Antibacterianos Farmaco

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FACULTAD DE CIENCIAS MÉDICAS

CARRERA DE MEDICINA

TUTORÍA DE LA CÁTEDRA DE FARMACOLOGÍA TEÓRICA

TEMA:

REVISIÓN BIBLIOGRÁFICA FÁRMACOS ANTIBACTERIANOS:


CLASIFICACIÓN, MECANISMO DE ACCIÓN, FARMACOCINÉTICA,
FARMACODINAMIA, EFECTOS TERAPÉUTICOS, EFECTOS
ADVERSOS, INDICACIONES, CONTRAINDICACIONES, DOSIS.

AUTORES:

Mónica Jaramillo
Syayna Menéndez
Alexander Noritz
Milton Pincay
Liliana Torres
Joao Tumbaco

TUTOR: Dr. Brumell Aguiar Pérez

CUARTO CICLO “A”

Guayaquil- Ecuador

2019
OBJETIVOS

OBJETIVO GENERAL:

● Reconocer los fármacos antibacterianos y sus principales características

farmacológicas, por medio de una revisión bibliográfica, usando recursos de tipo

literarios y tecnológicos.

OBJETIVOS ESPECÍFICOS:

● Conocer la clasificación de los fármacos antibacterianos de acuerdo a su origen,

efecto sobre las bacterias, tinción de Gram de las bacterias, espectro bacteriano,

mecanismo de acción, estructura química y uso terapéutico.

● Reconocer los mecanismos de acción de los diferentes fármacos antibacterianos.

● Estudiar la farmacocinética y farmacodinamia de los distintos fármacos

antibacterianos.

● Conocer los efectos terapéuticos y adversos que los fármacos antibacterianos pueden

tener sobre la salud.

● Revisar las indicaciones, contraindicaciones y dosis de los distintos fármacos

antibacterianos para su correcto manejo.

Palabras Clave: Antibacterianos, clasificación, mecanismo de acción.


Introducción

Después del descubrimiento de los primeros antibacterianos: penicilina y sulfonamidas, les

tomó a las bacterias entre 5 y 10 años para desarrollar mecanismos de resistencia a estos

fármacos; hecho que se ha repetido para la gran mayoría de antibióticos que se han lanzado al

mercado. (Segura Cano & Brenes Madrigal, 2014; Villanueva et al., 2015)

Los antibióticos han sido una importante arma para el tratamiento de muchas infecciones,

permitiendo disminuir la morbimortalidad causada por muchas de estas infecciones, es por

ello que se pensó de forma equivocada que muchas de estas dolencias iban a desaparecer. En

la actualidad esta visión ha cambiado, ya que existe una crisis de resistencia a los antibióticos

basada en su utilización incontrolada.(Segura Cano & Brenes Madrigal, 2014; Villanueva et

al., 2015)

Muchas personas los utilizan indiscriminadamente para tratar infecciones para las cuales

no están indicados, a dosis inadecuadas y durante un período de tiempo incorrecto, por lo cual

cabe recalcar la importancia de enfatizar un estudio completo sobre los fármacos

antibacterianos. (Segura Cano & Brenes Madrigal, 2014; Villanueva et al., 2015)

Considerando lo antes mencionado, el siguiente trabajo tiene como objetivo el estudio de

los fármacos antibacterianos, enfatizando su clasificación, mecanismo de acción,

comportamiento en el ser humano, farmacocinética y farmacodinamia. Adicionalmente,

también revisará los aspectos terapéuticos y ciertos efectos adversos que presentan estos

fármacos.
Clasificación de los fármacos antibacterianos

Aunque los antibacterianos están constituidos por clases muy diversas de compuestos, a

menudo se clasifican en diferentes grupos. Las múltiples clasificaciones existentes presentan

diferentes características y han sido realizadas basándose en disímiles criterios, por tal motivo

es difícil determinar cuál es la ideal (Cué Brugueras, Manuel, & Morejón García, Moisés.

1998). De ellas las más utilizadas son las que se mencionan a continuación:

Clasificación de fármacos antibacterianos según su origen

Naturales.

Son aquellos antibacterianos sintetizados por organismos vivos, sin la intervención del

hombre. Entre los cuales se puede encontrar:

 Penicilina (hongo)

 Cloranfenicol (actinomiceto)

 Polimixina (bacteria)

Semi-sintéticos.

Son aquellos antibacterianos realizados con modificaciones químicas de moléculas sinte-

tizadas por organismos vivos. Entre los cuales se pueden encontrar:

 Ampicilina

 Cefalosporina

Sintéticos.

Son aquellos antibacterianos generados por síntesis químicas. Entre los cuales se puede

encontrar:

 Nitrofuranos
 Sulfamidas

Clasificación de fármacos antibacterianos según la tinción de Gram de las bacterias

Según la actividad que tienen los antibacterianos frente a las bacterias grampositivas y

gramnegativas, éstos pueden clasificarse en:

Tabla 1
Clasificación de fármacos antibacterianos según la tinción de Gram de las bacterias
Antibacterianos contra Gram+ Penicilinas, glicopéptidos, lincosamida,
rifampicinas
Antibacterianos contra Gram- Aminoglucósidos, monobactámicos,
aminociclitoles, polipéptidos
Antibacterianos de amplio espectro Cefalosporinas, carbapenémicos,
amfenicoles, macrólidos, quinolonas,
tetraciclinas.

Clasificación de fármacos antibacterianos según su efecto sobre las bacterias

Bactericidas.

Son los antibacterianos que exceden la concentración bactericida mínima del

microorganismo y ocasiona la lisis y destrucción de la bacteria, causando un efecto

irreversible. Se pueden encontrar los siguientes fármacos:

 Betalactámicos

 Aminoglucósidos

 Glicopéptidos

 Quinolonas

 Rifampicinas

Bacteriostáticos.
Son antibacterianos que exceden fácilmente la concentración mínima inhibidora, pero no

superan la concentración bactericida mínima. Por lo tanto, su acción es inhibir el crecimiento

y multiplicación de la bacteria, favoreciendo su posterior destrucción por el sistema inmune

de los pacientes, en el caso de que hubiera una interrupción del tratamiento pudiera provocar

la multiplicación de la bacteria nuevamente. Como ejemplos de esta categoría se puede

encontrar:

 Anfenicoles

 Liconsamidas

 Macrólidos

 Sulfamidas

 Tetraciclinas

Clasificación de fármacos antibacterianos según su espectro de acción

Antibacterianos de espectro amplio.

Actúan sobre una amplia gama de bacterias grampositiva y gramnegativas, también contra

Chlamydia, Mycoplasma, Rickettsia, Espieroquetas y Actinomycetos. Ej: tetraciclinas,

cloranfenicol.

Antibacterianos de espectro limitado.

Actúan sólo contra cocos grampositivos y gramnegativos, bacilos grampositivos y

espiroquetas. Ej: penicilina, macrólidos.

Antibacterianos de espectro reducido.

Actúan sólo contra un sector limitado de gérmenes. Ej: vancomicina, cloxaxilina.

Clasificación de fármacos antibacterianos según su mecanismo de acción


Es el mecanismo por el cual un antibacteriano es capaz de inhibir el crecimiento o destruir

una célula bacteriana (figura 1). Se dividen en inhibidores de la síntesis de la pared bacteriana,

inhibidores de la síntesis proteica, inhibidores de la duplicación del ADN, inhibidores de la

membrana citoplasmática, inhibidores de vías metabólicas e inhibidores de b-lactamasas

(tabla 2).

Recuperado de “Principales Grupos de Antibióticos”, Seija, V., & Vignoli, R. (2008).

