Antecedentes y Marco Teorico
Antecedentes y Marco Teorico
Antecedentes y Marco Teorico
Sedimentación. Proceso natural por el cual las partículas más pesadas que el,
que se encuentran en su seno en suspensión, son removidas por la acción de la
gravedad. Las impurezas naturales pueden encontrarse en las aguas según tres
estados de suspensión en función del diámetro. Éstos son: a) Suspensiones
hasta diámetros de 10-4 cm., b) Coloides entre 10-4 y 10-6 cm. y c) Soluciones
para diámetros aún menores de 10 - 6 cm. Estos tres estados de dispersión dan
igual lugar a tres procedimientos distintos para eliminar las impurezas.
Las arcillas están constituidas por los llamados minerales de arcilla, siendo los
principales los siguientes:
A. Caolinita: Al2O3·2SiO2·2HO2
B. Montmorillonita: Al2O3·(Mg, Ca)·5SiO2·nH2O
C. Illita: K2O·MgO·Al2O3·SiO2··H2O·
Una arcilla constituida con bastante montmorillonita será muy plástica, por
ejemplo la bentonita. La bentonita y el caolín son arcillas, insolubles en agua
destilada y en disolventes orgánicos, se hinchan con el agua formando
suspensiones inorgánicas hidrocoloidales, es un intercambiador catiónico que al
variar el pH de la suspensión se produce un desequilibrio en el número de cargas
positivas, al intercambiar los iones Al+3 por los iones Mg+2, Fe+2, se recupera
el equilibrio agregando iones Ca+2 y Na+1. Iannotta N. y Nelfiore T. (2006)
consideran al Caolín o Caolinita, como una arcilla blanca muy pura que se utiliza
para la fabricación de porcelanas y 17 de aprestos para almidonar, utilizada en
ciertos medicamentos y como agente adsorbente, conserva su color blanco
durante la cocción.
EL ESTÓMAGO
El estómago y el duodeno corresponden a la porción proximal infradiafragmática
del tubo digestivo. El estómago es la porción dilatada del mismo, comprendida
entre el esófago y el intestino delgado. Es una víscera hueca que funciona como
reservorio de alimentos, y es responsable del procesamiento físico y químico de
los mismos. El duodeno es la continuación del estómago, y se extiende hasta el
ángulo duodeno yeyunal. Recibe los productos de la digestión gástrica y la
secreción biliar pancreática, prosiguiendo con su procesamiento.
Localización
Ambos órganos ocupan parte del espacio supramesocolónico de la cavidad
peritoneal, y además, el duodeno ubica su porción distal en el inframesocolónico.
El estómago es el órgano intraperitoneal por excelencia, localizado en la celda
subfrénica izquierda, con proyección superficial en el epigastrio y en el
hipocondrio izquierdo. Se ubica por debajo de la cúpula diafragmática izquierda
y del lóbulo izquierdo del hígado, superior con respecto al colon transverso y
anterior al páncreas.
ESTRUCTURA MICROSCÓPICA
En la pared del tubo digestivo distinguimos las siguientes capas de dentro afuera:
• Una mucosa que consiste en una capa de epitelio que está especializado
según las regiones, para las diferentes funciones digestivas, una capa de tejido
conectivo laxo, la lámina propia y una capa de músculo liso llamada muscular de
la mucosa.
• Una submucosa o capa de tejido conectivo laxo donde se encuentran
numerosos vasos sanguíneos, nervios, vasos linfáticos y ganglios linfáticos y, en
algunos sitios, glándulas submucosas. La pared del tubo digestivo tiene un rico
aporte de vasos sanguíneos que le suministran el oxígeno y las sustancias
necesarios para sostener sus actividades. Las venas y los linfáticos trasladan los
productos absorbidos procedentes de la digestión hasta el hígado y la circulación
sistémica, respectivamente.
• Dos capas de músculo liso, una, más externa, con células dispuestas
longitudinalmente y la otra, más interna, con células dispuestas circularmente.
La capa circular es 3-4 veces más gruesa que la capa longitudinal y a ciertos
intervalos a lo largo del tubo aparece engrosada y modificada formando un anillo
llamado esfínter, que actúa como una válvula. Con excepción de la boca y la
lengua, movidas por músculo estriado esquelético, las fibras musculares lisas
son responsables de las funciones motoras del tubo digestivo ya que se
encargan del mezclado del alimento con las secreciones digestivas y de su
propulsión a una velocidad que permite una digestión y absorción óptimas de los
nutrientes.
