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Cazadores de mar y tierra. Estudios recientes de arqueología fueguina

Chapter · October 2014

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1 author:

Laura Caruso Ferme


National Scientific and Technical Research Council (CONICET-CENPAT)
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Un abordaje interdisciplinario para el estudio de la organización tecnológica del material leñoso entre grupos cazadores-recolectores de Patagonia argentina View
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Al oeste del río Pinturas: poblamiento e interacciones con el área cordillerana (noroeste de Santa Cruz, Argentina) View project

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ÍNDICE

Agradecimientos 7

Listado evaluadores 9

Prólogo
Unas palabras de bienvenida
Angélica M. Tivoli y Jimena Oría 11

Estudio preliminar I
Búsqueda sin término: breve historia de la arqueología en Tierra del Fuego
Martín M. Vázquez y Alfredo I. Prieto 15

Estudio preliminar II
Territorios fueguinos: fisonomía, origen, evolución
Andrea Coronato 43

Primera parte: los canoeros del canal Beagle

Capítulo 1
Entre la caza y la pesca. Variaciones en el consumo de animales
entre los pueblos originarios del canal Beagle en 6000 años de historia
A. Francisco Zangrando 67

Capítulo 2
Las aves en la alimentación y tecnología de los pueblos
originarios de la región del canal Beagle
Angélica M. Tivoli 85

Capítulo 3
Caminando sobre sus huellas: tecnología lítica en sociedades
cazadoras-recolectoras pescadoras del canal Beagle
Myrian R. Álvarez 109

Capítulo 4
Dinámicas económicas de producción-consumo en el
registro lítico cazador-recolector del extremo Sur Americano.
La sociedad yámana
Iván Briz i Godino 125

Capítulo 5
Conductas mortuorias en el canal Beagle, una visión desde
el registro etnohistórico y etnográfico
Augusto Tessone 149

Segunda parte: los nómades de la estepa y el bosque

Capítulo 6
La subsistencia de los cazadores-recolectores terrestres
del Holoceno medio y tardío en el norte de Tierra del Fuego
Elisa M. Calás Persico 171
5
Capítulo 7
La explotación de lobos marinos por cazadores
recolectores terrestres de Tierra del Fuego
A. Sebastián Muñoz 197

Capítulo 8
Cazadores-recolectores de Tierra del Fuego y su cercanía
al mundo costero: una aproximación desde la pesca
Jimena A. Torres Elgueta 219

Capítulo 9
Distintas técnicas, distintos conocimientos: evidencias de
discontinuidad tecnológica en la fabricación de bifaces a lo largo
de la segunda mitad del Holoceno en el norte de Tierra del Fuego
Consuelo Huidobro Marín 243

Capítulo 10
De rocas a instrumentos. La tecnología
lítica de los fueguinos septentrionales
Karen B. Borrazzo 269

Capítulo 11
Tierra adentro. Distribuciones artefactuales y movilidad
en la estepa fueguina
Jimena Oría 289

Capítulo 12
Arqueología de la faja central de Tierra del Fuego:
una aproximación funcional-espacial
Hernán H. De Angelis 313

Capítulo 13
Los usos de la madera entre los cazadores-recolectores selk’nam
Laura Caruso Fermé 335

Tercera parte: estudios integrados, canoeros y cazadores terrestres

Capítulo 14
El consumo de moluscos en sociedades
cazadoras-recolectoras de Tierra del
Fuego (Argentina)
Ester Verdún Castelló 363

Capítulo 15
Las plantas en las economías fueguinas:
una perspectiva etnoarqueológica
Marian Berihuete Azorín 389

Capítulo 16
Pinturas corporales fueguinas: una arqueología visual
Dánae Fiore 409
13
Capítulo

LOS USOS DE LA MADERA ENTRE LOS


CAZADORES-RECOLECTORES SELK’NAM*

Laura Caruso Fermé**

RESUMEN

Las investigaciones arqueológicas realizadas en el sitio histórico Ewan (Ewan I y Ewan II-unidad 1), de
inicios del siglo XX, permitieron llevar a cabo un análisis arqueobotánico de las evidencias de consumo vege-
tal por parte de los cazadores-recolectores selk’nam de Tierra del Fuego (Argentina). La identificación de las
especies empleadas y el registro de las principales características morfométricas permitieron documentar el
aprovechamiento de Nothofagus antarctica –ñire–. Esta especie, dominante en el entorno, fue utilizada para
la construcción de la vivienda y como combustible. La presencia de carbón, hojas y semillas carbonizadas de
Empetrum rubrum –murtilla– en el sitio Ewan I, junto con la información etnohistórica del consumo de esta
especie por parte de los selk’nam, planteó la necesidad de un trabajo experimental a fin de poder dar una mejor
interpretación de las estrategias de su consumo. Los recursos vegetales, más allá de su rol alimentario, fueron
relevantes en otros aspectos tales como la tecnología, la construcción, el combustible y debieron constituir una
ventaja considerable en el ámbito de los bosques de la zona central de Tierra del Fuego.

PALABRAS CLAVE:
Arqueobotánica, cazadores-recolectores, selk’nam, Tierra del Fuego.

* Trabajo de investigación (cursos de Doctorado en Arqueología Prehistórica): “Los usos de la madera entre cazadores-recolectores selk’nam de Tierra del
Fuego”. 2008. Universidad Autónoma de Barcelona, España.
** Laboratori d’Arqueobotànica. Departament de Prehistòria. Universitat Autònoma de Barcelona (08193) Bellaterra, Cerdanyola del Vallès. Miembro del
grupo AGREST (Arqueología de la Gestió dels Recursos Socials i el Territori) y grupo GASA (Grupo de Arqueología Social Americana), unidad asociada
al CSIC (Institución Milá y Fontanals, Barcelona). [email protected]

335
Cazadores de mar y tierra. Estudios recientes en arqueología fueguina

INTRODUCCIÓN LOS RECURSOS VEGETALES


LEÑOSOS SEGÚN LOS ESCRITOS
ETNOGRÁFICOS
El material leñoso recuperado en sitios ar-
queológicos es producto de las actividades sociales
relacionadas con el entorno natural en el que se Los relatos etnográficos aportan información
desarrolla un determinado grupo. La mayoría de detallada sobre las distintas actividades llevadas a
las evidencias del uso de las plantas en sitios ar- cabo por la sociedad selk’nam, no obstante son
queológicos se restringe a los macrorrestos vegetales1 pocas las referencias en lo que respecta al consu-
carbonizados. No obstante, bajo determinadas condi- mo de recursos leñosos. A pesar de ello, existen
ciones, la explotación de estos recursos también puede algunos trabajos que, sin hacer mención a una
hacerse evidente a partir de la recuperación de restos especie vegetal determinada o exclusivamente a
arqueológicos sin carbonizar. La zona central de Tierra una actividad vinculada con los vegetales, brindan
del Fuego constituye un lugar ideal para abordar el información sobre el consumo de estos recursos.
estudio de la gestión de los vegetales en las economías Los trabajos que más detallan el aprovechamiento
cazadoras-recolectoras. En esta zona fue posible loca- de recursos vegetales leñosos son los de Gusinde
lizar un sitio atribuible a los selk’nam históricos, que (1982), Gallardo (1998[1910]) y Chapman (1986).
presentaba como característica singular la exce- En rasgos generales estos autores describen tres usos
lente conservación del material leñoso. La reciente del material leñoso: para la construcción de chozas o
ocupación de los sitios de la localidad Ewan (Ewan paravientos, como combustible y para la confección
I y Ewan II-unidad 1), de inicios del siglo XX, ha de instrumentos o parte de ellos.
sido una de las razones fundamentales por la cual
hoy en día es posible encontrar una estructura de
madera aún en pie (Mansur 2003; Mansur et al. CONSTRUCCIÓN DE CHOZAS
2006; entre otros). El objetivo principal de esta in- O PARAVIENTOS
vestigación es poder documentar las modalidades
de gestión y utilización de los recursos vegetales Los tres autores citados anteriormente ha-
leñosos entre los cazadores-recolectores selk’nam. cen mención a la ubicación, forma, características
Este trabajo forma parte de una investigación en y construcción de chozas y paravientos. Gusinde
el marco del doctorado en Arqueología Prehistó- y Chapman aportan datos específicos sobre el tra-
rica de la Universidad Autónoma de Barcelona. bajo destinado a la adquisición, transporte y pre-
Los resultados obtenidos han sido parte de distintas paración de los distintos troncos necesarios para
publicaciones (Berihuete et al. 2009; Caruso Fermé la construcción. La obtención consistía en cortar
2008, 2010, 2012a, 2013a; Caruso Fermé et al. los troncos (Chapman 1986:49), o directamente
2008, 2009a y b ). derribarlos (Gusinde 1982:179). Una vez obteni-
dos y transportados, debían ser preparados antes
de su utilización. Los tronquillos eran quebrados
de modo que todos tuvieran aproximadamente el
mismo largo, y también se les quitaban todas las
ramas (Gusinde 1982:178).