Clasificación de fármacos antibacterianos según sus estructuras químicas

Esta clasificación es la más utilizada en la literatura científica. Se fundamenta en la

similitud química de algunos antibacterianos, según los núcleos base de sus estructuras, los

cuales les confieren cierta semejanza en sus propiedades físico-químicas y farmacológicas, en

dependencia también de las adiciones de grupos químicos que posean en dichos núcleos base.
Recuperado de “Antibióticos: situación actual”, Del Arco, J. (2014).

A continuación algunos de los grupos más importantes serán descritos:

Betalactámicos.

Penicilinas.

Naturales.

Las penicilinas son bactericidas debido a su capacidad de inhibir la síntesis de la pared

celular bacteriana y de activar enzimas que destruyen dicha pared. Su principal inconveniente

son las reacciones alérgicas que originan, las cuales se producen entre el 5 % y el 10 % de las

personas, y que van desde una erupción leve hasta una anafilaxia que puede causar la muerte.
No obstante, éstas se encuentran entre los antibióticos más útiles y que con más frecuencia se

prescriben.

A) Bencilpenicilinas.

La bencilpenicilina o penicilina G, madre de la mayoría del resto de las penicilinas, tiene

un grupo fenilacetamido enlazado al 6-APA. Es activa contra bacterias grampositivas y

Neisseria spp. Es muy eficaz en infecciones por Streptococcus A, B, C, viridans, neumococos

y enterococos, Pasteurella multocida, actinomicosis, sífilis, gonorrea causada por gonococos

susceptibles, en infecciones por meningococos, neumococos y anaerobios, así como en la

mayoría de los casos de endocarditis bacteriana subaguda (EBS), en las infecciones

fusoespiroquetales, el carbunco, la estreptobacilosis y en la enfermedad de Lyme. La mayoría

de las infecciones causadas por estafilococos, sean estas adquiridas en la comunidad o

nosocomiales, son resistentes a ella. Se utiliza para tratar y prevenir la faringitis y

faringoamigdalitis estreptocócica, la fiebre reumática recurrente y la EBS (antes y después de

procesos quirúrgicos). Se administra por vía parenteral debido a su inestabilidad con los

ácidos gástricos. Además, se inactiva por las enzimas penicilinasas que producen algunas

bacterias. La penicilina procaínica y la penicilina benzatínica son derivados que se liberan

más lentamente después de inyectarse, por lo que se consideran de acción prolongada.

B) Fenoxipenicilinas.

La fenoximetilpenicilina o penicilina V se introdujo en 1954 y es una penicilina

semisintética, aunque se considera natural. Tiene un grupo fenoxiacetamido unido al 6-APA y

es estable en medio ácido, por lo que se administra por vía oral. Se usa en infecciones

moderadas por bacterias grampositivas sensibles, pero no debe utilizarse para tratar

infecciones por Neisseria o Haemophilus por su baja actividad frente a estos microorganismos

y, al igual que la bencilpenicilina, se inactiva también por las penicilinasas. Se han obtenido
otras fenoxipenicilinas, como son la feneticilina (a-fenoxipropionamido) y la propicilina (a-

fenoxibutiramido) pero éstas no han ofrecido ventajas por encima de la fenoximetilpenicilina.

Sintéticas.

A) Amidinopenicilinas.

El mecilinam, que tiene un grupo amidino en la posición 6, es activo contra muchas

bacterias gramnegativas, aunque P. Aeruginosa y Bacteroides spp. Son resistentes. Es

sensible a las penicilinasas y es sinérgico con otros antibióticos betalactámicos. Se administra

por vía parenteral, pero su derivado pivmecilinam puede administrarse oralmente y se

hidroliza a mecilinam después de absorberse.

B) Aminopenicilinas.

La ampicilina, la cual tiene un grupo D(-)-a-aminofenilacetamido fue descubierta en 1961

y fue la primera aminopenicilina. Su espectro de acción es mayor que el de la

bencilpenicilina, aunque también es sensible a las penicilinasas. Es menos activa contra

bacterias grampositivas, pero es activa contra algunas gramnegativas, como Escherichia coli,

Haemophilus influenzae y Salmonella spp., aunque se han reportado incrementos en su

resistencia. La ampicilina está indicada, fundamentalmente, en infecciones por algunas

bacterias gramnegativas y enterococos, pero es ineficaz frente a Klebsiella, Enterobacter y

Pseudomonas spp. Es eficaz en las infecciones debidas a estreptococos y estafilococos

sensibles, así como en las infecciones urinarias (IU) causadas por E. Coli, P. Mirabilis y

Enterococcus, en las meningitis por H. Influenzae, neumococos y meningococos sensibles y

en las infecciones por Listeria, incluyendo meningitis. La ampicilina es mejor que las

tetraciclinas para el tratamiento de las exacerbaciones de la bronquitis causada por H.

Influenzae y pueden obtenerse buenos resultados en el tratamiento de la colangitis y

colescistitis provocadas por microorganismos sensibles, dado que los niveles del fármaco en
la bilis son altos. Es eficaz en la fiebre tifoidea, combinada con probenecid, y en algunos

portadores crónicos de Salmonella typhi. Es estable a los ácidos, por lo que puede

administrarse por vía oral, pero es inactivada por la penicilinasa.

La amoxicilina se obtuvo en 1970 y solamente difiere de la ampicilina por la adición de un

grupo hidroxilo. Se absorbe mejor en el tracto gastrointestinal, pero es menos activa frente a

la Shigella. Se utiliza en el tratamiento de la otitis media (es el antibiótico de elección en

niños), sinusitis, bronquitis aguda, IU por E. Coli, Proteus y enterococos susceptibles y en la

profilaxis de la endocarditis bacteriana en procesos respiratorios, orales y dentales. Otras

aminopenicilinas son: bacampicilina, ciclacilina, epicilina, hetacilina, metampicilina,

pivampicilina y talampicilina, las cuales se absorben mejor y se hidrolizan a ampicilina in

vivo.

La amoxilina con ácido clavulánico y la ampicilina con sulbactam son equivalentes en

cuanto a actividad a la amoxicilina y la ampicilina solas, pero son, además, activas frente a

cepas de estafilococos, H. Influenzae, N. Gonorrhoeae, M. Catarrhalis, Bacteroides y

Klebsiella spp. Productoras de betalactamasas. La amoxicilina con ácido clavulánico se utiliza

en infecciones respiratorias por microorganismos productores de betalactamasas o por

anaerobios, recomendándose en estados agudos de bronquitis, sinusitis u otitis media, así

como en neumonía intra y extrahospitalaria en niños y en neumonía de adultos adquirida en la

comunidad con criterio de ingreso. La ampicilina con sulbactam se recomienda en infecciones

combinadas de microorganismos grampositivos y anaerobios adquiridos en la comunidad,

como pueden ser neumonía por broncoaspiración, infecciones por decubitus, del pie diabético

e intraabdominales leves o moderadas, así como también en el tratamiento empírico de

mordeduras de animales. No obstante la gran actividad de los preparados de aminopenicilinas

con inhibidores de betalactamasa, estos encarecen bastante los tratamientos, lo cual es un

aspecto a tener en cuenta para que su uso no sea indiscriminado.


C) Carboxipenicilinas.

La carbenicilina, la cual tiene un grupo carboxifenilacetamido se introdujo en el mercado

en 1969 y fue la primera penicilina antiestafilocócica. Posee una actividad similar a la de la

ampicilina (la mayoría de los cocos grampositivos, excepto los estafilococos resistentes a la

ben-cilpenicilina, E. Coli y P. Mirabilis) y es también sensible a las penicilinasas. Además, es

activa frente a la mayoría de las cepas de Bacteroides fragilis y P. Aeruginosa (se utiliza en

combinación con un aminoglucósido), Enterobacter sp. Y Proteus indol-positivos. Se

administra en forma inyectable y es menos potente que la ampicilina, por lo que requiere de

dosis elevadas. La carfenicilina y carindacilina son los ésteres fenilo e indanilo de la

carbenicilina, respectivamente, estos se administran por vía oral y se hidrolizan in vivo a

carbenicilina. Se utilizan en el tratamiento de IU y prostatitis bacteriana crónica.

