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ANTIGONA, ENAMORADA DE LO IMPOSIBLE

Carlos Molina Velásquez

Este texto se centra en el “sacrificio” de Antígona por amor a su hermano Polinices y su

oposición a la ley de Creonte, su tío. Para Antígona, el valor de su sacrificio viene dado

por el estatus de hermano que hace única a esa persona y este no es transferible a cualquier

otro ser humano. Polinices no es para Antígona un “hermano metafórico”, sino un

hermano carnal, pues no se trataba de uno cualquiera, sino de su propio hermano.

Antígona es mucho más que la vengadora de su hermano o de su linaje, su gesto puede

verse como un acto sacrificial, procediendo primero con la palabra, la acción rebelde de

desobedecer a sus leyes y su fracaso la empuja al sacrificio que asume con heroísmo. Un

heroísmo que busca restituir el orden del mundo honrando sus deberes con su hermano,

con su sangre, porque tiene claro el carácter único de su gesto, algo que solo ella puede

hacer por él.

En realidad, lo trágico de la obra no es solamente la muerte de Antígona, sino que Creonte

perderá la vida de su hijo, por su enfrentamiento con Antígona movido por las fuerzas

divinas que actuaban a través de él. Es preciso reconocer también la parcial legitimidad

de la posición que Creonte defiende y le lleva a perderlo todo. La lucha de los dioses toma

posesión de su vida y su integridad moral como si de un campo de batalla se tratase, y ese

es el sentido de la tragedia: tanto él como Antígona defienden posiciones morales

fundamentales para el orden social que habitan y aman, y ambos caen víctimas de su

fidelidad a la respectiva ley que quieren cumplir. En cierto modo, quien “vence”,

moralmente hablando fue Antígona, ya que ella se rebela específicamente contra el

carácter necesario de la ley que acompaña el sacrificio. La hija de Edipo se atreve a ir en


contra del mecanismo legal que amenaza con aplastarla. Y aunque muere a causa de ello,

ha elegido el camino correcto.

Antígona sellará su destino responsabilizándose del entierro de su hermano, no de

cualquier persona. Su deuda es con un familiar. Y eso no elimina de ninguna manera el

significado divino o sagrado que tiene su gesto. El “fracaso” de Antígona se expresa no

solo en que pierde su vida, sino, fundamentalmente, en que su “muerte” asume la forma

de quien “vive para un muerto”.

La protagonista de la obra no lanza por la borda todo lo valioso ni renuncia de entrada a

su vida, sino que realiza una apuesta por aquello que supone la realización de su ideal y

el cumplimiento de la ley de los dioses en los que se ampara. Su rebeldía es inseparable

de su compromiso con romper los límites de lo posible y apostar por sus principios,

asumiendo heroicamente lo que pueda sobrevenirle. Antígona es totalmente consciente

de lo que le espera, pero aun así lo asume. La joven es, sin duda, prefiguración de muchos

jóvenes modernos que enfrentan al poder de manera decidida, venciendo sus temores y

proclamando que otros mundos son posibles.


DERECHO Y CONCIENCIA EN ANTIGONA: UNA RESPUESTA

ATEMPORAL EN LOS CONFLICTOS DE FAMILIA

Juan Alfredo Obarrio Moreno

El presente articulo aborda la importancia de la familia en Antígona de Sófocles. Ante el

decreto de Creonte, de que se prohíba enterrar y llorar a su hermano Polinices.

Por lo general, podemos conocer lo que un hombre es a través de sus actos, de sus palabras

o de sus escritos. De Antígona conocemos sus actos que trascienden a su persona para

convertirla en una heroína capaz de desafiar al poder y a la arbitrariedad de sus normas. Cada

escena se convierte en un lugar fronterizo entre lo doméstico y lo público, entre la ciudad y la

casa, entre la ley y la moral.

