Testimonio de Parte 0.2

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UNIVERSIDAD NACIONAL DE SAN AGUSTIN DE

AREQUIPA
FACULTAD DE CIENCIAS DE LA EDUCACIÓN
PRE GRADO

TÍTULO DEL TRABAJO


ENSAYO: EL PROCESO DE LA LITERATURA
(JOSÉ CARLOS MARIÁTEGUI)

ASISGNATURA: LITERATURA NACIONAL Y REGIONAL


DOCENTE: EULOGIO MAMANI VÁSQUEZ
ESTUDIANTE: MAMANI GUTIERREZ JUAN DIEGO

AREQUIPA – PERÚ
2019

i
ÍNDICE

INTRODUCCIÓN ...................................................................................................................... 1

CAPÍTULO I

LITERATURA COLONIAL

1.1.Testimonio de Parte. .................................................................................................3

1.2.La Literatura de la Colonia. ......................................................................................4

1.3.El Colonialismo Supérstite........................................................................................6

1.4.Ricardo Palma, Lima y la Colonia. ...........................................................................8

1.5.Chocano. ..................................................................................................................9

1.6.Alberto Hidalgo. .....................................................................................................10

CAPÍTULO II

LITERATURA COSMOPOLITA

2.1.González Prada. ......................................................................................................13

2.2.Melgar. ................................................................................................................... 13

2.3.Abelardo Gamarra. ................................................................................................. 14

2.4.“Colónida” y Valdelomar........................................................................................ 15

2.5.Eguren. ................................................................................................................... 17

2.6.Alberto Guillén .......................................................................................................18

CAPÍTULO III

LITERATURA NACIONAL

3.1.Riva Agüero y su influencia. La generación “Futurista............................................ 20

3.2.Nuestros “Independientes”. ..................................................................................... 21

ii
3.3.César Vallejo. .........................................................................................................21

3.4.Magda Portal. .........................................................................................................22

3.5.Las corrientes de hoy. El Indigenismo..................................................................... 23

3.6.Alcides Spelucín .....................................................................................................25

3.7.Balance Provisorio ..................................................................................................25

CONCLUSIONES .................................................................................................................... 26

REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS .................................................................................... 27

BIBLIOGRAFÍA....................................................................................................................... 27

iii
INTRODUCCIÓN

La presente monografía trata sobre el tema de la EL PROCESO DE LA

LITERATURA, (JOSÉ CARLOS MARIÁTEGUI), en el primer capítulo desarrollamos la

literatura colonial, según el punto de vista de José Carlos Mariátegui. Inicia con su

testimonio de parte, habla también sobre la literatura colonial, el colonialismo supérstite y

sobre Ricardo Palma, Chocano y Alberto Hidalgo.

Además, en el segundo capítulo, damos a conocer la literatura cosmopolita, es ahí

donde Mariátegui abarca a grandes escritores ya sea para alagar sus obras o para dar su punto

de vista sin menospreciarlas, realza a Melgar, Valdelomar y demás.

En el tercer capítulo desarrollamos la literatura nacional, en esta parte de la monografía

Mariátegui, reconoce a literatos que supieron rescatar las raíces peruanas y además

suplicando a las nuevas generaciones que no ignoren al indigenismo.

Finalmente, doy mis conclusiones del caso junto con la respectiva bibliografía.

Cabe resaltar que el objetivo de la elaboración de esta monografía es que yo como

estudiante pueda interpretar cualquier tipo de obra de gran magnitud que es el séptimo

ensayo de José Carlos Mariátegui.

Espero que el presente trabajo sea de su agrado.

1
CAPÍTULO I

LITERATURA COLONIAL

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1.1.Testimonio de Parte.

Mariátegui comienza aclarando que no tiene la intención de participar en la

historia de la literatura peruana, solo se propone a dar su testimonio a un tema abierto,

sim embargo añade a esto que su testimonia será netamente acusativo ya que solo se

han dado testimonios de defensa, su testimonio es convicta es un testimonio de parte.

Mariátegui toma el papel de crítico con voluntad afirmativa y temperamento

constructor, cita a Gobetti una palabra “a priori” con esto nos trata de decir que los

verdaderos realistas crean un resultado intelectual valioso antes de que sean admirados.

(Gobetti, 1927)

Su crítica no es imparcial o agnóstica, claro que si la verdadera critica lo fuese,

Mariátegui dice también que toda crítica obedece a preocupaciones de filósofos,

políticos y moralistas.

Mariátegui nombra a Croce, dice que este ha demostrado lucidamente que la

crítica impresionista o hedonista de Jules Lemaitre que estaba exenta de filosofía tiene

que ver mucho con ella. (Croce, 1969)

Mariátegui declara también que trae consigo a esta explicación literaria, todas sus

pasiones e ideas políticas, a pesar de que la política ha perdido mucha credibilidad,

pone en realce a la política ya que para Mariátegui es su filosofía y religión.

Mariátegui no considera al fenómeno literario o artístico desde puntos

extraestéticos, es decir que su concepción estética se concentra en su conciencia, en

sus concepciones morales, políticas y religiosas, sin dejar de ser estrictamente estética

ni independiente.

Mariátegui dice que Riva Agüero enjuicio a la literatura con una “critica

civilista” en su ensayo sobre “el carácter de la literatura del Perú independiente”,

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considerado por Mariátegui como un ensayo sin equivocaciones siendo una pieza

histórica y reivindicación política, para Mariátegui el ensayo de Riva Agüero se resume

en españolismo, colonialismo y aristocratismo, juzga a la literatura con normas

académicas de erudito. (Riva Agüero, 1905)

Ya para concluir esta primera parte Mariátegui dice que no se atribuye mesura ni

equidad de árbitro, más bien se declara completamente opositor.

