS Y AMIGABLES


COMPONEDORES

Norma Cristóbal

1. JUICIO ARBITRAL

1.1. Introducción
Esta forma de resolución de conflictos configura una alternativa al proceso
judicial habitual en Tribunales con Jueces del Cuerpo Judicial. Los "jueces
árbitro" son aquí personas designadas especialmente y a los efectos de la
resolución del conflicto en cuestión.
La normativa aplicable corresponde a lo determinado en el Código Procesal
Civil y Comercial de la Nación(1) en su Libro VI, Título I.
1.2. Objeto
¿Cuáles son los conflictos que podrán dirimirse mediante esta práctica?
Todos aquellos que puedan serlo dentro del esquema de la transacción y todos
aquellos que no estén expresamente prohibidos.
Podríamos ampliar diciendo que las cuestiones no deben conllevar un asunto
de orden público, sino de cuestiones privadas y que, además, no dañen
derechos de la persona, de familia o sucesorios.
El código remite a que no podrán ser arbitradas las mismas cuestiones que
no son posibles de ser solucionadas mediante la Transacción (2) .
Veamos qué prevé la Ley sobre el particular (3) :
a)Las acciones penales para acusar y pedir el castigo de los delitos, sea por
la parte ofendida, sea por el ministerio público, aunque sí acepta la
demanda Civil que pudiese corresponder sobre dicho cargo.
b) Cuestiones de validez o nulidad de matrimonio, a no ser que la
transacción sea a favor del matrimonio.
c) Las cosas que están fuera del comercio, y los derechos que no son
susceptibles de ser materia de una convención.
d) Contestaciones relativas a la patria potestad, ni sobre el propio estado de
familia, ni sobre el derecho a reclamar el estado que corresponda a las
personas.
e) Sobre los derechos eventuales a una sucesión, ni sobre la sucesión de
una persona viva.
Sobre el resto de las cuestiones se podrá transigir, por tanto, por aplicación
de la Ley, podría aplicarse la resolución arbitral de los conflictos operados
sobre los mismos.

1.3. Formalidades del proceso arbitral


Al momento de llevar adelante un contrato o acuerdo de cualquier tipo que
los vincule en obligaciones recíprocas, las partes pueden incluir una cláusula
en la que prevean que de suscitarse un conflicto no accionarán judicialmente
sino que lo harán a traves del Proceso Arbitral. A esta cláusula se la
denomina compromisoria .
También pueden no haber previsto nada. En este caso pueden invocar la
suscripción de un compromiso arbitral antes o después de deducida una acción
judicial o en cualquier estado de ella.
En cualquier caso deberá suscribirse el compromiso arbitral , previo al
desarrollo del arbitraje con las siguientes características:
1. Debe ser otorgado por escrito.
2. En instrumento público o privado, o por acta extendida ante el Juez de la
causa o por aquel que hubiese correspondido.
3. Determinar fecha fehaciente.
4. Designar los nombres y domicilios de los otorgantes.
5. Establecer el nombre y domicilio del o los árbitros.
6. Determinar las cuestiones que serán objeto del arbitraje.
7. Prever multas para el caso de incumplimiento de alguna de las partes.
8. Como cláusulas facultativas se podrán considerar:
a. Establecer un lugar distinto al del otorgamiento del compromiso a los
efectos del fallo arbitral.
b. El plazo para ser otorgado el Laudo.
c. El compromiso de las partes a renunciar al recurso de apelación.
d. Establecer una multa para el recurrente del laudo si no mediare renuncia
comprometida según el inciso anterior.
De la misma manera el Compromiso se extinguirá (4) por decisión unánime
de los suscriptores, por el transcurso del plazo pactado o el legal, el que
correspondiese, o cuando habiendo transcurrido tres meses las partes o los
árbitros no hubiesen llevado adelante ningún acto o diligencia tendiente a
incoar el proceso arbitral.

1.4. De los árbitros


Pueden desempeñarse como árbitros las personas mayores de edad en
pleno ejercicio de sus derechos civiles según lo establece el Código (5) , los
que serán elegidos por las partes. La tarea del árbitro es remunerada.
La cantidad de árbitros dependerá del tipo de conflicto y de la complejidad o
materias involucradas en el mismo. Su número será siempre impar.
Cuando la designación se hace de esta forma no tiene ningún tipo de
limitaciones en relación a la elección, mientras se cumpla con los requisitos
mínimos legales. Este tipo de arbitraje se denomina "libre o ad hoc".
La designación también puede recaer sobre una Institución especializada en
el área por acuerdo de las partes y se lo suele denominar "Arbitraje
Institucionalizado". Generalmente esta situación se da cuando existe una
cláusula compromisoria en un contrato, como vimos en el punto anterior.
Las Instituciones que ofrecen su experiencia y técnica sobre temas arbitrales
suelen tener definido un Reglamento interno a los efectos de la elección de los
árbitros y la sustanciación del proceso. Cuentan con una lista cerrada de
personas capacitadas en el área, que las partes deberán consultar a los
efectos de designar de entre ellas a los árbitros. La elección de los mismos no
es abierta o libre, está sujeta a los que registra cada Institución.
Como un ejemplo de este tipo de servicios podemos mencionar el que brinda
el Consejo Profesional de Ciencias Económicas de la C.A.B.A. (CPCECABA).
Esta Institución constituyó un Tribunal Arbitral (6) que tiene su propia
organización interna que consta de un Director, un Secretario, Árbitros y
Asistentes. Tiene su Reglamento General en donde se detallan las funciones
de cada uno de ellos, como se elegirán periódicamente los árbitros para
integrar la lista, las incompatibilidades y requisitos y cómo deberán proceder las
partes para su designación. Contiene las pautas para llevar adelante el proceso
y las sanciones para los integrantes del Tribunal en relación a sus obligaciones
profesionales y éticas.
Su competencia está direccionada a "...toda cuestión, nacional o
internacional, en la que se discuta la validez, interpretación o cumplimiento de
actos, contratos, convenios, convenciones, pactos, y cualquier otro asunto que
tenga por objeto derechos patrimoniales susceptibles de transacción, y los
daños y perjuicios emergentes de los mismos, en los que las partes requieran
la intervención del Tribunal para laudar o resolver diferendos como tercero
imparcial, existiendo o no cláusula compromisoria a ese efecto. La
enumeración precedente es simplemente enunciativa, no taxativa, siendo la
competencia de carácter amplio..."(7) .
Este Tribunal es designado muy a menudo en cláusulas compromisorias de
contratos de sociedades comerciales que se radican en el ámbito capitalino, lo
cual a futuro es una opción rápida y eficaz para la solución de las controversias
que suelen suscitarse en el seno societario por diversas razones y que
contienen aspectos patrimoniales.
Por último, queremos destacar lo que debe ser tenido en cuenta al momento
de la elección de quien ejercerá la función, pues de ello dependerá el éxito del
laudo y la solución del conflicto: que los árbitros "ejercen una verdadera
jurisdicción con la misma fuerza que los jueces ordinarios: deben reunir
similares cualidades que los magistrados, en lo que atañe a imparcialidad e
independencia de criterio frente a las partes " (8) .

