Leclerc No Occidentales PDF
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1973
Antropología y Colonialismo. La concepción de las sociedades no occidentales en el siglo XIX
te muy delicada. La Sociedad Etnológica de París de ser eficaz y de conseguir su objetivo, es por
se ha creado en 1839, la Ethnological Society de que el africano es sensible exclusivamente a lo
Londres en 1843. Pero Stanley se verá pronto "com- que le es impuesto: la fuerza. Otro gran explora-
prado" por Leopoldo II de Bélgica, que le concedió dor, Burton, el que descubrió los Grandes Lagos
el título de presidente del Comité de estudios del del este africano, declara que el africano "consi-
Alto Congo, tras la Conferencia de Bruselas, que dera un favor como una prueba de la debilidad
señala el comienzo del reparto de África (1876). de su benefactor y de su propia fuerza", y que "la
En todo caso, incluso si los exploradores no blandura y la tolerancia son los puntos vulnera-
tienen el apoyo de los gobiernos europeos y si bles de la política civilizada, porque estimulaban
sus empresas son "privadas", éstos se consideran el ataque al dejar suponer miedo y debilidad" (1).
esencialmente como los representantes, los por- Los misioneros fueron muy a menudo en esta
tavoces de la "civilización" y, en tanto que tales, época los pioneros de la exploración y de la ex-
consideran que tienen unos derechos y unos de- pansión europeas en su aspecto "espiritual". Eran
beres específicos. Es lo que un historiador inglés, conscientes la mayoría de las veces de los lazos
Cairns (1), ha denominado "la autoidentificación" entre "evangelización" y colonización, apenas con-
de los exploradores con la civilización. El viajero, cebían tales relaciones desde el punto de vista de
ilustrado contemplaba en las sociedades salvajes culpabilidad. Muy al contrario. Livingstone, misio-
una mezcla de naturaleza (naturaleza humana, nero al mismo tiempo que uno de los grandes ex-;
buen sentido, "luces innatas") y de cultura per- ploradores, poseía una fe absoluta en la "civiliza-
vertida y pervertidora (supersticiones)" que había ción", no concibiendo que la evangelización se
conocido en Europa. El explorador, cree encon- pudiera separar de la distribución de las maravi-
trarse, en tanto que "civilizado", con un tipo de llas de la técnica y de la industria: "Se practican
sociedad fundamentalmente distinta de la socie- hoy operaciones quirúrgicas sin dificultad, se ob-
dad civilizada. tiene el fuego instantáneamente y es probable que
Así, Stanley trata sin cesar, en el curso de sus antes de mucho tiempo quememos agua en lugar
peregrinaciones, de construir la imagen del Blan- de fuego. La inteligencia se comunica instantánea-
co poderoso, dominador de los problemas, inque- mente, y los viajeros son transportados por mar
brantable, gran señor de alguna manera. Al contar y tierra con una rapidez que nuestros antepasa-
con un humor lleno de suficiencia, los ame- dos no podrían comprender y que los africanos
trallamientos y las aventuras de los reyezuelos pre- consideran ahora como fabulosa". (Prívate Jour-
tenciosos que ha obligado a ponerse en su lugar nals.) En sus instrucciones a otro misionero, la
rápidamente, imperturbable ante las dificultades verdadera religión y la técnica hacen buena pa-
como ante los éxitos ("¿El doctor Livingstone, su- reja: "Nosotros venimos a ellos en tanto que miem-
pongo?.") Stanley, es un Blanco, un "civilizado". bros de una raza superior y servidores de un go-
Pero si una actitud tal tiene alguna posibilidad bierno que desea elevar las partes más degradadas"
(1) The Lake región of Central África, 1860.
(1) Cairns, Prelude to imperialism, 1966.
