Crisis Migratoria Trabajo Final

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CENTRO REGIONAL UNIVERSITARIO DE SAN MIGUELITO (CRUSAM)

FACULTAD DE DERECHO Y CIENCIAS POLÍTICAS


UNIVERSIDAD DE PANAMA

EQUIPO DE TRABAJO

AYARIS QUINTERO 8-728-1279

FREDDY RINCON E-8-66281

JORLENY SIERRA 8-863-895

PEDRO RINCON 8-777-252

ITANIA VERGARA 8-720-549

ACTIVIDAD ACADEMICA

“ANÁLISIS POLÍTICO Y JURÍDICO DE LA CRISIS MIGRATORIA EN PANAMÁ”

DERECHO INTERNACIONAL PÚBLICO

PROF. DAVID PALACIOS GOODING

II SEMESTRE (NOCTURNO)

PANAMA, NOVIEMBRE DE 2016


INDICE

INTRODUCCIÓN ……………………………………………………….

1. ANTECEDENTES HISTÓRICOS ………………………………………

1.1. SIGLO XIX ………………………………………………………..

1.2. CONSTRUCCIÓN DEL CANAL DE PANAMÁ ……………..

1.3. MIGRACIONES INTERNACIONALES SIGLO XX ……………..

1.4. MIGRACIÓN ACTUAL ……………………………………….

2. ANÁLISIS POLÍTICO ………………………………………………………..

2.1. NUESTROS VECINOS: COLOMBIA Y COSTA RICA……………..

2.2. CIERRE DE FRONTERAS DE NICARAGUA Y COSTA RICA…...

2.3. FENÓMENO GEOPOLÍTICO DE LA MIGRACIÓN ……………..

2.3.1. INMIGRANTES CARIBEÑOS ………………………………

2.3.1.1. CRISIS CUBANA ………………………………

2.3.1.2. HAITIANOS ………………………………

2.3.2. INMIGRANTES EXTRA-CONTINENTALES ……………..

2.3.2.1. AFRICANOS, ASIÁTICOS Y REFUGIADOS SIRIOS.

3. ANÁLISIS JURÍDICO ………………………………………………..

3.1. LEY 3 DEL 22 DE FEBRERO DE 2008 ………………………


3.2. DECRETOS EJECUTIVOS ………………………………

3.2.1. CRISOL DE RAZAS ………………………………………..

3.2.2. DECRETO EJECUTIVO 167 DEL 3 DE JUNIO DE 2016 DE

REGULARIZACIÓN MIGRATORIA ………………………

4. RECOMENDACIONES ……………………………………………….

5. CONCLUSIONES ……………………………………………………….

6. BIBLIOGRAFÍA ……………………………………………………….
INTRODUCCIÓN

Fenómenos como la globalización, la política de mercados abiertos y los acuerdos

multilaterales de los grandes bloques han abierto las fronteras comerciales de una

manera nunca antes imaginada.

Todos estos movimientos comerciales han abierto el compás para las grandes

migraciones de personas en busca de mejores condiciones de vida, así como de

economías estables con altos índices de empleos, seguridad social y educación

que en muchas ocasiones en sus países de origen no han podido encontrar.

Como en todo auge, todo llega a un punto máximo donde el sistema se satura y

los que eran unos cuantos que se arriesgaron a hacer un cambio en sus vidas,

como lo es emigrar a un país extraño con leyes y normas distintas, así como una

cultura, costumbres e idiosincrasia distinta. A esta saturación hay que sumarle el

choque cultural y los problemas antes existentes para los pobladores originarios

de los países que reciben gran cantidad de inmigrantes atraídos por el crecimiento

económico y una demanda laboral in crescendo.

Pero de la misma manera que se suscitan estos movimientos migratorios se

deben crean las legislaciones necesarias y eficientes para lograr objetivos que

erradiquen la inmigración descontrolada y no planificada que cada día mas

complica las situaciones socio – políticas y económicas de las regiones que

reciben estas avalanchas de inmigrantes donde en muchas ocasiones vienen

elementos con segundas intenciones.


He allí la razones por la cuales estamos sufriendo de una crisis migratoria, que

está siendo maquillada y aprovechada por los gobiernos para favorecer a las

clases empresariales con mano de obra barata y en condiciones de necesidad.


1. ANTECEDENTES HISTORICOS

Panamá ha sido puente de paso de movimientos migratorios, que han sido, y continúan

siendo, vectores importantes del cambio social, económico y cultural. Aunque no es

posible determinar de manera acertada cuántas personas fueron “migrantes” en un

momento particular en la historia, existe evidencia de estilos de vida sedentaria y

migratoria que coexistieron durante todos los periodos de la historia mundial.

El proceso migratorio en Panamá ha sido fundamentalmente basado en las actividades

generadas por su situación como un lugar tránsito desde los tiempos coloniales.

En 1501, Rodrigo de Bastidas descubre tierras panameñas, dando inicio a la conquista

española. Desde entonces, Panamá fue utilizado como puente estratégico para el

transporte hacia España. Con la llegada de los españoles, también se dio la inmigración

forzosa proveniente de África para la comercialización de esclavos.

En 1821, Panamá se independiza de España y se une voluntariamente a la Gran

Colombia, el estado que abarcaba gran parte del norte de América del Sur y parte del sur

de Centroamérica en el siglo XIX. Panamá se separó de este estado en 1903 (Meditz y

Hanratty, 1987).

Las grandes corrientes migratorias llegaron a Panamá a finales del siglo XIX y comienzos

del siglo XX como resultado de las necesidades de mano de obra por los muchos

proyectos de infraestructura. El ferrocarril, el canal francés y el canal construido por

estadounidenses, junto con una economía cuyo énfasis radicaba en el comercio y los

servicios, crearon un polo de atracción para migrantes de todas partes del mundo. Puesto

que Panamá en ese entonces no tenía la capacidad para responder a la demanda de

mano de obra de tales proyectos, el país comenzó un programa de inmigración regulada


por cuotas, llegando así jamaiquinos, europeos (griegos, españoles e italianos), asiáticos

y antillanos (Richardson, 1989).

1.1. Siglo XIX

La fundación legal y administrativa para la migración moderna fue desarrollada a finales

del siglo XIX con los chinos. La Segunda Guerra Mundial se identifica como parte

importante en la historia de la migración. El primer grupo de trabajadores chinos arribó al

país el 30 de marzo de 1854 desde Canadá y Jamaica para trabajar en la construcción del

Ferrocarril de Panamá.

La construcción del Ferrocarril Interoceánico empezó en 1850 y más tarde fue conocido

como el primer Ferrocarril Transcontinental. En total, la construcción del ferrocarril llegó a

reunir en total cerca de 7.000 obreros provenientes de Europa (irlandeses, ingleses,

alemanes, etc.), Asia (China), y el área general del Caribe (Navas, 1979). Sin embargo,

dadas las rigorosas condiciones climáticas y laborales, muchos de los europeos

regresaron a sus respectivos países y fueron reemplaza- dos por mano de obra

procedente de áreas geográficas vecinas, sobre todo de Jamaica (OEA, 1995).

En 1878, la “Compañía Universal del Canal Interoceánico” empezó la construcción del

canal francés en Panamá, trayendo personas de todas partes del mundo a construirlo.

En 1884, habían más de 18.000 obreros en la planilla de pago (Westerman, 1980), y en

1885, más de 12.000 personas llega- ron, de las cuales 9.000 de ellas provenían de

Jamaica (Jaen Suárez, 1979). Dadas las condiciones climáticas y problemas de

salubridad, muchas personas murieron y muchas otras retornaron a sus países de origen.
Tras el fracaso del canal francés por las enfermedades y la pura dificultad de construirlo a

nivel de mar, y Panamá separada de la Gran Colombia, el proyecto de construcción del

canal estadounidense empezó en 1904. A principios del siglo XX llegaron a Panamá

aproximadamente 31.000 antillanos, casi 12.000 europeos y más de 2.000 centro y

sudamericanos. Al terminar la construcción del Canal a fines de 1913, varios miles de

antillanos fueron repatriados, pero el resto se estableció en Panamá definitivamente

(Rodríguez, 1986). De acuerdo con la Comisión del Canal Ístmico, entre 1904 y 1914

entraron a Panamá aproximadamente 45.000 personas del exterior bajo contrato: la

mayoría provenientes de las Antillas, aproximadamente 69%, mientras que un 26%

procedían de Europa (Navas, 1979).

El cambio social es un impacto importante y perdurable que la migración ha tenido en

todos los países de destino. Sociedades homogéneas previamente han experimentado

cambio y han evolucionado hacia sociedades multiculturales complejas.

En algunos países, esto ha sido visto como apropiado e incluso deseable, mientras que

en otros, es sujeto de amplio debate. Actualmente, los gobiernos enfrentan los retos

crecientes, de encauzar la migración conforme la conducta migratoria se hace más y más

prevaleciente y globalizada.

En 1965 había unos 75 millones de migrantes alrededor del mundo. Para el 2002, ese

número ha crecido a 175 millones. En 1965, sólo un número pequeño de países fueron

identificados como “países de destino”. Actualmente, casi cualquier país es receptor de

algún tipo de migración, y la clasificación tradicional de países afectados por la migración

en países de origen, tránsito y destino, actualmente tiene cada vez menos sentido debido

a que muchos países actualmente envían migrantes, reciben migrantes, o tienen

migrantes que cruzan a través de sus puntos de ingreso.


1.2. Construcción del Canal

Panamá es un país que se caracteriza por tener una posición geográfica privilegiada y

estratégica. Al ser el puente que une América del Sur con América del Norte, el elemento

básico de la formación social y económica ha sido la explotación de esta ventaja que, al

mismo tiempo, le asigna una función histórica en el tránsito de personas extranjeras y a la

que se suma una migración de destino significativa en consideración a la población nativa

y el territorio que ocupa (77,046 km2), que le dotan de un grado considerable de

tolerancia, aceptación y asimilación de personas extranjeras.

