Los Franceses en El Valle Del Sinú PDF
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Y ARQUEOLOGÍA DESDE EL
CARIBE COLOMBIANO
The French in the valley of the Sinú River (Colombia). The case of the
Lacharme family in Montería: their economic activities 1850-1950
Desde mediados del siglo XIX la familia Lacharme Dumont, de origen fran-
cés, arribó al valle del río Sinú en donde desarrolló durante tres generaciones
actividades económicas relacionadas con explotación maderera, ganadería,
agricultura, producción de lácteos, compra-venta de tierras, banca y servicios
públicos. La presencia de esta familia no constituyó un caso aislado en el Sinú,
por el contrario: con ella comenzarían a establecerse otras familias francesas
en la región, a las que se les reconoce su contribución al dinamismo económico
de una ciudad hasta entonces fronteriza: Montería. No fue una inmigración
masiva, planeada o sistemática originada por guerras, hambrunas o crisis eco-
nómicas, sino que estuvo asociada al establecimiento de compañías, empresas
y sociedades comerciales interesadas en impulsar labores ganaderas, agríco-
las, extractivas (silvícolas y forestales) y comerciales. El caso de los Lacharme
permite ampliar el análisis histórico de individuos y familias de empresarios
y negociantes en zonas provinciales, rurales o fronterizas del Caribe de Colom-
bia, a partir de la racionalidad con que desarrollaron sus actividades y la capa-
cidad que tuvieron para identificar oportunidades de inversión en un contexto
marcado todavía por la estrechez de mercados, escasez de capitales, precarie-
dad en vías de comunicación, transportes y técnicas. Las fuentes que soportan
la investigación proceden en su mayor parte del Archivo Histórico de Córdoba
(AHCOR), en la ciudad de Montería, particularmente el fondo documental de
la Notaría Primera, el cual presenta información ininterrumpida desde 1908,
aunque algunas referencias de sus documentos remiten a periodos anteriores.
Este acervo documental contiene escrituras públicas relacionadas con compra-
venta de tierras, ganado, producciones agrícolas, silvícolas y madereras, hipo-
tecas, conformación de sociedades de comercio, entre otras, las cuales permi-
tieron en parte reconstruir la organización de los negocios de los Lacharme.
Palabras clave: negociantes, negocios, Sinú, Lacharme, Montería.
Abstract
From the middle of the 19th century, the Lacharme Dumont family, of French
origin, arrived in the valley of the Sinú River, which developed economic acti-
vities related to logging, livestock, agriculture, dairy production, land purcha-
se and sale, banking and services for three generations. public. The presence
of this family was not an isolated case in the Sinú, on the contrary it would
inaugurate the arrival of other French families who settled in the region con-
tributing with the economic dynamism of a hitherto border town: Montería. It
was not a massive, planned or systematic immigration caused by wars, fami-
nes or economic crises, but was associated with the establishment of enterpri-
ses, companies and commercial companies interested in promoting livestock,
agricultural, extractive (forestry) and commercial activities. The case of the
Lacharme allows to expand the historical analysis of individuals and families
Resumo
Desde meados do século XIX chegou ao vale do rio Sinu família Lacharme
Dumont, de origem francesa, que durou três gerações relacionados com o
registo das actividades económicas, pecuária, agricultura, produção de leite,
de compra e venda de terras, serviços bancários e público. A presença desta
família não foi um caso isolado na Sinu, em contraste com isso a chegada de
outras famílias francesas que se instalaram na região contribui para o dinamis-
mo econômico de uma cidade até então fronteira abriria: Monteria. Era uma
migração maciça, planejado ou sistemático causado por guerras, fome e crise
econômica, mas foi associada com o estabelecimento de sociedades, empresas
e interessados em
promover o gado, o trabalho agrícola extrativa (silvicultura
e floresta) e parcerias de negócios comerciais. Para o Lacharme pode estender
a análise histórica dos indivíduos e das famílias de empresários e empresários
em provincial, rurais e fronteiriças áreas Caribe Colômbia, mostrando a ra-
cionalidade que desenvolveram suas atividades e a capacidade que tinham de
identificar oportunidades de investimento em contexto ainda marcado pela
estreiteza dos mercados, capital limitado, precariedade nos meios de comuni-
cação, transporte e técnicas. Fontes de apoio à pesquisa vêm principalmente
de Arquivo Histórico de Córdoba (AHCOR), na cidade de Monteria, particular-
mente documentário de notário, que tem informações ininterrupta desde 1908,
embora algumas referências de seus documentos referidos para períodos ante-
riores. Esta coleção documentário contém documentos públicos relacionados
com a compra e venda de terras, pecuária, agricultura, silvicultura e produção
de madeira, hipotecas, estabelecimento de empresas comerciais, entre outros,
o que nos permitiu reconstituir parcialmente a organização de negócios de
Lacharme.