• Una capa externa, llamada adventicia que, en la boca, el esófago y el recto,
es de tejido conectivo laxo que los une a los órganos adyacentes. Y en el
estómago y los intestinos es una membrana serosa, el peritoneo, que permite a
estos órganos deslizarse libremente dentro de la cavidad abdominal durante los
movimientos peristálticos del tubo digestivo.
Además, la pared del tubo digestivo contiene un sistema complejo de plexos
nerviosos que constituyen el sistema nervioso entérico, intrínseco al tubo 3
digestivo, y que inerva los vasos sanguíneos, las glándulas y el músculo liso del
tubo digestivo, ocupándose de la coordinación de sus movimientos. Son el plexo
submucoso de Meissner que se encuentra en la submucosa y se ocupa, sobre
todo, del control de la actividad secretora y de la inervación de los vasos
sanguíneos, y el plexo mientérico de Auerbach que se encuentra entre las dos
capas de músculo liso, la longitudinal y la circular, y regula la motilidad del tubo
digestivo. Debido a su compleja organización y a su independencia, a veces
estos plexos nerviosos reciben el nombre de pequeño cerebro intestinal. Pero no
solo trabajan de modo independiente sino que también establecen conexiones
con la inervación extrínseca al sistema digestivo constituida por el sistema
nervioso simpático y el sistema nervioso parasimpático. El sistema nervioso
parasimpático estimula todos los procesos de secreción y movimiento del
sistema digestivo mientras que el sistema nervioso simpático los inhibe.
Tipos de gastritis
Gastritis bacteriana: generalmente es la consecuencia de una infección por
microorganismos como el Helicobacter Pylori (bacteria que crece en las células
secretoras de moco del revestimiento del estómago). Dicho crecimiento
bacteriano puede causar un efecto pasajero o persistente. Gastritis erosiva
crónica: se produce como respuesta al consumo excesivo de ciertos
medicamentos, de alimentos que contengan picante, condimentos o grasa, de
bebidas alcohólicas, de refrescos con gas, o bien a la ingesta accidental de
sustancias tóxicas, como productos de limpieza o veneno.
Gastritis eosinofílica: puede resultar de una reacción alérgica a una infestación
de gusanos. Hay un tipo de glóbulos blancos (componentes de la sangre que se
encargan de defender al organismo de infecciones) llamados eosinófilos, que se
acumulan en la pared gástrica, produciendo inflamación e irritación en la mucosa
del estómago.
Gastritis atrófica: se genera cuando el organismo crea anticuerpos que atacan
el revestimiento del estómago, provocando su adelgazamiento y la pérdida de
muchas o de todas las células productoras de ácido y enzimas. Este trastorno
afecta a personas de edad avanzada y a quienes se les ha eliminado, mediante
cirugía, una parte del estómago. Puede causar anemia, porque impide que el
cuerpo reciba la vitamina B12 presente en alimentos.
DIAGNÓSTICO
Para el diagnóstico de gastritis no existe una buena correlación de las
manifestaciones clínicas, los hallazgos endoscópicos e histológicos, ya que es
posible encontrar en ocasiones severas gastritis en individuos asintomáticos o
mucosas gástricas normales en pacientes con síntomas acentuados atribuibles
a gastritis.
- Manifestaciones clínicas: Las gastritis pueden ser totalmente asintomáticas y
en caso de existir síntomas estos no son propios, sino atribuibles a ella, como es
la presencia de ardor, dolorabilidad o molestias postprandiales en epigastrio,
llenura precoz, vinagreras, nausea, distensión abdominal, síntomas que también
pueden estar presentes en dispepsia no ulcerosa, úlceras o neoplasias gástricas
o duodenales y aún en el colon irritable. Además, pueden manifestarse con
hemorragias crónicas o agudas que podrían llegar a ser masivas con
hematemesis y melena.
- Hallazgos endoscópicos: Los signos endoscópicos asociados a esta entidad
incluyen edema, eritema, mucosa hemorrágica, punteados hemorrágicos,
friabilidad, exudados, erosiones, nodularidad, pliegues hiperplásicos, presencia
de signos de atrofia de la mucosa dada por visualización de vasos submucosos
con aplanamiento o pérdida de los pliegues acompañados o no de placas
blanquecinas que corresponden a áreas de metaplasma intestinal. Estos signos
endoscópicos pueden localizarse topográficamente a nivel del antro, cuerpo o en
todo el estómago, denominándose gastritis antrales, gastritis corporal o
pangastritis respectivamente.
