Ellacuria Diez Anos Despues
Ellacuria Diez Anos Despues
Ellacuria Diez Anos Despues
Ellacuría
Escritos
. universitarios
IElUCA
~editores
Ignacio Ellacuría
Escritos universitarios
UCA Editores
San Salvador, El Salvador, 1999
9-1- le
Presentación 13
7
6
Funciones fundamentales de la universidad 2.2.3. Posibilitación de la investigación ............ ·132
y su operativización . 105 2.2.4. Planificación general de la investigación 134
2.2.5. El Instituto de Investigaciones ................. 135
1. La identidad propia de la VCA . 106 2.3. La docencia ......................................................... 136
1.1. Para el cambio social . 106 2.3.1. Ideal y realidad de la docencia
1.2. Vniversitariamente . 108 en la VCA ................................................ 136
1.3. Inspiración cristiana . 110 2.3.1.1. Ideal de la docencia .................... 136
2. Funciones fundamentales de la VCA en la situación 2.3.1.2. Dificultades reales al ideal de la
salvadoreña . 112 docencia ...................................... 137
2.1. La proyección social . 113 2.3.2. Principios genéricos para adecuar el ideal
2.1.1. ¿Qué se entiende por proyección social? . 113 y la realidad de la docencia ..................... 139
2.1.2. Políticas fundamentales para realizar la 2.3.3. Medios genéricos para adecuar el ideal y
proyección social . 114 la realidad de la docencia ........................ 141
2.1.2.1. Determinación del cambio social 2.3.3.1. Responsabilidad de la dirección
que se debe propiciar hoy . 114 de la VCA ................................... 141
2.1.2.2. Determinación del interlocutor 2.3.3.2. Atención y exigencias a los
de la VCA . 116 docentes ...................................... 142
2.1.2.3. Ampliación y fortalecimiento 2.3.3.3. Atención y exigencias a los
de mecanismos de proyección alumnos ...................................... 142
social . 119 3. Operativización de la finalidad y las funciones
2.1.3. Los modos fundamentales de la de la VCA .....................................................................144
proyección social . 121 3.1. Operativización de la proyección social ............. 144
2.1.3.1. La misma existencia típica 3.1.1. La tarea fundamental de la proyección
de la VCA . 121 social ........................................................ 144
2.1.3.2. Incidencia en la conciencia y 3.1.2. Actividades de proyección social ............ 145
praxis eclesial . 123 3.1.2.1. Impacto de la VCA como
2.1.3.3. Algunas investigaciones . 124 totalidad en lo coyuntural y
2.1.3.4. El impacto de la docencia . 125 estructural ................................... 145
2.1.3.5. El servicio social . 126 3.1.2.2. Impacto profesional de los
2.1.3.6. Los medios de comunicación departamentos de la VCA .......... 147
social . 127 3.1.2.3. Creación de modelos efectivos
2.1.3.7. Las presentaciones públicas . 128 y viables ..................................... 148
2.2. La investigación . 128 3.1.2.4. Potenciación del servicio social. 149
2.2.1. El principio rector de la investigación . 129 3.1.3. Tareas relacionadas con la proyección
2.2.2. Algunos criterios orientadores de la social ........................................................ 149
investigación . 131
8 9
3.1.3.1 Determinación del impacto real
3.4. Operativización de otras tareas importantes . 163
de la proyección social y sus 3.4.1. Participación del personal y generación
causas . 150 de mística . 163
3.1.3.2. Vinculaciones internacionales . 151 3.4.1.1. Participación en el proceso de
3.1.3.3. Impulsar y planificar la
reforma académica . 163
proyección social . 152 3A1.2. Funcionamiento creativo de los
3.2. Operativización de la investigación . 152 164
diversos órganos institucionales.
3.2.1. Obstáculos reales para la investigación
3.4.1.3. Ampliación de los colaboradores
en la VCA . 153 activos . 164
3.2.2. Tareas inmediatas para superar esta
3.4.1.4. Mejoramiento de la información
situación . 154 interna de la VCA . 165
3.2.3. Tareas para la estructuración e
3.4.1.5. Integrar a las familias en el
institucionalización de la investigación ... 155 proceso de la VCA . 165
3.2.3.1. Elaboración de "un" plan de 3.4.1.6. Mayor atención al estudiantado. 165
investigación . 155 3.4.2. Explicitación de la inspiración cristiana
3.2.3.2. Creación del Consejo General de la VCA . 165
de Investigación . 156 3.4.3 Relaciones públicas . 167
3.2.3.3. Asignación y consecución de
recursos . 156 Universidad y política . 169
3.3. Operativización de la docencia . 157
3.3.1. La reforma curricular. . 157 1. La necesidad de resolver el problema de la politicidad
3.3.1.1. Establecer claramente los en la universidad . 171
principios de la reforma 2. En busca de la verdadera y necesaria politización de
curricular . 158 la universidad . 177
3.3.1.2. Establecer pautas orientativas 3. La proyección social como criterio de normatividad
de unificación de las carreras ..... 158 de la politicidad de la universidad . 186
3.3.1.3. Revisar los programas de las 4. Las mayorías oprimidas como punto de mira
diversas materias . 159 fundamental de la proyección social y,
3.3.1.4. Revisar métodos de enseñanza y consecuentemente, de la politización universitaria . 195
evaluación . 159
3.3.1.5. Revisar el registro académico . 160 Universidad, derechos humanos y mayorías
3.3.2. Sentar las bases para estudios de populares . 203
postgrado . 161
3.3.3. Limitación en el número de matrícula [1. Las mayorías populares como objetivo último e
y políticas de admisión . 161 integral de la universidad] . 208
3.3.4. Selección del personal docente . 162 [2. La universidad como razón pública y procesada de
las mayorías populares] . 212
10
11
[3. La universidad como lugar de libertad] .
12
Diez años después,
¿es posible una universidad distinta?
50 51
nales y, a través de ellos, las grandes contribuidoras a la operatividad necesitara también de un máximo de cientificidad. Otras veces, por
del sistema social. Pueden producir los instrumentos operativos, ade- tratar de buscar un máximo de eticidad urgente e inmediatista, se ha
más de los manejado res de esos instrumentos, de las políticas nacio- ido en busca de una acción política para la cual no se está instrumen-
nales en el orden económico, en el orden educativo, en el orden técni- talmente preparada y para la cual no cuenta con el poder debido,
co, en el orden de la salud pública, etc. Son, finalmente, campo pro- con menoscabo evidente de la preparación científica y técnica. ¿No
picio para la actividad de los movimientos políticos, y este carácter será posible una forma distinta de cumplir con la inexorable mi-
propicio muestra indirectamente el carácter politizable de la estructu- sión política de la universidad? Es esta pregunta la que nos lleva al
ra y de la dinámica universitaria. tema de una universidad distinta, una universidad que como uni-
La virtualidad política de la universidad es de por sí evidente. versidad y universitariamente responda a su misión histórica, una
Por otro lado, sólo ante la incidencia de la universidad en la realidad universidad que universitariamente pruebe su eficacia política en la
histórica socio-política, se ve lo que ella es realmente. Toda otra con- configuración de una nueva sociedad y también en la configura-
sideración es peyorativamente abstracta; negaría lo que es la realidad ción del poder del Estado.
concreta de la universidad e implicaría la dejación de una de las ¿Cuáles serían las características universitarias de esta nueva
posibilidades más serias como institución de utilidad pública. forma de cumplir con la misión política de la universidad? La misión
Pero hay dos formas inadecuadas y falsificadas de cumplir con política de la universidad ya ha quedado definida en los documen-
esta misión política. Una, la de contribuir a robustecer el sistema tos anteriores citados; lo que pretenderíamos ahora es precisar y con-
imperante, respondiendo positivamente a sus demandas y, o no per- cretar en qué consiste el modo universitario de realizar una tarea de
turbando su marcha, mediante un presunto cultivo neutro del saber liberación, para saber si esta tarea es posible de realizar por parte
y de la técnica. Otra, la de enfrentarse con el sistema, sobre todo de la universidad y para saber los límites universitarios de su ac-
con esa parte del sistema que es el Estado, según el modo de hacer ción. No se puede admitir desde un principio que la única forma
de un partido político de la oposición o de las organizaciones popu- pensable de que la universidad realizara una seria acción política
l~res, cuya actividad política está determinada por su objetivo prin- en la transformación liberadora de la sociedad, consistiera en dejar
cipal de la toma del poder del Estado. La universidad, por su pro- de ser universidad al convertirse en organización política revolu-
pio carácter crítico, por su necesidad fundamental de racionalidad cionaria. Es ciertamente peligroso referirse a lo no hecho como aque-
y de eticidad, no puede reducirse a favorecer indiscriminadamente llo que no se ha podido cumplir, porque todavía no ha sido posible
ningún sistema político ni ningún sistema social dado; pero tampoco, o porque ha habido dificultades coyunturales, que lo han impedi-
puede, en el fondo por el mismo talante de racionalidad y de eticidad, do. Pudiera ser que lo que aparece como coyuntural sea, en el fondo,
abandonar su propio modo universitario de enfrentarse con la rea- estructural, en cuyo caso, las distintas coyunturas imposibilitantes se-
lidad política. rían tan sólo las diferentes máscaras con que se presentaría una
misma dificultad estructural. Pero antes de admitirlo es menester
Es bastante claro que las universidades latinoamericanas han
definir con claridad cuáles son las características de la dimensión
propendido a caer en una de esas dos formas falsas de politización.
universitaria, en su obligada necesidad de cumplir con su misión
Unas veces, por reacción frente a excesivas politizaciones o, lo que
política.
es peor, con el decidido propósito de favorecer a los más favoreci-
dos, se ha dedicado a anestesiar a los estudiantes con la pretensión El definir estas características tiene la doble ventaja de ayudar a
de un máximo de cientificidad neutra, como si la realidad social no que la universidad vaya en busca de su propia mismidad, de modo
que ni presiones ni cantos de sirena la saquen de su propio rumbo,
52
53
y la de contar con un criterio, según el cual juzgar si desde sí misma un determinado momento histórico, la superación anuladora de las
esto ~s, ,sin sali.rse de sí, sin desfigurar su propia realidad, pued~ diferencias, tiene que ponerse de parte de aquellos sectores, que no
contribuir sólo son la mayoría, una mayoría tan aplastante, que ya sólo por
., . efectiva e insustituiblemente al proceso de transform a _
clan nacional, incluso en circunstancias en que las estructuras so- esta razón cuantitativa puede considerarse como la auténtica repre-
cio-políticas dominantes fueran opuestas al modo de esa transfor- sentativa de los intereses generales, sino que son la mayoría injusta-
mación. mente deshumanizada. En ese sentido, no pueden ser las clases
dominantes el criterio de su orientación, sino los intereses objeti-
En busca de las características propiamente universitarias de la
vos, científicamente procesados, de las mayorías oprimidas.
misión política ?e la universidad nos vamos a preguntar: en primer
lugar, por el honzonte de la actividad universitaria; en segundo lugar, Se trata con esto de parcial izar la universidad o, por mejor de-
por el campo propio de esa actividad; en tercer lugar, por su modo de cir, de optar por una de las parcializaciones ineludibles. Cualquier
actuación; en cuarto lugar, por su talante fundamental; finalmente decisión, cualquier acción contribuye al apoyo de una u otra parcia-
por su objetivo inmediato. ' lización. Este fenómeno no se da de una manera totalmente pura,
pues una misma acción puede servir a intereses contrapuestos, pero
el horizonte debe estar claro y asimismo lo debe estar la decisión
[1.1. Las mayorías oprimidas como horizonte de la actividad fundamental para poder acertar en la marcha del proceso histórico.
