Narcoterrorista Pablo Escobar
Narcoterrorista Pablo Escobar
Narcoterrorista Pablo Escobar
Semestre: Octavo
Trabajo:
DATOS GENERALES:
Nombre Completo: Pablo Emilio Escobar Gaviria
1. HISTORIA:
Familia:
Su abuelo materno, Roberto Gaviria Cobaleda, ya le había precedido en
actividades ilegales, ya que fue un renombrado contrabandista de Whisky en
épocas en que este era ilegal (principios del siglo XX).
Infancia:
Nacido de una familia campesina, Escobar demostraría habilidad para los
negocios desde muy pequeño.
CARRERA DELICTIVA:
Tras formar alianzas con Gonzalo Rodríguez Gacha, Carlos Lehder y Jorge Luis
Ochoa y su clan, Escobar fundaría el Cartel de Medellín, organización que en su
auge, monopolizó el negocio de la cocaína desde su producción hasta su
consumo, controlando más del 80% de la producción mundial de dicha droga y el
60% del mercado ilícito de la misma en Estados Unidos. Logrando así consolidar
su imperio criminal, convirtiéndolo en el hombre más poderoso de la mafia
colombiana, acumulando una inmensa fortuna, que rondó la cifra de los 30 mil
millones de dólares en efectivo, consagrándolo, así como uno de los hombres más
ricos del mundo según la revista Forbes durante siete años consecutivos.
Los narcos tenían ejércitos privados, negocios por todo Colombia, grandes
extensiones de tierras y el control de mercados como el de las esmeraldas. Más
adelante, Lara desmanteló el laboratorio de cocaína más grande del Cartel de
Medellín, Tranquilandia, y decomisaría 30 aviones del mismo grupo. La guerra de
los narcos contra el Gobierno, se tornó violenta y sádica.
2. CARTEL DE MEDELLÍN.
Tras la muerte de Escobar en 1993, el grupo dejó una estructura sicarial compleja
en Medellín y una vasta cantidad de armas, un grupo de rutas internacionales para
el narcotráfico, una cantidad enorme de dinero en efectivo, principalmente en las
denominadas caletas, una sociedad, clase política y unas instituciones estatales
corruptas y al servicio del mejor postor, lo que sirvió de combustible para la
continuación del conflicto colombiano en las décadas siguientes; ya que tanto los
grupos paramilitares y las varias guerrillas entraron de lleno a tomar este negocio
del narcotráfico, encontrando cada uno en este, la fuente de su financiación en la
lucha por el poder, aumentando así la complejidad del conflicto en los centros
urbanos y acentuándolo en las áreas rurales.
Fue el "ministro de Guerra" del cártel de Medellín y hacia 1989 tenía mil hombres
en armas en el centro del país. Controlaba una organización autónoma asociada a
Escobar. Sicarios suyos alrededor de 70, fueron los encargados de matar a Luis
Carlos Galán (candidato a presidencia). Tras el cruento atentado al edificio del
DAS en Bogotá, que dejó 70 muertos y 500 heridos, se convirtió en el criminal más
buscado del país. Traicionado por un lugarteniente suyo, murió el 15 de diciembre
de 1989 en Tolú durante la Operación Apocalipsis junto a su hijo y cinco de sus
hombres.
-Jorge Luis Ochoa: Perteneciente al clan de los Ochoa, fue el más importante de
los hermanos dentro de la organización criminal. Reconocido criador de caballos,
se convirtió en el número 2 a la muerte de Gaviria Rivero. Se rindió el 15 de enero
de 1991 como parte de la política de sometimiento a la justicia del gobierno de
César Gaviria.
-Carlos Lehder, el “loco” y reconocido por sus excentricidades, se convirtió en el
primer narcotraficante colombiano extraditado a los Estados Unidos y el único de
los líderes del Cartel de Medellín que sería capturado vivo cuando este estaba
operando.
Fue jefe de grupos sicariales, y era uno de los miembros del grupo personal de
seguridad de Pablo Escobar, jefe de la organización criminal autodenominada Los
Extraditables
4. ACTIVIDAD POLÍTICA
Pablo Escobar quería llegar al Senado y lo logró. Aunque quiso llegar a la Casa de
Nariño, sus planes se vieron frustrados.
De tal manera que el cabecilla del cartel era más que un violento terrorista, Pablo
Escobar contaba con una gran influencia en múltiples categorías legales, civiles,
económicos, religiosos y sociales de Medellín, con el fin de agilizar el transporte
de sus paquetes y facilitar sus actividades ilícitas con el apoyo indirecto de
funcionarios que lo respaldaban.