La sulbenicilina, con un grupo a-fenilsulfoacetamido, y la ticarcilina, con un a-

carboxitienilacetamido, poseen una acción similar a la de la carbenicilina, pero la ticarcilina

es más activa contra P. Aeruginosa. La ticarcilina con ácido clavulánico tiene un espectro de

actividad más amplio que la ticarcilina sola, que incluye a N. Gonorrhoeae, estafilococos y H.

Influenzae productores de betalactamasas, así como Serratia y Bacteroides spp., estafilococos,

estreptococos, anaerobios y gramnegativos en combinación con aminoglucósidos. Su

actividad contra E. Coli y Klebsiella puede ser variable y no tiene mayor actividad frente a P.

Aeruginosa que la ticarcilina sola. La temocilina, un ametoxilo derivado de la ticarcilina, es

resistente a muchas beta-lactamasas y es activa contra la mayoría de las bacterias aerobias,

pero no contra la P. Aeruginosa. Tanto ella como la sulbenicilina se administran por vía

parenteral y se deben reservar para las infecciones graves.


D) Isoxazolilpenicilinas.

Las isoxazolilpenicilinas, entre las que se hallan la cloxacilina, dicloxacilina, flucloxacilina

y oxacilina son resistentes a las penicilinasas y a los ácidos gástricos. Sus estructuras son

similares y difieren, fundamentalmente, en su absorción. La nafcilina es también resistente a

las penicilinasas, pero se absorbe irregularmente en el tracto gastrointestinal. Las

isoxazolilpenicilinas constituyen un tratamiento adecuado en las infecciones por

Streptococcus pneumoniae, estreptococos del grupo A y Staphylococcus epidermidis

sensibles; sin embargo, son ineficaces frente a enterococos, gonococos y bacilos

gramnegativos. La nafcilina es el antibiótico de elección en las infecciones por

Staphylococcus aureus penicilino-resistente, pero sensibles a la meticilina y es también activa

contra neumococos y Streptococcus pyogenes.

E) Ureidopenicilinas.

La azlocilina y la mezlocilina y las muy semejantes piperacilina y apalcilina, son más

activas que la carbenicilina contra P. Aeruginosa y tienen un espectro de acción más amplio

contra las bacterias gramnegativas, aunque son también sensibles a las penicilinasas. La

mezlocilina tiene un espectro similar al de la ticarcilina, pero también es activa frente a

muchas cepas de Klebsiella y Serratia. La azlocilina y la piperacilina tienen espectros

similares al de la mezlocilina, pero su actividad frente a Pseudomonas es de 4 a 8 veces

mayor. Las ureidopenicilinas, en general, son más activas frente a los enterococos que las

carboxipenicilinas y, al igual que éstas, se deben reservar para las infecciones graves. La

piperacilina es el antibiótico de elección en infecciones por P. Aeruginosa en combinación

con un aminoglicósido, por lo que se recomienda en el tratamiento de neumonías graves

adquiridas en la comunidad, en pacientes adultos con criterio de ingreso. También se usa en

infecciones por estreptococos y enterococos, y tiene actividad variable frente a E. Coli y


Klebsiella. La asociación de piperacilina con tazobactam no ha demostrado ser más eficaz que

la piperacilina sola, pero sí permite reducir las dosis a utilizar de antibiótico, por ejemplo, en

el tratamiento de las infecciones graves por P. Aeruginosa de 18g/día a 12g/día. En general

las ureidopenicilinas son caras, el tratamiento con piperacilina sobrepasa los $40/día.

F) Otras penicilinas semisintéticas.

La más importante es la meticilina, que tiene un grupo 2,6-dimetoxibenzamido, y se

introdujo en el mercado en 1959. Fue la primera penicilina resistente a la destrucción por la

penicilinasa estafilocócica, pero no es estable en medio ácido y se debe administrar en forma

inyectable. Se indica, fundamentalmente, en las infecciones por estafilococos coagulasa-

positivos productores de penicilinasa. Existen también azidocilina, benetamina y penicilina

clemizol, la primera, de administración oral y, las otras, parenterales de acción prolongada.

Tabla 2
Otro tipo de clasificación de las penicilinas
Naturales Penicilina G (bencil)
(sódica, potásica)
Penicilina G procaína
Penicilina G benzatina
Resistentes al ácido Penicilina V
Feneticilina
Propicilina
Resistentes a Meticilina
betalactamasas Nafcilina
(antiestafilocócicas) Isoxazolilopenicilinas Cloxacilina
Dicloxacilina
Flucloxacilina
Oxacilina
Aminopenicilinas Ampicilina Bacampicilina
(amplio espectro) Metampicilina
Pivampicilina
Talampicilina
Amoxicilina
Hetacilina
Epicilina
Ciclacilina
De amplio Carbenicilina Carfecilina
esprectro Carindacilina
(antipseudomonas) Ticarcilina
Ureidopenicilinas Azlocilina
Mezlocilina
Apalcilina
Pipercilina
Amidinopenicilinas Mecilinam
Pivmecilinam
Resistentes a Temocilina
betalactamasas
(gramnegativas)

Cefalosporinas.

Cefalosporinas.

Las cefalosporinas o cefems son antibióticos semisintéticos derivados de la cefalosporina

C, un antibiótico natural producido del hongo Cefhalosporium acremonium. El núcleo activo,

ácido 7-aminocefalosporánico, está muy estrechamente relacionado con el ácido 6-amino-

pencilánico, por poseer ambos un anillo betalactámico. Son bactericidas que inhiben la

síntesis de la pared bacteriana al igual que las penicilinas y se clasifican por generaciones, en

base a la similitud de sus actividades actibacterianas y de cuando fueron introducidas en el

mercado. Las más modernas han ido incrementando su actividad contra las bacterias

gramnegativas. Se distribuyen ampliamente en la mayoría de los líquidos y los tejidos

corporales y las concentraciones que se alcanzan son suficientes para el tratamiento de la

infección, especialmente si hay inflamación, la cual facilita su difusión. Sin embargo, la

penetración en el humor vítreo del ojo y el líquido cefalorraquídeo (LCR) es relativamente

baja, aunque las de tercera generación pueden alcanzar niveles bastante altos en el LCR para

el tratamiento de la meningitis.

Primera generación.

Todas tienen un mismo espectro, y sus diferencias principales son farmacológicas.


Poseen una importante actividad frente a los cocos grampositivos (excepto enterococos y

estafilococos resistentes a la meticilina), así como contra la mayoría de las cepas de E. Coli,

P. Mirabilis y K. Pneumoniae. La cefalotina, una de las primeras cefalosporinas de esta

generación, tiene actividad contra un amplio espectro de bacterias grampositivas, incluyendo

productores de penicilinasa, pero no contra los estafilococos meticilino-resistentes y

enterococos; su actividad contra las bacterias gramnegativas es modesta. No se absorbe en el

tracto gastrointestinal, por lo que debe administrarse por vía parenteral, aunque la inyección

intramuscular (IM) es muy dolorosa. Se ha ido sustituyendo por la cefazolina o la cefradina.