universitaria] La consideración, en efecto, no puede ser estática ni mecánica; tiene
La pregunta por el horizonte de la actividad universitaria es una que ser dinámica e histórica, esto es, que atienda al momento pre-
p~~gunta por. aquello, que constituye el punto de vista último y tam- sente, pero en cuanto este momento presente prepara un futuro u
bién la finalidad mas honda de lo que esa actividad pretende. A otro. El futuro pende del presente, pero el presente no se agota en
esta pregunta podría responderse que es la realidad nacional o en ser preparación del futuro: tiene sus propios derechos y tiene sus
~érminos más humanos, el pueblo salvadoreño. Tal respuesta tie;e la propias necesidades. Esta es la razón por la cual puede haber coin-
rndudable ventaja de ser estructural y de sobrepasar consideraciones cidencia de intereses en un presente determinado, pero esta coinci-
individualistas, pero no tiene en cuanta la actual estructuración de dencia no debiera significar la identificación de los procesos. Tam-
la realidad nacional y del pueblo salvadoreño. La realidad nacional bién las líneas que se cruzan tienen su punto de identificación,
y del pueblo salvadoreño no sólo se presentan en términos de in- marchando como van por direcciones opuestas.
justicia establecida y de violencia estructural, ni sólo en términos De ahí que la universidad ni siquiera deba tener como criterio
de dependencia internacional, sino como sociedad dividida, en que fundamental y como horizonte último de su actividad los intereses
las partes tienen intereses contrapuestos, pues la minoría dominan- subjetivos de alumnos y profesores, a no ser que estos intereses sub-
te no puede "identificar" los suyos con los de las mayorías oprimi- jetivos coincidieran con los intereses objetivos de las mayorías opri-
das, pues en su inmediatez contrapuesta son contrarios, activamen- midas. El argumento de que los estudiantes pagan no les da dere-
te contrarios. Esto no significa necesariamente que no puedan en- cho absoluto sobre la dirección del trabajo universitario, en cuanto
contrarse entre ambas partes intereses "materialmente" comunes esta dirección implica un horizonte último, por la simple razón de
" coyun turalmente"
ura mente comunes, pero sí marca una distinción funda- ' que no financian ni siquiera la totalidad de su educación y, mucho
mental, respecto de la cual hay que tomar partido. menos, la totalidad de la actividad universitaria; pero, aunque fi-
Pues bien, una universidad de inspiración cristiana no puede te- nanciaran todo lo que cuestan, tampoco tendrían derecho absoluto
ner duda sobre el partido que ha de tomar. No siendo posible, en --el que no tengan derecho absoluto no significan que no tengan
54 55
derechos relativos-, pues no tendría esa finalidad de financiacI"
, funci
SI no es en unción de una determinada estructura de la socied '
On , edir que ésta se desvirtúe en su tarea política, La es-
d d Y de irnp , 1 d' , " d 1 t
d fi iti 1" , ad a ificlda
idad umv
'ersitaria , en una correcta teona de a rvision , " e , ra-
que, en e irn iva, Imltana y relativizaría ese derecho, Parecido
pec be
b 'o de ser mantenida' , de lo contrario,
" regresamos a un, prtrrutívísmo
argumento p~ede hacerse de los intereses subjetivos de los profe_
aJ ' d amen te ahistórico, que pnvana a los que no tienen voz de
absur
sores y todavía con mayor razón, por cuanto ellos reciben un pa
t b ' , go uno d e s us Puntos de apoyo fundamentales,
pO,r su ra ajo y no SIempre están identificados con los intereses
mas generales de la universidad, , ue entonces la cultura debe ser entendida de otra forma,
Claro q. , b'
No es difí '1 hacerla ' Cuando hablamos aqui de cultura, la conce 1-
1 ICI
Cuestión completamente distinta es cómo se pueden encont
1 int bi , rar el sentido que tiene en expresiones como agri-cultura, esto
os m eres es o jenvos de las grandes mayorías oprimidas desde mas en ,, l' d e
de v! , un es como cultivo de la realidad , como aCCIOn cu tiva ora y transtor-
,
punto e VIsta unIve:sitario, En este punto, la aportación de profe-
m~dora de la realidad, Lo que debe ,buscar la c~ltura de la unIve~-
sores y alumnos debiera ser decisiva, sobre todo si logran ir identí.
id d es hacer de sus miembros cultivadores racionales de la reah-
~cando sus propios intereses privados con los de las mayorías in- SI a , ido nrá , t
Justamente deshumanizadas, dad, La cultura tiene un esencial senti o praxico, por cU,a,no pro-
,
viene de una necesidad de acción y debe llevar a una aCCIOn
, " trans-
Si este horizonte de las mayorías oprimidas se toma en serio si formadora del propio sujeto y de su contorno natural e histórico.
se l,~ a~opta efectivamente como criterio permanente de la orga~i-
Como elementos materiales suyos incluye un estricto saber de
z~~IOn I~terna de la universidad en todos sus estratos y de su ac-
la naturaleza y de la sociedad; ni sólo de la naturaleza ni sólo de la
CIOn hacía afuera, ya contaría con un elemento esencial para ir
sociedad, sino de ambas en su necesaria implicación; abarca un
encontrando el carácter propio de su misión política, Este horizon-
dominio de las técnicas transformadoras de la naturaleza, del hom-
te no es, de ningún modo, exclusivo de la universidad; lo debe ser
bre y de la sociedad, Pero este saber hacer y este, hacer sabio no
d~ to~~ institución que éticamente quiera ponerse en la debida
son intemporales; deben estar dirigidos desde el honzonte, qu: a~tes
dírección de nuestro proceso histórico, en este momento determi-
propusimos, Esto no significa una reducción del saber o de la ,tecmca,
nado" Sól~ que en la ~n!versidad repercutirá de un modo propio y
al menos necesariamente, sino tan sólo un principio de selección, que
la unIversIdad lo servirá conforme a su propia peculiaridad, Los
debe ser sacado de lo que es, en cada caso, la realidad nacional, en su
rasgos de su peculiaridad podrán apreciarse en las características
que a continuación desarrollamos, concreto proceso histórico, Es su estudio una de las fundamentales
dimensiones de la cultura, de la cultura nacional.
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57
cer a la cultura del país, a la conciencia de su propia realidad. Pero no se ha dejado ser lo que son ya desde tiempos precolombinos,
como se trata de una cultura operativa, lo que se ha de ir buscando como una revolución cultural. Una revolución cultural consistente
es una conciencia colectiva debidamente procesada y conveniente- en la revisión a fondo del sistema de valores introyectado, en su
mente operativizada; no se afirma con esto un idealismo de la histo- destrucción, si es menester, y en la construcción de nuevos valores
ria, porque la búsqueda de una conciencia lúcida no supone que la que respondan realmente a las posibilidades reales del hombre sal-
conciencia, sobre todo, la conciencia colectiva, pueda lograrse con vadoreño, en este momento determinado del proceso histórico y en
independencia de las estructuras sociales y del hacer colectivo co- este medio geográfico propio.
tidiano. Lo que se afirma es que el puro hacer no siempre explicita
Desde esta perspectiva, la cultura se convierte en lucha ideoló-
la debida conciencia y que sin conciencia procesada no hay la debida
gica. El término puede parecer prestado. Pero no lo es, porque la
cultura. cultura ha sido inmemorial mente combate contra otras culturas do-
Lo que efectivamente trae entre manos la cultura nacional es la minantes. Y la cultura como saber, si muchas veces ha sido instru-
realidad histórica de la nación, la realidad dinámica de una nación mento de dominación, puesto al servicio de su mejor pagador, ha
que se está haciendo y a cuyo hacer constituyen una multitud de sido también y lo es, por su propia condición, crítica de lo que hay
factores. La cultura comprende, por lo tanto, no sólo el conocimiento y sacudimiento de la modorra aquietadora. La cultura creativa es
procesado de la realidad nacional, no sólo la anticipación de su rompimiento. Aunque su primera barrera sea con frecuencia la fo-
futuro, según plazos escalonados -en este sentido, un plan quinquenal silización de una cultura pasada.
de desarrollo, por ejemplo, pertenece de lleno a lo que aquí estamos
Es así como la universidad puede convertirse en conciencia crí-
entendiendo por cultura-, sino el trazado de los caminos y la pre-
tica y creadora de la realidad nacional". "El concepto de 'concien-
paración de los medios para su realización.
cia' no implica un movimiento puramente ético, subjetivo y opcio-
En esta búsqueda de la cultura nacional es claro que la univer- nal; hace explícita referencia a "con-ciencia": no hay conciencia
sidad no es la generadora única; es más bien sólo su procesadora universitaria sin que haya ciencia universitaria, método y estilo uni-
crítica y técnica. Pero lo que sí debe intentar la universidad es dar versitario, que serán históricos y cambiantes, pero con estructura
resonancia al sentir profundo del pueblo, al sentir de sus necesida- propia y peculiar. Finalmente, la crítica y la operatividad que se
des, de sus intereses, de sus sentimientos, de sus apetencias, de sus reclaman de esta ciencia, que es de las cosas, desde la situación y
valores. Cultura nacional no es, entonces, folclore nacional, aun- para la transformación, deben desprenderse de esta ciencia y con-
que el folclore puede que exprese algunos aspectos importantes del ciencia creadoras, así como éstas, dialécticamente, deben alimen-
ser popular. Una consideración estetizante de la cultura nacional pue- tarse de la verdad que da el manejo mismo de la realidad, tanto
de llevar al narcisismo y a la dominación, cuando lo que se necesita natural como social'". La cultura convertida en conciencia crítica
es operatividad para la construcción de un hombre nuevo, en una y operativa es lo que se puede y debe exigir de la universidad. Saber
tierra nueva. La cultura debe ser vigilancia despierta, tensión hacia lo que son las cosas, saber cómo deben ser las cosas. Saber lo que se
el futuro, transformación.
La cultura en su función activa debe ir a la constitución de nuevos 3. Discurso de la Universidad Centroamericana "José Simeón Cañas", en la fir-
valores. Por ello, debe desenmascarar los presentes, en muchos de las ma del contrato con el BID, op. cit., p. 111, Y Manual de organización, op.
cuales no será difícil descubrir instrumentos de dominación. Es cit., p. 8.
claro que pocas cosas son tan necesarias en estos países, a los que 4. I. Ellacuría, "Presentación al libro de Martín Baró, Psicodiagnóstico de Amé-
rica Latina ", ECA 285 (1972) 502.
