Aníbal Quijano y Mariátegui
Aníbal Quijano y Mariátegui
Aníbal Quijano y Mariátegui
Síntesis: Aníbal Quijano es uno de los intelectuales peruanos más reconocidos en América
Latina. En 1978 escribe un prólogo para los 7 Ensayos, publicado en 1979 por la biblioteca
Ayacucho de Venezuela. Eran tiempos convulsionados en el Perú por las luchas sociales,
inmerso en lo cual Quijano con una vertiente de intelectuales pretende crear una
organización política, el Movimiento Revolucionario Socialista (MRS), contando con un
medio de difusión ideológica doctrinaria, la revista Sociedad y Política del que fue su
director. En ese contexto, para cohesionarse ideológicamente, se debe tomar distancias del
reformismo (nacionalismo) burgués de los militares, del Apra, del estalinismo, del
maoísmo, del trotskismo y sobre Mariátegui, había que delimitar su legado revolucionario.
Apremiado por esto, mirando con desdén de docto -al igual que la mayoría de la
intelectualidad académica de América Latina- la obra de un autodidacta, Quijano se estrella
en una mole de granito de la que no puede descifrar su contenido. No obstante sindicarlo
como el "más grande marxista de América", no comprende la concepción marxista de
Mariátegui, distorsiona su interpretación del carácter de la sociedad peruana y tampoco
acierta en precisar sus relaciones con Haya de la Torre y el Apra y con la Tercera
Internacional.
Preambulo
Mariátegui muerte el 16 de abril de 1930 polemizando con Víctor Raúl Haya de la Torre
(1895-1979) y con la Tercera Internacional estalinista.
En la década del treinta el estalinismo se impuso como misión para América Latina,
liquidar al trotskismo, al luxemburguismo, al aprismo y al mariateguismo, siendo la
consigna para lo último: ¡Acabar con el amautismo! El mariateguismo era definido como
"una confusión de ideas procedentes de las más diversas fuentes. No hay casi tendencia
que no esté representada en él1...".
El marxismo de Mariategui
Dialéctica revolucionaria.- No faltan quienes dicen que en Mariátegui se puede encontrar
agua para diferentes molinos, es decir, para diferentes vertientes, incluso ajenas al
marxismo, pero esto es falso, porque en cuestiones centrales como el carácter de la
sociedad peruana, en la estrategia revolucionaria, en su rechazo a divinidades celestiales
(Dios), no debería existir discusión, porque existe claridad en el conjunto de sus textos. En
cuanto al trasfondo epistemológico filosófico del marxismo que profesa, la terminología
que emplea ha creado confusión, pero una lectura atenta, sin prejuicios, nos descubre a un
pensador coherente, que con mística y pasión "mete su sangre a sus ideas".
En su escrito ya mencionado (Prólogo a los 7 Ensayos del año 1979) Aníbal Quijano pone
en duda el marxismo de Mariátegui, criticándolo por supuestamente reducirlo a un simple
canon de interpretación, para lo que se apoya básicamente en "Defensa del marxismo", en
particular el capítulo IV: "La filosofía moderna y el marxismo", uno de los textos que más a
confundido a los que ponen en tela de juicio el pensamiento marxista de Mariátegui, pero a
la vez allí se encuentra la concepción (marxista) de Mariátegui que desmiente a esos
críticos.
Quijano comenta: "No se plantea, pues, el aparato epistemológico que funda ese "método
de interpretación histórica", ni parece distinguir que, además de método, y de
interpretación, el marxismo es una teoría de la sociedad, es decir, con la capacidad de dar
cuenta de las leyes que mueven la sociedad y de los elementos que concurren a la
constitución de esas leyes, y de donde nace su poder explicativo y de interpretación".
La dialéctica materialista según Quijano, es excluido por Mariátegui, "para ser reemplazada
por otro, materialismo y valores espirituales, un problema ético-metafísico".
En otra cita que hace Quijano del mismo texto, Mariátegui dice: "Vitalismo, activismo,
pragmatismo, relativismo, ninguna de estas corrientes filosóficas, en lo que podían aportar
a la revolución, han quedado al margen del movimiento intelectual marxista. William
James no es ajeno a la teoría de los mitos sociales de Sorel, tan señaladamente influida, de
otra parte, por Wilfredo Pareto". Debemos advertir que Quijano a omitido la continuidad
del párrafo, donde Mariátegui argumenta: "Y la revolución rusa, en Lenin, Trotsky y otros,
ha producido un tipo de hombre pensante y operante, que debía dar algo que pensar a
ciertos filósofos baratos lleno de todos los prejuicios y supersticiones, de que se imaginan
purgados e inmunes". (Como continuidad, en el siguiente párrafo, Mariátegui elogia a
Lenin, Trotsky, Lunatchersky, y en particular a Rosa Luxemburgo). Los líderes rusos para
Mariátegui representan, con el ejemplo práctico de una revolución, la continuidad del
marxismo, o en otras palabras, en la dialéctica de la revolución.
Quijano no se ha detenido en observar que en el texto del cual extrae las citas para legitimar
su interpretación (La filosofía moderna y el marxismo), Mariátegui, comienza señalando las
tres fuentes principales del marxismo: economía inglesa, socialismo francés y filosofía
clásica alemana (dialéctica hegeliana), por lo que Kant y Hegel "anteceden y originan a
Marx".
Párrafos después, Mariátegui afirma: "La suerte de las teorías científicas o filosóficas que
él (Marx) usó, superándolas y trascendiéndolas, como elementos de su trabajo teórico, no
compromete en lo absoluto la validez y la vigencia de su idea. Esta es radicalmente
extraña a la mudable fortuna de las ideas científicas y filosóficas que la acompañan o
anteceden inmediatamente en el tiempo".
La sugerencia es que los proseguidores del marxismo usan el método dialéctico de Marx
para interpretar y asimilar lo nuevo que surge en el devenir, sin comprometer su concepción
del mundo. Esto se expresa en los líderes de la revolución rusa que con el ejemplo práctico
de una revolución han demostrado la vigencia y continuidad del marxismo, pensando y
actuando de acuerdo a la realidad concreta porque Marx no es ninguna pitonisa.
Como concepción del mundo, como filosofía, en lo que abarca su campo de acción, el
hombre y su proyección en el universo, el marxismo es autosuficiente en la forma de
interpretar los acontecimientos y a través de ellos enriquecerse para transformar la
sociedad, pero es imposible abarcarlo todo, menos abstraerlo en una sóla teoría. Además,
en tanto el proceso del devenir humano no está trazado de antemano, surgen a menudo,
escribió Mariátegui, elementos o fenómenos imprevistos. En tal sentido en la nota
preliminar a la "Escena Contemporánea" (1925) escribió: "Pienso que no es posible
aprehender en una teoría el entero panorama del mundo contemporáneo. Que no es
posible, sobre todo, fijar en una teoría su movimiento. Tenemos que explorarlo y conocerlo
episodio por episodio, faceta por faceta. Nuestro juicio y nuestra imaginación se sentirán
siempre en retardo respecto de la totalidad del fenómeno".
Esto quiere decir que el marxismo unas veces, en cuanto concepción del mundo expresado
en su método (dialéctico), puede trascender y superar descubrimientos de otras disciplinas y
concepciones del mudo incorporándolo a su lenguaje, a su cuerpo teórico; pero la mayoría
de veces sólo puede confluir con todo lo progresivo que coadyuve a la auto emancipación
humana, a la lucha por la libertad, en las diversas vertientes del devenir.
"El vocablo "ideología" de Marx es simplemente un nombre que sirve para designar las
deformaciones del pensamiento social y político producido por los móviles comprimidos".
Quijano ha pasado por alto lo anterior donde Mariátegui reivindica la teoría revolucionaria
de Marx y del marxismo diferente a la propuesta de Proudhon y Kropotkin que –según los
cánones anarquistas- privilegiando la acción desdeñaban de la teoría y de la organización
revolucionaria.
Ya muerto Mariátegui, en la década del treinta, Max Eastman se aparta del marxismo, pero
se mantuvo atento a los debates políticos mundiales. Entre otras cosas decía que Trotsky
por su falta de "sentido común" no ha podido desembarazarse de la dialéctica y perdió el
poder frente a Stalin. Trotsky7 respondió que el sentido común, "forma inferior de la
inteligencia, necesaria en cualquier condición",..., "formado con las conclusiones
elementales extraídas de la experiencia humana: no metáis el dedo al fuego, seguid de
preferencia la línea recta, no molestéis los perros rabiosos... etc., etc.", en un medio
estable es útil para cuidar enfermos, practicar el comercio, contraer matrimonio, formar un
sindicato, etc., pero para cuestiones más complejas, especialmente en tiempo de crisis, de
revoluciones y contrarrevoluciones se necesitan facultades más altas como la interpretación
dialéctica que Eastman es incapaz de comprender.
Henri de Man.- Al intento de Henri de Man de "espiritualizar" al marxismo para ponerlo al
día de acuerdo a los avances de las ciencias, la psicología y la "moderna" filosofía,
Mariátegui –al margen de la terminología utilizada que induce a muchos al equívoco-
resalta el carácter autosuficiente del marxismo como concepción del mundo y que los
problemas planteados por el filósofo belga no son nuevos, menos ajenos al marxismo, que
en su devenir se preocupa constantemente por los valores éticos y espirituales. Y
apoyándose en Croce (cuando éste reivindicaba las ideas de Marx), dice que la teoría de la
plusvalía, uno de los ejes centrales en que se fundamenta la propuesta marxista, tiene un
trasfondo de indignación y repudio a la opresión y explotación.
La crítica de Mariátegui es semejante a la que años después hiciera Antonio Gramsci, que
tildaba a Henri a De Man de "pedante", por presentar como "descubrimiento" cuestiones en
las que el marxismo siempre se ha ocupado: "En realidad, la filosofía de la praxis
(marxismo) ha trabajado en el terreno que De Man cree haber descubierto… El
"descubrimiento" de De Man es un lugar común y su refutación es una rumia de poco
sabor8".
Los valores éticos y morales que en la concepción idealista se presentan como eternos y
con "vida propia", en la concepción marxista son históricos, vale decir, surgen en el devenir
humano, sirviendo a intereses libertarios o reaccionarios. Términos como fe, religión,
mística, etc., que el cristianismo los presenta como una dádiva divina, ultraterrenal, en la
concepción marxista, en el "idealismo materialista", surgen de la acción humana en lucha
por un nuevo orden, por lo que la mística de los cristianos primigenios que intentaron
construir el paraíso bíblico en la tierra sin temor de ser devotados por leones se ha
encarnado en los movimientos revolucionarios modernos.
La agonía milenaria de Cristo se torna humana, terrenal, formando parte del "idealismo
materialista", porque sólo "agoniza el que combate", el que lucha, según la acepción que le
asigna Miguel de Unamuno y que Mariátegui hace suya10.
La biografía de Marx, de Lenin de Sorel, y sus continuadores, escribe Mariátegui: "no tiene
nada que envidiar, como belleza moral, como plena afirmación del poder del espíritu, a las
biografías de los héroes y ascetas que, en el pasado, obraron de acuerdo con una
concepción espiritualista o religiosa, en la acepción clásica de estas palabras11".
Mariátegui resalta el criterio del escritor liberal Piero Gobetti que entendía que los
verdaderos liberales si quieren llevar a la práctica sus ideales altruistas se vuelven
socialistas, y enalteciendo al socialismo que ha trascendido el dogma cristiano, Mariátegui
hace suyas las palabras de Gobetti: "…abandonado al dogma cristiano, nos hemos
encontrado más ricos de valores espirituales, más conscientes, más capaces de acción (…),
nuestra filosofía santifica los valores de la práctica".
Diego Meseguer recuerda que también el marxista italiano Antonio Gramsci "no temía
afirmar que una Rosa Luxemburgo o un Carlos Liebknecht "son más grandes que los más
grandes santos cristianos. El objetivo de su combate es concreto, humano... y, por eso, los
luchadores de la clase obrera son más grandes que los luchadores de Dios13a".
Quijano se equivoca cuando dice que Mariátegui reducía el marxismo a un simple canon de
interpretación, dejando de lado la dialéctica (filosofía) y se equivoca cuando afirma que
Mariátegui era religioso porque creía en Dios.
Marxismo "filtrado".- Cuando Meseguer dice que "Mariátegui se acercó al marxismo" por
mediación de Croce y Labriola, y que recibió un "marxismo filtrado a través de Sorel,
Gramsci, Clarté, los líderes rusos y aun autores no marxistas como A. Tilgher, P. Gobetti y
B. Croce", Quijano comenta que además del "marxismo filtrado" Mariátegui "conoció de
primera mano varias de las obras más importantes de Marx, Lenin, Kautsky, Hilferding,
Trotzky, Bujarin".
