Elizabeth y Zacarias

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Carmen Espaillat: La vida no te otorga muchos momentos para simplemente

estar quieta y reflexionar. Aquí está Nancy Leigh DeMoss.

Nancy Leigh DeMoss: Creo que una de las razones por las que muy poca
Palabra de Dios sale de nuestras bocas en una forma significativa, es porque
siempre tenemos ruido, plática y desorden a nuestro alrededor y tenemos muy
poco tiempo para escuchar a Dios.

Carmen: Estás escuchando Aviva Nuestros Corazones con Nancy Leigh DeMoss
en la voz de Patricia de Saladín.

Esta es la temporada para los centros comerciales, anuncios, tráfico, ensayos y


fiestas. ¿Alguna vez te has encontrado deseando un poco de silencio? Un
personaje bíblico aprendió bastante acerca del silencio en el tiempo previo al
nacimiento de Cristo. Podemos aprender bastante de su ejemplo. Aquí está Nancy
en una nueva serie titulada, El Himno de Zacarías.

Nancy : Una de las cosas que me encanta de esta temporada del año son todos
los villancicos navideños, la música navideña. Todavía, algunas veces, puedes
entrar a un centro comercial o a una tienda y escuchar tocando esos villancicos
navideños. No creo que todas estén familiarizadas con el significado de todas
esas palabras, pero si tú creciste escuchando esos villancicos, ellos son una gran
parte de nuestro patrimonio navideño. Muchos de ellos cuentan la historia de la
primera Navidad.

Hablando de esa primera Navidad, pienso en los evangelios, en el Nuevo


Testamento, mis relatos favoritos de esa primera Navidad se encuentran en el
Evangelio de Lucas. Una de las cosas que disfruto del Evangelio de Lucas es que
incluye cinco himnos, que fueron cantados o recitados durante la primera Navidad
alrededor del nacimiento de Cristo.

Tres de esas canciones se encuentran en el primer capítulo del Evangelio de


Lucas. ¿Recuerdas cuáles son? Primero, Elisabet cantó o recitó un himno, un
villancico de alabanza, cuando María la fue a visitar. Entonces María recita las
palabras que ahora conocemos como “El Magnificat”. Después, tenemos el himno
o la canción que estaremos viendo esta semana, lo que Zacarías recitó en el
nacimiento de su hijo, Juan el Bautista, empezando en el versículo 68 del
Evangelio de Lucas, capítulo 1.

Después, a medida que avanzamos en el Evangelio de Lucas, capítulo 2, tenemos


la canción que los ángeles declamaron, que se titula “Gloria”. “Gloria a Dios en las
alturas y en la tierra paz entre los hombres en quienes Él se complace” (verso 14
LBLA). Luego, al final del capítulo 2, encontramos la bendición dada por Simeón
mientras sostuvo al bebé Jesús en el templo y bendijo al Señor por mandar esa
luz, esta salvación a las naciones.
Así que, esta semana y la próxima, a medida que nos acercamos a la temporada
Navideña, estaremos viendo lo que he titulado “El Himno de Zacarías”. Pero
primero veamos algo del trasfondo de este himno, cómo se realizó. Permíteme
animarte a ir a tu Biblia, si no lo has hecho ya. Vamos al Evangelio de Lucas,
capítulo 1.

Estamos comenzando en el versículo 13. Solo para darte un poco del contexto
recuerda que Zacarías era un sacerdote. El nombre de su esposa era Elisabet.
Por años esta pareja añoraba y había orado por un hijo, pero Dios en Su
providencia había decidido no bendecirlos con hijos. Ellos oraron, ellos esperaron.
Pero Elisabet era estéril. Ella no podía tener hijos. En el momento en que esta
historia comienza, ella ya había pasado la menopausia. No había forma humana
de que ella pudiera tener un hijo.

Así que, asumimos que ellos ya habían entregado esos sueños al Señor.
Zacarías, al iniciar la historia en Lucas capítulo 1, versículo 13, está en el templo.
Él está llevando a cabo sus tareas sacerdotales. Mientras él está haciendo lo que
Dios le mandó hacer, un ángel se le aparece – no es algo que pase todos los días,
aun para un sacerdote-. El nombre del ángel es Gabriel y Gabriel le dice a
Zacarías, después de que se levanta del suelo… tú sabes, esta es una
experiencia aterradora al principio, pero el ángel le dice que no tenga miedo.

