Resumen de Terapia de Posibilidades
Resumen de Terapia de Posibilidades
Resumen de Terapia de Posibilidades
El cambio terapéutico no sólo es posible, sino probable: Todo ser viviente está en
cambio continuo, nada puede permanecer estático; se van generando cambios. todo lo
que el terapeuta piensa influye en su forma de hacer terapia.
Los individuos tienen recursos y habilidades para cambiar: Las personas poseen las
capacidades necesarias para superar dificultades y resolver problemas, cuando una
persona llega a terapia, trae consigo todos sus recursos y habilidades.
La tarea del terapeuta es identificar y ampliar el cambio: El paciente asiste a terapia
en busca de soluciones, el terapeuta debe estar atento al discurso del paciente y, entre
toda la información que comunica, es útil centrarse en lo que parece que está
funcionando, aprovechar para ampliar el cambio y averiguar los detalles acerca de
cómo se obtuvieron tales cambios.
Las excepciones al problema representan una oportunidad para plantear
soluciones y posibilidades en el futuro: Centrarse en lo que está funcionando, es decir,
en las ocasiones en que el problema no ocurre. “Sea lo que fuere distinto en esos
momentos, puede identificarse y el cliente puede aprender a repetir una y otra vez lo
que funciona, hasta no dejar espacio al problema”
Sólo se necesita un cambio mínimo para producir uno más grande: Cuando las
personas logran un pequeño cambio en sus vidas, se sienten motivadas para efectuar
más. Una vez iniciado el cambio, es difícil detenerlo.
Hay más de una “verdad” o manera de ver las cosas: En muchas ocasiones, las
personas sólo ven la “verdad” desde una perspectiva; no obstante, hay más de un modo
de ver las cosas. En terapia, a veces lo único que falta para iniciar el cambio es ver la
situación desde una perspectiva distinta
Énfasis en colaboración, habilidades, flexibilidad y acoplamiento entre cliente y
terapeuta: La terapia de posibilidades considera que el paciente es tan experto como el
terapeuta. El cliente es experto en la situación que lo trae a terapia, en sus propias
creencias, sentimientos, e intentos de solución; el terapeuta es experto en las formas de
facilitar el cambio terapéutico, herramientas para fomentar la cooperación:
a) Rotular positivamente: por ejemplo, un adolescente “retraído” puede definirse
positivamente como un adolescente “reflexivo”.
b) Autoconfesión intencional: en algunas ocasiones, se obtiene cooperación del
paciente revelando alguna información personal.
c) El uso del humor: es recomendable: “el humor puede reducir la tensión, alejar al
paciente de sus preocupaciones y curar a los que sufren”
d) La inclusión del problema dentro de la normalidad: En estas situaciones, al
comentar que es una etapa, un ajuste al cambio, los miembros de la familia pueden
aliviarse y comenzar a intentar nuevas alternativas de hacer frente a la situación.
e) La sensibilidad cultural y el respeto por la igualdad de sexos: no es apropiado que el
terapeuta imponga ideas sobre el problema o abra puntos de discusión que el
paciente/cliente no ha puesto en la mesa.
f) Elogios: usar los elogios cuando hay momentos en los que se ha manejado
adecuadamente el problema; además, al finalizar la sesión, un elogio sincero puede
ser de gran ayuda.
Los prejuicios del psicólogo pueden influir en la dirección y los resultados de la
terapia: Las creencias personales y profesionales del psicólogo constituyen parte de su
práctica clínica. Asimismo, estas ideas o creencias hablan de quiénes somos como
personas y como terapeutas y establecen la clave de lo que ocurre en terapia.
Énfasis en maximizar la eficacia de cada sesión: 6 a 10 sesiones por paciente. La
mayor parte del progreso ocurre durante las 6 u 8 primeras sesiones. Éste es uno de los
motivos por los que el modelo de O’Hanlon pone un énfasis especial en maximizar la
eficacia de cada sesión.
Los clientes definen los objetivos: Los terapeutas centrados en las soluciones no
creemos que haya una única forma "correcta" o "válida" de vivir la propia vida. Por lo
tanto son los clientes, no los terapeutas, los que identifican los objetivos a conseguir en
el tratamiento.
Motivación para Cambiar: No hay pacientes “resistentes”, sino terapeutas que se resisten
a ver o a aceptar que el paciente puede tener sus propias motivaciones, y no se dan cuenta
del estadio de cambio en el que el cliente se halla.
3. MODELO DE POSIBILIDADES:
Este modelo tiene como objetivo responder a la pregunta ¿Cómo abrimos posibilidades
para los pacientes? Para lograrlo se enfoca en los recursos de los clientes, sus posibilidades
y en la búsqueda de soluciones para sus problemas. Su orientación es en el presente y en el
futuro.