58 59
hace y cómo se debe hacer en la unidad de una con- ciencia, que es, [1.3. La palabra eficaz como método de la acción universitaria]
en definitiva, la unidad operativa e histórica de un pueblo que se El modo de actuación, el método fundamental de la acción uni-
busca a sí mismo con el aporte de todos. versitaria podría formularse como el de la palabra eficaz. Tal vez
Lo cual nos remite a la grave cuestión del quién de esa concien- pudiera parecer que esto es poco, que lo que necesitan nuestros
cia, del quién de esa cultura. La cultura en el sentido aquí empleado pueblos no son palabras, sino acciones, que las palabras poco pue-
es, efectivamente, una cultura-de: pertenece a un determinado pue- den en un mundo determinado por poderes bien definidos y por es-
blo histórico, unido en su marcha histórica con otros pueblos, y es tructuras bien fijas, frente a las cuales la ciencia y la conciencia,
cultivo de ese pueblo. Si es así, no se ve fácil la tarea universitaria, así como su transmisión por la palabra, poco tienen que decir. Se
que corre el peligro de no ser ni tarea del pueblo, ni tarea para el podrá reconocer cierta eficiencia de la palabra, de la cultura hecha
pueblo. Y esto no primariamente porque no sea el pueblo quien palabra, respecto a las conciencias personales, pero es difícil ver
esté físicamente presente en la universidad, ni porque la universi- su eficacia respecto de la marcha estructural de la historia.
dad no tenga que reducirse a niveles asimilables popularmente por Todo dependerá de lo que se entienda por palabra eficaz y de lo
las grandes mayorías, sino por la dificultad intrínseca de promover que se aprecie como posibilidad real de la acción universitaria.
una cultura del pueblo sin salirse, a través del necesario instrumen- [Marx escribió un día: "es evidente que el arma de la crítica no
tal teórico, de lo que es la realidad que se quiere cultivar y elevar a puede suplir la crítica de las armas, que el poder material tiene que
conciencia. Pero la dificultad de la tarea no obsta para que se re- ser derrocado por el poder material, pero también la teoría se con-
conozca en la cultura y en la cultura del pueblo, el campo y el instru- vierte en un poder material, siempre y cuando se adueñe de las
mental propio del trabajo universitario. No hay conciencias ni cul- masas'". Hay, pues, posibilidades, reconocidas por los más vigoro-
turas absolutas, sueltas y sustantivadas; son siempre conciencias y sos materialistas, de convertir la palabra en fuerza social, en poder
culturas de alguien; y en cada caso se debe estar muy claro de material; cuanto más por quienes no profesamos un materialismo
quién es ese alguien. tan reduccionista" .]
Esta cultura debe ser promovida radicalmente y desde todos los Por palabra se entiende aquí la comunicación recibida y com-
campos. No se puede dejar la historia de un pueblo en las manos prendida de la cultura reelaborada en la universidad, tal como se
exclusivas de los cultivadores políticos del pueblo, de los cultiva- describió el término en el apartado anterior. Cultura y palabra son
dores que buscan el poder para el pueblo, ya no digamos de culti- así inseparables. La cultura de la universidad no puede quedarse
vadores de otro corte político. La cultura es mucho más que eso, la dentro de ella si no que es, desde un principio, cultivo, acción o, al
cultura es aquello de que se vive y no aquello por que se muere. menos, principio de acción. ¿Quién o qué puede asegurar que esa
Deberá ser una cultura que rompa con todo vínculo de dominación, palabra sea eficaz, que haga lo que dice?
una cultura que avanza hacia una liberación siempre mayor, pero
Por lo pronto, se necesita que la palabra sea poderosa. El poder
una cultura realmente vivida en cada paso del proceso. La meta
de esa palabra se apoyará, ante todo, en lo que tenga de racionali-
final condiciona los caminos, pero no anula su autonomía y, desde
luego, no evita los pasos de cada día. Si la universidad hace algo
importante en este campo de la cultura, habrá contribuido muy 5. Citado por George Lukács, El asalto a la razón (Barcelona-México, 1968), p.
seriamente a dar vida al pueblo. 691.
6. Ponencia de 1. Ellacuría, titulada "La dimensión política de la universidad".
[Nota del editor.]
60 61
dad y, en su caso, de cientificidad. El saber es cada vez más un privilegiara exclusivamente la autonomía de la conciencia; y no lo
poder, sobre todo si ese saber es, por su propia naturaleza, efecti- es, porque la universidad debe entenderse a sí misma tan sólo como
vo; y será efectivo cuando proponga los mejores medios y los más uno de los factores de la estructura social, al que le compete no
eficaces para determinados fines, cuando proponga las mejores so- tanto las realizaciones ni técnicas ni políticas, sino los principios
luciones para problemas apremiantes. de la realización, donde por principios se entienden los instrumen-
Este saber comunicado y recibido muestra su eficacia en diver- tos dinámicos de la realiz~ción y no puros planteamientos teóricos.
sos órdenes. En el orden técnico, donde respecto de diversas reali-
zaciones prácticas, puede mostrarse como inapelablemente mejor.
En el orden del análisis de la realidad, del juicio que esa realidad [1.4. La beligerancia como talante fundamental de la actividad
merece y de los medios para transformarIa; este orden es ya más universitaria]
difícil de aceptar, porque pueden hacerIe resistencia intereses e ideo- El talante fundamental de la actividad universitaria, que tiene
logías. En el orden del enjuiciamiento ético, tanto de orientaciones por horizonte la situación real de las mayorías oprimidas, no puede
generales como de determinadas acciones públicas. Una universidad ser el del conformismo o el de la conciliación. Tiene que ser un
reconocida por su objetividad teórica, por su imparcialidad respecto talante beligerante. La beligerancia es, en nuestra situación, una
de los intereses de las clases dominantes y de los poderes públicos, característica importante del quehacer universitario. La universidad
puede suponer un peso importante frente a acontecimientos importan- es, en nuestra situación, una de las pocas instituciones que puede
tes. de verdad ser beligerante. Y debe serIo.
Más, en general, si va logrando una cultura, tal como fue des- La razón, en efecto, es de por sí beligerante frente a la irracio-
crita en el apartado anterior y se va logrando comunicar esa cultura a nalidad reinante, esto es, ante una estructuración de la realidad his-
la realidad y a la conciencia nacional, la eficacia será innegable. Po- tórica en términos de flagrante irracionalidad, la universidad como
drá ser lenta, porque la historia tiene su propio paso, que no es el de cultivadora crítica de la razón no puede menos de ser y de sentirse
las vidas individuales, pero hará historia. Y lo que no llega a con- beligerante. Su beligerancia, desde este punto de vista, consistiría
vertirse en historia, más en concreto en estructura histórica, corre el en la denuncia de la irracionalidad y en el esfuerzo por superar esa
peligro de ser flor de un día para los demás, aunque para uno mismo irrealidad de lo irracional. No es que lo irracional no exista, no es
cobre singular relieve. que todo lo real sea racional; es que su existencia es tan falsa, que
La palabra hecha historia tiene así su modo propio de ser efi- sólo una realización nueva podría acabar con su falsedad. No se
caz, cuando se trata de una palabra universitaria. Supone una co- trata de una pura ausencia de razón, lo cual no suscitaría belige-
municación a eso que, un tanto indiscriminadamente pero con al- rancia positiva; se trata de positiva irracionalidad y una irracionali-
guna verdad, puede llamarse conciencia colectiva, cualesquiera sean dad configuradora de la sociedad y de la historia y, a través de
los mecanismos de funcionamiento de esa conciencia; supone tam- ellas, de las conductas personales.
bién el que tome carne en esas estructuras históricas, generadoras Si esta situación, además de irracional, es de positiva injusticia,
de acciones nuevas, de actitudes nuevas, de realizaciones nuevas. la beligerancia está todavía más exigida. Y este es el caso de nues-
Si se logra algo así como una conciencia colectiva y paulatinamen- tra situación. Voces pacíficas y muy autorizadas han hablado repe-
te se va logrando objetivar esa conciencia en instituciones, la efica- tidas veces de violencia institucional, de injusticia institucionalizada.
cia está asegurada. No es esto un idealismo de la historia, que El pequeño reducto de idealismo que puede representar la univer-
sidad, por la juventud idealista de su alumnado y por la relativa
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segregación de sus profesores respecto de las estructuras directamen- dirigida a la transformación de las personas, sino a la transforma-
te dominantes, hacen más posible que, no sólo personalmente, sino ción de las estructuras. NO son, en principio, dos misiones contrarias,
como grupo institucional, pueda la universidad mostrarse belige- que se excluyan entre sí, la referencia a las personas y la referen-
rante contra la injusticia reinante. cia a las estructuras; pero de poner el acento en una de ellas cam-
Si, además, se sostiene que el horizonte de la universidad es el biará notoriamente la dirección del trabajo universitario. Y lo que
de las mayorías oprimidas, y este horizonte no se reduce a ser un aquí se propone es cargar decididamente el acento sobre el proble-
ma estructural.
puro marco teórico, sino una realidad vivenciada, entonces, la beli-
gerancia es inevitable. La razón es obvia, por más que obviamente se haya dado por
Este talante que hemos llamado beligerante, que puede expre- cierto que la universidad deba ir dirigida primordialmente a perso-
sarse en términos de lucha, no es llamada a la irresponsabilidad ni nas y a la formación de personas, sean éstas los profesionales en el
al uso de elementos no universitarios. No estamos definiendo los ejercicio de su profesión. Si, efectivamente, la universidad busca
medios de acción, sino el talante de la actividad universitaria. Es últimamente la transformación de la realidad nacional y la realidad
respecto de la cultura y a través de la palabra eficaz como el uni- nacional es formalmente de índole estructural, quien no busque direc-
versitario debe ser beligerante. La protesta universitaria para ser tamente la acción sobre las estructuras no encontrará la realidad. Esto
protesta no necesita de alaridos y de acciones violentas. Pero es es así desde un punto de vista si se quiere general, independiente
todo lo contrario de una actitud pasiva y contemplativa; es activa y de una experiencia determinada, aunque fundado en cualquier ex-
esperanzadora; quiere luchar por un futuro mejor y sabe de ante- periencia posible; la realidad en general es estructural y la realidad
mano que ese futuro no le será regalado. Sabe que va a entrar en social es especialmente estructural. Pero es así también por razo-
permanentes conflictos con quienes defienden otros puntos de vis- nes comprobadamente empíricas. No hay otra posibilidad de al-
ta y, sobre todo, otros intereses, y no puede arredrarse ante las pre- canzar una dimensión como es la de la realidad nacional, que la de
siones y ante las dificultades. Es en este contexto de la rebeldía ir en busca de sus estructuras; de lo contrario, la realidad nacional,
contra la injusticia y la irracionalidad, de la resistencia contra quie- perseguida a través de sus partes o de sus individuos, es evidente-
nes no permiten a la universidad cumplir con su misión como debe mente inalcanzable, y aunque fuera alcanzable, resultaría inopera-
verse la necesidad del talante beligerante. No estamos en una so- ble.
ciedad desinteresada y en equilibrio; al contrario, estamos en una Este punto es de singular importancia para la orientación de
sociedad tensionada y en pugna, cuya solidaridad sólo es posible pen- todas y cada una de las actividades universitarias y, sobre todo,
sarla en una superación dinámica y procesual de sus contraposicio- para la unificación --estructural, también- de la labor universita-
nes, y sólo es posible realizarla en una marcha en que la objetivi- ria. Su consecuencia más llamativa es la de negar que el objetivo
dad no esté reñida con la beligerancia activa. principal de la universidad fuera la formación de profesionales. En
nuestro país hay claras razones éticas para mantener esa negación.
No se puede invertir una notoria porción de los escasos recursos
[1.5. El cambio estructural de la sociedad como objetivo de la nacionales en favor aún más -y con inversión de dineros públicos
actividad universitaria]
no devueltos- de los poquísimos favorecidos del sistema social.
