Elizabeth y Zacarias
Elizabeth y Zacarias
Elizabeth y Zacarias
Nancy Leigh DeMoss: Creo que una de las razones por las que muy poca
Palabra de Dios sale de nuestras bocas en una forma significativa, es porque
siempre tenemos ruido, plática y desorden a nuestro alrededor y tenemos muy
poco tiempo para escuchar a Dios.
Carmen: Estás escuchando Aviva Nuestros Corazones con Nancy Leigh DeMoss
en la voz de Patricia de Saladín.
Nancy : Una de las cosas que me encanta de esta temporada del año son todos
los villancicos navideños, la música navideña. Todavía, algunas veces, puedes
entrar a un centro comercial o a una tienda y escuchar tocando esos villancicos
navideños. No creo que todas estén familiarizadas con el significado de todas
esas palabras, pero si tú creciste escuchando esos villancicos, ellos son una gran
parte de nuestro patrimonio navideño. Muchos de ellos cuentan la historia de la
primera Navidad.
Estamos comenzando en el versículo 13. Solo para darte un poco del contexto
recuerda que Zacarías era un sacerdote. El nombre de su esposa era Elisabet.
Por años esta pareja añoraba y había orado por un hijo, pero Dios en Su
providencia había decidido no bendecirlos con hijos. Ellos oraron, ellos esperaron.
Pero Elisabet era estéril. Ella no podía tener hijos. En el momento en que esta
historia comienza, ella ya había pasado la menopausia. No había forma humana
de que ella pudiera tener un hijo.
Así que, asumimos que ellos ya habían entregado esos sueños al Señor.
Zacarías, al iniciar la historia en Lucas capítulo 1, versículo 13, está en el templo.
Él está llevando a cabo sus tareas sacerdotales. Mientras él está haciendo lo que
Dios le mandó hacer, un ángel se le aparece – no es algo que pase todos los días,
aun para un sacerdote-. El nombre del ángel es Gabriel y Gabriel le dice a
Zacarías, después de que se levanta del suelo… tú sabes, esta es una
experiencia aterradora al principio, pero el ángel le dice que no tenga miedo.
Después en los versículos 14-17, el ángel le describe al futuro padre cómo será
este hijo, cómo será criado, qué misión tendrá este niño aquí en la tierra. El hijo
que nacería a Zacarías y a Elisabet sería el precursor del tan esperado
Mesías, el Cristo de Dios, quien vendría y sería el Salvador del mundo.
Ahora llegamos al versículo 18, y Zacarías dice, “¿Cómo podré saber esto?
Porque yo soy anciano y mi mujer es de edad avanzada”. Él simplemente está
pensando acerca de todo esto desde una perspectiva humana y lo que en realidad
está diciendo es que esto es imposible. No hay forma que esto pueda suceder.
¿Cómo sabré que esto realmente pasará?
Entonces, en el versículo 20, el ángel le dice, así es como sabrás qué pasará, aquí
está la prueba. “Y he aquí, te quedarás mudo, y no podrás hablar hasta el día en
que todo esto acontezca, por cuanto no creíste mis palabras, las cuales se
cumplirán a su debido tiempo”.
Así que, como recuerdas la historia, Zacarías se queda mudo por nueve meses.
Bueno, quizás alguna de ustedes puede pensar que su esposo es muy serio y que
no habla lo suficiente ¡cuenta tus bendiciones si él ha dicho algo en los últimos
nueve meses! Por nueve meses, este hombre, Zacarías no pudo hablar hasta
el nacimiento del niño.
A medida que llegas al versículo 39, en esta sección… Ya hemos enseñado esto
antes en Aviva Nuestros Corazones, Elisabet, claro, queda embarazada. En el
sexto mes de su embarazo, su pariente María de Nazaret, que a diferencia de
Elisabet, que era una mujer mayor, María es una adolescente…
¿Se pueden imaginar ustedes el tiempo que estas mujeres tuvieron durante esos
tres meses juntas en esa casa, regocijándose en el favor que Dios les había
mostrado, no solo a ellas como madres, sino también a Su pueblo, a los judíos, a
todo el mundo, la bendición que Dios había prometido desde Génesis capítulo 3.
La bendición que Dios había prometido, un Salvador para el mundo.
