Arde Copi
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DOSSIER [143-157] doi: 10.34096/tdf.n30.7252
telondefondo /30 (julio-diciembre, 2019)
Resumen
El presente artículo se centra en la puesta en escena de Marcial Di Fonzo Bo titula- Palabras clave
da Copi (2017-2018), programada por el Teatro Nacional Cervantes como homenaje Copi
póstumo al autor mencionado en el título de la misma. Para indagar sobre la unidad género
teatral buscada por la puesta en su conjunto, desde una lectura de imágenes apoyada imagen
puesta en escena
en conceptualizaciones de Georges Didi-Huberman, el artículo analiza los textos Di Fonzo Bo
que la componen (dos obras completas, Eva Perón y El homosexual o la dificultad de
expresarse, junto a otros fragmentos de obras variadas del dramaturgo, historietista,
escritor y performer). En ese camino, el artículo explora los vínculos de Copi con el
archivo criollo, con la historia del transformismo en el país, con el cuestionamiento
a las identidades sexo-genéricas fijas, así como con el historial de la textualidad pro-
hibida durante tantos años en Argentina, Eva Perón.
Abstract
The following essay focuses on Marcial Di Fonzo Bo’s staging entitled Copi (2017-2018), Keywords
presented at the Teatro Nacional Cervantes and conceived as a posthumous tribute Copi
to the author mentioned in the title. The texts that composed it (two complete works, Gender
Eva Perón and El homosexual o la dificultad de expresarse, together with other fragments Image
Staging
of Copi’s varied creations as writer, perfomer and strip cartoonist) are studied here in Di Fonzo Bo
order to reflect on this theatrical unit on the basis of a reading of images supported
by conceptualizations of Georges Didi-Huberman. The article explores Copi’s links
with the Creole archive, with the history of drag performances in the country, with
the questioning of fixed identities and, also, with the history of Eva Perón, a textuality
which was prohibited for many years in Argentina.
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DOSSIER Ezequiel Lozano
Arde Copi (2017-2018, dirección Di Fonzo... [143-157]
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Se suele creer que hay que preservar el material de archivo: ponerlo a resguardo de
hongos y alimañas es casi una tarea básica de cualquier centro de documentación
actual. Preservar al archivo de sus ratas. ¿Pero qué pasa cuando un archivo resultó
infectado por ratas para incentivar su profanación, para volver a darle actualidad,
para quemarlo y, en su ardor, reavivar sus brasas, soplando en las cenizas? Las ratas
poblaron las múltiples obras de Copi; su presencia roedora mordió el archivo de una
manera única.
Copi (2017-2018) fue una apuesta fuerte de la programación reciente del Teatro Nacio-
nal Argentino - Teatro Cervantes, la cual desplegó varias curiosidades. Se trató de
una coproducción del Cervantes con la Comedie de Caen (Francia), estrenada en la
Sala María Guerrero el 13 de Julio de 2017; la cual, luego de una gira internacional1, 1. En 2017, se presentó en: Comédie
de Caen, Centre Dramatique
realizó una segunda temporada, desde el 19 de julio al 12 de agosto de 2018. En esta National de Normandie (2, 3, 6
puesta en escena se pudo visibilizar un trabajo exhaustivo sobre el archivo, realizado y 7 de octubre); TNBA – Centre
por su director, Marcial Di Fonzo Bo, el cual continuó con una tarea central en la Dramatique National de Bordeaux
(11 al 13 de octubre); Le Manège,
propia producción del autor convocado en el título. Scène Nationale de Maubeuge (17 de
octubre); Teatro Español, Madrid (26
al 28 de octubre); La Manufacture
En su libro Arde la imagen, siguiendo las propuestas de Benjamin y Warburg, Didi- Centre Dramatique National Nancy
Huberman sostuvo que “las imágenes forman parte de eso que los pobres mortales Lorraine (8 al 10 de noviembre);
Les Célestins, Théâtre de Lyon, del
se inventan para registrar sus estremecimientos (de deseo o de temor) y la manera 15 al 17 de noviembre; Théâtre de
como ellos también se consumen” (2012:17). Desde esta óptica quisimos puntualizar, Nîmes, 22 y 23 de noviembre. En
en este trabajo, algunas imágenes de la puesta en escena para reflexionar y ahondar marzo de 2018, participó del Festival
Iberoamericano de Teatro de Bogotá.
sobre los cruces y tensiones que su montaje organizó y puso en discusión. Si la
imagen produce al mismo tiempo “síntoma (una interrupción en el saber) y conoci-
miento (la interrupción en el caos)” (Didi-Huberman, 2012:25), su montaje constituye
una de las respuestas centrales al problema de la construcción de la historicidad.
