Lección 16 - El Buen Samaritano
Lección 16 - El Buen Samaritano
Lección 16 - El Buen Samaritano
El Buen
Samaritano
“El llamado del Señor a prestar servicio”, Liahona, agosto de 2012, págs. 4–5.
Thomas Spencer Monson
(1927 – 2018)
Fuente: https://www.lds.org/study/liahona/2007/02/the-good-samaritan-forgotten-symbols?lang=spa
Por Miguel A. Arizola
Por Miguel A. Arizola
Los primeros cristianos comparaban a este hombre con Adán. En hebreo, “adán” significa “hombre, humanidad”, “el
plural de hombres”, así como “Adán” como nombre propio. Así fue que Clemente de Alejandría consideraba a la víctima
de esta alegoría una representación de “todos nosotros”. De hecho, todos hemos descendido como Adanes y Evas,
sujetos a los riesgos y a las vicisitudes de la vida terrenal: “Porque así como en Adán todos mueren…” (1 Cor. 15:22).
“Un hombre
Crisóstomo, autor cristiano de la antigüedad, vio en esta frase el descenso de Adán del jardín al mundo, de la gloria a lo
mundano, de la inmortalidad a la mortalidad… implica que el hombre descendió intencionadamente, conocedor de los
Descendía riesgos que implicaba el viaje. Nadie le obligó a descender a Jericó; más bien sentía que el trayecto merecía la pena, aún
con los consabidos riesgos que encerraban los caminos.
de Jerusalén Jesús habla de una persona que desciende, no de un lugar cualquiera, sino de Jerusalén. Dado el carácter santo de la
sagrada ciudad-templo, los antiguos cristianos captaron claramente en este elemento la idea de que aquella persona
a Jericó, descendía de la presencia de Dios.
Jericó se identificaba fácilmente con el mundo... Su templado clima de invierno la convertía en un centro vacacional
y cayó para hedonistas, donde Herodes había edificado un suntuoso palacio en el que pasaba sus vacaciones. Pero hay que
destacar que el viajero de la parábola aún no había llegado a Jericó cuando fue atacado por los ladrones. Estaba
descendiendo, pero aún no había llegado al fondo.
en manos de
Resulta fácil ver aquí una alusión al estado terrenal y caído y a la situación difícil del pecador: “…sí, todos han caído y
están perdidos” (Al. 34:9).
ladrones”
Los antiguos autores cristianos veían en los ladrones (o salteadores) al diablo y sus hordas satánicas, espíritus malignos
o falsos maestros. La palabra griega para “ladrones” que emplea Lucas implica que éstos eran profesionales y que
estaban organizados. El viajero fue atacado por una banda de perniciosos salteadores pertenecientes a una sociedad
organizada y maquinadora que operaba de manera coordinada y deliberada.
medio
Los ladrones se fueron, dejando al hombre, precisamente, “medio muerto”. En este detalle
muerto. podemos observar una alusión a la primera y segunda muertes. La persona había caído,
estaba sujeta al pecado, había padecido la primera muerte y se había convertido en un ser
mortal. Pero la segunda muerte, la separación permanente de Dios, aún podía evitarse
(véase Alma 12:32–36).
Asimismo un levita,
Se consideraba al levita un representante de los profetas del Antiguo
Testamento, a cuyas palabras dio cumplimiento el Señor (Mt. 5:17; 3 Ne. 15:2–
llegando cerca de 5). Los levitas, que eran una clase inferior de sacerdotes, realizaban tareas en
el templo. Por lo menos este levita estuvo a punto de ayudar; llegó “cerca de
aquel lugar, y viéndole, aquel lugar” y vio. Pudo haber querido ayudar, pero tal vez se vio demasiado
ínfimo para hacerlo; además él carecía del poder para salvar a un moribundo.
pasó de largo.
Por Miguel A. Arizola
Los antiguos cristianos consideraban al unísono que el buen samaritano representaba a Cristo.
Crisóstomo sugiere que el samaritano constituye una representación acertada de Cristo porque “así
Pero un como el samaritano no es de Judea, Cristo no es de este mundo”.
Los que escuchaban a Jesús en Jerusalén pueden haber reconocido en esta parábola una referencia
samaritano, del Salvador a Sí mismo; de hecho, algunos judíos de Jerusalén rechazaron a Jesús con el insulto:
“…¿No decimos bien nosotros, que tú eres samaritano…?” (Juan 8:48). Dado que Nazaret se halla
frente a un valle al norte de Samaria, resultaría fácil identificar a ambas localidades como iguales; y así
que iba de como se consideraba a los samaritanos los más ínfimos de los seres humanos, así también se profetizó
que el Mesías sería “despreciado y desechado entre los hombres” y “menospreciado” (Isa. 53:3).
camino, vino
Parecía que el samaritano (símbolo del Cristo) buscaba intencionadamente personas a las que ayudar.
cerca de él, El texto no indica que apareciera por casualidad. Orígenes señala que “descendió con la intención de
rescatar y atender al moribundo”. El Salvador descendió a propósito con aceite y vendajes “para traer
redención al mundo” (3 Nefi 9:21).
y viéndole, fue
movido a La misericordia alude al amor puro de Cristo. La palabra griega expresa que las entrañas del
samaritano fueron conmovidas con una profunda compasión interior. Esta palabra se emplea en el
Nuevo Testamento únicamente cuando los autores desean describir la misericordia divina de Dios…
misericordia; Del mismo modo, el samaritano representa al divino Cristo misericordioso que padeció “para que sus
entrañas sean llenas de misericordia, según la carne, a fin de que según la carne sepa cómo socorrer a
los de su pueblo” (Alma 7:12).
en su
Para los primeros cristianos, el mesón simbolizaba claramente la Iglesia. El
cabalgadura, “mesón” era “una vivienda pública abierta a todos”. Un refugio público se asemeja
de diversas maneras a la Iglesia de Cristo. Un mesón en el camino no es un destino
lo llevó al celestial, sino una ayuda necesaria para ayudar a los viajeros a llegar a su hogar
eterno.
mesón,
El samaritano permaneció con el herido y cuidó de él en persona la primera noche.
y cuidó de él. No entregó al herido al cuidado del mesonero con excesiva rapidez, sino que
permaneció con él en los momentos más difíciles. Orígenes comentó que Jesús
cuida del herido “no sólo por el día, sino por la noche también, dedicándole toda
su atención y actividad”.
y le dijo: Cuídamele; Se promete al mesonero abonar todos los costos: “Te abonaré cualquier gasto que tengas”.
Puede que esta promesa, más que cualquier otro elemento del relato —pues se hace entrega al
mesonero de un “cheque en blanco”—, haya confundido a los autores actuales para quienes
y todo lo que gastes este relato no es más que un mero evento cotidiano. ¿Quién en su sano juicio realizaría un
compromiso tal con un mesonero desconocido? Mas cuando el relato se entiende en clave de
de más, yo te lo alegoría, la promesa tiene sentido, pues el samaritano (Cristo) y su mesonero ya se conocen y
confían el uno en el otro antes de hacerse la promesa
pagaré
El personaje que representa a Cristo promete claramente volver otra vez, una clara alusión a la
cuando regrese. segunda venida de Cristo. La palabra original griega traducida como “cuando regrese” aparece
sólo una vez más en el Nuevo Testamento, en Luc. 19:15, en la parábola del señor que volvería
a juzgar a la gente según lo que hubieran hecho con el dinero que les había entregado. Tal
conexión refuerza esta alusión a la Segunda Venida.