Proceso de Alimentos
Proceso de Alimentos
Proceso de Alimentos
1. ALIMENTOS
1.1 Concepto
Trabucchi enseña que"... la expresión ‘alimentos’ en el lenguaje jurídico tiene un signi ficado más
amplio del significado común, y comprende, además de la alimentación, cuanto es necesario para el
alojamiento, vestido, los cuidados de la persona, su instrucción, etc.” (TRABUCCHI, 1967, Tomo I:
268).
Para Henri, León y Jean Mazeaud "... el término ‘alimentos’ (...), comprende no sólo la comida,
sino todo lo necesario para la vida de la persona necesitada: alojamiento, calefacción, vestidos, etc.”
(MAZEAUD, Henri; MAZEAUD, León; y MAZEAUD, Jean; 1976, Parte Primera, Volumen IV: 147).
A criterio de Enrique Falcón “los alimentos consisten en una ayuda, una asistencia, que una
persona da a otra en virtud de una disposición de la ley” (FALCON, 1978: 542).
Según Candián "... se entiende por ‘alimentos’ la suma de los bienes necesarios para la vida de
una persona \r\capaz de proveer sola al propio sostenimiento...” (CANDIAN, 1961: 283).
Grau afirma que “se entiende por alimentos todo lo que sirve para sustento del cuerpo...” (GRAU,
1955: 184).
Azula Camacho sostiene que “los alimentos consisten en una cantidad de dinero que una
persona debe dar a otra para que ésta pueda atender a su subsistencia (necesarios) o para que viva
de acuerdo con su posición social (congruos)” (AZULA CAMACHO, 1995, Tomo III: 294).
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:os, y el conjunto de datos que demuestren la importancia de ellos” (PAVON, "faro III;
131).
■t'-ann señala al respecto que “... comprenden los alimentos todas las necesidades ca nclusive
los gastos de educación y los de preparación para una profesión, y ello "n a la posición en la
vida del necesitado. En principio puede éste pedir alimen- e a sus circunstancias, es decir,
considerando no sólo las necesidades que han acerse en general, sino también las que
corresponden a su posición en la vida, esta influyen una serie de circunstancias, como son:
posición en la vida y situación — al de los padres, aptitudes, preparación y elección de una
profesión por el nece- . respecto a la mujer repercute también la posición del marido, etc.”
(LEHMANN, £ 397).
Er uscio refiere que “... se entiende por alimentos el conjunto de medios materiales es-anos para
la existencia física de las personas, y en ciertos casos también para su -:ción y educación...”
(BELLUSCIO, 1979, Tomo II: 389). El indicado jurista pone de ^esto que “se consideran
comprendidos en la obligación alimentaria gastos ordinarios * "aordinarios. Los primeros son los de
subsistencia, habitación y vestuario. Los gastos wr2;rdinarios son los de enfermedades -asistencia
médica, gastos de farmacia, interven- : :-=3 quirúrgicas, internación, etc.-, los funerarios por sepelio
del alimentado, gastos de -. :anza, provisión de libros de estudios y litisexpensas. En cambio, no se
comprenden los : ios superfluos o impuestos por el lujo, la prodigalidad o el vicio, ni los de
establecimiento : :institución de dote” (BELLUSCIO, 1979, Tomo II: 389).
Zannoni, en cuanto a los gastos ordinarios y extraordinarios contenidos en la obligación i
~sntaria, expresa que “... entre los primeros se cuentan los provenientes de la subsis- r-;ia, habitación
y vestuario; los segundos, comprenden las erogaciones por asistencia sr fas enfermedades (...). La
distinción tiene en cuenta que aquéllos deben ser cubiertos, er principio, en forma permanente -es
decir, periódica-, mientras los gastos extraordinarios :e-ivados de la asistencia en las enfermedades,
autorizan en principio a formular una recla- -ación especial...” (ZANNONI, 1989, Tomo 1: 85).
