Tesis Docoral Derechos Humanos

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UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE NUEVO LEÓN

FACULTAD DE DERECHO Y CRIMINOLOGÍA

DIVISIÓN DE ESTUDIOS DE POSGRADO

TESIS DOCTORAL QUE PRESENTA


FELIX JAVIER LEDESMA MARTÍNEZ NEGRETE

DIRECTOR DE LA TESIS
DR. JOSÉ ZARAGOZA HUERTA

CODIRECTOR DE LA TESIS
DR. RAFAEL SÁNCHEZ VÁZQUEZ

BAJO EL TÍTULO

“LA PROTECCIÓN INTERNACIONAL DE LOS DERECHOS FUNDAMENTALES


POR LA CORTE PENAL INTERNACIONAL”

PARA OBTENER EL GRADO DE DOCTOR EN DERECHO

OCTUBRE 2012
CAPÍTULO I.
NOCIONES GENERALES SOBRE LOS DERECHOS HUMANOS

1.1. ¿Qué son los derechos humanos?

En el presente tema se aborda la definición de los Derechos Humanos


desde su concepción hasta la definición que se empleará como referencia en este
documento.

Las ideas de igualdad, libertad y dignidad, han estado presentes


históricamente desde antes del renacimiento, pero no se formularán como
derechos hasta el mundo moderno1. De tal forma que es posible decir que los
Derechos Humanos son una creación de la modernidad que se ha retomado de
diversas formas desde la mitad del siglo XX hasta el presente, aunque conservan
su designación original: se les equipara a los derechos civiles, garantías
individuales o prerrogativas del ciudadano.2

El Doctor Jorge Carpizo McGregor, primer Ombudsman de la Comisión


Nacional de Derechos Humanos y destacado abogado, jurista y político, planteaba
que:

“El tema de los Derechos Humanos es recurrente en la historia de la


humanidad, porque está estrechamente ligado con la dignidad humana; tuvo un
gran impulso hace poco más de dos siglos, con las declaraciones norteamericanas
y francesas sobre ellos; pero es especialmente después de la Segunda Guerra
Mundial y en estas últimas cuatro décadas cuando se convierten en una de las
grandes preocupaciones de las sociedades y cuando el tema se internacionaliza.
Los horrores y la barbarie del fascismo, y especialmente del nazismo, provocaron

1
Peces Barba, Gregorio. Derecho y Derechos Fundamentales. Centro de Estudios Constitucionales. Madrid.
1993. p. 327. Cit. por Quintana Roldán, Carlos F. y Sabido Peniche, Norma D.: Derechos Humanos; Ed.
Porrúa, México, D. F., 3ª ed. 2004, p. 19.
2
Quintana Roldán, Carlos F. y Sabido Peniche, Norma D.: Derechos Humanos; Ed. Porrúa, México, D. F., 3ª
ed. 2004, p. 19.
una reacción de indignación mundial. Con claridad se vio que este planeta tenía
una alternativa: vivir civilizadamente bajo regímenes democráticos y
representativos, donde se respete la dignidad humana, para no caer en regimenes
3
salvajes donde impere la ley del más fuerte y del gorila.”

Elaborar una definición de Derechos Humanos, plantea grandes retos de


orden sobre todo ideológico y doctrinario, ya que el concepto depende en gran
medida de la orientación que se asuma, las ideas o las tendencias que se
profesen. Por ello, se suelen encontrar múltiples definiciones con matices distintos
y en ocasiones hasta encontradas, dada la dificultad de la relatividad de sus
contenidos.4 A pesar de esta complejidad, es posible señalar algunas definiciones
que contribuyan a formar una referencia del tema y el objeto central de estos
derechos.

Con el fin de expresar diversas orientaciones, ideas y tendencias se


presentan distintas definiciones de autores con tiempos, contextos y
aproximaciones diversas al tema de los Derechos Humanos:

Antonio Trovel y Serra, autor español, los define como:

“(…) los privilegios fundamentales que el hombre posee por el


hecho de serlo, por su propia naturaleza y dignidad. Son derechos que le
son inherentes y que, lejos de nacer de una concesión de la sociedad
política, han de ser consagrados y garantizados por ésta.”5

Los autores mexicanos, María Teresa Hernández Ochoa y Dalia Fuentes Rosado,
proponen que:

3
CARPIZO, Jorge. Derechos Humanos y Ombudsman. Comisión Nacional de Derechos Humanos, Instituto de
Investigaciones Jurídicas, México, 1993. p. 77. Cit. por Quintana Roldán, Carlos F. y Sabido Peniche,
Norma D.: op. cit., p. 19.
4
Quintana Roldán, Carlos F. y Sabido Peniche, Norma D.: op. cit., pp. 19 y 20.
5
TROVEL Y SIERRA, Antonio. Los Derechos Humanos. Ed. Tecnos. Madrid 1968, p. 11. Cit. por Quintana
Roldán, Carlos F. y Sabido Peniche, Norma D.: op. cit., p. 20.
“Los Derechos Humanos son los que las personas tienen por su
calidad humana. Pero es el Estado el que los reconoce y los plasma en la
Constitución, asumiendo así la responsabilidad de respetar estos derechos,
amén de que cada individuo viva mejor y se realice como tal.”6

La Doctora en Derecho Mireille Roccatti, quien fuera Presidenta de la Comisión


Nacional de Derechos Humanos, señala que los Derechos Humanos son:
“(…) aquellas facultades y prerrogativas inherentes a la persona
humana, que le corresponden por su propia naturaleza, indispensables
para asegurar su pleno desarrollo dentro de una sociedad organizada,
mismos que deben ser reconocidos y respetados por el poder público o
autoridad, debiendo ser garantizados por el orden jurídico positivo.”7

Antonio E. Pérez Luño define que son:


“(...) el conjunto de facultades e instituciones que, en cada momento
histórico, concretan las exigencias de la dignidad, la libertad y la igualdad
humanas, las cuales deben ser reconocidas positivamente por los
ordenamientos jurídicos a nivel nacional e internacional.”8

El Diccionario Jurídico Mexicano del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la


UNAM, define a los Derechos Humanos como:

“(...) el conjunto de facultades, prerrogativas, libertades y


pretensiones de carácter civil, político, económico, social y cultural,
incluidos los recursos y mecanismos de garantía de todas ellas, que se
reconocen al ser humano considerado individual y colectivamente.”9

6
HERNÁNDEZ OCHOA, Ma. Teresa y Dalia FUENTES ROSADO. Hacia una cultura de los Derechos
Humanos. Serie Folletos 91193 de la Comisión Nacional de Derechos Humanos. México, 1991. Cit. por
Quintana Roldán, Carlos F. y Sabido Peniche, Norma D.: op. cit., p. 20.
7
ROCCCATI, Mirelille. Los Derechos Humanos, la Experiencia del Ombudsman en México. Comisión de
Derechos Humanos del Estado de México. México 1996, p. 19. Cit. por Quintana Roldán, Carlos F. y Sabido
Peniche, Norma D.: op. cit., p. 20.
8
Citado por BIDART CAMPOS Germán. Teoría General de los Derechos Humanos; UNAM, 1989, p. 228. Cit.
por Quintana Roldán, Carlos F. y Sabido Peniche, Norma D.: op. cit., p. 20.
9
Diccionario Jurídico Mexicano. Instituto de Investigaciones jurídicas/UNAM. Voz. Derechos Humanos. Cit.
por Quintana Roldán, Carlos F. y Sabido Peniche, Norma D.: op. cit., p. 21.
El anterior Reglamento Interno de la Comisión Nacional de Derechos Humanos,
derogado con la fecha 29 de septiembre de 2003, establecía en su artículo 6º que:
“Los Derechos Humanos son los inherentes a la naturaleza
humana, sin los cuales no se puede vivir como ser humano. En su aspecto
positivo son los que reconoce la Constitución Política de los Estados
Unidos Mexicanos y los que se recogen en los pactos, los convenios y los
tratados internacionales suscritos y ratificados en México.”

Eusebio Fernández, propone que, "los Derechos Humanos son algo (ideales,
exigencias, derechos), que consideramos deseable importante y bueno para el
desarrollo de la vida humana.”10

Siguiendo las tendencias más actuales de la materia, Carlos F. Quintana Roldán y


Norma D. Sabido Peniche, proponen que:

“Se entiende por Derechos Humanos al conjunto de atributos


propios de todos los seres humanos que salvaguardan su existencia, su
dignidad y sus potencialidades por el mero hecho de pertenecer a la
especie humana, que deben ser integrados y garantizados por los
ordenamientos jurídicos nacionales e internacionales para evitar que el
poder público y la sociedad los vulneren o violenten, por tener la calidad de
derechos fundamentales.”

El Doctor Rafael Aguilera Portales, plantea de forma concreta que los


derechos humanos configuran el conjunto de libertades, pretensiones y facultades
jurídicas que posee toda persona humana.11

10
Bidart Campos, Germán. J. "Teoría General de los Derechos Humanos". Instituto de Investigaciones
Jurídicas UNAM. México. 1989. pp. 66, 233 y 234.
11
Aguilera Portales, Rafael Enrique. “Concepto y fundamento de los derechos humanos (Implicaciones
político-jurídicas en el Constitucionalismo del Estado de Nuevo León). CECYTE, N.L. –CAEIP, Nuevo
León, México. 2010. P. 18.
Además del enfoque de estos autores, es indispensable considerar que el
concepto de Derechos Humanos no debe restringirse, por lo que es conveniente
su análisis desde el punto de vista filosófico valorativo; ya que los seres humanos
son vistos de forma diferente que las cosas, debido a que la dignidad como
persona humana tiene un valor distinto. Por ello y siguiendo la tendencia histórica
se pueden definir como:

El conjunto de derechos y garantías que salvaguardan la vida y la dignidad


de los seres humanos y que los criterios valorativos de la cultura y de la
civilización moderna atribuyen a todos los integrantes de la especie humana sin
distinción alguna.

Para que esta idea continuara vigente, se realizó una reforma a la


Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos en los artículos: 1o , 3º, 11,
15, 18, 29, 33, 89, 97, 102 y 105, publicándose el 10 de junio del 2011 y entrando
en vigor el 11 de junio del mismo año. Significándose de estas reformas el Artículo
1o que textualmente establece:

"En los Estados Unidos Mexicanos todas las personas


gozarán de los derechos humanos reconocidos en esta
Constitución y en los tratados internacionales de los que el Estado
Mexicano sea parte, así como de las garantías para su protección,
cuyo ejercicio no podrá restringirse ni suspenderse, salvo en los
casos y bajo las condiciones que esta Constitución establece. Las
normas relativas a los derechos humanos se interpretarán de
conformidad con esta Constitución y con los tratados
internacionales de la materia favoreciendo en todo tiempo a las
personas la protección más amplia. Todas las autoridades, en el
ámbito de sus competencias, tienen la obligación de promover,
respetar, proteger y garantizar los derechos humanos de
conformidad con los principios de universalidad, interdependencia,
indivisibilidad y progresividad. En consecuencia, el Estado deberá
prevenir, investigar, sancionar y reparar las violaciones a los
derechos humanos, en los términos que establezca la ley. Está
prohibida la esclavitud en los Estados Unidos Mexicanos. Los
esclavos del extranjero que entren al territorio nacional alcanzarán,
por este solo hecho, su libertad y la protección de las leyes. Queda
prohibida toda discriminación motivada por origen étnico o nacional,
el género, la edad, las discapacidades, la condición social, las
condiciones de salud, la religión, las opiniones, las preferencias
sexuales, el estado civil o cualquier otra que atente contra la
dignidad humana y tenga por objeto anular o menoscabar los
derechos y libertades de las personas."12

1.2.- Marco teórico conceptual de los Derechos Humanos.

Ubicar a los Derechos Humanos dentro de las corrientes jurídico-filosóficas


es un gran reto, ya que existen diversas posturas que pretenden explicar su origen
y significado. En la búsqueda de su definición, se han abordado teorías que suelen
ir desde las posturas de tipo naturalista, hasta otras de carácter histórico y
sociológico, además de las de tipo positivista.13

Las posturas naturalistas, o Iusnaturalismo, estudian los Derechos


Humanos desde dos vertientes: la teológica y la racional. El jusnaturalismo
teológico afirma que: la ley humana no hace otra cosa que reconocer de
manera racional la armonía que Dios ha dado a las cosas en el permanente
orden de la naturaleza sujeta a la ley divina. 14 Bajo esta teoría, el hombre,
como género, goza de ciertos derechos naturales como producto de la voluntad
superior, omnipotente, omnipresente y atemporal de Dios; quien además le
confiere una dignidad a su calidad humana que lo hace diferente de los demás

12
http://www.diputados.gob.mx/LeyesBiblio/pdf/1.pdf
13
Quintana Roldán, Carlos F. y Sabido Peniche, Norma D.: op. cit., p. 24.
14
Quintana Roldán, Carlos F. y Sabido Peniche, Norma D.: op. cit., pp. 24 y 25.
seres que existen y que debe ser respetada.

Es posible apreciar este enfoque en diversas concepciones que la


Iglesia Católica ha dado a estos derechos, como se plantea en varias
Encíclicas Papales, como son la Rerum Novarum, de León XIII (1891); la
Divinae Institutiones, de Pío XII (1942); la Mater et Magistra, de Juan XXIII
(1961); así como del propio Juan XXIII la Pacem In Terris, (1963) que
expresamente señaló:

En toda convivencia ordenada y fecunda hay que establecer


como fundamento el principio de que todo ser humano es persona, es
decir una naturaleza dotada de inteligencia y voluntad libre, y es, por
tanto, sujeto de derechos y obligaciones, que brotan inmediata y
simultáneamente de su misma naturaleza; derechos y obligaciones que
son, por eso mismo, universales, inviolables e inalienables .

La dignidad de la persona humana también es ensalzada, y elevada a otro


plano, uniéndola a lo divino: “…Puesto que los hombres han sido reunidos por
la sangre de Jesucristo y la gracia los ha constituido hijos y amigos de Dios y
herederos de la gloria eterna.”15 El Papa Juan Pablo II, también hace
referencia a los Derechos Humanos en otras Encíclicas Papales, como el
Redemptor Hominis (1979), Centesimus Annum (1991) y Veritatis Splendor (1993),
entre otras.

En contraste, el Jusnaturalismo Racional no contempla una “voluntad


superior”, y considera los Derechos Humanos como producto de la propia
naturaleza: ya que el hombre (entendido como especie), a diferencia de las
cosas y las especies con las que cohabita, posee voluntad y razón, por lo que
le corresponde una dignidad superior, gracias a la que puede existir armonía
en la vida social. Al respecto, Eusebio Fernández, tratadista español, indica
15
Citado en la obra Filosofía de los Derechos Humanos. Compilador Daniel E. Herrendorf. Comisión
Nacional de Derechos Humanos. México, 1992, p. 93. Cit. por Quintana Roldán, Carlos F. y Sabido
Peniche, Norma D.: op. cit., p. 25.
que:

La fundamentación jusnaturalista de los Derechos Humanos es


sin duda la más conocida y la de mayor tradición histórica; pero también
es la que plantea más problemas de aceptación por parte de alguna de
las más importantes corrientes contemporáneas de filosofía y teoría del
derecho. Los problemas a que me refiero tienen como punto de partida
el viejo problema de la ley natural y el mismo concepto de Derecho
Natural.

Por lo tanto, el jusnaturalismo no sólo defiende y fundamenta la existencia del


Derecho Natural, sino que también lo explica, lo compara y lo pone por encima del
Derecho Positivo, en palabras de Quintana Roldán y Sabido Peniche:

(...) todas las fundamentaciones jusnaturalistas de los derechos


humanos se caracterizan por estos dos rasgos: la distinción entre Derecho
natural y Derecho positivo, y la superioridad del Derecho natural sobre el
Derecho positivo.16

Dicho de otra manera: el Derecho natural, a diferencia del Derecho positivo,


plantea que los derechos naturales se derivan del ordenamiento universal
deducido por la propia naturaleza humana y que esos Derechos naturales son
anteriores y superiores al Derecho positivo y, por tanto, inalienables.17

El jusnaturalismo racional influenció en la teoría del historicismo cultural,


pero ésta se distingue por la importancia que le brinda a la categoría histórica
del ser humano: su evolución, transformación y superación. En consecuencia,
estima que los Derechos Humanos son producto de la convivencia social y
que, en la medida en que el hombre pasa por diversas etapas temporales,
acumula conocimiento de la dignidad del hombre mismo y va creando valores

16
Quintana Roldán, Carlos F. y Sabido Peniche, Norma D.: op. cit., pp. 25 y 26.
17
FERNÁNDEZ, Eusebio. Teoría de la Justicia y Derechos Humanos. Edit. Debate. Madrid. 1991, pp. 86-87.
y garantías para su protección. Desde este enfoque podría decirse entonces
que los Derechos Humanos no son más que el producto histórico de la
superación humana y el reconocimiento de la dignidad indispensable para la
vida plena de los seres humanos, sus grupos y la sociedad en su conjunto.
Esta percepción de la sociedad como un ente vivo y en transformación
constante, identifica al historicismo cultural con una posición sociológica.

A pesar de las diferencias que se encuentran en las corrientes iusanaturalistas


según el Dr. Aguilera Portales, es posible encontrar “un núcleo común: la creencia
en un orden objetivo auprapositivo de carácter universal, permanente e inviolabre
que contiene los valores últimos de todo ordenamiento humano.”18

La corriente positivista propone una aproximación diferente al tema,


plantea la idea de que sólo el Estado, entendido como el poder público, crea
derechos y establece limitantes a su propio ejercicio. El jurista austriaco Hans
Kelsen sería el ejemplo extremo de esta manera de entender la validez de las
garantías que establece la ley, en la que Derecho y poder se confunden y se
utilizan indiscriminadamente, lo que conlleva el riesgo de caer en
interpretaciones absurdas de una lógica discursiva y vacía.

Ya que la ley positiva es el resultado de la voluntad de la general de la


sociedad, le corresponde catalogar en su contenido normativo a los Derechos
Humanos, sin embargo su validez no puede ser resultado únicamente del
proceso formal de su creación: después de que el legislador plasma en un
texto normativo un conjunto de valores morales, filosóficos y políticos, la ley
debe integrarse en el orden jurídico y en el Estado de Derecho.

Los dos matices fundamentales del Estado de Derecho son el formal y


el material. Cuando es rasgo formal es exacerbado, y se le concede valor a la

18
Aguilera Portales, Rafael Enrique; Concepto y Fundamento de los Derechos Humanos (Implicaciones
político-jurídicas en el Constitucionalismo del Estado de Nuevo León); CECYTE, N.L. –CAEIP, Monterrey,
México. 2010 p. 99
ley sólo por el hecho de ser producto del proceso formal de su creación; se
corre el riesgo de caer en el radicalismo positivista y en el legalismo extremoso
de justificar cualquier producto de la legislación, aunque carezca de ética,
moral y se contraponga a los derechos fundamentales de los humanos.

Por eso es necesario que el Estado de Derecho mantentenga el


equilibrio de lo formal con una manifestación real o material, de orden
valorativo, para que se respeten verdaderamente esas premisas
fundamentales que den cohesión, sentido y validez a los ordenamientos
jurídicos. El Estado de Derecho precisa de una adecuada división de poderes,
del respeto a los derechos individuales, de la existencia de garantías
jurisdiccionales, de clara definición democrática de los derechos políticos de la
ciudadanía, etcétera.19

1.3.- Evolución del marco normativo de los derechos humanos en México.

Desde hace mucho tiempo, la protección efectiva de los derechos del


hombre ha sido una preocupación y uno de los más grandes problemas de la
humanidad, sin que se haya encontrado, hasta la fecha, una solución efectiva.
Este problema se vive a todos los niveles y en todos las categorías de los
derechos, ya sean civiles, políticos, económicos, sociales y culturales, e incluso,
de los de más reciente concebidos más recientemente, los derechos de
solidaridad.20

El sistema jurídico mexicano ha sido testigo, actor protagonsita y parte de


la evolución de los Derechos Humanos. Desde la la Constitución de Cádiz de
1812, así como en el pensamiento de José María Morelos y Pavón que plasma en
"Sentimientos de la Nación de 1813", es posible encontrar antecedentes que

19
Quintana Roldán, Carlos F. y Sabido Peniche, Norma D.: op. cit., p. 27.
20
Cfr. Gallardo Loya, Roberto Carlos: op. cit., p. 68.
hacen referencia a estas garantías. Los cambios sociales e históricos se reflejan
en cada nueva propuesta, ya que como indica el Dr. Rafael Enrique Aguilera
Portales “No es la Constitución sólo un texto jurídico o un entramado de reglas
normativas, sino también expresión de una situación cultural dinámica, medio de
autorepresentación cultural de un pueblo, espejo de su legado cultural y
fundamento de sus esperanzas.”21

En México, se aprecian dos etapas básicas en lo que se refiere al


estudio de los Derechos Humanos cuyo parte aguas es la Constitución de
1917, que aún sigue vigente. Antes de ésta, la mayoría de los documentos
constitucionales de México, tuvieron, en lo que a los Derechos Humanos
respecta, un espíritu y orientación netamente liberal-individualista. No es sino
hasta la proclama de la Constitución discutida en Querétaro, cuando se
integra una perspectiva de contenido social, que se manifiesta principalmente
en las normas que protegen a los sectores tradicionalmente marginados,
como el campesinado y los obreros, reflejada en los artículos 27 y 123,
respectivamente.22

Los derechos humans y las garantías individuales que actualmente están


previstas en los diferentes artículos la Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos, son: los derechos de libertad de expresión oral y escrita, libertad de
tránsito, derechos de igualdad, en donde no se debe hacer distinción de raza,
sexo, credo religioso y se expresa como principio la igualdad de las personas ante
la ley; los derechos sociales, entre los que se encuentran los derechos a la
educación, vivienda y trabajo; y los derechos de seguridad jurídica. Estas
garantías individuales se han desarrollado y ampliado desde la Constitución de
1824 hasta la actual de 1917.23

21
Aguilera Portales, Rafael Enrique; Concepto y Fundamento de los Derechos Humanos (Implicaciones
político-jurídicas en el Constitucionalismo del Estado de Nuevo León); CECYTE, N.L. –CAEIP, Monterrey,
México. 2010 p. 13
22
Quintana Roldán, Carlos F. y Sabido Peniche, Norma D.: Derechos Humanos; Ed. Porrúa, México, D. F., 3ª
ed. 2004, p. 31.
23
Gallardo Loya, Roberto Carlos: op. cit., p. 67.
En este contexto, se presenta en orden cronológico, un estudio histórico
legislativo, entre los preceptos legales del pasado y los preceptos legales del
presente, en el que se podrá apreciar cómo las principales constituciones, que a
través del desarrollo histórico de México se han ocupado del tema, han influido de
manera considerable en la forma y en el contenido de las actuales disposiciones
jurídicas de esa materia.24

Es posible encontrar los precedentes a la evolución de las garantías


desde el Decreto de Abolición de la Esclavitud, dictado por el cura Don Miguel
Hidalgo y Costilla en la ciudad de Guadalajara, el 6 de diciembre de 1810, que
señala:

1. Que todos los dueños de esclavos deberán darles la libertad dentro


del término de diez días, so pena de muerte, la que se les aplicará por
transgresión de este artículo.

2. Que cese, para lo sucesivo, la contribución de: tributos respecto a


las castas que lo pagaban, y toda exacción que a los indios se les exigía.

3. Que en todos los negocios judiciales, documentos, escrituras y


actuaciones se haga uso de papel común, quedando abolido el del sellado.

a) La Constitución de Cádiz (1812):

Fue expedida por las Cortes y jurada el 19 de marzo de 1812, entró en


vigor en la Nueva España el 30 de septiembre del mismo año; varias veces
fue suspendida total o parcialmente.
Declara solemnemente que la nación está obligada a conservar y proteger

24
Cfr. Terrazas, Carlos. "Los Derechos Humanos en las Constituciones Políticas de México". 22ª edición. Ed.
Porrúa, S.A. México. 1991. p. 35.
la libertad civil, la propiedad y los demás derechos legítimos de todos los
individuos que la componen, que no son otros que los derechos del hombre; es
decir, los derechos fundamentales que el hombre por el sólo hecho de serlo tienen
y han de gozar siempre; así como los medios formulados para asegurar el
ejercicio de tales derechos, que son propiamente las garantías individuales.

Aunque no señaló un catálogo o capítulo exclusivo de las garantías


individuales, destacan como tales:

Art. 5.- Son españoles:25


Primero: Todos los hombres libres nacidos y avecindados en los dominios
de España y los hijos de éstos.
Segundo: Los extranjeros que hayan obtenido de las Cortes carta de
naturaleza.
Tercero: Los que sin ella lleven diez años de vecindad, ganada según la
ley, en cualquier pueblo de la Monarquía.
Cuarto: Los libertos desde que adquieran la libertad en las Españas.

Art. 131.- Las Facultades de las Cortes son:

Vigésimo Cuarta: Proteger la libertad política de imprenta.

Art. 287.- Ningún español podrá ser preso sin que preceda información sumaria del
hecho por el que merezca, según la ley, ser castigado con pena corporal y, asimismo, un
mandamiento del juez por escrito, que se le notificará en el acto mismo de la prisión.

Art. 292.- In fraganti todo delincuente puede ser arrestado y todos pueden
arrestarle y conducirle a la presencia del juez; presentado o puesto en custodia, se
procederá en todo como señale la ley.

Art. 301.- Al tomar la confesión al tratado como reo, se le leerán íntegramente


todos los documentos y las declaraciones de los testigos, con los nombres de éstos; y si

25
http://www.valvanera.com/constitucion1812.htm. Fecha de consulta: 8 de septiembre de 2010.
por ellos no los conociere, se le darán cuantas noticias pida para venir en conocimiento de
quiénes son.

Art. 303.- No se usará nunca (en el proceso) tormento, ni de los apremios.

Art. 304.- Tampoco se impondrá la pena de confiscación de bienes.

Art. 305.-Ninguna pena que se imponga por cualquier delito que sea, ha de ser
trascendental por término ninguno a la familia del que la sufre, sino que tendrá todo su
efecto precisamente sobre el que la mereció.

Art. 306.-No podrá ser allanada la casa de ningún español, sino en los casos que
determine la ley para el buen orden y seguridad del Estado.26

b) La Constitución de Apatzingán de 1814

Fue el resultado del congreso constituyente reunido en Chilpancingo el 22


de octubre de 1814 y auspiciada por don José María Morelos y Pavón . Su
elaboración corrió a cargo de un grupo de hombres sin experiencia política y en
medio de múltiples circunstancias adversas; sin embargo, incluye en sus artículos
un verdadero catálogo de derecho del hombre. El artículo 24 establece que:

...la felicidad del pueblo y de cada uno de los ciudadanos consiste en el


goce de la igualdad, seguridad, propiedad y libertad. La íntegra conservación de
estos derechos es el objeto de la institución de los gobiernos y el único fin de las
asociaciones políticas.27

Además, con la evidente influencia de la Declaración Francesa de 1789, la


Constitución de Apatzingán incluye: la inviolabilidad del domicilio (art. 32); el
derecho de propiedad (art. 34); el derecho de reclamar ante el Estado las

26
http://www.valvanera.com/constitucion1812.htm. Fecha de consulta: 8 de septiembre de 2010.
27
http://www.ensayistas.org/identidad/contenido/politica/const/mx/apatzingan.htm#5. Fecha de consulta: 8 de
septiembre de 2010.
arbitrariedades e injusticias sufridas (art. 37); libertad de industria y comercio (art.
38); el derecho a la instrucción necesaria todos (art. 39); la libertad de expresión y
de imprenta con los característicos limites de no atacar a la moral; o perturbar la
paz pública, o afectar derechos a terceros (art. 40).28

Contrastando con los derechos que contempla la Constitución de Apatzingán, a


pesar de que nunca entró en vigor en México, ni la Constitución de Cádiz de 1812,
que podría considerarse la primera expresión en Europa del liberalismo político ni
la Constitución Norteamericana de 1776, contienen un catálogo de derechos
públicos individuales, y no es sino hasta 1971 que los Derechos Humanos se
establecen en las primeras diez enmiendas a la constitución 29.

c) El Reglamento Provisional del Imperio Mexicano

Después de la Consumación de la Independencia, el General Iturbide


expide, el 18 de diciembre de 1822, el Reglamento Provisional Político del Imperio
Mexicano que reconoció los derechos de libertad, propiedad, seguridad e igualdad
legal, así como la inviolabilidad del domicilio; prohibió la confiscación, el tormento
y que las penas infamantes trascendieran a la familia del reo, como estipulan
principalmente estos artículos:

Art. 10.- La casa de todo ciudadano es un asilo inviolable. No podrá ser


allanada sin consentimiento del dueño o de la persona que en el momento
haga veces de tal, que no podrá negar a la autoridad pública para el
desempeño de sus oficios (...)30

Art. 11.- La libertad personal es igualmente respetada. Nadie puede ser


preso ni arrestado, sino conforme a lo establecido por ley anterior, o en los

28
Quintana Roldán, Carlos F. y Sabido Peniche, Norma D.: op. cit., pp. 32 y 33.
29
Noriega Cantú, Alfonso. "Las Ideas Políticas en las Declaraciones de Derechos de las Constituciones
Políticas de México (1814-1917)". México. p. 59.
30
http://www.cervantesvirtual.com/servlet/SirveObras/08145285611981673087857/p0000001.htm#I_3_.
Fecha de consulta: 8 de septiembre de 2010.
casos señalados en este reglamento (…)

Art. 17.-Nada más conforme a los derechos del hombre que la libertad
de pensar y manifestar sus ideas (...)

Art. 72.-Ningún mexicano podrá ser preso por queja de otro, sino
cuando el delito merezca pena corporal y conste en el mismo acto, o el
quejoso se obligue a probarlo dentro de seis días, y en su defecto a satisfacer
al arrestado los atrasos y perjuicios que se le sigan de aquella providencia.

Art. 76.- Tampoco se podrá usar del tormento en ningún caso,


imponerse la pena de confiscación absoluta de bienes, ni la de la infamia
transmisible a la posteridad o familia del que la mereció. 31

d) La Constitución Federal de 1824

La primera Constitución Federal Mexicana, promulgada el 4 de octubre de


1824, constó de 171 artículos y no contó con una enumeración sistemática de
derechos o garantías individuales. En su artículo 50, fracción III, y en el 171,
únicamente se habla de la libertad de imprenta. De igual forma, sólo se establece
el respeto al domicilio y la prohibición de ser detenido sin orden judicial. Sin
embargo, las Constituciones de las entidades federativas, particularmente la de
Jalisco del 18 de noviembre de 1824, y la de Oaxaca del 10 de enero de 1825, sí
contaron con declaraciones de derechos civiles.

La Constitución de Oaxaca establecía la obligación del Estado de proteger


la libertad, la propiedad y la seguridad de sus habitantes; prohibía
terminantemente la esclavitud y ordenaba la liberación de los esclavos que se
encontraren en su territorio; establecía el derecho de petición; la inviolabilidad del

31
http://www.cervantesvirtual.com/servlet/SirveObras/08145285611981673087857/p0000001.htm#I_3_.
Fecha de consulta: 8 de septiembre de 2010.
domicilio, a menos de existir orden judicial debidamente fundada y motivada; la
libertad de prensa, aunque limitada por la censura religiosa; prohibía la
confiscación de bienes en su artículo 13; establecía la igualdad de los hombres
ante la ley y el derecho de sufragio.32

e) Las Constituciones Centralistas (1836)

Los sucesos históricos derivados del enfrenteamiento entre liberales y


conservadores, así como las disputas por las diversas orientaciones de orden
masónico entre Yorkinos y Escoceses, que resultaron en el dominio del país por
parte de los conservadores, tuvieron como consecuencia el cambio del sistema
federal por el centralista. La estructura de esta nueva organización se reflejó en
las Siete Leyes Constitucionales (1836), cuyos artículos 20 y 80 de la Primera Ley
establecieron lo siguiente:

Derechos del Mexicano: No poder ser preso sino por mandato del juez
competente dado por escrito y firmado; que ninguna persona puede ser
detenida por autoridad política más de tres días sin entregada a la
autoridad judicial, ni esta última más de diez días sin proveer el auto
motivado de prisión; le establecía el derecho de propiedad y un
procedimiento de expropiación; prohibía el cateo a casa y papeles a los
tribunales especiales; establecía el derecho de libre tránsito y la libertad de
expresión y de imprenta.
y. finalmente en el artículo 80, establecía los derechos de votar y poder ser
electo en cargos públicos.33

f) Bases Orgánicas de la República Mexicana de 1843

32
Citado por MARQUET GUERRERO, Porfirio. Los Derechos Humanos. La Estructura Constitucional del
Estado Mexicano. Ed. Porrúa. México. 1975. Cit. por Quintana Roldán, Carlos F. y Sabido Peniche, Norma
D.: op. cit., p. 34.
33
Cfr. TENA RAMÍREZ, Felipe. Leyes Fundamentales de México. Ed. Poma. 1983, pp. 205 a 207. Cit. por
Quintana Roldán, Carlos F. y Sabido Peniche, Norma D.: op. cit., p. 34.
Expedida el 12 de julio de 1843, es el primer documento en el que se
encuentra un verdadero esfuerzo por consolidar completamente las garantías
individuales, ya que hasta este momento las otorgadas por la Constitución Federal
y por la Central, estaban incompletas.

Al frente de todas las garantías se encuentra la declaración de la libertad y,


por consiguiente, la condenación de toda esclavitud; Figura enseguida la libertad
de opinión y por consiguiente la libertad de imprenta.

Se garantiza la seguridad personal y se exigen formalidades para poder


verificar la detención de las personas, declarándose que: nadie puede ser juzgado
por tribunales de comisión ni por leyes retroactivas; o continuar en prisión, luego
que se determine que no es acreedor a pena corporal, si por otra parte de fianza; y
que nadie puede ser apremiado a hacer confesión de hecho propio. La
inviolabilidad del domicilio está garantizada también. Se reconoce la propiedad
privada, ya pertenezca a particulares o a corporaciones, y se incluye el principio
de que el ejercicio de una profesión o industria constituye una propiedad privada
tan sagrada como la de cosas, acciones o derechos; así como, el principio de que
sólo una causa de utilidad pública puede justificar la ocupación de la propiedad,
previa la competente indemnización.

Además, declara que no se le puede impedir a ningún mexicano la traslación de


una persona y bienes fuera del País; y que los los extranjeros sólo gozarán de los
derechos que concedan las leyes y sus respectivos tratados a otras personas.34

g) Actas de Reformas de 1847.

Con este documento se establece el imperio de la Constitución Federal de


1824. El congreso (en su sesión del 16 de abril del mismo año), discutió el voto
particular de Mariano Otero, y el proyecto de actas de reformas, la cual, con

34
Gallardo Loya, Roberto Carlos: op. cit., p. 73.
algunas modificaciones y adiciones, fue aprobada el 18 de mayo de 1847, jurada
el 21 de mayo de ese mismo año y publicada el día siguiente.35

Con respecto a las garantías individuales, es importante destacar el artículo


5 del Acta, que correspondió al artículo 4 del proyecto de Otero, que disponía:

"Para asegurar los derechos del hombre que la constitución reconoce, una
ley fijará las garantías de libertad, seguridad, propiedad e igualdad de que gozan
todos los habitantes de la República, y establecerá los medios de hacerlas
efectivas".36

Esta disposición tan genérica debe ser entendida en los términos de los
conceptos contenidos en el voto particular de Otero que acompañó al proyecto, y
que en alguna de sus partes dice:

"Desde 1832 comenzó a observarse que la constitución federal debía


arreglar el ejercicio de los derechos del ciudadano, y yo quien he creído que esta
debe ser la primera de las formas, persuadido como lo estoy de que es este punto
en el que se caracteriza y asegura el principio de la forma de los gobiernos, según
que se extiendan o se limiten esos derechos".37

Después argumenta que en las constituciones más conocidas no sólo se


fijan los principios relativos a la organización de los poderes públicos, sino que se
establecen las bases de las garantías individuales. Afirma que la constitución debe
establecer las garantías individuales de una manera estable. Por último concluye:
"Dominado por este pensamiento propongo que la constitución fije los derechos

35
Cfr. Congreso de la Unión. Cámara de Diputados, L Legislatura. "Los Derechos del Pueblo Mexicano".
México a través de sus Constituciones. Tomo I. Editorial Porrúa, S.A. México. 1978. p. 144.
36
Congreso de la Unión. Cámara de Diputados, L Legislatura. "Los Derechos del Pueblo Mexicano". México
a través de sus Constituciones. Tomo II. Editorial Porrúa, S.A. México. 1978. p. 138.
37
Congreso de la Unión. Cámara de Diputados, L Legislatura. "Los Derechos del Pueblo Mexicano". México
a través de sus Constituciones. Tomo II. Editorial Porrúa, S.A. México. 1978. p. 121.
individuales y asegure su inviolabilidad, dejando a una ley posterior, pero general y
de un carácter muy elevado, el detallarlos".38

De ahí que el artículo 4 de su proyecto, se haya redactado en forma tan


genérica, ya que la proposición presuponía, si era aceptada, que se expediría una
ley especial en que se precisarían las garantías constitucionales simplemente
enunciadas.

Este documento, no es notable y destacado, por el hecho de que contuviera


un catálogo de Derechos Fundamentales elevados a la categoría de garantías
constitucionales; lo es porque en su artículo 25 (que en el proyecto de Otero
llevaba el número 19), establece el amparo a cualquier habitante de la república
en el ejercicio y conservación de los derechos constitucionales, contra todo ataque
de los poderes legislativo y ejecutivo de la Federación o de los Estados.

La verdadera novedad del Acta de Reformas de 1847, no es tanto una


precisión de las garantías constitucionales, sino una comprensión de que una
enumeración de alto nivel de ellas, no producirá ningún resultado concreto si no se
crea al mismo tiempo un instrumento práctico y efectivo para que sean
respetadas. De ahí la importancia destacadísima del documento constitucional
creado por la inspiración de Mariano Otero.39

El Acta subraya la importancia que se da a la libertad de imprenta, en sus


artículos 26 y 27, demostrando la preocupación que en esas épocas existía por
reforzar los derechos ciudadanos para manifestar libremente sus ideas.40

h) El Estatuto Orgánico Provisional de la República Mexicana

38
Congreso de la Unión. Cámara de Diputados, L Legislatura. "Los Derechos del Pueblo Mexicano". México
a través de sus Constituciones. Tomo II. Editorial Porrúa, S.A. México. 1978. p. 124.
39
Gallardo Loya, Roberto Carlos: op. cit., p. 74.
40
Gallardo Loya, Roberto Carlos: op. cit., p. 75.
El Estatuto Orgánico Provisional de la República Mexicana, del 15 de mayo
de 1856, contenía en su sección quinta, denominada "Garantías Individuales", una
completa declaración de derechos (artículos 30 al 79), bajo los rubros de: libertad,
seguridad, propiedad e igualdad.41

En articulado posterior, menciona cada una de estas garantías en rubros


separados. Bajo el título de libertad se redactan los artículos del 31 al 39, en los
cuales se prohíben: la esclavitud; los servicios personales obligatorios o de
menores; la privación del derecho de residencia y tránsito; las molestias por la
expresión de opiniones; la violación de correspondencia y papeles particulares; los
monopolios relativos a la enseñanza y ejercicio de las profesiones. Además, se
reconoce la libertad de enseñanza.42

Bajo el rubro de seguridad, artículo 40 al 61, se refiere a las garantías que


se otorga a la libertad física, enumerando disposiciones sobre procedimientos para
privar legalmente de la libertad; sobre cateos; y sobre instancias en los juicios.

Bajo el título de propiedad, artículo 62 al 71, se refiere a la inviolabilidad de


la propiedad; la libertad ocupacional; y otras cuestiones sobre el uso y
aprovechamiento de la propiedad.

Finalmente, bajo el rubro de igualdad, los artículos 72 al 76 preservan para


los habitantes este derecho, que se establece contra los privilegios
discriminatorios.43

k) La Constitución Federal de 1857

La Constitución Federal de 1857, contenía en su Título Primero, sección 1,

41
TENA RAMÍREZ. Felipe. Op. cit., pp. 502 a 509. Cit. por Quintana Roldán, Carlos F. y Sabido Peniche,
Norma D.: op. cit., p. 34.
42
Gallardo Loya, Roberto Carlos: op. cit., p. 75.
43
Gallardo Loya, Roberto Carlos: op. cit., p. 75.
denominada "De los Derechos del Hombre", una serie de artículos que con toda
claridad establecieron los derechos humanos fundamentales, en los que se nota la
influencia del liberalismo y del individualismo propios del siglo XIX.

Se citan algunos de los principales preceptos de esa Constitución, que sin


duda son los precedentes inmediatos del catálogo de garantías individuales
de la Carta Magna vigente, como son:44

Art. 1.- El pueblo mexicano reconoce que los derechos del hombre son
base y objeto de las instituciones sociales. En consecuencia, declara que
todas las leyes y todas las autoridades del país deben respetar y sostener las
garantías que otorga la presente Constitución.

Art. 2.- En la República todos nacen libres. Los esclavos que pisen el
territorio nacional recobran, por ese solo hecho, su libertad y tienen derecho a
la protección de las leyes.

Art. 6.- La manifestación de las ideas no puede ser objeto de ninguna


inquisición judicial o administrativa, sino en el caso de que ataque la moral, los
derechos de terceros, provoque algún crimen o delito, o perturbe el orden
público.

Art. 7.- Es inviolable la libertad de escribir y publicar escritos sobre


cualquier materia. Ninguna ley ni autoridad puede establecer la previa
censura, ni exigir fianza a los autores o impresores, ni coartar la libertad de
imprenta, que no tiene más límite que el respeto a la vida privada, a la moral y
a la paz pública...

Art. 16.- Nadie puede ser molestado en su persona, familia, domicilio,


papeles o posesiones, sino en virtud de mandamiento escrito de la autoridad

44
Quintana Roldán, Carlos F. y Sabido Peniche, Norma D.: op. cit., p. 35.
competente, que funde y motive la causa legal del procedimiento. En el caso
de delito infraganti, toda persona puede aprehender al delincuente y a sus
cómplices, poniéndolos sin demora a disposición de la autoridad inmediata.

Art. 20.- En todo juicio criminal, el acusado tendrá las siguientes


garantías:

I. Que se le haga saber el motivo del procedimiento y el nombre del


acusador, si lo hubiere.

II. Que se le tome su declaración preparatoria dentro de cuarenta y


ocho horas, contadas desde que esté a disposición de su juez.

III. Que se le caree con los testigos que depongan en su contra.

IV. Que se faciliten los datos que necesite y consten en el proceso, para
preparar sus descargos.

V. Que se le oiga en defensa por sí o por persona de su confianza, o


por ambos, según su voluntad. En caso de no tener quien lo defienda, se le
presentará lista de los defensores de oficio, para que elija el que, o los que le
convengan.

Art. 21.- La aplicación de las penas propiamente tales, es exclusiva de


la autoridad judicial. La policía administrativa solo podrá imponer, como
corrección, hasta quinientos pesos de multa, o hasta un mes de reclusión, en
los casos y modo que expresamente determine la ley.

Art. 22.- Quedan para siempre prohibidas las penas de mutilación y de


infamia, la marca, los azotes, los palos, el tormento de cualquiera especie, la
multa excesiva, la confiscación de bienes y cualesquiera otras penas
inusitadas o trascendentales.

Art. 23.-Para la abolición de la pena de muerte, queda a cargo del poder


administrativo el establecer, a la mayor brevedad, el régimen penitenciario.
Entre tanto, queda abolida para los delitos políticos, y no podrá extenderse a
otros casos más que al traidor a la patria en guerra extranjera, al salteador de
caminos, al incendiario, al parricida, al homicida con alevosía, premeditación o
ventaja, a los delitos graves del orden militar y a los de piratería que definiere
la ley.45

Art. 24.- Ningún juicio criminal puede tener más de tres instancias.
Nadie puede ser juzgado dos veces por el mismo delito, ya sea que en el juicio
se absuelva o se le condene. Queda abolida la práctica de absolver de la
instancia.

Art. 25.- La correspondencia, que bajo cubierta circule por las estafetas,
está libre de todo registro. La violación de esta garantía es un atentado que la
ley castigará severamente.

Art. 26.- En tiempo de paz ningún militar puede exigir alojamiento,


bagaje, ni otro servicio real o personal, sin el consentimiento del propietario.
En tiempo de guerra solo podrá hacerlo en los términos que establezca la ley.

Art. 27.- La propiedad de las personas no puede ser ocupada sin su


consentimiento, sino por causa de utilidad pública y previa indemnización. La
ley determinará la autoridad que deba hacer la expropiación y los requisitos
con que esta haya de verificarse.

Ninguna corporación civil o eclesiástica, cualquiera que sea su carácter,


denominación u objeto, tendrá capacidad legal para adquirir en propiedad o

45
Quintana Roldán, Carlos F. y Sabido Peniche, Norma D.: op. cit., p. 36.
administrar por si bienes raíces, con la única excepción de los edificios
destinados inmediata y directamente al servicio u objeto de la institución.46

j) Las Leyes de Reforma

Leyes de Reforma que en los años de 1859 y siguientes fueron


expedidas por el Presidente Benito Juárez, establecieron el reconocimiento a
Derechos Humanos básicos de los que actualmente disfrutamos los
mexicanos, como son: la Ley del Matrimonio Civil (1859), la Ley Orgánica del
registro Civil (1859), la Ley Sobre Libertad de Cultos (1860), entre otras.

En particular, es de gran importancia histórica el contenido del artículo


1° de la Ley sobre Libertad, de Cultos que dio cabida en el país a la existencia
legal de otros credos religiosos además del católico, en ejercicio de la libertad
que en esa materia debe reconocerse a los seres humanos.

Al efecto señala el precepto:

Art. 1º.- Las leyes protegen el ejercicio del culto católico y de los demás
que se establezcan en el país, como la expresión y efecto de la libertad
religiosa que siendo un derecho natural del hombre, no tiene, ni puede tener
más límites que el derecho de terceros y las exigencias del orden público. En
todo lo demás, la independencia entre el Estado, por una parte, y las
creencias y prácticas religiosas por otra, es y será perfecta e inviolable...47

Art. 2º.- Una iglesia o sociedad religiosa se forma de los hombres que
voluntariamente hayan querido ser miembros de ella, manifestando esta
resolución por sí mismos o por medio de sus padres o tutores de quienes
dependan.

46
TENA RAMÍREZ. Felipe. Op. cit., p. 607. Cit. por Quintana Roldán, Carlos F. y Sabido Peniche, Norma D.:
op. cit., p. 36.
47
Quintana Roldán, Carlos F. y Sabido Peniche, Norma D.: op. cit., p. 37.
Por lo que respecta a la Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos de 1917 vigente, no solamente catalogó un conjunto de derechos y
garantías de tipo individual, sino que fue pionera en el mundo en establecer los
derechos sociales propios de los grupos que por su especial situación de
desventaja social requieren de protección especial de la Ley, como es el caso de
los trabajadores, los campesinos y los indígenas.

k) Constitución política de los Estados Unidos Mexicanos de 1917 vigente

Desde el punto de vista individual, la Ley Suprema de la Unión establece en


su texto un catálogo de derechos de orden personal, denominándolos como
"Garantías Individuales", previstas en el Título Primero, Capítulo 1 de la Carta
Magna que contiene los primeros 29 artículos del Ordenamiento Constitucional.

Mucho se ha discutido sobre la acepción y concepto utilizado por la Ley


Suprema al hablar de "garantías individuales", ya que para diversos autores
serían más precisos otros vocablos, como: derechos fundamentales del hombre,
derechos naturales del hombre, derechos constitucionales, derechos subjetivos
públicos, derechos del gobernado, entre otros.

Sin embargo, el término es adecuado si, en primer lugar, se considera su


etimología. En efecto la palabra "garantía" se deriva del vocablo anglosajón
"warranty" que significa asegurar, proteger, defender o salvaguardar.48

El constitucionalista Dr. Ignacio Burgoa Orihuela señala al respecto que:

...desde el punto de vista de nuestra Ley Fundamental las


garantías individuales implican no todo el variado sistema jurídico para
la seguridad y eficacia del estado de Derecho, sino lo que se ha

48
Cfr. BURGOA ORIHUELA, Ignacio. Las Garantías Individuales, Edit. Porrúa, México, 1996, p. 161. Cit.
por Quintana Roldán, Carlos F. y Sabido Peniche, Norma D.: op. cit., p. 37.
entendido como derechos del gobernado frente al poder público. La
relación entre ambos conceptos, garantía individual y derecho del
gobernado, se deduce de la gestación por la mentoria del artículo
primero de la Constitución de 1857. Como se ha advertido, los
constituyentes del 56-57, influidos por la corriente jusnaturalista,
consideraron que los derechos del hombre son aquellos que éste recibe
de Dios (o como dijera Mirabeau "los que la justicia natural acuerda a
todos los hombres") y que, dada su amplitud y variedad, no era posible
enmarcar dentro de un catálogo. 49

El maestro Burgoa agrega que no pueden identificarse las garantías


individuales, con los derechos del hombre o el derecho del gobernado, pues
no es lo mismo el elemento que garantiza (garantía) a la materia garantizada
(derecho humano).50

En este sentido la potestad de reclamar al Estado y a sus autoridades


estos derechos fundamentales por el sujeto pasivo (individuo) adquiere la
naturaleza de un derecho subjetivo público.

Por otra parte, dentro de las clasificaciones más utilizadas por los
tratadistas nacionales e internacionales, así como la secuencia misma de la
Constitución, se encuentran las siguientes categorías de garantías
individuales básicas: garantías de libertad; garantías de igualdad; garantías
de seguridad jurídica; garantías de propiedad; cuyos alcances se explican a
continuación:

a) Las Garantías de Libertad

49
Cfr. BURGOA ORIHUELA, Ignacio. Op. cit., p. 165. Cit. por Quintana Roldán, Carlos F. y Sabido Peniche,
Norma D.: op. cit., p. 38.
50
Cfr. BURGOA ORIHUELA, Ignacio. Op. cit., p. 179. Cit. por Quintana Roldán, Carlos F. y Sabido Peniche,
Norma D.: op. cit., p. 38.
Sin duda definir o encontrar un concepto universalmente válido sobre lo
que es la libertad, representa una cuestión que sobrepasa al derecho, ya que
implicaría incursionar en el mundo de la filosofía o la teología; no obstante,
para los efectos de esta obra, por libertad se entenderá la capacidad del
hombre para decidir por sí mismo sobre su vida, su persona, sus actos, sus
relaciones, así como sus objetivos y sus metas a alcanzar; y por garantías de
libertad, se entenderá la capacidad jurídica para el actuar libre del hombre en
sociedad, dentro de los propios marcos de la ley la cual debe garantizar su
ejercicio pleno.

b) Las Garantías de Igualdad

Uno de los más grandes logros humanos es la igualdad de todos frente a la


ley, especialmente ante las prácticas históricas de esclavitud, castas o estamentos
que diferenciaron a los hombres por situaciones innatas o de dominación.51

De esta forma, en México todas las personas se consideran iguales


jurídicamente.

c) Las Garantías de Seguridad Jurídica

Dentro de un Estado de Derecho, las relaciones entre gobernantes y


gobernados deben adquirir siempre un estricto apego a los dictados de la ley,
partiendo del clásico principio jurídico que la autoridad solamente puede hacer
aquello que la ley le permite expresamente; contrariamente, la conducta de los
particulares pueden hacer todo aquello que no les esté expresamente prohibido
por la ley.52

51
Quintana Roldán, Carlos F. y Sabido Peniche, Norma D.: op. cit., p. 40.
52
Quintana Roldán, Carlos F. y Sabido Peniche, Norma D.: op. cit., p. 41.
d) Las Garantías de Propiedad

Jurídicamente se entiende por propiedad el derecho del individuo para


usar, disfrutar, o disponer libremente de alguna cosa que le pertenece. Lo
anterior presupone que se trate de un objeto material, y que el mismo sea
jurídicamente apropiable y que la disposición que se haga o se pueda hacer
esté contemplada en los marcos y las limitaciones que la ley señalen. 53

La Constitución del país establece en su artículo 27, las diversas


modalidades que adquiere el derecho de propiedad en nuestro sistema
jurídico:

Como principio señala que la propiedad de las tierras y aguas


comprendidas dentro de los límites del territorio nacional, corresponde
originalmente a la nación, la cual ha tenido y tiene el derecho de transmitir el
dominio de ello a los particulares, constituyendo la propiedad privada;
establece también el precepto que la Nación tendrá en todo tiempo el derecho
de imponer a la propiedad privada las modalidades que dicte el interés
público, así como el de regular en beneficio social, el aprovechamiento de los
elementos naturales susceptibles de apropiación con objeto de hacer una
distribución equitativa de la riqueza pública.

De manera resumida podemos afirmar que en nuestro país existen las


siguientes formas o tipos de propiedad:
a) propiedad pública (Federación, Estados, Municipios);
b) propiedad privada o de los particulares;
c) propiedad social, como es el caso de la propiedad ejidal o la
comunal.

Por otra parte, como garantía de respeto a la propiedad de los

53
Quintana Roldán, Carlos F. y Sabido Peniche, Norma D.: op. cit., p. 48.
particulares, el propio artículo 27 constitucional establece que las
expropiaciones sólo podrán hacerse por causa de utilidad pública y mediante
indemnización.54

e) Otras Garantías del Orden Social y de Solidaridad

La legislación constitucional mexicana prevé diversas garantías


sociales, dentro de las que se encuentran las políticas y políticas electorales;
así como: derecho al y del trabajo, derecho a la salud; derecho a la vivienda,
derecho a vivir en un ambiente sano (ecología), prohibición de monopolios,
etc.55

Es importante marcar una diferencia entre los derechos políticos que se


atribuyen a las personas y a los derechos políticos de carácter ciudadano.
Los derechos políticos previstos en la Carta Magna que se atribuyen a la
persona serían el derecho a la nacionalidad (artículo 30 y siguientes);
derechos de preferencia por nacionalidad mexicana (artículo 32) y otros más.

