Etica Spinoza
Etica Spinoza
Etica Spinoza
1. La primera sección de esta obra fundamenta dicha visión del universo del cual, una de
sus partes es el ser humano. La naturaleza, fuerza o Dios («el nombre poco importa para el
tema» -comenta el filósofo) que contiene las leyes de armonía universal es la sustancia
infinita, necesaria y causa de sí a la que pertenecen incontables atributos y modos (seres
particulares) en los que se manifiesta. Para Spinoza, el Dios o ser sustancial al que
pertenecen y del cual parten todas las cosas está presente en todas ellas por lo que cada una
es, al mismo tiempo, estados diversos de la misma sustancia. Dios no es para Spinoza solo
«espíritu» ya que si uno de sus modos principales de manifestarse es la extensión -la
corporeidad- también participa de ella en forma activa. Con ello Spinoza desaparece la
oposición clásica entre espíritu y cuerpo: la materia es una constante de la existencia, es la
realización concreta de los principios metafísicos. Ambas realidades no se excluyen, se
complementan.Como sustancia trascendente, Dios no es el creador del mundo. El mundo es
una realidad inmanente en él. Dios es por tanto parte de todos los seres de este universo y a
la inversa, o dicho de otra forma, Dios está y ES todas las cosas. Desde esta perspectiva
Spinoza establece una unidad radical entre elementos que la tradición filosófica separaba
pues su consecuencia inmediata es la negación de un Dios personal y creador. Cada ser
humano es una manifestación de lo divino. Para establecer contacto con su origen debe
establecer contacto consigo mismo. Panteísmo místico donde ser y
pensar, episteme y ontos se igualan e implican necesariamente. El único conocimiento
posible en tal mundo consiste entonces en reconocer la dependencia de lo particular hacia
una esencia eterna e invariable. Conocer es pues, deducir por medio de la causa última el
armazón armónico que rige las cosas en que es capaz de manifestarse: Todas.
Ahora bien, la ligazón de orden geométrico que envuelve todos los seres coloca a Dios a la
cabeza de la ascendencia causal, sin embargo, Spinoza no lo comprende como un «primer
motor» (Aristóteles). La naturaleza producto (natura naturata) de la fuerza inmanente a
todo lo que existe (natura naturans) no tiene finalidad, meta ni voluntad.
Las causas finales son fantasía para Spinoza. Dios como ser libre que crea el mundo por
propia voluntad, no existe. La causa del movimiento y el reposo al estilo clásico de
Aristóteles, desaparece.El resultado: Dios no puede prevenir ni conocer las cosas futuras.
Las comprende al momento de crearlas, obedeciendo su propio impulso y necesidad pues
«su esencia no es otra cosa que la existencia».