Nuestra objeción es al uso del término "marxismo filtrado" porque nadie puede formarse
sólo con las enseñanzas de los fundadores de determinada concepción del mundo. El
"filtro" comienza cuando uno nace, en el ambiente cotidiano familiar, en la religión, luego
en la escuela, en la formación profesional… En todo ese proceso se puede encontrar
promotores o críticos –ignorantes o sabios- en las más diversas concepciones del mundo
que va moldeando la mentalidad individual y colectiva. En el caso de Mariátegui, hasta su
juventud, el ambiente religioso, místico, conventual, del creyente en Dios del cristianismo
que se apiada de los humildes, marcó su futura trayectoria, en la que constantemente hace
referencia a la fe, a la mística, a la religiosidad, pero dentro de una nueva concepción que
trasciende y supera el sentido divino. Luego, todo el ambiente intelectual americano y
europeo, dentro del cual el ambiente peruano es decisivo para cohesionar su pensamiento
original dentro del marxismo del siglo veinte.
Volvamos a reiterar cuando Mariátegui resalta al escritor liberal Piero Gobetti que entendía
que los verdaderos liberales si quieren llevar a la práctica sus ideales altruistas se vuelven
socialistas, y enalteciendo al socialismo que ha trascendido el dogma cristiano, Gobetti
escribía: "…abandonando al dogma cristiano, nos hemos encontrado más ricos de valores
espirituales, más conscientes, más capaces de acción (…), nuestra filosofía santifica los
valores de la práctica17".
Para Mariátegui el socialismo, el marxismo, en ética, en moral, en mística, está por encima
de las religiones tradicionales que han envejecido. Por eso no duda en decir que Rosa
Luxemburgo "despertará la misma devoción y encontrará el mismo reconocimiento que
una Tereza de Avila. Espíritu más filosófico y moderno que toda la caterva pedante que la
ignora –activo y contemplativo, al mismo tiempo- puso en el poema trágico de su
existencia el heroísmo, la belleza, la agonía y el gozo, que no enseña ninguna escuela de la
sabiduría19". Y también hará suya la idea de Vasconcelos de que "el atormentado Marx
está más cerca de Cristo que el doctor de Aquino20"
Volvamos a mencionar a Diego Meseguer cuando escribe que con el mismo criterio de
Mariátegui, el marxista italiano Antonio Gramsci "no temía afirmar que una Rosa
Luxemburgo o un Carlos Liebknecht "son más grandes que los más grandes santos
cristianos. El objetivo de su combate es concreto, humano... y, por eso, los luchadores de
la clase obrera son más grandes que los luchadores de Dios21".
En una encuesta realizada por la periodista Angela Ramos22 Mariátegui dice que siendo
adolescente, su "actitud fue más literaria y estética que religiosa y política". Luego dice
que ha "madurado" y que en su camino ha "encontrado una fe", "Pero lo he encontrado
porque mi "alma había partido muy temprano en busca de Dios".
El devenir humano para Mariátegui es una constante realización de utopías promovidas por
la imaginación humana, que a su vez tiene sus "confines": "En todos los hombres, en los
más geniales, como en los más idiotas, se encuentra condicionada por circunstancias de
tiempo y espacio. El espíritu humano reacciona contra la realidad contingente. Pero
precisamente cuando reacciona contra la realidad es cuando tal vez depende más de ella.
Pugna por modificar lo que ve y lo que siente; no lo que ignora. Luego, son válidas
aquellas utopías que se podrían llamar realistas".
El mito que encarna en las multitudes no es arbitrario ni eterno, sino acorde a su espacio
tiempo, a su época. Por eso el mito de las antiguas religiones ha pasado, el mito del
fascismo que intenta resucitar las verdades del medievo es un fracaso, al igual que el mito
"racionalista" liberal burgués que ha "envejecido demasiado". El nuevo mito acorde al
devenir, que reivindica todo el legado progresivo de la humanidad, es la revolución social.
Fe, pasión, voluntad.- Contra la critica racionalista burguesa a la teoría y técnica de los
revolucionarios, Mariátegui escribió: "La fuerza de los revolucionarios no está en su
ciencia; está en su fe, en su pasión, en su voluntad24". Aquí Mariátegui no rechaza a la
ciencia. Solamente dice que la fuerza de los revolucionarios está en su fe, en su mito, en su
ideal, que no es arbitrario porque emerge de la vida. Y en una actitud voluntarista,
siguiendo a Sorel, recuerda las palabras de Renán, filósofo que entendía el sentido religioso
del socialismo: "A cada experiencia frustrada, recomienzan. No han encontrado la
solución: la encontrarán. Jamás les asalta la idea de que la solución no existe, he ahí su
fuerza".
Pero la fe, la pasión, la voluntad, al igual que los mitos y grandes ideales altruistas que
mueven a las muchedumbres, no son arbitrarios, porque surgen de las entrañas del devenir.
Es decir, el ser humano, el más activo de la naturaleza, deviene subvirtiendo su medio y
subvirtiéndose así mismo –para bien o para mal- por mediación de multiplicidad de
procesos y determinaciones a las que no puede escapar a pesar de la osadía de su acción y
de lo ilimitado de su imaginación y fantasía que Mariátegui reivindicó, señalando así
mismo sus límites. Un gran ideal para Mariátegui: "Es la realidad histórica presente. La
humanidad no persigue nunca quimeras insensatas ni inalcanzables; la humanidad corre
tras de aquellos ideales cuya realización presiente cercana, presiente madura y presiente
posible. Con la humanidad acontece lo mismo que con el individuo. El individuo no anhela
nunca una cosa absolutamente imposible. Anhela siempre una cosa relativamente posible…
Al niño que persigue a la mariposa puede ocurrirle que no la aprese, que no la coja jamás;
pero para que corra tras ella es indispensable que la crea o que la sienta relativamente a
su alcance. Si la mariposa va muy lejos, si su vuelo es muy rápido, el niño renuncia a su
imposible conquista. La misma es la actitud de la humanidad ante el ideal. Un ideal
caprichoso, una utopía imposible, por bella que sean, no conmueven nunca a las
muchedumbres25".
Es evidente que la fe, la pasión, la voluntad, están presentes en todas las epopeyas
libertarias. Hace algún tiempo, Anouar Abdel Malek comentaba las reflexiones de un ex
secretario de defensa de Estados Unidos, Robert Macnamara, que no entendía porqué la
primera potencia mundial fue derrotada por el pueblo de Vietnam: "Estudiamos lo más
precisamente posible todos los hechos, la densidad de la población, la economía, las
cosechas, las cifras, el kilometraje el porcentaje de muelles en los puertos, el clima, la vida
social de las poblaciones, las clases, las etnias, las religiones, todo se tomó en cuenta y
todo –es lo que él dice- fue transferido a la IBM para intentar ver qué sería necesario
emprender para dar cumplimiento a esto y dedujimos que a esta realidad X era
conveniente aplicar durante un tiempo Y una cantidad X de bombas, a tal densidad de
kilómetros cuadrados, y que al cabo de dieciocho meses las cosas habrían
terminado28(b)…" pero todo fue en vano. Su "ciencia" no pudo contra la fe y voluntad de
un pueblo.
La fe en los valores altruistas es intrínseca a la lucha por la libertad. Cuando Trotsky al ser
desterrado de Rusia promovía la creación de una nueva internacional de los trabajadores, se
vio asediado por el desaliento de algunos de sus seguidores, frente a lo cual dijo que un
revolucionario puede ser culto o ignorante, pero lo que jamás debe faltar es la fe en el
porvenir humano, que es capaz de mover montañas. Uno de sus discípulos, Yoffe, antes de
morir, dejó su mensaje de esperanza: "Hace más de treinta años que abracé la idea de que
la vida humana sólo tiene sentido en la medida en que se dedica al servicio del infinito, y
para nosotros el infinito es la humanidad. Trabajar con cualquier propósito finito -y todo
lo demás es finito- carece de sentido. Aun cuando la vida de la humanidad llegara a un
término, esto en todo caso sucedería en una época tan remota que nosotros podemos
considerar a la humanidad como el infinito absoluto. Si se cree, como creo yo, en el
progreso, puede suponerse que cuando llegue el momento de la desaparición de nuestro
planeta, la humanidad habrá encontrado mucho antes los medios de emigrar u
establecerse en otros planetas más jóvenes... Así, todo lo que se haya logrado en nuestro
tiempo para beneficio de la humanidad sobrevivirá de algún modo en las épocas futuras; y
en virtud de esto nuestra existencia adquiere el único sentido que puede poseer29".
Historia y antihistoria.- A diferencia de las demás especies cuyo devenir en diverso grado
se acomoda a su medio ambiente natural, el ser humano, el más activo de la naturaleza,
despliega su ser subvirtiendo a su medio ambiente y así mismo, gracias a su don creativo,
con instrumentos cada vez más complejos. Pero esta subversión adquiere carácter libertario
o conservador, dependiendo de si coadyuva a mejorar o a empeorar la existencia. En el
primer caso, mejorando la existencia, promueve la vida y por tanto la historia del hombre
en el planeta. En el segundo caso, empeorando la existencia, atenta contra la vida y por
tanto está contra la historia, lo cual significa que los intereses particulares, privados, de la
clase en torno a la cual se organiza la sociedad, han dejado de coincidir con los intereses
humanos, convirtiéndose en clase sin historia o al margen de la historia. Tan cierto es esto,
que conocemos clases sociales dominantes que han desaparecido, -entre ellas, autocracias,
esclavistas, aristocracia feudal, gamonales, oligarcas- porque sus intereses particulares se
convirtieron en obstáculo para vida humana.
Trotsky
Pugna Trotsky Stalin.- Sobre la pugna entre Trotsky y Stalin, Quijano dice que al inicio
Mariátegui defiende cautamente a Trotsky pero luego se pone de lado de Stalin. Este error
es porque no ha prestado atención a los textos de Mariátegui, sino, conforme lo menciona,
se ha prestado la opinión del escritor chileno Moretyc30.
Naville fue uno de los promotores del movimiento trotskista francés que en 1938 diera
nacimiento a la IV Internacional. André Breton también por esos años se unió al
movimiento trotskista.
Por la época en que Mariátegui polemiza con Haya de la Torre y el estalinismo, -entre 1928
hasta su muerte en abril de 1930-, la Oposición de Izquierda Internacional liderada por
Trotsky intentaba "reorientar" a los partidos comunistas y a la Tercera Internacional,
cuestión que no se logra, sino todo lo contrario, esas organizaciones se degeneran,
expulsando a los revolucionarios de sus filas, no quedándoles otra alternativa en la década
del treinta, que organizarse en forma independiente, dando nacimiento en 1938 a la IV
Internacional. Pero no todos los revolucionarios marxistas críticos del estalinismo –
incluyendo algunos seguidores de Trotsky- se adhirieron a ese proyecto, sea por creerlo
prematuro o por abrigar la esperanza de una regeneración y reorientación que nunca llegó.
El mérito de la Liga Obrera Socialista era su militancia de base limitada a Lima, raleada
pero activa, que mantuvo su prensa ("Comunismo" y luego "Prensa Obrera") entre las más
persistentes durante la dictadura militar.
Quijano, al igual que el amigo de Mariátegui, recoge la opinión de un cura de barrio –quise
decir, de la organización trotskista más escolástica y dogmatica- que crítica a Mariátegui,
para extenderlo al conjunto del trotskismo. Una actitud comparable al que atribuyera
criterios de algunos sacerdotes que hacen caso omiso al celibato, al conjunto de sacerdotes
católicos, incluyendo al Papa de Roma. La única explicación para esto, es de que Quijano
era dirigente de una pequeña agrupación política, más pequeña que la Liga Obrera,
denominado: "Movimiento revolucionario Socialista" (MRS), que hacía causa común con
el Partido Revolucionario de los Trabajadores en ese entonces liderado por Hugo Blanco.
Quijano quería diferenciarse del PRT y del trotskismo. Se unía a los trotskistas del PRT
para ganar adeptos35. Para él, el trotskismo es "la versión de extrema izquierda de la
misma alternativa histórica de poder que dio lugar al despotismo burocrático staliniano".
Hay gentes que por ignorancia echan en el mismo costal a Stalin, Trotsky y a todos los
"socialismos", y hay gentes "cultas" –que venden su alma, quiero decir su pluma, a la
burguesía- que por mala fe, hacen lo mismo, con el claro propósito de desprestigiar al
marxismo. Quijano lo hace por motivos proselitistas intentando ganar adeptos, ya que para
él el trotskismo (a su criterio, "primos enemigos del estalinismo") constituyen en puente al
socialismo.
La principal crítica de Justo, es de que Mariátegui fue ultra izquierdista que no tuvo en
cuenta la lucha por la liberación nacional, para lo cual se basa en textos de una agrupación
trotskista argentina en donde se decía (en abril de 1940): "Ya no hay más burguesías
revolucionarias como lo demuestran los ejemplos de China y España. José Carlos
Mariátegui, el gran marxista americano, hizo notar acertadamente esta diferencia
existente entre Argentina y los demás estados americanos. El radicalismo y la oligarquía
son cómplices por igual del capital financiero internacional. La liberación no tiene nada
que ver con nuestro movimiento. ¡Por la lucha de clases! ¡Por la revolución socialista! La
IV internacional no admite ninguna consigna de "liberación nacional" que tienda a
subordinar el proletariado a las clases dominantes y, por el contrario, asegura que el
primer paso de la liberación proletaria es la lucha contra las mismas".