Palavras chave: Empresários, empresas, Sinú, Lacharme, Montería.
Classificação do artigo segundo o Journal of Economic Literature: N, R, Q.
1 El río Sinú corre en sentido sur-norte desde su nacimiento, en el Nudo de Paramillo (Antioquia), a 3.500 msnm,
hasta su desembocadura en la boca de Tinajones en el extremo sur del golfo de Morrosquillo. Posee una longitud
de 340 km y a lo largo de su curso establece interacciones con caños y quebradas que le tributan sus aguas, así
como con ciénagas y zonas pantanosas que reciben sus excesos de agua en tiempos de precipitaciones. El valle
del río Sinú comienza en proximidades de la angostura de Urrá, a unos 30 km de la población de Tierralta, al
sur del departamento de Córdoba, y siendo paralelo al río hasta su desembocadura en Tinajones, presenta una
anchura promedio de 26 km hasta Montería, y entre esta y Lorica unos 60 km (mapa 1) (IGAC, 1982).
una “factoría militar” para contener las incursiones de los indios cuna proceden-
tes del Darién (Conde, 1997), así como la primera siembra de los naranjales que
adornaban la plaza mayor del pueblo, las terrazas y los patios de las casas produ-
ciendo un suave aroma a limón-naranja descritos por Striffler (1922). Las casas de
techos pajizos y paredes blancas dieron paso a construcciones de tipo republica-
no, que albergaron instituciones civiles, religiosas y políticas. En 1916, el general
Prisciliano Cabrales publicó para la Guía Ilustrada del Sinú un plano urbano de Mon-
tería donde aparecen 14 calles transversales y 12 avenidas paralelas al río (Nasci-
mento, 1916).
POBLACIÓN
AÑO POBLACIÓN TOTAL
URBANA
1784 428 (*) No registra
1840 1.200 (*) No registra
1905 4.524 No registra
1918 23.268 No registra
1938 64.172 12.804
1951 77.057 23.682
Fuente: (Poveda, 2013, pp. 43, 51, 57,61,116,117 (*); Exbrayat,
1939, p. 15).
En los primeros cincuenta años del siglo XX Montería experimentó cambios que
incidieron en su modernización. En 1908 se fundó la primera empresa telefóni-
ca, dos años después llegó la imprenta por iniciativa de Lorenzo Gómez y Rafael
Grandet, y en 1911 apareció el Fiat Lux, primer periódico de la ciudad. En este año
también se inauguró el alumbrado eléctrico y se designó a Montería como capital
de la provincia del Alto Sinú. La cultura y la educación recibieron un impulso con
la inauguración del Teatro Montería en 1913, la creación del Instituto del Sinú en
1924 y la apertura de la emisora Ondas del Sinú en 1938 (Exbrayat, 1939; Nasci-
mento, 1916; Nascimento,1987).
En este contexto se produce la llegada de familias francesas al valle del río Sinú2.