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cionalidad de las prácticas humanas no puede cultura), la nueva antropología vio en ellos sobre
captarse sino en su referencia con la Historia co- todo unas relaciones de producción materiales, y
mo medio homogéneo en general del hombre. Es toda sociedad real se ve reducida, en un deter-
evidente que hay grandes diferencias entre el con- minado momento, a un estadio de evolución téc-
cepto de Historia tal como está elaborado por Com- nico-económico. Que la ideología del progreso sea
te, Spencer, Marx, etc. Pero siempre supone una común al pensamiento del siglo XVIII en general
unidad del hombre, quedando vinculada la diver- (Rousseau es un caso aparte) es ciertamente im-
sidad a una situación histórica determinada. Las portante, pero resulta también esencial que el pro-
sociedades están alineadas según un continuo ho- greso no sea ya el descubrimiento progresivo de
mogéneo, y único, jalonado por cortes pertinentes: las Luces, de la razón natural, ocultas por la per-
los "estadios de avance". Sin duda semejante con- versión de los sacerdotes y de los hombres polí-
cepto de la Historia nos es tan familiar que parece ticos, sino la producción de bienes materiales cada
evidente. Acaso para comprenderlo en toda su vez más "perfeccionados" y las relaciones socia-
amplitud sería mejor plantearlo junto a problemá les cada vez más complejas, a través de etapas
ticas que no lo suponen apenas, como la ideología largas y laboriosas: paso de la brutalidad animal
de las Luces y el relativismo cultural americano. al salvajismo, del salvajismo a la barbarie, de la
Comoquiera que sea, con la noción de estadio barbarie a la civilización. En el tiempo de la "re-
histórico o estadio de evolución, tenemos la no- volución industrial", el "criterio de avance" en la
ción clave del evolucionismo unilineal. Los hom- escala de la evolución es esencialmente tecnoló-
bres forman por su reunión en unas circunstancias gico. El principio de la unidad del género humano
y en un medio determinados, por las prácticas que se funda ante todo en la universalidad del cono-
de ellos resultan, unos conjuntos económicos, so- cimiento técnico: "un principio común de inteligen-
ciales y culturales determinados. Citaremos la cé- cia puede encontrarse en el salvaje, el bárbaro y
lebre definición de la cultura de Tylor: "El término el hombre civilizado. En virtud de ello la humani-
cultura o civilización, tornado en su sentido etno- dad ha sido capaz de producir en condiciones se-
gráfico más amplio designa un todo complejo que mejantes los mismos instrumentos y utensilios, los
comprende a la vez las ciencias, las creencias, mismos inventos, y construir instituciones seme-
las artes, la moral, las leyes, las costumbres y otras jantes a partir de los mismos gérmenes de pen-
facultades y hábitos adquiridos por el hombre en samiento originales. Hay algo verdaderamente im-
el estado social" (1). presionante en un principio que ha dado poco a
poco la civilización por una aplicación asidua a
Es verdad que el siglo XVIIl, habría podido dar
partir de humildes comienzos. De la punta de la
una definición como ésta de la cultura o de la
flecha, que expresa el pensamiento en el cerebro
sociedad. Pero cuando la teoría de las Luces veía
del salvaje, a la punta en mineral de hierro que
en tales conjuntos ("sociedades") unas maneras
expresa el más alto grado de inteligencia del bár-
determinadas de combinar "ideas" (naturaleza y
baro, y, finalmente, al ferrocarril, que puede ser lla-
(1) Tylor, La Civilisation primitive.
