La Historia Local PDF
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Analizar la relación que se establece entre la vida cotidiana, la narración y la historia y sus
consecuencias en el campo de la enseñanza de la historia.
Por mucho tiempo la narración y la vida cotidiana han tenido escasa relevancia en el campo de las
investigaciones sociales; sin embargo, en estos últimos tiempos una preocupación creciente por
esta problemática atraviesa los distintos campos de estudio. Así en filosofía Ricouer (1999); en la
antropología Greertz (1987); en la sociología Ferraroti (1990), entre otros, han propugnado y
celebrado el retorno a lo biográfico, revalorizando al ser humano concreto como objeto de estudio.
En la década del ‘70 Paul Veyne, desde la filosofía, asumía una posición más radical que la de los
historiadores orales. En su obra referida a la escritura de la historia sostenía que: "la explicación
histórica (...) casi no se distingue del género de la explicación que se practica en la vida diaria o en
una novela donde se relata una vida." (citado por Chirino, 1992:15).
Esta perspectiva, con mayor o menor radicalidad en cuanto a sus planteamientos, pretende
organizar la historia a partir de los sentidos y significados que los sujetos le atribuyen a los
acontecimientos históricos, para lo cual la narración constituye la mejor estrategia. La expresión
donde no hay narrador no hay historia sintetiza la posición de esta corriente de pensamiento.
En los últimos tiempos, distintos autores han reconsiderado el lugar de lo cotidiano en la historia.
Así, Ferraroti (1990) propugna la inclusión de lo cotidiano en la historia, para que la historia sea
historia de todos. Heller (1992) por su parte, propone que la vida cotidiana no esté fuera de la
historia, sino en el centro del acontecer histórico. Desde su perspectiva, las grandes hazañas no
cotidianas que se reseñan en los libros de historia arrancan de la vida cotidiana y vuelven a ella.
Como se puede apreciar, estas consideraciones establecen una fuerte relación entre estos dos
aspectos, evitando de este modo que la historia se convierta en abstracta y deshumanizada.
La narración constituye la vía de acceso más adecuada para conocer profundamente la vida
humana, Habermas (1987) propone construir el concepto de lo cotidiano del mundo de la vida, a
partir de las exposiciones narrativas de los actores sociales. Esta sencilla estrategia permite
comprender cómo los distintos sujetos sociales organizan, interpretan y dan sentido a su existencia
histórica.
La reconsideración de las perspectivas sobre la narración y la vida cotidiana en los distintos campos
sociales, tiene importantes consecuencias en la enseñanza dela historia, porque permite:
Vincular la narración conla historia. Jacott y Carretero (1995), sostienen que la narratividad
es una característica esencial del conocimiento histórico, por lo tanto debe ser considerada
como uno de los aspectos clave en la enseñanza de la historia. Su exclusión empobrece la
mirada y elimina la singularidad de los acontecimientos sociales.
3.1. ¿Por qué hay que incluir la historia local en el curriculum escolar?
Existen algunas razones que justifican su inclusión. En este trabajo se analizarán solamente tres
motivos fuertes. Ellos son:
En primer lugar, se puede advertir que los alumnos socializados mediante el sistema educativo
formal le otorgan un espacio poco relevante a la enseñanza sistemática de la historia local.
Habitualmente este contenido es abordado en una unidad durante el 4to año de la Educación
General Básica y, eventualmente, en algunos actos escolares, especialmente aquellos asociados a
la fundación del pueblo, u otra fecha significativa de la comunidad. Vale decir, entonces, que la
historia del contexto inmediato que rodea a los alumnos no es tratada en profundidad durante su
proceso formativo.
En segundo lugar, en estos últimos 30 años lo socializado por los medios de comunicación masiva
ha alejado a los sujetos de las preocupaciones locales y cotidianas. La radio, el diario y
especialmente la televisión, tienen una fuerte gravitación en el proceso de socialización de los
sujetos. Habitualmente estos medios proporcionan escasa información acerca del acontecer
histórico local, alejando a las personas de la posibilidad de reflexionar conceptualmente sobre su
propia historia.
