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Normativa aplicable al agua de lluvia

Mª Dolores López Gómez


[email protected]

Resumen

Cualquier proyecto, de cooperación o no, que tenga por objetivo suministrar agua de lluvia
para su consumo en un país en desarrollo, deberá respetar los parámetros mundiales de
calidad, microbiológicos, químicos, etc., establecidos por la OMS y los que, en el caso de que
existan, exija la legislación del país en el que se opera. La normativa aplicable al agua de lluvia
va a considerar, sin excepción, y cualquiera que sea su ámbito de aplicación (mundial; europeo
o español) al agua de lluvia como una fuente de agua relativamente libre de impurezas, que
puede ser calificada como agua potable con muy bajo riesgo para la salud, con la simple
aplicación de buenas prácticas en su captación y manipulación. Las buenas prácticas se
constituyen en la piedra angular de todo el sistema normativo para garantizar que se pueda
suministrar agua de lluvia potable, con parámetros microbiológicos válidos para su consumo sin
riesgo para la salud. Tener claridad en los aspectos que han de monitorearse para determinar la
calidad y seguridad microbiológica del agua de lluvia puede suponer un importante ahorro en
tiempo y dinero.

Palabras claves: recogida de agua de lluvia, normativa de agua de lluvia, cooperación al


desarrollo, buenas prácticas en sistemas de recogida de agua.

Abstract

Any project, cooperation or not, that aims to provide rain water to use in a developing
country, must respect the world quality parameters, microbiological, chemical, etc., established
by OMS and those specific parameters under the legislation of the country in which it operates.
Rain water related legislation will be considered, without exception, and every field of
application (world, European or Spanish) to rain water as a source of water relatively free of
impurities, which can be described as drinking water with very low risk to health, with the
simple application of good practices in its acquisition and manipulation. Good practices
constitute the most important point of the entire regulatory system to ensure that it can
provide drinking rainwater, with microbiological parameters valid for consumption without risk
to the health. It is very important to have clarity on aspects that have to be monitored to
determine the quality and microbiological safety of rain as they can mean significant savings in
time and money.

Key words: collecting rain water, regulation of rainwater, development cooperation, good
practices in water systems.

DisTecD. Diseño y Tecnología para el Desarrollo


2017, 4, desde pág. 6 - hasta pág. 12
ISSN: 2386 - 8546

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1. Introducción

El cambio climático es ya una realidad. La disponibilidad de recursos hídricos está siendo y


será cada vez menor, lo que se traducirá en una verdadera lucha por el agua a nivel global;
calificada ya como el mayor conflicto geopolítico del siglo XXI. En ese contexto, el agua de lluvia
puede jugar un rol decisivo como fuente de aprovisionamiento de agua para consumo humano y
productivo (ganadería menor y pequeños huertos) en muchas zonas del planeta. Sin embargo,
de nada sirve establecer sistemas más o menos sofisticados para captar agua de lluvia, si luego
incurrimos en malas prácticas y con ellas en riesgo de contaminación del agua. Es por ello, que
resulta imprescindible conocer cuál es la normativa básica que regula, entre otros parámetros,
las condiciones de calidad y microbiología del agua de lluvia; conocimiento que será esencial
tanto en proyectos implementados en países en desarrollo que tengan como objetivo llevar agua
de lluvia a poblaciones para su consumo; como en aquéllos otros que se ocupen
fundamentalmente del diseño de sistemas de recogida, almacenamiento y distribución de este
tipo de aguas.

Se ha de recordar que cualquier proyecto, de cooperación o no, que pretenda el suministro


de agua de lluvia para su consumo, tiene que cumplir con los parámetros establecidos por la
Organización Mundial de la Salud (OMS), además de los que, en el caso de existir, exija la
legislación del país en el que desarrolla el proyecto. Así pues, este informe analiza
principalmente la normativa que emana de la OMS [1], debido a que la legislación europea y
española sólo es exigible en los países que integran la UE y en España, para determinar qué
parámetros son exigibles a este tipo de aguas. Sin embargo, resulta interesante constatar
también el grado de coherencia existente entre lo dispuesto en la normativa de la OMS, y otros
textos legales que regulan igualmente a nivel de la Unión Europea y español, los estándares y
buenas prácticas relacionados con la calidad del agua de lluvia. Para concluir, hemos
considerado oportuno ir más allá del puro estudio teórico legislativo, incluir un ejemplo práctico
de cómo una ONG especializada aplica la normativa referida al agua de lluvia.