Sobre el particular, Lino Palacio apunta que, “... por lo que concierne al contenido de a cuota
alimentaria, ésta debe fijarse en forma tal que sea apta para satisfacer no sólo las ■ecesidades
vinculadas a la subsistencia, sino también, aparte de las más urgentes de ín- :ole material -como son
las relativas a habitación, vestuario y asistencia médica (...)-, las de orden moral y cultural de acuerdo
con la condición social del alimentado” (PALACIO, 1990, 'orno VI: 542). El citado tratadista argentino
señala, además, lo siguiente: “... Además de esa cuota alimentaria (...), cabe la posibilidad de que,
frente a supuestos excepcionales, el juez fije una asignación en concepto de gastos extraordinarios,
que, como tales, deben pagarse globalmente y por una sola vez. Tales son, entre otros, los derivados
de operaciones quirúrgicas, tratamientos médicos especiales, internaciones, atención odontológica;
los gastos de mudanza de la esposa y sus derivados, como así también las erogaciones de comisión
del intermediario y sellado del nuevo contrato de locación y el pago de los gastos de sepelio del
alimentado” (PALACIO, 1990, Tomo VI: 542-543).
Carlos y Raúl Escribano puntualizan que “la deuda alimentaria es, en principio, deuda de valor,
ya que tiende a proveer la habitación, los alimentos, la asistencia médica y a sa tisfacer la demás
necesidades materiales y culturales del alimentado; y se cumple in natura básicamente. Cuando se
transforma en el pago de una suma en efectivo destinada a cubrir esas necesidades, como ocurre en
el caso de fijación judicial, pasa a ser, desde luego, una obligación de dinero...” (ESCRIBANO, Carlos;
y ESCRIBANO, Raúl; 1984: 3).
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El artículo 472 del Código Civil define a los alimentos de esta manera
"Se entiende por alimentos lo que es indispensable para el sustento, ha: a
y asistencia médica, según la situación y posibilidades de la familia.
Cuando el alimentista es menor de edad, los alimentos comprenden tar: m
ción, instrucción y capacitación para el trabajo”.
El Código de los Niños y Adolescentes (Ley Nro. 27337), en su artículo 91
alimentos de este modo: “Se considera alimentos lo necesario para el suste-: vestido,
educación, instrucción y capacitación para el trabajo, asistencia me: :.i ción del niño o
del adolescente. También los gastos del embarazo de la rr.a: = concepción hasta la
etapa del postparto”.
1.2 Fuentes
La obligación de prestar alimentos puede provenir de la ley o de testamer': establece
(dentro del Derecho de Familia) como consecuencia del matrimonio potestad y del
parentesco. Algunos afirman -en forma errada- que puede gene-a : - tud de un acuerdo
contractual.
Los alimentos debidos entre parientes se fundan en la ley, la cual los impone dan los
supuestos de hecho que autorizan a exigir la prestación alimentaria.
Fuera del Derecho de Familia, en el ámbito patrimonial, existe un caso de re £: mentaría,
el mismo que se halla contemplado en el artículo 1633 del Código Civ 'r a la facultad del
donante empobrecido de "eximirse de entregar el bien donado e" : necesaria para sus
alimentos”. Aquí la prestación asistencial -porque el bien dona:: tenece ya al donatario- es por
única vez, vale decir, se da en el momento de la entre:: bien donado.
Se dice que nada impide que los alimentos se generen de un contrato, sin emt;-: esta hipótesis
es más que todo teórica, pues en la realidad nadie se obliga a prestar a - tos a quien no los debe
por ley (máxime si existen figuras jurídicas como la donador : renta vitalicia). Se trataría, eso sí, de
una obligación patrimonial como cualquier otra, C S T - te de los rasgos distintivos del derecho
alimentario emanado del parentesco. Por tal raz: * aunque coincidente en su aspecto externo,
difiere en su esencia el denominado “cor:-: : de alimentos” de la prestación alimentaria. De
admitirse la tesis de la fuente contractus, » de tratarse de un contrato oneroso, tendría que darse
por cierto que el derecho de alimer-: es transmisible, renunciable, transigible y compensable, lo cual
prohíbe terminantemente e artículo 487 del Código Civil.