En ese sentido, la migración de tránsito y destino de personas extranjeras por el territorio

está ligado indisolublemente con el proceso constitutivo de la nación y la construcción y

explotación del Canal de Panamá y la Zona Libre de Colón a principios del siglo XX, lo

que a su vez generó el establecimiento de políticas restrictivas a la migración de

determinados grupos nacionales que, en general, tenían una presencia importante en el

país.

En 1904 la reapertura de las obras de construcción del Canal de Panamá, por los Estados

Unidos de Norteamérica, así como la escasa población nativa que llevara a cabo las

obras del Canal, dieron lugar a la necesidad de importar y contratar mano de obra

migrante. Si bien el Canal de Panamá comenzó su actividad marítima, comercial y

económica en 1914, a lo largo de las primeras tres décadas del siglo XX llegaron

diferentes grupos de migrantes. En las labores de construcción del Canal de Panamá

destacó la participación de trabajadores migrantes provenientes de Barbados, Martinica,

Trinidad y Guadalupe. Se estima que llegaron poco más de 31,000 trabajadores

provenientes de las Antillas, aproximadamente 12,000 europeos, 2,000 migrantes de

centro y Sudamérica y una cantidad menor de indostanos, entre otros. Al finalizar las

obras del Canal, un gran número de trabajadores migrantes regresaron a su país de


origen, otros permanecieron en las labores de conservación del Canal especialmente los

anti llanos y en algunos casos, los migrantes se insertaron en otras actividades

económicas, como los hindúes que también trabajaban en el comercio o en las

plantaciones bananeras. La migración que se da en esta época es mayoritariamente

masculina, de hecho, se estima que eran pocas las mujeres que migraban en compañía

de los trabajadores.

A los migrantes del Canal, se suma una presencia importante de personas chinas y en

menor medida, sirias, libanesas y turcas. Presencia que si bien ya era perceptible desde

finales del siglo anterior, continúa y adquiere una visibilidad que se potencializa a raíz de

la llegada de migrantes de otras latitudes. La llegada de migrantes llevó a que, poco antes

de terminadas las labores del canal, comenzara a implementarse una política restrictiva

de la migración que con el tiempo distingue a los extranjeros deseables en función de su

origen étnico, económico, razones de salud, de índole internacional o de orden social. El

primer paso fue la Ley 50, del 24 de marzo de 1913, que establece la prohibición expresa

de migración china, turca, libanesa, siria y africana. Aunque la prohibición discriminatoria

se retira en diciembre de 1932 con una nueva ley, el tinte discriminatorio que había

adquirido la política migratoria, se mantiene y se institucionaliza con otros decretos.

La Ley 76 de 1924, establece como extranjeros perniciosos o no deseables y objeto de

deportación a los rufianes, alcahuetes, corruptores, sodomitas, pederastas, tahúres y

todos aquellos vagos que sin tener profesión u oficio viven sin saberse los medios lícitos y

honestos que les provén de subsistencia. En 1928 la Ley migratoria nuevamente restringe

a cupos no mayores de 10 inmigrantes por año a las personas chinas, sirias, turcas y

negras cuyo idioma original no fuera el español. En 19342 se prohíbe la migración

indostana. En 1931, debido a la gran depresión y la aguda crisis económica que sufre el

país por esos años, se restringe la inmigración de elementos de todas las nacionalidades
bajo el argumento de que la migración agravaba la situación del obrero nacional y del

extranjero residente en el país, el Decreto 43 del 27 de mayo de 1931 detona prejuicios

raciales y étnicos que especialmente afectan a la población migrante de raza negra, pero

que también incluyen a la migración libanesa y palestina como nacionalidades

restringidas. Estas políticas discriminatorias y restrictivas culminan con la Constitución de

1941 que en su artículo 23 establece: “La inmigración de extranjeros será reglamentada

por ley […] son de inmigración prohibida: la raza negra cuyo idioma originario no sea el

castellano, la raza amarilla y las razas originarias de la India, el Asia menor y el norte de

África”. Disposición que subsiste hasta 1946 cuando se emite una nueva Constitución que

elimina la discriminación de la que le precedió. Cada grupo restringido tuvo resultados

diferenciados. Por lo que hace a las personas de raza negra la discriminación de la

política migratoria se da en un contexto en el que, desde 1916, los migrantes africanos del

Canal de Panamá se organizaron con el fin de mejorar las condiciones laborales, así

como para abatir el sistema generado por la distinción entre Gold Roll, aplicable a

europeos y americanos y Silver Roll de los africanos y, posteriormente, a

latinoamericanos y panameños. Este sistema proporcionaba trato, condiciones laborales y

salariales diferenciadas entre unos y otros. El movimiento generado por los obreros de

raza negra, es relevante en términos de procesos organizativos de la población migrante

o descendiente de migrantes. Durante más de treinta años de lucha, arbitrariedad,

discriminación y deportaciones, lograron mejorar las condiciones laborales de los obreros,

la eliminación de letreros referentes al Gold y Silver Roll y aumentos salariales, entre otros

logros. Además, el movimiento gestado en 1916 dio lugar a la formación de asociaciones

laborales con un grado aceptable de permanencia como el Local 913, creado 1946, y el

Local 900, creado en 1950. En cuanto a los indostanos, el efecto de la política migratoria

fue contener y eliminar toda posibilidad de crecimiento en la población proveniente de la

India. En grupos como la población china o asiática, se produjo la huida del país o el
aceleramiento de procesos de asimilación y aculturación mediante el mestizaje, así como

la irregularidad migratoria que, dicho sea de paso, siempre fue fuente de preocupación del

gobierno panameño quien realizó diversos esfuerzos por evitarla . La represión y

discriminación, en pleno auge en la década de 1930, no impidieron la recepción de

personas provenientes de Alemania, Europa central y oriental que huían de la

persecución nazi, generalmente por ser judíos. Éstos, crearon una comunidad importante

que encontró un espacio propicio para integrarse a las dinámicas y actividades

económicas del país, e incluso a las de tipo político y cultural. Crearon templos, escuelas,

incursionaron en proyectos agropecuarios pero también en el comercio y las profesiones

liberales.

De 1970 a 1990 Panamá recibió a personas refugiadas de Nicaragua, El Salvador, Cuba y

Colombia, así como de África y Europa Oriental . No obstante, su posición también era

complicada debido a las dictaduras militares que se establecieron en su territorio de 1968

a 1989 y que poco a poco socavaron la economía, estabilidad política y desarrollo del

país.

1.3. Migraciones Internacionales Siglo XX

La última década de dictadura se caracterizó por la desaceleración del crecimiento

económico panameño, así como por una grave crisis económica que aumentó el

desempleo, la pobreza, y la desigualdad social y el aceleramiento en la caída del

promedio de los ingresos laborales. Esto, evidentemente tuvo un impacto en los flujos

migratorios, pero no generó per se cambios relevantes o significativos. Si bien, la

migración en tránsito por Panamá con destino a Estados Unidos se acentúo, resultando

en el aumento del tráfico de personas irregulares, ello tuvo más razón de ser en factores
exógenos. A finales de la dictadura, se produjo una oleada importante de este flujo, se

calcula transitaron por Panamá cerca de veinte mil migrantes irregulares,

significativamente chinos, con la ayuda de traficantes de migrantes. En un comunicado de

febrero de 1990, el Director de Migración manifestó que durante los últimos 5 años, tan

sólo el tráfico de chinos había generado alrededor de 200 millones de dólares. Así, el

tráfico de migrantes y, posteriormente, la trata de personas, cobra importancia en los

primeros años del siglo XXI. En cuanto a la migración de destino, los efectos del periodo

dictatorial parecen no ser consistentes con una afectación a la composición,

reglamentación o inserción de la población a la vida nacional. Por el contrario, algunos

analistas identifican un aumento en la inmigración observable en los censos de 1980 a

2000 que, en eso sí posiblemente relacionada con la dictadura y sus efectos, en ningún

caso fue mayor a la emigración del 3.5% que se da en el mismo periodo. De 1980 a 1990,

la migración de destino, presuntamente regular en su mayoría, se caracteriza por ser de

origen costarricense y nicaragüense, con una presencia salvadoreña en aumento y una

migración guatemalteca y hondureña de sólo mil personas, pero igualmente en ascenso.