2. Legislación a nivel mundial. Organización Mundial de la Salud (OMS)

Con carácter general, las Guías de la OMS se utilizan en los países de todo el mundo, tanto
desarrollados como en vía de desarrollo, como base orientativa para la elaboración de
reglamentos y normas dirigidos a garantizar la inocuidad de los productos regulados en cada una
de esas guías. En julio de 2011, la OMS adoptó la ”Guidelines for drinking-water Quality. Fourth
Edition. World Health Organization” [2], que sienta a nivel mundial las bases (mínimo común
denominador) para el establecimiento de legislaciones y estándares nacionales de seguridad
hídrica, aunque se establecieron esos estándares por primera vez en 1976 [3].. Una nota esencial,
es que la Guía se refiere al agua de lluvia separadamente de los sistemas tradicionales de
suministro y gestión de aguas. La recogida del agua de lluvia está regulada específicamente en el
punto 6.2 da Guía: ”Application of the guidelines in specific circunstances”, donde se reconoce
que la recogida de agua de lluvia es un sistema que se practica ampliamente a nivel de hogares,
aunque cada vez se contempla utilización a escala comunitaria.

La Guía parte de una doble afirmación de carácter fundamental. La primera, el agua de lluvia
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puede proporcionar una fuente importante de agua potable; la segunda, está inicialmente
relativamente libre de impurezas. Esas aseveraciones explican que la Guía desestime, porque “no
es práctico”, la posibilidad de desarrollar Planes de Seguridad en el Agua (PSA) a nivel de los
hogares, apostando por promover buenas prácticas cuyo cumplimiento permita ofrecer “agua
potable con muy bajo riesgo para la salud”. Entre las buenas prácticas se encuentra contar con
sistemas bien diseñados de recogida/recolección de agua de lluvia, cuencas limpias, cisternas y
tanques de almacenamiento cubiertos, y un tratamiento adecuado respaldado por una buena
higiene en el punto de uso; todo lo cual permitirán ofrecer agua potable con muy bajo riesgo para
la salud.

La Guía ofrece además, algunos ejemplos de cómo puede producirse el deterioro de la


calidad del agua de lluvia durante la recogida, almacenamiento y el uso doméstico del agua, por
estar en contacto con suciedad, hojas, excrementos fecales de aves y otros animales, insectos o
basura en las zonas de captación, techos y cisternas; o por contaminación del agua por contacto
con partículas de la atmósfera, como sería el caso del hollín por quema de materiales.

Delimitadas las formas en que puede deteriorarse la calidad del agua de lluvia, la Guía
propone la realización de limpiezas regulares de las áreas de captación y canalones para
minimizar la acumulación de basura, señalando también la necesidad de colocar mallas de
alambre o filtros de entrada sobre la parte superior de las tuberías para evitar que las hojas y
otros desechos entren en los recipientes de almacenamiento y puedan atascarlos. Además de
ello, la Guía establece especificaciones sobre los materiales que pueden utilizarse en la captación
y tanques de almacenamiento, que deben estar aprobados para uso en contacto con agua
potable y no deben lixiviar contaminantes o causar sabor, olor o decoloración. Las formas deben
diseñarse para evitar la contaminación fecal e impedir que los tanques de almacenamiento
puedan servir de criaderos para los mosquitos, y para evitar que la luz solar promueva el
crecimiento de algas.

La sección 7.3.2 y 8.4.4 de la Guía detallan específicamente para el agua de lluvia,


tecnologías de tratamiento (microbiológico y químico respectivamente) entre las que se
encuentran la desinfección solar del agua, la utilización de membranas, de filtros de cerámica, la
coagulación, precipitación y/o sedimentación, y la cloración en el punto de uso. El monitoreo
microbiológico afecta, entre otros, a la Escherichia Coli (E. Coli) o, alternativamente, a coliformes
termotolerantes, sin que para ambos, precisa la Guía ”deban de detectarse en muestras de 100
ml”.