En relación con la naturaleza espistemológica, la historia (como cualquier otra disciplina de las
ciencias sociales); por un lado, tiene un carácter pluriparadigmático, puesto que no existe una
mirada única; sino por el contrario, es una disciplina que tiene como característica estructural la
convivencia de distintos paradigmas que visualizan la realidad de modo diferente (Funes y otros,
1995). Por el otro lado, es profundamente ideológica, ya que la cosmovisión del historiador incide
directamente en el análisis que hace de sus objetos de estudio.
Habida cuenta de las consideraciones efectuadas, resulta lógico suponer que el paradigma histórico
y posición ideológica que asuma el historiador va a gravitar directamente en la selección y en la
secuencia de los conocimientos históricos que se quieran incluir en el curriculum escolar.
A los dos problemas anteriores, se le puede sumar un tercero, el mismo está asociado al grado de
desarrollo de la investigación de la historia local. En general los pueblos pequeños no cuentan con
un corpus sistemático de conocimientos que den cuenta de su historia. Este saber histórico es
distinto a lo que la escuela está acostumbrada a transmitir en forma intencional y sistemática,
porque alude a realidades múltiples, no es estático ni reproduce acríticamente lo ya establecido y,
además, participa con distinto alcance y profundidad en los procesos constitutivos de identidad que
se perfilan con autonomía en la sociedad. Este conocimiento, por su relevancia social debe ser
incluido en el curriculum escolar, pero exige un esfuerzo adicional por parte de los docentes y
alumnos, quienes necesitan realizar una recuperación y sistematización para poder aprenderla.
Como se puede apreciar, los problemas que se desprenden de estos tres niveles son sumamente
complejos. Sin embargo, este trabajo es una invitación a historiadores y a didactas a definir y
precisar los problemas que de ellos se derivan y aportar nuevas soluciones.
Esta pregunta remite a pensar en las opciones metodológicas que adoptan los docentes para
enseñar la historia local. Los procedimientos didácticos deben estar estrechamente vinculados con
los contenidos a trabajar.
Valls (1994) distingue dos grupos de procedimientos para enseñar la historia; por un lado, están los
que permiten aprender los conceptos claves y los hechos concretos propuestos por historiadores o
docentes y; por el otro, se encuentran los que permiten acercarse a los métodos de investigación
que los historiadores utilizan para construir un cuerpo de conocimiento.
En esta distinción se puede advertir que los procedimientos varían en función de los tipos de
conocimientos que se aborden. Así el primer grupo focaliza los esfuerzos en la reproducción de
conocimientos construidos por los educadores o por los historiadores; en cambio en el segundo,
centralizada la preocupación en la necesidad de que los alumnos comprendan cómo se investiga y
qué conocimiento histórico se produce. Dentro de esta segunda opción se encuentra la recuperación
de la historia local que no es sólo una estrategia de investigación sino también de enseñanza.
4. La Recuperación de la historia local. Una metodología de
investigación y de enseñanza que abre nuevos caminos entre la
escuela y la comunidad local
Rigoberta Menchú (citada por Rojas Soriano, 1994: 47) en una conferencia dictada en México
señala: "Hay muchas preguntas sobre la mesa, pero no todas las debe contestar el maestro. Si
sabemos leer y escribir debemos buscar las respuestas. Si fuera su maestra les dejaría que
investigaran para poder responder esas preguntas".
Estas consideraciones tienen una profunda implicancia didáctica, porque remite a pensar a la
investigación como: una herramienta que permite la producción de conocimiento de la realidad y;
una estrategia de enseñanza destinada a favorecer la apropiación crítica de los conocimientos. La
recuperaciónde la historia local mediante la narración, es una estrategia pedagógica que intenta
articular estos dos aspectos, en tal sentido, esta propuesta retoma el desafío realizado por la premio
novel de la paz.
Dada la gran ambigüedad que existe en torno a la noción de recuperación de la historia local, en
este trabajo se la define como el proceso en virtud del cual se rescatan, sistematizan las historias
cotidianas que los pobladores construyen y reconstruyen en un lugar y en un tiempo determinado y,
luego se los convierte en saberes escolares relevantes. Esta metodología constituye una
herramienta valiosa porque abre nuevos caminos que permiten el acercamiento entre escuela y
comunidad.