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mado el triunfo de la civilización" (Ancient So- cuentemente sino "supersticiones", en todo lo que
ciety). difería de las prácticas y de las creencias de Euro-
pa, la nueva antropología reconoce "costumbres"
El "crecimiento", el progreso se expresan tam- cuyo sentido puede ser comprendido a partir de
bién en todos los aspectos de la vida social. Las unas relaciones mutuas y, más tarde, de la relación
grandes divisiones de la obra de Morgan son las con conjuntos culturales más vastos que son preci-
siguientes: "Crecimiento de la inteligencia por los samente los estadios de la evolución. Lubbock, en
inventos y descubrimientos", "crecimiento de la Les Origines de la Civilisation, muestra el punto de
idea de gobierno", "crecimiento de la idea de la ruptura con el etnocentrismo ingenuo del si-
familia", "crecimiento de la idea de propiedad". glo XVIII: "Había pensado primero titular este ca-
Así todo conjunto, todo grupo humano diferencia- pítulo las "Supersticiones" en lugar de la "Reli-
do puede ser considerado como sociedad en tanto gión" de los salvajes. He preferido este último títu-
que produce sus condiciones de vida material e lo, en parte porque muchas ideas supersticiosas
intelectual y puede ser clasificado en una escala se transforman gradualmente en concepciones más
social única, en tanto que sus producciones per- elevadas y también porque me repugnaba conde-
tenecen todas al mismo estadio (salvo excepcio- nar unas creencias honestas, por imperfectas y ab-
nes de las cuales hablaremos). En lo que a la evo- surdas que pudieran ser."
lución unilineal se refiere, Morgan es muy claro: Tylor también es claro: "Frecuentemente lo que
"El salvajismo ha precedido a la barbarie en todas llamamos superstición no es otra cosa que la super-
las tribus de la humanidad; y la barbarie, como vivencia de unas ideas pertenecientes a una socie-
ya sabemos, ha precedido a la civilización. La his- dad desaparecida." Si las costumbres diferentes
toria de la raza humana es una en sus fuentes, una y aparentemente "absurdas" no son sino costum-
en su experiencia, una en su progreso." Asimis- bres rebasadas, supervivencias de un estado ante-
mo, Tylor, en su Civilisation primitive, dice: "No tar- rior, ¿qué son exactamente las supervivencias?.
damos en reconocer en el desarrollo de la civiliza- "Las costumbres carentes de sentido (con rela-
ción una uniformidad casi constante que puede ser ción al estado actual de una sociedad) son supervi-
mirada como el efecto uniforme de causas unifor- vencias, han tenido un sentido práctico, al menos
mes, por un lado, y por otro, la correspondencia de el carácter de una ceremonia, y han acabado por
diferentes grados de civilización en unos períodos no ser más que absurdas observancias porque han
de desarrollo o de evolución de los cuales cada uno
sido transportadas a un nuevo estado social en que
es el producto de una época anterior y le corres-
su significación primitiva se ha perdido totalmen-
ponde el papel de preparar la época futura."
te... Sólo al recurrir a una significación perdida de
Así el evolucionismo del siglo XIX se presenta tal o cual uso llegamos a explicar unas costumbres
como el reconocimiento pleno de una racionalidad en cuyo sentido no se podría penetrar de otra ma-
de las prácticas y de las creencias de las socieda- nera y que habíamos tomado por puros actos de
des salvajes. Donde el siglo XVIII no había visto fre- locura espontánea." Esta "manera de recurrir a
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unas explicaciones sacadas de la necedad huma- miento que no podemos aún, en gran parte, captar
na —añade maliciosamente Tylor— parece haber y que debe tener, desde luego, su fundamento en
estado muy de moda en la época de la Revolución la constitución intelectual del hombre" (Tylor).
francesa."
En una concepción semejante desaparece la ra-
La superioridad del análisis positivista no pare- cionalidad innata de todo individuo (el "buen sen-
ce, pues, tener duda: sólo él es comprensión ver- t i d o" ) , la posibilidad de comprender sus prácticas
dadera. Descubre unas "significaciones perdidas" y sus creencias cuando no se deja arrastrar por el
allí donde no habíam os v isto sino "tonterías" y "su- juego de los sacerdotes, dando lugar a una opaci-
persticiones". Sin embargo, presenta un aspecto dad profunda de la inteligencia y del lenguaje de
que podría asimismo volverse contra el reconoci- los primitivos por sí mismos. En cambio esta opa-
miento de una "racionalidad" propia de las creen- cidad, este carácter autónomo y sistemático del
cias salvajes. lenguaje, es la condición misma de la inteligibili-
En el siglo XVIII, los clérigos parecían detentar dad del "mito" para la teoría antropológica. El
un saber escondido, pero real. La aberración de sus sentido del mito no podría reducirse al propuesto
prácticas, o más bien de las prácticas que obligan por los teóricos de las Luces, que le li m i tarí a a un
a seguir a su rebaño, se funda en la mala fe, en una moralismo chato e ingenuo o a un saber oculto y
perversidad ilustrada, que escondía su saber tras codificado. Las leyes del mito no son otras que las
aquellas prácticas "absurdas", y acertaba (casi) a
del lenguaje y de la imaginación que tampoco es-
despojar a los indígenas de su buen sentido. Para
tá "desenfrenada" aunque pueda pensarse así, si-
los positivistas, los sacerdotes (convertidos ya en
no que constituye un sistema lógico y significativo.