En efecto, Antígona es consciente de que no puede salir invicta de su confrontación con Creonte,

pero el hecho de que no lo rehúya la convierte en la conciencia viva de una época que no tiene

tiempo ni lugar. Porque ella es la voz que supera la ignorancia y la injusticia, es la voz de un

pensamiento que escucha a su conciencia, y al hacerlo, la hace palabra y vida, una vida que

convierte lo transitorio en perdurable, y a la inocente en condenada. Antígona, intenta hablar

desde la eternidad, y lo hace para manifestar la vigencia de la ley suprema, esa ley siempre nueva,

siempre reveladora, una ley que Creonte quiere sepultar, dejándola atrás, caída en el olvido para

siempre. Pero sólo Antígona se atreve a afirmar que esa ley es su norte, la ley verdadera que está

por encima de la ciudad y del poder que la representa. Por eso no duda en sacrificarse, en ser

devorada por los ínferos de la ciudad, antes de perder su alma, su integridad y su amor por su

familia.

Antígona sabe de su deber. Sabe que la función ética de la familia le obliga a asumir la obligación

de honrar, llorar y enterrar a su hermano. Sabe que la vida está regida por una ley divina que

enseña que la función ética de la familia conlleva asistir a quienes han fallecido: “Por eso estas

leyes valen para la Antígona de Sófocles como el derecho no escrito e infalible de los dioses”,
que llevan a proteger a sus muertos, y a hacer que éstos se alcen contra quienes no guardan su

derecho a la universalidad.

La protagonista de esta tragedia es un claro ejemplo de “desobediencia civil” que es

definido como un acto público, no violento, consciente y político contrario a la ley,

cometido habitualmente con el propósito de ocasionar un cambio en la ley o en los

programas del gobierno. Se puede contrastar a continuación los elementos de la definición

con el comportamiento seguido de Antígona: Es un acto público porque no esconde su

intención de no acatar el derecho de su tío, ella sabe que está cumpliendo con su

conciencia, es la única justicia que conoce y la única que respeta. Es un acto no violento

porque no opone resistencia alguna a los guardias que la descubren y la apresan, como

tampoco niega los hechos que ha realizado, lo ha hecho sola y sola ha aceptado su destino.

Es un acto consciente porque Antígona conoce el contenido del decreto y su terrible

resolución, y, aun así, no declina en su heroica resolución: sabe que su destino es morir

sin haber alcanzado el lecho nupcial; pero también sabe que su muerte no carecerá de

honor y de verdad. Es un acto político, contrario a la ley, porque desde la primera

conversación que tiene con su hermana Ismene, Antígona no duda en proclamar que no

está dispuesta a cumplir el decreto de Creonte, y no sólo no está dispuesta a cumplirlo,

sino que pide a su hermana que se sume a su acto de desobediencia. Es un acto cometido

con el propósito de ocasionar un cambio en la ley porque Antígona pone en entredicho la

legalidad de un decreto que afecta a su familia, a sus sentimientos y que viola unas leyes

antiguas.

La grandeza de Antígona consiste en aceptar cualquier castigo que la ley pueda

imponerle, y lo hará porque asume que la fuerza de una ley sin justicia no puede imperar

sobre sus principios, y al hacerlo, desafía al poder y lo cuestiona. Así lo hizo Antígona, y

su ejemplo perseveró.
REFLEXIONES SOBRE LA ANTÍGONA DE SÓFOCLES

Graciela Gabrielidis

Antígona es la más conmovedora, porque el hecho trágico se manifiesta en el dolor de

Antígona consecuencia de una vida cargada por la tragedia familiar y el gran dolor por su

hermano Polinices insepulto. Ella ha convivido con el sufrimiento, pero, mientras a los

anteriores hechos trágicos de su vida familiar los soportó serena y mansamente, este

último dolor por su hermano insepulto va a provocar su rebelión por la injusticia que

implica ese mandato de su tío Creonte.

Antígona considera producto de la tiranía y contraria a los dioses la decisión de su tío.

Creonte cree dar un castigo ejemplar al no permitir enterrar el cadáver de Polinices, por

traidor, por haber atacado a su propia ciudad, sin embargo, Antígona defiende leyes que

tienen un valor superior a los decretos políticos; defiende a quien no puede defenderse

porque está muerto, defiende el honor de su familia, y defiende las leyes divinas.