Quijano cargó una de las peores aberraciones que hizo suyo una vertiente de trotskistas en
América Latina: el criterio de catalogar Indoamérica de capitalista desde la conquista
porque existe acumulación de capital y compraventa de mercancías, dejando de lado las
relaciones entre clases que es el sustento de todo modo de producción. No sabemos la
génesis de esta teoría contraria al legado creador de Marx, de Lenin, de Trotsky, de Rosa
Luxemburgo, etc. Cuando en Rusia algunos historiadores negaban la existencia de
feudalismo en ese país, Trotsky dijo que existió, y "los elementos fundamentales del
feudalismo ruso eran los mismos de los del Occidente39b…" Formalmente fue abolido en
1861, pero subsistieron –incluso en su forma política con el zarismo- para gravitar sobre el
conjunto por lo que una de las principales reivindicaciones en la revolución de 1917 fue
tierra para los campesinos.
Si se cataloga el mundo entero de capitalista desde la formación del sistema mundial, con lo
cual –si el capitalismo (como relación social) lo domina todo-, se resta validez dentro de las
desigualdades, combinaciones y coexistencia de las más heterogéneas formas de
explotación del trabajo y de vida, a las formas precapitalistas que por su autonomía relativa
dentro del sistema pueden gravitar sobre el conjunto.
En una Carta43 de Antonio Gramsci a Togliati, Terracini y otros (dirigentes del Partido
Comunista italiano), fechado en Viena, 9 de febrero de 1924 se dice: Antes de 1917,
Trotsky "estaba políticamente más a la izquierda de los bolcheviques, mientras que en las
cuestiones de organización a menudo hacía bloque y hasta se confundía con los
mencheviques. Es sabido que ya en 1905 Trotsky juzgaba que en Rusia podía verificarse
una revolución socialista obrera, mientras que los bolcheviques intentaban sólo establecer
una dictadura política del proletariado aliado a los campesinos, la cual sirviera de
envoltorio al desarrollo del capitalismo, que no debía ser golpeado en su estructura
económica. Es conocido también que en noviembre de 1917, mientras que Lenin con la
mayoría del partido había pasado a la concepción de Trotsky e intentaba controlar no sólo
el gobierno político sino el gobierno industrial, Zinoviev y Kamenev se habían quedado en
la opinión tradicional del partido ..."
En su concepción sobre el arte, Mariátegui fue fiel al análisis marxista, postulando que el
arte tiene sus propias reglas y métodos, y que, cuanto más lograda sea una obra desde la
perspectiva artística, más puede contribuir a la emancipación de la humanidad de toda
forma de explotación y opresión, incluso al margen de lo que quisieran los creadores.
Por ser una interpretación estrictamente sobre literatura, los valores signos de determinado
periodo literario no necesariamente tienen relación con los periodos de dominación política
(colonialismo español y luego república), tampoco con los periodos de dominación
económica que en la época republicana sigue siendo colonial y el desenvolvimiento
capitalista –de acuerdo con Mariátegui (y Haya de la Torre)- en tanto es impulsado por
intereses imperialistas, a mayor avance capitalista, mayor colonialismo, mayor opresión.
Si bien es cierto que en el Perú la literatura nacional, en forma orgánica, surge en el siglo
veinte, Mariátegui menciona a valores signos de la literatura nacional en la época de
dominio español, como los casos del Inca Gracilazo de la Vega y Mariano Melgar (a lo que
se pueden agregar otros nombres como Guamán Poma de Ayala), y menciona a valores
signos de la literatura colonial en pleno siglo veinte, en la "república independiente", como
el caso emblemático de uno de las máximos representantes del modernismo en América:
José Santos Chocano.
Cuando a mediados de siglo surgen los primeros partidos orgánicos de la burguesía (la
Democracia Cristiana y Acción Popular), tuvieron que utilizar palabrería "izquierdizante"
para lograr aceptación en los sectores de avanzada nacional popular.
Marx, refiriéndose a Alemania de mediados del siglo diecinueve, decía que no ha alcanzado
como otros pueblos entrar a la vida moderna, por su desarrollo capitalista incipiente que
coexiste con el régimen medieval y otros lastres del pasado. "Lo mismo que en el Panteón
romano se encontraban los dioses de todas las naciones, en el Sacro Imperio Romano-
Germánico se encontrarán los pecados de todas las formas de Estado". Los reyes, los
príncipes, los representantes de las capas medias o de la burguesía, enfrentados entre sí, no
representan el interés general, por lo que la solución a los problemas recae en una nueva
clase: la obrera, en una revolución radical contra toda forma de explotación y
opresión47(a). Y en el Prólogo a la primera edición de El Capital (25 de julio de 1867),
escribió refiriéndose sobre todo a Alemania: a diferencia de Inglaterra "nuestro país como
el resto de occidente de la Europa continental, no sólo padece los males que entraña el
desarrollo de la producción capitalista, sino también lo que supone su falta de desarrollo.
Junto a las miserias modernas, nos agobia toda una serie de miserias heredadas, fruto de
la supervivencia de tipos de producción antiquísimos y ya caducos, con todo su séquito de
relaciones políticas y sociales anacrónicas. No sólo nos atormentan los vivos, sino también
los muertos".
Marx, conjuntamente a Engels en 1882 escribieron –en el Prefacio para la edición rusa del
Manifiesto Comunista- que las comunas rurales rusas podrían ser palancas para el inicio de
la revolución socialista si se complementan son la revolución europea y mundial. Engels lo
repite en 1890 –en el Prefacio para la edición alemana- advirtiendo la simultaneidad de las
diversas fases del devenir que en un solo medio histórico llegan a concentrar todas las
contradicciones: "Allí donde la situación es tan tensa, donde los elementos revolucionarios
se han juntado a tal grado, donde la situación económica de la inmensa masa de la
población se vuelve día a día más insoportable, donde todas las fases del desarrollo están
representadas, desde la comunidad primitiva hasta la gran industria moderna y la alta
finanza, y donde todas estas contradicciones las mantiene unidas un despotismo sin par, un
despotismo que se hace cada vez menos tolerable para una juventud que reúne en sí la
intelectualidad y la dignidad nacionales una vez iniciado el 1789, no se hará esperar el
179347(b)".
Lenin en su obra "El desarrollo del capitalismo en Rusia" (1899), ya hacía mención a
diversas fases del devenir y a la alta concentración del capital en ese país, pero no logró
valorizarlo en todo rigor por lo que a inicios de siglo no pudo desentrañar las
contradicciones entre las clases sociales que se proyecten al socialismo como lo hizo
Trotsky. Por esa época la perspectiva política de Lenin era una revolución burguesa
promovido por un gobierno democrático de obreros y campesinos para que desarrolle el
capitalismo creando las bases para un ulterior proceso socialista. Posteriormente en "El
imperialismo, fase superior del capitalismo" (1916), Lenin con mayor claridad describe un
sistema mundial donde un puñado de potencias domina al resto del planeta, en el cual la
riqueza y pobreza de los países forman una totalidad inmersas en combinaciones y
desigualdades con las relaciones más diversas en la explotación del trabajo.
Rosa Luxemburgo en su obra "La acumulación del capital" (1913), señalaba que la
acumulación de capital tiene dos fuentes interrelacionadas: la capitalista, basada en el
régimen salarial, sobre todo en Europa, y las relaciones precapitalistas –esclavistas,
feudales, comunales, etc.-, sobre todo en el mundo colonial, donde se extrema la violencia.
Y en una propuesta que hasta hoy se discute, dijo que la realización de la producción
capitalista a través del mercado se cubre gracias a que se apropia del plus valor del trabajo
precapitalista. Cuando el capitalismo cubra todos lo rincones del planeta llegaría a su final
ya que su producción no tendría salida en el mercado. Y en su estrategia sobre la
revolución, a decir de Michael Lowy, Rosa Luxemburgo en su "Introducción a la
Economía Política, escribe que: el período dominado por la propiedad privada podría ser
un simple paréntesis en la historia de la humanidad entre las dos grandes épocas
comunistas, la del pasado arcaico y la del futuro socialista. Con esta concepción, ella
propone la alianza entre el proletariado europeo moderno y los pueblos indígenas de los
países coloniales, es decir entre el comunismo moderno y el arcaico, contra su enemigo
común: el imperialismo48".
En una de sus primeras obras "Balance y perspectivas" (1906), Trotsky ya era consciente
del proceso desigual y combinado del sistema mundial integrado de modo conflictivo por
territorios con las formas de vida y trabajo más variadas, incorporadas cada vez más a la
acumulación del capital bajo dominio de las grandes potencias imperialistas. "El
capitalismo, al imponer a todos los países su modo de economía y de comercio, ha
convertido al mundo entero en un único organismo económico y político49". Un organismo
mundial que por medio del comercio, del crédito, de las inversiones, las armas,
interrelaciona el "adelanto" y "atraso" de unos países respecto de otros en una sola
estructura dentro de la cual, las contradicciones de clases pueden llevar al proletariado de
un país atrasado como Rusia al poder, antes que en los países adelantados, "antes que los
políticos del liberalismo burgués tengan la oportunidad de hacer un despliegue de su genio
político50". Vaticinio que se cumplió en 1917.
Pero es en su "Historia de la Revolución Rusa51", (publicada en 1932), donde lo expone en
toda su plenitud: "Los países atrasados se asimilan las conquistas materiales e ideológicas
de las naciones avanzadas. Pero esto no significa que sigan a estas últimas, servilmente,
reproduciendo todas las etapas de su pasado. La teoría de la reiteración de los ciclos
históricos –procedente de Vico y de sus secuaces- se apoya en la observación de los ciclos
de las viejas culturas precapitalistas y, en parte también, en las primeras experiencias del
capitalismo. El carácter provincial y episódico de dicho proceso hacía que, efectivamente,
se repitiesen hasta cierto punto, las distintas fases de cultura en los nuevos núcleos
humanos. Sin embargo, el capitalismo implica la superación de estas condiciones. El
capitalismo prepara y, hasta cierto punto, realiza la universalidad y permanencia en la
evolución de la humanidad. Con esto se excluye ya la posibilidad de que se repitan las
formas evolutivas en las diversas naciones. Obligado a seguir a los países avanzados, el
país atrasado no se ajusta en su desarrollo a la concatenación de las etapas sucesivas. El
privilegio de los países históricamente rezagados, que lo es realmente- está en poder
asimilar las cosas o, mejor dicho, a obligarles a asimilárselas antes del plazo previsto,
pasando por alto toda una serie de etapas intermedias. Los salvajes pasan de la flecha al
fusil de golpe, sin recorrer la senda que separa en el pasado esas dos armas. Los
colonizadores europeos de América no tuvieron necesidad de volver empezar la historia
por el principio..."
Entre otras peculiaridades del desenvolvimiento ruso, Trotsky escribió: "Si la evolución
económica general de Rusia saltó sobre los periodos del artesanado gremial y de la
manufactura, algunas ramas de su industria pasaron por alto toda una serie de etapas
técnico-industriales que en Occidente llenaron varias décadas".
Dentro del sistema mundial, cuanto más dominado un pueblo, más pierde autonomía en su
devenir, al contrario de sociedades anteriores al sistema mundial, que cuanto más antiguas,
se bastaban así mismas, incluyendo culturas colindantes con el sistema moderno como
China, India y Egipto: "se bastaban así mismas y disponían de tiempo suficiente para
llevar sus relaciones, a pesar del bajo nivel de sus fuerzas productivas, casi hasta esa
misma perfección que daban a sus productos los artesanos de dichos países".
La crítica a los "estructural funcionalistas" es válida pero no original, al igual que su crítica
al "marxismo leninismo", aunque sobre lo último debemos decir que más se aviene a la
vertiente estalinista ligada a Moscú, en tanto que la vertiente maoísta no era tan "ortodoxa"
al respecto. Quijano no hace diferencias. Aclaremos que el "marxismo leninismo"
(estalinista) no tiene nada de común con el pensamiento de Marx y Engels.