La cefazolina es menos dolorosa que la cefalotina cuando se inyecta por vía intramuscular

se utiliza en IU, osteomielitis, infecciones de la piel y tejidos blandos y en la profilaxis de la

cirugía perioperativa, con excepción de la colorectal. La cefradina, se puede administrar por

vía oral e inyectable. La cefroxadina (derivado oximetilo de la cefradina), el cefadroxilo, la

cefatrizina, la cefalexina y su éster pivaloiloximetilo, la pivcefalexina, se administran todas

oralmente y se utilizan en el tratamiento de infecciones comunitarias leves o moderadas de la

piel o urinarias. En general, todos estos compuestos tienen un espectro de actividad

antimicrobiana similar a la cefalotina. El cefaclor, el cual también se absorbe por el tracto

gastrointestinal, tiene una actividad semejante a la de la cefalotina contra los cocos

grampositivos, pero tiene una actividad superior contra las bacterias gramnegativas,

particularmente contra el H. Influenzae, por eso a menudo se clasifica como de segunda

generación, al igual que el cefprozilo, también de uso oral, que posee una vida media superior

a la del cefaclor.

Segunda generación.

Las cefalosporinas de segunda generación tienen un espectro algo más amplio frente a

bacilos gramnegativos, aunque difieren en su espectro antibacteriano. El cefamandol fue la


primera cefalosporina disponible de segunda generación. Su actividad es ligeramente menor

que la de la cefalotina contra las bacterias grampositivas, pero su estabilidad a la hidrólisis por

las betalactamasas, producidas por las bacterias gramnegativas es superior, al igual que su

actividad contra muchas de las Enterobactericeae y H. Influenzae. Se administra por vía

parenteral. La cefuroxima tiene un espectro de acción similar al del cefamandol, pero es más

resistente a la hidrólisis por las betalactamasas. Es la única cefalosporinas de segunda

generación que penetra en cantidades suficientes en el LCR, por lo que es eficaz en el

tratamiento de la meningitis (neumocócica, meningocócica, por H. Influenzae y por

Staphylococcus aureus), en las infecciones del tracto respiratorio inferior por

microorganismos productores de betalactamasas, como H. Influenzae y Moraxella catharralis

y en la profilaxis de la cirugía del tórax. Se administra por vía parenteral, pero la cefuroxima

axetilo, éster acetoxietilo de la cefuroxima, se usa por vía oral. Otras cefalosporinas de esta

generación, como la cefonicida, la ceforamida y el cefotiam, son administrados

parenteralmente y todas tienen un espectro de actividad comparable al del cefa-mandol.

Las cefamicinas se obtienen del Streptomyces spp. O por vía semisintética a partir de la

cefamicina C y difieren de las cefalosporinas por la adición de un grupo 7 a- metoxi al núcleo

del ácido 7-aminocefalosporánico, el cual les da una mayor estabilidad frente a las

betalactamasas y se consideran también cefalosporinas de segunda generación, aunque son

más activas contra las bacterias anaerobias, especialmente B. Fragilis. Son policationes de

aminoazúcares en unión glucosídica, cuya polaridad es en parte responsable de sus

propiedades farmacocinéticas, comunes a todos los miembros del grupo, entre las cuales se

encuentran: que ninguna se absorbe bien en el tracto gastrointestinal, por lo que todas se

administran por vía parenteral, no penetran bien el LCR, y se excretan con relativa rapidez por

el riñón normal. La cefoxitina, que fue la primera, y el cefotetán son más activas que las

cefalosporinas de primera generación frente a Proteus indol-positivos, Serratia, bacilos


gramnegativos anaerobios, incluido B. Fragilis, y algunas cepas de E. Coli, Klebsiella y P.

Mirabilis. El cefotetán se utiliza en el tratamiento de infecciones combinadas por anaerobios

leves o moderadas, como divericulitis, y en cirugía colorrectal y ginecológica para la

profilaxis de infecciones anaerobias. Otras cefamicinas son el cefmetazol, la cefbuperazona y

el cefminox. El cefmetazol tiene una actividad similar que la cefoxitina o el cefotetán frente a

las bacterias anaerobias, pero es menos activo frente a la mayoría de los bacilos

gramnegativos, mientras que el cefmetazol y el cefotetán son más activos que la cefoxitina

frente a H. Influenzae.

Tercera generación.

Su espectro de acción es más amplio y son más estables a la hidrólisis por las

betalactamasas que el cefamandol y la cefuroxima. Tienen una mayor potencia contra los

organismos gramnegativos, incluyendo las Enterobacteriaceae más importantes, desde el

punto de vista clínico. Su actividad contra los grampositivos es menor que la de las

cefalosporinas de primera generación, pero son muy activas contra los estreptococos. La

cefotaxima, que fue la primera cefalosporina obtenida de este grupo, tiene una modesta

actividad contra la P. Aeruginosa, pero es eficaz frente a muchos cocos grampositivos,

aunque no tanto como las cefalosporinas de primera generación. Se utiliza como tratamiento

empírico de infecciones adquiridas en la comunidad de microorganismos aerobios, entre ellas,

neumonía, urosepsis, meningitis e intraabdominales, así como gonorrea no complicada (en

dosis única), osteomielitis, infecciones de la piel y tejidos blandos por microorganismos

susceptibles y en la enfermedad de Lyme, especialmente si existen complicaciones

reumatológicas, neurológicas o cardíacas. La cefmenoxima, cefodizima, ceftizoxima y

ceftriaxona, son todas muy similares a la cefotaxima en cuanto a su actividad antimicrobiana,

se administran parenteralmente y difieren sólo en su farmacocinética. La ceftizoxima se

utiliza en infecciones combinadas leves o moderadas por microorganismos anaerobios.


La cefixima se administra por vía oral, al igual que el cefdinir, cefetamet pivoxilo,

cefpodoxima proxetilo, ceftibuten y latamoxef, que es una oxacefalosporina y difiere de la

cefotaxima en su mayor actividad contra B. Fragilis. La cefixima tiene una excelente

actividad frente a los cocos gramnegativos y Enterobacteriaceae y una buena actividad frente

a los estreptococos, incluyendo los estreptococos del grupo A y los neumococos, pero su

efecto es escaso o nulo frente a los estafilococos. Su utilización fundamental radica en el

tratamiento oral de infecciones como la otitis media, la sinusitis y las IU. La cefpodoxima

proxetilo se utiliza tambén en faringitis, infecciones de la piel y tejidos blandos y del tracto

respiratorio inferior y superior por estreptococos, H. Influenzae y Moraxella catharralis, y en

gonorrea no complicada.

El moxalactam, la ceftazidima y la cefoperazona, todas de uso parenteral, son aún menos

activos frente a los cocos grampositivos. La ceftazidima y la cefoperazona tienen mayor

actividad contra P. Aeruginosa, al igual que la cefpiramida, la cual está relacionada

estructuralmente con la cefoperazona, pero es menos eficaz que el moxalactam, la cefotaxima,

la ceftizoxima y la ceftriaxona frente a Enterobacteriaceae. La ceftazidima presenta mayor

actividad que la cefoperazona tanto frente a Enterobacteriaceae como P. Aeruginosa y se

utiliza en infecciones nosocomiales por bacilos gramnegativos, incluyendo meningitis (en

combinación con aminoglicósidos si se sospecha que existen seudomonas) y en el tratamiento

de pacientes neutropénicos febriles. Es de las cefalosporinas de tercera generación de amplio

uso la más cara, ya que el tratamiento puede sobrepasar los $80/día. Los niveles de

cefotaxima, ceftizoxima, ceftriaxona, ceftazidima, ceftizoxima y moxalactam, pero no de

cefoperazona, en LCR, son suficientes para el tratamiento de la meningitis causada por

bacterias sensibles. El moxalactam y la ceftizoxima tienen mayor actividad frente a las

bacterias anaerobias que las otras cefalosporinas de tercera generación, pero su actividad es

menor frente a estos microorganismos que la de la cefoxitina, el cefotetán o el cefmetazol.


Aunque la cefsulodina se clasifica como de tercera generación su actividad contra bacterias

gramnegativas se restringe a P. Aeruginosa.

Cuarta generación.