Documentación de la Organización Panamericana de la Salud (OPS)

Entre otros documentos de interés, ha publicado dos de especial interés:


a. “Guía de diseño para la captación de agua de lluvia” [4]: especialmente importante al
reconocer explícitamente entre las ventajas [1] que ofrece la captación de agua de lluvia
para consumo humano, su “alta calidad físico química”. El agua de lluvia es ideal para
comunidades dispersas y alejadas ya que emplea mano de obra y/o materiales locales,
no requiere energía para la operación del sistema, es fácil de mantener, y supone
comodidad y ahorro de tiempo en la recogida del agua. Al igual que la Guía de la OMS, la
Guía de la OPS propone un sistema de buenas prácticas para garantizar la calidad del
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agua, haciendo especial énfasis en las condiciones de su almacenamiento. El dispositivo
de almacenamiento debe ser impermeable, de no más de 2 m de altura, con tapa para
impedir el ingreso de polvo, insectos y luz solar, escotilla con tapa sanitaria
suficientemente grande para su limpieza; entrada y rebose, ha de contar con mallas para
evitar el ingreso de insectos y animales y dotados de dispositivos para el retiro del agua y
del drenaje. Respecto del tratamiento, indica que es necesario que el agua destinada al
consumo directo de las personas sea tratada antes de su ingesta, de forma que puedan
removerse las partículas que no fueron retenidas por el dispositivo de intercepción de las
primeras aguas, señalando también que el acondicionamiento bacteriológico se efectúa
“por medio de filtros de mesa de arena seguida de la desinfección con cloro”. Sin
embargo no señala para que tipo de microorganismos puede ser aplicable.
b. “Sistema de captación y filtrado del agua de lluvia” [5]: de lectura obligada por su alta
calidad, el documento aborda extensamente y de manera muy didáctica, buenas
prácticas para la captación, filtrado y almacenamiento del agua de lluvia. Importante
reseñar que sólo recomienda el tratamiento de desinfección con cloro “cuando utilice el
agua de fuentes superficiales para alimentar el sistema de captación y filtración”. En esos
casos, propone utilizar “desinfectante líquido comercial sin aroma (concentración de
5,25%) en proporción de 5 gotas de líquido por cada galón (de 5 litros) de agua para
consumo humano, mezclar y dejar reposar por 30 minutos antes de utilizarse”. La Guía
sólo precisa que el agua para consumo humano, debe de estar libre de “sustancias
químicas, impurezas y de microorganismos patógenos que puedan causar problemas a la
salud de las personas”.

3. Legislación a nivel de la Unión Europea (UE)

La Directiva 98/83/CE relativa a la calidad de las aguas destinadas al consumo humano: en


ella se deja de utilizar el término “potable”, como sí lo hacía en directivas precedentes, para
referirse a las aguas destinadas al consumo humano. Incorporada en derecho español mediante
el Real Decreto 140/2003, de 7 de febrero, por el que se establecen los criterios sanitarios de la
calidad del agua de consumo humano. La directiva señala que se entenderá por “aguas destinadas
al consumo humano”:
a. Todas las aguas, ya sea en su estado original, ya sea después de tratamiento, para beber,
cocinar, preparar alimentos u otros usos domésticos, sea cual fuere su origen e
independientemente de que se suministren a través de una red de distribución, a partir
de una cisterna o envasadas en botellas u otros recipientes.
b. Todas las aguas utilizadas en empresas alimentarias (…).

La directiva dispone que los Estados miembros deben de adoptar las disposiciones
necesarias a fin de que las aguas destinadas al consumo humano sean salubres y limpias,
entendiendo que lo son cuando no contienen ningún tipo de microorganismo, parásito o
sustancia, en una cantidad o concentración que pueda suponer un peligro para la salud
humana, y cumplen los requisitos mínimos especificados en las partes A y B del Anexo I. Dentro
de los parámetros microbiológicos, los valores propugnados para la E. Coli y Enterococos son de
0 por 100ml.