Él le dice, “Zacarías, tu oración ha sido escuchada. Tu esposa, quien ha sido


estéril durante los años cuando podía tener hijos, va a tener un hijo y su nombre
será Juan”. (v. 13 parafraseado).

Después en los versículos 14-17, el ángel le describe al futuro padre cómo será
este hijo, cómo será criado, qué misión tendrá este niño aquí en la tierra. El hijo
que nacería a Zacarías y a Elisabet sería el precursor del tan esperado
Mesías, el Cristo de Dios, quien vendría y sería el Salvador del mundo.

Ahora llegamos al versículo 18, y Zacarías dice, “¿Cómo podré saber esto?
Porque yo soy anciano y mi mujer es de edad avanzada”. Él simplemente está
pensando acerca de todo esto desde una perspectiva humana y lo que en realidad
está diciendo es que esto es imposible. No hay forma que esto pueda suceder.
¿Cómo sabré que esto realmente pasará?

Entonces, en el versículo 20, el ángel le dice, así es como sabrás qué pasará, aquí
está la prueba. “Y he aquí, te quedarás mudo, y no podrás hablar hasta el día en
que todo esto acontezca, por cuanto no creíste mis palabras, las cuales se
cumplirán a su debido tiempo”.

Así que, como recuerdas la historia, Zacarías se queda mudo por nueve meses.
Bueno, quizás alguna de ustedes puede pensar que su esposo es muy serio y que
no habla lo suficiente ¡cuenta tus bendiciones si él ha dicho algo en los últimos
nueve meses! Por nueve meses, este hombre, Zacarías no pudo hablar hasta
el nacimiento del niño.
A medida que llegas al versículo 39, en esta sección… Ya hemos enseñado esto
antes en Aviva Nuestros Corazones, Elisabet, claro, queda embarazada. En el
sexto mes de su embarazo, su pariente María de Nazaret, que a diferencia de
Elisabet, que era una mujer mayor, María es una adolescente…

Su pariente, María, viene de visita y Elisabet se da cuenta que María está en su


primer trimestre de embarazo; de un embarazo que es sobrenatural – aún más
que el de Elisabet, porque Dios había plantado dentro del vientre de María la vida
del Hijo de Dios, el Mesías. María estaba embarazada del Mesías y ella visita a su
pariente mayor Elisabet, quien está embarazada de Juan el Bautista, el precursor
del Mesías.

¿Se pueden imaginar ustedes el tiempo que estas mujeres tuvieron durante esos
tres meses juntas en esa casa, regocijándose en el favor que Dios les había
mostrado, no solo a ellas como madres, sino también a Su pueblo, a los judíos, a
todo el mundo, la bendición que Dios había prometido desde Génesis capítulo 3.
La bendición que Dios había prometido, un Salvador para el mundo.

Sin duda alguna, Zacarías que estuvo en casa durante todos esos meses sin
poder hablar, pero sin lugar a dudas hubo algún tipo de comunicación y él está
consciente de que hay algo inusual que está sucediendo. Claro, el ángel le había
dicho que su hijo, Juan el Bautista, sería el precursor de este Mesías.

Así que llegamos al versículo 57 de Lucas capítulo 1 y leemos el relato del


nacimiento de este tan esperado hijo, Juan.

“Cuando a Elisabet se le cumplió el tiempo de su alumbramiento, dio a luz un hijo.


Y sus vecinos y parientes oyeron que el Señor había demostrado su gran
misericordia hacia ella y se regocijaron con ella. Y al octavo día vinieron para
circuncidar al niño…” (vv. 57-59).

Ahora, sin entrar en muchos detalles al respecto, recuerdas que en el Antiguo


Testamento, Dios le dio a los todos los varones judíos la circuncisión como una
señal del pacto, la señal de Su pacto con Su pueblo. Este pacto es el tema del
himno de alabanza de Zacarías que vamos a estudiar. Verás este concepto del
pacto de Dios, el juramento de Dios de la promesa de Dios.