En 1999 se emitió el Decreto Ejecutivo No. 34, que estableció medidas para legalizar la

presencia de nicaragüenses que ingresaron antes del 31 de diciembre de 1994 a

Panamá, debido a los daños provocados por el Huracán Mitch. En otro sentido, los

conflictos relativos a la integración local de refugiados de larga data en Panamá que, por

su característica migratoria y conforme a la Ley migratoria vigente en 1999, se

encontraban imposibilitados para realizar su naturalización, tuvieron como respuesta del

Estado la implementación de una serie de decretos con el objeto de hacer posible su

naturalización. De entonces a la fecha, el grupo irregular detectado de mayor envergadura

ha sido el de personas colombianas en la provincia del Darién, desplazados y refugiados

por el conflicto armado en su país y respecto de los cuales la poca información disponible
refiere la existencia de condiciones de salud, educación, exclusión y segregación

importantes. Los informes periodísticos señalan con frecuencia que actualmente los

colombianos son la población más amplia de migrantes irregulares en el país (algunas

estimaciones alcanzan las doscientas mil personas), y también se hace referencia a una

población proveniente de Eritrea, Etiopía, y Somalia10, que por lo regular, tiene como

destino Estados Unidos. En el Darién operan organizaciones internacionales como el Alto

Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), la Cruz Roja

Internacional, el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) y la Organización

Internacional para las Migraciones (OIM), así como algunas organizaciones de la

sociedad civil entre las que destaca el Servicio Jesuita a Refugiados, que prestan

asistencia a las comunidades en las que se ha insertado un número importante de

personas colombianas. La Defensoría del Pueblo también suele visitar la zona para

verificar las condiciones de esta población respecto a su acceso a derechos y realizar

pláticas y talleres con ellos. Aunque no se tienen datos exactos sobre el número de

personas desplazadas en la zona, la OIM señala que se trata de varios miles de

colombianos, la mayoría de ellos cruzaron la frontera desde hace varios años, algunos

tienen protección humanitaria y otros son solicitantes de asilo. Los principales problemas

que se han identificado son que se encuentra restringida su movilidad de la zona, se

aglutinan en poblaciones pequeñas, lo que ha dado lugar a la sobrepoblación de

pequeñas comunidades; carecen de agua potable, acceso adecuado a servicios de salud

y cuentan con nulas posibilidades de mejorar su situación económica. Ello se da en un

contexto en el que la zona en sí misma es foco de poca atención, presencia y actuación

gubernamental. La región sur, es una vasta zona de selvas que resulta casi impenetrable

por carretera o ferrocarril y que, en no pocas ocasiones, ha sido objeto de incursiones

paramilitares o miembros de la guerrilla, lo que le ha colocado en una posición de

inseguridad. Es también, el hogar de grupos indígenas del país y de comunidades afro


caribeñas, entre las que se inserta la población colombiana. En 2005, la OIM en Colombia

inició un programa, con apoyo del ACNUR y de recursos proporcionados por la Oficina del

Departamento de Estado sobre Población Refugiada y Migración de Estados Unidos. A

través de éste, se asistió, en una primera fase, a más de 2,800 personas ubicadas en las

provincias del Darien y Kuna Yala. El Programa incluye mejorar el acceso a los servicios

de salud sexual y reproductiva de emergencia, prevenir la violencia y brindar apoyo a

personas desplazadas y en busca de protección en Panamá. Aunque hasta el momento

no existen condiciones, que desde una perspectiva gubernamental, remedien la situación

de inacceso a derechos económicos, sociales y culturales y la irregularidad migratoria en

la que los colombianos se encuentran, no sólo en el Darien sino también, en menor

proporción, en el resto del país, es posible que por la trayectoria que ha tenido Panamá

en la solución de casos similares, se lleven a cabo acciones tendientes, cuando menos, a

solucionar cuestiones de irregularidad migratoria. Finalmente, es de resaltar que de la

población panameña estimada a 2010 (3.5 millones), el porcentaje aproximado de

migrantes es de 3.4%, del cual el 51.3% lo constituyen las mujeres y un 29% menores de

15 años.

Aproximación a las causalidades de la migración a Panamá

Muchas son las causas que han motivado la movilidad de millones de personas en ésta y

otras regiones del mundo, es frecuente la mención de: los conflictos armados internos, las

diversas crisis políticas en cada uno de los países, los desastres naturales y una

extendida y aún no resuelta crisis económica, así como el insuficiente nivel de desarrollo

alcanzado por los países del área, ante las necesidades de una población que crece

aceleradamente y busca estabilidad y mejoría de sus condiciones de vida personal,

familiar o comunitaria fuera de la región y al margen de los Estados que deben darles

seguridad y protegerlos.
Ese cúmulo de limitaciones de orden estructural se complejiza ante la ausencia de

políticas que favorezcan la redistribución de la riqueza mediante el impulso de otras de

desarrollo económico y social. Los índices de desarrollo humano en la región son reflejo

de esa notable dificultad aún poco atendida en Centroamérica. Los Estados de la región,

a pesar de las mejoras impulsadas en la captación fiscal no logran aún los niveles

mínimos esperados para asegurar el cumplimiento de las metas para el desarrollo de sus

poblaciones.

La región continúa viviendo un clima de inseguridad ciudadana en diversos planos,

situación que explica la persistencia en el requerimiento de la condición de refugio para

algunos de los miembros de sus comunidades. Asimismo, los países de la región

centroamericana han sido receptores de personas que solicitan refugio procedente de

países como Colombia, Cuba, Argentina y algunos países africanos, entre los más

importantes. Llama particularmente la atención el caso de los colombianos, quienes en los

últimos tres años han incrementado su presencia ostensiblemente en la región, pero muy

especialmente en Costa Rica y Panamá. Tomando en cuenta el proceso histórico que ha

vivido la región centroamericana en los últimos veinte años puede observarse que, en la

medida en que las actividades y mercados laborales nacionales han entrado en crisis y

ante la valoración de que los procesos de pacificación de los conflictos armados internos

no han sido suficientes para resolver las crisis de orden estructural que los aquejan, se

observa el surgimiento de un nuevo flujo migratorio de carácter laboral que busca

oportunidades de inserción en otros mercados, particularmente en Estados Unidos:

trabajadores migrantes internacionales o fuera de la región centroamericana

La población refugiada

En 2001, las cifras de nuevos solicitantes tuvieron el mayor crecimiento, pues solicitaron

la condición de refugio aproximadamente 5,018 colombianos, de un total de 5,183 casos


nuevos, tendencia que se mantuvo hasta abril del año 2002 con cerca de 2,287 nuevos

solicitantes, el 97 por ciento de ellos de nacionalidad colombiana. A partir de mayo del

2002 se observó una disminución en tales cifras, como consecuencia del establecimiento

de la visa consular -requerida desde el 15 de abril- para el ingreso de nacionales

colombianos al país. Esa tendencia se mantuvo durante el año 2003. Pese a ello, dado

que el conflicto interno en Colombia continúa agudizándose, así como el desplazamiento

forzoso de población civil, se mantuvo un flujo de 1,498 colombianos solicitantes de

refugio en Costa Rica entre mayo y diciembre del 2002 y de 650 personas entre enero y

abril del 2003. Se percibe además, en la actualidad, que los nuevos ingresos han

aumentado vía Panamá debido a que ese país no les solicita visa. Desde ahí pueden

ingresar en forma irregular a Costa Rica por la frontera de Paso Canoas.

En el ámbito del Derecho Internacional existen otros instrumentos que por los derechos y

procedimientos que consagran resultan relevantes para el respeto y ejercicio de los

derechos humanos de la población emigrante; por tanto, vale la pena hacer mención de

ellos. Entre estos instrumentos tenemos la Convención de Viena sobre relaciones

Consulares (1963) y el Convenio de la Apostilla de la Haya (5 de octubre de 1961). La

Convención de Viena sobre relaciones Consulares desarrolla las funciones consulares en

el marco del deber de protección de los nacionales del Estado que envía. El cumplimiento

de las funciones establecidas en este instrumento es fundamental para garantizar el

respeto de los y las migrantes en los países de tránsito y destino. Una efectiva protección

consular puede evitar situaciones de violación de los derechos humanos. Especialmente

cuando se trata de migrantes en situación irregular. Solamente Nicaragua y Panamá son

parte de esta Convención. El Convenio de la Apostilla de la Haya suprime la exigencia de

legalización consular para los documentos públicos a ser utilizados en los países

signatarios de este convenio. En lugar de la legalización consular, se permite el


otorgamiento de una legalización única, denominada acotación u apostilla (“apostille”, en

idioma francés). La legalización con Apostille es un proceso expedito y más económico

que la legalización consular. De los países de la región han suscrito dicho Convenio

Panamá (1990), El Salvador. México también ha suscrito dicho Convenio. Dicho Convenio

resulta de suma importancia para los/las trabajadores migrantes y sus familiares, pues

facilita la tramitación de documentos requeridos en los países de destino para la

obtención de los permisos de trabajo y residencia. Sin embargo, el hecho de que no todos

los Estados de la región son parte de este Convenio los y las migrantes no pueden

beneficiarse de las ventajas que dispone.

2. Migración Actual

Si bien en los últimos años Panamá no se ha caracterizado por ser un país que presente

grandes flujos emigratorios, al contrario de los otros países de la región, las dinámicas

migratorias han venido cambiando a lo largo del período contemporáneo. Por ejemplo,

Gracia y Guillén (2002, p. 221) comentan que los “datos censales, muestran que tanto la

emigración como la inmigración han aumentado, aunque las cifras no son de magnitudes

apreciables” (Pellegrino, 2003: 221). Sin embargo, también anotan que en Panamá la

emigración predomina por sobre la inmigración.

Si bien Panamá ha sido principalmente país de origen de flujos de migración a lo largo de

su historia, aunque no en magnitudes como las de otros países de la región, también ha

sido escenario de destino. Más recientemente, los flujos migratorios hacia Panamá han

aumentado, en el marco de los cambios económicos del país.


2. ANÁLISIS POLÍTICO

El análisis científico de las migraciones internacionales a nivel mundial nunca ha tenido el

alcance ni ha sido tan significativo social y políticamente como lo es en la actualidad y

esto se debe a su carácter, eminentemente global. Esto se expresa en la manera como

impone nuevos desafíos de gobernanza y convivencia a cada vez más países, regiones y

sus vínculos con complejos procesos que afectan al mundo entero.

Lo anterior no quiere decir que en el pasado las migraciones no fueron significativas. Los

movimientos de población siempre han estado presentes en el crecimiento demográfico,

el cambio tecnológico, conflictos políticos y la guerra. En los últimos cinco siglos, las

migraciones se han ligado al colonialismo, la industrialización, el nacimiento de los

estados-nación y la expansión mundial del capitalismo, nos dicen Castles y Miller.