Los derechos políticos de carácter ciudadano, también son llamados


electorales. Entorno a los cuales existe en el país una serie de criterios
encontrados en cuanto a catalogarlos o no como Derechos Humanos,

A juicio propio, son indudablemente Derechos Humanos, pero que por


su especial naturaleza, el sistema de defensa de tipo Ombudsman los ha
dejado fuera de la competencia de las Comisiones Públicas de Defensa de
los Derechos Humanos. Aunque esto puede deberse al estado actual de la
evolución política del país, en el que el ejercicio de éstos derechos suele ser
escenario de fuertes enfrentamientos entre grupos y autoridades, es posible
que el propio desarrollo de la madurez política a la que va el país propicie una

54
Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos vigente; 8ª ed. Ed. ISEF, México, 2002, p. 24.
55
Quintana Roldán, Carlos F. y Sabido Peniche, Norma D.: op. cit., pp. 48 y 49.
mayor intervención de los organismos defensores de Derechos Humanos en
áreas en los que ahora no cuentan con competencia.

1.4.- Clasificación de los derechos humanos por generaciones.

Los derechos humanos son concebidos como derechos de defensa de las


libertades del individuo que exigen la no injerencia de los poderes públicos en su
vida privada; la acción del Estado, entonces, queda limitada a preservar el orden
público, algo así como una mera policía administrativa. El Estado será obligado
únicamente a un "no hacer": no detener arbitrariamente, no aplicar penas sin juicio
previo, no restringir la libertad de expresión, no violar la correspondencia ni los
papeles privados, en fin, no interferir con la propiedad privada. El titular de esos
derechos es un individuo autónomo y racional, una mónada aislada que se
desenvuelve en una sociedad en equilibrio y que encuentra en el mercado el mejor
mecanismo de creación de riqueza. Es la época de la primera generación de los
Derechos Humanos o, también, la época de los derechos civiles y políticos. 56

Es en este contexto, a finales del siglo XIX y durante la primera mitad del
XX, en donde comienzan a atisbarse, primero, a adquirir carta de naturaleza,
después, una nueva serie de derechos. Son los derechos económicos, sociales y
culturales. A estos, son a los que se denomina Derechos de la Segunda
Generación. Si la consigna que puede resumir el espíritu de la Primera
Generación de Derechos Humanos fue la libertad, entendida en los términos antes
enunciados, la que permea los de la Segunda es la igualdad. Y ya no una mera
igualdad formal, igualdad ante la ley, sino una igualdad de contenidos, que podría
ser equiparada a la libertad positiva, a una "libertad para", de tal forma que esta es
concebida no sólo como el resguardo frente a la acción del Estado, sino que le

56
Cienfuegos Fidalgo, Juan Álvares: Un apunte sobre los Derechos Humanos y sus generaciones; artículo
publicado en: Coordinadores: Da Cunha Lopes, Teresa, Luviano González, Rafael, Revuelta Vaquero,
Benjamín, Sánchez Benítez, Roberto: Globalización, Derechos Humanos y Sociedad de la Información; Ed.
Themis, agosto de 2007, serie 3, p. 10.
exige al poder político la creación de unos mínimos sociales comunes a todos sus
ciudadanos.57

Si se habla de dos revoluciones que transformaron radicalmente la forma de


vida de los seres humanos, la neolítica y la industrial, se puede afirmar que a partir
de la segunda guerra mundial se inicio la tercera, la tecnocientífica. Los
exponentes más conspicuos de esta última revolución serían la energía nuclear, la
auténtica invasión de los vehículos a motor a lo largo y ancho de todo el planeta,
el desarrollo de la industria electrónica cuya culminación sería la aparición de la
sociedad-red y las diversas vertientes de las tecnologías de la vida, desde la
fabricación de transgénicos, hasta la manipulación genética humana. Ya que las
nuevas tecnologías, debido a su potencial de manipular y dañar el medio ambiente
y la propia condición de los seres humanos, nos sitúan ante problemas nunca
antes contemplados.58

A medida que la humanidad toma conciencia de la enorme e imprevisible


capacidad manipulativa de las nuevas tecnologías, se ve obligada a elaborar
normas que regulen la investigación y difusión de los productos derivados de las
mismas. A ellos, habría que añadir los movimientos de población que tienen lugar
a lo largo de la segunda mitad del siglo XX. Movimientos que incluyen refugiados
políticos, emigrantes y quienes huyen de sus tierras devastadas por catástrofes
naturales o por conflictos bélicos. Las nuevas relaciones que conllevan los
fenómenos citados, con la naturaleza y de los seres humanos entre sí, propician la
aparición de un nuevo tipo de derechos humanos que, sin olvidar los anteriores,
recoja las preocupaciones y retos que dichas tecnologías y movimientos sociales
representan para el mundo actual. Es así como se habla de los Derechos
Humanos de la tercera generación.59

57
Cienfuegos Fidalgo, Juan Álvares: op. cit., p. 11.
58
Cienfuegos Fidalgo, Juan Álvares: op. cit., p. 12.
59
Cienfuegos Fidalgo, Juan Álvares: op. cit., p. 12.
Otros derechos que se avizoran, serían las garantías frente a la
manipulación genética, el derecho a morir con dignidad, el derecho al disfrute del
patrimonio histórico y cultural de la humanidad o el derecho de los pueblos al
desarrollo; catálogo, por lo demás, incompleto que da a entender su condición
abierta a nuevos derechos.60

Por otra parte, el Estado Constitucional establece la forma de Estado


resultante de las tendencias incubadas por el Estado de Derecho. Así, el Estado
Constitucional mantiene la primacía de la Constitución sobre la ley, la reserva de
Constitución sobre la de ley y la del control jurisdiccional de la Constitución sobre
el de la ley. En último término, constituiría el marco normativo y político dentro del
que rendirían su reconocimiento y sus garantías los derechos humanos de la
tercera generación. Por otra parte, la preeminencia de la Constitución podría
preparar el camino para un constitucionalismo internacional que acogiera bajo sí
las diferentes generaciones de derechos mencionadas.61

Muchos países han firmado los acuerdos internacionales relativos a los


Derechos Humanos y hacen caso omiso de ellos en la vida diaria. Debido a esto,
países enteros o sátrapas caídos son sancionados o perseguidos.De ahí que
ciertos autores se hagan cuestionamientos como el siguiente:

No serán ninguna panacea las diversas declaraciones y generaciones de


Derechos humanos, como, por otra parte, no la hay para hacer prevalecer la justicia,
pero, desde un sano escepticismo, estaría dispuesto a admitir que la reflexión sobre
dichos derechos y los esfuerzos encaminados a implantados suponen un reto y una
exigencia a nuestra ciudadanía global. Al fin y al cabo, las respuestas son muy
complejas, pero las preguntas relativas a la justicia distributiva y a la legitimidad
del poder político son muy simples: ¿quién consigue qué?, ¿quién lo dice?62

60
Cienfuegos Fidalgo, Juan Álvares: op. cit., p. 13.
61
Cienfuegos Fidalgo, Juan Álvares: op. cit., p. 14.
62
Cienfuegos Fidalgo, Juan Álvares: op. cit., p. 18.
Tras estudiar la evolución de los Derechos en México, analizar las garantías y
contemplar la clasificación de los Derechos Humanos por Generación y con el fin
de responder a planteamientos como el anterior; es posible resumirlos en el
cuadro clasificador que se muestra a continuación.

Derechos de Primera Generación.


Derechos a la vida y a la libertad.
Derecho de respeto a la vida.
Derecho a la integridad física.
Derecho a la alimentación.
Derecho al respeto de la dignidad humana.
Derecho a la personalidad y capacidad jurídica.
Derecho al nombre, filiación, nacionalidad.
Derecho de asociación, reunión, expresión de ideas.
Derecho de petición y de audiencia.
Derecho a la educación.
Derecho a la religión.
Derecho de libre tránsito.
Derecho de asilo y al refugio.
Derecho a la salud.

Derechos de Igualdad y Seguridad. 63


Derecho a la estricta legalidad.
Derecho al debido proceso.
Derecho a la no retroactividad de la ley.
Derecho a no ser incomunicado o aislado.
Derecho a penas y sanciones humanitarias.

Derechos de la Personalidad.
Derecho al domicilio.

63
Quintana Roldán, Carlos F. y Sabido Peniche, Norma D.: op. cit., p. 50.
Derecho al estado civil.
Derecho al honor y la integridad.
Derecho a la privacidad e intimidad.

Derechos de Familia
Derecho al matrimonio y la procreación.
Derecho al divorcio.
Derecho a la educación de los hijos.

Derechos Políticos.
Derecho a la ciudadanía
Derecho de reunión, asociación y expresión de ideas políticas.
Derecho activo y pasivo de voto.
Derecho de libertad de participación y afiliación política.
Derecho a exigir responsabilidad a los gobernantes.
Derecho a ocupar cargos públicos.

Derechos de propiedad y posesión.


Derecho al patrimonio.
Derecho al libre uso y disposición de la propiedad.
Derecho a la indemnización por expropiación
Derecho al comercio.

Derechos de Segunda Generación.


Derechos socioeconómicos y sociales.
Derecho al trabajo.
Derecho al salario justo.
Derecho de libertad de sindicación.
Derecho a la jubilación.
Derecho a la vivienda.
Derecho a la propiedad intelectual e industrial.
Derecho a la seguridad social, capacitación y escalafón.
Derecho al descanso semanario y vacacional.
Derecho de la pertenencia étnica.
Derecho a la propia cultura.

Derechos de Tercera Generación.


Derechos de solidaridad humana.
Derecho a la paz.
Derecho al desarrollo.
Derecho a la autodeterminación de los pueblos.64
Derecho a la solidaridad internacional.
Derecho al patrimonio común de la humanidad.
Derecho a un medio ambiente sano y al desarrollo sustentable.

Derechos humanos de Cuarta Generación.


Derecho a la calidad de productos comerciales.
Derecho de respeto a la pluralidad.
Derecho a ser diferente.
Derecho a la resistencia civil y a la objeción de conciencia.

1.5.- Descripción y análisis de la Comisión Nacional de los Derechos


Humanos en México.

La Comisión Nacional de Derechos Humanos se creó, inicialmente,


como un órgano desconcentrado de la Secretaría de Gobernación. Estuvo
adscrita directamente al titular de la dependencia y sustituyó en, aquel
entonces, a la Dirección General de Derechos Humanos de esa Secretaría. El
Decreto presidencial correspondiente se público en el Diario Oficial del 6 de

64
Quintana Roldán, Carlos F. y Sabido Peniche, Norma D.: op. cit., p. 51.
junio de 1990.65

La filosofía creadora de la Comisión Nacional de Derechos Humanos,


parte de la idea de que en México todos los individuos, aún aquellos que han
cometido los más graves delitos, tienen derecho a gozar de las garantías
individuales que consagra nuestra Constitución, dentro de las cuales están las
correspondientes a la integridad y la dignidad de la persona. Dichas garantías
les deben ser respetadas en todos los ámbitos jurídicos en que se
manifiesten, aún en las averiguaciones previas y en los procedimientos de tipo
penal, en donde, con mayor claridad, deben estar presentes las garantías de
respeto que la ley otorga a cada persona.

En la ceremonia de instalación de esta primera Comisión Nacional de


Derechos Humanos, el Doctor Jorge Carpizo Mac Gregor, fue designado
como el primer Presidente de la Comisión y expuso diversos planteamientos
sobre los problemas que debía afrontar ese nuevo organismo
desconcentrado, haciendo un detalle amplio del reclamo ciudadano por contar
con una instancia protectora de los Derechos Humanos. Afirmó sobre el
particular que:

"...Tenemos (en México) graves problemas de falta de respeto a los


Derechos Humanos. El sol no se tapa con un dedo..."66

La exposición de motivos del Decreto Presidencial señaló que


corresponde al Estado democrático moderno, garantizar la seguridad de sus
ciudadanos, reconocer la pluralidad política, alentar a la sociedad civil,
preservar el orden, la paz y la estabilidad social, salvaguardando el pleno
ejercicio de las garantías individuales y la vigencia del principio de legalidad en

65
Quintana Roldán, Carlos F. y Sabido Peniche, Norma D.: Derechos Humanos; Ed. Porrúa, México, D. F., 3ª
ed. 2004, p. 139.
66
CNDH. Intervenciones durante la instalación de la Comisión Nacional de Derechos Humanos. CNDH, en
Gaceta No. 90/0, 1º de agosto de 1990. México. p. 3. Cit. por Quintana Roldán, Carlos F. y Sabido
Peniche, Norma D.: op. cit., p. 139.
la ejecución de las atribuciones de los órganos del gobierno.67

De acuerdo a lo anterior, los puntos básicos del citado Decreto


establecieron en sus diversos artículos las competencias de la naciente
Comisión, precisando lo siguiente:

Artículo Segundo.- La Comisión Nacional de Derechos Humanos será


el órgano responsable de promover y vigilar el cumplimiento de la política
nacional en materia de respeto y defensa de los Derechos Humanos. Con
ese propósito instrumentará los mecanismos necesarios de prevención,
atención y coordinación que garanticen la salvaguarda de los Derechos
Humanos de los mexicanos y de los extranjeros que se encuentren en el
territorio nacional; esto último, en coordinación con la Secretaría de
Relaciones Exteriores.

Artículo Tercero.- Para cumplir con las responsabilidades a que se


refiere el artículo anterior; la Comisión Nacional de Derechos Humanos
tendrá las siguientes atribuciones:

I. Proponer la política nacional en materia de respeto y defensa de los


Derechos Humanos;

II. Establecer los mecanismos de coordinación que aseguren la


adecuada ejecución de la política nacional de respeto y defensa de los
Derechos Humanos;

III. Elaborar y ejecutar los programas de atención y seguimiento a los


Derechos Humanos;

IV. Elaborar y proponer programas preventivos en materia de Derechos

67
Quintana Roldán, Carlos F. y Sabido Peniche, Norma D.: op. cit., pp. 139 y 140.
Humanos, en los ámbitos jurídico, educativo y cultural para la Administración
Pública Federal;

V. Representar al Gobierno Federal ante los organismos nacionales y,


en coordinación con la Secretaría de Relaciones Exteriores, ante los
internacionales, en cuestiones relacionadas con la promoción y defensa de
los Derechos Humanos;

VI. Formular programas y proponer acciones que impulsen el


cumplimiento dentro del territorio nacional de los tratados, convenios y
acuerdos internacionales signados por nuestro país.

Derivados de este Decreto, se establecieron diversos órganos directivos


de la Comisión como son: el Presidente, el Consejo, el Secretario Ejecutivo y
el Visitador General.

El artículo quinto del Decreto estableció las facultades del Presidente de


la Comisión, como representante de ese organismo y responsable de los
trabajos de la misma. Por cuanto al Consejo, el artículo sexto señaló que
estaría integrado por personas de reconocido prestigio en la sociedad y que
sean invitadas a tal efecto por el Presidente de la República; igualmente se
integraron otros servidores públicos que determinó el propio Ejecutivo Federal.

El Consejo se integró como cuerpo colegiado de examen y opinión de la


problemática del respeto y defensa de los Derechos Humanos, con el
propósito de proponer al Presidente de la Comisión las directrices y
lineamientos que se estimaron pertinentes para su adecuada prevención y
tutela. El Consejo contaba con un Secretario Técnico para auxiliar en sus
trabajos, designado también por el Presidente de la República. 68

68
Quintana Roldán, Carlos F. y Sabido Peniche, Norma D.: op. cit., pp. 140 y 141.
El primer Consejo de la Comisión Nacional de Derechos Humanos
estuvo integrado por destacados representantes de diversos medios sociales,
como fueron los doctores: Héctor Aguilar Camín, Carlos Escandón
Domínguez, Guillermo Bonfil Batalla, Rodolfo Stavenhagen y Salvador
Valencia Carmona; los licenciados Carlos Fuentes, Javier Gil Castañeda y
Carlos Payán Velver; y el Embajador Óscar González Cesar. Mientras que el
Licenciado Luis Ortiz Monasterio fungió como Secretario Técnico, en esa
primera Comisión.

El procedimiento que se siguió para la creación de la Comisión


Nacional de Derechos Humanos motivó severas críticas. Se afirmó, en ese
entonces, que su integración fue violatoria de la Constitución puesto que se
trataba de una institución no prevista en la ésta. Igualmente se dijo que
fueron presiones internas y externas las que apresuraron su creación, más
que una idea verdadera de respeto a los derechos humanos. Además, se
señaló que el Decreto fue expedido sin fundamento legal alguno, y con
notables limitaciones en cuanto a la competencia y la autonomía del
organismo creado; y que al supervisarse así mismo dicho organismo, se
convertía en juez y parte. 69

Se criticó especialmente la dependencia directa que la Comisión tenía


del Ejecutivo Federal, a quien correspondía nombrar al Presidente, al igual
que al Secretario Técnico, e invitar a los Consejeros; lo que hacia suponer
una muy escasa autonomía para su operatividad. También se impugnó, la
ubicación del organismo como mera dependencia desconcentrada de la
Secretaría de Gobernación.

Sin embargo, es justo decir que si bien la Comisión no fue el remedio

69
Cfr. SIERRA GUZMÁN, jorge. et. al. La Comisión Nacional de Derechos Humanos. Una visión no
gubernamental. Comisión Mexicana de Defensa y Promoción de los Derechos Humanos. A.C. México,
1992.; VERA, Rodrigo. Comisión Gubernamental de Vigilancia. La Protección de los Derechos Humanos,
encomendada a quienes la violan, en Revista Proceso. NE. 710, junio 11, 1990. México, pp. 20·23. Cit. por
Quintana Roldán, Carlos F. y Sabido Peniche, Norma D.: op. cit., p. 141.
para todos los males, y que independientemente de que el proceso y los
mecanismos de su creación no fueron los más acertados, la Comisión logró
un buen avance en el respeto y la defensa de los derechos humanos, al
atraer la atención de la opinión pública sobre sus actividades, haciendo
patente que la opinión de la ciudadanía es la base del buen éxito de los
organismos con características de Ombudsman.

Ante las críticas a las que se vio sometida la primera Comisión Nacional
de Derechos Humanos, se estimó procedente preverla en el texto de la
Constitución General del país, a fin de que su actuación estuviera claramente
apegada a la ley y se convalidaran sus propósitos de defensa de los Derechos
Humanos. Por ello, mediante, la adición que se hizo al Artículo 102
Constitucional de un apartado "B", quedó establecida la base constitucional
del organismo. Esta reforma se publicó en el Diario Oficial de la Federación
del día 28 de enero de 1992, y el texto original de la misma fue el siguiente:70

Artículo 102.-
(…)

B) El Congreso de la Unión y las legislaturas de los Estados en el ámbito de


sus respectivas competencias, establecerán organismos de protección de los
derechos humanos que otorga el orden jurídico mexicano, los que conocerán de
quejas en contra de actos u omisiones de naturaleza administrativa provenientes
de cualquier autoridad o servidor público, con excepción de los del Poder Judicial
de la Federación, que violen estos derechos. Formularán recomendaciones
públicas autónomas, no vinculatorias y denuncias y quejas ante las autoridades
respectivas.71

Estos organismos no serán competentes tratándose de asuntos electorales y

70
Quintana Roldán, Carlos F. y Sabido Peniche, Norma D.: op. cit., p. 142.
71
Ibidem.
jurisdiccionales.

El organismo que establezca el Congreso de la Unión conocerá de las


inconformidades que se presenten en relación con las recomendaciones, acuerdos
u omisiones de los organismos equivalentes de lo Estados.

El proyecto de esta adición constitucional provocó en la Cámara de


Diputados interesantes debates entre los diferentes partidos políticos, que con
cambios mínimos al texto original enviado por el Ejecutivo, la aprobaron por
299 votos a favor, 55 con reserva y tres en contra. Del balance de las posturas
asumidas por los partidos políticos, se puede apreciar lo siguiente:

- Que en lo general todos votaron a favor de la enmienda, lo que dejó


patente el alto grado de aceptación del ordenamiento.

- En lo particular, los partidos de oposición estuvieron en contra del texto,


debido a la exclusión del conocimiento de la Comisión los asuntos laborales,
electorales y jurisdiccionales;

- Algunos representantes populares de tendencia radical señalaron que


se trataba de un "maquillaje" del gobierno ante las negociaciones del Tratado
de Libre Comercio, a efecto de dar la impresión de que en el país existía un
total respeto a los Derechos Humanos.72

Fue sobresaliente que la iniciativa enviada al Congreso para la adición


constitucional, estuvo basada en una propuesta proveniente de la propia
Comisión Nacional de Derechos Humanos, conteniendo, por ello, una serie
de ideas y experiencias de sus integrantes, lo que le daba a tal iniciativa una
gran riqueza para la reestructuración del organismo y de esa forma

72
ALEMÁN ALEMÁN, Ricardo/CuelIar, Mireya. La CNDH, a rango Constitucional con el voto de todos los
partidos políticos, en la Jornada, 14 de diciembre de 1991. México, pp. 1 y 4. Cit. por Quintana Roldán,
Carlos F. y Sabido Peniche, Norma D.: op. cit., p. 142.
establecer con mayor cuidado la figura del Ombudsman en el país.73

El precepto constitucional que reconoció a la Comisión, estableció


también que en los Estados de la Unión deberían existir Comisiones locales
de defensa de los Derechos Humanos, como se desprende del tercer párrafo
del texto original del apartado B), al señalar que la Comisión Nacional
conocerá de las inconformidades que se presenten en relación con las
recomendaciones, acuerdos u omisiones de los organismos equivalentes de
los Estados.

El apartado B) del Artículo 102 de la Ley Suprema del país fue


reformado, según modificaciones que aparecen en el Diario Oficial de la
Federación del 13 de septiembre de 1999, a fin de establecer un nuevo
mecanismo de designación de los consejeros y del titular de la Comisión
Nacional de Derechos Humanos, quienes ahora son elegidos por la Cámara
de Senadores mediante el voto de las dos terceras partes de sus miembros
presentes. Se señala como duración del cargo del titular, el término de cinco
años. Con estas propias reformas se dota a la Comisión Nacional de
Derechos Humanos de plena autonomía administrativa y de gestión.

El texto del apartado B) del artículo 102 Constitucional queda de la


siguiente forma:

Artículo 102.-

(...)

B. El Congreso de la Unión y las legislaturas de las entidades federativas, en el


ámbito de sus respectivas competencias, establecerán organismo de protección de los

73
Iniciativa presidencial sobre la adición al artículo 102 de In Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos. Elevación a rango constitucional 18 de noviembre de 1991. p. XX. Cit. por Quintana
Roldán, Carlos F. y Sabido Peniche, Norma D.: op. cit., p. 143.
derechos humanos que ampara el orden jurídico mexicano, los que conocerán de quejas
en contra de actos u omisiones de naturaleza administrativa provenientes de cualquier
autoridad o servidor público, con excepción de los del Poder Judicial de la Federación,
que violen estos derechos.

Los organismos a que se refiere el párrafo anterior, formularán recomendaciones


públicas, no vinculatorias y denuncias y quejas ante las autoridades respectivas.

Estos organismos no serán competentes tratándose de asuntos electorales,


laborales y jurisdiccionales.

El organismo que establezca el Congreso de la Unión se denominará Comisión


Nacional de los Derechos Humanos, contará con autonomía de gestión y presupuestaria,
personalidad jurídica y patrimonio propios.

La comisión Nacional de los Derechos Humanos tendrá un consejo


consultivo integrado por diez consejeros que será integrado por el voto de las dos
terceras partes de los miembros presentes de la Cámara de Senadores o, en sus
recesos, por la Comisión permanente del Congreso de la Unión, con la misma
votación calificada. La Ley determinará los procedimientos a seguir para la
presentación de las propuestas por la propia Cámara. Anualmente serán
sustituidos los dos consejeros de mayor antigüedad en el cargo, salvo que fueren
propuestos y ratificados para un segundo periodo.

El presidente de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, quien lo


será también del Consejo Consultivo, será elegido en los mismos términos del
párrafo anterior. Durará en su encargo cinco años, podrá ser reelecto por una sola
vez, y sólo podrá ser removido de sus funciones en términos del Título Cuarto de
esta Constitución.

El Presidente de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos


presentará anualmente a los Poderes de la Unión un informe de actividades. Al
efecto comparecerá ante las cámaras del Congreso en los términos que disponga
la ley.

La comisión Nacional de los Derechos Humanos conocerá de las


inconformidades que se presenten en relación con las recomendaciones, acuerdos
u omisiones, de los organismos equivalentes en las entidades federativas.74

El Congreso de la Unión expidió la Ley de la Comisión Nacional de los


Derechos Humanos misma que se publicó en el Diario Oficial de la
Federación del 29 de junio de 1992 reformada según texto publicado en el
Diario Oficial de la Federación de los días 23 de enero de 1998 y 26 de
noviembre de 2001.

Ejerciendo las facultades con que cuenta, la propia Comisión Nacional


expidió su primer Reglamento Interior, publicado en el Diario Oficial de la
Federación del 12 de noviembre de 1992, el que a su vez fue abrogado por el
actual Reglamento Interior publicado el día 29 de septiembre de 2003 en el
Diario Oficial de la Federación.

Estos dos ordenamientos legales, la Ley y el Reglamento, además del


texto Constitucional precisado, son el estatuto legal con el que opera la
Comisión Nacional de los Derechos Humanos. En la Ley se detallan las
atribuciones, los órganos, los procedimientos, los diversos acuerdos y
recomendaciones y demás actividades que realiza la Comisión Nacional, en
correlación, cuando el caso lo amerite, con los preceptos respectivos del
Reglamento.75 Dicha Ley incluye los siguientes artículos:

Art. 1º. Esta ley es de orden público y de aplicación en todo el territorio

74
Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos vigente; 8ª ed. Ed. ISEF, México, 2002, pp. 87 y
88.
75
Quintana Roldán, Carlos F. y Sabido Peniche, Norma D.: op. cit., p. 144.
nacional en materia de Derechos Humanos, respecto de los mexicanos y
extranjeros que se encuentren en el país, en los términos establecidos por el
apartado B del artículo 102 constitucional.76

Art. 2º. La Comisión Nacional de los Derechos Humanos es un organismo


que cuenta con autonomía de gestión y presupuestaria, personalidad jurídica y
patrimonio propios, y tiene por objeto esencial la protección, observancia,
promoción, estudio y divulgación de los derechos humanos que ampara el
orden jurídico mexicano.

Art. 3º. La Comisión Nacional de Derechos Humanos tendrá competencia


en todo el territorio nacional, para conocer de quejas relacionadas con presuntas
violaciones a los derechos humanos cuando éstas fueren imputadas a autoridades
y servidores públicos de carácter federal, con excepción de los del Poder Judicial
de la Federación.

Cuando en un mismo hecho, estuvieren involucrados tanto autoridades o


servidores públicos de la Federación, como de las Entidades Federativas o
Municipios, la competencia se surtirá en favor de la Comisión Nacional.

Tratándose de presuntas violaciones a los Derechos Humanos en que los


hechos se imputen exclusivamente a autoridades o servidores públicos de las
entidades federativas o municipios, en principio conocerán los organismos de
protección de los derechos humanos de la Entidad de que se trate, salvo lo
dispuesto por el artículo 60 de esta Ley.

Asimismo, corresponderá conocer a la Comisión Nacional de los Derechos


Humanos de las inconformidades que se presenten en relación con las
recomendaciones, acuerdos u omisiones de los organismos equivalentes en las

76
http://www.derecho.unam.mx/papime/LegislacionFederalMexicana4/LeydelaComisionNacionaldeDerechos
Humanos.pdf. Fecha de consulta: 06 de septiembre de 2010.
Entidades Federativas, a que se refiere el artículo 102, Apartado n, de la
Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos; así como por la no
aceptación de sus recomendaciones por parte de las autoridades, o por el
deficiente cumplimiento de las mismas.77

Art. 4º. Los procedimientos que se sigan ante la Comisión deberán ser
breves y sencillos, y estarán sujetos sólo a las formalidades esenciales que
requiera la documentación de los expedientes respectivos. Se seguirán
además, de acuerdo con los principios de inmediatez, concentración y
rapidez, y se procurará, en la medida de lo posible, el contacto directo con
quejosos, denunciantes y autoridades, para evitar la dilación de las
comunicaciones escritas.

El personal de la Comisión Nacional deberá manejar de manera


confidencial la información o documentación relativa a los asuntos de su
competencia.78

En lo que respecta a la estructura y facultades de la Comisión Nacional de


los Derechos Humanos (CNDH), está integrada por un Presidente, una Secretaría
Ejecutiva, hasta cinco visitadores generales, así como el número de visitadores
adjuntos y personal profesional, técnico y administrativo necesario para la
realización de sus funciones. Además la Comisión cuenta con un Consejo para el
mejor desempeño de sus responsabilidades.

En los términos del artículo 6° de la Ley que la rige, las atribuciones de la


CNDH son:

77
http://www.derecho.unam.mx/papime/LegislacionFederalMexicana4/LeydelaComisionNacionaldeDerechos
Humanos.pdf. Fecha de consulta: 06 de septiembre de 2010.
78
http://www.derecho.unam.mx/papime/LegislacionFederalMexicana4/LeydelaComisionNacionaldeDerechos
Humanos.pdf. Fecha de consulta: 06 de septiembre de 2010.
I. Recibir quejas de presuntas violaciones a los Derechos Humanos;79

II. Conocer e investigar, a petición de parte, o de oficio, sobre presuntas


violaciones a Derechos Humanos;

a) Por actos u omisiones de autoridades administrativas de carácter


federal;

b) Cuando los particulares o algún otro agente social cometan ilícito con la
tolerancia o anuencia de algún servidor público o autoridad, o bien cuando esto
últimos se nieguen infundadamente a ejercer las atribuciones que legalmente les
correspondan en relación con dichos ilícitos, particularmente tratándose de
conductas que afecten la integridad física de las personas;

III. Formular recomendaciones públicas autónomas, no vinculatorias y


denuncias y quejas ante las autoridades respectivas, en los términos
establecidos por el artículo 102, apartado B, de la Constitución Política
de los Estados Unidos Mexicanos;

IV. Conocer y decidir en última instancia las inconformidades que sé


presenten respecto de las recomendaciones y acuerdos de los
organismos de Derechos Humanos de las Entidades Federativas a que
se refiere el artículo 102, apartado B, de la Constitución Política;

V. Conocer y decidir en última instancia las inconformidades por omisiones


en que incurran los organismos de Derechos Humanos a que se refiere
el párrafo anterior, por insuficiencia en el cumplimiento de las
recomendaciones de éstos por parte de las autoridades locales, en los
términos señalados por esta ley;

79
http://www.derecho.unam.mx/papime/LegislacionFederalMexicana4/LeydelaComisionNacionaldeDerechos
Humanos.pdf. Fecha de consulta: 06 de septiembre de 2010.
VI. Procurar la conciliación entre los quejosos y las autoridades señaladas
como responsables, así como la inmediata solución del conflicto
planteado, cuando la naturaleza del caso lo permita;

VII. Impulsar la observancia de los Derechos Humanos en el país;

VIII. Proponer a las diversas autoridades del país, que en el exclusivo ámbito
de su competencia, promuevan los cambios y modificaciones de
disposiciones legislativas y reglamentarias, así como de prácticas
administrativas, que ajuicio de la Comisión Nacional redunden en una
mejor protección de los Derechos Humanos;

IX. Promover el estudio, la enseñanza y la divulgación de los Derechos


Humanos en el ámbito nacional e internacional;

X. Expedir su Reglamento Interno;

XI. Elaborar y ejecutar programas preventivos en materia de Derechos


Humanos;

XII. Supervisar el respeto a los Derechos Humanos en el sistema


penitenciario del país.

XIII. Formular programas y proponer acciones en coordinación con las


dependencias competentes que impulsan el cumplimiento dentro del
territorio nacional los tratados, convenciones y acuerdos internacionales
signados y ratificados por México en Materia de Derechos Humanos.

XIV. Proponer al Ejecutivo Federal, en los términos de la legislación


aplicable, la suscripción de convenios o acuerdos internacionales en
materia de Derechos Humanos.

XV. Las demás que otorgue la ley y otros ordenamientos legales.80

El artículo 7 de esta Ley, establece que la Comisión Nacional no podrá


conocer de actos y resoluciones de organismos y autoridades electorales, ni
de resoluciones de carácter jurisdiccional, conflictos de carácter laboral y
consultas formuladas por autoridades, particulares u otras entidades sobre la
interpretación de las disposiciones constitucionales y legales. 81

El artículo 8, señala por cuanto hace a quejas o inconformidades contra


actos u omisiones de autoridades judiciales, salvo las de carácter federal, la
Comisión Nacional sólo puede conocer de aquellos que tengan carácter
administrativo, pero por ningún motivo puede analizar cuestiones
jurisdiccionales de fondo. 82

En varios preceptos del Reglamento se precisan los alcances de


aplicación de los citados artículos de la Ley, por lo que resulta necesario
comentar los más significativos de éstos. 83

En lo que se refiere al alcance del concepto de "actos u omisiones de


autoridad administrativa de carácter federal", el artículo 2º del Reglamento en
su fracción VI, precisa que son los que provengan de servidores públicos que
desempeñen empleo, cargo o comisión en instituciones, dependencias u
otros organismos de la administración pública federal centralizada o
paraestatal, en tanto que tales actos u omisiones puedan considerarse en

80
http://www.derecho.unam.mx/papime/LegislacionFederalMexicana4/LeydelaComisionNacionaldeDerechos
Humanos.pdf. Fecha de consulta: 06 de septiembre de 2010.
81
http://www.derecho.unam.mx/papime/LegislacionFederalMexicana4/LeydelaComisionNacionaldeDerechos
Humanos.pdf. Fecha de consulta: 06 de septiembre de 2010.
82
http://www.derecho.unam.mx/papime/LegislacionFederalMexicana4/LeydelaComisionNacionaldeDerechos
Humanos.pdf. Fecha de consulta: 06 de septiembre de 2010.
83
Quintana Roldán, Carlos F. y Sabido Peniche, Norma D.: op. cit., p. 147.
ejercicio del empleo, cargo o comisión que desempeñen. 84

Este Reglamento también delimita los alcances del término


"resoluciones de carácter jurisdiccional" a que hace referencia la fracción II
del artículo 7º de la Ley, indicado en la fracción IX del citado artículo 2°85 que
estas son:

a) Las sentencias o laudos definitivos que concluyen la instancia.

b) Las sentencias interlocutorias que se emitan durante el proceso.

c) Los autos y acuerdos dictados por el juez o por el personal del


juzgado o tribunal para cuya expedición se haya realizado una determinación
y valoración jurídica o legal.

d) Resoluciones análogas a las jurisdiccionales en materia


administrativa según los incisos anteriores, emitidos por tribunales que se
encuentren fuera de los poderes judiciales, tanto de la Federación como de
las entidades Federativas.

Con base en lo anterior, todos los demás actos u omisiones de los


poderes judiciales u órganos administrativos, de acuerdo al artículo 8° de la
Ley, son susceptibles de ser reclamados ante las Comisiones Estatales de
Derechos Humanos, vía queja, o ante la Comisión Nacional cuando medie el
recurso correspondiente.

Independientemente de que resulta muy cuestionable la técnica


seguida en dicho Reglamento expedido por la propia Comisión Nacional de
Derechos Humanos, en cuanto a pretender alcances de validez de sus

84
http://www.cedhslp.org.mx/Documnst/Normatividad/29092003.pdf. Fecha de consulta: 06/09/2010.
85
http://www.cedhslp.org.mx/Documnst/Normatividad/29092003.pdf. Fecha de consulta: 06/09/2010.
disposiciones para la totalidad de las entidades federativas, sin ponderar
adecuadamente el valor de la autonomía de ellas, se cuenta en este desglose
con una base bastante clara para determinar cuando se está, para los efectos
de la queja ante las Comisiones de Derechos Humanos, en presencia de
actos administrativos y cuándo se trata de resoluciones jurisdiccionales. Es
importante lo anterior ya que en el primer caso se procedería al conocimiento
de la queja y en el segundo no.86

Corresponde a la fracción X del artículo 2º del Reglamento87 precisar el


alcance del concepto de "asuntos laborales", a los que considera como
aquellos suscitados entre uno o varios patrones y uno o más trabajadores,
incluso cuando el patrón sea una autoridad o dependencia federal, estatal o
municipal, aclarando el propio precepto que no se tendrán fuera de la
competencia de la Comisión aquellos actos u omisiones atribuibles a
servidores públicos dentro del desahogo de un procedimiento sustanciado
ante las autoridades administrativas del ámbito laboral.

Es importante mencionar el trato muy singular que se deriva del artículo


11 del Reglamento que se refiere a las quejas sobre violaciones a los
Derechos Humanos atribuibles a servidores públicos de organismos públicos
con facultades para atender las quejas y defender los derechos de los
particulares, tales como: las Procuradurías Agraria, Federal del Consumidor,
Federal de Protección al Ambiente o Federal de la Defensa del Trabajo,
Comisión Nacional de Arbitraje Médico, Comisión Nacional Bancaria y de
Valores, Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de
Servicios Financieros, Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación,
Instituto Federal de Acceso a la Información Pública y las demás que cuenten
con facultades similares, en sentido de que las resoluciones que tome la
Comisión Nacional se habrán de basar en los elementos que arrojen las

86
Quintana Roldán, Carlos F. y Sabido Peniche, Norma D.: op. cit., pp. 147 y 148.
87
http://www.cedhslp.org.mx/Documnst/Normatividad/29092003.pdf. Fecha de consulta: 06/09/2010.
investigaciones que de conformidad con los lineamientos de la Ley y del
Reglamento se prevén para el trámite de expedientes de queja. En este caso,
las resoluciones de la Comisión asumirán la misma naturaleza que las que se
envían a los organismos locales de protección de Derechos Humanos, sobre
insuficiencia o no cumplimiento de recomendaciones, pudiéndose dar los
seguimientos necesarios por la visitaduría que corresponda, en el entendido
de que estas resoluciones de la Comisión Nacional concluyen de manera
definitiva el expediente de queja cuya resolución no admitirá impugnación
alguna (artículo 11 correlacionado con los artículos 168, 169 y 170 del
Reglamento).

Por otra parte, en términos del artículo 10 del Reglamento, cuando la


Comisión Nacional reciba escritos de quejas por presuntas violaciones a los
Derechos Humanos cometidos por servidores públicos del Poder Judicial de la
Federación, no podrá admitirlas y deberá enviarlas de inmediato a la Suprema
Corte de Justicia de la Nación o al Consejo de la Judicatura Federal según
sea el caso concreto; asunto que notificará al quejoso.88 Cuando en la
correspondiente queja estuvieren involucrados tanto servidores públicos del
poder judicial de la federación, como de la administración pública federal, se
seguirá el trámite de sustanciación de la queja por éstos y remitirá el desglose
de los otros a la Corte o el Consejo de la Judicatura para el conocimiento de
las posibles violaciones atribuibles a sus propios servidores públicos.89

En el caso de que en un mismo hecho o circunstancia estuvieran


involucrados tanto autoridades de la Federación como de las entidades
federativas y de los municipios, la competencia, por ese hecho, será
íntegramente de la Comisión Nacional, como lo determina el artículo 16 del
Reglamento. Igualmente, con base en el citado numeral del Reglamento,
cuando en un mismo hecho o circunstancia estuvieran involucradas

88
http://www.cedhslp.org.mx/Documnst/Normatividad/29092003.pdf. Fecha de consulta: 06/09/2010.
89
http://www.cedhslp.org.mx/Documnst/Normatividad/29092003.pdf. Fecha de consulta: 06/09/2010.
autoridades o servidores públicos de dos o más entidades federativas, la
Comisión Nacional de oficio, o a solicitud del organismo local o de los
quejosos, deberá conocer del asunto, mediante la facultad de atracción con la
que cuenta.90

Por último, en cuanto a la facultad de atracción con la que cuenta la


Comisión Nacional de acuerdo a lo previsto en el artículo 60 de su Ley,
correlacionado con el artículo 14 del Reglamento, se entiende que se podrá
ejercer ésta cuando se trate de una presunta violación a Derechos Humanos
que por su naturaleza trascienda el interés de la entidad federativa e incida
en la opinión pública nacional, siempre que se trate de un asunto de especial
gravedad. Igualmente se podrá ejercer esta facultad a solicitud expresa de
alguno de los organismos locales o bien cuando el titular de dicho organismo
local se encuentre impedido para conocer del asunto. 91

Cuando se ejerza la facultad de atracción sobre un asunto de


competencia original de un organismo local, el acuerdo correspondiente de la
Comisión Nacional deberá estar suscrito directamente por el Presidente de
esta institución

Una vez descritas las facultades, la Ley y el Reglamento, es indispensable


conocer qué órganos estructuran la Comisión Nacional. A continuación se
presenta cada uno y se menciona cómo se integran, cómo se operan y cuáles son
sus funciones.

a) El Consejo Consultivo y el Secretario Técnico de dicho cuerpo colegiado

El Consejo es el único órgano de carácter colegiado de la Comisión


Nacional de los Derechos Humanos, se integra por diez Consejeros, que

90
http://www.cedhslp.org.mx/Documnst/Normatividad/29092003.pdf. Fecha de consulta: 06/09/2010.
91
Quintana Roldán, Carlos F. y Sabido Peniche, Norma D.: op. cit., p. 149.
deberán ser personas de reconocido prestigio en la sociedad mexicana, estar
en pleno servicio de sus derechos ciudadanos y cuando menos siete de ellos
no deberán desempeñar ningún cargo o comisión en el servicio público.

Por disposición de la Ley que rige a la Comisión, corresponde al


Presidente del organismo fungir a la vez como presidente del Consejo. El
actual presidente de la Comisión Nacional de Derechos Humanos es el Dr.
Raúl Plascencia Villanueva.

Como ya se había mencionado, de acuerdo con el artículo 18 de la ley


de la CNDH, el nombramiento de los miembros del Consejo lo hace el
Senado de la República mediante el voto de las dos terceras partes de sus
miembros presentes, o en sus recesos por la Comisión Permanente del
Congreso de la Unión, también por votación calificada. 92 Así mismo, el
artículo 17 de la ley de referencia, establece que anualmente, durante el mes
de octubre, serán sustituidos los dos consejeros de mayor antigüedad en el
cargo, salvo que fuesen propuestos y ratificados para un segundo periodo. 93

Las atribuciones que la Ley en mención establece en su artículo 19, y


que se otorgan al Consejo son las siguientes:

- Establecer los lineamientos generales de actuación de la Comisión


Nacional;

- Aprobar el Reglamento Interno de la Comisión;

- Aprobar las normas de carácter interno relacionadas con la Comisión:

92
http://www.derecho.unam.mx/papime/LegislacionFederalMexicana4/LeydelaComisionNacionaldeDerechos
Humanos.pdf. Fecha de consulta: 06 de septiembre de 2010.
93
http://www.derecho.unam.mx/papime/LegislacionFederalMexicana4/LeydelaComisionNacionaldeDerechos
Humanos.pdf. Fecha de consulta: 06 de septiembre de 2010.
- Opinar sobre el proyecto de informe anual que el Presidente de la
Comisión presente al Congreso de la Unión y al Presidente de la República;

- Solicitar al Presidente de la Comisión informaciones adicionales sobre


los asuntos en trámite y los que hayan sido resueltos;

- Conocer el informe del Presidente de la Comisión Nacional respecto


al ejercicio presupuestal de la institución. 94

En cuanto al funcionamiento del Consejo, este opera en sesiones


ordinarias, que se realizan cuando menos una vez al mes, o las
extraordinarias que sean necesarias, y toma sus decisiones por mayoría de
votos de sus miembros presentes, esto en atención al artículo 20 de Ley. 95
Por otra parte el artículo 17 en su segundo párrafo, establece que los cargos
de consejero de la Comisión Nacional son de carácter honorario, salvo el del
Presidente.96

El Consejo es auxiliado en sus funciones por un Secretario Técnico


encargado de llevar las minutas de las sesiones, el archivo, las actas y
demás documentos que se generen en el cuerpo colegiado. El Secretario
Técnico es designado por acuerdo mayoritario de los miembros del Consejo a
propuesta del Presidente de la Comisión Nacional. 97

El Secretario Técnico del Consejo, en los términos del artículo 51 del


Reglamento, tiene las siguientes atribuciones: 98

94
http://www.derecho.unam.mx/papime/LegislacionFederalMexicana4/LeydelaComisionNacionaldeDerechos
Humanos.pdf. Fecha de consulta: 06 de septiembre de 2010.
95
http://www.derecho.unam.mx/papime/LegislacionFederalMexicana4/LeydelaComisionNacionaldeDerechos
Humanos.pdf. Fecha de consulta: 06 de septiembre de 2010.
96
http://www.derecho.unam.mx/papime/LegislacionFederalMexicana4/LeydelaComisionNacionaldeDerechos
Humanos.pdf. Fecha de consulta: 06 de septiembre de 2010.
97
Quintana Roldán, Carlos F. y Sabido Peniche, Norma D.: op. cit., p. 150.
98
http://www.cedhslp.org.mx/Documnst/Normatividad/29092003.pdf. Fecha de consulta: 06/09/2010.
A. Respecto del Consejo Consultivo:

I. Remitir oportunamente a los consejeros los citatorios, órdenes del día


y el material indispensable para realizar las sesiones ordinarias y
extraordinarias;

II. Brindar a los consejeros el apoyo necesario para el mejor


cumplimiento de sus responsabilidades, y

III. Proponer el proyecto de acta de las sesiones ordinarias y


extraordinarias que el Consejo Consultivo celebre.

B. En cuanto al área operativa de la Comisión:

I. Organizar el material y supervisar la publicación de la Gaceta;

II. Programar, previo dictamen, la edición de las publicaciones que


realice la Comisión Nacional;

III.- Supervisar las actividades de distribución y comercialización de las


publicaciones;

IV. Diseñar y ejecutar los programas de capacitación, difusión y


educación continua en materia de derechos humanos;

V. Promover, fortalecer e impulsar la colaboración y las relaciones con


las organizaciones no gubernamentales pro derechos humanos en el país, en
los temas del ámbito de sus atribuciones;

VI. Colaborar con la Dirección General de la Presidencia en la


elaboración del informe anual de actividades, y
VII. Las demás que le confieran las disposiciones legales, así como
aquellas que le asignen el presidente de la Comisión Nacional o el Consejo
Consultivo.99

A su vez el artículo 52 del Reglamento precisa que la Secretaría


Técnica contará con un área de enlace; de capacitación y educación
continua; editorial; de publicaciones, y de control y seguimiento; así como el
personal profesional, técnico y administrativo necesario para la realización de
sus funciones.100

b) El Presidente de la Comisión Nacional

Las atribuciones más importantes de dirección, administración y


conducción de las tareas de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos,
están a cargo de su Presidente quien es designado por el Senado de la
República en votación calificada de cuando menos dos terceras partes de sus
miembros presentes. Dura en su encargo cinco años y puede ser reelecto por
101
una ocasión (artículo 11 de la ley) . Para este efecto la Comisión
correspondiente del Senado procederá a hacer una amplia auscultación entre
los distintos sectores sociales, la universidades y los organismos públicos y
privados promotores y defensores de Derechos Humanos, para proponer al
pleno de esa Cámara el candidato para ocupar el cargo, o en su caso la
ratificación del titular.102

El artículo 9 de la Ley de la materia precisa que el Presidente de la


Comisión deberá reunir para su designación los siguientes requisitos: ser
ciudadano mexicano por nacimiento en pleno uso de sus derechos políticos y

99
http://www.cedhslp.org.mx/Documnst/Normatividad/29092003.pdf. Fecha de consulta: 06/09/2010.
100
http://www.cedhslp.org.mx/Documnst/Normatividad/29092003.pdf. Fecha de consulta: 06/09/2010.
101
http://www.derecho.unam.mx/papime/LegislacionFederalMexicana4/LeydelaComisionNacionaldeDerecho
sHumanos.pdf. Fecha de consulta: 06 de septiembre de 2010.
102
Quintana Roldán, Carlos F. y Sabido Peniche, Norma D.: op. cit., p. 151.
civiles; tener cumplidos treinta y cinco años de edad el día de su elección;
contar con experiencia en materia de derechos humanos, o actividades afines
reconocidas por las leyes mexicanas y los instrumentos jurídicos
internacionales; no desempeñar ni haber desempeñado cargo de dirección
nacional o estatal de algún partido político en el año inmediato anterior a su
designación; no desempeñar ni haber desempeñado cargo de Secretario o
Subsecretario de Estado, Procurador General de la República, Gobernador o
Procurador General de Justicia de alguna entidad federativa o Jefe de
Gobierno del Distrito Federal, en el año anterior a su elección; gozar de
buena reputación y no haber sido condenado por delito intencional que
amerite pena corporal de más de un año de prisión; sin embargo, si se tratare
de robo, fraude, falsificación, abuso de confianza u otro que lastime
seriamente la buena fama en el concepto público, lo inhabilitará cualquiera que
haya sido la pena y tener preferentemente título de licenciado en Derecho.103

El Presidente de la Comisión sólo puede ser destituido y sujeto de


responsabilidad por las causas y mediante los procedimientos establecidos por el
Título Cuarto de la Constitución política de los Estados Unidos Mexicanos. En ese
supuesto el primer Visitador General lo sustituirá interinamente en tanto se
designe un nuevo presidente de la Comisión.

De acuerdo con el artículo 15, son facultades del presidente de la Comisión


Nacional:

a) Ejercer la representación legal de la Comisión Nacional;

b) Formular los lineamientos generales a los que se sujetarán las


actividades administrativas de la Comisión, así como nombrar, dirigir y coordinar a

103
http://www.derecho.unam.mx/papime/LegislacionFederalMexicana4/LeydelaComisionNacionaldeDerecho
sHumanos.pdf. Fecha de consulta: 06 de septiembre de 2010.
los funcionarios y al personal bajo su autoridad;

c) Dictar las medidas específicas que juzgue convenientes para el mejor


desempeño de las funciones de la Comisión;

d) Distribuir y delegar funciones en los términos del Reglamento Interno;

e) Presentar anualmente en el mes de febrero, a los poderes de la Unión un


informe de actividades, en los términos del artículo 52 de esta ley;

f) Celebrar, en los términos de la legislación aplicable, acuerdos, bases de


coordinación y convenios de colaboración con autoridades y organismos de
defensa de los Derechos Humanos, así como con instituciones académicas y
asociaciones culturales, para el mejor cumplimiento de sus fines;

g) Aprobar y emitir las recomendaciones públicas y acuerdos que resulten


de las investigaciones realizadas por los visitadores;

h) Formular las propuestas generales conducentes a una mejor protección


de los Derechos Humanos del país;

i) Elaborar el anteproyecto de presupuesto de egresos de la Comisión y el


respectivo informe sobre el ejercicio para presentarse al Consejo de la misma;

j) Las demás que señale la presente ley y otros ordenamientos.104

Debido a la variedad de las facultades que se expresaron anteriormente, el


Licenciado Emilio Rabasa Gamboa comenta al respecto que: “las facultades del
Presidente de la Comisión pueden integrarse en dos categorías: Unas que son

104
http://www.derecho.unam.mx/papime/LegislacionFederalMexicana4/LeydelaComisionNacionaldeDerecho
sHumanos.pdf. Fecha de consulta: 06 de septiembre de 2010.
típicamente de Ombudsman, y otras de carácter jurídico-administrativas, como se
desprende fácilmente del listado que antecede.”105

El Presidente de la Comisión cuenta con la facultad de nombrar y de


remover libre y discrecionalmente a todo el personal del Organismo, siempre y
cuando la Ley y el Reglamento no establezcan excepciones u otro
mecanismo de designación. El Presidente, deberá apegarse, en lo que
corresponda, a lo dispuesto por las fracciones VII y IX del Apartado B) del
Artículo 123 Constitucional (Art. 36 del Reglamento) para garantizar
adecuadamente una buena selección y, en su caso, cuando proceda la
separación que sea por causa justificada. 106

Para el adecuado y despacho de los asuntos de la Comisión, cuya


atención corresponde directamente al Presidente, se auxiliará de las
siguientes unidades administrativas, como lo establece el artículo 21 del
Reglamento:

- Secretaría de la Administración
- Coordinación General de Comunicaciones y Proyectos;
- Dirección General de Quejas y Orientación;
- Dirección General de la Presidencia
- Dirección General de Información Automatizada;
- Dirección General de Vinculación Interinstitucional;
- Dirección General de Asuntos Jurídicos;
- Centro Nacional de Derechos Humanos;
- Secretaría Particular y Técnica de la Presidencia de la Comisión
Nacional, y
- Las demás que se establezcan en los correspondientes acuerdos

105
RABASA GAMBOA, Emilio. Vigencia y efectividad de los derechos Humanos en México. Análisis Jurídico de
la Ley de la CNDH; CNDH 1992, p.13. Cit. por Quintana Roldán, Carlos F. y Sabido Peniche, Norma D.:
op. cit., p. 152.
106
Quintana Roldán, Carlos F. y Sabido Peniche, Norma D.: op. cit., p. 152 y 153.
administrativos.107

c) La Secretaría Ejecutiva

El titular de la Secretaría Ejecutiva es designado por el presidente de la


Comisión, debe reunir los requisitos que establece el artículo 21 de la ley,
que son: ser ciudadano mexicano en pleno uso de sus derechos; gozar de
buena reputación y ser mayor de treinta años de edad el día de su
nombramiento.108

En los términos de la propia ley (artículo 22), así como los


correspondientes del Reglamento (69 a 72), la Secretaría Ejecutiva tiene las
siguientes facultades y obligaciones:

Proponer al Consejo y al Presidente de la Comisión Nacional, las


políticas generales que en materia de derechos humanos habrá de seguir la
Comisión Nacional ante los organismos gubernamentales y no
gubernamentales, nacionales e internacionales;

Promover y fortalecer las relaciones de la Comisión Nacional, con


organismos públicos, sociales o privados, nacionales e internacionales, en
materia de derechos humanos;

Realizar estudios sobre los tratados y convenciones internacionales


en materia de derechos humanos;

Enriquecer, mantener y custodiar el acervo documental de la Comisión


Nacional; y

107
http://www.cedhslp.org.mx/Documnst/Normatividad/29092003.pdf. Fecha de consulta: 06/09/2010.
108
http://www.derecho.unam.mx/papime/LegislacionFederalMexicana4/LeydelaComisionNacionaldeDerecho
sHumanos.pdf. Fecha de consulta: 06 de septiembre de 2010.
Las demás que le sean conferidas en otras disposiciones legales y
reglamentarias.109

d) Las Visitadurías Generales

La Ley de la materia establece en su artículo 5° que la Comisión


Nacional podrá contar hasta con cinco Visitadores Generales. Los Visitadores
Generales son nombrados y removidos libremente por el Presidente de la
Comisión y deben reunir los siguientes requisitos (Artículo 23 de la Ley): ser
ciudadano mexicano en pleno ejercicio de sus derechos; contar con más de
treinta años de edad el día de su nombramiento; tener título de licenciado en
Derecho expedido legalmente; tener tres años de ejercicio profesional cuando
menos; y ser reconocida su buena fama.110

Son facultades y obligaciones de las Visitadurías de acuerdo con el


artículo 24 de la ley en mención, las siguientes:

a) Recibir, admitir o rechazar las quejas e inconformidades presentadas


por los afectados, sus representantes o los denunciantes ante la Comisión
Nacional;

b) Iniciar a petición de parte la investigación de las quejas e


inconformidades que le sean presentadas, o de oficio, discrecionalmente
aquellas sobre denuncias de violación a los derechos humanos que aparezcan
en los medios de comunicación;

c) Realizar las actividades necesarias para lograr, por medio de la


conciliación, la solución inmediata de las violaciones de derechos humanos

109
http://www.derecho.unam.mx/papime/LegislacionFederalMexicana4/LeydelaComisionNacionaldeDerecho
sHumanos.pdf. Fecha de consulta: 06 de septiembre de 2010.
110
http://www.derecho.unam.mx/papime/LegislacionFederalMexicana4/LeydelaComisionNacionaldeDerecho
sHumanos.pdf. Fecha de consulta: 06 de septiembre de 2010.
que por su propia naturaleza así lo permita;

d) Realizar las investigaciones y estudios necesarios para formular los


proyectos de recomendación o acuerdo, que se someterán al Presidente de la
Comisión Nacional para su consideración; y

e) Las demás que le señale la presente ley y el Presidente de la


Comisión Nacional, necesarias para el mejor cumplimiento de sus
funciones.111

De acuerdo al ordenamiento legal antes citado, podrán existir


Visitadores Adjuntos quienes auxiliarán en sus funciones a los Visitadores
Generales para la mayor eficiencia del trabajo de esas dependencias.112

La división de los asuntos que deben conocer los Visitadores Generales


la determina los artículos 61 a 64 del Reglamento.113

Mediante el acuerdo 01/2000 del Presidente de la Comisión Nacional de


derechos Humanos, publicado Diario Oficial de la Federación del 19 de enero
de 2000, se establecieron las funciones actuales de las cuatro visitadurías
generales del organismo, señalado lo siguiente:

ANTECEDENTES114

El notable crecimiento del número de quejas y asuntos generales, el alto grado


de la especialización de las quejas y asuntos en materia penitenciaria y de grupos
indígenas, así como la necesidad de proveer al establecimiento y operación de un
Programa de Atención a Víctimas del Delito con oportunidad, eficiencia y

111
http://www.derecho.unam.mx/papime/LegislacionFederalMexicana4/LeydelaComisionNacionaldeDerecho
sHumanos.pdf. Fecha de consulta: 06 de septiembre de 2010.
112
Quintana Roldán, Carlos F. y Sabido Peniche, Norma D.: op. cit., p. 153.
113
Quintana Roldán, Carlos F. y Sabido Peniche, Norma D.: op. cit., p. 154.
114
Quintana Roldán, Carlos F. y Sabido Peniche, Norma D.: op. cit., p. 155.
profesionalismo, he tenido a bien emitir lo siguiente:

ACUERDO

PRIMERA.- Las quejas y los asuntos serán turnados por la dirección general de
Quejas y Orientación, de manera progresiva a la Primera, Segunda y Tercera
Visitaduría General, ésta conocerá además de los asuntos penitenciarios y de la
supervisión a los Derechos Humanos en los centros de reclusión del país, tanto de
adultos como de menores.

