La Tiranía Del Gran ISA - Ensayo

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La tiranía del gran “ISA”

Introducción
Parece obvio decir que conforme pasa el tiempo, la sociedad va cambiando y se va
modificando para adaptarse a sus propias exigencias, pero ¿qué implican estos
cambios y transformaciones? En una sociedad, el cambio no puede darse de
manera aislada en el individuo, se va dando paulatinamente en cada uno de sus
miembros, lo cual implica un cambio en su lógica y funcionamiento.

Para sentirse plenos y formar parte activa de la sociedad, los individuos buscan
sentirse bien consigo mismos, lo cual puede hacerse de varias formas. Durante un
tiempo, una de las formas que predominó para encontrar “la plenitud” o “la felicidad”
por llamarlas de algún modo fue recurrir a la creencia de un Dios, llámese razón,
ser supremo o cualquier otra cosa en la que se haya podido creer que cumple la
función de ayudarle al sujeto a sentirse mejor consigo mismo, una especie de
“conciencia colectiva”, la cual ha ido cambiando a la par del tiempo y la sociedad,
hasta llegar a lo que hoy en día Guy Bajoit (2009) llama “La tiranía del gran ISA”
(Individuo-sujeto-actor).

La voz de esta conciencia se ha venido modificando al paso de los años gracias a


los cambios tecnológicos, económicos, políticos, sociales y culturales, poniendo al
individuo- sujeto – actor al centro de todos los ámbitos de la vida social, siendo este
el responsable de hacer valer sus derechos/deberes.

Esta “tiranía” tiene tintes un tanto irónicos, ya que controla el funcionamiento de la


sociedad pero al mismo tiempo invita a los sujetos a liberarse de ella, imponiendo
ideales de libertad individual, por ejemplo: “sé tú mismo” o “vive tu propia vida”, lo
cual implica que uno mismo debe dar sentido, orientación y significado a su
existencia, pero siempre dentro de ciertos preceptos sociales.

Ser parte de una sociedad y al mismo tiempo liberarse de ella para ser pleno y feliz
¿es posible? Esa es la cuestión que en muchas ocasiones puede llegar a generar

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tensiones psicológicas en un individuo, afectando su identidad personal de muchas
maneras.

Desarrollo
Para poder comprender la tiranía del gran ISA, es necesaria una aproximación
teórica sobre como un sujeto que forma parte de una sociedad en constante
movimiento forma su identidad.

Para comenzar hay que recordar que la identidad según Giddens (1997) “es el yo
entendido reflexivamente por la persona en función de su biografía… supone
continuidad en el tiempo y el espacio: pero la identidad del yo, es esa continuidad
interpretada reflejamente por el agente". Esto supone que la identidad no es un
constructo individual ni aislado, sino que se construye en la relación del sujeto con
su entorno y con los otros y que se va construyendo de manera permanente.

La identidad se refleja en lo que está siendo el sujeto, es decir, el resultado de lo


que ha sido y de lo que desea ser. Este proceso es vivenciado por el sujeto en tanto
actor de una situación social determinada, por eso Bajoit (2009) habla de una
identidad compuesta de diferentes esferas, todas relacionadas con el individuo y las
expectativas que tiene de sí mismo y que cree que la sociedad tiene de él.

Esferas de identidad
ID: identidad deseada
Se refiere a todo aquello que el individuo “siente” en sí mismo como deseos de ser
o de hacer, todo lo que lo “impulsa” hacia sus preferencias, sus gustos y sus
inclinaciones. Tales deseos son insaciables, puesto que se renuevan
constantemente mediante la práctica de las relaciones sociales; ellos incitan al
individuo a buscar sin límite alguno cierta cantidad y calidad de “objetos de
satisfacción” valorizados por la cultura vigente (por los modelos culturales, las
ideologías, las utopías) en un lugar y tiempo determinados, sean o no legítimos,
según las posiciones sociales que le corresponden.

Por ejemplo: Un estudiante de preparatoria con un nivel socioeconómico medio-


bajo, desea tener el último modelo del teléfono inteligente de moda con un valor
aproximado de 15 mil pesos a pesar de que ni sus padres ni él pueden costearlo.