Lo que ha hecho de la migración internacional un fenómeno actualmente creciente e

influyente en la política mundial, en la economía y sociedad de muchos países, son una

serie de causas superpuestas: las desigualdades de desarrollo entre países y regiones,

los avances en las tecnologías de la comunicación y el transporte, el reconocimiento

internacional del derecho de los migrantes a vivir con sus familias, los conflictos

nacionales, regionales y mundiales que conducen al desplazamiento y al refugio.

El contexto latinoamericano de la migración internacional.

Según la Organización Internacional para las Migraciones, el principal país de inmigración

de los latinoamericanos es Estados Unidos. Para el 2010, la población latina en ese país

representaba el 16.3% del total de la población; es decir, 50.5 millones. El estimado de

latinos en situación irregular es de 11.2 millones. El monto total de las remesas enviadas

a países de América Latina y el Caribe, en 2010, fue de 58,100 millones de dólares, 2.1%
más que en 2009. No obstante, el informe también revela una creciente migración

intrarregional, es decir, entre los propios países de América Latina y el Caribe, siendo

tema principal en procesos y foros regionales.

Es esta migración intrarregional la que remarca este proceso como en ‘progresivo

ascenso’, y transita por una tercera etapa de la migración en la región centroamericana.

Ella está caracterizada por la transnacionalización laboral y los efectos de la globalización,

la que presenta retos actuales al desarrollo económico y humano de Panamá en el siglo

XXI. Los flujos migratorios hacia Panamá, provenientes de algunos países de América

Latina y el Caribe, se incrementan año con año.

2.1. NUESTROS VECINOS: COLOMBIA Y COSTA RICA.

Los países con los cuales compartimos espacios limítrofes históricamente han tenido

masivos movimientos migratorios con Panamá, ya sea por sus nacionales que han

emigrado por distintas situaciones a nuestro país o principalmente por la facilidad que han

encontrado en estas fronteras para el ingreso a Panamá, sea como destino final o como

un puente de enlace hacia el cono norte de América para realizar el anhelado “Sueño

Americano”.

De la misma manera ambos países han tenido que reforzar sus políticas migratorias y sus

medidas de seguridad para evitar el paso de grupos ligados al narcotráfico, grupos

beligerantes y desplazados, en el caso de Colombia, y de inmigrantes indocumentados,

disidentes cubanos, inmigrantes continentales, traficantes de personas (coyotes) y otros,

en el caso de Costa Rica.

Colombia
El mayor problema por el que atraviesa el estado colombiano en su intento por superar la

guerra ha sido el contexto histórico y coyuntural bajo el cual el gobierno intenta recuperar

el monopolio de la fuerza, el territorio y la legitimidad de sus instituciones. Los esfuerzos

que se han llevado a cabo por reestablecer la paz en Colombia, han sido parciales e

insuficientes para vencer un flagelo de casi 50 años y, por el contrario, han despertado

nuevos interrogantes acerca de la capacidad de control estatal. Mientras tanto, la

población civil ha tenido que cargar con el peso del conflicto y se ha convertido en

objetivo, medio y fin. El resultado es una profunda crisis humanitaria que se ha extendido

de manera alarmante en los últimos años, y que se agudiza con las recientes estrategias

gubernamentales: el Plan Colombia, la Seguridad Democrática y el Plan Patriota.

Pese a los esfuerzos de la comunidad internacional, los grupos armados como la guerrilla

y los paramilitares, han persistido en poner a la población en medio del conflicto,

confinándola en sus residencias, exigiéndoles apoyo, cometiendo toda clase de violación

a los derechos humanos y creando fenómenos tales como el desplazamiento. Desde el

2000, con el inicio del Plan Colombia empezó a registrarse un aumento significativo en

estos efectos, debido a que las estrategias gubernamentales se securitizaron (Tickner

2002). La fumigación, los enfrentamientos armados, las operaciones de inteligencia, las

redes de informantes y los soldados campesinos son algunas de las medidas que han

agudizado la crisis debido a que borran la división entre civil/ combatiente y obligan a la

población a tomar partido en el conflicto. De manera preocupante, Colombia en su

obsesiva lucha contra el terrorismo ha olvidado con ello la naturaleza del estado de

derecho.

El conflicto y sus efectos han determinado la política exterior colombiana repercutiendo en

sus relaciones con los países vecinos, al punto de considerarse como una amenaza
regional. Esto ha provocado que problemas tan graves como el desplazamiento, en

cambio de lograr un compromiso real por parte de la región andina, se haya securitizado,

olvidando la acción humanitaria y adoptando medidas que afectan la situación de los

colombianos que han atravesado las fronteras.

La frontera entre Panamá y Colombia es la más pequeña por su extensión de 266

kilómetros lineales. La región limítrofe entre los dos países es el Tapón del Darien y la

conforman en la parte panameña la Comarca de Kuna Yala en San Blas y la Provincia del

Darién. La parte colombiana la compone la Cuenca del Pacífico, caracterizada por una

población predominantemente indígena y afrodescendiente. Por las condiciones históricas

y geográficas de la región, ha sido difícil consolidar una presencia estatal que atienda las

necesidades básicas de infraestructura, seguridad y calidad de vida. Por el contrario,

representa un paso importante para el tráfico de armas y drogas, así como un lugar de

retaguardia y rearme para la guerrilla, los "extintos" paramilitares y lo que el gobierno ha

denominado nuevas bandas emergentes.

Los desplazamientos forzados en el Chocó hacia otros municipios colombianos y hacia

Panamá han sido numerosos; generalmente suceden desde Juradó, Ríosucio y Bahía

Solano e, inclusive, Buenaventura. En Panamá entre el 2000 y 2006 se registraron un

total de 1758 solicitudes de asilo por parte de colombianos y sólo en el 2006 se

presentaron 107 solicitudes, el equivalente al 4% de los tres países de estudio. Desde el

censo realizado de manera conjunta entre Colombia y Panamá (2004) hay en territorio

panameño un total de 614 colombianos que hasta el año pasado estaban en espera de

legalizar su estatus migratorio.

El panorama de Panamá y sus relaciones con Colombia adquiere un matiz diferente a los

expuestos anteriormente. Panamá tanto a nivel interno como internacional se enfrenta a

muchos retos, entre ellos: debe proteger las fronteras sin un ejército y para ello emplea
frentes policiales que protejan el territorio panameño, bajo una política fronteriza de no-

agresión. Tiene la responsabilidad de mantener el Canal de Panamá bajo condiciones de

tránsito neutral y seguro, para, a su vez, evitar una eventual intervención militar

estadounidense. Por último, tiene que responder a la dinámica internacional de

compromiso con la Seguridad y con el cese de violencia en Colombia.

Bajo estas condiciones, Panamá ha intentado mantener una política de neutralidad frente

a la violencia interna en Colombia; no obstante, adoptó la Resolución de la OEA contra el

terrorismo en Colombia y con ello acogió medidas contempladas por la Resolución 1373

del Consejo de Seguridad de la ONU y la Convención Interamericana contra el

Terrorismo. El aceptar a las FARC como un grupo terrorista implica, así mismo, que acata

la Política de Seguridad Democrática como el camino para derrotarlas y se ubica como un

aliado en la lucha interna del gobierno colombiano. Esta posición va de la mano a su

relación con los Estados Unidos, la cual exige que se mantenga en armonía con los

intereses de este país en la región.

Ahora bien, en términos de políticas nacionales y bilaterales para enfrentar el desborde

colombiano y, en particular, a los desplazados, Panamá tiene quizá la más fuerte posición

frente al tema: si bien se adhiere a los compromisos internacionales en materia de

desplazamiento, su intención fundamental es evitar más desplazamientos y promover el

retorno de los colombianos. Desafortunadamente el costo de este objetivo ha sido muy

alto y se conoció desde el inicio del fenómeno una actitud hostil y represiva por parte del

gobierno panameño y de las comunidades locales, que buscaba la repatriación de los

emigrantes.

En términos normativos, Panamá cuenta con el Decreto concerniente a los refugiados, el

cual tiene 88 artículos, que regulan el trato y los lineamientos sobre este fenómeno. Fue

pionero en América Latina al reconocer la persecución con base en el género, pero no


incluye la condición de solicitante de asilo en la Constitución, lo que quiere decir que no

ratifica la Convención de 1954 y la de 1961. No obstante establece la definición de

apátridas en su legislación, así como reconoce los principios del Derecho Internacional

Humanitario (Murillo 2005). Dentro de los errores que contempla, se encuentra la

estrechez del tipo de persecución que define al refugiado, en cuanto debe ser estatal e

individualizada, desconociendo con ello la mayoría de los desplazados colombianos.

También, existe una diferencia entre refugiados y personas que buscan protección, la que

a su vez influye en los derechos que ostenta cada categoría. En este sentido, aquéllos

que solicitan protección temporal, tienen derechos restringidos (Murillo 2005: 177).

A nivel bilateral, se suscribió una Declaración de Ministerios de Relaciones Exteriores

relativa al desplazamiento en zonas de frontera. Este instrumento permitía intercambiar

información del problema del desplazamiento con el fin de atenderlo y poder generar

alertas tempranas; garantizar la asistencia necesaria para satisfacer necesidades vitales;

facilitar el retorno definitivo de los desplazados en condiciones de voluntariedad y

asegurar la realización coordinada de las acciones. Tal acuerdo produjo el 11 de

diciembre de 2003 el primer retorno voluntario de 86 colombianos hasta la población

colombiana de Juradó. Sobra decir, que estos procesos son complicados y requieren de

un compromiso primordialmente de parte de Colombia como país de retorno.