Los principales componentes de este modelo son:
a) Reconocimiento y Validación: Se busca que el cliente, sienta que el terapeuta
escucha y comprende sus experiencias y puntos de vista. Se valida, haciéndole
sentir que sus experiencias son apreciadas, así mismo se debe hacer notar que el
sentir y pesar no es lo mismo que hacer, ello se realiza reformulando sus
afirmaciones con sus propias palabras, poner el problema en el pasado. Para validar,
se utilizan las técnicas de: Inclusión y Normalización.
b) Clarificar Problemas: Para clarificar los problemas se hace uso de:
- Mapa del problema: En la primera entrevista y se hace uso de preguntas para
definir la razón por la que vino a consulta. Luego se pide que describe lo que
ocurre cuando se presenta el problema. También indagar en los pensamientos,
sentimientos y acciones que surgen durante el problema. E indagar como
sucede el problema. Por último, se da la tarea al paciente de observarlo que le
ocurre en su vida y que se pregunte si le gustaría que siga ocurriendo.
o Objetivos: Se establece con la propuesta y aceptación del paciente los
objetivos del tratamiento, con fines evaluativos del progreso. Estos deben
ser realizables, mutuos, legales y éticos, específicos, observables y
cuantificables.
o Usar el pasado: Cuando el paciente realice una descripción de su problema
en tiempo presente se reformula haciendo notar que el problema se dio en el
pasado, para dar apertura al futuro.
o Declaraciones parciales: Enseñar al paciente a modificar su lenguaje,
eliminando adverbios absolutistas y cambiándolos por “recientemente”,
“muchas veces”; “mucho”, “un poquito menos”, “muchos”, “mucho”, “aún”
y “por ahora”.
o Declaraciones de percepción: Lograr que el paciente cambie sus
percepciones a realidades subjetivas.
o Utilización: Identificar las experiencias del paciente que le ayudaron a
adquirir habilidades que tiene ahora, lo cual son ventajas que él no nota.
o Lectura de todo el lenguaje: Prestar atención al lenguaje verbal y no verbal y
hacer notar al paciente que lo estamos detectando.
c) Cambiar la manera de ver, de hacer: Se busca orientar al paciente proyectarse hacia el
futuro. Para ello se pueden utilizar las siguientes técnicas:
La bola de Cristal: Para que el paciente imagine lo que puede ocurrir en el futuro
sin su problema, se le pide que vea a través de una bola de cristal y se le formulen
las siguientes preguntas: ¿Cómo se ha solucionado el problema? ¿Qué has hecho?
¿Qué han hecho los demás? ¿Cómo ha cambiado tu vida como resultado de todo
esto? ¿Cómo te sientes? ¿Qué has aprendido de ti mismo en este proceso? “¿Cuál
va a ser tu nueva relación contigo misma ahora que el problema ya ha
desaparecido?”
Pregunta del milagro: Se pide al paciente que imagine que mientras duerme ocurre
un milagro y sus problemas se resuelven, ¿Qué cosa notarán diferentes al despertar
cuando el milagro se ha producido?. Acompañar la pregunta con: “¿Hay algo en tu
vida hoy que sea parecido a lo que va a ser tu vida cuando cambien las cosas y se
parezcan más a ese milagro que soñaste?” lo cual hará que el paciente note lo
distinto que sería su vida si busca soluciones.
Máquina del tiempo: “Digamos que tenemos una máquina del tiempo en esta
oficina. Esta máquina te puede llevar a donde quieras. Ahora, digamos que te
subes en ella y te lleva al futuro, a un tiempo en el que las cosas van como tú
quieres que vayan. La primera cosa que sientes es que todas tus preocupaciones se
han ido. …¿Dónde estás? ¿Con quién estás? ¿Qué está pasando? ¿Qué tipo de
experiencia estás teniendo? (qué estás haciendo, etc.). ¿Cómo es diferente tu vida?
¿A dónde se han ido tus problemas? ¿Cómo se han ido?” (Oblitas, 2008)
d) Evaluar el progreso y el resultado:
Preguntas de escala: muy útiles para evaluar progresos y resultados, Se pide a los
pacientes que valoren sobre una escala de 1 al 10 su situación también puede
preguntárseles en qué lugar de la escala tendrían que situarse para sentirse
satisfechos.
Preguntas de porcentaje: Este tipo de intervención puede ayudar a saber qué
porcentaje de tiempo está interfiriendo el problema en la vida del cliente
Presuposiciones: Es una parte esencial del lenguaje, que hay un mensaje implícito
que colabora para abrir posibilidades, se puede asumir el cambio o el progreso
hacia los objetivos por medio de palabras.
Externalizar: Presuponer que el problema tiene identidad propia, se logra:
o Preguntando por los recursos de la persona en momentos de éxito
o Buscando excepciones u ocasiones en que las cosas estaban mejor o eran
diferentes con respecto al problema
o Pidiendo al paciente que haga el papel de asesor
Excepciones: La pregunta de excepción lleva a los pacientes a buscar soluciones
en el presente y el pasado
Subrayar cambios: Énfasis en los éxitos del paciente a través de los comentarios o
preguntas.
Introducir dudas: Ayuda a modificar ideas y creencias que no ayudan al paciente.
e) Planear próximos pasos: Algunas formas de hacerlo es invitar o sugerir formas de
actuar, hacer un plan de acción con tareas entre sesiones, o utilizar la técnica de
prevención de recaídas. Cuando estamos cerca de finalizar la terapia, es común que
los pacientes se preocupen por las recaídas y comenten cosas como: otras veces he
tenido días buenos, pero después la depresión toma más fuerza. El terapeuta de
posibilidades suele adelantarse a éstos comentarios y prevenir la recaída.
f) Terminar terapia: La terapia debe finalizarse por mutuo acuerdo, dejando abierta la
posibilidad de regresar con el terapeuta, citar al paciente con menor frecuencia
ayudará a terminar el tratamiento. El terapeuta puede usar sus conocimientos de los
gustos o necesidades del cliente para finalizar la terapia con un ritual que tenga
significado positivo para el paciente y sirva para poner punto final a las pláticas
terapéuticas