No se trató de una inmigración masiva y sistemática producida por hambrunas,
crisis económicas o guerras en el país de origen de los inmigrantes, como ya se
precisó, sino que respondió al interés de compañías, empresas y sociedades por
adquirir u ocupar tierras baldías para desarrollar actividades de explotación ma-
derera, extracción de géneros silvícolas y producción agropecuaria (tabla 2). Tal
interés se vio favorecido por las redes que se establecieron entre políticos o empre-
sarios colombianos e inversionistas franceses, a quienes se les “vendía” la idea
de una Colombia rica en recursos naturales que podían ser explotados sin mayor
esfuerzo e inversión (Goineau, 2008). Llegaron pocos individuos que no sumaron
más de diez familias entre las que se encontraban los Dereix, Kerguelén, Combat,
Lacharme, Patroulleau y Durand, algunos de cuyos integrantes permanecieron y
echaron raíces en la región (Recuperado de https://lacomarcadelsol.wordpress.
com/, 2014).
En 1844 se estableció la Compañía Minera del Alto Sinú, promovida por Víctor
Djuradín, un francés que residía desde hacía algunos años en Cartagena, y quien
viajó a París en busca de socios para la formación y puesta en funcionamiento de
la compañía. Uno de los socios fue el joven ingeniero Luis Striffler, cuyos dotes de
buen observador se reflejaron en su posterior libro El río Sinú (1875), en el que se re-
gistran datos y momentos importantes de la región durante el tiempo que estuvo
allí (Palacios, 2009).
2 Un antecedente de la presencia de franceses en el área se presentó en 1741, cuando un grupo de sesenta y uno de
ellos establecidos en la parte norte de la provincia del Darién, solicitaron al virrey de Nueva Granada permiso
para poder vivir legalmente. La petición fue concedida sobre la base de que ellos se habían reconocido cristianos
católicos y vasallos del rey. Se sabe que el grupo era liderado por Juan Sulivan y Santos Bullico, este último nomi-
nado para desempeñar el cargo de capitán aguerra (Santa Teresa, 2015).
Empresa/
Año Representantes Actividades
compañía/sociedad
Compañía Minera Víctor Dujardín, Juan Exploración y explotación de minería
1844
del Alto Sinú Pavajeau y Luis Striffler. de oro en el alto río Sinú.
Cacaotales de Marta Augusto Dangaud, Leonce
1881 Producción de cacao.
Magdalena Boiteau.
1882 La Colombie Paul Durand Aserrío.
Compañía Francesa Luis y George Verbrugghe, Producción de caña, coco, café,
1897
del Río Sinú Gustave Gattelet. madera y ganado.
Sociedad mercantil colectiva
1910 O. & L. Dereix Octavio y León Dereix.
(negocios varios).
Producción de coco, maderas y
1911 Río Mangle Alfred Miallet.
ganado
Antonio, Alfredo,
Antonio Kerguelén e Sociedad mercantil colectiva
1925 Fernando y Miguel
Hijos (negocios varios).
Kerguelén.
Fuente: (Striffler, 1922, pp. 6-10; Exbrayat, 1939, pp. 76-89; Berrocal, 1980, pp. 58-63; Ocampo, 2007, pp. 22-32; AHCOR,
NPM, EP. N.º 136, l.1910; AHCOR, NPM, EP. N.º 130. l. 1911; AHCOR, NPM, EP. N.º 115, l. 1925).