- Hallazgos histológicos: No se debe abusar del diagnóstico de gastritis, por lo
que se requiere realizar la biopsia para confirmación histológica, establecer la
presencia o ausencia de Helicobacter pylori o de otras formas de gastritis
específicas.
- Exámenes de laboratorio: Las pruebas de laboratorio pueden usarse para
determinar algunas causas de gastritis, como en el caso del Helicobacter pylori
a través de métodos invasivos como la endoscopía y biopsias para el estudio
histológico, realizar la técnica de la ureasa rápida, el cultivo y o el empleo de
métodos no invasivos como la serológica para Ig G, la detección de antígeno en
las deposición, y la prueba del aliento del C13 o C14 espirado con sensibilidades
/ especificidades de o más de 90/90 % a excepción de la serológica 80/90% y el
cultivo 50/100%. También se incluyen pruebas serológicas para anticuerpos
contra Citomegalovirus, Herpes, Sífilis, anticuerpos contra células parietales
gástricas, factor intrínseco y de la bomba de protones productora de ácido.
GASTRITIS Y GASTROPATÍAS
Se pueden hacer, en casos especiales, estudios microbiológicos de las biopsias
en busca de agentes etiológicos infecciosos. En algunos casos el examen de
heces puede aclarar la etiología como en el caso de strongyloidiasis. Ante la
sospecha de Síndrome de Zollinger Ellison, el dosaje de gastrina puede definir
el diagnóstico.
TRATAMIENTO
Medidas terapéuticas generales
Ante la presunción clínica de gastritis y mientras se lleve a cabo la endoscopia y
confirmación histológica se indican medidas terapéuticas que alivien los
síntomas del paciente, prescribiéndose una dieta sin sustancias irritantes (café,
tabaco, alcohol, ají ) así como también drogas que contrarresten la agresión de
la barrera gástrica indicando ya sea antiácidos orales, citoprotectores de la
mucosa gástrica (sucralfato, bismuto, misoprostol), antagonistas de receptores
H2, Inhibidores de la bomba de protones, a los que se puede añadir
gastrocinéticos (metoclopramida, domperidona, cisaprida, mosaprida,
cinitaprida) si existe evidencias de trastornos de motilidad gastroesofágica o
gastroduodenal.
Medidas de tratamiento específico
Gastritis por AINES: Los síntomas pueden mejorar con el retiro, reducción o la
administración de la medicación con alimentos, en aquellos pacientes en quienes
persisten los síntomas se les debe someter a endoscopía diagnostica y estudio
histológico para confirmar la etiología por AINES y en base a ello ser tratados
sintomáticamente con el uso de sucralfato 1 gr. 4 veces por día, antes de los
alimentos y al acostarse, misoprostol un análogo de prostaglandina 200 mg 4
veces por día y/o antagonistas de receptores H2 (ranitidina 150 mg 2 veces por
día) o inhibidores de la bomba de protones en una dosis diaria (omeprazol 20
mg, rabeprazol 20 mg, pantoprazol 40 mg o lansoprazol 30 mg, esomeprazol 40
mg).
Gastritis alcohólica: Se prescriben antagonistas de receptores H2 o sucralfato
por 2 a 4 semanas.
Gastritis por Estrés: Existe la profilaxis farmacológica para su prevención, con
el uso endovenoso de antagonistas de receptores H2 o inhibidores de la bomba
de protones o sucralfato por vía oral, evidenciándose una franca reducción de la
incidencia de sangrado digestivo hasta de un 50%. En la gastropatía por
hipertensión portal: Está indicado el uso de propanolol o nadolol que reducen la
incidencia de sangrado agudo recurrente por reducción de la hipertensión portal.
En pacientes en quienes falla la terapia con propanolol se puede tener éxito
usando procedimientos de descompresión portal.
En la gastritis asociada a Helicobacter pylori: El tratamiento está dirigido a su
erradicación, promoviendo la curación con disminución notoria en la recurrencia.
Ulcera péptica
Se define como la ulceración circunscrita de la mucosa que penetra en la
muscularis mucosa y afecta al área expuesta al ácido y a la pepsina. Aparecen
la mayoría de las veces en los primeros centímetros del duodeno, en lo que se
conoce como bulbo duodenal (úlceras duodenales). También son frecuentes a
lo largo de la curvatura menor del estómago (úlceras gástricas). Con menor
frecuencia, las úlceras se localizan en el canal pilórico (úlceras pilóricas), en el
duodeno inmediatamente después del bulbo (úlceras posbulbares) o en un
divertículo de Meckel que contenga islotes de mucosa gástrica secretora.