El objetivo donde se concretan el horizonte y la finalidad de la La única justificación del enfoque de la universidad hacia la for-
actividad universitaria es la transformación estructural de la socie- mación de profesionales como dirección primaria de su actividad,
dad. Esto quiere decir que su actividad no va fundamentalmente sería la de entender que sólo con profesionales bien formados po-
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dría !legarse a .la transformación estructural del país; con lo cual Considerados a una las grandes mayorías oprimidas como hori-
estanamos reafirmando la prioridad de la transformación estructu- zonte, el cultivo de la realidad nacional como campo, la palabra efi-
ral: Pe~o com~ en el actual sistema no puede esperarse de una caz como modo propio de acción, la beligerancia como talante y la
universidad, onentada primariamente a la profesionalización q transformación estructural como objetivo, no es difícil reconocer
ib . ' ue una clara misión política y ~n estricto carácter universitario a esta
contn uya senamente a la profunda y rápida transformación es-
tructural, ni siquiera puede darse por válida esa justificación deri- definición de la actividad de la universidad. Si efectivamente se
vada? Lo .cual no obsta para que la formación de profesionales sea pone en marcha tal universidad, si se objetivan y verifican tales
una neceslda? estructural de la universidad, que puede y debe ser propósitos en estructuras internas adecuadas y en adecuados cana-
enfocada hacia una transformación estructural del país. les de comunicación con la sociedad, puede con razón hablarse de
una universidad distinta, capaz de cumplir eficientemente con una
Otra .~e sus ~onsecuencias es que tanto la investigación como la
importante misión política.
pro~ecclOn social de la universidad, esto es, su proyección en la
sociedad, deben quedar orientadas por este objetivo de lo estructu- La realidad histórico-política es el lugar adecuado para inter-
r~~y de lo estructural en trance de transformación. Una transforma- pretar correctamente el trabajo universitario; si no se lo enfoca
c~on que no se reduce, evidentemente, a transformación de concien- desde esa absoluta concreción, la universidad estaría desempeñan-
era, aunque también la conciencia colectiva participe de un cierto do irreflexivamente su papel y utilizando irresponsablemente su gran
carácter estructural, sino que debe llegar a la transformación de potencial. Por otra parte, si no busca decididamente ser fiel a su pro-
estructuras de toda índole hasta culminar en la transformación de pia esencia universitaria, se podría hablar de la misma irreflexión y de
las estructuras socio-económicas y políticas. la misma irresponsabilidad. De ahí que nos hayamos detenido en
esbozar lo que es típica y específicamente una labor universitaria en
Este acento de lo estructural puede poner en peligro lo perso- lo que tiene de tal y en lo que tiene de política. No hay contradicción
nal; pero, por otro lado, la salvación de lo personal no puede con-
alguna entre universidad y política; al contrario, ambas se necesitan
cebirse realísticamente al margen de lo estructural. La pregunta,
mutuamente y se potencian. Hoy por hoy y en nuestra concreta situa-
entonces, es. qué estructuración de la sociedad permite el desarro- ción, sería igualmente suicida abandonar las posibilidades universita-
llo pleno y libre de la persona humana y qué acción personal en la
rias en la búsqueda de la transformación nacional y no utilizar debi-
tran~f?rmación de las estructuras, debe ser la de quienes :n ella damente el potencial político de esas posibilidades universitarias.
participan. Los grandes instrumentos con que trabaja la universi-
dad .son .de índole colectiva y de implicaciones estructurales; lo es Esto es claro en principio. ¿Lo es en nuestra realidad concreta?
la ciencia, lo es la técnica, lo es la profesionalización lo es la Las condiciones reales en que se desenvuelve nuestra universidad,
composición misma de la universidad, etc. Personalizar este instru- ¿permiten realizar lo que acabamos de proponer como necesidad
mental no si~nifica desestructurarlo y privatizarlo; significa tan sólo histórica, como obligación ética? ¿Hay condiciones reales que lo
busc.~r la realización de sí mismo, en una praxis histórica de transfor- posibilitan o sólo evasiones intencional es? ¿Qué nos muestran diez
macron de estructuras y, en esta objetivación de amor universal efecti- años de la Universidad Centroamericana "José Simeón Cañas"?
vo, recobrar el ámbito real para una auténtica entrega personal.
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de "distinta" se tiene en cuenta la universidad que se acaba de des- importante es este entramado estruct~ral, aunque ~e prese~te siem-
cribir en el apartado anterior. No se trata, sin embargo, de una cues- pre con máscara coyuntural. ~l caract~r de reahd~d SOCial de la
tión particular. Aunque la discusión tiene por objetivo inmediato universidad con su dependencia necesana de la SOCiedaden la que
analizar críticamente si esta universidad puede cumplir con la mi- se encuentra, la fundamental estructura "burguesa" de tipos de uni-
sión que se ha considerado como la propia de cualquier universi- versidad como la nuestra y los tanteos de un proceso de búsqueda,
dad en países del tercer mundo, su alcance es mayor y tiene en pueden agrupar el conjunto de dificultades estructurales y coyun-
cuenta a cuantas universidades están en condiciones reales seme- turales, que han hecho y hacen difícil la misión universitaria, en-
jantes. Ceñirse a un caso concreto como punto de apoyo no signi- tendida como lucha por la transformación radical de un pueblo.
fica necesariamente particularizarse. Y esto no porque el caso con-
creto sirva o no de paradigma, sino por la razón más honda de que
[2.1.1. Los condicionamientos sociales de la universidad]
sólo en una praxis histórica es posible desempeñar la verdad de la
historia. ¿Qué nos enseñan estos diez años transcurridos? ¿Han Es absolutamente obvio que la universidad es una realidad so-
cumplido algo de lo que se ha sostenido como misión propia de cial y que, por serIo, está condicionada por la estructura de esa
una universidad distinta? Y si no lo han cumplido o lo han cumpli- realidad, que es la sociedad. El intento de entenderse así misma
do mediocremente, ¿a qué se ha debido? ¿Será posible con los como algo fuera de la sociedad, como algo inmune a las solicitacio-
mismos condicionamientos actuales hacer algo distinto de lo que nes y a las presiones de la sociedad, es un intento ideologizado y,
se ha hecho hasta aquí? Estamos ante una cuestión fundamental- en definitiva, contraproducente para lograr de veras una cierta se-
mente ética. Si la universidad no puede justificar en la realidad su paración de lo que es la sociedad, en un momento dado. La uni-
propia pretensión, refugiarse en la buena voluntad sería grave hi- versidad en un país socialista es algo distinto esencialmente a lo
pocresía, tras la que se esconderían intereses bastardos. Si en que es la universidad en un país capitalista, por más que muchos
realidad no hace lo que dice ser, aunque esto sea debido a presio- de sus elementos sean comunes Y en apariencia los mismos.
nes externas, continuar con ella sólo estaría justificado desde una Entre los factores que condicionan, en nuestro caso, la realidad
teoría del mal menor. Pero la apelación al mal menor, como de la universidad, pueden señalarse tres como más evidentes.
fundamentación de la dedicación de una vida, sería una de las más
tristes justificaciones. En primer lugar, su dependencia de factores económicos que,
como tales , son , en nuestra situación, retardatarios de la misión uni-
En dos secciones se dividirá esta parte: en la primera, se anali- versitaria. La universidad necesita de alguna abundancia de recursos
zarán las dificultades, y en la segunda, las posibilidades reales. Del económicos. Estos recursos pueden venir del aporte del alumnado,
choque de unas contra otras deberá desprenderse el juicio. del Estado y de entidades financieras privadas. En los tres casos
tiende a ser un dinero retardatario. No sería justo decir que durante
estos diez años la procedencia de los recursos económicos -incluido
2.1. Impedimentos coyunturales y estructurales de la misión
universitaria el empréstito del BID- hayan supuesto una coacción directa de la
labor universitaria, una especie de drástico do ut des. Pudiera enten-
Esta sección querría ser un análisis crítico de lo que han sido las derse así por parte de los estudiantes, en cuanto éstos con sus re-
dificultades reales de la labor universitaria durante estos diez años. cursos lo que están exigiendo es una preparación puramente profe-
Pero no un análisis puramente coyuntural. Lo que ha ocurrido sional para incorporarse a la sociedad; pero esta presión de los
más allá de las coyunturas, descubre un entramado estructural. Lo estudiantes, desde este punto de vista -luego consideraremos la
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cuestión desde otro punto de vista-, no tiene o no ha tenido un peso de esa institución hasta medidas más directamente coercitivas y
decisivo. Por parte del capital privado, su aporte inicialmente im- atemorizantes. Son múltiples las formas en que puede ser invadida
portante no exigió condicionamientos especiales; el intento falli- la autonomía universitaria, tanto a nivel institucional como a nivel
do de dar un patronato a la universidad puede considerarse hoy personal. Con el pretexto de evitar los excesos de la autonomía uni-
como un fallo providencial. versitaria se cae en el peor de los excesos, el de coartar por intere-
ses de clase o por intereses partidistas la autonomía universitaria.
Por otro lado, no puede decirse que la Universidad Centroame-
ricana "José Simeón Cañas" enseñase a nadie. Se abrió para dar En este mismo capítulo debe situarse la resistencia del alumnado,
servicio desde un punto de vista cristiano al pueblo salvadoreño y que no quiere ser perturbado en sus intereses actuales o futuros y
por su propia estructura universitaria y por su propia inspiración que prefiere una preparación técnica, que no le cuestione ni respecto
cristiana no podía recibir del capital las directrices de cómo enten- de sus compromisos actuales con la sociedad ni respecto de su futura
der ese servicio al pueblo salvadoreño. Finalmente, por parte del incardinación ética en la estructura y en el dinamismo del país. Tam-
Estado tampoco ha habido intentos directos de presión, aunque en bién debe tenerse en cuenta la resistencia del profesorado más pa-
alguna ocasión se ha visto en la "necesidad" de no contribuir al siva que activa. En cuanto el profesorado interviene como profe-
servicio, prácticamente indispensable, que la Universidad Centro- sional -lo cual no ocurre normalmente entre quienes están dedi-
americana "José Simeón Cañas" presta al país. Nuestra universi- cados a tiempo completo a la universidad- en las exigencias em-
dad se ha visto forzada a protestar en alguna ocasión por la discri- presariales al servicio de las clases dominantes o, al menos, de la
minación flagrante de la que ha sido víctima, pues, si no tiene estructura actual de la sociedad, se convierte "profesionalmente"
derechos legales a una ayuda por parte de los bienes nacionales, en. hombre del sistema imperan te; pero, aun cuando no se dé tal
los tiene reales. Pero el que la presión no haya sido muy grande no situación, también se presenta la dificultad, porque parte del profe-
aclara demasiado el futuro: sin recursos económicos la universidad sorado, el dedicado a las materias más técnicas, o no se percata de
no puede funcionar y las fuentes de los recursos económicos no su responsabilidad política o no ve cómo vincularla con el carácter
van a trabajar contra sí mismas; podrá aclarárseles la racionalidad técnico de su propia disciplina.
de la acción universitaria, pero los intereses no tienen por qué Finalmente, otro de los factores que debe tomarse en considera-
coincidir con las razones, al menos a corto plazo. ¿Podrá ser libre ción es el de las propias autoridades universitarias, que pueden
una universidad que depende de recursos económicos provenientes estar viendo en una mayor concientización política de los distintos
de fuentes, que pueden cerrarse a discreción? ¿Podrá una universi- estamentos universitarios, un peligro para la dirección fácil de la
dad que busca la transformación radical apoyarse en quienes no universidad. En conclusión, el carácter de la demanda, tal como se
ven ventaja alguna para ellos en los caminos de esa transformación hace sentir, que es una demanda más de quienes tienen el poder
radical? que de quienes tienen la necesidad, es una de las razones más
En segundo lugar, la resistencia socio-política de los intereses poderosas para que la universidad no se oriente como debiera orien-
dominantes. Es de índole distinta a la dependencia de los factores tarse.
económicos; más sutil, si se quiere, pero muy efectiva. Hay siem- En tercer lugar, la escasez de recursos aptos. En el país no sobrea-
pre una amenaza potencial por parte de quienes detentan el poder bunda la capacidad técnica y, desde luego, la universidad no puede
respecto de todos aquellos que ponen en jaque ese poder. Esa pre- competir con quienes están dispuestos a financiar a los técnicamente
sión puede presentarse en formas muy distintas: desde campañas más capacitados. Es un hecho, constantemente experimentado por
sistemáticas en contra de la institución y contra algunas personas
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nuestra universidad, la presión a la que la empresa privada y aun puramente intencional; se trataría de una identificación con los
los organismos del gobierno someten a profesores nuestros me- intereses de otra clase y no de la defensa de los propios intereses.
diante el ofrecimiento de salarios más altos. Por otro lado, el es- El tiempo dedicado por la universidad a ponerse en contacto con el
fuerzo inicial de nacimiento y consolidación de la universidad no pueblo y que el producto universitario llegue directamente al pue-
ha permitido liberar energías personales y recursos económicos a blo ha sido residual.
lo que debiera ser tarea principal.
