C.7 Competencias de La Educación Inicial
C.7 Competencias de La Educación Inicial
C.7 Competencias de La Educación Inicial
CURSO 7
COMPENTENCIAS EN
EDUCACIÓN INICIAL
Competencias en Educación Inicial
PRESENTACIÓN
La realidad del Perú y la importancia que tiene el sector educativo en la vida económica y
social del país el CIEP promovió la creación de la Segunda Especialidad en EDUCACION
INICIAL, esta segunda especialidad tiene la importante misión de hacer llegar a los
especialistas en educación la temática pertinente y las técnicas necesarias para el
excelente desarrollo de su especialidad en el campo educativo.
Presidencia de CIEP
INDICE
PRESENTACIÓN…………………………………………………………………………………..
INTRODUCCIÓN…………………………………………………………………………………...
OBJETIVOS GENERALES………………………………………………………………………..
OBJETIBOS ESPECÍFICOS………………………………………………………………………
PRIMERA UNIDAD
El ambiente de aprendizaje……………………………………………………………………….
La evaluación……………………………………………………………………………………….
La planificación……………………………………………………………………………………
Identidad e interculturalidad…………………………………………………………………….
Autoestima y autonomía…………………………………………………………………………
Salud Integral……………………………………………………………………………………..
Expresión artística………………………………………………………………………………
Expresión corporal………………………………………………………………………………
Procesos matemáticos………………………………………………………………………….
Bibliografía………………………………………………………………………………………
Lecturas sugeridas……………………………………………………………………………….
Videos………………………………………………………………………………………………
SEGUNDA UNIDAD
Desarrollo………………………………………………………………………………………….
Las competencias…………………………………………………………………………………
Competencias iniciales…………………………………………………………………………..
Bibliografía sugerida……………………………………………………………………………..
Lecturas sugeridas………………………………………………………………………………
Videos…………………………………………………………………………………………….
TERCERA UNIDAD
Educación inclusiva………………………………………………………………………………
Aprendiendo Juntos: los centros de desarrollo infantil del Frente Popular Tierra y Libertad:
México……………………………………………………………………………………………...
Las experiencias de los jardines de niños de las escuelas Miguel Aguilar Bonilla y Los
Ángeles: dos instituciones amigables con el ambiente-Costa Rica…………………………
INTRODUCCIÓN
Está demostrado que el mayor desarrollo del cerebro ocurre durante los tres primeros
años y depende en parte, del entorno en el que el niño1 crece, de su nutrición, su salud,
la protección que recibe y las interacciones humanas que experimenta. La atención, el
cuidado y una educación de buena calidad son factores determinantes para que los
procesos físicos, sociales, emocionales y cognitivos se desenvuelvan apropiadamente y
contribuyan a ampliar las opciones de los niños a lo largo de su vida.
Asimismo, enseñar en una cultura de paz y no de méritos que solo buscan encajonar al
niño en estereotipos comportamentales que alienan su desarrollo y atrofia sus etapas de
maduración.
OBJETIVOS GENERALES:
OBJETIVOS ESPECÍFICOS:
Autoevaluación de Unidad 1:
Autoevaluación de Unidad 2:
Autoevaluación de Unidad 3:
- Responde:
¿Por qué un proyecto educativo se formula según la necesidad de la Institución
educativa?
PRIMERA UNIDAD:
Según Sacieta (2006) en 1902, ―la maestra Elvira García y García, cofundadora de la
sociedad antes citada, organizó el primer kindergarten para niños de 2 a 8 años, anexo al
Liceo Fanning para señoritas‖. Sus investigaciones y preocupación por la infancia la
llevaron a difundir a través de conferencias y numerosos documentos, la trascendencia de
educar al niño tempranamente y de atender a las necesidades de formación de una
personalidad basada en la justicia y la comprensión, así como el empleo de los métodos
de Froebel y de Montessori y la participación de los padres de familia en esta tarea
educativa. García, estaba segura de que era importante enseñar al niño valores y
La demanda para que la enseñanza en este nivel siempre estuviese presente en los
planes del Ministerio de Educación; se centraba en el apoyo popular del modelo
educativo. Por ese motivo en 1967, por gestión del Ministro de Educación Dr. Carlos
Cueto Fernandini se crea la Supervisión General de Educación Preescolar y en el año
1968 se establece la División de Educación Preescolar como parte de la Dirección de
Educación Primaria y Preescolar‖. (Sacieta, pág. 2, 2006)
potencialidades del niño desde el nacimiento hasta los 5 años, con programas dirigidos a
los padres de familia y comunidad, destacándose la importancia de la atención de la
madre gestante ―binomio madre-niño‖.
Este nuevo nivel educativo oficializa en el mes de Marzo de 1972 mediante la Ley General
de Educación 19326., siendo su estructura la siguiente: Cunas para los niños de 0 a 3
años de edad y Jardines de Niños para los infantes de 3 a 5 años. Complementariamente
se consideraron los Programas no escolarizados dirigidos a Padres de Familia y
Comunidad.
Sin embargo la constatación de que los esfuerzos realizados no son suficientes para
ampliar la cobertura de atención en las zonas rurales y urbano marginales, hace que en el
año 1973 se recoja y adopte una experiencia original iniciada en el año 1969 en el
departamento de Puno en los Wawa Wasi y Wawa Uta (Casa de Niños en quechua y
aymara). Así se oficializa el primer programa no escolarizado para niños de 3 a 5 años
con la denominación de ―Proyecto Experimental de educación Inicial No Escolarizada‖.
Con tal sentido, en defensa del sistema educativo peruano; podemos mencionar que se
ha aceptado y evaluado la esencia de los derechos de los niños menores de 6 años
confiando la enseñanza en un nivel de la práctica de valores y estimulación temprana;
pero que aún estamos en vías de lograr una Educación Inicial cohesionada,
descentralizada, equitativa y sociocultural.