Después de una gastroyeyunostomia, con gastrectomía parcial o sin ella, pueden
aparecer úlceras en el estómago en el borde de la anastomosis (úlcera marginal
o de boca anastomótica) o en el yeyuno inmediatamente después de la
anastomosis (úlceras yeyunales). También puede haber úlceras en el extremo
distal del esófago.
Las úlceras suelen ser redondas u ovaladas, con bordes bien delimitados. La
mucosa circundante está a menudo hiperémica y edematosa. Las úlceras
penetran en la capa submucosa o muscular. En general, una fina capa de
exudado gris o blanco cubre la base del cráter, que está formada por capas de
tejido fibroso, de granulación y fibrinoide. Durante la cicatrización, el tejido fibroso
de la base contrae la úlcera y puede distorsionar los tejidos circundantes. El
tejido de granulación llena la base y, en el proceso de cicatrización, el epitelio
originado en los bordes cubre su superficie.
Las úlceras duodenales son casi siempre benignas, mientras que una úlcera
gástrica puede ser maligna. La degeneración maligna de una úlcera gástrica
benigna es un hecho raro. Sin embargo, a veces una úlcera gástrica maligna se
interpreta erróneamente como benigna e, incluso, aunque raras veces, parece
cicatrizar con el tratamiento.
La úlcera péptica se considera el resultado de un desequilibrio entre los factores
agresivos y los factores defensivos de la mucosa gastroduodenal. Esta
disfunción del mecanismo defensivo puede producir distintos grados de lesión.
Así, se habla de gastritis cuando existe simplemente irritación e inflamación, de
erosión cuando existe pérdida de sustancia que afecta sólo a la capa mucosa,
de ulceración si se extiende hasta la submucosa, y de úlcera propiamente dicha
si se afecta la Muscularis mucosae.
Diagnóstico
La técnica que se utilizaba y todavía se usa en algunos centros para el
diagnóstico de la úlcera péptica es la papilla baritada. Sin embargo, tiene muchas
limitaciones y en grandes series hay un 40% de falsos negativos. Por ello, hoy
día se aconseja la endoscopia digestiva en el diagnóstico diferencial de los
problemas dispépticos, siendo absolutamente imprescindible en las úlceras
gástricas, ya que entre un 5 y un 10% de éstas son malignas a pesar de la
apariencia benigna en la radiología. La endoscopia permite tener biopsias no
sólo para estudios anatomopatológicos, sino incluso para microbiológicos. Tiene
menos del 5% de falsos negativos y en contra de lo que se supone es bien
tolerada. En un pequeño grupo de enfermos estaría indicada la determinación
de gastrina basal.
También la endoscopia sirve para definir si la enfermedad está en actividad, y
aunque en muchas ocasiones es suficiente la clínica, no hay una correlación
perfecta.
Los datos analíticos tienen escasa validez, siendo por lo general normal. La
determinación de hematocrito y hemoglobina nos sirve para detectar un
sangrado. Un control analítico general nos puede ayudar al diagnóstico
diferencial con otras enfermedades. En los casos de úlcera refractaria, de
localización posvelar o en todos aquellos que se sospeche un síndrome de
Zollinger-Ellison se debe enviar al paciente a un centro hospitalario para valorarlo
y determinar gastrina sérica. Si el resultado es dudoso, hay que realizar un test
de estimulación con secretina. La asociación de litiasis renal y úlcera péptica
obliga a pedir calcio sérico para descartar un hiperparatiroidismo.
Debido a la inespecificidad de los síntomas, se debe hacer un diagnóstico
objetivo de la enfermedad. Tanto la endoscopia como la radiología son capaces
de demostrar la presencia de lesiones típicas, pero la radiología tiene un 40% de
falsos negativos. Por ello, en este momento es recomendable realizar de entrada
la endoscopia, ya que además de tener una sensibilidad cercana al 100%, valora
la actividad de la lesión la existencia de enfermedades asociadas, permite el
diagnóstico diferencial con otras lesiones, como la enfermedad de Crohn o el
cáncer, y permite tomar biopsias para estudios microscópicos y microbiológicos.