1.2.La Literatura de la Colonia.

Mariátegui inicia indicando que el idioma es la unidad de toda literatura, pone

como ejemplo a literaturas española, italiana y francesa, siendo derivados de latín,

consideradas por mucho tiempo por lenguaje popular, pero la “literatura nacional” de

estos pueblos latinos nace históricamente con su “idioma nacional” que es lo primero

que debe existir para que haiga literatura propia.

El florecimiento de la literatura occidental nace atreves de las reformas y el

renacimiento, creando factores ideológicos y espirituales. La cultura europea estaba

regida por el latín y el papado, esto se rompió por los movimientos nacionalistas y

como consecuencia surgen las individualizaciones nacionales de las literaturas. Es

entonces donde el “Nacionalismo” como parte de la política toma un papel muy

importante a lo anterior, el “Nacionalismo” se vuelve más fuerte en Alemania, desde

la obra de los Schlegel que renueva la crítica y la historiografía literaria.

Mariátegui anota a Francesco de Sanctis en su obra Storia della letteratura

italiana, de la cual Brunetière alaga, “esta historia de la literatura italiana que yo no

me canso de citar y que no se cansan en Francia de no leer”, característico de la crítica

ochocentista. (Sanctis, 1870)

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En el Perú la literatura es la nacionalidad misma y que no puede renunciar a su

parentesco español, pero la influencia indígena es muy notable en algunos tonos, en

sintaxis y prosodia del idioma, ya que nuestra civilización no llego a la literatura,

quedándose en leyendas y representaciones teatrales.

La escritura y la gramática quechuas son obra española pertenecientes a escritores

bilingües como el Lunarejo Juan de Espinoza y Medrano hasta la aparición de

Inocencio Mamani autor de Tucuípac Munashcan. Mariátegui dice que la lengua

castellana es el lenguaje literario del Perú cuyo trabajo de definición aún no ha

concluido. (Mamani, 1927)

Según Mariátegui la literatura nacional es independiente a los tiempos y tampoco

concreto, sin traducir una realidad idéntica sino aproximándose a los hechos,

Mariátegui nos trata de decir que nuestra nación no corresponde a una realidad.

Volviendo a la literatura hebrea, de Sanctis dice lo siguiente; “Verdaderamente

una literatura del todo nacional es una quimera”, quiere decir que la literatura

nacional es una ilusión, aquella imaginación que hoy se llama orientalismo. (Sanctis,

1870)

Para Mariátegui el dualismo quechua y español que tiene el Perú, no es posible

estudiarla, porque esta nació de una intervención de una conquista, pero hay lugares

como en Argentina donde la individualidad prima como literatura argentina con

personalidad nacional al igual que la literatura española.

Mariátegui cita a Gálvez quien dice que “la Colonia produjo imitadores serviles

e inferiores de la literatura española que tomaron sólo lo hinchado y lo malo y que no

tuvieron la comprensión ni el sentimiento nacional, excepto el Inca Garcilaso y a

Caviedes quienes sintieron la naturaleza de la vida nacional, en la malicia criolla,

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puede y debe ser considerado como el lejano antepasado de Segura, de Pardo, de

Palma y de Paz Soldán” (Gálvez,1915)

En Garcilaso se dan la mano dos culturas, siendo más inca que conquistador, más

que quechua que conquistador, por lo tanto, rige su individualidad y su grandeza,

Mariátegui indica que Garcilaso es el “Primer Peruano”, entendida como una

formación social la “peruanidad” sin dejar de ser español, sus obras pertenecen a la

épica española bajo un aspecto co-estetico. El origen de la literatura peruana es

colonial, española y se inicia con la lírica, está claro que la literatura oral indígena no

es ajena a esta ley. (Sanctis, 1870)

Siendo el español un trasplante en el Perú siguiendo un nuevo camino, según

Sanctis la obra de Garcilaso se encuentra entre la épica y la historia, que pertenece a la

época de lo maravilloso, prueba de ellos es que los autores de la colonia siguen la

temática española con notable retardo, el Lunarejo brillo por su sangre indígena pero

duro poco tiempo agotado el renacimiento. (Sanctis, 1870)

1.3.El Colonialismo Supérstite.

Mariátegui indica que nuestra literatura no deja de ser española a pesar de la

existencia de la república y es llamado aun años después literatura colonial, es así que

Mariátegui clasifica a la literatura sin utilizar una clasificación marxista, más bien

utilizará el ordenamiento y la explicación sin prejuzgar obras de autores.

Mariátegui distingue tres periodos: un periodo colonial, un periodo cosmopolita,

un periodo nacional. En el primer período un pueblo, literariamente, es una colonia, en

el segundo período, asimila simultáneamente elementos de diversas literaturas

extranjeras y en el tercero, alcanzan una expresión bien modulada su propia

personalidad y su propio sentimiento, no hace falta hacer una división más amplia. Para

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la primera parte Mariátegui toma a Don Felipe Pardo como a un hombre que se siente

español en un país conquistado por España, es así que toda esta parte de la literatura se

caracteriza de ello, no hasta la aparición de los “colónida” que tienen como su maestro,

a González Prada y saluda, como su precursor a Eguren, siendo estos los dos literatos

más liberados de españolismo. Y en el Perú la literatura no ha brotado de la tradición,

de la historia, del pueblo indígenas.