En lo que respecta a los "marxistas leninistas" (que según Germaná hace referencia al
estalinismo) en escenario peruano, los ligados a Moscú es cierto que propugnaban que de la
semifeudalidad se pasaría al capitalismo, pero en la versión maoísta unos se acercaban a esa
posición, mientras que otros atribuían a la Nueva Democracia53 como un intermedio de
reivindicaciones democrático burguesas en la transición al socialismo, contradiciendo a
Mao Tse Tung que decía que en ese periodo que se inicia con el movimiento de mayo del
año 1919, como primera fase de la revolución que dura hasta 1949, se pueden combinar
reivindicaciones democrático burguesas y socialistas. En escritos54 posteriores al triunfo de
la revolución de 1949 el líder chino es más coherente: "Durante el periodo de la Guerra de
Liberación en China lanzamos llamamientos para luchar no sólo contra el imperialismo y
el feudalismo sino también contra el capital burocrático. La lucha contra el capital
burocrático tiene un doble carácter: por una parte, lucha contra el capital comprador,
lucha que entra en el marco de la revolución democrática, y por otra parte, lucha contra la
burguesía, lucha que forma parte de la revolución socialista". Quijano pasa por alto esta
diferencia entre Mao y los "maoístas".
Quijano comenta: "En otros términos, tres modos de producción coexisten en el Perú.
Pero, bajo la "hegemonía de la costa", esto es, del capitalismo, aunque éste da "la
impresión de una economía retardada", es decir, en nuestra jerga actual, subdesarrollada,
es por eso que se "robustece la burguesía", ya diferenciada como clase aparte de la
"antigua aristocracia", o sea de los terratenientes señoriales, y éstos "dejan de prevalecer
como antes". A la hegemonía del capital en la economía, corresponde la hegemonía de la
burguesía en la sociedad".
En la cita que hace Quijano, Mariátegui dice: "En la costa, sobre un suelo feudal, crece una
economía burguesa que, por lo menos en su desarrollo mental, da la impresión de una
economía retardada". No habla de "hegemonía" del capitalismo como quiere hacer
aparecer, sino de un capitalismo que crece en "suelo feudal", apareciendo una burguesía
que logra diferenciarse de la antigua aristocracia.
Capital y capitalismo.- Quijano no se ha percatado que para Mariátegui del mismo modo
que el capital comercial y usurario datan de tiempos antiguos y no implican capitalismo, la
aparición de la burguesía antecede al capitalismo y a la sociedad burguesa: "así como
socialismo no es la misma cosa que proletariado, capitalismo no es la misma cosa que
burguesía. La burguesía es la clase, el capitalismo es el orden, la civilización, el espíritu
que de esta clase ha nacido. La burguesía es anterior al capitalismo. Existió mucho antes
que él, pero sólo después ha dado su nombre a toda una edad histórica55".
La burguesía -o en todo caso las capas medias en las ciudades, levadura orgánica del
capitalismo-, aparece en sociedades pre capitalistas pero se consolida económica y
políticamente al desplazar del poder a la aristocracia feudal. Para el caso europeo
occidental, la burguesía aparece en los "poros" de la sociedad feudal, ligada al comercio, la
banca, la manufactura, acumulando enormes fortunas por medios lícitos e ilícitos que los
fue legitimando "formalizando", por medio de normas y leyes arrancadas en forma de
reivindicaciones subordinadas al poder feudal, luego en franca lucha por desplazarlo del
poder político, estallando revoluciones antifeudales que en gran parte iban más allá de los
intereses burgueses, empujados o presionados por sectores plebeyos de las ciudades
intentando construir una sociedad igualitaria, o por campesinos que intentaban construir el
paraíso bíblico en la tierra, confluyendo con la vertiente libertaria de la modernidad. Sin
embargo, por su poder económico y social, controlando los medios de vida –tierra, banca,
industria- la burguesía se hizo del poder, asediada por fuerzas retrógradas del pasado y por
fuerzas libertarias que reivindican al socialismo. Con la derrota de la Comuna de Paris en
1871 se consolida el poder burgués en Europa y su dominio sobre el sistema mundial.
En el Perú para Mariátegui, -de acuerdo a los 7 Ensayos- la burguesía comienza aparecer a
mediados del siglo diecinueve con la explotación del guano y del salitre, y con el dinero
que el estado pagó por la deuda contraída para la independencia del dominio español y para
la manumisión de los esclavos negros (1854). Esa burguesía, entrelazada a los grandes
propietarios de prosapia colonial, se organiza en el Partido Civil (1871) que llega al poder
en 1872 mediante elecciones.
La guerra con Chile trunca en parte el proceso de consolidación de una clase dominante.
Existía burguesía, pero no existía sociedad capitalista o sociedad burguesa porque no
existía su contraparte: la clase obrera, en base a lo cual se establece el orden burgués. La
clase obrera aparece desde finales del siglo diecinueve y se consolida con el correr del siglo
veinte.
No está demás recordar cuando Marx, de acuerdo con Wakefiel, decía que en las colonias
"no basta que una persona posea dinero, medios de vida, máquinas y otros medios de
producción, para que se le pueda considerar como capitalista, si le falta el complemento:
el obrero asalariado, el otro hombre obligado a venderse voluntariamente… y descubre
(Wakefiel) que el capital no es una cosa, sino una relación social entre personas a las que
sirven de vehículo las cosas56".
Esta opinión es cierta y estaba generalizada en los años setentas en gran parte de la
izquierda por lo que no es ningún descubrimiento. Nosotros también lo formulamos,
entendiendo que para Mariátegui el "espíritu de feudo" incluye también y sobre todo a los
grandes propietarios agroexportadores, que por ejemplo en la costa norte "sofocan la
ciudad" de Trujillo, mientras que para Quijano –desvirtuando las ideas de Mariátegui- el
"espíritu del feudo" se reduce a la Sierra. Además escribimos que para Mariátegui, inmerso
en una economía colonial, en suelo precapitalista (semifuedal). "el capitalismo que se
desarrolla en nuestro medio, no pasa por las mismas fases por las que pasó el capitalismo
europeo: cooperación simple, manufactura y gran industria; sino que el capitalismo que se
desarrolla es de concentraciones monopólicas. Motivo por el cual el libre cambio no ha
existido como forma intermedia57".
Según Quijano: "la articulación entre capital y precapital, bajo la hegemonía del primero,
del mismo modo como todavía se articulan "feudalismo" y "comunismo indígena", en la
sierra, ambos bajo el capital, produciendo efectos no solamente sobre la lógica del
desenvolvimiento económico sino también sobre la mentalidad de las clases, es el hallazgo
básico de la investigación mariateguiana, y de donde se derivarán sus desarrollos sobre el
carácter y las perspectivas de la revolución peruana".
Pero esto, más que interpretación coherente, sería según Quijano, una "intuición" de
Mariátegui: "Es verdad, sin embargo, y sería ocioso negarlo, que esa concepción no llegó
a ser plena y sistemáticamente elaborada por Mariátegui, y aparece en buena medida
intuida y poco consolidada".
Gamonalismo.- Según Quijano, "Lo que él (se refiere a Mariátegui) observa en la sierra
como predominante, y como rezagos en la costa capitalista, es un "semi-feudalismo" en la
economía, y un "gamonalismo" como forma específica de la dominación política local de
los terratenientes".
Contrariamente a lo que afirma Quijano, para Mariátegui el gamonalismo: "no designa sólo
una categoría social y económica: la de los grandes latifundistas o grandes propietarios
agrarios. Designa todo un fenómeno. El gamonalismo no está representado sólo por los
gamonales propiamente dichos. Comprende una larga jerarquía de funcionarios, agentes,
parásitos, etc. El indio alfabeto se transforma en un explotador de su propia raza porque
se pone al servicio del gamonalismo. El factor central del fenómeno es la hegemonía de la
gran propiedad semifeudal en la política y el mecanismo del estado. Por consiguiente, es
sobre ese factor sobre el que se debe actuar si se quiere atacar en su raíz un mal del cual
algunos se empeñan en no contemplar sino las expresiones episódicas y subsidiarias".
Aquí está claramente delimitado por Mariátegui la propiedad "feudal" de los gamonales
andinos y la gran propiedad "semifeudal" de los hacendados agro exportadores costeños
que el capital imperialista los utiliza en tanto tienen el control político del estado. Así
mismo el "gamonalismo", que tiene su máxima expresión en la forma de dominación
regional de los propietarios (hacendados andinos), que conjuntamente al juez y al cura
formaban la "trinidad" explotadora del indio, forma parte del conjunto de la dominación
institucionalizada que tiene representación política desde las alturas del parlamento hasta
funcionarios de menor rango en provincias.
Quijano pasa por alto lo anterior, reduciendo la feudalidad y semifeudalidad a la Sierra: "la
feudalidad existente en la sierra es tal feudalismo sólo si se lo considera separadamente de
su lugar en el conjunto de la estructura económica del país. Tomado dentro de este
conjunto, es decir, articulado al capital y bajo su dominio, es "semifeudal".
Mariátegui es ajeno que a una realidad como la Sierra se la pueda aislar mentalmente para
que sea "feudal" y luego se le pueda articular "al capital y bajo su dominio" para que sea
"semifeudal". Es como si alguien dijera que al Perú, un país semi colonial productor de
materias primas para el comercio exterior se le puede aislar del sistema mundial de
desigualdades y combinaciones con el sólo propósito de decir que es independiente, o como
si alguien que tiene cien años de vida pretenda quitarse ochenta años intentando ser un
joven de veinte años.
Debemos decir que cuanto más nos remontamos a los orígenes primigenios, han coexistido
culturas (o sociedades) con diversidad de relaciones sociales, ignorándose mutuamente o en
incipiente contacto, evidenciando un desarrollo autónomo, paralelo y desigual. En caso
haya interferencia externa, es mínima, de modo que no influye de manera decisiva en su
devenir, y es mayor la posibilidad de ver coronado sus relaciones de acuerdo a sus
contradicciones internas. La formación del sistema mundial –de acuerdo con Trotsky-
rompe todo ese proceso porque el capitalismo homogeniza la heterogeneidad del devenir,
sea erosionando a las mas variadas formas de vida o incorporándolas a la acumulación de
capital, en tanto lo adelantado y atrasado son parte de un mismo proceso.
Décadas después, el novelista indígena José María Arguedas63 dijo en una entrevista:
"Entre el zar de Rusia y un mujik creo que había menos distancia que entre un comunero
de Andahuaylas (mi tierra natal) y cualquiera de los presidentes del Perú".
Podemos decir que al obtener plusvalía por medio de trabajo asalariado los
agroexportadores costeños eran capitalistas, pero por su mentalidad y modo de vida
"aristocrático" se comportaban como amos (señores). No es casual que también sean
conocidos como "barones del azúcar y del algodón". En el caso de sus aliados, los
hacendados (gamonales) andinos, mantenían un régimen de trabajo basado en la
servidumbre.
En las primeras décadas del siglo veinte en base a lo cual Mariátegui elabora sus
propuestas, los enclaves mineros, donde primaban relaciones salariales, colindaban por sus
cuatro costados con la feudalidad o semifeudalidad andina y con las comunidades. En el sur
peruano, desde Arequipa a Puno, la comercialización de lana monetizó la economía y al
mismo tiempo condujo a una mayor monopolización de las mejores tierras en desmedro de
los campesinos, acentuando la explotación del trabajo bajo formas precapitalistas.
Los grandes propietarios podían utilizar tecnología pero –para Mariátegui- carecían de
"espíritu capitalista".
Haya de la Torre en la década del treinta escribió que quién recorra Indoamérica,
encontrará las más diversas fases evolutivas de la historia universal, entre ellas, salvajismo
barbarie y civilización, donde cada forma "conserva vitalidad suficiente para gravitar
sobre el todo económico y político". "ninguna escala tan completa de todas las etapas de la
evolución humana como la que ofrece Indoamérica con sus agregados étnicos de
inmigraciones sucesivas, de tan abundantes mezclas con las razas blancas"… Por estar
inmersos en un sistema mundial en calidad de subordinados de colonia o semicolonia, "en
el curso de nuestra evolución económica las etapas no se suceden como las de la
transformación del niño en hombre. Económicamente Indoamérica es como el niño
monstruoso que al devenir hombre le creció la cabeza, se le desarrolló una pierna, una
mano, una víscera, quedando el resto del organismo vivo pero anquilosado en diferentes
periodos de crecimiento70".
Desarrollo capitalista por la vía del feudo.- En 1919 estallan grandes protestas populares
teniendo de eje a la joven clase obrera, conquistando las ocho horas de trabajo, con lo cual
comienza la larga crisis del dominio oligarca que culmina en 1968 cuando los militares
reformistas, intentando frenar la subversión, los liquidaron económicamente. Durante todo
ese lapso de crisis (1919-1968), inmerso en grandes luchas populares, siendo los casos más
emblemáticos la revolución obrero popular de Trujillo en 1932 y la sublevación de los
campesinos de la Convención y Lares (1958-1964) en el Cuzco, las fuerzas armadas fueron
protagonistas políticos (desde el estado) para salvaguardar los intereses de oligarquía. El
desenvolvimiento capitalista prosiguió por la vía terrateniente para emplear la expresión de
Lenin o, en la terminología de Mariátegui, "por la vía del feudo", con la diversificación de
inversiones imperialistas y de sus intermediarios, los grandes propietarios oligarcas,
acrecentando el poder de sectores urbano industriales ligados a ellos, siendo su máxima
expresión política Manuel Prado Ugarteche que llegó dos veces al gobierno (1939-1945 y
1956-1962).