Costa Rica

Una mirada sucinta al panorama migratorio internacional puede ayudar a comprender que

existe un marco amplio en el que ubicar la migración que ocurre desde, a través de y

hacia Costa Rica. Este marco es un factor externo en las dinámicas migratorias

observables en el país; en otras palabras, el análisis del fenómeno migratorio en Costa


Rica ha de realizarse tomando en cuenta los factores vinculados a los grandes

movimientos humanos en el mundo y en la región. En consecuencia, el análisis de la

dinámica migratoria en Costa Rica debe partir de asumir la interdependencia con otros

factores y situaciones existentes, más allá de las fronteras del país.

El actual territorio costarricense, ubicado en la delgada faja del istmo centroamericano, ha

constituido desde épocas remotas un canal constante de interrelaciones, tanto culturales

como biológicas. En efecto, al encontrarse Costa Rica entre dos océanos, y al instituirse

el uso de la faja ístmica para el paso de contingentes humanos y ambientales, se

conformaron las bases para un intenso contacto entre diversas culturas, plantas y

animales. Desde esta perspectiva, la posición estratégica del país posibilita a lo largo de

su historia el contacto humano; este aspecto que debe visualizarse como una ventaja con

respecto a otras regiones del mundo.

Costa Rica es reconocida como un importante destino de población migrante y refugiada

en la región. La migración se enmarca en las tendencias demográficas, sociales,

ambientales y económicas estructurales o de largo plazo experimentadas en

Centroamérica, que tienen un significativo impacto en la magnitud y patrones de los

movimientos migratorios. Se debe recalcar que actualmente las migraciones hacia Costa

Rica tienen un importante carácter laboral.

Las dinámicas de los mercados laborales de los países de la región están ancladas en

estrategias para insertar las economías domésticas a la economía internacional. Estas

acciones se llevan a cabo mediante el fomento de las actividades exportadoras, la

atracción de inversión extranjera directa, la desregulación de mercados financieros y la

promoción del crecimiento económico. Ahora bien, es necesario señalar que las

dinámicas de mercados laborales se gestan en medio de profundas asimetrías sociales

dentro de cada país.


2.2. CIERRE DE FRONTERAS DE NICARAGUA Y COSTA RICA

El incesante arribo de inmigrantes africanos, asiáticos y haitianos está provocando una

situación de caos en el puesto limítrofe costarricense de Peñas Blancas, fronterizo con

Panamá, tal como reflejan medios locales. La situación tiene en vilo a las autoridades de

países vecinos. Al mismo tiempo, el Gobierno panameño, advirtió que no permitirá el

ingreso de un contingente de ciudadanos extranjeros que se estaría desplazando desde

Colombia a Centroamérica. Las autoridades dijeron no contar con capacidad para

alojarlos. La situación se registra desde hace meses.

Nicaragua cerró su frontera a cientos de migrantes cubanos que buscaban ingresar desde

Costa Rica en su ruta a Estados Unidos, y denunció al país vecino por desencadenar lo

que llamó una "crisis humanitaria" en la región.

Por ejemplo: En abril Costa Rica otorgó permiso temporal de estancia a unos 5 600

inmigrantes, tanto africanos, asiáticos como haitianos, que arribaron a la zona fronteriza

procedentes de Panamá. De ese grupo, unos 3 000 lograron continuar viaje apoyados por

"coyotes", bandas que se dedican al tráfico de personas, hacia el norte, en busca de

llegar a Estados Unidos, su destino final, pese a que Nicaragua mantuvo cerrada la

frontera desde noviembre 2015. Los restantes se encuentron varados en suelo

costarricense.

Ante el constante flujo de inmigrantes en la zona fronteriza, el Gobierno de países vecinos

ordenó reforzar la vigilancia. Una primera crisis migratoria estalló en octubre 2015, con el

arribo de unos 8 000 migrantes cubanos, que, tras la decisión de Nicaragua de cerrar su

frontera, quedaron varados en suelo costarricense tres meses. Esa emergencia se superó

con el establecimiento de un puente aéreo en el que participaron México, El Salvador y

Guatemala. De ese modo, los migrantes lograron acceder a territorio estadounidense.


Pero, a diferencia de los cubanos, los migrantes de otras nacionalidades no gozan de un

trato preferencial en el país norteamericano. Muchos de los migrantes que llegaron a

Costa Rica desde abril no portan documentos u ocultan su nacionalidad, lo que complico

la labor de las autoridades migratorias.

Aproximadamente desde el año 2002 se viene utilizando la frontera de Panamá con

Colombia como una ruta de tránsito por los migrantes cuyo destino final es Estados

Unidos.

Según el exdirector del Servicio Nacional de Fronteras (Senafront) Frank Ábrego, durante

el año citado anteriormente era común que pasaran por Darién ciudadanos ecuatorianos y

peruanos, en grupos que anualmente llegaban a las 200 o 300 personas.

En el año 2010 mucho de los ciudadanos indocumentados procedían de Somalia, Etiopía

y Eritrea, países de África en conflicto, pero que no llamaban mucho la atención porque

anualmente sumaban unas 250 personas al año.

Con el pasar de los años la cifra fue aumentando y en el caso de los cubanos la situación

de la ola de migrantes se da por el temor de que finalice la política de ajuste “pies secos,

pies mojados” debido a la normalización entre las relaciones entre Estados Unidos y

Cuba.

La situación en Panamá estalló con el cierre de las fronteras en Nicaragua y Costa Rica.

2.3. FENÓMENO GEOPOLÍTICO DE LA MIGRACIÓN

No cabe duda que definir con claridad un fenómeno humano como es el migratorio, se

convierte en un estudio histórico y antropológico porque las migraciones han existido

desde siempre; sin embargo, a raíz de la constitución de estados políticamente definidos y


especialmente en los siglos XX y XXI el movimiento de personas, particularmente en

América Latina, se ha constituido en un tema sustantivo que requiere de un enfoque

holístico; o sea integral y entero, para comprender su magnitud.

La migración presenta hoy dos caras. Una de ellas es la necesidad que los países

industrializados o de mayor desarrollo económico tienen en relación a su demografía y de

recibir trabajadores migratorios que coadyuven al desarrollo económico de sus países.

La otra cara de la migración: se da por la connotación negativa que implica, este

problema ha sido la criminalización con el objetivo de tener un control político del mismo

y no darle una solución integral que sea acorde y congruente con las situaciones

económicas y sociales que viven los países.

Panamá y su situación migratoria

Panamá y Costa Rica anunciaron que buscarán terceros países que reciban a los

centenares de migrantes que quedaron varados en su frontera común y que podrían crear

una nueva crisis migratoria.

Ambos países se vieron desbordados por el cruce masivo de migrantes cubanos,

haitianos y, al parecer, incluso africanos. Tras una reunión en Panamá, el presidente del

país, Juan Carlos Varela, y el de Costa Rica, Luis Guillermo Solís, coincidieron en que sus

gobiernos coordinarían la reubicación voluntaria en otras naciones que acepten a los

migrantes, quienes pasan por sus territorios para intentar llegar a Estados Unidos.

Los migrantes cruzan a Panamá por la frontera sur con Colombia, llegan al centro de la

capital y siguen su camino hacia la frontera con Costa Rica. Según Solís, Costa Rica

permite el ingreso controlado de migrantes a su territorio. "Se permite que estos flujos

avancen en una búsqueda incesante hacia el norte, esa es la realidad", señaló el


mandatario, agregando que unos cien migrantes cruzan diariamente luego de pasar los

filtros de seguridad. El gobierno panameño decidió cerrar hace meses su frontera con

Colombia al ingreso de cubanos y de migrantes de otras nacionalidades, pero eso no ha

detenido el flujo. Otros países, como El Salvador, Guatemala y México, aceptaron que

entren a sus territorios y continúen su trayecto hacia Estados Unidos. Los gobernantes no

identificaron a los países con los que exploran la posibilidad de reubicar a los migrantes.

"Estamos en una fase muy preliminar y hemos conversado de manera bastante informal

con jefes de Estado", dijo Solís. "Los países con los cuales se han establecido estas

conversaciones se conocerán a medida que avancen" los esfuerzos, apuntó enfatizando

que identificarlos sería "crear una presión diplomática innecesaria". Este esfuerzo "eleva

el debate" en torno al desafío de los países de la región en el tema migratorio, dijo por su

parte el presidente Juan Carlos Varela. Los presidentes hablaron a la prensa luego de una

reunión bilateral sobre migración y seguridad en la frontera común tras la que suscribieron

un acuerdo sobre intercambio de alertas migratorias e información de seguridad. Ambos

países se comprometieron también a continuar los esfuerzos conjuntos a nivel regional

para garantizar atención a los migrantes y para combatir las redes dedicadas al tráfico

ilícito de seres humanos. Solís recordó que Panamá y Costa Rica acordaron otorgar visas

transitorias a los miles de migrantes que pasan los filtros de seguridad. Este documento

les permite transitar con libertad y les protege de ser víctimas de "coyotes" o traficantes

de personas, dijo.

Panamá y Costa Rica tienen que lidiar con una zona fronteriza que es utilizada para el

contrabando, el tráfico de drogas y de personas, según las autoridades.

2.3.1. INMIGRANTES CARIBEÑOS


2.3.1.1. CRISIS CUBANA

La crisis migratoria cubana de 2015-2016 es una situación humanitaria crítica que

se agudizó en 2015 con el flujo descontrolado de migrantes cubanos hacia

Estados Unidos, vía Sudamérica y Centroamérica. A diferencia de los balseros,

cuyo recorrido era marítimo a través del Estrecho de Florida, este flujo migratorio

va en dirección a Sudamérica vía aérea (hasta el 1 de diciembre de 2015, la

principal ruta de escape era Ecuador ya que no exigía visa a los cubanos, y desde

la fecha la ruta principal ha pasado a ser Guyana) y luego terrestre desde ese país

hasta Estados Unidos, atravesando en total ocho países.