No debe confundirse como contractual el caso en que la obligación alimentaria deriva da de la
ley es materia de convención entre las partes. Por ejemplo, cuando se acuerda e monto, la forma
de pago, etc. Aquí el contrato no es la fuente del derecho alimentario sino el medio a través del
cual se le circunscribe y se precisan sus alcances.
El derecho alimentario puede nacer de una disposición testamentaria, por la que es posible fijar
la obligación de prestar alimentos y establecer su monto. Además, puede disponerse la obligación
de la asistencia como carga de otra disposición testamentaria.
1.3 Fundamento
Torres Peralta predica que “la obligación alimenticia entre parientes que también al canza
además a los cónyuges, dentro del deber recíproco de auxiliarse mutuamente, e
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■a-e-te a los excónyuges en las circunstancias de ley, tiene su génesis en el derecho Lazos
indisolubles de amor, afecto, respeto y otros valores espirituales análogos, y i scci-e
eminentemente moral, justifican el reconocimiento del derecho del alimentista a ■br a Tientos de
su alimentante...” (TORRES PERALTA, 1988: 27).
Mi* TÍO Castro estima que la obligación de prestar alimentos “... se funda en un princi - ■ re -
oral, según el cual aquel que se encuentra en una situación pecuniaria desahogada pe e deber de
ayudar a los necesitados, y con más razón cuando éstos forman parte de 5 B~ ia" (CASTRO, 1931,
Tomo Tercero: 183).
Eí'assi asevera que “... la ley concede este derecho basándose en la idea de un justo r-cío de
solidaridad familiar, que no se concibe sin unos lazos de afección...” (BARASSI, f®~5 Volumen I:
321-322).
A sina opina que "... el fundamento de esta institución (alimentos) reside en el princi - : : re
solidaridad que une a la familia, y en un deber de conciencia. Por eso cuanto más ■srechos son los
vínculos mayor es la obligación del alimentante...” (ALSINA, 1963, Tomo t' 344).
A criterio de Ripert y Boulanger,"... la obligación alimentaria reposa sobre la ¡dea de so- I zaidad
familiar. Los parientes entre los que existe están estrechamente unidos por lazos re sangre y sería
contrario a la moral que algunos permanecieran en la indigencia mientras reos viviesen en la
abundancia. En cuanto a la afinidad, se asemeja al parentesco para r-xiucir a este respecto los
mismos efectos jurídicos...” (RIPERT; y BOULANGER, 1963, ~:~¡o III, Volumen II: 171).
De Ruggiero afirma por su lado que “la obligación legal de los alimentos reposa en e vínculo de
solidaridad que enlaza a todos los miembros del consorcio familiar y en la remunidad de intereses,
causa de que las personas pertenecientes a un mismo grupo se reban recíproca asistencia; (...) es
una obligación autónoma e independiente que nace r rectamente del vínculo familiar y que reconoce
en las relaciones de familia, su causa y su jstificación plenas” (DE RUGGIERO, s/a, Tomo II, Volumen
Segundo: 42).
Zannoni anota sobre el tema que la relación alimentaria “... se traduce en un vínculo obligacional
de origen legal (...), que exige recíprocamente de los parientes una prestación que asegure la
subsistencia del pariente necesitado. Esta relación, de naturaleza netamente asistencia/, trasunta
principios de solidaridad familiar ante las contingencias que pueden poner en pelig ro la subsistencia
física de uno de sus miembros y que le impide, circunstancial o permanentemente, procurarse los
medios necesarios para asegurar esa subsistencia” (ZANNONI, 1989, Tomo 1: 83).
Según Pérez Duarte y Noroña "... la obligación alimentaria existe por un derecho natural a percibir
alimentos que simplemente ha sido formalizado por el legislador convirtiéndola en derecho positivo
y vigente y, por otro lado, creando en el ánimo del obligado el deber de proporcionarlos
independientemente de su voluntad de cumplir. La obligación alimentaria es pues un deber moral,
pero es también un deber jurídico...” (PEREZ DUARTE Y NOROÑA; citada por SILVA -RUIZ, 1991:
112).
