Ramírez - El Discurso Moderno...

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El discurso moderno en la formación de la

conciencia latinoamericana
Pedro J. Ramírez
"Ariel es el imperio de la razón y del sentimiento sobre los bajos estímulos de la
irracionalidad, es el entusiasmo generoso, el móvil alto y desinteresado en la
acción, la espiritualidad en la cultura, la vivacidad y gracia de la inteligencia".
José Enrique Rodó. Ariel.
"Despertar a la historia significa adquirir conciencia de nuestra singularidad..."
Octavio Paz. El Laberinto de la Soledad.
"A pesar de todas las precauciones para cercar sus dominios las ideas de la
modernidad se abrirán paso en América Latina para dar nacimiento a la
conciencia americana".
Leopoldo Zea. América como Conciencia.

INTRODUCCION indice]" border=0 src="../../img/index.gif"


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El presente ensayo tiene como punto de partida el siguiente problema: ¿De qué manera, en
nuestro tiempo, el discurso moderno puede contribuir a la formación de la conciencia
latinoamericana? Este problema no es nuevo, por el contrario está asociado, en sus dos términos,
a la experiencia de 500 años de este subcontinente, desde el descubrimiento hasta nuestros días.
Ambos términos deberían estar implicados, pero en nuestra historia política cultural no han
tenido la vinculación requerida.
En consecuencia, nuestra experiencia ha sido de cruz y espada, de desaparición de poblaciones
enteras y de dispersión de la conciencia, de destrucción de nuestro pasado cultural y de
formación de uno nuevo, híbrido de influencias culturales. Esta dispersión de la conciencia la
vivimos como ignorancia de nuestro verdadero ser étnico, político y cultural y también como
desconocimiento de nuestro verdadero ser histórico en relación con el carácter protagónico que
debe tener en el mundo moderno actual. Frente a esta dispersión de la conciencia
latinoamericana, ¿puede el discurso moderno ordenar nuestra dispersión y ayudar a descubrir el
sentido de nuestra historia en función de una integración y un desarrollo humano más equilibrado
y más significativo en el contexto internacional?
Entendemos por discurso moderno el pensamiento europeo, que afirma y defiende, entre otros,
los principios de la individualidad,la racionalidad, la libertad, los derechos del hombre y de los
pueblos, y la educación como un factor condicionante del cultivo de los anteriores.
Posteriormente, este pensamiento ha sido enriquecido por el aporte de diversos pueblos del
planeta.
La influencia de este discurso moderno fue mínimo en el proceso de la conquista, dadas las
condiciones culturales y políticas de España y Portugal, quienes en los siglos XV-XVII
estuvieron más empeñadas en la defensa ideológica, que en la apertura a nuevos conocimientos y
métodos. Sin embargo, esta influencia se perfiló más claramente y produjo mayor efecto en las
luchas de la independencia de las antiguas colonias ibéricas, las cuales vinieron a constituir, en
los comienzos del s.XIX, el subcontinente de América Latina. Por razones que se discutirán más
adelante, este concepto adquiere toda su fuerza significativa, como señala Darcy Riveiro, cuando
es contrapuesto al concepto de Angloamérica.
En relación a esta fuerza significativa algunos pensadores como Bolívar, Martí, Rodó o
Vasconcelos soñaron en una América Latina integrada, ilustrada, una etnia cósmica, símbolo del
futuro de la humanidad, pero, en verdad, la realidad cultural y política de esta América ha sido
otra: un estado de infancia política, como afirmaba Bolívar, que la hacía poco capaz para
desarrollar una vida independiente, y a finales del siglo pasado continuaba siendo analfabeta en
un 80 por ciento, fenómeno persistente, que ha incidido en la separación entre las grandes
ciudades y el "hinterland". Asimismo, a finales del presente siglo, la dependencia y la pobreza
son dos realidades que siguen ahogando la conciencia y el sueño moderno de todos los pueblos
de América Latina.
Leopoldo Zea refiriéndose al problema de la frustrada y dispersa conciencia latinoamericana, a
mediados de este siglo, se preguntaba por nuestro ser y nuestra identidad cultural. Descubre que
hay un radical problema de adaptación a la base de nuestro comportamiento social y cultural. La
cultura indígena dejó de existir y de tener un sentido eficaz, porque fue violentamente arrancada,
y respecto a la cultura europea no sentimos que sea nuestra, aunque la visión del mundo que
tenemos y utilizamos, y nuestros valores jiran en torno a esta última. De esta manera, el
latinoamericano es un inadaptado en su propio mundo, porque no logra adaptar la cultura
europea a nuestras propias circunstancias, pero también es un inadaptado porque no logra crear
desde su propia historia cultural una identidad propia y una conciencia dialéctica comprometida
con las respectivas realidades de esta multiforme América Latina.
En consecuencia, esta inadaptación es vivida por el latinoamericano como dualidad interior,
como falta de conocimiento y de reconocimiento de nuestro ser histórico, de nuestras
capacidades, de nuestro ser moral y político. Por siglos hemos responsabilizado a Europa o a
Estados Unidos de esta inconsciencia y del atraso cultural y político de nuestros pueblos. Pero,
¿esta tesis encierra toda la verdad? Sobre este problema, Frank Tannembaum en un sugerente
ensayo, en el que analiza la complejidad de América Latina, nos habla de la pluralidad de países,
de la extensión, de las diferentes poblaciones y grados culturales, como obstáculos tanto para una
identidad efectiva, como para impulsar un proceso integrador. Las influencias culturales son otro
factor de dispersión. España, Portugal, Inglaterra, Holanda, Francia, Estados Unidos de América,
cada uno con mayor o menor penetración cultural, han impreso en la estructura mental de esta
América su sello cultural,lo cual ha dividido y creado fronteras físicas y morales. Por tanto, el
problema de la dispersión de la conciencia y la falta de identidad no es simple ni es percibido
claramente. Para algunos no existe América Latina.
¿Cómo enfrentar y aclarar este doble problema, ahora, de la existencia de América Latina y de la
dispersión de la conciencia latinoamericana? L. Zea, en una búsqueda de solución, da por su
puesto una interna unidad de América Latina, y lo que hemos llamado "dispersión de la
conciencia", según él, se supera por una toma de conciencia de la historia de la cultura, que es la
historia de los esfuerzos del hombre latinoamericano por hacer caber sus proyectos de vida y de
desarrollo dentro del campo de la cultura occidental.
En este ensayo estaremos analizando también este doble problema, tomando en consideración
que esta historia no se hace autónomamente ni automáticamente, y que la toma de conciencia no
se adquiere ni surge del caos social y cultural, ni en un contexto de inocencia política. Por el
contrario, consideramos que la educación y la cultura, vinculadas a un determinado proyecto
político, forman parte esencial del motor que transforma la conciencia. De qué conciencia
estamos hablando? Hablamos de una conciencia supranacional, de un espíritu que ha surgido en
la propia base de la historia de los pueblos, que hoy conforman América Latina. Es una especie
de fuerza que une e individualiza, que genera una substancia común, pero que a la vez crea
diferencias frente a otros contextos culturales. Es innegable el avance de esta conciencia
supranacional, pero aún es débil e inconsistente.
¿Cómo vencer nuestra debilidad y generar nuevas condiciones para una mayor identificación de
nuestro ser histórico, para crear las bases estructurales e institucionales de un suprasistema, que
permita la comunicación, el intercambio económico y cultural, artístico y científico-tecnológico?
Con base en estas preocupaciones este ensayo desea analizar tres aspectos importantes: a. El
discurso moderno liberal y su impacto en la naciente conciencia nacional latinoamericana
después de la independencia, b. La formación y desarrollo de una conciencia supranacional de
América Latina, sus características y sus proyecciones, y c. la Educación como un factor
emancipador y clarificador de la conciencia, pero a su vez factor vínculo-operativo para la
realización de la conciencia supranacional.