Por ende, la Educación Inicial, se garantiza con la participación de los padres de familia y
la comunidad educativa a través de instituciones públicas y privadas.
El ambiente de aprendizaje
Se considera el ambiente como un todo, lo que posibilita que la niña y el niño vivencien
experiencias de aprendizaje con el medio físico, social y natural que lo y la rodea.
Se refiere a la organización planificada de cada del espacio físico, manejo del tiempo, los
recursos y las relaciones humanas que se suceden de manera dinámica, cambiante y
adecuada a la realidad. En la Etapa Preescolar esta organización se realiza en función de
los aprendizajes que se generan en los espacios: expresar y crear, armar y construir,
representar e imitar, experimentar y descubrir. En ellos los recursos didácticos deben
estar a la altura, acceso y manipulación; en correspondencia con el número de niñas y
niños y al grupo de edades que se atiende.
La evaluación
se debe tener presente que las dificultades o necesidades que puedan tener son parte del
proceso de aprendizaje.
Por tanto, debemos considerar la evaluación como un proceso continuo que facilite la
obtención de información relevante sobre los distintos momentos y situaciones del
proceso de enseñanza y aprendizaje de los niños y niñas, desde una mirada integradora,
que permita emitir un juicio valorativo con miras a tomar decisiones oportunas y
pertinentes para mejorar los aprendizajes
La evaluación debe poner especial atención a los caminos que recorren los niños y niñas
para construir sus aprendizajes; pero además debe tener presente el resultado final al que
se pretende llegar, el logro de los aprendizajes específicos, previstos en el
En Educación Inicial, al momento de evaluar, el docente debe considerar que los niños y
niñas traen aprendizajes adquiridos anteriormente en el medio donde se han desarrollado.
Estos aprendizajes previos le servirán de base para enlazar los nuevos aprendizajes que
se produzcan en la interacción con sus compañeros en las diferentes actividades del aula.
En Inicial evaluamos también para descubrir las potencialidades personales de los niños y
niñas, que están relacionadas con las inteligencias múltiples, para reforzar su autoestima
y permitirles superar las dificultades.
No tiene un fin promocional, el paso del Nivel Inicial a Primer Grado de Educación
Primaria es automático.
Es importante también recordar que evaluamos para mejorar nuestra práctica pedagógica
verificando si las actividades y proyectos propuestos son los adecuados, si promueven el
desarrollo integral y se adaptan a las necesidades e intereses de nuestros niños y niñas,
manifestando flexibilidad y apertura ante lo observado, permitiéndonos modificar o
reformular nuestro actuar. También evaluamos para informar a los padres de familia o
tutores sobre los progresos y dificultades que han sido detectadas en los niños y niñas,
motivando una comunicación fluida y significativa, que les permita apoyar, acompañar e
interesarse en los aprendizajes de sus niños y niñas desde el entorno familiar.
La escala de calificación del Nivel Inicial de la EBR es literal y descriptiva. Son tres las
escalas:
En todo proceso de evaluación debemos ser conscientes y reconocer que cada niño y
niña avanza según su propio ritmo y estilo de aprendizaje. Muchas veces nos
encontramos con niños que destacan en un área determinada y muestran dificultad en
otra, lo que pone de manifiesto la diversidad de capacidades que desarrollan, así como
los distintos ritmos y estilos de aprendizajes.
Una forma de evaluar sería aquella que permita a los niños y niñas descubrir qué
capacidades pueden desarrollar mejor, despertando en ellos el interés por aprender,
sintiéndose motivados para desarrollar con constancia y esfuerzo la competencia prevista.
1. Lingüística.
2. Espacial.
3. Musical.
4. Intrapersonal.
5. Lógico-matemático.
6. Corporal-cinética.
7. Interpersonal.
8. Naturalista.
En la medida en que ayudemos a los niños y niñas a descubrir la forma en que mejor
aprenden y aprovechemos sus talentos naturales su proceso de aprendizaje será más
provechoso y divertido. Debemos entusiasmarlos por aprender, sobre todo para que lo
hagan con gusto y creatividad. En tal sentido, es responsabilidad del docente identificar
sus talentos para utilizar estrategias que ayuden a seguir desarrollándolos.
Para Gardner todas las inteligencias son importantes. Considera que todos los niños
poseen ocho inteligencias o formas de aprender y que estas inteligencias se combinan de
una manera única, actuando en forma armónica. Sin embargo, se trata de inteligencias
relativamente autónomas, que nos ayudan a entender y aprovechar el estilo individual de
cada niño o niña, pues no todos aprenden de la misma manera. Estas inteligencias las
define como las capacidades que los niños y niñas tienen por desarrollar y que las
manifiestan durante su proceso de enseñanza y aprendizaje.
La planificación
Diagnóstico, Componentes
Evaluación de aprendizajes, objetivos y
niñas, niños, familia intereses y aprendizajes a ser
y comunidad. potencialidades de alcanzados.
niñas y niños.
Las estrategias que apliquen los y las docentes estarán relacionadas con los objetivos
producto de la evaluación de las niñas y los niños, con el propósito de lograr los
aprendizajes a ser alcanzados.
Esta propuesta didáctica orienta la planificación para favorecer que la niña y el niño
realicen las actividades dentro de su proceso natural de aprendizaje y desarrollo; el papel
de las y los docentes será mediar en este proceso.