En tercer lugar, el saber manejado y transmitido no procede ni
No sería tampoco injusto decir, y muchos menos inobjetivo, . del ámbito de las necesidades de la mayoría del pueblo salvadore-
que la universidad no ha sabido aprovechar al máximo los recursos ño, ni es siquiera neutral y aséptico; es, en general, el sabe.r "dismi-
de los que ha dispuesto, tanto a lo que toca a los personales (profe- nuido", que cultivan los países dominantes y que lo cultivan para
sores y alumnos) como a los institucionales (programas de estudio, seguir dominando. De nuevo, aquí también, la planta física de la
facilidades materiales, posibilidades reales de acción, etc.). Es, por universidad es algo que pone ante los ojos el estilo de vida y de
otra parte, muy discutible si la utilización de los recursos económi- pensamiento de quienes en ella actuamos; es propio de una menta-
cos en la planta física de la universidad no ha sido la más conve- lidad burguesa puesta al servicio de mentalidades burguesas.
niente éticamente, si tenemos en cuenta el ingreso per cápita del
país y la impronta psicológica que puede causar tanto a quienes
unen su propia imagen profesional con la imagen física de la uni- [2.1.3. Las resistencias internas]
versidad, como a quienes no tienen acceso a ella, a una universi- Los tanteos de un proceso de búsqueda, aunque son de índole
dad que dice dedicarse a su servicio y que, sin embargo, presenta
más coyuntural, han sido también una de las causas por las que
una fachada, que sólo pueden entender como distante.
durante estos diez años no le ha sido posible a ia universidad con-
vertirse en una universidad "distinta". Aunque el propósito funda-
[2.1.2. La estructura burguesa de la universidad] mental fue claro, sino desde un principio, sí desde muy temprano,
su objetivación tuvo que ser forzosamente procesual, lo cual impli-
Es asimismo innegable la fundamental estructura "burguesa" de có aprendizaje en la marcha misma, no sin fallos. Entre la ideación
la universidad, más allá de su intencionalidad transformativa o re- y la realización del proyecto tiene que haber una acción mutu~.
volucionaria. Se entiende aquí por estructura burguesa, una estruc- Fue preciso hacer real una idea, a la par que hacer reales las condi-
tura exigida por un sistema capitalista y abocada a un sistema ciones de esa idea. Dejar atrás un esquema pretérito e ir creando
capitalista. Desde este punto de vista, no es fácil negar no sólo la uno nuevo. Las resistencias en este camino no vinieron sólo desde
estructura burguesa de la universidad, pero ni siquiera que ese ca- fuera' , desde dentro mismo de la universidad, una serie de temores,
rácter burgués se presente con ciertas características de necesidad. de cautelas, de faltas de visión, dificultaron la marcha. Tenía que
En efecto, a la mayoría de los integrantes de la universidad, sea en ser así. El alumbramiento de una nueva forma de acción universi-
el estamento de estudiantes con su propio contorno familiar, sea en taria se hacía desde un arranque, que era su negación real; no era
el estamento de profesores y de autoridades, un profundo cambio sólo otro modelo, sino un modelo que, en buena medida, pretendía
de estructuras ni se siente como perentorio desde el ángulo de las apartarse de los modelos tradicionales en las llamadas universida-
propias necesidades, ni reportaría grandes ventajas materiales. des privadas y en las universidades nacionales.
En segundo lugar, el contacto real con las mayorías oprimidas es Poco a poco se fue constituyendo el equipo convencido de la
muy escaso y la identificación con sus intereses es, por lo pronto, nueva idea y la nueva idea fue convenciendo a quienes antes la
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veían con recelo, sea desde el lado de unos esquemas universita- dad son de todo punto significativos. La universidad es así no sólo un
rios trasnochados, sea desde el lado de quienes temían ver en esta hecho, sino un hecho necesario.
universidad un baluarte de la reacción. Tal vez sólo ahora pueda
Esta realidad de tanta significación y de tanta fuerza no puede
hablarse ya de una universidad fundamentalmente constituida, que
dejarse en manos técnicamente irresponsables o políticamente in-
pueda dedicar más energías a hacer que a hacerse, aunque sólo en
morales. Serían irresponsables si dejaran a la sociedad con defi-
este nuevo hacer es como irá planificando su hacerse.
ciencias técnicas tales que, ni en el momento presente, ni en un fu-
turo políticamente distinto se pudiera contar con los recursos nece-
2.2. Posibilidades reales para llevar a cabo un nuevo modo de sarios para promover al país más allá de los niveles de subsisten-
universidad cia. Serían políticamente inmorales, si tendieran a perpetuar un estado
de cosas que favorece a una minoría y desfavorece a la mayoría. La
En esta sección se pretende analizar si es posible, de hecho,
universidad puede hacer mucho daño al país. Supuesto que es algo
intentar ese modo de universidad, expuesto en la parte primera,
que está ahí y que es, de momento, un hecho necesario, ya sólo el
una vez vistos los condicionamientos estructurales y coyunturales,
neutralizar de alguna forma sus posibles males, el impedir que se
que estos diez años de trabajo universitario han mostrado como
convierta descaradamente en instrumento de dominación, es un bien
hostiles. Para hacerla se va a proceder primero de la necesidad a la
importante que, en un determinado contexto histórico, puede ofre-
posibilidad: tal universidad en necesaria, luego es posible; argu-
cer justificación ética suficiente. Por otro lado, preparar técnicos y
mento que a primera vista puede parecer puramente lógico, pero
profesionales con un saber que resuelva algunas de las necesidades
que es totalmente histórico. Después se mostrarán los caminos por
más imperiosas del país, aunque sea de modo indirecto, y que
donde esta posibilidad puede llevarse a cabo.
impidan el llegar a un colapso del que sería muy difícil salir, es
En primer lugar, debe partirse de la necesidad del hecho univer- también un beneficio importante.
sitario y de la importancia del hecho universitario, en la configura-
De aquí se sigue una conclusión importante. Hay que tratar de
ción de la realidad nacional.
sacarle el mayor provecho, en orden a un profundo cambio social,
En efecto, la universidad como instrumento de formación de a algo que es necesario y que tiene algunas de las mejores posibili-
profesionales es un hecho necesario en nuestra sociedad. La socie- dades de actuación en estos países. Cierto que no están del todo
dad con toda probabilidad no va a querer una universidad como errados los piensan que las universidades no han aportado a nues-
conciencia crítica ni como fuerza de presión para el cambio, pero tros países grandes bienes de liberación y los que juzgan que de lo
necesariamente ha de querer una universidad que le proporcione hecho es de donde se puede sacar realísticamente lo que es posi-
profesionales con los que favorezca al sistema. Como la produc- ble; pero también es cierto que es necesario, éticamente necesario,
ción de profesionales es una industria de grandísima importancia intentar sacar el máximo provecho a algo que va a estar ahí, que
para cualquier sociedad, ésta va a invertir en ella una serie de puede constituirse en foco de reacción retardataria y que cuenta
recursos de primera importancia; recursos personales por parte de con algunas de las mejores posibilidades para operar sobre el país, no
profesores y por parte de alumnos, recursos instrumentales de cien- en orden a una toma del poder del Estado -aunque también esto
cia y técnica, de expresión y de comunicación, recursos de influjo indirectamente-, pero sí en orden a la configuración de la sociedad.
por el prestigio que de momento le concede la sociedad. Cuando, Estas posibilidades no radican tan sólo en las potencialidades pro-
como en el caso de El Salvador, no hay sino dos universidades, la pias de la universidad, que en la línea de la inteligencia no tiene
necesidad de cada una de ellas y su peso específico sobre la socie- comparación con ningún otro grupo o institución, al menos en
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países como El Salvador y los que tienen similar estructura, sino zado" nada, ni siquiera a nivel de modelo, y a quienes piensan tan
también en un cierto ámbito de libertad, que la propia universidad reductiva y obsesivamente que reducen al hombre a dimensiones
genera. Libertad en el sentido de positiva liberación, aunque sólo puramente económico-políticas. Y está también el aspecto del
parcial, de las "necesidades" empresariales o estatales, y libertad "mientras tanto", que por ser real y por estar triturando entre sus
en el sentido de constitución de un ámbito o reducto donde es engranajes a gentes que necesitan ir viviendo y no sólo ir murien-
posible la distancia y la crítica. do, requiere de quienes trabajen porque esa vida sea lo ~~s huma-
na posible, en rubros tan básicos como la salud, la vivienda, la
En segundo lugar, debe tenerse en cuenta la necesidad de recorrer
alimentación, etc. Creer que los puros políticos, en razón de su pu-
un trayecto, mientras no sea realidad el orden nuevo. Hay que hacer
ridad o idealismo político, están preparados para resolver los pro-
posible el trayecto en un doble sentido: en cuanto hay que posibili-
blemas reales, que no son sólo de ordenación política, es un enga-
tar paulatinamente la meta perseguida y en cuanto hay que hacer
ño idealista. El Salvador, concretamente, no podría subsistir tras
vivible el "mientras tanto" no se da la nueva situación. Nada de esto
un caos, no un caos de transición, sino un caos de quienes ya en el
tiene que ver directamente con la discusión de si el paso ha de ser
poder no podrían contar con cuadros adecuados.
reformista o ha de ser revolucionario. No se trata aquí de cuestio-
nes teóricas ni siquiera de cuestiones hipotéticas, sino de cuestio- Esta preparación para el "mientras tanto" y para la llegada del
nes reales. Dado que hay una realidad y dado que hay un proceso orden nuevo no tiene por qué entenderse en términos de imposibi-
real, la pregunta es ¿qué exigencias despierta esa realidad en ese litar esa llegada por adormecimiento de las tensiones, que impul-
proceso real? Esta pregunta sólo sería ociosa en una doble hipóte- san el cambio. Es algo que podría suceder, pero es algo por cuyo
sis, que se viera ya la posibilidad inmediata de un cambio radical o peligro una universidad críticamente despierta no debería dejarse
que se tratara de lograr esa posibilidad inmediata, que de por sí amedrentar.
sería remota, mediante una agudización de las contradicciones, pero En efecto, el trabajo universitario puede, por lo pronto, posibili-
una agudización violenta de las contradicciones. La primera hipó- tar la acción de quienes luchan políticamente por una transforma-
tesis parece irreal y la segunda plantea serias reservas éticas. De ción estructural de la sociedad. Esto en diversas formas bien fun-
todos modos, el trabajo universitario, en tanto que universitario, di- damentales. Puede dar cobertura ideológica que retraiga la presión
fícilmente podría considerarse decisivo, en cualquiera de estas dos de las ideologías reaccionarias, mostrando tanto la racionalidad de
hipótesis. Su propia estructura hace que deba orientarse o a una las nuevas posiciones como la irracionalidad de las que las contra-
preparación de más largo alcance o a una consolidación de un dicen y que, de momento, son las imperantes. Desde el momento
nuevo orden, que ya fuera fundamentalmente justo. en que una posición queda sin soporte racional, clara~e~te apare-
La preparación exclusiva hacia una toma del poder político de- cerá como una posición injusta, que sólo una fuerza Injusta, una
jaría desmantelada la sociedad para el "mientras tanto" y la dejaría violencia, puede seguir manteniendo. Hay en el país tanta nebulo-
también desmantelada técnica y cultural mente para la realización sidad interesada, que un esfuerzo sistemático y lúcido por despe-
del nuevo orden. Son dos aspectos distintos y los dos son suficien- jarlo podría resultar de un gran apoyo favorecedor al cambio.