1. EL DISCURSO MODERNO Y SU IMPACTO EN LA


NACIENTE CONCIENCIA NACIONAL DE AMERICA
LATINA indice]" border=0 src="../../img/index.gif"
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El discurso moderno es la expresión de un movimiento cultural complejo por cuanto trata de
desarrollar y afirmar los valores del individuo humano en cuanto individuo, el conocimiento, la
libertad, los derechos del hombre y la democracia. Dicho discurso tiene sus antecedentes en el
Renacimiento, pero este entusiasmo cultural hunde sus raíces y se desarrolla a través del
pensamiento sistemático racional de Descartes, Spinoza, Leibniz, Rousseau, y también a través
del pensamiento experimental científico de Newton, Hobbes, Locke, Hume, entre otros. Con
ellos dejamos una visión medieval del mundo, basado en la autoridad divina y nos abrimos a uno
nuevo, moderno, basado en la autoridad y luz de la razón, lo mismo que en la experiencia. Estas
tesis revolucionaron la concepción del mundo y de la sociedad, pero también la moral, la política
y el arte [1] .
1.1 El Discurso moderno como proyecto cultural inconcluso indice]" border=0
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Como movimiento lo moderno implica ruptura e independencia de un modelo cultural
consagrado a la religión y a la metafísica. Pero esta emancipación que el europeo originalmente
va a realizar se logra en la medida en que cultiva la razón, busca y práctica nuevos métodos para
hacer ciencia, libera la imaginación, afirma el espíritu nacional e impulsa la producción. De esta
nueva mentalidad se originó un nuevo estado nacional moderno y creció el intercambio, el
comercio, la riqueza y el desarrollo.
Si bien la ilustración representa una etapa superior de organización del discurso moderno,
significa también su debilidad, porque, como apunta Habermas, la extrema diferenciación
condujo a la especialización y a la desconexión entre el conocimiento, la vida y el arte. Desde
este punto de vista el proyecto moderno es un proyecto inconcluso, cuyo potencial está aún sin
agotarse y sus metas pertenecen todavía a la utopía de la sociedad actual. Entre estas utopías
están la creación de una sociedad más racional, más científica, más desarrollada, más libre, y la
creación de un estado abierto y universal. Estas utopías por alcanzar son el marco de referencia
de las reflexiones de este ensayo.
En efecto, si este era su potencial renovador, ¿cómo afectó este discurso la formación de la
conciencia y de la cultura latinoamericana? Aunque el descubrimiento de América se da como
una con secuencia de la necesidad de emancipación y expansión, propios de la modernidad, sus
alcances en lo que respecta a América Latina fueron pobres y limitados, sobre todo en los tres
primeros siglos, ya que España y Portugal, por razones políticas y religiosas, estuvieron de lado
de la Contrarreforma y opuestas al espíritu moderno y sus cambios.
Por otra parte, existen hechos que desde sus inicios de la historia de América Latina marcaron su
vida y el laberinto de su desarrollo. Entre estos hechos encontramos: Colón murió sin tener
conciencia de haberla descubierto, lo que originó una falsa imagen de este continente en la
percepción y en el discurso por parte del europeo. Otro hecho significativo está referido a la
naturaleza y a los derechos de los indígenas, en conflicto con la concepción centralista y
autosuficiente de la cultura occidental.
Sin embargo, estudios recientes sobre América Latina, como los de Brachin y Zum Felde, nos
dan cuenta que muy temprano en la forma ción cultural de este continente se desarrolló una
tradición cultural e intelectual que puso las bases características propias en relación con Europa.
Así, la acción de la influencia cultural tuvo necesariamente un doble impacto, de modo que de
esta acción el conquistador resultó americanizado. Sin aminorar el grado de destrucción de la
cultura aborigen y la acción diezmadora sobre su población por causa del nuevo sistema de vida
y de trabajo, impuesto por el colonizador, hubo en la administración colonial algunas políticas y
actitudes que permitieron el surgimiento de un nuevo espíritu y un nuevo pueblo, que
posteriormente se llamaría América Latina [2] .
1.2 El mestizaje como apertura a la modernidad indice]" border=0
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Un hecho significativo para el surgimiento de este nuevo pueblo fue el mestizaje. ¿Cuál fue la
trascendencia de este hecho? Fue el principio de una nueva raza y también de una nueva cultura,
de modo que el mestizaje no sólo fue étnico, sino también cultural y político. Es la mejor
apología de la capacidad intelectual y del valor cultural de los pueblos latinoamericanos, que
sirve para descalificar las tesis etnocentrista de algunos europeos cortos de visión, que
reiteradamente han querido desprestigiar a América Latina.
Garcilaso de la Vega (1539-1616) fue un mestizo y un representante de la fusión cultural entre
Europa y América. Descendía por parte de su madre de los Incas y por parte de su padre, de una
familia noble española. En su obra Comentarios Reales acerca de los Incas, recoge las
apreciaciones de ambas culturas, de las que él se considera un mediador. Por eso, con elevados
sentimientos de dolor expresa lo que significó para su familia y para su pueblo la desaparición
del mundo inca:
"De las grandezas y prosperidades pasadas venían a las cosas presentes, lloraban sus
reyes muertos, enajenado su Imperio y acabada su República, etc. Estas y otras
semejantes pláticas tenían los Incas y Pallas en sus visitas, y con la memoria del bien
perdido siempre acababan su conversación en lágrimas y llanto, diciendo: trocósenos el
reinar en vasallaje" [3].
Los Comentarios Reales de Garcilazo son un primer intento por reencontrar la nueva identidad
de un nuevo pueblo que siguiendo los consejos de su último rey Huaina Capac se somete porque
consi deraba que la nueva cultura los aventajaba. En este mismo sentido, pero ahora en defensa
de tal identidad, José Gabriel Condorcanqui, dos siglos después, y como descendiente de los
Incas tomó el nombre de Tupac Amaru II, y emprendió una audaz lucha de liberación en contra
del poder colonial. Fue un pionero en la lucha por la identidad social y política de las futuras
repúblicas de América Latina.
En relación a la construcción de esta nueva identidad la Iglesia, a pesar de su fuerte vinculación
con el sistema de dominación colonial, fue un factor importante que creó un relativo espacio de
convergencia de los diferentes grupos que componían la población en este "nuevo mundo". En
este sentido fue la defensora de algunos derechos de los indígenas y la creadora de nuevos
centros de educación para esta población. Ya en 156O existían en América, por lo menos, tres
universidades: Santo Domingo, Lima y México [4] .
Bajo el filtro ideológico de la administración colonial y de la I glesia las ideas modernas
penetraron y fueron madurando en mestizos y criollos de tal manera que en los siglos XVII y
XVIII estas ideas cobraron mayor espacio y tuvieron influencia en la arquitectura de las iglesias,
la literatura, las demás artes, y en especial en la mentalidad política de las generaciones jóvenes.
Como consecuencia de la influencia de la Europa ilustrada liberal surgieron en América Latina
Simón Bolívar y José de San Martín, los primeros abanderados de la independencia. No podemos
pasar por alto que en el pensamiento político de ellos están presente las ideas de los ideólogos de
tres grandes revoluciones: Locke y la revolución gloriosa de Inglaterra (1688), Jefferson y la
revolución Americana (1776), y Rousseau y la revolución francesa (1789) [5] .
¿Cuál era la conciencia política de este nuevo pueblo a finales del s. XVIII e inicios del s. XIX?
Con base en el conocimiento de la Europa moderna y los efectos de las revoluciones
mencionadas, en Carta de Jamaica, de 1815, Bolívar reconoce la situación de postración política
en que se encuentraban las futuras nuevas repúblicas independientes:
"La posición de los moradores del hemisferio americano es y ha sido por
siglos,puramente pasiva: su existencia política era nula. Nosotros estábamos en un grado
todavía más abajo de la servidumbre, y por lo mismo, con más dificultades para elevarnos
al goce de la libertad" [6] .
Por estas razones, para Bolívar la suerte futura del Nuevo Mundo era incierta y difícil de
presentir. Lo que existía era un estado de infancia política y mucha ignorancia que impedía
establecer y asegurar un plan de desarrollo. Pero ésta fue una primera fase de toma de
conciencia, que permitió erguirse en procura de un lugar en el proyecto inconcluso del mundo
moderno.