1
Los restos vegetales recuperados en sitios arqueológicos se dividen en macrorestos (maderas, carbones, semillas, frutos, etc.) y microrrestos (esporas de
polen, fitolitos, etc.).

336
Capítulo 13 Laura Caruso Fermé

COMBUSTIBLE ra de estos instrumentos de caza (Gallardo 1998


[1910]; Gusinde 1982). Según estos autores se
utilizaban generalmente troncos sin nudos de ma-
En la literatura etnográfica sobre el grupo dera de Nothofagus antarctica (Forst.) Oerst –ñire–
selk’nam se encuentran pocas referencias sobre los o Nothofagus betuloides (Mirb.) –guindo– para
combustibles utilizados, tan solo algunas menciones los arcos. En cambio, para los astiles, madera de
generales sobre el aprovechamiento de la madera de Berberis buxifolia (G. Forst) –calafate– según Ga-
los bosques de Nothofagus. Sin embargo, sí se des- llardo (1998[1910]) o de Chiliotrichum difussum
criben en detalle algunos aspectos de la gestión del (G. Forts) Kuntze –mata negra– según Gusinde
fuego. En lo referente a la adquisición de la leña, (1982).
la etnografía menciona la utilización preferente de
madera seca (Gallardo 1998[1910]:246). Según Gu- SITIOS EWAN I Y
sinde se utilizaban grandes troncos para alimentar EWAN II-UNIDAD 1
el fuego (Gusinde 1982:179), el cual era encendi-
do mediante la percusión de dos piedras (Gallardo El paraje arqueológico Ewan (54º12’06,3 S y
1998[1910]:255). Los troncos o grandes ramas que 67º16’14,03 O) se sitúa en la cuenca del río Ewan, a
alimentaban el fuego se iban acercando a medida que unos 15 km en línea recta de su desembocadura en
se consumían. Para remover la leña se utilizaban unas el Atlántico. Se localiza en las zonas colindantes de
pinzas confeccionadas a partir de una rama de Berberis un prado de gramíneas y del borde de un bosque de
sp. –calafate– (Gusinde 1982:187). Nothofagus antarctica (figura 1). La localidad Ewan
Más allá de la madera utilizada como com- está compuesta por Ewan I y Ewan II , en los sitios
bustible, Gusinde (1982:265), Gallardo (1998 fueron detectadas sendas estructuras de combustión,
[1910]:257) y Bridges (2000[1948]), mencionan ubicadas en posición central dentro de una distri-
la utilización de antorchas confeccionadas con cor- bución de troncos, parcialmente en pie en Ewan I
teza de árbol. Gusinde señala que en el norte de la y derrumbada en Ewan II-unidad 1 (Mansur et al.
Isla Grande se utilizaba una antorcha diferente a 2007; Mansur y Piqué 2010).
la antorcha de corteza, la cual era confeccionada La choza de Ewan I posee forma cónica y se
con ramas de Empetrum rubrum (Vahl ex Willd) encuentra ubicada en un claro del bosque (figura
–murtilla– (Gusinde 1982:265). 2A). En el centro de la estructura se documen-
tó un área de combustión. En ella se recuperó la
mayor parte de materiales arqueológicos: restos
CONFECCIÓN DE INSTRUMENTOS faunísticos de guanaco (Lama guanicoe) con dis-
tinto grado de termoalteración y muy fracturados,
Todos los autores citados centran mayoritaria- algunas lapas, fragmentos de metal, pigmentos y
mente sus escritos en la confección de arcos y fle- escasas microlascas de vidrio (Mansur et al. 2007).
chas. Si bien se menciona el uso de maderas para La datación dendrocronológica de los troncos uti-
confeccionar diversos instrumentos como man- lizados para construir esta choza indica que fue-
gos, armazones para extender pieles o estructuras ron cortados el año 1905, durante la primavera
para el transporte de bebés, lo que se describe austral, antes de que finalizara el período de creci-
más detalladamente es el proceso de manufactu- miento del anillo (Berihuete et al. 2007).

337
Cazadores de mar y tierra. Estudios recientes en arqueología fueguina

La ubicación de la choza y algunas de sus ca- entre los restos faunísticos, con respecto a Ewan I,
racterísticas – forma, orientación, etc. – coinciden vinculados principalmente con actividades de pro-
con las menciones etnográficas sobre la realización ducción y de consumo (Mansur et al. 2007). Ade-
del ritual del Hain (Mansur et al. 2009). El Hain más, se localizaron otras tres áreas de combustión
era un ritual de inciación de los jóvenes varones alineadas paralelamente al borde del bosque que
selk´nam en los “secretos” de los hombres adul- distan entre sí unos 10 y 12 m aproximadamente.
tos y en el cual debían pasar por diversas pruebas
(Chapman 1986).
A diferencia de Ewan I, en Ewan II la estruc-
tura aérea no se ha conservado, aunque sí se pudo
observar una gran distribución de troncos de dife-
rentes dimensiones, que al parecer se encontraban
caídos sin un claro patrón (figura 2B). En este si-
tio se destacan por un lado, la presencia del área
de combustión central ya mencionada, así como
varios troncos y ramas parcialmente carbonizados
en buen estado de preservación; por otro, la gran
cantidad de restos de talla en vidrio, la presencia
de instrumentos retocados (raspadores y puntas
de proyectil) y una mayor diversidad taxonómica Figura 1. Localización de los sitios Ewan I y Ewan II.

Figura 2. A) Choza de Ewan I; B) distribución de troncos recuperados en Ewan II-unidad 1 (diseño de planta Oriol Vicente).

338
Capítulo 13 Laura Caruso Fermé

METODOLOGÍA DE RECUPERA- de la estructura fue resultado del análisis de distribu-


CIÓN Y ESTUDIO DE RESTOS ción espacial de materiales. El sedimento se recogió
VEGETALES LEÑOSOS a partir de la cuadrícula de referencia, separando las
muestras en subsectores de 50 x 50 centímetros. Se-
Son varios los métodos que pueden utilizarse gún el nivel y sector, se decidió combinar criba en
en la recuperación de restos vegetales arqueológicos, seco y flotación del sedimento. Todo el sedimento
siempre y cuando se realice en forma planificada, de los cuadros correspondientes al fogón, o a su peri-
rigurosa y sistemática (Buxó y Piqué 2003; Caruso feria inmediata, fue flotado íntegramente ya que era
Fermé 2013b). En el caso de los sitios de Ewan, dos susceptible de poseer macrorrestos vegetales.
fueron los métodos combinados: flotación2 y criba- Simultáneamente a la flotación antes indicada,
do3 del sedimento. El sedimento fue flotado o criba- se realizó un muestreo estimativo en los cuadros si-
do según criterios establecidos durante el desarrollo tuados en el este y sur del área de combustión para
de los trabajos de campo. Para la flotación se utilizó determinar la extensión de la superficie ocupada
una malla de 2 mm para el interior de la cuba y una y establecer su riqueza en restos arqueobotánicos.
columna de tamices con mallas de 5 y 1 mm para Este muestreo, realizado tanto en la capa A1 como
recuperar el material decantado. Para el tamizado en A3, consistió en la flotación constante de 5 litros
seco se utilizaron zarandas con un tamaño de luz de de tierra, procedentes del subcuadrante SE de cada
malla de 5 y 2 mm (Caruso Fermé 2008). uno de estos cuadros. La muestra estimativa es un
En Ewan I la existencia de una estructura aé- test exploratorio que sirve para calibrar la rique-
rea de madera posibilitó, durante el desarrollo de za de información de una unidad estratigráfica o
la excavación, la delimitación de dos sectores bien contexto específico (Buxó 1997). Una muestra-test
definidos. Sobre la base de la ubicación de los tron- puede tener tres tipos posibles de resultados: test
cos que conforman la choza se delimitó un sector nulo, es decir que la muestra no evidencia la recu-
interno y otro externo. Asimismo, la superficie ex- peración de ningún macrorresto vegetal; test nega-
cavada fue dividida en metros cuadrados a partir tivo, la muestra sí evidencia material pero no en
de una cuadrícula de referencia. Esta cuadrícula, volumen significativo; y test positivo, la cantidad
realizada por subcuadrantes de 50 centímetros, de restos vegetales recuperados requiere una inten-
sirvió para recolectar el sedimento. Las estrategias sificación del muestreo. En el caso de la unidad 1
de muestreo se establecieron en función de la lo- de Ewan II el test resultó nulo o negativo, hecho
calización de los cuadros con respecto a la choza. por el cual se decidió que el sedimento proceden-
De esta manera, una vez retirada la capa de hierba, te de los cuadros a los que se les había aplicado el
el sedimento procedente de las capas A1 (mantillo muestreo estimativo sería cribado en seco. Como
orgánico con abundantes raíces) y A3 (sedimento resultado del muestreo estimativo realizado en los
marrón más compacto con material arqueológico) cuadros situados al este y sur del área de combus-
de los cuadros interiores de la estructura de madera tión, los cuadros más alejados del fogón, donde la
fue destinado a la flotación, mientras que el de los densidad de restos arqueológicos fue más baja, se
cuadros ubicados en el exterior fue cribado en seco. tamizaron en seco (Caruso Fermé 2008).
En Ewan II-unidad 1 se carecía de una estructura El volumen de sedimento flotados para Ewan
en pie que permitiera delimitar los cuadros durante I ha sido de 228,5 litros y para Ewan II de 320,5
su excavación. La definición del perímetro probable litros (Caruso Fermé et al. 2008, 2009a).