Las nuevas cefalosporinas cefepima y cefpiroma se han clasificado como de cuarta

generación. La estructura química de base que poseen las hace tener una buena penetración a

través de la membrana celular más externa de las bacterias y poca afinidad por las

betalactamasas tipo 1, lo que reduce su degradación enzimática en comparación con otras

cefalosporinas. In vitro tienen un espectro de actividad más amplio, que incluye a cepas de

Enterobacteriaceae resistentes a la ceftazidima, microorganismos patógenos grampositivos

importantes, como el S. Aureus, aunque no las cepas meticilino y cefazolino-resistentes, y

gramnegativos, como la P. Aeuginosa. No obstante, tienen poca actividad frente a especies de

Bacteroides y no son antivos contra Enterococcus faecalis y C. Difficile. Se pueden usar en

neumonías por Streptococcus pneumoniae penicilino-resistentes, infecciones nosocomiales y

comunitarias, complicadas y no complicadas, del tracto respiratorio inferior, urinarias

asociadas o no con bacteremia, así como de la piel, tejidos blandos, quirúrgicas, del sistema

reproductor femenino y en estados febriles de pacientes neurtropénicos y pacientes críticos.

Se administran por vía parenteral y se excretan por el riñón. Tienen baja toxicidad y se toleran

localmente. Otras cefalosporinas de cuarta generación son cefaclidina, cefelidina y cefoselis.

Carbacefémicos.

Presentan un grupo metileno sustituyendo el átomo de azufre del ácido 7-

aminocefalosporánico. El loracarbef es un carbacefémico de administración oral, que se puede

emplear en el tratamiento del tracto respiratorio inferior y superior, piel y sus estructuras e IU

por microorganismos sensibles, entre los cuales se encuentran, tanto grampositivos aerobios,

como S. Aureus (incluyendo productores de betalactamasa, pero no meticilino-resistentes),


gramne-gativos aerobios, como H. Influenzae y microorganismos anaerobios, como C.

Perfringens.

Carbapenémicos.

El imipenem, derivado N-formimidoilo de la tienamicina, obtenido del Streptomyces

cattleya, fue el primer antibiótico betalactámico del grupo de los carba-penémicos. Es también

bactericida y actúa, igualmente, inhibiendo la síntesis de la pared celular. Su espectro de

acción es amplio e incluye a microorganismos grampositivos y gramnegativos, aerobios y

anaerobios. Se utiliza en el tratamiento de infecciones intraabdominales combinadas,

nosocomiales, incluyendo las de microorganismos gramnegativos resistentes, como son las de

Enterobacter y las originadas por el uso previo de antibióticos de amplio espectro. Tiene

buena actividad contra P. Aeruginosa y B. Fragilis, pero la mayoría de las cepas de

estafilococos resistentes a la meticilina lo son también al imipenem y la P. Aeruginosa puede

hacerse resistente cuando se usa solo. Se administra por vía parenteral junto con cilastanina,

un inhibidor de la dehidropeptidasa I, la cual inhibe el metabolismo renal del imipenem. Esta

combinación puede originar retención del medicamento, sobre todo, en pacientes que estén

recibiendo altas dosis, que tengan insuficiencia renal y en ancianos. No se debe utilizar en el

tratamiento de la meningitis por ser epileptógeno. Es uno de los antibióticos más caros que

existen en el mercado actualmente, el costo de un tratamiento puede exceder los $100/día.

El meropenem, es un nuevo carba-penémico más estable a la dehidropeptidasa renal, que

también es activo contra la mayoría de las bacterias de importancia, aunque los estafilococos

resistentes a la meticilina, el Enterococcus faecium y Stenotrophonomas maltophila le son

resistentes, y otros microorganismos, como la P. Aeruginosa, pueden desarrollar resistencia.

Se administra en una sola inyección IV y, en casos de meningitis, parece ser menos

epileptógeno que el imipenem con cilastatina. Se supone que vaya reemplazando al imipenem
con cilastatina, aunque es aún más caro, y el tratamiento puede sobrepasar los $150/día, lo

cual hace que no se emplee en tratamientos de primera y segunda línea, a menos que las

infecciones sean causadas por microorganismos con polifármaco-!Resistencia comprobada.

Monobactámicos.

Fueron los primeros antibióticos betalactámicos monocíclicos obtenidos de bacterias,

aunque en la actualidad son producidos sintéticamente. El aztreonam fue el primero

disponible comercialmente. Es también bactericida y actúa sobre la síntesis de la pared

celular. Sin embargo, su actividad difiere de la de las nuevas cefalosporinas y del imipenem

en que se restringe a microorganismos aerobios gramnegativos, es muy efectivo contra P.

Aeruginosa. Se administra por vía parenteral y puede producir hipersensibilidad con otros

antibióticos beta-lactámicos. Otros monobactámicos como el carumonam y el tigemonam

pueden ser suministrados oralmente, pero no son activos contra la P. Aeruginosa.

Inhibidores de betalactamasa.

Los inhibidores de betalactamasa ácido clavulánico, que se introdujo en 1984 y fue el

primero del grupo, sulbactam y tazobactam tienen una pequeña actividad antibacteriana

intrínseca y se usan para ampliar el espectro antimicrobiano de algunos antibióticos

betalactámicos, como se señaló anteriormente. Cuando se emplean en combinación con

ampicilina, amoxicilina o ticarcilina, estos últimos se vuelven efectivos frente a algunas

bacterias productoras de betalactamasas que de otra manera serían resistentes.

Macrólidos/ Cetólidos.

Se unen irreversiblemente a un lugar de la subunidad 50S del ribosoma bacteriano,

inhibiendo la translocación en la síntesis de proteínas. También pueden intervenir en otros

pasos como la transpeptidación. Tanto los macrólidos como los cetólidos inhiben el orificio
de entrada al canal por donde sale la proteína del ribosoma. Por lo general, son

bacteriostáticos, sin embargo, a dosis altas los macrólidos son bactericidas.

Linconsaminas.

Son una clase de antibióticos que se unen a la porción 23s de la subunidad 50S del

ribosoma bacteriano inhibiendo la replicación temprana de la cadena peptídica a través de la

inhibición de la reacción de la transpeptidasa. La clindamicina es un derivado semisintético de

la lincomicina que difiere estructuralmente de este compuesto por la sustitución de un átomo

de cloro por un grupo hidroxilo y la inversión del carbono en la posición 7 involucrada.

Tienen una acción similar a los macrólidos.

Tetraciclinas.

Las tetraciclinas constituyen un grupo de antibióticos, unos naturales y otros obtenidos

por semisíntesis, que abarcan un amplio espectro en su actividad antimicrobiana.

Químicamente son derivados de la naftacenocarboxamida policíclica, con un núcleo

tetracíclico de donde deriva el nombre del grupo.

Las tetraciclinas naturales se extraen de las bacterias del género Actinomyces.

De Streptomyces aurofaciens se extraen la clortetraciclina y la demetilclortetraciclina,

de Streptomyces rimosus se extrae la oxitetraciclina, y la tetraciclina, representante genérico

del grupo, se puede extraer del Streptomyces viridifaciens, aunque también se puede obtener

de forma semisintética. Una característica común al grupo es su carácter anfotérico, que le

permite formar sales tanto con ácidos como con bases, utilizándose usualmente los

clorhidratos solubles.

Presentan fluorescencia a la luz ultravioleta y tienen la capacidad de quelar metales di o

trivalentes, como el calcio, manganeso, o magnesio.


Es uno de los antibacterianos más experimentados. Ya en 1953 se recoge la aprobación de

su nomenclatura en la farmacopea británica. Rápidamente se extendió su uso de tal modo que

ya en 1955 se habla de cepas resistentes a la tetraciclina y la clortetraciclina. A finales del

año 2008 pubmed recoge más de 14.000 artículos sobre estos antibióticos.