Revolucion
En la conferencia comunista de Buenos Aires en junio de 1929, criticaron a Mariátegui por
preconizar revolución socialista en una sociedad "semifeudal". Para el estalinismo no se
podían saltar etapas. Si para Mariátegui las sociedades latinoamericanas fuesen capitalistas
como hace aparecer Quijano, la polémica debía ser en otro sentido. Otro error de Quijano
es decir que aprismo y estalinismo en lo fundamental tienen la misma estrategia sobre la
revolución, demostrando desconocer sus diferencias fundamentales.
Para Mariátegui las tareas democráticas burguesas serían impulsadas por la alianza de
obreros, campesinos y el conjunto del pueblo, pero no se detendrían en reivindicaciones
burguesas, sino que partiendo de ellas harían avanzar la revolución al socialismo. Las
comunidades indígenas serían pilares en la colectivización del agro, con la ayuda de la
ciencia y la técnica, inmersos en la revolución mundial.
La primera discrepancia directa que tuvo Haya de la Torre con el estalinismo fue en febrero
de 1927 cuando asiste junto a Eudocio Ravines al primer Congreso Antiimperialista
mundial realizado en Bruselas promovido por la Tercera Internacional estalinista que
proyectaba formar un frente pluriclasista antiimperialista. Haya de la Torre critica que se
privilegie la alianza con la burguesía nacional supuestamente "revolucionaria" para luchar
contra el imperialismo (el enemigo "externo") y la feudalidad, mientras la lucha de clases
por el socialismo quedaba para los partidos comunistas: "Discrepamos [con el estalinismo]
en cuanto al frente incondicional con las burguesías y en cuanto limitar nuestra acción a
una mera resistencia antiimperialista, dejando la beligerancia política al Partido
Comunista, bajo cuya dirección debería quedar sometida el Apra a través de las fallidas
"ligas72". No obstante, concluye que con enmiendas que propusieron, junto a Eudocio
Ravines lo suscribieron.
En ese congreso Haya de la Torre también discrepó con el joven revolucionario cubano
Julio Antonio Mella, a quién califica como un "luchador puro antiimperialista". "Lo conocí
–escribe Haya de la Torre- desde que llegué desterrado a Cuba de paso a Méjico en 1923,
pero los debates de Bruselas, en los que refuté y conseguí el rechazo de su proyecto de
resolución sobre las condiciones económicas y políticas de Indoamérica, nos distanciaron
definitivamente73". Probablemente las ideas de Mella eran ultra izquierdistas si recordamos
su opúsculo publicado poco después bajo el título intencional de "¿Qué es el Arpa?".
Para las elecciones de 1931 Haya de la Torre hace una distinción entre el programa mínimo
de carácter reivindicativo inmediato y el programa máximo para el futuro, de grandes
transformaciones, al mismo tiempo que en una entrevista74 con el embajador de Estados
Unidos en el Perú lo convence que en caso el Apra llegue al poder, Estados Unidos no
tendría nada que temer. Pero las bases apristas no pensaban lo mismo. Querían la
revolución.
Apra trotskismo.- Era la época en que el estalinismo promovía la formación de los frentes
populares antifascistas en los cuales los revolucionarios se subordinan a los reformistas y a
la burguesía liberal, a los que anteriormente, en su periodo ultraizquierdista (1928-1933)
habían tildado de social fascistas. Haya de la Torre en primera instancia rechazó los frentes
populares ufanándose coincidir con Trotsky.
Ricardo Melgar Bao75 narra las relaciones entre apristas y trotskistas en Méjico que, sobre
todo al inicio, se sustentaba en ideales comunes: "Haya de la Torre encontró en el líder
ruso en el exilio, un apoyo a su oposición a las tesis de Dimitrov sobre el frente
antifascista; así lo ratificó en una carta suya a Luis Alberto Sánchez: "¿Leíste en Octubre,
revista trotskista de México, el ataque de Trotsky contra los frentes populares?
¡Formidable!".
Recordemos que fue Trotsky el primero en llamar a la más amplia unidad de todas las
fuerzas contra el fascismo, incluyendo organizaciones burguesas, pero manteniendo cada
cual su independencia orgánica y política para llegado el momento poder avanzar al
socialismo. En los frentes populares estalinistas los revolucionarios se subordinaban
orgánica y políticamente a la burguesía, renunciando al socialismo. En la guerra civil
española (1936-1939) contingentes de revolucionarios en los frentes de batalla se dieron
cuenta que se los utilizaba como guardianes del capitalismo, y cuando intentaban –entre
ellos anarquistas y trotskistas- realizar reformas que apunten al socialismo se los reprimía
con ferocidad, creando desconcierto en las filas revolucionarias.
Trotsky duranten su exilio en Méjico entabló amistad con desterrados apristas peruanos. En
un congreso antifascista (1938) patrocinado por el estalinismo, los apristas peruanos
desterrados, -que asistieron por propia iniciativa-, conjuntamente a representantes de Puerto
Rico, hicieron aprobar una resolución de condena a toda forma de imperialismo, en contra
de la posición estalinista que pedía una condena solamente a los países fascistas76. Trotsky,
cuyos seguidores no asistieron, saludo ese hecho como lo mejor del congreso. Sin embargo,
tiempo después, Haya de la Torre y el Apra dieron marcha atrás para subordinarse –igual
que los estalinistas desde años anteriores- a la política del buen vecino patrocinado por el
imperialismo norteamericano. Haya de la Torre maquilla su posición con el lema: "inter
americanismo democrático sin imperio".
En cierta ocasión Trotsky llamó "demócrata" a Haya de a Torre. Los desterrados apristas
protestaron porque a su criterio, el líder aprista era un auténtico revolucionario, un
socialista y hasta un marxista. La respuesta de Trotsky77 fue que los demócratas en los
países imperialistas por lo general son reaccionarios, pero en colonias y semicolonias, si
son consecuentes, están del lado del progreso y la justicia, por lo que en el caso de Haya de
la Torre es mejor ser un buen demócrata antes que un mal socialista. Pero aún así, como
demócrata, -concluyó Trotsky- Haya de la Torre defecciona porque en vez de buscar la
unidad con los trabajadores norteamericanos, se supedita a la política imperialista de
"buena vecindad" de Roosevelt.
Trotsky reconocía en el aprismo de la década del treinta a una organización de frente único
parecido al Kuomingtang chino pero organizado en partido, que por sus ideales y su acción
revolucionaria estaba a la izquierda del estalinismo en América Latina, haciendo votos para
que no degenere. Llamaba a sus seguidores a privilegiar el frente único con los apristas,
sobre reivindicaciones concretas, manteniendo la autonomía orgánica e ideológica.
Claudicación aprista.- Cuando en 1943 por presiones de sus aliados de occidente contra el
fascismo, Stalin disuelve la Tercera Internacional que se fundó en 1919 para ser la
vanguardia de la revolución mundial, Haya de la Torre en un escrito de mayo de 194378
sobre el "rompan filas" de la Tercera Internacional dijo que era un hecho "realista", porque
no existe lucha de clases sino de pueblos; y un año después, en mayo de 194479 escribió
que "Stalin y sus hombres siguen siendo filosóficamente los mejores dialécticos del mundo"
por ser "realistas". Y páginas después: " Stalin es el forjador ruso de un nuevo, poderoso e
imperial nacionalismo eslavo".
A pesar de eso, el Apra en Indoamérica aún estaba a la izquierda del estalinismo. En 1945,
cuando aún se reclamaba dialéctico y a la vez "superador" del marxismo, Haya de la Torre
en forma pública intentaba pactar con la oligarquía porque la misión del Apra no era quitar
riqueza a quien la tiene sino crear riqueza para quien no la tiene, con lo cual se da la
espalda a uno de los puntos básicos del aprismo primigenio, el de nacionalización de tierras
e industrias, por lo que cuando cogobiernan con José Luis Bustamante y Rivero (1945-
1948), los apristas no promovieron ningún cambio estructural80. Ante el golpe militar del
general Odría persiguiendo a apristas y comunistas, Haya de la Torre se asila en la
embajada colombiana y a inicios de la década del cincuenta ofrece al imperialismo yanqui
cinco mil soldados apristas para combatir al comunismo en Corea. Al salir de su asilo,
Haya de la Torre y el Apra cogobiernan con la oligarquía hasta 1961, por lo que un líder
reformista burgués, Fernando Belaunde Terry81 dijo en 1959 que el Apra se "une a su
verdugos de ayer": "Maneja actualmente el Perú una estrecha argolla de financistas a la
antigua, con la complicidad de un partido pseudo revolucionario que ha claudicado para
ponerse al servicio de sus verdugos de ayer". En las elecciones de 1963 el Apra forma
alianza con otro de sus "verdugos": la Unión Nacional Odriísta (UNO).
Por esa época en el Perú, por temor a las reivindicaciones populares que se proyectaban a
un desborde popular poniendo en peligro el conjunto del orden, las fuerzas armadas como
institución, la iglesia oficial, sectores reformistas burgueses, la mayoría de la
intelectualidad, etc., veían la necesidad urgente de reformas, entre ellas, la agraria. En el
mismo sentido, por temor a que se repita el ejemplo cubano o chino, un sector del
imperialismo norteamericano patrocinaba reformas –entre ellas la agraria- en América
Latina, por mediación de la Alianza para el Progreso. Solamente los sectores más arcaicos,
más reaccionarios -entre ellos, oligarcas y gamonales- estaban contra las reformas y es a
estos sectores que el Apra llegó a representar a partir de 1956, al igual que la Unión
Nacional Odriista. En las elecciones de 1963 Acción Popular con Belaunde gana las
elecciones, pero tampoco cumplió sus promesas electorales de reformas y el 3 de octubre
de 1968 fue derrocado por un golpe militar presidido por el General Juan Velasco Alvarado
que en parte realizó las reformas incumplidas.
No obstante su trayectoria de claudicaciones, Haya de la Torre, además de atribuirse
paternidad de las reformas del gobierno militar de Velasco (1968-1975) argumentando que
estaban en el programa aprista primigenio, reclamando democracia para llevarlas a la
práctica, en una entrevista para la revista Caretas82 (N° 431, marzo 1971) también se
ufanaba que el modelo "socialista autegostionario" de Yugoeslavia coincide con el
primigenio programa aprista (¡!).
Comunidades indígenas.- Sobre las comunidades indígenas Quijano hace mención a una
carta de junio de 1925 a Gabriel del Mazo publicada luego en "Por la Emancipación de
América Latina" (1927) en la que (según Quijano) Haya de la Torre "propone una solución
del problema indígena o campesino, que eliminando el feudalismo revierta la tierra a la
comunidad, "como se trata ahora de hacerlo en Rusia. Colectivismo o Socialismo",
agregando Quijano que esa solución "hace parte de un desarrollo capitalista, en un
régimen de capitalismo de Estado", mientras que para Mariátegui hace parte de una
perspectiva socialista.
En una nota a pie de página de los "7 Ensayos" Mariátegui aborda la posición de Haya de la
Torre sobre la comunidad andina de manera distinta a la que presenta Quijano: "Escrito
este trabajo, encuentro en el libro de Haya de la Torre "Por la emancipación de América
Latina", conceptos que coinciden absolutamente con los míos sobre la cuestión agraria en
general y sobre la comunidad indígena en particular. Partimos de los mismos puntos de
vista, de manera que es forzoso que nuestras conclusiones sean también las mismas83".
Mariátegui escribía así porque hasta 1928 en el Perú existía el proyecto de formar un gran
frente (el Apra) propuesto por Haya de la Torre, pero no existía una organización que lo
representara, menos existía una "ideología aprista", o en otros términos, una ideología que
se distinguiera del socialismo marxista. Se entiende que en el proyecto de formación del
Apra confluirían diversas tendencias de izquierda, entre ellas marxistas, promovidas
principalmente por Mariátegui, al igual movimientos como el indigenismo. En la carta
mencionada por Quijano, Haya de la Torre, reclamándose marxista, propone que la
comunidad indígena sea base para extirpar desde la raíz la propiedad en el campo, por lo
que Mariátegui dice coincidir con Haya de la Torre, "en particular", sobre la comunidad
indígena.
Esas tesis "leninistas" según Quijano provenían directamente de "Marx y Engels" que "en
el Prefacio a la traducción rusa del Manifiesto, en 1882", veían la posibilidad de que las
comunidades campesinas rusas pasen directamente al socialismo –saltando la etapa
capitalista- si paralelo a la rusa estalla la revolución europea para que ayude con la ciencia
y la técnica.
La polémica de Lenin con Roy mencionada por Quijano no tiene relación con la posición
de Marx sobre las comunas rusas, que Lenin las ignoraba. Antes que a Marx, Lenin a
inicios de siglo era seguidor de la propuesta de kautsky que en su obra "Desarrollo del
capitalismo en la agricultura" (para el caso de Europa Occidental) era partidario de
promover la desintegración de formas comunales para dar paso al desarrollo capitalista. En
el prefacio a la primera edición de su obra "El desarrollo del capitalismo en Rusia" (1899),
Lenin se ufana que en éste (sobre la comunidad) y otros aspectos coincide con marxistas
europeos occidentales como Kautsky.