1.3 La Modernidad en la Naciente Conciencia Latinoamericana indice]" border=0


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Significativo en este primer despertar de la conciencia latinoamericana fue el aporte de hombres
que eran animados por el espíritu de una nueva ciencia y una nueva filosofía. Su deseo era
cambiar la vieja mentalidad colonial por una nueva con sentido de libertad y progreso. Entre
estos hombres, muchos de ellos pertenecientes al clero, están Francisco Xavier Alegre (1729-
1788), mexicano, de la Compañía de Jesús, que conocía bien tanto el pensamiento de Tomás de
Aquino, como el de Grocio, Puffendorf y Hobbes. Sus tesis ponen en crisis el principio de
autoridad de la Metrópoli, el injusto predominio no ya contra los indios, sino contra los criollos,
y defiende ademàs la necesidad de un pacto social justo, no basado en la fuerza, sino en la
voluntad libre [7] .
En esta misma línea de pensamiento crítico, moderno y liberal se encuentra el venezolano
Francisco de Miranda (1756-1816) quien señalaba que España no merecía ser cabeza de un
imperio, ni se guir guiando a nuestras naciones. En su Proclama da por abolida la Inquisición, y
la religión católica, según su criterio, debe ría ser un religión nacional. Los indios y la gente de
color deben tener todos los derechos y privilegios correspondientes a los demás ciudadanos. En
Miranda aparece claro la influencia del discurso moderno liberal [8] .
En Hidalgo y Morelos, ambos mexicanos, encontramos la voz y la conciencia del indígena y
mestizo. La independencia, para ellos, es más que un simple cambio de gobernante. Luchan por
cambiar la tiranía del peninsular o del criollo. Defienden el derecho de las mayorías que son
mexicanos, eliminan la esclavitud y proclaman el derecho de los indígenas a sus tierras. Hay en
el pensamiento y movimiento de Hidalgo y Morelos una ideología en favor de la justicia social
[9] .
Con el afán de darle solución a los graves problemas existentes en América Latina Alberdi, con
una conciencia que supera las fronteras de su patria, propone elaborar una filosofía americana.
Esta iniciativa, al igual que la de Bolívar en relación a una unión panamericana, fue ignorada y
olvidada, porque las jóvenes naciones seguían dando muestra de su incapacidad y de sus
debilidades. Más bien en oposición a estas iniciativas surgieron la guerra, la anarquía y las
dictaduras, como la de Rosas en Argentina, la de los Santa Ana en México, los Portales en Chile,
y los García Moreno en Ecuador.
A partir de 184O surge una nueva etapa de toma de conciencia, de despunte del espíritu
latinoamericano. Aparecen la obra Facundo de Domingo Faustino Sarmiento, las Investigaciones
sobre la Influencia de la Conquista y del Sistema Colonial de los Españoles en Chile, de José
Victorino Lastarria. A estos aportes deben sumarse los de Andrés Bello, José Mª Luis Mora,
Francisco Bilbao, y Juan Montalvo. Todos estos pensadores analizan la realidad latinoamericana,
señalan las causas de los principales problemas y toman conciencia de la necesidad de tener un
lugar en el desarrollo civilizado de las naciones. En relación con este diagnóstico Sarmiento
compara nuestra realidad con el éxito que ha tenido la civilización yanqui:
"La civilización yanqui fue obra del arado y la cartilla,la sudamericana la destruyeron la
cruz y la espada. Allí se aprendió a trabajar y a leer, aquí a holgar y a rezar. Allá la raza
conquistadora introdujo la virtud del trabajo, aquí se limitó a vejetar en la burocracia y el
parasitismo" [10] .
Este pensamiento es parte de las tesis de Sarmiento, expuestas en Facundo, donde contrapone la
barbarie a la civilización, la herencia hispánica y la adopción de las formas de la vida moderna
europea. Por eso, para él la salvación de América sólo podrá venir asimilando la modernidad de
la civilización de Europa y revalorizando el trabajo como instrumento del progreso.
Desde otro punto de vista, en Francisco de Bilbao (1823-1865) se hace evidente la necesidad de
una revolución mental. Esta revolución deberá operarse a través de la educación. Pero al igual
que Bilbao, también Mora y Lastarria proclamaron la educación como el mejor modo de
revolucionar y completar cualquier otro tipo de revolución en la sociedad latinoamericana. Dado
el contexto de esta nueva sociedad, ¿qué cambios y qué tan profundos podían ser estos cambios?
Para Sarmientos (1811-1888), como para muchos otros liberales la misión de América no podía
ser otra que imitar, seguir el modelo de Europa y de los Estados Unidos, para así competir,
rivalizar en poder y en progreso. Esta es la utopía de Facundo: para competir con los yanquis
debemos ser prácticos, trabajadores, porque, como también señala José Cecilio del Valle, el
trabajo es el origen de toda riqueza y el principio de una escala de valores. ¿En qué se fundan
estos nuevos valores y actitudes? Se fundan en la filosofía positivista en su doble expresión
francesa e inglesa. Así, el pensamiento de Lastarria recibe la influencia de Comte, y Sarmiento
sigue a Comte y a Spencer, y Gabino Barreda, a Comte, de quien fuera su discípulo.
¿Qué aporta el positivismo al modelo liberal? Según Barreda el positivismo está llamado a
superar el liberalismo, por cuanto muestra el camino a seguir para lograr el progreso, cosa que el
liberalismo por sí mismo no lo puede hacer. En el caso de México, señala Barreda, en tiempos de
Benito Juarez, positivismo y libera lismo tuvieron que conciliarse a fin de alcanzar y transformar
la conciencia de los mexicanos [11] .
Derivado de esta influencia cultural moderna en diferentes campos de la vida, como la política,
las ciencias, la educación, la lite ratura y las demás artes se desarrolló en la segunda parte del si
glo XIX una mayor conciencia nacional, que se reveló de manera especial en el campo de la
literatura. Denotando esta necesidad de mayor espíritu nacional, Bello advertía a los de su tiempo
que América Latina era como una planta exótica que no había chupado todavía los jugos de la
tierra que la sostenía. Pero en respuesta a esta necesidad sentida en el continente aparecieron,
entre otras, las siguientes obras: Enriquillo (1882) de Manuel de Jesús Galván, Tradiciones
Peruanas, de Ricardo Palma, Cecilia Valdés de Cirilo Villaverde, Aves sin Nido de Clorinda
Matto de Turner, y María de Jorge Isaacs [12] .
Todos estos hechos culturales y políticos,asociados a cambios económicos de los nuevos Estados
latinoamericanos en relación con el mercado internacional y por otra parte a la fuerte influencia
del positivismo, que ya hemos mencionado, impulsaron la germinación de una conciencia, que
va más allá de lo nacional y que se dejó sentir como la fuerza de un nuevo espíritu y de una
nueva raza. ¿En qué consistió esta nueva conciencia y cuáles fueron sus características y
proyecciones?