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IA: identidad asignada
Ella contiene todo lo que el individuo percibe como las expectativas de los demás
con respecto a sí mismo (otras personalidades, sus padres, su cónyuge, sus hijos,
sus amigos… y / o instituciones (la escuela, el mercado de trabajo, el Estado…); es
lo que él cree que su medio social espera de él, y que ha interiorizado en su
conciencia moral. Esta identidad le indica, en consecuencia, las cantidades y las
calidades de los “objetos de satisfacción” a los cuales la cultura le reconoce derecho
de acceso, dadas sus posiciones sociales; simultáneamente le impone los límites
que los demás asignan a su satisfacción legítima.

Por ejemplo, el joven mencionado anteriormente platica poco con sus compañeros
de clase, presta atención a todas las clases a pesar de que algunas le parecen
aburridas y es responsable con sus tareas, su madre siempre le ha dicho que debe
ser bueno en la escuela para que termine sus estudios y no sea una persona
mediocre como su padre, es decir, el joven actúa así puesto que sabe que su madre
tiene altas expectativas de él.

IC: identidad comprometida


Ésta se compone de los compromisos (conscientes o no) que el individuo —
apoyándose sobre lo que en el pasado ha sido y ha hecho, así como también sobre
lo que en el presente es y hace— asume con respecto a sí mismo, a propósito de
lo que, en el futuro, quiere ser y hacer; es la imagen que se forma de sí mismo, en
el tiempo, cuando dice “yo soy…”; es lo que cree deber ser y hacer para ser
coherente consigo mismo, para salvaguardar su integridad identitaria, para asumir
lo que es y lo que hace; es su manera personal de conciliar sus necesidades
frecuentemente incompatibles entre sí, de satisfacer más o menos a todas ellas, a
pesar de sus contradicciones y de los límites que les son impuestos.

En esta ocasión imaginemos que el joven pertenece a un grupo de amigos que


constantemente sale de fiesta y consumen mucho alcohol, él asiste a todas las
fiestas, pero no se comporta de la misma manera que los demás porque sabe que
eso no sería congruente con su personalidad ni con sus ideales de éxito.

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Para Bajoit estas tres esferas (Deseos interiorizados ID, expectativas de los otros
IA y compromisos con respecto a sí mismo IC) son lo que estructura, la identidad
de cada persona, la cual como se había mencionado anteriormente, se construye
con base en los demás.

Zonas identitarias
Todo individuo tiene sus tres esferas identitarias, estas se encuentran a su alrededor
y se combinan entre sí, dando origen a las zonas identitarias, las cuales se muestran
y describen a continuación:

Zonas identitarias (Bajoit, 2009)

Z1: núcleo central de la identidad, donde coinciden las identidades asignada,


deseada y comprometida; el lugar de la identidad donde el individuo siente que
disfruta, a la vez, de la realización de sus deseos (ID) y de la aprobación de los
demás (IA), y que puede, por consiguiente, estar satisfecho de lo que es y hace (IC).
Es un lugar de reposo, de paz y de integración.

Z2: zona de realización desviante, donde el individuo es (o actúa) para obedecer a


sus deseos, pero contra las expectativas de los demás: lo que es (o hace) lo es (o
lo hace) para sí mismo.

Z3: zona de la sumisión obligada, donde el individuo es (o actúa) para responder a


las expectativas de los demás pero en contra de sus deseos: lo que es (o hace), lo
es (o lo hace) en vista de los otros.

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Z4: zona de autodestrucción personal, donde el individuo es (o actúa) a la vez contra
sus deseos y contra las expectativas de los demás, lo que es (o hace), lo es (o lo
hace) contra sí mismo y contra los otros.

Estas cuatro zonas forman parte de la identidad comprometida: ellas contienen lo


que el individuo es o hace. Por el contrario, las tres siguientes contienen lo que él
no es o deja de hacer.

Z5: zona de insumisión, en la que el individuo renuncia a ser (o a hacer), a pesar de


las expectativas de los otros, porque esto no responde a sus deseos: él no quiere.