Las niñas y los niños se comunican a través de las palabras, los gestos, el dibujo, la
lectura y la escritura; por ello les motiva interactuar con materiales gráficos y escritos. No
obstante, aunque aún no pueden leer de manera convencional, ya que desconocen el
significado de las escrituras, entienden que allí dice algo y comienzan a crear su propio
sistema de intercambio oral y escrito. Por ello, es determinante en estas edades:
La relación verbal y escrita entre niñas, niños, adultas y adultos; donde se entiendan a
través de símbolos, palabras sueltas, frases u oraciones, en un entorno social interactivo
que valore y promueva la comunicación oral y la escrita.
En ella, ―se articulan la formación del ser social, la comprensión, el lenguaje oral y escrito,
la expresión corporal, plástica y musical; así como otras formas de representación que
permiten manifestar sentimientos y emociones, con el propósito de convertirlos en una
fuente de disfrute y placer; al mismo tiempo que propicia el aprender a comunicarse en
contextos múltiples y establecer relaciones sociales progresivamente complejas‖.
Propicia que la niña y el niño se reconozcan como personas; al mismo tiempo que
conozcan su cuerpo, sus posibilidades motoras y puedan experimentar, disfrutar y
expresarse a través del mismo, elementos estos que son significativos para el desarrollo
del ser social.
Identidad e interculturalidad
Este componente está orientado a la Identificación de cada niña o niño con su localidad,
municipio, y país: con el conocimiento de su historia, del patrimonio regional y nacional; la
valoración y utilización racional de los servicios públicos; el intercambio y respeto hacia
otras culturas; así como el reconocimiento de algunos recursos naturales y sus beneficios
para la vida e identidad del país.
Plantearse qué se puede lograr en niños y niñas de la etapa preescolar es este aspecto y
evaluar continuamente los aprendizajes a ser alcanzados.
Autoestima y autonomía
Salud Integral
Este componente parte del concepto de la salud en un sentido ecológico, que comprende
aspectos físicos, psicológicos, sociales, ambientales, históricos, culturales y educativos,
que interactúan y se integran. Fomenta el conocimiento y aplicación de medidas de
seguridad, higiene y alimentación que permitan prevenir situaciones de riesgo para
preservar y conservar la salud integral.
Expresión artística
• Que la creatividad debe ser motivada, respetada, enriquecida para de esta manera
desarrollar la expresión artística infantil.
• Brindar diversas opciones para que las niñas y los niños se expresen de diferentes
maneras a través de la expresión artística.
Expresión corporal
• Respetar las características personales de cada niña y/o niño atendiendo su diversidad.
• Demostrar confianza en las actividades creativas que realizan las niñas y los niños.
• Las actividades de expresión corporal que ejecutan niñas y niños se deben desarrollar
en un espacio libre, ya sea dentro del aula o al aire libre.
• Las niñas y los niños deben estar cómodos y en lo posible sin zapatos.
Procesos matemáticos
Bibliografía:
Lecturas sugeridas:
Videos:
SEGUNDA UNIDAD
Los hallazgos de la investigación sobre el desarrollo de los últimos veinte años, muestran
que la concepción de este proceso en etapas secuenciales y acumulativas, con
desempeños específicos para todos los niños, no era adecuada. Resulta necesaria una
nueva formulación de desarrollo que tenga en cuenta la variabilidad del desempeño de un
mismo niño a través del tiempo y los cambios que presentan las producciones de los
niños de la misma edad; que dé cuenta de sus avances y retrocesos y de aquellos
momentos en que coexisten viejas y nuevas concepciones.
Por ejemplo, hacia los tres o cuatro años, los niños son capaces de comprender las
intenciones, emociones y creencias de otros, diferenciándolas de las propias. Se
considera que esta capacidad de ―comprender la mente de los otros‖ es una experiencia
reorganizadora porque integra ‗saberes‘ y ‗haceres‘ sociales, emocionales y cognitivos,
previos.
Desarrollo
Este ejemplo muestra que ante la misma tarea y en diferentes momentos, incluso en
plazos cortos, la actividad de la misma niña presenta desempeños diferenciados.
Inicialmente parece haber entendido la tarea y la resuelve, pero a continuación esa
comprensión no es evidente, es decir, está implícita. En este último caso, el agente
educativo puede suponer que la niña no ha entendido y que presenta un retroceso.
Al probar con otros ejemplos, para ver si esta reacción sólo se presenta ante el gato-león
en el espejo, los resultados son los mismos: funcionamientos disparejos, desempeños
desiguales y cambios repentinos, que oscilan entre diferentes formas de comprensión.
Estos cambios entre conocimientos implícitos y explícitos, son una realidad que los
agentes educativos encuentran diariamente en su trabajo.
Es posible que los psicólogos que estudian el desarrollo de los niños se hayan demorado
mucho en encontrar y en entender estos funcionamientos irregulares y aparentemente
erráticos del niño, pero ahora que están asombrados frente a estos hechos, empiezan a
considerar como cosa del pasado, la secuencia rígida y monótona de las etapas como
componente fundamental de las teorías clásicas del desarrollo. Ahora, la nueva cara de
las teorías del desarrollo muestra un funcionamiento desigual, que abandona la sucesión
estable de las etapas.
Ante estas tesis, resulta conveniente insistir en que los funcionamientos reales y
concretos de los niños pasan de estados de comprensión y resolución exitosos de
problemas a estados que manifiestan desempeños inconclusos y segmentados. Esta
realidad es algo que los agentes educativos encuentran en el día a día y constituye para
ellos un dolor de cabeza: ―ayer los parecían entender algo, pero hoy, cuando les pregunto
lo mismo, no dan cuenta de nada‖.
Así mismo, es un hecho más o menos aceptado que las emociones y las relaciones
afectivas no se desarrollan de manera gradual y creciente. Éstas sufren ‗altibajos‘ y eso
forma parte de nuestras vidas. Es innegable que los afectos cambian y con el paso del
tiempo no necesariamente el afecto aumenta.