2. FORMACION DE UNA CONCIENCIA


SUPRANACIONAL: CARACTERISTICAS Y
PROYECCIONES indice]" border=0 src="../../img/index.gif"
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Los pueblos, al igual que el ser humano, nacen y construyen su conciencia por una especie de
combinación de fuerzas,la del estí mulo y la que viene del interior del sujeto. Así, el surgimiento
y desarrollo de nuestra identidad cultural y política se ha venido edificando por la convergencia
cultural y esa "impalpable y transparente muralla, como la llama Octavio Paz, la conciencia". Por
ella, sigue diciendo Paz, el adolescente inclinado sobre las aguas del tiempo mira su rostro y
asombrado de su ser se pregunta qué soy y qué puedo llegar a ser? [13] .
En efecto, América Latina es la adolescente que a finales del siglo XIX inicia una nueva etapa en
el desarrollo de la conciencia. ¿En qué consiste este cambio? Fundamentalmente este cambio es
afirmación y reconocimiento de nuestro ser histórico, de nuestras capacidades y de nuestras
posibilidades. El discurso de Sarmiento, de Alberdi, de José Cecilio del Valle,etc., de imitación y
de importación de modelo para reproducirlo es cambiado por uno nuevo de afirmación de las
capacidades para crear, para ser originales, e incluso para ser "el continente del porvenir" según
lo había intuido Hegel en sus Lecciones de Filosofía de la Historia. ¿Quienes son ahora los
portadores de estas nuevas ideas? Vamos a centrar nuestra atención en algunos poetas, ensayistas
y pensadores políticos que nos ofrecen una imagen de una conciencia supranacional.

2.1 Gestores de una nueva conciencia indice]" border=0 src="../../img/index.gif"


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Hacia los años 1880 y 1890 surgió una nueva América Latina, diferente a la de 50 años atrás. Se
dejaba apreciar un nuevo orden y nueva forma de ver la vida. En este contexto apareció la revista
el Cojo Ilustrado (1882-1915), que recogía el pensamiento literario venezolano, Pluma y Lápiz
(1900-1904) revista chilena que publicaba la nueva literatura, y apareció también el movimien to
modernista, que iba a tener gran trascendencia no sólo a nivel de América Latina, sino también
en España.
Expresión y gestor de este nuevo espíritu es Rubén Darío (1867-1916), un prodigio nacido en
una pequeña población, Metapa, de Nicaragua. Fue el creador del Modernismo y desde la
publicación de Azul (1888) y Prosas Profanas (1896) su influencia fue decisiva en el mundo
entero de habla española. En Darío la influencia del discurso moderno alcanza su máxima
manifestación, en el sentido no de ser un simple receptor, sino un transformador y creador. En él
están presentes los clásicos, los renacentistas, los modernos, y especialmente los postrománticos,
como Verlaine,Baudelaire, Rimbaud, Victor Hugo. Sin embargo, desde su potencia creativa" da
vida, calor y luz al idioma español que moría, como decía Pedro Emilio Coll, de anemia" [14] .
¿Darío es un cosmopolita o un latinoamericano? Por su sangre y por su poesía es un poeta con
raíces y conciencia latinoamericana y con una basta formación cosmolita.
Darío es un latinoamericano mestizo, que canta lo nacional, lo continental y lo universal. En
"Salutación de Optimista" deja sentir, dice José María Pemán, el "tono de optimismo y de
esperanza en el porvenir típicamente americano y el sentido universal de lo hispánico que le daba
su mestizaje étnico y cultural" [15] . En los siguientes versos Darío deja sentir su voz
continental:

"Inclitas razas ubérrimas, sangre de Hispania fecunda,


espíritus fraternos, luminosas almas, salve.
.....................................................
un continente y otro renovado las viejas prosapias, en
espíritu unidos, en espíritu y ansias y lengua, ven
llegar el momento en que habrán de cantar nuevos himnos
La Latina estirpe verá la gran alba futura",...[16].
¿Quién hasta entonces había cantado a América Latina de esta manera? Darío es síntesis del
pasado cultural y profeta de la nueva raza con una nueva conciencia supranacional. Además de
Salutación al Optimista escribió "Canto de Esperanza", "Al Rey Oscar", "Canto a la Argentina",
"Oda a Mitre", "Pax", "Los Cisnes", "Canto Epico a las Glorias de Chile", "Salutación al
Aguila", etc. Todos estos poemas tienen un interés político, y en muchos de ellos hay un claro y
duro enfrentamiento contra el imperialismo norteamericano. En "Triunfo a Calibán" el
enfrentamiento y la crítica llega al extremo. Los llama "búfalos dedientes de plata, bárbaros,
aborrecedores de la sangre latina, enemigos míos, enemigos de toda idealidad". Esta crítica,
como dirá más tarde Rodó, hay que entenderla en el contexto de los ideales culturales de la
época.
Martí (1853-1895) es otro poeta y político con conciencia continental. Es el poeta del
compromiso y apóstol de la libertad. Si Darío es el aristócrata del arte, Martí, por el contrario, es
el poeta de las masas. Para él la poesía "nace del pueblo, que la inspira", es "durable cuando es
obra de todos". El poeta debe sen tir la agonía, los goces, las pasiones, pero sobre todo debe vivir
entre los que sufren". Los escritos martianos de alcance latinoamericano tienen un foco de interés
y un punto de partida que es la necesidad y la lucha por la independencia cubana [17] . Pero, ¿en
qué sentido es continental Martí?
Como partícipe del pensamiento moderno ilustrado hay en Martí un profunda preocupación por
el hombre concreto, por su libertad, por su diario vivir. Hay también en él una formación cultural
enciclopédica desde la cual sin apegarse a una corriente literaria, como el modernismo, crea
nuevos esquemas y formas que renuevan la poesía. Pero sobre todo nos interesa destacar
supensamiento más allá de Cuba: América como una patria grande, en contraste y enfrentamiento
contra Norteamérica, que se alza amenzadora y agresora del derecho internacional de los pueblos
de América Latina. Desde este enfrentamiento, cómo sueña Martí a América?
"Lo que queda de América ha de despertar. Estos tiempos no son para acostarse con el
pañuelo a la cabeza (...).
El problema del independencia no era el cambio de formas, sino el cambio de espíritu
(...). Eramos una máscara, con los calzones de Inglaterra, el chaleco pariesiense, el
chaquetón de Norteamérica, y la montera de España (...), pero el pensamiento empieza a
ser de América,... La salvación está en crear. Crear es la palabra de pase de este
generación" [18] .
¿Cómo es esa América, que sueña Martí? La conciencia de Martí supera la frontera nacional, y al
igual que Darío, supera al continente y nos habla del universalidad del alma americana. Por eso,
nos dice, "Nuestra América, que va del Río Bravo a Magallanes, "es una en el alma e intento",
vencedora veloz de un pasado sofocante. Pero como crítico radical de los odios de raza y de los
nacionalismo, nos afirma que la identidad del hombre es universal, y que el alma emana igual y
eterna de los cuerpos diversos en forma y en color". Para Martí la solución de nuestros
problemas está en la unión urgente del alma continental [19] .
En Ariel de José Enrique Rodó (1871-1917) encontramos simbolizado el espíritu de la nueva
cultura latinoamericana. Rodó en dicha obra recoge el desarrollo de una tradición renacentista y
moderna, como es la contraposición entre Ariel y Calibán, tradición que viene desde Shakespeare
con su obra La Tempestad [20] .
¿Cuál es el propósito de Rodó con esta obra que nos ofrece una faceta distinta a Darío y a Martí?
Ariel de Rodó es un grito de alerta frente a la amenaza de Calibán, que son los Estados Unidos, a
los que Darío ya se ha referido en forma extremadamente negativo, calificándolos de "bárbaros,
herreros bestiales, y gorilas colorados, motivados por la caza del dolar y enemigos de toda
idealidad" [21] . Sobre esta crítica dariana y otras de los brasileños, Joaquim de Sousa Andrade y
José Veríssimo, críticos también de la cultura mediocre y de la ciencia demasiado utilitarista,
Rodó plantea y enfatiza la espiritualidad latinoamericana, advirtiendo sobre la servidumbres que
amenazan al espíritu y de las cuales hay que defenderse:
"Ariel, genio del aire, representa la parte noble y alada del espíritu. Es el imperio de la
razón, del sentimiento, (...)
Yo os ruego que os defendáis, en la milicia de la vida, contra la mutilación de nuestro
espíritu por la tiranía de un objetivo único e interesado (...). La vida norteamericana,... su
prosperidad es tan grande como su imposibilidad de satisfacer a una mediana concepción
del destino humano. (...) La América, que nosotros soñamos: hospitalaria para las cosas
del espíritu,... pensadora, sin menoscabo de su aptitud para la acción" (...) [22] .
Para Rodó, entonces, muy diferente a la Norteamérica utilitarista y pragmática, Ariel es la
América regenerada por la presencia de un nuevo espíritu, que impulsa el movimiento
ascendente de la vida y del futuro, y ayuda a disipar las sosobras del mal y de la barbarie. Este
conflicto Ariel-Calibán, cultura-barbarie, siguió siendo en este siglo un tema de discusión,
retomado, entre otros, por Aimé Cesaire y Roberto Retamar. Leopoldo Zea, a este respecto, ha
señalado que debe darse en el desarrollo de una supraconciencia de América, una fase superior
de convergencia entre Calibán, Ariel y Próspero [23] .
¿En qué consistió la contribución de Ariel al desarrollo cultural de América? Señala Jean Franco
que aparte del falso mito de que América Latina tenía una superioridad espiritual por encima de
Estados Unidos, hay dos contribuciones que merecen destacarse: una consistió en impulsar la
teoría educativa y sus reformas como derivación del poder de los ideales y la necesidad de
formar una nueva sociedad; la segunda se orientó a crear mayor conciencia del "ideal
latinoamericano" como un ideal supranacional, que permitió a los intelectuales superar los
nacionalismos estrechos. Rodó con su mensaje de una unidad cultural continental renovó el
sueño bolivariano de una integración latinoamericana [24] .
En este mismo sentido José Vasconcelos (1882-1959) continuó el ideal de la unidad cultural de
América Latina. El proyecto de Vasconcelos contempla el cumplimiento de las promesas
liberales, la creación de un destino, un hombre nuevo y una nueva generación. En 1909 participó
con Pedro Henríquez Ureña, Martín Luis Guzmán, Alfonso Reyes y Antonio Caso, en un
movimiento intelectual llamado "Ateneo de México", que ayudó al Gobierno de Díaz a
abandonar el positivismo y a explorar otras corrientes de pensamiento contemporáneo [25] .
¿Qué debe hacerse para lograr esta transformación? Vasconcelos afirma que se debe asimilar el
pasado para superarlo, extraer lo esencial de la cultura tradicional para convertirla en categoría
del espíritu. En sus ensayos Pitágoras (1916), La Raza Cósmica (1925), Indología (1927) expuso
los principal de su concepción acerca de América, la evolución humana social y la importancia
de la educación. Contraponiendo estas dos culturas, la Norteamericana y la de América Latina
Vasconcelos apunta:
"Ellos...cometieron el pecado de destruir esas razas, en tanto que nosotros las asimilamos,
y esto nos da derechos nuevos y esperanzas de una misión sin precedente en la historia...
En ella se prepara de esta suerte la trama, el múltiple y rico plasma de la humanidad
futura,...pero ahora que se inicia una nueva fase en la historia...comencemos haciendo
vida propia y ciencia propia. Si no se liberta primero el espíritu, jamás lograremos
redimir la materia" [26].
Para Vasconcelos América Latina, por su pasado y por su mestizaje étnico cultural, es la matriz
de una nueva era de civilización, porque dispone de los factores espirituales, la raza y el territorio
necesarios para emprender una nueva era universal. Para al zar estew fin la educación y la
escuela son el elemento y el ámbito necesario para aprender acerca de la vida, el arte, la ciencia,
y la técnica, pero todos estas áreas deber ser orientadas por una filosofía integracionista, basada
en una raza cósmica y universal [27] .