Sin duda alguna, Zacarías que estuvo en casa durante todos esos meses sin
poder hablar, pero sin lugar a dudas hubo algún tipo de comunicación y él está
consciente de que hay algo inusual que está sucediendo. Claro, el ángel le había
dicho que su hijo, Juan el Bautista, sería el precursor de este Mesías.
Como era costumbre y como Dios había ordenado a Su pueblo que lo hiciera,
cuando ellos tuvieron a este hijo, ellos lo tomaron en el octavo día y lo
circuncidaron. Ese también era el día cuando típicamente se le ponía nombre al
niño. Ellos probablemente habían pensado en esto también. Generalmente, las
parejas piensan en eso todos los nueve meses; pero en este caso, ellos no
tuvieron que pensar acerca del nombre del niño porque Dios ya les había dicho
cuál sería el nombre de este niño.
Pero ellos vinieron ese día a circuncidar al niño. Esto debió ser un tiempo donde
los amigos y familiares se juntaron para celebrar. Era una fiesta de cumpleaños
para este niño de ocho días.
Después, en el versículo 64, “Al instante le fue abierta su boca y suelta su lengua,
y comenzó a hablar”. ¿Y qué fue lo que hizo cuando habló? Él habló, “dando
alabanzas a Dios”.
"Y su padre Zacarías fue lleno del Espíritu Santo, y profetizó diciendo: Bendito sea
el Señor, Dios de Israel, porque nos ha visitado y ha efectuado redención para su
pueblo, y nos ha levantado un cuerno de salvación en la casa de David su siervo,
tal como lo anunció por boca de sus santos profetas desde los tiempos antiguos,
salvación DE NUESTROS ENEMIGOS Y DE LA MANO DE TODOS LOS QUE
NOS ABORRECEN; para mostrar misericordia a nuestros padres, y para recordar
su santo pacto, el juramento que hizo a nuestro padre Abraham: concedernos que,
librados de la mano de nuestros enemigos, le sirvamos sin temor en santidad y
justicia delante de Él, todos nuestros días.
Y tú, niño, serás llamado profeta del Altísimo; porque irás DELANTE DEL SEÑOR
PARA PREPARAR SUS CAMINOS; para dar a su pueblo el conocimiento de la
salvación por el perdón de sus pecados, por la entrañable misericordia de nuestro
Dios, con que la Aurora nos visitará desde lo alto, PARA DAR LUZ A LOS QUE
HABITAN EN TINIEBLAS Y EN SOMBRA DE MUERTE para guiar nuestros pies
en el camino de paz." (Lucas 1:67- 79).
Al igual que el cántico de María que está al principio de este Evangelio , en Lucas
capítulo 1, este himno tiene muchas, muchas referencias a citas del Antiguo
Testamento. De hecho, leí en alguna parte – no estoy segura del número exacto –
que en el himno de Zacarías hay 16 citas del Antiguo Testamento.
Y uno piensa en esa época cuando las personas no tenían sus propias Biblias que
pudieran leer o memorizar como lo hacemos hoy. Ellos tenían que escuchar la
lectura de las Escrituras cuando iban al templo, pero ellos las escuchaban tan
cuidadosamente que memorizaban los pasajes y los repasaban una y otra vez en
sus mentes y en sus corazones hasta que los memorizaban.
Así que cuando muchos de estos santos oraban, cuando alababan, cuando
adoraban, cuando buscaban al Señor, lo que salía de sus oraciones era lo que
tenían en sus corazones y lo que tenían en sus corazones era las Escrituras.
Ahora, imagínate esta escena. Este es el octavo día. El bebé tiene ocho días. El
bebé ha sido circuncidado. le han puesto nombre al bebé. Los miembros de la
familia, los parientes, los amigos, los vecinos, todos están asombrados porque
esta anciana, por la cual habían sentido pena todos estos años, acababa de tener
un bebé milagrosamente; ahora ella tenía este hijo. Así que es una gran fiesta es
una gran celebración. Hay regocijo. Todos están diciendo, “ohhhh” y “ahhhh” sobre
este niño. Tú sabes cómo es.
En medio de esta escena, Zacarías, quien no ha dicho ni una palabra por nueve
meses, cuando finalmente habla, casi no menciona a su hijo. En vez de esto, sus
primeras palabras, las cuales te acabo de leer, se enfocan casi totalmente en Dios
y el Mesías venidero, el Cristo, el que pronto nacería.