2
La flotación es uno de los sistemas de recuperación de macrorestos vegetales, mediante la utilización de agua. Los restos vegetales tienden a flotar y podrán
ser separados con facilidad del material mineral más pesado. (Nota de las editoras: ver también el capítulo de Berihuete Azorín en este libro).
3
El cribado o tamizado es otro método de recuperación de restos vegetales. Consiste en hacer pasar todo el sedimento a través de tamices, puede realizarse en
seco o bien con agua.

339
Cazadores de mar y tierra. Estudios recientes en arqueología fueguina

ESTRUCTURA DE MADERA, registró su orientación y fue extraído del área de exca-


PALOS Y TRONCOS vación a fin de realizar las mediciones pertinentes y su
descripción morfológica.
Como ya hemos mencionado, Ewan I se caracte-
riza por poseer una estructura cónica construida con TRONCOS DEL ÁREA DE COMBUSTIÓN:
troncos de madera. En el interior de esta estructura se EWAN II-UNIDAD 1
pudo observar asimismo un nivel de caída de palos
en forma más o menos radial que corresponde a los Un rasgo sobresaliente del área de combustión es
troncos que han ido cayendo con el paso del tiempo. la presencia de troncos y ramas parcialmente carbo-
Algunos de los palos que permanecen aún en pie se nizados. Los extremos situados en el centro del área
encuentran en posición original mientras que otros al termoalterada presentaban señales de carbonización.
parecer están desplazados y presumiblemente fueron La posibilidad de recuperar troncos utilizados como
recuperados de entre los del suelo para volver a ser leña en posición primaria supone un dato poco ha-
levantados en algún momento de los últimos veinte bitual sobre la gestión del combustible. Cada uno
años. A fin de distinguir los palos que aún se encuen- de estos troncos fue identificado con un número,
tran en posición vertical de aquellos fragmentos o pa- de la misma manera que aquellos recuperados en
los caídos, se decidió aplicar dos tipos diferentes de superficie y sin indicios de carbonización. Las carac-
identificación. Los palos que se mantienen aún en pie, terísticas morfométricas de troncos y ramas fueron
tanto en posición original como desplazados, fueron registradas teniendo en cuenta las mismas variables
identificados con una letra (de la A a ZZ), mientras que en el caso de los troncos de las estructuras.
que a los caídos les fue asignado un número (1 a 50).
Con el objetivo de poder analizar el patrón de caída y TÉCNICAS DE PREPARACIÓN
la posible relación con la choza, se registró la orienta- DE MUESTRAS Y ANÁLISIS DEL
ción de todos los palos, así como la posición de la par- MATERIAL LEÑOSO
te correspondiente a la base o tocón. Una vez asignado
el número, cada uno de los palos fue extraído del sec- Como resultado del tratamiento del sedimento
tor de excavación con el fin de realizarles una serie de se recuperó una gran cantidad de macrorrestos ve-
mediciones y registrar sus características morfológicas. getales. Por ello se optó por realizar un submuestreo
Durante la excavación de Ewan II-unidad 1 se en el laboratorio. La selección de los cuadros o sec-
pudo observar en superficie la presencia de troncos de tores analizados fue efectuada en función de la va-
diferentes dimensiones, que al parecer se encontraban riabilidad espacial observada (figura 3). Un ensayo
caídos sin un patrón claro. La hipótesis de partida preliminar realizado con el fin de determinar la di-
fue que los palos caídos y dispersos en la superficie versidad de taxones mostró una utilización homogé-
podrían haber formado parte de una estructura que nea de la madera. La cantidad de carbones a analizar
habría servido de refugio a los ocupantes del sitio. Por para cada subcuadro (50 x 50 cm) fue de 25, tanto
esta razón se llevó a cabo un exhaustivo registro de de la superficie del interior de la choza, en Ewan I,
sus características para determinar cuáles de ellos po- como de las áreas de combustión y zonas adyacentes.
drían ser contemporáneos a la ocupación del sitio. De Debido a la baja diversidad taxonómica previamente
la misma manera que en el caso de Ewan I, cada uno registrada, se consideró que 25 fragmentos podrían
de estos troncos fue identificado con un número, se ser representativos de la diversidad existente.

340
Capítulo 13 Laura Caruso Fermé

Figura 3. A) Cuadros analizados en Ewan I. B) Cuadros analizados en Ewan II-unidad 1 (diseño de planta O. Vicente).

ANÁLISIS TAXONÓMICO DE de láminas delgadas de cada uno de los planos con la


CARBONES Y MADERAS ayuda de un instrumento cortante. Cada uno de los
tres planos de la madera posee características y estruc-
La determinación de las especies representa- tura variables según la especie. Este método es amplia-
das en los conjuntos arqueobotánicos se efectúa mente utilizado en el campo de la arqueobotánica (Ver-
siguiendo una serie de caracteres diagnósticos ya net 1973; Chabal 1990, entre otros) y permite estudiar
establecidos para el estudio de la anatomía de la un gran número de muestras en poco tiempo.
madera (IAWA1989; Schweingruber 1990; entre En este trabajo la determinación de los restos,
otros). El análisis se lleva a cabo a partir de la ob- carbonizados y sin carbonizar, se llevó a cabo con
servación de los tres planos naturales de la madera: un microscopio óptico Olympus BX51 (40 a 500
transversal, longitudinal tangencial y longitudinal aumentos). Además de la colección de maderas
radial (Schweingruber 1990). Este tipo de análisis actuales, se utilizaron como referencia trabajos de
se basa en la comparación anatómica de carbones o anatomía vegetal (Ribera 1973-2002; Inside Wood
fragmentos de madera procedentes de yacimientos 2004; Pujana et al. 2008) y estudios arqueobotánicos
arqueológicos con muestras de referencia actuales, realizados en distintas áreas de la Patagonia argentina
permitiendo así la identificación del género y en y chilena (Solari 1992, 1994; Piqué 1999; Ancíbor y
algunos casos de la especie a la cual pertenecen los Pérez de Micou 2002; Marconetto 2002), en los que
restos estudiados. se describen especies leñosas utilizadas por las pobla-
La manera en que se realiza la observación de los ciones indígenas de esta zona.
rasgos anatómicos depende del estado en el que se en- Además de los caracteres anatómicos se registró
cuentren los macrorrestos –carbonizados o no–. Para una serie de aspectos: grietas radiales de contracción y
la observación de madera carbonizada es necesario marcas de insectos xilófagos, que permiten conocer el
preparar las muestras mediante la fractura manual del estado del material leñoso (verde, seco, sano, alterado)
carbón. Para la observación de los rasgos anatómicos y las modalidades de aprovechamiento del combusti-
de la madera sin carbonizar es necesaria la extracción ble (Caruso Fermé 2008, 2010, 2012b, 2013b).