2.2 Movimientos políticos vinculados a la nueva conciencia latinoamericana


indice]" border=0 src="../../img/index.gif" width=15indice
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En un orden diferente, pero complementario surgieron en América Latina, en las primeras
décadas del s. XX, algunos movimientos políticos con clara conciencia nacional, pero también
con gran impacto en la conciencia continental por cuanto defendían valores y necesidades
comunes. La revolución mexicana, de 1910, apoyada por los intelectuales, capas medias, obreros
y campesinos, y encabezada por Francisco Madero, fue en este siglo la última expresión clara del
discurso moderno liberal. Fue también la afirmación de la necesidad de crear un Estado nacional,
libre de las ingerencias intervencionistas del imperialismo norteamericano, cuya diplomacia del
"garrote" y del "dolar" había hecho estragos en la soberanía y dignidad nacional de América
Latina [28] .
Esta revolución democrática y nacionalista fue tambiénm un modelo para las conciencias
políticas y las constituciones latinoamericanas. Dicho modelo reconocía los derechos
tradicionales liberales, los derechos sociales al trabajo, a la tierra, a una vida material digna y a la
seguridad social. En este sentido, había una corriente de sentimiento político, basado en comunes
problemas y necesidades, que permitieron, de alguna manera, asimilar las conquistas mexicanas.
En este contexto aparecieron, en la década de los veinte, algunos movimientos políticos y
militares, con carácter nacionalista pero con proyección latinoamericana, como el movimiento
guerrillero de Augusto César Sandino de Nicaragua y el movimiento del APRA (Alianza Popular
Revolucionaria Americana) de Victor Haya de la Torre del Perú. El primero luchaba en defensa
de la soberanía de Nicaragua, ultrajada por el ejército de ocupación de los Estados Unidos, que
desembarcó en 1912 y se quedó hasta 1924 con una guarnición permanente. Pero en 1927
regresaron, lo que motivó la formación del movimiento de liberación nacional, ya mencionado.
Este movimiento que hizo estragos en el ejército norteamericano tuvo el apoyo y la simpatía de
muchos países de América Latina, que sentían y admiraban en Sandino el valor de la raza
agredida, ya que países como México, Guatemala, República Dominicana, Panamá, Cuba, Puerto
Rico habían sido objeto también de intervención y agresión como Nicaragua [29] .
En 1924 surgió en Perú un nuevo movimiento con una clara conciencia supranacional, que
asimilaba el espíritu de finales de siglo y los aportes de la revolución mexicana. Este movimiento
APRA, liderado por Victor Haya de la Torre, tenía como meta luchar contra el imperialismo
norteamericano y a favor de la unidad de Indoamérica. Con fuerte influencia de la revolución
mexicana, hemos dicho, y del modelo soviético y de la revolución socialista de China, luchaba
también por la nacionalización de tierras,la toma del poder y la solidaridad con todos los pueblos
oprimidos. Si bien el APRA no alcanzó el éxito político de la revolución mexicana, fue un factor
concientizador influyente en los nuevos movimientos políticos, sindicatos y partidos políticos
socialistas y socialdemócratas que surgieron en las décadas posteriores [30] .
Hemos centrado nuestra atención en los pensadores y movimientos más representativos, cuya
voz, poesía, denuncia o fusíl expresaba la conciencia de América Latina y tenía impacto
continental o, en algunos casos, sobrepasó nuestro continente. Pero, a la par o previamente hubo
una amplia gestación de ideas y de proyectos en todos los países de América Latina, producto de
esa dinámica constructiva que ejerce el pensamiento en su entorno y el entorno en la formación
de la conciencia. Nos referimos concretamente al discurso moderno en sus versiones del siglo
pasado: el liberalismo y el positivismo, y a los movimientos literarios, científicos y políticos en
cada una de las naciones de América Latina. En este sentido no podemos dejar de mencionar a:
José Asunción Silva (colombiano), Leopoldo Lugones (argentino), Amado Nervo (mexicano),
Julián del Casal (cubano), Clorinda Matto (peruana), José Ingenieros (argentino), Santos
Chocano (peruano), Rómulo Gallegos (venezolano), Gabriela Mistral (chilena), Diego de Rivera
(mexicano), etc. A este mismo contexto pertenecen las reformas educativas de Mauro Fernández
y las ideas etnocentristas y de crítica nacionalista de Ricardo Fernández Guardia, Joaquín
Bernardo Calvo, y Carlos Gallini, respectivamente.
¿Cómo siguió proyectándose esta matriz de ideas y de ideales en el desarrollo del siglo XX? La
idea de una supraconciencia nacional ha ido alcanzando mayores espacios en la cultura, las artes,
la vida política y económica de los distintos países de América Latina. Desde luego, en este
proceso ha sido significativo la obra de poetas como Pablo Neruda, Octavio Paz, novelistas como
García Márquez, Eduardo Galeano, Ernesto Sábato, Miguel Angel Asturias, y movimientos
políticos como la revolución cubana, la revolución sandinista, y en el orden económico algunos
esfuerzos de concertación regional como Mercado común centroamericano, Asociación del Libre
Comercio del Caribe (CARIFTA), Comunidad del Caribe (CARICOM), Asociación
Latinoamericana de Libre Comercio (ALALC), Asociación Latinoamericana de Integración
(ALADI), etc. [31] . En todo este proceso y esfuerzo por alcanzar una conciencia supranacional,
qué papel ha jugado y debe de jugar la educación?

3. La Educación como factor de emancipación, de conciencia y


desarrollo. indice]" border=0 src="../../img/index.gif"
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Si el contenido fundamental del discurso moderno ha sido la ciencia, el progreso, la libertad y la
educación de todo el hombre, sin distinción de clase, de color o de religión, esta última debe
también, en el presente, ser una condición necesaria, un factor indispensable para lograr etapas
superiores de vida en todo el continente.
De este problema fueron consciente, sobre todo, Martí, Rodó y Vasconcelos. Por eso, Leopoldo
Zea señala que América, con la independencia, no logró cortar de un sólo tajo el pasado, sino
que, por el contrario, siguió siendo una "colonia mental" de ese pasado. De ahí,entonces, en este
siglo la lucha ha sido, y debe seguir siendo, suplantar este colonizaje mental por una cultura
racional, abierta, universal, asimiladora y transformadora hacia un estado moderno y
democrático [32] .

3.1 La Educación como factor de emancipación mental indice]" border=0


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¿Cómo lograr, entonces, una emancipación radical que haga posible efectivamente salir ya
abandonar nuestros viejos esquemas mentales referidos a los conocimientos, a los modelos de
pensamiento, al modo de hacer y de producir las cosas, a la vida, a los valores, a los grupos
urbanos, a los partidos políticos, a las poblaciones blancas, etc. de modo que dicha emancipación
también incluya a las masas marginadas del campo y a los indígenas? Fernado Mires en una
publicación reciente La Revolución que Nadie Soñó se refiere al fenómeno soviético y su
colapso en 1989, como un atrapamiento en el pasado, como estancamiento de las estructuras,
como una descontextualización en relación al avance de otra revolución que vive el mundo
actual, llamada revolución de la microelectrónica. A ese fenómeno mental, político, económico y
social, le ha llamado "colapso de la modernización", y según Mires, en este sentido, América
Latina ha colapsado antes de la Unión Soviética [33].
En efecto, América Latina, desde el punto de vista moderno, está colapsada, con excepción de
nuestras valiosas producciones litera rias y alguna investigación científica esporádica de alcance
internacional, nuestro atraso científico-tecnológico es abismal y sus efectos se proyectan en la
vida económica, social y cultural. Así, el atraso nos saca fuera de la historia, y como diría
Sarmiento y Alberdi nos hunde en la barbarie. En consecuencia, el problema está en nuestra
mente, en nuestras categorías, en esa vieja estructura, indolente, colonial, de pensar que las
soluciones deben ser importadas.
En esta lucha interna, de emancipación mental, la educación juega un rol imprescindible. Así la
concibieron los formadores de la conciencia americana: Bilbao,José de la Luz y Caballero,
Esteban Echeverría, Victorino Lastarria, etc. Todos ellos coincidían en que era necesario conocer
nuestra realidad americana, tener un filosofía propia americana, como existe una filosofía
inglesa, francesa o alemana, ya que sólo "comprendiendo nuestras necesidades, decía Lastarria,
podemos alcanzar una plena emancipación de América" [34].
Frente a este optimismo ilustrado, Zeas señala que no basta con comprender las necesidades, que
es necesario una nueva educación y una nueva filosofía, que genere un nuevo hombre
emancipado y transforme a América Latina. Esta filosofía implica asimilar el mundo moderno
desde nuestra realidad americana, tomando en cuenta lo que Jacques Le Goff ha señalado en
torno a la dupla Antiguo-Moderno. Aquí lo "antiguo" no tiene sentido peyorativo o de caduco,
sino, al contrario, significa herencia positiva que admiramos y que merece imitarse. De ahí la
frase de Vassari: "E di bellissima architectura in tutte le parti, per avere assai imitato l’antico"
[35] . Desde este enfoque el "asimilar" de Zea no conlleva renunciar a nuestro pasado cultural en
su doble vertiente americano europeo, sino que por el contrario, produce al interior del sujeto una
conciencia más universal y transformadora de la realidad americana. Pero, ¿cómo debe ser esta
nueva educación que injerte lo antiguo en lo moderno? ¿Bajo qué paradigma debe de funcionar y
qué estategias debe de impulsar?