"hechiceros"), lo son de buena fe, afectan saber,
pero desgraciadamente no saben nada, o poco les
El sentido de sus prácticas ya no existe para los
falta: "La magia no tiene su origen en el fraude y
ha sido practicada raramente como una pura im- "indígenas", incluyendo a sus hechiceros, a causa
postura. El hechicero aprende de buena fe, en ge- de "la influencia tiránica ejercida en el origen por
neral, una profesión que cree digna de veneración, el lenguaje sobre el espíritu humano" (Tylor). En el
y continúa añadiendo más o menos fe a lo que en- único saber positivo, el lenguaje es translúcido pa-
seña. Víctima del engaño y al mismo tiempo enga- ra la inteligencia y se anula en ella. Sólo la teoría
ñado, asocia la energía de un creyente a la astu- antropológica es un saber del contenido racional
cia de un hipócrita. Si las ciencias ocultas no de los mitos, y más generalmente de las culturas
hubieran sido imaginadas nada más que para enga- no occidentales. Y es verdaderamente, por así de-
ñar, habrían bastado puros absurdos, mientras que cir, el fruto de una "coyuntura histórica y epis-
nosotros encontramos en ellas una eudocíencia temológica" excepcional: "Existe una suerte de
sistemáticamente elaborada. Es, en suma, un sin- frontera más acá de la cual se puede simpatizar
cero, aunque falso, sistema de filosofía que se ha con el mito; más allá de la cual hay que situarse
desarrollado en el espíritu humano, por un procedi- para estudiarlo. Tenemos la gran fortuna de vivir
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En tanto que supervivencia, en tanto que racio-
cerca de esta línea fronteriza y la podemos pasar nalidades muertas, las culturas primitivas se eli-
y traspasar a nuestra voluntad" (1) (Tylor). minan teóricamente en el análisis. Debe abolirse
En un sentido estricto sólo es "racional" la teo- prácticamente, realmente en la vida efectiva. Ellas
ría antropológica de la cultura primitiva y no la deben ser eliminadas y eso, nos dice Tylor, "a cau-
cultura primitiva misma. La racionalidad de esta sa de su relación con las fases inferiores de la his-
última no es sino una racionalidad conferida, y toria intelectual del mundo". Se comprende enton-
nunca por sí. La ciencia se ha hecho posible gra- ces que pueda hablar de "la influencia que la
cias a esta separación entre lo que el mito dice y etnografía ejerce sobre las condiciones intelectua-
lo que es. Pero para hablar con rigor, "el mito no les de las sociedades modernas": es una discipli-
sabe nada. De alguna manera, la racionalidad de na crítica, una suerte de barandilla de la civiliza-
la cultura indígena se disuelve en la práctica ra- ción "científica", elemento importante en la em-
cionalizante de la antropología, que se sitúa en el presa positivista de reducción de toda realidad
interior de la concepción positivista de la ciencia social a lo que se cree que es la racionalidad cien-
como único tipo de saber. Y en el momento mis- tífica.