Anfenicoles.

Los fenicoles (cloranfenicol y tianfenicol) pertenecen a una familia de fármacos que

apareció hace más de 60 años. Sus ventajas (espectro muy amplio, buena biodisponibilidad,

excelente difusión tisular en el parénquima cerebral infectado) se han ido eclipsando debido a

su toxicidad hematológica (en particular la infrecuente pero gravísima anemia aplásica

irreversible debida al cloranfenicol) y, en menor medida, debido a la aparición de resistencias.

Aunque sigue siendo un antibiótico de primera línea en el tratamiento de las meningococias y

la fiebre tifoidea en los países en vías de desarrollo (cloranfenicol), su utilización en los países

con un alto nivel sanitario está limitada a una indicación importante (tianfenicol), el absceso

cerebral no documentado, y eventualmente como molécula de recurso en diversas infecciones,

como las rickettsiosis.

Aminoglucosidos.

Los aminoglucósidos o aminósidos son un grupo de antibióticos bactericidas que detienen

el crecimiento bacteriano actuando sobre sus ribosomas y provocando la producción de

proteínas anómalas. Actúan a nivel de ribosomas en la subunidad 30S bacteriana, y por ende,

a nivel de síntesis de proteínas, creando porosidades en la membrana externa de la pared

celular bacteriana. Tienen actividad especialmente en contra de bacterias Gram negativas y

aeróbicas y actúan sinergísticamente en contra de organismos Gram positivos.

La gentamicina es la más usada de los aminoglucósidos, sin embargo, la amikacina tiende

a ser especialmente efectiva en contra de organismos resistentes. También, pero solo para uso
local la neomicina y la framicetina. Son, junto con los antibióticos betalactámicos, uno de los

pilares básicos de la moderna quimioterapia.

Glucopéptidos.

Vancomicina.

La vancomicina es un glucopéptido tricíclico que ha adquirido una creciente importancia

por su eficacia frente a múltiples microorganismos resistentes a los fármacos. Inhibe la

síntesis de los fosfolípidos que son componentes de la pared celular bacteriana y la poli-

merización del peptidoglucano mediante la unión firme del pentapéptido precursor al ex-

tremo d-Ala-d-Ala. Esto inhibe a la transglucosilasa y evita la mayor elongación del

peptidoglucano y sus enlaces cruzados. El peptidoglucano se debilita y las células se hacen

susceptibles a la lisis. La membrana celular también se daña, lo que contribuye a su efecto

antibacteriano. La resistencia de los Enterococos a la vancomicina se debe a la modificación

del sitio de unión d-Ala-d-Ala del bloque de construcción, donde el d-A la terminal se

sustituye por d-lactato. Esto da lugar a la pérdida de un enlace de hidrógeno crítico que

facilita la unión de alta afinidad de la vancomicina a su sitio de acción y la pérdida de

actividad.

Teicoplanina.

Es un antibiótico glicopeptídico muy similar a la vancomicina en su mecanismo de acción

y espectro antibacteriano. Es decir, inhibe la síntesis de los fosfolípidos que forman la 35

pared celular de la bacteria y evita a su vez la polimerización de los fosfolípidos de la pared

de esta.

Quinolonas.
Las quinolonas son un grupo de agentes quimioterapeuticos (agentes con actividad

antimicrobiana con toxicidad selectiva) sintéticos, es decir, que no son producidos por

microorganismos, a diferencia de los antibióticos. La mayor parte de las quinolonas usadas en

la clínica son del grupo de las fluorquinolonas (o fluoroquinolonas), caracterizadas por tener

un grupo fluoruro en el anillo central, normalmente en posición.

Actualmente existen cuatro generaciones de quinolonas usadas como agentes

quimioterápicos, entre los que se pueden encontrar, como conocidos exponentes, el ácido

nalidíxico, el ciprofloxacino, el ofloxacino, el moxifloxacino y el levofloxacino. Estos

compuestos suelen utilizarse contra microorganismos resistentes a antibiótico.

Sulfonamidas.

Bacteriostáticos, actúan por antagonismo competitivo con el ácido paraaminobenzoico

(PABA) un componente esencial en la síntesis de ácido fólico. Inhiben a las bacterias

grampositivas como las gramnegativas, Nocardia, Chlamydia trachomatis y algunos

protozoarios. Algunas bacterias entéricas, tales como E. Coli, Klebsiella, Salmonella, Shigella

y Enterobacter, también pueden ser inhibidas. El grupo de las ricketsias no son inhibidas por

las sulfonamidas, sin embargo, sí son estimuladas en su crecimiento por dichos fármacos.

Clasificación de fármacos antibacterianos según su uso terapéutico

Antimicobacterianos

Los fármacos usados para el tratamiento de las infecciones micobacterianas, incluidas la

tuberculosis (TB), lepra e infecciones por micobacterias no tuberculosas (NTM,

nontuberculous mycobacteria), se administran en regímenes múltiples por periodos

prolongados. Hasta ahora se han identificado más de 160 especies de micobacterias, la

mayoría de las cuales no causa enfermedad en los humanos. Aunque la incidencia de

enfermedad causada por Mycobacterium tuberculosis ha disminuido en Estados Unidos, la


tuberculosis (TB) se mantiene como una de las causas principales de morbilidad y mortalidad

en países en desarrollo, sobre todo en África subsahariana, donde prevalece la epidemia por

VIH. La farmacoterapia eficaz no es lo único necesario; sin una infraestructura bien

organizada para el diagnóstico y tratamiento de la TB, se obstaculizan los esfuerzos

terapéuticos y de control. Las infecciones con NTM han ganado relevancia clínica en Estados

Unidos y otros países desarrollados. Estos organismos más bien ambientales a menudo

infectan a pacientes inmunodeprimidos o personas con enfermedad pulmonar estructural.

Recuperado de “Farmacología: Antimicobacterianos” Harvey, R., Clark, M., Finkel, R. Rey,


J., Whalen, K. (2012).
Mecanismo de acción los fármacos antibacterianos

Atendiendo a su mecanismo de acción y estructura química, los principales grupos de

antimicrobianos de interés clínico se recogen en la tabla 1.

Tabla 3
Principales grupos de antimicrobianos y su mecanismo de acción
Mecanismo de Grupos Antimicrobianos
acción representativos
Inhibición de la B-lactámicos Penicilinas Naturales: penicilina
síntesis de la pared (penicilinas, G, penicilina V.
bacteriana cefalosporinas, Resistentes a
monobactams, penicilinasas:
carbapenems) cloxacilina, oxacilina,
meticilina.
Aminopenicilinas:
Ampicilina,
amoxicilina.
Carboxipenicilinas:
carbenicilina,
ticarcilina.
Ureidopenicilinas:
Cefalosporinas piperacilina,
mezlocilina.