5. ATENTADOS TERRORISTAS
Según Jhon Jairo Velásquez, alias 'Popeye', uno de los principales sicarios de
Escobar, unas 6.000 personas murieron como resultado de los atentados
perpetrados en nombre del Cartel de Medellín. 100 bombas solo entre septiembre
y diciembre de 1989, en supermercados, entidades bancarias, colegios; 85 más
entre enero y mayo de 1990, y 10 en diciembre de 1992.
ASESINATOS SELECTIVOS
Todo el que se interpusiera en los intereses de Pablo Escobar se convertía
inmediatamente en su objetivo militar. Por tanto, muchos dirigentes políticos y
personalidades públicas que denunciaban los estragos del narcotráfico en el país
ingresaron a su lista. Resaltando tres: el ministro de Justicia Rodrigo Lara Bonilla;
el director del diario El Espectador, Guillermo Cano; y el entonces candidato
presidencial por el Nuevo Liberalismo, Luis Carlos Galán.
Ministro:
Cuando Escobar tuvo la osadía de incursionar en política y, tras una dudosa
campaña, consiguió una gran escala en el Congreso de la República, el primero
en delatar sus nexos con el narcotráfico fue el entonces ministro, Rodrigo Lara
Bonilla. La noche del 30 de abril de 1984, cuando viajaba en su Mercedes Benz
por el norte de Bogotá, dos hombres en una motocicleta se le atravesaron en el
camino y lo acribillaron a tiros.
Sus escoltas iniciaron una persecución para atrapar a los sicarios, cuyo conductor
terminó perdiendo el equilibrio de su Yamaha y se estrelló contra el pavimento,
muriendo al instante. Más tarde fue identificado como Iván Darío Guisado,
integrante de 'Los Priscos', una red de sicarios al servicio del Cartel de Medellín.
Lara Bonilla tenía apenas ocho meses en la cartera. En represalia por su muerte,
el presidente de la época, Belisario Betancur, aprobó de inmediato la Ley de
Extradición, abriendo la puerta a la guerra contra el narcotráfico. Las denuncias
continuaron entonces desde la prensa, y las editoriales del diario El
Espectador empezaron a incomodar más de la cuenta los mafiosos que se
autollamaron 'Los extraditables'.
Candidato Presidencial:
Dos años después, el 18 de agosto de 1989, otro asesinato selectivo enlutaría al
país entero. Luego de recibir muchas amenazas y salvarse de un atentado, el
entonces candidato presidencial del Nuevo Liberalismo, Luis Carlos Galán el mejor
posicionado en las encuestas, daba un discurso en un evento electoral en Soacha,
cuando lo alcanzaron unas balas que provenían de la multitud.
Fue trasladado con vida al hospital de Kennedy en Bogotá, ubicado a media hora
del municipio donde estaba, pero murió a las horas pese a los esfuerzos
médicos. Su muerte impactó al país entero, así que el presidente Virgilio Barco
promulgó el decreto 1830 del 19 de agosto de 1989 que autorizaba la extradición
por vía administrativa, o sea que ya no era necesario solicitar permiso de la Corte
Suprema de Justicia.
En ese momento también se creó el famoso Bloque de Búsqueda, un equipo que
reunió fuerza policial y militar de Colombia y Estados Unidos con cerca de 500
miembros, con el único fin de dar con el paradero de Pablo Escobar, y todo su
séquito del Cartel de Medellín. Mientras tanto, el capo siguió matando gente y
poniendo bombas.
Otros de sus asesinatos fueron el presidente del partido de izquierda Unión
Patriótica, Jaime Pardo; el procurador general, Carlos Mauro Hoyos; el gobernador
del departamento de Antioquia, Antonio Roldán; el ex ministro de justicia, Enrique
Low Murtra; los periodistas Diana Turbay y Jorge Enrique Pulido; entre otros.
BOMBAS
Cuando se aprobó la Ley de Extradición, comenzó la sangrienta represalia de la
mafia contra el Estado colombiano, incluyendo a la población civil. Carros bombas
explotaban cada mes en distintas ciudades del país. Nada más en 1993, año en el
que Escobar termina asesinado por la Fuerza Pública el 2 de diciembre, detonó
varios carros con explosivos: el 30 de enero, en el centro de Bogotá, dejando 25
muertos; el 15 de febrero, dos más en el mismo sector, dejando 4 muertos; y el 15
de abril, en un barrio exclusivo de la capital, dejando 11 muertos.
