Cuentos Infantiles Con Valores
Cuentos Infantiles Con Valores
Cuentos Infantiles Con Valores
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José Miguel, Josemi como le llaman familiarmente, es un niño que comienza su tercer año de
primaria.
Por más que tanto profesores como sus padres le acaben castigando, quitándole los privilegios
que suele disfrutar, eso le sirve para que reflexione durante un corto periodo de tiempo, pero en
cuanto se le olvida vuelve a las andadas.
Lo que no sabe Josemi, es que todo esto va a cambiar. No ha pasado más que un par de semanas
desde que comenzó el curso, cuando Josemi se da cuenta de que algo no va bien. El se sigue
sentando en el lugar de siempre, pero nota que, cuando su maestra corrige los ejercicios sobre la
pizarra o, simplemente explica algún punto de las lecciones, ve que las letras están un poco
borrosas.
En principio, es algo que achaca al sueño, cuando le ocurre nada más entrar en el colegio o por
cansancio cuando se acerca la hora de volver a casa, pero no le da importancia.
Los que también se han dado cuenta de que algo le sucede son sus padres. Ellos llevan varios días
viendo que, cada vez que se pone a hacer los deberes en casa y tiene que leer, entrecierra los ojos
para poder hacerlo. Además, ya son varios días los que Josemi llega quejándose de que le duele la
cabeza.
A la semana siguiente, los padres de Josemi deciden llevarle al oculista para conocer cuál es el
problema. Después de la revisión y unos cuantos paneles de lectura, la oculista les informa que su
hijo tiene miopía y debe llevar gafas para corregirlo.
Josemi se niega en rotundo a probárselas, pues tiene miedo de que al llegar al cole los demás
niños se rían de él, como ha hecho el mismo hasta ahora. Pero finalmente después de una
regañina de sus padres, eligen la montura y quedan en recogerlas en unos días.
El día que recogen las gafas, Josemi se niega a salir a la calle, pero no hay más remedio y acepta ir
al colegio con ellas si quiere ver bien.
Cuando llega al centro, lo hace mirando al suelo. Después de tanto tiempo metiéndose con todo
aquel niño o niña que llevase gafas, no quiere que le vean a él con unas puestas.
-Seguro que cuando me vean con gafas, mis compañeros se van a reír de mí. – piensa frunciendo
el ceño. – Si llego a saber que acabaría llevando gafas, no me hubiese metido tanto con ellos.
Al entrar se lleva una sorpresa, pues sus compañeros no solo no se meten con Josemi, sino que
alguno le ofrece su sitio para estar más cerca de la pizarra y ver mejor mientras se acostumbra a
sus nuevas gafas.
Sorprendido por el recibimiento que le han dado sus compañeros, va a su pupitre avergonzado por
cómo les ha tratado hasta ahora. Se siente acomplejado y no solo por llevar las gafas sino por los
insultos que el mismo había dedicado a quienes la llevaban, justo en ese momento se da cuenta
de que el mismo había conseguido hacer sentir mal a sus amigos diciéndole cosas como cuatro
ojos o empollones, palabras de las que ahora mismo se arrepentía.
En el recreo, Josemi va a los aseos y se mira en el espejo con cierta curiosidad. Ahora se ve
distinto, parece mayor y hasta le gusta como le quedan, además ya no le duele la cabeza y eso ya
es un alivio.
Los amigos le esperan al final del pasillo y cuando Josemi llega hasta Iván le pide perdón y le
promete que nunca más volverá a insultar a nadie, sea como sea.