1.5. Proceso arbitral


Una vez acordado el uso de la Institución arbitral y designados los árbitros,
habiendo éstos aceptado sus cargos, se constituye el Tribunal Arbitral (TA). Si
las partes no hubiesen determinado un procedimiento a aplicar o no se trata de
arbitraje institucionalizado con reglamento propio, el TA deberá guiarse por lo
previsto para los juicios ordinarios o sumarios según elijan conforme a la
envergadura que la causa amerite (art. 741CPCCN).
El laudo será emitido en la fecha prevista por las partes o consensuada con
las partes por prórrogas solicitadas. Puede emitirse por unanimidad o por
mayoría si alguno de los integrantes del TA no se hubiese reunido o se negare
a pronunciarse. También podrá emitir un laudo parcial cuando la mayoría se
haya definido sobre una parte o punto del objeto de la litis. En estos casos se
designará un nuevo integrante del TA para pronunciarse sobre el resto
pendiente.
El laudo puede ser recurrido dentro de los cinco días por escrito fundado y
los recursos admisibles son los mismos que operan en las sentencias de los
Jueces de los Tribunales Judiciales, salvo que en el compromiso arbitral las
partes hubiesen renunciado expresamente a ese derecho (9) .

2. JUICIO DE AMIGABLES COMPONEDORES


Este Instituto está previsto en los artículos 766 a 772 del CPCCN. Como
puede observarse por la cantidad del articulado se trata de un procedimiento
menos regulado y simple.
Pueden ser resueltos por decisión de arbitradores o amigables
componedores (ACom) todas las causas que puedan suscitarse por juicio de
árbitros. Si en el compromiso arbitral no se hubiese aclarado se entenderá que
es de amigables componedores.
Se aplican a los ACom los mismos requisitos que a los árbitros respecto de
su capacidad, forma y recusación.
La diferencia entre ambos procesos radica en que en el de ACom es libre, no
está sujeto a las formas legales a que sí se someten en el Juicio Arbitral. Los
Acom reciben la documentación e informes que les suministren las partes, los
escuchan y a su leal saber y entender resuelven. En el Laudo de los ACom
prima la equidad antes que la normativa legal, lo que no significa que no deba
fundarse (salvo que las partes lo hubiesen dispensado expresamente de ello).
En tal sentido nos inclinamos por lo expuesto por Marval, O'Farrell &&
Mairal (10) "En un arbitraje de amigables componedores, los árbitros, que
deben fallar en equidad, son dispensados de la obligación de aplicar la
legislación o el derecho positivo lo que brinda la posibilidad, en determinados
casos, de llegar a una solución más justa ".
De no mediar expresamente un plazo para otorgar el laudo, éste debe
llevarse adelante dentro de los tres meses posteriores a la última aceptación
del cargo de ACom.

3. LA PERICIA ARBITRAL

3.1. Generalidades y alcances


El Instituto de la Pericia Arbitral o Juicio de Árbitros, se encuentra regulado
por el artículo 773 del CPCCN y es un procedimiento de uso sólo en
"cuestiones de hecho concretadas expresamente" y que se aplicará a las
previstas en el art. 516 del mismo, en razón de "...que las liquidaciones o
cuentas fueren muy complicadas y de lenta y difícil justificación o requirieren
conocimientos especiales ...".
Podemos definirla como el "...juicio emitido por especialistas en determinada
rama del conocimiento científico, técnico, industrial o artístico, a través del cual
se puede zanjar una disputa extrajudicialmente, o bien coadyuvar al desarrollo
de un procedimiento de ejecución de sentencia ..." (11) .
Se aplican las reglas del juicio de ACom tanto para la sustanciación como la
no recurribilidad del laudo, debiendo poseer los peritos árbitros designados
capacidad técnica en la materia objeto del laudo.
La resolución será vinculante para el Juez. El asunto se resuelve con la
decisión de este perito arbitral.
El plazo para resolver es de un mes desde la última aceptación, salvo que se
hubiese previsto un plazo determinado.

3.2. Aplicabilidad
El Dr. Jaime Anaya expresaba que la vía sumarísima de la pericia
arbitral (12) debería ser tenida en cuenta como arquetipo para "los
procedimientos mercantiles en todos los supuestos de conflictos jurídicos
generados por discrepantes apreciaciones de circunstancias de hecho ". El
párrafo lo dice todo: es una vía ágil, no recurrible y de fácil aplicación, sin
embargo, en la práctica parecería no ser tenida en cuenta.
Veamos cuándo se contempla su aplicación además de lo establecido en el
CPCCN, en algunos ejemplos del articulado del actual Código de Comercio:
a. Los barraqueros y administradores de casas de depósitos en todos los
casos en que fuesen obligados a pagar a las partes por faltas de efectos u
otros perjuicios, deberán llevar adelante la tasación por peritos
arbitradores (art. 128).
b. En los contratos de acarreo, portación o transporte de mercaderías "las
dudas que ocurriesen entre el consignatario y el porteador sobre el estado
de los efectos al tiempo de la entrega, serán determinadas porperitos
arbitradores, haciéndose constar por escrito el resultado " (art. 182).
c. En los contratos de compraventa mercantil el vendedor que luego "...de
perfeccionada la venta, enajenase, consumiese o deteriorase la cosa
vendida, será obligado a dar al comprador otra equivalente en especie,
calidad y cantidad, o, en su defecto, el valor que ajuicio de árbitrosse
atribuyese al objeto vendido, con relación al uso que el comprador
pretendía hacer de él, y al lucro que le podía proporcionar, rebajando el
precio de la venta, si el comprador no lo hubiese pagado todavía " (art.
471).
Nosotros elegimos estos tres casos a manera de ilustración, pero no es
taxativo, existen otros en donde el Instituto se encuentra previsto.
Particularmente en lo que hace a los Profesionales en Ciencias Económicas
es atractiva, desde el punto de vista profesional práctico, la redacción del
artículo 516, que hemos mencionado antes, dado que hace referencia a la
complejidad de las cuentas y por ende extensivo a todo lo que tenga una raíz
patrimonial, por lo que no entendemos cómo esta forma de resolución de
conflictos no tiene más adeptos.
Es hora de que breguemos por su difusión.