En relación al tema examinado en este punto, Villarino reflexiona de este modo:
“La obligación de alimentos aparece en el ámbito del núcleo familiar, como manifestación de la
aequitas, de la pietas, de la naturatis ratio, de la caritas sanguinis, de la solidaridad; en suma,
que liga a aquellos que tienen de común el nombre, la sangre y los afec tos. El principal
fundamento de los alimentos está, pues, en el derecho a la vida.
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Surgido el derecho de alimentos como consecuencia del deber ético, de un officium confiado a
la piedad y a las normas éticas, ingresa luego en el campo del Derecho, que eleva este supuesto
a la categoría de obligación jurídica provista de sanción, que no es un subrogado del deber que
incumbe al Estado frente a los necesitados e indigentes (...), de tal modo, que cuando existan
parientes que estén en situación de prestar ayuda, se hallan obligados a sufrir tal carga con
preferencia al Estado. En defecto de la asistencia familiar, el mismo Estado provee a estas
necesidades por medio de la Beneficencia Pública. Pero, sin embargo, la obligación alimenticia
afecta más al Derecho privado, porque es una obligación autónoma e independiente que nace
directamente de los vínculos de la generación y de la familia...” (VILLARINO, 1969: 660-661).
1.4 Caracteres
El derecho de alimentos representa un efecto de índole patrimonial del vínculo parental, del
matrimonio y, derivado del primero, de la patria potestad. Ya que está estrechamente unida al estado
de familia adopta características propias de él, que son inaplicables a los derechos patrimoniales en
esencia.
Los principales caracteres del derecho alimentario son, pues, los que se indican a con tinuación:
A. Es personal.
Tanto el derecho como la obligación de alimentos son inherentes a la persona del
alimentado y del alimentante, es decir, no son transmisibles. Ello no impide que la porción
disponible de la que el testador dispusiera pueda ser gravada lo suficiente como para
satisfacer una obligación alimenticia de éste -conforme regula el art. 728 del C.C.-, en
cuyo caso los herederos estarán obligados a cubrir la pensión correspondiente con los
bienes de la herencia que constituyen la porción disponible.
La prohibición de transmisibilídad se refiere al derecho de alimentos, pero no a las cuotas
ya vencidas. Estas tienen por fin cubrir los gastos de necesidades pasadas y pueden ser
objeto de cualquier tipo de negocio jurídico. Lo que no se puede disponer es el derecho
a los alimentos futuros, ya que no se puede permitir que por un acto de imprevisión o
ligereza se prive a una persona de lo necesario para su sustento. De esto se desprende
su irrenunciabilidad.
B. Es inalienable.
No puede transferirse el derecho de alimentos. En cuanto a la cesión cabe destacar que
está prohibida la que se refiere al derecho a los alimentos, pero no la cesión del derecho
al cobro de cuotas ya devengadas, pues en este último caso la cesión constituye un medio
lícito para que el alimentado obtenga dinero pronto, sin necesidad de esperar la ejecución
del patrimonio del alimentante. Como se observa, la inalienabilidad afecta el derecho a
los alimentos, pero no el objeto de la prestación una vez actualizado el derecho.
Como consecuencia del impedimento de cesión no es posible gravar tampoco el derecho
a los alimentos. Asimismo, no se puede afectar con medida cautelar alguna la pensión
alimenticia por ninguna clase de deuda (inclusive otra pensión alimenticia).
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Es circunstancial y variable.
No hay sentencia alguna referida a alimentos que tenga carácter definitivo. Ello depende
de las circunstancias: si éstas varían, se modifica a su vez la obligación alimentaria,
aumentando, disminuyendo o haciendo cesar la respectiva cuota. Unicamente
permanecerá inalterable la sentencia si se mantienen los presupuestos de hecho sobre
cuya base se expidió. Es común que en las resoluciones judiciales sobre alimentos se
acostumbre, para evitar la expedición reiterada de fallos, fijar en la sentencia un factor
de actualización de valor de la cuota alimentaria.
£s recíproco.