Primera generación:
cefazolina, cefalotina.
Segunda generación:
cefuroxima, cefoxitina,
cefotetán, cefaclor,
cefamandol.
Tercera generación:
cefotaxima, ceftriaxona,
ceftazidima, cefixima,
cefpodoxima.
Monobactams Cuarta generación:
cefepima, cefpiroma.
Carbapenems
Aztreonam

Glucopéptidos Imipenem, meropenem,


ertapenem, doripenem

Bacitracina Vancomicina,
teicoplanina
Isoxazolidinonas
Bacitracina
Fosfonopéptidos
Cicloserina

Fosfomicina

Alteración de la Polimixinas Polimixina B,


membrana polimixina E (colistina).
citoplásmica
Lipopéptidos Daptomicina

Ionóforos Tirocidinas

Formadores de poros Gramicidinas


Inhibición de la Ácido fusídico Ácido fusídico
síntesis proteica
Aminoglucósidos Gentamicina,
tobramicina, amicacina,
netilmicina
Anfenicoles
Cloranfenicol,
Tiamfenicol
Estreptograminas
Quinupristina-
Dalfopristina
Lincosamidas
Clindamicina,
Macrólidos lincomicina

14 átomos carbono:
eritromicina,
claritromicina,
Roxitromicina
15 átomos carbono:
azitromicina (azálidos)
16 átomos carbono:
espiramicina,
josamicina,
Mupirocina midecamicina
Cetólidos: telitromicina
Oxazolidinonas
Mupirocina
Tetraciclinas
Linezolid

Glicilciclinas Tetraciclina,
doxiciclina, minociclina

Tigeciclina
Alteración del Quinolonas Primera generación:
metabolismo o la ácido nalidíxico, ácido
estructura de pipemídico.
Los ácidos nucleicos Segunda generación:
norfloxacino.
Tercera generación:
ciprofloxacino,
levofloxacino.
Cuarta generación:
moxifloxacino,
gemifloxacino.

Rifamicinas Rifampicina

Nitroimidazoles Metronidazol,
ornidazol, tinidazol.

Nitrofuranos Nitrofurantoína,
furazolidona
Bloqueo de la Sulfonamidas, Trimetoprima Cotrimoxazol
síntesis de factores Diaminopirimidinas Sulfametoxazol
metabólicos
Inhibidores de b- *Ácido
lactamasas clavulánico,
sulbactam,
tazobactam.

Antimicrobianos que inhiben la síntesis de la pared bacteriana

La pared celular protege la integridad anatomofisiológica de la bacteria y soporta su gran

presión osmótica interna (mayor en las bacterias grampositivas). La ausencia de esta estructura

condicionaría la destrucción del microorganismo, inducida por el elevado gradiente de

osmolaridad que suele existir entre el medio y el citoplasma bacteriano. Los antibióticos que

inhiben la síntesis de la pared necesitan para ejercer su acción que la bacteria se halle en

crecimiento activo, y para su acción bactericida requieren que el medio en que se encuentre la

bacteria sea isotónico o hipotónico, lo que favorece el estallido celular cuando la pared celular

se pierde o se desestructura. Suelen ser más activos sobre las bacterias grampositivas por su

mayor riqueza en peptidoglucano. En general, son poco tóxicos por actuar selectivamente en

una estructura que no está presente en las células humanas.

La síntesis de la pared celular se desarrolla en 3 etapas, sobre cada una de las cuales pueden

actuar diferentes compuestos: la 1) etapa citoplásmica, donde se sintetizan los precursores del

peptidoglucano; el 2) transporte a través de la membrana citoplásmica, y la 3) organización

final de la estructura del peptidoglucano, que se desarrolla en la parte más externa de la pared

(Calvo, J., & Martínez-Martínez, L., 2009).

Antibióticos activos en la membrana citoplásmica


La membrana citoplásmica es vital para todas las células, ya que interviene activamente en

los procesos de difusión y transporte activo, y de esta forma controla la composición del medio

interno celular. Las sustancias que alteran esta estructura modifican la permeabilidad, y

provocan la salida de iones potasio, elementos esenciales para la vida bacteriana, o la entrada

de otros que a altas concentraciones alteran el metabolismo bacteriano normal.

Los antimicrobianos que actúan en esta estructura se comportan como bactericidas, incluso

en bacterias en reposo, y pueden tener alta toxicidad sobre las células humanas, al compartir

algunos componentes de la membrana citoplásmica. A este grupo pertenecen las polimixinas,

los lipopéptidos, los antibióticos poliénicos (activos frente a hongos) y grupos de escaso interés

clínico (ionóforos y formadores de poros).

Antibióticos inhibidores de la síntesis proteica

La síntesis proteica es uno de los procesos más frecuentemente afectados por la acción de

los antimicrobianos, y su inhibición selectiva es posible gracias a las diferencias estructurales

entre los ribosomas bacterianos y eucariotas.

La mayoría de los antibióticos de este grupo tienen actividad bacteriostática, aunque los

aminoglucósidos se comportan como bactericidas. La acción bactericida o bacteriostática

también va a depender de las concentraciones del antimicrobiano, y del microorganismo

afectado.

Antibióticos que actúan en el metabolismo o la estructura de los ácidos nucleicos

El genoma bacteriano contiene información para la síntesis de proteínas que se transmite a

través del ARN mensajero producido a partir del molde de ADN (transcripción), y para la

síntesis de ARN ribosómico que formará parte de los ribosomas bacterianos. La información

del ADN debe duplicarse (replicación) cuando la bacteria se divide, para transmitir esta

información a la descendencia. La replicación y la transcripción del ADN se realizan en varias


fases con la participación de diferentes enzimas y sustratos, además del ADN molde, que

constituyen dianas para la acción de diversos antibióticos.

Dentro de este grupo incluimos las rifamicinas y las quinolonas que actúan en enzimas que

participan en los procesos de transcripción y replicación, y los nitroimidazoles y nitrofuranos

que actúan directamente sobre el ADN, dañándolo. Por lo general, los antibióticos de este grupo

no son particularmente selectivos en su acción y comportan cierta toxicidad para las células

eucarióticas.

La mayoría de los antibióticos que actúan sobre el ADN son bactericidas rápidos y

normalmente independientes del inóculo y de la fase de crecimiento bacteriano.

Bloqueo de la síntesis de factores metabólicos

Para obtener determinados elementos esenciales como los aminoácidos o las bases púricas

y pirimidínicas de los nucleótidos, se requiere la síntesis de folatos, que algunas bacterias son

incapaces de obtener del medio, a diferencia de las células eucariotas. La síntesis de ácido

tetrahidrofólico se obtiene a partir de una molécula de pteridina y de ácido paraaminobenzoico

(PABA), y mediante la enzima dihidropteroatosintetasa se forma el ácido dihidropteroico.

Posteriormente, por adición de ácido glutámico se forma el ácido dihidrofólico (ácido fólico),

que reducido por la dihidrofolato reductasa forma el ácido tetrahidrofólico (ácido folínico).

Antimicrobianos que bloquean mecanismos de resistencia

Los más importantes son los inhibidores de b-lactamasas de serina, que incluyen ácido

clavulánico, sulbactam y tazobactam. Carecen (habitualmente) de acción antibacteriana

intrínseca de verdadera importancia clínica, pero se unen irreversiblemente a algunas b-

lactamasas, protegiendo de su acción a los antibióticos b-lactámicos.


FARMACODINAMIA Y FARMACOCINÉTICA DE LOS ANTIBACTERIANOS

 INHIBIDORES DE LA SÍNTESIS DE LA PARED CELULAR

1. BETA-LACTÁMICOS

1.1 CARBAPENÉMICOS

 Farmacodinamia: Impiden e inhiben la síntesis de la pared celular bacteriana por

unión a transpetidasas de la pared celular. Provocan lisis o muerte celular rápida

contra bacterias susceptibles.

 Farmacocinética:

1.2 CEFALOSPORINAS

 Farmacodinamia: Previene la reacción de transpeptidación en la síntesis de

peptidoglucanos en su última etapa ya que forman parte de la pared celular

bacteriana.

Provocan lisis o muerte celular rápida contra bacterias susceptibles. Por lo general

son más resistentes que las penicilinas.

 Farmacocinética:
1.3 MONOBACTÁMICOS

 Farmacodinamia: Impide e inhibe la síntesis de la pared celular bacteriana por

unión a transpetidasas de la pared celular. Provocan lisis o muerte celular rápida

contra bacterias susceptibles.

 Farmacocinética:

1.4 PENICILINAS

 Farmacodinamia: Impide la reacción de transpeptidación en la síntesis de

peptidoglucanos las cuales conforman la pared celular bacteriana. Provocan lisis o

muerte celular rápida contra bacterias susceptibles.