temente obvios: sólo gente irresponsable puede pensar que sin pre- En esta misma línea, la debilitación de resistencias, tanto perso-
paración técnica puede llevarse a cabo la reestructuración de una nales como profesionales puede ser de gran utili?ad. Entre .n~ fa-
sociedad, cuyos problemas reales son ingentes y cuyas posibilida- vorecer con todas las fuerzas los cambios necesanos y el resistirlos
des de solución son sumamente difíciles. El "idealismo político" con todas las fuerzas, se despliega un amplio abanico de posibili-
puede jugar aquí una muy mala pasada a quienes nunca han "reali-
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dades, y la universidad puede hacer bastante, a través de análisis de ser una nueva universidad; proponer, aunque sea de una forma
racionales, para que las positivas resistencias agresivas pierdan su incipiente, un nuevo modelo de institución que trate de salirse de
virulencia. Finalmente, en países como El salvador, la universidad las normas impuestas por nuestra sociedad: como ejemplo estaría
puede intervenir directamente sobre distintos centros de poder para el carácter no lucrativo de la institución sin mengua de su eficien-
que la represión no se desate impunemente. En esta tarea, otras insti- cia, la renuncia de un buen número de sus miembros a una retribu-
tuciones como la Iglesia -y desdichadamente pocas más- pue- ción superior fuera de ella, la existencia de un escalafón de retribu-
den propiciar un influjo que, por no ser partidista, puede tener una ciones, cuyas proporciones generales están en franca ventaja con
cierta efectividad coyuntural, digna de tenerse en cuenta. las usuales en el país, al verse enajenada de una élite social que ve
en la universidad y en los universitarios a sus oponentes; analizar
Más positivamente, la universidad puede proporcionar los me-
teóricamente algunos temas fundamentales de la realidad nacional
jores análisis objetivos de la realidad, el descubrimiento y la ins-
y hacerlos públicos; denunciar técnica y éticamente graves aconteci-
trumentación de técnicas adecuadas para enfrentar los distintos pro-
mientos nacionales; salir al paso de graves sucesos nacionales con
blemas de la realidad, la preparación de cuadros para los análisis,
voz independiente; ofrecer a la sociedad algún número significativo
el encuentro de soluciones y.la implementación de las soluciones.
de profesionales honestos que apoyan, sobre todo, en la educación y
En el orden de la concientización, puede hacer disminuir los temo-
en el sector público, la profundidad y la velocidad del cambio; servir,
res irracional es, precisamente, al razonarlos y puede racionalizar
aunque limitada y esporádicamente, de voz para quienes no pueden
las metas buscadas idealmente, desideologizando los ataques con-
hacer oír la suya; ayudar de forma inmediata a sectores más necesita-
tra ellas.
dos, a través de la proyección social; abrir un nuevo horizonte para la
La objeción, siempre válida, contra lo que se acaba de exponer, próxima década, en el supuesto de que lo realizado hasta ahora debe
es lo poco que se ha hecho en esta línea. Lo cual nos lleva a plan- ser sustancialmente superado y no meramente prolongado.
teamos la cuestión de las posibilidades reales que tiene nuestra
Desde estas modestas realizaciones, que manifiestan un espíritu
universidad para hacer lo que dice hacer.
y garantizan una voluntad de superación, lo que se presenta como
En tercer lugar, las posibilidades reales pueden deducirse de lo interrogante es si con las potencialidades reales con que se cuenta,
que ya se ha hecho y también del estudio de las potencialidades dadas las dificultades que se han señalado, es posible realizar lo
reales con las que se cuenta. que se propone. En vez de proceder teóricamente, aquí lo que corres-
Lo que se ha hecho, ponderadas las dificultades que implica el ponde es mostrar los mecanismos a través de los cuales es posible
echar a andar una obra de esta envergadura en un ambiente adver- la realización del proyecto de una nueva universidad.
so y con medios muy reducidos, no es despreciable. Ofrece, hasta En principio, no se ve que el cambio de la labor universitaria
cierto punto, la garantía, de que superados los problemas de arran- vaya a venir de la admisión de alumnos de menores recursos eco-
que y de afianzamiento, pueda hablarse de posibilidades reales y nómicos. Es falso, en nuestra situación, considerar que la universi-
no meramente de ilusiones. Dejado aparte el problema de la obra dad se abre al pueblo, porque dé acceso a ella a quienes no paguen
física y de la infraestructura administrativa, pueden señalarse algunos o paguen cuotas muy bajas. Las estadísticas muestran de modo
aspectos, que pueden verse como primicias de lo que sería factible. irrefutable que todo universitario es en el país un privilegiado, pues
Sin pretender ser exhaustivos podrían considerarse los siguien- anda en torno al uno por ciento la proporción de quienes en El
tes: definir bien un propósito distinto de universidad; lograr entre Salvador llegan a la universidad. Todo universitario es aquí un
bastantes un comienzo de nueva conciencia respecto de lo que ha privilegiado y debe ser exigido como un privilegiado.
78 79
Respecto a la misión de la universidad, lo importante, por lo so ético con su propia realidad social. La selección del profesorado
que toca a la índole del alumnado, no es el de dónde viene, sino el debe ser sumamente cuidadosa, precisamente para poder atribuirle
hacia dónde van. En este punto, la universidad debería hacer una después un máximo de libertad en sus funciones y una gran res-
estricta selección: solamente deberían ser recibidos y mantenidos ponsabilidad en la marcha de la universida~. Es de e~perar que no
aquellos universitarios que, al menos, estén en capacidad de com- falle la mística universitaria, con el contagio de los Ideales en un
prometerse con la urgente y profunda transformación social del cuerpo que, como el cuerpo universitario, está posibilitado voca-
país; debería haber mecanismos, como hay mecanismos para me- cional e instrumental mente para liberarse de las presiones de una
dir el rendimiento intelectual, para considerar como no aptos, no sociedad, en cuyos mecanismos de opresión no participa o, por lo
aptos universitariamente, a quienes vienen despojados de toda con- menos, está capacitado para no participar.
ciencia pública, de todo interés social y no han sido capaces de Alumnos seleccionados, pero no para segregarse elitísticamente,
adquirirlo a lo largo de su formación. La selección debe hacerse sino para comprometerse universalmente por las mayorías oprimi-
con el criterio de quiénes son los que más van a favorecer, por su das. Profesores seleccionados por su capacidad técnica y por su
preparación técnica y por su compromiso ético, el cambio de es- mística de servicio. Pero esto no es suficiente, si la universidad no
tructuras en el país. El sistema de cuotas diferenciadas, que debie- es realmente autónoma. No se trata meramente de autonomías le-
ra considerarse como un avance provisional en busca de una ma- gales, aunque también las legales sean precisas. Lo que se necesita
yor equiparación de posibilidades y en una ampliación de la base es autonomía real, autosuficiencia independiente. ¿Independiente
sobre la que elegir a los mejores candidatos, no ha sido, por lo de qué? La respuesta es fácil: de todo aquello a través de lo cual la
tanto, establecido para favorecer a los menos privilegiados --que sociedad dominante presiona para domesticar a la universidad. Esto
como acabamos de decir no lo son, si los comparamos con la realidad supone que la universidad tenga que depender lo menos posible de
de las inmensas mayorías-, en orden a darles acceso a una mejor recursos económicos que dependan de personas, interesadas en man-
instalación en la sociedad de consumo; es sólo un mecanismo para tener la situación reinante o de robustecerla con ciertas mejoras
no perder posibles buenos candidatos, candidatos llamados a cum- subsidiarias. Si la universidad no resuelve estructural mente el pro-
plir la misión que la universidad se ha propuesto. blema de las fuentes de su financiación, el ámbito de su indepen-
Con mayor razón debe decirse esto de su profesorado. Aunque dencia será mucho menor del deseable.
el profesorado universitario forma un cuerpo y en un cuerpo no La forma más radical de resolver estructuralmente este proble-
todos los miembros desempeñan las mismas funciones, no hay duda ma es la de cargar sobre los beneficiados todos los gastos y costos
de que en un cuerpo sano y bien organizado no caben elementos que han originado. Este es un punto que escandaliza a demagogos
extraños y contraproducentes. Esto no implica, en modo alguno, la superficiales. Pero, ¿por qué se van a regalar enormes cantidades
proclamación de ningún dogmatismo ni el ataque de la libertad de de dinero a estudiantes, que representan el uno por ciento más
cátedra. Porque el compromiso con el cambio estructural del país privilegiado del país? ¿Es que, en términos generales, van a devolver
no prejuzga qué es lo que debe ser enseñado, ni cómo debe ser al país la plusvalía de su trabajo? ¿Es que puede estimarse como justo
enseñado. Lo único que se rechaza es el tipo de profesor que no que en menos de un año una gran mayoría de ellos recuperen con
está dispuesto a comprometerse con lo que es la función social de creces todo lo que invirtieron en su formación universitaria? El
la universidad en el país; compromiso que puede fallar por falta de estudiante universitario no sólo debería devolver a la universidad
preparación técnica y de dedicación responsable a sus obligaciones todo lo que está le adelantó, sino que incluso una parte de lo que
universitarias, pero también puede hacerla por falta de compromi- después va a ir ganando, no sólo debido a su propia capacidad, sino
80 81
a la capacitación que la universidad le proporcionó. Esto es válido te en esa mayorías, dejará de ser una especie de medicina pre-
no sólo para nuestra universidad, sino igualmente para las llama- ran tíva contra el cambio; sólo si esa crítica se ve forzada por la
ven 1. , .
das universidades nacionales. No se puede estar favoreciendo a los presión real de los oprimidos podrá constituirse en algo auténtico
privilegiados con más privilegios, que a su vez van a llevar al ro- y verdaderamente operante.
bustecimiento del sistema de privilegios. Sólo desde esta autonomía real podría la universidad ser univer-
La mecánica para resolver el problema puede no ser fácil: ¿cómo 'dad , ia universidad qué quedó descrita en., las primeras páginas.