SEGUNDA.-La Cuarta Visitaduría General se encargará del conocimiento,


trámite y gestión de los asuntos indígenas y del programa de Atención a Víctimas del
Delito. La coordinación General para Los Altos y Selva de Chiapas dependerá del
Cuarto Visitador General.

TERCERA.-El presente acuerdo deberá hacerse del conocimiento del Consejo


Consultivo para los efectos que correspondan.

CUARTA.-Este acuerdo deberá ser publicado en la Gaceta de la Comisión


Nacional de los Derechos Humanos y el Diario Oficial de la Federación.

A su vez el acuerdo 2/200 del presidente de la Comisión Nacional de


Derechos humanos, publicado en el Diario Oficial de la Federación en la fecha
señalada anteriormente, precisa la delegación de facultades del Presidente del
organismo a los Visitadores Generales para que éstos puedan interponer
denuncias penales ya sea por sí mismos o a través de visitadores adjuntos,
cuando tal tramite jurídico se haga necesario.

Por ultimo, es posible afirmar en términos generales, que la opinión pública


nacional ha considerado la creación de la Comisión Nacional de los Derechos
Humanos como un avance significativo en la defensa de estas garantías del
hombre. Sin embargo, existen importantes opiniones que han venido
cuestionando su desempeño como incompleto, sobre todo en lo que se refiere a
que no tiene facultades para conocer de asuntos electorales y laborales. No
obstante, se puede concluir que la Comisión Nacional es una institución que ha
venido a cubrir un importante papel de defensor de los Derechos Humanos, si
bien con limitaciones legales notables. Sobre el particular, la opinión pública
mexicana ha sido testigo de que las intervenciones de la Comisión Nacional son
garantía de legalidad en aquellos asuntos en los que por su trascendencia e
importancia se le ha demandado su participación, siendo un garante del debido
apego a los procedimientos que la ley establece.115 Que la trascendencia de este
organismo defensor de los Derechos Humanos en la sociedad mexicana, puede
afirmarse que ha sido positiva, y que en general, su actuación ha sido encomiable
y podría decirse que hasta valerosa en múltiples asuntos. Sin desconocer, desde
luego, que aún existen en el país una buena cantidad de problemas de violación
a los derechos humanos sobre todo en materia de derechos de las comunidades
indígenas, asuntos de los cuerpos de seguridad pública y falta de adecuada
atención en cuanto a servicios públicos como son: los de salud, de vivienda,
ecología y otros más.Y por último, que la influencia moral de la Comisión
Nacional de los Derechos Humanos esta abriendo vías muy positivas en la
integración y consolidación de una verdadera cultura de respeto a estos derechos
que dan sentido y que justifican la dignidad de la vida humana.

CAPÍTULO II.
ANTECEDENTES DE LA CREACIÓN DE LA CORTE PENAL INTERNACIONAL.

115
Quintana Roldán, Carlos F. y Sabido Peniche, Norma D.: op. cit., p. 175.
La ausencia de mecanismos que sancionaran crímenes internacionales
como: genocidios, delitos de lesa humanidad, crímenes de guerra y agresión, así
como la carencia de instrumentos e instituciones capaces, eficientes y eficaces en
la prevención, persecución, sanción y, en su caso, si se hablara del fin humanitario
del Derecho, la readaptación, era un vacío notorio en el campo del Derecho
Internacional Humanitario.

Actualmente, las sociedades del mundo impulsan y experimentan cambios


estructurales en el campo del derecho, particularmente en las áreas del Derecho
Internacional en su orientación sobre Derechos Humanos y Derecho Penal
Internacional, lo que posibilita la evolución de la Justicia Penal Internacional. A
continuación se analizan algunos de los hechos más relevantes que han
precipitado la evolución de la Justicia Penal Internacional, que motivan y justifican
el anhelo de la humanidad por una jurisdicción penal mundial efectiva.

2.1.- El establecimiento de los Tribunales Penales Internacionales.

La idea del establecimiento de una Corte Internacional para juzgar a líderes


nacionales y otros individuos responsables de graves violaciones de los Derechos
Humanos y crímenes internacionales, surgió durante el siglo XIX. En el año de
1864 esta idea fue propuesta por Gustavo Moynier116 dentro de la conferencia
diplomática en la que se aprobaría el Convenio de Ginebra sobre la suerte de los
militares heridos en campaña. Aunada a esta propuesta, se presentaron algunas
sugerencias para la creación de una institución judicial internacional a partir de los
trabajos de Pascuale Fiore y en la Conferencia de Paz de La Haya de 1899.

Los Estados continuaron resistiéndose frente a estas propuestas,


aduciendo la afectación a su soberanía dado el sometimiento a una forma de

116
Gustavo Moynier, de nacionalidad suiza, y uno de los promotores de la creación de la Cruz Roja
Internacional, propuso la creación de un tribunal internacional permanente en su “Nota sobre la creación de
una institución judicial internacional” Boletín internacional 11 (1872).
jurisdicción internacional. Las proposiciones sólo recibieron una atención seria por
parte de los Estados respecto a los siguientes acontecimientos:

La invasión a la neutralidad de Bélgica y Luxemburgo de 1914, las


ejecuciones y secuestros, el saqueo de Lovaina, el hundimiento de barcos de
pasajeros, los bombardeos de ciudades con considerables pérdidas de civiles, la
deportación forzada de más de sesenta mil belgas para trabajos forzados en
Alemania y la masacre de casi un millón de Armenios por parte de los Turcos
(primer genocidio del siglo XX)117. Esto permitió al término de las hostilidades, en
1919 y como resultado de la Conferencia sobre la Paz en París, que se creara la
Comisión sobre Responsabilidades de los Jefes de Guerra y la Imposición de
Sanciones Penales118. Esta Comisión estuvo conformada por quince distinguidos
abogados de diez países, entre los cuales figuraron dos especialistas que
llegarían a ser jueces de la Corte Internacional Permanente de Justicia, tres
miembros del Instituto de Derecho Internacional y editores de las publicaciones
más importantes del mundo en Derecho Internacional.

Una de las tareas de la Comisión fue evaluar los crímenes y las ofensas
cometidas contra las leyes y costumbres de guerra. El informe final incluyó
referencias a ejecuciones, violaciones, pillaje, uso de gas venenoso, asesinatos,
masacres de civiles y prisioneros de guerra. Asimismo, a la cuestión de la
inmunidad de personas y la supuesta inviolabilidad de la soberanía del Estado. De
este modo, se estableció que no existía justificación para eximir de
responsabilidad a los individuos en razón de su rango jerárquico. Concluyó que
todas las personas pertenecientes a los países enemigos, aún cuando tengan una
posición alta en la estructura gubernamental, sin distinción de rango, incluyendo a
los jefes de Estado que hayan tenido responsabilidad en los actos contra las leyes

117
ANDREOPOLUS, George: Genocide: Conceptual and Historical Dimensions, Philadelphia University of
Pennsylvania Press, 1994, p. 125.
118
BASSIOUNI, Cherif: Visión Histórica 1919-1998, p. 8.
y costumbres de guerra y las leyes de humanidad, están sujetas a enjuiciamiento
criminal119.

Los Aliados luego de vencer, suscribieron los tratados de Versalles y


Sévres. En el de Versalles se incluyó el artículo 227 que dispuso la creación de un
tribunal para juzgar a criminales de guerra; pero dado el contexto político y
diplomático de ese momento tal disposición nunca pudo ser cumplida. Igual
ocurrió con el artículo 230 del tratado de Sévres con Turquía, de acuerdo al cual
los Aliados tenían la atribución de constituir un tribunal para juzgar los hechos del
genocidio contra los Armenios.

Se incluyeron disposiciones que pretendían juzgar al Kaiser Guillermo II de


Hohenzollern, Alemania, “por un delito supremo contra la moral internacional y la
inviolabilidad de los tratados” y a otros dirigentes y militares alemanes “por haber
cometido actos en violación a las leyes y usos de guerra”120. Sin embargo. la
intención no se concretó por el asilo que Holanda otorgó al Kaiser.

Se juzgaron algunos dirigentes militares alemanes que fueron sometidos a


la competencia de los tribunales de Leipzig, creados en virtud de las obligaciones
que Alemania asumió como Estado parte en los tratados referidos. Sin embargo, a
pesar de los juicios, los resultados no fueron positivos: un gran número de los
acusados escapó de los centros de detención y de las sentencias que se
pronunciaron. Además, se establecieron castigos irrisorios de pocos meses de
prisión y los tribunales se vieron incapacitados para establecer la responsabilidad
penal por el reconocimiento de ciertas defensas jurídicas de los acusados que los
eximían de responsabilidad, como fue la obediencia debida.

119
Commission on the Responsibility of the Authors of the War and on Enforcement of Penalties, “Report
presented to the Preliminary Peace Conference” 29 March 1919.
120
Santiago Corcuera y José A. Guevara: Justicia Penal Internacional, 1 Edición, 2001 página IX.
Estos fueron los primeros intentos fallidos para sancionar la
responsabilidad individual en casos de crímenes internacionales, su fracaso se
debió a que Estados poderosos no permitieron restringir su soberanía ni
someterse a una supranacional. Pero la idea de desarrollar una cultura de
responsabilidad frente a la impunidad imperante y crear órganos jurisdiccionales
internacionales no pudo ser acallada.

Una vez que los sentimientos de venganza provocados por la guerra se


calmaron, el debate en torno a la culpabilidad por los sucesos de la Primera
Guerra Mundial provocó que ciertos visionarios empezaran a considerar el
establecimiento de un tribunal internacional que no fuese simplemente producto de
la “justicia de los vencedores.” De este modo, a mediados de 1920 se reunió en La
Haya un Comité Asesor de Juristas para redactar el Estatuto de la Corte
Permanente de Justicia, creada en el ámbito de la Liga de las Naciones, que
además recomendó la creación de una Corte Internacional de Justicia para juzgar
crímenes que constituyesen violaciones al orden público internacional y al
Derecho Internacional.

Se continúo el esfuerzo en esta línea de pensamiento y un grupo de


abogados y académicos elaboraron estatutos, escribieron artículos y libros, y
hablaron públicamente a favor de la creación de un tribunal penal internacional
con jurisdicción sobre las ofensas contrarias a las leyes de la humanidad. En este
grupo destacaron Hugh Bellot de Inglaterra, Henri Donnedieu de Vabres de
Francia, Vesparien Pella de Rumania, Nicolás Politis de Grecia, Quintillano
Saldaña de España, Elihu Root de Estados Unidos y Walter Phillimore de
Sudáfrica. Además, ellos fundaron la Asociación Internacional de Derecho Penal
que se constituyó en uno de los principales foros dedicado al estudio de la
jurisdicción internacional.
Otro proyecto de Estatuto fue adoptado por organizaciones no
gubernamentales tales como la Unión Interparlamentaria en 1925 y por
instituciones académicas como la Asociación de Derecho Internacional en 1926.

Tras sucesos como los asesinatos del Rey Alejandro de Yugoslavia y del
Ministro de Relaciones Exteriores de Francia, Louis Barthou, en un ataque
terrorista; en 1937 la Liga de las Naciones decidió que era necesaria la adopción
de un tratado para la prevención y castigo del terrorismo; y que un tribunal
internacional era el mecanismo adecuado para asegurar su cumplimiento
mediante la creación de un Tribunal Penal Internacional para juzgar actos de
terrorismo121. Sin embargo, los Estados continuaron observando estas propuestas
como muy peligrosas o demasiado radicales por constituir una amenaza a su
soberanía, por lo que ningún Estado ratificó dicha convención.

Fue necesario que el mundo fuera testigo de la Shoá122 para que la


comunidad internacional cambiara sus políticas y su actitud frente a la necesidad
de establecer mecanismos internacionales que permitieran afrontar tales
atrocidades. Sólo la magnitud de la devastación, la pérdida de millones de vidas,
los casos de inimaginables violaciones de derechos humanos como resultado de
la Segunda Guerra Mundial, impulsaron una revolución en el pensamiento y en la
acción internacional en materia de Derechos Humanos como nunca antes en la
historia se había visto.

En este contexto, se creó la Organización de las Naciones Unidas (ONU),


nutrida por diversas experiencias y corrientes de pensamiento cuya principal
finalidad era evitar la confrontación armada y preservar la humanidad y sus
derechos esenciales.

121
Convention for the Creation of an International Criminal Court, in League of Nations, Monthly Summary
of the League of Nations, XVII, 11 November 1937, 289-295.
122
Daniel Gater la denomina Shoá y no Holocausto, puesto que semánticamente, holocausto alude a un
ofrecimiento voluntario y ningún pueblo y menos el pueblo judío se ofreció voluntariamente a los alemanes.
Ver: Nazismo, Shoá y el Juicio de Nüremberg por Daniel Gater EN: Justicia Penal Internacional: Santiago
Corcuera y José Antonio Guevara, Universidad Iberoamericana, México, 2001, p. 36.
Las primeras organizaciones internacionales establecidas por los Estados,
tenían por objeto cooperar sobre cuestiones específicas. Por ejemplo: la Unión
Internacional de Telecomunicaciones, fundada en 1865 bajo la denominación de
Unión Telegráfica Internacional, y la Unión Postal Universal, creada 1874.
Actualmente, aún son organismos especializados de las Naciones Unidas.

En 1899 se celebró en La Haya la primera Conferencia Internacional de la


Paz con el objeto de elaborar instrumentos que permitieran resolver pacíficamente
las crisis, evitar la guerra y codificar normas de conducta en tiempo de guerra. La
Conferencia aprobó la Convención para el arreglo pacífico de los conflictos
internacionales y estableció la Corte Permanente de Arbitraje, que comenzó a
operar en 1902.

El precursor de las Naciones Unidas fue la Sociedad de las Naciones,


organización concebida en similares circunstancias durante la primera guerra
mundial y establecida en 1919, de conformidad con el Tratado de Versalles, "para
promover la cooperación internacional y conseguir la paz y la seguridad.”
También, en el marco del Tratado de Versalles, se creó la Organización
Internacional del Trabajo como organismo afiliado a la Sociedad de las Naciones.
La Sociedad de las Naciones cesó su actividad al no haber conseguido evitar la
segunda guerra mundial.

En 1945, representantes de 50 países se reunieron en San Francisco en la


Conferencia de las Naciones Unidas sobre Organización Internacional, para
redactar la Carta de las Naciones Unidas. Los delegados deliberaron sobre la
base de propuestas preparadas por los representantes de China, la Unión
Soviética, el Reino Unido, y los Estados Unidos; en Dumbarton Oaks, Estados
Unidos, entre agosto y octubre de 1944. La Carta fue firmada el 26 de junio de
1945 por los representantes de los 50 países. Polonia, que no estuvo
representada, la firmó mas tarde y se convirtió en uno de los 51 Estados Miembro
Fundadores.

Las Naciones Unidas empezaron a existir oficialmente el 24 de octubre de


1945, después de que la Carta fuera ratificada por China, Francia, la Unión
Soviética, Reino Unido, Estados Unidos y la mayoría de los demás signatarios. El
Día de las Naciones Unidas se celebra todos los años en esa fecha.

El nombre de "Naciones Unidas", fue acuñado por el Presidente de los


Estados Unidos Franklin D. Roosevelt, se utilizó por primera vez el 1 ° de enero de
1942, en plena segunda guerra mundial, cuando representantes de 26 naciones
aprobaron la "Declaración de las Naciones Unidas", en virtud de la cual sus
respectivos gobiernos se comprometían a seguir luchando juntos contra las
Potencias del eje.

Así mismo, se establecieron los Tribunales Militares Internacionales en


Nüremberg y Tokio para juzgar individuos responsables de crímenes
internacionales.

2.2.- La aportación de Nüremberg y Tokio desde una perspectiva histórica.

Los juicios de Nüremberg y de Tokio123 tuvieron fortalezas y graves


defectos como la retroactividad de la ley, los intereses políticos y, en general, la
cuestión denominada “justicia de los victoriosos.” Un aspecto interesante es el
relativo a los cuatro tipos de crímenes que fueron de competencia del Tribunal de
Nüremberg de acuerdo a su estatuto de 1945. En primer lugar, la conspiración fue
un problema desde el principio hasta el final. En segundo lugar, respecto a los
crímenes contra la paz se presentó la conflictiva situación de juzgar la conducta de
Hitler en el marco de las relaciones internacionales con otros Estados. Así, cabría
preguntarse cómo fue posible que la población alemana no se haya dado cuenta

123
Estuvo en funciones desde mayo de 1946 hasta noviembre de 1948.
de que vivía bajo un régimen criminal mientras los gobiernos de otros Estados
reconocían y respetaban al gobierno alemán.

En relación a la tercera y cuarta materia de competencia del Tribunal, es


decir, los crímenes de guerra y los crímenes de lesa humanidad, es conocido que
la forma cómo los jueces y fiscales trataron estos aspectos no fueron conformes in
strictu a los parámetros jurídicos que cualquiera hubiera deseado.

A pesar de las limitaciones mencionadas, los procesos judiciales que


concluyeron en octubre de 1946, introdujeron avances significativos. De este
modo, la jurisprudencia el Tribunal de Nüremberg y con posterioridad la del
Tribunal de Tokio establecieron en forma objetiva que la ley internacional se
aplica por igual a los individuos sin distinción en razón de jerarquía en la
estructura militar y por tanto no es posible alegar la obediencia debida en los
casos de crímenes internacionales. Asimismo, fueron rechazados in limine
argumentos basados en cuestiones de soberanía nacional y necesidad militar,
entre otros. Además, se estableció que los individuos podían ser responsables de
una “nueva categoría” de crímenes internacionales denominada “crímenes contra
la humanidad” que incluyeron asesinatos, exterminio y esclavitud. De este modo, a
pesar de las debilidades u obstáculos verificados en el ejercicio de la competencia
de ambos tribunales, su jurisprudencia constituye el inicio o el momento de
fundación, de la nueva práctica de justicia penal internacional.

El legado más valioso de los Tribunales de Nüremberg y Tokio, fue la


esperanza e inspiración que motiva el posterior desarrollo de la justicia penal
internacional y principalmente en el énfasis relativo a la necesidad de contar con
una corte penal permanente.

2.3.- La justicia penal internacional durante la Guerra Fría.


El nuevo orden de protección social internacional y del ser humano, surge y
se desarrolla en el marco de las Naciones Unidas. La posibilidad de hacer efectiva
la responsabilidad individual fue asumida como cuestión prioritaria en la agenda
de la ONU124. Para lograr este objetivo, se nombró un Comité sobre el Desarrollo
Progresivo del Derecho Internacional y su Codificación que recomendó el
desarrollo de un código criminal a cargo de una Comisión de Derecho
Internacional y destacó que la protección contra los crímenes internacionales
requería no sólo la adopción de un código de crímenes sino, fundamentalmente, la
creación de un tribunal internacional.

A partir de ese momento se concretaron varias decisiones a favor de la


protección de los seres humanos. Por ejemplo, en 1948 se adoptó la Declaración
Universal de Derechos Humanos que constituye un estándar común para toda la
humanidad, así como, la Convención para la Prevención y Sanción del Crimen de
Genocidio, que en su artículo VI establece que “Las personas acusadas de
genocidio o de uno cualquiera de los actos enumerados en el artículo III, serán
juzgadas por un tribunal competente del Estado en cuyo territorio el acto fue
cometido, o ante la corte penal internacional que sea competente respecto a
aquellas de las Partes contratantes que hayan reconocido su jurisdicción.” En
1949 se adoptaron los cuatro Convenios de Ginebra, que junto con los dos
Protocolos de 1977 constituyen el derecho humanitario convencional.

Considerando que no es posible que exista una codificación seria del


Derecho Penal Internacional, ni la aplicación efectiva de sanciones si no existe un
órgano jurisdiccional internacional, en el ámbito de la ONU se afirmó que el
establecimiento de una Corte Penal Internacional no sólo era deseable sino que
era una necesidad. De este modo, la ONU creó un Comité Especial encargado de
presentar propuestas concretas para la creación de un Tribunal Penal
Internacional.

124
Ver Resolución de la Asamblea General 177 (II) sobre los Principios establecidos en el Estatuto del
Tribunal de Nuremberg, 1947.
Sin embargo, es preciso reconocer que los avances en la protección
internacional de los Derechos Humanos, han estado condicionados por la
coyuntura y la voluntad política de los Estados, así como por la predisposición de
sus respectivos gobiernos a aceptar estar bajo el escrutinio de la comunidad
internacional. Por ello, el surgimiento de la Guerra Fría y las posturas de los
bloques contrarios a permitir cualquier limitación a sus soberanías, hicieron que
los esfuerzos para crear una Corte Penal Internacional no pudieran concretarse.

No obstante, factores como la creación y el desarrollo de sistemas


regionales de Derechos Humanos que cuentan con Cortes Internacionales y el
proceso de descolonización que permitió a la ONU una nueva conformación, que
la llevó a romper con el estancamiento en materia de derechos humanos en que
se encontraba durante los primeros años de la Guerra Fría, impulsaron el avance
de la protección internacional de los Derechos Humanos. De este modo durante
1965 y 1966 se adoptaron la Convención sobre Todas las Formas de
Discriminación Racial y los dos Pactos Internacionales sobre derechos civiles,
políticos, económicos, sociales y culturales así como el Primer Protocolo Opcional
al Pacto sobre Derechos Civiles y Políticos. En 1968, la Asamblea General adoptó
la Convención sobre la Imprescriptibilidad de los Crímenes de Guerra y de Lesa
Humanidad. En 1973, se adoptó la Convención para la Represión y Castigo del
Crimen de Apartheid que califica al apartheid como un crimen de lesa humanidad
y que establece en su artículo V que “las personas acusadas de los actos
enumerados en el artículo II de la presente Convención podrán ser juzgadas por
un tribunal competente de cualquier Estado Parte en la Convención que tenga
jurisdicción sobre esas personas, o por cualquier tribunal penal internacional
que sea competente respecto a los Estados Partes que hayan reconocido su
jurisdicción.” En 1974, la Asamblea General adoptó la Resolución 3314 que
aprobó por consenso una definición de Agresión y estableció que este crimen
debería ser considerado por una jurisdicción criminal internacional de carácter
permanente125.

Algunos hechos que ocurrieron fuera del ámbito de la ONU y que son
ilustrativos en el proceso de evolución del Derecho Penal Internacional, son los
pocos casos que pudieron ser sancionados para evitar la impunidad de los
responsables de crímenes internacionales. Al respecto, cabe recordar el caso My
Lai por el cual William Calley Jr. fue acusado del asesinato de más de cien
vietnamitas civiles ocurrido en 1968. Este proceso fue percibido como inmoral e
hipócrita frente a los traumas ocasionados por el conflicto en Vietnam. El fracaso
para llevar a cabo otros procesos contra los responsables de los crímenes
cometidos en Vietnam fue ampliamente condenado. Así, la necesidad de un
tribunal internacional competente para crímenes de guerra, se convirtió en un
problema de atención y preocupación mundial; y se reflejó, principalmente, en la
creación de numerosas organizaciones no gubernamentales e instituciones
especializadas dedicadas a promover el establecimiento de una jurisdicción penal
internacional permanente.

2.4.- La creación de los Tribunales Penales Internacionales Ad Hoc.

Tras eventos históricos como la caída del Muro de Berlín, donde la


Asamblea General de las Naciones Unidas solicitó a la Comisión de Derecho
Internacional que considerara la elaboración de un proyecto de Código de
Crímenes contra la Paz y la Seguridad de la Humanidad y la cuestión relativa al
establecimiento de una Corte Criminal Internacional y otros mecanismos penales
de carácter internacional; la conclusión de la Guerra Fría, donde se verificaron
otros factores que contribuirían a impulsar el proceso a favor del establecimiento
de jurisdicciones penales internacionales; la invasión de Irak a Kuwait, la
desintegración de la Ex Yugoslavia y el genocidio en Ruanda, se fueron tomando
medidas que fueron permitieron tomar acciones cada vez más cercanas, pero aún

125
Naciones Unidas Resolución 3314 (XXIX) “Definición de Agresión” 14 de diciembre de 1974.
insuficientes, para establecer un órgano penal internacional. De este modo, frente
a la invasión de Kuwait ejecutada por el líder iraquí Saddam Husseim, el Consejo
de Seguridad adoptó la Resolución 688, mediante la cual estableció que las
violaciones a los derechos humanos no pueden ser consideradas como un asunto
interno, y, en consecuencia, condenó al gobierno iraquí y declaró que tales abusos
constituían amenazas contra la paz y la seguridad internacional126.

Por otro lado, frente a las atrocidades cometidas en el proceso de


desintegración de la ex Yugoslavia, el Consejo de Seguridad, mediante la
Resolución 827, creó el Tribunal Penal Internacional Ad Hoc para la Ex
Yugoslavia127 que fue el primer tribunal penal internacional desde Nüremberg y
Tokio competente para juzgar las infracciones graves de los Convenios de
Ginebra de 1949, violaciones de las leyes y costumbres de la guerra, genocidio,
crímenes de lesa humanidad incluyendo, por primera vez, violencia sexual contra
las mujeres. Al año siguiente, el Consejo de Seguridad adoptó la Resolución 955 y
creó el Tribunal Penal Internacional Ad Hoc para Ruanda que ejerce una
competencia temporal y limitada a los hechos ocurridos entre el 1 de enero y el 31
de diciembre de 1994, año del genocidio ruandés.

La jurisprudencia de ambos tribunales ha contribuido significativamente al


desarrollo sustantivo del Derecho Internacional en general y en particular del
Derecho Penal Internacional y del derecho humanitario128. Ya que, entre otras
cuestiones relevantes en el caso Tadic, el Tribunal Penal Internacional para la Ex
Yugoslavia afirmó que “actualmente es norma establecida del Derecho
Internacional consuetudinario que los crímenes de lesa humanidad no exigen una
relación con conflictos armados internacionales. De hecho (...) según el Derecho

126
Naciones Unidas. Resolución del Consejo de Seguridad S/RES/688 (1991), 15 de octubre de 1990.
127
El nombre completo de este órgano es: Tribunal Internacional para el enjuiciamiento de los presuntos
responsables de violaciones graves del Derecho Internacional en el territorio de la Es Yugoslavia a partir de
1991. Ver: López Ugalde, Antonio “Los Tribunales Internacionales para la Ex Yugoslavia y Ruanda” EN:
Justicia Penal Internacional Universidad Iberoamericana, México, 2001.
128
Naciones Unidas. Normas Básicas de Humanidad. Informe del Secretario General presentado de
conformidad con la resolución 2000/69, E/CN.4/2001/91, 12 de enero del 2001.
Internacional consuetudinario es incluso posible que no haya relación entre los
crímenes de lesa humanidad y cualquier clase de conflicto”129.

Así, en la Apelación sobre Jurisdicción del caso Tadic, la Sala de Apelación


sostuvo que, en el ámbito internacional, cada tribunal constituye un sistema
autosuficiente (self-contained). Por lo que la jurisdicción está dada por el
"instrumento constitutivo" de cada tribunal, que no puede limitar sus funciones al
grado de perder su naturaleza jurisdiccional.130

La jurisprudencia del Tribunal para Ruanda (TPIR) también ha establecido


importantes precedentes, como sucedió en el primer caso de juzgamiento y
sanción de un jefe de Estado en el ámbito internacional con Jean Kambanda, ex
Primer Ministro de Ruanda, condenado por genocidio y crímenes de lesa
humanidad.

Sin embargo, el TPIR no ha tenido oportunidad de establecerse como un


sistema jurídico penal autosuficiente, dado que esta cuestión no ha sido materia
de impugnación alguna. En el único precedente131 en el cual se impugnó la
jurisdicción de esta instancia, los temas que formaron parte de la litis fueron:
violación a la soberanía de los Estados (incluida Ruanda), la competencia del
Consejo de Seguridad para establecer tribunales ad hoc, la primacía del TPIR
sobre las instancias judiciales nacionales en violación al principio de juez natural,
la competencia directa del tribunal sobre individuos en el ámbito internacional y la
independencia e imparcialidad de esta instancia judicial.132

129
Naciones Unidas. Normas Básicas de Humanidad. Informe del Secretario General presentado de
conformidad con la resolución 2000/69, E/CN.4/2001/91, 12 de enero del 2001, p. 11.
130 "In international law, every tribunal is a self-contained system (otherwise provided). This is incompatible
with a narrow concept of jurisdiction, which presupposes a certain division of labour. Of course, the
constitutive instrument of an international tribunal can limit some of its jurisdictional powers, but only to the
extent to which such limitation does not jeopardize its judicial character'..." (Prosecutor vs. Tadic, Case No.
IT-94-I-AR72, Decision on the Defence Motion for Interlocurory Appeal on Jurisdiction, 2 de octubre de
1995, parr. 11. Cit. por Dondé Matute, F. Javier: Derecho penal internacional; 1ª ed. Ed. Oxford, México,
D.F. 2008. p. 93.
131 Véase Prosecutor vs. Kanyabashi, Decision on the Defense Motion on Jurisdiction, Case No. ICTR-96-
15-T, 18 de junio de 1997. Cit. por Dondé Matute, F. Javier; op. cit. p. 94.
132 Ídem, párr. 7. Cit. por Dondé Matute, F. Javier; op. cit. p. 94.
Si bien estos temas son de gran importancia para justificar y legitimar el
TPIR, en ellos no se basa su naturaleza sistémica. Sin embargo, en virtud de que
la naturaleza jurídica de este tribunal es idéntica a la del TPIY133 y de que a lo
largo de la resolución sobre jurisdicción se hizo referencia al caso Tadic, es
posible conlcuir que los mismos criterios son aplicables a esta instancia judicial.

2.5.- La Corte Penal Internacional.

El contexto histórico colocó a la comunidad internacional frente a una


situación límite, dado que el mundo no puede pasar de una crisis de derechos
humanos a otra, disponiendo la creación de tribunales penales internacionales
para cada caso específico y sólo cuando la coyuntura política lo permita. Además,
por un lado está presente el hecho de que individuos nunca hayan sido juzgados
por genocidio, como Pol Pot en Camboya; tampoco fue posible juzgar a Augusto
Pinochet, autor del golpe militar en Chile en 1973 y presunto responsable de las
violaciones de Derechos Humanos cometidas en ese país; ni a Ariel Sharon,
actual primer ministro de Israel, como responsable de las masacres de Sabra y
Chatila.

En este contexto, se destacó que sólo podría lograrse un respeto genuino


por los Derechos Humanos, el Estado de Derecho y la erradicación de
atrocidades, como las descritas anteriormente, mediante el establecimiento de una
Corte Penal Internacional.

De este modo, en 1994, la Asamblea General dispuso la creación de un


Comité Ad Hoc encargado de revisar y estudiar el proyecto de estatuto elaborado
por la Comisión de Derecho Internacional para el establecimiento de una corte

133 El TPIR fue creado en virtud de la resolución del Consejo de Seguridad 955 (1994). Cit. por Dondé
Matute, F. Javier; op. cit. p. 94.
penal internacional134. El trabajo del Comité Ad Hoc permitió el establecimiento del
Comité Preparatorio en 1996 encargado de “discutir más profundamente los temas
sustantivos y administrativos principales que surgen del proyecto de estatuto
preparado por la Comisión de Derecho Internacional y, tomando en cuenta las
visiones diferentes expresadas durante las reuniones, los textos de borrador con
una visión de preparar un texto consolidado aceptable de un acuerdo para una
corte penal internacional como siguiente paso hacia su examen en una
conferencia de plenipotenciarios. El trabajo del Comité Preparatorio debería estar
basado en el proyecto de estatuto preparado por la Comisión de Derecho
Internacional y debería tomar en cuenta el informe del Comité Ad Hoc y a los
comentarios escritos presentados por los Estados. . . y si fuera apropiado,
contribuciones de organizaciones relevantes”135.

El apoyo que los Estados Miembros de la ONU dieron a esta iniciativa,


permitió la realización de la Conferencia de Plenipotenciarios para el
establecimiento de una Corte Penal Internacional136 que tuvo lugar en Roma,
Italia, del 15 de junio al 17 de julio de 1998. Luego de un intenso debate y
numerosas sesiones maratónicas durante cerca de un mes de negociaciones, el
Estatuto de la Corte Penal Internacional (también llamado el Estatuto de Roma)
fue aprobado por 120 votos a favor, 21 abstenciones y 7 votos en contra, el 17 de
julio de 1998. Entre los países que votaron contra el Estatuto estuvieron Estados
Unidos, China, Israel e Irak. Con acciones como esta, quedan claros los dobles
estándares de ciertos países; que se traducen en situaciones que se ven cada día
en todo el mundo y se pueden ejemplifican en “La fuerte hipocresía de Occidente y
de los países desarrollados consiste en vender armas a estos países -refiriéndose
a países que viven en conflicto- y luego exigirles el respeto a los derechos

134
Ver Resolución de la Asamblea General 49/52.
135
Naciones Unidas Resolución de la Asamblea General. A/RES/50/46, párrafo 2.
136
Naciones Unidas. Resolución de la Asamblea General 52/160 (1997), “Establecimiento de una Corte
Penal Internacional”, 15 de diciembre de 1997.
humanos”137, o en situaciones como el retraso de las “Grandes Naciones” en
cuotas a organismos internacionales y la renuencia de participar en otros acuerdos
internacionales.

La Corte Penal Internacional (CPI) es una institución permanente,


independiente y vinculada al sistema de las Naciones Unidas que está facultada
para ejercer su jurisdicción sobre personas respecto a los crímenes más graves de
trascendencia internacional como: genocidio, crímenes de lesa humanidad,
crímenes de guerra y agresión138 y tiene carácter complementario de las
jurisdicciones penales nacionales.

Hasta el 31 de diciembre del 2000, 139 Estados habían firmado el Estatuto


de Roma. El 11 de abril del 2002, se alcanzaron las 60 ratificaciones que
permitieron que dicho tratado entrara en vigor el 1 de julio del 2002.

La CPI cuenta con una ideología y finalidades propias, tal y como exige el
Dr. Jesús Silva Sánchez, quien según Jesús Barquín Sanz, “es uno de los
científicos del Derecho Penal más influyentes”139, que se pueden extraer del
Preámbulo del Estatuto y que, en resumen, consisten en preservar el frágil
mosaico cultural de los pueblos del mundo; buscar sancionar los crímenes que
"constituyen una amenaza para la paz, la seguridad y el bienestar de la
humanidad"; combatir la impunidad de estos crímenes mediante el fomento de las
medidas en el plano nacional y la cooperación internacional; y resguardar "los
Propósitos y Principios de la Carta de las Naciones Unidas", en particular "la
integridad territorial" y "la independencia política de cualquier Estado".140

137
Aguilera Portales, Rafael Enrique. “Concepto y fundamento de los derechos humanos (Implicaciones
político-jurídicas en el Constitucionalismo del Estado de Nuevo León). CECYTE, N.L. –CAEIP, Nuevo
León, México. 2010. P. 22.
138
Artículo 5 del Estatuto de la Corte Penal Internacional.
139
http://criminet.ugr.es/recpc/recpc_02-c2.html
140 Si la CPI es la mejor manera de conseguir estos fines y si los crímenes de su competencia en realidad
protegen estos valores, está sujeto a discusión. Lo importante, para efectos de lo aquí planteado, es que este
tribunal parte de una ideología propia (coincidente con la de la Carta de las Naciones Unidas) y persigue fines
determinados (y bastante concretos). Todo lo anterior ayuda a confirmar el alto grado evolutivo de este
sistema jurídico-penal. Cit. por Dondé Matute, F. Javier; op. cit. p. 96.
La Corte Penal Internacional inicia con éxito su actividad atendiendo los
casos de La República Democrática del Congo, Uganda y Sudán (junio de 2004),
enfrentando graves retos que atentan contra su existencia y afectan su operación,
condicionados por cuestiones de política internacional; como que los Estados
Unidos de Norteamérica, manifestaran su voluntad de desvincularse del Estatuto
de Roma (6 de mayo de 2002), además de iniciar una ofensiva de presión
económica y diplomática en contra de los países signantes y los que están por
adherirse al Estatuto, promulgaran en agosto de 2002, Ley de Protección a los
Soldados Estadounidenses: (“American Servicemembers’ Protection Act.” ASPA
por sus siglas en inglés), surgida como adición a la ley presupuestal de ese año;
amenazaran con vetar los acuerdos del Consejo de Seguridad de las Naciones
Unidas, relativos a la preservación del orden y paz internacional, pretextando que:
“la Corte Penal Internacional es un producto defectuoso” (Marc Grossman,
subsecretario para asuntos políticos de los EE.UU.) e impulsaran la celebración de
acuerdos bilaterales de inmunidad, señalando que esto lo posibilita el artículo 98
del Estatuto de Roma.

La presión política y económica que han ejercido los Estados Unidos de


Norteamérica en contra de la Corte Penal Internacional ha sido constante y
permanente, amenazando a los países con suprimir los apoyos económicos y de
asistencia militar, aplicando para ello lo establecido en la sección 2007 de la Ley
para la Protección de los Soldados Estadounidenses. Esta actitud es repudiada
por la mayoría de la comunidad internacional, resultando insuficiente ello para
disuadir a los Estados Unidos de Norteamérica en su interés de proteger a sus
fuerzas armadas y organizaciones al servicio del Estado. Por lo que considerar y
analizar por qué el país más poderoso del orbe, pretende substraerse a la
jurisdicción de la Corte Penal Internacional y convenir con los países un estado de
excepción y privilegio para sus connacionales en los asuntos competencia de la
Corte Penal Internacional, se convierte en un factor sumamente importante.
El breve análisis de la evolución de la justicia penal internacional que se ha
presentado, permite constatar que la constante de las conductas criminales en
contra de millones de personas es que no han sido sancionadas y que en la
historia de la humanidad, los derechos connaturales del hombre no habían sido
relevantes en el establecimiento de formas de relación internacional, por lo que la
sociedad mundial, al convenir la creación de una Corte Penal Internacional, da un
gran paso en el campo del Derecho Internacional Humanitario para el cuidado y
preservación de los derechos fundamentales del hombre; y en la certeza de
castigar a los individuos que atenten en su contra, por lo que a pesar de sus
deficiencias, imperfecciones y obstáculos surgidos o generados por quien o
quienes pretendan vivir en un estado de impunidad, la Corte Penal Internacional
constituye una esperanza factible de protección a las víctimas de crímenes
internacionales.

CAPÍTULO III.
LA CORTE PENAL INTERNACIONAL

3.1. El establecimiento de la Corte Penal Internacional.


La Conferencia Internacional sobre el establecimiento de la Corte Penal
Internacional fue inaugurada por el Secretario General de las Naciones Unidas,
Kofi Annan, el 15 de junio de 1998 en Roma.

Las dificultades jurídicas y políticas de fondo asociadas a un proyecto de


tanto alcance como el establecimiento de una Corte Penal Internacional ya habían
salido a la luz en el transcurso de los trabajos preparatorios de la Comisión de
Derecho Internacional y de las distintas comisiones constituidas por la Asamblea
General de las Naciones Unidas. Las negociaciones de Roma volvieron a estar
marcadas por considerables discrepancias con respecto a la plasmación concreta
del tribunal, resultando especialmente controvertida la cuestión de la competencia
y el alcance de la futura corte, en particular en la relación con la jurisdicción
nacional y con el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, así como la
concreción del deber de cooperación con el tribunal. Así las cosas, las consultas
cristalizaron en una pugna entre Estados con una óptica restrictiva del tribunal,
pendientes, antes que nada, de salvaguardar su soberanía, y el grupo de
aproximadamente sesenta "Estados concordes", que propugnaban un enfoque
extensivo de la competencia y funciones del tribunal. Sin perjuicio de los matices
nacionales, en la Conferencia de Roma se enfrentaron esencialmente dos
concepciones antagónicas:

a) Los Estados que, a pesar de una adhesión de principio al proyecto, se


mostraron escépticos; aspiraban al establecimiento de un tribunal de
carácter simbólico y más bien desprovisto de facultades concretas. Según
estos países, el tribunal sólo debía conocer de un asunto si los Estados
afectados o el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas daban su
consentimiento en el caso concreto. Otras propuestas consistían en
promover la creación de un "tribunal penal ad hoc permanente", que
dependiera principalmente del Consejo de Seguridad; o la presentación
reiterada de propuestas que incluían "salvaguardas", cuya finalidad era
excluir, en lo posible, la jurisdicción del tribunal para los nacionales del
propio Estado. En la misma dirección apuntaban numerosas propuestas
que pretendían supeditar la obligación de cooperar con el futuro tribunal
categóricamente a la potestad discrecional de los Estados afectados.

b) Por otro lado, los "Estados concordes", favorables al tribunal, propugnaban


una Corte Penal Internacional lo más eficaz, funcional e independiente
posible y por tanto dotada de mayor credibilidad. Estos Estados abogaban
porque, a partir de una delimitación inequívoca y obligatoria de la
competencia, la corte pudiera ejercer su jurisdicción siempre que las
instancias penales nacionales no estuvieran dispuestas, o no pudieran
realmente, investigar o enjuiciar un caso (principio de complementariedad).
Para tales supuestos se preconizaba un régimen de obligaciones de
cooperación con la Corte estrictamente definidas.

Debido a esto, en Roma se buscaron múltiples fórmulas de compromiso e


infinidad de cuestiones a detalle para el Estatuto. Al mismo tiempo, fue quedando
cada vez más patente que, a pesar de la voluntad general de hallar soluciones
consensuales, no sería posible alcanzar un acuerdo pleno sobre todas las partes
y, muy en particular, sobre las disposiciones relativas a la "competencia,
admisibilidad y derecho aplicable" contenidas en la Parte II del Estatuto,
absolutamente clave, desde el punto de vista sistemático.
El 16 de julio de 1998, durante el penúltimo día de la conferencia, la oficina
de la misma presentó, como texto de compromiso, un proyecto de estatuto íntegro
y cuidadosamente ponderado, al cual solamente opusieron propuestas de
modificación de gran alcance la India y los Estados Unidos de América.

La propuesta de la India tenía por objeto sustraer al Consejo de Seguridad


de las Naciones Unidas la posibilidad, reconocida en el proyecto, de remitir al
tribunal situaciones nacionales consideradas críticas para que procediera a su
investigación o poder optar por solicitar ante el tribunal el aplazamiento de
investigaciones por espacio de un año y que se incluyera en la lista de los
crímenes de guerra el uso de las armas nucleares y de otras armas de destrucción
masiva.

Las modificaciones propuestas por los Estados Unidos de América tenían


por objeto limitar de facto la jurisdicción regular del futuro tribunal exclusivamente
a aquellos casos en los cuales el Estado, del cual fuera nacional el presunto autor,
hubiera aceptado previamente la competencia del tribunal. El requisito de la
aceptación previa regiría por igual tanto para los Estados partes como para los no
partes en el Estatuto. Estas propuestas de modificación hubieran desvirtuado el
paquete de compromiso de la oficina de la Conferencia; y fueron desactivadas por
el acuerdo de la Conferencia de no realizar su examen.

En el pleno de clausura de la Conferencia de Roma los Estados Unidos de


América exigieron una votación no nominal del proyecto del Estatuto. El Estatuto
fue aprobado el 17 de julio de 1998, a las veintitrés horas, con el voto a favor de
120 Estados, 21 abstenciones y 7 votos en contra, entre ellos los Estados Unidos
de América, China e Israel, de acuerdo a sus propias declaraciones.

El Acta Final de la Conferencia Diplomática de Plenipotenciarios aprobada


tras la adopción del Estatuto contiene principalmente las siguientes resoluciones
de la Conferencia:

Resolución E, sobre la cuestión de la futura inclusión de los crímenes de


terrorismo y los relacionados con las drogas en la lista de crímenes de la
competencia de la Corte, habiéndose convenido que esta cuestión sea examinada
en la primera Conferencia de Revisión de los Estados Partes, para examinar las
enmiendas al Estatuto, la cual conforme al Artículo 123 del Estatuto será
convocada por el Secretario General de las Naciones Unidas siete años después
de la entrada en vigor del Estatuto;
Resolución F, por la cual se establece la Comisión Preparatoria de la Corte
Penal Internacional, encargada de elaborar con arreglo a un programa de trabajo
reglado, los necesarios instrumentos accesorios del Estatuto y desarrollar todos
los demás trabajos necesarios para la entrada en funcionamiento de la Corte.

3.2. Comisión Preparatoria de la Corte Penal Internacional y Asamblea de los Estados


Partes.

De conformidad con la Resolución 53/105 de la Asamblea General de las


Naciones Unidas, la Comisión Preparatoria de la Corte Penal Internacional fue
convocada el 16 de febrero de 1999 e inició inmediatamente sus trabajos. Con
arreglo al programa de trabajo contenido en la Resolución F, la Comisión debía
elaborar proyectos de medidas prácticas para el establecimiento de la Corte y para
que ésta entrase en funciones. En particular se abordaría sobre los proyectos de
texto siguientes: Reglas de procedimiento y prueba; Elementos de los Crímenes;
Acuerdos de relación entre la Corte y las Naciones Unidas; Principios básicos del
acuerdo relativo a la sede; Reglamento financiero y Reglamentación financiera
detallada; Acuerdo sobre los privilegios e inmunidades de la Corte; Presupuesto
para el primer ejercicio financiero y Reglamento de la Asamblea de los Estados
Partes. Estos proyectos debían estar terminados a más tardar en la fecha de la
entrada en vigor del Estatuto, para a continuación ser adoptados por la Asamblea
de los Estados Partes.

Los proyectos relativos a las Reglas de Procedimiento y Prueba y los


"Elementos de los Crímenes" fueron aprobados por la Comisión Preparatoria el 30
de junio de 2000, al cabo de un total de 14 semanas de negociaciones, tal y como
estaba previsto. Los proyectos sobre un acuerdo de relación entre la Corte y las
Naciones Unidas, el Reglamento Financiero y la Reglamentación Financiera
Detallada, el acuerdo sobre los privilegios e inmunidades de la Corte y el
reglamento de la Asamblea de los Estados Partes, fueron terminados al final de la
sesión de la Comisión Preparatoria en septiembre/octubre de 2001. En la novena
sesión, celebrada en abril de 2002, se terminaron las normas de aplicación de la
Reglamentación Financiera Detallada y los principios básicos del acuerdo relativo
a la sede de la Corte, que han de negociar la Corte y el país anfitrión. La décima y
última sesión de la Comisión Preparatoria, celebrada en julio de 2002, determinó
el presupuesto para el primer ejercicio financiero (septiembre de 2002 a diciembre
de 2003) y otros documentos relativos a cuestiones presupuestarias concretas y a
los preparativos de la primera Asamblea de los Estados Partes.

Así mismo, la Comisión Preparatoria trabaja en la formulación del tipo penal


de la agresión y las condiciones en que la Corte habrá de ejercer la competencia
con respecto a este crimen. Al no haber sido posible concluir esta labor, está
previsto que la lleve adelante un grupo de trabajo de la Asamblea de los Estados
Partes, que se encargaría de elaborar las propuestas, que serían examinadas por
la Asamblea con ocasión de la primera conferencia de revisión de los Estados
Partes. Después de la entrada en vigor del Estatuto de Roma, el 1 de julio de
2002, se convocó la primera Asamblea de los Estados Partes que se reunió del 3
al 10 de septiembre de 2002 en Nueva York y adoptó los instrumentos
complementarios elaborados por la Comisión Preparatoria, lo cual permitió iniciar,
a partir de mediados de septiembre de 2002, las tareas de estructuración efectiva
de la Corte en La Haya; los preparativos a este propósito corrieron a cargo de un
equipo que empezó a trabajar sobre el terreno en el verano de 2002.

3.3. Estructura.

El Estatuto de Roma de la Corte Penal Internacional, documento jurídico fundacional de la Corte


Penal Internacional, dispone que la Corte estará compuesta de 18 magistrados que serán elegidos entre
personas de alta consideración moral, imparcialidad e integridad con experiencia en Derecho y
Procedimientos Penales; y otras áreas del Derecho Internacional, tales como el Derecho Internacional
Humanitario y las normas de Derechos Humanos.

Para ser nominados, los magistrados deberán ser nacionales de Estados Partes del Estatuto de
Roma. Los candidatos podrán ser nominados a nivel nacional por sus gobiernos o por sus grupos nacionales,
un grupo de cuatro juristas que actúan como árbitros en la Corte Permanente de Arbitraje. Los magistrados
serán elegidos en votación secreta por la Asamblea de los Estados Partes (órgano que supervisará el trabajo
de la Corte) a partir de una lista de candidatos que tendrá en cuenta la necesidad de que en la composición
de la Corte haya representación de los principales sistemas jurídicos del mundo; distribución geográfica
equitativa; y representación equilibrada de magistrados mujeres y hombres.

La transparencia en los procesos de nominación y elección para contar con personas calificadas y
representativas tendrá un impacto directo en las percepciones generales sobre la neutralidad, la autoridad, la
eficacia y éxito de la Corte.

La Corte Penal Internacional se encuentra formada por cuatro órganos principales:

a) La Presidencia está compuesta por el Presidente, el Primer y el Segundo Vicepresidente, quienes


son electos por mayoría absoluta de los jueces por un término renovable de tres años. La presidencia
es responsable por la administración de la propia Corte, con excepción de la Oficina del Fiscal,
aunque la presidencia coordinará y observará la concurrencia del Fiscal en todos los asuntos de
mutuo interés. Actualmente el Juez Sang-Hyun Song (República de Corea) funge como Presidente,
mientras la Juez Sanju Mmasenono Monageng (Botswana) es la Primera Vicepresidente, y el Juez
Cuno Tarfusser (Italia) es Segundo Vicepresidenta de la Corte.

b) Las Cámaras, que se dividen de acuerdo a sus funciones en la Corte:

División de Apelaciones
División de Juicio
División de Pre-juicio

Cada División es responsable de llevar a cabo las funciones judiciales de la Corte. La División de
Apelaciones se compone por el Presidente y otros cuatro jueces, mientras que la División de Juicio y la de
Pre-juicio cuentan con no menos de seis jueces cada una. Estas dos últimas Divisiones se componen
predominantemente de jueces con experiencia en juicios criminales. Los jueces son asignados a estas
divisiones por un período de tres años y hasta el final de cualquier caso cuya audiencia haya comenzado.

c) La Oficina del Fiscal, cuyo propósito es conducir las investigaciones y persecución de crímenes
que caen dentro de la jurisdicción de la Corte que incluyen crímenes de genocidio, de lesa humanidad, de
guerra; y, una vez que los Estados hayan acordado una definición para el crimen de agresión, la Oficina podrá
investigar y perseguir este crimen. A través de las investigaciones y la persecución, la Oficina contribuirá a
terminar con la impunidad para los perpetradores de los más serios crímenes de interés para la comunidad
internacional en su conjunto, y así contribuirá también en su prevención. El Fiscal actual es el Sr. Luis Moreno
Ocampo quien entró en funciones el 16 de junio de 2003 y permanecerá durante 9 años.
d) La Secretaría es el órgano responsable de los aspectos no judiciales de la administración de la
Corte y de prestarle servicios de traducción, finanzas y personal, entre otros. La Secretaría es dirigida por un
Secretario elegido por los jueces para un período de 5 años y que ejercerá sus funciones bajo la autoridad del
Presidente de la Corte. Un Secretario Adjunto podrá ser elegido para servir si es requerido. El Secretario
también es responsable de establecer una Dependencia de Víctimas y Testigos dentro de la Secretaría. Esta
dependencia, en consulta con la Fiscalía, adoptará medidas de protección, dispositivos de seguridad, prestará
asesoramiento y otro tipo de asistencia a testigos y víctimas que comparezcan ante la Corte, y a otras
personas que estén en peligro en razón del testimonio prestado. Además, contará con personal especializado
para atender a las víctimas de traumas, incluidos los relacionados con delitos de violencia sexual.

