George Simmel fue un sociólogo alemán coetáneo de Max Weber. Fue influyente en el desarrollo de la sociología estadounidense a través de la Escuela de Chicago. Simmel se centró en los análisis a pequeña escala de las interacciones y formas de asociación entre individuos, lo que lo ubica como precursor de la microsociología y el interaccionismo simbólico. Consideró que la sociabilidad innata y los procesos de intercambio son fundamentales para la vida social.
George Simmel fue un sociólogo alemán coetáneo de Max Weber. Fue influyente en el desarrollo de la sociología estadounidense a través de la Escuela de Chicago. Simmel se centró en los análisis a pequeña escala de las interacciones y formas de asociación entre individuos, lo que lo ubica como precursor de la microsociología y el interaccionismo simbólico. Consideró que la sociabilidad innata y los procesos de intercambio son fundamentales para la vida social.
Descripción original:
Principales ideas y conceptos de la obra de Simmel.
George Simmel fue un sociólogo alemán coetáneo de Max Weber. Fue influyente en el desarrollo de la sociología estadounidense a través de la Escuela de Chicago. Simmel se centró en los análisis a pequeña escala de las interacciones y formas de asociación entre individuos, lo que lo ubica como precursor de la microsociología y el interaccionismo simbólico. Consideró que la sociabilidad innata y los procesos de intercambio son fundamentales para la vida social.
George Simmel fue un sociólogo alemán coetáneo de Max Weber. Fue influyente en el desarrollo de la sociología estadounidense a través de la Escuela de Chicago. Simmel se centró en los análisis a pequeña escala de las interacciones y formas de asociación entre individuos, lo que lo ubica como precursor de la microsociología y el interaccionismo simbólico. Consideró que la sociabilidad innata y los procesos de intercambio son fundamentales para la vida social.
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Fue coetáneo de Weber y cofundador de la
Sociedad Sociológica Alemana.
Simmel fue un teórico de la sociología un tanto
atípico.
Ejerció una influencia profunda e inmediata en el
desarrollo de la teoría sociológica norteamericana, mientras Marx y Weber fueron ignorados durante varios años. La obra de Simmel contribuyó a dar forma al desarrollo de uno de los primeros centros de la sociología norteamericana - la Escuela de Chicago- y su teoría central: el interaccionismo simbólico.
La Escuela de Chicago y el interaccionismo
simbólico llegaron a dominar la sociología norteamericana entre 1920 y 1940. Las ideas de Simmel influyeron en esta escuela debido fundamentalmente a que las figuras más destacadas de sus primeros años (Albion Small y Robert Park), asistieron a las clases de Simmel en Berlín entre 1899 y 1900.
El aspecto atípico de la obra de Simmel es su
nivel de análisis, o cuando menos el nivel que le otorgó reconocimiento en Norteamérica. Mientras a Weber y a Marx les preocupaban cuestiones de gran envergadura como la racionalización de la sociedad y la economía capitalista, Simmel adquirió fama debido a su trabajo sobre fenómenos a pequeña escala, especialmente la acción y la interacción individual. Su preocupación principal fue la de delimitar epistemológica e institucionalmente la labor de una disciplina encargada de estudiar lo social.
Simmel se centró fundamentalmente en asuntos
micro; de ahí que haya sido señalado como uno de los grandes antecesores de escuelas y corrientes de pensamiento como el Interaccionismo Simbólico y la Teoría del Intercambio. La adscripción del autor a la microsociología fue de hecho aceptada por el propio Simmel, quien trabajó convencido de que la labor de los sociólogos era estudiar la interacción social.
Para Simmel la mayoría de las relaciones humanas
se pueden considerar como un intercambio.
“El intercambio es la acción recíproca más pura y
más elevada de las que componen la vida humana, en la medida en que ésta ha de ganar sustancia y contenido” Toda acción recíproca, se ha de considerar como un intercambio: “intercambio es toda conversación, todo amor (aunque sea correspondido con otro tipo de sentimientos), todo juego y toda mirada mutua”.