3.2 Educación, innovación y desarrollo indice]" border=0


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Ante la complejidad de los retos que enfrenta cada país, pequeño o grande de América Latina:
Economías deficitarias, aparatos de estados inoperantes, sistemas educativos impotentes para
atender las masas estudiantiles y ofrecerles una educación adecuada a las necesidades
actuales,etc., la educación sigue siendo, como diría Rodó, el factor principal para espiritualizar a
América, lo cual significa renovarla y abrirla hacia un desarrollo humano sostenible.
¿Sobre qué bases debe fundarse un proyecto educativo que asimile el pasado y lo moderno, como
diría Le Goff? Debe como ya señalaba Vasconcelos recoger los ideales y los valores de nuestra
identidad cultural y orientar los esfuerzos del sistema educativo hacia la consecución de un
nuevo modelo de hombre y de sociedad. En este sentido, el aporte filosófico educativo de
Vasconcelos retoma de los Griegos el concepto de la educación como integración de saber,
sabiduría y estética, y lo adecua a su modelo. Por eso la Escuela para él debe ser un centro
luminoso, que además de dejar gratos recuerdos debe impregnar de luz el resto de su vida e
inducirlo a crear [36] . En consecuencia, la cultura existe y se desarrolla en relación con la
educación y con la raza. Por eso, nuestra cultura latinoamericana es la expresión de un dialéctica
histórica que se llama mestizaje y conciencia.
Pero ya hemos dicho que quedarnos en el pasado es hacer o mantener colapsada la
modernización de América Latina. Por eso, la educación, sobre todo a nivel superior, deber ser
innovación y cambio técnico. Debe crear no sólo una conciencia lúcida para comprender los
problemas nacionales, sino también crítica y creativa y transformadora de la realidad, a partir de
una asimilación del avance del conocimiento científico-tecnológico, humanístico y artístico
internacional.
En efecto,la educación presente y futura no puede ignorar el hecho de que vivimos en un mundo,
cuya característica principal, al menos en la última década, es de cambios globales en las
actividades económicas, lo que ha impulsado la creación de mercados globales y la
consolidación del paradigma de la electrónica [37] .
¿Qué hacer frente a estos cambios de modelo en la economía, en la conceptualización del estado
moderno, en el rol que juegan los medios de comunicación y la tecnología moderna? Ignorarlos
es quedar colapzado en el pasado. Por eso, la nueva educación, en todos sus niveles, debe
reprogramarse curricular y metodológimente en función de la innovación y el cambio, pero lejos
de convertir la formación en algo pasajero meramente técnico, ésta debe estar apoyada en un
formación sólida integral científica y humanística. El campo de la innovación que en los países
desarrollados adquiere una gama de posibilidades de estudios, de investigación, y aplicaciones,
en nuestros países de América Latina resulta costosa y supeditada a la transferencia de
tecnología, la cual en muchos casos ha estado asociada a la voluntad de subsidiarias de
multinacionales, cuyos intereses no responden a los nuestros [38] . Otro grave obstáculo que pesa
sobre América Latina para atender las necesidades de innovación ha sido la deuda externa, cuya
carga con el FMI la deja practicamente en un posición nada favorable para hacer los cambios
cualitativos sobre todo en el sector económico industrial.
¿Qué políticas y medidas deben tomarse para impulsar las innovaciones que favorezcan la
integración y el desarrollo de América Latina? Al respecto Judith Sutz sugiere algunas ideas y
estrategias : la innovación, señala ella, debe concebirse como diálogo colectivo entre
innovadores y usuarios, lo institucional debe ser un factor importante en la creación de espacios
de innovación y la relación empresa-universidades debe abrir espacios de generación de
conocimientos. También señala que las políticas públicas pueden fomentar la interacción entre
las partes y evitar el peligro del subdesarrollo voluntario por no fomentar un imaginario
tecnológico.
Es importante enfatizar que para Sutz el desarrollo de América Latina está relacionado al grado
de conciencia supranacional y a las estrategias de concertación e integración que se logren crear
y mantener. Por eso sugiere desarrollar estrategias de integración "escondidas" a nivel de ciencia
y tecnología, a nivel de intercambio entre las universidades y centros de investigación [39] .
CONCLUSION indice]" border=0 src="../../img/index.gif"
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Este ensayo ha tratado de seguir una línea de reflexión orientada a reafirmar que somos la Patria
Grande que soñó Martí, Darío, Rodó y Vasconcelos, y que este sueño ha estado vinculado por
sangre y por cultura a nuestra América Indígena y a Europa, y en particular al proyecto moderno
ilustrado, liberal y positivista.
Este proyecto moderno inconcluso, si tenemos en cuenta sus raíces cartesianas racionalistas y sus
metas de liberación, progreso y humanismo universal, fue un elemento que encendió las ansias
libertarias de criollos y mestizos, que deseaban cambiar las ataduras de la colonia por una vida
independiente con mayor progreso. Si bien la independencia no culminó un proceso interno y
externo de concientización y de transformación de las estructuras sociales y económicas, sirvió,
en cambio, para abrirlo y enrrumbarlo hacia etapas de mayor educación y formación de un
conciencia supranacional a fines del siglo XIX.
El proyecto moderno cruza toda nuestra historia; sin embargo, podríamos decir que la percepción
y experiencia que tenemos de él es más de colapso y frustración que de innovación y progreso.
¿Qué ha pasado o qué fuerzas adversas han impedido el normal desarrollo y progreso de esta
América Latina? Aunque el análisis de estos problemas sobrepasan nuestros objetivos, debemos
señalar, al menos, que el ser y la existencia de América Latina y su desarrollo está asociado al
proyecto colonial y fue ahí donde se fraguó y se estructuró mental y culturalmente nuestra
identidad cultural, identidad que a lo largo de estos dos siglos hemos venido transformando en
función de nuevos ideales y una nueva conciencia supranacional, que aspira a mejores niveles de
desarrollo humano, sin distinción de clase y de color.
En relación a la necesidad de promover y profundizar esta conciencia nacional y supranacional
ha faltado un proyecto político moderno estable democrático. En este sentido nos han sobrado
caudillos y nos han faltado estadistas. Los caudillos, llegado el momento de la prueba, se han
convertido en dictadores y tiranos de su pueblo, lo que ha evidenciado falta de maduréz política
de la sociedad, inmaduréz que desde luego está asociada a los índice de analfabetismo en toda la
América Latina, a los altos índice de deserción escolar y a los bajos niveles de ingreso, a la falta
de visión y competencia de la clase política, que no ha podido consolidar un sistema económico
estable y unas instituciones sociales más efectivas. Algunos justifican este hecho asignando
responsabilidad a las potencias extranjeras y a un orden internacional injusto. Sin embargo, otros
consideran que las causas son más endógenas, vinculadas a la falta de una mayor conciencia
nacional y educación.
Por tanto, el presente y el futuro de América Latina están vinculados a la educación, a la
promoción de un imaginario colectivo, capaz de crear, innovar, transformar nuestras mentes
esclavas del pasado por nuevas mentes modernas, que asimilen los nuevos paradigmas y los
pongan a funcionar en relación a nuestra realidad y nuestras necesidades. En este proceso de
innovación y cambio tecnológico debemos comenzar por innovar la educación, los programas,
los métodos y el modelo teórico, que sustente y promueva no sólo el nacimiento de nuevos
conocimientos, sino también nueva praxis y nuevas actitudes.
Notas de pie de página indice]" border=0
src="../../img/index.gif" width=15indice
finalfinalprincipioprincipio
[1 Néstor García Canclini. Culturas Híbridas. Estrategias para Entrar y Salir de la
] Modernidad. Mexico D.F.: Ed Grijalbo, 1989, pp. 31-33
[2 Nikolaus Werz, Pensamiento Sociopolítico Moderno en América Latina, Caracas: Ed.
] Nueva Sociedad, 1995, pp. 31-33.
[3 Garcilaso de la Vega, Comentarios Reales acerca del Origen de los Incas. México D.F.: Ed.
] Porrúa, 1990, p. 29.
[4 Nikolaus Werz, Op. cit. p. 34
]
[5 Jean Touchard, Historia de las Ideas Políticas. Madrid: Ed. Tecnos, 1981, p. 353.
]
[6 Simón Bolívar, Escritos Políticos, México D.F. Ed. Porrúa,1986, p. 68.
]
[7 Francisco Xavier Alegre, Antología del Pensamiento Social y Político de América,
] Washington D.C.: Ed. Panamericana, 1964, p. 61.
[8 Francisco Miranda, Ibid. pp. 77-94.
]
[9 José Ma. Morelos Pavón, Ibid. pp.108-109.
]
[1 Domingo Faustino Sarmiento, Ibid. p 305. Facundo... Madrid, Ediciones Cátedra, 1993.
0]
[1 Gabino Barreda," Oración Cívica" en Leopoldo Zea, Ed. Antología del Pensamiento Social
1] y Político de América Latina, Washington D.C.: Ed. Panamericana, 1964, pp. 449-450.
[1 Jean Franco, La Cultura Moderna en América Latina. México D.F.: Ed. Grijalbo, 1985, p.
2] 28.
[1 Octavio Paz, El Laberinto de la Soledad. México D.F.: Ed. Fondo de Cultura Económica,
3] 1994, p.11.
[1 Jean Franco. Op. cit p. 26 - 31.
4]
[1 Julio Icaza y Eduardo Zepeda, Estudios de la Poética de Darío, Managua: Ed. Centenario,
5] 1967, p. 132.
[1 Rubén Darío, Azul y otros Poemas, México D.F.Ed. Porrúa, 199O, pp.116-117.
6]
[1 Jean Franco, Op. cit. pp. 37-41.
7]
[1 José Martí, "Nuestra América" en Sus Mejores Páginas, México D.F.: Ed. Porrúa, 1992, pp.
8] 87-91.
[1 Ibid. pp. 92-93.
9]
[2 Jean Franco, Op. cit. pp. 64-67.
0]
[2 Norma Villagómez, "Trayectoria de Calibán en el Ensayo Latinoamericano" en Horacio
1] Cerutti (ed.) El Ensayo en Nuestra América para una Reconceptualización, México
D.F.:Ed. UNAM, 1994, pp 523.
[2
José E. Rodó, Ariel, Bogotá: Ed. Universales,1986,
2]
[2
Norma Villagómez, Op. cit. p. 524.
3]
[2
Jean Franco, Op. cit. pp. 66-67.
4]
[2
Ibid. pp. 68-69.
5]
[2
José Vasconcelos, La Raza Cósmica, Bogotá: Ed. Oveja Negra, 1986, pp. 18, 33.
6]
[2 Mario Magallón Anaya, "El ensayo Pedagógico en América Latina: El Proyecto Educativo de
7] José Vasconcelos" en Horacio Cerutti (Ed.), Op. cit., pp. 246-248.
[2 Demetrio Boersmer, Relaciones Internacionales de América Latina, Caracas: Ed. Nueva
8] Sociedad, 1982, pp. 205-218.
[2
Ibid. pp. 220-221.
9]
[3
Ibid. p. 223.
0]
[3 Modesto Seara Vásquez, Tratado General de la Organización Internacional, México D.F.:
1] Fondo de Cultura Económica, 1984, pp. 869-879.
[3 Leopoldo Zea, América como Conciencia, México, Ed. Cuadernos Americanos, 1953, p.
2] 119.
[3 Fernando Mires, La Revolución que Nadie Soñó o la Otra Posmodernidad, Caracas: Ed.
3] Nueva Sociedad, 1996, pp.16-17.
[3
Leopoldo Zea, Op. cit. pp.124-125.
4]
[3 Jacques Le Goff, Pensar la Historia:Modernidad, Presente y Progreso, Barcelona: Ed.
5] Paidos, 1991, pp. 147-148.
[3
Mario Magallón Anaya, Op. cit. pp. 344-345.
6]
[3 José E. Cassiolato, "Innovación y Cambio tecnológico" en Eduardo Martínez (Ed) Ciencia,
7] Tecnología y Desarrollo, Caracas: Ed Nueva Sociedad, 1994, pp. 361-362.
[3
Ibid. pp. 289 - 291.
8]
[3 Judith Sutz, "Innovación e Integración en América Latina", en Revista Nueva Sociedad, no.
9] 126, Julio-Agosto, 1993, pp. 94-95.
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Indice indice]" border=0 src="../../img/index.gif"