SI
adelantar a quien no tiene recursos actuales los recursos que tendrá No se pide autonomía para otra cosa; se pIde autonomía para ser
después, en función de la preparación recibida en la universidad? lo que se ve como necesidad ética de la universidad histórica, hoy
Una solución general no es, desde luego, fácil, debido a la deserción, y aquí.
etc., pero, en principio, con el título el nuevo profesional podría reci- Pero el cumplimiento cabal de la nueva misión universitaria
bir también una comunicación de lo que realmente debe a la uni- penderá, sobre todo, de l~ ~lla misma e~té d.ispuesta a hac~r. en el
versidad, por lo que en ella ha costado. Moralmente se debería ver ámbito propio de su actividad. La universidad debe verificar y
obligado a irlo pagando, a medida que empezara a ganar más en operativizar su proclamada dedicación a la transf~r~ación. de .l~s
razón del título recibido. Con esto no se pretende hacer de la uni- estructuras sociales, en su triple función de docencia, investrgacion
versidad una institución de lucro; solamente se pretende hacer de y proyección social.
ella una institución autónoma, que realmente pudiera dedicarse a
lo que es su misión y su obligación universitaria. Ante todo, en la investigación, porque en ella está la raíz de la
independencia y de la historicidad del quehacer universitario. I?es-
Junto a este modo de fundar una autonomía real, debe conside- de la investigación, la universidad conocerá dónde está la realidad
rarse otro: el de procurar el máximo de independencia, respecto de nacional, qué es lo que necesita y cuáles son los medios para re-
todos aquellos que favorecen el sistema presente, porque son favo- solver esas necesidades. Es este uno de los puntos más claros don-
recidos por él. En nuestro país, la capacidad de presión del sistema de se muestra el carácter histórico de la realidad universitaria. Sue-
es indiscutible; sus mecanismos de presión son más toscos, que los le decirse que universidades de pocos recursos no pueden dedicar-
denunciados por Marcuse en los países embarcados de lleno en la se a la investigación, que a lo sumo están capacitadas para recoger
sociedad de consumo, pero no son menos reales. Sólo una vigilan- los frutos de la investigación ajena y transmitirlos a su propia clien-
cia crítica, reexaminada momento a momento, puede impedir que tela. Pero uno se puede preguntar: ¿es que la realidad nacional no
las presiones halagadoras o amenazantes acaben por mellar el tem- es objeto estricto de investigación? ¿Es que la realidad nacional
ple universitario. No se trata ya de evitar que el miedo y la cautela investigada correctamente no puede dar pautas insustituibles pa~a
impidan hacer lo que se debe hacer; se trata de tentaciones más nuevas investigaciones? ¿Es que las instituciones extrañas al p.als
sutiles que, en el fondo, pueden convertir la autonomía universita- pueden estar mejor preparadas que una universidad comprome~lda
ria en un puro juego asimilado perfectamente por la sociedad, que para saber lo que es la realidad nacional, cuáles son sus necesida-
no vería en la crítica más que la prueba de la libertad del sistema o des y cuáles son los modos propios de resolverlas?
la vacuna para quedar inmune contra el aparato ideológico que la
No se puede establecer una correcta política universitaria si de
pudiera contradecir. Sólo un contacto con las mayorías necesitadas
antemano no se determinan la realidad nacional, la dirección del pro-
y con la necesidad de las mayorías podría constituirse en eficaz
principio de autonomía frente a la atmósfera social reinante en el ceso que esa realidad sigue, las fuerzas que en él operan, la~ met~s
"medio" universitario; sólo si esa crítica se hace conciencia ope- asequibles y los medios adecuados para conquistarlas. La invesu-
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gación debe ser, pues, política, histórica, y esto no porque se re- era es difícil que ninguna reúna las condiciones que un.a universi-
duzca a lo que usualmente se entiende por política y por historia, ~ d bien concebida, ofrece. No todos los profesores m todos los
sino porque lo político y lo histórico nos llevan al exacto encuadra- a;u~nos son igualmente aptos para ~s~a l~bor, pero entre. todos
miento de lo que es lo económico, de lo que es lo técnico, lo cultural, se da una tal variedad de especializaciones, de capacidades,
lo científico. Todas estas dimensiones, y otras más, son lo que son e 11os , . h d Lo
de recursos-hora, que los resultados podnan. ser msospec a o~.
dentro de lo que es la realidad nacional en su proceso histórico y ue faltaría es una dirección adecuada, que Impulsara y organizara
desde ella han de interpretarse. qsu correcta UtI·1··'
izacion.
Si esto es así, la universidad debería de unificar toda su política Desde esta investigación, así entendida, es como podría comen-
de investigaciones en orden a establecer y operativizar lo que pue-
zars e una reforma profunda de la docencia. Parecerá exagerado,. ..
de llamarse un "proyecto de nación". Proyecto no puramente teóri- ero lo que pudiera parecer exageración sería un gran pnncIplO
co e idealista, sino un proyecto que, junto a su dimensión ético- fIuminador: lo que se debe enseñar y lo que se debe apre.nder, e~ la
política, implica necesariamente aspectos bien estructurados de rea- gran asignatura de la realidad nacional: qué es ~sa re,ahdad, VIsta
lización. Cuestiones como la realidad política, la realidad socio- desde la economía, desde la historia, desde la filosofía, desd~. las
económica y sus soluciones (en la línea de la reforma agraria, de letras, desde la ingeniería, desde la psico~ogí~, de~de l~ ~ohtJca,
la reforma bancaria, de la reforma fiscal, etc.), la realidad educati- etc. Con ello, ni la política, ni la psicología, m la IllgenIen~, ~tc.,
va y cultural... son cuestiones que deben ser analizadas, criticadas, tienen por qué perder nada de su verdadero carácter de especI~hza-
denunciadas cuando sea menester, pero también afrontadas en bus- ción. Pero si son carreras que no sirven para comprender mejor la
ca de soluciones. Junto al problema de la dirección general y de la realidad nacional y para transformarIa, no son dign~s de ~star en ~a
estructura adecuada del país, están los problemas en que aquel universidad, en una universidad que, de lo contrano, sena un lUJO
gran problema se desglosa.
intolerable, en un país de tan escasos recursos.
En este sentido, no cabe duda que la investigación debe tener La Universidad debe reestructurar drásticamente su docencia
un sentido político, el mismo sentido político que tiene la universi- desde lo que es la realidad nacional y en dirección de lo que debe
dad. Por ello es ésta quien debe llevar la dirección de la tarea in- ser la realidad nacional. La docencia debe, con el resto de las
vestigativa y no estar a merced de demandas que otros proponen. actividades universitarias, buscar la creación de un hombre nuevo:
Cabría así la unificación, en su último propósito, de todas las in- pero este hombre nuevo, este profesional nuevo, será nuevo, s~
vestigaciones de la universidad, que separadas podrían considerar- toda su carrera se constituye como nueva; novedad que no esta~a
se de poco volumen, pero que estructuradas en un proyecto gene- necesariamente en el instrumental utilizado, pero sí en el manejo
ral alcanzarían un rango importante; se podrían utilizar los trabajos de ese instrumental, todo él orientado a una producción intelectual
de tesis de licenciatura, de doctorado, que no deberían quedar al nueva , a 10 en realidad necesita el país.
puro arbitrio del estudiante, sino que deberían conjugarse con los
Todo esto exige una estricta selección de carreras, cuy~ crite.rio
intereses reales del país. Si la universidad diera una máxima im-
no puede ser la demanda por parte de la sociedad establecida, silla
portancia a la tarea de la investigación así entendida -y esto es
verificable, considerando los recursos que a ella dedica, los planes la demanda racionalmente calculada de la sociedad por establecer;
generales de la investigación y los resultados de las investigaciones en exige una reestructuración de programas y una reeducación de pro-
curso-, su posición en el país tendría un peso singular. Habrá otras fesores· y desde luego, exige un aumento de productividad y de
instituciones que pueden llevar a cabo investigaciones parciales, calidad: e~ todos los que laboran en la universidad. La reforma de
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la docencia no es primaria ni principalmente problema de métodos miento de su situación, la conciencia de sus derechos y de sus obli-
pedagógicos, es problema mucho más grave, es el revolucionario gaciones en la constitución de una sociedad más justa, la persua-
problema de entender la docencia desde la realidad nacional y para sión de su fuerza, el análisis de su realidad y de los caminos para
un cambio radical de la realidad nacional; antes que los métodos salir de su situación actual, mucho se habría avanzado en el proce-
pedagógicos, lo que falla en la universidad es el dominar de tal modo so de transformación nacio~al.
la propia disciplina que esté a la mano ponerla en relación directa
Para todo ello la universidad está posibilitada, si es que realiza
con la estructura social y con la marcha del proceso histórico. No
la debida investigación y si es que hace uso de medios populares
todas las materias admiten hacer esto en el mismo grado, pero la
de comunicación. La llamada "extensión universitaria" no debiera
dirección de todas ellas, la unidad que deben constituir no pueden
concebirse meramente como un llevar a la universidad hasta cier-
tener sino ese sentido.
tos grupos que normalmente no accederán a ella, sino como un
Es aquí donde cobra también su lugar propio la otra cenicienta alcanzar directamente la conciencia colectiva de la nación. No se
del trabajo universitario: la proyección social. Ni la investigación ve qué motivación ética puede impedir a la universidad tener cana-
ni la proyección social son entre nosotros lo que deben ser, y esto les de comunicación masiva (periódico, radio, televisión), cuando
muestra lo lejos que andamos de lo que decimos que queremos ser. no se impiden esos canales a empresas privadas, cuyo norte es el
Por proyección social debe entenderse estrictamente lo que de la lucro y la utilidad económica. Otros experimentos irresponsables
labor universitaria llega directamente a la sociedad. Más en con- no pueden impedir la obligación universitaria de poner directamente
creto y supuesto el horizonte propio de esta universidad, lo que la universidad al servicio del pueblo, al servicio de un proceso popu-
llega directamente a modo de "cultura" a las grandes mayorías opri- lar al que deben ser convocadas todas las fuerzas de probada buena
midas o, más en general, lo que es acción directa de la universidad voluntad. La siembra universitaria debe realizarse sobre los cam-
sobre la estructura social. Dadas las especiales características de pos de la nación y no sólo sobre cotos reservados.
esta estructura, la proyección social exige una inmersión belige-
Es, desde luego, una tarea difícil, es una tarea ideal. Pero no
rante en la realidad nacional, dividida y contrapuesta: no sólo en ir
imposible, y, desde luego, obligatoria. Sólo podrá realizarse si se
logrando el diagnóstico cada vez más exacto del proceso, no sólo
logra la constitución de una comunidad universitaria que de verdad
en hacer oír la voz concreta del pueblo, mediante canales que la
se lo proponga; una comunidad universitaria consciente de sus po-
hagan efectivamente presente en la universidad como demanda y
sibilidades reales y de sus obligaciones respecto de la sociedad,
exigencia, sino en hacerse presente en la inmediatez de la realidad
que sepa aunar dimensiones y potencialidades reales, actualmente
nacional.
desaprovechadas. No se puede lograr con presiones desde arriba.
