Unidad 4 RH

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Facultad de la Producción y Medioambiente

Instituto Universitario de Formosa


Lic. En Ciencias Ambientales
Cátedra: Recursos Hídricos

UNIDAD 4: Hidrología subterránea. Orígenes del agua subterránea. Distribución vertical del agua en el
terreno. Acuíferos. Tipos de acuíferos. Sistemas de flujo subterráneo. Oscilación de los niveles
piezométricos. Curvas isopiezas. Prospección y captación de aguas subterráneas. Vulnerabilidad y
Riesgo. Contaminación de aguas subterráneas. Mecanismos de introducción y propagación de la
contaminación en el acuífero. Causas de la contaminación de aguas subterráneas . Los acuíferos de la
Argentina.

HIDROLOGÍA SUBTERRÁNEA
ACUÍFEROS Y UNIDADES HIDROGEOLÓGICAS

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ACUÍFEROS

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FLUJO EN MEDIOS POROSOS Y FISURADOS

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PROSPECCIÓN Y CAPTACIÓN DE AGUAS SUBTERRÁNEAS

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VULNERABILIDAD Y RIESGO

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Las evaluaciones de vulnerabilidad del agua subterránea han sido utilizadas cada vez más a partir
de los años noventa como una herramienta para planear y manejar los recursos acuíferos en diferentes
partes del mundo. A los mapas de vulnerabilidad se le puede agregar la determinación del riesgo de
contaminación que sirve al menos para identificar los acuíferos, o partes de acuíferos, más vulnerables y
determinar las actividades causantes del máximo riesgo de contaminación en estas áreas. La
determinación sirve para llamar la atención sobre estas actividades y establecer prioridades en la
investigación y el monitoreo de campo. Pero siempre se debe tener en mente que se enfocan más al
criterio general que sobre las condiciones específicas de sitios individuales.
En este sentido se debe considerar que existe un grado de especificidad del contaminante
(vulnerabilidad específica vs intrínseca), la cual variará considerablemente dadas las condiciones

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climatológicas (escasa lluvia, alta evaporación), así como los patrones de entrada del contaminante y las
escalas espacial y temporal de la evaluación. No obstante, siempre se debe tener en cuenta que la
caracterización de la vulnerabilidad de acuíferos a la contaminación y a la carga contaminante al
subsuelo, requieren de un buen nivel de conocimiento del ambiente hidrogeológico.

Metodología experimental

Existen muy variadas metodologías para determinar la vulnerabilidad a la contaminación de un


acuífero. Esencialmente coinciden en la determinación de la vulnerabilidad debido a las características
intrínsecas del medio, por lo que algunas metodologías la denominan vulnerabilidad intrínseca. Algunos
otros métodos como el de Factores de Atenuación están íntimamente relacionados con el tipo de
contaminante y resultan más complejos.

CONTAMINACIÓN DE AGUAS SUBTERRÁNEAS


El agua subterránea captada en manantiales, pozos o sondeos tiene como aplicaciones útiles el
abastecimiento urbano, el uso agrícola y el industrial. La primera de estas aplicaciones es la que, de verse
afectada por la contaminación, puede comportar consecuencias más graves.
En principio, los agentes contaminantes involucrados en la contaminación del agua subterránea no son
distintos de los que ocasionan la del agua superficial: sales, nitratos, materia orgánica (biodegradableo
no), compuestos tóxicos orgánicos o inorgánicos, metales pesados, microorganismos patógenos,
elementos radioactivos, etc.
Aunque el tipo de contaminante determina en cierta medida el tipo de características de la
contaminación, las condiciones del flujo subterráneo, especialmente en los medios porosos, confieren a la
contaminación de las aguas subterráneas ciertos rasgos que la diferencian de la de las aguas
superficiales.
Resumiendo en tres conceptos fundamentales el problema de la contaminación de las aguas
subterráneas y de su protección, éstos podrían ser los siguientes:

