Wikstrom - Exposición y Propensión Criminógena
Wikstrom - Exposición y Propensión Criminógena
Wikstrom - Exposición y Propensión Criminógena
337-367
Per-Olof H. Wikström
Instituto de Criminología. Universidad de Cambridge. Reino Unido
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El texto original, con el título «Why crime happens: A situacional action theory»
se publicó como Capítulo 3, en Manzo, G. (ed.), Analytical Sociology. Actions and Net-
works, Wiley Series in Computational and Quantitative Social Science, John Wiley
& Sons Ltd., 2014. Traducción de Mariano Melendo Pardos (UNED). Agradezco a
mis compañeros Juan Manuel Lacruz López y Alfonso Serrano Maíllo su ayuda en
algunos puntos de la traducción, que la ha mejorado notablemente. Los errores o
defectos, sin embargo, son exclusiva responsabilidad mía.
2
Frase tomada de Elster (1999: 30).
3
Sobre el problema de la causación y la explicación en el estudio del delito véa-
se, además, Wikström (2011a).
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Por supuesto, en principio es posible que exista una ley que convierta en de-
lictivo poseer determinado atributo (e. g. pertenecer a un grupo étnico particular)
o tener ciertas clases de pensamientos (e. g. desear a una persona casada). En estos
casos podemos tener infracción de norma sin acción. Sin embargo, la mayoría de las
jurisdicciones contemporáneas no criminaliza atributos y pensamientos. Semejan-
tes ejemplos de delitos son extremadamente raros y no están cubiertos por la expli-
cación de la TAS del delito como una acción moral.
Fuente: Wikström P-O H. (2011). «Does everything matter? Addressing the problem
of causation and explanation in the study of crime». En J. McGloin, C. J. Sullivan,
y L. W. Kennedy (eds.), When Crime Appears. The Role of Emergence (London. Rout-
ledge).
4.1. La motivación
La motivación es un resultado de la interacción entre la persona
(preferencias, compromisos, sensibilidades) y el entorno (oportuni-
dades, fricciones) y se define como «atención dirigida a un objetivo».
Según la TAS hay dos clases principales de motivadores:
1. Tentaciones, que son el resultado de la interacción entre
a. Los anhelos de una persona (deseos, necesidades) y las
oportunidades para satisfacer un anhelo (deseo, necesi-
dad) o
b. El resultado de la interacción entre los compromisos de la
persona y las oportunidades de cumplir un compromiso 5.
2. Provocaciones, que se producen cuando una fricción (una
interferencia externa no deseada) causa ira o irritación hacia
5
Téngase en cuenta que las oportunidades pueden ser legales o ilegales (e. g. la
oportunidad de comprar o sustraer un CD de una tienda).
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Hay gran cantidad de evidencia de un proceso dual de razonamiento humano
de esta clase (véase e. g. Evans y Frankish, 2009; Kahneman, 2001).
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Entre las que hay que elegir realizar o no realizar una determinada acción.
8
Sin embargo, la alternativa que maximiza la ventaja personal puede ser la alter-
nativa preferida moralmente por el actor (según sus morales personales y las normas
morales percibidas del entorno). Si el actor contempla o no la maximización de su
ventaja personal como la mejor opción es, básicamente, una cuestión del juicio mo-
ral del actor.
9
Los procesos psicosociales y socio-ecológicos no carecen de relación desde el
momento en que el desarrollo y el cambio humano tiene lugar en, y depende de, ca-
racterísticas del contexto social.
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La figura es una versión de lo se denomina, en ocasiones, un diagrama de Co-
leman (o un «bote Coleman») y se basa en un enfoque particularmente útil desarro-
llado por Coleman (1990: 1-21) y Boudon (1986: 29-60) para analizar el problema
macro-micro. Aunque la figura presentada en el diagrama se inspira parcialmente en
el enfoque analítico de Coleman y Boudon, debe ponerse de manifiesto que la termi-
nología y el contenido difieren considerablemte.
pone que las causas de la acción (tales como un acto delictivo) son
situacionales (proposiciones 1 y 2) y que los factores sociales que
afectan a las acciones de las personas como puede ser un acto delic-
tivo (i. e., los factores que influyen en los procesos de emergencia y
selección) se analizan mejor como causas de las causas (proposicio-
nes 3, y 4).