Frente único.- Según Quijano, desde el año 1923 en que regresa de Europa hasta 1928,
Mariátegui se guía por las orientaciones del III y IV congreso de la Tercera Internacional
sobre el "Frente único proletario entre los revolucionarios y el frente único
antiimperialista con las corrientes nacionalistas, aunque la idea del partido y la autonomía
política del socialismo revolucionario sobre esa base, en lo cual insisten también las
resoluciones de la III Internacional antes de 1924, no están presentes". En este contexto
estaría su Mensaje al congreso obrero de 1924 "donde insiste en que "somos todavía pocos
para dividirnos", y el "frente único con el nacionalismo democrático radical del APRA y
Haya de la Torre", teniendo en la revista Amauta, fundada en 1926, un vehículo de debate.
Quijano no interpreta en su esencia el frente único propuesto por Mariátegui.
Al respecto debemos decir que luego del triunfo revolucionario en 1917, por inercia
revolucionaria, se asiste a una política ultraizquierdista en la Tercera Internacional, por lo
que Lenin y Trotsky hicieron causa común para enmendar errores promoviendo una política
del frente único con organizaciones reformistas, pequeño burguesas y burguesas sobre
reivindicaciones concretas resguardando la independencia política y orgánica. Lenin en
1920 escribió su opúsculo "El izquierdismo, enfermedad infantil del comunismo", y luego
Trotsky redacta las "Tesis sobre el frente único". Lo último, Trotsky y Lenin lo presentaron
y defendieron ante el Comité Ejecutivo de la internacional (1921), lo que fue refrendado –
con gran resistencia- en el cuarto congreso de la misma (1922). Los críticos, que no querían
el frente único sobre reivindicaciones concretas con organizaciones con un largo sumario
de claudicaciones y traiciones, recordaban entre otras cosas, que incluso los
socialdemócratas (que en ese entonces seguían reclamándose marxistas) permitieron el
asesinato de revolucionarios como Rosa Luxemburgo y sus compañeros en la fallida
revolución alemana de 1919. Eso es cierto, dijo Trotsky. El frente único sobre
reivindicaciones concretas es para arrebatarles en el mismo proceso de lucha el control que
ellos tienen sobre los trabajadores organizados.
Lo primero que hizo Mariátegui es definir lo que es el frente único en 1924: "Preconizar el
frente único, no es, pues, preconizar el confucionismo ideológico. Dentro del frente único
cada cual debe conservar su propia filiación y su propio ideario... Pero todos deben
sentirse unidos por la solidaridad de clase, vinculados por la lucha contra el adversario
común, ligados por la misma voluntad revolucionaria, y la misma pasión renovadora87".
En su mensaje al primer congreso obrero (1927), en tanto uno de los ejes de la política
proletaria, Mariátegui precisó que el marxismo: "No es, como algunos erróneamente
suponen, un cuerpo de principios de consecuencias rígidas, iguales para todos los climas
históricos y todas las latitudes sociales. Marx extrajo su método de la entraña misma de la
historia. El marxismo en cada país, en cada pueblo, opera y acciona sobre el ambiente,
sobre el medio, sin descuidar ninguna de sus modalidades. Por eso, después de más de
medio siglo de lucha, su fuerza se exhibe cada vez más acrecentada88".
En el mismo mensaje explicó que el sindicalismo revolucionario preconizado por Sorel, del
que en el Perú sólo conocen los adjetivos (en clara alusión a los anarco sindicalistas) dijo
que no reniega del marxismo sino que "lo completa y lo amplía". Y que en Europa luego de
la guerra mundial el sindicalismo inspirado por Sorel ha envejecido. Una parte ha
engrosado las filas del reformismo y otra parte las filas del marxismo. "La oposición entre
socialismo y sindicalismo no existe más". Mariátegui llamaba a la unidad de clase
promoviendo la organización sindical más amplia en la que puedan dirimirse las
propuestas.
En 1924 desde Méjico Haya de la Torre llama a formar la Alianza Popular Revolucionaria
Americana (APRA) y en 1926 lo sintetiza en cinco principios.
5. - Por la Solidaridad con todos los pueblos y clases oprimidas del mundo.
La principal razón para que en el Perú el Apra no tenga organicidad, era que Haya de La
Torre estaba desterrado y Mariátegui por esa época (hasta 1927) -en una posición muy
singular- tenía más confianza en las organizaciones sindicales, y con una mentalidad
"espontaneista", pensaba que la lucha directa de los pueblos llevaría al socialismo o en todo
caso empujaría a organizaciones pequeño burguesas para que enrumben el movimiento al
socialismo, poniendo como ejemplos a China y Méjico. Al fracasar esos movimientos se
produce una ruptura radical en el pensamiento de Mariátegui, que extrae la conclusión de
que es necesario un partido revolucionario de claros principios marxistas, ya que las
organizaciones pequeño burguesas, atrapadas entre el imperialismo y el pueblo, a la final
optan por el imperialismo. Aclaremos que la posición de Mariátegui es contraria a la
estalinista que para China proponía un desarrollo capitalista.
Se entiende también su radical crítica a Haya de la Torre que reivindica las direcciones
"pequeño burguesas" del proceso chino y mejicano, intentando formar un Kuomingtang
latinoamericano luego que esa organización en 1927 había asesinado a miles de obreros,
campesinos y estudiantes.
En tanto no existe el Apra en forma orgánica, en 1928 Haya de la Torre, en vez de su
proyecto de un frente único, intenta fundar un "Partido Nacionalista" lanzando
prematuramente desde el extranjero su candidatura a la presidencia de la república, lo que
es rechazado por Mariátegui como "caudillismo pequeño burgués", proponiendo como
alternativa el proyecto inicial para formar un gran frente: el Apra. Ese año Mariátegui funda
el Partido Socialista y el quincenario "Labor", y en 1929 la Confederación General de
Trabajadores del Perú (CGTP).
Siguiendo la tradición teórica del marxismo, para Mariátegui los campesinos, con intereses
dispersos, no tienen política coherente para transformar y dominar el conjunto de la
sociedad bajo sus intereses. Poniendo de ejemplo Europa feudal escribe que las revueltas
campesinas expresadas en "jacqueries" no pusieron en tela de juicio la feudalidad. Para que
esto suceda fue necesario el liberalismo y el liderazgo de la burguesía. Distinto fue el caso
de Rusia en el siglo veinte donde la liberación de los campesinos de la servidumbre fue
parte del proceso de la revolución socialista hegemonizada por la clase obrera: "Dirigidas y
actuadas por la burguesía urbana y el proletariado urbano, una y otra revolución han
tenido como inmediatos usufructuarios a los campesinos. Particularmente en Rusia, ha
sido ésta la clase que ha cosechado los primeros frutos de la revolución bolchevique,
debido a que en ese país no se había operado aún una revolución burguesa que a su tiempo
hubiera liquidado la feudalidad y el absolutismo e instaurado en su lugar un régimen
demoliberal91". Este es uno de los textos más notables de Mariátegui y de la teoría
marxista en el siglo veinte.
Entre otras peculiaridades de los países andinos era la presencia de las comunidades
indígenas que serían bases para una colectivización del campo "saltándose" la etapa
capitalista.
Ante el fracaso de estos procesos, Mariátegui extrae la conclusión de que los movimientos
pequeño burgueses, atrapados entre el imperialismo y el pueblo, a la final optan por el
imperialismo por lo que es necesario un partido de claros principios socialistas.
"Marxismo Leninismo"
En ciertos ambientes intelectuales reclamados marxistas, la degradación de las ideas de
Federico Engels se ha convertido en una moda, lo que no quiere decir que los fundadores
del socialismo científico estén excentos de errores, entre ellos, hasta mediados del siglo
diecinueve, sobre el papel supuestamente "civilizador" de los países "adelantados" a los
"atrasados", con lo que, entre otras cosas, justificaron la invasión y usurpación de territorios
mejicanos por parte de Estados Unidos en 1847. Con la misma mentalidad Marx escribió
una violenta crítica al libertador Simón Bolívar93. Estos episodios fueron superados a partir
de la década del sesenta del siglo diecinueve por parte de Marx y Engels, pero por
ignorancia y mala fe se los sigue mencionando como adscritos a la teoría marxista.
Entre otros textos, para legitimar el eurocentrismo hacían referencia al Prólogo a la primera
edición de El Capital (1967) donde Marx dice: "Los países industrialmente más
desarrollados no hacen más que poner delante de los países menos progresivos el espejo
de su propio porvenir". La referencia es al proceso de evolución del capital de su fase
precapitalista a la capitalista sobre lo cual Trotsky –conforme mencionamos anteriormente-
dijo que esa frase no debe aceptarse literalmente porque "Sólo una minoría de países ha
realizado completamente esa evolución sistemática y lógica desde la mano de obra, a
través de la manufactura doméstica hasta la fábrica, que Marx sometió a un análisis tan
detallado", mientras que en la mayoría de países: "El capital comercial, industrial y
financiero invadió desde el exterior a los países atrasados, destruyendo en parte las formas
primitivas de la economía nativa y en parte sujetándolas al sistema industrial y bancario
de Occidente… las colonias y semicolonias se vieron obligadas a prescindir de las etapas
intermedias, apoyándose al mismo tiempo artificialmente en un nivel o en otro".
Sin embargo, la frase de Marx también se refiere que en todo el mundo, con sus respectivas
especificidades, para que advenga el capitalismo es necesario la separación del productor
directo –por ejemplo el campesino de su propiedad sobre la tierra, el artesano de sus
herramientas- no quedándoles más que su fuerza de trabajo –su capacidad corporal mental-
y para sobrevivir tienen que venderlo a cambio de un salario. Los que no encuentran
ocupación forman el ejército industrial de reserva. Proceso que en palabras de Marx es
parte de la acumulación originaria del capital que se despliega en la heterogeneidad
mundial de desigualdades y combinaciones.
Stalin definía a la nación como "una comunidad humana estable, históricamente formada
sobre la base de comunidad de idioma, de territorio, de vida económica y de psicología,
manifestada ésta en la comunidad de cultura (…) Es necesario subrayar que ninguno de los
rasgos indicados, tomado aisladamente, es suficiente para definir la nación. Más aún:
basta con que falte aunque sea uno de éstos rasgos, para que la nación deje de serlo94".
La falacia de este dogma salta a la vista porque –para poner un ejemplo- es difícil
mencionar una "comunidad humana estable", incluso para los países europeos que en la
primera mitad del siglo veinte fueron protagonistas de dos guerras mundiales y el nazi
fascismo con cien millones de muertos, o la revolución y contrarrevolución en Europa del
Este. Cuando Stalin escribe lo anterior (1913) el sistema mundial en su fase decadente
extrema los males del capitalismo y precapitalismo acrecentando la lucha entre clases y
entre intereses económicos concurrentes. Uno de los ideólogos de la burguesía, Hobbes,
cuando el capitalismo estaba en ascenso había reconocido que éste régimen se rige
mediante la lucha de todos contra todos.
Nada de lo que dice Stalin sobre la nación se encuentra en la obra de Marx y Engels, que en
el siglo diecinueve, representando la vertiente libertaria de la modernidad -cuando la
burguesía y el estado nación capitalista se consolidaban de modo diverso en Europa
Occidental-, con su estrategia de revolución permanente, intentaban superar el capitalismo.
Quijano no hace diferencias entre las vertientes que reivindican a Stalin. La ligada a Moscú
que lo critica por el "culto a la personalidad" es la más conservadora en postrarse ante la
burguesía nacional en el proceso revolucionario, mientras la ligada a China es más crítica,
incluso llegando al ultraizquierdismo.
Los líderes chinos –si bien decían reivindicar los aciertos de Stalin- lo criticaron por
impartir "malos consejos96" en las décadas veinte, treinta y cuarenta, es decir, en todo el
proceso revolucionario. Esos malos consejos eran sobre cuestiones estratégicas y por tanto
fundamentales, que en las décadas treinta y cuarenta –eso dicen- Mao Tse Tung y Liu Shao
Chi lograron corregir, mientras que Chen Tu-siu no los corrigió en la década de veinte.
Es sabido que el fundador del comunismo chino y principal propagador del marxismo en
Asia en las tres primeras décadas del siglo veinte, Chen Tu-siu, dijo que la derrota de la
revolución china (1925-1927) fue porque Moscú impuso una estrategia equivocada, por lo
que fue expulsado del partido y de la Tercera Internacional. Se volvió Trotskysta.
Encarcelado por el Kuomingtang, durante la guerra contra Japón fue liberado y desterrado,
falleciendo en 1942.