La principal causa de la agudización del flujo migratorio fue el deshielo cubano en

diciembre de 2014, que relanzó las relaciones diplomáticas entre Cuba y Estados Unidos

suspendidas por 54 años, y que podrían tener como consecuencia el fin de algunas

ventajas migratorias para los cubanos que ingresen a Estados Unidos, a través de Ley de

Ajuste Cubano.

Debido al creciente flujo de cubanos, Nicaragua dispuso cerrar la frontera con Costa Rica

el 15 de noviembre de 2015 y expulsar a 1100 migrantes hacia el lado costarricense,

acusándolos de "violación a la soberanía". Ante el cierre por el gobierno nicaragüense, los

mandatarios de los países del Sistema de Integración Centroamericana (SICA), junto con

Colombia, México, Ecuador y Cuba reunieron para buscar una solución al problema, sin

embargo, ante la falta de acuerdos de algunos países como Nicaragua, Guatemala y

Belice, provocaron la salida de Costa Rica del SICA el 18 de diciembre, que también

anunció el cierre de la frontera a los migrantes cubanos que venían desde Panamá.

Ante la situación de retención, llegaron a haber unos 6000 cubanos varados en Peñas

Blancas en la frontera entre Costa Rica y Nicaragua, y unos 2000 más varados en Paso
Canoas en la frontera entre Panamá y Costa Rica. En Panamá, la mayoría de los cubanos

en Paso Canoas fueron alojados en albergues de las iglesias católica y evangélica, donde

pasaron la Navidad, hasta el 29 de diciembre cuando el gobierno panameño dispuso el

traslado de los cubanos hacia hoteles cercanos por razones de salud pública y seguridad.

El 29 de diciembre, tras una reunión con países de la SICA en México, acordaron un plan

piloto que se aplicó en la primera semana de enero de 2016, el traslado del primer grupo

de cubanos varados en Costa Rica, viajando por vía aérea hasta El Salvador y luego en

bus hasta México. No obstante, la medida no alcanzó a los cubanos varados en Panamá,

del cual ese país a través del presidente Juan Carlos Varela y la vicepresidenta Isabel

Saint Malo garantizaron un trato digno hacia los migrantes con el fin de trasladarlos hasta

México.

Panamá decidió por cuenta propia la solución de los 1300 cubanos varados en su

territorio, a través de la vía diplomática. Adicionalmente, el flujo de migrantes cubanos que

había entrado a Panamá decreció considerablemente a mediados de enero, debido a la

imposición de visa de los cubanos al entrar a Ecuador.

Tras la finalización del puente humanitario por parte de los gobiernos centroamericanos

con México, una nueva oleada de cubanos proveniente de Sudamérica (ahora partiendo

desde Guyana) se agolpó en el lado panameño de la frontera con Costa Rica, quien al

verse impedidos de avanzar hacia Costa Rica fueron albergados en territorio panameño,

llegando a alcanzar la cifra de 2147 cubanos a inicios de abril, dentro de un campamento

temporal en la localidad de Los Planes, distrito de Gualaca, provincia de Chiriquí. El 13 de

abril, un grupo de 1000 cubanos entró por la fuerza al lado costarricense de Paso Canoas

a modo de protesta para exigir el paso libre hasta Estados Unidos, siendo expulsados de

vuelta al lado panameño por fuerzas policiales de Costa Rica, quienes reforzaron la

frontera con un cordón policial. El gobierno panameño argumentó que no son


responsables de la acción de fuerza y culpó a Cuba y Estados Unidos por la situación de

los cubanos varados. La crisis migratoria se agudizó con la retención de otros grupos de

migrantes extracontinentales en tránsito (principalmente africanos) de los cuales tampoco

Costa Rica ha permitido su paso, quedando retenidos en la frontera con Panamá.

Por segunda vez, Panamá logró un nuevo puente humanitario con México el 6 de mayo,

permitiendo el traslado aéreo de unos 3500 cubanos varados en la frontera tico-

panameña hasta Nuevo Laredo. El traslado de los migrantes fue costeado por ellos

mismos y comenzó el 9 de mayo. Finalmente, el presidente panameño Juan Carlos Varela

anunció el 9 de mayo el cierre de la frontera con Colombia, del mismo modo que

Nicaragua y Costa Rica. Luego de varios viajes donde se movilizaron casi todos los

migrantes, el 20 de mayo terminó la venta de los boletos y el 25 de mayo partió el último

avión que trasladó a los migrantes cubanos, y que totalizó en 3161 migrantes. Sólo quedó

un grupo de 187 cubanos que no se encontraban en el censo de migrantes que podían

trasladarse a México, manteniéndose en las oficinas de migración en Chiriquí.

2.3.1.2. HAITIANOS

Una oleada de haitianos escenifican hoy una crisis migratoria en Panamá tras penetrar

por la frontera sur a través de trochas en la selva de Darién, y permanecer en

campamentos y la terminal capitalina de ómnibus.

El director panameño de Migración, Javier Carrillo, explicó este viernes a la prensa que

después del fuerte terremoto del 12 de enero de 2010, el cual devastó a Haití, el gobierno

de Brasil otorgó visas humanitarias a nacionales de ese país, que ante la actual crisis

económica brasilera, buscan migrar a Estados Unidos y Canadá.


Es un proceso que se inició hace unos cuatro meses y ellos no buscan quedarse en

Panamá, sino solo esperan recibir dinero enviado por su familia para continuar viaje, por

eso se concentran en la terminal central, explicó.

Al llegar al Istmo se le toman huellas dactilares, fotos del iris y el rostro, análisis

biométricos y se le toma la información personal que aportan, pues no tienen documentos

probatorios de su identidad y nacionalidad, aseguró Carrillo.

El trato humanitario incluye el suministro de alimentos, productos de aseo, calzado y

atención de salud, antes de permitirles continuar su ruta mediante un permiso de tránsito

de 72 horas por Panamá, confirmó Carrillo, lo que está en consonancia con la decisión

gubernamental de generar un 'flujo controlado'.

La línea divisoria con Colombia es un área de selva tupida e inhóspita, con lugares de

muy difícil acceso para el control del paso de personas de uno a otro territorio, por lo que

cerrar la frontera es casi ilusorio, expuso Carrillo y afirmó que al norte, en la división con

Costa Rica, ocurre igual.

Estos migrantes que ingresaron al país ya atravesaron otros, donde buscaron igualmente

la manera de evadir los controles, señaló.


Con referencia a migrantes de nacionalidad cubana, el funcionario confirmó la

permanencia de un grupo en zonas cercanas al paso norte de la frontera colombo-

panameña, donde el Servicio Nacional de Fronteras no les permite el ingreso al territorio

nacional.

Recordó que ya anteriormente se hicieron dos puentes aéreos con Ciudad Juárez, en

México, para trasladar a cubanos que ingresaron por ese punto a Panamá, y el presidente

Juan Carlos Varela tomó la decisión de no permitirles más el paso.

Daremos ayuda humanitaria a estas personas, pero no podemos seguir siendo parte de

esta logística, pues no fuimos escogidos por el pueblo para apoyar un flujo informal que

es estimulado por leyes vigentes, afirmó Varela en mayo último, cuando anunció el cierre.

2.3.2. INMIGRANTES EXTRA-CONTINENTALES

2.3.2.1. AFRICANOS, ASIÁTICOS Y REFUGIADOS SIRIOS.

La situación económica, civil y política de una gran cantidad de países de la Península

Arábica, bloques africanos del Norte y Centro del continente y especialmente los países

que por su posición geográfica a través de la historia han estado en conflicto por la

ambición de las grandes potencias de poseer sus territorios, son las principales causas de

los movimientos migratorios masivos y descontrolados de estos grupos.

Washington busca una coordinación más estrecha con varios países de América Latina

para hacer frente a un aumento en la cantidad de inmigrantes procedentes de Asia, África

y Oriente Medio, que estarían intentando llegar a Estados Unidos desde el sur por arduas

rutas por avión, barco y a pie, a través de la selva.


Agentes estadounidenses desplegados en un centro de inmigración en la frontera con

México en el sur han investigado a más de 640 inmigrantes de países fuera del

Continente Americano detenidos en el recinto desde octubre del 2015, según documentos

del Departamento de Seguridad Nacional revisados por Reuters.

Los inmigrantes a menudo vuelan a Brasil, obtienen pasaportes falsos allí e ingresan

ilegalmente a Panamá antes de dirigirse a través de América Central hasta la porosa

frontera con México en el sur.

La Organización de Estados Americanos (OEA) ha visto con detenimiento la creciente

llegada de africanos y sirios a América Latina.

‘Durante la última década, América Latina se ha convertido en una vía de entrada a

EE.UU.', señala Ernesto Rodríguez, experto en migración en el Instituto Tecnológico

Autónomo de México (ITAM), que cita el diario inglés The Guardian en un trabajo sobre

emigración.

Principalmente los sirios han migrado como consecuencia del conflicto armado que se

vive en su país.

El desplazamiento forzado, derivado de la guerra y los conflictos ha aumentado

considerablemente en la última década, en gran medida debido a la crisis en Siria,

corrobora la Agencia de la Organización de Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur).

Las rutas varían y cambian constantemente. Por lo general son contrabandistas quienes

transportan a los emigrantes por distintas rutas hasta llegar a suelo americano y desde

Colombia hacen frente a la densa selva darienita para llegar hasta Panamá y así

sucesivamente atraviesan toda la región centroamericana hasta llegar a México, donde

emprenden una de las travesías más peligrosas para llegar a Estados Unidos.
Las estadísticas del SNM indican que en 2015 a Panamá ingresaron 4,587

extracontinentales, entre otros, sirios, ucranianos, africanos, somalies. nepalíes,

liberianos, indios, pakistaníes y sirilancos. También se han detectado miles de cubanos,

que motivados por la Ley del Ajuste Cubano que permite adquirir la residencia al pisar

suelo americano, aceleran su paso hacia Estados Unidos antes de que las relaciones

diplomáticas entre ambos países se regularicen y los norteamericanos dejen sin efecto la

norma.

