Actividad de Desarrollo UD1 y UD2
Actividad de Desarrollo UD1 y UD2
Actividad de Desarrollo UD1 y UD2
ADOLESCENCIA
VANESA
CENTOIRA DOPAZO
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INDICE:
1- Introducción.
5- Bibliografía.
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1- Introducción.
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En el caso de las chicas, la pubertad suele iniciarse antes que en los chicos
y suele tener una connotación de mayor negatividad. En aumento de grasa
corporal y el ensanchamiento de caderas, por ejemplo, aleja a la adolescente
del actual estereotipo de belleza asociado a la delgadez (Palacios et al.,
2014).
En el caso de los chicos, la pubertad habitualmente conlleva un impacto
psicológico más positivo, puesto que el aumento de fuerza o el
ensanchamiento de los músculos hacen que se encuentren más
representados en el canon de belleza masculino socialmente aceptado.
2. Háblame de ti, ¿Cómo eres? ¿Cuáles crees que son tus mayores virtudes
y defectos? En general, ¿te sientes satisfecho de ser como eres?
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3. ¿Podrías contarme quienes formáis parte de tu familia? ¿Discutes a veces
con alguno de ellos? ¿Te pareces a tus padres en la forma de pensar?
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grupos de iguales es importante para el desarrollo de una moral y de una
inteligencia autónomas (Palacios et al., 2014).
El grupo de amigos será una pieza clave para el desarrollo del adolescente.
En una primera fase lo más común es que las relaciones comiencen con
individuos del mismo sexo, fruto de la interacción entre pandillas se pasará
paulatinamente a una pandilla mixta, lo que facilitará que surjan las relaciones
heterosexuales.
Ante un dilema moral, el individuo debe realizar un juicio moral, para lo cual
es necesario reflexionar sobre sus propios valores y establecer una jerarquía
de los mismos.
Cuestiones como el calentamiento climático o las desigualdades sociales
pertenecen en el tercer nivel de desarrollo moral establecido por Kohlber,
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denominado razonamiento moral posconvencional, en el que se encuentran
las etapas de orientación al contrato social y a los principios éticos
universales. Según este autor, solo algunos individuos podrán alcanzar este
nivel de desarrollo al final de la adolescencia.
7. Además de por obligación, ¿crees que hay otras razones por las que ir a
la escuela? ¿Qué objetivos a nivel académico te has propuesto este
curso? ¿Cómo te organizas con las tareas y el estudio ¿Qué haces para
estimularte a estudiar? La nota que sacas en un examen, ¿a qué crees
que se debe?
El alumno tiene que sentir un vínculo entre sus propias metas y los contenidos
de una asignatura para desarrollar un verdadero interés por ella (Alonso
Tapia, 2012). Puede sentirse motivado por adquirir nuevos conocimientos, o
por obtener unos determinados resultados (calificaciones positivas, obtener
recompensas, reconocimiento público, etc.).
La percepción de la materia de estudio como algo útil y aplicable a la vida
real también puede ser una motivación para el alumnado, así como el deseo
de ser competente ante actividades complicadas. Las materias que no han
sido impuestas y han sido elegidas libremente por los alumnos, suelen llevar
aparejadas un mayor nivel de implicación y esfuerzo (Ormorod, 2008).
Los alumnos deben poner atención en sus habilidades metacognitivas para
poder organizar sus propios procesos cognitivos y dirigirse hacia un
aprendizaje autorregulado (Ormorod, 2008). Para ello resulta positivo
cuestiones como el establecimiento de objetivos, determinando que se quiere
conseguir con el aprendizaje, planificar el tiempo de estudio, desarrollar
estrategias de automotivación, aplicar técnicas de aprendizaje, etc.
En relación con las calificaciones de un examen, el alumnado puede
considerar que las causas de su nota se atribuyen a factores internos o
externos, dependiendo si considera que su éxito o fracaso de debe a
cuestiones personales o externas a su persona. Asimismo, estas atribuciones
pueden considerarse estables o inestables, dependiendo de la temporalidad
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o permanencia de la causa que motivó el éxito o fracaso; o controlables o
incontrolables, dependiendo de la capacidad de gestión o influencia que el
alumno tenga sobre ellas.
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No podemos, por lo tanto, mantener una idea generalizada de que la etapa
de la adolescencia está inmersa en el drama, puesto que existen estudios
suficientes que nos indican que, para la mayoría de los chicos y chicas,
transcurre sin graves dificultades ni tensiones.
Un tercer mito a destacar es que la relación con los padres se torna
enormemente problemática con la entrada en la adolescencia. Esta imagen
de conflictividad es la que más aterroriza a los padres de hoy en día, pero lo
cierto es que en la actualidad existen numerosas investigaciones que indican
que, si bien es cierto que en la adolescencia se producen cambios en la
relación entre padres e hijos, estos cambios no revisten una gravedad
significativa.
Los estudios indican que la etapa más sensible se encuentra en la pubertad,
donde los adolescentes se vuelven más asertivos, disminuye la interacción
con los padres y pasan más tiempo fuera de casa. Una vez superada esta
fase inicial, la evidencia demuestra que los conflictos tienden a disminuir
(Palacios et al., 2014).
Es posible que durante esta etapa surjan conflictos entre padres e hijos, pero
esto no tiene porque suponer una ruptura emocional entre ambos, ya que
habitualmente las disputas suelen centrarse en temas cotidianos.
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5- Bibliografía.
Álvarez Justel, J. (2017). La tutoría en secundaria. Educatio Siglo XXI, 35(2), 65–
90.
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