4. PROYECTO UNIFICACIÓN CÓDIGO CIVIL Y COMERCIAL DE LA NACIÓN


En el proyecto actualmente en trato parlamentario enviado por el Poder
Ejecutivo de la Nación (13) , el tema Arbitraje lo encontramos incluído dentro
del Título IV reservado para los Contratos en Particular, y allí en su Capítulo 29
como "Contrato de Arbitraje" que abarca los artículos 1648 a 1665.
El hecho mismo de incorporarlo dentro de ese título es una modificación o
más bien un reconocimiento de la práctica. En cuanto a definición y
controversias que pueden laudarse por esta forma de resolución no existen
cambios.
En relación a las formalidades podemos resaltar la mención de que ha de
hacerse por escrito y que las cláusulas compromisorias deben corresponderse
unívocamente con el contrato relacionado y por escrito (lo vuelve a
resaltar). (14)
En cuanto a las clases de arbitraje refiere a "juicio de árbitros" y "amigables
componedores", los primeros de derecho, los segundos de equidad (que refiere
específicamente) y volcando a favor del proceso de derecho si expresamente
no se autoriza a los arbitradores a hacerlo por equidad como el CPCCN (15) .
Esto implica un giro en contrario al criterio que hoy se encuentra previsto en
el artículo 766 del CPCCN que ante la omisión inclina hacia ACom.
Convengamos que es criterioso que la liberalidad del proceso quede librada a
la voluntad fehaciente de las partes por consenso y no al revés.
Se hace referencia específicamente a los arbitrajes institucionales (16) , los
que no se encontraban previstos expresamente en la reglamentación y
establece que los Reglamentos de arbitraje de dichas entidades serán los que
rijan esos procesos y formarán parte de los contratos de arbitraje. Esto es un
reconocimiento al avance que han experimentado en los últimos veinte años
entidades profesionales y asociaciones civiles sobre el particular.
En relación con las cláusulas facultativas (17) incluye la posibilidad de elegir
el idioma en que se ha de desarrollar el procedimiento (18) . No se hace
mención a la posibilidad de renunciar a los recursos de apelación y/o nulidad. Y
se incluye la posibilidad de establecer el prorrateo en la distribución de las
costas. Esto no está previsto expresamente hoy, pero no estaba prohibido por
lo que era usual considerarlo, y viceversa, de la misma manera, creemos que
podría procederse con la cláusula de renuncia.
En cuanto a la calidad, obligaciones y forma de recusación de los árbitros
mantiene las previsiones del CPCCN, estableciendo de manera más clara la
forma de procedimiento ante la falta de nombramiento de árbitro por alguna de
las partes (19) .
No hace referencia a las Pericias Arbitrales pero surge su aplicación de otros
artículos (20) , por lo que no le vemos variaciones en la práctica, salvo una
virtual reforma en contrario al CPCCN.

5. EL DENOMINADO "AMICUS CURIAE"

5.1. Definición
"Intervenir en un proceso sin ser parte procesal, con el único objetivo de
aportar un criterio jurídico a favor de la Justicia: ésta es, con bastante simpleza,
la naturaleza del amigo del tribunal, que es la traducción que mejor responde al
vocablo en latín "amicus curiae"." (21)
Podríamos decir que esa definición nos ha gustado, por ello abrimos el tema
con ella.
El "amicus curiae ", en adelante AC, es un Instituto del derecho procesal que
permite que ajenos a una controversia judicial, que cuenten con justificado
interés en la resolución final del litigio, puedan ofrecer opiniones consideradas
transcendentales para la sustanciación del proceso. (22)
Generalmente en las causas en que se presenta este tipo de personas, el
objeto del litigio o situaciones conexas a él están vinculados con el interés
público.
No afecta el principio de economía procesal dado que lo que el AC hace es
anexar información de utilidad u opiniones expertas a la causa de la litis.

5.2. Antecedentes
Si bien existen antecedentes dentro del derecho romano en donde el
Juzgador o "Jurex " podía ser asesorado por un abogado en situaciones que él
mismo considerara necesario, es en el derecho anglosajón donde ha visto su
desarrollo.
Con el avance de los pronunciamientos en pro del Reconocimiento y
Preservación de los Derechos Humanos, del Niño, Ambientales y otras
cuestiones de orden público, la figura ha sido utilizada de distintas maneras por
Tribunales Internacionales de distinto orden.
En la Comisión y la Corte Interamericana de Derechos Humanos se prevé
que el Presidente pueda convocar a cualquier persona interesada a dar su
opinión por escrito sobre los puntos sometidos a consulta a la Comisión (23) .
En el seno de las Naciones Unidasla Convención de los Derechos del
Niño en su artículo 4° obliga a los Estados a tomar todas las medidas
necesarias para efectivizar los derechos contemplados en la convención. Es
por ello que dentro de su ordenamiento resalta (24) : "...A continuación figura
una lista indicativa pero no exhaustiva de los tipos de actividades que las
instituciones nacionales de derechos humanos deberían llevar a cabo en
relación con el ejercicio de los derechos del niño a la luz de los principios
generales enunciados en la convención...",agregando (25):"facilitar a los
tribunales sus conocimientos especializados sobre los derechos del niño en los
casos adecuados, en calidad de amicus curiae o parte interviniente".
En los acuerdos y normas para la resolución de diferencias de la
Organización Mundial de Comercio se prevé un apartado especial que versa
sobre obtener información y opiniones de expertos acerca de los asuntos en
controversia (26) .
Éstos son sólo algunos de los pronunciamientos incorporados a nivel
internacional sobre el instituto del amicus curiae en estudio.