La literatura colonial, se ha sentido extraña al pasado incaico, con carencias de

aptitud e imaginación para reconstruirlo, para Riva Agüero esto es lógico, y se apresuró

en justificarlo en su obra “Carácter de la literatura del Perú independiente”, “Los

sucesos del Imperio Incaico nos interesan tanto como pudieran interesar a los españoles

de hoy”, además dice que las civilizaciones quechua y azteca murieron y no hay modo

de reanudar su tradición, para los criollos de raza española, son extranjeras y peregrinas

y nada nos liga con ellas; y extranjeras y peregrinas son también para los mestizos y

los indios cultos, porque la educación que han recibido los ha europeizado por

completo. Ninguno de ellos se encuentra en la situación de Garcilaso de la Vega. (Riva

Agüero, 1905)

Nuestra República ya más adulta, nuestros literatos no han logrado sentir el Perú,

ejemplo: la “Elegía a la muerte de Alfonso XII” de Luis Benjamín Cisneros como una

excepción ya que presenta un espíritu más liberales y ochocentistas. (Cisneros, 1886)

El literato peruano no ha sabido vincularse al pueblo, es así que la literatura

peruana debía de llamarse criolla, costeña, esto se ha dado por el ingreso de africanos

y más tarde asiáticos, por ende, había diversos tipos de criollos, de mestizos,

Mariátegui menciona a la literatura argentina como una de las literaturas con más

personalidad en américa del sur, y que no se puede comparar con la literatura peruana,

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porque ellos presentan un sentimiento gaucho único, mencionando a literatos

argentinos como, Santos Vega, Martín Fierro, Anastasio el Pollo.

Es así que Mariátegui llega a la conclusión de que los verdaderos literatos con

sentimientos peruanos son aquellos que tradujeron al pueblo, las Tradiciones son

mencionadas por Mariátegui como prosas del tradicionalismo, Melgar sobrevivirá

porque sus yaravíes se encuentran un genuino pasado literario.

1.4.Ricardo Palma, Lima y la Colonia.

Para Mariátegui Ricardo Palma es el máximo representante del colonialismo,

Palma reconstruía al colonialismo con un realismo burlón y una fantasía irreverente y

satírica. La obra pesada y académica de Lavalle y otros colonialistas ha muerto porque

no puede ser popular, mientras tanto la obra de Palma vive, ante todo, porque puede y

sabe serlo.

El espíritu de las Tradiciones no se deja falsear, Riva Agüero coloca a palma

dentro del colonialismo, “perteneciente a la generación que rompió con el

amaneramiento de los escritores del coloniaje”, a un literato “liberal e hijo de la

República”. Riva Agüero íntimamente descontento del espíritu irreverente de Palma.

(Riva Agüero, 1905)

Haya de la Torre dice que Palma y Prada son lo mismo, en una carta sobre

Mercurio Peruano, a la revista Sagitario de La Plata sostiene: “Entre Palma que se

burlaba y Prada que azotaba, los hijos de ese pasado y de aquellas castas doblemente

zaheridas prefirieron el alfilerazo al látigo”. (Haya, 1926)

Mariátegui dice que, si la revolución de la independencia hubiese sido en el Perú

la obra de una burguesía más o menos sólida, la literatura republicana habría tenido

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otro tono, carente de originalidad, cabe resaltar que se mantiene siempre fiel a la

ideología liberal de la independencia.

Mariátegui cita a More que dice que de Palma quedará sólo la “risilla chocarrera”,

es claro que More sentía antipatía por Ricardo Palma, pero hay dos razones para

tomarla en consideración: 1) La especial beligerancia que da a More su título de

discípulo de González Prada. 2) La seriedad del ensayo que contiene estas frases. More

busca los factores raciales y las raíces de la literatura peruana, estudia sus colores y lo

esencial. (More, 1924)

More siente el dualismo peruano , el conflicto entre incaísmo y colonialismo,

Mariátegui no deja de pensar que este conflicto “es y será por muchos años, clave

sociológica y política de la vida peruana”, para More existe dos literaturas, lo andino

y lo limeño urbano, el limeño es colorista, romántico y sensual, el serrano musical y se

realiza en las montañas y valles. Lima a impuesto sus modelados literarios a las

provincias.

Henríquez Ureña dice que hay dos Américas: una buena y otra mala. Lo mismo

se podría decir de Lima. Lima no tiene raíces en el pasado autóctono. Lima es la hija

de la Conquista. La nueva peruanidad es una cosa por crear. Su cimiento histórico tiene

que ser indígena. Su eje descansará quizá en la piedra andina, mejor que en la arcilla

costeña. Bien. Pero a este trabajo de creación, la Lima renovadora, la Lima inquieta,

no es ni quiere ser extraña.

1.5.Chocano.

Para Mariátegui José Santos Chocano pertenece al período colonial de nuestra

literatura, además que su lógica es simple y falsa. Chocano pretende tener todo al

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inicio, luego es autóctono. Para Henríquez Ureña la teoría de la exuberancia espontánea

de la literatura americana es una teoría falsa.