Sin duda el conflicto entre aquellas leyes humanas que no siguen o incluso contradicen a

las leyes divinas es el nudo central de esta tragedia. La soberbia del hombre suele alejarlo

de las obligaciones divinas, haciéndolo sentir todopoderoso, pero entonces el destino es

implacable y se presenta ante el hombre destruyéndolo.

Sófocles nos manifiesta en Antígona la defensa de los valores morales universales, de

aquellas leyes naturales y divinas que no pueden ser anuladas por ocasionales normas

humanas, sino que atañen a la esencia misma del ser humano y el respeto que éste se

merece de sí mismo y sus congéneres.

El papel inferior de la mujer en la sociedad griega se manifiesta en esta obra en numerosas

ocasiones, y son estas situaciones las que revelan la condición de sometimiento en el que

estaban las mujeres.


LA OTREDAD EN EL PERSONAJE ANTIGONA DE SOFOCLES

Edison Francisco Viveros Chavarría

Este artículo plantea una aproximación a la relación entre el personaje Antígona de

Sófocles y la noción de otredad propuesta por Emmanuel Lévinas, como una de las

experiencias que llevan a Antígona a decidir el camino de la muerte propia motivada por

la condena de su hermano muerto.

Antígona experimenta el amor fraterno que le hace inscribirse en un lugar de rechazo

frente a la ley impuesta por el tirano Creonte; ve en tal ley una injusticia, pues todos los

hombres muertos tienen derecho a ser honrados con la sepultura; reclama que su hermano

Polinices sea tratado de la misma manera que su otro hermano Eteocles. En eso consiste

una de las causas de la reacción de Antígona: la otredad, la proximidad con su hermano

muerto.

El amor de Antígona dirigido a su hermano no necesariamente es un deseo de incesto, es

más bien un amar con afecto de proximidad, un querer con amor familiar. Antígona ejerce

su libertad al decidir bordear la muerte defendiendo el derecho a una sepultura digna por

medio de los rituales requeridos. Pues es la otredad una de las experiencias que le motivan

a este acto, es decir, dejarlo todo por otro, hasta el límite de la condición humana que es

dar la propia existencia, arriesgar lo único que puede sentir como propio, la finitud.

El tema de la rebeldía juega un papel importante, pues se trata de contradecir al tirano, de

trasgredir una norma que, aunque calificada de injusta por ella ha sido impuesta por la

autoridad de Tebas, un tirano cegado por el poder que le lleva finalmente a su infelicidad,

a la desesperada situación de un hombre que ha provocado su propia tragedia.


La insubordinación de Antígona es una aplicada decisión basada en la valentía del amor

por su hermano. Elige ella la complacencia entre los muertos porque no halla en los vivos

la sabiduría del principio de felicidad, Antígona elige estar en el reposo de los muertos,

quienes le parecen más sensatos, justos y sosegados que los vivos, que como Creonte

creen tener el mundo entre sus manos.

Sófocles ha mostrado por medio de Antígona el sentido de la ética como elección, como

libertad, pero a la vez ha evidenciado que hay una vivencia de vinculación con el otro que

es demasiado fuerte “la otredad “, que es una de las experiencias que llevan a Antígona a

decidir el camino de la muerte propia motivada por la condena de su hermano muerto,

porque se da ella misma luego de confrontar sus principios morales relacionados con el

acompañamiento que como fraterna tiene, decide por tener un vínculo, por ser coherente

con la tradición y porque sabe que hay una ley mayor que la impuesta por Creonte, es

decir, la referida al sentido de despedida definitiva con su hermano Polinices.


ANTIGONA: LA FIGURA FEMENINA EN LA TRAGEDIA SOFOCLEANA

En Antígona se presentan fuerzas contrapuestas y la destrucción puede ser entendida

como la muerte, en el caso de la heroína, y la pérdida de los seres amados en el caso de

Creonte. Sófocles no emplea un recurso final de salvación que diluya el conflicto entre

los personajes.