En esta línea, la operación más visible de la puesta de Di Fonzo Bo es seleccionar
dos textos dramáticos (Eva Perón y El homosexual o la dificultad de expresarse, escritos
respectivamente en 1969 y 1971), invertir su cronología de escritura en el orden de
su presentación en escena y unirlos mediante un entreacto que habla del autor de
ambos. Todo este montaje se presentó al público como una unidad y se tituló con
el sobrenombre del autor: Copi.
Erigir a Copi (1939-1987) como una figura central en el canon del Teatro Nacional fue
una intención manifiesta del director artístico del teatro, Alejandro Tantanián, quien
programó, durante 2017, dos puestas en escena que indagaban sobre su teatro, con
motivo de cumplirse treinta años desde la muerte del autor: la ya mencionada pues-
ta de Marcial Di Fonzo Bo y El día de una soñadora y otros momentos teatrales, dirigida
por Pierre Maillet y actuada por Marilú Marini, donde algunos pasajes del texto de
19682 se intercalaban con fragmentos de la prosa autoficcional de Copi, Río de la Plata 2. Nos referimos al texto dramático
de Copi El día de una soñadora
(1984). El unipersonal dirigido por Maillet era una producción de la Comédie de (1968), el cual se estrenó en París
Caen-CDN de Normandie, Francia, con el apoyo de Théâtre des Lucioles-Rennes, Le con dirección de Jorge Lavelli.
104-Paris y Dièse Rhône-Alpes. Esta programación conjunta, por parte del TNC, En Argentina, recién se pudo ver
en una versión dirigida por Juan
evidenció una voluntad de cruce entre Francia y Argentina, emulando la propia bio- Lange en el marco del Festival
grafía del autor evocado. de teatro isleño del año 2011 en
Tigre, (Pcia. de Buenos Aires).
Dicha decisión curatorial no fue un hecho aislado, sino que, a lo largo de ese año
2017, una serie de otros eventos buscaron dimensionar la figura de Copi. Entre éstos,
podemos mencionar algunos que consideramos altamente significativos: la publica-
ción, en Argentina, de diferentes libros sobre el artista3 y la exhibición, en Barcelona, 3. Destacamos, en especial, al
esperado estudio de Daniel Link,
de la muestra Copi. La hora de los monstruos, bajo la curaduría de Patricio Pron. Esta La lógica de Copi, publicado ese
última ofreció, entre otras muchas actividades, una conferencia a cargo del escritor año por Eterna Cadencia.
y crítico argentino Alan Pauls quien sostuvo que el de Copi es un teatro para ser leído:
que el único que puede amalgamar esa actuación y esos textos es el propio Copi. Por
suerte para nuestro teatro, numerosas puestas en escena desatendieron esa sentencia
del escritor de El pasado.
La puesta de Marcial Di Fonzo Bo, además de reunir esos dos textos dramáticos, ya
mencionados, de comienzos de los setenta (Eva Perón y El homosexual o la dificultad de
expresarse), paralelamente, recogió la voz de Copi en su texto autobiográfico, Río de
la Plata, junto a citas de entrevistas y fragmentos de otros textos suyos (como de su
novela El baile de las locas -en 2017- y de su obra en verso Cachafaz -en el reestreno de
2018-), durante un singular entreacto. Siendo una obra compuesta por varios mate-
riales textuales, pero presentada en la cartelera como un espectáculo autónomo, sin
embargo, evidenció una imposibilidad de ser leída como un todo. Por ejemplo, esto
se graficó en la lectura que el campo de la crítica periodística realizó de la puesta:
en las nominaciones del Premio ACE, la agrupación de Cronistas del Espectáculo
nominó como “mejor escenografía” sólo a la primera parte de la obra, El homosexual
o la dificultad de expresarse, aunque la escenógrafa, Oria Puppo, fuese la responsable
del espectáculo en su conjunto.
En este sentido, vale agregar, durante las primeras funciones, la propia puesta enun-
ciaba el carácter de “intermedio menor” del entreacto, como una mera pausa para ir
al baño que sólo informaba a cierto grupo desprevenido del público, que no conociera
nada de la biografía de Copi, sobre su vida (se encendían las luces de la platea y se
fomentaba esa circulación de público entrando y saliendo de la sala). Rápidamente,
Di Fonzo Bo fue modificando el tono y el contenido del entreacto, lo cual resultó en
importantes transformaciones, en especial, durante la gira internacional. Creemos,
sin embargo, que hubo una vacancia en la lectura total de la puesta Copi y que su
indagación propone aristas valiosas.