341
Cazadores de mar y tierra. Estudios recientes en arqueología fueguina

ANÁLISIS MORFOLÓGICO DE LOS


parte proximal hacia el extremo distal, que suele ser
PALOS DE LAS ESTRUCTURAS
bastante delgado. Otro elemento tenido en cuenta
ha sido la bifurcación del tronco en ramas, dándole
En el caso de los troncos, además del análisis así al extremo distal forma de horqueta. Los indicios
taxonómico, se llevó a cabo un estudio morfoló- de descomposición o la existencia de un hueco en
gico. Este se basó en el registro de: uno de los dos extremos del tronco es otro elemen-
• el tipo de sección de cada tronco (tronco to que permite determinar cuál de los dos extremos
entero, medio tronco y tablón), es el proximal. La descomposición de la madera se
• el perfil (curvo, sinuoso y rectilíneo), acelera con el contacto de la humedad del suelo, de
• las dimensiones (la longitud y el diámetro). manera que cuando los troncos están en pie se em-
El extremo proximal (parte más cercana al piezan a descomponer por la base mientras que la
suelo del árbol vivo) y el extremo distal (parte que parte distal del tronco se encuentra relativamente en
conforma la terminación del tronco y por ende mejores condiciones. Otro indicio para discriminar
el más alejado del suelo) de cada tronco también el extremo proximal de los troncos es la conservación
fueron estudiados. Se clasificaron sobre la base de del tocón de base o raíz, lo que puede indicar que
las siguientes categorías: cortado, quebrado, frag- el tronco fue directamente desarraigado de la tierra.
mentado, descompuesto, deteriorado o hueco se- Una vez identificado el extremo proximal y extremo
gún el estado de conservación. distal de cada tronco, se inició el análisis de las carac-
Por último, la corteza y la presencia/ausencia terísticas morfológicas y la utilización de la madera.
de ramas fueron documentadas:
• ramas cortadas (cuando existen marcas de corte);
RESULTADOS
• ramas arrancadas (cuando hay marcas que evi-
dencian que han sido arrancadas de cuajo),
• no posee (cuando el tronco no posee ramas), En primer lugar se exponen los resultados obte-
• no determinable (cuando por efectos de altera- nidos a partir del análisis de madera sin carbonizar y
ciones u otras causas no es posible determinar posteriormente los del carbón.
con precisión si se trata de ramas arrancadas o
cortadas) (Caruso Fermé 2008, 2012a).
En el caso de Ewan II-unidad 1, para llevar a LAS ESTRUCTURAS HABITACIO-
cabo el análisis de los troncos fue necesario, en pri- NALES DE MADERA
mer lugar, establecer en cada uno de estos cuál era
el extremo proximal y cuál el distal. Esta distinción EWAN I
permitió realizar el análisis morfológico para, en
función de las variables analizadas, distinguir entre La estructura de Ewan I se articula sobre la base
aquellos troncos con probabilidades de pertenecer a de un eje central formado por cuatro troncos princi-
una estructura de madera y aquellos que se encuen- pales clavados en la tierra, sobre los cuales se apoya el
tran en el sitio por la poda natural y regeneración del resto de los troncos. Posee un diámetro aproximado
bosque. Uno de los criterios considerados para de- de 6 m, según se puede calcular por la localización
terminar el extremo proximal y distal fue el diáme- de la base de los palos todavía en pie. La altura en su
tro, ya que en general este va disminuyendo desde la parte interna es de 3,17 m.

342
Capítulo 13 Laura Caruso Fermé

El estudio de esta estructura permitió conta- Debido al estado de conservación de los tron-
bilizar un total de 27 postes todavía en pie, de los cos, el extremo proximal fue analizado solo en 53
cuales 8 no se encontraban en posición original, casos del total de 58 examinados. Un 53% del to-
sino que fueron puestos en pie recientemente. La tal de troncos analizados (caídos, desplazados y en
documentación fotográfica de esta choza realiza- posición original), presenta el extremo proximal
da en los años cincuenta y ochenta revela que ac- fragmentado, un 30% en estado de descomposi-
tualmente hay más palos en pie, lo que indicaría ción y un 17% cortado (figura 5A). En cuanto
que han sido levantados posteriormente de entre al estudio del extremo distal, la altura y caracte-
los caídos en el suelo (Caruso Fermé et al. 2009b, rísticas estructurales de la choza, dificultaron ex-
Mansur y Piqué 2009; Mansur y Piqué 2012). tremadamente el trabajo con los troncos que se
Por lo que respecta a los palos o fragmentos caí- encontraban en posición original o desplazados.
dos (figura 4), han sido relevados un total de 50. No obstante, fue posible estudiar este extremo en
Dadas las reducidas dimensiones de algunos de 29 troncos desplazados de su posición original y en
los palos caídos y las malas condiciones de preserva- cuatro caídos. Algunos troncos, como por ejemplo
ción de los mismos en general, solo fue posible reali- el F y el O, terminan en una rama distal de gran
zar el análisis en 58 troncos –19 en posición original, calibre, mientras que la gran mayoría lo hace con
8 desplazados y 31 caídos– de los 77 descubiertos. una horqueta L, W, A, 5, 21, etc. (figura 5B).

Figura 5. A) Extremo proximal con marcas de corte; B) extremo distal


terminación en horqueta.

Una de las características más relevantes y de cla-


ra procedencia antrópica es la presencia de marcas de
Figura 4. Derrumbe de troncos dentro de la choza de Ewan I. corte en el extremo distal de alguno de los troncos estu-
diados. Un 39% presenta este extremo con marcas de
corte, un 40% fragmentado y en un 12% no se pudo
El estado de preservación de los palos es va- discriminar si se trataba de marcas de corte o si simple-
riable; en general es mejor en aquellos que se en- mente el extremo estaba quebrado. Una mínima parte
cuentran en pie, aunque éstos están perdiendo la de los troncos –el 6%– presenta indicios de deterioro
albura en las zonas más expuestas. La identifica- y un 3% está quebrado. De la misma manera que con
ción taxonómica de la madera evidenció que la to- el caso del extremo proximal, se debe recordar que las
talidad de los palos pertenecen a una única especie características de los extremos pueden encontrarse alte-
vegetal: Nothofagus antarctica –ñire–. radas por el grado de deterioro de los troncos.

343
Cazadores de mar y tierra. Estudios recientes en arqueología fueguina

La totalidad de los troncos –caídos, desplazados El estudio realizado sobre 20 troncos demuestra,
y en posición original– se caracterizan por la ausen- de la misma manera que en Ewan I, que la única
cia de ramas. Solo dos de los troncos en posición especie representada es Nothofagus antarctica –ñire– .
original –F y O– presentan una rama secundaria Las características del extremo proximal de los
distal. En seis troncos caídos –nº 1, 4, 5, 10, 24, palos encontrados en la capa A1 son variables. Un
39– se registró que las ramas habían sido arranca- 45% de los mismos evidencia este extremo fragmen-
das de cuajo y en cinco de ellos –palo 6, 12, 21, tado, un 30% descompuesto, un 20% con marcas
43, H– se evidenciaron marcas de corte para la ex- de corte y un 5% presenta un tocón o raíz (tabla 1).
tracción de las ramas laterales. Los troncos de la capa A3 se encuentran en un 76%
La presencia de corteza no se ha conservado en fragmentados, un 12% presenta marcas de corte y
ninguno de los troncos caídos o desplazados que se otro 12% un tocón o raíz. En cuanto al extremo dis-
han analizado, a excepción del palo caído nº 16. La tal la mayor parte de los troncos, tanto de A1 como
presencia de corteza en una reducida parte del tron- de A3, evidencia este extremo fragmentado (tabla 1),
co no puede ser interpretada como resultado de una solo algunos casos de la capa A1 presentan indicios
acción intencional y recurrente, ya que la estructura de descomposición. Varios de los troncos de ambas
misma de la choza permite que las partes internas capas demuestran marcas de corte y solo algunos de
del tronco queden protegidas. En el caso concreto la capa A1 terminan en horqueta.
de los troncos caídos, la ausencia de corteza tampoco
puede ser entendida como resultado de una acción
antrópica, ya que el contacto con el suelo acelera
E XTREMO PROXIMAL
el proceso de descomposición haciendo perder al
ESTADO CAPA A1 CAPA A3
tronco la corteza y la albura. La evidencia está en los
Descompuesto 15% .
troncos que aún se encuentran en pie ya que están
Ahuecado x descomposición 15% .
mejor conservados que aquellos que han caído.
Fragmentado 45% 76%
El perfil de los mismos varía entre rectilíneos,
Tacón o raíz 5% 12%
curvos y sinuosos, aunque existe un marcado pre-
Marcas de corte 20% 12%
dominio de los rectilíneos. La longitud general os-
Total 100% 100%
cila entre el 1,23 y los 5,23 m de largo y en rasgos
EXTREMO DISTAL
generales el diámetro proximal varía entre los 5 y ESTADO CAPA A1 CAPA A3
los 21 cm (figura 6). Descompuesto 5% .
Fragmentado 56% 87%
EWAN II-UNIDAD 1 Marcas de corte 17% 13%
Horqueta 22% .
Total 100% 100%
En Ewan II-unidad 1 se pudo observar en super-
ficie una distribución de palos de diferentes dimen- Tabla 1. Características del extremo proximal y distal de los troncos,
siones sin un claro patrón de caída. Se contabilizaron del sitio Ewan II-unidad 1 según las capas.
un total de 40 palos, de los cuales 22 fueron registra-
dos en el nivel superficial –capa A1– y 18 durante la
excavación –capa A3–.