Junto con el intercambio, el autor consideró
otros tipos básicos de interacción social, a saber: La subordinación, el conflicto y la sociabilidad. Para Simmel, la sociedad es una realidad dual: por una parte están los individuos y por otra están los intereses.
“Por una parte están los individuos en su
existencia inmediatamente perceptible, los que llevan a cabo los procesos de asociación, quienes se encuentran unidos por tales procesos dentro de una unidad mayor que uno llama ‘sociedad’” “Por otra parte, se encuentran los intereses que, habitando en los individuos, motivan tal unión: intereses económicos o ideales, bélicos o eróticos, religiosos o caritativos. Para satisfacer tales impulsos y para alcanzar tales propósitos, resultan las innumerables formas de la vida social: todos los con-un-otro, para-un-otro, en-un-otro, contra-un- otro y por-un-otro”
El hombre tiene un impulso innato hacia la
sociabilidad, tiende siempre a establecer relaciones con otros, a interactuar con esos otros “Sin duda es a causa de necesidades e intereses especiales que los hombres se unen en asociaciones económicas o en fraternidades de sangre, en sociedades de culto o en bandas de asaltantes. Pero mucho más allá de su contenido especial, todas estas asociaciones están acompañadas de un sentimiento y una satisfacción en el puro hecho de que uno se asocia con otros y de que la soledad del individuo se resuelve dentro de la unidad: la unión con otros” La sociabilidad es el espacio en que los intereses se dejan, al menos aparentemente, a un lado.
Esto lleva al autor a definir a la sociabilidad
como la “forma lúdica de la asociación” . El único fin de la sociabilidad es la ASOCIACIÓN MISMA. Para ampliar el debate entorno a la asociación, es interesante acercarse a la clásica distinción entre comunidad y asociación realizada por Ferdinand Tönnies (1855-1936), cuya obra, al igual que la de Simmel, fue muy influyente en los sociólogos de la Escuela de Chicago.
Para Tönnies, la comunidad y la asociación son las
dos formas básicas del vínculo humano: la vida en comunidad es íntima y privada, mientras que la vida en sociedad (asociación) es pública; La comunidad es una forma de relación antigua, y la asociación es moderna.
Otra diferencia básica viene dada por el hecho que
la vida en comunidad constituye la forma genuina de la convivencia, es más fuerte, mientras que la vida en sociedad -la asociación- es transitoria y superficial.
“A este tenor, la Gemeinschaft (comunidad) debería
ser entendida como organismo vivo y la Gesellschaft (asociación) como un artefacto, un añadido mecánico” (Tönnies) El concepto de sociabilidad parte del carácter relacional de los individuos, con énfasis en la dimensión asociativa.
Va más allá de la mera relación entre dos
personas. Junto al ‘yo’ se concibe un ‘tú’, pero también un ‘tú’ colectivo, el grupo, y un ‘yo’ colectivo, el nosotros. La sociabilidad es una característica de los seres humanos, que se ubica en la esfera natural: responde a la condición del hombre como ser biológico.
Es el medio que hace posible la vida en
sociedad, al mismo tiempo que la sociedad hace posible la sociabilidad entre sus individuos.
Es el proceso que permite o posibilita al
individuo relacionarse, y por tanto comunicarse, con sus semejantes. Simmel se centró fundamentalmente en el proceso de sociabilidad, sin embargo también abordo de manera superficial la socialización.
La socialización es comprendida como el
proceso mediante el cual el individuo incorpora los hábitos propios de su cultura. La intención global de la obra de George Simmel no fue construir una teoría del mundo social.
Ello, sin embargo, no impide reconocer en su
producción una serie de ejes conceptuales básicos que contribuyen a la problematización de la cultura y la sociedad. Su búsqueda de formas de sociabilidad básicas no fue dirigida hacia el establecimiento de conceptos universales con gran poder explicativo.
Sus intereses fueron siempre más encaminados
hacia situaciones particulares, motivo por el cual Simmel se puede insertar en la microsociología. Temas como el dinero, la moda, la libertad, entre otros, eran concebidos por el autor como asuntos particulares, no sujetos a principios universales.