La Corte está integrada por 18 Jueces que son elegidos a partir de dos
listas:

Lista A: Consiste en candidatos con gran competencia en Derecho Penal y


Procesal, así como la experiencia necesaria como juez, fiscal, abogado u
otra labor similar en procesos criminales
Lista B: Consiste en candidatos con gran competencia en áreas de
Derecho Internacional, tales como Derecho Humanitario Internacional y la
codificación de los Derechos Humanos, así como una extensa experiencia
legal profesional que sea de relevancia para el trabajo judicial de la Corte.

Los Jueces actuales fueron elegidos de la lista A y son los siguientes:

 Sang-Hyun Song (República de Corea)


 Sanji Mmasenono Monageng (Botswana)
 Cuno Tarfusser (Italia)
 Hans-Peter Kaul (Alemania)
 Akua Kuenyehia (Ghana)
 Erkki Kourula (Finlandia)
 Anita Ušacka (Latvia)
 Ekaterina Trendafilova (Bulgaria)
 Joyce Aluoch (Kenya)
 Christine van den Wyngaert (Bélgica)
 Silvia Alejandra Fernández de Gurmendi (Argentina)
 Kuniko Ozaki (Japón)
 Miriam Defensor-Santiago (Filipinas)
 Howard Morrison (Reino Unido)
 Anthony T. Carmona (Trinidad y Tobago)
 Olga Herrera Carbuccia (República Dominicana)
 Robert Fremr (República Checa)
 Chile Eboe-Osuji (Nigeria)

Mientras que los jueces:

Elizabeth Odio Benito (Costa Rica)


René Blattmann (Bolivia)
Fatoumata Dembele Diarra (Mali)
Sir Adrian Fulford (Reino Unido)
Sylvia Steiner (Brasil)
Bruno Cotte (Francia)

Siguen en función de sus cargos hasta que terminen los juicios que tienen en
proceso, obedeciendo al artículo 36 (10) del Estatuo de Roma.

3.4. Concepto.

La Corte Penal Internacional es la primera corte permanente que puede investigar y llevar ante la justicia a los
individuos, no a los Estados, responsables de cometer las violaciones más graves a los Derechos Humanos y
al Derecho Internacional Humanitario como son el genocidio, los crímenes de guerra y los crímenes de lesa
humanidad; y, tras la Asamblea de las Partes en la Revisión de la Conferencia del Estatuto de Roma llevada a
cabo en Kampala (Uganda), entre el 30 de junio y el 11 de mayo del 2010, se integrará la agresión una vez
que se cumplan las condiciones para el ejercicio de la jurisdicción de la CPI.

A diferencia de la Corte Interamericana que resuelve sobre el cumplimiento de las obligaciones de


los Estados Partes surgidos de la Convención Americana de Derechos Humanos, la Corte Penal Internacional
establecerá la responsabilidad penal individual; y, a diferencia de los Tribunales Penales Internacionales para
Ruanda y la Antigua Yugoslavia, creados por resolución del Consejo de Seguridad, su jurisdicción no es
cronológica o geográficamente limitada.

La Corte Penal Internacional complementa a los sistemas de justicia nacionales, actuando sólo
cuando los Estados no pueden o no tienen la voluntad de investigar o juzgar tales crímenes. De modo que la
responsabilidad primaria recaerá sobre los Estados. Como resultado y actuando en su mejor interés, los
Estados deben modernizar sus sistemas penales, tipificar crímenes internacionales y fortalecer la
independencia del poder judicial, lo que tendrá un efecto positivo en la protección de los Derechos Humanos a
escala mundial, al tiempo de asegurar la mejor cooperación entre los países y la Corte.

Finalmente, la Corte Penal Internacional no tiene facultades retroactivas, por lo que sólo aplica a
aquellos crímenes cometidos después del 1 de julio de 2002, fecha de entrada en vigor del Estatuto de Roma
de la Corte Penal Internacional.
3.5. Competencia de la Corte Penal Internacional.

Con la creación de la Corte Penal Internacional, la comunidad internacional


ha establecido un mecanismo permanente para investigar y sancionar las
conductas más graves que le afectan, revertir la impunidad y la experiencia de
violaciones graves y masivas que han caracterizado al siglo XX.

Sin embargo, dentro de la competencia material de la Corte Penal


Internacional, sólo algunas conductas podrían estar bajo su conocimiento. La
competencia de la Corte se encuentra claramente establecida por el artículo 5 del Estatuto de Roma, que se
refiere al crimen de genocidio, los crímenes de lesa humanidad, los crímenes de guerra y el crimen de
agresión, delitos sobre los que se considera conveniente abundar.

Es importante aclarar que en derecho penal internacional, no se incluyen


algunos aspectos que son comunes en el derecho penal interno, como son: sujeto
activo, sujeto pasivo, objeto material, bien jurídico tutelado, antijuridicidad o
culpabilidad. En el actus rea se trata el estudio de los elementos que conforman la
descripción típica. En el mens rea se estudia el estado mental del sujeto activo,
que en la mayoría de los crímenes internacionales requiere un elemento subjetivo
distinto al dolo, por lo que el estudio de esta particularidad se analizará en este
contexto.141

Los crímenes que conforman la competencia material de la Corte Penal


Internacional incluyen indefectiblemente elementos contextuales que se estudian
por separado de las conductas concretas, en virtud de las cuales se puede
cometer el crimen (medios comisitos). Aunque estos dos aspectos forman parte de
un mismo tipo criminal, el actus realmens rea se estudia por separado para los
elementos contextuales y para las conductas concretas.142 Aunque aún no se dan
las condiciones para que opere la jurisdicción de la CPI en el crimen de agresión,

141
Dondé Matute, F. Javier: Derecho penal internacional; 1ª ed. Ed. Oxford, México, D.F. 2008. p. 61.
142 Dondé Matute, F. Javier: op. cit., p. 62.
se ha definido como la planeación, preparación, inicio o ejecución de un acto
utilizando fuerzas armadas que un Estado lleva a cabo contra la soberanía,
integridad territorial o independencia política de otro Estado. Este crimen incluye,
entre otras acciones, las siguientes:
Invasión
Ocupación militar y la anexión mediante el uso de la fuerza
Bloqueo de puertos o costas, si es considerado por su carácter, gravedad y
escala, una violación manifiesta de la Carta de las Naciones Unidas.143

Se acordó que para que la CPI pueda ejercitar la jurisdicción sobre el crimen de agresión, el quórum
necesario para la toma de esta decisión será de las dos terceras de los Estados que forman parte del tratado
y que 30 de éstos se manifiesten en tal sentido en la reunión prevista para el 1 de enero del 2017.

3.5.1. Genocidio.

El crimen de genocidio lo definió por primera vez Rafael Lempkin 144 en el


libro Axis Rule in Occupied Europe, de 1944, basándose en una propuesta que
había hecho diez años antes y lo caracterizó145 como un plan coordinado que
busca la destrucción de las bases fundamentales de la vida de los grupos
atacados. Destrucción que implica, usualmente, la desintegración de las
instituciones políticas y sociales, de la cultura del pueblo, de su lenguaje y de su
religión. El rasgo fundamental del genocidio es que la destrucción del grupo es el
objetivo principal y que los ataques que sufren los individuos146 son efectuados

143
http://www.icc-
cpi.int/NetApp/App/MCMSTemplates/Index.aspx?NRMODE=Published&NRNODEGUID={D788E44D-
E292-46A1-89CC-
D03637A52766}&NRORIGINALURL=/Menus/ICC/About+the+Court/Frequently+asked+Questions/&NRC
ACHEHINT=Guest#id_9
144
“I took the liberty of inventing the word, "genocide." The term is from the Greek word genes meaning
tribe or race and the Latin cide meaning killing. Genocide tragically enough must take its place in the
dictionary of the future beside other tragic words like homicide and infanticide.” Lemkim, Raphael,
“Genocide - a Modern Crime”, en: Free World, Vol 4, April 1945. (htto://www.preventgenocide.org.)
145
“More often it refers to a coordinated plan aimed at destruction of the essential foundations of the life of
national groups so that these groups wither and die like plants that have suffered blight. The end may be
accomplished by the forced disintegration of political and social institutions, of the culture of the people, of
their language, their national feelings and their religion. It may be accomplished by wiping out all basis of
personal security, liberty, health and dignity.” Lemkim, Raphael, “Genocide...” (op. cit).
146
El extermino de los grupos elegidos busca “destruir al sujeto en tanto sujetos para si para quitarles esa
condición y escindidos en sujetos para sí... La lucha se desarrolla al interior de cada uno de los cuerpos de las
víctimas, buscando despojarlos de la capacidad de autocontrol sobre su propio cuerpo”146[1]. Bártolo
con esa finalidad, siendo denominados los mismos como efectos
“secundarios”147 del fin prioritariamente buscado.

La palabra está formada por el término griego genos, que significa raza,
nación o tribu, y el sufijo latino cide, que significa matar. Aunque en la Carta de
Nuremberg, de 1945, nunca se definió expresamente como crimen, en el acta de
acusación y en los discursos inaugurales del juicio de altos cargos nazis ante el
Tribunal Militar Internacional de Nuremberg se alude a él como crimen de lesa
humanidad.

La diferencia entre el genocidio y un crimen de lesa humanidad es que el


genocidio es cualquiera de una serie de actos cuya comisión tiene por objeto la
destrucción total o parcial de ciertos grupos de personas. Mientras que un crimen
de lesa humanidad puede contemplar acciones como la estirilización forzada, la
tortura y violaciones, entre otros.

El artículo 6 del Estatuto de Roma confiere a la Corte Penal Internacional


jurisdicción respecto del genocidio, tal como se define en el artículo II de la
Convención para la Prevención y Sanción del Delito de Genocidio, de 1948. Esta
definición se considera parte del Derecho Internacional consuetudinario, por lo que
es de obligado cumplimiento para todos los Estados, hayan ratificado o no la
Convención. Los estatutos de los tribunales penales internacionales para la ex
Yugoslavia y Ruanda utilizan la misma definición. Si se cometen con intención de
destruir total o parcialmente a un grupo nacional, étnico, racial o religioso, pueden
constituir genocidio los siguientes actos prohibidos:

1. Matanza de miembros del grupo.

Marcela y otros, “Hacia una periodización de un proceso genocida”, en: AA.VV, Cinco Estudios sobre
Genocidio, Buenos Aires, 1997, Editorial Ensayo.
147
“Genocide is directed against a national group as an entity and the attack on individuals is only secondary
to the annihilation of the national group to which they belong.” Lemkim, Raphael, “Genocide...” (op. cit.).
2. Lesión grave a la integridad física o mental de los miembros del
grupo.
3. Sometimiento intencional del grupo a condiciones de existencia que
hayan de acarrear su destrucción física, total o parcial.
4. Medidas destinadas a impedir nacimientos en el seno del grupo.
5. Traslado forzoso de niños del grupo a otro grupo.

El genocidio cultural, entendido como todos los actos cometidos con la


intención de impedir a los miembros de un grupo utilizar su idioma, practicar su
religión o realizar las actividades culturales propias del grupo, no está incluido en
la definición de genocidio utilizada en el Estatuto de Roma si no se cometen
ninguno de los cinco actos prohibidos, ni se comete con la intención requerida.
Asimismo, el ecocidio, definido como los actos cometidos con objeto de perturbar
o destruir el ecosistema de una zona particular, por ataques al medio ambiente
tampoco está incluido en la definición ni constituye genocidio si los ataques no son
causa de que se cometa, con la debida intención, ninguno de los cinco actos
prohibidos.

Por otra parte, aunque el genocidio no tiene una serie de elementos o


circunstancias necesarias para que se actualice este crimen, los elementos
mencionados en el párrafo inicial de este precepto pueden considerarse como
equivalentes a los elementos contextuales que se distinguen con mayor claridad
en los crímenes de lesa humanidad o en los crímenes de guerra. Sin embargo, la
intención de destruir a un grupo determinado, lo que se puede denominar
intención genocida, determina una circunstancia, aunque subjetiva, para que las
conductas señaladas en los incisos encuadre en este tipo criminal. Esto no
significa que dichas conductas no constituyan delitos u otros crímenes
internacionales; pero simplemente no se puede afirmar que se trate de
genocidio.148

148 Dondé Matute, F. Javier; op. cit. p. 62.


En otras palabras, las conductas descritas en la definición de genocidio del
Estatuto de Roma, sólo constituyen este crimen internacional cuando el sujeto
activo tiene el dolo especificado, y que dichas conductas obedecen a la finalidad
de destruir a un grupo humano determinado.

En la insólita sentencia sobre el caso Akayesu149, una sala de primera


instancia del Tribunal Penal Internacional para Ruanda sostuvo que cuando la
violación se utiliza como método de destrucción de un grupo protegido causando
lesiones físicas o mentales graves a sus miembros constituye genocidio.
Asimismo, explicó que la violación podía ser utilizada también para impedir los
nacimientos en el seno de un grupo. Por ejemplo, en las sociedades donde la
pertenencia a una etnia está determinada por la identidad del padre, violar a una
mujer para dejarla embarazada puede impedirle dar a luz a su hijo en el seno de
su propio grupo.

En este orden de ideas, se debe señalar que la definición de grupos


humanos no ha quedado del todo clara en derecho penal internacional. Ni el
Estatuto ni los Elementos de los Crímenes (ec o Elementos) los definen.
Solamente el TPIR, en el caso Prosecutor vs. Akayesu, 150 anteriormente
mencionado, estableció criterios para su contenido. Las definiciones aportadas por
este caso son las siguientes:

Grupo nacional: colectividad de personas que se percibe comparten


características legales, como ciudadanía; se incluye una relación de
derechos y obligaciones recíprocas entre la colectividad.

Grupo étnico: personas que comparten una lengua y rasgos culturales.

149
Sentencia "Jean AKAYESU" de 2 de septiembre de 1998, asunto TPIR-96-4-T (resumen); sentencia "Jean
KAMBANDA" de 4 de septiembre de 1998, asunto TPIR-97-23-S.
150 Prosecutor vs. Akayesu, Case No. ICTR -96- 4-T (Trial Chamber), 2 de septiembre de 1998, párrs. 512-
515. Cit. por Dondé Matute, F. Javier; op. cit. p. 63.
Grupo racial: colectivo que comparte rasgos físicos heredados
genéticamente; es común identificarlos con una región geográfica.

Grupo religioso: personas que comparten una religión, denominación


espiritual o credo.

Sin embargo, las características del grupo deben verificarse desde el punto
de vista del sujeto activo. Es decir, las características compartidas deben probarse
desde la perspectiva del autor del genocidio, de tal forma que se establezca que
éste identificó al grupo humano en cuestión. A la inversa, para determinar el
genocidio resulta irrelevante si las personas que pertenecen al grupo se identifican
entre sí.151

A continuación se exploran artículos del Estatuto de Roma152 en relación al


genocidio:

Artículo 25.3.b
Establece que todo el que ordene, proponga o induzca a alguien a cometer
genocidio (consumado o en grado de tentativa) es culpable del crimen.

Artículo 25.3.c
Dispone que quien sea cómplice o encubridor o colabore de algún modo en
la comisión o la tentativa de comisión de genocidio es culpable del crimen.

Artículo 25.3.e

151
Dondé Matute, F. Javier; op. cit. p. 63.
152
Estatuto de Roma de la Corte Penal Internacional, Aprobado el 17 de julio de 1998 por la Conferencia
Diplomática de Plenipotenciarios de las Naciones Unidas sobre el establecimiento de una Corte Penal
Internacional
(..) el hecho de que una persona «haga una instigación directa y pública a
que se cometa» genocidio.

Artículo 25.3.f
Estipula que quien intente cometer genocidio es culpable.

A diferencia de lo dispuesto en el artículo III de la Convención para la


Prevención y Sanción del Delito de Genocidio, en el Estatuto de Roma no se
define expresamente como delito la conspiración para cometer genocidio, el
artículo 23.3.d considera como tal una conducta muy similar.

El Estatuto de Roma no incluye los grupos sociales o políticos en la


definición de víctimas potenciales del genocidio. No obstante, muchos de los actos
cometidos contra miembros de tales grupos serían de la competencia de la Corte
en tanto que crímenes de lesa humanidad, si se cometieran de manera
generalizada o sistemática y de conformidad con la política de un Estado o una
organización, así serían considerados.

Basta con que el acusado haya intentado destruir a gran número de


miembros del grupo en una comunidad particular, como una ciudad o pueblo,
debido a la identidad del grupo para ser juzgado.

De esta manera, el término destrucción ha sido interpretado por el TPIR


como una eliminación física o biológica del grupo humano.153 La destrucción
puede ser total o parcial; esto significa que si bien es necesario que haya un
número considerable de víctimas, no es indispensable destruir a todo el grupo, ni
siquiera en una región determinada. Es más, la redacción del tipo criminal permite
concluir que no se trata de un crimen de resultado; es decir, no es necesario que

153
Prosecutor vs. Semanza, Case No. ICTR-97-20 (Trial Chamber), 15 de mayo de 2003, párr. 315. Cit. por
Dondé Matute, F. Javier; op. cit. p. 63.
se destruya parcialmente al grupo, sólo que se realicen las conductas indicadas
con esa intención.

Toda persona que haya cometido genocidio puede ser juzgada por ello,
cualquiera que sea su cargo. Es decir, que se considera culpable no sólo al jefe de
Estado o al ministro que haya planeado u ordenado el acto, sino también a quien
lo haya cometido, sea un simple soldado o un ciudadano. El artículo 33.3 dispone
expresamente que el hecho de haber actuado por orden de un superior no
constituye una circunstancia eximente legítima del crimen de genocidio.

Por otra parte, los elementos contextuales establecen un elemento típico


común a todos los medios comisivos del genocidio: "Que la conducta haya tenido
lugar en el contexto de una pauta manifiesta de conducta similar dirigida contra
ese grupo o haya podido por sí misma causar esa destrucción."154

Esta disposición afirma que no basta cometer una de las conductas


señaladas en el art. 6 del Estatuto de Roma con la intención genocida. Además,
se requiere que la conducta no se cometa de forma aislada sino acompañada de
otras conductas, realizadas por el mismo autor, que en su conjunto contengan la
intención genocida y en suma lleven a la comisión de un solo acto de genocidio.
La única excepción es cuando la conducta aislada sea por sí sola suficiente para
lograr, de forma realista, la destrucción del grupo humano.155

A continuación, haré una breve semblanza de los actos considerados por el


artículo 6 del Estatuto de Roma, como actos genocidas:

Matanza de miembros del grupo.


A pesar de que el término "matanza" implica la muerte de un número
considerable de personas, los ec explican que es posible cometer genocidio al

154
Dondé Matute, F. Javier; op. cit. p. 63.
155 En este sentido, véase Gerhard Werle, Principies of International Criminal Law, La Haya, T.M.C. Asser
Press, 2005, pp. 212-213. Cit. por Dondé Matute, F. Javier; op. cit. p. 64.
causar la muerte de una sola persona, siempre y cuando pertenezca al grupo que
sufre el genocidio.156

Lesión grave a la integridad física o mental de los miembros del grupo.


Esta hipótesis implica un gran número de conductas que pudieran causar
una "lesión grave". En los Elementos de los crímenes (aunque en un pie de
página) se incluyen "torturas, violaciones, violencia sexual u otros actos
inhumanos o degradantes", como ejemplos de actos que sin duda causan este tipo
de lesiones.

La jurisprudencia de los tribunales ad hoc ha señalado que el autor debe


tener la intención de causar las lesiones, las cuales se pueden cometer por
omisión.157 Asimismo, aunque no es necesario que el daño causado sea
permanente e irreversible, debe ser lo suficientemente grave para impedir a la
persona llevar una vida normal por un periodo considerable.158

Sometimiento intencional del grupo a condiciones de existencia que hayan


de acarrear su destrucción física, total o parcial.

En este supuesto, los ec también aportan ejemplos de prácticas que


pueden acarrear la destrucción de un grupo humano. En un pie de página se
señalan como ejemplos "privar a esas personas de los recursos indispensables
para la supervivencia, como alimentos o servicios médicos, o de expulsarlos en
forma sistemática de sus hogares".

Estos ejemplos tienen su origen en la jurisprudencia del TPIR, el cual


además ha manifestado que las prácticas que entran en este supuesto normativo
pueden ser cualesquiera que impliquen la muerte lenta de los miembros del grupo

156
Dondé Matute, F. Javier; op. cit. p. 64.
157 Véase Akayesu, op. cit. 1, párrs. 505-506. Cit. por Dondé Matute, F. Javier; op. cit. p. 65.
158 Véase Prosecutor vs. Krstic, Case No. IT-98-33 (Trial Chamber), 2 de agosto de 2001, párr. 513. Cit. por
Dondé Matute, F. Javier; op. cit. p. 65.
humano. En consecuencia, es necesario que la práctica de sometimiento se
efectúe durante un tiempo prolongado, precisamente con la finalidad de destruir al
grupo humano en el largo plazo.159

Medidas destinadas a impedir nacimientos en el seno del grupo.


Estas medidas incluyen, según la jurisprudencia del TPIR, una gran
cantidad de conductas como la mutilación de órganos reproductivos, la
esterilización, el control natal obligatorio, la segregación sexual y la prohibición de
matrimonios. Incluso, la violación puede tener la finalidad de impedir nacimientos
en un grupo, en el supuesto de que en una sociedad se entienda que el nacido
pertenece al grupo humano del padre, con lo cual se impide que la madre violada
se reproduzca dentro del grupo; de igual manera, cuando se sabe que la mujer
violada se rehusará a procrear como consecuencia de la violación, creando un
impedimento psicológico.160

Traslado por la fuerza de niños del grupo a otro grupo.


En este supuesto, los ec precisan que las personas trasladadas deben ser
menores de 18 años de edad. Asimismo, el traslado habrá de realizarse de un
grupo a otro, lo cual significa que el grupo que reciba al niño también será un
grupo nacional, étnico, racial o religioso y no puede ser de otra índole.

Esta práctica busca como resultado que el niño crezca en un ambiente


distinto del de su grupo de origen. Al adquirir los hábitos, costumbres, lengua y
cultura en general del grupo en el cual es insertado, pierde así su identidad como
miembro del grupo al que originalmente pertenecía.

3.5.2. Crímenes de Lesa Humanidad.

159 Véase Prosecutor vs. Kayishema and Ruzindana, Case No. ICTR-95-1-T (Trial Chamber), 21 de mayo de
1999, párrs. 115-116 y 548. Cit. por Dondé Matute, F. Javier; op. cit. p. 65.
160 Véase Akayesu, op. cit. 1, párrs. 507-508. Cit. por Dondé Matute, F. Javier; op. cit. p. 65.
De acuerdo al preámbulo del Estatuto de Roma (cuarto párrafo), todos los
delitos que regula son de los más graves que puedan existir. Por ello se justifica
una respuesta de la comunidad internacional.

Según Amnistía Internacional, el concepto data de mediados del siglo XIX y


un listado de dichos crímenes se elaboró al final de la Primera Guerra Mundial.161

Pero es recién con la creación del Tribunal Penal Militar Internacional de


Nuremberg que se considera en su Carta de creación en el artículo 6,c), y los
enumera:

“El asesinato, la exterminación, la esclavitud, la deportación u otros actos


inhumanos cometidos contra cualquier población civil, antes o durante la
guerra, o la persecución por motivos políticos, raciales o religiosos para
cometer cualquier crimen que sea de la competencia del tribunal o en
relación con ese crimen, implique o no el acto una violación del derecho
interno del país donde se haya cometido.”162

De esta manera, el Derecho brindaba una respuesta a la “desmesura de


estos crímenes” que habían superado las previsiones de cualquier legislador
común. Por eso se sostiene que:

“El derecho de Nuremberg es fruto de una necesidad. Ante el desarrollo del


fenómeno criminal nazi, políticos y juristas tomaron conciencia de la
necesidad de colmar urgentemente el vacío jurídico en el campo de la
protección de las minorías nacionales en tiempos de paz. Hasta entonces,
un Estado podía reprimir y matar a sus ciudadanos sin estar limitado por
una obligación internacional, y además no existía ninguna ley que otro

161
Amnistía Internacional. Corte Penal Internacional. Folleto 4. Enjuiciamientos por de lesa humanidad.
Índice AI: IOR 40/05/00/s, noviembre del 2000.
162
Citado por Roberge. Marie-Claude. .Jurisdicción de los Tribunales Ad Hoc para ex Yugoslavia y Ruanda
por lo que respecta a los de lesa humanidad y genocidio. EN: Revista Internacional de la Cruz Roja Nº 14, 1
de noviembre de 1997, pág. 696.
Estado pudiera invocar para justificar una intervención humanitaria. Desde
el principio de la guerra, esta impunidad resultó escandalosa”163.

Los crímenes contra la humanidad, poco tiempo después, fueron


incorporados como parte de los Principios de Derecho Internacional reconocidos
por el Estatuto y por las sentencias del Tribunal de Nuremberg, aprobados por la
Comisión de Derecho Internacional en 1950 y presentados a la Asamblea General
de las Naciones Unidas164.

Este avance normativo se retoma recién 43 años después con la creación


de los Tribunales Penales Internacionales para la Ex Yugoslavia y para Ruanda.

En el primer caso, en el artículo 5°165, y en el artículo 3° en el segundo


caso166, en términos similares, que se explicarán más adelante.

163
Ternon, Yves. El Estado criminal. Los genocidios en el siglo XX. Barcelona, Ediciones Península, 1995,
pág. 26.
164
Principio VI, C).
165
contra la humanidad
El Tribunal Internacional estará habilitado para juzgar a los presuntos responsables de los siguientes cuando
éstos han sido cometidos en el curso de un conflicto armado, de carácter internacional o interno, y dirigidos
contra cualquier población civil:
a)Asesinato;
b) Exterminación;
c)Reducción a la servidumbre;
d) Expulsión;
a) Ataque a una población civil
e) Encarcelamiento;
f) Tortura;
g) Violaciones;
h) Persecuciones por motivos políticos, raciales o religiosos;
i) Otros actos inhumanos.
166
contra la humanidad
El Tribunal Internacional para Ruanda está habilitado para juzgar a los presuntos responsables de los
siguientes cuando éstos han sido cometidos en el curso de un ataque generalizado y sistemático, y
dirigidos contra cualquier población civil en razón de su nacionalidad o pertenencia a un grupo político,
étnico, racial o religioso:
a) Asesinato;
b) Exterminación;
c) Reducción a la servidumbre;
d) Expulsión;
e) Encarcelamiento;
f) Tortura;
g) Violaciones;
h) Persecuciones por motivos políticos, raciales o religiosos;
El Proyecto de Código de crímenes contra la paz y la seguridad de la
humanidad de 1996, estableció en su artículo 18 cuáles eran estos crímenes167.

El Estatuto de Roma ha codificado los crímenes de lesa humanidad y


establecido definiciones que facilitan y precisan qué características tienen las
conductas mencionadas.

Así, de conformidad con el art. 7 del Estatuto de la CPI, para que una
conducta sea considerada crimen de lesa humanidad es necesario que los actos
señalados se cometan "como parte de un ataque generalizado o sistemático
contra una población civil y con conocimiento de dicho ataque".168

Características de los crímenes de lesa humanidad


(Art. 7 del Estatuto de Roma)

El concepto de crimen de lesa humanidad se asocia a que se practique con


los siguientes elementos contextuales son los siguientes:

a) Ataque generalizado;
b) Ataque sistemático;

i) Otros actos inhumanos.


167
“Por crimen contra la humanidad se entiende la comisión sistemática o en gran escala e instigada o dirigida
por un gobierno o por una organización política o grupo de cualquiera de los actos siguientes:
a) Asesinato;
b) Exterminio;
c) Tortura;
d) Sujeción a esclavitud;
e) Persecución por motivos políticos, religiosos o étnicos;
f) Discriminación institucionalizada por motivos raciales, étnicos o religiosos que suponga la violación de los
derechos y libertades fundamentales y entrañe graves desventajas para una parte de la población;
g) Deportación o traslado forzoso de poblaciones, con carácter arbitrario;
h) Encarcelamiento arbitrario;
i) Desaparición forzada de personas;
j) Violación, prostitución forzosa y otras formas de abuso sexual;
k) Otros actos inhumanos que menoscaben gravemente la integridad física o mental, la salud o la dignidad
humana, como la mutilación y las lesiones graves.”
168
Dondé Matute, F. Javier; op. cit. p. 65.
c) Población civil;
d) Con conocimiento de dicho ataque.169

Así ha sido reconocido en el caso de los hechos previstos en el artículo 6,


c) del Estatuto de Nuremberg, (si bien no fueron efectivamente juzgados bajo ese
artículo).

Estos rasgos pertenecen al concepto que doctrinalmente se ha atribuido a


esta categoría de crímenes.

El propio Estatuto de Roma ha establecido lo que significa “ataque contra


una población civil.” Prescribe el art. 7, párrafo 2, inciso a):

“(...) se entenderá una línea de conducta que implique la comisión múltiple


de actos mencionados en el párrafo 1 contra una población civil, de
conformidad con la política de un Estado o de una organización de cometer
esos actos o para promover esa política.”

Es decir, no se trata de cualquier acto, sino algunos de los detallados en las


once conductas que se consideran crímenes de lesa humanidad y que además se
realizan de manera plural. Otra característica dentro del concepto del ataque es
que son actos de acuerdo con la política de un Estado o de una organización. Aquí
el Estatuto define que los crímenes de lesa humanidad no son cometidos en forma
exclusiva por los funcionarios o autoridades del Estado sino que pueden ser
cometidos por agentes no estatales si forman parte de una organización. Dicho de
otra manera, el Estatuto amplía el concepto más tradicional del Derecho
Internacional de los Derechos Humanos al contemplar como supuesto de estos
crímenes a agentes no estatales.

169
Cfr. Dondé Matute, F. Javier; op. cit. p. 65.
Es importante tener presente esta definición de ataque contra una población
civil, no sólo porque constituye la base de la cual partirán los operadores del
Estatuto de Roma sino porque, como se verá, diluye la diferencia entre ataque
generalizado y ataque sistemático.

Con este término se da a entender que el ataque debe estar dirigido hacia
una población no militar.170 Históricamente, esta afirmación goza de sustento, ya
que el crimen de lesa humanidad surgió como una respuesta a las limitantes que
se encontraron en la definición de crímenes de guerra, que de entrada excluía
cualquier ataque hacia la población del mismo origen nacional.171 La experiencia
de la Segunda Guerra Mundial evidenció los límites de esta interpretación.

Todavía hasta el Estatuto del TPIY, se habían mantenido ligados los


crímenes de lesa humanidad y los conflictos armados; no obstante, dicha relación
ha perdido sustento y se ha eliminado por completo. Si bien es cierto que el
Estatuto del TPIY menciona que debe haber conexidad entre los crímenes de lesa
humanidad y un conflicto armado internacional o no internacional, se ha
argumentado que esta "limitación no es decisiva puesto que su propia jurisdicción
va ligada a la existencia de un conflicto armado".172 Este argumento se sustenta
en la propia jurisprudencia del TRIY, la cual sostiene que no es necesario que el
crimen se dé en el contexto de un conflicto armado;173 y, lo que es más, este
requerimiento se introdujo exclusivamente para ser aplicado en la crisis que juzgó
dicho tribunal.174 Por ello en ningún otro instrumento o tratado internacional como
el Estatuto del TPIR (art. 3), el PCCPSH y el Estatuto de la CPI, se incluye dicho
nexo con el conflicto armado.

170
Véase Elementos de los crímenes, art. 7, párr. 3. Cit. por Dondé Matute, F. Javier; op. cit. p. 67.
171 Véase Tadic Judgement, op. cit. 11, párr. 635. Cit. por Dondé Matute, F. Javier; op. cit. p. 67.
172 Alicia Gil Gil, El genocidio y otros crímenes internacionales, Alzira-Valencia, Centro Francisco Tomás y
Valiente, 1999, p. 118. Cit. por Dondé Matute, F. Javier; op. cit. p. 68.
173 Véase Decisión on the Defence Motion for Interlocutory Appeal on furisdiction (Tadic), IT-94-1-AR72, 2
de octubre de 1995, párr. 141. Cit. por Dondé Matute, F. Javier; op. cit. p. 68.
174 Véase Tadic, op. cit. 11, párr. 627. Cit. por Dondé Matute, F. Javier; op. cit. p. 68.
Asimismo, en los Elementos de los crímenes se afirma que no es necesario
que un "ataque contra una población civil" vaya dirigido con independencia del
contexto de un ataque militar, lo cual refuerza la idea de que los crímenes de lesa
humanidad se desvinculan de un conflicto armado .175 En otras palabras, el término
civil en esta frase debe entenderse tanto en el contexto de guerra como en el de
paz.176 Lo único que se requiere es que la población en contra de la cual se dirige
el ataque sea "de naturaleza predominantemente civil".177

Por último, el término población excluye conductas aisladas, no colectivas,


las cuales serán competencia de los tribunales nacionales.178 En este mismo
sentido, no deben entenderse como actos particulares sino como parte de un
patrón de conducta. De esta forma, la víctima de un crimen de lesa humanidad
sufrirá el ataque dentro del contexto de su pertenencia a un grupo en particular, no
por sus características individuales.179 Esto no quiere decir que una conducta
enumerada como crimen de lesa humanidad no pueda entrar en esta categoría,
sino que debe estar vinculada al contexto que describe el preámbulo del art. 7 del
Estatuto de la CPI.180

Población civil es, en general, aquella que no toma parte en las hostilidades
en un conflicto armado, ya sea internacional o no internacional. Así también, el
Protocolo Adicional a los Convenios de Ginebra de 1949, precisa en el art. 50, el
concepto de población civil:

“Artículo 50
Definición de personas y de población civil
1. Es persona civil cualquiera que no pertenezca a una de las categorías de
personas a que se refieren el artículo 4, A.1), 2), 3), y 6), del III Convenio, y

175 Véase Elementos de los crímenes, art. 7, párr. 3. Cit. por Dondé Matute, F. Javier; op. cit. p. 68.
176 Véase Kayishema and Ruzindana, op. cit. 10, párr. 127. Cit. por Dondé Matute, F. Javier; op. cit. p. 68.
177 Tadic; op. cit. 11; párr. 638. Cit. por Dondé Matute, F. Javier; op. cit. p. 68.
178 Véase Prosecutor v. Bagilishema, Case No. ICTR-95-1A-T (Trial Chamber), 7 de junio de 2001, párr. 80.
Cit. por Dondé Matute, F. Javier; op. cit. p. 68.
179 Tadic; op. cit. 10, párr. 646. Cit. por Dondé Matute, F. Javier; op. cit. p. 68.
180 Ibídem, párr. 649. Cit. por Dondé Matute, F. Javier; op. cit. p. 68.
el artículo 43 del presente Protocolo. En caso de duda acerca de la
condición de una persona, se considerará como civil.
2. La población civil comprende a todas las personas civiles.
3. La presencia entre la población de personas cuya condición no responda
a la definición de persona civil no priva a esa población de su calidad de
civil.”

Las categorías mencionadas en el artículo 4 del Convenio III se refieren a


los miembros de las fuerzas armadas de una Parte en conflicto, incluyendo a las
milicias y cuerpos de voluntarios que forman parte de estas fuerzas armadas; los
miembros de otras milicias y cuerpos de voluntarios pertenecientes a una de las
Partes en conflicto, cumpliendo ciertos requisitos; los miembros de las fuerzas
armadas regulares que sigan las instrucciones de un Gobierno o de una autoridad
no reconocidos por la Potencia detenedora y, la población de un territorio no
ocupado que, al acercarse el enemigo, tome espontáneamente las armas para
combatir contra las tropas invasoras, sin disponer de tiempo para constituirse en
fuerzas armadas regulares, con ciertos requisitos.

Dicho de otra manera, todas las personas mencionadas en el párrafo


anterior no son parte de la población civil.

El segundo componente de los crímenes de lesa humanidad es el tipo de


ataque o actos contra la población civil. Así, el Informe de la Comisión de
Esclarecimiento Histórico de Guatemala para considerarlos tales, debían ser actos
sistemáticos o generalizados, dirigidos contra una colectividad y no contra
individuos considerados en forma aislada. De allí que se trate de una conducta de
“naturaleza colectiva” y no de una conducta individual181.

181
Comisión de Esclarecimiento Histórico. Guatemala. Memoria del Silencio. Tomo II, párrafos 1710 y 1711,
pág. 314.
De esta forma, el Estatuto de Roma, tal y como lo han hecho otros
instrumentos internacionales, presenta una disyuntiva entre ataques sistemáticos y
generalizados. En el PCCPSH se usa el término "gran escala", lo cual significa
que el ataque debe estar dirigido hacia una multitud de personas, es decir, se
excluyen actos aislados dirigidos a una sola víctima.

Este requerimiento no ha trascendido a otros ordenamientos jurídicos y a su


interpretación. De inicio, el término "gran escala" ha sido reemplazado más
recientemente por el término "generalizado", que aparece en el art. 3 del Estatuto
del Tribunal para Ruanda y en el correlativo 7 del Estatuto de la Corte Penal
Internacional; más no en el Estatuto del Tribunal para la antigua Yugoslavia. En
este sentido, el TPIR ha sustentado que por "generalizado" debe entenderse algo
"masivo, frecuente, acción en gran escala, llevada a cabo de manera colectiva con
seriedad considerable y dirigida a una multiplicidad de víctimas".182

Por lo que respecta, al ataque sistemático es la conducta que se lleva a


cabo conforme a una política o plan preconcebido, cuya implementación resulta de
la comisión repetida o la continuación de dichas conductas. En este sentido, por
"sistemático" el TPIR ha entendido "exhaustivamente organizado y siguiendo un
patrón regular con base en una política común involucrando una cantidad
sustancial de recursos públicos o privados. Esto no implica que la política sea
adoptada formalmente como una política de Estado".183

En términos del TPIR, los crímenes de lesa humanidad deben ser


cometidos persiguiendo una acción o política de Estado, y aunque no queda claro
con la simple lectura del Estatuto, siguiendo el PCCPSH, estos crímenes deben
ser instigados o dirigidos por un gobierno, organización o grupo.184 Con

182 Akayesu, op. cit. 1, párr. 580. (Trad. del autor.) Cit. por Dondé Matute, F. Javier; op. cit. p. 67.
183 Ídem. (Trad. del autor.) Cit. por Dondé Matute, F. Javier; op. cit. p. 67.
184 Véase Kayishema and Ruzíndana, ICTR-95-1-T, 11 de abril de 1997, párr. 125. Cit. por Dondé Matute,
F. Javier; op. cit. p. 67.
independencia de su naturaleza, el único requisito necesario es que la entidad
tenga un control de piso sobre el territorio en el cual se realiza la conducta.185

Como último requerimiento normativo, llamado cláusula de intencionalidad,


el Estatuto establece la necesidad de que dicho ataque sea realizado con
conocimiento del contexto. Es decir, se debe conocer que la conducta es parte de
un ataque sistemático o generalizado en contra de una población civil, y no por
razones personales.186

El proyecto de los Elementos del crimen del Estatuto de Roma, ayuda a


precisar que el elemento del conocimiento del ataque no significa que el autor
“tuviera conocimiento de todas las características del ataque ni de los detalles
precisos del plan o la política del Estado o la organización”187.

Añade la propuesta de elementos del crimen que no necesariamente dichos


actos constituyen un ataque militar. Así mismo, “la política... de cometer esos
actos” supone que el Estado o la organización promuevan o aliente activamente
un ataque de tal característica contra una población civil. Incluso esa política se
efectuaría mediante la acción del Estado o de una organización. En casos
excepcionales, la omisión deliberada de actuar puede significar alentar un ataque
de ese tipo.188

En este aspecto, la propuesta a discutirse en la Asamblea de Estados


Partes introduciría precisiones que ampliarían el marco de definición de una
conducta como delito de lesa humanidad, pues no exigiría que el “ataque” se limite
a una agresión militar.

185 Véase Tadic Judgement, IT-94-1, 7 de mayo de 1997, párr. 654. Cit. por Dondé Matute, F. Javier; op. cit.
p. 67.
186 Ibídem, párr. 656. Cit. por Dondé Matute, F. Javier; op. cit. p. 68.
187
Comisión Preparatoria de la Corte Penal Internacional. Informe de la Comisión Preparatoria de la Corte
Penal Internacional. Documento ONU PCNICC/2000/INF/3/Add.2 de 6 de julio de 2000, pág. 10.
188
Comisión Preparatoria de la Corte Penal Internacional. Ibid, nota 6, pág. 10
En relación con los elementos subjetivos del tipo, se ha cuestionado si es
necesario que haya un elemento de discriminación para actualizar este tipo penal.
Al parecer, esto dependerá de la definición típica. Así lo sostuvo el TPIY, el cual
reconoció que, aun cuando en la resolución de Apelación de Tadíc no consideró
este elemento como indispensable, esto se debió únicamente a la redacción de la
descripción típica.189

Sin embargo, el art. 5 del Estatuto del TPIR menciona que el ataque debe
ser dirigido "en razón de [la] nacionalidad o permanencia a un grupo político,
étnico, racial o religioso [de la población civil]"; por lo que en este caso concreto, el
elemento se vuelve necesario.190

La resolución de referencia del TPIY sustenta que, independientemente de


las afirmaciones contenidas en el Reporte del Secretario General relativas al párr.
2 de la Resolución del Consejo de Seguridad 808, no hay fundamento en el
derecho consuetudinario internacional para apartarse del requerimiento de
discriminación de la definición de crimen de lesa humanidad.191

Sin embargo, la jurisprudencia más reciente del TPIR ha señalado que el


elemento discriminatorio ya no es necesario para realizar todas las conductas que
constituyan crímenes de lesa humanidad, sino que es un elemento subjetivo único
para la persecución.192

En el Estatuto de Roma no se incluyó textualmente este elemento, tampoco


en los EC. Por tanto, la CPI determinará si dicho elemento subsiste de forma
jurisprudencial. Esto implicaría aceptar que la intención de discriminar tiene ya un
sustento en alguna otra fuente de derecho aplicable por la CPI, de conformidad

189
Dondé Matute, F. Javier; op. cit. p. 69.
190 Véase Rutaganda, ICTR 93-3, párrs. 75-76. Cit. por Dondé Matute, F. Javier; op. cit. p. 69.
191 Véase Tadic Appeal, IT-94-1, 15 de julio de 1999, párrs. 247-305. Cit. por Dondé Matute, F. Javier; op.
cit. p. 69.
192 Véase Prosecutor vs. Akayesu, Case No. ICTR-96-4-A (Appeals Chamber), 1 de junio de 2001, párrs.
447-469. Cit. por Dondé Matute, F. Javier; op. cit. p. 69.
con el art. 21(1) (b) del Estatuto, posiblemente como un principio o norma de
derecho internacional.193

Figuras o modalidades de los crímenes de lesa humanidad

Los crímenes de lesa humanidad son una relación no taxativa de once


conductas (art. 7.1 del Estatuto de Roma):

a) Asesinato;
b) Exterminio;
c) Esclavitud;
d) Deportación o traslado forzoso de población;
e) Encarcelación u otra privación grave de la libertad física en violación de
normas fundamentales de Derecho Internacional;
f) Tortura;
g) Violación, esclavitud sexual, prostitución forzada, embarazo forzado,
esterilización forzada u otros abusos sexuales de gravedad comparable;
h) Persecución de un grupo o colectividad con identidad propia fundada en
motivos políticos, raciales, nacionales, étnicos, culturales, religiosos, de
género definido en el párrafo 3, u otros motivos universalmente reconocidos
como inaceptables con arreglo al Derecho Internacional, en conexión con
cualquier acto mencionado en el presente párrafo o con cualquier crimen de
la competencia de la Corte;
i) Desaparición forzada de personas;
j) El crimen de apartheid;
k) Otros actos inhumanos de carácter similar que causen intencionalmente
grandes sufrimientos o atenten gravemente contra la integridad física o la
salud mental.

193
Dondé Matute, F. Javier; op. cit. p. 69.
Será trabajo de los magistrados de la Corte el ubicar otras conductas que
se asemejen a la cláusula abierta de otros “actos inhumanos de carácter similar.”

Algunos ejemplos de las tipificaciones de esos delitos, se encuentran


desarrollados en el propio artículo 7 del Estatuto (párrafo 2).

Por último, al reconocerse normas de Derecho Internacional


Consuetudinario o General, pueden encontrarse en los tratados del Derecho
Internacional de los Derechos Humanos, de Derecho Internacional Humanitario,
en otros instrumentos de Derecho Internacional, la jurisprudencia de órganos
internacionales y el Derecho Penal interno y comparado. La prelación y mención
expresa a otras fuentes del derecho se encuentran reguladas con precisión en el
artículo 21 del Estatuto.

A continuación, se hará una breve mención de cada una de las once


conductas consideradas por el Estatuto de Roma como crímenes de lesa
humanidad.

En el caso de los asesinatos, el párrafo 2 del artículo 7 no dice nada. El


proyecto de los Elementos de los Crímenes, establece algunas orientaciones.
Primero, que “el autor haya dado muerte a una o más personas.” Luego precisa
que la expresión”dado muerte” es intercambiable con la expresión “causado la
muerte”194. Como segundo requisito, menciona el Proyecto indicado que “la
conducta haya tenido lugar como parte de un ataque generalizado o sistemático
dirigido contra una población civil.” Por último, “que el autor haya tenido
conocimiento de que la conducta era parte de un ataque generalizado o
sistemático dirigido contra una población civil o haya tenido la intención de que la
conducta fuera parte de un ataque de ese tipo”195.

194
Documento ONU PCNICC/2000/INF/3/Add.2 de 6 de julio de 2000, pág. 10
195
Documento ONU PCNICC/2000/INF/3/Add.2 de 6 de julio de 2000, pág. 11
En el lenguaje del Derecho Internacional de los Derechos Humanos, los
asesinatos cometidos por el Estado se consideran ejecuciones extrajudiciales.
Como características del acto, se considera que es un acto deliberado, ilegítimo y
con participación gubernamental. Por consiguiente, una ejecución extrajudicial es
un asesinato perpetrado o consentido por el Estado.196

Desde los procesos de Nuremberg, las privaciones de la vida en


condiciones de gravedad fueron parte de los delitos de lesa humanidad, en el
citado artículo 6, sólo que debían estar en conexión con algún otro crimen previsto
en el Estatuto del Tribunal Militar Internacional.

Para la comunidad internacional, desde 1982 se creó una Relatoría


Especial para la cuestión de las Ejecuciones Arbitrarias, Extrajudiciales o
Sumarias en el seno de la Comisión de Derechos Humanos de las Naciones
Unidas. Su mandato comprende:

“Todos los actos y omisiones de los representantes del Estado que


constituyan una violación del reconocimiento general al derecho a la vida
consagrado en la Declaración Universal de Derechos Humanos (art. 3) y el Pacto
Internacional de Derechos Civiles y Políticos (artículo 6 y también artículo 2,
párrafo 2 del artículo 4, artículo 26) y, en especial en relación con respecto a la
pena de muerte, asimismo los artículos 14 y 15, así como varios otros tratados,
resoluciones, convenciones y declaraciones adoptados por los órganos
competentes de las Naciones Unidas, corresponden al mandato del Relator
Especial”197

Exterminio

196
Amnistía Internacional. Desapariciones forzadas y homicidios políticos. La crisis de los derechos
humanos en los noventa. Madrid. EDAI, 1994, pág. 93. Índice AI: ACT 33/01/94/s.
197
Documento ONU E/CN.4/1994/7 1993.
El Estatuto de Roma define en el artículo 7 párr. 2, inc. b), esta conducta de
la siguiente manera: "El exterminio' comprenderá la imposición intencional de
condiciones de vida, la privación del acceso a alimentos o medicinas entre otras,
encaminadas a causar la destrucción de parte de una población..."

Aunque esta definición limita la actualización de la conducta a reducir las


condiciones de vida de un sector de la población, en los EC se establece que es
indispensable dar o causar la muerte de cuando menos una persona como
consecuencia de esta reducción, exigiendo así un resultado que no está previsto
en el Estatuto. Es más, en los Elementos se precisa que la conducta debe ser una
matanza o participar en una matanza de la población civil. 198

Esclavitud

En el artículo 7 párr. 2 se define que: "Por esclavitud' se entenderá el


ejercicio de los atributos del derecho de propiedad sobre una persona, o de
algunos de ellos, incluido el ejercicio de esos atributos en el tráfico de personas,
en particular mujeres y niños..."

Aunque en los EC no se establece ninguna consideración adicional, se


precisan algunas conductas que pueden constituir esclavitud, como son
"comprarlas, venderlas, prestarlas o darlas en trueque, o todos ellos, o se les haya
impuesto algún tipo similar de privación de libertad". Asimismo, es importante
mencionar que el uso de la expresión "privación de la libertad" no se refiere a
mantener a una persona en cautiverio, no se trata de la libertad deambulatoria.199

198
Dondé Matute, F. Javier; op. cit. p. 70.
199 Véase Prosecutor vs. Kunarac, Kovac and Vukovic, Case No. IT-96-23 and 1T-96-23-11 (Trial
Chamber), 22 de febrero de 2001, párr. 542. Cit. por Dondé Matute, F. Javier; op. cit. p. 70.
En ambos casos se trata de una expresión más específica de la
jurisprudencia del TPIY, el cual ha señalado que se trata de atribuirse derechos de
dominio (ownership) sobre una persona.200

Deportación o traslado forzoso de la población

El párr. 2 del art. 7 del Estatuto de Roma define esta combinación de


conductas de la siguiente manera: "Por ‘deportación o traslado forzoso de
población’ se entenderá el desplazamiento de las personas afectadas, por
expulsión u otros actos coactivos, de la zona en que estén legítimamente
presentes, sin motivos autorizados por el derecho internacional..."

Cabe precisar que la deportación tiene lugar cuando las personas son
expulsadas de un Estado. En cambio, el traslado forzoso se da cuando las
personas expulsadas no cruzan fronteras internacionales.

En relación con esta definición, en los Elementos se agrega que en el


desplazamiento se debe emplear la fuerza, ya sea física o moral.

También se precisa un elemento subjetivo, pues es un elemento típico que


las personas hayan estado en el lugar de donde fueron desplazadas de forma
legítima, por lo que se exige que el autor haya tenido conciencia de las
circunstancias de legitimidad que autorizaban a la población civil asentarse en el
lugar o país determinado.

Encarcelación u otra privación grave de la libertad física en violación


de normas fundamentales de derecho internacional

200 Véase Prosecutor vs. Kunarac, Kovac and Vukovic, Case No. IT-96-23 and IT-96-23-1 (Appeals
Chamber), 12 de junio de 2002, párr. 116. Cit. por Dondé Matute, F. Javier; op. cit. p. 70.
En este supuesto se contempla la hipótesis normativa en virtud de la cual
una persona es privada de la libertad deambulatoria. Es importante recalcar que la
privación de la libertad no es en sí un crimen internacional, menos aun un crimen
de lesa humanidad; por ello se precisa que la misma debe ser contraria a las
normas fundamentales del derecho internacional. Ésta es una remisión al derecho
internacional de los derechos humanos, que establece las condiciones mínimas
para privar de la libertad a una persona, ya sea como consecuencia de una
sentencia judicial (que es el supuesto de la encarcelación) o por algún otro motivo,
como la prisión preventiva o en cumplimiento de una orden de aprehensión.

Tortura

También se define expresamente en el párr. 2 del art. 7 del Estatuto de


Roma: "Por tortura se entenderá causar intencionalmente dolor o sufrimientos
graves, ya sean físicos o mentales, a una persona que el acusado tenga bajo su
custodia o control; sin embargo, no se entenderá por tortura el dolor o los
sufrimientos que se deriven únicamente de sanciones lícitas o que sean
consecuencia normal o fortuita de ellas."

Es importante precisar que el TPIR consideró que la violación y el abuso


sexual constituían tortura siempre y cuando el autor hubiera elegido estas formas
de infligir dolor o sufrimientos graves. Sin embargo, para encuadrarlos en esta
hipótesis normativa era necesario actualizar los demás elementos típicos de la
tortura, que dentro del marco normativo empleado por este tribunal implicaba (con
base en la Convención para Prevenir y Sancionar la Tortura) la necesidad de tener
un propósito en la conducta y ser funcionario público o actuar en contubernio con
un funcionario público.201 Esta postura fue cambiando, de tal manera, que para el
TPIY dejó de ser necesario contar con un sujeto activo calificado, pues consideró

201 Véase Prosecutor vs. Akayesu, Case No. ICTR-96- 4-T (Trial Chamber), 2 de septiembre de 1998, párrs.
593-595, 681. Cit. por Dondé Matute, F. Javier; op. cit. p. 72.
que dicho elemento no formaba parte del derecho consuetudinario internacional y
era exclusivo del marco jurídico de la Convención contra la Tortura.202

Por su parte, en la definición proporcionada en el Estatuto de Roma no


solamente se omite el sujeto activo calificado, sino que también se eliminó la
necesidad de contar con un fin determinado, aunque no específico. Esto permite
concluir que la violación y el abuso sexual ya no forman parte del crimen de lesa
humanidad de tortura, puesto que cuentan con hipótesis normativas propias en el
Estatuto de Roma, salvo en el caso de que la víctima no se encuentre bajo la
custodia o el control del autor.