Z6: zona de la represión, donde el individuo, consciente o inconscientemente,


renuncia a ser (o a hacer), a pesar de sus deseos, porque los demás se lo prohíben:
él no puede (no tiene el derecho).

Z7: zona de inhibición, en la que el individuo renuncia a ser (o a hacer), aunque ello
respondería a sus deseos, y si bien los demás no se lo prohíben o incluso esperarían
que fuera de determinada manera (o actuara), él no sabe hacerlo, (no tiene la
capacidad o los medios).

Entre las diferentes zonas de identidad pueden llegar a generarse tensiones que
aplastan el núcleo identitario de la persona a causa del agrandamiento de las zonas
periféricas, lo cual genera en el individuo sufrimiento y tristeza (malestar psicológico)

El no poder equilibrar las zonas identitarias da como resultado lo que Bajoit (2009)
llama “Tensiones identitarias”

Existen varios tipos de tensión identitaria, las cuales se mencionan a continuación,


pero se describen más adelante:

 Tensión de marginalización
 Tensión de conformismo
 Tensión de anomia

Ya que hemos hablado de las tensiones que se producen entre las zonas
identitarias, ha llegado el momento de conocer los mandamientos del gran ISA, cuyo

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incumplimiento es una de las principales causas del malestar psíquico de los
individuos que conforman la sociedad.

Los mandamientos del gran ISA (Tablas de la ley)


Como individuos que formamos parte de una sociedad, todos tenemos la necesidad
de construir nuestra propia identidad con base en las esferas antes mencionadas,
es decir, construimos nuestra identidad a partir de lo que pensamos y sentimos
sobre nosotros mismos y de cómo creemos que nos perciben los demás y las
expectativas que tienen de nosotros, sin embargo el gran ISA dice que a pesar de
eso debemos ser libres, no guiarnos por lo que dicen y piensan los demás, ¿no es
eso una gran contradicción?

Una de las artimañas del gran ISA es hacer que las obligaciones que tenemos como
parte de la sociedad que conformamos, sean entendidas como derechos, por
ejemplo:

El derecho-deber de autorrealización personal.


Este derecho-deber tiene que ver con el desarrollo pleno del sujeto, con la búsqueda
de su felicidad y la realización de actividades que le gustan y disfruta. Por otra parte
repele aquellas que no le causan satisfacción, que no se relacionan con sus deseos
inmediatos o que al momento de ser realizadas no parecen tener sentido.

El individuo busca sentir pasión por las cosas que hace para estar motivado al
momento de llevarlas a cabo.

El derecho-deber de elegir libremente


Las personas buscamos tomar nuestras propias decisiones y a elegir todo en
nuestra vida, es decir, buscamos la libertad, pero como parte de una sociedad,
comprendemos que ésta se acaba cuando empieza la libertad del otro, todos
sabemos que tenemos libertad y que debemos respetar la de los demás, sin
embargo, no nos gusta que ese respeto y las normas o acuerdos que lo rigen sean
impuestos, nos gusta poder ser partícipes de ellos y no solo conocerlos, sino
comprenderlos, elaborarlos, aplicarlos y cambiarlos si lo consideramos necesario.

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El derecho-deber del placer
En la actualidad, los sujetos buscamos lo fácil, buscamos ser felices a toda costa y
por ende huimos del sufrimiento, no estamos dispuestos a hacer sacrificios. Sin
embargo esto no quiere decir que seamos egoístas, ya que podemos desear el
placer que queremos para nosotros mismos, a otros sujetos.

El derecho-deber de seguridad
Cada quien desea protegerse de los numerosos riesgos que lo acechan:
desempleo, inseguridad en las ciudades, corrupción, enfermedades, la muerte, etc.
Lo cual nos indica que las elecciones parecen ser peligrosas y más vale retardarlas,
prepararse por mucho tiempo antes de hacerlas y asegurarse de la utilidad de lo
que se aprende.