En el periodo 1908-1910 los hermanos Octavio y León Dereix Conrad crearon la so-
ciedad mercantil colectiva O. & L. Dereix desde donde organizaron sus negocios;
sin embargo, se tiene noticia de que antes, entre 1905 y 1906, fundaron una so-
ciedad que fungía como captadora de depósitos, crédito y comisiones, época que
coincidió con el retiro de ambos hermanos de la Sociedad Agrícola del Sinú, com-
Es plausible que L. Lacharme, una vez disuelta su casa de comercio quizá en 1856,
se fuera a vivir un tiempo a Montería a juzgar por lo que Exbrayat (1939) sostiene,
en el sentido de que L. Lacharme trazó un plano de la ciudad antes de trasladarse
a Panamá para trabajar con el equipo de ingenieros que prepararon las obras del
canal interoceánico3. Exbrayat (1939) señala que L. Lacharme pudo regresar nue-
3 L. Lacharme trazó las cuadras o manzanas que formaron parte de la calle de El Carmen, antigua Gran Calle, las
cuales terminaban en el callejón de Piñango y que fueron abiertas bajo la administración de Manuel Vélez Mar-
tínez. Así mismo, trazó las calles y cuadras con sus callejones que iniciaban desde el callejón de Nariño, entre
calles de El Carmen y La Esperanza, hasta varias huertas circundantes, abiertas durante las administraciones de
los alcaldes Andrés Gómez Pernett y Manuel Cabrales Armesto (Exbrayat,1994). Armand Reclus (1881, 1924) señaló
que en 1866 L. Lacharme hizo reconocimientos donde descubrió los pasos de los ríos Paya y Caquirri, afluentes
del Tuyra y del Atrato respectivamente, puntos de partida para lo que sería la exploración de Reclus en el Darién y
Panamá.
vamente al Sinú, más maduro y con más conocimientos sobre el área. Lacharme
(2000) afirma que a su regreso a Montería, L. Lacharme llevó un capital que luego
invertiría en tierras aledañas a la ciénaga de Betancí y probablemente en su casa
exportadora de madera que había creado años antes en Lorica, antes de regresarse
a Francia donde finalmente murió4. De L. Lacharme desciende su hijo Luis Hen-
rique Lacharme González (LLG), producto de la unión con Filomena González,
quien posteriormente ejerció como médico veterinario. Al parecer este hijo no fue
reconocido por L. Lacharme, por lo que algunos años después fue registrado por
su primo Alejandro, hijo de Alberto Lacharme (Lacharme, 2000).
Por las descripciones que hace Striffler (1922) y los datos aportados por Exbrayat
(1939) y Lacharme (2000), L. Lacharme fue un emprendedor que vio en la cons-
trucción del canal interoceánico una oportunidad de incursionar como explorador
y gestor de recursos ante inversionistas privados. Probablemente por esa razón
cerró su casa exportadora de madera en Lorica y la trasladó a Montería, un centro
comercial que ya comenzaba un dinamismo sin precedentes en el Sinú. Es posi-
ble que al mismo tiempo emprendiera viaje a Europa y, como sugiere Lacharme
(2000), de regreso trajera algún capital que invirtió luego en la adquisición de
tierras y en el montaje del negocio maderero y en actividades ganaderas. Por esa
misma razón traería a su hermano Alberto Lacharme para que le administrara
sus negocios en Montería mientras él se trasladaba a las exploraciones para la
construcción del canal de Panamá (Nascimento, 1916; Fals, 2002; Berrocal, 1980) 5.
No se sabe con exactitud el año en que llegó A. Lacharme a Montería, pero en 1860
había fundado la primera finca de cacao en el área de Misiguay (Exbrayat, 1994).
Es probable que esta propiedad la hubiese formado con 828 hectáreas de tierras
baldías que le fueron adjudicadas en 1883 por el Estado de Bolívar (Tovar, 1997;
Ocampo, 2007). A. Lacharme era casado con Ana Dumont, ciudadana francesa,
de cuya unión nacieron Alejandro, Javier y Antonino Lacharme Dumont (Exbra-
yat, 1939; Berrocal, 1980). Lacharme (2000) afirma que A. Lacharme y A. Dumont
arribaron al Sinú con seis de sus hijos: Elisa, Leoni, Antonia, Javier, Alejandro y
Antonino. Javier estuvo durante poco tiempo en la administración de la compañía
franco-belga Sociedad Agrícola del Sinú, y es probable que después de la muerte
4 Lacharme (2000) sostiene, sin evidenciar fuentes, que L. Lacharme pudo haber sido envenenado en una fiesta
celebrada en la embajada de Colombia en Francia, hecho que quizás tuvo que ver, según los autores, con los inte-
reses que se movían alrededor del canal.
