La Historia de Quetzalcóatl
La Historia de Quetzalcóatl
La Historia de Quetzalcóatl
La historia de Quetzalcóatl
Texto adaptado de la versión de Douglas Gifford
(Tradiciones maya y azteca)
Quetzalcóatl, o Kukulkan para los mayas, la serpiente emplumada, fue quizás el dios más
significativo. En sus distintas formas aparecía como dios del cielo y del sol, como dios de
los vientos, de la estrella de la mañana, y también como el benefactor de la humanidad.
Su nombre proviene de la palabra quetzal, nombre de un raro pájaro que tenía una larga
5 cola de plumas, y de cóatl, palabra con la que se designaba a la serpiente.
A medida que fue creciendo descubrió muchos secretos y destrezas, que enseñó a la
humanidad.
Encontró el escondite del maíz, se enteró del valor de las piedras preciosas, del oro y de
20 la plata, de las conchas marinas de colores y las plumas de los pájaros, y aprendió a usar
las distintas plantas.
Pero la bondad e integridad de Quetzalcóatl irritaron al gran dios Tezcatlipoca, el
Espejo de Humo, que era todo lo contrario a él. Se decía que era liviano, y tan rápido, que
podía descender de los cielos bajando por una cuerda hecha con la tela de una araña. Era
25 el dios de la alegría; pero, a la vez, era el dios de la discordia y de la hechicería, de la
prosperidad y de la destrucción, además de un gran tramposo, que exigía a los hombres
sacrificios humanos y muertes para sustentarse.
Pasado un tiempo, sin embargo, sus mentes volvieron a recuperar la cualidad de pensar
45 con claridad, y entonces comprendieron la magnitud de su falta. Arrepentido de sus
pecados, Quetzalcóatl ordenó a sus criados que le hicieran un ataúd de piedra, y allí se
metió durante cuatro días y cuatro noches para hacer penitencia. Después pidió a su
gente que lo siguiera hasta la orilla del mar. Y una vez allí hizo una gran pira funeraria;
entonces, vestido con sus brillantes plumas, y luciendo la máscara que representaba a la
50 serpiente de turquesas, se arrojó a las llamas.
La gran hoguera crepitó durante toda la noche; y cuando se hizo de día, el cuerpo de
Quetzalcóatl, convertido ya en cenizas, empezó a desperdigarse, saliendo de entre las
llamas cual una bandada de pájaros. Sus criados, que se hallaban desconsolados junto a la
pira, viendo cómo desaparecía su dios, pudieron ver una estrella nueva que brillaba en el
55 cielo recién despejado de la mañana: El corazón de Quetzalcóatl se había convertido en
la estrella de la mañana.
Comprensión de lectura