Tensiones identitarias
La incapacidad de los individuos para hacer valer estos derechos-deberes, pueden
orillarlos nuevamente al malestar psíquico, al sufrimiento, a lo que anteriormente
llamamos tensiones (Bajoit 2009)

De marginalización: Pensamos que decidir por uno mismo un proyecto original de


autorrealización personal constituye un deber. En consecuencia, todos los que no
saben lo que quieren, los que no encuentran nada interesante para ser o hacer, los
que han explorado sin éxito varios caminos sin lograr convencerse, se sienten más
o menos marginales, pero cualquier error en la ruta que han escogido puede tener
por efecto su marginalización efectiva.

De conformismo: Hace referencia principalmente al sometimiento a los demás y a


la represión de los deseos propios.

De anomía: Esta tensión hace referencia a la incapacidad de administrar la tensión


entre los “apetitos” sobrevalorados de la identidad deseada y las modalidades y
objetos de su satisfacción siempre limitados, insuficientes e incluso inaccesibles que
la vida social les asigna. La incapacidad de construir su identidad comprometida
manejando esta tensión engendra en muchos una especie de parálisis psíquica que
se vuelve contra ellos mismos. Sienten una angustia existencial más o menos fuerte,
un sentimiento de incompetencia, de vacío, de vértigo y de absurdidad que se

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traducen, por una parte, por una inhibición de la acción y por otro lado desembocan
a veces en conductas de autodestrucción.

Cabe mencionar que estos mandamientos y tensiones afectan a toda la sociedad


ya que impactan en varios aspectos de la vida cotidiana como la familia, la escuela,
el trabajo y sobre todo los medios de comunicación, que son los encargados de
difundirlos.

Conclusiones
Nos guste o no, estemos o no conscientes de ello, todos formamos parte de una
sociedad y es a partir de ella que logramos obtener insumos para construir nuestra
identidad individual y colectiva, de la misma manera los mandamientos del “gran
ISA” están presentes y no hay forma de evitarlos, quizá el ser libre, ser uno mismo,
ser feliz, tomar las propias decisiones y tener seguridad son derechos-deberes que
tocan en algún punto la vida de cualquier persona, sin embargo, entre más
avanzada sea la edad del individuo, menos posibilidades tiene de logra cumplir los
mandamientos, lo cual deja a los jóvenes en el primer lugar en cuanto a víctimas-
beneficiarios de ”la tiranía del gran ISA”

Otro factor que deja a los jóvenes más expuestos al juicio del “gran ISA” es el uso
constante de diversos medios de comunicación, principalmente de redes sociales
donde es posible compartir con el resto del mundo cualquier cosa, es una manera
de tener enterado al “gran ISA” de todo lo que se hace, de que tanto están o no
logrando cumplir con sus mandamientos y que tanto las tensiones afectan su vida.

El uso de redes sociales, desde mi punto de vista, da a sus usuarios (jóvenes o


adultos) la posibilidad de mostrar lo que quieren, de aparentar que son libres, que
toman sus propias decisiones o que son felices aunque quizá no sea así, lo cual
puede llegar a causar una tensión mucho peor al momento de enfrentarse a la
realidad. Además, al tener la posibilidad de ver como otras personas viven su vida
(o como dicen vivirla) se genera más presión sobre el individuo y eso podría orillarlo
a tener menos posibilidades de ejercer sus derechos-deberes.

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Otro asunto importante es la contradicción de los mandamientos del “gran ISA”, por
un lado se dice que hay que ser libre, tomar las propias decisiones y buscar la pasión
y la felicidad en lo que se hace, encontrando en ello placer y evitando el sufrimiento,
pero es totalmente utópico, no se puede cumplir con todo al mismo tiempo. A veces
tener la libertad de tomar una decisión puede conducir a un error y eso causa
sufrimiento y aleja la felicidad, generando tensiones que podrían hacer que el
individuo en su intento de ser feliz termine siendo marginado o simplemente por
miedo a volver a fracasar deje que alguien más tome sus decisiones y se vuelva
conformista.

Bibliografía

1. Bajoit, G. (2009). “La tiranía del «Gran ISA»”. Revista de Cultura y Representaciones
Sociales. Instituto de Investigaciones Sociales, UNAM. Año 3, número 6, 1 de marzo
de 2009, pp. 9-24
2. Giddens, A (1997). Modernidad e identidad del yo. El yo y la sociedad en
la época contemporánea. Barcelona, España: Ediciones Península.

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