En 2015, según el SNM, 24,623 cubanos pasaron por Panamá en su ruta hacia el norte.

Las autoridades panameñas detectaron en Darién 238 cubanos, en Jaque, 168 y en

Puerto Obaldía, 24,222. Ala frontera con Costa Rica, en Paso Canoas, llegaron 335. Con

respecto a los extracontinentales, el SNM indicó que todos los que habían ingresado al

país han seguido su marcha hacia otras fronteras.

La agencia de Naciones Unidas implementa un proyecto de sensibilización y capacitación

a funcionarios de las fronteras de Centroamérica y República Dominicana para la

identificación de la trata de personas, el tráfico ilícito de migrantes y delitos conexos en

frontera.

Igualmente, tiene como objetivo el reforzamiento de la coordinación y la comunicación

entre los países y los funcionarios de las diversas instituciones que trabajan en las

fronteras, para que la lucha contra el tráfico ilegal de personas sea más efectiva.

Muchos de los migrantes que se encuentran en Panamá dicen no tener papeles de

identificación y el Gobierno local identificó que algunos haitianos se hacen pasar por

africanos para evitar una eventual DEPORTACIÓN.


Las autoridades migratorias panameñas cifran a cerca de 1.000 los migrantes en tránsito,

en su mayoría caribeños y africanos, y habilitó tres "campamentos humanitarios" en la

frontera con Colombia en el marco de la operación.

3. Análisis Jurídico

3.1. Decreto Ley 3 del 22 de febrero de 2008

La migración en Panamá se encuentra normada principalmente en la Constitución de la

República de Panamá; el Decreto Ley No. 3 del 22 de agosto de 2008 (“La Ley

Migratoria”) ; y el Decreto Ejecutivo 320 del 6 de agosto de 2008 “Reglamento de la ley

Migratoria”.

Este Decreto Ley tiene por objeto regular el movimiento migratorio de entradas y salidas

de los nacionales y de los extranjeros, la estadía de estos últimos en el territorio nacional;

establecer los requisitos y procedimientos para adquirir la nacionalidad panameña por

naturalización, y crear el Servicio Nacional de Migración y la Carrera Migratoria, sin

perjuicio de lo dispuesto en tratados, convenios internacionales y acuerdos de integración

ratificados por la República de Panamá y en leyes especiales.

Se crea el Servicio Nacional de Migración, como una institución de seguridad pública y de

gestión administrativa, adscrita al Ministerio de Gobierno y Justicia, sujeta a la política

migratoria que dicte el Órgano Ejecutivo y fiscalizada por la Contraloría General de la

República.

El Servicio Nacional de Migración ejercerá sus facultades en todo el territorio nacional y

contará con la organización, los medios y recintos migratorios dentro de las facilidades
aéreas, marítimas y terrestres de la República. En el cumplimiento de sus funciones, se

atendrá a los principios de legalidad, orden, eficiencia, transparencia, profesionalismo,

disciplina y simplificación de los trámites migratorios con estricto apego a los derechos

humanos.

El Servicio Nacional de Migración tiene las siguientes funciones:

1. Ejecutar la política migratoria y velar por el estricto cumplimiento de la legislación

migratoria vigente.

2. Organizar, dirigir, registrar, fiscalizar y prestar el servicio migratorio a los extranjeros y

velar por el control efectivo de su estadía en el país, dentro de los límites que establece el

presente Decreto Ley.

3. Ejercer el control migratorio y el registro de las entradas y salidas del territorio nacional

de nacionales y extranjeros.

4. Autorizar, negar o prohibir la entrada o la permanencia de extranjeros en el territorio

nacional y ordenar su deportación, expulsión o devolución, de conformidad con la

Constitución Política de la República y la ley.

5. Aprobar o negar, mediante resolución motivada, las solicitudes de cambios de

categoría migratoria de los extranjeros en el país.

6. Aprobar o negar las solicitudes de aquellas categorías migratorias tramitadas a través

de embajadas y consulados.

7. Cancelar, mediante resolución motivada, los permisos de no residente, residente

temporal y residente permanente, de los extranjeros en el país, de conformidad con el

presente Decreto Ley.


8. Acoger y resolver las solicitudes de visas que formulen los extranjeros no residentes.

9. Otorgar documentos de identificación a los extranjeros reconocidos por la República de

Panamá como refugiados, asilados, apátridas y personas bajo protección temporal por

razones humanitarias.

10. Expedir salvoconducto a favor de los extranjeros cuyos países no tienen

representación diplomática o consular en la República de Panamá.

11. Cumplir y hacer cumplir los acuerdos internacionales ratificados por la República de

Panamá, en materia migratoria.

12. Administrar los fondos que ingresen en concepto de depósito de repatriación y de

garantía en el Fondo Fiduciario de Migración, y devolver a los interesados sus respectivos

depósitos cuando ello proceda.

13. Administrar el Fondo Especial para el Desarrollo del Recurso Humano.

14. Crear el sistema interno de procedimientos, protocolos generales, funcionamiento y

administrativos, para establecer las normas de gestión institucional y su reglamentación.

15. Ejercer el control migratorio sobre los pasajeros de los medios de transporte local e

internacional, públicos o privados, en aeropuertos, fronteras, puertos marítimos y fluviales,

así como en cualquier parte del territorio nacional. Para tal efecto, podrán establecerse

controles permanentes y/o periódicos, debidamente autorizados por el Director General

del Servicio Nacional de Migración.

16. Inspeccionar y ejercer controles migratorios en los centros de trabajo y en cualquier

lugar de acceso público, cuando existan indicios de irregularidades migratorias.


17. Intercambiar información y cooperar con otros organismos nacionales y homólogos de

otros países, así como con organizaciones internacionales especializadas en materia

migratoria, para coadyuvar en la implementación de acciones contra el tráfico ilícito de

migrantes, la trata de personas, los delitos relacionados con el crimen organizado

transnacional, el terrorismo, el tráfico ilegal de armas y explosivos y contra el desvío, para

fines ilegales, de mercaderías de doble uso y otras actividades relacionadas.

18. Aprehender, custodiar y detener a los extranjeros que infrinjan las disposiciones de la

legislación migratoria, en los términos previstos en el presente Decreto Ley.

19. Realizar las investigaciones necesarias para prevenir, identificar y contrarrestar las

infracciones relacionadas con el régimen jurídico migratorio, y coadyuvar con las

autoridades competentes en las investigaciones relacionadas con las infracciones a la

legislación penal.

20. Ejercer la jurisdicción coactiva.

21. Aplicar las sanciones administrativas correspondientes a los infractores del presente

Decreto Ley y sus reglamentos.

22. Cualquier otra que le establezca la ley y los reglamentos.

3.2. Decretos Ejecutivos

3.2.1. Crisol de Razas

Decreto Ejecutivo Nº 547

(De miércoles 25 de julio de 2012)

QUE SE ESTABLECE EL PROCEDIMIENTO Y LOS REQUISITOS DE LOS PROCESOS

DE REGULARIZACIÓN
MIGRATORIA EXTRAORDINARIA DENOMINADO "PANAMÁ, CRISOL DE RAZAS".

Como parte de la política de integración del migrante, se creó el proceso, “Crisol de

Razas”, el cual está dirigido a los inmigrantes radicados en la República de Panamá que

se encuentran en situación irregular. A través de este proceso pueden adquirir estatus

regular, cumpliendo con las normas legales establecidas y observando los criterios de

seguridad, derechos humanos y las políticas del gobierno.

La primera feria ‘Crisol de Razas' se realizó en el 2010 en el gimnasio Roberto Durán y el

interior.

El programa ‘Panamá, Crisol de Razas' se inició en 2010 bajo la administración

gubernamental de Ricardo Martinelli. Durante su gestión se realizaron 15 ferias, en las

que por el permiso migratorio se cobraban $767, $1,272 y $2,602, dependiendo de la

nacionalidad. Adicionalmente, los extranjeros pagaban $500 por el permiso laboral; sin

embargo, no estaban obligados a sacarlo. Ahora, el costo ha disminuido levemente a 250

dólares.

El 80% de lo recaudado va al Ministerio de la Presidencia y el 20%, al Servicio Nacional

Migración.

Los permisos se otorgaban por dos años y la renovación, por diez años.

En el 2015 comenzaron a vencerse los permisos que se entregaron, por primera vez,

entre el 2012 y 2014. Ante esta situación, señala el Gobierno, los beneficiarios de la

regularización migratoria quedarían en estado de irregularidad, por lo que fue necesario

concederles un permiso para que puedan seguir colaborando con el desarrollo nacional, a

través del pago de impuestos.

Datos:
15 ferias ‘Crisol de Razas' se realizaron durante el gobierno pasado

60 mil 896 extranjeros se regularon durante los cuatro años que duró.

39 mil extranjeros es la cifra que alega el Gobierno que regularán en esta nueva versión

del programa migratorio.

A continuación los requisitos que exigirá el gobierno para entrar en este plan:
3.2.2. Decreto Ejecutivo 167 del 3 de junio de 2016 de Regularización

Migratoria

El Gobierno de Panamá decretó un nuevo proceso de regularización migratoria para

aquellos extranjeros que tienen un año o más en el país en condición irregular.

El "Procedimiento de Regularización Migratoria General", que concederá un permiso

provisional de residencia por dos años para quienes cumplan con los requisitos, entró en

vigencia por medio del decreto ejecutivo 167.