Se considera a Creonte y a Antígona como personajes que luchan porque tienen diferentes

representaciones religiosas, el conflicto se dará entre una religiosidad fundamentada en

el círculo familiar y otra en los ordenamientos religiosos y políticos de la ciudad. Ambos

adoptan una posición que consideran justificada. Al defender la religión familiar,

Antígona considera que, si honra los favores fúnebres, tiene de su lado a los dioses,

mientras Creonte aboga por un culto de carácter público y piensa que ni los dioses ni los

ciudadanos permitirían un enterramiento con honores para el enemigo de Tebas. Ni la

religión absolutamente privada de Antígona ni la religión que Creonte presume de pública

pero que atenta contra los dioses, consisten en soluciones para la pugna.

En la obra la soledad señalada en Antígona se presenta tanto por el desconocimiento de

la heroína de la lealtad que tuvo Hemón con su causa, como también por obligación,

debido al rechazo que provocaron sus acciones excesivas en Ismene y Creonte. Antígona

lamenta profundamente encontrarse sola caminando hacia la muerte, sin amigos, sin

esposo y sin hijos, y a pesar de que acepta su destino trágico, se entristece por dejar una

vida en la que hubiera podido cumplir sus responsabilidades como esposa y madre al lado

de Hemón.

Como heroína trágica, Antígona se encuentra inmersa en una lucha con Creonte,

provocada por la aceptación y el cumplimiento, en total soledad, de un destino inevitable

que la conduce a abandonar voluntariamente su vida.


No obstante, para Creonte las consecuencias de la actitud de Antígona sobrepasan los

límites del futuro que formaría con Hemón cuando resalta que su desobediencia es

también con las leyes de la ciudad.

Cuando la obra está llegando a su fin, las fuerzas de Antígona parecen flaquear y expresa

dolorosamente, ante la conciencia de la muerte próxima, su deseo de participar del

himeneo y la maternidad. Las altas voces pronunciadas por Antígona, que al principio

demostraban una valentía ante la muerte, se convierten al final en el lamento prolongado

no ya de una heroína trágica, sino también de una mujer que reconoce que, a pesar de que

su decisión es la correcta ante la mirada de los dioses, su cumplimiento la obliga a

renunciar a “su destino en la vida” como esposa y madre. La exaltación en la obra de estas

formas de ser femeninas conduce a pensar que el conflicto trágico de la heroína está

permeado por su condición sexual.

Por otro lado, la tragedia presenta un lenguaje simbólico con el que lo femenino se define

a través de acontecimientos que condensan los asuntos primordiales en la vida de una

mujer, como la muerte. El suicidio femenino reafirma con toda su fuerza el lugar que

ocupa la mujer en la sociedad griega porque es cometido en la recámara conyugal, el

espacio más íntimo y significativo dentro del hogar.

El suicidio por ahorcamiento en el lecho nupcial es entonces una expresión

eminentemente femenina en el mundo simbólico de los griegos, que contrasta con la

forma masculina de la muerte en la que la sangre debe ser derramada como prueba de

virilidad. Antígona es enterrada viva en la montaña para que sufra una horrible muerte,

sin embargo, dueña solo de su vida, decide reafirmar su feminidad a través del suicidio

frente a las acusaciones de virilidad que recibe a lo largo de la obra.


REFERENCIAS

Gabrielidis, G. (2009). Reflexiones sobre la Antígona de Sófocles. Melibea, 3, 43-50. Obtenido

de http://bdigital.uncu.edu.ar/objetos_digitales/7952/vol-3-reflexionesantigona.pdf

Molina Velásquez , C. (2016). Antígona, enamorada de lo imposible. Utopía y Praxis

Latinoamericana, 21(75), 83-92. Obtenido de

http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=27950107008

Obarrio Moreno, J., & Adams, S. (2018). Derecho y conciencia en Antígona: Una respuesta

atemporal a los conflictos de familia. Dialnet, 9, 224-251. Obtenido de

https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=6653326&orden=0&info=link

Ríos Restrepo, L. (2017). Antígona: La figura femenina en la tragedia sofocleana. Perseitas, 5(2),

207-308. Obtenido de https://doi.org/10.21501/23461780.2418

Viveros Chavarría, E. (2016). La otredad en el personaje Antígona de Sófocles. Aproximación a

una lectura desde Emmanuel Lévinas. Perseitas, 4(2), 176 - 184. Obtenido de

https://www.researchgate.net/publication/303848083

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