5.3. Tratamiento en el derecho y tribunales argentinos. La acordada de la


Corte
El Instituto no ha sido incorporado en los textos legales, ni se prevé su
tratamiento en el Proyecto de Reforma, sin embargo, ha sido introducido en
distintas oportunidades judiciales en los últimos veinte años.
La Corte Suprema de Justicia de la Nación se pronunció a favor de la
inclusión del Instituto del AC el 14 de julio de 2004 en su Acordada 28. (27)
El Alto Tribunal basándose en los preceptos constitucionales que así lo
habilitan (28) , autorizó "...la intervención de Amigos del Tribunal, con arreglo al
reglamento que, como anexo, forma parte integrante de este acuerdo " (29) .
El Reglamento básicamente en sus cinco artículos establece la posibilidad
del uso del Instituto en todos los procesos judiciales tanto sea en la
competencia originaria o en la de apelación (artículo 1°).
Que tanto personas físicas como jurídicas se presenten ante el Tribunal con
la única finalidad de expresar su opinión sobre el tema de fondo de la litis,
debiendo hacerlo dentro de los quince días hábiles del llamado de autos para
sentencia (también artículo 1°).
Expresa la necesidad de que quien haga uso de esta posibilidad sea una
persona con reconocida competencia en los temas de la causa (artículo 2°).
Deja perfectamente establecido que no reviste el carácter de parte ni goza de
ningún derecho procesal, como así tampoco de honorarios y retribución alguna
por sus opiniones, las que sólo tienen por objeto ilustrar a la CSJN y no son
vinculantes (artículos 4° y 5°) (30) .
A nosotros puntualmente nos parece muy provechosa la inclusión formal de
este Instituto y su reglamentación aunque sería interesante que lo fuese en
forma amplia y por una ley nacional.
Creemos que siempre es necesario en los litigios, sobre todo en aquellos que
debieran considerar situaciones especiales que afectan el interés público, que
los Tribunales cuenten, a la hora de fallar, con la mayor cantidad posible de
información y opiniones que lo lleven a tomar una decisión equilibrada, que
sienta siempre precedentes y que podría llegar a afectar, indirectamente, a un
amplio sector de la sociedad.

5.3.1. Algunos casos de aplicación práctica


A efectos ilustrativos hemos llevado adelante una reseña, a nuestro entero
arbitrio, en donde se pone de manifiesto la colaboración recibida por los
Tribunales por parte del Instituto del AC, los que se han presentado en
Tribunales y fueron agregados (31) .
En los casos que elegimos se encuentran afectados derechos o situaciones
de orden público, de allí la aceptación en las causas y su inclusión, como
expondremos, dentro de los considerandos:
1. El Centro de Estudios Legales y Sociales CELS fue aceptado como AC el
5 agosto de 1996 en el Juzgado Criminal y Correccional Nro. 2 de la
Capital Federal en un caso de prisión preventiva de un enfermo de VIH en
etapa terminal. Las consideraciones vertidas por CELS fueron
determinantes para que el Tribunal otorgase la libertad al procesado por
las razones humanitarias expuestas y en razón de la forma restrictiva en
que debe aplicarse la prisión preventiva (32) . Esto luego sirvió de
antecedente para otras presentaciones y, a su vez, todos estas situaciones
originaron la necesidad de modificar la aplicación de las penas privativas
de la libertad, en aquellos casos de enfermos terminales y otras
situaciones especiales, coronando en la sanción de la Ley 26.472 (33) que
modificó el Código Penal en ese sentido.
2. El 13 de junio de 2005 fue agregada la presentación hecha por
la Fundación Ambiente y Recursos Naturales FARN ante la Cámara de
Apelaciones en lo Civil y Comercial, sala IV, de la Ciudad de San Pedro en
Jujuy. La FARN peticionaba medidas sanitarias tendientes a evitar
infecciones pulmonares en la población aledaña a un establecimiento
productivo (34) .
3."Sánchez, Carlos P. c. Auditoría General de la Nación s/Despido"(35) . En
los considerandos al fallo expresa "...3) Que con arreglo a lo establecido
en la acordada 30/2007, el Tribunal llamó a una audiencia pública de
carácter informativo, la que tuvo lugar el 1° de abril de 2009 y en la cual las
representaciones letradas de cada una de las partes fueron interrogadas
sobre diversos aspectos de la controversia, conforme da cuenta el acta y
los instrumentos incorporados al expediente. También comparecieron en el
carácter de amicus curiae y efectuaron su exposición por intermedio de
sus representantes legales, la Asociación Trabajadores del Estado y la
Asociación del Personal de los Organismos de Control".
4."F., A. L. s/medida autosatisfactiva". La CSJN autorizó la realización de un
aborto a una menor, la cual quedó embarazada tras haber sido violada por
su padrastro, ya que el supuesto de aborto no punible contemplado en el
art. 86, inc. 2° del Cód. Penal, comprende a aquel que se practique
respecto de todo embarazo que sea consecuencia de una violación, con
independencia de la capacidad mental de su víctima. En el punto 4 de los
considerandos al fallo la Corte manifiesta "... Que, radicada la causa ante
esta instancia, se le confirió traslado a la señora Defensora General de la
Nación, quien asumió la representación de la niña A. G. y expresó que
correspondía confirmar la sentencia apelada (fs. 980/1010) al tiempo que
entendía que todos los casos de embarazo forzado —víctimas de
violaciones— debían ser considerados como abortos no punibles, más
precisamente, como casos particulares de la hipótesis general de peligro
para la salud de la gestante (artículo 86, inc. 1º, del Código Penal).
Asimismo, se le confirió traslado a la Defensora Pública de Menores e
Incapaces, quien asumió la representación del nasciturus y se expidió
requiriendo que se revocara la sentencia recurrida (fs. 683/694). En ambas
presentaciones se peticionó que este Tribunal declarara la admisibilidad
del recurso bajo examen, como así lo hicieron los diversos amicus curiae
que se presentaron solicitando la confirmación o la revocación de la
sentencia..."(36) .
5."Scorofitz, Néstor E. y otros c. /GCBA s/amparo (art. 14, CCABA)"(37) . Se
suspendió precautelarmente las obras de construcción de una playa de
estacionamiento subterráneo en un parque hasta tanto un perito experto
en dasonomía efectúe un informe específico sobre el impacto ambiental de
dicha construcción. En los considerandos figura agregada en carácter de
Amicus Curiae del Tribunal la legisladora María José Lubertino.