mo en que ésta comprende el mito, destruye el Reducción no solamente teórica, sino práctica:
sentido inmediato, "vivido", que creía poseer y lo una vez "comprendida" por el análisis, la cultura
pone ante ella como objeto pasivo e inerte que no estudiada debe desaparecer. He aquí el "lenguaje
se comprende a sí mismo, y sufre el asalto victo- franco" de un ideólogo de segunda fila, pero bas-
rioso del análisis. La religión, el mito, la "meta- tante característico de la época (1): En toda so-
física", que constituyen la cultura primitiva son a ciedad existe el elemento costumbrista, el elemen-
la vez negadas y conservadas por la teoría: Por to de los hábitos y de las tradiciones, de la técni-
ello Tylor, al tiempo que intenta comprender las ca de adaptación al medio; sería posible, quizá,
prácticas primitivas, no deja de considerarlas co- emplear para este elemento un término particular,
mo la cima de la aberración y del absurdo. el de cultura, por ejemplo... Este elemento asimi-
la por completo las sociedades humanas a las so-
Así la antropología preclásica, arrancando de ciedades de los animales inferiores; no solamen-
la homogeneidad de la historia y de la unidad del te las cercanas al hombre por el tipo morfológi-
hombre, concluyó, por su concepción limitada y co, sino a aquellas de un tipo totalmente diferente,
etnocéntrica del saber; por establecer una ruptu- como los invertebrados; este elemento se opo-
ra entre cultura indígena (comprendiendo en ella ne al progreso y tiende a inmovilizar toda forma
las supervivencias "precientíficas" de la cultura social. Es el elemento antropológico de toda ci-
occidental) y saber científico, del que la nueva an- vilización, el residuo del pasado de la sociedad..."
tropología es una rama esencial. De donde nace la necesidad de una intervención
(1) Primer bosquejo de ]a dialéctica del «fuera» y
del adentros que encontraremos más tarde- en ,Mali-
nowski y1 en Lévi-Strauss cuando describan las condi- (1) Lavrov, L'Idée du progrés dans l'anthropologie, 1873.
ciones del análisis antropológico.
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de la civilización, "transformando las sociedades miento, se asociaba la propaganda del Dios ver-
costumbristas en el sentido de la verdad científica dadero y "como contrapartida" la conquista del
y de la justicia", pues "la religión dogmática no oro. En el siglo XIX, se asocia la aportación de la
podía servir de intermediaria al progreso hasta el civilización y, "como contrapartida", la valoración
advenimiento de la ciencia. La crítica científica no de los "recursos inexplotados". De todas formas
admite creencias al lado de ella en las esferas en la colonización es ahora un problema de técnica
que se establece". y de ciencia. Los postulados se han visto empla-
Jacques Berque escribía en L'Orient second que zados a mayor altura. Una vez planteados, todo lo
la morfología y la tipología son los dos polos ma- demás se encadena. "Pretender que hay tribus sal-
yores de la reducción occidental de las otras cul- vajes —nos dice Tylor— a las que una civilización
turas. Estas caracterizan en todo caso admirable- sensata no llegaría a elevar por encima de su condi-
mente el reduccionismo evolucionista de la época. ción, es una afirmación que ningún moralista podría
Una cierta reducción de la diversidad a la unidad, sostener; de otra parte, del conjunto de los testi-
del saber a la ciencia. monios se desprende que el hombre civilizado es
en todo no solamente más juicioso y más hábil que
La colonización "científica". el salvaje, sino también mejor y más dichoso." Es
inútil epilogar sobre el derrumbamiento de la ideo-
La determinación de las características del co- logía del buen salvaje y sobre las críticas actuales,
lonialismo moderno es evidentemente un problema de la superioridad "en todo" de la sociedad civili-
complejo, incluso al nivel de las "ínfraesfructuras". zada o industrial. Continuemos el razonamiento.