Esta literatura es menos exuberante de lo que parece. Se toma por exuberancia la

verbosidad. Y “si abunda la palabrería es porque escasea la cultura, la disciplina y no

por peculiar exuberancia nuestra”. (Ureña, 1928)

Según Mariátegui la “montaña” no es sólo exuberancia, es sustancialmente,

muchas otras cosas que no están en la poesía de Chocano, es así que Chocano es un

espectador elocuente, nada más. Todas sus imágenes son las de una fantasía exterior y

extranjera. el poeta de Alma América es un hombre de la costa, su familia es española,

su formación espiritual e intelectual se ha cumplido en Lima.

Mariátegui resalta sobre Chocano, que este no pertenece al poder capitalista, es

esto lo que lo diferencia de los colonialistas, Mariátegui ve en Chocano como

descendiente de la Conquista y del Virreinato, “la Conquista fue una aventura heroica;

el Virreinato fue una empresa burocrática”. La actitud de Chocano en su juventud toma

una actitud de protesta, un tanto anárquico y en otra protesta social, pero en si no es

concreto.

1.6.Alberto Hidalgo.

Mariátegui dice que, Alberto Hidalgo significó en nuestra literatura, de 1917 al

18 la terminación de “colónida”, llevando siempre la egolatría y la beligerancia. El

arequipeño Hidalgo, no tenía la misma agilidad para la sonrisa. El gesto “colónida” en

él era patético. Pero aporto a nuestra literatura un gusto viril por la mecánica, el

maquinismo, el rascacielos, la velocidad, Hidalgo tenía mucha fuerza y eso lo llevo a

un barrio de Buenos Aires, es por eso que su literatura tiene gran cotización, su

expresión es límpida, certera, “el lema de su arte es este: simplismo”, pero sin querer

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queriendo Hidalgo se envuelve en el “romanticismo”, esto se puede notar en su poema

“Envergadura del anarquista”, “individualidad” del verso claro está en su tesis del

“poema de varios lados”.

Hidalgo siente, sobre todo, la primera división de la literatura y aquí está su

fuerza más grande, la que le ha dado sus más bellos poemas.

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CAPÍTULO II

LITERATURA COSMOPOLITA

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2.1.González Prada.

Según Mariátegui González Prada es la transición del período colonial al período

cosmopolita, Ventura García Calderón lo declara “el menos peruano” de nuestros

literatos, autor de Páginas libres, es descrito por Mariátegui con espíritu occidental y

de cultura europea, pero señala la liberación de la metrópoli, la ruptura con el

Virreinato, además de que no interpretó este pueblo, no esclareció sus problemas, no

legó un programa a la generación que debía venir después, Federico More lo llama un

precursor del Perú nuevo, del Perú integral.

Para Mariátegui Prada ha sido más que un precursor, en la prosa de Paginas libres

se encuentra el germen del nuevo espíritu nacional “No forman el verdadero Perú las

agrupaciones de criollos y extranjeros que habitan la faja de tierra situada entre el

Pacífico y los Andes; la nación está formada por las muchedumbres de indios

diseminadas en la banda oriental de la cordillera”. Prada denuncio al colonialismo,

propugnando definitivamente la ruptura con este, desarrollando un espíritu libre y

democrático, recomendando a autores castellanos para que estudiemos sus obras, pero

recordemos constantemente que la dependencia intelectual de España significaría para

nosotros la definida prolongación de la niñez. (Prada, 1894)

Pero sin embargo Mariátegui realza lo duradero en la obra de González Prada

que es su espíritu. Los hombres de la nueva generación en González Prada admiramos

y estimamos, sobre todo, el austero ejemplo moral. Estimamos y admiramos, sobre

todo, la honradez intelectual, la noble y fuerte rebeldía.

2.2.Melgar.

Según Mariátegui, nuestra literatura no ha podido nutrirse de savia indígena.

Lima ha sido la capital española primero. Ha sido la capital criolla después. Y su

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literatura ha tenido esta marca. El sentimiento indígena no ha carecido totalmente es

ahí donde Mariano Melgar toma un papel muy importante, desdeñado por la crítica

limeña.

Mariátegui recalca que no superestima a Melgar, sino que lo juzga dentro de la

insipiencia de la literatura peruana de su época, Melgar es romántico y junto a sus

yaravíes, se ha dicho que debe a su muerte heroica una parte de su renombre literario,

sorprendido prematuramente por la muerte, no es excesivo suponer que Melgar,

maduro, habría producido un arte más purgado de retórica y amaneramiento clásicos

y, por consiguiente, más nativo, más puros, Melgar, siguiendo el camino de su impulso

romántico, habría encontrado una inspiración cada vez más rural, cada vez más

indígena, revela su trama indígena, su fondo autóctono, juzgado por aristocráticos, pero

sin embargo el lenguaje del pueblo escribe un poema de perdurable emoción vale mil

veces más que el que el lenguaje académico, Melgar se muestra muy indio en su

imaginismo primitivo y campesino.

Finalmente, este romántico se entrega al peruanismo, para Riva Agüero, el poeta

de los yaravíes no es sino “un momento curioso de la literatura peruana”.

Rectifiquemos su juicio, diciendo que es el primer momento peruano de esta literatura.

2.3.Abelardo Gamarra.

Para Mariátegui, Gamarra no tiene hasta ahora un sitio en las antologías, por las

críticas que lo llevaron a segundo plano, tampoco es reconocido en el criollismo. Pero

ahora sabemos que Gamarra es el máximo representante de nuestra literatura, es el

escritor que con más pureza traduce y expresa a las provincias, con recuerdos

indígenas, la raíz india está viva en su arte.