Como era costumbre y como Dios había ordenado a Su pueblo que lo hiciera,
cuando ellos tuvieron a este hijo, ellos lo tomaron en el octavo día y lo
circuncidaron. Ese también era el día cuando típicamente se le ponía nombre al
niño. Ellos probablemente habían pensado en esto también. Generalmente, las
parejas piensan en eso todos los nueve meses; pero en este caso, ellos no
tuvieron que pensar acerca del nombre del niño porque Dios ya les había dicho
cuál sería el nombre de este niño.
Pero ellos vinieron ese día a circuncidar al niño. Esto debió ser un tiempo donde
los amigos y familiares se juntaron para celebrar. Era una fiesta de cumpleaños
para este niño de ocho días.

Las Escrituras dicen:

"…y lo iban a llamar Zacarías según el nombre de su padre. Pero la madre


respondió y dijo: No, sino que se llamará Juan. Y le dijeron: No hay nadie en tu
familia que tenga ese nombre ¿De dónde viene ese nombre? ¿Por qué le llamarás
Juan?. Entonces preguntaban por señas al padre, cómo lo quería llamar. Y él pidió
una tablilla (porque Zacarías todavía no podía hablar) y escribió lo siguiente: Su
nombre es Juan. Y todos se maravillaron." (Lucas 1:59-63)

Después, en el versículo 64, “Al instante le fue abierta su boca y suelta su lengua,
y comenzó a hablar”. ¿Y qué fue lo que hizo cuando habló? Él habló, “dando
alabanzas a Dios”.

Entonces llegamos al versículo 67,

"Y su padre Zacarías fue lleno del Espíritu Santo, y profetizó diciendo: Bendito sea
el Señor, Dios de Israel, porque nos ha visitado y ha efectuado redención para su
pueblo, y nos ha levantado un cuerno de salvación en la casa de David su siervo,
tal como lo anunció por boca de sus santos profetas desde los tiempos antiguos,
salvación DE NUESTROS ENEMIGOS Y DE LA MANO DE TODOS LOS QUE
NOS ABORRECEN; para mostrar misericordia a nuestros padres, y para recordar
su santo pacto, el juramento que hizo a nuestro padre Abraham: concedernos que,
librados de la mano de nuestros enemigos, le sirvamos sin temor en santidad y
justicia delante de Él, todos nuestros días.

Y tú, niño, serás llamado profeta del Altísimo; porque irás DELANTE DEL SEÑOR
PARA PREPARAR SUS CAMINOS; para dar a su pueblo el conocimiento de la
salvación por el perdón de sus pecados, por la entrañable misericordia de nuestro
Dios, con que la Aurora nos visitará desde lo alto, PARA DAR LUZ A LOS QUE
HABITAN EN TINIEBLAS Y EN SOMBRA DE MUERTE para guiar nuestros pies
en el camino de paz." (Lucas 1:67- 79).

Ahí tenemos el himno de Zacarías, la alabanza de Zacarías. El himno tiene dos


estrofas. En sí, solo son dos oraciones, dos oraciones muy largas. Si hacen lo que
he hecho recientemente, y las animo a que lo hagan, de memorizar este himno,
ustedes encontrarán que son dos oraciones. La primera oración son los versículos
68-75, y la segunda oración o la segunda estrofa son los versículos 76-79.

Al igual que el cántico de María que está al principio de este Evangelio , en Lucas
capítulo 1, este himno tiene muchas, muchas referencias a citas del Antiguo
Testamento. De hecho, leí en alguna parte – no estoy segura del número exacto –
que en el himno de Zacarías hay 16 citas del Antiguo Testamento.
Y uno piensa en esa época cuando las personas no tenían sus propias Biblias que
pudieran leer o memorizar como lo hacemos hoy. Ellos tenían que escuchar la
lectura de las Escrituras cuando iban al templo, pero ellos las escuchaban tan
cuidadosamente que memorizaban los pasajes y los repasaban una y otra vez en
sus mentes y en sus corazones hasta que los memorizaban.

Así que cuando muchos de estos santos oraban, cuando alababan, cuando
adoraban, cuando buscaban al Señor, lo que salía de sus oraciones era lo que
tenían en sus corazones y lo que tenían en sus corazones era las Escrituras.