5.4. Alcance y diferencias con otros institutos


El amigo del tribunal o AC tiene como objeto acercar opiniones, estudios y
cualquier documento o investigación que pudiese servir a la causa y en
defensa del interés público que ésta podría involucrar.
De ninguna manera el AC pasa a ser parte de la querella, ni interviene a la
altura de cualquier funcionario o auxiliar judicial o perito.
Su participación tampoco es vinculante hacia la decisión del Juez. Pero se
constituye en una herramienta de gran ayuda para aquél en cuestiones álgidas
como las que hemos indicado en el acápite anterior.
Tampoco es asemejable el instituto del AC al arbitraje pues no se constituye
en "laudador", si bien con sus opiniones pueda favorecer a alguna de las partes
involucradas, en sus dichos siempre primarán cuestiones de orden público.
Contrariamente a la función del mediador no trata de acercar a las partes
para que resuelvan sus diferencias, sino que se maneja a través del Tribunal
interviniente.

5.5. Conclusiones
Creemos que toda aquella información o análisis e investigación sobre una
temática, que pueda ayudar al Juez o al Tribunal interviniente para dirimir un
conflicto cuyo fondo esté vinculado al interés público, siempre es bienvenido.
Por eso, y aún más, avalados por la acordada a la que hicimos referencia ut
supra defendemos la institución del AC siempre que las circunstancias lo
ameriten.
Y es más, creemos que es una posibilidad para que otras instituciones se
involucren en la problemática judicial y así "tiendan puentes" que sirvan para
construir una justicia mejor aplicada.

6. EL JUICIO ARBITRAL EN LOS MERCADOS COMUNES

6.1. Apreciaciones previas(38)


Para llegar a concretar un proceso de integración total, se debe atravesar un
camino ascendente hacia dicho objetivo. Las etapas irán fortaleciendo el
criterio asociativo, hasta alcanzar la integración económica, financiera y
política.
El camino conocido hasta hoy indica:
1- ZONA DE LIBRE COMERCIO: se produce cuando se eliminan las
barreras arancelarias y se aplica el criterio de la nación más favorecida.
2- UNIÓN TARIFARIA: se agrega al estrato anterior el establecimiento de un
arancel externo común para las importaciones y exportaciones. No hay
aranceles entre los países integrantes (39) .
3- UNIÓN ADUANERA: se suma a los puntos anteriores la administración del
arancel externo común a través de una organización aduanera conjunta
que le otorgue a cada país un porcentaje, ya estipulado, sobre los ingresos
aduaneros comunes, quedando otro porcentaje para la administración
conjunta.
4- MERCADO COMÚN: existe la libre circulación de bienes, personas,
capitales y servicios (40) .
5- UNIÓN ECONÓMICA Y MONETARIA: coexisten políticas
macroeconómicas, sectoriales y sociales comunes y la circulación de una
moneda común.
6- UNIÓN POLITICA: A través de una Constitución común con Órganos
Ejecutivos, Legislativos y Judiciales comunes.
Cada una de estas etapas, en las que existen distintos estados con sus
estructuras de gobierno propios, con monedas diferentes (hasta la etapa 5),
con legislación que va incorporando las directivas y reglamentaciones
comunes, pero que tienen matices de aplicación, con aranceles externos
distintos, entre otras diferencias, hacen que los conflictos se encuentren a la
orden del día y deban ser resueltos en un ámbito consensuado para ello. Esto
siempre que se quiera continuar en el avance dentro del cuadro de la
integración.
Para ello los mercados comunes (41) incorporan distintas formas de arbitraje
institucionalizado dependiendo de la etapa de integración en que se
encuentren.

6.2. Mercosur

6.2.1. El camino hacia la unión


El Tratado de Asunción (42) plasmaba la voluntad de los países suscriptores
para la creación del Mercado Común del Sur, determinaba una primera base
institucional y un criterio para la resolución de controversias, estableciendo un
período de transición con plazo al 31 de diciembre de 1994.
En 1994 se firma el Protocolo de Ouro Preto (43) —en adelante POP—
consagrando la personalidad jurídica internacional del Mercosur, consolidando
su organización institucional cuasi definitiva, adicional al anterior Tratado de
Asunción.
El 18 de febrero de 2002 es suscripto el PROTOCOLO DE OLIVOS
—en adelante PO—, a los efectos de consolidar la seguridad jurídica a traves
del perfeccionamiento del sistema de solución de controversias.

6.2.2. Organización institucional actual


El sistema institucional adoptado por el Mercosur corresponde al de
instituciones intergubernamentales. No se han creado organismos
independientes, sino que los órganos del mercado común se integran con los
representantes políticos de los respectivos ministerios o secretarías de cada
país integrante.
Se integra por:
1- EL CONSEJO DEL MERCADO COMÚN —CMC—: está integrado por los
ministros de relaciones exteriores, los de economía y los Jefes de Estado.
Lleva adelante la conducción política del Mercosur.
2- EL GRUPO MERCADO COMÚN —GMC—: es el órgano ejecutivo, está
coordinado por los Ministros de Relaciones Exteriores y conformado por
cuatro miembros titulares y cuatro alternos por cada país, de las áreas de
cancillería, economía y equivalentes. Es su incumbencia, como el anterior,
velar por el cumplimiento del tratado y sus acuerdos, y además estudiar los
medios para la armonización de normas, para lo cuál ha creado subgrupos
de trabajo, de acuerdo a la orientación respectiva del área de tratamiento.
3- LA COMISIÓN DE COMERCIO —CCM—: asiste al GMC, velando por la
aplicación de las políticas comerciales acordadas, para el buen
funcionamiento de la UA. Cada País además tiene su propia CC integrada
por funcionarios propios que reciben previamente los reclamos de su país
y los presenta a la CCM.
4- LA SECRETARÍA ADMINISTRATIVA —SAM—: es de índole meramente
administrativa y se va rotando la sede entre los distintos estados parte.
5- EL TRIBUNAL ARBITRAL AD HOC —TAHM—: son tribunales
independientes y los árbitros surgen de una lista que se encuentra en
poder de la SA. La solución de conflictos entre los estados parte posee
previamente la etapa administrativa interna entre las partes. De no
consensuarse en esta etapa se pasa al laudo arbitral en los términos
antedichos. Los fallos son obligatorios para las partes.
Para los particulares la situación es más difícil dado que al tener que
presentar su reclamo previamente en la CC de su país, para que ésta haga
lugar al reclamo, de no darse curso al mismo, sólo le quedará la vía judicial
interna contra el propio estado.
6- LA COMISIÓN PARLAMENTARIA CONJUNTA —CPC—: integrada por 64
miembros, ocho diputados y ocho senadores de cada país. Tiene sólo
facultades consultivas y de promoción para la incoar en los respectivos
parlamentos la aprobación de los acuerdos llevados adelante en el
Mercosur.
7- EL FORO CONSULTIVO ECONÓMICO Y SOCIAL —FCES—: es un
órgano conformado por representantes de los sectores económicos y
sociales de los países miembro en igual número. Tiene carácter de
asesoramiento y consulta.
8- TRIBUNAL PERMANENTE DE REVISIÓN —TPR—: conoce y resuelve
los recursos de revisión contra los laudos del TAHM.