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4. Legislación española

El Real Decreto 1341/2007 [7] sobre la gestión de la calidad de las aguas de baño, introduce
en derecho interno la Directiva 2006/7/CE [8] relativa a la gestión de la calidad de las aguas de
baño. Este R.D. reconoce la importancia que supone el uso de las aguas de baño para la salud
humana, por lo que exige que se cumplan criterios de calidad con el fin de protegerla de los
efectos adversos derivados de cualquier tipo de contaminación.

Se ha incluido el examen de esta normativa, que excede el ámbito de análisis legislativo de


este estudio, con la intención de dar un paso más allá y conocer los parámetros de calidad que en
los países de la UE se exigen al agua a las aguas de baño, y entre ellas, al agua de mar. No resulta
probable que en los países en desarrollo cuenten con legislación referida a la calidad del agua de
mar.

La concentración de E. Coli o Enterococos intestinales, se toma como parámetro básico


para medir la calidad de las aguas, permitiendo valores que pueden oscilar, según el Anexo 1,
entre 900, 1000 y 500 UFC o NMP por 100ml, para aguas continentales calificadas, según los
valores obtenidos, en aguas de calidad “suficiente”, “buena” o “excelente” respectivamente, en
tanto que para el aguas costeras y de transición estos valores serán de 185, 200 y 100 UFC o
NMP por 100 ml.

La frecuencia del muestreo exigida por la normativa española es: antes del comienzo de la
temporada y durante la temporada (al menos 1 vez al mes); aunque cuando la autoridad
sanitaria considere que la calidad no conlleva riesgo para la salud, podrá disminuir la frecuencia
del muestreo. Las muestras se tomarán a 30 cm por debajo de la superficie, en aguas cuya
profundidad no sea inferior a 1 metro.

Farmacéuticos Mundi

En su documento “Directrices básicas para un adecuado suministro de agua potable” [9] la


ONG señala que el agua de lluvia, en regiones no industrializadas, es relativamente pura y
puede ser consumida si se toman ciertas precauciones que en algunas disposiciones de otras
normativas recogidas en este documento se han llamado buenas prácticas como la captación
en recipientes limpios (plásticos, baldes,...) y el desecho de las primeras cantidades. Se apunta,
sin embargo, que su consumo exclusivo a largo plazo sin el aporte suplementario de ciertas
sustancias esenciales como el yodo, puede ocasionar problemas de salud.

Farmacéuticos Mundi, la ONG del medicamento, reconoce que los aspectos que relacionan la
salud y la calidad del agua son la presencia o no de organismos patógenos, y las concentraciones
tóxicas de sustancias químicas; señalando que en las áreas no industrializadas, la presencia de
organismos patógenos es un problema infinitamente más frecuente que la contaminación
química. El agua en el lugar de abastecimiento “debe tener buen sabor y ser de calidad suficiente
para beber y para su utilización en la higiene personal y doméstica sin riesgos significativos para la
salud”. Este riesgo dependerá de las condiciones del asentamiento, como la densidad de
población, los medios de evacuación de excretas, las prácticas de higiene, la prevalencia de las
enfermedades transmitidas por el agua, etc. Como indicadores clave señala que en fuentes no
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desinfectadas, no debe haber más de 10 coliformes fecales por 100 ml de agua en el lugar de
abastecimiento. La ONG indica que la determinación del número de coliformes por 100 cc de
agua, servirá como referencia para determinar si un agua es sanitariamente aceptable o no. Indica
que se realizará la desinfección del agua si existe un riesgo considerable de contaminación de la
misma en la fuente o después de la recolección, y se tratará con un desinfectante residual, como
el cloro.

En lo que se refiere al análisis microbiológico para determinación de la contaminación del


agua por coliformes termoresistentes, se utiliza un pequeño laboratorio portátil, Kit del agua. Este
equipo consta de placas para cultivo de microorganismos, medios de cultivo específicos para
coliformes, filtros de cuadricula de tamaño de poro de 0,45 μm, recipientes esterilizables, un
sistema de filtración por vacío y una pequeña incubadora que funciona con batería recargable.
Tras la toma de muestra de manera aséptica, se filtra el agua a analizar para ver si presenta
contaminación por coliformes a través del filtro de 0,45 μm y se pone a incubar en el medio de
cultivo específico durante 19-24 horas a 44° C. Al cabo de ese tiempo, se observa si aparecen
colonias y el número de ellas.