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Mariátegui hace una comparación entre “el indio” y “el criollo”, el indio tiene el

Tunante, con buen sentido campesino con imaginación realista y sobria, mientras el

criollo con una risa zumbona, el juicio agudo y socarrón, el espíritu aventurero y

juerguista. El Tunante supo adaptarse a la capital si olvidar sus raíces.

Gamarra desde su juventud fue un patriota revolucionario con rasgos

vanguardistas, no es su obra la de un simple costumbrista satírico. Bajo el animado

retrato de tipos y costumbres, es demasiado evidente la presencia de un generoso

idealismo político y social. Esto es lo que coloca a Gamarra muy por encima de Segura

la obra del Tunante tiene un ideal; la de Segura no tiene ninguno según Mariátegui. El

Tunante es un Pancho Fierro de nuestras letras. Es un ingenio popular; un escritor

intuitivo y espontáneo.

Según Mariátegui las obras de Gamarra tienen algunos defectos, no tiene una

creación central, no es una afinada modulación artística, pero que Gamarra no tiene la

culpa de ello sino lo poco de la literatura que representa. El Tunante quería hacer arte

en el lenguaje de la calle. ganando inmortalidad de los orígenes de todas las literaturas.

2.4.“Colónida” y Valdelomar.

Para Mariátegui, “Colónida” representó una sublevación contra el academicismo,

con gustos conservadores, su galantería dieciochesca y su melancolía mediocre. Los

“colónidas” un grupo sin reglas y anárquico, no pudo condensarse en una tendencia ni

concretarse en una fórmula. Siendo solo un estado de ánimo.

Para Mariátegui, el “colonidismo” no constituía una idea ni un método, constituía

un sentimiento ególatra, individualista, imprecisamente renovador, pero también

reconoce que los “colónidas” fueron útiles, cumplieron una función renovadora y

sacudieron la literatura nacional. Le propusieron nuevos y mejores modelos, nuevas y

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mejores rutas. Los “colónidos” no se comportaron siempre con injusticia, puesto que

simpatizaron con todas las figuras heréticas, heterodoxas, solitarias de nuestra

literatura. El fenómeno “colónida” fue breve. Cada uno de los “colónidos” siguió su

propio camino, lejos de la política.

Pero terminado el experimento “colónida”, los escritores que en él intervinieron,

sobre todo los más jóvenes, empezaron a interesarse por las nuevas corrientes políticas,

como Wilson, elocuente y universitario, buscando una nueva libertad; influenciado por

la mentalidad de Víctor M. Maúrtua, cuya inclinación era socialista.

Esta nueva actitud espiritual fue marcada también por una revista, más efímera

aún que Colónida: En Nuestra Época, una revista destinada a las muchedumbres y no

al Palais Concert cuna de los “colónidos”, escribieron Félix del Valle, César Falcón,

César Ugarte, Valdelomar, Percy Gibson, César A. Rodríguez, César Vallejo y hasta

el mismísimo José Carlos Mariátegui.

Valdelomar, sin embargo, había evolucionado, ya no era líder, seguía a personas

más jóvenes. habría llegado a amar el socialismo, sin negar su pasado, ahora admiraba

a la gente humilde, un claro ejemplo es cuando escribió para los niños de las escuelas

de Huaura su oración a San Martín, daba conferencias a obreros, Mariátegui recuerda

a Valdelomar con un interés a los temas sociales antes de que muriera a los 30 años,

sin llegar a “definirse”, nos ha dejado, a pesar de todo, muchas páginas magníficas.

Buscó sus temas en lo cotidiano y lo humilde. Revivió su infancia en una aldea de

pescadores. Descubrió, nuestro pasado autóctono. “Evaristo, el empleado de la botica

aldeana, hermano gemelo de un sauce hepático y desdichado, es una de esas caricaturas

melancólicas que a Valdelomar le agradaba trazar”, Confiteor de Valdelomar es la

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ingenua confidencia lírica de un enamorado exultante de amor y de felicidad, fue “muy

moderno, audaz, cosmopolita”, junto con el “impresionismo”.

2.5.Eguren.

Mariátegui aclara que la poesía de Eguren se distingue de la mayor parte de la

poesía peruana en que no pretende ser historia, ni filosofía ni apologética sino exclusiva

y solamente poesía “pura”. El arte de Eguren está compuesto de elementos temporales.

Eguren se comporta siempre como un poeta puro, no escribe un solo verso de ocasión,

tampoco se preocupa del gusto del público ni de la crítica, no canta a España, ni a

Alfonso XIII, ni a Santa Rosa de Lima, en sus versos dice a los hombres únicamente

su mensaje divino.

Y entonces la pregunta es: ¿Cómo salva este poeta Eguren su personalidad?,

Enrique Bustamante y Ballivián que lo conoce íntimamente nos ha dado un interesante

esquema de su formación artística: “Dos han sido los más importantes factores:

primero, las impresiones campestres recibidas en su infancia en ‘Chuquitanta’, dándole

un profundo sentimiento de la Naturaleza, así como la gente del campo, la afición

literaria, la riqueza de léxico y ciertos giros arcaicos que dan sabor peculiar a su muy

moderna poesía.”

“Segundo de su hogar, profundamente cristiano y místico, de recia moralidad

cerrada, obtuvo la pureza de alma y la tendencia al ensueño. Puede agregarse que, en

él, por su hermana Susana, buena pianista y cantante, obtuvo la afición musical.”