Las aguas subterráneas se encuentran, en líneas generales, mejor protegidas frente a la


contaminación que las aguas superficiales. Sin embargo, esta protección puede verse enormemente
disminuida si, por ejemplo, se inyectan directamente productos contaminantes por debajo de la superficie
saturada del acuífero. Como contrapartida a este hecho favorable se produce el hecho de que, una vez
incorporado el contaminante al flujo subterráneo, resulta muy difícil y costoso tanto el detectar su
presencia como conocer su desplazamiento y evolución o detenerlo antes de su llegada a pozos y
sondeos de explotación. Además, en muchos casos es prácticamente imposible eliminarlo o extraerlo de
la formación permeable en la que puede permanecer contaminando el agua durante largos períodos de
tiempo.
La contaminación del agua subterránea es, en muchos casos, un proceso muy difícilmente reversible
debido a la dificultad de regeneración del acuífero aún cuando ésta sea económicamente viable.
Como consecuencia de los dos puntos precedentes hay que considerar que la mejor manera de
eliminar los problemas que puede causar la presencia de elementos nocivos en el agua subterránea es
impedir la entrada de dichos elementos en el acuífero. Y el método preventivo más eficaz es una
adecuada ordenación del territorio que, en el caso concreto de las aguas subterráneas se traduciría en la
realización de una serie de estudios geológicos, hidrológicos, hidrogeológicos, de fuentes de
contaminación. antes y durante el proceso de desarrollo agrícola. Industrial y urbano de una región para
poder recomendar los puntos o áreas más adecuados y menos peligrosos para la puesta en práctica de
actividades potencialmente contaminantes.

MECANISMOS DE INTRODUCCIÓN Y PROPAGACIÓN DE LA CONTAMINACIÓN EN EL ACUÍFERO


Los mecanismos por los que un agente contaminante puede alcanzar el acuífero y propagarse en él,
afectando a zonas que en principio podrían considerarse alejadas de su influencia, son múltiples y a
veces muy complejos.
La consecuencia inmediata de la introducción de elementos extraños en el acuífero es una situación
de contaminación más o menos intensa y extendida; cuando esta situación es producida por un foco muy
localizado (un vertedero. por ejemplo) que afecta con cierta intensidad a una zona concreta, generalmente
reducida y situada en las proximidades del foco y que se extiende con el tiempo a favor del gradiente del
acuífero, se habla de una situación de "contaminación puntual". Cuando por el contrario, el volumen de
acuífero afectado por el contaminante es mucho mayor y el foco de contaminación no es de tipo puntual,
se produce una situación de "contaminación difusa".

Según la posición del punto desde el que se propaga el contaminante, pueden establecerse tres
categorías de mecanismos: A partir de la superficie, desde la zona no saturada y desde la zona saturada.

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a.- Mecanismos de propagación a partir de la superficie:
Se incluyen en este grupo los casos de arrastre de contaminantes desde la superficie del terreno
por las aguas de infiltración (vertidos sobre el terreno, uso de fertilizantes. etc.) y los de infiltración de
aguas superficiales contaminadas desde ríos, acequias, etc, provocados por la acción humana.
La contaminación de un acuífero por lixiviado de residuos depositados en superficie puede
deberse a la eliminación de residuos sólidos o efluentes de plantas de tratamiento, vertidos a cauces
secos, vertidos incontrolados, acumulación de diferentes sustancias en superficie, escombreras, etc. Si
los residuos acumulados contienen material soluble, éste será Iixiviado por el agua de lluvia y se infiltrará
hasta la zona saturada incorporándose al flujo subterráneo pudiendo llegar eventualmente a las
captaciones de aguas subterráneas.

Contaminación de un acuífero por lixiviado de


residuos sólidos depositados en superficie

Contaminación por actividades agrícolas (fertilizantes, pesticidas y riegos): Situación típica de


infiltración de aguas (lluvia o riego) que disuelven abonos, pesticidas. etc.

Contaminación difusa por actividades agrícolas

Contaminación por flujo inducido de aguas superficiales contaminadas hacia un pozo. El


esquema puede representar la situación de contaminación por una inversión de flujo provocada por la
extracción de agua subterránea en las proximidades de un rio, canal, acequia. etc. que recoja aguas de
retorno de riego, aguas residuales urbanas o industriales, etc. El bombeo provoca un cambio en el sentido
del flujo de manera que en última instancia y tras cierto tiempo de funcionamiento continuo, el pozo
captará en parte aguas contaminadas procedentes de la superficie.