Crímenes de naturaleza sexual

En el art. 7, párr. 1, inciso g) del Estatuto de Roma, se encuentran seis


supuestos distintos de crímenes de lesa humanidad de naturaleza sexual:
violación, esclavitud sexual, prostitución forzada, embarazo forzado, esterilización
forzada y otros abusos sexuales de gravedad comparable. Salvo el caso de
violación, que se encontraba previsto en los estatutos de los tribunales ad hoc,
todos los demás supuestos son novedosos y son consecuencia de la experiencia
en los Balcanes y en Ruanda, así como en otros conflictos similares.

Al ser establecidos en un solo rubro dentro del Estatuto de Roma, para los
propósitos de este estudio se les dará un tratamiento similar en su análisis y
solamente se destacarán los aspectos que se estimen necesarios.

La violación tiene antecedentes jurisprudenciales en los tribunales ad hoc,


donde parece haber importantes discrepancias en los alcances de esta conducta.
En el caso Akayesu, este crimen se definió como la "invasión física de naturaleza

202 Véase Prosecutor vs. Kunarac, Kovac and Vukovic, Case No. IT-96-23 and IT-96-23-1 (Appeals
Chamber), 12 de junio de 2002, párr. 148. Cit. por Dondé Matute, F. Javier; op. cit. p. 72.
sexual en contra de una persona por medios coercitivos".203 En el caso Musema,
se aclaró que la penetración coercitiva de los orificios considerados sexuales,
como la vagina y el ano, por medio de objetos constituía igualmente violación.204

Por su parte, el TPIY optó por una postura más detallada y casuística de los
elementos típicos de la violación, al establecer que se da, en primer lugar, cuando
hay una penetración de la vagina o el ano por el pene o algún objeto. Asimismo,
se considera violación la penetración de la boca por el pene. En ambos casos, la
penetración debe darse sin consentimiento.205

Con estos antecedentes, en los EC se buscó una definición conciliatoria, de


tal forma que en este documento se afirma que por violación se entiende "que el
autor haya invadido el cuerpo de una persona mediante una conducta que haya
ocasionado la penetración, por insignificante que fuera, de cualquier parte del
cuerpo de la víctima o del autor con un órgano sexual o del orificio anal o vaginal
de la víctima con un objeto u otra parte del cuerpo".

Y en cuanto al consentimiento se expresa que "la invasión haya tenido lugar


por la fuerza, o mediante la amenaza de la fuerza o mediante coacción, como la
causada por el temor a la violencia, la intimidación, la detención, la opresión
sicológica (sic) o el abuso de poder, contra esa u otra persona o aprovechando un
entorno de coacción, o se haya realizado contra una persona incapaz de dar su
libre consentimiento".

Sobre este punto, destaca que la violación de carácter oral, la cual había
sido reconocida por el TPIY, haya sido excluida de la definición de violación en el
sistema de la CPI.

203 Prosecutor vs. Akayesu, Case No. ICTR-96-4-T (Trial Chamber), 2 de septiembre de 1998, párrs. 596-
598. (Trad. del autor.) Cit. por Dondé Matute, F. Javier; op. cit. p. 72.
204 Véase Prosecutor vs. Musema, Case No. ICTR-96-13-A (Trial Chamber), 27 de enero de 2000, párrs.
220-221. Cit. por Dondé Matute, F. Javier; op. cit. p. 72.
205 Véase Prosecutor vs. Kunarac, Kovac and Vukovic, Case No. IT-96-23 and IT-96-23-1 (Appeals
Chamber), 12 de junio de 2002, párrs. 127-132. Cit. por Dondé Matute, F. Javier; op. cit. p. 73
El embarazo forzado ha sido definido por el propio Estatuto de Roma en los
siguientes términos: "Por ‘embarazo forzado’ se entenderá el confinamiento ilícito
de una mujer a la que se ha dejado embarazada por la fuerza, con la intención de
modificar la composición étnica de una población o de cometer otras violaciones
graves del derecho internacional. En modo alguno se entenderá que esta
definición afecta a las normas de derecho interno relativas al embarazo."

Esta definición hace que este crimen sea muy parecido el genocidio, por los
motivos de modificación del grupo étnico. Aquí resulta importante recalcar que en
los crímenes de lesa humanidad no es necesario contar con la intención genocida,
pero ésta sería la única diferencia entre ambos supuestos. De esta manera,
cuando no se pueda comprobar la intención genocida, una opción sería procesar
con base en este crimen internacional.

Un último supuesto que es importante analizar es la violencia sexual. En el


TPIR se señaló que la violencia sexual incluye la violación, pero también otras
conductas que no necesariamente implican la penetración. Así reconoció que el
obligar a un estudiante a desnudarse y hacer ejercicios en el patio de la escuela
constituía una forma de violencia sexual.206

En los Elementos de los crímenes sólo se expone que por violencia sexual
se entenderá:

... un acto de naturaleza sexual contra una o más personas o haya hecho
que esa o esas personas realizaran un acto de naturaleza sexual por la
fuerza o mediante la amenaza de la fuerza o mediante coacción, como la
causada por el temor a la violencia, la intimidación, la detención, la opresión
psicológica o el abuso de poder, contra esa o esas personas u otra persona

206 Véase Prosecutor vs. Akayesu, Case No. ICTR-96-4-T (Trial Chamber), 2 de septiembre de 1998, párrs.
686-688. Cit. por Dondé Matute, F. Javier; op. cit. p. 73
o aprovechando un entorno de coacción o la incapacidad de esa o esas
personas de dar su libre consentimiento...

Como se puede observar, se trata de una cláusula residual que incorpora


todos aquellos actos que no hayan sido contemplados en los supuestos
anteriores. Lo único que se exige es que sean de una gravedad similar a los
contemplados en este inciso. Así pues, los casos reconocidos como violencia
sexual por los tribunales ad hoc o la violación por vía oral podrían incorporarse en
este supuesto normativo.207

Persecución

La persecusión es un crimen complejo por la cantidad de elementos que lo


componen. El término persecución se define en el propio Estatuto de Roma como
"la privación intencional y grave de derechos fundamentales en contravención del
derecho internacional en razón de la identidad del grupo o de la colectividad".

Es básico para la definición tener presente que la conducta (actus rea)


exige, mediante una remisión expresa, revisar el marco jurídico internacional de
los derechos humanos para determinar si el autor los infringió intencional y
gravemente y que no haya actuado conforme a las excepciones que este mismo
marco jurídico prevé.

Dicha conducta debe estar dirigida a una colectividad o grupo en particular.


Aunque el propio Estatuto de Roma señala como ejemplos a algunos grupos y
colectividades que podrían ser víctimas de estas restricciones a los derechos
humanos, a diferencia del genocidio, que puede cometerse sólo contra los grupos
especificados en la definición, cualquier conglomerado humano puede ser víctima

207
Dondé Matute, F. Javier; op. cit. p. 74.
del crimen de lesa humanidad de persecución. La única condición es que tenga
reconocimiento en el derecho internacional.208

Esta reducción o eliminación de derechos debe realizarse en conexión (o en


combinación) con al menos otra conducta que sea considerada como crimen de
lesa humanidad u otro crimen competencia de la CPI. Aquí es importante resaltar
que el uso del término en conexión tiene dos consecuencias importantes. Por un
lado, implica que aunque los crímenes competencia de la CPI constituyen actos
que vulneran los derechos humanos, se trata de conductas distintas a la conducta
principal de la persecución, de tal forma que deben verificarse ambas. Por otro
lado, se rompe con el concurso ideal, pues un crimen competencia de la CPI debe
juzgarse de forma independiente, aunque su comisión sirva para cumplir el
requisito de la persecución.

Por último, la intención de discriminar es un elemento subjetivo que han


reconocido reiteradamente los tribunales ad hoc como exclusivo, pero necesario
para que se dé la persecución.209 Aunque dicho elemento no fue reconocido en el
Estatuto de Roma, lo encontramos en los Elementos, donde se exige que el "autor
haya dirigido su conducta contra esa persona o personas en razón de la identidad
de un grupo o colectividad o contra el grupo o la colectividad como tales". Esta
definición se traduce con claridad en una intención discriminatoria y la determina.

Es importante destacar lo señalado en el TPIY en el caso Kupreskic et al,


donde se comparó el genocidio con la persecución. En este caso, se afirmó que la
intención discriminatoria de la persecución es más pronunciada que en los otros
crímenes de lesa humanidad, pero no llega al nivel del genocidio, es un punto
intermedio entre ambos. Así, aunque la persecución y el genocidio son crímenes
que se cometen contra personas que pertenecen a un grupo determinado, la
intención genocida consiste en destruir (aunque sea de manera parcial) el propio

208
Ibidem.
209 Por ejemplo, Prosecutor vs. Nahimana, Barayaguiza andNgeze, Case No. ICTR-99-52-T (Trial
Chamber), 3 de diciembre de 2003, párr. 1073. Cit. por Dondé Matute, F. Javier; op. cit. p. 75.
grupo; mientras en la persecución no se llega a este extremo, sí se busca atacar al
grupo con la negación de determinados derechos humanos, sin que esto implique
su destrucción como grupo.210

Desaparición forzada de personas

Se trata de otro crimen novedoso en la competencia de los tribunales


internacionales, incluso en el ámbito internacional, pues en el momento en que
entró en vigor el Estatuto de Roma sólo había un tratado vigente en la materia: la
Convención Interamericana sobre Desaparición Forzada de Personas.

En el Estatuto de Roma, esta conducta se define en los siguientes términos:


"la aprehensión, la detención o el secuestro de personas por un Estado o una
organización política, o con su autorización, apoyo o aquiescencia, seguido de la
negativa a informar sobre la privación de libertad o dar información sobre la suerte
o el paradero de esas personas, con la intención de dejarlas fuera del amparo de
la ley por un periodo prolongado".

En los Elementos se aclara que la privación de la libertad puede empezar


como una acción legal que se torna ilegal ante la negativa de la misma y del
paradero de la víctima.

Además, cabe notar que, al igual que en el caso de la tortura, existe una
especie de privatización de la conducta, pues en las definiciones anteriores (sobre
todo la que se encuentra en la Convención Interamericana sobre la materia, e
incluso en la reciente Convención Internacional promovida por la ONU) era
necesario que el autor fuera un agente del Estado o actuara en colaboración con
éste. Este requisito ya no se encuentra en el Estatuto de Roma, pues es posible
que una "organización política" que no necesariamente esté vinculada al Estado

210 Véase Prosecutor vs. Kupreskic et al, Case No. IT-95-16 (Trial Chamber), 14 de enero de 2000, párr. 636.
Cit. por Dondé Matute, F. Javier; op. cit. p. 75.
cometa este crimen a través de sus agentes. También es de notarse que el
término organización política no incluye a grupos armados que cometen este ilícito
internacional con frecuencia. Por ejemplo, las FARC en Colombia.

Apartheid

En el Estatuto de Roma se define esta conducta de la siguiente manera:


"Por 'el crimen de apartheid' se entenderán los actos inhumanos de carácter
similar a los mencionados en el párr. 1 cometidos en el contexto de un régimen
institucionalizado de opresión y dominación sistemáticas de un grupo racial sobre
uno o más grupos raciales y con la intención de mantener ese régimen."

Este crimen también tiene un precedente en un tratado internacional, pero


no en el contexto de la competencia material de los tribunales internacionales.

Como la definición prevé, es necesario comprobar que se ha cometido otro


crimen de lesa humanidad en el contexto del racismo institucionalizado. En este
sentido, existen similitudes marcadas entre la persecución y el apartheid, pues son
prácticas dirigidas contra un grupo humano, aunque en el primer caso debe ser un
grupo étnico y en el segundo, un grupo racial. Además, es preciso que haya una
conexión con otro acto considerado como crimen internacional, aunque en el
primer caso puede ser cualquier crimen competencia de la CPI y en el segundo se
limita a crímenes de lesa humanidad.

Por último, es de notarse que existe cierta redundancia con los elementos
contextúales, ya que debido a la institucionalización del racismo, difícilmente podrá
argumentarse que la conducta no se realiza "a gran escala" o como parte de un
"plan o política". Así, atendiendo a la definición, todo caso de apartheid es en
automático un crimen de lesa humanidad.

Otros actos inhumanos


Esta es la cláusula residual del Estatuto de Roma, en virtud de la cual se
incorporan otras conductas que no encuadran con precisión en las descripciones
de los tipos penales; pero, como indica el propio Estatuto, son de naturaleza y
gravedad similar, es decir, son igual de restrictivas a la humanidad de las
personas.211 Desafortunadamente, en los Elementos no se aclara el alcance de
esta disposición.

Por tanto, es necesario recurrir a la jurisprudencia de los tribunales ad hoc


para ver qué conductas han sido consideradas como "otros actos inhumanos", en
el entendido de que la CPI siguiera esos precedentes para darle un contenido más
preciso a este tipo criminal. Así, el TPIR ha señalado que entre los casos que es
posible incorporar a este supuesto normativo están la violencia sexual 212 y obligar
a que las personas, en especial amigos y familiares, estén presentes durante la
comisión de crímenes de lesa humanidad.213 Por su parte, el TPIY ha reconocido
que entran en este supuesto normativo las mutilaciones214 y otras formas de lesión
graves que no constituyan tortura, violación o asesinato.215

3.5.3. Crímenes de Guerra.

A fin de presentar brevemente el tratamiento de los crímenes de guerra


en el marco del Estatuto de Roma de 1998, vale hacer hincapié, a manera de
introducción, en un aspecto que atraviesa transversalmente el hecho de que
la Corte Penal Internacional de acuerdo a su Estatuto sea competente para
juzgar a aquellos individuos que pudieran cometer las más graves infracciones del
Derecho Internacional Humanitario. Esto es, la verificación de la

211 Véase Prosecutor vs. Akayesu, Case No. ICTR-96-4-T (Trial Chamber), 2 de septiembre de 1998, párr.
585. Cit. por Dondé Matute, F. Javier; op. cit. p. 76.
212 Ibidem, párrs. 688, 697. Cit. por Dondé Matute, F. Javier; op. cit. p. 77.
213 Véase Prosecutor vs. Kayishema and Ruzindana, Case No. ICTR-95-1-T (Trial Chamber), 21 de mayo de
1999, párr. 153. Cit. por Dondé Matute, F. Javier; op. cit. p. 77.
214 Véase Prosecutor vs. Kvocka, et al, Case No. IT-98-30/1 (Trial Chamber), 2 de noviembre de 2001, párr.
208. Cit. por Dondé Matute, F. Javier; op. cit. p. 77.
215 Véase Prosecutor vs. Blaskic, Case No. IT-95-14 (Trial Chamber), 3 de marzo de 2003, párr. 239. Cit.
por Dondé Matute, F. Javier; op. cit. p. 77.
responsabilidad penal del individuo en la esfera internacional por parte de la
comisión de crímenes de guerra.

Es posible decir entonces que actualmente, aunque ostentando una


subjetividad internacional de carácter limitado, el individuo se ha convertido
progresivamente en un actor determinante de la sociedad internacional.

Esta afirmación es posible, no sólo por ser claramente el individuo un


sujeto de responsabilidad internacional activa y -por lo mismo- tener la
capacidad de reclamar en la esfera internacional frente a las transgresiones de
sus derechos fundamentales, sino también, porque se puede decir que,
actualmente, el plano de la responsabilidad internacional pasiva del individuo
(responsabilidad penal individual) encontrará en la Corte Penal Internacional el
mecanismo de verificación de mayor desarrollo a la fecha.

Particularmente, el plano de la responsabilidad penal del individuo ha


conocido una serie de mecanismos de verificación en la esfera internacional. En
sus orígenes, enmarcado en la lógica del Derecho Internacional tradicional
(caracterizado este último por las nociones de coexistencia y defensa de la
soberanía de los Estados). Hacia finales del siglo XX, las preocupaciones latentes
del Derecho Internacional contemporáneo (atiende relaciones de interdependencia
y cooperación entre los miembros de la sociedad internacional en el combate
a la impunidad).

De un lado, y bajo la lógica del Derecho Internacional Tradicional se


pueden identificar dos etapas en la evolución de dicha responsabilidad:

a) una que se inicia con los intentos por reprimir y sancionar los
crímenes cometidos en contextos de guerra y que termina al finalizar la
Primera Guerra Mundial, y
b) aquella etapa que concentra su atención en las experiencias de los
tribunales de Nüremberg (1945) y el Extremo Oriente (1946).

Destacan las autoras, que en esta primera propuesta se contemplaban


principios adelantados para la época, tales como la jurisdicción exclusiva del
tribunal internacional para el juzgamiento de infracciones del Derecho
Internacional Humanitario e incluso el tema relativo a la indemnización de las
víctimas.

También se puede identificar una segunda iniciativa –como se señalaba-


hacia el fin de la Primera Guerra Mundial. Específicamente, a través del Tratado
de Versalles (artículo 228), los países aliados impusieron a Alemania
declarar que "reconocía a las potencias aliadas la libertad de llevar ante sus
tribunales a las personas acusadas de haber cometido actos contrarios a las
leyes y costumbres de la guerra.” En este contexto, una muestra más de que
los aliados se encontraban empeñados en sancionar a aquellos que
hubieran actuado en contra del Derecho Internacional fue la solicitud de
extradición a Holanda del Kaisser Guillermo II de Hohenzollern. Mismo que
nunca pudo ser juzgado ante la negativa de ese país de extraditarlo.

La dinámica del Derecho Internacional contemporáneo se ha sustentado


en los acontecimientos bélicos. Tomando en cuenta, tanto los aciertos y
desaciertos de las experiencias de Nurëmberg y Extremo Oriente, así como
el desarrollo de los Convenios de Ginebra de 1949 sobre Derecho
Internacional Humanitario, los Principios de Nüremberg de 1950, la Convención
para la Prevención y Sanción del Delito de Genocidio de 1951, la
Convención Internacional sobre la Represión y el Castigo del Crimen del
Apartheid de 1973, la Convención contra la Tortura y otros tratos o penas
crueles, inhumanos o degradantes de 1984, el Proyecto de Código de Crímenes
contra la Paz y la Seguridad de la Humanidad de 1991- que reitera
progresivamente la adjudicación de una responsabilidad penal internacional al
individuo, arriba a la creación de los Tribunales Internacionales ad hoc para
el juzgamiento de los crímenes en la ex - Yugoslavia (1993) y en Ruanda
(1994) -ambos tribunales creados por resoluciones del Consejo de Seguridad
de la ONU-.

Finalmente, la adopción del Estatuto de Roma de 1998, constituye un


mecanismo más desarrollado en lo que a verificación de la responsabilidad penal
internacional del individuo respecta.

En el intento por aprovechar y mejorar las experiencias de Nüremberg y


Extremo Oriente, así como la primacía de jurisdicción penal internacional respecto
de las jurisdicciones nacionales a través de los citados tribunales ad hoc, se
encuentra una Corte Penal Internacional creada por un tratado multilateral
suscrito por una gran mayoría de Estados que mantienen su aspiración de
reprimir y sancionar los crímenes internacionales que transgreden las bases del
ordenamiento jurídico internacional.

Así, los crímenes de guerra, constituyendo las infracciones más graves


del Derecho Internacional Humanitario, integran la competencia material de la
Corte Penal Internacional a partir de los artículos 5 al 8 del Estatuto de Roma de
1998.

Antes de abordar el tratamiento específico de tales crímenes en el marco


del Estatuto de Roma, se referirá como premisa al Derecho Internacional
Humanitario.

El Derecho Internacional Humanitario.

Nace de la búsqueda del equilibrio entre las acciones militares en los


conflictos armados y, por otra parte, del respeto de normas mínimas de
humanidad. El Derecho Internacional Humanitario limita los métodos y medios de
hacer la guerra (Derecho de La Haya) y, de otro lado, protege a las personas que
no participan o han dejado de participar en las hostilidades (Derecho de Ginebra).

Complementariamente, cabe citar a SWINARSKI216 cuando define este


Derecho como:

..."el cuerpo de normas internacionales, de origen convencional o


consuetudinario, específicamente destinado a ser aplicado en los
conflictos armados, internacionales o no internacionales, y que limita,
por razones humanitarias, el derecho de las Partes en conflicto a elegir
libremente los métodos y los medios utilizados en la guerra, o que protege a
las personas y a los bienes afectados, o que puedan estar afectados, por el
conflicto."

Así pues, el propio Derecho Internacional Humanitario establece que, por


un lado, en casos de conflicto armado de índole internacional son aplicables
los cuatro Convenios de Ginebra de 1949 y el Protocolo Adicional I de 1977,
tratados con un alto nivel de ratificación y cuyas normas fundamentales han sido
ya calificadas por la jurisprudencia como normas de carácter consuetudinario217.

Por otro lado, en casos de conflicto armado de índole no internacional, se


aplicarán, según el caso, el Artículo 3 Común a los cuatro Convenios de Ginebra
de 1949, y en otros, el mismo Artículo 3 Común y el Protocolo Adicional II de
1977.

216
SWINARSKI citado por SALMÓN GÁRATE, Elizabeth. Encuentros y Desencuentros. El Perú y el
Derecho Internacional Humanitario. Lima: Comité Internacional de la Cruz Roja. Perú, 2001, p. 60.
217
Véanse, sentencia de la Corte Internacional de Justicia (CIJ) en el Caso .Actividades Militares y
Paramilitares en y contra Nicaragua, de 1986. y, jurisprudencia del Tribunal Penal Internacional para la
ExYugoslavia (TPIEY).
Conociendo cuáles son los ámbitos de aplicación del Derecho Internacional
Humanitario, la pregunta natural es ¿qué tipo de conductas han sido calificadas
como crímenes de guerra por parte del Derecho Internacional Humanitario?

Clase de conductas que son calificadas como crímenes de guerra por el


Derecho Internacional Humanitario.

En términos convencionales .y sin profundizar en lo que atañe a los


Estatutos de los tribunales penales internacionales ad hoc para la Ex -
Yugoslavia y Ruanda- antes del Estatuto de Roma (que sin duda,
representa un paso más en el desarrollo progresivo del Derecho Internacional
Humanitario), los crímenes de guerra han constituido las más graves infracciones
del Derecho Internacional Humanitario cometidas en conflictos armados
internacionales.

En tal sentido, tales crímenes correspondían a las infracciones graves de los


cuatro Convenios de Ginebra de 1949 (artículos 50, 51, 130 y 147,
respectivamente) y el Protocolo Adicional I de 1977 (artículos 11 y 85), a
saber:

El homicidio intencional;
Tortura o tratos inhumanos;
Experimentos biológicos;
Causar deliberadamente graves sufrimientos;
Atentar gravemente contra la integridad física o la salud;
Destrucción y apropiación de bienes, no justificados por necesidades
militares y efectuadas a gran escala, ilícita y arbitrariamente;
El hecho de forzar a un prisionero de guerra a servir en las fuerzas armadas
de la Potencia enemiga;
El hecho de privar intencionalmente a un prisionero de guerra o a una
persona protegida de su derecho a ser juzgado legítima e
imparcialmente según las prescripciones de los Convenios;
La deportación o el traslado ilegal;
La detención ilegal de una persona protegida;
La toma de rehenes;
Poner gravemente en peligro, mediante una acción u omisión
deliberada, la salud o la integridad física o mental de las personas en poder
de la parte adversa o que estén internadas, detenidas o privadas de
cualquier otra forma de libertad a causa de un conflicto armado, en
particular las mutilaciones físicas, los experimentos médicos o
científicos, las extracciones de tejidos u órganos para transplantes que
no estén indicados por su estado de salud o que no estén de acuerdo
con las normas médicas generalmente reconocidas que se aplicarían en
análogas circunstancias médicas a los ciudadanos no privados de libertad
de la parte que realiza el acto;
Cuando se cometan intencionalmente y si causan la muerte o atentan
gravemente a la integridad física o a la salud:
o Hacer objeto de ataque a la población civil o a personas civiles;
o Lanzar un ataque indiscriminado que afecte a la población civil o a
bienes de carácter civil a sabiendas que tal ataque causará
muertos o heridos entre la población civil o daños a bienes de
carácter civil que sean excesivos;
o Lanzar un ataque contra obras o instalaciones que contengan
fuerzas peligrosas a sabiendas de que ese ataque causará
muertos o heridos entre la población civil o daños a bienes de
carácter civil que sean excesivos;
o Hacer objeto de ataque a localidades no defendidas y zonas
desmilitarizadas;
o Hacer objeto de ataque a una persona a sabiendas de que está fuera
de combate;
o Hacer uso pérfido del signo distintivo de la Cruz Roja y de la
media luna roja o de otros signos protectores;

Cuando se cometan intencionalmente y en violación de los Convenios


o del Protocolo: el traslado por la Potencia ocupante de partes de su
propia población civil al territorio que ocupa, o la deportación o el
traslado en el interior o fuera del territorio ocupado de la totalidad o parte de
la población de ese territorio;
o La demora injustificada en la repatriación de prisioneros de
guerra o de personas civiles;
o Las prácticas del apartheid y demás prácticas inhumanas y
degradantes, basadas en la discriminación racial, que entrañen
un ultraje contra la dignidad personal;
o El hecho de dirigir un ataque a monumentos históricos, obras de
arte o lugares de culto claramente reconocidos que constituyen
el patrimonio cultural o espiritual de los pueblos y a los que se les
haya conferido protección especial, causando como consecuencia
extensas destrucciones de los mismos, cuando tales bienes no
estén situados en la inmediata proximidad de objetivos militares
o utilizados por la parte adversa en apoyo de su esfuerzo militar;
o El hecho de privar a una persona protegida por los Convenios y el
Protocolo I de su derecho a ser juzgado normal e
imparcialmente.

Con anterioridad al Estatuto de Roma y en términos estrictamente


convencionales, la calificación de crímenes de guerra se restringía solamente
a las infracciones graves del Derecho Internacional Humanitario en el marco
de conflictos armados internacionales.

Uno de los mayores aportes del Estatuto de Roma es haber sumado a


la calificación ya existente en el sistema de los cuatro Convenios de Ginebra de
1949 y el Protocolo Adicional I de 1977 que se extiende a las violaciones
graves del Derecho Internacional Humanitario.

En la actualidad, la mayoría de conflictos armados que se desarrollan


son de índole no internacional. Un mecanismo de verificación de la
responsabilidad penal del individuo como es la Corte Penal Internacional,
trasciende entonces las fronteras cada vez más difíciles de identificar entre
los dos tipos de conflictos referidos.

Con el fin de garantizar la responsabilidad prioritaria del Estado en lo


que respecta a la represión y sanción de tales crímenes, a través del principio de
complementariedad y el juzgamiento de individuos que pudiera ser identificados
como sujetos activos de crímenes de guerra, con independencia del carácter del
conflicto.

Definición que establece la Corte Penal Internacional de crímenes de guerra


contenida en el artículo 8 del Estatuto de Roma.

Es precisamente el artículo 8 del Estatuto de Roma (el más largo del


Estatuto) el que define qué entiende la Corte Penal Internacional por
crímenes de guerra, a efectos de ejercer su competencia material.

En el Estatuto de Roma se cuentan más de 60 hipótesis normativas


tipificadas de crímenes internacionales. Esto es porque el Estatuto de Roma fue
creado con la intención de que la CPI fuera permanente y se previeron todas las
conductas reconocidas como crímenes de guerra en el derecho convencional y
consuetudinario, incluidas algunas figuras novedosas.218

218
Dondé Matute, F. Javier; op. cit. p. 77.
Como bien señalan LIROLA y MARTÍN219, con respecto a la inclusión de los
crímenes de guerra en el marco de la Corte Penal Internacional:

"…las discusiones se centraron en la determinación de las violaciones de


las normas de Derecho Internacional Humanitario que debían
considerarse suficientemente graves como para incluirse en el Estatuto
y, particularmente, en la cuestión relativa a la inclusión de los
conflictos armados de carácter interno. A ello hay que añadir,
además, la voluntad de incluir y ampliar el grado de protección de las
normas de Derecho Internacional Humanitario existentes a la vista
de la práctica internacional más reciente, especialmente de la
aportada por los estatutos y la jurisprudencia de los TPIY y TPIR.”

El Estatuto de Roma reafirma el hecho de que el Derecho


Internacional Humanitario constituye un sistema de protección de la persona
en situaciones de excepción como son los conflictos armados, sean éstos
de índole internacional o no internacional.

Ahora, en lo que atañe a los conflictos armados de carácter internacional,


cabe resaltar que el Estatuto, a diferencia de los casos de conflicto armado
no internacional, no aporta una definición particular con lo cual queda claro
que recoge la definición de los cuatro Convenios de Ginebra de 1949 y el
Protocolo Adicional I de 1977. Básicamente, en términos de SWINARSKI:
“aquellos estados de hecho, en los que las Fuerzas Armadas de dos o más
Estados se encuentran enfrentadas en ‘guerra’, a pesar de que ésta no haya
sido reconocida por alguna de las partes220.

219
LIROLA, Isabel y MARTÍN, Magdalena. La Corte Penal Internacional. Justicia versus Impunidad.
Barcelona: ARIEL, 2001, p. 126. Asimismo, para mayor desarrollo, véanse los estatutos así como la
jurisprudencia de los tribunales penales internacionales ad hoc para la Ex. Yugoslavia y para Ruanda.
220
SWINARSKI citado por SALMÓN GÁRATE, Elizabeth. Encuentros y Desencuentros. El Perú y el
Derecho Internacional Humanitario. Lima: Comité Internacional de la Cruz Roja. Perú, 2001, p. 66.
No obstante, el caso de los conflictos armados de carácter no
internacional (conflictos armados de índole interno) resulta de por sí
interesante en la medida que el Estatuto -sumando a la referencias ya
existentes del Artículo 3 Común a los cuatro Convenios de Ginebra de 1949
y al Protocolo Adicional II de 1977, aporta, a través de su artículo 8 inciso 2, literal
f) una definición de este tipo de conflictos: “conflictos armados que tienen lugar en
el territorio de un Estado cuando existe un conflicto armado prolongado entre
las autoridades gubernamentales y grupos armados organizados o entre tales
grupos.”

Ahora, se aborda la regulación específica de los crímenes de guerra en el


marco del Estatuto, como bien identifican nuevamente LIROLA y MARTIN 221:

“…el Estatuto de Roma lleva a cabo una sistematización de los


supuestos recogidos en torno a cuatro grandes categorías que se
articulan en función de la distinción entre conflictos armados de
carácter internacional y conflictos armados de índole interno. Así, por
lo que respecta a los primeros, se recogen las infracciones graves a
los Convenios de Ginebra de 1949. (artículo 8.2.a) y las violaciones
graves de las leyes y usos aplicables en los conflictos armados
internacionales. (artículo 8.2.b). En esta segunda categoría se incluirán y
ampliarán aquellas otras violaciones graves del derecho internacional
humanitario distintas de las infracciones graves, sobre todo las
procedentes del Protocolo I de 1977 (artículos. 11 y 85) y las violaciones
graves del Reglamento de La Haya de 1907 (artículos. 23, 25 y 27).

Por lo que respecta a los conflictos armados internos, el Estatuto


recoge respectivamente las violaciones graves del artículo 3 común
a los cuatro Convenios de Ginebra, y otras violaciones graves de
las leyes y los usos aplicables en los conflictos armados que no

221
LIROLA, Isabel y MARTÍN, Magdalena. Op. cit, pp. 127-128.
sean de índole internacional. (art. 8.2.c y e). En esta segunda
categoría, se incluyen normas procedentes del Protocolo II de 1977 y
otras contenidas en el Reglamento de La Haya de 1907. Además, se
han añadido tres nuevos supuestos: los ataques contra fuerzas o
instalaciones pertenecientes a una misión de mantenimiento de la paz
o de asistencia humanitaria, siempre que tengan derecho a la protección
otorgada a civiles u objetos civiles con arreglo al derecho de los
conflictos armados (artículo 88.2.c.ii); la violación y, en general cualquier
forma de violencia sexual (art. 8.2.c.ii) y el reclutar o alistar a niños menores
de 15 años en las fuerzas armadas o grupos, en referencia a grupos
guerrilleros (artículo 8.2.c.cii).”

En otros términos, como anota SALMÓN, citando a COMELLAS, el


artículo 8 del Estatuto de Roma intenta responder a una triple necesidad del
Derecho Internacional Humanitario: ampliar las normas aplicables al conflicto
interno, adaptarlas a las nuevas circunstancias y, sobre todo, lograr su aplicación
efectiva.222

Por lo anteriormente citado y para fines de estudio, resulta importante fijar el


esquema del art. 8 del Estatuto de Roma, donde se encuentran todos los tipos
penales correspondientes a los crímenes de guerra.223

Este artículo se divide en dos párrafos; el primero establece una regla de


política criminal, en virtud de la cual el Fiscal debe iniciar investigaciones en
relación con los crímenes de guerra cuando se cometan a "gran escala" o como
"parte de un plan o política". Estos indicadores son similares a los elementos
contextuales de los crímenes de lesa humanidad, pero mientras en ese caso

222
SALMÓN GÁRATE, Elizabeth. De la competencia ratione materiae prevista en el Estatuto de
Roma. En: La Corte Penal Internacional y las Medidas para su Implementación en el Perú. Lima: FONDO
EDITORIAL DE LA PUCP. INSTITUTO DE ESTUDIOS INTERNACIONALES DE LA PUCP
(Coordinación de Elizabeth SALMÓN), 2001, p. 95.
223
Dondé Matute, F. Javier; op. cit. p. 77.
forman parte del tipo penal, en el de crímenes de guerra no son elementos
esenciales del tipo penal.

Los elementos del tipo penal se encuentran en el párrafo segundo del


mencionado precepto, que, a su vez, se divide en cuatro diferentes rubros. El inc.
a) se refiere a las violaciones a los Convenios de Ginebra de 1949, lo cual ubica
las conductas ahí descritas dentro del ámbito del derecho convencional y en el
contexto de los conflictos armados internacionales.

Es importante mencionar que la protección otorgada a las personas


dependerá de la materia que cada convenio regula, tal y como se indica en el
propio título del tratado en cuestión. Así, las personas protegidas son las
siguientes: heridos y enfermos de las fuerzas armadas en campaña (Convenio I);
heridos, enfermos y náufragos de las fuerzas armadas en el mar (Convenio II);
prisioneros de guerra (Convenio III) y civiles en tiempos de guerra (Convenio IV).

Por su parte, los bienes a los que hace referencia el inc. a) son todos
aquellos que los convenios protegen para, a su vez, auxiliar en la protección de las
personas señaladas; por ejemplo, ambulancias y hospitales. Asimismo, se
incluyen bienes que tienen un uso eminentemente no militar, como escuelas y
templos religiosos.224

El inc. b) del art. 8 menciona conductas típicas cuyo origen se encuentra en


otras normas de derecho internacional humanitario, que pudieran incluir otros
tratados internacionales (incluido el Protocolo Adicional I a los Convenios de
Ginebra) o normas de derecho consuetudinario internacional. De tal forma, este
apartado hace las veces de una codificación de crímenes de guerra que se
encuentran más allá de los convenios de Ginebra. Es importante precisar que este
inciso es aplicable sólo en conflictos armados de índole internacional.

224
Dondé Matute, F. Javier; op. cit. p. 78.
El inc. c) presenta el primer grupo de crímenes de guerra que es aplicable
en el contexto de un conflicto armado no internacional. El referente principal es el
art. 3 común a los convenios de Ginebra: el único precepto de este grupo de
tratados internacionales que prevé protecciones en favor de personas y bienes
protegidos en este tipo de conflictos armados.

Es importante tener presente que en el inc. d) se excluyen de la


competencia de la CPI aquellas conductas que ocurren en "situaciones de
tensiones internas y disturbios internos, tales como motines, los actos esporádicos
y aislados de violencia u otros actos análogos". Aunque no se precisa la diferencia
entre un conflicto no internacional y un conflicto interno, el Estatuto de Roma
aclara que existe un límite en cuanto a los casos que pueden caer dentro del
ámbito de los crímenes de guerra.

El inc. e) incluye otros crímenes de guerra que no se encuentran en el art. 3


común, pero que forman parte de otros tratados internacionales, como el Protocolo
Adicional II común a los Convenios de Ginebra y el Derecho Consuetudinario
Internacional. También expone conductas que deben cometerse en el contexto de
un conflicto armado no internacional, como lo precisa el inc. f). Es importante
señalar que el inc. j), que es análogo al d), también diferencia los conflictos
armados no internacionales de los conflictos armados internos; además, aclara
que no basta con que el conflicto armado no internacional supere el umbral de los
disturbios internos, sino que debe mantenerse de forma prolongada.

En cuanto al crimen de reclutamiento y alistamiento de menores de 15


años, la Sala determinó que se trata de dos conductas distintas, de tal manera que
el reclutamiento se refiere a la incorporación forzada al grupo armado, mientras
que el alistamiento se realiza de forma voluntaria.225

225 Véase Prosecutor vs. Lubanga, Case No. ICC-01/04-01/06 (Pre-Trial Chamber I), Decisión on the
confirmation of charges, 29 de enero de 2007, párr. 246. Cit. por Dondé Matute, F. Javier; op. cit. p. 79.
Ambas conductas son de carácter permanente o continuado, pues se
siguen practicando mientras la persona menor de edad forme parte del grupo
armado.226

Sin embargo, es necesario que haya una participación activa —aunque no


directa— del menor de 15 años en las hostilidades, de tal manera que actividades
como rastreo, espionaje, sabotaje, servir de señuelo, mensajería militar, guardia
en retenes y escolta de oficiales entran dentro del tipo criminal. En consecuencia,
actividades no relacionadas con las hostilidades, como mensajería y servidumbre,
quedan excluidas.227

Por otra parte, un aspecto que debe tenerse en cuenta al referirse a


la competencia de la Corte Penal Internacional para juzgar individuos por la
comisión de crímenes de guerra, es el que la jurisdicción de la Corte Penal
Internacional es complementaria a las jurisdicciones nacionales. Basta con
citar el artículo 1 del Estatuto de Roma: “La Corte (...) tendrá carácter
complementario de las jurisdicciones penales nacionales.”

Esto significa que la Corte Penal Internacional, sobre la base del


principio de complementariedad, activará su competencia para juzgar a un
individuo que hubiera cometido crímenes que integran su competencia
228
material , entre ellos, los crímenes de guerra, cuando, según el artículo 17,
inciso 2 del Estatuto:

226 Ibídem, párr. 248. Cit. por Dondé Matute, F. Javier; op. cit. p. 85.
227 Véase Prosecutor vs. Lubanga, Case No. ICC-01/04-01/06 (Pre-Trial Chamber I), Decisión on the
confirmation of charges, 29 de enero de 2007, párrs. 261-263. Cit. por Dondé Matute, F. Javier; op. cit. p. 85.
228
Artículo 5 del Estatuto de Roma: de Competencia de la Corte: “1. La competencia de la Corte se limitará
a los más graves de trascendencia para la comunidad internacional en su conjunto. La Corte tendrá
competencia, de conformidad con el presente Estatuto, respecto de los siguientes :
a) El crimen de genocidio;
b) Los de lesa humanidad;
c) Los de guerra;
d) El crimen de agresión.
2. La Corte ejercerá competencia respecto del crimen de agresión una vez que se apruebe una disposición de
conformidad con los artículos 121 y 123 en que se defina el crimen y se enuncien las condiciones en las
“[...]
a) (...) el juicio ya haya estado o esté en marcha o que la decisión nacional
haya sido adoptada con el propósito de sustraer a la persona de que
se trate de su responsabilidad penal por crímenes de la competencia de
la Corte (...)

b) (...) haya habido una demora injustificada en el juicio que, dadas las
circunstancias, sea incompatible con la intención de hacer comparecer
a la persona de que se trate ante la justicia;

c) (...) el proceso no haya sido o no esté siendo sustanciado de


manera independiente o imparcial y haya sido o esté siendo
sustanciado de forma en que, dadas las circunstancias, sea
incompatible con la intención de hacer comparecer a la persona de que se
trate ante la justicia.
[...]”229.

Considerando que un entendimiento a favor de las bases230 del objeto y


fin del Estatuto de Roma pone hincapié en que la complementariedad de la
jurisdicción de la Corte Penal Internacional respecto de las jurisdicciones
nacionales responde a que se reafirma la vocación de atribuir a los Estados la
responsabilidad prioritaria de reprimir y sancionar los crímenes más graves de
trascendencia para la humanidad.

cuales lo hará. Esta disposición será compatible con las disposiciones pertinentes de la Carta de las
Naciones Unidas.”
229
Véanse conjuntamente, artículos 17, 18 y 19 del Estatuto de Roma.
230
Preámbulo del Estatuto de Roma: “[...] Afirmando que los más graves de trascendencia para la
comunidad internacional en su conjunto no deben quedar sin castigo y que, a tal fin, hay que adoptar las
medidas en el plano nacional e intensificar la cooperación internacional para asegurar que sean
efectivamente sometidos a la acción de la justicia, [...]
Destacando que la Corte Penal Internacional establecida en virtud del presente Estatuto será complementaria
de las jurisdicciones penales nacionales, [...].”
Esto último sólo podrá verificarse si los Estados partes en el Estatuto
de Roma cuentan con las herramientas de Derecho Interno para juzgar a través de
sus tribunales a un individuo que fuese imputado por la comisión de un crimen
de guerra, en los términos del Estatuto.

Esto conduce a tratar el tema de la tipificación de los crímenes de guerra en


el marco de los Derechos internos y más ampliamente lo referido al proceso
de adopción de medidas de aplicación del DIH a nivel interno.

Tipificación de los crímenes de guerra en el marco de los ordenamientos


jurídicos internos.

Partiendo de un marco general, cabe resaltar que los Estados siguen


siendo los creadores y destinatarios del Derecho Internacional.

Más aún, muchas de las normas de Derecho Internacional, y en particular,


las normas del Derecho Internacional Humanitario resultan ser de carácter no
autoejecutivo lo cual impone a los Estados comprometidos respecto de tales
normas la obligación de adoptar una serie de medidas legislativas o de otra índole
a fin de aplicar efectivamente las mismas.

¿Qué significa esto? Significa que los cuatro Convenios de Ginebra de


1949, a través de sus artículos 49, 50, 129 y 146, respectivamente, bajo el
título “represión de los abusos y de las infracciones” señalan que:

Las altas partes contratantes se comprometen a tomar todas las


oportunas medidas legislativas para determinar las adecuadas sanciones
penales que se han de aplicar a las personas que hayan cometido, o dado orden
de cometer, una o cualquiera de las infracciones graves contra el presente
Convenio [...].
los Estados deben ser conscientes de que no basta con ser parte de
tales tratados para aplicar efectivamente los mismos, sino que esos
mismos tratados prevén la adopción de medidas nacionales de
aplicación que hagan posible tal aplicación.

Significa que por ejemplo, cuando la Convención de Ottawa de 1997


sobre la prohibición de minas antipersonales establece que los Estados
deberán adoptar las medidas legislativas pertinentes a fin de aplicar las
disposiciones de la Convención, entre otras medidas, los Estados se
encuentran ante la tarea de adoptar un tipo penal que efectivamente prohíba
y sancione el uso, el empleo y la transferencia de minas antipersonales.

De esta manera, y ya con relación al Estatuto de Roma y la verificación del


principio de complementariedad entre la jurisdicción de la Corte Penal
Internacional y las jurisdicciones nacionales, es posible reafirmar la tarea de
los Estados partes en dicho Estatuto de tipificar los crímenes de guerra en
sus derechos internos.

Es importante resaltar, que tal esfuerzo no es una novedad ya que, si no


todos, casi la totalidad de Estados partes en el Estatuto de Roma son parte de una
mayoría de tratados sobre Derecho Internacional Humanitario (en particular, por
referirse a los crímenes de guerra, de los cuatro Convenios de Ginebra de
1949 y del Protocolo Adicional I).

Así, queda para muchos Estados la tarea de tipificar los crímenes de


guerra en sus Derechos internos, ahora, tomado en cuenta un diseño
perfeccionado, pero no tan novedoso, de los mismos a partir del Estatuto en
cuestión.

Sobre este tema, la CPI ya ha empezado a hacer algunas interpretaciones


jurisprudenciales que aclaran ciertos puntos pendientes en el Estatuto de Roma.
Principalmente, se trata de la diferencia entre conflicto armado internacional y
conflicto armado no internacional, cuestión en la que se retomó la jurisprudencia
del TPIY y el análisis del reclutamiento y alistamiento de menores de 15 años de
edad.231

En la resolución sobre confirmación de cargos en el caso Lubanga, la Sala


de Cuestiones Preliminares interpretó esas diferencias. En cuanto a la naturaleza
del conflicto armado, la Sala determinó que el conflicto armado internacional es
aquel que se lleva a cabo entre dos o más Estados, incluidos los casos de
ocupación total o parcial del territorio de un Estado, sin importar que haya
resistencia armada. A su vez, un Estado puede actuar en el conflicto por medio de
sus fuerzas armadas regulares, en lo que se denomina intervención directa, o
mediante alguno de los participantes en un conflicto armado no internacional, en lo
que denomina intervención indirecta.232

En consecuencia, es indispensable determinar cuándo se entiende que un


Estado interviene de forma indirecta, es decir, por medio de un grupo armado. Así,
cuando el Estado organiza, coordina o planea las acciones militares del grupo
armado, aunado a que financia, entrena, equipa u otorga apoyo operacional a ese
grupo, su intervención es de tal magnitud que se está frente a un conflicto armado
internacional.233 Esta forma de participación ya reconocida por el TPIY se
denomina de control genérico (overall control).

Se considera que un territorio está ocupado cuando se encuentra bajo la


autoridad del ejército invasor; pero esta autoridad sólo se extiende y ejerce sus
funciones en el territorio ocupado por la fuerza extranjera.234

231
Dondé Matute, F. Javier; op. cit. p. 79.
232 Véase Prosecutor vs. Lubanga, Case No. ICC-01/04-01/06 (Pre-Trial Chamber I), Decisión on the
confirmation of charges, 29 de enero de 2007, párr. 209. Cit. por Dondé Matute, F. Javier; op. cit. p. 79.
233 Véase Prosecutor vs. Lubanga, Case No. ICC-01/04-01/06 (Pre-Trial Chamber I), Decisión on the
confirmation of charges, 29 de enero de 2007, párr. 211. Cit. por Dondé Matute, F. Javier; op. cit. p. 79.
234 Ibídem, párr. 212. Cit. por Dondé Matute, F. Javier; op. cit. p. 79.
En otro otros asuntos, la Sala señaló que para efectos del inc. f) del párr. 2
del art. 8, un conflicto armado será no internacional y superará el umbral del
conflicto interno cuando los grupos armados tengan la capacidad de planear y
llevar a cabo operaciones militares durante un periodo prolongado.235

A continuación, se establece un cuadro comparativo de crímenes de guerra


en el contexto internacional y crímenes en el contexto no internacional:

Crímenes de guerra.236

Crímenes en contexto Crímenes en contexto Observaciones


internacional no internacional
Homicidio intencional. Los atentados contra la En el conflicto no internacional
vida y la integridad se hace referencia a los
corporal, en especial el atentados contra la vida y la
homicidio en todas sus integridad corporal, lo cual no
formas. necesariamente incluye el
homicidio intencional, ya que
esta hipótesis es más amplia.
En este rubro se podrían incluir,
por ejemplo, las lesiones que
atentan contra la integridad
corporal.
La tortura o los tratos Las mutilaciones, los Si bien ambos contextos
inhumanos, incluidos tratos crueles y la incluyen la tortura, lo hacen de
los experimentos tortura. manera distinta. Así, las
biológicos. mutilaciones a las que se refiere
el crimen de guerra en contexto
no internacional podrían
considerarse como un trato
inhumano en un conflicto
internacional. Por el contrario,
los experimentos biológicos
podrían ser tratos crueles.
El hecho de causar No hay equivalente. Este crimen podría tener una
grandes sufrimientos equivalencia limitada en un
de manera deliberada conflicto armado no
o de atentar internacional, ya que se refiere
gravemente contra la a los atentados contra la
integridad física o la integridad física, y los crímenes

235 Ibídem, párr. 234. Cit. por Dondé Matute, F. Javier; op. cit. p. 79.
236
Dondé Matute, F. Javier; op. cit. p. 80.
salud. de guerra en conflicto no
internacional contemplan dicha
hipótesis.
El hecho deliberado de Las condenas dictadas y Los contenidos en el crimen de
privar a un prisionero las ejecuciones sin juicio guerra de conflicto no
de guerra o a otra previo ante un tribunal internacional son más amplios y
persona protegida de regularmente protegen más a la persona que
su derecho a ser constituido, con todas los que contiene el crimen de
juzgado legítima e las garantías judiciales conflicto internacional.
imparcialmente. reconocidas en general
como indispensables.
La destrucción y No hay equivalente. Ninguna.
apropiación de bienes,
que no están
justificadas por
necesidades militares,
y que son efectuadas a
gran escala ilícita y
arbitrariamente.

(Continuación)237

Crímenes en contexto Crímenes en contexto Observaciones


internacional no internacional
La deportación, el traslado No hay equivalente. Ninguna.
ilegal o el confinamiento
ilegal.
La toma de rehenes. La toma de rehenes. Ninguna.
Dirigir ataques intencionales Dirigir ataques Ninguna.
contra la población civil en intencionales contra la
cuanto tal, o contra población civil como tal, o
personas civiles que no contra civiles que no
participen directamente en participen directamente en
las hostilidades. las hostilidades.
Dirigir ataques intencionales No hay equivalente. Ninguna.
contra bienes civiles, es
decir, bienes que no son
objetivos militares.
Dirigir ataques intencionales Dirigir ataques Ninguna.
contra personal, intencionales contra
instalaciones, material, personal, instalaciones,
unidades o vehículos material, unidades o
participantes en una misión vehículos participantes en
de mantenimiento de la paz una misión de

237
Dondé Matute, F. Javier; op. cit. p. 81.
o de asistencia humanitaria mantenimiento de la paz o
de conformidad con la Carta de asistencia humanitaria
de las Naciones Unidas, de conformidad con la
siempre que tengan Carta de las Naciones
derecho a la protección Unidas, siempre que
otorgada a civiles o a bienes tengan derecho a la
civiles con arreglo al protección otorgada a
derecho internacional de los civiles o a bienes civiles
conflictos armados. con arreglo al derecho
internacional de los
conflictos armados.
Lanzar un ataque No hay equivalente. Ninguna.
intencional, a sabiendas de
que causará pérdidas
incidentales de vidas,
lesiones a civiles, daños a
bienes de carácter civil o
daños extensos, duraderos
y graves al medio ambiente
natural que serían
manifiestamente excesivos
en relación con la ventaja
militar concreta y directa de
conjunto que se prevea.
Atacar o bombardear, por No hay equivalente. Este crimen podría tener
cualquier medio, ciudades, su equivalencia en el
aldeas, viviendas o edificios contexto de un conflicto
que no estén defendidos y armado no internacional
no sean objetivos militares. . según la hipótesis que
prohíbe los ataques
contra población civil, ya
que en las ciudades,
aldeas, viviendas o
edificios habita población
civil.

(Continuación)238

Crímenes en contexto Crímenes en contexto no Observaciones


internacional internacional
Causar la muerte o No hay equivalente. Ninguna.
lesiones a un
combatiente que haya
depuesto las armas o

238
Dondé Matute, F. Javier; op. cit. p. 82.
que, al no tener medios
para defenderse, se haya
rendido a discreción.
Utilizar de modo indebido No hay equivalente. Ninguna.
la bandera blanca, la
bandera nacional, las
insignias militares o el
uniforme del enemigo o
de las Naciones Unidas,
así como los emblemas
distintivos de los
Convenios de Ginebra, y
causar así la muerte o
lesiones graves.
El traslado, directo o Ordenar el desplazamiento La gran diferencia entre
indirecto, que realice la de la población civil por estos crímenes es la
potencia ocupante de razones relacionadas con ocupación, que no tiene
una parte de su el conflicto, a menos que equivalente en el conflicto
población civil al territorio así lo exija la seguridad de armado no internacional,
ocupado; o la los civiles o por razones pues sólo se da entre
deportación o el traslado militares imperativas. Estados distintos y no en el
de la totalidad o parte de mismo territorio. Así, en el
la población del territorio conflicto armado
ocupado, dentro o fuera internacional, el traslado de
de este territorio. población gira alrededor de
la ocupación, mientras que
en el conflicto no
internacional gira en tono
del propio conflicto. La
similitud es que en ambos
hay desplazamiento de
personas.
Dirigir ataques Dirigir ataques Ninguna.
intencionales contra intencionales contra
edificios dedicados a la edificios dedicados a la
religión, la educación, las religión, la educación, las
artes, las ciencias o la artes, las ciencias o la
beneficencia; los beneficencia; los
monumentos históricos, monumentos históricos, los
los hospitales y los hospitales y otros lugares
lugares en que se agrupa en que se agrupa a
a enfermos y heridos, enfermos y heridos, a
siempre que no sean condición de que no sean
objetivos militares. objetivos militares.
Someter a personas que Someter a las personas Ninguna.
estén en poder de una que estén en poder de la
parte adversa en el otra parte en el conflicto a
conflicto a mutilaciones mutilaciones físicas o a
físicas o a experimentos experimentos médicos o
médicos o científicos de científicos de cualquier tipo
cualquier tipo que no que no estén justificados
estén justificados en en razón de un tratamiento
razón de un tratamiento médico, dental u
médico, dental u hospitalario ni se lleven a
hospitalario, ni se lleven cabo en su interés, y que
a cabo en su interés, y provoquen la muerte o
que causen la muerte o pongan gravemente en
pongan gravemente en peligro su salud.
peligro su salud.