Los comprendía como experiencias vitales
diferenciadas, particulares, y a partir de ellas, el autor pretendió establecer los principios vitales básicos -también llamados formas sociales fundamentales-, en torno a los que se estructura principalmente la vida social. Los aportes de Simmel hacen que su concepto de cultura sea completamente dinámico.
El carácter relacional de las configuraciones de
sentido que se ponen en circulación en los procesos de interacción social, hace de la cultura un juego de opuestos que le sirven a Simmel para caracterizar cualquier fenómeno cultural. Para Simmel, todo el análisis de las formas de interacción social, implica que los actores que participan en las interacciones están conscientemente orientados unos hacia otros.
De ahí que todas las formas de interacción
necesiten tener a sujetos complementarios (ocupando posiciones contrapuestas en la situación de interacción) para poder existir como tales. ASOCIACIÓN E INTERACCIÓN Para Simmel la sociedad no se puede captar en su totalidad.
Lo que sí percibimos son relaciones específicas
(de poder, ingresos, autoridad, subordinación, formas de convivencia distintas, atracción erótica, hostilidad) en ámbitos específicos circunscritos de actividad entre seres humanos. Por esto la sociología de Simmel bien pudiera llamarse “sociología relacional”, ya que siempre le interesó concebir los procesos como situaciones de mutua causación, y de acción y reacción entre seres que coexisten en ámbitos determinados.
“La mutua interacción o acción recíproca es un
fenómeno radical y originario, la condición a priori que posibilita la asociación, es decir, la sociedad” Así, todo cuanto existe en la sociedad existe como relación.
Los seres humanos, o los colectivos, grupos e
instituciones que forman, deben ser definidos como ases de relaciones.
SIN ELLAS, NO EXISTIRÍAN.
Las relaciones e interrelaciones que constituyen la sociedad, a través de los procesos de asociación, poseen tres características cruciales:
1. No son simétricas ni planas.
2. La distancia social es la que une y separa a la gente entre sí. 3. Los universos sociales son galaxias de interrelaciones, son redes.
La naturaleza reticular [forma de red] de la sociedad
constituye para Simmel una premisa esencial para entender cómo es el mundo humano. Nuestra predisposición a vivir con y a través de los otros, a través de la sociabilidad innata, está sujeta a un dualismo radical:
• Vivimos mediante la interacción que nuestra
sociabilidad inspira.
• Sus frutos poseen un alto contenido objetivo,
producen resultados estéticos, familiares, religiosos, políticos, económicos, institucionales, al margen de nuestra conciencia. Simmel pone énfasis en la interacción, que es el núcleo de su sociología. Una categoría que está dentro de la interacción (sin ser tan amplia como ésta) es el intercambio.
Fue el primero en proponer la visión de la
sociedad como proceso general de intercambios materiales, morales y simbólicos entre los seres humanos y sus agrupaciones. Simmel dio una enorme importancia a las interacciones sociales cotidianas, hasta el punto de equiparar la sociedad con la interacción:
“La sociedad sólo es la síntesis o el término
general para la totalidad de esas interacciones específicas (…) La sociedad es idéntica a la suma total de esas relaciones” El conflicto es una forma de interacción, y así como no existe sociedad sin interacción, muy pocas veces la interacción está exenta de conflictos.
Conflicto e integración son dos contrarios que se
entrelazan y generan mutuamente, expandiéndose por todo el campo societario.
Factores disociativos como el odio, la envidia, la
necesidad, el deseo, entre otros, son la causa del conflicto.
El conflicto surge para superar dualismos
divergentes; es un modo de lograr alguna suerte de unidad, aunque sea mediante la aniquilación de una de las dos partes contendientes. LAS FORMAS Y TIPOS SOCIALES El mundo real está compuesto de acontecimientos, acciones e interacciones innumerables. Los sujetos ordenan dicha multitud de sucesos a partir de reducirlos a modelos o formas.