En el versículo 67, leemos: “Y su padre Zacarías fue lleno del Espíritu Santo, y
profetizó diciendo Bendito sea el Señor, el Dios de Israel”. Y toda su oración, todo
su himno estuvo centrado en Dios en la medida en que él ofrecía
bendiciones al Señor.
Algunas de ustedes quizás desearían que pudieran tener nueve meses para solo
escuchar a Dios y no escuchar a todos esos pequeñitos, todos esos sonidos y
todas esas distracciones que ustedes tienen en casa. Sabes lo que es, que cada
vez que estás tratando de tener tu devocional ,el teléfono suena, el horno suena,
los niños suenan, el esposo suena, todo suena y hay distracciones en abundancia.
Bueno, Zacarías ha tenido un mínimo de distracciones por nueve meses.
Tal vez tú no puedas tener nueve meses sin ninguna distracción en tu vida. De
hecho, eso sería probablemente imposible hoy en día. Pero hay algo que decir en
cuanto a tomar tiempo para estar en silencio y en quietud lo suficiente como para
poder escuchar al Señor. Creo que una de las razones por las que muy poca
Palabra de Dios sale de nuestras bocas en una forma significativa, es porque
siempre tenemos ruido, plática y desorden a nuestro alrededor y tenemos
muy poco tiempo para escuchar a Dios.
Para Zacarías fue como si esta bendición hubiera sido reprimida en él por nueve
largos meses. Cuando él habla por primera vez… cuando finalmente habla ¿Qué
es lo que va a salir de su boca? ¿Qué es lo que va a decir? De todo lo que él pudo
haber dicho después de nueve meses de silencio, lo que sale es una bendición.
El versículo 67 nos dice que Zacarías estaba lleno del Espíritu Santo. Cuando él
habló, él dijo, “Bendito sea el Señor”. Cuando estamos llenas del Espíritu
Santo, siempre resultará en alabanza. Ustedes pueden leer en Efesios capítulo
5, versículo 18: “Y no os embriagueis con vino… sino sed llenos del Espíritu”.
¿Cuando lo haces, qué pasa? Hablarán “entre vosotros con salmos, himnos, y
cánticos espirituales, cantando y alabando con vuestro corazón al Señor” (Efesios
5:19-20). Si estás llena del Espíritu Santo, lo que sale de tu boca son palabras,
cánticos y temas de alabanza.
Esta palabra bendición aparece repetidas veces a través de los dos primeros
capítulos de Lucas, ocho veces en los recuentos, relacionadas con el nacimiento
de Cristo. Bendición. Bendición. Bendición. Bendición.
Pero a medida que llegas a los Evangelios, a las Buenas Nuevas, a la venida
de Cristo, a la entrada del Mesías al mundo, la maldición se empieza a
romper. La maldición es reemplazada por la bendición. ¿Y qué sale de las
bocas y de los corazones de los hombres y las mujeres? Alabanza. Bendito sea el
Señor Dios de Israel.
Así que a medida que nos acercamos a esta temporada en la cual celebramos,
recordamos, nos regocijamos en el nacimiento, en la primera venida de Jesucristo
a esta tierra, nos unimos con los santos de antaño, tales como Zacarías y
cantamos y decimos de lo profundo de nuestros corazones: “Bendito sea el Señor,
Dios de Israel, porque nos ha visitado y ha efectuado redención para Su pueblo”.
Heather: Dice Tito capítulo 2, "las ancianas… enseñen a las jóvenes a que amen
a sus maridos, a que amen a sus hijos”. No creo que esto sea algo natural porque
nuestro egoísmo se arrastra por todo nuestro ser. Tenemos hijos que
constantemente chocan con nuestro egoísmo. Muchas veces nos irritamos con
ellos, pero lo que queremos es que Jesús sea lo que se desborde de nosotros, no
nuestro egoísmo. Aviva Nuestros Corazones es un recordatorio constante, que
Dios usa para hacerse cargo de esas áreas de nuestra vida. Hacer de nuestros
hogares la clase de hogares que Él quiere que sean.
Nancy : Oyentes como tú han hecho posible que Aviva Nuestros Corazones hable
a personas como Heather. Confiamos en tu apoyo financiero para hacer que Aviva
Nuestros Corazones esté disponible en línea y en el aire.
Todas las Escrituras fueron tomadas de la Biblia de las Américas a menos que se
cite otra fuente.
Temas: Biblia