(Continuación)239

Crímenes en contexto Crímenes en contexto no Observaciones


internacional internacional
Matar o herir a traición a personas Matar o herir a traición a Ninguna.
pertenecientes a la nación o al un combatiente
ejército enemigo. adversario.
Declarar que no se dará cuartel. Declarar que no se dará Ninguna.
cuartel.
Destruir o apoderarse de bienes del Destruir o apoderarse de Ninguna.
enemigo, a menos que las bienes de un adversario, a
necesidades de la guerra lo hagan menos que las
imperativo. necesidades del conflicto
lo hagan imperativo.
Declarar abolidos, suspendidos o No hay equivalente.
Ninguna.
inadmisibles ante un tribunal los
derechos y acciones de los
nacionales de la parte enemiga.
Obligar a los nacionales de la parte No hay equivalente. Ninguna.
enemiga a participar en operaciones
bélicas dirigidas contra su propio
país, aunque hubieran estado al
servicio del beligerante antes del
inicio de la guerra.
Saquear una ciudad o una plaza, Saquear una ciudad o Ninguna.
incluso cuando es tomada por asalto. plaza, incluso cuando es
tomada por asalto.
Emplear veneno o armas No hay equivalente. Ninguna.
envenenadas.
Emplear gases asfixiantes, tóxicos o No hay equivalente. Ninguna.

239
Dondé Matute, F. Javier; op. cit. p. 83.
similares o cualquier líquido, material
o dispositivo análogo.
Emplear balas que se ensanchen o No hay equivalente. Ninguna.
aplasten con facilidad en el cuerpo
humano, como balas de camisa dura
que no recubra totalmente la parte
interior o que tenga incisiones.

(Continuación)240

Crímenes en contexto Crímenes en contexto no Observaciones


internacional internacional
Emplear armas, proyectiles, No hay equivalente. Ninguna.
materiales y métodos de
guerra que, por su propia
naturaleza, causen daños
superfluos o sufrimientos
innecesarios, o surtan
efectos indiscriminados en
violación del derecho
internacional de los
conflictos armados, a
condición de que esas
armas o esos proyectiles,
materiales o métodos de
guerra sean objeto de una
prohibición completa y estén
incluidos en un anexo del
presente Estatuto en virtud
de una enmienda aprobada
de conformidad con las
disposiciones que, sobre el
particular, figuran en los arts.
121 y 123.
Cometer atentados contra la Los ultrajes contra la Ninguna.
dignidad personal, en dignidad personal, en
especial los tratos especial los tratos
humillantes y degradantes. humillantes y degradantes.
Cometer actos de violación, Cometer actos de Ninguna.
esclavitud sexual, violación, esclavitud
prostitución forzada, sexual, prostitución
embarazo forzado (definido forzada, embarazo forzado
en el apartado f) del párr. 2 (definido en el apartado f)
del art. 7), esterilización del párr. 2 del art. 7),

240
Dondé Matute, F. Javier; op. cit. p. 84.
forzada y cualquier otra esterilización forzada o
forma de violencia sexual cualquier otra forma de
que también constituya una violencia sexual que
infracción grave de los constituya también una
Convenios de Ginebra. violación grave del art. 3
común a los cuatro
Convenios de Ginebra.
Utilizar la presencia de una No hay equivalente. Ninguna.
persona civil u otra persona
protegida para poner ciertos
puntos, zonas o fuerzas
militares a cubierto de
operaciones militares.
Dirigir ataques intencionales Dirigir ataques Ninguna.
contra edificios, material, intencionales contra
unidades y medios de edificios, material,
transporte sanitarios, y unidades y medios de
contra personal que utilice transporte sanitarios y
los emblemas distintivos de contra el personal que
los Convenios de Ginebra de utilice los emblemas
conformidad con el derecho distintivos de los
internacional. Convenios de Ginebra de
conformidad con el
derecho internacional.

(Continuación)241

Crímenes en contexto internacional Crímenes en contexto Observaciones


no internacional
Hacer padecer intencionalmente No hay equivalente. Ninguna.
hambre a la población civil como
método de guerra, privándola de los
objetos indispensables para su
supervivencia, incluido el hecho
intencional de obstaculizar los
suministros de socorro de conformidad
con los Convenios de Ginebra.
Reclutar o alistar a niños menores de Reclutar o alistar a niños Ninguna.
15 años en las fuerzas armadas menores de 15 años en
nacionales o utilizarlos para participar las fuerzas armadas o
activamente en las hostilidades. grupos, o utilizarlos para
participar activamente
en hostilidades.

241
Dondé Matute, F. Javier; op. cit. p. 85.
3.5.4. Crimen de Agresión.

Como se ha dicho, la Corte Penal Internacional puede ejercer su


competencia respecto a cualquiera de los crímenes referidos en el Artículo 5 el
cual limita la competencia de la Corte a los crímenes más graves de trascendencia
para la comunidad internacional en su conjunto. A saber, el crimen de genocidio,
los crímenes de lesa humanidad, los crímenes de guerra (que ya en puntos
anteriores se analizaron) y el crimen de agresión que, como fue señalado con
antelación, podrá conocer la CPI si así es acordado en la reunión prevista para el
1 de enero del 2017.

CAPÍTULO IV.
MARCO NORMATIVO DE LA CORTE PENAL INTERNACIONAL

4.1. Estatuto de Roma de la Corte Penal Internacional.

El Estatuto de Roma de la Corte Penal Internacional fue aprobado por la


Conferencia Diplomática de Plenipotenciarios de las Naciones Unidas el día 17 de
julio 1998 en Roma. Estuvo abierto a la firma del 17 de julio al 17 de octubre de
1998 en Roma y del 18 de octubre de 1998 al 31 de diciembre de 2000 en Nueva
York. Desde el 1 de enero de 2001 la adhesión únicamente es posible mediante el
depósito de los correspondientes instrumentos en poder del Secretario General de
las Naciones Unidas en Nueva York.

Hasta la expiración del plazo para proceder a la firma, el 31 de diciembre de


2002, el Estatuto fue firmado por un total de 139 Estados, incluidos todos los
Estados miembros de la Unión Europea. Poco antes de concluir dicho plazo un
buen número de Estados indecisos procedió a firmar el Estatuto, entre ellos los
Estados Unidos de América e Israel (si bien ambos han comunicado entre tanto a
las Naciones Unidas que no tienen intención de ratificar el Estatuto). Hasta la
fecha, el Estatuto ha sido ratificado por 121 Estados (efectivos al 1 de julio del
2012), de los que Diez ratificaciones tuvieron lugar simultáneamente el 11 de abril
de 2002 con ocasión de una ceremonia solemne en la sede de las Naciones
Unidas; de este modo se alcanzaron las sesenta ratificaciones necesarias para la
entrada en vigor. El Estatuto de Roma entró en vigor el 1 de julio de 2002.

La evolución del proceso de ratificación puede apreciarse en la siguiente


tabla242:

Aprobación (AA), aceptación (A),


Participante Firmado Adhesión(a), Sucesión(d), Ratificación

Afganistán 10 Febrero 2003 a

Albania 18 Julio 1998 31 Enero 2003

Algeria 28 Diciembre 2000

Andorra 18 Julio 1998 30 Abril 2001

Angola 7 Octubre 1998

Antigua y Barbuda 23 Octubre 1998 18 Junio 2001

Argentina 8 Enero 1999 8 Febrero 2001

Armenia 1 Octubre 1999

Australia 9 Diciembre 1998 1 Julio 2002

Austria 7 Octubre 1998 28 Diciembre 2000

Bahamas 29 Diciembre 2000

Bahrain 11 Diciembre 2000

Bangladesh 16 Septiembre 1999 23 Marzo 2010

Barbados 8 Septiembre 2000 10 Diciembre 2002

Bélgica 10 Septiembre 1998 28 Junio 2000

Belize 5 Abril 2000 5 Abril 2000

Benin 24 Septiembre 1999 22 Enero 2002

Bolivia 17 Julio 1998 27 Junio 2002

Bosnia y Herzegovina 17 Julio 2000 11 Abril 2002

Botswana 8 Septiembre 2000 8 Septiembre 2000

Brasil 7 Febrero 2000 20 Junio 2002

Bulgaria 11 Febrero 1999 11 Abril 2002

Burkina Faso 30 Noviembre 1998 16 Abril 2004

Burundi 13 Enero 1999 21 Septiembre 2004

Cambodia 23 Octubre 2000 11 Abril 2002

Camerún 17 Julio 1998

242
http://treaties.un.org/Pages/ViewDetails.aspx?src=TREATY&mtdsg_no=XVIII-
10&chapter=18&lang=en#EndDechttp://untreaty.un.org/ENGLISH/bible/englishinternetbible/partI/chapterX
VIII/treaty17.asp
Canadá 18 Diciembre 1998 7 Julio 2000

Cabo Verde 28 Diciembre 2000 10 Octubre 2011

África Central 7 Diciembre 1999 3 Octubre 2001

Chad 20 Octubre 1999 1 Noviembre 2006

Chile 11 Septiembre 1998 29 Junio 2009

Colombia 10 Diciembre 1998 5 Agosto 2002

Comoros 22 Septiembre 2000 18 Agosto 2006

Congo 17 Julio 1998 3 Mayo 2004

Islas Cook 18 Julio 2008 a

Costa Rica 7 Octubre 1998 7 Junio 2001

Costa de Marfil 30 Noviembre 1998

Croacia 12 Octubre 1998 21 Mayo 2001

Chipre 15 Octubre 1998 7 Marzo 2002

República Checa 13 Abril 1999 21 Julio 2009

República Democrática del Congo 8 Septiembre 2000 11 Abril 2002

Dinamarca 25 Septiembre 1998 21 Junio 2001

Yibuti 7 Octubre 1998 5 Noviembre 2002

Dominica 12 Febrero 2001 a

República Dominicana 8 Septiembre 2000 12 Mayo 2005

Ecuador 7 Octubre 1998 5 Febrero 2002

Egipto 26 Diciembre 2000

Eritrea 7 Octubre 1998

Estonia 27 Diciembre 1999 30 Enero 2002

Fiji 29 Noviembre 1999 29 Noviembre 1999

Finlandia 7 Octubre 1998 29 Diciembre 2000

Francia 18 Julio 1998 9 Junio 2000

Gabón 22 Diciembre 1998 20 Septiembre 2000

Gambia 4 Diciembre 1998 28 Junio 2002

Georgia 18 Julio 1998 5 Septiembre 2003

Alemania 10 Diciembre 1998 11 Diciembre 2000

Ghana 18 Julio 1998 20 Diciembre 1999

Grecia 18 Julio 1998 15 Mayo 2002

Grenada 19 Mayo 2011 a

Guatemala 2 Abril 2012 a

Guinea 7 Septiembre 2000 14 Julio 2003

Guinea-Bissau 12 Septiembre 2000

Guyana 28 Diciembre 2000 24 Septiembre 2004

Haití 26 Febrero 1999

Honduras 7 Octubre 1998 1 Julio 2002


Hungría 15 Enero 1999 30 Noviembre 2001

Islandia 26 Agosto 1998 25 Mayo 2000

República Islámica de Irán 31 Diciembre 2000

Irlanda 7 Octubre 1998 11 Abril 2002

Israel 31 Diciembre 2000

Italia 18 Julio 1998 26 Julio 1999

Jamaica 8 Septiembre 2000

Japón 17 Julio 2007 a

Jordania 7 Octubre 1998 11 Abril 2002

Kenya 11 Agosto 1999 15 Marzo 2005

Kuwait 8 Septiembre 2000

Kirguistán 8 Diciembre 1998

Latvia 22 Abril 1999 28 Junio 2002

Lesoto 30 Noviembre 1998 6 Septiembre 2000

Liberia 17 Julio 1998 22 Septiembre 2004

Liechtenstein 18 Julio 1998 2 Octubre 2001

Lituania 10 Diciembre 1998 12 Mayo 2003

Luxemburgo 13 Octubre 1998 8 Septiembre 2000

Madagascar 18 Julio 1998 14 Marzo 2008

Malawi 2 Marzo 1999 19 Septiembre 2002

Maldivias 21 Septiembre 2011 a

Mali 17 Julio 1998 16 Agosto 2000

Malta 17 Julio 1998 29 Noviembre 2002

Islas Marshall 6 Septiembre 2000 7 Diciembre 2000

Islas Mauricio 11 Noviembre 1998 5 Marzo 2002

México 7 Septiembre 2000 28 Octubre 2005

Mónaco 18 Julio 1998

Mongolia 29 Diciembre 2000 11 Abril 2002

Montenegro 23 Octubre 2006 d

Marruecos 8 Septiembre 2000

Mozambique 28 Diciembre 2000

Namibia 27 Octubre 1998 25 Junio 2002

Nauru 13 Diciembre 2000 12 Noviembre 2001

Países Bajos6 18 Julio 1998 17 Julio 2001 A

Nueva Zelanda7 7 Octubre 1998 7 Septiembre 2000

Níger 17 Julio 1998 11 Abril 2002

Nigeria 1 Junio 2000 27 Septiembre 2001

Noruega 28 Agosto 1998 16 Febrero 2000

Omán 20 Diciembre 2000


Panamá 18 Julio 1998 21 Marzo 2002

Paraguay 7 Octubre 1998 14 Mayo 2001

Perú 7 Diciembre 2000 10 Noviembre 2001

Filipinas 28 Diciembre 2000 30 Agosto 2011

Polonia 9 Abril 1999 12 Noviembre 2001

Portugal 7 Octubre 1998 5 Febrero 2002

República de Corea 8 Marzo 2000 13 Noviembre 2002

República de Moldova 8 Septiembre 2000 12 Octubre 2010

Rumania 7 Julio 1999 11 Abril 2002

Federación Rusa 13 Septiembre 2000

Samoa 17 Julio 1998 16 Septiembre 2002

San Marino 18 Julio 1998 13 Mayo 1999

San Tomás y Príncipe 28 Diciembre 2000

Senegal 18 Julio 1998 2 Febrero 1999

Serbia 19 Diciembre 2000 6 Septiembre 2001

Seychelles 28 Diciembre 2000 10 Agosto 2010

Sierra Leona 17 Octubre 1998 15 Septiembre 2000

Eslovaquia 23 Diciembre 1998 11 Abril 2002

Eslovenia 7 Octubre 1998 31 Diciembre 2001

Islas Salomón 3 Diciembre 1998

Sudáfrica 17 Julio 1998 27 Noviembre 2000

España 18 Julio 1998 24 Octubre 2000

San Cristóbal y Nieves 22 Agosto 2006 a

Santa Lucía 27 Agosto 1999 18 Agosto 2010

San Vicente y las Granadinas 3 Diciembre 2002 a

Sudán 8 Septiembre 2000

Suriname 15 Julio 2008 a

Suecia 7 Octubre 1998 28 Junio 2001

Suiza 18 Julio 1998 12 Octubre 2001

Siria 29 Noviembre 2000

Tayikistán 30 Noviembre 1998 5 Mayo 2000

Tailandia 2 Octubre 2000

Ex-Yugoslavia 7 Octubre 1998 6 Marzo 2002

Timor-Leste 6 Septiembre 2002 a

Trinidad y Tobago 23 Marzo 1999 6 Abril 1999

Túnez 24 Junio 2011 a

Uganda 17 Marzo 1999 14 Junio 2002

Ucrania 20 Enero 2000

Emiratos Árabes Unidos 27 Noviembre 2000


Reino Unido y Irlanda del Norte 30 Noviembre 1998 4 Octubre 2001

Tanzania 29 Diciembre 2000 20 Agosto 2002

Estados Unidos de América 31 Diciembre 2000

Uruguay 19 Diciembre 2000 28 Junio 2002

Urbejistán 29 Diciembre 2000

Vanuatu 2 Diciembre 2011 a

Venezuela 14 Octubre 1998 7 Junio 2000

Yemen 28 Diciembre 2000

Zambia 17 Julio 1998 13 Noviembre 2002

Zimbabwe 17 Julio 1998

Los Estados que aparecen subrayados en la tabla, son aquellos que


creyeron conveniente realizar una declaración o condicionamiento conserniente a
la forma en que los artículos de la CPI podrían aplicar en sus territorios y sobre
temas específicos que, en su momento, consideraron pertinentes. Lo que deriva
en una serie de declaraciones, notificaciones, reservas y demás formas de diálogo
entre Estados; todos registrados por la CPI.

El Estatuto crea la Corte Penal Internacional como institución permanente


con sede en La Haya (Países Bajos). La Corte Penal Internacional no reemplaza
la jurisdicción nacional de los Estados. Tampoco es un tribunal de última instancia
con competencia para revisar los procedimientos de la jurisdicción penal nacional.
Antes bien, la Corte Penal Internacional tiene carácter complementario de las
jurisdicciones penales nacionales, cuya primacía queda reconocida en distintas
disposiciones del Estatuto.

En el estatuto se da cita el pensamiento jurídico de la pluralidad cultural de


la familia humana. Todo paradigma político que abogara por el genocidio y la
eliminación de la faz de la tierra de alguna colectividad y de personas a ella
pertenecientes debe ser contenido por todos los medios, uno de ellos, la
posibilidad de juzgar, hacer justicia y castigar. En el estatuto se plasmó la
codificación de normas convencionales y consuetudinarias existentes. Fructificó un
laborioso esfuerzo de clarificación técnica. Se magnificaron como punta de lanza
de toda una concepción de civilización los principios del Derecho Penal y se
impulsaron nuevos desarrollos normativos sobresalientes. Su articulado contiene
las definiciones de los crímenes, el esquema complejo del procedimiento, las
obligaciones de los Estados de colaborar con la corte, un catálogo amplio de
garantías para los inculpados, las víctimas y los testigos.

El Estatuto recoge los principales puntos rectores de la labor de la Corte


Penal Internacional:

La Corte sólo puede conocer de un asunto cuando un Estado que tenga


jurisdicción sobre él no esté dispuesto a llevar a cabo la investigación o el
enjuiciamiento o no pueda realmente hacerlo (principio de
complementariedad, Artículo 17);
El Estado que pasa a ser Parte en el presente Estatuto acepta por ello la
competencia de la Corte respecto de los crímenes a que se refiere el
Artículo 5 (jurisdicción automática); la Corte puede ejercer su competencia
si el Estado en cuyo territorio haya tenido lugar la conducta de que se trate
o el Estado del que sea nacional el acusado del crimen ha aceptado la
competencia de la Corte.
La Corte puede ejercer su competencia respecto de cualquiera de los
crímenes a que se refiere el Artículo 5 si un Estado Parte remite al Fiscal,
de conformidad con el Artículo 14, una situación en que parezca haberse
cometido uno o varios de esos crímenes. Si el Consejo de Seguridad,
actuando con arreglo a lo dispuesto en el Capítulo VII de la Carta de las
Naciones Unidas, remite al fiscal una situación en que parezca haberse
cometido uno o varios de esos crímenes; o si el Fiscal ha iniciado una
investigación respecto de un crimen de ese tipo (de conformidad con lo
dispuesto en Artículo 15). La competencia de la Corte se limita a los
crímenes más graves de trascendencia para la comunidad internacional en
su conjunto, a saber, el crimen de genocidio, los crímenes de lesa
humanidad, los crímenes de guerra y el crimen de agresión.
El Estatuto, subdividido en 13 partes y 128 artículos, define los distintos
crímenes, regula la competencia, el establecimiento, la composición y la
financiación de la Corte y los principios generales del Derecho Penal, las penas, el
procedimiento, la ejecución de las penas y la cooperación internacional, así como
la asistencia judicial. Se hace especial hincapié en la observancia de los principios
del Estado de Derecho nullum crimen sine lege, nulla poena sine lege,
irretroactividad ratione personae, non bis in idem, responsabilidad penal individual
y derechos del acusado. La Corte no puede imponer la pena de muerte.

El Estatuto es un tratado internacional completo y detallado mediante el


cual se ha logrado conjugar y desarrollar el Derecho Penal Internacional en una
obra de codificación uniforme que toma en cuenta los distintos sistemas penales
de los Estados miembros de las Naciones Unidas y sus respectivas tradiciones
jurídicas. Por consiguiente, el Estatuto de Roma, independientemente de su
carácter de compromiso general y de los numerosos compromisos concretos que
contiene, constituye un avance extraordinariamente importante en el empeño de
consolidar el imperio de la ley en las relaciones internacionales. El Estatuto
reafirma el principio de la responsabilidad penal individual como principio rector de
un orden mundial basado en la paz y la justicia, en el cual también pueden
castigarse individualmente las violaciones más graves del Derecho Internacional
en cuanto a agresión contra la comunidad internacional en su conjunto. Un logro
trascendental desde el punto de vista jurídico-internacional consiste en que los
individuos que violen las obligaciones frente a la comunidad internacional en su
conjunto han de responder, dado el caso, ante una institución judicial internacional
independiente. Por tanto, la Corte Penal Internacional representa una justicia
ejercida en nombre de la comunidad internacional.

4.2. Contenido del Estatuto de Roma de la Corte Penal Internacional

En numerosos ámbitos el contenido del Estatuto reafirma y consolida el


Derecho Internacional vigente, en tanto que en algunos campos abre nuevos
horizontes. Desde el punto de vista institucional la Corte Penal Internacional se
situará junto a la Corte Internacional de Justicia, que tiene su sede igualmente en
La Haya y que es competente para conocer de litigios entre Estados. Mediante un
acuerdo especial la Corte estará estrechamente vinculada con las Naciones
Unidas, pero no forma parte de su organización. La Corte Penal Internacional es
una institución permanente con personalidad jurídica internacional.

La competencia de la Corte abarca el crimen de genocidio, los crímenes de


lesa humanidad, los crímenes de guerra (Artículos 6 a 8 del Estatuto) y el crimen
de agresión -cuya circunstancia ya había sido explicada-, que tomados en su
conjunto constituyen una nueva codificación, que podría definirse como "parte
especial del Derecho Penal Internacional sustantivo.” Esta codificación plasmada
por la comunidad internacional se basa en instrumentos de Derecho Internacional
y fuentes ya existentes:

Genocidio (Artículo 6): se corresponde con la Convención para la


Prevención y la Sanción del Delito de Genocidio del año 1948 (BGBl 1954 II
p. 729);

Crímenes de lesa humanidad (Artículo 7): para las negociaciones en


principio sirvió de base el Estatuto del Tribunal Militar Internacional de
Nuremberg. Otros elementos orientadores importantes fueron los estatutos
de los dos tribunales penales ad hoc constituidos para la antigua
Yugoslavia y Ruanda;

Crímenes de guerra (Artículo 8): en total cincuenta tipos penales proceden


en su mayoría de instrumentos pertinentes del Derecho Internacional
Humanitario. Especiales dificultades planteó la transposición en tipos
penales jurídico-internacionales específicos de las numerosas prohibiciones
contenidas en las fuentes jurídicas disponibles. Las fuentes de los distintos
tipos de crímenes de guerra son:
Los cuatro Convenios de Ginebra relativos a la protección de
personas civiles en tiempos de guerra, el trato de los prisioneros de
guerra, para mejorar la suerte de los heridos y enfermos y náufragos
de las Fuerzas Armadas en el mar y para mejorar la suerte de los
heridos y enfermos de las Fuerzas Armadas en campaña, del año
1949 (BGBl 1954 II p. 781);

Los Protocolos adicionales I y II a los Convenios de Ginebra del 12


de agosto de 1949 relativos a la protección de las víctimas de los
conflictos armados internacionales y sin carácter internacional, del 8
de junio de 1977 (BGBl 1990 II p. 1550, 1637);

El Cuarto Convenio de La Haya sobre leyes y usos de la guerra


terrestre, del 18 de octubre de 1907, a cual están anexadas las
normas relativas a las leyes y usos de la guerra terrestre
(disposiciones de La Haya sobre la guerra terrestre) (RGBl 1901
p. 5); las declaraciones del 29 de julio de 1899 sobre la prohibición
del empleo de proyectiles que tienen por único objeto expandir gases
asfixiantes o deletéreos y sobre la prohibición de proyectiles que se
dilatan o aplastan fácilmente el cuerpo humano (RGBl 1901 p. 474
ss.);

El Protocolo del 17 de junio de 1925 relativo a la prohibición del


empleo en la guerra de gases asfixiantes, tóxicos o similares o
procedimientos análogos (medios bacteriológicos) (RGBl 1925 II p.
405).

En el Artículo 7 el Estatuto regula los crímenes de lesa humanidad, que


trascienden el tipo relativamente restrictivo del crimen de genocidio (Artículo 6) y
constituyen un grupo de tipos autónomo frente a los crímenes de guerra, con el fin
de castigar las violaciones especialmente graves de los derechos humanos
también en tiempos de paz. Por tanto, la formulación de los crímenes de guerra en
el Artículo 8 sobre todo significa una importante consolidación de la evolución
reciente del Derecho Internacional Humanitario, por cuanto abarca en buena
medida también las violaciones del Derecho Internacional Humanitario en
conflictos armados sin carácter internacional.

Bajo el título "De los principios generales de Derecho Penal", la Parte III
presenta por primera vez en un tratado de Derecho Internacional una normativa
integral que bien puede calificarse como "parte general del Derecho Penal
Internacional.” Los principios generales del Derecho Penal en virtud del Estatuto
incorporan la jurisprudencia tanto internacional como nacional sobre el Derecho
Penal Internacional y las diversas tradiciones del Derecho Penal, de igual manera
abordan prácticamente todas las cuestiones clave de la dogmática penal general
(por ejemplo participación de varias personas en la comisión de un delito,
responsabilidad penal por omisión e imprescriptibilidad). En conjunción con los
tipos penales del Estatuto, la Parte III traza un concepto de crimen contra el
Derecho Internacional que se compone de los tres siguientes elementos
esenciales: descripción de los elementos objetivos y, en su caso, especiales de un
tipo penal en el ámbito del Derecho Internacional, concurrencia de los elementos
subjetivos en el tipo de injusto y ausencia de una causa de exclusión de la
responsabilidad penal. En este contexto es de subrayar que las circunstancias
eximentes de la responsabilidad penal abarcan las causas de justificación,
inculpabilidad y exculpación en el sentido de la dogmática penal alemana, sin
distinguir entre los distintos niveles sistemáticos.
La regulación y graduación de las penas que puede imponer la Corte
guardan una estrecha relación con los principios generales del Derecho Penal y el
concurso de delitos (Parte VII). Junto a la exclusión de la pena de muerte es de
destacar que, en caso de haberse impuesto una pena de reclusión a perpetuidad,
la Corte tiene la posibilidad de volver a considerar y en su caso, reducir la pena al
cabo de 25 años.

La Parte IV (De la composición y administración de la Corte) regula la


organización de la Corte, a saber, los órganos de la Corte, el desempeño de cargo
de magistrado; las condiciones que han de reunir los magistrados y su elección, la
constitución de las salas y los asuntos relacionados con la estructura y el personal
de la fiscalía y la secretaría. La Corte Penal Internacional estará compuesta de los
órganos siguientes: la Presidencia, una Sección de Apelaciones, una Sección de
Primera Instancia y una Sección de Cuestiones Preliminares; la Fiscalía y la
Secretaría.

Las Partes V, VI y VIII del Estatuto contienen los elementos esenciales del
Derecho Procesal Penal Internacional. En tanto que el texto de los estatutos de los
dos tribunales penales ad hoc aún refleja en gran medida la doctrina procesal
penal anglosajona, el Estatuto de la Corte Penal Internacional emprende el
ambicioso y en gran medida novedoso intento de sintetizar las distintas familias
jurídicas. Por ejemplo, el procedimiento de la Corte Penal Internacional no se
plantea como mero proceso entre partes, sino que ofrece la posibilidad de que los
magistrados esclarezcan el caso más allá de los hechos presentados y las
pruebas aportadas por las partes. Es de subrayar el permanente propósito del
Estatuto de plasmar procedimentalmente las exigencias derivadas de la vigencia
de los principios del Estado de Derecho. Los derechos del acusado se formulan en
consonancia con los instrumentos pertinentes de la protección internacional de los
derechos humanos. Además, las normas de procedimiento tratan
sistemáticamente de proporcionar la mayor protección posible a los testigos y a las
víctimas. El procedimiento de primera instancia ante la Corte abarca la instrucción
de la causa, la celebración de una audiencia para confirmar los cargos ante la
Sala de Cuestiones Preliminares y el juicio plenario con la vista principal ante la
Sala de Primera Instancia. Los fallos dictados en primera instancia son apelables
ante la Sala de Apelaciones. También se puede pedir a la Sala de Apelaciones la
revisión del fallo definitivo condenatorio o la pena en casos tasados.

La cooperación entre los Estados y la Corte, se regula en la parte IX y


aborda al especial valor de la persecución de los crímenes contra el Derecho
Internacional por parte de la Corte en caso de que a nivel estatal no exista la
suficiente capacidad o voluntad, se distingue nítidamente de las soluciones
usuales entre Estados. En concreto, se limitan al máximo las causas de exclusión
de la entrega de sospechosos a la Corte y, en particular, el deber de entrega se
extiende también a los nacionales del Estado requerido. Asimismo los Estados
Partes han de adoptar todas las demás medidas de cooperación y asistencia que
solicite la Corte, a no ser que contravengan principios jurídicos esenciales de su
propio ordenamiento jurídico.

En cambio, las disposiciones de la parte X relativas a la ejecución por los


Estados Partes de las penas privativas de libertad impuestas por la Corte parten
del principio del consentimiento estatal expreso: la pena se cumplirá en un Estado
designado por la Corte sobre la base de una lista de Estados que hayan
manifestado estar dispuestos a recibir condenados. Además, el Estado designado
de entre los Estados incluidos en la lista ha de indicar a la Corte si acepta la
designación en el caso concreto. De no designarse un Estado conforme ha dicho
sistema, la pena privativa de libertad se cumplirá en el establecimiento
penitenciario que designen los Países Bajos en su calidad de Estado anfitrión, de
conformidad con las condiciones estipuladas en el acuerdo relativo a la sede de la
Corte.
Las partes XI a XIII del Estatuto regulan la organización y funciones de la
Asamblea de los Estados Partes, la financiación de la Corte y las disposiciones
finales del Estatuto.

4.2.1.- Los intereses de la justicia en el contenido del Estatuto de Roma de la


Corte Penal Internacional.

El art. 53 del Estatuto de Roma de la Corte Penal Internacional (CPI) le


otorga al Fiscal la gran responsabilidad de decidir «el tiempo de iniciar una
investigación», o si ya esta iniciada, «si ésta no es una suficiente base para una
persecución penal internacional». En la toma de estas discrecionales decisiones,
el mencionado Estatuto de Roma, establece que el factor a ser considerado por el
Fiscal son los «intereses de justicia», situación que puede ser revisada por la Sala
de Cuestiones Preliminares.243

Para algunos, los «intereses de justicia» deben ser interpretados a la luz de


los objetivos y propósitos del Tratado de Roma, como el Preámbulo, y el contexto
en el cual se le dio vida a este Tribunal Penal de Naciones Unidas.244

Específicamente, el Fiscal puede no iniciar una investigación o decidir no


continuar una investigación ya iniciada hacia el juicio por el desarrollo de niveles
nacionales, tales como amnistías, Comisiones de la Verdad, o la implementación
de tradicionales métodos de reconciliación, o porque concierne considerar
procesos de paz, o sería contraria al objetivo y el propósito del Estatuto de Roma.

Según la Convención de Viena de 1969 sobre el Derecho de los Tratados


(art. 31), un tratado será interpretado de acuerdo:

243
Ruiz, Javier A.: Los «intereses de justicia» en el estatuto de roma de la corte penal internacional. Art. publ.
en Víctor Bazán (Director): La judicialización de los derechos humanos; 1ª ed. Ed. Ediciones legales, Lima-
Perú 2009. p. 301.
244
Ruiz, Javier A.: op. Cit., p. 302.
1) al significado ordinario a ser dado a los términos del tratado, en su
contexto y a la luz de su objeto y propósitos;
2) toda norma relevante de derecho internacional aplicable.

Así, el propio art. 21 del Estatuto de Roma, indica que la Corte aplicará en
primer lugar el Estatuto, los elementos de los crímenes y las Reglas de
Procedimiento y Evidencia y, en segundo lugar, donde sea apropiado, los tratados
y principios y reglas de derecho internacional. 245

Sin embargo, si se considera a la frase como construida en el contexto del


Estatuto de Roma, incluyendo el Preámbulo y el art. 16, el cual permite al Consejo
de Seguridad de la ONU deferir a la Corte una investigación o persecución por el
término de doce meses, basándose en consideraciones a la paz y seguridad
internacionales, está claro que empezamos a observar aquí algunos límites a la
«amplia» discrecionalidad permitida a la Fiscalía.

Con respecto al inicio de una investigación, el texto del art. 53 indica: "...Al
decidir si ha de iniciar una investigación, el Fiscal tendrá en cuenta si: (...) entre
otras cosas existen razones sustanciales para creer que, aun teniendo en cuenta
la gravedad del crimen y los intereses de las víctimas, una investigación no
redundaría en interés de la justicia...". De igual forma, el 2° párr. permite que el
Fiscal concluya que «no hay fundamento suficiente para el enjuiciamiento, ya que:
"...c) El enjuiciamiento no redundaría en interés de la justicia, teniendo en cuenta
todas las circunstancias, entre ellas, la gravedad del crimen, los intereses de las
víctimas y la edad o enfermedad del presunto autor y su participación en el
presunto crimen..." 246.

245
Ibidem.
246 El Estatuto de Roma puede leerse en icc-cpi.int/RomeStatute/pdf. También, ver al respecto Priotti, Anahí,
La Corte Penal Internacional, T° I, Editora UNR.
Tengamos en cuenta que a la fecha de confeccionar este trabajo son 105 los Estados que ratificaron el
Estatuto; la última ratificación tuvo lugar el 17 de julio de 2007, cuando Japón accedió al sistema de la Corte
(entró en vigor para ese país el 1 ° de octubre de 2007). Cit. por Ruiz, Javier A.: Los «intereses de justicia» en
el estatuto de roma de la corte penal internacional. Art. publ. en Víctor Bazán (Director): La judicialización de
los derechos humanos; op. cit. p. 303.
Así, el Fiscal tiene una discreción sujeta a la revisión de la Sala de
Cuestiones Preliminares, para determinar no iniciar una investigación o no llevarla
a juicio, basada en los intereses de justicia. La problemática, es cómo la
discreción debe ser ejercida y cuándo debe limitarse la misma.

Esta problemática fue objeto de intensos debates en la Conferencia de


Roma y en los trabajos de la Comisión Preparatoria que dio a luz al Tratado de
Roma. Para muchos, también los intereses de justicia permitirían al Fiscal
considerar la existencia de amnistías nacionales o procesos de Comisiones de la
Verdad, o negociaciones de paz, como factores a ser evaluados, antes o para no
iniciar una investigación247.

Por otra parte, se debe hacer mención de la falta de poder de la Fiscalía


para suspender investigaciones por razones políticas.

Se ha concluido que el poder y el deber de suspender investigaciones con


apoyo en el art. 53 se da en toda situación donde se determine que la
investigación interferiría en negociaciones políticas con facciones guerrilleras para
poner fin a un conflicto armado. Así podemos establecer también que tales
suspensiones no terminarían con la impunidad. Sin embargo no está claro cuándo
el Fiscal lo deferiría a una investigación nacional.

La Conferencia Diplomática de Roma ha señalado que el Fiscal no tiene


este poder político, un poder político que los borradores del Estatuto de Roma,
intentaban que sea ejercido por un cuerpo político, el Consejo de Seguridad de la

247Kirsch, Philippe (canadiense, Director de la Conferencia Diplomática de Roma y Presidente de la Corte


Penal Internacional), observó que los «intereses de justicia» del art. 53 reflejan una «ambigüedad creativa»,
otorgándole a la Fiscalía el poder de reconocer una amnistía como excepción a la jurisdicción de la Corte
(citado por Scharf, Michael, en «The Amnesty Exception to the Jurisdiction of the International Criminal
Court», en Cornell International Law Journal, vol. 32, 1999, pp. 507/ 522). Cit. por Ruiz, Javier A.: Los
«intereses de justicia» en el estatuto de roma de la corte penal internacional. Art. publ. en Víctor Bazán
(Director): La judicialización de los derechos humanos; op. cit. p. 304.
ONU, con apoyo en el Capítulo VII de la Carta de la ONU y el propio art. 16 del
Estatuto.

Mientras el Fiscal tiene el mismo poder (bajo el Estatuto de Roma) que el


Consejo de Seguridad de la ONU, para suspender investigaciones por razones
políticas, esta facultad no debería ejercerse si pone en peligro a las víctimas y a
los testigos.

Hay sólo tres previsiones expresas en el Estatuto de Roma que permiten


suspensiones de investigaciones: los arts. 16,18 y 19. Lo que demuestra que los
borradores del tratado no intentaron que las investigaciones se pudieran
suspender en otras circunstancias. De esta manera se concluye que sólo el
Consejo de Seguridad de la ONU podría tomar la decisión política de suspender
una investigación que influiría en negociaciones políticas para poner fin a
conflictos armados, ya que es, cuerpo político íntegramente fuera de la Corte, y
tiene su origen en el art. 16248, diciendo que "fue creada para ser una institución
jurídica imparcial e independiente, (...) actuando sobre los crímenes que
conciernen a la comunidad internacional y poner fin a la impunidad..."249.

Otras previsiones del Tratado de Roma que autorizan al Fiscal a suspender


una investigación se encuentran en los arts. 18 y 19, los cuales gobiernan los
cambios de admisibilidad.

248
El art. 16 del Tratado de Roma dice: «Suspensión de la investigación o el enjuiciamiento. En caso de que
el Consejo de Seguridad de conformidad con una resolución aprobada con arreglo a lo dispuesto en el
Capítulo VII de la Carta de la ONU, pida a la Corte que no inicie o suspenda por un plazo de doce meses la
investigación o el enjuiciamiento que haya iniciado, la Corte procederá a esa suspensión; la petición podrá ser
renovada por el Consejo de Seguridad en las mismas condiciones». Cit. por Ruiz, Javier A.: Los «intereses de
justicia» en el estatuto de roma de la corte penal internacional. Art. publ. en Víctor Bazán (Director): La
judicialización de los derechos humanos; op. cit. p. 305.
249«Un órgano de justicia penal internacional», según los términos utilizados por la Fiscalía del Tribunal
Penal Internacional para la ex Yugoslavia (ICTY), en «Prosecutorvs. Kupreski» (21 de septiembre de 1998),
Decisión entre partes y testigos. Se puede consultar en www.icty.org/ Case№IT-95-16-PT. Cit. por Ruiz,
Javier A.: Los «intereses de justicia» en el estatuto de roma de la corte penal internacional. Art. publ. en
Víctor Bazán (Director): La judicialización de los derechos humanos; op. cit. p. 306.
El art. 18 referente a las decisiones preliminares relativas a la admisibilidad,
establece que el Fiscal puede deferir una investigación cuando recibe una noticia
por el Estado relativa a que se está investigando o se ha investigado a sus
nacionales (del Estado que informa al Fiscal) u otros bajo su jurisdicción, con
respecto a los delitos que están siendo investigados por el Fiscal. A petición de
dicho Estado, el Fiscal se inhibirá de sus competencias a favor del Estado, en
relación con la investigación sobre las personas antes mencionadas, a menos que
la Sala de Cuestiones Preliminares decida a petición del Fiscal autorizar la
investigación.

El art. 19 que habla de la impugnación de la competencia de la Corte o de


la admisibilidad de la causa, requiere que el Fiscal suspenda una investigación
cuando un Estado bajo su jurisdicción sobre un caso determinado, o un Estado en
el que media la aceptación bajo los términos del art. 12 del Estatuto (Estado Parte
del Estatuto o Estado que acepta la jurisdicción de la Corte para determinado
crimen, mediante instrumento depositado en la Secretaría), hasta que la Corte
resuelva según el art. 17 sobre una cuestión de admisibilidad.

Así, podemos entender el «interés de la justicia»250 como una causal para


que el Fiscal de la Corte Penal pueda denegar el inicio de una investigación o un
enjuiciamiento, facultad que se encuentra establecida en el art. 53, incs. 1º y 2°,
del Estatuto251. Es una facultad que ya se encontraba en el art. 54 de los
borradores de la Comisión Preparatoria del Estatuto de Roma, como una
herramienta que aseguraría la independencia del Fiscal por el hecho de poder

250 Ver Robinson, Darryl (canadiense, Legal Officer ICC), «Serving the Interests of Justice: Amnesties,
Truth Commissions and the International Criminal Court», en European Journal on International Law, 2004,
pp. 481/505. Cit. por Ruiz, Javier A.: Los «intereses de justicia» en el estatuto de roma de la corte penal
internacional. Art. publ. en Víctor Bazán (Director): La judicialización de los derechos humanos; op. cit. p.
307.
251 Tener en cuenta además, los conceptos vertidos por Bergsmo, Morten, «Article 53», en Commentary on
the Rome Statute on International Criminal Court, Ed. O. Trifftener, 2003. Cit. por Ruiz, Javier A.: Los
«intereses de justicia» en el estatuto de roma de la corte penal internacional. Art. publ. en Víctor Bazán
(Director): La judicialización de los derechos humanos; op. cit. p. 307.
ejercer sus poderes de manera discrecional252; constatándose que tal facultad no
fue contemplada para el Tribunal Penal Internacional (TPI) para la ex Yugoslavia,
ni para el TPI para Rwanda.

El propio Estatuto no otorga una definición sobre los intereses de la justicia,


sino que el art. 53 sólo se limita a señalar una serie de situaciones, meramente
ejemplificativas al ojo de cualquier lector y al de una importante corriente de
doctrina, en las que se puede basar este interés de la justicia para denegar una
investigación o un enjuiciamiento.253

Es importante recalcar que: bajo el derecho internacional hay una


obligación de perseguir (o enjuiciar) los crímenes internacionales, apoyándonos en
el derecho internacional consuetudinario (costumbre) y en el ius cogens. Las
normas de ius cogens y las obligaciones erga omnes requieren que los Estados
castiguen a los perpetradores de delitos, tales como el genocidio, crímenes contra
la humanidad, crímenes de guerra y crímenes de agresión. La obligación extraditar
o juzgar, también mencionada como principio de jurisdicción universal,
actualmente puede encontrarse en más de setenta convenciones concernientes al
derecho penal internacional.

Hoy es reconocido por el derecho internacional consuetudinario que la


obligación de cada Estado-Nación es investigar e iniciar enjuiciamientos o
extraditar a toda persona en su territorio o quienes sean razonablemente
acusados de haber cometido crímenes de guerra, genocidio o crímenes contra la
humanidad.

252 Ver el brillante trabajo realizado por Mc Donald, Avril (Investigadora Jefe de la Sección Derecho
Internacional Humanitario, TMC Asser Instituute, La Haya) y Haveman, Roelof (Director del Programa
Grotius Centre for International Legal Studies, Leiden University, Campus Den Haag), «The Prosecutorial
Discretion - Some Thoughts on Objectifying the Exercise of Prosecutorial Discretion by the Prosecutor of the
ICC», Reino de Holanda, 2003. Puede consultarse en icc-cpi.int/otp/experts. Cit. por Ruiz, Javier A.: Los
«intereses de justicia» en el estatuto de roma de la corte penal internacional. Art. publ. en Víctor Bazán
(Director): La judicialización de los derechos humanos; op. cit. p. 307.
253
Ruiz, Javier A.: Los «intereses de justicia» en el estatuto de roma de la corte penal internacional. Art. publ.
en Víctor Bazán (Director): La judicialización de los derechos humanos; op. cit. p. 308.
Esto significa que la jurisdicción sobre los crímenes bajo la órbita del
Estatuto de Roma ha alcanzado el status de derecho internacional
consuetudinario. La obligación de perseguir el delito de genocidio deriva de la
Convención de 1948; la de perseguir los más graves crímenes de guerra deriva de
las Convenciones de Ginebra (1949) y la obligación de perseguir crímenes contra
la humanidad deriva del derecho internacional consuetudinario.254

En otro orden de ideas, pero que afectan e influyen en los intereses de la


justicia, se encuentran las circunstancias comunes para denegar la investigación o
el enjuiciamiento, se encuentran la gravedad del crimen y el interés de las
víctimas.

Respecto de algunos delitos, en atención a su escasa gravedad y al alto


impacto económico y social que implicaría ejercer la acción penal, la facultad
discrecional de los fiscales nacionales o jueces de instrucción está plenamente
justificada. La CPI tiene competencia sobre los crímenes de mayor trascendencia
para la comunidad internacional, genocidio, crímenes de guerra y de lesa
humanidad. De ahí que la gravedad del crimen deba tomarse en consideración a
factores tales como el grado del desarrollo del crimen (situación prevista en el art.
25.3.T del Estatuto), aspectos que hacen a la complicidad o encubrimiento, y la
concurrencia de situaciones excluyentes de responsabilidad penal (situación
prevista en los arts. 26, 31, 32 y 33 del Estatuto), como así también el bien jurídico
lesionado, la extensión del daño causado a las víctimas y la colaboración del
sospechoso o imputado en el esclarecimiento de otros crímenes de mayor
gravedad.255

Así también, por lo que respecta a los intereses de las víctimas, si bien el
Fiscal, en el esquema actual del procedimiento de la CPI, no necesita el
consentimiento de las víctimas para iniciar una investigación o enjuiciar a una

254
Ruiz, Javier A.: Los «intereses de justicia» en el estatuto de roma de la corte penal internacional. Art. publ.
en Víctor Bazán (Director): La judicialización de los derechos humanos; op. cit. pp. 308 y 309.
255
Idem. p. 309.
persona, pueden existir circunstancias en las que la voluntad de las víctimas sea
determinante en el accionar del Fiscal. Dichas situaciones son:
1) ante la inexistencia de otros medios probatorios, la negativa de las
víctimas a prestar testimonio o a practicar diligencias probatorias, impide
establecer antecedentes probatorios para formular cargos contra sospechosos o
acusados (cuestión altamente discutida, ya que la Corte dispone de una gran
amplitud de pruebas y medidas de protección de testigos); y
2) cuando se trate de delitos o atentados contra la propiedad, y las víctimas
hayan sido efectivamente reparadas256257.

Por otra parte se deben mencionar las razones sustanciales creer que una
investigación no redundaría en el interés de la justicia y deberían estar descritas el
art. 53; pero no puede fundamentarse la adopción de un criterio discrecional por
parte del Fiscal en el solo interés de las víctimas o la gravedad del crimen; ya que
el texto sólo menciona razones sustanciales, en plural.

Dicha expresión no implica que sea más restrictiva que la negativa del
enjuiciamiento, ya que puede suceder que con antecedentes en manos del Fiscal,
aparezcan circunstancias que impidan la investigación o su posterior
encausamiento. Ahora bien, la diferencia de expresiones se encuentra en que en
el «no encausamiento» ya se realizaron diligencias; y en la «negativa a
investigar», el Fiscal sólo tiene a su disposición antecedentes que a la postre se
transformarán en medios de prueba. Eso sí, ante la duda en cuanto a la existencia

256
Ver David, Eric (de l'Université Libre de Bruxelles -U.L.B-), «La participation des victimes au procès
devant la Cour Pénale Internationale», Bélgica, 2005, en icc-cpi.int/otp/guestlecturers. El texto forma parte de
su tesis de la Academia de Derecho Internacional de La Haya, Sesión 2005. En el mismo distingue entre el
derecho reconocido a las víctimas a participar en el proceso penal internacional y el derecho a la reparación
de las víctimas (subjetividad internacional y reparación). Cit. por Ruiz, Javier A.: Los «intereses de justicia»
en el estatuto de roma de la corte penal internacional. Art. publ. en Víctor Bazán (Director): La judicialización
de los derechos humanos; op. cit. p. 310.
257
Pellet, Alain, «Responsabilidad del Estado y responsabilidad penal individual en derecho internacional»,
en Série de Conférences du Bureau du Procureur, La Haye, 30 de mayo de 2006. Se puede ver en icc-
cpi.int/otp/guestlecturers. Cit. por Ruiz, Javier A.: Los «intereses de justicia» en el estatuto de roma de la
corte penal internacional. Art. publ. en Víctor Bazán (Director): La judicialización de los derechos humanos;
op. cit. p. 310.
de situaciones que impidan la investigación o el enjuiciamiento, el Fiscal debe
iniciar la investigación.

Junto con la gravedad del crimen y los intereses de las víctimas, el art.
258
53 señala causales que se relacionan con el sujeto activo del crimen de
competencia de la Corte, tales como la edad o la enfermedad del autor y su
participación en el presunto crimen.

A. Edad del autor.

El Estatuto resuelve la cuestión en el art. 26, al excluir de responsabilidad


penal a los menores de 18 años259. Es una edad mínima, y a diferencia de otras
legislaciones, no establece una edad máxima de responsabilidad penal. La sola
existencia de una avanzada edad del autor o partícipe de un crimen de
competencia de la Corte, no es causal para no iniciar una investigación o un
enjuiciamiento.

B. La salud del autor.

Respecto de los autores de crímenes de competencia de la Corte, que al


momento de iniciarse la investigación o el enjuiciamiento se encontraren con una
enfermedad psíquica permanente o deficiencia mental que les impida apreciar la
ilicitud de su conducta, y les impida sobre todo, ejercer su adecuado derecho de

258Recordemos que el 22 de mayo de 2007 la Fiscalía de la CPI ha iniciado los procedimientos de


investigación en la República Centroafricana por crímenes cometidos en el norte del país, en las áreas de
Birao y Paoua, donde la violencia ha irrumpido desde finales de 2005, como parte de los «intereses de
justicia», tomando nota de la situación allí imperante, a través de referencias obtenidas de las víctimas,
además de estar obligada por el Estatuto a tomar medidas tendientes a su protección y la de los testigos. La
situación táctica de esa región puede verse en icc-cpi.int/iccreports/newsletter/pa2. Cit. por Ruiz, Javier A.:
Los «intereses de justicia» en el estatuto de roma de la corte penal internacional. Art. publ. en Víctor Bazán
(Director): La judicialización de los derechos humanos; op. cit. p. 311.
259En punto a la responsabilidad penal del sujeto, la CPI toma como edad mínima los 18 años; la Corte
Especial de Sierra Leona, tiene una edad mínima de 16 años, la cual se encuentra en su Estatuto, que surge de
un Acuerdo entre las Naciones Unidas y el Gobierno de Sierra Leona, el que puede verse en el «Informe del
Secretario General de la ONU S/2000/915», 4 de octubre de 2000, en un.org/security council/resolutions.
Cit. por Ruiz, Javier A.: Los «intereses de justicia» en el estatuto de roma de la corte penal internacional. Art.
publ. en Víctor Bazán (Director): La judicialización de los derechos humanos; op. cit. p. 312.
defensa, el Fiscal puede tomar la decisión de no iniciar la investigación o el
enjuiciamiento, con base en el art. 53.

En cuanto a la salud física, para no iniciar la investigación, el deterioro debe


ser tal, que debe impedirle al sospechoso o presunto imputado, el ejercicio de un
adecuado derecho de defensa.

C. Participación penal del autor.

La participación criminal por sí sola no puede tomarse como único elemento


por el Fiscal para no iniciar una investigación o un enjuiciamiento, salvo lo
normado por el art. 25, par. 3, del Estatuto: «3. De conformidad con el presente
Estatuto, será penalmente responsable y podrá ser penado por la comisión de un
crimen de competencia de la Corte quien:... f) Intente cometer ese crimen
mediante actos que supongan un paso importante para su ejecución, aunque el
crimen no se consume debido a circunstancias ajenas a su voluntad. Sin embargo,
quien desista de la comisión del crimen o impida de otra forma que se consume no
podrá ser penado de conformidad con el presente Estatuto por la tentativa, si
renunciare íntegra y voluntariamente al propósito delictivo» (énfasis agregado).260

Por otra parte, las circunstancias relevantes que puede considerar el Fiscal
para proceder a no iniciar una investigación, como lo requiere el Tratado de Roma,
deben ser analizadas en su conjunto, y son:

El grado de consumación del crimen;


El bien jurídico protegido;
Extensión del daño causado;261
Muerte natural del o los autores.

260
Cit. por Ruiz, Javier A.: Los «intereses de justicia» en el estatuto de roma de la corte penal internacional.
Art. publ. en Víctor Bazán (Director): La judicialización de los derechos humanos; op. cit. pp. 312 y 313.
261
Idem. P. 313.
En otro orden de ideas, las Naciones Unidas repetidamente han reflejado
su postura respecto del otorgamiento de amnistías en relación con los delitos del
derecho internacional. El principio por el cual un Estado no puede amnistiar a los
autores de un delito cometido en otro Estado, debe aplicarse a todos los Estados
Partes del Tratado de Roma y debe ser una directiva.262

En palabras de Schabas, en relación con el acuerdo por el cual se crea la


Corte Especial de Sierra Leona, "las Naciones Unidas celebran que se comprenda
que las previsiones de amnistías del acuerdo, no se aplicarán a los crímenes
internacionales de genocidio, crímenes contra la humanidad, crímenes de guerra y
otras violaciones al derecho internacional humanitario" 263.

En situaciones en que por la naturaleza de un delito la jurisdicción es


universal, un Estado no puede privar a otro Estado de su jurisdicción para
perseguir a ofensores, beneficiándolos con amnistías264.

La práctica de los Estados en estos últimos años ha apoyado la postura de


rechazar las amnistías para los más serios abusos de derechos humanos.

El Estatuto de Roma no autoriza al Fiscal para dotar de efectos jurídicos a


las amnistías nacionales y otras medidas similares, dando impunidad a
genocidios, crímenes contra la humanidad o crímenes de guerra.

262
Idem. P. 315.
263 Schabas, William (profesor de la Universidad de Galaway, Irlanda), «Amnesty, the Sierra Leone Truth
and Reconciliation Commission and the Special Court for Sierra Leone», 2004. Cit. por Ruiz, Javier A.: Los
«intereses de justicia» en el estatuto de roma de la corte penal internacional. Art. publ. en Víctor Bazán
(Director): La judicialización de los derechos humanos; op. cit. p. 316.
264 Tal lo resuelto por la Appeals Chamber, Special Court for Sierra Leone, March 13th, 2004, en «Decisión
on Challenge to Jurisdiction», donde dijo «las amnistías no pueden cubrir o alcanzar los crímenes del derecho
internacional que son materia de jurisdicción universal (...) los Estados tienen jurisdicción para perseguir, por
el solo hecho que la obligación de proteger la dignidad humana, es una norma perentoria y tiene naturaleza de
una obligación erga omnes», y en «Prosecutor v. Allieu Kondewa» (Appeals Chamber), May 25,h, 2004,
señalando que «hay un sustancial cuerpo de casos, doctrina y normas, los cuales deniegan la penrnisibilidad
de amnistías en derecho internacional, por crímenes contra la humanidad y crímenes de guerra» (énfasis
agregado). Cit. por Ruiz, Javier A.: Los «intereses de justicia» en el estatuto de roma de la corte penal
internacional. Art. publ. en Víctor Bazán (Director): La judicialización de los derechos humanos; op. cit. p.
316.
Una amnistía o medida similar de impunidad debería claramente demostrar
que el Estado que la ha otorgado, ha deseado, bajo los términos del art. 17 del
Tratado de Roma, no investigar o perseguir de manera genuina tales crímenes.