“En cuanto al color y a la riqueza plástica, no se debe olvidar que Eguren es un

buen pintor (aunque no llegue a su altura de poeta) y que comenzó a pintar antes de

escribir. Ha notado algún crítico que Eguren es un poeta de la infancia y que allí está

su virtud principal”. (Universidad de Lima, 1915)

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“Los reyes rojos”, una de las más bellas creaciones del simbolismo de Eguren,

ofrece una visión que solo los niños podrían entender, nace también de este

encantamiento del alma de Eguren su gusto por lo “maravilloso” y lo fabuloso, claro

ejemplo “la niña de la lámpara azul”, también representa un “simbolismo” original

libre de Paris, Mariátegui lo clasifica a Eguren entre los precursores del período

cosmopolita de nuestra literatura.

2.6.Alberto Guillén

Para José Carlos Mariátegui, Alberto Guillén heredó de la generación “colónida”

el espíritu destructor y ególatra. Pero, su poesía supo seguir, claro ejemplo es su obra

Deucalión donde el poeta encuentra su equilibrio y realiza su personalidad, es por eso

que Mariátegui clasifica Deucalión entre los libros que más alta y puramente

representan la lírica peruana del primer siglo, Deucalión es comparada con la obra de

Don Quijote, pero no lo llevo tanto a la locura.

Guillén se corrompe en el camino, olvida la meta ingenua de su juventud, sus

emociones son de una civilización urbana y cosmopolita, su poesía se contagia del

humor negativo y corrosivo de la literatura de Occidente, es por eso que todo lo que es

posterior a Deucalión es inferior.

Mariátegui no cree, sin embargo, que Guillén llegue a clasificarse entre los

especímenes de la literatura cosmopolita de Occidente. Guillén, en el fondo, es un

poeta un poco rural y franciscano, su psicología tiene muchas raíces campesinas.

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CAPÍTULO III

LITERATURA NACIONAL

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3.1.Riva Agüero y su influencia. La generación “Futurista.

Para Mariátegui la generación “futurista”, señala un momento de restauración

colonialista y civilista en el pensamiento y la literatura del Perú.

Los herederos de la Colonia se encontraban comprometidos y viejos. Después de

un período de caudillaje militar, siguió la revolución de la Independencia, se había

encontrado un ambiente favorable a la propagación de nuestro verbo revolucionario,

es ahí donde se necesitaba hombres jóvenes, en la Universidades se encontraban todos

ellos, una acción universitaria que construya la inteligencia y el sentimiento.

Riva Agüero, a este respecto, como a otros, se muestra en riguroso acuerdo con

Javier Prado y Francisco García Calderón, ya que estos representan la misma

restauración, Riva Agüero se considera como el primer manifiesto político y literario

de la generación “futurista”, buscando en ella las raíces de la “nacionalidad”

La generación “futurista” se muestra, universitaria, académica, retórica. Adopta

del “modernismo” sólo los elementos que le sirven para condenar la inquietud

romántica, condena a Mariano Melgar. Una de sus obras más características y

peculiares es la organización de la Academia correspondiente de la Lengua Española.

Uno de sus esfuerzos artísticos más marcados es su retorno a España en la prosa y en

el verso.

El pensamiento de Riva Agüero es que el Perú desciende de la Conquista, su

infancia es la Colonia, Luis Alberto Sánchez designa a esta división con el nombre de

“perricholismo”, y se identifican dos sentimientos limeñismo y pasadismo, lo que, en

política, se traduce en centralismo y conservatismo, pero José Gálvez, por ejemplo,

individualmente escapa de esta definición. Su pasadismo es de fondo romántico, es “el

único palmista sincero”, refiriéndose sin duda al carácter literario y sentimental de su

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pasadismo, para él “todo tiempo pasado fue mejor”, Gálvez se aparta a veces del credo

de Riva Agüero y de su partido, a pesar de que es colonialista, “¿por qué no puede

tener un lugar en nuestra literatura que ha sido tan fecunda en sensaciones históricas

de otras razas que realmente nos son extranjeras y peregrinas?” dice Gálvez.

(Gálvez,1915)

Pero Gálvez no le pide al Perú una función realmente creadora, le niega el

derecho de ser una literatura del pueblo, a diferencia del “Tunante” que si lo hace.

3.2.Nuestros “Independientes”.

En esta parte Mariátegui quiere resaltar a esos literatos “independientes” que no

siguieron ninguna corriente ni periodo, pero que aportaron mucho a nuestra literatura,

nombra al poeta Domingo Martínez Luján, bizarro romántico, también nombra el caso

de Manuel Beingolea, cuentista de fino humorismo y de exquisita fantasía que cultiva,

en el cuento, y a José María Eguren, que representa en nuestra historia literaria la poesía

“pura”, antes que la poesía simbolista.

Para Mariátegui, a Pedro S. Zulen. no le disgustaban únicamente el

academicismo y la retórica de los “futuristas”; le disgustaba profundamente el espíritu

conservador y tradicionalista. Frente a una generación “colonialista”, Zulen se declaró

“pro indigenista”, mientras tanto Enrique Bustamante y Ballivián, Alberto J. Ureta, se

contentaron con una separación literaria.

3.3.César Vallejo.