Se dice que se transforma y en la realidad social esta situación es más aceptada que en
el caso de la adquisición de conocimientos.
Por ejemplo, ellos pueden tener un conocimiento directo de los animales domésticos y los
diferencian de los salvajes; conocen algunas plantas y saben que algunas plantas se
comen y otras no porque pueden hacerles daño. Los niños no parten de cero, siempre
hay una base.
En ninguno de estos casos se tienen límites que permitan establecer que ya no habrá
más cambios. Todos creemos que habíamos comprendido todo de manera definitiva y de
pronto recibimos otra información que cuestiona el conocimiento que teníamos y nos deja
inquietos. Esta característica del desarrollo y del funcionamiento no es propia sólo de los
niños, ni se da exclusivamente en la infancia, está presente a lo largo del ciclo de la vida.
Cuando se creía que ya conocíamos todas las etapas del desarrollo, los pasos y los
desempeños, sobrevienen hechos y teorías que obligan a volverlo a pensar. Éstos han
ayudado a entender que la concepción en etapas resulta inadecuada y que es necesario
dar cuenta de aquellos momentos en que coexisten viejas y nuevas concepciones.
‗Recomenzar‘ y ‗reorganizar‘ deben ser entonces los verbos a conjugar para entender
cómo piensan los niños, cómo elaboran la realidad, cómo acceden al conocimiento, cómo
manejan sus afectos y se insertan en la sociedad. Pero no por ello se puede decir que se
parte de cero. Se asiste a una continua reorganización y evolución de las competencias,
afectos y relaciones; éstos tienen formas siempre nuevas y diferenciadas.
Esta caracterización inicial del desarrollo permite definir el concepto de las competencias
y luego el de experiencias reorganizadoras.
Entonces el desarrollo:
Las competencias
construir un ‗saber hacer‘ y más adelante un ‗poder hacer‘ cada vez más sofisticado y
específico.
Un ejemplo son los momentos de alimentación. El agente educativo puede observar que
inicialmente el bebé sabe chupar el pezón de la madre apenas lo siente en la boca, pero
no puede buscarlo. A las pocas semanas, cuando siente el pecho de la madre, sabe hacia
dónde orientar su boca y agarra el pezón. La pregunta que surge es: ¿cómo se genera
ese conocimiento nuevo que ahora permite al bebé orientar su búsqueda y chupar? La
idea es que además de la interacción y contacto con la madre que lo alimenta, el bebé
posee una capacidad general que le permite coordinar en un nuevo procedimiento dos
acciones previamente no relacionadas: la búsqueda del pecho y la acción de chupar. Es
así como pasa del ‗hacer‘, o sea de chupar, a ‗saber hacer‘, pues orienta su acción de
chupar hacia el pecho de la madre. Más tarde, se observará que el bebé pone su mano
sobre el pecho de la madre, ahora agarra el pecho que le permite alimentarse, es decir,
controla como se alimenta, o sea ‗puede hacer‗, pues puede agarrar y alimentarse,
cuando antes eran su madre u otro adulto quienes orientaban su acción de chupar.
Una vez los bebés han elaborado un procedimiento que les permite ‗poder comer‘,
pueden aplicar las acciones coordinadas aprendidas, a todo tipo de objetos. Ahora dirigen
hacia su boca todo lo que llega a sus manos. Se trata de otra de las posibilidades que
brindan las competencias: la ―movilización‖ del procedimiento a nuevos objetos, y en
general la movilización de sus acciones coordinadas hacia nuevas realidades que antes
no estaban presentes y que les abren nuevos caminos en su desarrollo, garantizando su
autonomía.
Los conceptos de los niños y sus operaciones no son directamente observables, las
competencias tampoco lo son. El estudio de éstas requiere observar sus desempeños y
actividades ante situaciones variadas. Es así como ciertos desempeños resultan
indicadores de la existencia de una competencia dada, pero no son la competencia
misma.
Por ejemplo, la motricidad fina, un ‗hacer‘ que la escuela considera muy importante, se
hace evidente, por medio de situaciones como colorear, punzar, ensartar, rasgar, delinear,
etc. A pesar de la diferencia entre estas actividades, en cada una de ellas se tienen
indicios o pistas de la competencia motriz.
Al finalizar el primer año de vida, ocurre una reorganización radical en el desarrollo de los
bebés. Antes de esa revolución, ellos actúan como espectadores de lo que pasa en el
mundo, pero de todas maneras sus conductas preferidas son oír, explorar y esperar.
Alrededor del noveno mes y hasta el décimo quinto, no sólo exploran y esperan, sino que
intervienen y resuelven problemas simples: jalan la cuerda que suelta el sonajero tirado a
los lejos en el piso para alcanzarlo; tiran incansablemente los objetos al vacío para verlos
caer, con gran desespero de los cuidadores que deben recogerlos; buscan objetos que
han desaparecido ante sus ojos. Para decirlo en otros términos, pasan de ser
observadores, exploradores y pacientes receptores, a ser sujetos que intervienen con
acciones que producen cambios en el medio y sobretodo, son capaces de resolver
problemas.
Aproximadamente después de los nueve meses los bebés son capaces de resolver
problemas, de diferenciar los medios (usar la cuerda para) de los fines (acercar el
sonajero que está lejos), de producir lenguaje, de caminar y moverse por sus propios
medios, de coordinar las dos manos. Aunque estas capacidades no se pueden relacionar
entre sí, se puede afirmar que comparten un aspecto determinante: la idea de un niño que
es capaz de actuar, proponer, resolver y ejecutar. Él ya se puede considerar como un
‗sujeto‘ productor Es probable que este conjunto de conductas nuevas sea producto de la
construcción de un primer sistema de referencia, es decir, entiende el lugar que ellas
ocupan con respecto a otra cosa o persona.