6.2.3. La solución de controversias luego del Protocolo de Olivos


El PO no creó órganos supranacionales, en este caso de justicia, sino que se
recurrió al sistema arbitral para resolver los conflictos planteados en su seno,
pero como un concepto de Tribunal Ad hoc, no permanente.
Las cuestiones planteadas entre los estados parte se resolverán mediante
negociación directa, por elevación al GMC o por Procedimiento arbitral,
conforme lo que graficamos seguidamente:

Sin perjuicio de estos procedimientos la ORGANIZACIÓN MUNDIAL DE


COMERCIO —OMC—, también entiende en las controversias comerciales
entre países sean o no miembros de un Mercado común, por lo que las partes
podrán recurrir a ella a esos efectos, si fuese competencia de esa organización.
Sin embargo, una vez iniciado un procedimiento arbitral en uno de los posibles
Tribunales se enerva el derecho de ejercerlo en el resto, por ese mismo
caso (44) .
Llegada a la etapa arbitral se constituye el Tribunal Ad Hoc cuyos árbitros
surgirán de un listado integrado por los expertos oportunamente listados por los
países miembro, el presidente del mismo no podrá ser nacional de los estados
parte de la controversia.
El Tribunal tiene 60 días, prorrogables por otros 30 para expedirse.
La decisión podrá ser objeto de un Procedimiento de Revisión (45) en el
seno del TPR sólo por cuestiones de derecho e interpretaciones jurídicas
desarrolladas en el Proceso dentro del TAHM, y deberá expedirse dentro de los
15 días a partir de la notificación.
A diferencia del Arbitral, el Tribunal Permanente de Revisión funciona en
forma permanente e integrado por árbitros titulares y suplentes elegidos por las
partes por el término de dos años.

6.2.4. Funciones Tribunales Arbitrales del Mercosur


De acuerdo al PO y las reglamentaciones mencionadas, las principales
funciones de los Tribunales Arbitrales del Mercosur son:
Del TAHM:
a. Entiende en las controversias entre los Estados parte a instancia de éstos
o de particulares
b. Dicta medidas provisionales
c. Emite Recursos de Aclaratoria
d. Resuelve divergencias sobre el cumplimiento del laudo
Del TPR:
a. Para emitir opiniones consultivas que le soliciten
b. Es el Órgano de revisión de los Laudos del TAHM
c. Única Instancia en caso de controversias
Los dictámenes emitidos por los Tribunales, TAHM y TPR son obligatorios
para los Estados parte en las controversias y, una vez firmes, asumen el
carácter de cosa juzgada.
Por el contrario aquellas opiniones solicitadas en carácter de consultivas no
son obligatorias ni vinculantes, pero obviamente ejercen una orientación a los
efectos de llevar las relaciones "in bonis" dentro del contexto del mercado
común.