¿Data del Renacimiento el momento en que co- Si la mayor parte de las sociedades cuentan con
mienza la "acumulación primitiva" del capital oc- costumbres que no son más que "supervivencias",
cidental y la voluntad de encontrar mercados pre- la sociedad salvaje en su conjunto presenta rnás
vios en el "tercer mundo"? (Rosa Luxemburgo). ampliamente todas las apariencias de una super-
¿Se remonta "solamente" a la fase imperialista del vivencia hoy por completo aberrante e inaceptable;
capitalismo industrial y financiero de fin del si- de un fragmento del pasado acarreado por la his-
glo XIX al no ser, en suma, las colonizaciones del toría. Los salvajes son "nuestros antepasados con-
XVI al XVIII, sino unos "precolonialismos"? (Lenin). temporáneos". Pero la reducción práctica de esta
Es concebible que se pueda dudar en abordar de diversidad calificada de inferioridad se hará sin
frente tal problema. Nosotros trataremos solamen- "daños". Del mismo modo que la teoría abolía y
te de analizar aquí la especificidad del colonialis- conservaba la cultura primitiva, el paso a la vida
mo contemporáneo (fin del siglo XIX) tal como se civilizada anula y conserva lo que hay de "positi-
presenta en su propia ideología. vo" en la vida primitiva: esta última es abolida en
la destrucción por la colonización de todas las
Como sucede aún frecuentemente en nuestros prácticas "aberrantes"; conservada en la medida
días la ideología del colonialismo es un mesianis- en que la sociedad colonizadora ha pasado por los
mo moralizante y "cientifizante". En el Renaci-
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mismos estadios que la sociedad colonizada y se túan de hecho hace largo tiempo, porque es raro
presenta como su verdad constituyéndola como que estos "elementos" sean puestos en duda. In-
uno de sus momentos pasados. La colonización versamente, la ciencia antropológica provee al co-
contemporánea es la práctica de una sociedad que lonialismo de una coartada de primer orden. Si el
conserva, que es la verdad histórica. colonialismo es violencia, destrucción, es violencia
Tal es el sentido que parece tomar la tesis de "racional", esto es, legítima y necesaria. Si la his-
la unidad del hombre cuando arroja por la borda toria ha conocido todo tipo de "colonizaciones",
las diferencias con excesivo apresuramiento. ¿No (fenicia, griega, etc.), la especificidad de la colo-
es acaso la teoría victoriana la primera tentativa nización contemporánea no es exactamente el he-
sistemática para superar el etnocentrismo inme- cho de una sociedad que se cree superior, sino el
diato que caracteriza toda sociedad humana? Es hecho de una sociedad que cree fundamentar su
posible. En todo caso, esto no ha roto el marco superioridad en la ciencia, y especialmente la cien-
cultural propio de la sociedad occidental. El con- cia social. El célebre teórico del imperialismo fran-
tenido etnocéntrico ha ahogado desde el principio cés de finales del siglo XIX, Leroi-Beaulieu, preten-
la pretensión relativista. de estudiar en su libro De la Colonisation chez les
En todo ello han jugado más decisivamente su peuples modernes no el aspecto "estético y heroi-
papel la ideología o la sistemática evoIucionista co de la colonización, sino su aspecto de "hecho
que la antropología stricto sensu, en el modo experimental"; de ahí la movilización de to-
contemporáneo de investigación sobre el terreno y dos los recursos de la historia, de la sociología,
descripción monográfica. ¿Dónde se sitúa la an- de la demografía, de la economía política, etc.
tropología?