344
Capítulo 13 Laura Caruso Fermé

La sección del tronco indica que en todos ximal (marcas de corte o la existencia de un tocón
los casos son enteros y sin la existencia de ramas o raíz), como indicativas de una actividad de ob-
(arrancadas). El perfil varía entre rectilíneo, sinuoso tención de la madera –desarraigado o corte–.
y curvilíneo. Por lo que se refiere a los troncos re- El segundo criterio empleado hace referencia a
gistrados en la capa A3, un 47% presenta un perfil la existencia de rasgos producidos por agentes post-
rectilíneo, un 29% sinuoso y un 24% curvilíneo. deposicionales de origen ambiental que puedan ayu-
Si analizamos en forma conjunta el porcentaje de dar a discernir si la existencia de los troncos se debe
los perfiles de los troncos de la capa A1 y A3 podre- a causas naturales (desprendimiento de un árbol) o al
mos ver (figura 6) un predominio de perfil sinuoso. hecho de haber pertenecido a algún tipo de estructura.
En rasgos generales el diámetro proximal en ambas El último aspecto para la formación de los
capas varía entre los 2,5 y los 20 cm, el distal varía subconjuntos fueron las dimensiones y caracterís-
entre los 2 y 12 cm (figura 6) y la longitud general ticas morfológicas de los troncos pertenecientes a
oscila entre 89 cm y 5,70 m de largo. la choza de Ewan I.
Los tres subgrupos presentan las siguientes ca-
racterísticas:
• Grupo A: aquellos troncos que evidencien
una actividad antrópica (corte o desarraigo
de los troncos), es decir con alta probabili-
dad de pertenecer a la estructura de madera.
• Grupo B: los que no poseen marcas de índo-
le antrópico o ambiental (descomposición o
ahuecamiento del extremo proximal). Es de-
cir que no tienen ningún indicio de pertene-
cer a una estructura.
• Grupo C: categoría intermedia comprendida
por aquellos troncos que, a pesar de no reu-
nir las características específicas del primer
subconjunto podrían haber pertenecido a la
estructura de madera.
Este primer trabajo permitió determinar 22 tron-
Figura 6. Distribución de los troncos en Ewan II-unidad 1 y Ewan I según su cos correspondientes al Grupo B. La mayoría de estos
perfil y diámetro proximal, expresado en porcentaje.
poseen los dos extremos fragmentados o descom-
puestos y morfológicamente no respetan las medidas
A los fines de diferenciar entre troncos que establecidas previamente, hecho por el cual fue impo-
pudieron haber formado parte de una estructura sible agruparlos en alguno de los otros dos conjuntos.
constructiva y aquellos depositados naturalmen- El Grupo A (tabla 2) quedó conformado por 12
te por el decaimiento del bosque se establecieron troncos. Los troncos nº 4, 8 y 44 están por debajo de
tres subconjuntos: A, B y C. El primer criterio la longitud establecida para los troncos relacionados
utilizado en la definición de los subgrupos fue la con una estructura de madera, pero dado que los tres
existencia de marcas antrópicas en el extremo pro- presentan marcas de corte en alguno de sus extre-

345
Cazadores de mar y tierra. Estudios recientes en arqueología fueguina

mos son considerados como parte de este grupo. Se grupo A y cuatro del grupo C) tienen posibilidad
debe mencionar también que la fragmentación del de haber pertenecido a una estructura de madera.
extremo distal de los troncos impide determinar su En rasgos generales estos troncos tienen una longi-
verdadera longitud. tud que oscila entre los 1,50 y los 5,70 m. Su diá-
El Grupo C se encuentra formado solo por metro proximal se caracteriza por presentar marcas
cuatro troncos (tabla 2). La longitud y el diámetro de corte o poseer un tocón –raíz– y varía entre los 5
de estos están dentro de la media de los troncos y los 14 cm, predominando notoriamente aquellos
pertenecientes al grupo A. El estado de descom- que se encuentran entre los 5 y 10 cm. El diámetro
posición y ahuecado en el extremo proximal es un distal va de los 2,5 a los 7 cm y en general posee
indicio de que los troncos estuvieron en posición una horqueta o está cortado. Las características
vertical por tiempo prolongado. Además la termi- generales de estos troncos demuestran que fueron
nación en horqueta del extremo distal refuerza la obtenidos por corte o desarraigo y desprovistos de
idea de la posición vertical y posibilita que estos sus ramas laterales. La morfología de los mismos
troncos puedan ser incluidos al grupo A. evidencia también una clara selección en cuanto
En síntesis, a partir de la distinción de los tres al diámetro y longitud, así como a la presencia de
grupos es posible observar que, de los 40 palos re- horqueta en el extremo distal.
cuperados durante la excavación, solo 18 (12 del

Diámetro Diámetro Extremo Extremo


Grupo Tronco Longitud Orientación Capa Total
Proximal Distal Proximal Distal
1 3,95 m 9 cm 6 cm Cortado Fragmentado N-S A1
2 5,70 m 11 cm 5 cm Cortado Fragmentado NO-SE A1
Cortado/
4 1,28 m 5 cm 4 cm Fragmentado NE-SO A1
Horqueta
8 89 cm 12 cm 10 cm Cortado Fragmentado N-S A1
Cortado/
10 3,15 m 13 cm 7 cm Fragmentado N-S A1
Horqueta
A 28 1,50 m 6 cm 3 cm Cortado Cortado N-S A1 12
30 2,80 m 7 cm 4 cm Tocón o raíz Fragmentado NE-SO A3
35 3,78 m 6 cm 4 cm Fragmentado Cortado E-O A3
36 2,70 m 7 cm 5 cm Cortado Cortado E-O A3
41 3,33 m 12 cm 4 cm Tocón o raíz Horqueta N-S A1
44 90 m 8 cm 6 cm Cortado Fragmentado NO-SE A3
47 2,95 m 6 cm 2,5 cm Tocón o raíz Fragmentado E-O A3
22 4,15 m 11 cm 3 cm Hueco Fragmentado NO-SE A1
24 2,14 m 6 cm 3 cm Descompuesto Fragmentado N-S A1
C 4
27 2,30 m 14 cm 7 cm Descompuesto Horqueta NE-SO A1
40 3,33 m 7 cm 6 cm Hueco Horqueta NE-SO A1

Tabla 2. Troncos pertenecientes a los grupos A y C.

346
Capítulo 13 Laura Caruso Fermé

Etnográficamente se sabe que los troncos eran RESIDUOS DE COMBUSTIÓN


utilizados por los selk’nam para la confección de
paravientos y chozas de madera. En este caso en
particular no es posible especificar cuál sería el La aplicación sistemática de diferentes estrate-
tipo de estructura en cuestión. Sin embargo, los gias de muestreo –flotación del sedimento, criba-
paravientos fueron descriptos como una estructu- do y muestreo estimativo– permitió recuperar una
ra más o menos cónica, formada por 6 o 12 tron- gran cantidad de macrorrestos vegetales. El residuo
cos y ramas que medían alrededor de 1,50 metros de combustión es abundante en ambos sitios, lo
y tenían punta en un extremo y una horqueta en que facilitó la observación y registro de los caracte-
el otro (Gusinde 1982; Chapman 1986). Por lo res planteados. El resultado del análisis de Ewan I
tanto, si solo se toma como referencia esta infor- generó la necesidad de experimentar con una de las
mación, la longitud y número de troncos perte- especies representadas: Empetrum rubrum.
necientes al grupo A, se alejan de los parámetros Con el objetivo de clarificar la presentación
característicos de un paravientos. de resultados y la comparación entre sitios, en
La localización del extremo proximal de los primera instancia se presentarán los resultados de
troncos (en las zonas periféricas respecto del área Ewan II-unidad 1, posteriormente los de Ewan I
de combustión) recuperados en Ewan II-unidad 1 y finalmente los de la experimentación.
y el análisis de la dispersión espacial del material El residuo de combustión recuperado en Ewan
en planta (en particular microlascas de vidrio y II-unidad 1 tanto en la capa A1 como en la A3 es
restos de fauna), sugieren una estructura cerrada muy abundante. En la figura 8 se aprecia la densidad
con actividades que se desarrollan alrededor de un de residuos de combustión recuperados en los dife-
fogón central (Mansur et al. 2007) (figura 7). rentes cuadros de excavación de A3. En la zona del
fogón se recuperaron grandes fragmentos de troncos
que se encuentran parcialmente carbonizados.