Fuente: Wikström P-O H. (2011). «Does everything matter? Addressing the problem
of causation and explanation in the study of crime». En J. McGloin, C. J. Sullivan, y L.
W. Kennedy (eds.), When Crime Appears. The Role of Emergence (London. Routledge).
*
En el momento de la redacción original del texto se estaban recogiendo los da-
tos de la oleada de 2012.
11
Se tomaron muestras aleatorias de habitantes de 18 años de edad o mayores
de cada una de las 518 áreas geográficas de estudio (output área) de Peterborough
(con sobrerrepresentación en las áreas desaventajadas) para asegurar la cobertura y
observación suficiente de cada área geográfica de estudio.
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Dado que las preguntas en los autoinformes de delitos son retrospectivas (últi-
mo año), los datos se refieren a las edades de 12 a16 años (o, de forma más precisa,
a los años en los que los partícipes cumplían 12, 13, 14, etc.).
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PADS+ también estudió la criminalidad policialmente registrada de los partí-
cipes, pero estos datos no se utilizan en este artículo.
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Utilizo el concepto de generalizado porque la medición se basa en los informes
personales sobre cómo responderían generalmente. La asunción es que su respuesta
generalizada tiene alguna conexión con cómo actúan en las situaciones de la vida
real.
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La eficacia colectiva es una medida creada por Sampson y colegas (asociados)
(e. g. Sampson, Raudenbusch y Earls, 1997) que combina el nivel de cohesión so-
cial y de control social informal de un área y se asume que mide la disposición de
los residentes a intervenir en favor del bien común, como es prevenir el delito. Para
este estudio, un área con pobre eficacia colectiva es definida como un área entre
el 25% de áreas geográficas de estudio con los resultados más débiles en eficacia
colectiva.
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Un problema de la medición de la eficacia colectiva es que está basada en
las observaciones de los residentes sobre la cohesión social y la disposición a
intervenir de otros residentes. La medición de pobre eficacia colectiva no cap-
ta, por tanto, los contextos morales débiles (legalmente relevantes) que emergen
debido a la presencia de un gran número de personas que visitan temporalmen-
te el lugar (temporary visitors), extraños entre sí, y que generalmente invierten
poco en un área y que, en consecuencia, es probable que sean menos cohesivos
socialmente y menos dispuestos a intervenir en casos de desorden o delito. Pro-
ponemos que las ciudades y los centros locales son tal clase de ambiente (y más
aún en algunos momentos del día que en otros, dependiendo de la clase de acti-
vidades que tengan lugar) y, por tanto, utilizar la ciudad y el uso del suelo para
centro local como un marcador de un ambiente con un contexto moral (relevante
legalmente) débil.
No. Delitos
Prevalenciaa Frecuenciab N.c
Número Porcentaje
Propensión delito
La más alta 94.7 68.9 8619 61.1 132 (125)
Alta 90.5 26.0 3223 22.8 137 (124)
Media 78.7 13.8 1479 10.5 136 (107)
Baja 58.1 8.1 641 4.5 136 (79)
La más baja 30.7 3.9 162 1.1 137 (42)
Total 70.4 29.5 14 124 100 678 (477)
Exposición criminógena
La más alta 99.2 75.8 9784 70.6 130 (129)
Alta 89.5 18.6 2210 15.9 131 (119)
Media 78.1 10.9 1086 7.8 128 (100)
Baja 51.1 8.9 597 4.3 133 (67)
La más baja 31.5 4.6 188 1.4 130 (41)
Total 69.9 31.2 13.865 100 652 (456)
a
Porcentaje con al menos un delito.
b
Delitos por delincuente.
c
Total partícipes y, entre paréntesis, número de delincuentes.
b Valor-t Prob. N
Propensión delito aldelicti al delio al adl al delito
La más alta 8.3 4.03 0.000 124
Alta 4.1 4.43 0.000 126
Media 2.3 5.75 0.000 127
Baja 1.4 4.10 0.000 131
La más baja 0.5 2.87 0.006 129
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Se trata de una fuente de datos sobre delitos autoinformados distinta a los
datos usados para los análisis presentados en las Tablas 3.1. y 3.2. Comprende datos
de todos los delitos cometidos por los partícipes durante los 20 días cubiertos por el
diario espacio-temporal (4 días para cada oleada de recolección de datos) para las
edades de 13 a 17 años. Estos datos de delitos están relacionados directamente en el
tiempo y en el espacio con el resto de la información recogida en el diario espacio-
temporal, por ejemplo, información acerca de qué estaban haciendo los partícipes,
con quién, en qué lugar y en qué circunstancias.