Debido al alto coste del equipo, se han desarrollado sistemas de bajo coste, como el kit UPM
[10] de determinación de la calidad del agua, que con equipos de bajo coste, contiene los
elementos imprescindibles para realizar el análisis de la calidad del agua en contextos de bajo
índice de desarrollo humano.

5. Conclusiones

El examen de la normativa ha puesto de manifiesto que existe unanimidad en algo


fundamental: considerar al agua de lluvia como una fuente de agua relativamente libre de
impurezas, que puede ser calificada como agua potable con muy bajo riesgo para la salud, con
la simple aplicación de buenas prácticas en su captación y manipulación.

Se ha comprobado también que las distintas disposiciones que regulan el agua de lluvia
coinciden en circunscribir el monitoreo microbiológico a los E. Coli; aunque en algún caso, la
normativa pueda referirse también a los coliformes termotolerantes. Tener claro que son esos
los microorganismos que se han de monitorear, para determinar la calidad y seguridad
microbiológica del agua, ya que se puede simplificar los procedimientos analíticos, con el
consiguiente ahorro de tiempo y dinero.

La legislación examinada coincide también en señalar la cloración como el procedimiento


de desinfección más frecuentemente citado.

El recorrido por la normativa que regula los parámetros de calidad del agua de lluvia a
nivel mundial, de la Unión Europea y español, nos ha permitido comprobar así pues, que existe
una coherencia fundamental en los mismos, lo que sin duda debería facilitar la gestión técnica
de los proyectos de cooperación que tengan como objetivo suministrar agua de lluvia a las
poblaciones de países en desarrollo de cualquier parte del mundo.

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6. Referencias

[1] World Healt Organization. http://www.who.int/es

[2] Guidelines for drinking-water Quality, 2011. Fourth Edition. World Health Organization.
Disponible en: http://apps.who.int/iris/bitstream/10665/44584/1/9789241548151_eng.pdf

[3] Surveillance of drinking-water Quality, 1976. Healt Organization Monograph Series. Geneva Nº
63. Disponible en:
http://apps.who.int/iris/bitstream/10665/41802/1/WHO_MONO_63.pdf>. ISBN: 924 140063 3

[4] Guía de diseño para la captación de agua de lluvia, 2004. Organización Panamericana de la
salud. Lima. Disponible en: http://www.bvsde.ops-oms.org/bvsacd/cd47/lluvia.pdf

[5] Tecnologías apropiadas para el suministro de agua en situaciones de emergencia. Disponible


en: http://www.bvsde.paho.org/texcom/desastres/coltasas/cap1.pdf

[6] Directiva 98/83/CE del Consejo de 3 de noviembre de 1998, relativa a la calidad de las
aguas destinadas al consumo humano. DOUE-L- 330, de 5 de diciembre de 1998. Diario
Oficial n° L 330 de 05/12/1998 p. 0032 - 0054
Disponible en: http://eur-lex.europa.eu/legal-content/ES/TXT/?uri=celex%3A31998L0083

[7] Real Decreto 1341/2007. Boletín Oficial del Estado, núm. 257 de 11 de Octubre de 2007.
Disponible en: https://www.boe.es/diario_boe/txt.php?id=BOE-A-2007-18581

[8] Directiva 2006/7/CE del Parlamento Europeo y del Consejo, de 15 de febrero de 2006, relativa
a la gestión de la calidad de las aguas de baño. DOUE-L- 64, de 4 de marzo de 2006. Disponible en:
http://eur-lex.europa.eu/LexUriServ/LexUriServ.do?uri=OJ:L:2006:064:0037:0051:ES:PDF

[9] FARMAMUNDI. Directrices básicas para un adecuado suministro de agua potable.


Disponible en:
http://www.farmaceuticosmundi.org/farmamundi/descargas/pdf/manual_agua_emergencias.pdf

[10] Wagtech. Potatest WAG-WE10005.


http://www.intecconinc.com/index.php?option=com_content&view=article&id=258&Itemid=121

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