Por cuanto el alimentante que asiste al alimentado puede en algún momento ne cesitar
de éste si varían las posibilidades económicas de uno y otro. La reciproci dad es
característica de los alimentos porque éstos son debidos por los parientes entre sí, vale
decir, el derecho recae en cada pariente, así como en cada pariente recae la obligación
legal. (Hay latente un deber-derecho que tiene cada persona para con sus parientes y
viceversa).
E. No es compensable.
Esto quiere decir que los gastos realizados por el alimentante en beneficio del alimentista
son considerados como una concesión de su parte, una especie de liberalidad a la cual
no corresponde compensación alguna con las cuotas debidas.
F. No es susceptible de transacción.
No puede transigírse sobre la obligación de alimentos, pero esto no impide que
convencíonalmente se determine el monto de la cuota o la manera de suministrarla.
G. Es imprescriptible.
Si bien esta característica no se encuentra prevista expresamente en el ordenamiento
jurídico, puede inferirse de la lectura del artículo 486 del Código Civil, que establece como
única causa de extinción de la obligación alimentaria la muerte del obligado o del
alimentista (sin perjuicio de lo señalado en el artículo 728 del Código Civil, el mismo que
dispone que si el testador estuviese obligado al pago de una pensión alimenticia, la
porción disponible quedará gravada hasta donde fuere necesaria para cumplirla). Ello
implica, pues, que el derecho alimentario no se extingue por prescripción.
Puntualizamos que resulta imprescriptible el derecho a alimentos, mas no la acción que
proviene de pensión alimenticia, que prescribe a los dos años (art. 2001 -inc. 4)- del
C.C.). Ello se explica porque el cumplimiento efectivo de la obligación alimentaria se
concreta necesariamente en una prestación de contenido patrimonial (pecuniaria,
generalmente). Se trata de un derecho creditorio y sujeto, por tanto, a principio de
prescriptibilidad. El deber de asistencia emanado del estado de familia es imprescriptible,
pero no las consecuencias patrimoniales correspondientes (como la que acabamos de
mencionar).
El Código Civil, corroborando lo expresado en las líneas precedentes, establece en su artículo 487
las características del derecho a pedir alimentos, al señalar que éste es
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PROCESOS JUDICIALES DERIVADOS DEL DERECHO DE FAMILIA / ALBERTOH1NOÍT7
b) INALIENABILIDAD (...).
c) IRRENUNCIABILIDAD (...).
d) RECIPROCIDAD...” (ZANNONI, 1989, Tomo 1: 91-92).
Josserand reconoce a la obligación de alimentos los caracteres que se ir. . =
abajo:
“1o Constituye una deuda ordinaria, en el sentido de que no es ni solidaria sible;
2° Es estrictamente personal, activa y pasivamente;
3o Es indisponible;
4o Está constantemente sujeta a revisión;
5° Presenta carácter de orden público;
o
6 Sirve de soporte a ciertas relaciones jurídicas;
7° Presenta un carácter de reciprocidad”(JOSSERAND, 1952, Tomo I, Volu"^' t
328).
Gowland y Premrou sostienen que la prestación alimentaría reúne las siguientes es 3;-
fer/sf/c3s.’
C,. irrenunciable: su fundamento as\stenc\a\ hace que sea nu\a toda renuncia a per- cibir
menos de lo que en el caso corresponde al beneficiario.
d. Incompensable: no puede estar sujeta a compensación de ninguna especie.
e. Es inembargable.
f. Imprescriptible.
g- Recíproco: ahora también entre cónyuges, y en los casos que emanan de la relación de
parentesco, excluidos los que están bajo patria potestad y los no emanados del
parentesco.
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sino que hasta entonces ha podido, de alguna manera, resolver sus urgenc.as * que
ahora ya no puede.
Pero las cuotas vencidas sí prescriben (...).
d) Es recíproco (...). Nacido el deber de alimentos de una razón de solidaridac -= miliar, se
impone reconocerle reciprocidad; el pariente pudiente, quienquiera c _ - sea, debe
alimentar al necesitado Pero a veces, esa reciprocidad no es perfecs tal ocurre con los
cónyuges o los padres e hijos, en cuyo caso las obligado' e; del marido y del padre tienen
a veces un contenido distinto de las que corresp: ■ den a la esposa o al hijo .