5 Nascimento, Fals y Berrocal no citan la fuente de dónde obtuvieron el dato del parentesco; es probable que tanto
Berrocal como Fals lo hubiesen tomado de Nascimento, quien vivió en Montería en la década de 1910 y fue con-
temporáneo de la segunda generación de los Lacharme en el Sinú. Lacharme (2000) confirma el parentesco en
sus investigaciones genealógicas de esta familia en Francia.
Fuente: Centro de Documentación Orlando Fals Borda, Colección Tribiño, Banco de la República, Montería.
La adquisición de tierras para la cría, levante y ceba de ganado fue una actividad
importante en la que negociantes y empresarios vieron la posibilidad de inversión
en un renglón que fue clave para la economía de la región Caribe durante el siglo
XIX y para el país en general, antes de que el café hiciera su aparición (Posada,
1998; Ocampo [1984], 2013). En ese orden de ideas, la mayoría de los predios adqui-
ridos estaban ubicados en la banda oriental del río Sinú, pues sus suelos eran más
fértiles para la siembra de pastos y cultivos, y si se compara con la banda occiden-
tal, era una zona menos quebrada. Esto daba la ventaja de disponer de pastos todo
el tiempo y de transportar el ganado por caminos que, aunque fueran de trocha,
permitían un fácil acceso al río.
Entre 1911 y 1929 LLG aparece en los registros notariales adquiriendo tierras en la
banda oriental del río Sinú. De tales adquisiciones sobresale la hacienda Moroco-
quiel, formada por el englobe de propiedades y posesiones adquiridas a lo largo de
los mencionados años. La propiedad comenzó a gestarse en 1912 cuando LLG ad-
quirió de Raquel Cabrales Peña, por 800 pesos oro, los derechos herenciales de un
importante predio, el cual sería el núcleo primigenio de la hacienda Morocoquiel
(AHCOR, NPM, EP. N.º 345, l. 1912). Entre 1917 y 1919 la propiedad aumenta a tra-
vés de la incorporación de dos adquisiciones: un lote de terreno comprado a José
W. Gulfo, por 130 pesos oro, y el reclamo de dos globos de tierra correspondientes
a los derechos herenciales en el juicio de sucesión de la misma Raquel Cabrales
Peña, por 1.250 pesos oro (AHCOR, NPM, EP. nº 411. 1919). Cinco años después se
anexaron 500 hectáreas compradas a Pedro Mendoza, por 500 pesos oro (AHCOR,
NPM, EP. N.º 197, l. 1924). Desde Morocoquiel, LLG emprendió actividades gana-
deras y agrícolas con fines empresariales como veremos posteriormente.
Un área importante de compra de tierras por parte de LLG fue El Varal, donde ad-
quirió significativas propiedades. En 1921, por ejemplo, compró a Pablo García por
1.000 pesos oro 1.014 hectáreas, a las que luego se anexaron en 1923 otro predio
más pequeño adquirido del mismo García por valor de 83.36 pesos oro (AHCOR,
NPM, EP. N.º 412, l. 1921; AHCOR, NPM, EP. N.º 180. l. 1923). En 1925 adquirió
de Manuel Tordecilla un lote de terreno, por 250 pesos oro, y de Pantaleón Jara-
millo 450 hectáreas en el sitio conocido como Nueva Estrella, por 500 pesos oro
(AHCOR, NPM, EP. N.º 239, l. 1925; AHCOR, NPM, EP. N.º 72, l. 1925). No menos
Alto Sinú. Así, en 1909 adquirió de Francisco Carrillo y Juan Gutiérrez un globo
de terreno sembrado de pastos artificiales ubicado en el punto llamado Pino, por
16.000 pesos papel moneda (AHCOR, NPM, EP. n.º 133, l. 1909). Esta adquisición
probablemente constituyó el núcleo primigenio de lo que más tarde sería la ha-
cienda Pino, otra de las propiedades más importantes de ALD en el Sinú.