El primer libro de César Vallejo, “Los heraldos negros”, es la base de una nueva

poesía en el Perú. Antenor Orrego, afirma que “a partir de este sembrador se inicia una

nueva época de la libertad, de la autonomía poética, de la vernácula articulación

verbal”. (Orrego,1989)

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Mariátegui dice que, en Vallejo se encuentra, por primera vez en nuestra

literatura, “sentimiento indígena virginalmente expresado”, mientras que Melgar sigue

atascado en la retórica española, además el sentimiento indígena en Melgar es algo que

se ve en el fondo de sus versos; en Vallejo es algo que se ve aflorar plenamente al verso

mismo cambiando su estructura, vallejo está clasificado dentro de la literatura mundial,

combinado con el “simbolismo” indígena, Vallejo no recurre al folklore ni al quechua,

porque ya están en el cómo célula propia, elemento orgánico, su mensaje está en él,

manteniendo una nostalgia pura.

Para Mariátegui, Vallejo condensa la actitud espiritual de una raza, de un pueblo,

con gotas de pesimismo propios de un indio, pero lleno de ternura y caridad,

3.4.Magda Portal.

Para Mariátegui, Magda Portal es la primera poetisa peruana. Además de que la

definición de “poetisa” es hasta cierto punto un fenómeno de nuestra época. Las

poesías si no hablaban sobre el varón tampoco hablaban sobre la mujer, es decir ambas

se complementaban, “era una poesía asexual”. Pero desde que poesía de la mujer se ha

emancipado y diferenciado espiritualmente de la del hombre, las poetisas tienen una

alta categoría en el elenco de todas las literaturas. Su existencia es evidente e

interesante.

Mariátegui menciona casos Hispanoamericanos, Gabriela Mistral, Juana de

Ibarbourou, Delmira Agustini, del Perú menciona a Blanca Luz Brum, casos donde la

poesía rejuvenece gracias a la mujer. Además, que Magda Portal no es aún bastante

conocida y apreciada en el Perú ni en Hispanoamérica. Mariátegui presenta dos libros

de la primera “poetisa” peruana, un libro de prosa: El derecho de matar (La Paz, 1926)

y un libro de versos: Una esperanza y el mar (Lima, 1927). El derecho de matar nos

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presenta el espíritu rebelde y revolucionario de nuestra artista. El derecho de matar:

no se reconoce el espíritu de Magda, es lírica, tierna y humana, con la piedad de Vallejo

y plasma pensamientos de Leonardo de Vinci a los cuales nunca contradice.

Para Mariátegui el alto valor de Magda es la “verdad” de sus obras, es también

la lucha de dos principios: la vida y muerte, con una fuerte dosis psicológica, Magda

representa a la mujer “virgen, hembra y madre”.

3.5.Las corrientes de hoy. El Indigenismo.

Mariátegui dice que la corriente “indigenista” que caracteriza a la nueva literatura

peruana, traduce un estado de ánimo, un estado de conciencia del Perú nuevo, tanto así

que es comparada con primera fase del “mujikismo” como un acto revolucionario, de

igual manera con el “constructivismo” y el “futurismo” de toda Rusia, Mariátegui

menciona a nuestra escultora Carmen Saco que ha llevado en sus estatuas y dibujos a

los indios y que eso has sido su más válido pasaporte de su arte y así ganar

reconocimiento en el extranjero, cultivando el indigenismo a su manera.

El “criollismo” no se ha desarrollado muy bien, porque aún una nacionalidad en

formación, la palabra “criollo” es un término que nos sirve para designar

genéricamente una pluralidad, muy matizada de mestizos, el criollo argentino es

identificable en cualquier lugar, mientras tanto el criollo peruano no, esto porque el

costeño se diferencia mucho del serrano, hasta en Uruguay el “nativismo” se dio con

fervor, “la vida rural del Uruguay está toda transformada en sus costumbres y en sus

caracteres, por el avance del cosmopolitismo urbano”, el criollo peruano no ha acabado

aún de emanciparse espiritualmente de España, claro que hay criollos que nutren

nuestra literatura, pero el Perú necesita de los rasgos indígenas y nativos, que represente

un pueblo, una raza, una tradición, un espíritu.

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Mariátegui dice que no se puede confundir al “zambo” o al mulato con el indio

porque el “zambo” representan, en nuestro pasado, elementos coloniales, nuestra

literatura es todavía mestizos. Por eso se llama “indigenista” y no indígena. “Una

literatura indígena, si debe venir, vendrá a su tiempo. Cuando los propios indios estén

en grado de producirla”, después de estos cuatro siglos, el alma del indio casi no ha

mudado. “En las sierras abruptas, en las quebradas, a donde no ha llegado la ley del

blanco, el indio guarda aún su ley ancestral”, conservando sus viejos mitos, sin

entender la metafísica católica. El libro de Enrique López Albújar, escritor de la

generación radical, Cuentos andinos, es el primero que en nuestro tiempo explora estos

caminos.

Pero volviendo al tema, el mestizaje es un fenómeno que ha producido una

variedad compleja, en vez de resolver una dualidad, la del español y el indio, el chino

y el negro complican el mestizaje costeño, resaltando la medicina china, su agricultura,

en conclusión, no suma ni resta nada al mestizaje, mientras que el negro trajo su

sensualidad, su superstición, su primitivismo. No estaba en condiciones de contribuir

a la creación de una cultura, sino más bien de estorbarla.