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Arde el todo
Para Eva perón, Marcial Di Fonzo Bo eligió trabajar sobre la traducción del argentino
Jorge Monteleone, la cual resultaba conocida en el país desde el 2000, cuando Adria-
na Hidalgo Editora la publicó, en un momento en el cual casi la totalidad de su obra
no había tenido traducciones al español rioplatense. En cambio, para El homosexual
o la dificultad de expresarse entendió que la traducción de Joani Hocquenghem, pensa-
da para el contexto mexicano4, conservaba algo del “perfume chejoviano” (Di Fonzo 4. Este texto dramático fue puesto
en escena por Daniel Giménez
Bo, 2017:5) del texto original, que una hipotética traducción voseada hubiese dificul- Cacho, durante el año 2002 en
tado. El doble programa desplegaba una estrategia no explicitada: los textos dramá- Ciudad de México, como parte
ticos elegidos funcionaban como un par de opuestos/complementarios, tal como integrante del “Tríptico Copi”, una
co-realización franco-mexicana
observó Alejo Campos (2018). Un texto se proyectaba en el otro y viceversa, empe- del festival Tintas Frescas.
zando por los espacios construidos para cada mundo ficcional, los cuales, si bien
parecían enfrentados (uno abierto, la estepa nevada de Siberia, el otro cerrado, con
salones y recámaras, donde varias puertas con llave y muros enjaulan y protegen a
los personajes), ofrecían pocas posibilidades de sobrevida, para sus protagonistas, al
exterior de ese ámbito particular. La estructura de personajes construía una economía
de cinco vértices, en este binomio conformado por El homosexual… y Eva Perón, a saber:
a) un general abúlico, casi ausente, que solo se adelantaba para despedirse (General
Pushkin/Perón), interpretado en ambas obras por Rodolfo de Souza; b) una criada-
enfermera-alumna, subordinada y seducida para ocupar el lugar sacrificial (Irina/
Enfermera), representada en ambos casos por la única actriz cisgénero en escena,
Rosario Varela; c) un rol materno demandante (en ambos textos denominada como
“Madre”, representada por Juan Gil Navarro en la primer obra -también llamada Sra.
Simpson- y por Carlos Defeo en la segunda) ; d) un secretario que obedecía comandas
de organizar el viaje o la fiesta (Garbenko/Ibiza), a cargo de Carlos Defeo y Juan Gil
Navarro, nuevamente, pero en roles invertidos; e) una despótica (profesora de piano/
moribunda), aguerrida y armada, desclasada y exiliada, enfundada en pieles (Señora
Garbo/Evita), únicas representaciones que no se doblaban en otro personaje en la
obra contigua (a cargo respectivamente de Hernán Franco y Benjamín Vicuña , reem-
plazado por Marco Antonio Caponi durante la temporada 2018).
Ambos textos dramáticos trabajaban sobre la figura del doble y Di Fonzo Bo, por
su parte, acentuaba ese aspecto en toda su puesta. Por ejemplo, los finales de ambas
obras se espejaban, haciendo diáfana la tragedia luego de los anticipos que de ésta
realiza Copi en el desarrollo dramatúrgico. Con este elemento se llevaba a escena un
recurso ya observado también en sus historietas; tal como argumentó Patricio Pron:
En otro juego de dobles, el diseño del programa de mano (creación de Martín Gorri-
cho5) intervenía el archivo fotográfico de Copi como performer para proponer una 5. Para más información: ver online
http://gorricho.com.ar/portfolio/
Eva “cabecita negra” (en la portada) y una Eva con cara de Copi o un Copi travestido diseno-afiches-teatro-cervantes-
con cara de Eva -según quiera verse- (en el interior del mismo). Para ello, elegía una teatro-nacional-argentino
foto particular a intervenir: la imagen de Copi performer travestido, caracterizado
para uno de los múltiples roles que desempañaba en su obra Le Frigo, la cual estrenó
en Teatro Fontaine (París) durante el Festival de Automne, con trajes y decorado de
Juan Stoppani, el 7 de octubre de 19836. En esta obra en particular de su autoría, Copi 6. El estreno en Argentina sucedió
recién en 2004, bajo el título Le frigo
desplegaba técnicas propias del transformismo. (la heladera o un trozo de carne), con
dirección de Javier Albornoz y Juan
Andrés Ferrara, con actuación de
Juan Rutkus; diseño de vestuario de
Francisco Franco; diseño de esceno-
grafía de Javier Albornoz; y diseño
plástico de Diego Bugallo. Tuvo una
segunda temporada durante 2006.
