Floro Plagio

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Mi vida transitaba por la peor de las amarguras, la de mirar el reloj y saber que la hora que

viene será igual que la que está, la de saber que el día de mañana será tan vacío como el

de hoy.

Pero un destello con forma de mujer me despertó ayer de mi letargo, ese destello eras

tú iluminando con tu belleza ese anodino local, los minutos se me antojaban horas

mientras reunía el valor para hablarte, no lo conseguí pues los hombres son sentimos

pequeños antes los dioses, pero el azar quiso que fuese testigo de la profanación de

tu altar. Un hombre, que nada sabe del respeto que se debe a las divinidades, no

podía permitir que mi timidez mancillara tu sonrisa, así que me arme de valor, ese que

no pude reunir para hablarte, para transcribir lo que quiero expresar.

Pues la belleza no merece ser manchada con las inmundicias de los mortales,

secretamente, pues ni el transcurso de la noche ni el amanecer de un nuevo día han

conseguido infundirme el valor necesario para enfrentarme cara a cara con tu

deslumbrante belleza.

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