width=15indice finalfinalprincipioprincipio
[-] Introducción
[1] El discurso moderno y su impacto en la naciente conciencia
nacional de América Latina
[1.1] El Discurso moderno como proyecto cultural inconcluso
[1.2] El mestizaje como apertura a la modernidad
[1.3] La Modernidad en la Naciente Conciencia Latinoamericana
[2]
[2.1] Gestores de una nueva conciencia
[2.2] Movimientos políticos vinculados a la nueva conciencia
latinoamericana
[3] La Educación como factor de emancipación, de conciencia y
desarrollo.
[3.1] La Educación como factor de emancipación mental
[3.2] Educación, innovación y desarrollo
[-] Conclusión

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rinci
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finalfinalprincipioprincipio
Pedro J. Ramírez: Licenciado en Filosofía y Teología por la Universidad de St Tomás y
Gregoriana, Roma, Italia. Master en Administración Educativa y Pública por Villanova
University, Pa.USA, y UCR. Catedrático de la Universidad de Costa Rica y Director del
Sistema de Estudios de Posgrado de la UNED.

"" Pedro J. Ramírez <[email protected]>

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finalfinalprincipioprincipio
Refere Pedro J. Ramírez :El discurso moderno en la formación de la conciencia
ncia: latinoamericana, Revista Acta Académica, Universidad Autónoma de Centro América,
Número 21, pp [49-60], ISSN 10177507, Noviembre 1997.

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Copyright © 1997 Pedro J. Ramírez
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