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1. Copi en Le Frigo - Foto Jorge Damonte. 2. Portada del programa de mano de Copi. 3. Imagen presen-
te en el interior del programa que también se usó para publicitar la puesta. Diseño de 2 y 3: Martín
Gorricho para el TNA-TC.
nante e invisibilizando nombres que por ello resultan menos afamados como los de
Mirko o Tamar. Es muy probable que Copi haya conocido esta historia del transfor-
mismo, así como que haya frecuentado, en la Francia de finales del siglo XX, en sitios
de sociabilidad marica, shows donde fuera usual la práctica contemporánea del mismo.
Por lo menos, su texto dramático Le Frigo (1983), citada en la imagen y en la puesta, daba
cuenta del conocimiento que Copi tenía de esos procedimientos escénicos.
En el entreacto de la puesta en escena de Di Fonzo Bo, quien daba voz a Copi era
Gustavo Liza, reconocido artista del transformismo en Buenos Aires, quien brilló
en los ambientes gay de las décadas del ochenta y noventa del siglo pasado. Es
interesante pensar cómo funcionaba su performance en contraste con las demás
interpretaciones de esta puesta en escena. También aquí la figura del doble se podía
reconocer. Por una parte, la actriz y los actores que encarnaban los personajes de
ambos textos dramáticos se mostraban altamente entrenados en técnicas especiali-
zadas para el teatro de representación, en contraste con la técnica de un performer
con base en una escuela de las tablas, pulida al calor de las sucesivas noches de
oficio e improvisación en fiestas, discos y boliches de ambiente. Recursos propios
de ese mundo, como el playback desde el travestismo y la imitación de estrellas,
mostraban una larga trayectoria en el teatro de cabaret y del transformismo en el
país por parte de Liza. Lo interesante de la puesta es que puso a la par las técnicas
de teatro de arte en un doble interpretativo singular. Probablemente haya sido esa
mixtura de cenizas la que generó rispidez en las lecturas de la crítica periodística
sobre la puesta y los comentarios de diferentes espectadores. Aunque, cierto resul-
ta, que en eso criollo, en esa mezcolanza, en eso bufo se podía oler algo del Copi
profanador de lo sagrado del teatro nacional.
El travestismo fue una decisión constante de la puesta de Di Fonzo Bo. Más allá del ya
canónico rol de Evita interpretado por un actor, se sumó la decisión de que la madre
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de ésta fuese interpretada también por un hombre cis, del mismo modo que la Sra.
Garbo y la Sra. Simpson, en El homosexual o la dificultad de expresarse. También en esta
primera parte se anexó la tensión, más actual, de que tres intérpretes cis representaran
los personajes trans. Por su parte, Gustavo Liza aparecía en ese intervalo dándole
voz a Copi, pero desde una performance femenina que copiaba gestos y vestuarios
de la performance del propio autor en Le Frigo (1983). Es también quien escenificaba
todos los inserts musicales fonomímicos o dancísticos que la puesta exigía. Haciendo
gala de sus dotes transformistas podía representar tanto a una cantante china (en
el agregado musical de El homosexual o la dificultad de expresarse, mediante el cual se
evocaba la referencia al país donde los personajes quieren viajar) a una bailarina de
cabaret parisino (en el entreacto musical y coreográfico, agregado al desarrollo de
Eva Perón), como, durante el entreacto propiamente dicho, al propio Copi travestido,
dándole voz mediante los dichos del autor en diferentes entrevistas, contemporáneas
a la escritura de los dos textos dramáticos.