Figura 7. Ewan II-estructura I, base de los troncos caídos marcando un po- Figura 8. Densidad de carbón recuperado en Ewan II-unidad 1 de A3, a
sible perímetro de la estructura habitacional (diseño de planta O. Vicente). partir del peso de los mismos (diseño de planta O. Vicente).

347
Cazadores de mar y tierra. Estudios recientes en arqueología fueguina

El análisis taxonómico de los carbones fue


efectuado sobre una muestra total de 664 frag-
mentos. Esto permitió determinar un uso homo-
géneo del material leñoso destinado a la combus-
tión: Nothofagus antarctica –ñire– .
Nothofagus antarctica es un árbol de porte varia-
ble, que tiene diferentes morfotipos según el lugar
donde se desarrolle, siendo achaparrado en bosques
A de altura y de forma arbórea en zonas óptimas. Está
adaptado para soportar bajas temperaturas y puede
alcanzar los 500 años de vida (Santos Biloni 1990).
Esta especie presenta las siguientes características
anatómicas microscópicas (Caruso Fermé 2008,
2012a, 2012b, 2013b, entre otros):
• Corte transversal: los anillos de crecimiento son
visibles y ondulados. La porosidad de la made-
ra es difusa y los vasos se encuentran agrupados
con una orientación radial (figura 9A).
• Corte tangencial: los radios son principal-
mente unicelulares, aunque también pueden
B ser biseriados. La altura de los radios es de 10
a 20 células (figura 9B).
• Corte longitudinal radial: los radios son ho-
mogéneos y la estructura de las paredes de
los vasos es escaleriforme (figura 9C).
El estudio del material también permitió identi-
ficar dos tipos de alteraciones: grietas de contracción
y marcas de insectos xilófagos. El porcentaje de car-
bones agrietados es relativamente bajo, solo un 13%
presentan este tipo de alteración y su distribución es
casi homogénea en la totalidad de los cuadros exca-
vados: área de combustión y periferia (figura 11A).
C
La presencia de marcas de insectos xilófagos en-
tre el material estudiado es aun más reducida, el 5%
de los fragmentos presentan este tipo de alteración
Figura 9. A: corte transversal de Nothofagus antarctica; B: corte tangencial; (figura 11B). Los carbones afectados se encuentran
C: corte radial (Caruso Fermé 2013b).
en sectores pertenecientes al área de combustión,
en sectores de la periferia y en aquellos más aleja-
dos del fogón. La baja incidencia de esta alteración

348
Capítulo 13 Laura Caruso Fermé

entre el material indicaría que en general la madera dos de ellos (nº 5 y 14) terminan en horqueta. To-
utilizada estaba en buen estado. Cabe tener presen- dos los troncos conservan corteza y algunas ramas.
te que los insectos xilófagos pueden atacar tanto En síntesis, la orientación de los troncos encon-
madera muerta como viva, por lo que la presencia trados en el área de combustión, sus dimensiones
o ausencia de marcas entre el material arqueológico y las marcas de corte documentadas permiten dis-
no debe ser interpretado como la representación de cutir algunos aspectos de la organización y gestión
madera muerta (Fischesser 2000; Dufraisse 2006). del fuego por parte de los cazadores-recolectores
En el área de combustión se registraron 8 selk’nam. La obtención del material leñoso desti-
troncos, con indicios de exposición al fuego, que nado a la combustión responde, en primer lugar,
sobresalían de la hojarasca permitiendo que el a un aprovisionamiento local, ya que Nothofagus
fogón fuera visible prácticamente desde la super- antarctica es la especie más abundante en torno al
ficie. Algunos de estos troncos también presenta- yacimiento. Las marcas de corte en los troncos evi-
ban marcas de corte en uno de sus extremos. Los dencian la utilización de instrumentos adecuados
troncos mayores estaban orientados, según su eje para la obtención de este tipo de combustible. Las
más grande, en dirección este-oeste, ocupando el dimensiones de los troncos indican además una
sector este del área de combustión. Esta disposi- búsqueda selectiva del material.
ción de los troncos está relacionada con la ges-
tión del fuego y del espacio ocupado. Los datos EWAN I
etnográficos describen que los troncos utilizados
como leña sobresalían por la puerta de la choza
y eran introducidos a medida que se consumían. El residuo de combustión procedente de
Por otra parte según la disposición de los troncos Ewan I es en general de pequeñas dimensiones en
del fogón es factible considerar que su orientación comparación con las muestras de Ewan II-unidad
podría estar relacionada con la existencia de una 1. Se analizó un total de 731 carbones. Los resul-
abertura en la estructura habitacional. tados del análisis taxonómico evidencian que un
De los ocho troncos contabilizados, uno de 99% de los fragmentos corresponden a Nothofagus
ellos (nº 18) se encontraba en estado avanzado de antarctica y 1% a una especie arbustiva Empetrum
descomposición, hecho por el cual no fue tenido rubrum –murtilla–. La totalidad de los carbones
en cuenta en el análisis. La totalidad de los troncos de Empetrum rubrum fueron recuperados en la
pertenecen a una única especie vegetal: Nothofagus periferia del fogón o más alejados aún de ella.
antarctica –ñire– . Su longitud oscila entre los 1,9 Empetrum rubrum es un arbusto achaparrado
m y los 30 cm. El diámetro proximal va desde los de entre 15 y 50 cm, con ramas tendidas, hojas
6 hasta los 19 cm y el distal de los 2,5 a los 13 cm. oblongas y punzantes de hasta 5 mm de largo. Los
La orientación de estos troncos es de este-oeste –nº frutos son drupas de color rojo oscuro, carnoso,
14, 19, 20, 21, 42 y 43– y noreste-sureste –nº 5– . con 6-9 semillas. Habita en el límite altoandino
Solo dos de ellos (nº 19 y 43) evidencian marcas del bosque, desde la provincia de Neuquén (Ar-
de corte, mientras que los cinco restantes muestran gentina) hasta la provincia de Tierra del Fuego.
indicios de combustión. En cuanto al extremo dis- Florece a fines del invierno austral y fructifica en
tal, un tronco (nº 19) tiene este extremo quemado, primavera y principios del verano (Rapoport et al.
cuatro (nº 20, 21, 42, 43) lo tienen fragmentado y 2003). Sus frutos son comestibles y pueden con-

349
Cazadores de mar y tierra. Estudios recientes en arqueología fueguina

sumirse crudos ya que tienen un sabor acidulado muy fragmentos estudiados. Un 25% de los carbones se
particular (Ragonese y Martínez-Crovetto 1974). encuentra agrietado, este porcentaje es mayorque el
Empetrum rubrum presenta las siguientes carac- registrado en Ewan II-unidad 1, –13%– (figura 11C).
terísticas anatómicas microscópicas (Caruso Fermé, No obstante, esta diferencia no es estadísticamente
2008, 2012a, 2012b, 2013b): significativa, ya que es inferior al 0,0001 tanto por
• corte transversal: la porosidad de la madera la prueba de x2 como por la prueba exacta de Fisher.
es difusa. Los poros son pequeños y se en- Por ello no es posible concluir que las diferencias se
cuentran en forma principalmente aislada deban a una estrategia diferente en la adquisición del
con una orientación radial (figura 10A); combustible.
• corte tangencial: los radios son unicelulares.
La altura de los radios es de 1 a 5 células (fi-
gura 10B);
• corte longitudinal radial: los radios son hete-
rogéneos. Presenta punteaduras intervasculares
opuestas. Vasos intervasculares con perforacio-
nes escaleriformes (5-10 barras).
El análisis taxonómico permitió identificar grietas
de contracción y marcas de insectos xilófagos entre los

A
Figura 11. Grietas de contracción radial (A y C) y marcas de insectos xilófagos
(B y D) en carbones procedentes de Ewan II unidad 1 y Ewan I.

