¿Cómo Hacernos Con Una Voluntad de Hierro?
¿Cómo Hacernos Con Una Voluntad de Hierro?
¿Cómo Hacernos Con Una Voluntad de Hierro?
Lo ideal sería que nunca la tuviéramos que usar y nadáramos por ríos siempre a favor de
corriente. En ningún caso es una buena idea seguir el empeño que alguna personas parecen
atesorar: el de llenar sus agendas de actividades y compromisos que ponen a prueba su voluntad.
Quizás, conseguir retos difíciles para la voluntad nos genere una gran satisfacción, pero también
un gran desgaste.
Así, quizás el primer camino para hacernos con una voluntad de hierro es no abusar de ella.
No estar todo el día o todos los días cargando peso, sino intentar que la mayor parte de nuestras
actividades vayan a favor de la gravedad. Eso también es inteligencia.
La voluntad y la costumbre
Además, la voluntad se vuelve menos necesaria cuando creamos una inercia. Por inercia se
entiende en física al movimiento que tiene un objeto cuando la resultante de fuerzas sobre él es
cero. Imaginemos una canica que rueda por una superficie sin rozamiento: en esta superficie no
se pararía nunca o nos costaría más detenerla.
Pues bien, esta inercia en las personas tiene que ver con la costumbre. Por ejemplo, una que
tenemos todos, la de levantarnos. Si adoptamos una hora constante para abandonar nuestro
refugio entre las sábanas, al final la voluntad que tendremos que hacer para levantarnos será
menor. De alguna manera se trata de domar o de adaptar nuestra conducta, con una disciplina,
para que el resultado final vaya dependiendo cada vez menos de la voluntad y más de una inercia
que perpetúa un movimiento a nuestro favor.
La relación entre motivación también la podemos entender en otro sentido. Por ejemplo, cuando
nos proponemos una meta a medio o a largo plazo, ir cumpliendo con los objetivos
intermedios va a aliviar la carga de voluntad que nos vayan a exigir las tareas que menos
nos gusten. Imagina que te has propuesto bajar tu peso 10 Kg, y para ello has decidido cuidar tu
dieta e incrementar la cantidad de ejercicio físico diario. Pues bien, si aprecias que las medidas
que has tomado para conseguir este objetivo están funcionando, lo más probable es que el
esfuerzo que tengas que hacer para mantenerlas sea menor.
Así es como conseguir pequeños objetivos es una gran ayuda para nuestra voluntad.
Me contaba que antes hacer los entrenamientos más fuertes le costaba, pero que ahora
mentalmente le cuestan mucho más. Piensa que no va a ser capaz de terminarlos y en última
instancia ya ha cancelado algunos antes de empezarlos.
En este sentido, el apoyo social es una arma de doble filo. Si no es inteligente y no recuerda
constantemente nuestros fallos o señala anticipaciones que nos cargan de ansiedad puede forzar
todavía más nuestra voluntad. Para ello, cuando compartamos el objetivo con los demás también
podemos decirles cómo nos gustaría que nos apoyasen.
Como hemos visto a lo largo de este artículo, una voluntad más o menos fuerte es importante,
pero muchas veces todavía son más los factores que alivian su trabajo. Lo son porque todo
ejercicio de voluntad supone un gran desgaste, una inversión de nuestra fuerza interior, con la
que deberíamos ser inteligentes en su uso, ya que es limitada.