ANEXO JURISPRUDENCIA
PERICIA ARBITRAL
Pericia arbitral. Carácter vinculante. Pedido de aclaraciones y
observaciones sobre el informe. Desestimación. "Debaribieri, Ernesto
Gabriel c. Goldstein, Pablo D. s/ordinario", CNCom., sala C, 13/7/07.
FALLO
VISTOS:
I. Fueron elevadas las presentes actuaciones en virtud del recurso de
apelación subsidiariamente interpuesto por la demandada contra la providencia
de f. 742. El memorial del recurrente obra en fs. 743/745. II. Expresa el
demandado que le agravia la decisión del "a quo" en cuanto desestima el
pedido de aclaraciones y observaciones que se formulan, en relación con el
informe presentado por el perito árbitro oportunamente designado. Añade que
ni las partes, ni el Tribunal, propiciaron someter la cuestión a la decisión de un
"juez árbitro" y que la naturaleza jurídica del informe de fs. 674/731 permite la
formulación de pedidos de aclaración tendientes a echar luz sobre aspectos
que se consideran no suficientemente explicados. III. De las constancias de
estas actuaciones puede desprenderse de manera clara que la decisión del
juez de la instancia anterior, al sostener que las cuentas a realizar resultaban
complejas y de lenta y dificultosa justificación, fue la de designar un "perito
árbitro" para que laude, formulando la cuenta que manda la sentencia
ejecutoriada (v. f. 640). Como consecuencia de ello y toda vez que la decisión
del perito árbitro es vinculante para el juez, contrariamente a lo que sucede con
la prueba pericial en la cual puede apartarse el juez del dictamen pericial,
queda fuera de la discusión la pretensión del demandado en orden a las
observaciones y pedido de aclaraciones que efectuara a través de su
presentación de fs. 739/740. El carácter vinculante de la pericia arbitral está
legislado positivamente en el último apartado del art. 773 del Código Procesal,
cuando dice que "la decisión judicial (...) se ajustará a lo establecido en la
pericia arbitral" (Serantes Peña — Palma, "Código Procesal", Tomo III, pág.
435, pto. 6) y, en razón de ello, cabe considerar que ha sido bien denegada por
el juez "a quo" la solicitud de la parte demandada, a quien, como ella misma
sostiene, le queda la posibilidad de interponer los recursos contra la sentencia
que declare la validez del laudo (v. f. 744 vta. — párrafo primero). Por lo
demás, debe resaltarse, como bien deja sentado el "a quo" citando a
Fenochietto, que contra el dictamen de la pericia arbitral, tal el caso de autos,
no se prevé la posibilidad de recurso alguno. Ello es consecuencia de la
naturaleza abreviada del proceso ejecutorio (v. f. 747 — párrafo tercero).
IV. Por ello,
SE RESUELVE:
Desestimar el recurso subsidiariamente interpuesto por el demandado y, en
consecuencia, confirmar el pronunciamiento de f. 742. Sin costas por no existir
contradictor.
Devuélvase.
ARBITRAJE
Tribunal de Arbitraje General de la Bolsa de Comercio de Buenos Aires.
Convalidación de la Cámara Comercial, sala D octubre/2007
RESUMEN: Se trata de una sociedad extranjera —autorizada por la
Comisión Nacional de Valores— realizó una oferta pública de adquisición de
acciones representativas del capital social de su controlada a los fines de
incrementar su participación accionaria.
La asamblea de accionistas de la sociedad controlada decidió el retiro
voluntario de la oferta pública y cotización de las acciones representativas del
capital. El actor, accionista minoritario de esta última, promovió una acción de
impugnación por considerar que el precio ofrecido no era equitativo.
El Tribunal de Arbitraje General de la Bolsa de Comercio de Buenos Aires
consideró que el precio de $ 7,06 ofrecido por la sociedad controlada a los
accionistas minoritarios no fue "equitativo" en los términos del art. 32, inc. d),
del decreto 677/01, pero tampoco lo era el pretendido por el accionante.
La Cámara confirmó el laudo arbitral apelado, modificándose con el alcance
de disponer que el precio se fije en el de $ 7,97 por cada acción, con más un
incremento del 1%.
FALLO de la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Comercial - sala D
Buenos Aires, 3 de octubre de 2007
Partes Relevantes a la temática pericial y arbitral.
El Dr. Pablo D. Heredia, dijo:
1°) Después de obtener el 07-11-03 la correspondiente autorización de la
Comisión Nacional de Valores, la firma D.A. International (una sociedad
constituida bajo las leyes de las Islas Cayman, con sede en los EE.UU.) realizó
una oferta pública de adquisición (en adelante, OPA) de acciones clases A, B y
D que no fueran de su propiedad, representativas del capital social de su
controlada Atanor S.A., a los fines de incrementar su participación accionaria
en un 33,60% por encima de lo ya poseído a esa fecha (66,40%).
En la correspondiente publicidad, D.A. Internacional ofertó el precio de $ 7
por acción y anticipó que de resultar exitosa la OPA requeriría a Atanor S.A. la
convocatoria a asamblea extraordinaria de accionistas para considerar el retiro
de las acciones de dicha controlada del régimen de oferta pública regulado por
la ley N° 17.811, así como el retiro de cotización de las acciones por parte de la
Bolsa de Comercio de Buenos Aires, y que votaría con todas sus acciones la
aprobación de esas decisiones (fs. 39).
Como consecuencia de la OPA propiciada por D.A. International, el directorio
de Atanor S.A. encomendó a Infupa S.A., conforme lo establecido por el art. 32
del decreto 677/01, una evaluación sobre el precio ofertado, resultando de ello
un dictamen en el cual la referida consultora concluyó que el de $ 7 por acción
resultaba razonable (fs. 40/41 y 49/52).
En esas condiciones, D.A. International dirigió a Atanor S.A. una nota
concretando la oferta de adquisición al valor de $ 7 por acción (fs. 53).
Posteriormente, el directorio de Atanor S.A. solicitó a la consultora Infupa
S.A. una actualización de la valuación de las acciones con miras a otra OPA,
de resultas de la cual se llegó a un valor de $ 7,06 por cada acción (fs. 58/59 y
anexo de fs. 60/109).
Teniendo en cuenta los reseñados antecedentes, el día 31-03-04 la
asamblea de accionistas de Atanor S.A. resolvió el retiro voluntario de la oferta
pública y cotización de las acciones representativas del capital (fs. 239/240) y,
como consecuencia de ello, en los términos del art. 31 del decreto 677/01, la
empresa realizó una OPA dirigida a los titulares que las poseyeran de cualquier
clase, con excepción de la controlante D.A. International cuya participación
societaria, para ese entonces, sumaba el 98,302% del capital social. En
concreto, la OPA ofrecida por Atanor S.A. a sus accionistas minoritarios como
consecuencia del retiro voluntario de la oferta pública y cotización, tuvo por
objeto el 1,698% del capital social, al valor de $ 7,06 por cada acción,
indicándose —de conformidad con precisiones dadas por la Comisión Nacional
de Valores— que ello se entendía como procedimiento sustitutivo del derecho
de receso previsto por la ley 19.550 (conforme prospecto de fs. 111/124 y
publicidades de fs. 55 y 56).
Tal OPA fue comunicada a los accionista minoritarios, entre ellos, al señor
Guillermo M. Ruberto (véase nota de fs. 126), quien por considerar que el
precio ofrecido para la adquisición no era "equitativo" según lo exigido por el
art. 32, inc. d), del decreto 677/02 promovió una acción de impugnación de