En la entrevista que le realizaron Lucía Claps, Janice Finardi y Nayla Shisko Loyola,
en 2017, Gustavo Liza narró su biografía como artista del transformismo: “Lo primero
que hice fue en un teatro. Había uno en Paraguay y Florida, un sótano, la obra se llamaba
Nosotros, los alegres, basada en una experiencia gay en un boliche” (s/p). Diferenció su práctica
transformista del drag queen, ya que, en su visión, quienes se dedican a esta última práctica:
Desde los años setenta, él hacía playbacks de Liza Minnelli, desde donde se construyó
su nombre como marca de identidad drag “La laiza” (así aparece escrito, como apellido
de su nombre de pila, en el documental La otra (Martel, 1989)). Poco antes de su muer-
te, Gustavo Liza (1961-2019) realizó una entrevista radial, a cargo de Casals y Peccoraro
(2019), para el podcast Puto viejo. Allí narró que se conocía con Marcial Di Fonzo Bo
de una banda punk que conformaron en trío junto con Julio Gonzalo (agrupación
que actuó, por ejemplo, en Cemento, mítico espacio cultural de los ochenta), que lo
llamó para hacer un casting para su puesta. En esa entrevista evocó todo el proceso
de las funciones de Copi desde el día del estreno, en 2017, donde “¡nadie hizo lo que
tenía que hacer!” hasta el golazo que fue puesta durante la gira europea, incluidos
los elogios del cineasta Pedro Almodóvar finalizada la última función en Madrid.
Como dijimos, una de las partes que se mantuvo con mayor espíritu de búsqueda y
transformación fue el entreacto que Liza protagonizaba. Se explayó en la entrevista
sobre las transformaciones de éste:
Encima Copi cambió cuando fuimos a Europa a hacerlo (…) Marcial lo fue puliendo.
Porque lo primero que se hizo fue una recopilación de varias notas que le habían
hecho a Copi, de dos o tres periodistas diferentes que él las fue uniendo. Las unió
muy bien. Pero era una cosa muy larga … que acá la mayoría de la gente no sabía
quién era Copi (…) o conocían a Copi, pero nunca habían visto una obra de él (…) Mi
monólogo resultaba muy largo, pero era el entreacto y tenía que ser sí o sí porque
se tenía que cambiar toda la escenografía (…) El monólogo ese tan largo… ¡a mí se
me hacía largo! Llevaba dibujos animados, textos de Copi también hablados por
mí. Él lo fue puliendo, porque después le sacó un pedacito más. Cuando vamos
a Europa, Marcial lo corta de una manera… porque me dice “Te voy a poner otro
playback”, para poder cortar un pedazo porque medimos mejor los tiempos. “¿qué
te gustaría hacer?”, “y… voy a Francia ¡quiero hacer un tango!”, le dije. Él me dio
a elegirlo y todo, “¿qué te gustaría hacer?” “El choclo” yo lo hice tanto acá… le
gustaba a la gente. “Bueno, haceme escuchar”. Y le busqué la versión que hacía
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yo, que era la de Eva Perón, pero de Tango argentino, la que se hizo en Broadway.
¿Cómo me lo arma él? Me dice: “no a ser más a telón cerrado. Cuando vos hacés
la primera parte del monólogo, termina esa primera parte y abrís vos el telón y
va todo en negro, el seguidor con vos y empezás El Choclo y te empezás a mover
entre los técnicos que van cambiando la escenografía. Muy Fellinesco todo. (…) Y
quedó genial (Casals y Peccoraro, 2019)
El estreno parisino ocurrió durante la proscripción del peronismo13 en el país, bajo 13. Decreto Ley Nº 4161, del 9 de
marzo de 1956, lo firma la dictadura
una presidencia de facto, con el cadáver de Eva mutilado, secuestrado y exiliado. En de Aramburu -que había derrocado
aquel entonces Copi estaba sinceramente convencido de que la vuelta de Perón al a Perón unos meses antes.
poder era algo imposible. Luego de la prohibición hacia Copi y el margen temporal
gigante que separa aquella puesta de Alfredo Arias de los estrenos en el país, éstos
estuvieron signados por un momento político singular: los cacerolazos y el lema “que
se vayan todos”. La puesta en el Teatro Nacional Cervantes, durante 2017, bajo el
signo político de la derecha enarbolada por el Pro, luego de más de una década de
kirchnerismo al mando del Ejecutivo, ocurrió en un contexto social de sectores anti-
peronistas altamente efervescentes y con una representación dominante de éstos en
la mayor parte de los medios de comunicación masivos.
Bajo dicho historial, la Eva Perón injertada en la puesta en escena Copi, dirigida por el
mismo Marcial Di Fonzo Bo que había presentado una producción francesa de ésta
en 2004 (pero ahora con intérpretes radicados en Buenos Aires) nuevamente trabajó
sobre esa traducción de Monteleone. En este caso, como dijimos antes, este texto
dramático se presentaba en conjunto con otros textos de Copi como para aligerar la
carga sobre el texto Eva Perón, tan sobreinterpretado antes de ser conocido. Aún, así,
se observaron reacciones similares a aquella de la “internacional peronista” (así la
llamó Daniel Link) que atacó la sala parisina. El dirigente Pablo Moyano y algunas
agrupaciones esgrimieron nuevamente la bandera de la ofensa a la compañera Eva,
así como incluso instituciones educativas rechazaron la invitación del teatro a asistir
a las funciones por considerarla “gorila” (sin haberla visto).