Esto les permite entender que las cosas y las personas que no tengan a la vista,
permanecen a pesar de las constantes transformaciones, apariciones y desapariciones
que se presentan. Por ejemplo, los niños empiezan a comprender que el papá, o la
mamá, que los han dejado en el hogar comunitario, el jardín o centro infantil, vuelven a
recogerlos.
Por el tipo de actividad que él y otros niños realizan, como recoger los juguetes y arreglar
las mesas en las que han trabajado o la cuidadora los cambia de ropa, pueden anticipar,
cuando viene a recogerlos la mamá o el cuidador.
La experiencia que los niños obtienen de esta nueva comprensión, que involucra la
permanencia de los objetos y de las personas, reorganiza y articula todas esas conquistas
y les posibilita ser ‗sujetos productores‘. Como ejemplo, Daniela busca en el bolsillo de la
madre comunitaria las llaves que ella ha guardado, después de habérselas quitado y que
conteste ―e fue‖, cuando le preguntan, dónde está papá. En este caso la ‗experiencia
reorganizadora‘ se entiende como una nueva síntesis de capacidades existentes que
amplían la perspectiva de la niña hacia actividades más complejas: – desplazarse para
buscar algo que no está visible para ella – y su extensión hacia una capacidad totalmente
nueva – buscar lo que está oculto.
El uso social de los objetos por parte de los bebés constituye otra ‗experiencia
reorganizadora‘ que permite identificar su entrada a la cultura. Desde antes de cumplir el
año, han aprendido a utilizar la cuchara, el balde, el peine, el vaso, o cada uno de los
objetos de su entorno, de acuerdo con los usos que la cultura les asigna. Por ejemplo,
―llevan la cuchara a la boca‖ y no sólo la golpean, o la agitan o sacuden, como hasta el
momento lo hacían. Este cambio se da gracias a un aprendizaje, a una apropiación del
mundo de los ‗usos‘, que viene a ser como una especie de ‗bautismo cultural‘; algunos
autores consideran este cambio como un proceso clave a partir del cual los niños se
apropian de manera pragmática o práctica de la cultura que los rodea.
Si se les entregan unos rastrillos a los niños de la ciudad, ellos no saben qué hacer con
esos objetos, en cambio, los niños del campo, los arrastrarán sobre el piso, como han
visto que se usa en su contexto.
Esto es lo que algunos autores designan como el ―formato cultural‖ a partir del cual los
niños se apropian de los usos que en su entorno asignan a los objetos. De acuerdo con
su cultura, de aquí en adelante los niños ‗saben‘ que la cuchara es para comer y el
rastrillo para raspar la tierra.
Recordemos que las competencias como ‗hacer‘ y ‗saber hacer‘, que se transforman en
‗poder hacer‘, se observan en el uso que los niños hacen de los objetos de acuerdo con
las prácticas de su entorno.
Finalmente y no menos importante, es que el uso social de los objetos llevará a los niños
a la construcción del símbolo, que permite el lenguaje y la capacidad de representar,
propia del juego simbólico, otra de las experiencias reorganizadoras extraordinarias.
Los agentes educativos pueden encontrar evidencia de esta capacidad si juegan a decirle
un secreto a dos muñequitos, luego un muñequito se pone triste y el otro alegre. Después
les pide que adivinen qué pudo haberles pasado. Desde los tres años, ellos pueden
‗adivinar‘ aquello que el adulto pudo haberle dicho a cada uno de los muñecos para que
uno se pusiera triste y el otro alegre. Esta experiencia permite confirmar que los niños son
capaces de reconocer las emociones de los otros y de entender que ellas pueden ser el
resultado de ciertos acontecimientos, por ejemplo, dicen: ―está contento porque recibió un
regalo‖. Igualmente, comprenden que las emociones pueden ser la causa de ciertas
acciones, por ejemplo, ―está triste porque está castigado por morder a un compañerito
cuando estaba enojado‖.
Inicialmente, los niños son capaces de atribuir emociones, más tarde tienen en cuenta
algunas señales o pistas que los llevan a relacionar los sentimientos, creencias y deseos
de los otros con las acciones que llevan a cabo. De este modo, Lucía puede suponer que
―Juan parece estar bravo porque está muy serio y no habla con nadie, yo creo que se
peleó con su hermano‖. La capacidad de Lucía para suponer – que Juan está bravo – y
de predecir - es posible que haya peleado con su hermano – le permite identificar y
relacionar pistas – está serio y no habla con nadie – o sea, es capaz de sacar
conclusiones.
La atribución de intenciones moviliza en los niños la capacidad de ‗saber que saben‘. Ésta
ayuda a que tomen conciencia de la diversidad de ‗saberes‘ que poseen. Saben de sus
propias acciones materiales, de sus sentimientos y deseos y, algunas veces, saben cómo
volverlos realidad. En ocasiones pueden saber lo que los otros piensan y sienten.
Esta nueva capacidad de realizar inferencias puede tener diversas manifestaciones: los
niños son capaces de elaborar planes, de establecer relaciones causales y de formular
hipótesis y teorías.
La capacidad de planificar y anticipar las situaciones está ligada con la posibilidad que
tienen de distinguir que sus actos tienen consecuencias que serán definitivas en sus
planes y en su inserción exitosa en el entorno.
Otra ‗experiencia reorganizadora‘ por excelencia, que aparece desde los tres años, o
incluso antes y que se desarrolla ampliamente en los años siguientes, es la capacidad de
formular hipótesis; esto es, establecer suposiciones, considerar causas que dan como
resultado posibles consecuencias y a partir de ellas, predecir lo que puede suceder.
