Diego de la Gloria fue un cantaor gitano de Mairena del Alcor conocido por su arte flamenco. Nació en 1903 y murió en 1971. Dedicó su vida a los demás, enseñando baile a las jóvenes y animando las tabernas con su canto y baile. Formó un dúo famoso con Curro Mairena y ayudaba a Antonio Mairena componiendo letras para sus saetas durante la Semana Santa. Era conocido por su generosidad, compartiendo la comida que conseguía con familias más necesitadas.
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Diego de la Gloria fue un cantaor gitano de Mairena del Alcor conocido por su arte flamenco. Nació en 1903 y murió en 1971. Dedicó su vida a los demás, enseñando baile a las jóvenes y animando las tabernas con su canto y baile. Formó un dúo famoso con Curro Mairena y ayudaba a Antonio Mairena componiendo letras para sus saetas durante la Semana Santa. Era conocido por su generosidad, compartiendo la comida que conseguía con familias más necesitadas.
Diego de la Gloria fue un cantaor gitano de Mairena del Alcor conocido por su arte flamenco. Nació en 1903 y murió en 1971. Dedicó su vida a los demás, enseñando baile a las jóvenes y animando las tabernas con su canto y baile. Formó un dúo famoso con Curro Mairena y ayudaba a Antonio Mairena componiendo letras para sus saetas durante la Semana Santa. Era conocido por su generosidad, compartiendo la comida que conseguía con familias más necesitadas.
Diego de la Gloria fue un cantaor gitano de Mairena del Alcor conocido por su arte flamenco. Nació en 1903 y murió en 1971. Dedicó su vida a los demás, enseñando baile a las jóvenes y animando las tabernas con su canto y baile. Formó un dúo famoso con Curro Mairena y ayudaba a Antonio Mairena componiendo letras para sus saetas durante la Semana Santa. Era conocido por su generosidad, compartiendo la comida que conseguía con familias más necesitadas.
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DIEGO CRUZ SERRANO, cantaor gitano, más conocido en la historia
del arte del cante flamenco con el nombre artístico de DIEGO DE LA
GLORIA, nació en Mairena del Alcor (Sevilla) el día 12 de diciembre del año de 1903 y murió en Sevilla el 27 de diciembre de 1971, aunque sus restos fueron trasladados por la Casa del Arte Flamenco "Antonio Mairena" al Cementerio San José de Mairena del Alcor el 26 de diciembre de 1983, curioso que el mes de la gloria "el Nacimiento del Hijo de Dios", diciembre, esté presente en estos momentos puntuales: nacimiento y muerte de Diego el de la Gloria, un gitano que siempre quiso el pueblo de Mairena y que vivió haciendo el bien. Este gitano artista, poeta, animador, rumbero, hombre de tabernas y tasca, honrado hasta dejárselo de sobra, su vida la dedicó siempre a los demás, fue zapatero en sus años mozos, soltero y sin compromiso, daba sus “pataítas” y enseñó a bailar a las jóvenes maireneras de principios del siglo XX que por aquel tiempo no había academias ni nada que se le pareciese. Formó dúo cantaor con el inolvidable Curro Mairena, Diego y Curro, Curro y Diego. Antonio se le veía la muela del juicio contemplando a su hermano Curro y a su primo Diego. Diego por estos andurriales, fue de los primeros que hicieron la rumba que tan famoso haría al utrerano Miguel Vargas Jiménez “Bambino”. Además las letras las componía a la vez que cantaba y bailaba, no las tenía preparadas ni ensayadas de antemano, tanto es así a veces los asiduos lo rectificaban porque había cambiado la letra, esto era no por capricho, más bien por olvido pues Diego de la Gloria, era un poeta y como tal se comportaba. Por aquellos años cincuenta, sesenta, Diego se hizo tan popular en Mairena y en sus fiestas, fiestas que casi siempre participaban la Casa de los Mairena, que era indiscutible su presencia y su primo Antonio que entonces vivía en Sevilla, cuando llegaba a Mairena fuera la hora que fuese, mandaba a alguien a la “fonda” (casa de vecinos de una habitación por familia) de la calle “Mensones” (Mesones) a llamar a Diego, no se hallaba sin él.
Recuerdo una anécdota que te pone el bello de punta y que la vivieron
las gentes de la Plaza de Abasto de aquellos años: Diego se levantaba por la mañana y tras su primera visita para tomarse el primer café en casa de su primo Juan Cruz García, cogía la cestita y con ella al brazo se dirigía a “hacer la plaza”, no con poco dinero, sino sin ninguno, y tras darse unas vueltecitas las hortelanas le daban unos pimientitos, unos tomates, en definitiva las verduras que llevaban varios días sin venderse, y lo mismo hacían las carniceras o algunos pescaderos, sin olvidar la "cuartelá" (en las Plazas de Abastos: pequeño local usado para vendedores) de "Manolito Mericana", que hacía el café en un vaso de lata y agua caliente, lo capaba con una tapadera al efecto, le ponía la mano encima y salía un cafelito, las tripas de Diego iban calentita y la cesta llena, y esto ocurría cada vez que entraba en la plaza. Hasta aquí todo normal, pero nuestro Diego, que era bueno, bueno, bueno, antes de llegar a su cuartucho, no le quedaba nada en su cestita, lo había dado a otras familias que tenían menos que él que ya es decir, se ponía otra vez en camino y a buscarse la vida de nuevo. Maravillosa muestra de amor fraterno, de caridad cristiana.
Antonio y Curro Mairena sobre todo, lo querían tanto, fue tanta su
unión, que siempre estuvieron juntos, tanto es así que llegada la Semana Santa se veía a Antonio Mairena en un balcón y a su primo Diego de la Gloria junto a él, y tiene su explicación, pues Antonio el más largo en cantes y por supuesto en sus letras, salía por saetas y a veces tenía que pensar en la siguiente estrofa, la siguiente letra, por ello Diego inmediatamente se la susurraba al oído y ya Antonio hacía la delicias de cuantos embobados escuchábamos su cante, todo un detalle y mucho conocimiento, Diego (me repito), que estuvo a lo largo de su vida en muchísimas fiesta nunca lo vieron en mal estado, siempre mantuvo su sitio, de ahí la tranquilidad de los suyos. Fue zapatero (como queda dicho), y camarero ocasional, pues cuando su primo Antonio lo llamaba dejaba lo que fuera y se iba con él,