Mariátegui dice que todo se da gracias a una sociedad es así que cita a Vilfredo

Pareto que distingue las siguientes categorías que determinan una sociedad: “primero

está el suelo, el clima, la flora, la fauna, la geología, mineralógicas, etc.; segundo

elementos externos como el espacio y el tiempo; y por ultimo elementos internos, como

la raza, los residuos o sea los sentimientos que manifiestan, las inclinaciones, los

intereses, las aptitudes al razonamiento, a la observación, el estado de los

conocimientos, etc.”. (Pareto, 1916)

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Finalmente, Mariátegui dice que el indio está detenido, paralizado, listo para

expandirse, pero aún falta para que llegue ese momento-

3.6.Alcides Spelucín

Mariátegui dice que comparten muchas cosas como: decadentismo, modernismo,

estetismo, individualismo, escepticismo. Partieron al extranjero en busca del secreto

de ellos mismos. Mariátegui cuenta su viaje en un libro de política; Spelucín cuenta el

suyo en un libro de poesía, encontrando a Dios y descubriendo a la Humanidad,

Claro ejemplo que toma Mariátegui es El libro de la nave dorada es una estación

del viaje y del espíritu de Alcides Spelucín, demostrando su gran estética, este libro es

en la poesía de América algo así como una encantada prolongación de la “Sinfonía en

gris mayor”, Alcides se asemeja a Vallejo en la piedad humana, en la ternura humilde,

en la efusión cordial, cristianismo espontáneo y sustancial. (Spelucín 1926)

3.7.Balance Provisorio

José Carlos Mariátegui en esta última parte aclara que ha realizado un ensayo de

interpretación de su espíritu; no de revisión de sus valores ni de sus episodios, su

trabajo pretende ser una teoría o una tesis y no un análisis.

También concientizar y dejar de lado el “colonialismo”, siendo Riva Agüero el

último por salvar la Colonia, en nosotros la nueva generación esta lograrlo, hace un

llamamiento a un nuevo sentimiento, a una nueva revelación. “Por los caminos

universales, ecuménicos, que tanto se nos reprochan, nos vamos acercando cada vez

más a nosotros mismos”.

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CONCLUSIONES

PRIMERO: José Carlos Mariátegui no pretende participar en la historia de la literatura, con


una crítica imparcial y política, esto es muy resaltante en Mariátegui, el cómo
critico nos ayuda a nosotros los lectores a entender cómo es que nuestra
literatura fue pasando por varias etapas, etapas vanguardistas y otras
retrocediendo y sin olvidar el pasado de colonia, u otros donde no olvidaron el
lado indígena, Mariátegui nos invita a seguir cultivando el indigenismo nativo
en nosotros.

SEGUNDO: Mariátegui es muy duro en sus críticas, claro ejemplo lo es el costumbrista


Ricardo Palma, por mi parte como estudiante, no estoy de acuerdo con la
posición de Mariátegui, talvez porque crecí leyendo a Ricardo Palma, pero al
mismo tiempo Mariátegui sabe sostener su crítica, si bien es cierto Palma
rescata tradiciones de nuestro Perú, pero sin embargo lo hace como un limeño
que apenas está conociendo lo oriundo de nuestro país sin comprenderlo
totalmente.

TERCERO: Mariátegui arremete fuertemente al grupo “colónida”, pero de todo este


experimento según Mariátegui, Valdelomar es un buen producto, me encanta
esta idea, Valdelomar en sus inicios era un apersona ególatra, con mucha
delicadeza, es así que en sus obras plasmaba todo ese ser, pero sin embargo
según Mariátegui, Valdelomar fue comprendiendo al indígena, sin conocerlo
por completo, recordó su pasado indígena y lo plasmo de gran manera en todas
sus obras.

CUARTO: Lo que me gustó también sobre la crítica de José Carlos Mariátegui, es que le
dio el papel protagónico a Cesar Vallejo en esta parte de su obra, justifica de
gran manera al poeta Mariano Melgar, nombra a todas las personas que conoció
y que puede dar fe de su gran trabajo como Alcides Spelucín, y sobre todo
descubre a la poetisa Magda Portal, clara señal de empoderamiento de la mujer,
en conclusión, me gusto leer el séptimo ensayo de José Carlos Mariátegui,
porque el cómo peruano hace una crítica y un llamamiento a todos los hijos del
inca a no olvidar nuestro pasado.

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REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS

Gobetti, Piero. (1927). “Opera Critica, parte prima”, p. 88.

Croce, Benedetto. (1969). “Nuovi Saggi di Estetica, ensayo sobre la crítica literaria
como filosofía”, pp. 205 a 207.

Riva, Agüero. (1905). “Carácter de la literatura del Perú independiente” Editorial


Universitaria, Lima.

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Gálvez, José. (1915). “Posibilidad de una genuina literatura nacional”, p. 71.

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Haya de la Torre. (1927). “En Sagitario y en Por la emancipación de la América Latina”,


Buenos Aires, p. 139.

More, Federico. (1924). “De un ensayo sobre las literaturas del Perú”, en El Diario de
la Marina de La Habana y El Norte de Trujillo.

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Gálvez, José. (1915). “Posibilidad de una genuina literatura nacional”, p, 33 y 34.

En el Boletín Bibliográfico de la Universidad de Lima. (1915). No 15 (diciembre de


1915).

Orrego, Antenor. (1989). “Panoramas, ensayo sobre César Vallejo.”

López Albújar. (1920). “Escritor de la generación radical, Cuentos andinos.”

Pareto, Vilfredo. (1916). “Trattato di Sociologia Generale”, t. III, p. 265

Spelucín, Alcides. (1926). “El libro de la nave dorada”, Ediciones de El Norte, Trujillo.

BIBLIOGRAFÍA

Mariátegui, José, C. (1928). “7 Ensayos de Interpretación de la Realidad Peruana”,


Editorial Amauta.

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