ALD incrementó sus propiedades de fincas y potreros en la banda oriental del río
a través de una serie de compras que hizo: en 1909 adquirió de Manuel Prisciliano
Cabrales una finca sembrada de pasto pará en el sitio llamado Las Palmas, por
valor de 250 pesos oro, y de José Dolores González Pitalúa, un año después, otra
similar llamada La Dicha, sembrada también de pasto pará y guinea, plátanos y
árboles frutales, por la suma de 15.000 pesos moneda nacional (AHCOR, NPM,
EP. n.º 249, l. 1909; AHCOR, NPM, EP. n.º 211, l. 1910). Meses después, adquirió
de Nicolás Sánchez Racero la finca Pasatiempo, constituida por nueve fanega-
das, sembrada de pasto y con cercas para el ganado, por valor de 1.200 pesos oro
(AHCOR, NPM, EP. n.º 130, l. 1910).
Por su parte, Luis Lacharme León, hijo mayor de LLG, conformó en 1929 junto a
Marco Aurelio Pineda, Josías Puche, José Julián Jiménez y Miguel Olivella la Com-
pañía Aserradora de Montería S.A., con capital inicial de 7.000 pesos oro y una
duración de cinco años. Las actividades de la firma se centraron, por un lado, en
la compra-venta de madera, por otro, en la elaboración de ladrillos para la cons-
trucción (AHCOR, NPM, EP. n.º 430, l. 1929). En 1938, L.L. León compró a los
socios sus acciones (45), quedando como único dueño de la compañía (AHCOR,
NPM, EP. n.º 167, l. 1938). En ese mismo año creó junto a su antiguo socio Miguel
Olivella la sociedad Luis Lacharme y Compañía, cuyas actividades descansaron
sobre la “Explotación del renglón comercial del aserrío, compra y venta de made-
ras, elaboración de maderas, explotación de éstas, explotación de las fábricas de
ladrillos y en fin de todo acto de comercio que juzguen conveniente”, con capital
inicial de 6.500 pesos oro (AHCOR, NPM, EP. n.º 172, l. 1938). L.L. León aportó a
la nueva sociedad el terreno donde se encontraba la extinguida Compañía Aserra-
dora de Montería, así como la mitad proindivisa de sus edificios, construcciones y
herramientas (AHCOR, NPM, EP. n.º 172, l. 1938). Dos años después la compañía
tuvo una modificación por la admisión de un nuevo socio: la señora Ascensión
Olivella de Buelva (AHCOR, NPM, EP. n.º 244, l. 1944).
dal, 2008). El valle del río Sinú se constituyó en un gran dispensador de pastos y
ganado para los mercados nacionales e internacionales, en expansión. En este
contexto, los hermanos Lacharme incursionaron en las actividades ganaderas,
especialmente ALD.
Pese a que la ganadería fue vertebral en las actividades económicas de los Lachar-
me, las fuentes para su seguimiento son escasas y fragmentarias. No contamos
con documentos contables ni estadísticas que permitan calcular su producción
ganadera y su participación en el mercado8. Probablemente ello tenga que ver
con que la mayoría de los ganaderos de Montería durante el periodo estudiado no
se organizaron mediante sociedades debidamente registradas, sino que actua-
ron de manera individual atendiendo sus negocios desde hatos y haciendas9. El
Departamento de Comercio, Trabajo y Manufacturas de los Estados Unidos, por
ejemplo, identificó en 1910 a Lacharme Hermanos como productores de fruta y no
como ganaderos (World Trade Directory, 1911). Sin embargo, las haciendas Pino,
Misiguay, El Tigre y Las Palomas, de propiedad de ALD, eran ganaderas. Se sabe
que ALD abrió un camino desde Pino hasta el río San Juan para empalmarlo con
el camino abierto por Carlos Restrepo en Antioquia, el cual llegaba hasta Turbo,
para llevar sus ganados desde Pino hacia esa región (Nascimento, 1916). En 1925,
ALD hizo parte de la junta organizadora de la Primera Exposición Agropecuaria
e Industrial de Montería, donde se expuso la producción agrícola y ganadera del
valle del río Sinú (Pineda, 1926).