En cuanto a los alimentos derivados de un contrato de donación, la obligac.:- sólo pesa,
como es obvio, sobre el donatario.
e) Es eminentemente circunstancial y variable. Ningún convenio, ninguna senter; s tiene en
esta materia carácter definitivo. Todo depende de las circunstancias: > ; éstas varían
también debe modificarse la obligación, aumentar, disminuir o cesa * la pensión que se
mantiene inalterable sólo en caso de que también se mante' • gan los presupuestos de
hecho sobre cuya base se la fijó.
f) La deuda por alimentos no es compensable con ninguna otra, aunque se trate ce
alimentos ya devengados" (BORDA, 1984: 476-477).
Angarita Gómez señala al respecto que la obligación alimentaría:
“a) Configura un derecho personalísimo del acreedor, por lo cual no puede cederá ni trasmitirla
a ningún título, ni aun a sus herederos (...), y subsistirá mientras subsistan los hechos
que hicieron nacer la prestación alimentaria (...).
b) No es obligación exclusiva del deudor, pues en caso de muerte de éste, su obl - gación
se trasmite a sus herederos, como asignación forzosa, en lo referente a las pensiones
alimentarias decretadas y debidas (...) aunque puede darse ia confusión (...) o la
trasmisión de la obligación (...).
c) Es de orden público y, por consiguiente, ¡rrenunciable, (...) e inoponible (...), es decir, no
compensable con otro derecho entre acreedor y deudor recíprocos (...); además, es
inembargable...” (ANGARITA GOMEZ, 1988, Tomo I: 285-286).
Barassi, en lo que concierne a los caracteres de la obligación legal de alimentos, considera
que son los siguientes:
“Reciprocidad: las personas a quienes la ley impone el deber de prestar alimentos, tie nen
también el derecho a recibirlos, si concurren los presupuestos legales;
Origen legal: la obligación de prestar alimentos es de origen legal, y por ello recae únicamente
sobre las personas señaladas en la ley;
Necesidad actual: el derecho de alimentos se concede para atender al sostenimiento de las
personas que se encuentren en una necesidad presente o futura; in praeteritum non vivitur. Por
ello tal derecho no puede pedirse nunca en virtud de una necesidad ya pasada.
(...)
Carácter social: el derecho de alimentos tiene su fundamento en el interés de la sociedad en la
conservación de la vida de los individuos.
(...)
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PROCESO DE ALIMENTOS
_os alimentos serán proporcionados a las necesidades del alimentista (es decir, a lo que sea
preciso para su subsistencia, según su condición social) y a las condiciones económicas del
obligado a suministrarlos (...).
Los alimentos pueden suministrarse (...) en dinero o en especie” (BARASSI, 1955, Vo lumen I:
324-326).
Torres Peralta concibe como características de la obligación alimenticia las que se citan
Roídamente:
“1. La obligación alimenticia es imprescriptible. Esto es, siempre subsiste la obligación alimenticia
correlativa del alimentante y el derecho del alimentista a solicitar alimentos dentro de los
parámetros de la ley.
2. También es irrenunciable. Esto significa que el alimentante no puede evadir la misma
mediante una renuncia, aun mediando la anuencia del alimentista, y aunque sea por
causa onerosa. Es cuestión de orden público.
3. Es una obligación personalísíma existente en atención al alimentante y a la per sona del
alimentista, es intuita persona.
4. No es transmisible ni por muerte, a los sucesores de cualquiera de ellos, ni por razón
alguna a terceras personas. Por su propia naturaleza no es susceptible de cesión.
5. No puede invocarse la compensación como causa de extinción de la obligación
alimenticia.
6. Es una obligación de tracto sucesivo. Esto conlleva la modificación de la pensión vigente,
según ocurran cambios sustanciales significativos o imprevistos en las circunstancias que
motivaron la fijación de la pensión.
7. La obligación no es susceptible de transacción en el sentido de que no puede quedar al
arbitrio de los particulares.