En la historia oficial del comunismo chino, Chen Tu-siu es presentado como "oportunista
de derecha" por no saber corregir los malos consejos de Moscú. Según uno de los primeros
biógrafos europeos de Mao Tse Tung, Robert Payne, el principal promotor del marxismo
chino, Chen Tu-siu, entre otras contribuciones, fue el creador del término "nueva
democracia", así como el método de impartir orientaciones en forma de decálogos que los
retomó Mao Tse tung con gran éxito en todo el proceso revolucionario. El historiador
polaco Isaac Deutscher98, -conocido biógrafo de Trotsky- comenta que Mao Tse Tung no
se enfrentó directamente a Moscú como lo hizo Chen Tu-siu, sino que fungió seguir la línea
oficial pero en la práctica hacía lo contrario. Añadamos que las presiones del estalinismo
para subordinarse al kuomingtnag también fueron contrarrestadas por el ímpetu
revolucionario del pueblo chino que empujaba a medidas radicales, en especial en la
reivindicación de propiedad de la tierra y en la baja de los arriendos de la misma, a lo que
se agrega la mentalidad patriótica y nacionalista que atravesaba los diversos sectores
sociales. Un ejemplo de lo último es cuando los japoneses invaden territorio chino y los
comunistas, casi aniquilados, llaman a la unidad nacional contra los invasores. Chiang kai
Shek, jefe del Kuomintang se niega a la unidad con los que siempre llamó "bandidos",
produciéndose una rebelión de generales y oficiales de alto rango del Kuomingtang que
apresan a su jefe Chiang kai Shek y en juicio sumario lo condenan a muerte. Por presión del
estalinismo Mao Tse Tung intercede para salvarlo, con la promesa que se hará la unidad
con los comunistas. El episodio ocurrido en diciembre de 1936 es conocido como
"incidente de Sian". Mientras el estalinismo condenó a los rebeldes acusándolos de un
complot de pro japoneses actuando por puro "agravio personal", Mao Tse Tung también
alega un complot de reaccionarios pro japoneses dentro del Kuomingtang, pero,
irónicamente, ese complot era por mediación de generales que él (Mao) reconoce como
patriotas99. Durante la guerra contra Japón, no obstante la "alianza", Chiang Kai Shek no
dejaba de enviar acciones punitivas contra las zonas liberadas y los comunistas, conforme a
las quejas de Mao Tse Tung.
El triunfo de la revolución china en 1949 fue contra los designios estalinistas. Cuando se da
la ruptura chino soviética desde finales de la década del cincuenta, analizando los
"Problemas económicos del socialismo en la URSS" de Stalin, Mao101 critica (en 1958) el
conjunto de la propuesta, porque solo ve la industria pesada marginando la industria liviana
y la agricultura, por lo que "camina con una sola pierna". De modo más categórico: "Stalin
sólo destaca la tecnología y los cuadros técnicos. No quiere sino la técnica y los cuadros.
Ignora la política y las masas. En esto también camina con una sola pierna". Sobre el
escrito de Stalin: "Los problemas económicos del socialismo en la URSS", entre otras
críticas, Mao Tse Tung en 1959 dijo: "No toma en consideración al hombre. Ve las cosas
pero no al hombre".
Más que con los "revisionistas" soviéticos, en el terreno de la economía, Mao ajusta cuentas
con Stalin, aclarando que el "modelo chino" es mejor. En el mismo texto, cuando el
"Manual de Economía Política de la URSS" (del año 1959) hace suyo el criterio de Stalin
de que en Rusia la revolución burguesa fue realizada por la burguesía en la primera etapa
de la revolución, Mao Tse Tung dice que lo realizaron los bolcheviques. Es decir, las
reivindicaciones burguesas y socialistas se combinaron.
En el sistema mundo colonial moderno eurocentrado en el que América resulta "la primera
id-entidad de la modernidad" y Europa la segunda, se articulan "todas las formas históricas
de control del trabajo, de sus recursos y de sus productos, en torno del capital y del
mercado mundial".
Actualmente, siglo veintiuno, es enteramente cierto que dentro del sistema capitalista
mundial (o del sistema mundo colonial eurocentrado) se articulan "todas las formas
históricas de control del trabajo, de sus recursos y de sus productos, en torno del capital y
del mercado mundial". El problema es cuando no se tiene en cuenta su génesis y desarrollo,
donde al inicio lo articulaba el capital comercial, con formas precapitalistas con gran
autonomía, y siglos después, el capital industrial-financiero. Que el Fondo Monetario
Internacional y el Banco mundial se crearan recién en 1944 y al mismo tiempo se acordara
la creación de la Organización Mundial de Comercio que recién se hizo efectivo en 1995,
no se debe a que Francisco Pizarro o más tarde el Virrey Abascal olvidaron implementarlo,
sino a razones de desenvolvimiento y desarrollo del capitalismo que en tiempos de Pizarro
no existía y en 1944 ya estaba en decadencia.
De acuerdo con la concepción marxista, la economía es una relación social entre clases
dominantes y dominadas por mediación de cosas, de medios de vida, de mercancías, de
capital… La esclavitud es la relación social entre amos y esclavos, la servidumbre entre
señores y siervos, el salario entre burgueses y proletarios. Los que no tienen en cuenta las
clases sociales presentan las cosas al revés, como si el capital (o las cosas) –en sus diversas
modalidades- devinieran al margen o por encima de las relaciones humanas, en una
concepción "materialista" semejante al escolasticismo religioso según el cual el mundo
creado por Dios y el ser humano es una de sus creaciones.
La burguesía (europea) surge en el seno del feudalismo pero no puede hacerse del poder
político que está en manos de la aristocracia feudal. Como fruto de esa contradicción
surgen las monarquías, inclinándose a uno u otro bando (aristocracia o burguesía), que
tienden a centralizar el poder y a integrar un territorio, según las coyunturas, siendo las más
reaccionarias, la de España y Rusia. Mientras en Europa comienza aparecer la explotación
del trabajo basado en el salario, en las colonias la explotación se basa en las más dispares
formas precapitalistas.
Quijano dice haber "descubierto" que dentro el sistema mundial no existe continuidad entre
esclavismo feudalismo capitalismo porque forman una sola estructura en torno a la
acumulación de capital, lo cual es cierto, y fue expuesto por Marx y Engels en el siglo
diecinueve, y a inicios del siglo veinte tuvo, entre otros, a Trotsky y Rosa Luxemburgo
como sus principales continuadores, pero también es cierto que en el pasado –antes de la
formación del sistema mundial- esa "continuidad" (esclavismo feudalismo capitalismo)
podría limitarse al área europea colindante con el mediterráneo.
Cuanto más nos remontamos al pasado debemos admitir que han coexistido en el planeta
culturas (o sociedades) y luego sistemas socio culturales con diversidad de relaciones
sociales y modos de vida, ignorándose mutuamente o en incipiente contacto, evidenciando
un desarrollo autónomo, paralelo y desigual. En caso haya interferencia externa, es mínima,
de modo que no influye de manera decisiva en su devenir. Es difícil por no decir imposible
–en ese contexto- que el devenir andino se haya proyectado de modo similar a Europa.
Hasta ahora no logran encajar a la sociedad inca en ninguno de los "modelos" surgidos en
otras latitudes.
La formación del sistema mundial dominado por Europa corta a los demás pueblos su
evolución autónoma. Volvamos a repetir las palabras de Trotsky que Quijano pretende
ignorar: "El capitalismo prepara y, hasta cierto punto, realiza la universalidad y
permanencia en la evolución de la humanidad. Con esto se excluye ya la posibilidad de que
se repitan las formas evolutivas en las diversas naciones". Y también repitamos lo que
Engels escribió en 1890 como Prefacio para la edición alemana del Manifiesto Comunista,
señalando la simultaneidad de las diversas fases del devenir en un solo medio histórico que
concentra todas las contradicciones: "Allí donde la situación es tan tensa, donde los
elementos revolucionarios se han juntado a tal grado, donde la situación económica de la
inmensa masa de la población se vuelve día a día más insoportable, donde todas las fases
del desarrollo están representadas, desde la comunidad primitiva hasta la gran industria
moderna y la alta finanza, y donde todas estas contradicciones las mantiene unidas un
despotismo sin par, un despotismo que se hace cada vez menos tolerable para una juventud
que reúne en sí la intelectualidad y la dignidad nacionales una vez iniciado el 1789, no se
hará esperar el 1789".
Es un lugar común decir que el racismo surge al mismo tiempo que las conquistas
modernas y el capitalismo, a lo cual agreguemos que constituye uno de los pilares de la
modernidad en su vertiente conservadora, para diferenciarlo de la modernidad libertaria que
surge al mismo tiempo.
Arnold Toynbee escribía que en Europa -antes del descubrimiento de América- se hacía la
distinción entre cristianos (creyentes) y paganos ("gentiles", no creyentes). Las luchas y
conflictos entre clases y de pueblos contra pueblos se legitimaban en nombre de la
conversión de los paganos y persecución de las herejías, por lo cual se incluía a toda la
humanidad como merecedores a la "conversión", a la "salvación", en tanto renuncien a las
creencias paganas y se conviertan a la religión oficial. En el mundo musulmán -explica- ha
sobrevivido esa mentalidad, con los conflictos entre "creyentes" y "no creyentes". Con la
concepción racista (moderna), una parte de la humanidad, las "razas de color", quedan por
siempre en calidad de inferioridad frente a la "raza blanca", ya que el fundamento de la
distinción está en el cuerpo. El racismo, concluye Toynbee, es peor que el criterio de
discriminación religiosa, ya que se fundamenta en supuestos rasgos biológicos genéticos,
siendo por esto el prejuicio racial, una "reflexión seudo intelectual de los sentimientos
raciales de Occidente104".
Cuestión distinta es cuando en el devenir de centurias, por las mismas contradicciones del
proceso económico social, ciertas formas de explotación del trabajo dentro del sistema
mundial se vuelven anacrónicas, representando sectores arcaicos, como el caso de las
formas serviles en la segunda mitad del siglo veinte en el Perú usufructuado por gamonales
que formaban parte del poder oligarca que se resistía a una reforma agraria, cuando otros
sectores –incluso imperialistas por razones económicas y de seguridad- apoyaban. Todo
este proceso está atravesado por lo que Mariátegui denominó dualidad racial cultural
surgida con la conquista, por lo que a la explotación de clase se agrega la opresión racial
cultural, se trate de la explotación del trabajo en su forma salarial, servil o esclavista.
Más coherente es pensar que el prejuicio racial surge como mentalidad e ideología para
justificar y legitimar a posteriori actos de genocidio, barbarie y crueldad de los
conquistadores contra los conquistados y que se prolonga a la actualidad, si tenemos en
cuenta que los habitantes de los primeros "mundos descubiertos" fueron mostrados en
Europa al margen de criterios raciales que surgen posteriormente con las conquistas y el
colonialismo basados en los peores actos de barbarie.
La afirmación de que las relaciones salariales en las colonias pudo ser "más beneficioso
para los europeo-occidentales" carece de todo fundamento. Un régimen salarial (o no
salarial) en la explotación del trabajo no se crea por encargo, sino que es una relación social
que tiene su génesis y desarrollo, generalizándose en el siglo diecinueve en Europa y en el
veinte en el resto del mundo. Por eso los conquistadores europeos se valen (en siglos
pasados) de las más dispares formas de explotación precapitalista del trabajo. Y hasta en
nuestros días las formas precapitalistas en la explotación del trabajo -que coexisten y se
combinan con el régimen salarial- produciendo mercancías baratas que sirven para la
reproducción del obrero y su familia, coadyuvan a la baja de los salarios, acrecentando la
plusvalía para el capitalista.
El criterio racista tiene un papel fundamental en las conquistas y en la forma que adquiere
la explotación del trabajo como parte de múltiples determinaciones, destacando la posición
de dominados y dominantes en el engranaje del sistema mundial.
En las ciencias sociales peruanas el problema racial está presente desde su época
fundacional. Francisco García Calderón106 (1883-1953) en un escrito publicado 1907 dice
que "muchos sabios" americanos y europeos establecieron "comparaciones ingeniosas" de
las culturas de América con chinos, tártaros y mongoles, pero todo quedó en nada. Y Fidel
Vicente López en lo que García Calderón denomina "curioso libro", "Las razas arias del
Perú" (París, 1871), encontró "un cierto parentesco entre razas arias y peruanas; pero
Máspero destruyó esta opinión extremadamente curiosa y erudita". También menciona a
un "sabio" peruano, Pablo Patrón, que encontró analogía entre la lengua sumeria con el
quechua, aymara y otras lenguas de América antigua, lo mismo que similitud en la
mitología.
Lo que se pretendía era presentar a la autocracia dominante incaica como una "raza
superior", criterio que García Calderón comparte, para lo cual se basa en Prescott, que en su
"Historia de la conquista del Perú" (Lima, 1851), escribía que los cráneos del linaje de los
Incas "en lo que se refiere a inteligencia" mostraban "notoria superioridad sobre las otras
razas del país".