En sus recuerdos de los años transcurridos entre 1930 y 1940, Joaquín Berrocal
(2017)10 anota que, en las haciendas Pino, El Tigre y Las Palomas se cebaba ganado
toda vez que en tales propiedades había buenos pastos y agua de fácil consecu-
ción; así mismo, calculó el stock ganadero de ALD en 20.000 cabezas distribuidas
en sus propiedades. Si se tiene en cuenta que en 1906 se estimó la existencia de
ganado en la provincia en 150.000 unidades, que se incrementaron en un 35 %
para 1916 (Nascimento,1916), tendríamos que la participación de ALD en la pro-
ducción ganadera de Montería estaría cercana al 20 %. El mismo Nascimento
(1940) calculó que la hacienda Pino podía albergar unas 5.000 reses, a las cuales
habría que agregarle las que existían en el resto de las propiedades de ALD. Sin
embargo, como dijimos, no poseemos datos sobre la producción ganadera distri-
8 El primer censo agropecuario del país con cierta confiabilidad data de 1960, un periodo posterior al que abarca
este trabajo (Van Ausdal, 2008).
9 No obstante, algunos ganaderos reconocidos en Montería como Eusebio Pineda, los hermanos Octavio y León
Dereix, Luis Berrocal y Lázaro María Pérez, entre otros, aparecen en fuentes de prensa y notarial donde publicita-
ban sus negocios y registraban sus escrituras públicas, pero en términos generales ello no fue una tendencia.
10 Entrevista realizada a Joaquín Berrocal Hoyos. Montería, 11-20-2017.
El 20 de julio 1916 se dio apertura en Montería al Banco del Sinú, como sucursal
del Banco Industrial de Cartagena, que poseía el 55 % de sus acciones; su capital
inicial fue de 100.000 pesos oro dividido en acciones de 100 pesos cada una. Im-
portantes ganaderos, comerciantes y negociantes de la región compraron accio-
nes: Diego Martínez & Co., de Lorica, suscribieron 10.000 mil pesos oro en accio-
nes; M. Burgos & Co., de Cereté, 3.000 pesos oro y Eusebio Pineda, de Montería,
5.000 pesos oro. Para 1919 el Banco del Sinú se había deslindado del Banco Indus-
trial de Cartagena, aunque este último conservaba 30.000 pesos oro de su capital.
Entre los accionistas también figuraban los primos ALD y LLG, el primero como
uno de los directores principales al lado de Lázaro María Pérez y Eusebio Pineda, y
el segundo como uno de los directores suplentes junto a Octavio Dereix y Priscilia-
no Cabrales (figura 2.) (Nascimento, 1916; 1919).
A los Lacharme les llamó la atención invertir en otros sectores. En 1922, ALD con-
juntamente con O. & L. Dereix, Enrique Gómez Pérez, Alberto Grandet y Eusebio
Pineda crearon la Compañía Minera del Alto Sinú, cuyo objetivo era explotar las
minas de plata y oro que se encontrasen en los predios de los accionistas, donde
ALD aportó las haciendas Pasatiempo y La Palma (AHCOR, NPM, EP. nº 115, l.