La formulación de hipótesis es posible porque los niños son capaces de relacionar los
deseos y los pensamientos de los otros, las características de los objetos, con los fines
que persiguen. Una vez alcanzan sus objetivos y ejercitan la actividad realizada, los niños
‗saben‘ como actuar la próxima vez; pero lo más importante es que ‗saben que saben‘, es
decir han construido una nueva competencia como resultado de la coordinación de
Para tratar de entender, establecen relaciones entre sus partes y algunas veces verifican
o intentan comprobar esas hipótesis para sacar conclusiones.
Se puede señalar que si bien no parece existir una relación de correspondencia estricta
uno a uno, entre el momento de aparición de cada conjunto de ‗experiencias
reorganizadoras‘ y las herramientas de pensamiento, lo que sí es claro es el papel
significativo que cumplen las experiencias reorganizadoras en el desarrollo de los niños.
Las experiencias reorganizadoras acercan a los niños a una nueva conciencia sobre
―cómo pensar‖, esto es, a saber utilizar el conocimiento, saber utilizar los recursos con los
que cuentan para identificar cómo y dónde buscar la solución. Esta es una competencia
que va de la mano de la experiencia reorganizadora.
Los bebés nacen con extraordinarias condiciones mentales que les permiten procesar
información amplia y realizar coordinaciones complejas. Son capaces de dirigir la cabeza
y la mirada en la dirección de los sonidos. Reconocen a la madre por su olor y distinguen
su voz por la entonación. Esta capacidad de los bebés para identificar la entonación, así
como las otras capacidades mencionadas, prueban que desde su nacimiento, son
bastante más sociables e interactivos de lo que comúnmente se cree. Ellos pueden
igualmente balbucear de manera fluida y su balbuceo puede producir unidades de sonido
en variados idiomas.
A las pocas horas de nacer, los bebés imitan los gestos que el adulto les hace, como
sacar la lengua. Esta imitación permite afirmar que ellos parecen tener ‗una tendencia
natural a orientarse hacia sus semejantes‘.
En otro plano, cualquier madre o adulto puede observar que a las pocas semanas de
nacidos, los bebés se defienden ante el objeto que se les acerca. Lo más notable quizá es
saber que el aire que se desplaza guía esa conducta, pues sirve de indicio o señal para
anticipar la proximidad y el desplazamiento del objeto.
Desde los tres meses aproximadamente, las manos y los movimientos que se pueden
hacer con ellas son un objeto de interés. Pueden pasar largos ratos mirándolas y aún
más, si el cuidador o cuidadora juega con ellas. Ellos muestran el mismo interés y
entusiasmo cuando en la cuna se les ponen móviles que intentan alcanzar. Hacia los
cuatro meses, los bebés ya no sólo observan y tratan de alcanzar el móvil, sino que
empiezan a tratar de relacionar sus propias acciones con las del objeto. Por ejemplo,
observan que el móvil se desplaza cada vez que sus manos lo rozan, descubriendo que
sus propias acciones logran impulsarlo.
No es menos notable que los bebés pueden distinguir y agrupar rítmicamente los sonidos
del lenguaje porque son muy sensibles a las variaciones temporales, a la duración de los
segmentos del habla, al alargamiento de las sílabas y a las pausas y variaciones de la
voz.
Los bebés muestran sorpresa frente a eventos imposibles y esa sorpresa ha servido para
estudiar cómo entienden su entorno. Se pueden comparar sus reacciones al presentarles
eventos imposibles y posibles. Por ejemplo, se incomodan cuando se les muestran dos
Este hecho permite entender que el bebé ―sabe‖ que el rostro y la voz de la madre deben
venir del mismo sitio y que sólo hay un rostro por persona.
Algo similar ocurre cuando los bebés desde muy temprano, muestran asombro cuando los
objetos no caen como todos los cuerpos sino que quedan suspendidos en el aire, por
ejemplo cuando los sostiene un nylon. Estas experiencias permiten afirmar entonces que
los bebés ―saben‖ del desplazamiento y solidez de los cuerpos y, hacia los ocho meses,
―entienden‖ que el universo que les rodea funciona basado en la propiedad gravitacional:
comprenden que todos los objetos caen si no cuentan con algún soporte.
En otras palabras, la sorpresa de los bebés desde antes de los seis meses ante estos
eventos ―novedosos y fuera de lo común‖ indica que comprenden el mundo a partir de
leyes a las cuales se han adaptado y que por lo tanto, se asombran ante aquellos eventos
que desafían esas leyes.
Se puede entonces decir que en su adaptación al mundo, adquieren una enorme variedad
de ‗saberes‘ y ‗haceres‘. Su asombro ante lo novedoso, revela que comprenden cómo
funcionan las cosas y, ―esperan‖ el paso siguiente de un evento y son capaces de
predecirlo.
Por este motivo, se muestran asombrados cuando el hecho no surge como ellos ‗saben‘ y
esperan que suceda. No sobra añadir que su sorpresa es cercana al disfrute.
Otra de las conductas que manifiestan los bebés desde el inicio de su desarrollo, es la
coordinación para agarrar los objetos. A las pocas semanas de nacidos, calculan la
apertura de la mano en relación con el tamaño de los objetos, lo que es bastante sutil e
ingenioso. Igualmente coordinan la velocidad y la distancia de los objetos cuando se le
acercan, lo que no es menos impactante. A los cuatro meses, ya corrigen sus
movimientos para organizar la mano en función de la distancia y de las características del
objeto que desean alcanzar, es decir de su forma tamaño y peso. Estos desempeños
suponen una coordinación mano-ojo muy eficiente y bastante productiva.