Por lo que respecta a las marcas de insectos xiló-


fagos, un 10% de los carbones estudiados demuestra
esta alteración (figura 11D). Esta cifra es ligeramente
superior a la representada en Ewan II-unidad 1 (figu-
ra 11B). No obstante, esta diferencia de porcentajes
tampoco es significativa. La aplicación de distintas
pruebas estadísticas muestra que las diferencias pue-
den deberse al azar, ya que el valor obtenido a partir
B
de la prueba de Fisher es inferior al 0,0009, mientras
que la del x2 es inferior al 0,0007.
Figura 10. A: corte transversal de Empetrum rubrum; B: corte tan-
gencial (Caruso Fermé 2013b).

350
Capítulo 13 Laura Caruso Fermé

En síntesis, el residuo de combustión proce- ¿La existencia del fruto y las semillas carboni-
dente de Ewan I responde mayoritariamente a una zadas en Ewan I son el residuo de una actividad
especie arbórea (Nothofagus antarctica) y en me- de alimentación o pueden estar relacionadas con
nor medida a una arbustiva (Empetrum rubrum). la utilización de esta especie como combustible?
Ambas especies crecen en las inmediaciones del ¿Por qué las hojas de este arbusto aparecen
yacimiento. El estudio carpológico realizado en carbonizadas pero no se han convertido en ceniza?
Ewan I (ver capítulo de Berihuete en este libro)
evidencia restos de Empetrum rubrum carboniza- EXPERIMENTACIÓN 1
dos dentro del área de combustión: semillas (en
todos los cuadros muestreados), hojas y un fruto
(figura 12).

Figura 12. Distribución de restos de Empetrum rubrum (diseño de planta


Oriol Vicente).

Sobre la base de estos resultados se planteó


el desarrollo de dos experimentaciones (Caruso
Fermé 2008, 2010). La primera consistió en la
quema de Empetrum rubrum y Nothofagus antarc-
tica y la segunda significó la confección de una
antorcha de Empetrum, similar a la descrita por
Gusinde (1982). Los datos arqueobotanicos, la
distribución espacial de los restos analizados y la
Figura 13. A: lugar de toma de muestras de Empe-
información etnohistórica generaron dos interro- trum rubrum; B: Empetrum rubrum ; C) muestra de
gantes en cuanto a los usos de Empetrum rubrum Empetrum rubrum para experimentación 1
por parte de los cazadores-recolectores selk’nam.

351
Cazadores de mar y tierra. Estudios recientes en arqueología fueguina

La experimentación de quema significó la algunos frutos carbonizados de Empetrum rubrum


combustión de Nothofagus antarctica sobre cua- (figura 14 A a F).
drados de tierra extraídos del suelo del claro de La acción de colocar directamente tronquillos
Ewan, durante el mes de abril, a fin de simular y ramas sobre la vegetación de los cuadros de tierra
las condiciones del sitio arqueológico (figura 13A, generó la obstrucción de la circulación de aire, en-
B, C). En el claro del bosque Empetrum rubrum tre el material leñoso que se estaba quemando y la
crece en forma de manchones entremezclándose vegetación verde de la base, impidiendo que la vege-
con arbustos de similares características y posee tación que se encontraba por debajo de los leños de
una masa leñosa reducida. Nothofagus antarctica llegara a encenderse. Por otra
La experimentación permitió observar que parte, la vitrificación registrada en los carbones de
una vez consumido y apagado el fuego, al separar Empetrum rubrum recuperados en Ewan I también
los carbones superficiales y retirar las cenizas, exis- podría relacionarse con la falta de oxigenación du-
tía una concentración de restos de ramitas, hojas y rante la combustión (Caruso Fermé 2008, 2010).

Figura 14. A) Muestra del suelo del sitio Ewan; B-C) fuego con madera de Nothofagus antárctica ; D) resultado
de la combustión; E-F) semillas de Empetrum rubrum de 3 mm.

352
Capítulo 13 Laura Caruso Fermé

EXPERIMENTACIÓN 2
largo y 5-6 cm de ancho. El bulto fue atado con
hierbas, en forma de espiral, intentando que la
presión que mantenía unidas las ramas fuera lo
A partir de las descripciones realizadas por Gu- suficientemente fuerte como para que no se des-
sinde (1982) se intentó reproducir una antorcha armase, pero lo suficientemente laxa como para
confeccionada con Empetrum rubrum. Debido a las permitir una mínima entrada de aire que hiciera
características morfológicas del Empetrum existente posible la combustión (figura 15A).
en las inmediaciones del sitio Ewan, fue necesario Empetrum rubrum posee un tipo de textura
realizar la antorcha con Empetrum recolectado en que lo hace muy manipulable mientras está verde,
la zona sur de la isla (canal Beagle) durante el mes pero una vez seco pierde rápidamente sus hojas.
de abril. Los arbustos de Empetrum, como muchas Por esta razón se decidió realizar el armado de
otras especies pueden variar sus características según la antorcha con ramas verdes. Para el encendido
las condiciones ambientales en las que se desarrollan. de la antorcha se utilizó un fuego preparado con
En aquellos medios más aptos para su desarrollo ad- ramas de Nothofagus antarctica. Al no lograr en-
quirirán condiciones morfológicas diferentes, carac- cenderla inmediatamente luego de su confección,
terizándose por una mayor o menor masa leñosa. fue necesario dejar secar la antorcha cinco días.
En la zona del canal Beagle las plantas de Empetrum Pasado este período de tiempo la antorcha fue
rubrum se encuentran en los recovecos de las grandes expuesta al fuego encendiéndose perfectamente
piedras, donde crece en extensión. Mientras que, en (figura 15B, C).
el claro del bosque del sitio Ewan, esta especie crece Esta segunda experimentación ha permitido
en forma de arbusto de menor altura y su masa leño- comprobar que las ramas atadas de Empetrum
sa es sumamente inferior. rubrum puestas en contacto directo con el fue-
Además de conocer la calidad como combus- go encienden rápidamente. La veloz combustión
tible de esta especie, existía un particular interés combinada con la acción del viento, característico
en saber si: de esta zona, hace imposible el uso de la antor-
• el Empetrum rubrum es una especie óptima cha planteado por Gusinde “(…) Se hará arder sin
para el confeccionado de una antorcha y llama un extremo y, solo al encontrarse cerca de las
cómo es su funcionamiento, aves, se sacudirá violentamente para que se levante la
• la existencia de hojas carbonizadas de Em- llama (…)” (Gusinde 1982:265). La combustión
petrum rubrum en Ewan I puede responder de la antorcha permitió observar que al quemarse
a la utilización de antorchas confeccionadas ramas atadas de Empetrum rubrum no liberan tro-
con esta especie. zos de carbón ni se carbonizan sus hojas. El fuego
La antorcha se elaboró siguiendo la breve des- quema fácilmente las ramas y hojas transformán-
cripción realizada por Gusinde: “(...) Las ramitas cor- dolas directamente en cenizas.
tas y delicadas de Empetrum rubrum se unen formando
un bulto de un largo que no exceda el metro y del ancho
de una muñeca y se rodea este bulto de un cordón de
juncos trenzados en espiral (...)” (Gusinde 1982:265).
Se colocaron ramas de Empetrum rubrum has-
ta formar un bulto de aproximadamente 1 m de

353
Cazadores de mar y tierra. Estudios recientes en arqueología fueguina

DISCUSIÓN Y COMPARACIÓN
ENTRE EWAN I Y EWAN II-
UNIDAD 1

El bosque fue utilizado por los selk’nam como


ambiente para instalación y como fuente de mate-
ria prima necesaria para la obtención de combusti-
ble y construcción de estructuras de maderas. Los
resultados arqueobotánicos de Ewan I y Ewan II-
unidad 1, así como la información de las fuentes
escritas, permiten discutir sobre las modalidades de
adquisición y usos de los recursos leñosos por parte
de los cazadores-recolectores selk’nam.
Según los datos etnográficos, los selk’nam utili-
zaban troncos de los árboles para confeccionar cho-
zas cónicas, parcialmente recubiertas de hojas, pasto
y pieles, y paravientos semicirculares, formados por
algunos troncos a los que se sujetaba una cobertura
de pieles de guanaco (Chapman 1986:49). El sitio
Ewan I se caracteriza precisamente por poseer una
estructura de madera de forma cónica aún en pie. En
el caso de Ewan II-unidad 1, el análisis de los troncos
recuperados, junto con el resultado del análisis de
la dispersión espacial del material arqueológico, per-
mitieron corroborar que también se trataba de una
estructura de madera (Mansur et al. 2007).
El estudio de los troncos permitió evidenciar
diferencias y similitudes entre las estructuras de
Ewan I y Ewan II-unidad 1. En lo que se refiere
a la materia prima aprovechada, todos los troncos
utilizados en ambas estructuras indican un con-
sumo local y corresponden a una única especie
Figura 15. A: Antorcha confeccionada con Empetrum rubrum; B: com- vegetal: Nothofagus antarctica.
bustión de la antorcha; C: resultado de la combustión.
El análisis de los troncos pertenecientes a Ewan
I y Ewan II-unidad 1, pone en evidencia rasgos re-
currentes que indicarían un cierto tipo de selección.
La misma respondería a la búsqueda de una serie de
características morfológicas predeterminadas, tales
como su longitud, diámetro y perfil, así como su
tipo de terminación. La bifurcación de ramas era