 Farmacocinética:

2. GLUCOPÉPTIDOS

 Farmacodinamia: Inhibe la síntesis de la pared celular por unión al extremo D-Ala-

D-Ala del peptidoglucano, lo que inhibe la transglucosilasa. Provocan lisis o muerte

celular contra bacterias susceptibles.

 Farmacocinética:
3. OTROS INHIBIDORES DE LA PARED CELULAR

3.1 INHIBIDORES DE LA β-LACTAMASA

Farmacodinamia: Inhibidores de las beta-lactamasas bacterianas de clase A y en menor

medida C, además protegen de la inactivación por hidrólisis enzimática a las penicilinas.

 Farmacocinética:

3.2 BACITRACINA, CICLOSERINA Y ETAMBUTOL

 Farmacodinamia: Bloquean la desfosforilación de lípidos. Inhiben también la

síntesis intracelular de ADN, ARN y proteínas. Provocan lisis o muerte celular.

 Farmacocinética:

 INHIBIDORES DE LA SÍNTESIS DE LA MEMBRANA PLASMÁTICA


1. POLIMIXINAS

1.1 POLIMIXINA E (COLISTINA)

 Farmacodinamia: Polipéptidos catiónicos que se unen a la porción aniónica de los

lipopolisacáridos de la membrana de bacterias gram negativo aumentando la

permeabilidad de la membrana y debilitándola.

 Farmacocinética:

1.2 POIMIXINA B

 Farmacodinamia: Polipéptidos catiónicos que se unen a la porción aniónica de los

lipopolisacáridos de la membrana de bacterias gram negativo aumentando la

permeabilidad de la membrana y debilitándola.

 Farmacocinética:

2. LIPOPÉPTIDOS

2.1 DAPTOMICINA

 Farmacodinamia: Se une con la membrana celular mediante la inserción

dependiente de calcio de su cola lipídica. Causa despolarización de la membrana

celular, con salida de potasio y provoca muerte celular, especialmente contra

bacterias gram negativo. Es más rápido que la vancomicina.

 Farmacocinética:

INHIBIDORES DE LA SÍNTESIS DE PROTEÍNAS


1. SUBUNIDAD 30S

1.1 TETRACICLINAS

 Farmacodinamia: Ingresan a la bacteria por difusión o transporte activo.

Luego se unen en forma reversible con la subunidad 30s del ribosoma

bacteriano donde bloquean la unión de aminoacetil-trna con el receptor mrna-

ribosoma; Esto impide la adición de aminoácidos al péptido en crecimiento. Lo

que va a dificultar la reproducción bacteriana (Bacteriostático).

 Farmacocinética:

1.2 GLICILCICLINAS

Farmacodinamia: Igual que las tetraciclinas impiden la síntesis proteica uniéndose

a la subunidad 30s del ribosoma bacteriano bloqueando su unión aminoacetil-trna

con el receptor mrna-ribosoma, pero con una afinidad incluso mayor a la

minociclina (tetraciclina).

Farmacocinética:

1.3 AMINOGLUCÓSIDOS

Farmacodinamia: Ingresando por transporte activo se unen a los ribosomas de la

subunidad 30s e interfieren en la síntesis proteica de la pared bacteriana al alterar

la lectura del arnm. Modifican la permeabilidad de la membrana y tienen efecto

postantibiotico

Farmacocinética:
2. SUBUNIDAD 50S

2.1 MACRÓLIDOS (ERITROMICINA)

Farmacodinamia: Inhibición de la síntesis de proteínas por unión con el RNA

ribosómico 50s. Evita el bloqueo del túnel de salida del polipéptido en la

peptidiltransferasa y en la transcripción. Como resultado el peptidil-trna se disocia

del ribosoma. Dificulta la reproducción bacteriana (Bacteriostático).

Farmacocinética:

2.2 AFENICOLES

Farmacodinamia: Bloquean la síntesis proteica bacteriana uniéndose

reversiblemente a la proteína L16 localizada en la subunidad 50S. Dificulta la

reproducción bacteriana (Bacteriostático).

Farmacocinética:

2.3 LINCOSAMIDAS (CLINDAMICINA)

Farmacodinamia: Inhiben la síntesis de proteínas por interferencia reversible con la

subunidad 50S del ribosoma impidiendo la acción de la peptidiltransferasa. Dificulta

la reproducción bacteriana (Bacteriostático).

Farmacocinética:

2.4 ESTREPTOGRAMINAS

Farmacodinamia: Inhibición de la síntesis de proteínas por unión con el RNA

ribosómico 50s en la reacción de la peptidil transferasa y en la transcripción. Igual

efecto que en los macrólidos y la clindamicina.

Farmacocinética:
2.5 OXAZOLIDINONAS

Farmacodinamia: Inhibe la síntesis de proteínas al evitar la formación del complejo

ribosómico que la inicia (Se une al sitio receptor RNA ribosómico 23s de la

subunidad 50S). Dificulta la reproducción bacteriana (Bacteriostático).

Farmacocinética:

3. INHIBIDORES DE LA SÍNTESIS DE ÁCIDOS NUCLÉICOS

3.1 QUINOLONAS

Farmacodinamia: Bloquean la síntesis de DNA bacteriano por inhibición de la

topoisomerasa II bacteriana (DNA girasa) y la topoisomerasa IV. Por lo tanto no

habrá división celular.

Farmacocinética:

3.2 RIFAMICINAS

Farmacodinamia: Inhiben la síntesis de RNA uniéndose a la subunidad Beta de la

polimerasa de RNA dependiente de DNA

Farmacocinética:

4. INHIBIDORES DE LA SÍNTESIS DE ÁCIDO FÓLICO


a. SULFAMIDAS

Farmacodinamia: Actúan como análogos estructurales del PABA, inhibiendo a la

dihidropteroato sintetasa y la producción de folato.

Farmacocinética:

b. TRIMETROPIM

Farmacodinamia: Inhibe selectivamente a la ácido dihidrofólico reductasa

bacteriana, que convierte dicho ácido en la tetrahidrofólico, un paso que lleva a la

síntesis de purinas, y finalmente del DNA.

Farmacocinética:

FÁRMACOS ANTIMICOBACTERIANOS
1. MEDICAMENTOS PARA LA TUBERCULOSIS

1.1.ESTREPTOMICINA

Farmacodinamia: No alcanza adecuadamente el interior de las células. Su acción

principal es sobre los bacilos tuberculosos extracelulares sobre los cuales tiene una

acción bactericida, especialmente los ubicados en las cavidades tuberculosas.

Farmacocinética:

1.2.RIFAMPICINA

Farmacodinamia: Se une a la subunidad beta de la polimerasa de RNA

dependiente del DNA bacteriano y, por tanto, inhibe la síntesis del RNA.

Farmacocinética:

1.3.ETAMBUTOL

Farmacodinamia: Bloquea la incorporación del ácido micólico en la pared de la

micobacteria, en concentración de 1 µg/ml inhibe la síntesis de ARN u otro

material intracelular.

Farmacocinética:

2. MEDICAMENTOS PARA LA LEPTRA

2.1 CLOFAZIMIDA

Farmacodinamia: Produce radicales de oxigeno citotóxico por su propiedad

redox; también se une al ADN y evite que actúe de molde para una futura

replicación

Farmacocinética:
2.2 DAPSONA

Farmacodinamia: Inhiben la síntesis de folato a por medio de la inhibición de la

dihidropteroato sintetasa, pues su estructura está relacionada con las sulfamidas

Farmacocinética:

2.3 RIFAMPICINA

Farmacodinamia: Inhiben la síntesis de RNA uniéndose a la subunidad Beta de la

polimerasa de RNA dependiente de DNA

Farmacocinética:

Bibliografía
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