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Flujo inducido de agua superficial contaminada hacia un pozo

b.- Mecanismos de propagación desde la zona no saturada:


Este grupo comprende situaciones muy comunes y frecuentes, como por ejemplo la contaminación
por aguas residuales domésticas y por embalsamiento superficial.
Aguas residuales domésticas: Dentro de este grupo podrían incluirse los casos de utilización de
fosas sépticas, reciclado de efluentes y. en general, de sistemas de tratamiento de aguas residuales
domésticas. El riesgo potencial se multiplica cuando se producen concentraciones de estos sistemas de
evacuación en áreas restringidas cuya situación hidrogeológica es favorable a la infiltración como son las
áreas de recarga de los acuíferos. A pesar de los procesos de adsorción en el suelo y de atenuación de la
contaminación que se producen en la zona no saturada, la infiltración de ciertas substancias hasta el nivel
freático puede constituir una amenaza real para las captaciones próximas.

Flujo en el suelo de efluentes de fosas sépticas

Embalsamiento superficial: El esquema es aplicable a casos de acumulación de residuos líquidos


de diversa procedencia (balsas de evaporación o de concentración, balsas de infiltración de industrias,
alcoholeras. etc.) depositados en excavaciones naturales o artificiales, e incluso, con vertidos controlados.
Los principales factores que controlan el desplazamiento del lixiviado son, además de su naturaleza, la
estructura geológica, la humedad y la posición del punto de vertido en relación con la topografía y sistema
de flujo subterráneo. Especial transcendencia reviste la situación en que el embalsamiento entra en
contacto directo con la zona saturada, por cuanto el contaminante encuentra entonces una vía de acceso
directo hasta el acuífero.

Percolación de contaminantes hacia un


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acuífero libre

c.- Mecanismos de propagación originados en la zona saturada: Las situaciones típicas, y


probablemente las más significativa son los pozos de inyección y la intrusión salina.
Pozos de inyección: Utilizados para inyección directa de agua o eliminación de aguas residuales
industriales procedentes de actividades mineras o de agua contaminada térmicamente en procesos de
calefacción o refrigeración. Estas prácticas constituyen una amenaza muy seria, probablemente la más
directa, para la calidad de las aguas subterráneas, en particular cuando los pozos y sondeos destinados a
este fin no están adecuadamente diseñados, construidos. situados o manejados. Pueden suponer un
emplazamiento directo de agentes contaminantes en zonas de agua potable, provocar filtraciones -hacia
acuíferos con aguas de buena calidad- como consecuencia de fenómenos de fracturación hidráulica no
previstos o desplazamiento de agua salada hacia acuíferos de agua dulce. etc.
Progresión de la intrusión salina: El bombeo excesivo en acuíferos costeros conectados
hidráulicamente con el mar o la ubicación inadecuada de las captaciones de bombeo en este tipo de
acuíferos provoca el avance de una cuña de agua salada, tierra adentro, al disminuir el flujo de agua dulce
hacia el mar, pudiendo producir en áreas continentales una intrusión de aguas de mala calidad natural o
de aguas contaminadas hacia las zonas donde se encuentran los sondeos de captación.

CAUSAS DE LA CONTAMINACIÓN DEL AGUA SUBTERRÁNEA


El deterioro de calidad del agua subterránea que implica el hecho de la contaminación puede ser
provocado, directa o indirectamente, por las actividades humanas, por procesos naturales o lo que es más
frecuente, por la acción combinada de ambos factores.
Las causas fundamentales de contaminación del agua subterránea pueden agruparse
convencionalmente en cuatro grupos, en relación con el tipo de actividad humana que las produce:
Contaminación urbana y doméstica, contaminación agrícola, contaminación industrial y contaminación
inducida por bombeo.

1.- Contaminación urbana y doméstica:


Existen dos tipos fundamentales de residuos generados por estas actividades, los residuos sólidos y
los residuos líquidos o aguas residuales urbanas. Ambos constituyen la amenaza más directa para la
calidad de las aguas subterráneas. Los residuos gaseosos tienen en principio, una menor incidencia
directa sobre las aguas subterráneas a pesar de que en áreas urbanas contaminadas pueden condicionar
notablemente la composición del agua de lluvia que constituye la fuente principal de recarga de la mayoría
de los acuíferos.
Residuos sólidos urbanos y domésticos: Se calcula que una ciudad de un millón de habitantes puede
originar anualmente un volumen de residuos capaz de ocupar una superficie de 80 hectáreas con un
espesor de 5 m.
La contaminación del agua del acuífero puede traducirse en un aumento de mineralización de la
misma, en la elevación de su temperatura, aparición de color y olor desagradable, elevado contenido en
NH, DBO y DQO.
En general, en climas no áridos, el proceso de lixiviado puede prolongarse durante las primeras
décadas de la existencia del vertedero y. a veces, hasta centenares o miles de años. Además del lixiviado
liquido. en los vertederos se producen gases como consecuencia de la descomposición bioquimica de la
materia orgánica existente en los residuos domésticos en condiciones favorables de humedad, actividad
biológica y temperatura. Los gases que se desprenden pueden tener hasta un 90%de C0 2y hasta un 55%
de CH4 (metano); este último puede alcanzar niveles explosivos.
La potencialidad contaminante de los vertederos de residuos sólidos urbanos se puede extender a
otros productos de mayor peligrosidad, si se tiene en cuenta que en ellos se vierten residuos sólidos
industriales procedentes de industrias asentadas en los cascos urbanos.
Residuos líquidos urbanos y domésticos: La eliminación de los residuos líquidos urbanos suele
realizarse, a través de las redes de alcantarillado, en las poblaciones que disponen de ellas, directamente
a los cauces fluviales, en la mayoría de los casos sin un proceso previo de tratamiento de depuración. En
múltiples localidades con escasa población y en núcleos agrícolas aislados el procedimiento de
eliminación tiene lugar a través de pozos negros, fosas sépticas. etc. Este tipo de vertidos contiene sales
minerales, materia orgánica, restos de compuestos no biodegradables, etc, así como virus y
microorganismos fecales en general. El grado de tratamiento a que se encuentren sometidos antes de su
vertido condiciona notablemente la carga contaminante que pueden aportar.
El máximo riesgo de contaminación por estos vertidos corresponde a las aguas superficiales, a las que
va a parar la cantidad más importante de estas aguas. Sólo en caso de recarga de acuíferos por aguas
superficiales o en caso de conexión acuífero-río existiría peligro de contaminación indirecta de aguas
subterráneas. El mayor riesgo directo para los acuíferos lo constituyen las pérdidas de las redes de

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alcantarillado, la infiltración desde pozos negros y fosas sépticas o el vertido directo en cauces secos. etc.
y especialmente !as prácticas de regadío, incorrectamente realizadas con este tipo de aguas.
La contaminación por materia orgánica en acuíferos puede provocar la aparición de malos sabores y
olores en el agua como consecuencia de su degradación anaerobia.
La lucha contra la contaminación urbana y doméstica ha de abordarse mediante una política de
prevención que impida la llegada del contaminante al acuífero por medio de perímetros de protección de
captaciones próximas a vertederos y desagües de efluentes, control riguroso de los ya existentes,
medidas de tratamiento previo al vertido de residuos líquidos y emplazamiento correcto de los vertederos
de residuos sólidos que se lleven a efecto en el futuro.

2.- Contaminación agrícola:


Probablemente la causa más generalizada e importante del deterioro de la calidad del agua
subterránea como consecuencia de la acción humana es la de las prácticas agrícolas. A diferencia de
otros tipos de contaminación, la provocada por estas prácticas se caracteriza, salvo en casos concretos
(vertidos puntuales de granjas por ej.) por su carácter difuso.
Los contaminantes potenciales más significativos en este campo son los fertilizantes, los pesticidas e,
indirectamente, las prácticas de regadío en su aspecto de reciclado. Otros contaminantes de menor
significación son los vertidos de residuos animales sobre el terreno, el almacenamiento de residuos de
cosechas, etc.
Los fertilizantes, especialmente los compuestos nitrogenados, son los nutrientes más importantes
desde el punto de vista de la contaminación de las aguas subterráneas debido a la movilidad de los
nitratos; la concentración de nitrato en las aguas que alcanzan la zona saturada depende, entre otros
muchos factores, del contenido de nitrógeno orgánico natural del suelo, tipo, cantidad y frecuencia de
aplicación del fertilizante aparte, naturalmente, de las condiciones físicas del suelo y de las condiciones
externas (pluviometría. dotación de riego. etc.). Los nitratos, en las zonas de aprovechamiento agrícola
intensivo, constituyen un problema creciente tanto en extensión como en intensidad y persistencia.
Por su parte, los pesticidas y productos fitosanitarios en general pueden constituirse también en
contaminantes potenciales del agua subterránea al ser lixiviados desde la zona edáfica por las aguas de
infiltración (lluvia o riego). Los pesticidas organoclorados constituyen el mayor riesgo de contaminación
por su persistencia y elevada toxicidad con efecto específico sobre ciertos organismos.
Otra de las posibles fuentes de elementos potencialmente contaminantes es el vertido de residuos
animales. Los residuos líquidos y la materia orgánica resultante de las actividades ganaderas son una
fuente importante de nitrógeno y. consecuentemente, de nitratos. Aunque estos residuos deberían ser
tratados antes de su incorporación al terreno (abonado. riego) generalmente son vertidos sin tratamiento
y, a menudo, en zonas inadecuadas con lo que su potencialidad de contaminación aumenta
considerablemente. Los efluentes o Iixiviados originados en estas actividades suelen contener una gran
cantidad de sólidos en suspensión, alta DBO y altas concentraciones de coliformes fecales.
El aumento de sales que puede deteriorar la calidad del agua subterránea en estas zonas es debido,
por una parte, a la concentración de las sales en el agua no consumida por las plantas, que aprovechan
una mínima parte de las sales existentes y por otra, a la capacidad de las aguas de riego para disolver
sales del terreno y lixiviar fertilizantes y pesticidas. La cantidad de sales que pueden pasar al acuífero es
función de la eficiencia del riego, tipo de suelo y de cultivo, contenido en sales del suelo, pluviometría. etc.
El riesgo de aumento de salinidad crece, lógicamente, con la práctica del reciclaje o reutilización del
agua de riego, que se traduce en un aumento progresivo del contenido en sales que a largo plazo puede
concretarse en una inutilización del agua para el uso a que se destinaba. El exceso de sodio en el suelo,
frecuentemente relacionado con estas prácticas, puede modificar substancialmente la estructura del suelo
y afectar su permeabilidad.
Resumiendo en cuatro puntos, por orden de importancia conocida, los principales problemas de
contaminación por actividades agrícolas podrían sintetizarse en:
- Utilización inadecuada de fertilizantes nitrogenados y fosforados en zonas de riego con suelo
permeable y acuíferos libres, traducida en aumentos considerables de nitratos en el acuífero.
- Elevada tasa de reciclado de aguas subterráneas en áreas de regadío intensivo.
- Vertido indiscriminado de residuos animales sobre el terreno en zonas vulnerables.
- Utilización incorrecta o exagerada de pesticidas en terrenos muy permeables con escasa capacidad
de adsorción

3.- Contaminación industrial


La contaminación de las aguas subterráneas como consecuencia de las actividades industriales
presenta dos características definitorias fundamentales. Por un lado, la inmensa variedad de sustancias
químicas orgánicas o inorgánicas generadas en este sector capaces de producir contaminación, es decir,