En efecto, si en todos los tiempos se ha colo-
Como la colonización "científica", es una prác- nizado, sólo en nuestros días se estudian científi-
tica nueva, y no adquiere todo su sentido sino en camente los pueblos que se colonizan y se colo-
el interior de la "colonización científica". Tiene por niza científicamente. Los breves párrafos de César
objeto o bien la descripción de las condiciones in- sobre los salvajes de las Galias o de Tácito sobre
dígenas de existencia anteriores a la colonización, los de Germania eran muy insuficientes. ¿Qué su-
que deben ser descritas antes de ser destruidas, o ponen frente a las nuevas ciencias "arqueológicas",
bien la descripción de las condiciones de existen- "etnográficas", "antropológicas"?. "El estudio de
cia indígenas creadas por la colonización (que- la vida salvaje tiene una importancia muy particu-
dando constituido entonces su campo por el "cam- lar para nosotros los ingléses ciudadanos de un
bio social" y la "aculturación"). gran imperio que posee, en todos los rincones del
Hemos; visto el derecho y el deber que tiene Eu- mundo, colonias cuyos habitantes indígenas pre-
ropa de "abrir África a la civilización", al "comer- sentan todos los grados, de civilización", nos dice
cio internacional" (de hecho al europeo), etc. Es, el antropólogo Lubbock, quien cita en seguida a
pues, en el interior de esos elementos donde de- uno de sus colegas que trabaja "sobre el terreno",
ben situarse los estudios antropológicos y se si- Hunter: "Hemos estudiado las poblaciones de las
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tierras bajas como ningún conquistador ha estudia- historia. En esta época, el análisis histórico, el aná-
do o comprendido jamás a una raza conquistada. lisis sociológico, el análisis mitológico y el análisis
Conocemos su historia, sus costumbres, sus nece- propiamente antropológico no están todavía muy
sidades, sus debilidades, incluso sus prejuicios; es- diferenciados unos de otros. En particular es sola-
te conocimiento íntimo nos facilita la base de esas mente con ocasión de las primeras investigaciones
indicaciones políticas que, bajo el título de previ- sobre el terreno como la antropología se constitui-
sión administrativa, de reformas en su momento, rá en tanto que práctica autónoma. Tal práctica pre-
dan satisfacción a la opinión pública." supone el colonialismo contemporáneo, pero ve-
Lujo y elegancia de la colonización, la antropo- remos cómo, mediante un cierto distanciamiento y
logía podría, pues, por otra parte, consagrarse a ta- una onda de retorno, dará lugar a una transforma-
reas más concretas mediante las cuales será una ción relativa de la ideología colonial'.
"antropología aplicada" o "práctica" poniendo to- ¿Qué era, pues, el "espíritu victoriano"? ¿En qué
dos sus recursos al servicio de las "poblaciones" consistía la "visión imperial" del mundo por las me-
(si bien la referencia a la "opinión pública" haga trópolis? Es evidente que en la constitución de es-
pensar considerablemente en un oportunismo para ta visión, la antropología o las nuevas "ciencias so-
uso metropolitano). En todo caso, el momento de ciales" no han jugado otro papel que el de toda su-
la "certeza en sí" de Occidente es también el de perestructura. Pero en todo caso no únicamente el
la certeza en sí de la práctica antropológica con simple papel de justificación de la expansión eco-
"buena conciencia etnográfica". nómica occidental. El colonialismo no es sólo ex-
pansión y dominación económica, sino también do-
Exotismo, colonialismo y antropología minación y etnocentrismo culturales. El colonialis-
mo supone la creencia en una sola cultura; y por
Resumamos los análisis precedentes. Hemos tra- consiguiente la transformación del expansionismo
tado de definir algunas de las características del sa- occidental en coloniaiismo supone de alguna mane-
ber antropológico de la segunda parte del si- ra la constitución de las "ciencias sociales". Como
glo XIX y más generalmente de la ideología domi- dice Jacques Berque, uno de Ios que han compren-
nante en que se situaba, y que la diferenciaba, dido quizá mejor las potencialidades de la descolo-
por ejemplo, de la antropología implícita de las nización y por consiguiente la naturaleza del colo-
Luces o de la antropología clásica de 1930. La iden- nialismo moribundo: "El imperialismo imponía al
tificación de los "exploradores" y de los "antro- mundo una forma de conciencia al mismo tiempo
pólogos de gabinete" con la "civilización" victo- que una forma de gestión" (1).
nana ya no es, a partir de entonces, el fruto de un A la visión imperial está ligada la negativa a re-
etnocentrismo ingenuo, sino el aspecto psicológi- conocer a las sociedades no occidentales una in-
co de una situación ideológica en que el análisis terioridad real, una interioridad que no sea perci-
pretende disolver la diversidad como despliegue a
tirones, contrariado a veces, pero unilineal de la (1) Dépossession du Monde.
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