Si tú llenas tu corazón y tu mente con la Palabra de Dios, encontrarás que


tanto en tiempos de gozo y de celebración (como en el caso del nacimiento
de Juan el Bautista), como en tiempos de crisis o en la cotidianidad de la
vida diaria, encontrarás que lo que saldrá será la Escritura, la Palabra de
Dios, así como lo ves en este pasaje.

Ahora, imagínate esta escena. Este es el octavo día. El bebé tiene ocho días. El
bebé ha sido circuncidado. le han puesto nombre al bebé. Los miembros de la
familia, los parientes, los amigos, los vecinos, todos están asombrados porque
esta anciana, por la cual habían sentido pena todos estos años, acababa de tener
un bebé milagrosamente; ahora ella tenía este hijo. Así que es una gran fiesta es
una gran celebración. Hay regocijo. Todos están diciendo, “ohhhh” y “ahhhh” sobre
este niño. Tú sabes cómo es.

En medio de esta escena, Zacarías, quien no ha dicho ni una palabra por nueve
meses, cuando finalmente habla, casi no menciona a su hijo. En vez de esto, sus
primeras palabras, las cuales te acabo de leer, se enfocan casi totalmente en Dios
y el Mesías venidero, el Cristo, el que pronto nacería.

Cuando Zacarías menciona a su hijo en el contexto del himno, es solamente en


referencia de cómo este niño de ocho días crecerá para preparar el camino para el
Mesías venidero.

En el versículo 67, leemos: “Y su padre Zacarías fue lleno del Espíritu Santo, y
profetizó diciendo Bendito sea el Señor, el Dios de Israel”. Y toda su oración, todo
su himno estuvo centrado en Dios en la medida en que él ofrecía
bendiciones al Señor.

Ahora, para dar un poco de contexto de todo esto, si regresas al versículo 21 de


Lucas capítulo 1, recuerda que Zacarías estaba en el templo cuando el ángel se le
apareció, y dice que el pueblo esperaba a Zacarías. La gente estaba en el atrio
exterior del templo y el sacerdote iba adentro a ofrecer las ofrendas y sacrificios
para bendecir y ofrecer incienso al Señor, como era el deber de Zacarías, el
pueblo esperaba afuera.

¿Qué estaban ellos esperando? Bueno, después de que el sacerdote hubiera


ofrecido los sacrificios, se esperaba que él saliera y dijera una bendición. Sin
embargo, en esa ocasión, Zacarías fue detenido por un ángel así que se tardó
más de lo que el pueblo esperaba. Ellos se preguntaban por qué se estaba
tardando tanto. Ellos no podían ver u oír al ángel como lo hizo Zacarías, y
entonces cuando Zacarías el sacerdote sale, se esperaba que diera una
bendición, pero él no pudo hablar.

La bendición sería algo como la bendición de Números capítulo 6:24-25. “El


SEÑOR te bendiga y te guarde; el SEÑOR haga resplandecer su rostro sobre ti, y
tenga de ti misericordia”. Pero Zacarías no pudo decir una bendición cuando
terminó de ofrecer ese sacrificio. Así que salió. No pudo hablar. En este punto él
ahora ha tenido nueve meses de silencio, pero nueve meses pudiendo
escuchar al Espíritu de Dios hablando por medio de la Palabra de Dios en su
corazón. Nueve meses meditando en silencio los caminos de Dios.

Algunas de ustedes quizás desearían que pudieran tener nueve meses para solo
escuchar a Dios y no escuchar a todos esos pequeñitos, todos esos sonidos y
todas esas distracciones que ustedes tienen en casa. Sabes lo que es, que cada
vez que estás tratando de tener tu devocional ,el teléfono suena, el horno suena,
los niños suenan, el esposo suena, todo suena y hay distracciones en abundancia.
Bueno, Zacarías ha tenido un mínimo de distracciones por nueve meses.

Tal vez tú no puedas tener nueve meses sin ninguna distracción en tu vida. De
hecho, eso sería probablemente imposible hoy en día. Pero hay algo que decir en
cuanto a tomar tiempo para estar en silencio y en quietud lo suficiente como para
poder escuchar al Señor. Creo que una de las razones por las que muy poca
Palabra de Dios sale de nuestras bocas en una forma significativa, es porque
siempre tenemos ruido, plática y desorden a nuestro alrededor y tenemos
muy poco tiempo para escuchar a Dios.