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multiplicidad de posibles agentes contaminantes. Por otro lado, esta contaminación presenta un carácter
típicamente local o puntual, individualizable en función del tipo de industria de que se trate.
Las principales fuentes de este tipo de contaminación están constituidas por los residuos de
producción eliminados a través de la atmósfera, el terreno y las aguas superficiales o subterráneas, las
pérdidas de substancias contaminantes durante su almacenamiento o transporte y los accidentes en
tanques, líneas de conducción. etc. Los residuos líquidos pueden contener en ocasiones, compuestos
tóxicos extremadamente peligrosos, persistentes y escasamente retenibles en la matriz sólida del acuífero
o poco degradables. En otras ocasiones se trata de aguas con altas concentraciones en sales inocuas o
con características térmicas peculiares. Generalmente el modo de eliminación consiste, aparte del vertido
a aguas superficiales, en la inyección de estos residuos en acuíferos salinos, acuíferos secos,
almacenamiento transitorio en balsas o lagunas de evaporación, en excavaciones o en su extensión en el
terreno mediante riego o aspersión
Aunque resulta imposible caracterizar estos vertidos por su casi ilimitada variedad, puede decirse que
las industrias de bebidas y alimentación generan residuos líquidos con alta DBO, sólidos en suspensión a
menudo elevados, marcada alcalinidad, gran concentración de materia orgánica disuelta,etc. Las de
fabricación de pesticidas e insecticidas, alto contenido en materia orgánica, benceno, sustancias tóxicas y
restos de insecticidas y pesticidas muy tóxicos
Las fugas desde conducciones, tanques de almacenamiento, etc., presentan mayor riesgo cuando se
encuentran enterrados, puesto que pueden pasar largo tiempo inadvertidas. En los países industrializados
las fugas de productos derivados del petróleo constituyen una amenaza creciente para la calidad de las
aguas subterráneas, La contaminación por estos derivados es muy diferente de los demás tipos de
contaminación dado que estos productos son menos densos que el agua e inmiscibles con ella; es por
esto que su desplazamiento en el acuífero se produce casi exclusivamente en la zona no saturada; los
hidrocarburos solubles pueden ser transportados a grandes distancias en el acuífero. Otro problema
adicional creado en este tipo de contaminación es el posible efecto de falta de oxigenación en la parte
superior del acuífero que puede traducirse en notables cambios del ambiente químico y bioquímico de
esta zona.
Un vertido que por sus peculiaridades ha de ser considerado especialmente es el de los residuos
radiactivos originados en la industria de la energía nuclear. El riesgo comienza en los primeros estados
del "ciclo del combustible nuclear" (minería, refinamiento, enriquecimiento, utilización en reactores,
reprocesado y enterramiento) y continúa durante un tiempo que es función del periodo del radionucleido
de que se trate (hasta miles de años). El problema fundamental que plantean los residuos radiactivos es
el de su emplazamiento final, que requiere condiciones hidrogeológicas muy estrictas.
Una rama importantísima de las actividades industriales está constituida por las actividades mineras
con notable incidencia, por el simple ámbito en que suelen desarrollarse sobre los acuíferos. Los
diferentes métodos de explotación minera (subterránea, a cielo abierto, por disolución, por lixiviación. etc)
condicionan en diferente medida la posibilidad e intensidad de contaminación de las aguas subterráneas,
no sólo durante la explotación en sí sino por las condiciones favorables a dicha contaminación que suelen
permanecer, una vez abandonada la explotación.
Los principales residuos sólidos con potencial contaminador del agua subterránea proceden de la
explotación del carbón o de depósitos metálicos. Escombreras, depósitos de mineral, etc, pueden ser
considerados, con las peculiaridades de los distintos contaminantes que pueden originar en función del
tipo de explotación, como vertederos generalmente incontrolados que como tales amenazan de un modo
u otro ia calidad de las aguas subterráneas de su entorno.

4.- Contaminación inducida por bombeo (Intrusión)


Un agua con alta salinidad puede invadir acuíferos de agua dulce y crear en ellos zonas de
contaminación, puntuales o no. En acuíferos continentales cualquier tipo de agua salina puede provocar la
contaminación (intrusión salina); en los acuiferos costeros el contaminante es el agua del mar; este
segundo caso de contaminación se conoce como intrusión marina y casi siempre ha sido el resultado de
alguna actividad humana, generalmente el bombeo excesivo: SI un bombeo concentrado resulta
suficientemente intenso, el flujo de agua dulce hacia el mar disminuye; si cesa, el agua salada tiende a
rellenar todo el acuífero hasta el nivel del mar. SI el bombeo continúa, se puede llegar a captar
directamente agua salada en el pozo de bombeo.

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Contaminación directa de una captación de agua
salada como consecuencia del bombeo excesivo

LOS ACUÍFEROS DE LA ARGENTINA

En un mundo en el que agua se está transformando en un recurso estratégico, Sudamérica y en


particular la Argentina, están en condiciones de abastecer de agua potable al mundo por varios siglos.

El Acuífero Guaraní (AG)


Constituye uno de los reservorios subterráneos de agua dulce más importantes del mundo, con una
reserva estimada entre 40.000 y 50.000 km3, volumen suficiente para abastecer a la población mundial
actual (6.000 millones) durante unos 200 años, a una tasa de 100 litros/día por habitante. Se desarrolla en
el ámbito de la cuenca del Río Paraná en alrededor de 1.190.000 km2 y es compartido en orden de
extensión territorial por Brasil, Argentina, Paraguay y Uruguay. Brasil abarca una superficie de
aproximadamente 850.000 km2 (9,9%), en Argentina, unos 225.000 km2 (7,8%), en Paraguay 70.000km2
(17,2%) y en Uruguay 45.000 km2 (25,5%). Las profundidades son muy variables, entre los 50 y 1.500
metros.
Explotación: en Brasil se emplean unos 500 pozos para el abastecimiento total o parcial de 300
ciudades de entre 5.000 y 500.000 habitantes; también se lo utiliza para la industria, el riego y la
bañoterapia.
En Uruguay están operando unos 135 pozos, con caudales en surgencia de hasta 400 m3/h y con
bombeo hasta 1.000 m3/h. El agua se emplea para abastecimiento humano, riego, industria, secado de
grano, bañoterapia y control de heladas.
En Argentina, el uso está restringido a 7 perforaciones de 1.000 a 1.300 m, situadas en Entre Ríos,
que se emplean para bañoterapia y otras más someras, de menos de 200 m, en áreas donde el acuífero
aflora o se ubica a poca profundidad (Misiones y Corrientes), que se utilizan para el abastecimiento
humano y el riego.
En Paraguay se lo emplea para el abastecimiento de pequeñas comunidades (menos de 4.000
habitantes) con caudales escasos, dado que se capta sólo la sección superior del mismo.