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En estos análisis los partícipes fueron divididos en tres grupos definidos por
su propensión al delito, donde el grupo con alta propensión fue definido como aque-
llos con un valor de 1 STD (Desviación Estándar) o mayor que la media y el grupo
con baja propensión al delito como aquellos con un valor de 1 STD o menor que la
media. La exposición criminógena se definió como estar en un área residencial con
poca eficacia colectiva o en la ciudad o un centro local.
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Un escenario se presentó a los partícipes a la edad 13 años y el otro a los
15. Ambos produjeron resultados similares. Los partícipes fueron asignados aleato-
riamente a una de cuatro condiciones diferentes de escenario: baja fricción y baja
supervisión (asumiendo que era el menos criminógeno), baja fricción y alta super-
visión, alta fricción y baja supervisión y alta fricción y alta supervisión (asumiendo
que era el más criminógeno). A los 13 años, la supervisión del escenario se midió
por la presencia o ausencia de un profesor (los eventos tuvieron lugar en el colegio)
y a los 15 por la presencia o ausencia de un policía (los eventos tuvieron lugar en un
lugar público).
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La localización y el momento de semejantes concentraciones puede variar se-
gún la naturaleza del delito.
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El área geográfica de estudio media en Peterborough es de 12.3 hectáreas (lo
que, grosso modo, corresponde con un radio medio de 200 metros) con una media de
población residencial de 296 personas (y una media de 124 hogares).
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El modelo fue también puesto a prueba utilizando población residente regis-
trada como variable de control, que no tuvo efecto significativo en los coeficientes.
Fuente: Wikström P-O H., Oberwittler D., Treiber K. y Hardie B. (2012). Breaking
Rules. The Social and Situational Dynamics of Young People’s Urban Crime. Oxford.
Oxford University Press.
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Los datos únicos del PADS+ hacen posible calcular cuánto tiempo pasan las
personas en diferentes clases de áreas y circunstancias según su nivel de propensión
al delito. La propensión al delito alta, media y baja, se definió, para este análisis,
como se describió en la nota 16.
9. Colofón
Piedra angular de la sociología analítica es explicar «detallando
de manera clara y precisa, los mecanismos por medio de los cua-
les los hechos sociales en consideración se producen» (Hedström
y Bearman, 2009: 3-4). En este artículo he introducido la teoría
de la acción situacional (TAS) y presentado algunos de los resul-
tados básicos de nuestra investigación de la causación del delito
que apoyan las asunciones básicas de nuestra teoría. Aunque la
TAS se desarrolló inicialmente para explicar por qué se delinque,
no hay razones fuertes por las que la teoría no pueda aplicarse a la
explicación de la acción humana de modo más general. De hecho,
creo que hay buenas razones para sostener que la acción humana es
esencialmente una acción moral y, por tanto, es mejor analizada y
estudiada como tal.
Bibliografía
Baldwin, J. y Bottoms, A.B. (1976). The Urban Criminal: A Study in
Sheffield, Tavistock Publications, London.
Bargh, J.A. (1997). «The automaticity of everyday life», in The Auto-
maticity of Everyday Life: Advances in Social Cognition (ed. R.S.
Wyer Jr), Lawrence Erlbaum, Mahwah, NJ.
Boudon, R. (1986). Theories of Social Change, Polity Press, Cambrid-
ge.
Bunge, M. (2001). «Scientific realism», en Selected Essays by Mario
Bunge (ed. M. Mahner), Prometheus Books, Amherst, NY.
Bunge, M. (2003) Emergence and Convergence: Quantitative Novelty
and the Unity of Knowledge, University of Toronto Press, Toronto.
Lectura adicional
Wikström, P.-O., Oberwittler, D., Treiber, K. y Hardie, B. (2012).
Breaking Rules: The Social and Situational Dynamics of Young Peo-
ple’s Urban Crime, Oxford University Press, Oxford.