Es por eso que en Aviva Nuestros Corazones ocasionalmente animamos a la


gente a apagar sus televisores, a apagar sus radios, para poder estar en silencio y
en quietud delante del Señor. Apagar sus computadoras. Apagar el internet. Tiene
que haber momentos en que puedas estar en silencio y quietud ante el Señor
para escucharlo.

Para Zacarías fue como si esta bendición hubiera sido reprimida en él por nueve
largos meses. Cuando él habla por primera vez… cuando finalmente habla ¿Qué
es lo que va a salir de su boca? ¿Qué es lo que va a decir? De todo lo que él pudo
haber dicho después de nueve meses de silencio, lo que sale es una bendición.

Las palabras, “bendito sea el Señor” es la palabra griega de donde obtenemos


nuestra palabra “elogio”. Cuando se da un elogio en un funeral ¿qué es lo que se
hace? Se habla bien de alguien. La palabra significa hablar bien de. De hecho, el
Himno de Zacarías frecuentemente se conoce como el “Benedictus”. Benedictus
es la palabra en latín, para la primera palabra de esta bendición. Bendecido. Es la
traducción en latín. Benedictus.
¿En qué te hace pensar esto? Bendición. La palabra significa en latín hablar bien.
Lo mismo en griego, “Hablar bien de”. Cuando Dios nos ha bendecido, nosotros lo
bendecimos. Le ofrecemos una bendición.

Todo este pasaje es en realidad una bendición, una doxología de alabanza. De


hecho, algunas de sus traducciones probablemente digan: “Alabado sea el Señor”.
Y así Zacarías bendice a Dios en respuesta a la bendición de Dios a Su pueblo.

El versículo 67 nos dice que Zacarías estaba lleno del Espíritu Santo. Cuando él
habló, él dijo, “Bendito sea el Señor”. Cuando estamos llenas del Espíritu
Santo, siempre resultará en alabanza. Ustedes pueden leer en Efesios capítulo
5, versículo 18: “Y no os embriagueis con vino… sino sed llenos del Espíritu”.

¿Cuando lo haces, qué pasa? Hablarán “entre vosotros con salmos, himnos, y
cánticos espirituales, cantando y alabando con vuestro corazón al Señor” (Efesios
5:19-20). Si estás llena del Espíritu Santo, lo que sale de tu boca son palabras,
cánticos y temas de alabanza.

A medida que llegamos a Lucas capítulo 2, versículo 27, vemos a Simeón en el


templo dando la bienvenida y la bendición al recién nacido Señor Jesús. Dice,
“Movido por el Espíritu fue al templo”. ¿Y qué fue lo que él hizo cuando tomó al
niño en sus brazos? Bendijo a Dios. Llénense con el Espíritu y lo que saldrá será
bendición a Dios. Sean llenas del Espíritu y lo que saldrá será bendición a
Dios.

Déjame preguntarte, en esta temporada ajetreada y que a veces puede


convertirse en una locura ¿estás bendiciendo a Dios? ¿Es tu Navidad y sus
preparaciones realmente Cristo-céntrica? Y no solo en Navidad, sino durante todo
el año ¿te encuentras viviendo entre arrebatos de estrés, tensión, lamento,
murmuración y queja cuando hablas, en tu hogar o en el ámbito laboral o con tus
amigos; o son las palabras que salen de tu boca de bendición? Bendiciendo al
Señor, bendiciendo a otros.

Esta palabra bendición aparece repetidas veces a través de los dos primeros
capítulos de Lucas, ocho veces en los recuentos, relacionadas con el nacimiento
de Cristo. Bendición. Bendición. Bendición. Bendición.

Esto es un verdadero contraste con lo que termina el Antiguo Testamento. El


último versículo de Malaquías habla acerca de Dios trayendo una maldición a la
tierra. ¿De dónde vino esta maldición? Bueno, de regreso a Génesis, capítulo 3.
Porque desde Génesis capítulo 3 con la caída de Adán y Eva hasta Malaquías
capítulo 4 en el Antiguo Testamento, encontrarás que la tierra está bajo la
maldición del pecado.