8. Aplica la regla de la proporcionalidad, tanto respecto a varios alimentantes, como respecto
a la capacidad de estos últimos y la necesidad de los alimentistas.
9. Igualmente es una obligación temporera, es decir, variable e indeterminada en cuanto al
tiempo” (TORRES PERALTA, 1988: 19-20).
Baqueiro Rojas y Buenrostro Báez sostienen que la obligación alimentaria se caracteriza por
ser:
“1. Recíproca, puesto que el obligado a darla tiene a su vez el derecho a exigirla.
2. Proporcional, esto es, los alimentos han de ser proporcionales a la posibilidad del que los
da y a la necesidad de quien los recibe (...).
(...)
3. A prorrata. La obligación alimentaria debe prorratearse cuando son varios los obligados a
dar los alimentos a otro; vale decir, debe dividirse atendiendo a la fortuna de los deudores.
4. Subsidiaria, pues se establece a cargo de los parientes más lejanos, sólo cuando los más
cercanos no pueden cumplirla.
5. Imprescriptible, en tanto no se extingue aunque el tiempo transcurra sin ejercerla.
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1.5 Requisitos
Según Henri, León y Jean Mazeaud, "... la existencia de una obligación alimentaria supone una
estrecha relación de familia (matrimonio, parentesco por consanguinidad o afinidad) entre dos
personas, una de las cuales se encuentra en la necesidad, mientras la otra posee suficientes recursos”
(MAZEAUD, Henri; MAZEAUD, León; y MAZEAUD, Jean; 1976, Parte Primera, Volumen IV: 136).
Los indicados tratadistas añaden que “... para tener derecho a reclamar alimentos hay que estar en
la imposibilidad de asegurarse su subsistencia. No hay que averiguar por qué se encuentra el acreedor
en esa situación; sólo interesa la comprobación de las necesidades; incluso, si el acreedor se
encuentra necesitado como consecuencia de una culpa en que haya incurrido anteriormente, s us
allegados están obligados, por descansar su obligación sobre un deber de caridad” (MAZEAUD,
Henri; MAZEAUD, León; y MAZEAUD, Jean; 1976, Parte Primera, Volumen IV: 147). Tales juristas
terminan señalando que"... es preciso que la persona a quien se le reclama el cumplimiento de la
obligación alimentaria esté en situación de suministrar los alimentos. El obligado debe ayudar a la
vida de sus allegados, pero con la condición de que no sea constreñido al sacrificio de su propia
existencia” (MAZEAUD, Henri; MAZEAUD, León; y MAZEAUD, Jean; 1976, Parte Primera, Volumen
IV: 147).
Belluscio asevera que los requisitos para la existencia del derecho alimentario son “... la falta de
medios de subsistencia, trátese de bienes o rentas, y la imposibilidad de adquirir los con su trabajo.
Pero también es necesaria la posibilidad económica del pariente a quien los alimentos se solicitan,
es decir, que disponga de medios que superen la atención de sus propias necesidades elementales,
pues no podría obligárselo a privarse de lo indispensable para contribuir a la subsistencia del pariente”
(BELLUSCIO, 1979, Tomo II: 390).
En opinión de Gowland y Premrou, “el derecho-deber alimentario supone la concurrencia de tres
requisitos: necesidad del alimentado, posibilidad económica del alimentante y la existencia de un
vínculo entre ellos del que pueda derivar dicho derecho-deber. (...) el vínculo puede tener origen en
la ley, el contrato, las disposiciones de última voluntad y los hechos ¡lícitos” (GOWLAND; y
PREMROU, 1990: 48-49).
Para De Ruggiero, los requisitos de la obligación alimentaria son: "... 1), una persona unida por
un determinado vínculo y grado de parentesco que se halle necesitada y no pueda procurarse los
medios de subsistencia; 2), otra persona a la que la ley imponga la obligación de prestar alimentos;
3), capacidad económica del obligado...” (DE RUGGIERO, s/a, Tomo II, Volumen Segundo: 44).
Zannoni, acerca de los requisitos de la obligación alimentaria, apunta que son los que explica a
continuación:
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