Las cortes o tribunales internacionales también concluyeron que las


amnistías para tales crímenes son contrarias al derecho internacional. El TPI para
la ex Yugoslavia expresamente se pronunció al respecto en «Prosecutor vs.
Furundzija» (ICTY, 10 de diciembre de 1998), declarando que las amnistías para
el delito de tortura fueron prohibidas por el derecho internacional. De igual modo,
la Corte Interamericana de Derechos Humanos, en «Barrios Altos vs. Perú» (14 de
marzo de 2001) dijo que "todas las previsiones sobre amnistías, sobre la
prescripción y establecimiento de medidas diseñadas para eliminar la
responsabilidad, son inadmisibles, porque tienden a prevenir la investigación y
castigo de los responsables de violaciones a los derechos humanos..."265

En fecha relativamente reciente, la Appeals Chamber de la Corte Especial


de Sierra Leona ha confirmado en «Prosecutor vs. Kallón» (13 de marzo de 2004)
que las amnistías nacionales para tales crímenes, no pueden obligar a las cortes
internacionales. Además, cortes nacionales, como la Corte Suprema de Justicia
argentina, en el caso «Poblete» (14 de junio de 2005), también concluyó que las
amnistías para tales crímenes, violan el derecho internacional.

Si se toma en cuenta que el verdadero propósito del Estatuto de Roma es


poner fin a la impunidad, sería contrario a todo precepto de la Corte Penal, acordar
efecto alguno a una medida nacional de impunidad, tal el caso de una amnistía
para genocidios, crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad.266

265
Ruiz, Javier A.: Los «intereses de justicia» en el estatuto de roma de la corte penal internacional. Art. publ.
en Víctor Bazán (Director): La judicialización de los derechos humanos; op. cit. p. 317.
266
Ruiz, Javier A.: Los «intereses de justicia» en el estatuto de roma de la corte penal internacional. Art. publ.
en Víctor Bazán (Director): La judicialización de los derechos humanos; op. cit. p. 317.
Por último se debe señalar, que sólo el Consejo de Segundad puede
oficialmente deferir una investigación o persecución por razones que afectan la
paz y la seguridad internacionales267, siendo éste un criterio discrecional que debe
considerar el Fiscal de la CPI. Hay varias facetas de investigación o para aplicar
un criterio de discrecionalidad en el sistema de la CPI. Por ejemplo, es plenamente
discrecional la situación cuando el Fiscal cree que cuenta con suficiente
información para solicitar una decisión de mérito o que causara estado, como una
orden de arresto. Aunque hay ciertos mecanismos establecidos en el Tratado de
Roma para revisar las acciones tomadas por el Fiscal, como la Sala de Cuestiones
Preliminares, nada obsta a que el Fiscal, en cualquier momento de una
investigación, solicite una orden de arresto, tiempo después de haber iniciado una
investigación268.

Sin embargo, a la luz de ciertas circunstancias, puede considerarse lo más


conveniente que la Fiscalía expresamente acuerde269 en varias situaciones, deferir
la emisión de una orden de arresto o su solicitud, para respetar la paz, la
estabilidad de un Estado, y no generar violencia por parte de grupos rebeldes bajo
investigación. Pero esta discreción «deferida en el tiempo», no puede continuar de
manera indefinida, ya que extenderla o demorarla, iría en contra de los principios y
preceptos del Estatuto, por lo que tales acuerdos, en el sentido de criterio de

267 Recordemos el caso de «Sudan Darfur», tratado actualmente por la Corte Penal Internacional, el cual
llega por conducto del Consejo de Seguridad de la ONU, a través de la Resolución 1.593/2005. Cit. por Ruiz,
Javier A.: Los «intereses de justicia» en el estatuto de roma de la corte penal internacional. Art. publ. en
Víctor Bazán (Director): La judicialización de los derechos humanos; op. cit. p. 318.
268 En el caso de Uganda, primero de la Corte Penal, recordemos las órdenes de arresto emitidas el 8 de julio
de 2005 contra Joseph Kony, Vincent Otti, Okot Odhiambo, Raska Lukwiya y Dominic Ongwen. Ver «Order
to the Prosecutor for the submission of additional information on the status of the execution of the warrants of
arrest in the situation in Uganda», Pre-Trial II, Polito, Diarra y Trendafilova, 30 de noviembre de 2006, en
icc-cpi.int/situationandcases/uganda/icc-02/04-01/05. Cit. por Ruiz, Javier A.: Los «intereses de justicia» en
el estatuto de roma de la corte penal internacional. Art. publ. en Víctor Bazán (Director): La judicialización de
los derechos humanos; op. cit. p. 318.
269 «Acuerda», en el sentido de «negociar» o «preacordar» ab initio determinada conducta procesal,
absolutamente discrecional para la Fiscalía. Una especie de «plea-bargaining» (instituto típico del Common-
law) negociación entre Fiscal e imputado, incluso respecto de la conducta punible en algunos casos, ademas
de la pena. Es decir, se negocia el delito y la pena. Cit. por Ruiz, Javier A.: Los «intereses de justicia» en el
estatuto de roma de la corte penal internacional. Art. publ. en Víctor Bazán (Director): La judicialización de
los derechos humanos; op. cit. p. 318.
discrecionalidad fiscal, son una herramienta que, bien utilizada, hace
verdaderamente a los "intereses de justicia".270

Por lo tanto, es posible afirmar que la Fiscalía de la Corte Penal opera bajo
«criterios discrecionales» o «principios de oportunidad». Este principio es típico de
las jurisdicciones del Common-law, tales como Inglaterra, Gales, Canadá y
Australia, pero también se aplica en algunas jurisdicciones civiles de Francia,
Holanda, Alemania, Bélgica, Austria, Finlandia, Brasil y Chile. De acuerdo con este
principio, cuando existe evidencia suficiente para iniciar una investigación, y
determinado «interés público», se fuerza los intereses de la persecución penal, o
el llamado ius persequendi, y la Fiscalía tiene la discreción de no iniciar el proceso
penal o, si ya está iniciado, descontinuarlo o suspenderlo. Esto contrasta con el
«principio de legalidad», bajo el cual la persecución penal es compulsiva, siempre
que haya suficiente evidencia o elementos de convicción, y las consideraciones
del interés público son irrelevantes.

270
Ruiz, Javier A.: Los «intereses de justicia» en el estatuto de roma de la corte penal internacional. Art. publ.
en Víctor Bazán (Director): La judicialización de los derechos humanos; op. cit. p. 319.
CAPÍTULO V
PROBLEMÁTICA SOBRE LA OPERACIÓN DE LA CORTE PENAL INTERNACIONAL EN MÉXICO.

En México, como en otros países del mundo, la ratificación del Estatuto de Roma. (En vigor a partir del 1
de julio del 2002), ha sido objeto de innumerables debates. Se discutió la incompatibilidad del Estatuto de Roma con
la Constitución Mexicana y la pertinencia y el sentido de reformas constitucionales ad hoc previa a la ratificación. En
relación a la anterior temática se advierten tres posturas o corrientes de pensamiento:

a) Reformar puntualmente los artículos constitucionales que presentaran un conflicto con el Estatuto de
Roma.
b) Hacer la reforma de un sólo artículo, como en el caso francés.
c) Entender que las incompatibilidades son salvables realizando una interpretación armónica del Estatuto y la
Constitución.

Prácticamente en todos los países el tema ha sido objeto de amplias discusiones y ha habido aspectos
comunes de eventual colisión entre las Constituciones Nacionales y el Estatuto de la Corte Penal Internacional que
se han planteado en un gran número de Estados. Tal es el caso de la aplicación del principio non bis in idem, o la
duración de las penas. Sin embargo ante idénticas dificultades ha habido respuestas diferentes principalmente de
dos tipos: los que se inclinan por la reforma constitucional para garantizar la perfecta compatibilidad y los que
consideran que las incompatibilidades eventuales pudieran ser resueltas por vía de la interpretación atendiendo a la
naturaleza del tema.

En el caso de México, la discusión se enfocó sobre la reforma a diversos preceptos de la Constitución


Política de los Estados Unidos Mexicanos, mismos que se analizarán a continuación.
5.1. Consideraciones jurídicas sobre la adhesión de México a la Corte Penal Internacional.

La opinión de los diversos tratadistas o estudiosos del tema como Ricardo Méndez Silva y Sergio García
Ramírez, establece la necesidad de hacer compatibles con el Estatuto de Roma varias disposiciones de la
Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos. Tal es el caso del artículo 20 del Estatuto de Roma que
establece excepciones al principio general de cosa juzgada al disponer en su párrafo tercero:

“Artículo 20. Cosa Juzgada…

3. La Corte no procesará a nadie que haya sido procesado por otro tribunal
en razón de hechos también prohibidos en virtud de los artículos 6, 7 u 8 a
menos que el proceso en el otro tribunal:

a) Obedeciera al propósito de sustraer al acusado de su responsabilidad


penal por crímenes de la competencia de la Corte; o

b) No hubiere sido instruida en forma independiente o imparcial de


conformidad con las debidas garantías procesales reconocidas por el
Derecho Internacional o lo hubiere sido de alguna manera que, en las
circunstancias del caso, fuere incompatible con la intención de someter a la
persona a la acción de la justicia.”

El estatuto proclama como principio general el non bis in idem. Sólo en el


caso de que el proceso interno no haya cumplido con las garantías de debido
proceso, o se haya tratado de un fraude procesal con el objeto de sustraer al
acusado de su responsabilidad penal, la Corte hace caso omiso del juicio
celebrado en el Estado porque considera que la persona en realidad no fue
juzgada.

Este artículo se presenta en contradicción con el artículo 23 de la


Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, el cual recoge el
consagrado principio penal de cosa juzgada o non bis in idem: la existencia de una
sentencia anterior dictada en proceso seguido por los mismos hechos es causa de
la extinción de la acción penal:
“Artículo 23…. Nadie puede ser juzgado dos veces por el mismo delito, ya
sea que en el juicio se le absuelva o se le condene”271

El Estatuto de Roma pretende con ello obtener jurisdicción en los casos de


la celebración de juicios simulados o plagados de vicios para exonerar de
responsabilidad a los procesados, recursos que han sido utilizados en otras
ocasiones. Los acusados de graves crímenes burlan la ley sirviéndose de la ley
misma.

En el sistema jurisdiccional mexicano se han dado excepciones al principio


de cosa juzgada, como prueba la jurisprudencia al respecto:

NON BIS IN IDEM, CASOS EN QUE NO OPERA EL PRINCIPIO.

La Constitución establece que nadie puede ser juzgado dos veces por el
mismo delito, consagrando el antiguo principio non bis in idem; más ello
debe entenderse de acuerdo con el régimen federal marcado por la propia
ley fundamental, la cual señala a los Estados miembros las facultades no
conferidas en forma expresa a la Federación; por ende, la cosa juzgada
sólo puede operar cuando se pronuncia por una entidad federativa, o por la
autoridad judicial federal competente, una resolución irrevocable; pero si la
sentencia definitiva dictada por un Estado adolece de nulidad, no existe
impedimento alguno para que tribunales federales competentes, juzguen al
inculpado. Ya esta Suprema Corte de Justicia ha expresado que si bien la
Constitución previene que nadie puede ser juzgado dos veces por el mismo
delito, esto se entiende cuando el primer juicio es válido y no
anticonstitucional y nulo,272 porque en ese caso hay que volver las cosas al
estado que guardaban antes de la violación constitucional quedando

271
http://info4.juridicas.unam.mx/ijure/fed/9/24.htm?s=. Fecha de consulta: 17 de noviembre de 2010.
272
Las negritas son propias.
expedita la jurisdicción del juez competente para hacer la reposición del
proceso.273

Un juicio contrario a la Constitución, y por tanto, inválido conforme a la sentencia referida, es aquel que no
respeta las garantías procesales previstas en el artículo 20 constitucional, y aquellas otras que puedan ser
ampliadas en virtud de instrumentos internos o internacionales.

Otro de los preceptos del Estatuto de Roma en cuestión es el artículo 27, relativo a la improcedencia del
cargo oficial que dispone:

Artículo 27. Improcedencia del cargo oficial.

1. El presente Estatuto será aplicable por igual a todos sin distinción alguna basada en el cargo oficial. En
particular, el cargo oficial de una persona, sea Jefe de Estado o de Gobierno, miembro de un gobierno o
parlamento, representante elegido o funcionario de gobierno, en ningún caso la eximirá de responsabilidad
penal ni constituirá per se motivo para reducir la pena.

2. Las inmunidades y las normas de procedimiento especiales que conlleve el cargo oficial de una persona,
con arreglo al derecho interno o al Derecho Internacional, no obstarán para que la Corte ejerza su
competencia sobre ella.

Las inmunidades han sido tradicionalmente concedidas por la gran mayoría de las Constituciones
nacionales a ciertos actores estatales. Algunas limitan tal inmunidad a los actos parlamentarios, pero otras la
extienden también a los procesos penales.274

El fundamento de las inmunidades responde a un criterio funcional, según el cual, por razones de interés
político se protege el cargo oficial del sujeto para garantizar la continuidad del servicio publico y evitar una indebida
interferencia en el ejercicio de sus funciones, garantizando la independencia y equilibrio entre los poderes del Estado
frente a una eventual extralimitación judicial.

En este aspecto, la Constitución mexicana en su artículo 61 establece:

273
Semanario Judicial de la Federación, 6ª. Época, vol. LXI, 2ª. parte, p. 33.
274
En la República Checa, los diputados y senadores disfrutan de la inmunidad parlamentaria, que sólo
pierden en casos de que se compruebe que han cometido un delito grave. En cuba, los diputados cuentan con
inmunidad parlamentaria que puede ser retirada en caso de diversos delitos. Los parlamentarios británicos,
elegidos todos por voto directo, gozan de derechos especiales que les otorgan protección para desarrollar su
trabajo en la Cámara de los Comunes, pero frente a cargos criminales pueden ser arrestados y enfrentar un
proceso judicial. En España. Los legisladores cuentan con una inmunidad limitada, es decir, los protege en el
desempeño de su cargo, pero no los exime de rendir cuentas ante los tribunales en el caso de cometer un
delito. Sin embargo, para proceder judicialmente contra ellos se requiere de la autorización del congreso. Los
integrantes del Congreso de Estados Unidos no pueden ser objeto de acción judicial por sus opiniones, pero
no cuentan con ningún tipo de inmunidad en caso de cometer delitos. Fuentes: www.elpais.es y
www.jornada.unam.mx.
“Artículo 61. Los Diputados y Senadores son inviolables por las opiniones
que manifiesten en el desempeño de sus cargos, y jamás podrán ser
reconvenidos por ellas.

El Presidente de cada Cámara velará por el respeto al fuero constitucional


de los miembros de la misma y por la inviolabilidad del recinto donde se
reúnan a sesionar.”275

En este sentido la Suprema Corte de Justicia también se ha pronunciado al


respecto:

“Registro No. 168110


Localización: Novena Época
Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito
Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta XXIX, Enero de
2009
Página: 2743
Tesis: I.7o.C.52 K
Tesis Aislada
Materia(s): Civil

INMUNIDAD PARLAMENTARIA. ANÁLISIS DEL ARTÍCULO 61


CONSTITUCIONAL QUE LA ESTABLECE.
La inviolabilidad de los senadores y diputados por la manifestación de sus
opiniones en el desempeño de sus cargos, es un precepto universalmente
admitido, por estar vinculada en él la garantía de que los representantes del
pueblo puedan proponer toda clase de modificaciones a las leyes
existentes; que si esa inviolabilidad no existiera cuando un diputado
propusiera que se reforme una ley y, al efecto, censure la existente,
podrían en algún caso tomársele como trastornador del orden público y
apologista de un delito; por ello, la función legislativa requiere la más

275
http://info4.juridicas.unam.mx/ijure/fed/9/62.htm?s=
completa libertad de los diputados y senadores. El Constituyente de 1916,
aludió a que el artículo 61 era igual al 59 de la Constitución de 1857; de
donde debe afirmarse que la inmunidad parlamentaria está sustentada en
que el interés a cuyo servicio se encuentra establecida la inviolabilidad de
las manifestaciones de diputados y senadores es el de la protección de la
libre discusión y decisión parlamentarias, decayendo tal protección cuando
los actos -las manifestaciones- hayan sido realizados por su autor en
calidad de ciudadano, fuera del ejercicio de competencias y funciones que
le pudieran corresponder como parlamentario.

SÉPTIMO TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA CIVIL DEL PRIMER


CIRCUITO.
Amparo directo 659/2008. 13 de noviembre de 2008. Mayoría de votos.
Disidente: Julio César Vázquez-Mellado García. Ponente: Manuel Ernesto
Saloma Vera. Secretario: José Jorge Rojas López.

Ejecutoria:
1.- Registro No. 21283
Asunto: AMPARO DIRECTO 659/2008.
Promovente:
Localización: 9a. Época; T.C.C.; S.J.F. y su Gaceta; XXIX, Enero de 2009;
Pág. 2708;
Voto particular:
1.- Registro No. 40100
Asunto: AMPARO DIRECTO 659/2008.
Promovente:
Localización: 9a. Época; T.C.C.; S.J.F. y su Gaceta; XXIX, Enero de 2009;
Pág. 2738;”

Registro No. 168109


Localización:
Novena Época
Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito
Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta XXIX, Enero de
2009
Página: 2744
Tesis: I.7o.C.53 K
Tesis Aislada
Materia(s): Común

EJERCICIO DE LA INMUNIDAD PARLAMENTARIA.


El ejercicio de la inmunidad parlamentaria está estrechamente vinculado
con el derecho a la tutela judicial efectiva que pretende hacer valer quien se
estima lesionado con las manifestaciones del diputado o senador, en
términos del artículo 17 constitucional; de ahí que cualquier manifestación
de un diputado o senador podrá ser objeto de reclamo cuando exceda del
ámbito propio del ejercicio político.
SÉPTIMO TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA CIVIL DEL PRIMER
CIRCUITO.
Amparo directo 659/2008. 13 de noviembre de 2008. Mayoría de votos.
Disidente: Julio César Vázquez-Mellado García. Ponente: Manuel Ernesto
Saloma Vera. Secretario: José Jorge Rojas López.

Ejecutoria:
1.- Registro No. 21283
Asunto: AMPARO DIRECTO 659/2008.
Promovente:
Localización: 9a. Época; T.C.C.; S.J.F. y su Gaceta; XXIX, Enero de 2009;
Pág. 2708;

Voto particular:
1.- Registro No. 40100
Asunto: AMPARO DIRECTO 659/2008.
Promovente:
Localización: 9a. Época; T.C.C.; S.J.F. y su Gaceta; XXIX, Enero de 2009;
Pág. 2738;

Registro No. 233383


Localización:
Séptima Época
Instancia: Pleno
Fuente: Semanario Judicial de la Federación
45 Primera Parte
Página: 45
Tesis Aislada
Materia(s): Constitucional

NATURALEZA DEL FUERO DE LOS FUNCIONARIOS.

El artículo 108 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos


distingue tres diversas categorías de funcionarios que gozan de fuero, cada
una de las cuales recibe un tratamiento distinto. En primer término están los
senadores y diputados al Congreso de la Unión, los Ministros de la
Suprema Corte de Justicia de la Nación, los secretarios del despacho y el
procurador general de la República, quienes son responsables por los
delitos comunes que cometan durante el tiempo de su encargo y por los
delitos, faltas y omisiones en que incurran en el ejercicio de ese mismo
cargo. La segunda categoría de funcionarios está compuesta por los
gobernadores de los Estados y los diputados a las Legislaturas Locales,
mismos que son responsables por violaciones a la Constitución Federal y
leyes federales. Finalmente, la tercera categoría comprende al presidente
de la República, quien, durante el tiempo de su encargo, sólo puede ser
acusado por traición a la patria y delitos graves del orden común. Respecto
de la primera categoría de funcionarios arriba precisada, ningún delito
cometido durante el tiempo de su encargo queda excluido del fuero,
aunque es posible perseguirlos por cualquier delito conforme al
procedimiento previsto en la Constitución Federal para cada uno de ellos.
Con relación al presidente de la República, tiene una singular posición
constitucional en cuanto a responsabilidad, pues mientras ésta es absoluta
para otros funcionarios, ya que responden de toda clase de delitos una vez
desaforados, para el jefe del Ejecutivo queda limitada a los delitos de
traición a la patria y los graves del orden común. Finalmente, en cuanto a la
segunda categoría de funcionarios, compuesta por los gobernadores de los
Estados y los diputados a las Legislaturas Locales, debe señalarse que en
el artículo 103 de la Constitución de 1857 sólo se incluía a los
gobernadores de los Estados como responsables por infracción a la
Constitución y leyes federales pero la Constitución de 1917 extendió la
prerrogativa de fuero constitucional por infracciones delictuosas a la Carta
Magna y leyes federales, a los diputados locales. Son las únicas
autoridades locales que gozan de fuero federal y ello por disponerlo el
único cuerpo legal que podía hacerlo: la Constitución General. Ahora bien,
la interpretación sistemática de los artículos 108, 109, 110, 111, 112, 113 y
114 de la Constitución Federal, lleva a la conclusión que únicamente las
tres categorías de funcionarios previstas en la Ley Fundamental gozan de
fuero por violaciones a la Constitución y leyes federales, lo cual se traduce
en que no pueden ser perseguidos por las autoridades federales si
previamente no son desaforados en los términos de los artículos 109, 110,
111 y 112. Por su parte la Constitución de cada Estado puede consagrar el
fuero de los funcionarios locales frente a los delitos tipificados en sus
propios ordenamientos, pero de ninguna manera por delitos a la
Constitución Federal y leyes federales. Aceptar lo contrario llevaría a
concluir que la inclusión de los gobernadores y diputados locales en el
artículo 108 constitucional era superflua y que cada Constitución local
puede consignar fuero en el ámbito federal. Cuando la Constitución de un
Estado tiene a bien conceder inmunidad a ciertos funcionarios del propio
Estado, no puede hacerlo sino en relación con los actos que considera
punibles la legislación del mismo Estado, nunca respecto a los delitos de
orden federal, en relación con los cuales corresponde a la Constitución
Federal señalar a los funcionarios que disfruten de inmunidad. Síguese de
aquí que el fuero federal de los gobernadores y diputados locales vale en
todo el país, frente a todas las autoridades federales, por delitos federales,
puesto que la Constitución Federal que así lo dispone, tiene aplicación en
todo el país; mientras que el fuero local de los mismos y otros funcionarios,
vale por delitos comunes y tan solo dentro del Estado donde rige la
Constitución que lo otorga, de suerte que no servirá a ningún funcionario
local frente a autoridades locales de otro Estado, por delitos comunes, ni
frente a autoridades federales por delitos federales cuando en este último
caso no se tratara del gobernador o de diputados locales.
Amparo en revisión 6438/60. Fidencio Silva Galicia. 5 de septiembre de
1972. Unanimidad de diecinueve votos. Ponente: Carlos del Río Rodríguez.
Genealogía:
Informe 1972, Primera Parte, Pleno, página 328.

INMUNIDAD PARLAMENTARIA Y FUERO CONSTITUCIONAL. SU APLICACIÓN CUANDO SE TRATA


DE RESPONSABILIDAD PENAL Y DE RECLAMACIONES CIVILES QUE SE IMPUTAN A UN DIPUTADO
FEDERAL.

El artículo 61 de la Constitución Federal consagra la figura de la "inmunidad parlamentaria" como una


garantía otorgada a los diputados federales y senadores, sólo por lo que hace a las opiniones que
manifiesten en el desempeño de sus cargos, a grado tal que nunca podrán ser reconvenidos por ellas;
mientras que el diverso artículo 111 de la propia Carta Magna, contempla la institución del "fuero
constitucional", bajo la denominación actual de declaración de procedencia, como una garantía de carácter
procesal, otorgada a diversos funcionarios públicos expresamente enunciados, entre ellos, los diputados y
senadores. De ahí que, aunque son conceptos distintos, existe la posibilidad de que en materia penal se
presente la conjugación de ambas figuras, precisamente en el caso de que un diputado federal atribuyera a
una persona un hecho que puede ser constitutivo de delito, supuesto en el cual para proceder contra aquél,
primeramente habría necesidad de hacer la declaración de procedencia prevista en el artículo 111
constitucional y después determinar si se está o no en el caso de la inmunidad a que se refiere el artículo
61 en cita. En cambio, si la imputación de ese hecho sólo puede generar afectación en derechos de orden
civil del congresista, únicamente debe atenderse a la figura de la inmunidad sustantiva y, por ende, el fuero
constitucional es totalmente ajeno; conclusión que se refuerza con el contenido del octavo párrafo del
mencionado artículo 111, introducido mediante reforma publicada en el Diario Oficial de la Federación de
veintiocho de diciembre de mil novecientos ochenta y dos, sin mayor virtud que la de refrendar con ánimo
clarificador lo ya dicho en el primer párrafo de ese numeral a propósito de la necesidad de declaración de
procedencia en materia penal. Esto es, si en el primer párrafo se estableció desde el origen de la actual
Ley Fundamental, que ese requisito era necesario en materia penal, obligado era deducir que no abarcaba
a la materia civil; pero conforme al octavo párrafo, del artículo 111 referido, desecha cualquier resquicio de
que también rige para la materia civil, pues categóricamente y sin ambages así lo declara. En
consecuencia, si la reclamación jurisdiccional que se endereza contra un Diputado Federal es de índole
civil, exclusivamente debe ponderarse el fuero-inmunidad a que se refiere el artículo 61 constitucional, sin
tomar en consideración el fuero de procedibilidad consagrado en el artículo 111 constitucional; lo que no
implica que exista impedimento para demandarlo en la vía civil por actos que realice como particular,
ajenos a su encargo o al quehacer parlamentario.

Amparo en revisión 2214/98. Ramón Sosamontes Herreramoro y otro. 24 de mayo de 2000. Cinco votos.
Ponente: Humberto Román Palacios. Secretario: Antonio Espinoza Rangel.276

Registro No. 240835


Localización:
Séptima Época
Instancia: Tercera Sala
Fuente: Semanario Judicial de la Federación
133-138 Cuarta Parte
Página: 98
Tesis Aislada
Materia(s): Constitucional, Administrativa

FUNCIONARIOS. FUERO CONSTITUCIONAL. ESTE NO SE PROLONGA


DESPUÉS DE HABERSE SEPARADO DEL CARGO (LEGISLACION DEL
ESTADO DE SONORA).

276
Novena Época Instancia: Primera Sala Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta
Tomo: XII, Diciembre de 2000 Tesis: 1a. XXVII/2000 Página: 248
El artículo 147 de la Constitución del Estado de Sonora previene: "La
responsabilidad por falta o delito oficial sólo podrá exigirse durante el
período en que el funcionario ejerza su cargo y durante un año después".
Conviene determinar si esta norma establece exclusivamente un término
específico para la prescripción de la exigibilidad de responsabilidad por
faltas o delitos oficiales o si, además de ello, prolonga por un año más,
después de separarse del cargo, el privilegio jurisdiccional para el
funcionario acusado de una falta oficial, de que el procedimiento o proceso
en su caso, se le instaure previa la declaración del Congreso de que ha
lugar a ello y de que, en caso positivo, sea juzgado por el Supremo Tribunal
de Justicia. Pues bien, esta Tercera Sala por razón de lógica jurídica,
estima que el citado numeral, no prolonga por un año más después de la
separación del cargo, el fuero constitucional otorgado al funcionario. En
efecto, si para exigir jurídicamente responsabilidad al funcionario, por delito
oficial (conforme al artículo 144 de la Constitución Estatal), es requisito el
que la Cámara de Diputados declare previamente que ha lugar a ello, tal
imperativo tiene su origen, necesariamente, en la calidad de funcionario del
sujeto activo de la conducta, es decir, que esa calidad lo coloca en una
posición privilegiada, cualificada y protegida por un requisito de
procedencia de la acción (fuero), que tiene como base originadora, o como
razón de ser, el que los funcionarios no estén expuestos a acciones civiles
o penales en cualquier momento, supuesto que ese ambiente de
inseguridad e inestabilidad que se crearía en torno del funcionario,
perjudicaría irremediablemente a la administración pública. En
consecuencia desaparecida la función, no hay razón alguna para que
disfrute, el no funcionario, del privilegio del funcionario. Este es el sistema
de la Constitución de la República, establecido en su título cuarto, y no
puede ser otro el de la Constitución de una entidad. En consecuencia, el
artículo 147 de la Constitución Sonorense no puede interpretarse de otra
manera que no sea la de una regla específica de prescripción para la
persecución de los delitos y faltas oficiales. Por otra parte, es cierto que el
procedimiento a que se refiere el Capítulo V de la Ley de Responsabilidad
de Empleados y Altos Funcionarios del Estado de Sonora, se instaura tanto
a funcionarios como a exfuncionarios (artículo 52); sin embargo, el artículo
60 de ese mismo ordenamiento es claro cuando preceptúa que tratándose
de los altos funcionarios que previene el numeral 2 de esa misma ley (entre
los cuales esta el gobernador), aquél procedimiento tendrá que estar
precedido de la resolución de la Cámara de Diputados, es decir, que el
procedimiento se puede instaurar a funcionarios y a exfuncionarios, pero el
requisito de procedibilidad se exige sólo tratándose de funcionarios. Así, si
una persona había dejado de ser funcionario (por renuncia) cuando se le
instauró un procedimiento en su contra, no era necesaria la previa
declaratoria de la Cámara de Diputados Estatal de que había lugar a ello,
dado que el fuero había desaparecido.

Amparo directo 1836/78. Gobierno del Estado de Sonora. 27 de junio de


1980. Mayoría de cuatro votos. Disidente: J. Alfonso Abitia Arzapalo.
Ponente: Ramón Palacios Vargas.

El título cuarto de la Constitución, que comprende los artículos 108 a 115, lleva por encabezado ”De
las responsabilidades de los servidores públicos y patrimonial del Estado”.

La Fracción II del artículo 109 dispone que “la comisión de delitos por cualquier servidor público
será perseguida y sancionada en términos de la legislación penal”, pero el precepto 111 enumera a
determinados funcionarios que únicamente pueden ser procesados penalmente previo pronunciamiento al
respecto de la Cámara de Diputados. 277

A éste respecto, la SCJN se ha pronunciado en los siguientes términos:

Registro No. 179940


Localización:
Novena Época
Instancia: Pleno
Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta XX, Diciembre
de 2004

277
Por medio del decreto de 28 de diciembre de 1982 se reformaron varios artículos constitucionales,
sustituyendo el término fuero constitucional por el de declaración de procedencia. Sin embargo, el término se
mantiene en el artículo 61 de la Constitución y en los artículos 11 y 12 de la Ley Orgánica del Congreso
General de los Estados Unidos Mexicanos, de 31 de agosto de 1999.
Página: 1122
Tesis: P. LXVIII/2004
Tesis Aislada
Materia(s): Constitucional

DECLARACIÓN DE PROCEDENCIA (DESAFUERO). OBJETO Y


EFECTOS DE LA RESOLUCIÓN DE LA CÁMARA DE DIPUTADOS EN
EL PROCEDIMIENTO SEGUIDO EN CONTRA DE LOS SERVIDORES
PÚBLICOS SEÑALADOS EN EL PRIMER PÁRRAFO DEL ARTÍCULO
111 DE LA CONSTITUCIÓN FEDERAL.
El procedimiento de declaración de procedencia (conocido también como
"desafuero"), en el caso de los servidores públicos a que se refiere el
primer párrafo del artículo 111 de la Constitución Política de los Estados
Unidos Mexicanos, tiene por objeto remover la inmunidad procesal
("fuero") que la propia Constitución Federal les atribuye para que, una vez
desarrollado y, de ser el caso, queden a disposición de las autoridades
correspondientes para ser juzgados penalmente. En ese sentido, la
Cámara de Diputados del Congreso de la Unión decide si ha lugar o no a
desaforar, pero no juzga sobre si hay o no delito o responsabilidad penal
imputable, y si bien pueden tomarse en cuenta los elementos de la
indagatoria con base en la cual se solicita el desafuero, más que nada
valora si el servidor público debe enfrentar en ese momento el proceso
penal o no, pues se trata de una ponderación política a cargo de un
órgano político, que aunque es precedida por un antecedente penal, se
erige como un acto de soberanía del mencionado órgano legislativo que,
en última instancia, se reduce a una cuestión de tiempos para la esfera
penal, pues si se remueve el fuero constitucional, en ese momento el
servidor público queda a disposición de las autoridades correspondientes;
de lo contrario, al término de su encargo -en tanto que el fuero subsiste
solamente durante su desempeño- quedará sujeto a la disposición de las
autoridades competentes, pero en todo caso será responsabilidad de los
órganos de jurisdicción penal determinar si existe actuación ilícita punible.
Recurso de reclamación 208/2004-PL, derivado de la controversia
constitucional 70/2004. Asamblea Legislativa del Distrito Federal. 7 de
septiembre de 2004. Mayoría de siete votos. Disidentes: José Ramón
Cossío Díaz, Margarita Beatriz Luna Ramos y Genaro David Góngora
Pimentel. Ponente: José de Jesús Gudiño Pelayo. Secretaria: María
Amparo Hernández Chong Cuy.
El Tribunal Pleno, en su sesión privada celebrada hoy veintidós de
noviembre en curso, aprobó, con el número LXVIII/2004, la tesis aislada
que antecede; y determinó que la votación no es idónea para integrar
tesis jurisprudencial. México, Distrito Federal, a veintidós de noviembre de
dos mil cuatro.

Ejecutoria:
1.- Registro No. 18589
Asunto: RECURSO DE RECLAMACIÓN 208/2004-PL, DEDUCIDO DE
LA CONTROVERSIA CONSTITUCIONAL 70/2004.
Promovente: ASAMBLEA LEGISLATIVA DEL DISTRITO FEDERAL.
Localización: 9a. Época; Pleno; S.J.F. y su Gaceta; XXI, Enero de 2005;
Pág. 943;
Votos particulares:
1.- Registro No. 20336
Asunto: RECURSO DE RECLAMACIÓN 208/2004-PL, DEDUCIDO DE
LA CONTROVERSIA CONSTITUCIONAL 70/2004.
Promovente: ASAMBLEA LEGISLATIVA DEL DISTRITO FEDERAL.
Localización: 9a. Época; Pleno; S.J.F. y su Gaceta; XXI, Enero de 2005;
Pág. 987;
2.- Registro No. 20337
Asunto: RECURSO DE RECLAMACIÓN 208/2004-PL, DEDUCIDO DE
LA CONTROVERSIA CONSTITUCIONAL 70/2004.
Promovente: ASAMBLEA LEGISLATIVA DEL DISTRITO FEDERAL.
Localización: 9a. Época; Pleno; S.J.F. y su Gaceta; XXI, Enero de 2005;
Pág. 989;

Con base en lo establecido en el título cuarto de la Constitución, el Doctrinista Fernando Castellanos ha


señalado que la responsabilidad opera de modo diferente según la categoría funcional de que se trate: 278

Primera Categoría. Estaría integrada por Diputados y Senadores al Congreso de la Unión, los Ministros de
la Suprema Corte de Justicia de la Nación, los Consejeros de la Judicatura Federal, los Secretarios de Despacho,
los Jefes de Departamento Administrativo, los Representantes a la Asamblea del Distrito Federal, el Jefe de
Gobierno capitalino, el Procurador General de la República y el Procurador General de Justicia del Distrito Federal.

Para exigir responsabilidad penal a los funcionarios mencionados, la Cámara de Diputados, por mayoría
absoluta de los miembros presentes, debe declarar si da lugar o no a proceder en contra del inculpado; si la
declaración es afirmativa, el funcionario es separado de su cargo pasando a disposición judicial. Si el proceso penal
correspondiente finalizase con sentencia absolutoria, el inculpado podrá reasumir el cargo. Si la declaración de la
Cámara de Diputados fue negativa, se suspenderá cualquier procedimiento, pero ello no será obstáculo para que se
reanude cuando el inculpado finalice el ejercicio de su cargo. 279

Segunda Categoría. La constituyen los Gobernadores de los Estados, Diputados Locales, y Magistrados de
los Tribunales Superiores de Justicia de los Estados, y, en su caso, los miembros de los Consejos de las Judicaturas
Locales.

Respecto a estos funcionarios, se sigue el mismo procedimiento señalado para los de primera categoría,
salvo que la declaratoria de procedencia sólo produce el efecto de que se comunique a las legislaturas locales, para
que procedan como corresponda en el ejercicio de sus atribuciones. Las Constituciones estatales establecerán en su
caso el procedimiento a seguir, acorde a los lineamientos generales establecidos en la norma fundamental.

278
Castellanos, F., Lineamientos elementales del Derecho Penal, México, Porrúa, 1997, pp. 112 y ss.
279
Artículo 111 constitucional.
Tercera categoría. Únicamente incluye al Presidente de la República, quien durante el tiempo de su cargo
sólo puede ser acusado por traición a la patria y por delitos graves del orden común.280

El artículo 111 de la Constitución señala que el Presidente únicamente podrá ser acusado ante la Cámara
de Senadores en los términos del artículo 110 (juicio político). El Senado resolverá con base en la legislación penal
aplicable, previa acusación de la Cámara de Diputados.

El artículo 27 del Estatuto de Roma no impone a los Estados la obligación de eliminar en el ámbito interno
las inmunidades y fueros de las personas señaladas, regula únicamente la actividad procesal ante la Corte. Por otro
lado, México es parte de la Convención para la Prevención y Castigo del Delito de Genocidio,281 cuyo artículo 4º
establece que “Las personas que hayan cometido genocidio o cualquiera de los otros actos enumerados en el
artículo 3°, serán castigadas, ya se trate de gobernantes, funcionarios o particulares.” Por tanto, el supuesto que
contempla el Estatuto de Roma en materia de inmunidades no es ninguna novedad y ya fue aceptado por México.

Un tercer precepto del Estatuto de Roma en estudio y discusión es el 29, que corresponde a la
Imprescriptibilidad, señalando que “Los crímenes de la competencia de la corte no prescribirán.”

Se ha considerado que este artículo podría ser violatorio de las garantías individuales del procesado
contempladas en el artículo 20 de la Constitución, pero lo cierto es que la prescripción de los delitos no es una
garantía que se recoja de modo expreso en el texto constitucional. Cabe mencionar que en fechas anteriores, el
Senado mexicano aprobó, entre otros instrumentos internacionales, la Convención sobre la Imprescriptibilidad de los
Crímenes de Guerra y de Lesa Humanidad, la cual establece en su artículo IV la obligación para los Estados partes
de:

“Adoptar, con arreglo a sus respectivos procedimientos constitucionales, las medidas legislativas o de otra
índole que fueran necesarias para que la prescripción de la acción penal o de la pena, establecida por ley
o de otro modo, no se aplique a los crímenes mencionados en los artículos I y II de la presente Convención
y, en caso de que exista, sea abolida”.

Ratificación que al igual que la del Estatuto de Roma, deberá estar precedida por las reformas
correspondientes.

Se habla de otros artículos que pudieran generar conflictos como serían el 67 del Estatuto de Roma con el
13 de la Constitución Mexicana que señala que “nadie puede ser juzgado por leyes privativas ni por tribunales
especiales”. Puesto que la Corte Penal Internacional no entra bajo este concepto porque precisamente se
caracteriza por su permanencia y pretensión de universalidad. No existe tal conflicto.

Así mismo, se comenta la incompatibilidad en cuanto a las penas, ya que el artículo 77 del Estatuto de
Roma permite la reclusión a perpetuidad, sobre la cual nuestra Constitución es omisa, en específico, señalando en el
artículo 22 que quedan prohibidas las penas de mutilación y de infamia, la marca, los azotes, los palos, el tormento

280
Artículo 108 constitucional, segundo párrafo. Cfr. Artículo 194 del Código Federal de Procedimientos
Penales.
281
Adoptada en Nueva Cork el 9 de diciembre de 1948, vinculante para México desde su ratificación el 22 de
julio de 1952.
de cualquier especie, la muta excesiva, la confiscación de bienes y cualesquiera otras penas inusitadas y
trascendentales.”282

Sin embargo uno de los artículos más importantes en discusión es el Artículo 54 del Estatuto de Roma (es
el cuarto en el orden y corresponde a la funciones y atribuciones del Fiscal con respecto a las investigaciones) que
señala que corresponde al fiscal y no a los Estados ni al Consejo de Seguridad, decidir la apertura de una
investigación y basándose en el resultado de ésta, incoar el enjuiciamiento previa autorización de la Sala de
Cuestiones Preliminares.

Para lo anterior, cuenta con amplias facultades, entre las que se encuentran: reunir y examinar pruebas;
hacer comparecer e interrogar a las personas objeto de investigación, las víctimas y los testigos; solicitar la
cooperación de un Estado u Organización y adoptar o pedir que se adopten las medidas necesarias para asegurar el
carácter confidencial de la información, así como la protección de una persona o la preservación de las pruebas.

En el Estado mexicano, el artículo 21 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, otorga
el monopolio de la acción penal al Ministerio Público, y de la imposición de las penas al Poder Judicial al señalar
que:

“Artículo 21. La imposición de las penas es propia y exclusiva de la


autoridad judicial. La investigación y persecución de los delitos incumbe al
ministerio público, el cual se auxiliara con una policía que estará bajo su
autoridad y mando inmediato…..”

Es este artículo precisamente, a donde se encaminó la reforma propuesta por el Ejecutivo Federal
al Congreso (30 de noviembre de 2001).

El régimen de la Corte Penal Internacional, con el trasfondo histórico de


más de medio siglo de dificultosa confección, aporta nociones jurídicas novedosas
y revolucionarias. En este caso, son evidentes ciertas incompatibilidades y
contradicciones con la Constitución Política y la legislación secundaria por lo que
el acto dual de aprobar en lo interno y de ratificar en lo internacional demanda una
ponderación cauta para salvar incongruencias y eventuales impugnaciones.
Preocupaciones de ilustres constitucionalistas283 han señalado que un juicio por la
Corte Penal Internacional contra un nacional mexicano que hubiera sido
condenado en última instancia en nuestro país, contravendría lo consignado en la
Constitución: "Ningún juicio criminal deberá tener más de tres instancias. Nadie

282
Las negritas son propias.
283
Valadés, Diego, "La Corte Penal Internacional", El Universal, 13 de marzo de 2002.
puede ser juzgado dos veces por el mismo delito, ya sea que en el juicio se le
absuelva o se le condene.”284 Asimismo, aparece la disposición del artículo 15
constitucional que prohíbe la celebración "de convenios o tratados en virtud de los
cuales se alteren las garantías y derechos establecidos por esta Constitución para
el hombre y el ciudadano.” Además de éstas, se encontraron otras
incompatibilidades como la inmunidad que la Constitución Política reconoce a
ciertos funcionarios para el desempeño de sus funciones, el monopolio de la
acción penal por el Ministerio Público, la inexistencia de la cadena perpetua,
diferencias normativas que en buena medida motivaron la abstención de la
Delegación Mexicana en la votación del Estatuto el 17 de julio de 1998.285

Si México pretende participar en la dinámica de la sociedad mundial en la


búsqueda de acuerdos y consensos que posibiliten el establecimiento de una
Corte Penal Internacional eficiente, eficaz, como jurisdicción complementaria de
los estados para preservar la paz, la tranquilidad, armonía y orden internacional
para la defensa y florecimiento de los derechos humanos, resulta imprescindible
salvar las contradicciones normativas que pudieran existir en la legislación
mexicana.

Sin embargo, el artículo 133 constitucional advierte que los tratados sólo
serán Ley Suprema de la Unión si están de acuerdo con ella. En caso de suceder
una contradicción entre la Constitución y un tratado, para efectos internos
prevalece lo dispuesto en el 133. Pero contrariamente, la Convención de Viena de
1969 sobre el Derecho de los Tratados, ratificada por México, previene que un
tratado no podrá ser invalidado aduciendo contradicciones con el orden jurídico
interno, con lo que da prioridad a una norma convencional internacional sobre otra
de la esfera doméstica.28 En una controversia sustanciada y litigada en el plano
internacional, como es la tendencia creciente, será ésta la solución ineludible, por

284
Artículo 23 constitucional.
285
El embajador emérito Sergio González Gálvez, quien fungió como presidente de la delegación mexicana
acreditada en Roma, hace un recuento de las disposiciones constitucionales que entran en oposición con el
estatuto en: "La Corte Penal Internacional", en Corcuera Cabezut y Guevara Bermúdez, op. cit., nota 12, pp.
9-33.
lo que se considera preciso, una nueva modificación al texto constitucional que
posibilite la operación sin restricción en México de la Corte Penal Internacional.

Se ha puntualizado que la competencia de la Corte abarca crímenes de


extrema gravedad y que si funciona satisfactoriamente un sistema democrático y
con plena normalidad un sistema de justicia interno, no se abrirá su instancia en
razón del multicitado carácter complementario de la jurisdicción de la Corte Penal
Internacional. Las conductas oprobiosas, genocidio, atentados contra la
humanidad, crímenes de guerra, y la agresión son situaciones extremas que
ameritan la aceptación de un régimen que ya se nutre de desarrollos doctrinarios y
jurisprudenciales, sobre todo en la escala de los Tribunales Internacionales de
Derechos Humanos que han dado la batalla contra las leyes de auto amnistía y
que han desenmascarado los juicios ficticios organizados dolosamente en el plano
interno para garantizar impunidad a los propios agentes y funcionarios de los
gobiernos.286

Con respecto a las incompatibilidades que se detectan, puede


argumentarse que la limitación de la garantía de que una persona no pueda ser
juzgada dos veces por el mismo delito no debe encubrir ni solapar la celebración
de un juicio ficticio para garantizarle impunidad a un responsable de crímenes
graves de trascendencia internacional. Es un contrasentido inaceptable que las
formalidades huecas ofrezcan cobijadura a las más escandalosas
responsabilidades criminales. Un genuino Estado de derecho debe considerar esta
situación: bajo el principio de legalidad no es dable aceptar un fraude a la ley,
menos tratándose de genocidio, crímenes de lesa humanidad y crímenes de
guerra y agresión.

Por otra parte, la imposición de la pena de reclusión perpetua va en contra


de la doctrina penal mexicana que contempla la posibilidad de rehabilitación del

286
Guevara, "¿La Corte Internacional podría juzgar a una persona...", op. cit., nota 10, p. 126, y Corcuera
Cabezut, "El principio de subsidiariedad de la competencia de la Corte Penal Internacional", en Guevara y
Valdés Riveroll, op. cit., nota 10.
delincuente y por ello prevalece un máximo de años para esta sanción. La Corte
opta por "la reclusión a perpetuidad",287 pero para casos de extrema gravedad, y
establece que tratándose de cadena perpetua, una vez que el recluso haya
cumplido veinticinco años de prisión, la Corte revisará la pena para determinar si
puede reducirse y señala los criterios para determinar tal reducción.31 Existe, pues,
una previsión normativa para contrarrestar la imposición de la cadena perpetua, y
argumentos similares pueden manejarse para el caso de la inmunidad que
garantiza la Constitución Política a ciertos funcionarios. Nadie en un sano juicio
podrá sostener que la comisión de actos de genocidio, de crímenes de lesa
humanidad, de guerra o agresión, forma parte de las atribuciones oficiales de un
funcionario.

Respecto al monopolio de la acción penal, dentro del territorio nacional por


el Ministerio Público, está contemplada la celebración de acuerdos entre la corte y
los Estados parte para la realización de investigaciones. En la consideración de
las diferencias importa reconocer la necesidad de hacer adecuaciones a una
regulación que surgió muchos años antes de que se tipificaran los crímenes y se
dieran los desarrollos del Derecho Internacional, forzados por barbaries
indescriptibles.

En México y otros países existieron planteamientos de enorme fuerza


argumental en el proceso de ratificación del Estatuto de Roma, en el sentido de
que debería procederse a la conciliación técnica de los dos órdenes normativos.
Para ello habría dos métodos: retocar cada disposición constitucional que chocara
con la regulación de Roma, o bien, introducir un precepto en la Carta Magna que,
de manera general, librara las discrepancias normativas.

En México la iniciativa del Ejecutivo Federal tendiente a reformar el artículo


21 constitucional se enderezó hacia la última opción mencionada y corresponde al
célebre precedente planteado por Francia, que sin abordar en detalle cada una de

287
Artículo 77.
las posibles incompatibilidades, introdujo en la Constitución una fórmula general
dándole relieve constitucional al Estatuto: "La República puede reconocer la
jurisdicción de la Corte Penal Internacional en las condiciones previstas por el
tratado firmado el 18 de julio de 1998.”288

De la misma forma que Francia, la iniciativa presidencial, en lugar de


aplicarse a dirimir las contradicciones particulares apuntadas con anterioridad,
buscó posibilitar la adhesión al Estatuto de Roma mediante una adición a un solo
artículo constitucional. Así, la iniciativa contempla la adición de los tres párrafos
que se transcriben a continuación:

“La jurisdicción de los tribunales internacionales establecidos en tratados de


los que los Estados Unidos Mexicanos sean parte, será reconocida en los
términos y conforme a los procedimientos establecidos en dichos tratados.”

“En los casos del orden penal, los procedimientos que lleven a cabo dichos
tribunales, así como el cumplimiento de sus resoluciones y sentencias,
serán reconocidos y ejecutados por el Estado mexicano de conformidad
con lo dispuesto en el tratado internacional respectivo.”

“Las resoluciones, así como las sentencias irrevocables emitidas por tales
tribunales, gozarán de fuerza obligatoria, las autoridades administrativas y
judiciales del fuero federal, común y militar deberán garantizar su
cumplimiento conforme a lo dispuesto en las leyes.”

Primeramente, debe aclararse que los párrafos transcritos abarcan dos


situaciones: la primera de carácter general, alude al reconocimiento de la
jurisdicción de los tribunales internacionales establecidos en tratados de los que
sea parte México. Esto ya rige a través de las obligaciones que ha asumido
México en los tratados respectivos y porque los tratados son Ley Suprema de la

288
Pellandini, Cristina, op. cit., nota 24, p. 158.
Unión, con arreglo al artículo 133 constitucional; tales son los casos de la Corte
Permanente de Arbitraje, de la Corte Internacional de Justicia, del Tribunal
Internacional del Mar, de la Corte Interamericana de Derechos Humanos y de los
Paneles para la Solución de Controversias dentro del sistema del Tratado de Libre
Comercio para la América del Norte.

Sin embargo, no sobraría que en la escala constitucional se hiciera


mención del reconocimiento de estas jurisdicciones, sobre todo por el efecto que
las sentencias puedan acarrear en el ámbito interno. En el mismo orden de ideas,
los párrafos que se procuraron agregar en el texto constitucional aluden también a
la fuerza obligatoria de las sentencias irrevocables de los tribunales
internacionales al interior del país y señalan que las autoridades administrativas y
judiciales proveerán a su cumplimiento. México ha sido un país escrupuloso en el
cumplimiento de sus obligaciones internacionales, incluidas las que han derivado
de fallos de tribunales internacionales, como el laudo arbitral de 1934 por el que
perdimos la Isla de la Pasión o Isla Clipperton a favor de Francia y que condujo a
una reforma constitucional para excluir expresamente a esta isla de nuestra
soberanía y de nuestra Constitución Política. Asumido el compromiso jurídico que
implica pertenecer a una instancia judicial internacional, el país ha cumplido con
entera responsabilidad sus obligaciones. Sin embargo, e la Ley de Tratados de
1992 contiene una perla digna de mención, señala que el gobierno no reconocerá
ninguna resolución de los organismos de decisión de los mecanismos de solución
de controversias cuando esté de por medio la seguridad del Estado, el orden
público o cualquier otro interés esencial de la nación.289 Desde esta perspectiva, es
posible concluir que la jurisdicción internacional es voluntaria, un Estado acude a
ella con el propósito manifiesto de acatarla. Por otro lado, sujetar el cumplimiento
de un fallo o de una sentencia a la vaguedad convenenciera de "seguridad del
Estado, el orden público o cualquier otro interés esencial de la nación" deja
abiertas las puertas a una discrecionalidad caprichosa. En fin, este texto aboga
claramente a favor del párrafo propuesto dentro del artículo 21 constitucional.

289
Artículo 9o.
La propuesta de adición constitucional del Ejecutivo Federal en comento,
se refiere de igual suerte a la obligación de cubrir las compensaciones o
reparaciones de carácter pecuniario que suelen incluir las sentencias de los
tribunales internacionales cuando se ha provocado un daño material a un Estado.
Aunque prevaleciera la determinación política de cumplir con una sentencia que
impusiera el pago de una indemnización, conviene contar con un sustento
constitucional para poder hacer efectivo el pago correspondiente en lo interno.
Igualmente puede acontecer que un tribunal en materia de derechos humanos
ordene la realización de una modificación legislativa, la excarcelación de una
persona o la adopción de medidas precautorias con relación a una situación
conflictiva, por lo que debe preverse la posibilidad normativa de hacer los ajustes
correspondientes.

La segunda cuestión que cubre la iniciativa de reforma se refiere


específicamente al caso de la Corte Penal Internacional, aun cuando no la
menciona de modo explícito. Conviene retomar la parte correspondiente: "En los
casos del orden penal, los procedimientos que lleven a cabo dichos tribunales, así
como el cumplimiento de sus resoluciones y sentencias, serán reconocidos y
ejecutados por el Estado mexicano, de conformidad con lo dispuesto en el Tratado
Internacional respectivo.”