1922). Por su parte, como complemento de su producción ganadera, LLG dio aper-
tura en 1926 a la fábrica de mantequilla El Encanto (Exbrayat, 1994, pp. 288), y su
hijo L.L. León creó en 1938 junto a Luis E. Rueda, Benjamín Rodríguez y Rafael
Grandet la Compañía Cinematográfica del Sinú Ltda., dedicada a la proyección de
películas tanto en Montería como en otras ciudades de la región. El capital de la
compañía fue de 8.000 pesos oro, representados en enseres propios de este tipo de
actividades (AHCOR, NPM, EP. n.º 386, l. 1938), y fue prorrogada en 1944 por cinco
años más (AHCOR, NPM, EP. n.º 49, l. 1944). Rafael Grandet, uno de sus socios,
estuvo vinculado a las letras en Montería; fundó, junto a Lorenzo J. Gómez el Fiat
Lux, periódico de esta ciudad cuyo primer número se publicó el 19 de enero de 1911,
e hizo parte de la Sociedad Literaria Menéndez y Pelayo junto a Miguel Ángel Mer-
cado, Manuel Antonio Herazo, Gabriel Cabrales, Benigno Torres, Virgilio Padrón,
Emmanuel Bárbaro Ramírez y el cura Cristóbal Miranda Díaz (Exbrayat, 1994;
Nascimento, 1987).
Después de la muerte de LLG acaecida en 1943, L.L. León siguió desarrollando acti-
vidades comerciales y empresariales en Montería. En 1950 creó la firma Sucesores
de Luis Lacharme, quienes en asocio con Antonio Ruiz Solano y Juan Olier Castillo
formaron El Cerrito, una compañía dedicada a la producción y comercialización
de algodón, cuyo capital inicial fue de 75.000 pesos moneda corriente, donde Su-
cesores de Luis Lacharme aportaron una finca rural no especificada en la fuente
notarial (AHCOR, NPM, EP. n.º 374, l. 1950). Por otro lado, ALD murió en 1946 y al
parecer la trayectoria de su emprendimiento empresarial y comercial no siguió en
sus descendientes.
Conclusiones
Este artículo analizó las actividades económicas de la familia Lacharme en el
valle del río Sinú, desde finales del siglo XIX hasta la primera mitad del siglo
XX. El caso es pertinente por dos razones. En primer lugar, porque no se trató de
la gran familia empresaria vinculada con el poder político y económico, sino de
una familia que arribó al país en el marco de una experiencia histórica que po-
demos dividir en dos fases. La primera corresponde a la llegada del pionero Luis
Lacharme, el que poco tiempo después contribuyó con la llegada de su hermano
Alberto Lacharme. Luis se radicó inicialmente en Lorica y posteriormente vivió
en Montería, a donde llegó su hermano Alberto, quien se dedicó a la plantación
de cacao. La segunda fase se dio con la generación posterior de la familia, los
Lacharme González y los Lacharme Dumont, quienes emprendieron actividades
económicas en distintos renglones. En segunda instancia, porque su experiencia
permite comprender de mejor manera las lógicas que guiaron la organización de
los negocios de unos individuos que constituyeron lo que Dávila (2013, p. 19) llama
“la vanguardia de una clase social en ascenso” (p. 19), la cual se identificó con el
desarrollo capitalista del país y poseía un ámbito de acción nacional. Dávila (2013)
denomina a este sector social como negociantes, cuya racionalidad económica
descansaba sobre una alta diversificación de las inversiones y unos altos niveles
de especulación en el mercado, hombres arriesgados que vieron oportunidades de
lucro en un entorno cargado aún de incertidumbres.
Referencias
a) Archivos
Archivo Histórico de Córdoba, fondo Notaría Primera de Montería.
Libros: 1908, 1909, 1910, 1911, 1912, 1913, 1915, 1916, 1918, 1919, 1920, 1921, 1922, 1923, 1924,
1925, 1929, 1930, 1938, 1941, 1944, 1950.