Pero a medida que llegas a los Evangelios, a las Buenas Nuevas, a la venida
de Cristo, a la entrada del Mesías al mundo, la maldición se empieza a
romper. La maldición es reemplazada por la bendición. ¿Y qué sale de las
bocas y de los corazones de los hombres y las mujeres? Alabanza. Bendito sea el
Señor Dios de Israel.

¡Al mundo Paz nació Jesús!

Nació ya nuestro Rey.

El corazón ya tiene luz,

y paz su santa grey

y paz su santa grey

y paz su santa grey.

Y después la promesa de una bendición aún mayor por venir:

Ya la maldad vencida es, la tierra paz tendrá.

La bendición del Salvador quitó la maldición,

quitó la maldición, Jesús quitó la maldición.

Así que a medida que nos acercamos a esta temporada en la cual celebramos,
recordamos, nos regocijamos en el nacimiento, en la primera venida de Jesucristo
a esta tierra, nos unimos con los santos de antaño, tales como Zacarías y
cantamos y decimos de lo profundo de nuestros corazones: “Bendito sea el Señor,
Dios de Israel, porque nos ha visitado y ha efectuado redención para Su pueblo”.

Carmen: Algunas veces Zacarías es un personaje que es pasado por alto en la


historia de Navidad. Pero su historia tiene mucho que decirnos. Nancy Leigh
Demoss le está dando vida a este personaje en una serie titulada, El Himno de
Zacarías. Me encanta estudiar pasajes bíblicos y personajes bíblicos que son
fácilmente pasados por alto. Estudiar así puede hacer una gran diferencia en la
vida de alguien. Aquí está Nancy con un ejemplo.

Nancy : La Palabra de Dios es poderosa. Es poderosa en tu vida al escucharla día


tras día . Una de nuestras oyentes llamada Heather se dio cuenta de esto. Dios ha
usado Aviva Nuestros Corazones como un recordatorio diario de la verdad que
ella necesitaba escuchar.

Heather: Dice Tito capítulo 2, "las ancianas… enseñen a las jóvenes a que amen
a sus maridos, a que amen a sus hijos”. No creo que esto sea algo natural porque
nuestro egoísmo se arrastra por todo nuestro ser. Tenemos hijos que
constantemente chocan con nuestro egoísmo. Muchas veces nos irritamos con
ellos, pero lo que queremos es que Jesús sea lo que se desborde de nosotros, no
nuestro egoísmo. Aviva Nuestros Corazones es un recordatorio constante, que
Dios usa para hacerse cargo de esas áreas de nuestra vida. Hacer de nuestros
hogares la clase de hogares que Él quiere que sean.

Nancy : Oyentes como tú han hecho posible que Aviva Nuestros Corazones hable
a personas como Heather. Confiamos en tu apoyo financiero para hacer que Aviva
Nuestros Corazones esté disponible en línea y en el aire.

Muchos de nuestros oyentes han estado apoyando financieramente este ministerio


y estoy muy agradecida. Así que si Aviva Nuestros Corazonesha sido una
bendición y un estímulo para ti, y si deseas vernos continuar y multiplicarnos en
los días por venir, ¿quisieras ayudarnos a seguir adelante con nuestro programa?

Puedes hacer tu donación a Aviva Nuestros Corazones llamándonos al 1-800-569-


5959, o si quieres donar en línea, es fácil. Solo visítanos
enAvivaNuestrosCorazones.com. Si nos llamas, asegúrate de especificar que tu
donación sea aplicada al ministerio en español.

Carmen: Si Dios se te apareciera en la puerta, ¿estarías feliz de verlo? Considera


esta importante pregunta con nosotras mañana, cuando Nancy retome la historia
de Zacarías en Aviva Nuestros Corazones.

Aviva Nuestros Corazones con Nancy Leigh DeMoss es un ministerio de alcance


de Life Action Ministries.

Todas las Escrituras fueron tomadas de la Biblia de las Américas a menos que se
cite otra fuente.

*Ofertas disponibles solo durante la emisión de la temporada de podcast.

Temas: Biblia

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