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Capítulo 13 Laura Caruso Fermé

aprovechada para obtener troncos terminados en y 21 cm, mientras que en Ewan II-unidad 1 oscilan
horqueta. La obtención se realizaba mediante un entre los 5 y los 15 cm. El análisis estadístico realiza-
corte con instrumento o simplemente desarraigán- do entre los troncos con una longitud mayor de 1,50
dolos de la tierra. Una vez obtenidos, los troncos metros demuestra que las dimensiones del extremo
eran trasladados y desprovistos de sus ramas a tra- proximal de los troncos de Ewan I y Ewan II-unidad
vés de un corte o arrancándolas de cuajo, siendo 1 está “log normalizada” (prueba Shapiro-Wilk).
las únicas actividades realizadas en los troncos antes La diferente ubicación de cada una de las cho-
de su utilización. A su vez, la presencia de corteza zas puede ser otra variable a tener en cuenta en la
en las porciones más protegidas de algunos de los discusión sobre las diferencias de tamaño de ambas
troncos en pie sugiere que no existió descorteza- estructuras. Mientras que la choza de Ewan II-uni-
miento de los mismos. dad 1 se sitúa en el interior del bosque, la choza de
No obstante, más allá de estas similitudes, Ewan I se encuentra en un claro, completamente
existen diferencias morfológicas entre los troncos desprotegida y expuesta a la acción del viento y la
de Ewan I y Ewan II-unidad 1. Ewan I se carac- lluvia. Las fotografías tomadas por los pobladores
teriza por tener un porcentaje muy alto de rectilí- de la zona en los años 1951 y 1985 evidencian
neos (figura 6), mientras que en Ewan II-unidad el avance de la línea del bosque con respecto a la
1 el porcentaje más alto corresponde a sinuosos. choza de Ewan I. La constante exposición de esta
Todos los troncos de Ewan I superan los 4 m de choza podría suponer la construcción de una es-
longitud, llegando el más largo a poseer unos 5,63 tructura de madera capaz de soportar entre otras
m, mientras que en Ewan II-unidad 1 oscilan en- cosas la fuerte acción del viento. El armado de una
tre los 1,50 a 5,70 m, y la mayoría de ellos mide estructura fuerte requiere la utilización de troncos de
alrededor de 3 m. El análisis estadístico de esta un determinado diámetro y longitud, hecho por el
característica demuestra que las dimensiones en cual quizás los troncos de Ewan I presenten mayores
ambas estructuras están “log normalizadas” (prue- dimensiones que los de Ewan II-unidad 1. Por otro
ba Shapiro-Wilk), hecho que evidencia una clara lado, para que una estructura pueda mantenerse en
intencionalidad de su selección. pie y sostenerse por sí misma, es necesario que ten-
El extremo distal de varios de los troncos, tanto ga dimensiones acordes al tamaño de los troncos. A
de Ewan I como de Ewan II-unidad 1, está cortado diferencia de la amplitud espacial característica del
o posee una horqueta. Según el análisis estadístico claro, el bosque impone una serie de limitaciones
antes mencionado, los troncos de ambos sitios que que quizás podrían repercutir en el tamaño de la
poseen horqueta no presentan diferencias en cuanto estructura de Ewan II-unidad 1. La existencia de
a las dimensiones de longitud y diámetro proximal. los árboles que conforman el mismo bosque puede
En cuanto al extremo proximal, los troncos de las ser un factor limitante del espacio a la hora de rea-
dos estructuras presentan marcas de corte, pero solo lizar la construcción de la estructura. La búsqueda
algunos de Ewan II-unidad 1 poseen la forma origi- de visibilidad o luz solar dentro del bosque tam-
nal del tocón –raíz– en este extremo. bién podrían ser otros factores a tener en cuenta a
Otra diferencia morfológica entre los troncos de la hora de evaluar las causas del menor tamaño de
Ewan I y Ewan II-unidad 1 radica en las dimensio- la choza de Ewan II-unidad 1.
nes del diámetro proximal. En Ewan I los troncos En lo que se refiere al aprovechamiento de la
poseen un diámetro proximal que oscila entre los 5 madera como combustible, los resultados obte-

355
Cazadores de mar y tierra. Estudios recientes en arqueología fueguina

nidos también demuestran que las estructuras vidrio (raspadores que trabajaron sobre piel, puntas
de combustión de Ewan I y Ewan II-unidad 1 de flecha, ver De Angelis en este libro) recuperados
son totalmente comparables y sugieren tiempos o durante la excavación, cuyo uso requiere la existen-
duraciones de uso prolongadas. La estructura de cia de al menos astiles y arcos, armazones para ten-
combustión de Ewan II-unidad 1 se destaca sobre sado de pieles, mangos, etc.
la de Ewan I por su perfecta conservación y por la En conclusión, los resultados obtenidos evi-
recuperación de troncos utilizados como leña en dencian en primer lugar que el entorno forestal
posición primaria, que representan un dato poco no solo fue esencial en el quehacer cotidiano de
habitual sobre la captación y gestión del combusti- los cazadores-recolectores selk’nam, sino que tie-
ble en cazadores-recolectores patagónicos. El estudio ne el mismo grado de importancia que cualquier
del residuo de combustión de ambos sitios permitió otro recurso aprovechado. Por otro lado, las ca-
conocer el tipo de combustible vegetal utilizado. El racterísticas morfológicas del material consumido
resultado de su análisis apunta a un consumo local indican conocimiento y dominio de determinadas
e indica que en ambas chozas se consumió casi ex- actividades necesarias para la obtención y adecua-
clusivamente Nothofagus antarctica. Cabe señalar, no ción de la materia prima vegetal según el uso que
obstante, que en Ewan I aparecen algunos carbones se le haya asignado. Por lo tanto se puede consi-
de Empetrum rubrum. El porcentaje de carbones con derar que el uso de los recursos leñosos constituyó
grietas de contracción y marcas de insectos xilófagos un elemento fundamental para el desarrollo social
es diferente en ambos sitios. En Ewan I se observa y económico de la sociedad cazadora-recolectora
una mayor representación de ambas alteraciones, en selk’nam. Como se puede apreciar, el análisis del
comparación con Ewan II-unidad 1. No obstante el material arqueobotánico permite conocer no solo
análisis estadístico realizado (prueba de Fisher) de- las especies vegetales consumidas, sino también
muestra que esta diferencia no es significativa, lo que vislumbrar el papel que jugaron los recursos vege-
sugiere que el material utilizado como combustible tales en el desarrollo de una sociedad.
en ambos sitios se encontraba en buen estado.
La conservación en Ewan II-unidad 1 de ocho
troncos parcialmente carbonizados refuerza la utili-
zación de leña de gran porte como combustible tal
como señala la información etnográfica (Gusinde
1982:188-246). El tamaño de estos troncos, así
como las marcas de corte en algunos de sus extre-
mos, demuestran que la obtención de este combus-
tible implicaba un determinado esfuerzo y trabajo
superior al empleado en la recolección de madera
muerta caída o adherida a los árboles.
Lamentablemente no se conservaron en los
sitios restos de maderas que indiquen su uso para
otros fines que no sea la combustión o construc-
ción. Sin embargo existen indicadores indirectos de
su uso, tales como la existencia de instrumentos en

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Capítulo 13 Laura Caruso Fermé

AGRADECIMIENTOS

Al Ministerio de Ciencia e Innovación de España por la concesión de una beca pre-doctoral. A todos los profe-
sionales, becarios y estudiantes que participaron en los trabajos de campo y laboratorio de los distintos proyectos de
investigación del sitio Ewan. A sus directoras Raquel Piqué i Huerta y M. Estela Mansur.

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