De la misma forma, el sociólogo, según Simmel,
debe proponer un número limitado de formas a la realidad social, específicamente a la interacción, para que ésta pueda ser analizada de forma más sistemática y rigurosa. El método que empleó el autor puede denominarse interaccional-formal, y consiste en:
“seleccionar algún fenómeno limitado, finito, de
entre el flujo de acontecimientos del mundo; examinar la multiplicidad de los elementos que lo componen y averiguar la causa de su coherencia descubriendo su forma. Posteriormente investiga los orígenes de esta forma y sus implicaciones estructurales” George Ritzer define la propuesta formal de análisis de la interacción de Simmel como “geometría social”. Los coeficientes geométricos principalmente utilizados por Simmel fueron el número y la distancia.
El número hace referencia a la importancia de
tomar en cuenta el número de sujetos que participan en una determinada interacción, de la cual derivan sus análisis diferenciales entre la díada -los grupos de dos personas- y la tríada –los grupos de tres personas. Para Simmel, el que se adhiera una tercera persona en una situación de interacción diádica introduce un cambio radical en dicha interacción.
En una díada, los individuos mantienen todavía
un alto grado de individualidad, esto es, un conjunto de dos personas no puede considerarse estrictamente un grupo, dado que los sujetos no abandonan su identidad individual para suplirla por una identidad de grupo, una supra-identidad. Por el contrario, en la tríada, los sujetos dejan parcialmente su razón de ser individual y pasan a formar parte de un grupo, pudiéndose desarrollar así una estructura de grupo independiente de los sujetos que lo componen.
También esta adición de un tercer miembro a
una díada hace que sea posible la multiplicación de los roles sociales que se ponen en juego en la situación de interacción. El tercero puede desempeñarse como árbitro o mediador, y puede llegar a usar las disputas entre los otros dos miembros para su interés individual, o bien convertirse en objeto mismo de disputa.
El proceso de adición de la díada a la tríada
continúa su curso en grupos mayores, y finalmente, dice Simmel, se establece la sociedad. Lo más importante de esta propuesta de Simmel radica en que :
“el incremento del tamaño y la diferenciación
contribuyen a aflojar los lazos entre los individuos y a dejar en su lugar relaciones mucho más distantes, impersonales y segmentadas. Paradójicamente, este gran grupo que libera al individuo, amenaza al mismo tiempo dicha individualidad” (Ritzer 2001:329). El otro coeficiente que Simmel empleó para su análisis de las formas de la interacción social es la distancia.
Ésta hace referencia a que los significados y
formas de los hechos sociales, de las situaciones de interacción, están también determinados por las distancias relativas entre los individuos, y entre éstos y los hechos. En su conocido ensayo “El extraño”, Simmel argumenta que este tipo de actor no está ni muy lejos ni muy cerca, es decir, si estuviera demasiado lejos dejaría de tener contacto con el grupo, mientras que si estuviera demasiado cerca, dejaría de ser un extraño. De este ensayo se derivó la consideración de la extrañeza misma como una forma de interacción social, como una forma en la que se combinan la cercanía y la distancia de manera específica, y que constituye de alguna manera una característica de toda relación social, sea más o menos íntima:
“podemos así examinar una amplia gama de
interacciones específicas con el fin de descubrir el grado de extranjería que se encuentra en cada una” Para lograr una mayor sistematicidad en su análisis de la interacción social, Simmel consideró por separado tipos sociales y formas sociales. Tipos sociales: además del extranjero está el pobre, que aparece también definido a partir de sus relaciones sociales.
El pobre tiene el derecho de recibir ayuda, y es
este derecho el que marca sus pautas de interacción social. Y en cuanto a las formas sociales, las dos más importantes: la supra ordinación (Horizontal) y la subordinación (vertical) mantienen una relación recíproca.
Es decir, el líder o dominante espera del
subordinado una reacción positiva o negativa, y simultáneamente, el subordinado espera del líder determinación para fijar o al menos determinar en cierto grado sus pensamientos y acciones. Es la confianza la que actúa como mediadora entre el conocimiento y la ignorancia entre los sujetos participantes en una interacción.
La distinción entre conocidos e íntimos podría
dar lugar a otros tipos de sujetos sociales, distintos en cuanto a las formas de interacción de las que participan.