Entre las condiciones para aplicar a esta modalidad migratoria se encuentran:

- Contar con un año de estadía en el país al momento de promulgación del decreto

y no haber permanecido fuera de Panamá por más de treinta días seguidos o

fraccionados.

- No tener otro trámite de migración abierto, y presentar documentación personal,

de residencia, una declaración jurada de responsabilidad de un tercero (residente

permanente o nacional panameño), y el historial de antecedentes policiales o

penales.

- Se solicitará demostrar la afiliación a la Caja del Seguro Social o mostrar un Paz y

Salvo emitido por el ente recaudador, la Dirección General de Ingresos.

Estos últimos requisitos no eran solicitados en las extintas ferias migratorias denominadas

"Crisol de Razas", creadas en la administración de Ricardo Martinelli (2009-2014) y

suspendidos por el Gobierno de Varela en 2014 tras la legalización masiva de unos

67.000 inmigrantes.
A diferencia del "Crisol de Razas", que queda finalmente derogado con el decreto 167,

para aplicar al nuevo procedimiento se debe acudir al Servicio Nacional de Migración tal y

como se solicitan los otros tipos de residencia.

Los interesados deberán además responder a una entrevista personal para que las

autoridades evalúen si procede o no el trámite.

Los costos de este tipo de residencia van desde los 517 dólares para los oriundos de

países que tienen acuerdos de supresión de visa con Panamá, hasta los 2.102 dólares

para aquellos de "nacionalidades restringidas".

El decreto estipula que el 80 % de los fondos recaudados irán al Ministerio de la

Presidencia, "para ayuda social y seguridad", y el 20 % a un fondo para el desarrollo del

recurso humano del Servicio Nacional de Migración (SNM).

El Gobierno anunció además un proceso de regularización extraordinaria exclusivo para

los chinos en situación irregular.

En este caso, los solicitantes tienen que haber entrado al país antes del 1 de enero de

2016 y cumplir con los mismos requisitos que el resto de migrantes.

El decreto no menciona la posibilidad de conseguir un permiso de trabajo a través de este

proceso de regularización, indispensable para trabajar en Panamá y que sí se otorgaba

con los regularizados del "Crisol".

Tampoco indica mecanismos para aquellos que tienen menos de un año en el país, pero

estipula que al finalizar cada año, el SNM deberá determinar el número de migrantes a los

que podrá dar residencia bajo esta modalidad el año siguiente.

Una organización que representa a los migrantes, la Asociación de Residentes

Naturalizados en Panamá (ARENA), ha reclamado la escasez de información oficial sobre


la presencia de inmigrantes irregulares en el país y de aquellos que se mantienen en el

país pero salen y entran de nuevo cada seis meses, cuando se vence su permiso de

turista.

En 2014, Panamá aprobó 13.792 permisos de trabajo a extranjeros,

Y en 2015, 20.369, según datos oficiales.

MITRADEL

El ministerio de Trabajo (Mitradel) reformó los trámites de renovación del carné de trabajo

para los extranjeros que tengan permiso de residencia por el programa migratorio de

Crisol de Razas, agregando dos nuevos requisitos. Para el resto de los permisos de

residencia (profesional extranjero, países amigos, convenio Panamá – Italia, etc), los

trámites se mantienen sin cambios.

Los residentes que quieran renovar su carné laboral, deberán entregar copia de la

declaración de impuesto sobre la renta y un paz y salvo de la Dirección General de

Ingresos.

En caso de tener trabajo fijo, en lugar de los trámites anteriores, deberá entregar copia del

carnet de la Caja de Seguro Social y ficha con un mínimo de nueve cuotas pagas.

Una vez proceda la renovación, el carné será entregado por un periodo de dos años. Su

costo será de 250 dólares.

Anteriormente, para renovar no se le exigía ni el pago de impuesto sobre la renta ni la

ficha del seguro.


La información con los cambios figura en el decreto ejecutivo 30 del 12 de abril de 2016,

publicado en la Gaceta Oficial 28009-B y lleva la firma del presidente de la República,

Juan Carlos Varela, además del titular de trabajo. Luis Ernesto Carles.

Durante la vigencia del plan Crisol de Raza (2010-2014) las autoridades migratorias

legalizaron a cerca de 48 mil extranjeros.

Desde el año pasado la feria no se realiza. El Servicio Nacional de Migración solo está

renovando los carnés a las personas que obtuvieron su residencia en alguna de estas

ferias.

De acuerdo a las estadísticas oficiales, en 2015 las autoridades panameñas aprobaron

20.369 permisos de trabajo, un 67,7 % más que en el año anterior.

Las autoridades panameñas han informado de que la gran mayoría de extranjeros que

obtuvieron un permiso de residencia en Panamá a través del polémico programa Crisol de

Razas nunca sacaron el permiso de trabajo, y ahora se encuentran en la economía

informal o en trabajos que, por ley, solo pueden ejercer panameños.

El secretario general del MITRADEL, Samuel Rivera, puso este miércoles como ejemplo

que el Ministerio tiene información de que extranjeros trabajan como visitadores médicos,

un oficio que está restringido por ley solo para los panameños.

Rivera señaló que eso constituye una "competencia desleal" tanto para los trabajadores

panameños como para los empleadores que respetan la ley y contratan a extranjeros que

tengan licencia laboral, la que solo pueden obtener si tienen permiso de residencia.

Los costos de este proceso de regularización migratoria también fueron precisados en

este decreto y dependerán de la nacionalidad del solicitante.

Ni los menores de 12 años ni los adultos mayores de 85 años pagarán por este trámite.
Chinos tendrán su propio operativo

Paralelo a esta nueva normativa, el Ministerio de Seguridad Pública anunció que los

inmigrantes provenientes de China tendrán su propio operativo de regularización.

La medida se encuentra publicada en el decreto ejecutivo 168 del 3 de junio de 2016.


RECOMENDACIONES

ITANIA VERGARA

- Regular por los puntos o puertos de entrada al país (puertos, aeropuertos,

fronteras) la inmigración de extranjeros en su estatus de (turismo, negocio,

estudio) de una forma que el Estado conozca el tiempo y ubicación de los mismo

dentro del país.

- El crisol de raza es una ventana de oportunidad para los extranjeros ilegales en el

país( todo extranjero ilegal en el país, puede trabajar de forma informal y le da la

oportunidad de ahorra para legalizar mediante crisol de raza en vez de ser

sancionado)

- Las políticas migratorias del país son muy débiles y tienden ser corruptibles, a

través de la coima y el pago del soborno a funcionarios para seguir manteniéndose

el extranjero en el estatus desconocido

Pedro Rincón

- Realizar estudios laborales para conocer las profesiones y plazas de trabajo donde

se necesite Mano de Obra especializada e idónea para suplir la demanda laboral

existente.

- Eliminar de manera permanente la informalidad y cualquier otro medio de

subsistencia donde no haya controles tributarios ni beneficios sociales.

- Cotejar, revisar y entrevistar constantemente a los extranjeros que ingresan al país

y expiden algún tipo de permiso de residencia y laboral para asegurar que están

cumpliendo con las disposiciones laborales existentes e implementadas por el

Ministerio de Trabajo.
FREDDY RINCÓN

AYARIS QUINTERO

JORLENYS SIERRA
Conclusiones

Panamá como parte del rejuego mundial manejado por los hilos del capitalismo y la

hegemonía de la economía como uno de los pilares fundamentales de los estados por

demostrar su poderío y control, está obligado a formar parte de los movimientos

migratorios asociados a la globalización que a su vez lo que ha causado es la

transformación geopolítica, social y económica de los Estados y gobiernos.

Debido a estos cambios muchos países han visto como su situación interna ha sufrido

muchos cambios y aunado a eso las corrientes políticas que han tergiversado de manera

muy controversial sus raíces con el afán de llegar al poder mediante la demagogia y con

promesas imposibles fuera de contexto. Todo esto ha acarreado estados y economías

fallidas forzando a sus habitantes a buscar nuevos destinos donde labrar su futuro.

Cuando un estado no conoce las implicaciones que conlleva no planificar las políticas

migratorias de una manera que supla las necesidades de su población, de los

inversionistas y del desarrollo ocurren este tipo de crisis migratorias donde se abusan de

los derechos humanos de los inmigrantes y se cometen actos inhumanos durante estos

movimientos migratorios masivos, por otra parte están los nacionales de los países que

acojen y sufren efectos como la inflación, delincuencia y violencia, incremento de la

demanda, entre otros, razón por la cual son las autoridades los llamados a poner los

controles correspondientes basados en estudios analíticos tanto cuantitativos como

cualitativos en áreas demográficas, económicas y laborales.


BIBLIOGRAFÍA

http://laestrella.com.pa/panama/nacional/latinoamerica-puerta-para-cumplir-sueno-
americano/23941844

http://laestrella.com.pa/panama/politica/migracion-desafios-panama/23539935

http://macroeconomia.com.mx/2010/05/el-fenomeno-de-la-migracion-y-sus-implicaciones-
en-america-latina/

http://www.acnur.org/t3/fileadmin/Documentos/BDL/2008/6077.pdf?view=1

http://www.listindiario.com/las-mundiales/2016/10/09/438355/cubanos-haitianos-y-hasta-
africanos-varados-en-panama-y-costa-rica

http://www.prensa-latina.cu/index.php?o=rn&id=18836&SEO=haitianos-generan-crisis-
migratoria-en-panama

https://colombiainternacional.uniandes.edu.co/view.php/95/index.php?id=95

https://es.wikipedia.org/wiki/Crisis_migratoria_cubana_de_2015-2016

https://www.gacetaoficial.gob.pa/pdfTemp/27085_A/GacetaNo_27085a_20120725.pdf

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