Lo cual debe hacerse predominantemente en términos de con- Debe conquistarse con el aporte cada vez más rico de gente con-
ciencia. La universidad debería intentar poder ser, a través de me- vencida y comprometida. Hay muchos cauces para servir a los
dios precisos, uno de los determinantes de la conciencia colectiva. demás y el cauce universitario ofrece una excepcional posibilidad
Hay algo así como una conciencia colectiva y esta conciencia co- de hacerlo. No es el cauce de la acción del gobierno y del poder
lectiva es elemento importante en la acción de la colectividad. En político o estatal, no es el cauce de los partidos políticos, sean de
orden a formar esa conciencia colectiva, la universidad debe poner oposición o no lo sean, no es el cauce de la organización popular,
en juego lo que es el poder del saber, si es que el saber se entiende no es el cauce de la misión eclesiástica, no es el cauce de la em-
operativamente como poder transformador y no como pura repeti- presa privada ... Es un cauce distinto, que tiene sus propias peculia-
ción acrítica. Si se lograra llevar a las mayorías el desenmascara- ridades, que no necesita abandonar en su intento de conducir una
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fuerza efectiva de transformación nacional. ¿Por qué no intentarlo? ser afectada por el cristianismo, son cuestiones que aquí no nos
¿Por qué no aprovechar su relativa autonomía para hacer mayor el interesan por el momento. Lo que nos interesa es mostrar cómo el
ámbito de libertad nacional? En el proceso de liberación de los cristianismo puede potenciar nuestra labor universitaria sin desvir-
pueblos latinoamericanos, la universidad no debe hacerla todo, pero tuarla en modo alguno.
lo que tiene que hacer es indispensable. Si falla en este hacer, ha El cristianismo de una universidad no puede medirse ni por las
fracasado como universidad y ha traicionado su misión histórica. doctrinas que propugne, ni por los sacramentos que imparta, ni por
las prácticas piadosas que realice. Para eso no están las universida-
des y hacer para eso las universidades es perder el tiempo. La
3. El sentido cristiano de la universidad
universidad tiene su propia estructura y la universidad aquí y ahora
La Universidad Centroamericana "José Simeón Cañas" no de- debe tener sus propios fines y unos medios bien precisos. Lo im-
pende legalmente de nadie ni de nada. Es ella misma, en sí misma. portante, entonces, es mostrar cómo la inspiración cristiana puede
No depende de ninguna jerarquía eclesiástica, ni obliga de ningún favorecer y potenciar esos fines yesos medios, aun sin forzar a
modo a determinada confesión religiosa, ni siquiera a forma de ninguna obligación religiosa. La universidad puede muy bien pasar
religiosidad alguna. Lo que se proponga hacer depende de lo que por alto tanto las interpretaciones tan estereotipadas como trasno-
ella quiera hacer y no de consignas venidas de fuera, que la coac- chadas de que una visión cristiana del hombre y de la realidad no
cionarían a ser de un modo determinado. ¿Qué sentido tiene, en- son "científicas", cuanto a las interpretaciones igualmente estereo-
tonces, hablar de inspiración cristiana, como lo ha hecho repetidas tipadas y trasnochadas que quieren hacer del cristianismo algo ino-
veces nuestra universidad? ¿Puede favorecer la inspiración cristia- perante en el orden estructural e histórico.
na a la marcha auténtica de la universidad, en vez de resultar un
Pues bien, la visión latinoamericana del cristianismo lleva a
impedimento? ¿Qué es esto del sentido cristiano de una universi-
entender el proceso histórico de la salvación como una liberación
dad que, ante todo, necesita ser universidad y que no admite nin-
de la historia. No que la historia de la salvación se agote en una
guna determinación impuesta por una confesión religiosa?
salvación en la historia, pero sí que pase por ella. Ahora bien, esta
Tanto la universidad como el cristianismo son dos realidades liberación es un proceso que abarca la totalidad del hombre y la
históricas. Afirmación, no por evidente, poco significativa a la hora totalidad de la historia, en busca de la libertad y de la plenitud de
de las consecuencias. Al preguntarse por la relación de universidad todos los hombres. Pero, como es un proceso histórico, parte de
y cristianismo no puede irse por el camino de los conceptos fijos: una determinada situación histórica. Los "científicos" de la histo-
la posible conciliación o no del concepto de universidad con el ria llamarán a esta situación opresora y dependiente, los "teólo-
concepto de cristianismo; hacerla así, es salirse de la realidad y gos" de la historia la llamarán pecado estructural e histórico.
jugar con fantasías. Lo que hay que preguntarse es por las posibili-
No querer partir del análisis histórico de la realidad, tal como
dades reales de una concreta universidad y por la forma concreta
se encuentra, olvidando además las raíces estructurales de esa rea-
de entender aquí y ahora el cristianismo. Pues bien, no es difícil
lidad, es querer cerrar los ojos por intereses más o menos ocultos o
ver la profunda coincidencia entre lo que en este trabajo se ha
por ideologizaciones de claro significado; no querer partir del aná-
propuesto como finalidad de la universidad y lo que el cristianis-
lisis teológico del juicio que esa realidad merece desde las fuentes
mo pretende, un cristianismo leído desde la realidad más viva de
mismas de la revelación, es apagar interesadamente la luz del evan-
Latinoamérica e interpretado por una teología latinoamericana.
gelio para no seguir el camino redentor que esa luz nos muestra
Cómo una universidad del primer mundo deba ser y cómo pueda
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ante lo que es esa realidad de pecado. Una universidad como la En nuestra concreta situación, dada la fase del proceso histórico
nuestra no puede, precisamente en su carácter de universidad, olvi- de salvación y de liberación, tanto la labor universitaria como la
dar la situación en la que está y de la que debe partir en su afán de labor cristiana se presentan como lucha, como pelea. Ya san Pablo
transformación. Una universidad que se diga de inspiración cristia- lo decía en otro contexto, pero insistiendo en el carácter real de la
na no puede, precisamente en su carácter de inspiración cristiana, lucha con que se presenta la acción cristiana, en un mundo de
olvidar que esa situación merece el juicio de injusticia, de violen- pecado. El cristianismo busca la salvación de todos, la liberación
cia estructural, de pecado estructural. Por distintas razones y desde de todos, pero la busca primordialmente desde la liberación de los
diversos puntos de vista, la universidad y el cristianismo, entendi- oprimidos: en el orden de las personas, busca la liberación de toda
do históricamente, ofrecen aquí y ahora un punto de arranque co- forma de opresión, parta ésta del propio interior o del exterior; en
mún y una dirección también común: la injusticia y el pecado el orden de las "clases sociales", busca la desaparición de éstas no
deben ser borrados y lo deben ser por un proceso de liberación. por la anulación de las personas, sino por la anulación del rol
La liberación se refiere tanto a las estructuras como a las perso- opresor que ejercen, por pertenecer a una determinada clase; en
nas, tanto a las necesidades de 'la naturaleza como a las opciones cuanto una clase sea opresora, debe hacérsele abandonar ese carác-
de la historia. El análisis científico de la realidad, por su mismo ter de opresión, porque es principio de toda forma de injusticia y
carácter, lleva a centrar la atención sobre males estructurales y la injusticia no debe ser soportada, sino combatida.
reformas de estructuras; el análisis teológico de la realidad, por su El cristianismo, realmente entendido, defiende y promueve una
mismo carácter, sin olvidar el carácter estructural de los males y serie de valores fundamentales, que son esenciales para nuestro pro-
de sus soluciones, se centra más sobre la "relación" persona-es- ceso histórico y, por lo tanto, de gran servicio para una labor univer-
tructura. Son dos puntos de vista complementarios y por eso el sitaria comprometida con el proceso histórico. Ve en los más nece-
cristianismo puede y debe aportar al trabajo universitario una clara sitados, de una u otra forma, a los redentores de la historia, a los
preocupación por las dimensiones personales, sabedor que un puro privilegiados del reino de Dios, en oposición a los privilegiados de
cambio de estructuras no conlleva necesariamente un cambio pro- este mundo, propugna la negación de elementos deshumanizadores
fundo y total de la realidad personal. como son el ansia de riqueza, de honores, de poder, el halago de los
Dicho desde un plano más positivo: se ha de buscar a la vez la poderosos de este mundo; propugna la sustitución del egoísmo por el
construcción de un hombre nuevo y de una tierra nueva, aunque la amor como motor de la vida humana y de la historia y pone el centro
novedad de un hombre nuevo no se logrará, realista y colectiva- de interés en el otro, en la entrega a los demás, más que en la exigen-
mente, más que en la participación activa que busca la construc- cia de los otros, en beneficio propio; quiere más servir que ser servi-
ción de una tierra nueva. Pero la perspectiva normal, desde la que do; promueve el rechazo de las desigualdades injustas; afirma el valor
el cristianismo proyecta su labor liberadora, no es la del poder ni trascendente de la vida humana, el valor de la persona, vista desde el
la de la dominación, sino la del servicio. Ciertamente, como la uni- Hijo de Dios y, consiguientemente, la solidaridad y la fraternidad
versidad, participa de un cierto poder, pero es el poder de la esperan- entre todos los hombres; despierta la necesidad de un futuro siempre
za, de la afirmación del futuro, de la lucha contra el mal. La uni- mayor y desata así la esperanza activa de quienes quieren hacer un
versidad como inspiración cristiana no es lugar de seguridad, de mundo más justo en el que, por lo mismo, Dios puede mostrarse más
intereses egoístas, de lucros honoríficos o económicos, de vistos ida- plenamente; ve en la negación del hombre y de la fraternidad humana
des mundanas; es lugar de sacrificio, de entrega personal, de re- la negación radical de Dios y, en este sentido, del principio de toda
nuncia. realidad y realización humana ... Como todos estos valores no son
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puras confesiones ideales, sino exigencias fundamentales que han
de ser vividas y ejecutadas, la presencia de la inspiración cristiana,
sin necesidad de muchas confesiones explícitas, es un principio po-
tenciador del trabajo universitario.
Una universidad centroamericana
Una universidad que en toda su actividad esté inspirada y confi-
gurada por estos valores es una universidad de inspiración cristia- para El Salvador
na; y será a-cristiana, o anti-cristiana, cuando los desconozca o los
conculque. No es cuestión de intenciones; es cuestión de realida-
des verificables. Si no procede en su actividad desde la determina- Se trata de la primera ponencia presentada, en forma de
ción de nuestro mundo histórico como pecado institucional, ignora tesis, en el seminario "La UCA hacia el futuro ", realizado
la base real de la historia de la salvación; si no combate contra el entre el 31 de mayo y el5 de junio de 1976, en la Universidad
mal estructural, no está en la línea del evangelio. El cristianismo Centroamericana "José Simeón Cañas". El propósito del se-
de la universidad no debe medirse ni desde profesiones de fe, ni minario era repensar el papel de la universidad en el con-
desde acatamientos jerárquicos, ni desde la enseñanza explícita de texto salvadoreño y centroamericano.
temas religiosos -aunque sea muy necesario en nuestros países
un centro de reflexión y de producción teológica-, sino desde su
concreta orientación histórica: a qué señor sirve, sabiendo muy 1. Propósito y método de esta ponencia
convencidamente que no se puede servir a dos señores, y uno de los
Esta ponencia quiere proponer algunos principios generales que
señores a los que no se puede servir es a la riqueza, entendido como
sirvan de marco teórico, esto es, de orientación y de fundamentación
un dios opuesto al Dios que se nos reveló en Jesucristo.
general de las demás ponencias. Sólo considerando la universidad
Una universidad cuyo horizonte es el pueblo de los más necesi- como un todo unitario y estructural, que se sabe a sí misma y que
tados, que exigen su propia liberación y luchan por ella; cuyo com- se decide racionalmente a hacer aquello en que consiste su propia
promiso fundamental es el cambio de estructuras y de personas, en razón de ser, la universidad actuará universitariamente, esto es,
orden a una creciente solidaridad; cuyo talante es la lucha arriesga- como una totalidad diferenciada y racional.
da en favor de la justicia; cuya inspiración en el juicio ético de las
Presupone esta ponencia la lectura del número de ECA dedica-
situaciones y de las soluciones, así como de los medios que han de
do a nuestra universidad' , lo cual nos permite proceder de manera
llevar desde las situaciones a las soluciones, es la del evangelio, es
más sucinta, más sencilla y más práctica. Por ello se condensará
una universidad cristiana. Es también -así lo pensamos algunos-- la
en una serie de proposiciones, que faciliten la ulterior discusión,
universidad distinta que el país necesita.
los que pudieran considerarse como principios rectores de la uni-
versidad y del quehacer universitario.
92
Los Escritos universitarios consti-
tuyen la producción intelectual reali-
zada por Ignacio Ellacuría sobre la mi-
sión sociopolítica de la universidad. Di-
cha producción se pone de manifiesto
en algunos artículos, discursos y po-
nencias pronunciadas a nivel nacional
e internacional. Esta edición viene a
sumarse a los Escritos políticos y a los
Escritos filosóficos ya publicados.