Hubo otros atentados a la prensa. En 1988, un coche bomba explotó a las afueras
del diario El Colombiano, de la ciudad de Medellín. Y en 1989, otro fue detonado
en el diario El Espectador, en Bogotá, solo tres años después de haber asesinado
a su director. No hubo muertos en ninguno de los dos casos, varios heridos y sí
mucho daño material. El medio capitalino, al día siguiente del accionar terrorista,
publicó con una portada que tenía por titular: Seguimos adelante.
Luego, en 1991, otro carro bomba con 150 kilos de dinamita y explotó bajo el
puente de la Avenida San Juan de Medellín, a las afueras de la plaza de toros La
Macarena, a unos 50 metros de distancia. Esto ocurrió minutos después de que
terminara la octava corrida dela Feria Taurina de la ciudad, muchos no habían
alcanzado a evacuar, y otros departían en las casetas ubicadas a los alrededores.
La bomba, detonada por un hombre reclutado por el Cartel que no tenía idea del
paquete que llevaba, desató un incendio en la parte central, por las alas, llegando
hasta la parte trasera de la aeronave a uno de los tanques del avión, lo que
provocó otra explosión que desintegró por completo el avión. No hubo
sobrevivientes.
Entre los muertos estaban tres estadounidenses, por lo que el gobierno americano
estuvo detrás de los culpables. El único que paga condena por ello es Dandeny
Muñoz Mosquera, alias 'La Quicao, sentenciado a cadena perpetua en los Estados
Unidos.
Pablo Escobar era considerado como el marido más tierno, bueno y considerado
que una mujer podría tener. En cada cumpleaños de Tata, su esposa, el capo le
mandaba a traer cantantes de la talla de José Luis Rodríguez, El Puma, para que
le cantara sus baladas al oído. Después de haber mandado matar a Lara Bonilla la
vida de Escobar se consumió entre caletas y escapadas. Cada vez que podía iba
a Nápoles y veía a sus hijos, a su mamá y a la esposa que respetaba como una
catedral.
Las vírgenes entre 14 y 17 años con las que solía hacer sus desenfrenadas orgias
en la casa secreta que tenía en El Poblado. A ellas las conocía gracias a Los
Señuelos, una banda que tenía como única misión reclutar jovencitas para
llevárselas al “Patrón”. A las muchachas les pagaba tres millones de pesos por
acostarse con él y con capos. No eran mujeres cualesquiera: casi todas eran
modelos aspirantes a reinas de belleza o actrices de televisión.
Pablo Escobar sabía que había sido una de las muchachas que iban a la casa la
que habló. Como no tenía ganas de escoger, ni de averiguar por la soplona, y
como la guerra con el estado se intensificaba, decidió tomar medidas serias en el
asunto. En la noche del 6 de julio de 1987 fueron encontrados torsos, piernas,
cabezas de 27 muchachas. Un día después aparecieron otras 22. En total fueron
cuarenta y nueve las jóvenes asesinadas, todas las que habían ido alguna vez a
esa casa maldita del Poblado.
Pablo Escobar estaba dispuesto a entregarse a las autoridades, pero puso como
condición que la Asamblea Constituyente prohibiera la extradición de colombianos,
a modo de presionar al sistema de justicia para que se cumpliera su petición,
mandó a matar a Enrique Low Murtra, ex ministro de Justicia, el 30 de abril de
1991.
La situación hizo que altos mandos del Ejército y fuerzas especiales se movieran
hacia Envigado para restablecer la seguridad. Escobar, junto con su hermano
Roberto y nueve de sus lugartenientes, aprovecharon el enfrentamiento entre los
guardias y los comandos del Ejército para emprender la fuga.
"Por aquellos días mi padre hacía referencia constante a Salvatore Totò Riina, de
quién adaptó sus métodos terroristas con coches bomba utilizados para
enfrentarse al Estado italiano a través de asesinatos selectivos”, escribió el hijo de
pablo escobar
Las casas contaban con servicios, había calles de concreto y hasta un taxi; para
que el jefe de familia trabajara, también proyectó 50 canchas de fútbol y envió
regalos para el arbolito para todos los habitantes de esa región. Lo llamaban el
“Robin Hood Paisa”.
Los habitantes pobres de las frías barriadas de Medellín además recibían todo;
recibían desde comida, carros y hasta becas. Las personas esperaban esos
regalos dados por “El Patrón”; los mismos iban desde televisores además de
cocinas.