María Moreno (2013) al preguntarse “¿Qué hace Copi para cargar con una Patria?”
respondió que lo que hace es copiar los mitos argentinos con una estrategia a la que
denomina “esencialismo buffo” (2013:286). En la tradición teatral es justamente el
bufón, quien, por su deformidad, por su condición de paria, por haber sido desplazado
de la comunidad es quien con mayor autoridad puede dar cuenta de los horrores de
los límites que esa comunidad expulsiva establece. Los rasgos antiperonistas de la
familia paterna de Copi han sido varias veces estudiados, tal vez expliquen ese lugar
de paria desde el cual Copi pudo construir un arte bufo sobre un mito central del
peronismo, pero esto es algo muy diferente a definirlo como “gorila”.
Afirmó Leónidas Lamborghini que si en “lo que en toda obra literaria trabaja en
abierto misterio ante el lector —poesía en acción— es el lenguaje” (2003:107), en el
género gauchesco, ello sucede al tensar “el límite entre lo serio y lo cómico” (107).
Producto de este sobreesfuerzo se genera un efecto al cual define como bufonesco,
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Ya en Francia, en plena ebullición de los movimientos previos a mayo del 68, las nuevas
búsquedas artísticas y la consolidación de grupos que reivindicaban derechos de liber-
tad homosexual, Copi pudo incorporar todas esas novedades a su escritura mientras
afirmaba con solidez una marca autoral singular y única, pero no desechó el campo
cultural rioplatense, sino que, por el contrario, se tornó un propagador del imaginario
del Río de la Plata, aunque el idioma en el que lo hacía fuese extranjero para estos lares.
En la lectura de Alan Pauls (2017), a partir de El día de una soñadora (1968), se posi-
cionaron las tres hipertrofias radicales que volvieron único al teatro de Copi desde
allí en adelante: hipervisibilización -todo se ve-; hiperverbalización -todo se dice-;
hiperpresentificación - todo sucede aquí y ahora-. Afirmó el escritor: “La sobredo-
sis de intensificación es tal que ninguno de los pilares de la dramaturgia queda en
pie: pasado, psicología, causalidad, acción dramática, conflicto, estructura temporal,
decorados y, por supuesto, indicaciones escénicas” (2017:19). Se trata del imperio
absoluto del ya, porque, en los textos de Copi, sostiene Pauls, morir y olvidar son dos
procedimientos de montaje. Lo único que ha muerto es el pasado.
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Copi llamaba “coupe de thèatre” (golpe teatral), en lenguaje dramatúrgico, al giro ines-
perado de la acción, procedimiento que es notoriamente visible en El homosexual o
la dificultad para expresarse. Este texto dramático se había presentado ya dos veces
en el país: dirigida por Guillermo Ghio (2005) y por Pompeyo Audivert (2010), pero
era esta la primera vez que se ponía en escena en un teatro oficial. De algún modo,
también, su puesta en paralelo con el otro texto, tan esperado como dilatado en su
llegada al país, la jerarquizó, dimensionándola en su contexto de escritura (posterior
al episodio censor del estreno parisino de Eva Perón).
(…) no hay diferencias sustanciales entre hombres y animales: las identidades son
fluidas, los límites son difusos o ya no existen y las combinaciones se multiplican,
presididas sólo por la posibilidad de imaginarlas y por la capacidad por parte de
los personajes de imponerse al caos mediante el arte de la apariencia y el engaño
que son, en la obra de Copi, la principal potencia y el recurso del que se valen los
personajes para alcanzar sus propósitos (Pron, 2017:53-54)
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Conclusión
En las cenizas del archivo de la cultura nacional, las brasas que hizo arder Copi que-
maron con un ardor que intervino en una sexopolítica hegemónica que pretendió
aburguesar a cierta militancia, pero que no transformó sus modos exclusión comu-
nitarios de siempre. Bufones de la desposesión, los personajes de Copi han seguido
tensionando el lazo que sostiene la mirada en el teatro. Y a pesar de las metamorfosis
constantes y las críticas moralizantes, la obra total de Copi intervino el archivo con
un gesto sexopolítico único que todavía sigue ardiente.
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