Sistema Acuífero Yrenda


El Sistema Acuífero Yrenda (SAY) es un sistema hidrogeológico regional que abarca cerca de dos
tercios de la Región Occidental del Paraguay y parte del chaco Argentino y Boliviano. Tiene una extensión
de 180.000 Km2 aproximadamente. Este acuífero incluye al “Acuífero Toba”.
Es un acuífero formado por sedimentos cuaternarios y terciarios no consolidados de la Formación
Chaco. La salinidad de su agua subterránea aumenta a lo largo de la dirección de flujo que es de oeste a
este y su velocidad se estima en el rango de 20 a 46 m/año. La recarga de este sistema acuífero tiene
lugar en la región boliviana a través de la infiltración directa de precipitación y agua del río, en las colinas
sub-andinas (serranía Aguaragüe). Proyectos de protección de acuíferos en América y Argentina
Importantes organismos nacionales e internacionales han estado trabajando en los últimos años en
proyectos dedicados a la protección y preservación de los acuíferos.

Sistema Acuífero Toba


El Sistema Acuífero Toba (SAT) abarca en la República Argentina una superficie aproximada de
210.000 km2, correspondiendo a un 7,7% de la superficie continental del territorio nacional. Incluye a las
provincias de Salta, Jujuy, Tucumán, Formosa, Chaco y Santiago del Estero.
No se conoce el número total de pozos perforados en el Sistema Acuífero Toba, sin embargo, a
continuación se expresan algunas cifras orientativas: En el Chaco Boreal Salteño se han censado 447
pozos, pero en la región el número se estima que debe superar los 500. En el Chaco Austral Salteño se
estima que existen otras 750 perforaciones y en la región de Termas de Río Hondo se han perforado
aproximadamente 4.000 pozos.
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Proyecto Esmeralda: En la provincia de Formosa se realizan perforaciones para disponer de
agua potable en calidad y cantidad suficiente, no sólo para beber, sino que inclusive para darle un
aprovechamiento productivo; en algunos casos se tiene que perforar hasta los 500 metros.

Acuífero Puelche
Es una inmensa masa de agua pluvial (de lluvia) infiltrada en el suelo y contenida en un manto
subterráneo de arenas y sedimentos porosos, que se ubica entre dos gruesas capas de sedimentos
tirando a arcillosos y poco permeables, se lo encuentra entre los 15 y 120 metros según el sitio de la
llanura en que se ubique. Pero no bajo toda ella, sólo bajo la llamada Pampa Ondulada; es decir que
ocupan una superficie de 230.000 kilómetros cuadrados del noroccidente bonaerense y el sudoccidente
santafesino.
El Puelche llega hasta la mitad de la provincia de Santa Fé, este de Córdoba y NE de Bs. As hasta la
Bahía de Samborombón. Hacia Córdoba se vuelve salado y hacia el Paraná es dulce.
El agua que satura las Arenas Puelches proviene de las lluvias que percola desde arriba atravesando
los sedimentos.
Esta especie de río subterráneo de agua y arena está en movimiento horizontal, a una velocidad de
entre 2 y 10 metros por día: el acuífero se recarga de lluvia en su centro (más o menos la zona de Pilar) y
se descarga hacia sus bordes, que son el Paraná y el Plata, por el Nor-Nordeste, y el río Salado, por el
Sur.

Los acuíferos en Argentina

BIBLIOGRAFÍA:
Recursos Hídricos. Conceptos básicos y estudios de caso en Iberoamérica. Cap. III Hidrología
Subterránea; Díaz Delgado C. et al, editores. Piriguazú Ediciones - Montevideo/Toluca (2005)
Vulnerabilidad de acuíferos. Conceptos y métodos; Auge, M. – UBA, Buenos Aires (2004)

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