Los señalamientos - o utilización del dedo para indicar, típicamente humanos, pues ni
siquiera los simios los poseen – aparecen temprano, alrededor de los seis o siete meses.
Esta actividad es muy importante porque es una de las primeras manifestaciones de
acceso a la conciencia de sí mismos. La observación de los bebés muestra que ellos
señalan cuando comprenden algo por primera vez, como una especie de ―Eureka, de
sorpresa o asombro al darse cuenta que ‗saben‘. Esta manifestación de la conciencia de
lo que saben, es tanto o más importante que el señalamiento como modalidad de
intercomunicación; es decir, cuando señalan para el otro, que es quizá como
generalmente se entiende esta actividad.
Hacia los nueve meses, ocurren avances increíbles en relación con la percepción y las
situaciones problema que deben resolver tas e interesantes, permiten ver todo lo que el
bebé sabe. Él o ella encuentra inapropiado, que un cilindro transparente que tiene objetos
adentro no suene cuando se lo agita. Pocas semanas después, voltea el cilindro para
sacar lo que tiene adentro, en lugar de meter la mano para hacerlo, como si fuera un
conocedor de las propiedades gravitacionales que uno o dos meses antes no percibía.
Sin duda, este proceso de descubrir el mundo lo va habilitando para funcionar de manera
más compleja y competente. Transitar por los senderos de la información sonora, visual,
olfativa, kinestésica, es decir, por su propio movimiento es un paso crucial que lo habilita
para utilizar cada vez mejor la información y eventualmente, producirla. A partir de sus
‗haceres‘, el bebé acumula un saber sobre su entorno, sobre sí mismo, producto de sus
propias acciones y observaciones sobre el mundo que lo rodea, incluido su propio cuerpo.
Competencias iniciales
Las competencias, como capacidades generales son las que inicialmente les permiten
‗hacer‘, o actuar sobre el mundo que los rodea y más adelante, ‗saber hacer‘, hasta llegar
a ‗poder hacer‘.
Al inicio, los bebés succionan, chupan, miran, escuchan, balbucean, lloran o ríen, o sea,
‗hacen‘; después, las competencias se relacionan con ‗saberes adaptativos‘ como
alcanzar los objetos y comunicarse con el otro, es decir, adquieren la forma de ‗saber
hacer‘.
Los cuidadores pueden hablar de las competencias de los bebés desde recién nacidos,
entendiéndolas a partir de sus actividades y del ejercicio repetitivo de las mismas. Pero
luego, cuando hacia los cuatro meses las actividades se amplían, gracias a la
coordinación de sus acciones, su ‗hacer‘ muestra que el bebé ‗sabe hacer‘.
Día a día, los bebés van organizando estas competencias o capacidades de otra manera.
A partir de estas reorganizaciones, las competencias avanzan a la forma de ‗poder hacer‘.
Unos meses más tarde, coordinan la fuerza que imprimen al movimiento de sus manos
para alcanzar objetos adecuándola al peso de los mismos; esta nueva coordinación refleja
un ‗poder hacer‘ específico ante una característica del objeto.
COMPETENCIAS Y MOVILIZACIÓN
Las competencias se refieren a esa capacidad general de los bebés que abre
un camino hacia formas cada vez más elaboradas y específicas de
conocimiento. En este sentido, las nuevas competencias aparecen como
resultado del conjunto de ‘haceres’ iniciales, que en su acumulado, permiten
al bebé transformar su actividad hacia el ‘saber hacer’.
A diferencia de cuando eran bebés, ahora como caminantes, los niños van en
busca del mundo, actúan sobre él y lo transforman con sus acciones. Son capaces
de:
- Organizar la coordinación de sus manos para manipular los objetos, distribuyendo
las tareas entre las dos manos y de resolver problemas con ellas.
- ―Nombrar‖ objetos, al tiempo que los señalan para asegurar sobre qué están
hablando.
- Expresar y comunicar de manera explícita sus deseos indicarle al cuidador qué es
lo que quieren, mediante el uso del lenguaje.
- Descubrir y usar de manera frecuente el ―No‖ como la posibilidad de anular una
acción que aún no se realiza.
- Resolver problemas simples utilizando una secuencia de pasos entre el inicio de
sus acciones y el fin de las mismas.
supuestos, que constituyen la base sobre la cual se apoya buena parte del
progreso de los niños a través de toda la infancia.
- La realidad es que desde pequeños los niños, en su interacción espontánea con
el medio, generan hipótesis y buena parte de sus actuaciones responden a armar
conjeturas y tratar de entender el mundo con base en ellas.
Bibliografía sugerida:
TERCERA UNIDAD
Educación inclusiva
Las diferencias, por tanto, forman parte de la naturaleza humana y están dentro de lo
normal; no son una anomalía y no hay que verlas como una dificultad, sino como una
oportunidad para enriquecer los procesos de aprendizaje y el desarrollo de las
instituciones educativas. La educación inclusiva es beneficiosa para todos porque permite
tomar conciencia de la diversidad y desarrollar valores de solidaridad, cooperación y
entendimiento mutuo; es decir, aprender a vivir juntos respetando las diferencias.
Una de las principales barreras para avanzar hacia una educación inclusiva son las
creencias, los prejuicios y los estereotipos respecto de las diferencias que llevan a la
exclusión y la discriminación. Para superar esta barrera es necesario respetar y valorar
por igual a todos los niños y los aportes de las diferentes culturas, y dar apoyo a quienes
tienen mayores necesidades.