García Calderón elogia a los Incas como una autocracia creadora de una "admirable forma
de socialismo". Y para el desarrollo del Perú contemporáneo pone énfasis en la inmigración
europea.
La crítica radical al racismo empieza con Manuel Gonzáles Prada107 (1848-1918), que a
inicios del siglo veinte dijo que era una ideología que utilizan los "blancos" para su
dominio mundial. La "raza" como especie –escribió- es "una categoría subjetiva" sin valor
científico que sirve para justificar la explotación y opresión sobre las mayorías del planeta.
Con el criterio de la existencia de razas superiores e inferiores se pretende justificar el
"gobierno del planeta" por los "blancos" y el exterminio de negros en Africa, pieles rojas
en Norteamérica, tágalos en filipinas e indios en el Perú. Y dentro del mundo blanco, en
Europa (por influencia de Demolins) "ha recrudecido la moda de ensalzar a los
anglosajones y deprimir a los latinos". Crímenes y vicios de anglosajones y
norteamericanos se presentan como "inherentes a la especie humana", pero crímenes y
vicios de franceses o italianos se presentan como "anomalías y acusan degeneración de
raza".
Sobre todo en el siglo diecinueve y las primeras décadas del siglo veinte, gran parte de
dirigentes de la primera y segunda internacional con mentalidad evolucionista reformista,
hablaban de liberar a la humanidad, pero para ellos la "humanidad" se reducía al continente
europeo: "Los trabajadores occidentales consideraban tácita y natural la esclavitud de los
pueblos coloniales. Hombres occidentales al fin y al cabo, educados dentro de los
prejuicios de la civilización occidental, miraban a los trabajadores de oriente como
hombres bárbaros". La Tercera Internacional fundada en 1919 al calor de la revolución
rusa acabó con todo eso. Mariátegui recuerda las palabras de su presidente Gregorio
Zinoviev: "La Segunda Internacional estaba limitada a los hombres de color blanco; la
Tercera Internacional no divide a los hombres según el color108". La revolución puede
estallar en la cadena más débil del sistema mundial, sea un país imperialista o un país
oprimido.
En otro texto, Mariátegui escribe: "El internacionalismo del siglo XIX... tuvo sus fronteras,
que si no fueron precisamente las de un continente, fueron las de una raza: la blanca. Lo
que descubrió este siglo no fue la solidaridad de todos los pueblos, sino la solidaridad de
los pueblos blancos. El sello occidental o blanco del internacionalismo de esos tiempos
está impreso hasta en la práctica de las internacionales obreras109".
Además Mariátegui113 hace suya la crítica de Wilfredo Pareto al criterio racial que
justifica "la política imperialista y esclavizadora de los pueblos blancos". Según Pareto, al
igual que Aristóteles en la antigüedad decía que por propia "naturaleza" existen amos y
esclavos "justo y provechoso para todos"; actualmente también se intenta hacer creer que
por "naturaleza" existen pueblos "civilizados" nacidos para dominar y pueblos nacidos para
ser dominados. Si un africano que sufre la opresión colonial se rebela es presentado como
traidor, mientras los colonialistas que reprimen al rebelde son presentados como héroes.
Las grandes potencias en nombre de liberar y civilizar a los pueblos cometen las peores
atrocidades, llegando al exterminio de poblaciones.
Los sucesores de Stalin cuando se da la ruptura con los chinos, aludían (igual que los
imperialistas) al "peligro amarillo". En esa coyuntura el escritor alemán Gunther Grass,
autor de "El tambor de hojalata", escribía entono burlón que el mundo sigue su trayectoria
con quinientos millones de chinos y se planteaba la interrogante si el mundo podría soportar
a quinientos millones de alemanes.
(setiembre 2015)
Notas
1.- "Bajo la Bandera de Lenin, instructiva sobre la jornada de las tres "L" (Se refieren a
Lenin, Luxemburgo y Liebnecht). Publicado en diciembre de 1933 o en enero de 1934 por
el Partido Comunista Peruano. Reproducido en la revista "Socialismo y Participación", Nº
11, Lima, setiembre de 1980.
2.- Alberto Flores Galindo: "La agonía de Mariátegui: su polémica con el Cominter", Lima,
1980.
3.- Diego Meseguer Illan: "José Carlos Mariátegui y su pensamiento revolucionario". IEP,
Lima, 1974.
6.- Mariátegui: XVI.- "La ciencia de la revolución", incluido en "Defensa del marxismo".
7.- Trotsky: "El "Sentido Común". En "Su Moral y la Nuestra". Juan Pablos Editor. Méjico,
1973.
10.- Mariátegui: "La agonía del cristianismo" por don Migues de Unamuno", en "Signos y
Obras".
20.- Mariátegui: "La agonía del cristianismo" de Don Miguel de Unamuno", en "Signos y
Obras"
22.- "Una encuesta a José Carlos Mariátegui", por Angela Ramos para la revista Mundial
del 23 de julio de 1926, incluido en "La novela y la vida". Amauta, Lima, 1959.
23.- Mariátegui: Los ensayos reunidos bajo el encabezado "La emoción de nuestro tiempo",
incluidos en "El Alma Matinal…"
28(a).- Valcárcel: "Tempestad en los andes" con Prólogo de Mariátegui, publicado por la
editorial Minerva, Lima, 1927.
28(b).- Anouar Abdel Malek: "Para una sociología de la revolución". Revista mensual
Postdata, Año I, setiembre de 1974, Lima.
29.- Citado por Deutscher, Isaac en: "Trotsky: el profeta desarmado". Ediciones ERA,
Méjico, 1971, pp. 350-351.
30.- Quijano Aníbal: "Reencuentro y debate: una introducción a Mariátegui" Lima, 1981.
33.- Poma Oscar: "Notas sobre la lucha del trotskismo en América Latina". En la revista
Clave Nº 1, Lima, diciembre, 1981. (publicación de la Liga Obrera Socialista (LOS)
35.- Quijano: "1980: las condiciones del enfrentamiento", Revista Sociedad y Política Nº 8,
Lima, febrero de 1980.
36.- En parte hemos abordado el tema en "El trotskismo en el Perú" (publicación digital)
37.- Tarcus, Horacio: "Samuel Glusgerg: Entre Mariátegui y Trotsky", revista "El
Rodaballo" N- 4 otoño invierno de 1996 y el N- 5 verano 1996/97. La cita está en el Nº 5.
38.- Quebracho (Liborio Justo): "La estrategia revolucionaria: Lucha por la unidad y por
la Liberación Nacional de América Latina". Ediciones Fragua, Buenos Aires, 1957. (Luego
que acusara a Mariátegui de ultraizquierdista, Liborio Justo acusó a Trotsky de derechista
por que el líder ruso apoyó la nacionalización del petróleo mejicano por Lázaro Cárdenas
considerando que era una medida progresista)
39a.- Vargas Llosa, Mario: "El pez en el agua" (memorias). Editorial Seix Barral,
Colombia, 1993, p. 243.
40.- Aníbal Quijano: "Reencuentro y debate: una introducción a Mariátegui", Lima, 1981.
41.- Herrera Robles, Rafael: "Breve referencia sobre Mariátegui y el arte". Revista
Alborada, Año VII, Nº7, Chimbote, octubre de 1975.
43.- Carta de Antonio Gramsci a Togliati, Terracini y otros (dirigentes del Partido
Comunista italiano), fechado en Viena, 9 de febrero de 1924. Incluido en Gramsci: "La
Concepción del Partido Proletario". Artex Editores, Lima, 1978.
44.- Esto lo interpretamos con mayor detalle en: "Literatura y modernidad: (el
indigenismo)", (publicación digital)
46.- Trotsky: "Gogol", incluido en "Sobre arte y cultura". Alianza Editorial, Madrid, 1973.
47(b).- Marx, Engels: "Manifiesto del Partido Comunista". FCP, Lima, 1973.
48.- Lowy, Michael: "La dialéctica del progreso en Marx" (publicación digital)
49.- Trotsky: "1905" y "Resultados y perspectivas". Ruedo Iberico editor, 1971, p. 211.
52.- Trotsky: "Metrópolis y colonias", incluido en, Lenin, Trotsky: "El problema nacional y
Latinoamérica". Ediciones 1º de mayo, Callao (Perú), 1976.
53.- Mao Tse Tung: "Sobre la Nueva Democracia" (enero de 1940), en Obras Escogidas.
Ediciones en lenguas extranjeras, Pekín, 1976.
54.- Mao Tse Tung: "Filosofía, Economía, política" (textos inéditos en español). Editora
Lima (s/f) Lima, p. 55.
58.- Haya de la Torre: "El Antiimperialismo y el Apra", Capítulo IX: "Plan de acción"
63.- Citado por William Rowe: "José María Arguedas: mito y realidad"
76.- Fernando León de Vivero, uno de los desterrados apristas peruanos en Méjico, da su
versión de la relación que tuvieron los apristas con Trotsky en una entrevista a la revista
"Claridad" Año 1 N° 4 y 5, Lima, noviembre de 1978. Destaca con locuacidad el papel que
cumplieron en el congreso de Puerto Rico. Recuerda la corbata que usaba Trotsky, pero
obvia comentar que poco después de ese congreso, Haya de la Torre y el Apra claudicaron
para subordinarse a la política de Buena Vecindad de Roosevelt.
77.- Artículos de Trotsky fueron publicados con el lapidario título de "Trotsky contra el
Apra". Ediciones Clave, Lima, posiblemente para contrarrestar a Haya de la Torre que a
finales de la década del setenta decía que Trotsky desde su destierro de Méjico le envió un
mensaje en el que supuestamente reconocía la validez de la estrategia aprista.
78.- Haya de la Torre: "El "rompan filas" de la Tercera Internacional". En, "Y después de
la guerra ¿Qué?", Lima, 1946.
79.- Haya de la Torre: "La dialéctica marxista se cumple con el aprismo". En "Y después de
la guerra ¿Qué?".
81.-Belaunde Terry, Fernando: "La conquista del Perú por los peruanos". Ediciones
"Tawantinsuyo", Lima, 1959, p. 49.
82.- La entrevista estuvo a cargo de los periodistas César Hildebrant y César Lévano.
85.- Trotsky: "La cuestión agraria en Bolivia", (entrevista a Trotsky realizada por el
diplomático boliviano Alfredo Sanjinés en abril de 1937), en "El problema nacional y
latinoamérica". Ediciones 1° de mayo, Lima, 1976.
96.- "Sobre el problema de Stalin", en, "Polémica acerca de la línea general del
movimiento comunista internacional". Ediciones en lenguas extranjeras, Pekín, 1965.
97.- Mao Tse Tung: "Mi vida" (entrevista en el año 1937 con el periodista norteamericano
Edgar Snow). Buenos aires, 1973.
98.- Deutscher, Isaac: "El maoísmo y la revolución cultural". Ediciones Era, Méjico, 1971.
100.- Mao Tse Tung: "Discurso ante una conferencia ampliada del trabajo convocada por
el comité central del Partido Comunista de China" (enero 1962). Ediciones en lenguas
extranjeras, Pekín, 1978.
101.- Mao Tse Tung: "Filosfía, economía, política" (escritos inéditos) Ediciones Lima,
(s/f).
105.- Ciro Flamarión Santana Cardoso: "El modo de producción esclavista colonial en
América". Incluido en: Modos de producción en América Latina. Ediciones Pasado y
Presente, N° 40, Buenos Aires (Argentina), 1974.
106.- Francisco García Calderón (1883-1953): "Esquema de la evolución del Perú", punto
II de la "Introducción" a su libro "El Perú Contemporáneo", cuya primera edición (en
francés) es de 1907.
En un pequeño texto, del cual no recuerdo el nombre de su autor, clasificaba a las razas
autóctonas de América en collas y arawaks, las primeras, superiores, nacidas para dominar
y explotar, y las segundas para ser dominadas. En una de las primeras páginas mostraba la
fotografía (o dibujo) de una máquina para medir los cráneos y saber el grado de
inteligencia. En una nota a pie de página, el autor relata que en un congreso de Historia
realizada en Lima (¿1938?), el arqueólogo Julio C. Tello –oriundo de Huarochirí, en las
serrarías de Lima- criticó su teoría, porque pensaba que se le catalogaba como arawak, lo
cual aclara el autor, no es cierto, porque los Collas se esparcen por toda América y Tello es
uno de ellos.
113.- Mariátegui: "El problema de las razas en América Latina" (1929, enviado a la
primera conferencia comunista latinoamericana de Buenos Aires). Incluido en "Ideología y
Política". La misma referencia a Paretto se encuentra en los "7 Ensayos".
115.- Trotsky: "Su Moral y la nuestra", Juan Pablos Editor, Méjico, 1973, p. 64
116.- Lé Cháu: "La revolución campesina en Vietnam del Sur". Editorial Ciencia Nueva,
Méjico, 1968, pp. 29,30,31.
Autor:
(Setiembre 2015)