Fármacos Antiepilépticos
Fármacos Antiepilépticos
Fármacos Antiepilépticos
Cuando las crisis epilépticas son muy frecuentes, se debe optar por FAE cuya dosis
total terapéutica se alcance en pocos días y en que, además, permitan iniciar el
tratamiento vía parenteral para alcanzar concentraciones plasmáticas terapéuticas
en pocas horas.
Hay consenso generalizado en recomendar la monoterapia antes que la politerapia.
Más de la mitad de las crisis se controlan con un primer fármaco y sólo alrededor
del 10% quedaría libre de crisis al añadir un segundo fármaco.
Efectos secundarios
Los FAE producen gran cantidad de efectos secundarios, aunque en pocas
ocasiones son graves y condicionan la suspensión del tratamiento. Los efectos
secundarios pueden ser – Dependientes de la dosis, que varían en función del
fármaco en cuestión. Los más frecuentes suelen ser somnolencia, mareo, cefalea,
fatiga y alteraciones cognitivas o del comportamiento, aunque dependen de cada
fármaco. Son más frecuentes en el comienzo del tratamiento. El inicio progresivo
con escalada de dosis, así como el control plasmático de los fármacos de forma
periódica, es fundamental para evitarlos.
– reacciones idiosincrásicas, no dependientes de la dosis: exantema, discrasias
sanguíneas y hepatotoxicidad son los más frecuentes. El eritema multiforme es uno
de los más severos. Suponen la suspensión del tratamiento.
Interacciones
Los FAE pueden interaccionar con multitud de fármacos, ya sean otros FAE o de
otro tipo; por ello es necesario informar de ellos al paciente. Las interacciones
pueden producir tanto la toxicidad del FAE en caso de que, por ejemplo, se
administre con fármacos que aumenten la fracción libre del FAE (interacción en la
ijación a proteínas plasmáticas), como la disminución de las concentraciones
plasmáticas si se administra con fármacos inductoresenzimáticos5,7 (tabla 3)
FAES genéricos
Mediante estudios de biodisponibilidad realizados en voluntarios sanos, los
fármacos antiepilépticos genéricos demuestran la bioequivalencia respecto a la
formulación convencional (la Administración permite una diferencia de
biodisponibilidad del 20%). Sin embargo, biodisponibilidad no equivale a efecto
clínico, que puede ser diferente a pesar de que los fármacos sean bioequivalentes.
Los excipientes utilizados y determinadas características isicoquímicas pueden
diferir del producto original y con ello pueden variar la velocidad de absorción, las
concentraciones plasmáticas, etc., lo que hace ineicaz al fármaco. En un estudio
realizado por Crawford et al8 en pacientes en tratamiento con carbamazepina,
valproato o fenitoína, se objetivaron problemas de eicacia en un 10,8% de los
pacientes en los que se había sustituido la formulación convencional por un
genérico. Por ello, tratándose de fármacos antiepilépticos, cuyas concentraciones
plasmáticas tienen intervalos tan sensibles y estrechos, se debe considerar
inapropiado el margen del 20%. Por ello no se recomienda la sustitución del FAE
original por el genérico. En caso de iniciar tratamiento con un FAE genérico, es
conveniente mantener siempre la misma marca de genérico.
Fármacos antiepilépticos
en situaciones especiales
Embarazo y lactancia
Es fundamental que, en toda mujer epiléptica en edad fértil en tratamiento con
FAES, se planee antes del embarazo la actitud terapéutica que se va a seguir. En
caso de que se encuentre libre de crisis al menos 2 años, se podrá plantear la
retirada del tratamiento al menos 1 año antes de la gestación. En caso de que
precise tratamiento, es preferible la monoterapia con dosis mínimas para el control
de crisis. Durante el embarazo debe incrementarse el seguimiento de la paciente y
vigilar las posibles malformaciones en el feto. Las crisis en este periodo pueden
incrementarse en un 17-31% y éstas suponen un riesgo importante tanto para el
feto como para la madre. En caso de tratamiento con fármacos inductores
enzimáticos, se recomienda el uso de vitamina K a partir de la semana 36 y hasta
el parto. No es necesario suspender la lactancia materna. Se recomienda fraccionar
la dosis total en varias tomas, administrar fármacos con poco poder de difusión a la
leche, dar el pecho varias horas tras haber tomado la medicación y vigilar posibles
complicaciones en el neonato
Ancianos
Es necesario tener en cuenta las enfermedades concomitantes y los fármacos que
ya está tomando el paciente antes de la elección de un FAE. Se debe evitar los
fármacos que interieran en la función cognitiva y el nivel de alerta.
Otras
En otras situaciones, como enfermedad hepática o renal, se debe evitar el uso de
fármacos con metabolismo en dichos órganos. En caso de enfermedades
digestivas, endocrinas o respiratorias, hay que vigilar la posible interacción
farmacológica con terapias concomitantes.
https://www.elsevier.es/es-revista-gastroenterologia-hepatologia-continuada-8-pdf-
S1578155009730116