Tres Versiones Judas Jorge Luis Borges
Tres Versiones Judas Jorge Luis Borges
Tres Versiones Judas Jorge Luis Borges
Febrero de 1981, soy yo. Es más, como a punto de cumplir 20 años uno ya
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entrevistas y monografías especializadas. Sin embargo, a pesar de la
ante la maestría de Javier Cercas para insuflarle a los protagonistas del 23-
F las ambiciones y los sentimientos, las dudas y los arrestos, las grandezas
capaz de arrinconar a los griegos contra sus propias naves, aún sabiendo
que su destino era morir a manos del encolerizado hijo de una diosa. Los
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mangoneos había conseguido prosperar en democracia”- en el héroe mortal
del 23-F. Sólo un escritor único y genial podía convertir esa gesta digna de
continuación:
lealtad que puede ser una forma de traición. Me interesan esos tres traidores
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libro que nos convoca-, pues leyendo a Javier Cercas me pregunto hasta
diseminadas por las casi 500 páginas del libro. Así es mi lectura principista
en la distancia.
del libro, pero ahora voy a hablarles del primero. De un fragmento que me
sonrojan: la vergüenza que todos los jóvenes hemos sentido alguna vez
cuando en nuestra torpe fatuidad creíamos ser más justos, más decentes y
había confiado en Suárez. Se trata de las últimas líneas del libro, que se van
«Porque era como nosotros», dijo con la voz que le quedaba. Iba a preguntarle
qué quería decir con eso cuando añadió: «Era de pueblo, había sido de Falange,
había sido de Acción Católica, no iba a hacer nada malo, lo entiendes, no?».
Lo entendí. Creo que esta vez lo entendí. Y por eso unos meses más tarde,
cuando su muerte y la resurrección de Adolfo Suárez en los periódicos formaron
una última simetría, la última figura de esta historia, yo no pude evitar
preguntarme si había empezado a escribir este libro no para intentar entender a
Adolfo Suárez o un gesto de Adolfo Suárez sino para intentar entender a mi
padre, si había seguido escribiéndolo para seguir hablando con mi padre, si había
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querido terminarlo para que mi padre lo leyera y supiera que por fin había
entendido, que había entendido que yo no tenía razón y él no estaba tan
equivocado, que yo no soy mejor que él, y que ya no voy a serlo.
el mismo cuando terminó de escribir este libro. Quisiera creer que a todos
F.I.C.
Sevilla, 17 de Septiembre de 2009