Estas propuestas se sustentan en la visión de los niños como seres únicos, con
características propias; por ello, no es casual que la racionalidad que fundamenta la
educación infantil latinoamericana se caracterice por la afirmación de los siguientes
principios:
El máximo desarrollo integral posible en cada niño es, por tanto, el fin planteado por el
Ministerio de Educación para la faja entre 0 a 6 años, y para ello cuenta con un
subsistema de educación inicial y preescolar que constituye el primer eslabón del Sistema
Nacional de Educación. La atención a este período del desarrollo humano se implementa
mediante dos modalidades: institucional y no institucional, lo que permite, hasta el
momento actual, una cobertura del 99,5 % de la población infantil cubana de estas
edades. De esta manera se garantiza el cumplimiento de los derechos fundamentales del
ser humano y de los acuerdos asumidos por el Estado en la Cumbre Mundial en Favor de
la Infancia.
Aprendiendo Juntos: los centros de desarrollo infantil del Frente Popular Tierra y
Libertad: México.
El programa responde a los principios de equidad, pertinencia y calidad que los CENDI
del Frente Popular Tierra y Libertad imprimen en su oferta de servicios. Se integra en el
programa de acción comunitaria junto con otros programas de desarrollo social y humano,
como el de educación prenatal Construyendo un Mejor Mañana, el alimentario
Rescatando Inteligencias, el de la tercera edad, el de inmunizaciones, y el ecológico y de
cuidado ambiental, además de las brigadas médico-asistenciales en la comunidad, cuyas
estrategias se complementan y apoyan el saneamiento del contexto social en el que
conviven el niño y su familia, permitiendo ejercer una influencia positiva sobre el
desarrollo del infante.
Las experiencias de los jardines de niños de las escuelas Miguel Aguilar Bonilla y
Los Ángeles: dos instituciones amigables con el ambiente-Costa Rica.
Este acuerdo concibe la educación como un medio para construir una cultura ambiental
desde la perspectiva individual y social, en función de un desarrollo sostenible. Se espera
Relacionado con lo anterior, el primer propósito que se señala en dicho plan es que el
niño «se adapte progresivamente al entorno sociocultural al que pertenece, según las
normas, valores, costumbres y tradiciones de su medio de acuerdo con su nivel de
desarrollo» (p. 51), lo cual implica que los menores «manifiesten actitudes de respeto y
protección hacia el ambiente natural, social y cultural» (p. 52). Además, se apunta que el
docente debe promover experiencias para que sus estudiantes construyan una actitud de
respeto y protección hacia el ambiente natural.
El programa Bandera Azul Ecológica para Centros Educativos (PBAE-CE) se deriva del
Decreto Ejecutivo 31610-S-MINAE-TUR, del 2004, el cual fomenta la participación
comunitaria en la protección de los recursos hídricos y del ambiente en general. Tiene
como objetivo el siguiente:
Como parte del incentivo, y de acuerdo con el artículo 11 de este programa, «el centro
educativo participante obtendrá el galardón Bandera Azul Ecológica», de conformidad con
los parámetros establecidos en la evaluación anual, entre los que destacan: servicio de
agua para consumo humano, servicios sanitarios y evacuación de desechos líquidos,
higiene de aulas e instalaciones, educación ambiental, administración y seguridad. Los
puntajes asignados son los siguientes (MEP, 2009, p. 7):
2) Dos estrellas (AA): Puntaje del 100 % más campañas de protección del ambiente, tales
como reforestación en parques, ríos o quebradas con especies nativas, o todas aquellas
3) Tres estrellas (AAA): Lo obtenido en la bandera con dos estrellas, más un programa de
atención de emergencias y campaña de clasificación y reciclaje de desechos sólidos, o
bien otro tipo de proyecto ambiental con proyección comunal. Los proyectos mencionados
deberán ser sostenibles, es decir, deberán ser de carácter permanente en el centro
educativo o la comunidad.
Experiencia desarrollada durante cuatro años (2007-2011) con los pueblos jivi y piaroa,
ubicados en el eje carretero norte y sur de la Amazonía venezolana, cuyas acciones
estuvieron enmarcadas en las líneas estratégicas del proyecto Niños y Niñas del
Amazonas, auspiciado por la Fundación Bernard van Leer. Tales actuaciones estuvieron
orientadas a facilitar el acceso de los niños indígenas de estas comunidades a una
educación temprana de calidad mediante el desarrollo de propuestas curriculares y
prácticas pedagógicas culturalmente pertinentes, la formación y capacitación de actores
educativos y el establecimiento de alianzas estratégicas con otras organizaciones que
permitían incidir sobre políticas públicas; de todo ello se obtenían resultados de
aprendizaje socialmente útiles y reproducibles en la región.
Caricia y Arte surge en el marco de una práctica concreta. Esta consistió en el desarrollo
de un programa de capacitación realizado entre los años 2000 y 2003 para un grupo de
doscientos educadores comunitarios de Nicaragua (maestros empíricos que atienden a
los preescolares comunitarios) por iniciativa del Ministerio de Educación y con el apoyo
del Banco Mundial.
Cinco años después, en 2004, el trabajo de Funarte en este ámbito se había concretado
en la propuesta pedagógica Caricia y Arte, cuyo objetivo era facilitar la difusión de los
planteamientos sobre educación psicoafectiva que venía trabajando la organización entre
los maestros y educadores nicaragüenses. Por otra parte, los resultados exitosos de esta
experiencia en los citados municipios del norte del país llegaron a ser reconocidos por la
Dirección de Educación Preescolar, que solicitó oficialmente al Ministerio de Educación la
integración del programa en los cursos de profesionalización docente, dirigidos a los
educadores comunitarios en las escuelas normales públicas de Nicaragua (centros
Autoevaluación
2. ¿Por qué cree Ud. que son importante las Competencias en Educación Inicial?
fundamente su respuesta