Conformación de
Conversión de las narraciones Segundo punto de
un grupo.
históricas en saberes encuentro de la
Predominantemente
escolares reconocidos por la escuela y la
Curricular Integración de
institución educativa como comunidad
los saberes al Diseño
relevantes. Curricular Institucional. En la Institución
Esta metodología supone al menos tres instancias claras de trabajo (ver figura Nro. 1) , las cuales
no se dan de manera secuenciada y lineal (no suponen una relación antes-después). Cada una de
ellas se estructura en torno a un eje, del cual se desprende una serie de actividades particulares que
involucra distintos niveles: la comunidad local, la institución educativa y el aula.
El eje central es la conversiónde los saberes históricos reconstruidos a partir de las voces y las
narraciones de los distintos actores de una determinada comunidad, en conocimiento histórico
relativamente sistemático y ordenado. En tal sentido, se busca recontextualizar las narraciones
realizadas por los distintos actores. Su forma de existencia es asistemática, privada y personal. Para
integrarla a la educación formal, se debe modificar su formato original, es decir, se las debe ordenar
coherentemente y otorgarle el carácter público.
De este eje se derivan al menos tres acciones: el rescate, la sistematización y la devolución. Esta
instancia de trabajo conforma el primer punto de enlace entre la escuela y la comunidad.
4.1.1. El rescate
4.1.2. Sistematización
La misma tiene sentido y relevancia porque trasciende la práctica concreta, permitiendo así
comprenderla y explicarla integralmente. Para sistematizar las narraciones y la vida cotidiana es
necesario tener en cuenta algunos aspectos puntuales:
Obtener una visión crítica de las prácticas sociohistóricas, la cual favorecerá la identificación
de los elementos culturales propios, apropiados o impuestos.
4.1.3. Devolución
El eje central es la conversión de las narraciones de las historias locales en saberes escolares
reconocidos por la institución educativa como relevantes. En este sentido se busca recontextualizar
los saberes populares sistematizados al interior de la institución educativa. Esta instancia constituye
el segundo punto de enlace entre la comunidad y la escuela.
En esta fase del trabajo, la escuela integra en sus diseños curriculares institucionales, las historias
locales narradas por sus actores. La misma supone al menos dos actividades especificas: conformar
un grupo de trabajo en el marco del Proyecto Educativo Institucional (P.E.I.) e integrar los saberes
históricos en el diseño curricular institucional.
La comunidad educativa en su conjunto, debe asumir esta línea de trabajo como parte de su
Proyecto Educativo Institucional (P.E.I). Para ello se requiere el compromiso consciente y la
responsabilidad colectiva de los distintos sujetos que construyen cotidianamente la escuela.
Además, resultará conveniente constituir un grupo de trabajo compuesto por investigadores y
docentes. Ellos tendrán la responsabilidad de elaborar y ejecutar un programa de trabajo por medio
del cual se aborde esta problemática.
Durante el proceso de integración de las historias locales al curriculum escolar, es necesario tratar
de:
Construir una secuencia que permita articular lógicamente el saber científico con el saber
popular.
El eje central de esta instancia es convertir las historias locales en saberes escolares que pueden
ser enseñados y aprendidos en el aula. Se busca de esta manera recontextualizar las narraciones
en el interior del aula. Esta última instancia es responsabilidad casi exclusiva de la escuela y
específicamente de los docentes y los alumnos. Las tareas que se derivan de este eje son:
Será recomendable tomar como punto de partida algunas historias locales recuperadas e integrarlas
en alguna instancia curricular que ofrezca la escuela.
Realizar una mirada retrospectiva de toda la experiencia tratando de valorar los logros, identificar los
obstáculos y resignificar el trabajo desarrollado a fin de incrementar su comprensión y aportar
nuevas líneas de acción que la transformen.
5. Conclusión
En el presente artículo se ha planteado que, la intrínseca relación entre vida cotidiana, narración e
historia tienen importantes consecuencias en el campo de la enseñanza de la historia; y que es
sumamente importante incluir la historia local en la escuela, en tal sentido, se crea un marco de
referencia general que orienta la integración de dicho conocimiento al curriculum escolar y se
elabora una estrategia de investigación y de enseñanza que permite convertir las narraciones acerca
de la historia local en saberes relevantes que pueden ser enseñados en la escuela.
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