dicho precio ante el Tribunal de Arbitraje General de la Bolsa de Comercio de
Buenos Aires en los términos del art. 30 de tal normativa, pretendiendo el
mayor precio de $ 35,32 por cada acción (fs. 148/163).
Dicha acción de impugnación fue resistida por Atanor S.A. (fs. 324/349).
2°) A fs. 876/896 el Tribunal de Arbitraje General de la Bolsa de Comercio de
Buenos Aires emitió por mayoría un laudo que consideró que el precio de $
7,06 ofrecido por Atanor S.A. a sus accionistas minoritarios no fue "equitativo"
en los términos del art. 32, inc. d), del decreto 677/01, y que tampoco lo era el
pretendido por Guillermo M. Ruberto. En cuanto aquí interesa, entendió que el
precio que correspondía tener como "equitativo" era el de $ 10,935 por cada
acción, siendo tal valor el que Atanor S.A. debía pagar al demandante para la
adquisición de las 178.600 acciones de las que es titular.
.........
Contra tal laudo interpusieron sendos recursos de apelación la
representación letrada del señor Ruberto (fs. 910/923) y, por medio de su
letrado apoderado, la firma Atanor S.A. (fs. 925/959), siendo concedidos los
dos (fs. 924 y 960). Ambos recursos fueron resistidos por la respectiva parte
contraria (fs. 969/979 y 980/992).
............
Por su parte, la Comisión Nacional de Valores reglamentó estos aspectos del
decreto 677/01 mediante el dictado de la Resolución General 401 del 26-03-02
determinado en cuanto aquí interesa lo siguiente: "...La oferta pública de
adquisición... deberá sujetarse a las siguientes condiciones: ... d) El precio
ofrecido deberá ser un precio equitativo, pudiéndose ponderar para tal
determinación, entre otros criterios aceptables, los que se indican a
continuación: d.1) Valor patrimonial de las acciones, considerándose a ese fin
un estado contable especial de retiro de oferta pública y/o cotización; d.2) Valor
de la compañía valuada según criterios de flujos de fondos descontados y/o
indicadores aplicables a compañías o negocios comparables; d.3) Valor de
liquidación de la sociedad; d .4) Cotización media de los valores durante el
semestre inmediatamente anterior al del acuerdo de solicitud de retiro,
cualquiera que sea el número de sesiones en que se hubieran negociado; d.5)
Precio de la contraprestación ofrecida con anterioridad o de colocación de
nuevas acciones, en el supuesto de que se hubiese formulado alguna oferta
pública de adquisición respecto de las mismas acciones o emitido nuevas
acciones según corresponda, en el último año, a contar de la fecha del acuerdo
de solicitud de retiro..." (art. 24, citada Resolución General).
4°) El presente caso se corresponde, precisamente, con una acción de
impugnación del precio "equitativo" referida en el considerando anterior, que es
promovida por un accionista minoritario de Atanor S.A. en los términos del
citado art. 32 del decreto 677/01, y su remisión al art. 30; acción que
"...solamente podrá referirse a la valuación dada a las acciones..." según lo
expresa la precitada norma, y que puede tramitar ante el tribunal con
competencia en materia comercial de la jurisdicción que corresponda al
domicilio de la sociedad controlada o bien, a opción del "accionista minoritario"
(definido por el art. 26, inc. d), cit. decreto), y tal como ha ocurrido en la
especie, ante el tribunal arbitral previsto por el art. 38, cuyo laudo es apelable
según también lo prevé el referido art. 30.
..........
Las atinadas reflexiones que preceden no impiden observar, empero, con
relación específica al sub lite, lo que sigue:
a) Los árbitros firmantes del laudo apelado calificaron su actuación como un
"arbitraje de derecho" (fs. 876), y ello no provocó el agravio de las partes.
b) El caso gira en torno a la determinación de un "precio equitativo", lo cual
importa una indagación en parte jurídica y no sólo fáctica, como se verá más
adelante.
...........
Concluida la deliberación los señores Jueces de Cámara acuerdan:
(a) Confirmar el laudo apelado en cuanto declaró que ni el ofrecido por la
demandada ni el pretendido por el actor constituye el "precio equitativo"
referido por el art. 30 y 32, inc. d), del decreto 677/01, modificándoselo con el
alcance de disponer que ese precio se fije en el de $ 7,97 por cada acción, con
más un incremento del 1%.
(b) Teniendo en cuenta la calidad, extensión y naturaleza de la labor
desplegada por el perito tasador en fs. 698/732, 808/824 y 829/839; la
incidencia que su labor tuvo para la dilucidación de los hechos controvertidos;
que el presente asunto tiene en el art. 30 del decreto 677/01 una norma
especial que impone considerar la escala aplicable a los incidentes, lo cual
desplaza las previsiones arancelarias del Reglamento Orgánico de Arbitraje de
la Bolsa de Comercio de Buenos Aires; que el monto del pleito está dado por la
suma por la cual, en definitiva, prospera la demanda; y que el emolumento
correspondiente a los auxiliares de la justicia debe guardar adecuada
proporción con el que correspondería a los restantes profesionales actuantes
en el pleito (CSJN, Fallos 256:232; 261:223; 300:70), se fija el honorario del
contador C. R. S. S. —en la persona de Brea, Solans y Asociados SCEF— en
la suma de $ 28.900 (pesos veintiocho mil novecientos).
Asimismo, ponderando que la incidencia resuelta en fs. 865/66 careció de
monto, y teniendo presente el éxito obtenido, así como la complejidad y
extensión de las tareas cumplidas en fs. 861/863 por el letrado y apoderado de
Atanor S.A., Dr. M. R. Q., se confirman sus honorarios en la suma de $ 6.600
(pesos seis mil seiscientos) (arg. art. 6°, 7°, 9°, 44, y 57 de la ley
21.839 modificada por la ley 24.432).
Pablo D. Heredia - Juan J. Dieuzeide - Gerardo G. Vassallo.
LAUDOS ARBITRALES EN EL MERCOSUR
Laudos del Tribunal Permanente de Revisión(46)
Listado de los emitidos hasta la actualidad conforme al Sitio Oficial del
Mercosur
Laudo Nº 01/2005: "Prohibición de Importación de Neumáticos Remoldeados
Procedentes del Uruguay" Recurso de Revisión Presentado por la República
Oriental del Uruguay contra el Laudo Arbitral del Tribunal Arbitral Ad hoc de
fecha 25 de octubre de 2005.
Laudo Nº 01/2006 : "Prohibición de Importación de Neumáticos
Remoldeados procedentes de Uruguay" Recurso de Aclaratoria interpuesto por
la República Argentina en relación al Laudo Arbitral dictado por éste el 20 de
diciembre de 2005.
Laudo Nº 02/2006: "Impedimentos a la Libre Circulación derivado de los
Cortes en Territorio Argentino de Vías de Acceso a los Puentes Internacionales
Gral. San Martín y Gral. Artigas" Recurso de Revisión presentado por la
República Argentina contra la decisión del Tribunal Arbitral Ad hoc de fecha 21
de junio de 2006.
Laudo Nº 01/2007: Controversia entre Uruguay y Argentina sobre
"Prohibición de importación de neumáticos Remoldeados procedentes del
Uruguay" —solicitud de pronunciamiento sobre exceso en la aplicación de
medidas compensatorias—.
Laudo Nº 01/2008 : "Divergencia sobre el cumplimiento del Laudo
N° 1/05, iniciada por la República Oriental del Uruguay (art. 30, Protocolo de
Olivos)".
Laudo Nº 01/2012 : "Procedimiento Excepcional de Urgencia solicitado por la
República del Paraguay en relación con la suspensión de su participación en
los Órganos del Mercado Común del Sur (MERCOSUR) y la incorporación de
Venezuela como Miembro Pleno".
Esquema de diseño propio
resuelve
no resuelve

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