No fue sencillo hallar el precepto ideal para introducir una adición más de
las 428 que se han realizado a nuestra Carta Magna, ya que la misma data de
1917, y en lo que atañe a la materia internacional el dispositivo proviene de
documentos tan antiguos como la Constitución de Cádiz de 1812.290 No obstante,
la iniciativa en mención fue sujeta a un gran y largo debate legislativo, que sin
duda fue influenciado por la presión que los Estados Unidos de Norteamérica ha
venido ejerciendo para que los Estados no se adhieran al Estatuto de Roma o bien
establezcan condiciones o salvedades a su operación y que cambió en su

290
Méndez Silva, op. cit., nota 28
totalidad el texto de la original iniciativa presidencial acordándose adicionar el
artículo 21, constitucional (publicado el día 20 de junio de 2005, en vigor a partir
del día 21 de Junio de 2005), en el sentido de que se adiciona un párrafo quinto al
artículo 21 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos,
recorriéndose en su orden los actuales quinto y sexto, que pasan a ser sexto y
séptimo, para quedar como sigue:

“Artículo 21. ...


...
...
...
El Ejecutivo Federal podrá, con la aprobación del Senado en cada caso,
reconocer la jurisdicción de la Corte Penal Internacional.
...
...

El precepto de cita se refiere a la imposición de las penas y a la


competencia del Ministerio Público para la persecución de los delitos, cuestiones
que ciertamente aborda el Estatuto de Roma, pero la creación de la Corte Penal
Internacional y su aceptación por los países es una cuestión primordialmente
jurisdiccional.291

Estudiosos del tema han señalado que la adición encontraría mejor


acomodo en el artículo 13 constitucional, cuya redacción comienza así: "Nadie
puede ser juzgado por leyes privativas ni por tribunales especiales.” 292 Esta

291
El texto completo del artículo 21 constitucional señala: "La imposición de las penas es propia y exclusiva
de la autoridad judicial. La persecución de los delitos incumbe al Ministerio Público y a la Policía Judicial, la
cual estará bajo la autoridad y mando inmediato de aquél. Compete a la autoridad administrativa la aplicación
de sanciones por las infracciones de los reglamentos gubernativos y de policía, las que únicamente consistirán
en multa o arresto hasta por treinta y seis horas. Pero si el infractor no pagara la multa que se le hubiese
impuesto, se permutará ésta por el arresto correspondiente, que no excederá en ningún caso de treinta y seis
horas. Si el infractor fuese jornalero, obrero o trabajador, no podrá ser sancionado con multa mayor del
importe de su jornal o salario de un día. Tratándose de trabajadores no asalariados, la multa no excederá del
equivalente a un día de su ingreso.”
292
El texto completo del artículo reza: "Nadie puede ser juzgado por leyes privativas ni por tribunales
especiales. Ninguna persona o corporación puede tener fuero, ni gozar más emolumentos que los que sean
compensación de servicios públicos y estén fijados por la ley. Subsiste el fuero de guerra para los delitos y
faltas contra la disciplina militar; pero los tribunales militares en ningún caso y por ningún motivo, podrán
extender su jurisdicción sobre personas que no pertenezcan al Ejército. Cuando en un delito o falta del orden
militar estuviese complicado un paisano, conocerá del caso la autoridad civil que corresponda.”
garantía tendría como contrapartida en un segundo párrafo la determinación de
una responsabilidad en el supuesto de los crímenes más graves de trascendencia
internacional y la aceptación de una jurisdicción internacional específica. En este
sentido, a diferencia del proyecto del Ejecutivo federal que no hace explícita la
materia precisa de la reforma, esto es, el juicio penal internacional por crímenes
de genocidio, de lesa humanidad y de guerra, por seguridad jurídica y por técnica
legislativa debería aludirse sin ambages a estos crímenes y al régimen del
Estatuto de Roma. De este modo, el instrumento cobraría rango constitucional y
libraría las diversas discrepancias. En consecuencia, resulta procedente que se
adicionara un segundo párrafo al artículo 13 con una redacción del tenor siguiente:
"Tratándose de crímenes graves de trascendencia internacional, genocidio, de
lesa humanidad y de guerra, se apegará a lo que previene el Estatuto de la Corte
Penal Internacional, debidamente ratificado por el Estado mexicano, en lo relativo
a la investigación, proceso, garantías judiciales, sentencia y ejecución de la pena.”
Se encuentra preferible una redacción de este tipo, ya que el segundo párrafo
propuesto por el Ejecutivo federal señala de manera abierta que en los casos del
orden penal se dará cumplimiento a las resoluciones y sentencias de conformidad
con lo dispuesto en el tratado respectivo.

Es previsible, si no en el plazo inmediato, que se extienda la jurisdicción


penal internacional, como ya sucedió con el crimen de agresión, que más adelante
también se contemplen nuevos tipos delictivos como el terrorismo y el narcotráfico.

Preocupa que las eventuales regulaciones futuras pudieran incluir


cuestiones que contravinieran garantías individuales tal como están conceptuadas
en la Constitución; por ello es pertinente particularizar los casos en los que se
acepta un régimen de excepción. Un tratado o un acuerdo posterior que contemple
un crimen distinto se celebraría a través del procedimiento normal, negociación del
Ejecutivo y aprobación del Senado.
Si se incluyeran, como es de esperarse, disposiciones que contravinieran el
régimen de las garantías individuales, no se seguiría el procedimiento de reforma
constitucional que prevé la participación del Congreso y de las legislaturas de las
entidades federativas. Por ello, la orientación de reforma constitucional que ahora
se analiza, debería explicitarse el tipo delictivo y el instrumento internacional en
cuestión, de otra suerte se estaría dando a futuro facultad y potestad al Ejecutivo y
al Senado para que en los casos de su interés puedan afectar a personas en sus
derechos fundamentales y alterar el orden constitucional sin necesidad de agotar
el proceso establecido en la propia Constitución para su reforma. Ciertamente, el
procedimiento podría convertirse en un fárrago, implicaría modificar la Constitución
en las ocasiones en las que se ampliara el régimen internacional de justicia penal
y México pretendiera sumarse a él, pero dado lo delicado de la materia es
preferible la ponderación.

Resultará esclarecedor para los fines de este trabajo, agregar a la


problemática en discusión, para ser analizadas, las manifestaciones vertidas por
los integrantes del Senado de los Estados Unidos Mexicanos, dentro del proceso
legislativo relativo a la adición al artículo 21 de la Constitución Política del país, así
como lo externado en la Sesión de Instalación del Periodo Extraordinario de la H.
Cámara de Senadores, celebrada el martes 21 de junio de 2005, en la que se votó
la ratificación del Estatuto de Roma293 en las que se advierten serias
contradicciones y posicionamientos opuestos relativos al concepto de soberanía,
competencia, naturaleza y alcances de la Corte Penal Internacional, ya que lo
Senadores miembros del Partido Revolucionario Institucional tuvieron posiciones
encontradas entre sí, respecto a la conveniencia de adherirse al Estatuto de
Roma, por considerar que se violenta la soberanía y se afecta el orden
293
El texto completo del artículo 21 constitucional señala: "La imposición de las penas es propia y exclusiva
de la autoridad judicial. La persecución de los delitos incumbe al Ministerio Público y a la Policía Judicial, la
cual estará bajo la autoridad y mando inmediato de aquél. Compete a la autoridad administrativa la aplicación
de sanciones por las infracciones de los reglamentos gubernativos y de policía, las que únicamente consistirán
en multa o arresto hasta por treinta y seis horas. Pero si el infractor no pagara la multa que se le hubiese
impuesto, se permutará ésta por el arresto correspondiente, que no excederá en ningún caso de treinta y seis
horas. Si el infractor fuese jornalero, obrero o trabajador, no podrá ser sancionado con multa mayor del
importe de su jornal o salario de un día. Tratándose de trabajadores no asalariados, la multa no excederá del
equivalente a un día de su ingreso.”
constitucional, aduciendo que la Corte Penal Internacional podría ser utilizada
como pretexto, instrumento o mecanismo de intervención en asuntos internos.

Igualmente existieron discrepancias de opinión entre los Senadores


afiliados al Partido Acción Nacional, puesto que unos apoyaban el texto de la
iniciativa presidencial y otros consideraban que deberían de preverse
salvaguardas frente al poder político que condicionaba las decisiones de la Corte
Penal Internacional.

Los Senadores por los partidos Verde Ecologista de México y


Convergencia Democrática se pronunciaron porque México no aceptara en forma
absoluta la jurisdicción de la Corte Penal Internacional.

Los Senadores militantes del Partido de la Revolución Democrática, se


pronunciaron todos en el mismo sentido, aceptando sin condición, adherirse al
Estatuto de Roma.

Como resultado de este proceso legislativo que inició el 30 de noviembre


de 2001 y concluyó el 21 de junio del 2005, por mayoría de votos se acuerda la
modificación del texto original de la iniciativa presidencial, estableciendo
condiciones para someterse a la Jurisdicción de la Corte Penal Internacional.

En la última fase del proceso de ratificación al Estatuto de Roma (20 de


agosto de 2002 al 21 de junio de 2005), la posición de los Senadores de la
República, fue de complacencia, congratulándose por ser la Nación número 100
cien que se adhiere al Estatuto de Roma, significándose en este evento la
participación de la Senadora Leticia Burgos Ochoa, quien en representación del
Partido de la Revolución Democrática señalo: ¿Por qué México tuvo que ir a una
reforma para ponerle candados a la justicia en nuestro país?, ¿Por qué este
Senado de la República tendrá que resolver caso por caso, después de que el
Ejecutivo Federal resuelva lo conducente?
Expresión que avizora y advierte la dificultad de la operación de la Corte
Penal Internacional en el caso de que se pretenda someter a su jurisdicción a un
nacional.

El tiempo que tomó al Senado de la República resolver estos dos tópicos,


resulta excesivo para una modificación de esta naturaleza, puesto que las
discusiones sobre la creación de un instrumento internacional sancionador de
conductas trascendentes y de perjuicio a los derechos fundamentales de la
humanidad y al orden internacional han estado presentes en diversos foros
nacionales e internacionales desde la segunda guerra mundial. Observándose
durante este proceso legislativo de discusión, un manejo tendencioso de la
legislación y el reglamento que rigen la vida institucional de las Cámaras de
Diputados y Senadores, a fin de impedir y posponer los acuerdos resolutorios
relativos a la modificación al artículo 21 de la Constitución Política de los Estados
Unidos Mexicanos para posibilitar la adhesión de México al Estatuto de Roma,
situación que comúnmente ocurre en el trato de los asuntos de su competencia,
toda vez que se trata de ejercicios de poder político y de posicionamientos dentro
de las estructuras de gobierno, lo que por la más elemental inferencia lógica, hace
posible concluir que en el caso de que la Corte Penal Internacional trate de
someter a su jurisdicción a un mexicano por los delitos de su competencia, se
darán el mismo tipo de prácticas de postergación y dilación, lo que impide la
operación natural de la Corte Penal Internacional en México, procesos que no van
en el mismo sentido del deseo y demanda de la sociedad mundial sobre el
combate a la impunidad de conductas graves y trascendentes para el género
humano y su entorno.

Aunada a la anterior reflexión, los 99 países (27 de África, 12 de Asia, 40


de Europa y 20 de Latinoamérica y Caribe), que con antelación a México
externaron su voluntad de adherirse a la Corte Penal Internacional, no establecen
condicionamiento o requisito de procedibilidad, por lo que el caso mexicano
resultó, en su momento, de excepción a la generalidad ya que condiciona la
intervención de la Corte a una aprobación previa para cada caso por los poderes
Ejecutivo y Legislativo.

Lo anterior hace que México se encuentre de origen en un estado de


contradicción con su tradición humanista y garantista y con la corriente de la
sociedad mundial que pugna por el establecimiento de una Jurisdicción
Internacional vigilante y atenta a la protección de los derechos fundamentales del
hombre en sus múltiples interrelaciones y cuidados de su entorno así como con el
contenido normativo del Estatuto de Roma, ya que el artículo 120 establece: “No
se admitirán reservas al presente estatuto”.

Tras el análisis de los preceptos constitucionales que se han señalado


como incompatibles para que México se hubiese adherido al Estatuto de Roma,
así como a las manifestaciones vertidas por los legisladores en los procesos de
discusión y el manejo tendencioso de la ley y reglamento que los rigen, se
considera que es necesaria una nueva reforma constitucional que armonice y
posibilite la plena observancia de más de medio centenar de instrumentos
internacionales de derechos humanos, entre ellos el que crea la Corte Penal
Internacional, ya que el condicionar el reconocimiento de la jurisdicción de la Corte
Penal Internacional a la aprobación del Senado y del Ejecutivo Federal en cada
uno de los casos que el Estatuto de Roma señale como de su competencia, hará
prácticamente inviable su operación, atendiendo a tres factores fundamentales:

1.- La pluralidad de corrientes de pensamiento y de intereses políticos al interior del Senado de la


República.
2.- La normatividad que rige la vida Institucional del Senado de la República que permite retrasar e
impedir la toma de decisiones en temas trascendentes; y
3.-La presión política que se practica y ejerce sobre el Ejecutivo Federal.

Lo antes mencionado permite arribar a la confirmación de la hipótesis


planteada en el sentido que la modificación constitucional realizada en México
para adherirse al Estatuto de Roma, dificulta la aplicación y operación de la Corte
Penal Internacional en su territorio.

5.2. Entrevistas

En este trabajo de investigación se observó como guía un proceso


previamente estructurado, en el que se utilizaron diversos métodos de
investigación para la recopilación, ordenamiento y análisis informativo a fin de dar
sustento y apoyo lógico a las conclusiones y la verificación de la hipótesis.

Se consideró utilizar la técnica de la entrevista con reactivos abiertos en


virtud de que la contestación a las interrogantes dan mayor información y permiten
un análisis mas completo y diversificado.

Se realizaron 10 entrevistas a informantes clave en un muestreo no


probabilística de tipo intencional, discrecional y/o de cuotas. La entrevista constó
de 10 preguntas tendientes a que el entrevistado manifieste su apreciación como
profesional y experto en el tema: en cuanto a la trascendencia de la creación de la
Corte Penal Internacional para los derechos fundamentales del hombre, el
concepto de la misma, la problemática que esta enfrentaría para su
funcionamiento, su consideración sobre la conveniencia de que México se adhiera
a su jurisdicción, el fortalecimiento del sistema penal en el combate a la impunidad
de conductas que afectan los derechos fundamentales del hombre y su propuesta
concreta en caso de que nuestro país se adhiera al Estatuto de Roma que crea la
Corte Penal Internacional.
Se seleccionó como participantes a profesionales que se han distinguido
como Catedráticos, Maestros y Funcionarios Públicos participativos y
comprometidos socialmente.

El resultado de las mismas se aprecia a continuación:


ENTREVISTA REALIZADA AL LIC. TOMÁS AGUILAR ROBLES294 SOBRE EL
TEMA “LA CORTE PENAL INTERNACIONAL Y SU OPERACIÓN DENTRO DEL
MARCO CONSTITUCIONAL MEXICANO"

1.- ¿Qué opina acerca de la creación de la Corte Penal Internacional?

Respuesta.- Es un avance muy importante en la promoción de la paz y la


justicia en el ámbito internacional.

2.- ¿Considera trascendente el establecimiento de la Corte Penal


Internacional en la defensa de los derechos fundamentales del hombre?

Respuesta.- Sí.

3.- ¿Cómo define a la Corte Penal Internacional?

Respuesta.- Como un tribunal penal internacional competente para juzgar


individuos que cometan crímenes de trascendencia universal.

4.- ¿Qué problemática podría enfrentar la Corte Penal Internacional para


su funcionamiento?

Respuesta.- La incompatibilidad del orden jurídico.

5.- ¿Considera conveniente la adhesión de México a la Corte Penal


Internacional?

Respuesta.- Sí.
294
Abogado, Catedrático de la División de Estudios Jurídicos de la Universidad de Guadalajara en el Estado
de Jalisco, impartiendo las materias de Victimología, Garantías de Seguridad Jurídica, Teoría del Delito y
Averiguación Previa, ha ocupado diversos cargos en el Poder Judicial del Estado de Jalisco y actualmente se
desempeña como Magistrado Numerario de la Primera Sala del Supremo Tribunal de Justicia del Estado de
Jalisco.
6.- ¿Considera Usted posible la operación de la Corte Penal
Internacional?

Respuesta.- Sí.

7.- ¿Que casos podría haber conocido la Corte Penal Internacional en


México?

Respuesta.- Los de su competencia.

8.- ¿Considera que el Sistema Penal Mexicano se fortalece en el combate


a la impunidad de conductas perjudicialmente trascendentes y que
atentan a los derechos fundamentales del hombre al ratificar el Estatuto
de Roma?

Respuesta.- Sí.

9.- ¿Le parece que la Corte Penal Internacional es el mejor medio para
defender los derechos fundamentales del hombre y castigar las
conductas que los amenacen y afecten?

Respuesta.- Sí

10.- ¿Qué propone para que en el Estado Mexicano opere la Corte Penal
Internacional?

Respuesta.- La reforma constitucional que permita la observancia del estatuto


sin violar las garantías establecidas.
ENTREVISTA REALIZADA AL LIC. JORGE DAVID DELGADILLO BAEZ295
SOBRE EL TEMA “LA CORTE PENAL INTERNACIONAL Y SU OPERACIÓN
DENTRO DEL MARCO CONSTITUCIONAL MEXICANO"

1.- ¿Qué opina acerca de la creación de la Corte Penal Internacional?

Respuesta.- Es una respuesta necesaria para reforzar el sistema penal


internacional a fin de evitar la impunidad.

2.- ¿Considera trascendente el establecimiento de la Corte Penal


Internacional en la defensa de los derechos fundamentales del hombre?

Respuesta.- Sí

3.- ¿Cómo define a la Corte Penal Internacional?

Respuesta.- Como una institución permanente facultada para ejercer su


jurisdicción sobre personas que cometan crímenes de trascendencia
internacional.

4.- ¿Qué problemática podría enfrentar la Corte Penal Internacional para


su funcionamiento?

Respuesta.- La falta de confianza en la parcialidad y en sus procedimientos.

295
Abogado con Diplomado en Derecho Penal, Maestría en Derecho Privado. Catedrático en la División de
Estudios Jurídicos de la Universidad de Guadalajara en el Estado de Jalisco en las materias de Derecho
Constitucional II y III, Seminario sobre la Averiguación Previa Penal. Se ha desempeñado en diversos
cargos dentro de los gobiernos Estatal, entre otros, Abogado adscrito a la Subsecretaria de Gobierno para
Asuntos Jurídicos del Gobierno del Estado, Director de Inspección del Trabajo y Previsión Social del
Estado, Director General de Asuntos Jurídicos de la Procuraduría General de Justicia del Estado, en don de
también ha desempeñado los cargos de Director General de Averiguaciones Previas y Sub Procurador de
Control de Procesos y Cumplimiento de Mandamientos Judiciales.
5.- ¿Considera conveniente la adhesión de México a la Corte Penal
Internacional?

Respuesta.- Sí.

6.- ¿Considera Usted posible la operación de la Corte Penal


Internacional?

Respuesta.- Sí

7.- ¿Que casos podría haber conocido la Corte Penal Internacional en


México?

Respuesta.- Ninguno porque no ha tenido ni tiene jurisdicción hasta en tanto


no sea ratificado el Estatuto.

8.- ¿Considera que el Sistema Penal Mexicano se fortalece en el combate


a la impunidad de conductas perjudicialmente trascendentes y que
atentan a los derechos fundamentales del hombre al ratificar el Estatuto
de Roma?

Respuesta.- Sí

9.- ¿Le parece que la Corte Penal Internacional es el mejor medio para
defender los derechos fundamentales del hombre y castigar las
conductas que los amenacen y afecten?

Respuesta.- Sí

10.- ¿Qué propone para que en el Estado Mexicano opere la Corte Penal
Internacional?
Respuesta.- La adecuación del ordenamiento legal existente, es decir de la
Constitución Federal.

ENTREVISTA REALIZADA AL LIC. LUIS ARTURO DÍAZ CEDEÑO296 SOBRE


EL TEMA “LA CORTE PENAL INTERNACIONAL Y SU OPERACIÓN DENTRO
DEL MARCO CONSTITUCIONAL MEXICANO"

1.- ¿Qué opina acerca de la creación de la Corte Penal Internacional?

Respuesta.- Es un avance en materia de Derecho Penal Internacional.

2.- ¿Considera trascendente el establecimiento de la Corte Penal


Internacional en la defensa de los derechos fundamentales del hombre?

Respuesta.- Sí

3.- ¿Cómo define a la Corte Penal Internacional?

Respuesta.- Es un Tribunal Internacional de naturaleza penal específica.

4.- ¿Qué problemática podría enfrentar la Corte Penal Internacional para


su funcionamiento?

Respuesta.- La falta de interés de sus participantes.

296
Abogado con estudios de especialidad en Derecho Penal, Catedrático de la División de Estudio Jurídicos
de la Universidad de Guadalajara en el Estado de Jalisco, impartiendo las materias de Derecho Penal Primer
Curso, Derecho Procesal Penal, Practica Profesional Penal y Teoría General del Estado. Ha ocupado
diversos cargos dentro del Poder Judicial y Actualmente se desempeña como Magistrado Numerario
adscrito a la Primera Sala del Supremo Tribunal de Justicia del Estado.
5.- ¿Considera conveniente la adhesión de México a la Corte Penal
Internacional?

Respuesta.- Sí.

6.- ¿Considera Usted posible la operación de la Corte Penal


Internacional?

Respuesta.- Sí.

7.- ¿Qué casos podría haber conocido la Corte Penal Internacional en


México?

Respuesta.- Como situación de referencia pudiéramos decir que los sucesos


como lo ocurrido en 1968 pero legalmente ninguno hasta que se ratifique el
estatuto por parte de México.

8.- ¿Considera que el Sistema Penal Mexicano se fortalece en el combate


a la impunidad de conductas perjudicialmente trascendentes y que
atentan a los derechos fundamentales del hombre al ratificar el Estatuto
de Roma?

Respuesta.- Sí

9.- ¿Le parece que la Corte Penal Internacional es el mejor medio para
defender los derechos fundamentales del hombre y castigar las
conductas que los amenacen y afecten?

Respuesta.- Sí
10.- ¿Qué propone para que en el Estado Mexicano opere la Corte Penal
Internacional?

Respuesta.- La modificación a los preceptos constitucionales que impiden su


aplicación.

ENTREVISTA REALIZADA AL LIC. RUBÉN JAIME FLORES MEDINA297 SOBRE


EL TEMA “LA CORTE PENAL INTERNACIONAL Y SU OPERACIÓN DENTRO
DEL MARCO CONSTITUCIONAL MEXICANO"

1.- ¿Qué opina acerca de la creación de la Corte Penal Internacional?

Respuesta.- Que es un acontecimiento que sólo refleja la incompetencia de


los Estados Soberanos por autodeterminarse y autorregularse, y del
intervencionismo a ultranza de la Organización de las Naciones Unidas para
implementar medidas tendientes a fortalecer un gobierno internacional global, a
partir del reconocimiento de una jurisdicción plena de la comunidad
internacional y de soberanías judiciales residuales para las que debieran
seguir siendo en lo interno, naciones libres y soberanas.

2.- ¿Considera trascendente el establecimiento de la Corte Penal


Internacional en la defensa de los derechos fundamentales del hombre?

Respuesta.- Definitivamente no. Porque la defensa de los derechos


fundamentales no reside en los organismos, sino en la educación de quienes
deben promoverlos, cumplirlos y hacerlos cumplir en su propio territorio, sin
necesidad de presiones externas de personas ajenas a la idiosincrasia de cada
nación. Cada quien tiene lo que lucha por tener.

297
Abogado, Profesor e Investigador en el área jurídica del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la
Universidad de Guadalajara
3.- ¿Cómo define a la Corte Penal Internacional?

Respuesta.- Como un organismo técnico que tiene por consignación darle


revestimiento de legalidad internacional a las resoluciones de índole política,
que bajo consigna internacional emita dicho tribunal.

4.- ¿Qué problemática podría enfrentar la Corte Penal Internacional para


su funcionamiento?

Respuesta.- El primer problema será el que sus resoluciones sean creíbles y


puedan ser ejecutadas sin violar el orden interior de los Estados miembros,
afectados por el castigo a alguno de sus nacionales, por los delitos o
supuestos delitos cometidos por estos.

5.- ¿Considera conveniente la adhesión de México a la Corte Penal


Internacional?

Respuesta.- No.

6.- ¿Considera Usted posible la operación de la Corte Penal


Internacional?

Respuesta.- Considero que no sería prudente, de acuerdo a principios


jurídicos y políticos vigentes.
7.- ¿Qué casos podría haber conocido la Corte Penal Internacional en
México?

Respuesta.- No puede conocer de ninguno. Ni pudo en el pasado haber


conocido de hechos ocurridos en el país, por razones de sistemática y técnica
jurídicas.

8.- ¿Considera que el Sistema Penal Mexicano se fortalece en el combate


a la impunidad de conductas perjudicialmente trascendentes y que
atentan a los derechos fundamentales del hombre al ratificar el Estatuto
de Roma?

Respuesta.- Considero que no. Añadir actos intervencionistas de organismos


y entidades internacionales en la autodeterminación de los pueblos, no
beneficiaría en ese caso a la naciente democracia participativa mexicana.

9.- ¿Le parece que la Corte Penal Internacional es el mejor medio para
defender los derechos fundamentales del hombre y castigar las
conductas que los amenacen y afecten?

Respuesta.- Aplica la misma opinión que en los considerandos de la pregunta


anterior y a la cuarta.

10.- ¿Qué propone para que en el Estado Mexicano opere la Corte Penal
Internacional?

Respuesta.- No necesita definirse, pues los funcionarios públicos están


obligados actualmente a cumplir la ley y ésta no le permite adherirse.
ENTREVISTA REALIZADA AL LIC. GILBERTO ERNESTO GARABITO298
GARCÍA SOBRE EL TEMA “LA CORTE PENAL INTERNACIONAL Y SU
OPERACIÓN DENTRO DEL MARCO CONSTITUCIONAL MEXICANO"

1.- ¿Qué opina acerca de la creación de la Corte Penal Internacional?

Respuesta.- Es una de las acciones jurídico-políticas de la comunidad


internacional para terminar con la impunidad globalizada.

2.- ¿Considera trascendente el establecimiento de la Corte Penal


Internacional en la defensa de los derechos fundamentales del hombre?

Respuesta.- Sí, ya que permitiría a México reflejar la firmeza y la confianza en


nuestro sistema jurídico y nuestra democracia.

3.- ¿Cómo define a la Corte Penal Internacional?

Respuesta.- Es un órgano supranacional con facultades para juzgar delitos de


trascendencia internacional.

4.- ¿Qué problemática podría enfrentar la Corte Penal Internacional para


su funcionamiento?

Respuesta.- La falta de cooperación por parte de los Estados.

298
Abogado, con Especialidad en Derecho Privado, Maestro en Derecho Privado por la Universidad de
Guadalajara, Profesor Titular de la Escuela de Derecho del Instituto de Estudios Superiores de Occidente,
Profesor Académico en la División de Estudios Jurídicos de la Universidad de Guadalajara. Se ha
desempeñado como Secretario de Acuerdos de los Juzgados Tercero y Noveno del Primer Partido Judicial, en
el Estado de Jalisco, Juez Civil en Tepatitlán de Morelos, Jalisco y Tercero Civil en el Primer Partido Judicial
en el Estado de Jalisco, Presidente del Supremo Tribunal de Justicia y del Consejo General del Poder Judicial
del Estado de Jalisco y actualmente Magistrado Presidente de la Segunda del Supremo Tribunal de Justicia en
el Estado de Jalisco.
5.- ¿Considera conveniente la adhesión de México a la Corte Penal
Internacional?

Respuesta.- Sí.

6.- ¿Considera Usted posible la operación de la Corte Penal


Internacional?

Respuesta.- Sí

7.- ¿Qué casos podría haber conocido la Corte Penal Internacional en


México?

Respuesta.- Los que por su naturaleza se encuadren en los delitos que le


compete conocer.

8.- ¿Considera que el Sistema Penal Mexicano se fortalece en el combate


a la impunidad de conductas perjudicialmente trascendentes y que
atentan a los derechos fundamentales del hombre al ratificar el Estatuto
de Roma?

Respuesta.- Sí.

9.- ¿Le parece que la Corte Penal Internacional es el mejor medio para
defender los derechos fundamentales del hombre y castigar las
conductas que los amenacen y afecten?

Respuesta.- Sí

10.- ¿Qué propone para que en el Estado Mexicano opere la Corte Penal
Internacional?
Respuesta.- La adecuación a la norma que permita la adhesión al Estatuto.

ENTREVISTA REALIZADA AL LIC. JOSE LUIS LEAL SANABRIA299 SOBRE EL


TEMA “LA CORTE PENAL INTERNACIONAL Y SU OPERACIÓN DENTRO DEL
MARCO CONSTITUCIONAL MEXICANO"

1.- ¿Qué opina acerca de la creación de la Corte Penal Internacional?

Respuesta.- Todo un acierto contra la impunidad y por la defensa de los


Derechos Humanos.

2.- ¿Considera trascendente el establecimiento de la Corte Penal


Internacional en la defensa de los derechos fundamentales del hombre?

Respuesta.- Por supuesto.

3.- ¿Cómo define a la Corte Penal Internacional?

Respuesta.- Como un órgano de justicia internacional que nos asegura que el


delincuente sea sancionado sin importar el lugar a que se traslade, ni el tiempo
en que se haya cometido un delito o crimen de genocidio, lesa humanidad o de
guerra.

4.- ¿Qué problemática podría enfrentar la Corte Penal Internacional para


su funcionamiento?

Respuesta.- La negativa de algunos factores hegemónicos a su adhesión.

299
Abogado, Catedrático de la División de Estudio Jurídicos de la Universidad de Guadalajara en el Estado de
Jalisco, Presidente de la Academia de Derecho Constitucional y Notario. Ha ocupado cargos como el de
Diputado, Secretario General de Gobierno y Presidente del Colegio de Jalisco.
5.- ¿Considera conveniente la adhesión de México a la Corte Penal
Internacional?

Respuesta.- Sí.

6.- ¿Considera Usted posible la operación de la Corte Penal


Internacional?

Respuesta.- Sin duda.

7.- ¿Qué casos podría haber conocido la Corte Penal Internacional en


México?

Respuesta.- Con efecto retroactivo ninguno.

8.- ¿Considera que el Sistema Penal Mexicano se fortalece en el combate


a la impunidad de conductas perjudicialmente trascendentes y que
atentan a los derechos fundamentales del hombre al ratificar el Estatuto
de Roma?

Respuesta.- Evidentemente, en virtud de que se convierte en un contrapeso


externo.

9.- ¿Le parece que la Corte Penal Internacional es el mejor medio para
defender los derechos fundamentales del hombre y castigar las
conductas que los amenacen y afecten?

Respuesta.- Si no como la mejor forma, sí como un instrumento necesario.

10.- ¿Qué propone para que en el Estado Mexicano opere la Corte Penal
Internacional?
Respuesta.- En virtud de haberse realizado la Reforma Constitucional del
Artículo 21 y faltando sólo la publicación que debe hacer el Ejecutivo, no hay
duda que el Senado de la República aprobará la adhesión al Estatuto de
Roma.
ENTREVISTA REALIZADA AL LIC. JOSÉ FÉLIX PADILLA LOZANO 300 SOBRE
EL TEMA “LA CORTE PENAL INTERNACIONAL Y SU OPERACIÓN DENTRO
DEL MARCO CONSTITUCIONAL MEXICANO"

1.- ¿Qué opina acerca de la creación de la Corte Penal Internacional?

Respuesta.- Me parece correcta y necesaria.

2.- ¿Considera trascendente el establecimiento de la Corte Penal


Internacional en la defensa de los derechos fundamentales del hombre?

Respuesta.- Sí, para los derechos fundamentales en todos los países, ya que
en aquellos en los que hay autoritarismo y una democracia precaria el poder
publico que se ejerce cae en sofismas jurídicos y sociales. (Alemania, Estados
Unidos, etc.)

3.- ¿Cómo define a la Corte Penal Internacional?

Respuesta.- Como un organismo aglutinador de ámbitos de soberanía que


cede cada país signante con el propósito de juzgar actos de Lesa Humanidad,
Genocidio, Terrorismo, etc.

4.- ¿Qué problemática podría enfrentar la Corte Penal Internacional para


su funcionamiento?

300
Abogado, Profesor de Derecho Penal en el ITESO y en la Universidad Panamericana, se ha desempeñado
como Defensor de oficio en materia federal, Sub Procurador General de Justicia en el Estado de Jalisco y
actualmente como Magistrado integrante de la Segunda Sala del Supremo Tribunal de Justicia del Estado de
Jalisco.
Respuesta.- La oposición de algunos países poderosos para seguir
manejando su hegemonía en los diversos órdenes como el político.

5.- ¿Considera conveniente la adhesión de México a la Corte Penal


Internacional?

Respuesta.- Sí

6.- ¿Considera Usted posible la operación de la Corte Penal


Internacional?

Respuesta.- Sí

7.- ¿Qué casos podría haber conocido la Corte Penal Internacional en


México?

Respuesta.- El de Aguas Blancas y el del movimiento del 68, pero en estricto


derecho ninguno ya que no se puede dar la irretroactividad de la ley.

8.- ¿Considera que el Sistema Penal Mexicano se fortalece en el combate


a la impunidad de conductas perjudicialmente trascendentes y que
atentan a los derechos fundamentales del hombre al ratificar el Estatuto
de Roma?

Respuesta.- Definitivamente sí

9.- ¿Le parece que la Corte Penal Internacional es el mejor medio para
defender los derechos fundamentales del hombre y castigar las
conductas que los amenacen y afecten?

Respuesta.- Por supuesto que sí.


10.- ¿Qué propone para que en el Estado Mexicano opere la Corte Penal
Internacional?

Respuesta.- El acuerdo favorable a la modificación constitucional necesaria y


la aprobación de la adhesión por parte del Congreso.
ENTREVISTA REALIZADA A LA MAESTRA IRMA RAMOS SALCEDO301 SOBRE
EL TEMA “LA CORTE PENAL INTERNACIONAL Y SU OPERACIÓN DENTRO
DEL MARCO CONSTITUCIONAL MEXICANO"

1.- ¿Qué opina acerca de la creación de la Corte Penal Internacional?

Respuesta.- Pretende ser una institución de carácter permanente, subsidiaria


de las jurisdicciones penales nacionales, que esta dotada de personalidad
jurídica internacional, con vinculación a la Organización de las Naciones
Unidas y que pretende sanciona a quienes cometan conductas de actos
considerados graves, que atentan contra la integridad y la vida de las personas
y de la humanidad.

2.- ¿Considera trascendente el establecimiento de la Corte Penal


Internacional en la defensa de los derechos fundamentales del hombre?

Respuesta.- Sí, ya que a diferencia de los cuatro Tribunales Internacionales,


la Corte penal Internacional será de carácter permanente, su existencia a
juzgar los crímenes cometidos bajo su jurisdicción para que ellos no queden
impunes, además su jurisdicción será complementaria a las de las
jurisdicciones nacionales en el ámbito penal y gozará de personalidad jurídica
internacional, lo cual no permitirá que los crímenes contra la humanidad
queden sin castigo, por protección de políticos o de la política nacional de
cualquier país.

3.- ¿Cómo define a la Corte Penal Internacional?

301
Abogada, Catedrático de la División de Estudio Jurídicos de la Universidad de Guadalajara en el Estado de
Jalisco, Secretario de la Academia de Derecho Internacional.
Respuesta.- La Corte Penal Internacional, por sus características, es un
órgano único en el sistema Internacional, con competencia de carácter general
para juzgar individuos, puede iniciar investigaciones de oficio y negar cualquier
tipo de inmunidad, además de que no contempla la pena de muerte como
medida sancionadora, no entra en conflicto con otras jurisdicciones, ya que
cada una tiene delimitada su competencia y sus responsabilidades son
diferentes.

4.- ¿Qué problemática podría enfrentar la Corte Penal Internacional para


su funcionamiento?

Respuesta.- Desde el momento de su creación encontró reticencia y la sigue


encontrando, en los países, sobre todo los que se nombran protectores del
mundo, sobre la raíz de su origen y la existencia de las cortes nacionales,
debido a que están consideradas como cortes supremas en cada uno de los
países, este es uno de los motivos para considerar que invade el aspecto de
soberanía.

Otro problema es que en algunos países se han cometido, en el pasado,


crímenes que no han sido juzgados y la preocupación de muchos políticos es
que los crímenes cometidos por ellos en la antigüedad puedan juzgarse por la
Corte Penal Internacional.

5.- ¿Considera conveniente la adhesión de México a la Corte Penal


Internacional?

Respuesta.- Sí.

6.- ¿Considera Usted posible la operación de la Corte Penal


Internacional?
Respuesta.- Sí.

7.- ¿Qué casos podría haber conocido la Corte Penal Internacional en


México?

Respuesta.- Casos como los actos acontecidos en el movimiento estudiantil


del 68 y 71, matanzas de Acteal y algunas comunidades indígenas de la región
sur del país.

8.- ¿Considera que el Sistema Penal Mexicano se fortalece en el combate


a la impunidad de conductas perjudicialmente trascendentes y que
atentan a los derechos fundamentales del hombre al ratificar el Estatuto
de Roma?

Respuesta.- Sí, ya que en casos como los del 68 y 71, entre otros, que fueron
cometidos por Funcionarios Públicos que gozaban de inmunidad, no fueron
llamados a juicio alguno en materia penal, por la comisión de esos crímenes o
por haber participado de alguna manera en ellos.

9.- ¿Le parece que la Corte Penal Internacional es el mejor medio para
defender los derechos fundamentales del hombre y castigar las
conductas que los amenacen y afecten?

Respuesta.- Sí, ya que constituye un órgano con capacidad de juzgar a


cualquier individuo, independientemente de sus influencias nacionales e
internacionales que atente o dañe a la humanidad.

10.- ¿Qué propone para que en el Estado Mexicano opere la Corte Penal
Internacional?
Respuesta.-
a. Como contrapeso de la cambiante voluntad del Estado, encontramos el
principio axiomático de Derecho “Pacta sunt Servando”, lo cual otorga a la
comunidad internacional, certeza y seguridad jurídica y que se desprende del
Artículo 133 Constitucional, siempre que no se violente la norma
constitucional.
b. México al ser parte de la comunidad internacional y de comunidad de los
Estados Americanos, y parte de los principales instrumentos jurídicos en
materia de derechos humanos y derecho humanitario, lo cual implica el debido
cumplimiento y la cooperación absoluta para salvaguardar la vida y la
humanidad.
c. Incluir en la legislación penal, los crímenes que forman parte del Estatuto de
Roma, así como hacer la reserva de la competencia nacional, y establecer que
sólo en caso que la autoridad judicial no quiera o pueda conocer del delito,
será competencia de la Corte Penal Internacional.
ENTREVISTA REALIZADA AL LIC. JUAN MANUEL TORRES BARAJAS 302
SOBRE EL TEMA “LA CORTE PENAL INTERNACIONAL Y SU OPERACIÓN
DENTRO DEL MARCO CONSTITUCIONAL MEXICANO"

1.- ¿Qué opina acerca de la creación de la Corte Penal Internacional?

Respuesta.- Es una oportunidad para guiar los sistemas jurídicos nacionales


hacia una mejor justicia que se traduzca en una cultura de paz y respeto a los
Derechos Humanos.

2.- ¿Considera trascendente el establecimiento de la Corte Penal


Internacional en la defensa de los derechos fundamentales del hombre?

Respuesta.- Sí.

3.- ¿Cómo define a la Corte Penal Internacional?

Respuesta.- Como un Tribunal Internacional permanente que investiga y


juzga a responsables de delitos de carácter también internacional.

4.- ¿Qué problemática podría enfrentar la Corte Penal Internacional para


su funcionamiento?

Respuesta.- La falta de observancia y cooperación de los Estados ratificantes


del Estatuto.
5.- ¿Considera conveniente la adhesión de México a la Corte Penal
Internacional?

302
Abogado con Maestría en Derecho Penal y Especialidad en Derecho Penal Económico, Catedrático de la
División de Estudios Jurídicos de la universidad de Guadalajara en el Estado de Jalisco, impartiendo la
materia de Derecho Procesal penal y de la Maestría en Derecho Penal y Seguridad Pública. Dentro del
Gobierno se ha desempeñado como Agente del Ministerio Público, Subdirector y Director de la Policía
Judicial del Estado de Jalisco, Sub-Procurador General de Justicia y Procurador General de Justicia del Estado
de Jalisco.
Respuesta.- Sí.

6.- ¿Considera Usted posible la operación de la Corte Penal


Internacional?

Respuesta.- Si, pero una vez que se hagan las modificaciones necesarias al
marco jurídico.

7.- ¿Qué casos podría haber conocido la Corte Penal Internacional en


México?

Respuesta.- Sin la ratificación por parte de México al Estatuto, ninguno.

8.- ¿Considera que el Sistema Penal Mexicano se fortalece en el combate


a la impunidad de conductas perjudicialmente trascendentes y que
atentan a los derechos fundamentales del hombre al ratificar el Estatuto
de Roma?

Respuesta.- Sí

9.- ¿Le parece que la Corte Penal Internacional es el mejor medio para
defender los derechos fundamentales del hombre y castigar las
conductas que los amenacen y afecten?

Respuesta.- Sí.

10.- ¿Qué propone para que en el Estado Mexicano opere la Corte Penal
Internacional?
Respuesta.- La aprobación de las reformas constitucionales que se
contraponen a lo establecido en el estatuto sin que esto implique la supresión
de las garantías que dichos artículos consagran.
ENTREVISTA REALIZADA AL LIC. ROLANDO ALFREDO VILLALOBOS
FLORES303 SOBRE EL TEMA “LA CORTE PENAL INTERNACIONAL Y SU
OPERACIÓN DENTRO DEL MARCO CONSTITUCIONAL MEXICANO"

1.- ¿Qué opina acerca de la creación de la Corte Penal Internacional?

Respuesta.- Como un organismo necesario el que en principio analizaría


todos los problemas de interés mundial y nacional en su caso con motivo de la
actuación de gobernantes y militantes que en el ejercicio del poder violan los
derechos fundamentales del hombre.

2.- ¿Considera trascendente el establecimiento de la Corte Penal


Internacional en la defensa de los derechos fundamentales del hombre?

Respuesta.- Desde luego que sí, pues sería el organismo que dada la
magnitud que sucede en muchos países que se distinguen por la violación
sistemática de los derechos del hombre, como son verdaderos secuestros,
homicidios, torturas, privaciones de libertad, confiscación de bienes, prohibición
de expresar hasta sus ideas y en general todo tipo de vejaciones a la
integridad física de los ciudadanos.

3.- ¿Cómo define a la Corte Penal Internacional?

303
Abogado, Catedrático de la División de Estudios Jurídicos de la Universidad de Guadalajara en el Estado
de Jalisco desde 1967, en las materias de Derecho Procesal Penal, Derecho Procesal Civil, Introducción al
Estudio del Derecho Penal, entre otras, ha ocupado diversos cargos en el Poder Judicial del Estado de Jalisco
entre los que se encuentran Secretario del Juzgado Quinto de lo Criminal, Juez Segundo, Quinto, Cuarto de lo
Criminal, Juez Séptimo de lo Civil, Presidente del Consejo Consultivo del Poder Judicial del Estado de
Jalisco y Consejero General del Consejo de la Judicatura del Poder Judicial. Actualmente se desempeña como
Abogado Postulante y Apoderado General Judicial de Diversas Instituciones Bancarias.
Respuesta.- Como un organismo que se encargaría precisamente de analizar,
de instrumentar todo un procedimiento que culminaría con su respectiva
sentencia resolviendo la situación de aquellas personas que fuesen acusadas
por sus abusos y arbitrariedades en su actuar como gobernantes o dentro de
su función militar.

4.- ¿Qué problemática podría enfrentar la Corte Penal Internacional para


su funcionamiento?

Respuesta.- La problemática que tendría, por una parte es la de que los


Estados celebraron los respectivos convenios para darle competencia y
jurisdicción a la misma por lo que respecta a sus connacionales, en segundo
termino su costo económico que tendría que quedar a cargo de los Estados
que suscriban el acuerdo para su funcionamiento y la manera de elegir a sus
funcionario y por último la adecuación de los Estados Miembros de sus normas
constitucionales procesales y penales para tal efecto.

5.- ¿Considera conveniente la adhesión de México a la Corte Penal


Internacional?

Respuesta.- Sí.

6.- ¿Considera Usted posible la operación de la Corte Penal


Internacional?
Respuesta.- Sí, pero realizando primero todas las reformas necesarias a las
Constituciones, los Códigos Penales de los Estados, así como los Federales y
en igual forma los de Procedimientos Federales.

7.- ¿Qué casos podría haber conocido la Corte Penal Internacional en


México?

Respuesta.- Respecto a esta pregunta aplicando el principio de la necesidad


de que exista previamente la norma penal internacional, obligatoria para que
pueda tener vigencia y aplicación, hasta la fecha por tal motivo ningún caso
podría conocer la Corte Penal Internacional.

8.- ¿Considera que el Sistema Penal Mexicano se fortalece en el combate


a la impunidad de conductas perjudicialmente trascendentes y que
atentan a los derechos fundamentales del hombre al ratificar el Estatuto
de Roma?

Respuesta.- Desde luego que sí sería benéfico, por una parte como
instrumento para que el sistema penal internacional fuese fuerte y obligatorio y
por otra parte se buscaría internamente en cada Estado no solamente en el
mexicano que el abuso y la arbitrariedad de políticos y militares, por las
violaciones de derechos fundamentales del hombre, se castigasen de
inmediato de manera interna.

9.- ¿Le parece que la Corte Penal Internacional es el mejor medio para
defender los derechos fundamentales del hombre y castigar las
conductas que los amenacen y afecten?

Respuesta.- No porque sólo sería una de las formas de hacerlo, pues la más
importante sería que en un principio al acontecer un hecho de tal naturaleza o
magnitud, en cada país fuera perseguido y sancionado lo antes posible en
tanto lo permitiera la situación política del mismo; cuando esto no fuese posible
y las condiciones políticas lo permitan, debería de actuarse por la Corte Penal
Internacional.

10.- ¿Qué propone para que en el Estado Mexicano opere la Corte Penal
Internacional?

Respuesta.- Implicaría primero el estudio realizado por el Congreso de la


Unión y los Congresos de los Estados, respecto a su soberanía; a partir de ahí
la adecuación de las normas constitucionales, penales y procesales y
establecer de manera concreta los casos en que se tendría competencia, así
como las condiciones para la procedencia de cada uno de ellos.

5.3. Análisis de la información obtenida vía entrevistas.


Las respuestas vertidas en las entrevistas son transcripciones literales; para
facilitar su manejo y análisis se realizó un concentrado que permite apreciar con
claridad las concomitancias y diferencias de la información, dando por resultado lo
siguiente.

En el primero de los reactivos de la entrevista aplicada, 8 de los 10


entrevistados externaron su opinión favorable al establecimiento de la Corte Penal
Internacional calificándola como acierto, avance y como respuesta necesaria
contra la impunidad, 1 de ellos no externa su opinión sino que conceptualiza a la
Corte Penal Internacional y 1 más manifestó que sólo refleja la incompetencia de
los Estados soberanos por autodeterminarse y autorregularse.

En cuanto al reactivo número 2 se les preguntó si consideraban


trascendente en la defensa de los derechos humanos la creación de la Corte
Penal Internacional. En sus respuestas 9 de los entrevistados coincidieron en
señalar que sí, abundando el Maestro Gilberto Ernesto Garabito García en señalar
que permitiría a México reflejar la firmeza y la confianza en su sistema jurídico,
mientras que en el mismo reactivo el Doctor Rubén Jaime Flores Medina se
manifestó en forma negativa, argumentando que la defensa de los derechos
fundamentales no reside en los organismos, sino en la educación de quienes
deben promoverlos, cumplirlos y hacerlos cumplir en su propio territorio, sin
necesidad de presiones externas de personas ajenas a la idiosincrasia de cada
nación. Cada quien tiene lo que lucha por tener.

Del resultado de las siguientes 3 preguntas (3, 4 y 5 ) de la entrevista, se


obtuvo los conceptos que los entrevistados consideran más apropiados para
definir a la Corte Penal Internacional, la problemática que consideran podría
enfrentar para su funcionamiento y la conveniencia de la adhesión de México a la
Corte Penal Internacional.
Al preguntar a los entrevistados como conceptualizaría a la Corte Penal
Internacional, 6 de ellos la definieron como un órgano u organismo, 3 como un
Tribunal y 1 más como una institución coincidiendo la totalidad de los conceptos
en incluir los elementos de internacional o supranacional y en la competencia para
conocer delitos de naturaleza internacional.

En cuanto a la problemática para su funcionamientos 5 hicieron alusión a la


falta de confianza o interés de los Estados participantes, 3 a la incompatibilidad de
los ordenamientos jurídicos y 2 a cuestiones de soberanía.

La pregunta 5 respecto a si consideran conveniente la adhesión de México


a la Corte Penal Internacional, el 9 de los 10 entrevistados respondió en forma
afirmativa y sólo 1 negativamente.

De las respuestas correspondientes a la pregunta número 6, referente a si


consideraban posible la operación de la Corte Penal Internacional, 9 de los
entrevistados consideraron que sí y solamente el Doctor Rubén Jaime Flores
Medina, consideró que no sería prudente, de acuerdo a principios jurídicos y
políticos vigentes.

La intención para elaborar la interrogante 7, que pudiera resultar ambigua,


fue la de conocer la apreciación que el entrevistado tiene sobre las conductas
delictivas que hoy son competencia de la Corte Penal Internacional en México, a la
misma, 6 manifestaron que ninguno sin la ratificación del Estatuto de Roma,
haciendo referencia a la irretroactividad de la ley y 4 de ellos hicieron referencia a
ejemplos como los sucesos del 2 de octubre de 1968, a la matanza de Acteal etc.

A la respuesta de la interrogante número 8 relativa al fortalecimiento del


sistema jurídico mexicano en materia penal y de derechos humanos, 9 de los
entrevistados, coincidieron en señalar que sí y solamente uno de ellos manifestó
que no, argumentando que añadir actos intervensionistas de organismos y
entidades internacionales en la autodeterminación de los pueblos, no beneficiaría
en ese caso a la naciente democracia participativa mexicana.

A la respuesta de la interrogante número 9, relativa a si consideraban a la


Corte Penal Internacional como el mejor medio para la defensa de los derechos
fundamentales del hombre, 8 contestaron que sí y 2 de ellos la considero como
una opción solamente.

La pregunta número 10 respecto de la propuesta para que en México opere


la Corte Penal Internacional, los 10 entrevistados coincidieron en señalar como
principal propuesta la modificación de diversos artículos de la Constitución Política
de los Estados Unidos Mexicanos por considerar que de alguna forma se
contraponen al Estatuto de Roma o impiden su ejecución y observancia en nuestro
país.

5.4. Representación gráfica de la información obtenida vía entrevistas.

Los diez reactivos aplicados a los diez profesionales entrevistados nos dan un
universo de trabajo de 100 respuestas las que se aprecia su sentido en las
siguientes gráficas.
1.- ¿Qué opina acerca de la creación de la Corte Penal Internacional?

OPINIÓN RESPECTO A LA CREACIÓN DE LA CORTE PENAL


INTERNACIONAL

10
9
8
7
6
5
4
3
2
1
0
OPINION FAVORABLE SEÑALO CONCEPTO EN OPINION NEGATIVA
LUGAR DE OPINIÓN

2.- ¿Considera trascendente el establecimiento de la Corte Penal Internacional


en la defensa de los derechos fundamentales del hombre?
TRASCENDENCIA DE LA CORTE

NO
10%0%


90%
3.- ¿Cómo define a la Corte Penal Internacional?

CONCEPTO SOBRE LA CORTE PENAL INTERNACIONAL

ÓRGANO U TRIBUNAL INSTITUCIÓN


ORGANISMO INTERNACIONAL INTERNACIONAL
INTERNACIONAL

4.- ¿Qué problemática podría enfrentar la Corte Penal Internacional para su


funcionamiento?

6 FACTORES

0
INCOMPATIBILIDAD
CONFIANZA

CUESTIONES DE
FALTA DE

ORDEAMIENTOS

SOBERANÍA
JURÍDICOS
INTERNOS
DE
5.- ¿Considera conveniente la adhesión de México a la Corte Penal
Internacional?

NO NO

SÍ SÍ

0 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10

6.- ¿Considera Usted posible la operación de la Corte Penal Internacional?


ADHESIÓN DE MÉXICO A LA CORTE PENAL INTERNACIONAL


NO
7.- ¿Que casos podría haber conocido la Corte Penal Internacional en
México?

CASOS QUE PUDIERA HABER CONOCIDO LA CORTE PENAL


INTERNACIONAL EN MEXICO.

10
9
8
7
6
5
4
3
2
1
0
NINGUNO MANIFESTARON EJEMPLOS

8.- ¿Considera que el Sistema Penal Mexicano se fortalece en el combate a la


impunidad de conductas perjudicialmente trascendentes y que atentan a los
derechos fundamentales del hombre al ratificar el Estatuto de Roma?

NO
10%


90%
9.- ¿Le parece que la Corte Penal Internacional es el mejor medio para
defender los derechos fundamentales del hombre y castigar las conductas
que los amenacen y afecten?

LA CORTE PENAL INTERNACIONAL COMO MEJOR FORMA PARA LA


DEFENSA DE LOS DERECHOS HUMANOS

10
9
8
7
6
5
4
3
2
1
0
SI NO

10.- ¿Cuál sería su propuesta para que el Estado Mexicano se pudiera definir
respecto a la adhesión al Estatuto de Roma que crea la Corte Penal
Internacional?

PROPUESTA PARA LA ADHESION DE MÉXICO AL ESTATUTO DE ROMA

10

NO PROPUSIERON PROPUSIERON
MODIFICACIÓN A LA
CONSTITUCIÓN
AGRADECIMIENTOS

Deseo expresar mi gratitud al claustro de profesores del Programa de Doctorado


en Derecho de la Facultad de Derecho y Criminología de la Universidad Autónoma
de Nuevo León.

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